textos del romanticismo

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Page 1: Textos Del Romanticismo

TEXTOS PARA TRABAJAR EL ROMANTICISMO 1ª EVALUACIÓN - PCPI

1. Lee este artículo representante del periodismo comprometido y responde a las preguntas. En él se

refleja la crítica hacia la sociedad contemporánea del autor:

Un pueblo entero obstruye ya las calles del tránsito. Las ventanas y balcones están coronados de espectadores sin fin, que se pisan, se apiñan y se agrupan para devorar con la vista el último dolor del hombre.

- ¿Qué espera esa multitud? - diría un extranjero que desconociese las costumbres -¿Es un rey el que va a pasar, ese ser coronado que es todo un espectáculo para el pueblo? ¿Es un día solemne? ¿Es una pública festividad? ¿Qué hacen ociosos esos artesanos? ¿Qué curiosea esta nación?

Nada de eso. Ese pueblo de hombres va a ver morir a un hombre.

-¿Dónde va?

-¿Quién es?

-¡Pobrecillo!

- Merecido lo tiene.

-¡Ay, si va muerto ya!

-¿Va sereno?

-¡Qué entero va!

He aquí las preguntas y expresiones que se oyen resonar en derredor. Numerosos piquetes de infantería y caballería esperan en torno del patíbulo (...) ¡Siempre bayonetas en todas partes! ¿Cuándo veremos una sociedad sin bayonetas? ¡No se puede vivir sin instrumentos de muerte! Esto no hace, por cierto, el elogio de una sociedad ni del hombre (...)

Un tablado se levanta en un lado de la plazuela: la tablazón desnuda manifiesta que el reo no es noble. ¿Qué quiere decir un reo noble? ¿Qué quiere decir garrote vil? Quiere decir indudablemente que no hay idea positiva ni sublime que el hombre no impregne de ridiculeces.

Mientras estas reflexiones han vagado por mi imaginación, el reo ha llegado al patíbulo (...) Las cabezas de todos, vueltas al lugar de la escena, me ponen delante que ha llegado el momento de la catástrofe; el que sólo había robado acaso a la sociedad, iba a ser muerto por ella; la sociedad también da ciento por uno; si había hecho mal matando a otro, la sociedad iba a hacer bien matándole a él. Un mal se iba a remediar con dos. El reo se sentó por fin. ¡Horrible asiento! Miré el reloj: las doce y diez minutos; el hombre vivía aún... De allí a un momento, una lúgubre campanada de San Millán, semejante al estruendo de las puertas de la eternidad que se abrían, resonó por la plazuela.

El hombre no existía ya; todavía no eran las doce y once minutos. “La sociedad – exclamé- estará ya satisfecha: ya ha muerto un hombre”.

MARIANO JOSÉ DE LARRA: Un reo de muerte. cervantesvirtual.com

a) ¿Qué es en términos generales el Romanticismo?

b) ¿Qué tema propio del romanticismo se desarrolla en este artículo? ¿Cuál es la actitud que manifiesta Larra al respecto?

c) ¿A qué grupos sociales critica Larra? ¿Qué manifiesta cada uno?

d) En este texto hay, entre otras figuras literarias hipérboles, ironías e interrogaciones retóricas. ¿Dónde podremos encontrarlas?

Page 2: Textos Del Romanticismo

TEXTOS PARA TRABAJAR EL ROMANTICISMO 1ª EVALUACIÓN - PCPI

2. Informaos sobre el argumento de algunas novelas románticas (Los miserables, Frankenstein, El

conde de Montecristo, El señor de Bembimbre, Sancho Saldaña...). Realiza después, un pequeño

trabajo de síntesis en el que se recojan estos datos: el autor y su nacionalidad, el tema que

desarrolla, ambientación y época (personaje heroico y otros).

3. Lee atentamente este fragmento de una leyenda muy conocida de Bécquer. Responde, después, a

las cuestiones para su comentario:

La medianoche tocaba a su punto. La luna, que se había ido remontando lentamente, estaba ya en lo más alto del cielo, cuando al entrar en una oscura alameda que conducía desde el derruido claustro a la margen del Duero, Manrique exhaló un grito, un grito leve, ahogado, mezcla extraña de sorpresa, de temor y de júbilo.

En el fondo de la sombría alameda había visto agitarse una cosa blanca que flotó un momento y desapareció en la oscuridad. La orla del traje de una mujer, de una mujer que había cruzado el sendero y se ocultaba ante el follaje, en el mismo instante en que el loco soñador de quimeras e imposibles penetraba en los jardines.

– ¡Una mujer desconocida!...¡En este sitio!...¡A estas horas!...Esa, esa es la mujer que yo busco -exclamó Manrique-; y se lanzó en su seguimiento rápido como una saeta.

GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER. “Rayo de luna” en Leyendas. Bruño.

a) Justifica la pertenencia del texto al género narrativo del romanticismo.

b) ¿Quién es el protagonista de esta historia? ¿Qué expresión utiliza el autor para describirlo como personaje

romántico?

c) Describe la ambientación romántica del fragmento. Algunas palabras te ayudarán, sobre todo algunos adjetivos y

sustantivos.

d) ¿Presagias cuál podría ser el final de esta leyenda? Invéntalo.

4. La leyenda urbana es una historia moderna que nunca ha sucedido pero es contada como cierta. Son

relatos que pertenecen al folclore actual y que circulan de boca en boca o a través de los medios, de ahí

que pueda haber distintas versiones de una misma. Igual que las del XIX, las urbanas están cargadas de

elementos sobrenaturales o inverosímiles. ¿Conoces alguna? Escríbela y cuéntala luego en clase.

5. Escribe una leyenda partiendo de algunos datos relevantes. Solo tendrás que inventar el

acontecimiento que desarrolla, organizando un planteamiento, nudo y desenlace:

Datos: 1609, un personaje solitario, adicto a la lectura; habita en

un pueblo casi abandonado; todas las noches sale a escuchar el

silencio; solo le acompañan el viento helado y el leve resplandor

de la luna. Una noche durante un largo paseo descubrió un

castillo en ruinas.

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TEXTOS PARA TRABAJAR EL ROMANTICISMO 1ª EVALUACIÓN - PCPI

LA CANCIÓN DEL PIRATAJosé de Espronceda

Con diez cañones por banda,viento en popa, a toda vela,no corta el mar, sino vuelaun velero bergantín.Bajel pirata que llaman,por su bravura, El Temido,en todo mar conocidodel uno al otro confín.

La luna en el mar rielaen la lona gime el viento,y alza en blando movimientoolas de plata y azul;y va el capitán pirata,cantando alegre en la popa,Asia a un lado, al otro Europa,y allá a su frente Istambul:

“Navega, velero míosin temor,que ni enemigo navíoni tormenta, ni bonanzatu rumbo a torcer alcanza,ni a sujetar tu valor.

Veinte presashemos hechoa despechodel inglésy han rendidosus pendonescien nacionesa mis pies.”

Que es mi barco mi tesoro,que es mi dios la libertad,mi ley, la fuerza y el viento,mi única patria, la mar.

“Allá; muevan feroz guerraciegos reyespor un palmo más de tierra;que yo aquí; tengo por míocuanto abarca el mar bravío,a quien nadie impuso leyes.

Y no hay playa,sea cualquiera,ni banderade esplendor,que no sientami derechoy dé pechos mi valor.”

Que es mi barco mi tesoro,que es mi dios la libertad,mi ley, la fuerza y el viento,mi única patria, la mar.

A la voz de "¡barco viene!"es de vercómo vira y se previenea todo trapo a escapar;que yo soy el rey del mar,y mi furia es de temer.

En las presasyo dividolo cogidopor igual;sólo quieropor riquezala bellezasin rival.

Que es mi barco mi tesoro,que es mi dios la libertad,mi ley, la fuerza y el viento,mi única patria, la mar.

¡Sentenciado estoy a muerte!Yo me ríono me abandone la suerte,y al mismo que me condena,colgaré de alguna antena,quizá; en su propio navíoY si caigo,¿qué es la vida?Por perdidaya la di,cuando el yugodel esclavo,como un bravo,sacudí.

Que es mi barco mi tesoro,que es mi dios la libertad,mi ley, la fuerza y el viento,mi única patria, la mar.

Son mi música mejoraquilones,el estrépito y temblorde los cables sacudidos,del negro mar los bramidosy el rugir de mis cañones.

Y del truenoal son violento,y del vientoal rebramar,yo me duermososegado,arrulladopor el mar.

Que es mi barco mi tesoro,que es mi dios la libertad,mi ley, la fuerza y el viento,mi única patria, la mar.

Esta canción presenta una pequeña historia protagonizada por un pirata, pero en el contexto del Romanticismo es un himno a la libertad ¿Qué versos nos ayudan a entender esta interpretación? ¿Por qué el autor escogió a un pirata para expresar sus propios ideales?

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TEXTOS PARA TRABAJAR EL ROMANTICISMO 1ª EVALUACIÓN - PCPI

RIMASGustavo Adolfo Bécquer

Lee en voz alta estas rimas de Bécquer. Cada una representa un sentimiento diferente en el poeta, por lo que el tono de la recitación ha de ser distinto. Luego responde a las preguntas del comentario.

Rima XXXVIII¡Los suspiros son aire y van al aire!¡Las lágrimas son agua y van al mar!Dime, mujer, cuando el amor se olvida, ¿sabes tú a dónde va?

Rima XVIIHoy la tierra y los cielos me sonríen,hoy llega al fondo de mi alma el sol,hoy la he visto..., la he visto y me ha mirado,¡hoy creo en Dios!

El emisor es el poeta, pero ¿quiénes son los destinatarios en estas rimas? Identifica el mensaje que pretende comunicar el autor.

¿Qué figuras literarias utiliza el poeta? ¿Con qué intencionalidad?

Da tres razones para justificar que pertenecen al Romanticismo.

TE AMO...¿POR QUÉ ME ODIAS?Rosalía de Castro

Te amo... ¿Por qué...me odias?-Te odio... ¿Por qué me amas?Secreto es éste el más triste

y misterioso del alma.

Mas ello es...verdad... ¡Verdaddura y atormentadora!

-Me odias porque te amo;te amo porque me odias.

Descubre qué quiso transmitir Rosalía de Castro con este poema, y localiza las figuras literarias que utilizó para hacerlo más sugerente.

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TEXTOS PARA TRABAJAR EL ROMANTICISMO 1ª EVALUACIÓN - PCPI

EL ESTUDIANTE DE SALAMANCA- Primera parte-

José de Espronceda

Era más de medianoche

antiguas historias cuentan,

cuando en sueño y en silencio

lóbrega envuelta la tierra,

los vivos muertos parecen,

los muertos la tumba dejan.

Era la hora en que acaso

temerosas voces suenan

informes, en que se escuchan

tácitas pisadas huecas,

y pavorosas fantasmas

entre las densas tinieblas

vagan, y aúllan los perros

amedrentados al verlas:

en que tal vez la campana

de alguna arruinada iglesia

da misteriosos sonidos

de maldición y anatema,

que los sábados convoca

a las brujas a su fiesta.

El cielo estaba sombrío,

no vislumbraba una estrella,

silbaba lúgubre el viento,

y allá en el aire, cual negras

fantasmas, se dibujaban

las torres de las iglesias,

y del gótico castillo

las altísimas almenas,

donde canta o reza acaso

temeroso el centinela.

Todo en fin a medianoche

reposaba, y tumba era

de sus dormidos vivientes

la antigua ciudad que riega

el Tormes, fecundo río,

nombrado de los poetas,

la famosa Salamanca,

insigne en armas y letras,

patria de ilustres varones,

noble archivo de las ciencias.

Súbito rumor de espadas

cruje y un ¡ay!, se escuchó;

un ay moribundo, un ay

que penetra el corazón

que hasta los tuétanos hiela

y da al que lo oyó temblor.

Un ¡ay!, de alguno que al mundo

pronuncia el último adiós.

El ruido cesó,

un hombre pasó embozado,

el sombrero recatado a los ojos

se caló.

Se desliza y atraviesa

junto al muro

de una iglesia

y en la sombra se perdió.

Una calle estrecha y alta,

la calle del Ataúd,

cual si de negro crespón

lóbrego eterno capuz

la vistiera, siempre oscura

y de noche sin más luz

que la lámpara que alumbra

una imagen de Jesús,

atraviesa el embozado

la espada en la mano aún,

que lanzó vivo reflejo

al pasar frente a la cruz.

Cual suele la luna tras lóbrega nube

con franjas de plata bordarla en redor,

y luego si el viento la agita, la sube

disuelta a los aires en blanco vapor:

así vaga sombra de luz y de nieblas,

mística y aérea dudosa visión,

ya brilla, o la esconden las densas tinieblas

cual dulce esperanza, cual vana ilusión.

La calle sombría, la noche ya entrada,

la lámpara triste ya pronta a expirar,

que a veces alumbra la imagen sagrada

y a veces se esconde la sombra a aumentar.

El vago fantasma que acaso aparece

y acaso se acerca con rápido pie,

y acaso en las sombras tal vez desparece,

cual ánima en pena del hombre que fue,

al más temerario corazón de acero

recelo inspirara, pusiera pavor;

al más maldiciente feroz bandolero

el rezo a los labios trajera el temor.

Mas no al embozado, que aún sangre su espada

destila, el fantasma terror infundió,

y, el arma en la mano con fuerza empuñada,

osado a su encuentro despacio avanzó.

Segundo don Juan Tenorio,

alta fiera e insolente,

irreligioso y valiente,

altanero y reñidor:

Siempre el insulto en los ojos,

en los labios la ironía

nada teme y todo fía

de su espada y su valor.

Corazón gastado, mofa

de la mujer que corteja,

y, hoy despreciándola, deja

la que ayer se le rindió.

Ni el porvenir temió nunca,

ni recuerda en lo pasado,

la mujer que ha abandonado,

ni el dinero que perdió.

Ni vió el fantasma entre sueños

del que mató en desafío,

ni turbó jamás su brío

recelosa previsión.

Siempre en lances y en amores,

siempre en báquicas orgías,

mezcla en palabras impías

un chiste a una maldición.

En Salamanca famoso

por su vida y buen talante,

al atrevido estudiante

le señalan entre mil;

fuero le da su osadía,

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TEXTOS PARA TRABAJAR EL ROMANTICISMO 1ª EVALUACIÓN - PCPI

le disculpa su riqueza,

su generosa nobleza,

su hermosura varonil.

Que en su arrogancia y sus vicios,

caballeresca apostura,

agilidad y bravura

ninguno alcanza a igualar:

que hasta en sus crímenes mismos,

en su impiedad y altiveza,

pone un sello de grandeza

don Félix de Montemar.

--------

Bella y más pura que el azul del cielo

con dulces ojos lánguidos y hermosos,

donde acaso el amor brilló entre el velo

del pudor que los cubre candorosos;

tímida estrella que refleja al suelo

rayos de luz brillantes y dudosos,

ángel puro de amor que amor inspira

fue la inocente y desdichada Elvira.

Elvira, amor del estudiante un día,

tierna y feliz y de su amante ufana,

cuando al placer su corazón se abría,

como al rayo del sol rosa temprana;

de aquel fingido amor que la mentía,

la miel falaz que de sus labios mana

bebe en su ardiente sed, el pecho ajeno

de que oculto en la miel hierve el veneno.

Que no descansa de su madre en brazos

más descuidado el candoroso infante,

que ella en los falsos lisonjeros lazos

que teje astuto el seductor amante:

dulces caricias, lánguidos abrazos,

placeres; ¡ay!, que duran un instante,

que habrán de ser eternos imagina

la triste Elvira en su ilusión divina.

Que el alma virgen que halagó un encanto

con nacarado sueño en su pureza,

todo lo juzga verdadero y santo,

presta a todo virtud, presta belleza.

Del cielo azul al tachonado manto,

del sol radiante a la inmortal riqueza,

al aire, al campo, a las fragantes flores,

ella añade esplendor, vida y colores.

Cifró en don Félix la infeliz doncella

toda su dicha, de su amor perdida;

fueron sus ojos a los ojos de ella

astros de gloria, manantial de vida.

Cuando sus labios con sus labios sella,

cuando su voz escucha embebecida,

embriagada del dios que la enamora,

dulce le mira, extática le adora.

Localiza todo el vocabulario marcado en el

texto, así como aquel que no conoces.

Busca información sobre esta obra de José de

Espronceda. ¿De qué trata?

En este fragmento aparece la primera parte de

esta historia. ¿Cómo se llama el personaje?

¿Cómo lo presenta? ¿Nos habla positiva o

negativamente del personaje?

¿A qué otro personaje nos presenta en este

fragmento? ¿Cómo la describe?

Explica con tus propias palabras este texto.

¿Qué crees que le sucederá a Elvira?

¿Qué características del romanticismo localizas

en este texto?

Page 7: Textos Del Romanticismo

TEXTOS PARA TRABAJAR EL ROMANTICISMO 1ª EVALUACIÓN - PCPI

LEYENDA SORIANA: “El monte de las ánimas”Gustavo Adolfo Bécquer

La noche de difuntos me despertó a no sé qué hora el doble de las campanas; su tañido monótono y eterno me trajo a las mientes esta tradición que oí hace poco en Soria.

Intenté dormir de nuevo; ¡imposible! Una vez aguijoneada, la imaginación es un caballo que se desboca y al que no sirve tirarle

de la rienda. Por pasar el rato me decidí a escribirla, como en efecto lo hice. [..]

I

-Atad los perros; haced la señal con las trompas para que se reúnan los cazadores, y demos la vuelta a la ciudad. La noche se acerca, es día de Todos los Santos y estamos en el Monte de las Ánimas.

-¡Tan pronto!

-A ser otro día, no dejara yo de concluir con ese rebaño de lobos que las nieves del Moncayo han arrojado de sus madrigueras; pero hoy es imposible. Dentro de poco sonará la oración en los Templarios, y las ánimas de los difuntos comenzarán a tañer su campana en la capilla del monte.

-¡En esa capilla ruinosa! ¡Bah! ¿Quieres asustarme?

-No, hermosa prima; tú ignoras cuanto sucede en este país, porque aún no hace un año que has venido a él desde muy lejos. Refrena tu yegua, yo también pondré la mía al paso, y mientras dure el camino te contaré esa historia.

Los pajes se reunieron en alegres y bulliciosos grupos; los condes de Borges y de Alcudiel montaron en sus magníficos caballos, y todos juntos siguieron a sus hijos Beatriz y Alonso, que precedían la comitiva a bastante distancia.

Mientras duraba el camino, Alonso narró en estos términos la prometida historia:

-Ese monte que hoy llaman de las Ánimas, pertenecía a los Templarios, cuyo convento ves allí, a la margen del río. Los Templarios eran guerreros y religiosos a la vez. Conquistada Soria a los árabes, el rey los hizo venir de lejanas tierras para defender la ciudad por la parte del puente, haciendo en ello notable agravio a sus nobles de Castilla; que así hubieran solos sabido defenderla como solos la conquistaron.

Entre los caballeros de la nueva y poderosa Orden y los hidalgos de la ciudad fermentó por algunos años, y estalló al fin, un odio profundo. Los primeros tenían acotado ese monte, donde reservaban caza abundante para satisfacer sus necesidades y contribuir a sus placeres; los segundos determinaron organizar una gran batida en el coto, a pesar de las severas prohibiciones de los clérigos con espuelas, como llamaban a sus enemigos.

Cundió la voz del reto, y nada fue parte a detener a los unos en su manía de cazar y a los otros en su empeño de estorbarlo. La proyectada expedición se llevó a cabo. No se acordaron de ella las fieras; antes la tendrían presente tantas madres como arrastraron sendos lutos por sus hijos. Aquello no fue una cacería, fue una batalla espantosa: el monte quedó sembrado de cadáveres, los lobos a quienes se quiso exterminar tuvieron un sangriento festín. Por último, intervino la autoridad del rey: el monte, maldita ocasión de tantas desgracias, se declaró abandonado, y la capilla de los religiosos, situada en el mismo monte y en cuyo atrio se enterraron juntos amigos y enemigos, comenzó a arruinarse.

Desde entonces dicen que cuando llega la noche de difuntos se oye doblar sola la campana de la capilla, y que las ánimas de los muertos, envueltas en jirones de sus sudarios, corren como en una cacería fantástica por entre las breñas y los zarzales. Los ciervos braman espantados, los lobos aúllan, las culebras dan horrorosos silbidos, y al otro día se han visto impresas en la nieve las huellas de los descarnados pies de los esqueletos. Por eso en Soria le llamamos el Monte de las Ánimas, y por eso he querido salir de él antes que cierre la noche.

II

Los servidores acababan de levantar los manteles; la alta chimenea gótica del palacio de los condes de Alcudiel despedía un vivo resplandor iluminando algunos grupos de damas y caballeros que alrededor de la lumbre conversaban familiarmente, y el viento azotaba los emplomados vidrios de las ojivas del salón.

Ambos guardaban hacía rato un profundo silencio.

-Hermosa prima -exclamó al fin Alonso rompiendo el largo silencio en que se encontraban-; pronto vamos a separarnos tal vez para siempre; las áridas llanuras de Castilla, sus costumbres toscas y guerreras, sus hábitos sencillos y patriarcales sé que no te gustan; te he oído suspirar varias veces, acaso por algún galán de tu lejano señorío.

-Tal vez por la pompa de la corte francesa; donde hasta aquí has vivido -se apresuró a añadir el joven-. De un modo o de otro, presiento que no tardaré en perderte... Al separarnos, quisiera que llevases una memoria mía... ¿Te acuerdas cuando fuimos al templo a dar gracias a Dios por haberte devuelto la salud que viniste a buscar a esta tierra? El joyel que sujetaba la pluma de mi gorra cautivó tu atención. ¡Qué hermoso estaría sujetando un velo sobre tu oscura cabellera!. […] ¿Lo quieres? [...]

Beatriz se mordió ligeramente los labios y extendió la mano para tomar la joya, sin añadir una palabra.

Al cabo de algunos minutos, el interrumpido diálogo tornó a anudarse de este modo:

-Y antes de que concluya el día de Todos los Santos, en que así como el tuyo se celebra el mío, y puedes, sin atar tu voluntad, dejarme un recuerdo, ¿no lo harás? -dijo él clavando una mirada en la de su prima, que brilló como un relámpago, iluminada por un pensamiento diabólico.

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TEXTOS PARA TRABAJAR EL ROMANTICISMO 1ª EVALUACIÓN - PCPI

-¿Por qué no? -exclamó ésta llevándose la mano al hombro derecho como para buscar alguna cosa entre las pliegues de su ancha manga de terciopelo bordado de oro... Después, con una infantil expresión de sentimiento, añadió:

-¿Te acuerdas de la banda azul que llevé hoy a la cacería, y que por no sé qué emblema de su color me dijiste que era la divisa de tu alma?

-Sí.

-Pues... ¡se ha perdido! Se ha perdido, y pensaba dejártela como un recuerdo.

-¡Se ha perdido!, ¿y dónde? -preguntó Alonso incorporándose de su asiento y con una indescriptible expresión de temor y esperanza.

-No sé.... en el monte acaso.

-¡En el Monte de las Ánimas -murmuró palideciendo y dejándose caer sobre el sitial-; en el Monte de las Ánimas!

Luego prosiguió con voz entrecortada y sorda:

-Tú lo sabes, porque lo habrás oído mil veces; en la ciudad, en toda Castilla, me llaman el rey de los cazadores. No habiendo aún podido probar mis fuerzas en los combates, como mis ascendentes, he llevado a esta diversión, imagen de la guerra, todos los bríos de mi juventud, todo el ardor, hereditario en mi raza. La alfombra que pisan tus pies son despojos de fieras que he muerto por mi mano. Yo conozco sus guaridas y sus costumbres; y he combatido con ellas de día y de noche, a pie y a caballo, solo y en batida, y nadie dirá que me ha visto huir del peligro en ninguna ocasión. Otra noche volaría por esa banda, y volaría gozoso como a una fiesta; y, sin embargo, esta noche... esta noche. ¿A qué ocultártelo?, tengo miedo. ¿Oyes? Las campanas doblan, la oración ha sonado en San Juan del Duero, las ánimas del monte comenzarán ahora a levantar sus amarillentos cráneos de entre las malezas que cubren sus fosas... ¡las ánimas!, cuya sola vista puede helar de horror la sangre del más valiente, tornar sus cabellos blancos o arrebatarle en el torbellino de su fantástica carrera como una hoja que arrastra el viento sin que se sepa adónde.

Mientras el joven hablaba, una sonrisa imperceptible se dibujó en los labios de Beatriz, que cuando hubo concluido exclamó con un tono indiferente y mientras atizaba el fuego del hogar, donde saltaba y crujía la leña, arrojando chispas de mil colores:

-¡Oh! Eso de ningún modo. ¡Qué locura! ¡Ir ahora al monte por semejante friolera! ¡Una noche tan oscura, noche de difuntos, y cuajado el camino de lobos!

Al decir esta última frase, la recargó de un modo tan especial, que Alonso no pudo menos de comprender toda su amarga ironía, movido como por un resorte se puso de pie, se pasó la mano por la frente, como para arrancarse el miedo que estaba en su cabeza y no en su corazón, y con voz firme exclamó, dirigiéndose a la hermosa, que estaba aún inclinada sobre el hogar entreteniéndose en revolver el fuego:

-Adiós Beatriz, adiós... Hasta pronto.

-¡Alonso! ¡Alonso! -dijo ésta, volviéndose con rapidez; pero cuando quiso o aparentó querer detenerle, el joven había desaparecido. [...]

III

Había pasado una hora, dos, tres; la media noche estaba a punto de sonar, y Beatriz se retiró a su oratorio. Alonso no volvía, no volvía, cuando en menos de una hora pudiera haberlo hecho. [...]

Las doce sonaron en el reloj del Postigo. Beatriz oyó entre sueños las vibraciones de la campana, lentas, sordas, tristísimas, y entreabrió los ojos. Creía haber oído a par de ellas pronunciar su nombre; pero lejos, muy lejos, y por una voz ahogada y doliente. El viento gemía en los vidrios de la ventana.

-Será el viento -dijo; y poniéndose la mano sobre el corazón, procuró tranquilizarse. Pero su corazón latía cada vez con más violencia. Las puertas de alerce del oratorio habían crujido sobre sus goznes, con un chirrido agudo prolongado y estridente.

Primero unas y luego las otras más cercanas, todas las puertas que daban paso a su habitación iban sonando por su orden, éstas con un ruido sordo y grave, aquéllas con un lamento largo y crispador. Después silencio, un silencio lleno de rumores extraños, el silencio de la media noche, con un murmullo monótono de agua distante; lejanos ladridos de perros, voces confusas, palabras ininteligibles; ecos de pasos que van y vienen, crujir de ropas que se arrastran, suspiros que se ahogan, respiraciones fatigosas que casi se sienten, estremecimientos involuntarios que anuncian la presencia de algo que no se ve y cuya aproximación se nota no obstante en la oscuridad. [...]

Y cerrando los ojos intentó dormir...; pero en vano había hecho un esfuerzo sobre sí misma. Pronto volvió a incorporarse más pálida, más inquieta, más aterrada. Ya no era una ilusión: las colgaduras de brocado de la puerta habían rozado al separarse, y unas pisadas lentas sonaban sobre la alfombra; el rumor de aquellas pisadas era sordo, casi imperceptible, pero continuado, y a su compás se oía crujir una cosa como madera o hueso. Y se acercaban, se acercaban, y se movió el reclinatorio que estaba a la

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TEXTOS PARA TRABAJAR EL ROMANTICISMO 1ª EVALUACIÓN - PCPI

orilla de su lecho. Beatriz lanzó un grito agudo, y arrebujándose en la ropa que la cubría, escondió la cabeza y contuvo el aliento. [...]

Así pasó una hora, dos, la noche, un siglo, porque la noche aquella pareció eterna a Beatriz. Al fin despuntó la aurora: vuelta de su temor, entreabrió los ojos a los primeros rayos de la luz. Después de una noche de insomnio y de terrores, ¡es tan hermosa la luz clara y blanca del día! Separó las cortinas de seda del lecho, y ya se disponía a reírse de sus temores pasados, cuando de repente un sudor frío cubrió su cuerpo, sus ojos se desencajaron y una palidez mortal descoloró sus mejillas: sobre el reclinatorio había visto sangrienta y desgarrada la banda azul que perdiera en el monte, la banda azul que fue a buscar Alonso.

Cuando sus servidores llegaron despavoridos a noticiarle la muerte del primogénito de Alcudiel, que a la mañana había aparecido devorado por los lobos entre las malezas del Monte de las Ánimas, la encontraron inmóvil, crispada, asida con ambas manos a una de las columnas de ébano del lecho, desencajados los ojos, entreabierta la boca; blancos los labios, rígidos los miembros, muerta; ¡muerta de horror!

IV

Dicen que después de acaecido este suceso, un cazador extraviado que pasó la noche de difuntos sin poder salir del Monte de las Ánimas, y que al otro día, antes de morir, pudo contar lo que viera, refirió cosas horribles. Entre otras, asegura que vio a los esqueletos de los antiguos templarios y de los nobles de Soria enterrados en el atrio de la capilla levantarse al punto de la oración con un estrépito horrible, y, caballeros sobre osamentas de corceles, perseguir como a una fiera a una mujer hermosa, pálida y desmelenada, que con los pies desnudos y sangrientos, y arrojando gritos de horror, daba vueltas alrededor de la tumba de Alonso.

Lee el texto tantas veces como sea necesario y localiza en él las palabras que no entiendas.

Busca información sobre Gustavo Adolfo Bécquer: vida y obra

Relaciona su obra con la corriente literaria en la que se encuentra el autor

Determina el tema presente en este texto y resúmelo

Analiza los elementos narrativos del texto: narrador, personajes, tiempo y espacio

Indica los párrafos y cómo se desarrolla la acción: planteamiento, nudo y desenlace

Explica qué aspectos te han resultado más llamativos de esta obra

Valora este texto, resumiendo lo que más te ha gustado: expresividad u originalidad.

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TEXTOS PARA TRABAJAR EL ROMANTICISMO 1ª EVALUACIÓN - PCPI

La voz del silencio

En una de las visitas que como remanso en la lucha diaria hago a la vetusta y silenciosa Toledo, sucedieron estos pequeños acontecimientos que, agrandados por mi fantasía, traslado a las blancas cuartillas.

Vagaba una tarde por las estrechas calles de la imperial ciudad con mi carpeta de dibujo debajo del brazo, cuando sentí que una voz como un inmenso suspiro pronunciaba a mi lado vagas y confusas palabras: me volví apresuradamente, y cuál no sería mi asombro al encontrarme completamente solo en la estrecha calleja. Y, sin embargo, indudablemente una voz, una voz extraña, mezcla de lamento, voz de mujer, sin duda, había sonado a pocos pasos de donde yo estaba. Cansado de buscar inútilmente la boca que a mi espalda había lanzado su confusa queja, y habiendo ya sonado la hora del ANGELUS en el reloj de un cercano convento, me dirigí a la posada que me servía de refugio en las interminables horas de la noche.

Al quedarme solo en mi habitación, y a la luz de la débil y vacilante bujía, tracé en mi álbum una silueta de mujer.

Dos días después, y cuando ya casi había olvidado mi pasada aventura, la casualidad me llevó nuevamente a la torcida encrucijada teatro de ella. Empezaba a morir el día; el sol teñía el horizonte de manchas rojas, moradas; caía grave en el silencio la voz de bronce de las horas. Mi paso era lento, una vaga melancolía ponía un gesto de duda en mi semblante.

Y otra vez la voz, la misma voz del pasado día, volvió a turbar el silencio y mi tranquilidad. Esta vez decidí no descansar hasta encontrar la clave del enigma, y cuando ya desconfiaba de mis investigaciones, descubrí en una vieja casa, de antiquísima arquitectura, una pequeña ventana cerrada por una reja caprichosa y artística. De aquellas ventanas salía, indudablemente, la armoniosa y silente voz de mujer.

Era completamente de noche, la voz-suspiro había callado y decidí volver a mi posada, en cuya habitación de enjalbegadas paredes, y tendido en el duro lecho, ha creado mi fantasía una novela que, desgraciadamente..., nunca podrá ser realidad.

Al día siguiente, un viejo judío que tiene su puesto de quincalla frente a la vieja casa en que sonó la misteriosa voz, me contó que dicha casa está deshabitada desde hace mucho tiempo. Vivía en ella una bellísima mujer acompañada de su esposo, un avaro mercader de mucha más edad que ella. Un día el mercader salió de la casa cerrando la puerta con llave, y no volvió a saberse de él ni de su hermosa mujer. La leyenda cuenta que desde entonces todas las noches un fantasma blanco con formas de mujer vaga por el ruinoso caserón, y se escuchan confusas voces mezcladas de maldición y lamento.

Y la misma leyenda cree ver en el blanco fantasma a la bella mujer del mercader avaro.

Voz de mujer que como música celeste, como suspiro de un alma enamorada, viniste a mi, traída por la caricia del aire lleno de aromas de primavera. ¿Qué misterio hay en tus palabras confusas, en tus débiles quejas, en tus armoniosas y extrañas canciones?

Bécquer, Gustavo Adolfo. “La voz del silencio”. En: Rimas y leyendas. Gustavo Adolfo Bécquer. Editorial El libro Español. México, 1962.

ACTIVIDADES

1. Sintetiza todos los rasgos que permitan concluir que es una leyenda de Bécquer.

2. ¿Cómo se hace presente el autor en esta leyenda?

3. Recoge los recursos literarios que encuentres: personificaciones, metáforas, epítetos.

4. Resume el contenido de la leyenda.

5. Localiza y distingue los siguientes cuatro momentos en el texto que acabas de leer:

a) Una introducción narrativa.

b) El relato de la vivencia del narrador.

c) La leyenda popular.

d) La implicación final del autor en la leyenda.

6. El relato anterior, por sus características es:

A) Una narración B) Una leyenda C) Un poema en prosa D) Un epígrafe E) Un cuento

7. Según el texto, el oficio del protagonista es:A) La escritura de novelas B) La arquitectura C) La pintura D) La escultura E) El comercio

8. En el texto el término Ángelus se refiere a:A) El sonido de las campanas anunciado la oración vespertinaB) El sonido de las campanas llamando a misaC) El sonido de las campanas anunciando el fin de la liturgiaD) El sonido de las campanas en honor a un difuntoE) El sonido de las campanas anunciando la celebración de un matrimonio

9. Según el texto, los acontecimientos a que se enfrenta el protagonista esta basado en:A) Un acontecimiento real B) Una leyenda C) Una anécdota D) Una noticia E) Una novela