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X Congreso Español de Sociología – 1, 2, 3 de julio 2010 1 La articulación de la perspectiva cuantitativa y cualitativa en la investigación sobre el curso de vida. El ejemplo de los efectos de la protección social sobre las trayectorias laborales. Joan Miquel Verd Pericás Universitat Autònoma de Barcelona Departamento de Sociología Edificio B. 08193 Bellaterra (Barcelona) Teléfono: 93 581 24 04 Fax: 93 581 24 05 E-mail: [email protected] Introducción Muy frecuentemente el uso de métodos cualitativos se reserva a cuestiones de investigación vinculadas al “mundo interno” de los actores, concretamente, a sus motivaciones, significados, representaciones, emociones y otros aspectos subjetivos (Schwartz y Jacobs, 1984: 22). Estos intereses también se trasladan al uso de relatos de vida, poniendo un acento mayor, si cabe, en los sistemas simbólicos de los actores (Denzin, 1989) o en los aspectos identitarios (Giarraca y Bidaseca, 2004; Atkinson y Delamont, 2006: xxiii). Sin embargo, la perspectiva cualitativa es pertinente más allá de los elementos más puramente émicos (incluyéndolos también, desde luego). Por un lado, su capacidad inigualable para contemplar y situar los acontecimientos en sus propios contextos (Munck, 2004), permite abordar las acciones de los individuos en interrelación con aquellos factores externos cuya influencia puede quedar fuera de su propia conciencia. Por otro lado, tal como han destacado Miles y Huberman (1994) o Mason (2006), entre otros, la mirada a corta distancia de la perspectiva cualitativa, al tiempo que su aproximación holística, permite identificar mejor que de ningún otro modo los mecanismos causales e interrelaciones entre acontecimientos. Unos y otros elementos permiten establecer generalizaciones (mediante el uso de la lógica comparativa) que van precisamente más allá de lo ideográfico y de los contextos particulares. En este sentido, la posibilidad de contemplar la acción y experiencia sociales como situadas contextualmente permite el desarrollo de explicaciones de grano fino, que a menudo sobrepasan, puesto que lo articulan, lo estrictamente micro o macrosociológico (Mason, 2006: 17-18).

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X Congreso Español de Sociología – 1, 2, 3 de julio 2010

1

La articulación de la perspectiva cuantitativa y cualitativa en la

investigación sobre el curso de vida. El ejemplo de los efectos

de la protección social sobre las trayectorias laborales.

Joan Miquel Verd Pericás Universitat Autònoma de Barcelona Departamento de Sociología Edificio B. 08193 Bellaterra (Barcelona) Teléfono: 93 581 24 04 Fax: 93 581 24 05 E-mail: [email protected]

Introducción

Muy frecuentemente el uso de métodos cualitativos se reserva a cuestiones de

investigación vinculadas al “mundo interno” de los actores, concretamente, a sus

motivaciones, significados, representaciones, emociones y otros aspectos subjetivos

(Schwartz y Jacobs, 1984: 22). Estos intereses también se trasladan al uso de relatos de

vida, poniendo un acento mayor, si cabe, en los sistemas simbólicos de los actores

(Denzin, 1989) o en los aspectos identitarios (Giarraca y Bidaseca, 2004; Atkinson y

Delamont, 2006: xxiii).

Sin embargo, la perspectiva cualitativa es pertinente más allá de los elementos

más puramente émicos (incluyéndolos también, desde luego). Por un lado, su capacidad

inigualable para contemplar y situar los acontecimientos en sus propios contextos

(Munck, 2004), permite abordar las acciones de los individuos en interrelación con

aquellos factores externos cuya influencia puede quedar fuera de su propia conciencia.

Por otro lado, tal como han destacado Miles y Huberman (1994) o Mason (2006), entre

otros, la mirada a corta distancia de la perspectiva cualitativa, al tiempo que su

aproximación holística, permite identificar mejor que de ningún otro modo los

mecanismos causales e interrelaciones entre acontecimientos. Unos y otros elementos

permiten establecer generalizaciones (mediante el uso de la lógica comparativa) que van

precisamente más allá de lo ideográfico y de los contextos particulares. En este sentido,

la posibilidad de contemplar la acción y experiencia sociales como situadas

contextualmente permite el desarrollo de explicaciones de grano fino, que a menudo

sobrepasan, puesto que lo articulan, lo estrictamente micro o macrosociológico (Mason,

2006: 17-18).

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Estos principios genéricos pueden aplicarse perfectamente al uso de los relatos

de vida. Junto con las motivaciones, significados o representaciones, los relatos

permiten contemplar el entramado y textura de los acontecimientos, así como su

interrelación longitudinal (Pujadas, 1992: 44-45). Este uso “objetivista” exige un

principio realista que no todos los autores comparten y que ha sido respaldado con

energía por Bertaux (1997) o Thompson (2004). Estos autores defienden la pertinencia del

relato como vía de acceso a la realidad “objetiva” más allá del narrador, de modo que a

pesar de la mediación que supone el propio relato siempre es posible reconstruir “la

estructura diacrónica de situaciones y acontecimientos que han marcado esta

trayectoria [biográfica]” (Bertaux, 1997: 37; con cursivas en el original).

Esta ponencia se encuadra en la mencionada postura realista. Concretamente, se

defiende que los relatos de vida son un instrumento adecuado para identificar momentos

clave en las biografías (laborales) de la personas y examinar con detalle con qué

recursos contaban dichas personas en esos momentos, y cómo fueron utilizados y por

qué (con qué intenciones). De hecho, se toma como hilo conductor un proyecto de

investigación, denominado CAPRIGHT1, cuyo objetivo final es el de evaluar en qué

medida las políticas de protección social aportan recursos valorados y útiles para las

personas a la hora de desarrollar sus propias biografías. Como se ha señalado más

arriba, posiblemente no sea éste el uso de los relatos de vida más extendido hoy en día,

sin embargo, creemos que el mencionado proyecto ejemplifica bien las bondades de este

tipo de uso.

Uno de los objetivos del proyecto CAPRIGHT es abordar de modo longitudinal,

y con un objetivo de carácter evaluativo, las diferentes políticas de protección social

vinculadas al empleo que se dan en diferentes países europeos. Con el objetivo de

desarrollar este objetivo se ha adoptado como marco normativo, la perspectiva de las

capacidades de Sen, cuyos detalles serán presentados más adelante. En términos

metodológicos, se ha adoptado una perspectiva biográfica longitudinal, inspirada en

buena medida por la perspectiva del curso de vida, tomando en cuenta las trayectorias

1 El proyecto CAPRIGHT (Resources, rights and capabilities: in search of social foundations for Europe), se ha desarrollado entre enero de 2007 y diciembre de 2010. Ha sido coordinado por Robert Salais y financiado por el VI Programa Marco de la Comisión Europea (contrato CIT4-CT-2006-028549). En él han participado 24 equipos de 13 países diferentes, aunque divididos en tres subproyectos principales diferentes. Para más información puede consultarse la página http://www.capright.eu.

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de trabajadores y trabajadoras y el tipo de protección ofrecida en diferentes momentos y

estadios de sus trayectorias2.

Como se verá, es uso de la perspectiva de las capacidades de Sen y un enfoque

predominantemente cualitativo es el rasgo distintivo respecto a los (pocos) trabajos que

hasta el momento han abordado la evaluación de las políticas de protección social desde

una perspectiva longitudinal. La articulación de la perspectiva teórica de Sen con una

perspectiva biográfica longitudinal supuso un conjunto de retos metodológicos que se

resolvieron mediante un diseño mixto en que el uso de relatos de vida tenía un papel

central. La justificación y descripción de este uso constituye en núcleo de la ponencia.

1. Trayectorias laborales y curso de vida

1.1. La desestabilización de las trayectorias biográficas

Los cambios ocurridos en los mercados laborales de los países occidentales a partir de la

década de los ochenta han producido unas biografías laborales que muy poco tienen que

ver con las “carreras laborales” estables y sin sobresaltos típicas de los años cincuenta y

sesenta. A los efectos producidos por las políticas desreguladoras y flexibilizadoras

(Jessop, 2002) deben añadirse, en Europa, los causados por las políticas que buscan la

incorporación de las mujeres a la esfera productiva, en lo que se ha denominado ‘adult

worker model’ (Lewis, 2001; Annesley, 2007). Tanto unas medidas como otras han

producido enormes cambios en la clásica (y masculina) secuenciación vital en tres

etapas: educación, trabajo remunerado y jubilación. Hoy en día, estas etapas tienen

duraciones diferentes entre las personas, pueden solaparse total o parcialmente y pueden

darse con variadas transiciones entre una y otra situación (Klammer, 2009).

El inicio de estos cambios en las trayectorias biográficas casi ha coincidido

temporalmente con el desarrollo de la denominada perspectiva del curso de vida. Esta

perspectiva es reivindicada por algunos autores como la orientación teórico-

metodológica de mayor preeminencia actualmente en el estudio de las trayectorias

biográficas (Elder, Johnson y Crosnoe, 2004). Las razones van más allá de los cambios

en los mercados laborales, y pueden encontrarse en el interés creciente por estudiar

2 Esta perspectiva metodológica no se ha aplicado por parte de todos los grupos de investigación que han participado en el proyecto CAPRIGHT. Específicamente se ha llevado a cabo en los siguientes países europeos: Alemania, Austria, España, Francia, Italia, Rumania y Suiza. También queremos señalar que los detalles del diseño y explotación de los datos que se darán más adelante corresponden a la aproximación concreta realizada por el equipo español del proyecto.

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cómo las personas viven sus vidas en unos contextos sociales cada vez más cambiantes

e inestables3.

Aunque pueden encontrarse antecedentes en algunos trabajos publicados durante

la década de los cincuenta (véase Giele y Elder, 1998a; o Mayer, 2005), existe cierto

acuerdo (Elliott, 2005; Giele y Elder, 1998a; Mayer, 2005; Sampson y Laub, 1991) en

tomar el estudio de Elder The Children of the Great Depression como una de las obras

seminales de la perspectiva. En esta obra el autor identifica “four main factors that

shape the life course: location in time and place, social ties to others, individual agency

or control, and variations in the timing of key life events” (Elliott, 2005: 73). Estos

elementos prefiguran los que hoy en día se presentan como principios paradigmáticos

de la perspectiva, que son presentados algo más abajo.

Resulta interesante destacar el hecho de que la perspectiva del curso de vida

haya pasado a jugar un papel cada vez más importante en el diseño de las políticas que

promueve la Unión Europea (véase Klammer, 2004; Klammer, Muffels y Wilthagen,

2008; Klammer, 2009). A día de hoy, esta aproximación se vincula no sólo a las

“políticas económicas, de empleo y de mercado de trabajo, sino también a las políticas

sociales, de pensiones y de igualdad de oportunidades, a los debates sobre la calidad de

vida, al objetivo de un envejecimiento activo y a la agenda europea sobre políticas

sociales” (Klammer, Muffels y Wilthagen, 2008: 5).

Aunque tradicionalmente el término life course se ha utilizado más en los

Estados Unidos y el término life cyle más en Europa, resulta relevante que la Unión

Europea prefiera el término life course, lo cual no puede interpretarse como una

casualidad. Frente al término life cycle, frecuentemente utilizado en demografía y en los

estudios de población para referirse a grandes agregados, el término life course tiene

una connotación más personal e individual, más vinculada incluso a aspectos de agencia

y reflexividad en el desarrollo de la propia trayectoria (Elliott, 2005: 73; Elder, Johnson

y Crosnoe, 2004: 4-5). Ello no quita que los conceptos utilizados y la aproximación

metodológica sean en buena parte coincidentes.

3 El giro narrativo-biográfico que se ha dado en los últimos treinta años en la sociología cualitativa también podría vincularse a razones parecidas, aunque éste no es el lugar para desarrollar este argumento. Sobre esta cuestión véanse Bertaux (1997) o Atkinson y Delamont (2006).

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1.2. Elementos principales de la perspectiva del curso de vida

Antes de presentar los principios que sustentan la aproximación del curso de vida,

ofrezcamos una primera definición de la perspectiva, tomada de Giele y Elder (1998a:

2-3):

“The key building block elements of the new life course paradigm are events

combined in event histories or trajectories that are then compared across

persons or groups by noting differences in timing, duration, and rates of change.

[…] No longer are the principal questions ones of comparing static qualities

such as how many and which people are poor; rather, the new dynamic

questions focus on both individual characteristics ans system properties. For

example, typical questions that are encountered in cross-national comparisons of

panel studies ask how life experiences differ by gender and cohort, which people

are more likely to remain poor, and how the United States compares to other

countries in the persistence of inequality” (p. 3-4, con cursivas en el original).

La perspectiva que acabamos de presentar se desarrolla en cinco principios

básicos (Giele y Elder, 1998b; Elder, Johnson y Crosnoe, 2004) que resumidamente

pueden enumerarse del siguiente modo: a) Situación en el espacio y el tiempo (time and

place): La situación individual de cada persona en términos históricos y culturales

afecta a la experiencia personal y a las modos de desarrollar el curso vital; b) Vidas

conectadas (linked lives): La acción social de los individuos interactúa con y está

mutuamente influída por las relaciones con otras personas, con las que se comparten

experiencias similares; c) Agencia (human agency): Las personas toman decisiones de

forma activa respecto a sus objetivos, en el marco de las oportunidades y constricciones

que marca la historia y las circunstancias sociales; d) Momento vital (timing):

Acontecimientos y características personales similares experimentados en momentos

vitales diferentes tienen consecuencias diferentes en la vida de las personas; e)

Extensión a lo largo de toda la vida del desarrollo biográfico (life-span development): El

desarrollo biográfico sólo se comprende tomando una perspectiva a largo plazo,

estudiando periodos sustanciales de la vida de las personas.

Los principios que acabamos de señalar se desarrollan mediante el uso de todo

un conjunto de conceptos que constituyen, a su vez, indicadores básicos a nivel

empírico: trajectory, transition, and turning point. Estos conceptos son los que

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articulan, con mayor peso de unos u otros en función del autor, los análisis

desarrollados.

La idea de trajectory o pathway4 hace referencia a la sucesión de situaciones que

se suceden de forma longitudinal a lo largo de la vida, tal como señala Bynner “each

step along them [pathways] is conditioned by the steps taken previously, by the

personal, financial, social and cultural resources to which the growing individual has

acces, and by the social and institutional contextss through which the individual moves”

(2005: 379). Aunque no siempre se utiliza, resulta aquí interesante la distinción que

hace Runyan entre stages and states. El tipo de análisis que defiende este autor se basa

en la concepción articulada de ambos: “A stage-state analysis makes the simplifying

assumption that the life course can be divided into a sequence of stages and that a

person can exist in one of a limited number of states within each stage” (1984: 101).

El concepto de transition hace referencia a los cambios de estado que se

producen en cortos espacios de tiempo a lo largo de la trayectoria biográfica. Tal como

destacan Sampson y Laub, “some transitions are age-graded and some are not; hence,

what is often assumed to be important are the normative timing and sequencing of role

transitions” (1993: 8). El tiempo entre dos transiciones es conocido como duration

(Elder, Johnson y Crosnoe, 2004: 8)

Por su parte, el concepto de turning point “involve a substantial change in the

direction of one’s life, whether subjective or objective” (Elder, Johnson y Crosnoe,

2004: 8). No todas las transiciones suponen la existencia de un punto de inflexión.

Citando a Elder (1985: 35), Sampson y Laub señalan que “adaptation to life events is

crucial because the same event or transition followed by different adaptations can lead

to different trajectories” (1993:8). En definitiva, que un cambio se constituya en punto

de inflexión depende en buena medida de las características personales y los recursos

con que cuenta esa persona. Estos puntos de inflexión, además, permiten reflejar “the

effective exercise of agency in both creating and responding to next opportunities”

(Bynner, 2005: 379).

Como se comprueba, la perspectiva del curso de vida se interesa de modo

particular por la secuencia de acontecimientos que han marcado la trayectoria

biográfica. En este empeño, suele adoptarse una perspectiva agregada, tomando como

4 Algunos autores (Elder, 1985; Pallas, 2004) distinguen entre trajectory y pathway (que podría traducirse como senda o camino, aunque también como vía o ruta). Pallas destaca el aspecto socialmente predefinido de los caminos, frente al abierto de las trayectorias: “A trajectory is an attribute of an individual, whereas a pathway is an attribute of a social system” (2004: 168).

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foco del análisis a una o varias generaciones o cohortes. Tal como señala Runyan (1984:

82) la orientación “puts greater emphasis on the influences of changing social,

demographic, and historical conditions upon the collective life course”. Ello implica

trabajar fundamentalmente –aunque no únicamente– con datos de carácter cuantitativo.

Los estudios cualitativos centrados en los casos (case-centered studies) siguen siendo

minoritarios frente a los estudios cuantitativos centrados en las variables (variable-

centered studies), aunque la introducción de información del primer tipo suele redundar

en un mayor refinamiento en el análisis, rompiendo en cierto modo con cierta lógica

demasiado “determinista” (véase Sampson y Laub, 1991; Singer et al., 1998; o Singer y

Ryff, 2001).

En este artículo defendemos y ejemplificamos (más adelante) los beneficios del

uso de información cualitativa. Algunos autores, que continúan siendo minoritarios, ya

han advertido de estas bondades. Así, Heinz (2003) apuesta claramente por el uso de

relatos de vida en los estudios del curso de vida, ya sea mediante la aplicación de

entrevistas de carácter biográfico o mediante la reconstrucción de las biografías a partir

de datos de encuesta (en aquellos casos en que la riqueza y número de años abarcados

en las encuestas panel lo permiten). También Cohler y Hostetler (2004), al tiempo que

constatan su escaso uso, ilustran perfectamente los beneficios del uso de relatos de vida

en los estudios sobre el curso de vida. Esta es la línea que se sigue en el resto del

artículo, no tomando estos beneficios como algo axiomático o dado por descontado,

sino poniendo de manifiesto las cuestiones teóricas que en el proyecto CAPRIGHT

plantearon la necesidad de utilizar información cualitativa, y mostrando de qué modo el

uso de material cualitativo permitió dar respuesta a esas cuestiones planteadas.

Es interesante destacar que no siempre el concepto de trayectoria se considera el

más adecuado para describir el curso vital de las personas. Heinz (2004) lo rechaza por

su asociación semántica con la curva balística descrita por un proyectil, lo cual implica

un significado latente de continuidad y predictibilidad. En español esta cuestión es

resuelta por algunos autores utilizando el término itinerario, aunque más como

sinónimo que como alternativa (García Blanco y Gutiérrez, 1996; Masjuan et al., 1996;

Planas et al., 1995). Bertaux (1997: 33), prefiere hablar de “línea de vida”. Aquí,

utilizaremos el término habitual de trayectoria, explicitando que ello no supone (en el

sentido con que se utiliza) prefigurar una dirección perceptible, simplemente se quiere

connotar el sentido longitudinal y de sucesión de experiencias, sin que necesariamente

se conozca o se sea consciente del rumbo que se está siguiendo.

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2. Curso de vida, protección social y capacidades

2.1. Aproximaciones longitudinales a la evaluación de los sistemas de protección

social

Ante las situaciones de inestabilidad en las trayectorias laborales (y más en general,

vitales), que hemos mencionado brevemente en el apartado 1.1 anterior, resulta difícil

concebir las políticas de protección social y de empleo sin considerar su dimensión

longitudinal. Parece evidente que en el desarrollo de estas políticas deberían tenerse en

cuenta la pluralidad de trayectorias laborales que se dan en la actualidad, e incluso las

conexiones de estas trayectorias con otros ámbitos no mercantiles. En este contexto

tiene sentido preguntarnos por cuáles son los sistemas de protección social que mejor

afrontan estas situaciones de cambio e inestabilidad biográfica. Como ha indicado

Rubery, “one of the best ways to conceptualise and consider both the differences in

current models [of social protection] and the pressures under which they are placed for

change is to view these models through the lens of a lifecycle approach” (2004:1).

Como se ha señalado en la introducción, uno de los objetivos del proyecto

CAPRIGHT es precisamente abordar de modo longitudinal, y con un objetivo de

carácter evaluativo, las diferentes políticas de protección social vinculadas al empleo.

Existen trabajos anteriores que han adoptado esta perspectiva longitudinal en el análisis

y evaluación de las políticas públicas orientadas al empleo y la protección social,

aunque son más bien escasos. Posiblemente el trabajo de Schmid (1998; 2006) sea el

más conocido de todos. Sus reflexiones en torno a los “mercados de trabajo

transicionales” (transitional labour markets, TLM) son frecuentemente citadas,

especialmente como “guía para el análisis, la gestión y la coordinación de las políticas

de mercado de trabajo existentes y futuras” (Vielle y Valthery, 2003: 81).

Los diversos estudios publicados por la European Foundation for the

Improvement of Living and Working Conditions (véanse, por ejemplo, Anxo y Erhel,

2005; Anxo y Boulin, 2005; 2006; Anxo et al., 2007; Klammer, Muffels y Wilthagen,

2008; Klammer, 2009), así como algunos de los trabajos desarrollados en el seno del

proyecto DYNAMO (2007) también se han inspirado en la perspectiva del curso de

vida. En el primer grupo de trabajos (véase un resumen en Klammer, 2009), la idea de

trayectoria biográfica se utiliza fundamentalmente como modo de abordar desde una

perspectiva longitudinal los diferentes usos del tiempo entre hombres y mujeres. En los

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segundos (Rubery, 2004; Anxo, Bosch y Rubery, 2010) el objetivo es la evaluación de

los sistemas de protección social considerando los recursos ofrecidos en diferentes fases

biográficas, así como también las formas de apoyo informal provenientes del ámbito

familiar en esos mismos estadios clave5.

Es importante señalar que ninguna de las investigaciones reseñadas toma en

consideración uno de los elementos clave en la perspectiva del ciclo de vida: el

desarrollo efectivo de la agencia. Dicho de otro modo, en los ejercicios de evaluación no

se tienen en cuenta –al menos explícitamente– ni las preferencias individuales ni el

grado o posibilidad de elección que las políticas públicas ofrecen a las personas. Tomar

en cuenta esta dimensión supondría que las medidas de protección social se evaluasen

también en función del nivel de constricción que imponen sobre los individuos. Así,

aquellos modelos basados, por ejemplo, en el workfare, deberían ser evaluados de modo

diferente de aquellos que no suponen ninguna obligatoriedad para los receptores de las

medidas (Bonvin y Farvaque, 2005).

Heinz (2004) ha destacado perfectamente la importancia de tener en cuenta al

individuo y su capacidad de elección cuando se abordan las trayectorias laborales. Aquí

radica la originalidad del enfoque del proyecto CAPRIGHT: toma como centrales la

posibilidad de elección de los individuos y la medida en que los políticas sociales

restrigen o amplían esta posibilidad de elección.

Este re-centramiento del sujeto se realiza en el proyecto CAPRIGHT tomando el

enfoque de las capacidades de Amartya Sen como base evaluativa (“enriched

informational base of judgement”) de las políticas de protección social vinculadas al

empleo. Precisamente la obra de Sen destaca por situar en el centro del modelo la

libertad de elección de los individuos. En este sentido el bienestar o satisfacción

personal se juzga no en función de la utilidad proporcionada, sino en función de las

posibilidades que tiene un individuo de desarrollar la vida (entiéndase aquí trayectoria)

que juzga como deseable (Sen, 1987; 1999).

El enfoque de las capacidades no es una teoría explicativa de la igualdad o el

bienestar (o su ausencia), sino un marco normativo y evaluativo, susceptible de ser

aplicado en ámbitos diversos. Esta base evaluativa se sustenta en una noción de

igualdad entre las personas que ante la pregunta “¿igualdad de qué?” responde

afirmando son las capacidades que tiene una persona para conseguir aquello que quiera

5 Para una revisión más profunda de estas aproximaciones puede consultarse Bartelheimer, Moncel, Verd y Vero (2009:40-41) y Verd, Vero y López (2009: 132-135).

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ser o que quiera hacer -capability to function lo llamará (Sen, 1987)- aquello que debe

considerarse. A continuación se explica brevemente este modelo.

2.2. El modelo de las capacidades

Siguiendo los planteamientos de Gasper (2007), es posible resumir en cuatro

características principales los elementos que dotan de interés evaluativo al enfoque de

las capacidades: a) Establece la idea, intuitivamente atractiva, de que las personas

deberían disfrutar de la misma libertad real, más allá de lo que puedan establecer los

derechos formales; b) Va más allá de la satisfacción subjetiva, reconociendo que en

ocasiones las preferencias y los valores tienen un carácter adaptativo, de modo que en

ciertas circunstancias será necesario considerar hasta qué punto las elecciones realizadas

tienen una base informativa adecuada y un razonamiento correcto; c) Tiene en cuenta

las diferencias individuales en las preferencias y objetivos, de modo que no se parte de

situaciones globales y universalmente preferibles a otras; y d) Se preocupa

principalmente por las posibilidades que tienen las personas de transformar los recursos

con que cuentan en desempeños6, frente a aquellos modelos que centran el interés en el

volumen de recursos a disposición de los individuos.

En definitiva, el enfoque de las capacidades sitúa en el centro del modelo la

“libertad real” de elección de las personas. Esta libertad tiene, para Sen (2002a, 2006),

dos vertientes diferentes: el aspecto procesual y el aspecto de oportunidad. El aspecto

procesual hace referencia a la posibilidad que tienen los individuos de convertirse en

agentes, de influir en aquellos hechos relevantes para sus propias vidas. El aspecto de

oportunidad tiene que ver con la posibilidad de conseguir efectivamente aquellas

situaciones deseadas, incluso cuando alguien externo al propio individuo debe tomar la

decisión (Sen, 2002b/1983).

El marco analítico del enfoque de las capacidades se desarrolla en torno a tres

conceptos fundamentales, los recursos, las capacidades y los desempeños (véase la

Figura 1). Una primera distinción conceptual básica es la existente entre capacidades y

desempeños. Según Sen, “la capacidad de una persona refleja las combinaciones

alternativas de desempeños que una persona puede obtener, y de los cuales él o ella

puede elegir un conjunto” (1993: 31). De este modo, las capacidades reflejan el

6 Es frecuente traducir el término original que utiliza Sen en sus escritos, functionings, por funcionamientos. Sus connotaciones algo funcionalistas y el hecho de que en español exista el término desempeños, que recoge perfectamente el sentido del término original, nos han decantado por utilizar este segundo término.

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conjunto real de opciones que una persona tiene a su alcance. Por otro lado, los

desempeños (functionings), son el conjunto de modos de ser y de hacer que finalmente

una persona lleva a la práctica. La distinción entre capacidades y desempeños es la

misma que entre lo efectivamente posible, por un lado, y lo finalmente llevado a cabo,

por otro.

Figura 1. Marco analítico del enfoque de las capacidades. Relación entre recursos, capacidades y desempeños.

Fuente: Elaboración propia a partir de Bonvin y Farvaque (2006) y Bonvin (2008).

También la distinción entre recursos y capacidades es de gran relevancia. Se

entienden por recursos el conjunto de derechos o habilitaciones (entitlements) y bienes y

servicios (commodities) que una persona tiene asignados en un determinado contexto

(Sen, 1999). Al destacarse la importancia de las capacidades se pone el acento en los

factores de conversión que pueden impedir o facilitar la transformación de los recursos

–tomados como medios– en libertad efectiva (Sen, 1985). Esta es la razón principal por

la cual los procedimientos de evaluación no deberían poner la atención en los recursos,

sino en la conversión de derechos formales en derechos reales o capacidades. Por lo

tanto, desde el enfoque de las capacidades, una política pública adecuada es aquella que

supone combinar la garantía de derechos o bienes y servicios con el establecimiento de

los factores de conversión adecuados.

Resulta importante destacar que, en general, el enfoque de las capacidades se ha

desarrollado y aplicado empíricamente desde una perspectiva cuantitativa. Ello no debe

resultar sorprendente si recordamos que tanto Sen como la mayoría de autores que han

aplicado el enfoque de las capacidades proceden del campo de la economía. Robeyns

constata este dominio de las aproximaciones cuantitativas dentro del enfoque de las

capacidades, aunque también menciona la existencia de aproximaciones cualitativas

Recursos Capacidades Desempeños

Factores de conversión Elección

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orientados al análisis descriptivo y la “descripción densa” (2005: 193). En nuestra

opinión, las aproximaciones cualitativas tienen bastante más que ofrecer. Un desarrollo

cualitativo del enfoque de las capacidades permite desarrollar todas las potencialidades

analíticas del trabajo de Sen, más allá de la simple descripción. Argumentaremos esta

posición algo más adelante.

3. Desafíos metodológicos en la combinación de los enfoques del curso de vida y las

capacidades

Como se ha comprobado, el modelo de las capacidades tiene un carácter

fundamentalmente abstracto y abierto, lo cual permite, por un lado, su adaptación a

diferentes problemas de investigación y, por otro lado, exige su desarrollo para ser

usado exitosamente en una aproximación empírica como la planteada por el proyecto

CAPRIGHT. En este apartado concretamos, precisamente, cómo se han conjugado en el

proyecto CAPRIGHT estas potencialidades del enfoque de las capacidades con una

perspectiva del curso de vida orientada a la evaluación de las políticas de protección

social.

Se ha mencionado ya que tanto en la perspectiva del curso de vida como en el

enfoque de las capacidades ha dominado tradicionalmente la perspectiva metodológica

cuantitativa. Sin embargo, se plantea en este apartado la necesidad de un desarrollo

cualitativo de ambas perspectivas. Este desarrollo no sólo permite desarrollar todas las

potencialidades de cada una de las perspectivas, sino que también permite una mejor

articulacion e integración entre ambas, objetivo que está en la base del proyecto

CAPRIGHT. No obstante, debe señalarse que la defensa que aquí se hace del enfoque

cualitativo, y concretamente del uso de relatos de vida, no significa minusvalorar las

aportaciones que la perspectiva cuantitativa aporta. De hecho, es importante hacer

explícito que en ningún momento se aboga por una aproximación exclusivamente

cualitativa. Ello implica un diseño mixto y la aplicación del principio fundamental de

este tipo de diseños (Teddlie y Tashakkori, 2003: 16): “Methods should be mixed in a

way that has complementary strengths and nonoverlapping weaknesses”7.

7 Cuando el objetivo es la comparación internacional, esta articulación cuantitativa-cualitativa es casi imprescindible (aunque pocas veces practicada). Bynner y Chisholm (1998) han señalado sintéticamente cuales son los problemas de utilizar exclusivamente o datos cuantitativos o datos cualitativos en las

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3.1. ¿Qué aporta el uso de las historias de vida a la perspectiva del curso de vida?

Agencia

Como se ha mencionado anteriormente, las trayectorias laborales de las personas se

desarrollan en la actualidad lejos de la linealidad característica de los años cincuenta y

sesenta. Tal como muestran Krüger (2003), Heinz (2004) o Mayer (2005), entre otros,

esta pluralidad y fragmentación de los modos de producción y reproducción de las

carreras laborales puede producir, pontencialmente, unas mayores oportunidades de

intervención en la definición de las propias trayectorias biográficas. Sin embargo, sólo

en la medida en que pueda comprobarse que las personas pueden elegir entre una

pluralidad de opciones en relación con su participación en el mercado de trabajo podrá

afirmarse que esta fragmentación y desestandardización de las trayectorias incrementa

el grado de agencia de los individuos. Para identificar este grado de agencia es necesario

determinar la influencia de de los factores institucionales y estructurales sobre los

individuos8, pero por otro lado es imprescindible abordar el carácter autoreflexivo de las

decisiones, lo cual implica unos reajustes y aprendizajes que no pueden entenderse sin

conocer las trayectorias individuales y la propia interpretación que de esas trayectorias

realizan los actores (Heinz, 2004: 193).

Esta necesidad de considerar con mayor detalle y protagonismo el papel del

individuo y su agencia no ha sido considerada hasta muy recientemente. Diewald y

Mayer (2008) consideran que la sociología del curso de vida se ha movido desde la

“estructura sin agencia”, dejando los aspectos más vinculados a la agencia “por debajo

del radar sociológico”, hasta la actual noción de “agencia dentro de la estructura”. Con

el objetivo de mejorar el poder predictivo del enfoque, estos autores proponen “to

supplement individual level information collected via surveys by information about

social contexts like neighbourhoods or work organizations measured independently

estudios internacionales sobre las transiciones: “Thus national cohort and cross-sectional survey studies will confront problems of interpretation of differences (and similarities) across countries, and biographical and ethnographic studies will confront questions of representativeness and generalizability” (1998: 146). 8 Tal como ha señalado Bynner, hablando específicamente sobre las transiciones entre educación y trabajo, “in all countries the rates and forms of transition are strongly dependent both on institutional factors (how the transition from school to work is managed) and on structural factors such as social class, gender, ethnicity and locality” (2005: 372; con cursivas en el original).

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from the survey respondents” (2008: 17). En nuestra opinión este complemento

cualitativo puede conseguirse perfectamente mediante el uso de entrevistas biográficas

cualitativas. En los relatos de vida no sólo se obtienen directamente todos aquellos

aspectos vinculados a la agencia (objetivos, representaciones, motivaciones…) sino que

también se obtiene una rica información contextual (Bertaux, 1997; Jovchelovitch y

Bauer 2000). Esta información contextual se corresponde con lo Clandinin y Connelly

(1994) denominan dimensión outward de las experiencias personales; esto es, las

condiciones de existencia, los contextos y los hechos “externos” al sujeto.

Otro modo de identificar el grado de agencia de los individuos en sus

trayectorias biográficas puede desarrollarse mediante la distinción analítica entre

aquellas causalidades que se atribuyen a circunstancias externas al sujeto y aquellas que

se atribuyen a objetivos o deseos localizables en el propio protagonista de la acción.

Bertaux (1997: 75), siguiendo a Shütz, denomina al primer tipo de circunstancias causas

because, y al segundo tipo causas in order to. Estas causas, deban pasar por el tamiz

analítico del analista, que debe evaluar, precisamente utilizando el máximo de

información contextual, el margen de libertad que los entornos de los sujetos ofrecen.

Transiciones y puntos de inflexión

Otra de las ventajas de la utilización de relatos de vida es la posibilidad de identificar

sin demasiados problemas aquellos momentos de ruptura biográfica o turning points

relevantes para los individuos. Las ideas de encrucijada, de bifurcación o de “punto de

no retorno” son constantes en las narraciones biográficas. Lahire señala la importancia

de “hacer hablar a los momentos de ‘ruptura biográfica’, de cambios o de

modificaciones, incluso ligeros, en las trayectorias o las carreras [...] puesto que son los

momentos en que las disposiciones pueden ser puestas en cuestión o pueden ser

repentinamente reactivadas cuando hasta entonces habían estado en estado de vigilia”

(2002: 30-31, con cursivas en el original). El uso de datos exlusivamente cuantitativos

dificulta enormemente distinguir entre las rupturas biográficas voluntarias e

involuntarias, e incluso puede llevar a error, puesto que puede confundir transiciones

con puntos de inflexión. Como han señalado, Diewald y Mayer (2008), posiblemente la

tradición del curso de vida en sociología ha considerado demasiado a menudo que las

trayectorias son sobre todo el resultado de aspectos institucionales y estructurales,

cuando la agencia individual es también un elemeno clave en la orientación y cambios

de dirección de la propia trayectoria. La queja de estos mismos autores es que los

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sociólogos trabajando bajo esta perspectiva “hardly look at individual decision-making,

perceptions, and evaluations of the social situation” (Diewald y Mayer, 2008: 9),

Esta consideración casi exclusiva de los aspectos institucionales y estructurales

ha llevado a considerar en las trayectorias laborales solamente aquellos factores

vinculados exclusivamente a las características del mercado laboral (y, a veces, de la

protección social y las empresas), lo cual tiene consecuencias importantes a la hora de

identificar los puntos de inflexión biográficos. Tal como ha señalado Heinz (2004: 196),

la actual investigación del curso de vida “reflects the dominance of the labor market

institutions and neglects the person’s involvement in the institutions of family life”. No

hay demasiadas alternativas al uso de las relatos de vida para identificar aquellos puntos

de inflexión producidos por acontecimientos fuera del ámbito laboral (pero que afectan

a este ámbito), como pueden ser el nacimiento de un hijo, un divorcio o la muerte de un

familiar directo. Estos acontecimientos no siempre se recogen en las encuestas panel

orientadas hacia las cuestiones laborales, y cuando se recogen (normalmente en las

encuestas de carácter muy general) resulta difícil conocer si subjetivamente han

marcado o no un antes y un después en la trayectoria biográfica.

3.2. ¿Qué aporta el uso de las historias de vida a la perspectiva de las capacidades?

Elecciones de los actores e identificación del conjunto de capacidades

Como se ha señalado, adoptar la perspectiva de las capacidades como herramienta de

evaluación de las políticas de protección social implica situar en el centro del análisis al

conjunto de opciones que estas políticas ofrecen a las personas. De este modo, aquellas

políticas que permiten a los actores un conjunto más elevado de posibilidades de acción

(respecto a la situación anterior a la intervención pública) serían las mejor valoradas

desde un punto de vista normativo.

El objetivo anterior se enfrenta, sin embargo, a la imposibilidad de observar

directamente las capacidades (esto es, todo el conjunto de posibilidades de acción). Si se

revisa la figura 1, se comprueba que aquello que resulta observable son los resultados de

las elecciones de los actores, los desempeños, pero no el conjunto de opciones entre las

que éstos podían elegir (que incluso pueden ser desconocidas para el propio actor). La

postura clásica en la economía utilitarista es inferir que la opción tomada era la mejor de

las posibilidades, pero este razonamiento supone seguir un modelo de “preferencias

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reveladas” que el propio Sen ha criticado (1999: 14-16). Una vía para evitar este tipo de

inferencia9 consiste en examinar el “contexto de elección” y los vectores completos de

desempeños, en lugar de tomar desempeños aislados (Sen, 1992). Burchardt y Vizard

(2007) abogan por un procedimiento parecido: proponen el análisis detallado de los

desempeños individuales, suplementándolo con la consideración del grado de control

que los individuos han ejercido en sus elecciones. Sin embargo, este examen del

contexto de elección es tremendamente dificultoso si se realiza utilizando

exclusivamente datos cuantitativos. Como ha reconocido el propio Sen, tener en cuenta

cómo habrían actuado los actores en situaciones de “libertad real” (sin constricciones

que lleven a elegir opciones que supongan un menoscabo en el bienestar) implica un

análisis de carácter contrafáctico (1999: Cap. 3). En este sentido, las aproximaciones de

carácter cualitativo proporcionan el tipo de información intensiva necesaria para este

tipo de razonamiento. El análisis de situaciones contrafácticas exige conocer el máximo

de detalles de los contextos de acción, lo cual implica en la práctica analizar

minuciosamente las razones internas y externas al actor que pueden haber llevado a

tomar una determinada opción. Precisamente, un análisis que utilice como material

empírico principal los relatos de vida, sitúa en el centro del análisis al individuo y a sus

prácticas y experiencias (junto con todos los contextos pertinentes). Esta importancia de

tomar en consideración las acciones y sus contextos, se vincula estrechamente con las

cuestiones de agencia abordadas anteriormente, y supone claramente un punto de

articulación entre las perspectivas del curso de vida y de las capacidades.

Recursos y factores de conversión

Existe una táctica alternativa como medio para llegar a identificar las capacidades a

disposición de los sujetos: consiste en examinar aquellos factores de conversión que

intermedian entre los recursos que un individuo potencialmente podría utilizar y

aquellos que efectivamente constituyen sus auténticas capacidades (véase la figura 1).

Esta es una vía escasamente sondeada en los estudios interesados por la evaluación de

políticas públicas, que exige, precisamente, un importante trabajo de contextualización,

y que implica forzosamente preguntarse por los factores que producen desigualdades en

9 Ha habido algunos intentos de medir directamente las capacidades de los individuos, utilizando datos provenientes de encuestas en que se preguntaba por las posibilidades o limitaciones para conseguir ciertos objetivos (Anand, Hunter y Smith, 2005; Anand y Van Hees, 2006). Los resultados no han sido completamente satisfactorios, puesto que los propios individuos tienen dificultades para identificar estas costricciones o limitaciones.

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el acceso a los recursos. Robeyns (2003) resume los factores de conversión en tres

grupos: sociales (normas sociales, prejuicios, factores culturales y religiosos...),

personales (habilidades, competencias, conocimientos...) y ambientales (lugar de

residencia, infraestructuras...). Buena parte de estos tres tipos de factores son fácilmente

identificables mediante el uso de relatos de vida, especialmente los vinculados a

cuestiones personales. Es cierto, por otro lado, que la identificación de factores sociales

o ambientales exige un trabajo de contextualización de las trayectorias analizadas y de

los propios relatos obtenidos, que exigirá el uso de informaciones no obtenidas

mediante el relato. De este tipo de informaciones se hablará cuando se trate el tipo de

diseño que ha llevado a la selección de las personas entrevistadas.

Introducción de la dimensión temporal

A pesar de las dificultades señaladas en los anteriores puntos, siguen siendo pocos los

autores que han desarrollado empíricamente el modelo de las capacidades de Sen que

reconocen la necesidad de incorporar datos cualitativos. Robeyns (2005) apunta su

utilidad cuando se trata de abordar el “behaviour that might appear irrational according

to traditional economic analysis, or revealing layers of complexities that a quantitative

analysis can rarely capture”. Farvaque reconoce (2008: 70) que una operativización

únicamente cuantitativa difícilmente es capaz de recoger los procesos y condiciones de

elección, de modo que el riesgo de ocultar cómo las decisiones fueron tomadas es

elevado. Posiblemente la necesidad que nosotros hemos detectado se debe en parte a

que adaptamos longitudinalmente un modelo que en inicialmente tiene un carácter

estático. Este carácter dinámico hace más complejo el modelo, poniendo también más

claramente de manifiesto esta necesidad de información cualitativa.

Si se quieren considerar las decisiones de los sujetos “situadas” en momentos

vitales clave o transiciones biográficas significativas, el peso de los factores

contextuales biográficos se añade a los no estrictamente biográficos. Las siguientes

palabras de Zimmermann destacan bien la importancia de la perspectiva biográfica en el

intento de desarrollar una metodología de investigación en torno al enfoque de las

capacidades:

“Paying attention to the person and her agency not only at a given time but in a

broader perspective that embraces past episodes as well as projections into the

future, is essential for a considering work and employability from a capability

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prospect. Such a temporal concern designs trajectories and shifting moments

as core elements of inquiry.” (2006: 478-479)

También Zimmermannn (2006) ha señalado que las preferencias y aquello que las

personas valoran son “path dependent”. Los individuos adaptan continuamente sus

preferencias a partir de su experiencia pasada. Heinz (2004: 193) lo expresa

perfectamente cuando afirma que “the experience of job shifts, unemployment, and

career breaks is interpreted in the context of the person’s work biography”.

4. El diseño de investigación y la articulación de información cuantitativa y

cualitativa

Como se ha mencionado anteriormente, la apuesta por el uso de los relatos de vida

como técnica central de obtención de datos en el proyecto CAPRIGHT no se hace a

expensas de menospreciar o dejar de lado las aportaciones que la información

cuantitativa puede ofrecer.

Ya se ha mencionado la importancia de conocer las constricciones

institucionales y estructurales precisamente para poder apreciar en su justa medida la

importancia de la agencia de los actores. También se ha mencionado en repetidas

ocasiones la importancia de contextualizar correctamente las trayectorias analizadas, no

sólo como vía para “contrastar” las informaciones ofrecidas en el relato, sino también

como estrategia para conseguir una mejor interpretación de los hechos descritos o

incluso como modo de identificar potenciales desarrollos vitales desconocidos o no

considerados por los propios actores en sus relatos y reflexiones.

El papel que las informaciones cuantitativas han jugado en el proyecto ha sido

muy relevante, tanto en relación con el diseño global de la investigación, como en

aspectos más concretos como la selección de las unidades de información y el análisis

de los datos. Veamos por separado estas aportaciones.

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4.1. El diseño y la selección de los casos

Como han señalado, entre otros, Thompson (2004) o Elliott (2005), la investigación

biográfica se fortalece mediante el uso de datos cuantitativos y cualitativos. No

obstante, esta articulación sólo adquiere sentido si se fundamenta en un buen diseño. No

se trata de “pegar” datos de uno y otro tipo, sino de concebir una selección de unidades

y una obtención de informaciones que obedezcan a una determinada lógica

metodológica (y a unas preguntas teóricas concretas). Heinz (2003) en su defensa de la

articulación de datos cuantitativos y cualitativos en el marco de la perspectiva del curso

de vida apuesta por los diseños de carácter secuencial. Este tipo de diseño ha sido

también el que nosotros hemos realizado.

En la figura 2 se observa de forma esquematizada, el tipo de diseño realizado. Si

utilizamos la terminología propuesta por Creswell (Creswell, 2003; Creswell y Plano-

Clark, 2007), podemos hablar de la integración de un diseño secuencial con un diseño

concurrente de tipo anidado. El diseño secuencial es aquel que sitúa la obtención y

análisis de un tipo de datos (cuantitativos o cualitativos) en una fase separada y anterior

a la obtención y análisis de otro tipo de datos (cuantitativos o cualitativos).

Posteriormente ambos tipos de datos se integran en la fase de interpretación de los

resultados. El diseño concurrente anidado es aquel que en una misma fase explota los

datos cuantitativos y cualitativos, de modo que cada tipo de información sirve para

medir aspectos diferentes pero complementarios referentes al mismo objeto de estudio.

Se denomina “anidado” porque suelen existir unos datos más centrales que otros (unos

datos se “anidan” en otros), aunque también es concebible una importancia similar de

ambos tipos de datos. En nuestro caso la información cualitativa (relatos de vida) de

esta segunda fase ha tenido mayor peso que la información cuantitativa.

Decimos que nuestra investigación combina un diseño secuencial con uno

concurrente porque articula las características de ambos tipos de diseño. En una primera

fase se realizó un análisis de conglomerados con los datos estadísticos proporcionados

por el Panel de Desigualdades (PaD) de la Fundación Jaume Bofill10. En este análisis se

seleccionaron aquellas personas de 25 a 65 años que habían estado alguna vez activas en

el período 2001-2006. Se eliminó la población de menos de 25 años para reducir las

10 Se analizaron las oleadas del panel que van del año 2001 al 2006. Este trabajo no se habría desarrollado sin la ayuda de Àngels Llorens, de la Fundació Bofill, que nos prestó un inestimable apoyo tanto en el acceso, organización y procesamiento de los datos como en los problemas de tratamiento de los datos que aparecieron a lo largo del trabajo.

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distorsiones provocadas por el escaso tiempo de presencia en el mercado laboral

provoca (en muchos casos, con menos de cinco años como activos) y por las dinámicas

de precariedad derivadas únicamente del proceso de incorporación al mercado de

trabajo11.

Este primer análisis permitió identificar cinco tipos principales de trayectorias:

Trayectoria Lineal (40,63% de los casos), Trayectoria Profesional (21,11% de los

casos), Trayectoria de Discontinuidad Femenina (7,72% de los casos), Trayectoria de

Precariedad (21,45% de los casos) y Trayectoria de Temporalidad Crónica (9,1% de

los casos). Posteriormente, esta tipología se utilizó para seleccionar a un conjunto de 30

individuos que encajaban en sus características con alguno de los cinco tipos de

trayectorias identificadas. En la segunda fase, los mismos datos cuantitativos fueron

utilizados para desarrollar todo un conjunto de regresiones logísticas multinominales,

que permitieron ofrecer las lógicas causales de carácter macro existentes en el conjunto

de la población y que complementaban las informaciones ofrecidas por los entrevistados

en sus relatos de vida. Esta articulación en la segunda fase no buscaba estrictamente una

validación mutua, ya que un tipo y otro de datos, así como su explotación, seguían

lógicas diferentes, sino más bien un diálogo que permitiese una mejor interpretación de

los relatos, así como una identificación de los mecanismos que estaban en la base de las

correlaciones estadísticas observadas.

Figura 2. Diseño y articulación de técnicas desarrollados en la investigación

Cuantitativo CUANTITATIVO CUALITATIVO Fuente: Elaboración propia

11 Las variables consideradas fueron las siguientes: (i) frecuencias de temporalidad, inactividad y desempleo en el período; (ii) transiciones de contrato temporal a contrato indefinido, y de desempleo a empleo en la primera y última ola; y (iii) el aumento del nivel de estudios entre la primera y última oleada, y la realización de formación no reglada en tres de las cinco oleadas. Los casos finalmente considerados fueron 884.

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Como se ve, el diseño ha tratado de combinar las potencialidades del uso de

información de carácter intensivo y extensivo. Harré y De Waele indicaron ya hace años

la lógica de ambos tipos de información (1979: 198): cuanto más profundamente es

estudiado un individuo, menor número de ellos es posible examinar. Tal como ha

indicado Sarabia (1985) el ideal del diseño extensivo (es decir, cuantitativo) sería

examinar todos los individuos de una misma clase, cuando eso no es posible, se recurre

a una muestra, a partir de la cual el investigador deriva un tipo a través de promedios de

características derivadas de su muestra. El diseño intensivo (es decir, cualitativo)

supone el examen de un miembro típico, la extensión de la clase se deriva de la

propiedades comunes, pertinentes a otros miembros. Para aprovechar las ventajas de

ambos diseños sería necesario identificar a un miembro típico incluido en una extensión

determinada. Una vez seleccionado el sujeto, éste podría ser sometido a un examen

intensivo que permitiese obtener un conocimiento detallado del tipo considerado.

Obviamente esta lógica se fundamenta en la supuesta homogeneidad de la extensión de

la que se extrae el tipo. En nuestro caso, al ser imposible entrevistar a los miembros de

la muestra original, se ha realizado un muestreo intencional en que las personas

seleccionadas para realizar las entrevistas biográficas tenían características coincidentes

con los perfiles prototípicos de cada una de las trayectorias identificadas. Estos casos

típicos (Flick, 2009: 122) se consideran representativos de la mayoría de los casos

clasificados en cada tipo de trayectoria.

4.2. La interpretación y análisis de los relatos de vida

La información cuantitativa y su explotación no sólo ha sido útil para seleccionar e

identificar a las personas que en la segunda fase serían entrevistadas. La información

estadística, así como todo un conjunto de informaciones adicionales que

mencionaremos más adelante, también ha tenido un importante papel de cara al análisis

de los relatos biográficos obtenidos.

Recuérdese que en los relatos biográficos se buscaba fundamentalmente lo que

autores como Rosenthal (2004) o Wengraf (2001) han denominado la “vida vivida”, es

decir, la secuencia de acontecimientos y acciones vividas por la persona entrevistada

que constituyen la base material del relato (véase también a este respecto, Lieblich et al.,

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1998: 7-9). La “vida vivida” se puede separar analíticamente de la “vida narrada”, que

sería el modo en que se presentan narrativamente los acontecimientos vividos. En este

sentido, Wengraf (2001: 236-239) destaca la importancia de considerar “uncontroversial

hard biographical data” en el análisis y reconstrucción de la vida vivida. Este es el papel

que han jugado los análisis estadísticos realizados. La posibilidad de situar a las

personas entrevistadas en un tipo de trayectorias determinadas, ha permitido interpretar

los relatos y las reflexiones realizadas por los individuos de forma contextualizada, a la

vez que se obtenía un escenario con el que contrastar, en caso de ser necesario, la

información factual.

Además de con los datos estadísticos, esta contextualización se ha conseguido

obteniendo información sobre los sectores y empresas en que trabajaban las personas

entrevistadas, tarea que ha sido facilitada por el hecho de haber dejando constante, en la

medida de lo posible, la empresa en que trabajaban la personas entrevistadas. De hecho,

todas las personas entrevistadas, excepto las pertenecientes a los dos perfiles más

minoritarios (Temporalidad Crónica y Discontinuidad Femenina, que suman

conjuntamente sólo un 16,8 por ciento de los casos) fueron seleccionadas de entre los

trabajadores y trabajadoras de dos únicas empresas, una cadena de supermercados y una

empresa municipal de transporte público. Ello permitió un segundo nivel de

contextualización, ya que se recopiló información documental y se realizaron

entrevistas a los responsables de recursos humanos de ambas empresas, lo cual nos

aportó información adicional sobre las políticas de contratación y de gestión de la mano

de obra. Esta información resultó muy relevante para identificar los factores

institucionales vinculados a las políticas empresariales que habían influido en las

trayectorias laborales que estábamos analizando. Por otro lado, el hecho de tener como

constante este nivel institucional, facilitó la comparación de las trayectorias.

Todo este conjunto de informaciones adicionales (datos cuantitativos de las

trayectorias, y cualitativos de las políticas empresariales particulares y en general de la

regulación laboral existente en España) permitieron situar en su justa medida el grado

de agencia ejercido por los actores, al tiempo que permitía una mejor interpretación de

las acciones y motivaciones. Por otro lado, se disponía de suficiente información

instititucional y contextual como para identificar la influencia de estos niveles sobre las

trayectorias analizadas. En este sentido, pensamos que nos acercamos a las

recomendaciones de Heinz (2004: 195) respecto al análisis de las trayectorias laborales:

X Congreso Español de Sociología – 1, 2, 3 de julio 2010

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“[I]t is important to discern the degree of choice in the timing and sequencing

of transitions between jobs, occupations, and firms and the extent to which

institutions facilitate or restrict multiple participation in different institutional

fields, for example, university and company, family and paid work, retirement

and part-time employment. Macro-, meso-, and micro-social analysis is needed

to understand the impacts of social change on the coupling of work

(re)structuring, labor market participation, and employment careers over the

life course”

4.3. El tratamiento de los datos

Terminamos esta sección señalando el tipo de tratamiento de los datos que este tipo de

interpretación contextualizada y “realista” ha permitido. Recordemos que el objetivo

final del análisis era conocer el grado en que las políticas de protección social permitían

ampliar el horizonte de posibilidades al alcance de los trabajadores y trabajadoras ante

determinadas situaciones de necesidad de apoyo. En el proyecto desarrollado en España

estas situaciones se concretaron fundamentalmente en el análisis de los períodos de

desempleo (pero también en las progresión profesional en la empresa y el mercado de

trabajo). Estas situaciones laborales en que se presta una determinada protección social

se entiende que son potenciales puntos de inflexión, que podrían llevar a situaciones de

especial vulnerabilidad. Por lo tanto, el objetivo era recoger con el máximo de

exhausitividad aquellas situaciones en que se obtiene el derecho a un apoyo

institucional (sea este apoyo formación ocupacional o un prestación contributiva o no

contributiva), ver si se ha hecho o no uso de ese apoyo (y de qué modo se ha hecho ese

uso), y ver finalmente si ese uso ha ampliado las posibilidades de elección de las

personas que lo recibían. Si utilizamos el lenguaje de la perspectiva de las capacidaded

diríamos que se deseaba identificar en qué medida el apoyo institucional ampliaba o no

el conjunto de capacidades de las personas, y el desempeño a que daba lugar (mediado

por la elección de la persona) el conjunto de capacidades identificado.

El tipo de explotación de los datos realizada encaja en el tipo denominado por

Lieblich et al. (1998) como Categorical-Content Reading. Este tipo de análisis es el que

se interesa por el contenido de las narraciones, aunque en nuestro caso se ha adoptado

una orientación algo más holista que la que le atribuyen las mencionadas autoras

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(Lieblich et al., 1998: 16-17). En nuestro caso, como se ha mencionado, se deseaba

tener una visión con el máximo nivel de contextualización posible, y especialmente

obtener las representaciones, actitudes, motivaciones y objetivos que llevaron a los

actores a tomar unas determinadas decisiones en sus trayectorias biográficas. El

resultado final de la explotación, en forma de tabla (véase la figura 3), tiene algunas

similitudes con las que Balán et al. (1974/1968) utilizaron en su aproximación al

análisis de historias de vida, aunque en el caso de Balán, la obtención de datos se realizó

mediente encuesta y la explotación fue también cuantitativa12. A partir de los resultados

presentados en tablas y junto con la toda la información cuantitativa y cualitativa ya

reseñada, se ha procedido a la elaboración de las conclusiones.

Los relatos de vida no han sido transcritos, sino que han sido codificados

directamente a partir de las grabaciones digitales mediante el programa ATLAS.ti. La

codificación se ha orientado primeramente a identificar los diferentes estadios y

transiciones en las trayectorias laborales de las personas entrevistadas. Una vez

identificadas estos estadios (véáse la figura 3), se han codificado cuatro dimensiones

principales para cada estadio: 1) estados correspondientes al estadio (situación laboral,

formación u otros acontecimientos relevantes), 2) existencia o no de un acontecimiento

o acontecimientos que pudiese considerarse un punto de inflexión, 3) intenciones y

preferencias del actor respecto al futuro inmediato, y 4) recursos, factores de

conversión, capacidades y desempeños (opción elegida que da pie a un nuevo estadio).

Respecto a los aspectos de la codificación que acabamos de señalar es

importante destacar que nos hemos decantado por la identificación de los puntos de

inflexión definidos subjetivamente (aunque también se podría haberse optado por una

definición complementaria de carácter objetivo). También es interesante destacar la

gran complejidad que supone el traslado empírico (la operativización), incluso

cualitativamente, del concepto de “factor de conversión”. Tal como lo entienden Sen

(1999) y Robeyns (2003), un factor de conversión es una característica o circunstancia

que impide o facilita que un recurso potencialmente utilizable por una persona sea

efectivamente utilizado. El problema es que los factores de conversión “positivos” son

12 La aproximación de Balán et al. (1974/1968) ha inspirado la conocida técnica del Life History Calendar (Freedman et al., 1988). No obstante, tal como han señalado Reimer y Matthes (2007), la recolección de datos retrospectivos mediante encuesta dificulta el recuerdo de los acontecimientos, lo cual implica problemas de validez de los datos. Estos problemas suelen ser más importantes cuando se trata de recordar episodios de corta duración, que no encajan en la “coherencia” del relato de vida (Reimer y Matthes, 2007: 715), situación que en nuestro caso se daba entre las personas con trayectorias de Precariedad, Temporalidad Crónica o Discontinuidad Femenina.

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difícilmente identificados por las personas entrevistadas: cuando un recurso a

disposición de la persona es utilizado se entiende que es todo el conjunto de

características de la persona lo que permite su uso, siendo muy difícil hacer un listado

exhaustivo de estas características. En los relatos de vida resulta mucho más sencillo

identificar los factores de conversión que suponen un obstáculo (que impiden la

conversión de los recursos en capacidades), puesto que se viven como barreras o

dificultades que supusieron no poder acceder a unos determinados recursos.

Figura 3. Ejemplo de tabla de estadios en la vida laboral de una entrevistada

Hilaria (38) – Precariousness Path – Retailing Company

Lived Life – Stages and States

Turning points? Objectives Sen-sitised Life Course

Stages

Labour situation (state)

Training (state)

Other events

Subjective significative

events

Intentions and

preferences related to the functionings in next stage

Resources

(institutional intervention)

Conversion

factors

Capabilities (increased or

decreased set of options after intervention)

Functioning

(chosen option for

next stage)

1. End of compulsory education

Individual Training: dressmaking

Finding a job

[Increased options of employment]

Working

2. First payed work (16 years old, 4 years of employ-ment)

Job 1: shirt factory

She didn’t like her job

[Experience accumulated on labour market] [Right to receive the unemployment benefit]

Unemploy-ment

3. Unemployment 1

Occupational training: dressmaking Individual Training: hairdresser

Occupational training Contributive benefit

4. Job 2: shirt factory

child 1

Fuente: Elaboración propia

5. Conclusiones

La ponencia ha intentado mostrar cómo el uso de los relatos de vida puede ayudar a

mejorar substancialmente aquellas investigaciones que, con una orientación más

“objetivista”, se interesan por la sucesión de acontecimientos en las trayectorias

biográficas de las personas. Se han destacado los beneficios que la aproximación

cualitativa ofrece en términos de contextualización de las acciones e identificación del

grado de agencia con que los individuos pueden contar. En cierto modo, un aspecto y

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otro (contexto y agencia) son indisociables, y es precisamente la perspectiva holista

proporcionada por los relatos de vida lo que permite su distinción analítica.

Este uso de los relatos de vida no agota las posibilidades que este tipo de

material empírico abre. Nuestro uso se ha orientado a lo que se ha denominado “vida

vivida”. El análisis de la “vida narrada” supone un vasto campo de análisis, con

aplicaciones enormemente fructíferas y que aquí hemos dejado de lado.

Sin embargo, es cierto que un uso exclusivo de relatos biográficos no permite

abordar cuestiones alejadas del conocimiento o subjetividad de las personas, como son

los recursos potenciales con que pueden contar o las restricciones institucionales o

contextuales que se imponen sobre la acción. Estos aspectos deben ser abordados con

otro tipo de informaciones, no necesariamente cuantitativas. En nuestro caso se han

utilizado datos estadísticos de carácter longitudinal, pero también información

cualitativa que permitiese identificar el marco de acción de los trabajadores y

trabajadoras tanto en el mercado laboral como en el seno de las empresas en que

trabajaban.

Este uso combinado de datos cuantitativos y cualitativos no puede realizarse sin

una lógica que articule y dote de sentido el mutuo enlazamiento analítico a que debe dar

lugar. Sólo un diseño de investigación que explícitamente otorgue a cada tipo de

información su papel en el conjunto de la investigación conseguirá salvar con éxito el

empeño. En este sentido, se pone de manifiesto, una vez más, la importancia de la

reflexión metodológica previa al trabajo de campo y el nivel epistemológico que debe

guiar esta reflexión metodológica.

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