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A TRAVES DE USTEDES QUIERO PONER ENMANOS DE MEXICO LA BANDERA DE PANAMADESGARRADA POR LAS TROPAS DE EE. UU . ..

14du a SiempreROBERTO CHIARI

Et Yretldevte de Pxnamó . ffi,l"

4' . I hinrl . m'nlrndr •n man

de Jimn )Iigvrl de Afvra dr 8l EAIi'}i R! Ia Gandare ~Orr drxturn nui iv .c nnnenmerlcnnus,d â ndn lu .nr a Is aetval erieln.

El PUEBLO Y YO CUMPLIREMOS CON NUESTRO DEBERY NADIE DEBE PENSAR EN REANUDAR RELACIONESCON E .U . MIENTRAS ESE PAIS NO ACEPTE DISCUTIRSOBRE UN NUEVO TRATADO QUE REEMPLACE Al DE 1903

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Eoa Oyoa de Siempre oc«

IGNOMINIA YPECHOS CONTRA BAYONETAS Y PRESIDIENDO

POR JUAN MIGUEL DE MORACorresponsal Extranjero de .S1931PRE!

PANAMA, enero de 1964.

Es curioso —y triste— observar cómo los seres humanos, aún losmás cercanos, se ignoran los unos a los otros aunque de buena fe creanconocerse.

Mucha gente en México, y en el mundo, no sabe nada o casi nadade Panamá . A unos no les gusta la ciudad, que entrevieron en algunaescala fortuita durante un viaje, otros piensan que Panamá es apenasla factoría ístmira de los Estados Unidos, algunos sospechan que elconglomerado panameño acepta gustoso la condición colonial y losmás se conforman con que en Panamá se encuentre un comercio pro-picio, pleno de objetos muy baratos por ausencia en ellos de tarifas deimportación . En efecto : es mucha la gente que no sabe nada de Pa-namá.

Pero yo, ahora, he encontrado el corazón sangrante de Panamá,el corazón de un pueblo lleno de gallardía, y de fuerza vital, y de ›oconfesar que me fue fácil encontrarlo porque por el camino por el queyo llegué a su corazón, los panameños alcanzaron el mío.

Panamá no son las leyendas de vino y de mujeres —historias deltiempo de la guerra— ni tampoco los sueños de un Hong Kong en mi .

niatura : el Panamá de hoy, el Panamá nuestro, de nuestra América, esese que se lanzó a pecho descubierto contra los tanques y las ametra-lladoras, cuando el Ejército de los Estados 1% nidos refrendaba hozafwscomo las de 1847 en Chapultepec y 1914 en Veracruz, o como las querealizó en la Nicaragua de Sandino, en el Santo Domingo en que im-puso a un Trujillo, en la Guatemala en que tumbó un gobierno deelección popular y en tantas y tantas ocasiones en las que el mismoEjército que luchó en Guadalcanal, en Monte Cassino y en Normandia—nosotros creíamos entonces que por la libertad de todas— se hacubierto de oprobio.

Fue en los días 9 y 10 de enero de 1964 —fechas ya imperecede-ras en la historia de América Latina— y acerca de lo que hizo el ejér-cito yanqui hablan por si mismos los datos escuetos : Maritra Abarca,de un año de edad, murió asfixiada por los gases lacrimógenos ; RosaElena 1.andecho, de 13 años, murió de un balazo ; José del Cid, Jr ., de18 años, murió balaceado ; Vicente Bonilla C ., de 15 años, muerto deun balazo ; Jorge Enrique Gil, de 17 años, Gonzalo Grace, de 14 y Esta .nislao Orobio, de 18 años, todos ellos muertos a balazos, son sólo al-gunas de las víctimas, ya enterradas, del Ejército de los Estados Uni-dos en su última "acción de guerra " , en Panamá.

Pero no somos nosotros los que hablamos así : "La Estrella de Pa-namá " , diario absolutamente adicto a los Estados Unidos durante todasu larga historia (fue fundado en 1853) usa estos titulares : "A 21

&etr [ue e Irtinciplo de ¢uln : .mwhzme^ V+namri,nx de se .ndaria en Ia Zonn del C: Inal wlleltanao permleo ner. Iner .n Aantlrra ie ncuenhi ,.,os entre Panamé y loe P:xIadne Lnldoe.

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DE HLA BATALLA, UNA BANDERA : LA DE PANAMAascendió el número de muertos, victimiu del Ejército orteameri .cano'.

"El Dia" de Panamá publicó las fotografiar del entierro de lasvíctimas bajo unos titulares que dicen : " ;Gringo : esta es tu obra!";tras la lista de los muertos expresa : "Murieron asesinados cobarde-mente por las tropas norteamericanas" . Y bajo una fotografía dramá-tica puede leerse : 'Esta patética escena muestra a una esposa que haenviudado, por obra y gracia de tos salvajes soldados de los EstadosUnidos, que ametrallaron despiadadamente a la inerme masa panameña . Mírenla bien, señores norteamericanos, para que no se les olvidenunca la razón por la cual, esta herida jamás sanará en los corazonespanameños" . Y así, poco más o menos . todos los periódicos de Panamáy todos los ciudadanos panameños.

Jamás en mi larga vida profesional he podido encontrar a un pue-blo tan unificado : no hay un solo panameño, de cualquier clase social,categoría o color de piel que no condene la agresión estadunidense yno clame contra el crimen yanqui, salvo dos o-tres mercaderes que porunos dólares venden su hombría a los USA.

—En esto estamos unidos todos los panameños —me dice 'rano"Chacón, director de "EI Tiempo", semanario de Panamá— . Nadie pue-de acusar al presidente Roberto Chiari de comunista y si lo que estásucediendo en Panamá favorece al comunismo, culpa es de los EstadosUnidos . Yo me eduqué en la Universidad de Columbia, trabajé en la

C .B .S ., como locutor durante 3 años, tengo una hija que nació en Nue .va York y soy anticomunista, pero ahora ya no puedo ver a ungringo.

Es un hombre sincero, que habla con vehemencia y con esa enor-me fuerza que otorga la razón.

—Si alguna vez en mi vida he aplaudido yo a un dirigente comu-nista, ha sido ahora, a Pedorenko, representante de la URSS en el Con-sejo de Seguridad de la ONU, por lo que dijo acerca del caso de Pana-ma. Ahora ya hablan de dejar que icemos nuestra bandera, pero esdemasiado tarde para que nos conformen con eso . La política estadu-nidense siempre es la misma : "tarde y poco".

Tomás Gabriel Duque, ex presidente de la República . dueño de laCerveceria Nacional, S . A., del diario "La Estrella de Panamá', del"The Star and Herald", ex ministro de Estado, miembro de los Conse-jos de Administración de las principales empresas dei país y el hombremás rico de Panamá, me explica

—Mi padre me dijo siempre que e s t u v i e s e yo junto a losamericanos porque están aquí para toda la vida, y siempre he estadocon ellos, pero lo que han hecho, además de un crimen es una estupi-dez sin nombre. Hace unos días sentí vergüenza leyendo un cable de laPrensa Asociada en el que se atribuían los sucesos a los comunistas.¡Nada de comunistas' Todo comenzó con la defensa de la bandera.

Tomás Gabriel Duque, con 74 años que aparentan ser muchos me-

Pero la Dolida norteamerican¢ del Oanal ae Ia . .6 rnnVa ellos a .I~ v maean .ros . .po)'nda por loe elailes d, la zona . Esta rolo eomprue.Da la veraeidn .~ d.

la .cymallw Danameha sobre el drs[arramientn de In hender.,

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Y POR EL CANAL

CORRIOThomas Mann

nos, habla con el peso de la edad, que da experiencia, y con concien-cia plena de su personalidad, conocida amplísimanlente en todo el país.

—Me eduqué en los Estados Unidos, hace poco fui a Washingtona operarme y siempre he estado con ellos —prosigue—, pero no pue-do dejar de censurar lo que han hecho, peor que todo lo que dicen deHungría, porque allí por lo menos tenían armas y nuestro pueblo es-taba desarmado.

—¿Cree usted —le pregunto—, que es justa la posición de man-tener suspendidas las relaciones diplomáticas con los Estados Unidossi el gobierno norteamericano se niega a negociar un nuevo tratado?

Don Tomás Gabriel Duque piensa un instante y afirma:---Si, la considero justa . No creo que deban reanudarse esas rela-

ciones sin la aceptación previa de negociar un nuevo tratado.Y como ellos don Guillermo Diaz, que tiene a un hijo estudiando

en México, y kudoro López del Río. estudiante de Derecho en la Uni-versidad de Panamá, y Pablo Castrejón . Jr., redactor de "ta Hora" yJorge E. Carrasco, del Noticiero Nacional Cinematográfico y toda lapoblación, desde el oligarca más encumbrado hasta el más humildebolero, desde el más blanco al más moreno, sin distinción ni diferen-ciación de ninguna especie porque lo del 9 de enero fue en verdad unasesinato sin atenuantes.

LOS HECHOS:

Es tan simple la cosa —lo más monstruoso suele ser en esencialo más simple— que puede relatarse en pocas palabras, incluyendo losnntecedentes:

El 2 de mayo de 1958, estudiantes de la Universidad de Panamácolocaron, pacíficamente, banderas panameñas en la Zona del Canal;el 3 de noviembre de 1959 diputados, profesores y pueblo en generalhicieron lo mismo, con anuncio previo, cantando, además, el HimnoNacional de Panamá. En enero de 1962 representantes de los gobier-nos de Panamá y Estados Unidos acordaron que la bandera de Panamáfuera izada junto a la de los Estados Unidos en todos los puestos civi .les en que ondea la segunda.

1-os panameños se conformaban con poner su bandera en la parteocupada de su patria, nada más eso . Un gesto del corazón, del senti-miento patriótico de un pueblo al que un tratado inícuo —así lo cali-fica lodo Panamá— ha privado de una gran extensión de su territorio .

Pero después del citado acuerdo cmnerizaion los subterfugios de todasclases para que la bandera panamena no ondease en ta 'Lona del Canal,hasta el punto de que el gobernador Rubert Fleming prefirió quitar elasta bandera de las escuelas con tal de que, al no izarse la enseria nor-teamericana no se elevase tampoco la panamena.

En ese estado de cosas los estudiantes "zoninns" —así llaman lospanameños a esa especie de híbrido que son los estadunidenses de laZona del Canal— se consiguen astas o palos largos y hacen ondear labandera norteamericana, sin que se cumpliera el acuerdo de ponerjunto a ella a la panameña.

Los estudiantes del Instituto Nacional de Panamá —de bachille.rato, es decir secundaria y preparatoria en México— enviaron a sucompañero Guillermo Guevara Paz para ver por qué razón ondeabadelante del Balboa High School la bandera estadunidense v no la pa-nameña . Un funcionario norteamericano, Mr. Baldwin, le dijo que eraDn acto ilegal, debido a la tenacidad de los estudiantes "zomans" . El9 de enero el Director del Instituto Nacional de Panamá, profesor Didi-mo Ríos, autorizó oficialmente a Francisco Diaz, Secretario Generalde la sociedad de alumnos, para que fuese a Balboa a izar pacíficamen-te la bandera panameña y cantar el himno, para lo cual le entregó laenseña del plantel, que es una bandera con historia y con gran valorsentimental porque está ligada a los estudiantes panameños caidos endiversas luchas justas, alguno de ellos manchándola incluso directa-mente con su sangre.

Unos 200 estudiantes de entre 12 y 17 años llegaron ordenada-mente hasta frente a la casa del gobernador o un poco niás allá, cercade la bandera norteamericana, donde les detuvo con brusquedad ymalos modales, macana en mano v casco de combate, la policía estadu-niciense del Canal . El capitán policiaco quiso saber qué querian y losniños se lo dijeron : izar su bandera v cantar su himno . El policía dijoque estaba bien, pero que sólo podíán enviar a cuatro a que lo hielo.ran y los muchachos seleccionaron a ese número . pidiendo que la palicía les protegiese de los "zomans" que estaban en la entrada principaldel colegio y en los balcones . Dijo el capitán que si y los cuatro llega-ron junto al asta, siendo inmediatamente rodeados no sólo por todoslos estudiantes "zonwn s" . sino también por adultos, que empezaron ainsultar primero y golpear después a los cuatro niños inermes . Era lavieja táctica de los linchamientos en el sur . l rn policía dio un macanazoa la bandera panameña del Instituto, rompiéndola . y los "calientes'

Después de la agresión, el pueblo panameño expresó su Indignación por todos los ,nedinn . gritando, clamando Jubílela . destruyendo algunas propiedades nor.teameri .naa y pintando en laa paredes. Derecha : Une de los heridos ee tres-ixtladu alerxuratlamenle al huxpnai . Pero duraale todos los dixturbloe nl unsolo ciudadano smerleano fue lluchado por la lurba, mntrarlameme x lo ,lue mallrlosxmeote han Informado sig u nas agencmo.

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Johnson

LA SANGRE DE PANAMApolicías estadunidenses secundaron a los estudiantes "zonians" y asus padres en humillar, insultar y golpear a los niños panameños,rompiéndoles la bandera . Perseguidos por dos radiopatrullas, policíascon las armas desenfundadas y adultos que les golpeaban, corrieronlos estudiantes panameños . niños y niñas, golpeados, llorando de ra-bia, protegiendo su rasgada banttera, tirando en la calle los tinacos debasura para retrasar a las radiopatrullas . Y entonces comenzaron losdisparos, no de los policías, sino de las casas que están junto a laiglesia episcopal, llenas de norteamericanos civiles . Cuando los mu-chachos llegaron al otro lado de la Avenida 4 de Julio, ya fuera de laZona, les esperaba una multitud expectante y- alarmada por los dispa-ros, la cual se indignó justamente al ver la saña . la cobardía y la for-ma en que se perseguía a mñ grupo de criaturas . La multitud se in-dignó ,v creció : eran las 7 .20 p .m . Diez minutos después el generalAndr4 O'Meara recibía órdenes de intervenir, según dice : hasta esemomento no habla sido herido ni golpeado un soto ciudadano estadu-nidense, no se habla quemado un edificio, ni un automóvil, ni lanzadouna piedra . Del lacto panameño sólo había indignación, gritos y condi.ción de inermes . Y, claro, los niños estudiantes —niños .héroes de Pa-namá— gritaban más porque habían sufrido golpes, insultos, humi-llaciones y habían visto desgarrar su bandera . Y entro el generalO'Meara en acción : tanques, ametralladoras, soldados con máscarasanti-gas. Comenzaron los disparos . Comenzaron a caer los niños, queestaban delante, y después otros y otros y otros más . El Palacio Legis-lativo de Panamá quedó acribillado por ráfagas de ametralladora, co-¡no las aceras . las casas civiles de los panameños, el monumento aRemón y muchas cosas más.

18 muertos sobre el campo, 369 heridos, muchos de ellos graves.Los panameños corrían asustados al principio, después se lanzaban con-tra las balas abriendo con las manos las camisas, para mostrar elblanco a los soldados norteamericanas (y todo esto es rigurosamentecierto) mientras unos muchachos totalmente desarmados, en un alar-de (magnífico de valor y de patriotismo, saltaban en mitad del com-bate la alambrada que separa la Zona del resto de Panamá (la "cer-ca de la ignominia", la llama el diario "La Prensa') y clavaban subandera en el Panamá ocupado.

Panamá respondió con el heroísmo mayor con que pueda hacerio un pueblo inerme. Y después, a la vista de sus muertos, con lascalles llenas de sangre, se lanzó furioso contra los automóviles y los

edificios de los Estados Unidos o de empresas norteamericanas y losincendió . La agresión fue a las 19 .30 horas y el primer edificio ardiaa las 22 .30 . Los datos exactos son precisos . Nad .i habla justificado labrutal agresión, el asesinato a mansalva de niños 1• civiles panameños.Y ni antes ni después un solo norteamericano fue asesinado pm- laturba, ni en la ciudad de Panamá ni en el resto de¡ vais El día 10 elejército de los USA siguió disparando contra les panameños y el 11 y12 gaseando a cuanto grupo se acercaba al limite de la Zona.

Parece que murieron cuatro soldadas estadumdenses : eran sol-dados asesinando niños y no previeron que los padres de algunos deesos niños tenían rifles de calibre 22 . Después se hablo mucho defrancotiradores panameños . La verdad es que eran francMiradores . ..¡con piedras!

Ya realizado el crimen el general O'\leara dijo que s0., hombreshabían disparado con perdigones para patos . Pero todos los muertosson de bala reglamentaria y algunos por armas de muy grueso ca-libre .

El editorial de "La Prensa" —diario propiedad de la familia Chia-ri, uno de euros miembros es el Presidente de la República-- decia ensu editorial del 14 de enero, bajo la firma de Jozquin Seleñn i' "Conese descarado cinismo de los bárbaros, O'Meara nos dcumcs!ra queellos tienen "su propia verdad", "sus propios intereses' 'Su propioscriterios " , "sus propias leyes" . Y que delante de ellos los pequennstienen que doblegarse para aceptar lo que ellos quieren y doblegarsea su voluntad . Esa es "su democracia estilo Flclmning . Trnman.O'Meara, Bogart . Democracia hecha a base de balas y gases lacnninge-nos, democracia hecha con limosnas, democracia hecha (en mentiras,engaños e indignidades'.

Y en la última página, el mismo diario, después de rife :lrsr i „fitono emocionado al entierro de los héroes panameños . dice - uentr .istanto . . . Por las ondas hertzianas, la radioemisora del ejéca,; asesorode los vanquis sigue repitiendo incansable : Este es un día esplendoroso,un día que invita a poner música para bailar . . . ¡Bailemos!”

As¡ fue : sobre el asesinato impune, el escario cruel.

PANAMA : UN CANAL.

Panamá es un canal, y esa dolorosa verdad no puede negarse, peroPanamá anhela también ser definitivamente (Sigue en la página 86)

Tras de haber lanzado unos botnbaa lacdtoógenas contra espectadores Indefensos. el doce de enero, ya terminados los disturbios, esta. dos soldado. estado.unldensm retroceden hacia sua parapetos en 1. son, del Canal—Derecha : Al fondo el flote¡ Tivoll en la Zona del Canal . Delante, la barandilla que aspara

el Panamá ocupado de¡ P .nama libre ; y abajo la eapreelón de¡ deseo de¡ pueblo panameao, de verse libre y sin trepes de oeupadéc .

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INDIGNACION POPULAR L . descendientes directos de los habían distraían sus ocios linchando negros se sintieron are5 1 . . ados cuando el crimen de que e

hhaabían sido víctimas los panameños, exaltó a éstos . Aquí vemoss

a los norteamericanos de Panamá huyendo, presos de pánico hacia la zona del Canal—Abajo:Abajo:Pero la indignación popular no se coleó contra las personas, sino contra las propiedades ostentosas, contra los lujosos automóviles que pasean por Panamá en

trágico contraste entre la riqueza norteamericana y la angustia panameña .

ten soldado de los Estados Unidos dispara mlu contra 11 puebla indefenso de Panamá . Basta observar su acti-tud para ver que está aban modo y que, desde la parte alta de la Zona del Canal, dispara contra la Plaza5 de Mayo . El General O'b7est'a diría después que sus hombres dispararon perdigones para patos . Todos losmuertos esp~ban herid o~ rou bolas de gran rallbrr —Abajo : E . la Plaza 5 de Mavo, el Pueblo desarmado no puede hacer otra cose que esconder su indignación tras

las tapias Para salvarse del nutrido faegn

CONTRA EL PUEBLO

POR ANTONIO RODRIGUEZ

El miércoles de la semana antepasada, el Presidente de los Es-tados Unidos presentó al Congreso de su país un programa de diezpuntos tan insólito como halagador.

Después de hablar de la "futilidad de la guerra" y de la — posibi-lidad" de establecer "una paz duradera", el mandatario norteamerica.no se refirió a los otros pueblos en forma tan comprensiva y fral.ernal que nos pareció asistir al comienzo de una nueva era, sino para lahumanidad al menos para América.

"Debemos —dijo Lyndon B. Johnson con decisión— aumentar elconsumo de los alimentos como instrumentos de paz y ponerlos a día-posición de los pueblos que padecen hambre".

En el séptimo punto de su humanísimo programa manifestó laconvicción de que es menester "ennvertirnos en mejores vecinos de losEstados libres de An+érica y trabajar por una Alianza para el Progresomás vigorosa".

Finalmente . en el tercero de los puntos que a nosotros directa.mente nos atañen afirmó sin ambages:

"Debemos robustecer la capacidad (te 1= naciones Ubres en todaspartes para desarrollar su independencia ,y elevar sus niveles de vida,para frustrar mi a aquellos que se aprovechan de la pobreza y del caos " .

Aunque eso de ayudar a los otros a ser independientes para frus-trar las maniobras de terceros nos pareció más cerca de la táctica poli-tica que de la generosidad humana, recibimos las palabras del here-dero de Kennedy con verdadero júbilo.

Por desgracia . la alegría derivada de la esperanza duró en nosotrosmenos de veinticuatro horas.

Olían aún a tinta fresca las palabras del humanitario programa,destinado por su autor a convertir a los norteamericanos en "mejoresvecinos I : I de los Estados libres de América— y ya en Panamá esas mis-mas palabras se revolvían en la tierra con la sangre de los vecinos aquienes tanto se prometía servir.

Empleando gases lacrimógenos, fusiles y ametralladoras, las trispas norteamericanas, que seguramente no se hallaban ni se hallan enPanamá para ayudar a este país a "desarrollar su independencia" . ma-taron a veintisiete habitantes del país e hirieron a más de trescientas.

Sena de suponer, después de escuchar las hermosas palabras delnuevo Presidente de los Estados Unidos, que las balas norteamerica-nas se dirigieron contra los enemigos de la Independencia de Panama,por la cual, en palabras, aboga el programa de Lyndon B . Johnson . Pordesgracia, como todos lo saben, no fue así.

Las balas de las tropas norteamericanas que desde hace sesentaufos ocupan Panamá, se dirigieron Precisamente contra los jóvenes es-tudiantes panameños a quienes indignó ver la bandera de su patriapostergada en su propia tierra y sustituida por la del país que dice as-pirar a la independencia de sus vecinos.

Los panameños muertos, o más bien asesinados por las tropas deocupación del Canal de Panamá- lo fueron, y hay que recalcarlo bien.por haber levantado la bandera de su patria, por haber cantado el him.no de su patrio y por haber exigido que la enseña de su patria ondearaal lodo de las que, indebidamente, flotan sobre el territorio de Panamá,su patr a.

¿Dónde quedan, pues, las palabras del nuevo Presidente norte-americano acerca del propósito manifestado en su rogranta de ayudara los países de América a "desarrollar su independencia"7

¿Dónde quedan y para qué sirven los programas que en menosde veinticuatro horas de presentados y archiaplaudidos (el discurso deJohnson. en el Senado, fue interrumpido 78 veces por calurosas ova-ciones¡ son rotundamente negados por los que deberían ser sus eje-cutores?

A decir verdad los norteamericanos nunca pecaron, en Panamá,ni en el resto de América, de muy hipócritas . En esta región de la tie-rra, como en otras del planeta, han procedido siempre o casi siemprecon una meridiana claridad.

Después de chocar con la resistencia de Colombia a aceptar el ne-gocio de compra-venta de su territorio que impúdicamente les propo.oían, los Estados Unidos organizaron, desde Washington, la "rebelión"que promovió la "independencia" del actual Panamá.

Esa "independencia", que hasta hoy perdura, consiste, como sesabe, en tener dentro de su territorio a un Estado ajeno con banderaspropias, leyes propias, ejército propio y territorio propio.

Realmente en Panamá los norteamericanos no engañaron a nadie.Separaron a Panamá de Colombia, por medio de una "rebelión inde .pendentista" amañada : aseguraron su "independencia" por la luerzade las armas ; compraron la concesión a bajo precio y ad-perpetuam,instalaron ahí sus tropas, sus escuelas, sus iglesias, sus bares y se pu.sieron a ganar dinero a costillas del pueblo que tiene un filón de oroen su tierra, para beneficio de los "amigos", "vecinos", "aliados" y,como si fuera poco "protectores".

Y todos saben que no exageramos, ya que es bien conocida la tra-gedia de Panamá . Smathers, representante de Florida, dijo un día enel Senado norteamericano: "La Zona del Canal es un islote de lujo enun océano de pobreza' -.

Eso es, en realidad, la famosa zona norteamericana : un islote de-1,432 kiltmetros cuadrados. pleno de lujos, atiborrado de privilegios,bn nn océano de 74 .000 kilómetros cuadrados de miseria, de insalu .bridad, de injusticias, de la cual la mayor es su situación nacional antelos Pastados Unidos.

Al "conquistar" la "independencia" bajo la protección de la ma-

tina yanqui la flamante república de Panamá recibió . a modo de —en-11 para la operación financiera del arrendamiento perpetuo dela zona del canal, la suma de 10 millones de dólares v estableció mipago anual de 250 mil dólares.

Más tarde se elevó el pago de las anualidades a 4 :10 mil dólares yposteriormente a cerca de dos millones . Pero estas cantidades resulta qpequeñas, en relación a los beneficios que los Estados Unidos recibendel canal.

Económicamente, los norteamericanos realizaron en Panamá unespléndido negocio . La inversión fue ya cubierta hace mucho tiempo . Yahora, el canal constituye una empresa lucrativa . Sin poseer el movimiento del Canal de Suez, el de Panamá deja buen rendimiento a su,usufructuarios.

Al terminar las obras, la inversión total de los Estados unidosel canal había sido de 538 .5 millones de dólares. Y el rendimiento disi-de 1414 a 1963 . según cálculos del gobierno de Panamá, ha sido su,xrior a 2,000 millones de dólares.

Será más fácil comprender la situación de injusticia que reina cuel (anal —y nos referimos por ahora tan sólo a lo económico— si tene-nr,; en cuenta que la compañia percibe 60 millones de dólares por de-rechos de peaje y paga a la República de Panamá menos de 2 millones . esto es la trigésima parte.

l:n cuanto a lo estratégico, ni hablar. Por una módica cantidad, 1,yEstados Unidos tienen en sus manos la llave de la navegación en elCaribe.

Se han escrito numerosas novelas y llevado a cabo numerosas de-nuncias sobre la miseria, la injusticia y las desigualdades en el Panana,resultantes de la existencia de un islote de privilegios en un aman,de privaciones . Nuestro gran pintor Fernando Len] pintó, en Balboa,un mural que las autoridades de la zona hicieron borrar, sobre la,atrocidades del imperialismo en Panamá.

Son bien conocidos, por ello, los sufrimientos de un pueblo quese siente discriminado en su propia tierra.

Los mexicanos que vivieron en La lluasteca, en el Istmo vera-cruzano y en Poza Rica, durante la dominación de las companias pe .troleras, saben bien lo que es vivir en un lugar donde los extranjerosganan más, disfrutan de mayores consideraciones y aseguran para silos mejores empleos.

Pero a pesar de Dohenv, de las casas de lujo que poseían In gextranjeros junto a las pocilgas de los trabajadores mexicanos . y delEstado que la fluasteca Petroleum Company se formó dentro del E,lado mexicano con territorio propio, guardias propias y caminos pro-pios nunca llegó México a sufrir lo que los panameños han sufrido ensu tierra, a causa del Canal.

Por lo menos México no dejó nunca de izar la bandera tricoloren su propio territorio . Y cuando un dia, allá por 1913, el almiranteFletcher se atrevió a ordenar al general Candido Aguilar que aban .donara la zona petrolera, aquel patriota mexicano contestó en estaforma :

. . De llevar usted a cabo la amenaza de desembarcar tropas delos Estados Unidos en territorio mexicano, me veré oblúlado a com,batirlas, a incendiar los pozos petroleros que están en la región denu dependencia y a pasar por las armas a todos los norteamericanosque se encuentren en la región".

Los ultrajes de las compafas extranjeras al pueblo mexicano nun-ca llegaron a tales extremos como los que han sufrido los panameñosde la administración de la zona y de la policía que la guarda . Sin em-bargo México se jugó el todo por el todo con tal de sacudirse tan i ( ú.cuo yugo. ¿Qué no habría de sentir el pueblo de Panamá al verse tanvilmente despreciado en su propia tierra'

Comprendemos, pues conocemos el mundo en el cual vivimos, quese expolien a los habitantes de Panamá, dándoles una mínima partede lo que el paso por el ¡anal produce . Comprendemos, pues sabe-mos cómo las compañías bananeras, azucareras, petroleras y minerasactúan en el Continente. Comprendemos que se organicen "revolu-ciones" "nacionalistas' para "libertar " a algunas regiones de ciertospaíses y que se las mantengan "independientes" para poder dami .narlas por conducto de peleles bien dispuestos a obedecer . Formosa yChiang Kai-shek nos han dado harta ilustración al respecto.

Lo que no comprendemos es que se pueda llevar el descaro has .ta el punto de impedir —de jure o de facto . poco importa— que unpueblo enarbole su bandera y cante su himno nacional.

Comprendemos, sí, los robos, los saqueos, las injusticias, las deaigualdades, los menosprecios pero nos resistimos a creer, y por esono lo comprendemos. que un pata usurpador, ocupante de territoriosajenos, llegue a la extrema insolencia de impedir que el pueblo usur .pado enarbole la bandera patria en su propio territorio nacional.

Y esto precisamente veinticuatro horas después que el Presidenle de los Estados Unidos decía en su programa humanitario ,v progre-sista :

—Debemos convertirnos en mejores vecinos de los alados libresde América . ..

—Debemos aumentar los alimentos_ . y ponerlos a disposiciónde las pueblos que padecen hambre . .

—Debemos robustecer la capacidad de las naciones libres . . . pa-ra desarrollar su independencia ..

Lo que los Estados 1 nidos d( 6,a y están obligados a hacer, tanpronto cuanto posible . e, abandonar los territorios que ocupan enPanamá. en Guantanauw . en Fmrnona, en el (Sigue en la pagina 861

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