texto curatorial - federico curutchet - cuerpo sin órganos - - nov 2014

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CUERPO SIN ÓRGANOS (texto curatorial) EN BUSCA DEL PEZ SOLUBLE Noviembre 2014 “La verdad se apoya en los juncos matemáticos del infinito y todo avanza al mando del águila ecuestre, mientras el genio de las flotillas vegetales golpea en sus manos y el oráculo es revelado por peces eléctricos solubles.” (André Bretón, Pez soluble) Membranas flácidas, desinfladas, que coinciden con la piel de plantas y líneas, sobre un fondo de atardecer mortuorio, de un rosado lejano y naranjas perdidos. Jerónimo Veroa y Santiago Contin juegan a procrear ex- primiendo las imágenes, liberando el gesto, contaminándose mutuamente sus propios universos. Engendran formas que conviven sin fusionarse y desafían al otro proponiéndole grafismos muertos y fértiles, ávidos de ser descifrados. En un gesto de don desinteresado, Veroa entrega una superficie metafísica y surrealista que Contin recibe, y el gesto se vuelve recíproco, volviendo la imagen ajena, el soporte del otro. El injerto se vuelve primer motor inmóvil, la prótesis irrumpe como naturaleza originaria. Cada uno toma el papel y continúa el legado ajeno terminando la tarea del otro (de lo Otro) y se entregan a un il y a incalculable. En ese tránsito se configura una imagen: siluetas anorgánicas, indecidibles y protéticas. La playa sucia de humano se desarticula en retazos de plantas y corales, muy sucia. Y el color trastabilla al cami- nar entre la arena espesa. Nadie allí para mirar. Unos restos de ruina que hablan, entre ellos, una lengua lasciva que lame el suelo de escombros y gritan desde sus siluetas quejas de formas sin forma, monstruosos arrecifes golpeados por oleajes de aguas erosivas y saladas. El paisaje es un pergamino replegado de organismos extra- ños y confusos, confundidos. Es preciso destruir la línea del horizonte. Las imágenes lo entienden, son prótesis de un cuerpo vacío y sin forma, un relleno orgánico de convivencia conflictiva: un cadáver exquisito. Muecas cómplices que se sonríen complacientes. Iconografías fantásticas y curiosidades románticas se interrumpen en su desarrollo, cuerpos que nacen muer- tos, cadáveres de imágenes y formas y cosas tiradas en el papel, fluyendo en el agua del color, pensadas para ser, por defecto, incompletas, casi formas, intermitentes, (in)terminadas, terminantes, donadas. Un cadáver exquisito no es más (ni menos) que un cuerpo sin órganos, una nueva forma de vida orgánica que se filtra intrusa por entre una sustancia ya formada, plegada y replegada por estratos, sedimentos o coagula- ciones, y una organización jerarquizada de órganos según funciones. El mundo aquí planteado: una ontología del cuerpo sin órganos, desarma las intenciones de la determinación de las imágenes y se construye a partir del fluir de lo involuntario, de una mano a otra, de músculos y huesos chocando, conviviendo sin fusionarse, sin volverse organismo. En las fronteras entre lo natural y lo artificial surge la posibilidad de pensar el cuerpo fragmentado. Un cuerpo cuyos órganos ya se hayan emancipados en un cuerpo sin órganos, que, como máquina de guerra se abre a un sin fin de potencias, a un desordenamiento de las jerarquías. Quizás sean señas hacia una gramática que no estaría más sujeta a categorías concientes de un cuerpo definido, de una vida definida, de una representación. Cuerpo desmembrado, sin órganos, cadáver exquisito en busca del pez soluble. a José Achem ARTISTAS: SANTIAGO CONTÍN + JERÓNIMO VEROA LUGAR: PAPELERA PALERMO CURADURÍA + TEXTO: FEDERICO CURUTCHET

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Exposición: En busca del pez soluble | Artistas: Jerónimo Veroa + Santiago Contin | Texto y curaduría: Federico Curutchet | Texto: "Cuerpo sin órganos" | Lugar: Papelera Palermo | Fecha: Noviembre 2014

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Page 1: Texto curatorial - Federico Curutchet - Cuerpo sin órganos - - Nov 2014

CUERPO SIN ÓRGANOS (texto curatorial)EN BUSCA DEL PEZ SOLUBLENoviembre 2014

“La verdad se apoya en los juncos matemáticos del infinito y todo avanza al mando del águila ecuestre,

mientras el genio de las flotillas vegetales golpea en sus manos y el oráculo es revelado por peces eléctricos solubles.”

(André Bretón, Pez soluble)

Membranas flácidas, desinfladas, que coinciden con la piel de plantas y líneas, sobre un fondo de atardecer mortuorio, de un rosado lejano y naranjas perdidos. Jerónimo Veroa y Santiago Contin juegan a procrear ex-primiendo las imágenes, liberando el gesto, contaminándose mutuamente sus propios universos. Engendran formas que conviven sin fusionarse y desafían al otro proponiéndole grafismos muertos y fértiles, ávidos de ser descifrados. En un gesto de don desinteresado, Veroa entrega una superficie metafísica y surrealista que Contin recibe, y el gesto se vuelve recíproco, volviendo la imagen ajena, el soporte del otro. El injerto se vuelve primer motor inmóvil, la prótesis irrumpe como naturaleza originaria. Cada uno toma el papel y continúa el legado ajeno terminando la tarea del otro (de lo Otro) y se entregan a un il y a incalculable. En ese tránsito se configura una imagen: siluetas anorgánicas, indecidibles y protéticas.

La playa sucia de humano se desarticula en retazos de plantas y corales, muy sucia. Y el color trastabilla al cami-nar entre la arena espesa. Nadie allí para mirar. Unos restos de ruina que hablan, entre ellos, una lengua lasciva que lame el suelo de escombros y gritan desde sus siluetas quejas de formas sin forma, monstruosos arrecifes golpeados por oleajes de aguas erosivas y saladas. El paisaje es un pergamino replegado de organismos extra-ños y confusos, confundidos. Es preciso destruir la línea del horizonte. Las imágenes lo entienden, son prótesis de un cuerpo vacío y sin forma, un relleno orgánico de convivencia conflictiva: un cadáver exquisito. Muecas cómplices que se sonríen complacientes.

Iconografías fantásticas y curiosidades románticas se interrumpen en su desarrollo, cuerpos que nacen muer-tos, cadáveres de imágenes y formas y cosas tiradas en el papel, fluyendo en el agua del color, pensadas para ser, por defecto, incompletas, casi formas, intermitentes, (in)terminadas, terminantes, donadas.Un cadáver exquisito no es más (ni menos) que un cuerpo sin órganos, una nueva forma de vida orgánica que se filtra intrusa por entre una sustancia ya formada, plegada y replegada por estratos, sedimentos o coagula-ciones, y una organización jerarquizada de órganos según funciones. El mundo aquí planteado: una ontología del cuerpo sin órganos, desarma las intenciones de la determinación de las imágenes y se construye a partir del fluir de lo involuntario, de una mano a otra, de músculos y huesos chocando, conviviendo sin fusionarse, sin volverse organismo.

En las fronteras entre lo natural y lo artificial surge la posibilidad de pensar el cuerpo fragmentado. Un cuerpo cuyos órganos ya se hayan emancipados en un cuerpo sin órganos, que, como máquina de guerra se abre a un sin fin de potencias, a un desordenamiento de las jerarquías. Quizás sean señas hacia una gramática que no estaría más sujeta a categorías concientes de un cuerpo definido, de una vida definida, de una representación.Cuerpo desmembrado, sin órganos, cadáver exquisito en busca del pez soluble.

a José Achem

ARTISTAS: SANTIAGO CONTÍN + JERÓNIMO VEROALUGAR: PAPELERA PALERMOCURADURÍA + TEXTO: FEDERICO CURUTCHET

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