TESTIMONIO

DE LOS PRISIONEROS POLTICOS Y DE GUERRA EN COLOMBIA

Podrn atar nuestras manos, pero jams nuestros sueos de justicia y libertad

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TESTIMONIO

DE LOS PRISIONEROS POLTICOS DE GUERRA EN COLOMBIATABLA DE CONTENIDOSPRESENTACIN:TESTIMONIO DE LOS PRISIONEROS POLTICOS Y DE GUERRA EN COLOMBIA.

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PRISIONEROS POLTICOS DEL IMPERIOSimn Trinidad relata sus Condiciones en una audiencia en los EE.UU Historia de Vida Vida Guerrillera La Beligerancia Simn del Pueblo Y Sonia tuvo la dicha de conocer el mar -Jorge Enrique Botero

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LAS Y LOS PRISIONEROS POLTICOS Y DE GUERRA

LOS PROCESOS DE RUPTURA COMO ESTRATEGIA JUDICIAL Y POLTICA DE DEFENSA

Palabras al seor juez - Tulio Murillo Avila Un proceso de ruptura -Marinely Hernandez La Rebelin, Delito Poltico -Roberto Antonio Sepulveda Muoz

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LA RAZN DE POR QUE LUCHO

Dilogo con un fiscal -Harrison Carta abierta al defensor nacional del pueblo -Prisioneros polticosy de guerra patio N 3 Prisin de Girn-Santander

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PALABRAS DE LAS Y LOS PRISIONEROS POLTICOS Y DE GUERRA A SUS FAMILIARES

Para Doa Ana Maria y la Familia Lesme - Javier Caldern

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POEMA PARA MI HIJO: AYER Y HOY - Marinely Hernandez

EN LA PROFUNDIDAD DEL INFIERNO - Rolando Albeiro Acevedo Muoz 86

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PRESENTACIN:

TESTIMONIO DE LOS PRISIONEROS POLTICOS Y DE GUERRA EN COLOMBIAEn medio de la cada vez ms notoria y evidente intensificacin del Conflicto social, poltico y armado que azota a Colombia; la Asociacin Bolivariana de Asuntos Humanitarios Patria es Solidaridad- quiere presentar la presente Cartilla Testimonial de los Prisioneros Polticos y de Guerra en Colombia, como una apuesta de paz y reconciliacin, que junto a otros esfuerzos realizados por diversos sectores sociales, ayude a encontrar caminos certeros que conduzcan a la solucin poltica y negociada del conflicto armado. Es necesario tener en cuenta, que espacios que generen confianza entre las partes enfrentadas no pueden crecer en medio de los anlisis parcializados y amaados de los conflictos que hoy los enfrentan militarmente. Esto respecto a la actuacin del gobierno, que cree o quiere hacer creer que con la desestimacin del adversario, ganar terreno en el teatro de operaciones. Nunca nadie se ha fortalecido, con la invisibilizacin del opositor poltico o armado, pues ms bien termina generndose un efecto Boomerang que ms temprano que tarde estalla, tal cual est sucediendo hoy en Colombia. Es necesario sincerarse y empezar siempre por lo primero; esto es, si se quiere solucionar un conflicto, empezar por reconocerlo, y acto seguido, reconocer el sujeto con quien se presenta el conflicto, sea ste individual o colectivo. Teniendo en cuenta recientes acercamientos a la situacin carcelaria en Colombia por una parte; por otra, la situacin de aumento vertiginoso de la poblacin carcelaria en los ltimos aos que se encuentra actualmente llegando a la cifra de 100.000 personas privadas de la libertad; y por ltimo, conociendo de la intensificacin en la criminalizacin de la protesta social y de la

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estigmatizacin de los sectores sociales y populares, podemos afirmar con certeza que pueden haber actualmente en las crceles Colombianas alrededor de 9.500 personas privadas de la libertad por motivos polticos o como consecuencia del conflicto armado: Prisioneros Politicos y de Guerra. Seres humanos que enfrentan adems de las torturas fsicas y padecimientos propios de quien pierde su libertad, el olvido de la sociedad que se limita a ver cmo mueren atiborrados en las prisiones colombianas hermanos de lucha inclaudicable. Por otra parte, a la nefasta campaa de invisibilizacin orquestada por el gobierno colombiano a nivel nacional e internacional, en la que se afirma que en Colombia no hay Prisioneros Polticos y mucho menos de Guerra, pues lo que existen son bandoleros y terroristas que se han dedicado a desestabilizar el justo sistema democrtico que, entre otras cosas, hoy tiene sumergido en la miseria y pobreza a la mayora de la poblacin. Es deber de los verdaderos

sectores democrticos tanto a nivel nacional como internacional romper el cerco meditico que ha impuesto la clase dirigente en Colombia, y de una vez por todas, gritar al viento con dolor pero con nimo de lucha y esperanza, la situacin vivida en Colombia por miles de Prisioneros del Pueblo que actualmente se pudren en las mazmorras del rgimen. Todo esto, con el objetivo fundamental, de allanar el camino de la paz, la reconciliacin y la solucin negociada, que ser posible slo partiendo del reconocimiento franco y sincero de las desastrosas vivencias y situaciones que ha generado la guerra en Colombia. No se hable ms, pues la idea de la presente cartilla, es precisamente dar la palabra a quienes les han arrebatado y criminalizado la voz; a esos olvidados y relegados, luchadores incansables que lastimosamente ahogan hoy sus gritos entre muros, rejas y garitas, pero que con sus ejemplificantes actuaciones nos ensean los dones de la perseverancia y firmeza en la lucha por los cambios estructurales que necesita Colom-

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bia. Escuchemos hoy a los Prisioneros de Guerra de Colombia y dejemos que nos hablen con sus testimonios de vida, que recogen y sintetizan el trasegar de todo un Pueblo. Valga por ltimo resaltar la imperiosa necesidad de multiplicar los esfuerzos de los diversos sectores sociales para lograr un Acuerdo Humanitario que solucione definitivamente la penosa situacin de quienes hoy se encuentran privados de su libertad en Colombia, como consecuencia del conflicto social, poltico y armado.Asociacin Bolivariana de Asuntos Humanitarios Patria es Solidaridad-

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PRISIONEROS POLTICOS DEL IMPERIOSIMN DIGNIDAD

Simn Trinidad es un prisionero Poltico del Imperio, que actualmente se encuentra enfrentando con ejemplarizante dignidad las torturas fsicas a las que es sometido por el gobierno de EE.UU. En 1987 Simn, tras ver caer asesinados por el terrorismo de Estado a casi 5.000 compaeros de su partido, la Unin Patritica, decide que en Colombia no hay lugar para defender sus ideales desde la legalidad e ingresa a las

FARC-EP. En 2002 fue capturado en Ecuador, en un operativo con la colaboracin de agencias norteamericanas de inteligencia mientras adelantaba gestiones para un intercambio humanitario en Colombia, y abogaba por la intermediacin de la comunidad internacional en la solucin poltica del conflicto social y armado colombiano. Fue entregado al gobierno

JUVENAL OVIDIO RICARDO PALMERA, o SIMN TRINIDAD. Prisionero Poltico del Imperio, recluido en la Crcel de Clemence, Colorado, Estados Unidos.

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colombiano, que le acomod falsos cargos de trfico de drogas y lavado de dinero para poder autorizar su extradicin a los EE.UU.; decisin aptrida que fue consumada en noviembre de 2004. Ha enfrentado cuatro procesos ante los jueces estadounidenses, de los cuales 3 fueron anulados por el jurado al no encontrar mritos para condenarlo por narcotrfico y terrorismo. En todos los juicios Simn ha realizado prodigiosas defensas de su carcter insurgente como miembro de las FARC-EP, y ha logrado pasar definitivamente de acusado a acusador de la oligarqua colombiana y el imperialismo. SIMN TRINIDAD RELATA SUS CONDICIONES EN UNA AUDIENCIA EN LOS EE.UU Palabras de Simn Trinidad durante una audiencia en los EE.UU: Buenos das, seor Juez, y buenos das a todos; en particular a mi abogado, a Ramiro, que me sorprende verlo. Pens que todava estaba en el exterior. Seor Juez, yo comparto plenamente lo

dicho por mi abogado y ratificado por el seor Procurador, por el delegado de la Procuradura, por la misma Fiscala y por usted: yo estoy en las peores condiciones para asistir a este juicio, no solamente son las esposas, es que yo estoy encadenado a la cintura, adems tengo cadenas en los pies, y tengo un cinturn en la pierna con una batera de miles de voltios que, a juicio de cualquiera de los carceleros que estn aqu, ellos pueden accionar el mecanismo y producirme una fuerte descarga elctrica. Yo he escrito al Director Nacional encargado de las prisiones aqu en los Estados Unidos, un seor de apellido Lapn; yo tengo aqu las copias de esas cartas y le voy a pedir a usted que me d una direccin electrnica para envirselas. Le he solicitado en estas tres cartas que me liberen de estas cadenas, de estas esposas y la misma batera para poder participar normalmente en el juicio. Yo tuve cuatro juicios aqu en los Estados Unidos, en la capital del pas, en Washington, y nunca estuve esposado, encadenado en la Corte; incluso,

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despus de haberme condenado en un juicio, particip en otro y nunca estuve encadenado. Fui el nico testigo de la defensa y estuve a dos metros del juez, sentado, exponiendo, respondiendo las preguntas de los fiscales y de mis abogados y en ningn momento yo comet alguna arbitrariedad, algn mal comportamiento de parte ma ni para el juez ni para el jurado, ni para los fiscales, ni para el pblico que era numeroso y que estaba asistiendo, ni para mis abogados; entonces, yo tambin quiero sentar esa protesta. Ayer deca en un discurso el presidente Barack Obama a la nacin, que l haba prohibido la tortura en los Estados Unidos, y yo disiento completamente de las palabras del presidente Obama; eso es una mentira, porque no solamente esto es una tortura fsica. Yo estuve en una audiencia de juzgamiento el pasado martes con (inaudible) en Valledupar, tambin en estas condiciones estuve ms de seis horas as, tengo las muecas inflamadas, los msculos de las muecas adoloridos y esto es una tortura fsica.

As lo he escrito tambin al Director Federal de Prisiones en Washington y con copia al Director de esta crcel, que esto es una tortura fsica pero, adems, hay una tortura psicolgica, la que es peor en las condiciones en que yo he estado en los Estados Unidos. Tengo ms de cinco aos de estar en total, en absoluto aislamiento, sin poder ni siquiera intercambiar porque no hablo el idioma; no se me ha permitido ni siquiera estudiar el idioma. Entonces, la tortura psicolgica que no deja huella aparente, visible, es peor que la tortura fsica. Adems, yo quisiera decirle, seor Juez, que no he tenido oportunidad de conversar desde diciembre de 2004 con ninguno de mis dos abogados: ni con el doctor Ramiro Orjuela, ni con el doctor Emilio Silva Duque en privado.El doctor Silva Duque ha estado ms de cuatro veces aqu en los Estados Unidos y solamente nos permitieron hablar en una oportunidad, y en esa oportunidad estaba tambin encadenado, aherrojado por todas partes y hubo presencia de gente del FBI

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en esa reunin para que monique tiene el derecho a defenderse toreara la conversacin. En los dignamente en cualquier corte, en primeros momentos se hizo precualquier parte del mundo, de un sente tambin un Fiscal, Kenneth pas civilizado; lo contrario es volKohl, y censur documentos que ver a las pocas del fascismo, de yo quera discutir con mi abogalos nazis. Hoy, con un presidente do Oscar Emilio Silva Duque. de los Estados Unidos premiado Este fiscal no habla absolutamenpor los noruegos como Premio te nada de espaol, no lo lee, y Nobel de la Paz, yo le agregara sin embargo se atrevi a censurar que es el premio nobel de la paz documentos que yo quera conromana; habr que felicitar a los versar con mi abogado; docunoruegos, pues crearon un nuevo mentos incluso enviados por fispremio nobel, y bueno, felicitar cales y por jueces de Colombia. tambin al presidente Obama, Esto motiv que yo escribiera una est cumpliendo con ese premio carta al Consejo Superior de la nobel de la paz romana. Judicatura, a la Corte Suprema de Justicia y al Procurador General HISTORIA DE VIDA de la Nacin; copia de esa carta le voy a hacer llegar ahora que usted me d una direccin electrnica, porque yo quiero sealar, yo quiero que las cortes en Colombia, los jueces, los fiscales, los abogados, el Congreso, conozcan qu es lo que est pasando, cul es la situacin que yo tengo aqu en los Estados Unidos, y esto es violatorio de absolutamente todo. Esto es la ley de la selva; un Sr. Juez, como le dije, yo estuEstado que maltrata y que tortura di economa en Bogot, en la y que coarta todos los derechos Universidad Jorge Tadeo Lozano, de un ciudadano, culpable o no, y cuando termin me fui a ejercer

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la profesin en Valledupar, donde vivan mi pap, mi mam y mis hermanos. Me vinculo, despus de estar trabajando en el cultivo de algodn, de arroz y en la ganadera, a la Universidad Popular del Cesar como profesor; eso fue en el ao de 1978. Yo me vinculo a la universidad, tena ya dos aos de estar viviendo en Valledupar. Y la Universidad era en ese momento una universidad pblica, una universidad muy pobre, con muy pocos recursos, unas instalaciones locativas psimas. En un medio de terratenientes levantar la cultura es muy complicado; eso de crear una universidad en medio de terratenientes, con una concepcin muy estrecha de lo que es la formacin intelectual y profesional, es muy difcil. Algn grupo de profesores y estudiantes, de los ltimos aos de las carreras de la universidad, decidimos crear un movimiento cvico para participar en poltica y elegir un concejal, profesor o estudiante de la Universidad, que representara a la Universidad en el Concejo y empezara a conse-

guir no solamente recursos econmicos, sino el inters de la clase poltica y dirigente del departamento del Cesar, y le metieran plata y se preocuparan por mejorar la Universidad Popular del Cesar. Y sali un movimiento cvico, se lanz a una campaa; no sali el concejal, pero nos qued a todos ese gusanito de la poltica. Entonces, aos despus se cre otro movimiento poltico. Ah, no, antes de eso apareci en el pas la propuesta de Luis Carlos Galn y de otro coterrneo suyo, del Doctor que fue ministro de justicia asesinado cmo se llama?... Rodrigo Lara Bonilla. A m me llamaron mucho la atencin los planteamientos que estaba haciendo en ese momento el Nuevo Liberalismo, especialmente la posicin de ellos frente a la defensa de los recursos naturales del carbn de la Guajira, que en ese momento el presidente Turbay estaba negociando con una multinacional norteamericana, INTERCOR. Galn y Rodrigo Lara se oponan a ese contrato y a la creacin de una empresa carbonera en el pas, en condi-

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ciones desventajosas, como socia de INTERCOR; y a m me llam la atencin, junto con ese grupo de profesores y estudiantes de la Universidad Popular del Cesar, y nos vinculamos al Nuevo Liberalismo. Yo acompa a Rodrigo y a Luis Carlos por todas las ciudades capitales de la costa Atlntica y en Bogot tambin estuve. Pero lleg un momento en que Luis Carlos Galn entrega las banderas del Nuevo Liberalismo y se sumerge otra vez en ese barrial que es el Partido Liberal; yo no segu con Luis Carlos; ya haba muerto Rodrigo Lara, que era para m un hombre de pensamiento mucho ms avanzado que Galn. Rodrigo Lara hablaba de la necesidad de crear un partido socialdemcrata, muy parecido a las ideas que haba tenido Gerardo Molina y a m me gustaba en ese momento ese planteamiento. Entonces yo me retiro del Nuevo Liberalismo, pero otra vez con la idea de seguir vinculado a la poltica. Ese grupo de profesores y estudiantes creamos otro movimiento cvico ms amplio que se llam Causa Comn. No sola-

mente en la Universidad hacamos trabajo, sino en los barrios populares, en los sindicatos, y tambin llagamos al campo a trabajar con los sectores campesinos. El departamento del Cesar en esa poca tena un movimiento de lucha por la tierra, de lucha constante contra los terratenientes para lograr un pedazo de tierra, y nosotros apoybamos esa causa de los campesinos; apoybamos a los estudiantes en las universidades, en los colegios, a otros movimientos populares en los barrios de ciudades del departamento del Cesar, y ese movimiento Causa Comn se creci, entre los aos 84-85. En ese momento vienen ya los acuerdos de Belisario Betancourt con las FARC. Las FARC en los acuerdos de La Uribe deciden lanzar un movimiento poltico nacional que se llam la Unin Patritica, destac varios comandantes guerrilleros para ese trabajo, entre ellos a Ivn Mrquez y a Adn Izquierdo. Adn Izquierdo llega a la Costa Atlntica con la intencin de hablar con mucha gente para que se vinculara a la nueva propuesta de las FARC, a la Unin Patritica. A m una persona muy

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afecta y muy cercana a m, Consuelo Arajo Noguera, me pone en contacto con Adn Izquierdo; yo conozco a Adn, escucho sus planteamientos y termina Adn Izquierdo hablando con otros dirigentes de Causa Comn, y finalmente Causa Comn hace parte de la Unin Patritica. Entonces vienen las campaas para los Concejos, Asambleas, para el Congreso y para las Alcaldas. Era el primer ao que se iba a hacer la eleccin popular de alcaldes, o el segundo tal vez, la segunda eleccin. Entonces nos vinculamos a eso y conoc a los dirigentes nacionales de la Unin Patritica; conoc a Bernardo Jaramillo, conoc, por supuesto, a Jaime Pardo Leal, a varios que fueron elegidos a la Cmara y al Senado por la Unin Patritica y empezamos una vida poltica con mucha fuerza. Pero vino la reaccin de la derecha en el pas: industriales, ganaderos, comerciantes, militares, la oligarqua colombiana en ese bao de sangre que convirtieron al pas, asesinando a los dirigentes de la Unin Patritica.

Mataron a un profesor de la Universidad Popular del Cesar donde yo trabajaba que haba sido miembro del Comit Cvico, que haba apoyado a la Unin Patritica, que haba salido a las plazas pblicas a hablar sobre la Unin Patritica. A un abogado, Jos Francisco Ramrez, lo asesinaron en el ao 1987 junio 29 del , 87 Al mes siguiente, en agosto, . mataron a otro abogado, muy amigo mo, tambin miembro de La Unin Patritica en el Departamento del Magdalena, Marcos Snchez Castelln. Mataron a un Concejal de un pueblo del Cesar, de Becerril. Y llegaron las amenazas a todos nosotros, a m, a mi esposa, a mis hijos: O se van o se mueren, hijueputas comunistas, guerrilleros de mierda!, eso era lo que nos decan. Entonces ante ese temor y un Estado que no haca nada; en ese momento era presidente Virgilio Barco, quien coadyuv a ese bao de sangre en que convirtieron al pas. No hacan nada. Los militares eran los que estaban al frente de esa campaa de terrorismo de Estado. El Congreso tampoco, la Iglesia tampoco, no haba a quin acudir.

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Entonces yo decido sacar a mi esposa y a mis hijos al exterior, y decido, pues, quedarme un tiempito ms en Colombia buscando trabajar con la Unin Patritica en otras regiones del pas. Viajo a Bogot para enviar a mis hijos al exterior en octubre del 87; llamo a Jaime Pardo Leal, l me pone una cita en su oficina para el 13 de octubre y a Jaime Pardo lo mataron el 12 de octubre. Entonces, cuando matan a Jaime Pardo Leal yo estoy en Bogot, yo digo no, esto no tiene marcha atrs, esto no; si mataron a Jaime Pardo, aqu no quedar nadie con vida de la Unin Patritica. Entonces yo le escribo a Adn Izquierdo una carta y le digo, qu hago? Yo no me voy a ir del pas como un perro con el rabo entre las piernas. l me dice: Simn, Ricardo, vyase para el Secretariado, hable de esto con Jacobo Arenas y con Marulanda, que son los jefes de la Unin Patritica; las FARC son la plataforma de lanzamiento de este movimiento y vaya y hable con la jefatura. Entonces yo me fui en diciembre del 87 para all; conozco en La Caucha, el

campamento de La Caucha, a Marulanda, a Jacobo, a Alfonso, a Ral y a Timo, que en ese momento eran los cinco miembros del Secretariado; hablo con ellos y les digo que yo no me voy del pas, yo me meto a las FARC. Jacobo Arenas dijo: No; no, no, no, Ricardo, esa no es la idea. La idea no es que gente como usted, profesionales, profesores universitarios, gerentes de bancos, empresarios, se vengan para las FARC; es que la idea nuestra es que las FARC se vayan pa las ciudades y crear un movimiento amplio, poltico, que le confronte en plaza pblica al Partido Liberal y al Partido Conservador. Es una locura. Adems la vida en la guerrilla es muy dura, esto no es fcil, esto es difcil; qudese aqu unos das y ver. Y yo me qued esos das de diciembre. En esos das dieron la noticia; en una obra cultural un guerrillero dijo: acabaron de matar en Medelln a seis estudiantes miembros de La Juventud Comunista y (inaudible) la noticia, y entonces Jacobo Arenas me dijo: Hombre, Simn... No, Ricardo, todava no era Simn Hombre, Ricardo, si usted quiere

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seguir vivo y en la lucha, vngase para las FARC. Esto no va a quedar nadie vivo en esta masacre.

VIDA GUERRILLERAYo as me vinculo a las FARC y me mandan para el 19 frente. Yo llegu al 19 Frente a finales de enero, comienzos de febrero del ao 88 con la esperanza; todava estaba el proceso de paz con Belisario Betancur, pero con la esperanza de que algn da se solucionara el problema por otros medios. Pero no, la guerra se fue profundizando, se fueron pasando los aos; mi esposa y mis hijos quedaron en el exterior, yo en el pas vinculado a mis trabajos, a mis tareas polticas y, claro, hice la vida de guerrillero de base, aprend a caminar de noche, aprend a cocinar, aprend a hacer, a tender mi hamaca, dormir en el monte, bueno, todas esas cosas. A reunirme con los campesinos, con los estudiantes, con las mujeres del campo permanentemente. Darle curso a guerrilleros nuevos, darle curso a mandos sobre la historia del

pas, sobre la economa del pas y sobre la realidad poltica de Colombia. Y se fueron pasando los aos, despus vino la Asamblea Nacional Constituyente. Las FARC queran participar, presentaron un listado de 25 miembros que podan asistir a la Asamblea Nacional Constituyente. Jacobo Arenas y Marulanda incluyen mi nombre en ese grupo de 25 guerrilleros de las FARC que integrara la Asamblea Nacional Constituyente por parte de las FARC. Pero el da ese que iba a elegirse la representacin viene el ataque a Casa Verde y eso acab, pues, con todo el proceso. Despus vinieron los dilogos regionales ya con el presidente Gaviria, despus los dilogos en Tlaxcala. Yo no estuve ni en Tlaxcala ni en Caracas, pero s vinculado a los dilogos regionales en la costa y especialmente en Valledupar. Luego vinieron los dilogos con Pastrana y me fui para all, para el Comit Temtico y luego para la mesa. Entonces, en sntesis es eso. Los compaeros mos de Causa Comn, que nos vinculamos a la Unin Patritica, que no se fueron

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para la guerrilla, a todos los mataron o todos viven en el exterior exiliados: abogados, mdicos, administradores de empresa, contadores, empresarios, arquitectos; bueno, a todos los mataron porque no se fueron para las FARC o porque no salieron del pas. Esa es la historia. Por eso yo estoy rebelado contra el Estado colombiano. Considero que las causas siguen vigentes, ms aguda la situacin. La rebelin es una alternativa para los colombianos rebeldes, revolucionarios Correcto, seor Juez, yo hasta diciembre del ao 1997 hice parte del Bloque Caribe de las FARC. El Bloque Caribe est ubicado al norte del pas; yo le acabo de enviar un mapa de Colombia por correo electrnico, donde aparece dnde estn ubicados todos los Bloques de las FARC, espero que le llegue. El Bloque Caribe est ubicado en el norte del pas y lo integran 5 frentes: el Frente 19, el 35, el 37 el 41 y el , 59 Frente de las FARC. De ese Bloque Caribe, yo haca parte del 41 Frente de las FARC; era el segundo al mando del 41 Frente de las FARC, el comandante era

Aldemar Altamiranda y yo era el segundo al mando. El 41 Frente de las FARC es un frente que en esa poca se poda denominar mediano dentro de los frentes de las FARC. En diciembre del ao 1997 yo recibo una comunicacin del comandante del Bloque, Bertulfo, donde me dice que yo debo trasladarme al sur del pas porque me llama el Secretariado, que entregue mi responsabilidad como segundo al mando del 41 Frente de las FARC porque yo me voy a demorar. Entonces, en diciembre de ese mismo ao 1997 yo me desplazo hacia el sur del pas y me voy a una regin que est ubicada entre los departamentos de Meta, Caquet y Huila, una zona muy fra en la cordillera, creo que es un parque natural, creo que se llama Los Picachos; en esa regin me encuentro yo con otros seis miembros de las FARC que fueron llegando de otros Bloques y nos dan una tarea; la tarea me la da a m Ivn Ros, que en ese tiempo era miembro suplente del EMC, y me dice que ambos candidatos a la presidencia, tanto Andrs Pastrana como Horacio Serpa, se

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han comprometido pblicamente y con enviados que mandaban a hablar con el Secretariado, en el sentido de que si ellos eran nombrados presidente, despejaran los cinco municipios que solicitaban las FARC para iniciar un proceso de paz. Entonces el Secretariado haba decidido conformar un equipo de investigacin para que le presentara una propuesta sobre cules temas tratar y cmo tratarlos. Yo vena del Bloque Caribe. All yo haba manejado durante muchos aos la educacin poltica. Yo estaba encargado tambin de la organizacin del Frente y entonces estaba actualizado con los problemas del pas; adems, yo haba sido profesor universitario por diez aos casi, dictando materias relacionadas con la economa colombiana y en mi actividad poltica haba conocido con detalle los problemas de la costa atlntica. Haba pertenecido a otras organizaciones de investigacin de problemas econmicos y sociales de la Costa Atlntica, y entonces el Secretariado me eligi a m para que conformara

ese nuevo equipo de investigacin sobre los problemas del pas, y sobre esos temas discutir con el gobierno una posible agenda base. Y empezamos a trabajar, mes de enero, febrero, marzo de 1998, pero tenamos muchas dificultades para conseguir informacin especializada sobre problemas de la industrializacin del pas,sobre el tema agrario, sobre el tema del comercio exterior, sobre el crecimiento econmico, cifras de carcter econmico, problemas sobre la educacin, sobre el empleo, sobre todos los problemas de la sociedad colombiana. El Secretariado autoriz que regresramos a nuestras respectivas reas e hiciramos un estudio regional cada uno de nosotros, y luego integrramos esos estudios en uno solo. Efectivamente, yo regres como en el mes de agosto para la costa atlntica, muy cerca a Barranquilla. En Cartagena estuve buscando informacin en universidades, en la Cmara de Comercio, en organizaciones como la ANDI regional del Atlntico, con grupos de investigacin y con otros profesionales que trabajan con las FARC clandestinamen-

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te. Efectivamente, para diciembre de 1998 ya tena yo ese estudio socio-econmico y volv al sur del pas a reunirme con los otros compaeros, que tambin haban regresado de sus regiones con la parte que les corresponda estudiar del occidente colombiano, de la parte oriental, la parte central del pas y del sur del pas, y de all sali un primer borrador de propuesta para lo que despus se llam Agenda Comn por el Cambio para una Nueva Colombia, la propuesta que presentaron las FARC al gobierno. El gobierno tambin present su propuesta; se integraron las dos propuestas y de all sali el plan de trabajo. Particip primero como miembro del Comit Temtico y luego como miembro de la Mesa Nacional de Dilogo

LA BELIGERANCIASIMN TRINIDAD: All, en ese informe, se habla del 41 Frente de las FARC, y en el ltimo folio relacionado con el Frente 41 de las FARC se dice principales cabecillas. En las FARC no hay cabecillas, en las FARC

hay comandantes de escuadra, de guerrilla, de compaa, de columna, de frente, de bloque o comandante de EMC. Pero ellos, los policas, los militares (inaudible) se han inventado un trmino de cabecilla; eso no existe. JUEZ: Indquenos, seor Ricardo, cmo estaban conformadas en su poder las FARC; es decir, todos sabemos que se habla de una cpula, quines conformaban entonces esa cpula? SIMN TRINIDAD: S, hay un enredo grande creado por la Fiscala, porque la Fiscala utiliza el trmino Cpula de las FARC, tanto para referirse al Secretariado como para referirse al Estado Mayor Central(EMC), que son dos organismos distintos, y en un organismo como lo son las FARC un organismo poltico-militar no puede haber dos cpulas, hay una sola cpula. S. Una cpula es el organismo mximo de direccin de cualquier organizacin, y ms de una organizacin militar. Entonces, el trmino de cpula en las FARC no existe, ese trmino es inventado por los fiscales y por militares; el trmino es EMC de las FARC, ese es el organis-

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mo mximo de direccin en las FARC. Ese EMC delega funciones en un rgano ms pequeo en nmero de integrantes: de los 25 miembros del EMC, siete de ellos integran el Secretariado Nacional de las FARC. Adems del EMC, que tiene su Secretariado, existen los Estados Mayores de Bloques integrados por nueve miembros, cinco principales y cuatro suplentes. En las FARC, hasta donde yo conozco, hay cinco Bloques de Frentes. Hay otros organismos que se llaman Comandos Conjuntos, que son organismos que controlan un nmero inferior a 5 Frentes guerrilleros. Hay dos comandos conjuntos, el Comando Conjunto Central y el Comando Conjunto de Occidente. Y hay hacia abajo otras estructuras que se llaman los Estados Mayores de Frentes; hasta donde yo conozco, las FARC tienen 60 Frentes y cada EM de esos 60 Frentes est integrado por 9 miembros, 5 principales y 4 suplentes. Cada uno de esos Frentes est organizado en Columnas, Compaas, Guerrillas y Escuadras. Una Columna tiene hasta 1 10 unidades guerrilleras; una

Compaa la mitad, o sea 55 miembros; una Guerrilla tiene la mitad de miembros de una Compaa, seran 24 sus miembros, y una Escuadra tiene 12 miembros, o sea la mitad de una Guerrilla. Precisamente, para explicar esta organizacin de las FARC, yo le envi a su colega, en el Juzgado Primero, un documento que se llama Organizacin Estructural de las FARC, porque en esto que yo le expliqu a usted de EMC, Secretariado, Estado Mayor de Bloque, Comandos Conjuntos, Frentes, Columnas, Compaas, Guerrillas y Escuadras, los organismos de inteligencia siempre han olvidado otro organismo, otra organizacin que existe dentro de las FARC, que son las llamadas Comisiones. Las Comisiones en las FARC son designadas por el EMC, por el Secretariado, para desempear tareas especiales, y es as como durante los dilogos de paz con la administracin del presidente Pastrana, el Secretariado nombr una comisin especial que se llam Comisin de Dilogo, integrada por los voceros en la mesa y por los miembros del Comit Temtico en el Comit

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Temtico Nacional. Este organisde estos rganos que hacen parte mo, dependiente del Secretariade la estructura orgnica de las do, nunca aparece en los inforFARC, que se llaman comisiones mes que presentan el Ejrcito, el y misiones. Entonces yo estaba en CTI, el DAS, la polica, pero s es ese momento 2000, 2001, hasta un organismo que existe y en los el 2002 en la Comisin de Diestatutos de las FARC se habla de logo con el Presidente Pastrana, eso. Voy a volver al documento nombrada por el Secretariado; conocido como el estatuto de las repito, sin mando sobre unidades FARC, trasladado por la seora militares porque era una tarea Fiscal 19 en 2004, 6 de enero. eminentemente poltica. La tarea Dice en el artculo 1 de los esta1 era adelantar la agenda comn tutos, aqu en estas paginitas tiepara el cambio sobre una nueva ne la pgina 12, artculo 1 los 1: Colombia. cuadros dirigentes de las FARC-EP, desde los comandantes de escua- SIMON DEL PUEBLO dra, responsables, auxiliares, jefes de misiones, comisiones y unidaMINISTERIO PBLICO: Grades tcticas de combate hasta cias. De acuerdo a la referencia los miembros del EMC, asumen que usted hace y que acaba de mayores responsabilidades y resexplicar y bajo el punto de que pondern ante la Conferencia el nmero de comandantes que Nacional de Guerrilleros y orgatiene la organizacin es bastante nismos polticos superiores (inaudiamplio, dganos, cul fue la cirble) de la orientacin poltica de cunstancia, los motivos que dieron la organizacin, la educacin y lugar a su importancia dentro de elevacin de la capacidad militar la organizacin o, por lo menos, de los combatientes, as como del uno como ciudadano lo observacumplimiento del presente Estatuba en las noticias, cierto?, para to, el Reglamento de Rgimen Disque usted tuviera esa injerencia y ciplinario y las Normas Internas esa importancia dentro de la Instide Comando. O sea, en este arttucin? No todos tienen esa oporculo 1 se habla ya en concreto 1 tunidad dentro de la entidad.

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SIMN TRINIDAD: S, vea, esa respuesta me la dio una vez un periodista. Yo le estaba hablando al periodista de que yo era profesor de la universidad; que yo estaba interesado siempre en el estudio de la sociedad colombiana, y me dijo: No, Simn. No me hable de eso; eso no es noticia. Hbleme de usted como gerente de banco; esa s es la noticia que un gerente de banco est en la guerrilla; esa es la noticia. Entonces ese periodista me dio a entender a m que fabricar una persona importante es muy fcil, darle importancia a una persona es muy fcil con ese criterio de la prensa. La noticia no es que el perro lo mordi a usted; la noticia es que usted mordi al perro. Eso lo dicen en las escuelas de periodismo; en este caso yo soy el gerente de banco, el hombre que est yndose para la guerrilla, o sea, mordiendo al perro. Entonces me dieron una importancia que yo no tena, y los mismos informes del Ejrcito dicen: Simn Trinidad es de las personas que ms rpido ha ascendido en la estructura de las FARC, y es puro parlan-

te del Ejrcito. No, no es as. Es cierto, en las FARC no todos los guerrilleros son profesionales; no todos han tenido la posibilidad de tener los privilegios que yo tuve de nio, de joven, de adulto, de pertenecer a una clase social con la solucin de todos los problemas bsicos, de pertenecer a clubes sociales, de estudiar en una universidad privada, de tener propiedades en fincas, de tener propiedades en comercio, de llegar a ser gerente de un banco. En todo caso, era un banco pequeo en esa poca y en ruta a la nacionalizacin como era el Banco del Comercio; por los malos manejos de los altos dirigentes del banco termin nacionalizado, hoy no existe, lo compr el Banco de Bogot despus. Pero le digo, seor Procurador, era engrandecer a Simn Trinidad; la noticia era esa y a los mismos guerrilleros les pasaba lo mismo. Yo llegaba a un sitio y me conocan, y los guerrilleros decan: Mira, es que ese tipo tena plata, ese tipo era rico, ese tipo es profesional, ese tipo era gerente de un banco. Ese era tambin el comentario de los guerrilleros y las guerrille-

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ras, porque a la gente le llama la atencin eso, pero no vean en m lo otro; yo estoy en las FARC es por mis principios ideolgicos, por mi posicin poltica porque decid respaldar y juntarme a los intereses de la mayora de los colombianos del pueblo; el inters mo es buscar una solucin para todos los colombianos a la pobreza y a la miseria, a la falta de oportunidades, a esas cosas. Yo soy enemigo declarado, como comunista confeso, de la propiedad privada, de la explotacin del hombre por el hombre, pero a m nunca me preguntan de eso: Oiga, entonces usted fue gerente de un banco y se meti a la guerrilla? Esa es la noticia. En los informes de la polica, de la armada, se dice: Es que Simn Trinidad perteneca a la sociedad de Valledupar. La sociedad de Valledupar son todos los habitantes de Valledupar, por qu hacer esa diferencia de que yo s soy de la sociedad, y el obrero y el jornalero no son de la sociedad? No, todos somos de la sociedad. Lo que quiere decir es: No, Simn Trinidad es de la alta sociedad porque tiene un apellido, porque

tiene una posicin econmica importante, porque tiene propiedades, porque tiene varias empresas. Entonces soy de la sociedad y as es la noticia: un tipo de la sociedad en la guerrilla, que no es la sociedad porque la guerrilla no est en ese nivel de prestancia, de alcurnia, de abolengos; eso es un concepto, una formacin ideolgica de la gente y en una sociedad de clases como la sociedad colombiana dentro del capitalismo se forman esos conceptos. Usted es importante o no es importante si trabaja en la Procuradura, pero si usted trabaja como mensajero en una ferretera no es importante; entonces los periodistas caen en eso, los militares. Yo prest el servicio militar, yo conozco las Fuerzas Armadas, por lo menos la Armada Nacional, eso es un organismo elitista, clasista, racista y, sobre todo, de un arribismo impresionante y juegan los apellidos. En las fuerzas armadas, si usted tiene un hermano, un padre, un to que fue militar, eso pesa; y ahora, si usted es militar y pas de coronel a general, eso pesa, ya es usted general, ya hace parte de la sociedad, ya

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usted es una persona importante. El subteniente no; ese todava no, as venga del pueblo, pero es un subteniente, pero si es un general y viene del pueblo ya es importante; adems, ya ha tenido oportunidad de hacer platica, y tener negocios no solamente es una posicin en la institucin, sino tambin tener una posicin en la sociedad de carcter econmico. Mi familia no es una familia multimillonaria ni nada de esas cosas, o por lo menos de mi pap y de mis hermanos. Hay dentro de la familia ma, ms amplia, gente

muy rica, pero yo goc de privilegios, de poder estudiar en una universidad, en un colegio privado, el colegio Helvetia en Bogot; de estudiar en la Escuela Naval, becado, de tener empresas, una joyera, imagnese tener una joyera; la mejor joyera de una ciudad, eso da prestancia, es ser de la sociedad. Usted tiene en la calle un sitio de vender paletas y no es de la sociedad; y ese tipo se fue a las FARC, entonces lo engrandecieron los medios de comunicacin.

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Y SONIA TUVO LA DICHA DE CONOCER

EL MARJorGe eNrIque Botero

El camino de Simn Trinidad a la Corte comienza a las tres de la madrugada. A esa hora le llevan el desayuno a su celda. Jugo, leche y algunas harinas. l se echa agua en la cara, se afeita y se enfunda el overol anaranjado, se pone sus medias y sus tenis. Y espera. Hacia las cuatro de la maana le esposan las manos y le ponen los grilletes en los pies. Lo sacan de la celda de confinamiento y lo llevan a una especie de sala de espera, donde se van acumulando los otros presos que van a sus audiencias. Recin comenzado su juicio, Trinidad iba un da camino a la sala de espera cuando advirti a la distancia (unos 30 metros) a una mujer que lo miraba fijamente. Ella tambin iba de anaranjado y escoltada, o sea que era reclusa. A medida que los dos se acercaban, ella segua concentrada en l, hasta que le pregunt en voz alta: Usted no es Simn Trinidad?

El mismo le contest l. Pues se ve ms chiquito que en televisin; en televisin yo lo miraba ms grande. Y usted quin es? pregunt Trinidad intrigado. Yo soy Sonia dijo ella. Trinidad dizque sac su mejor sonrisa y levant sus puos esposados y se puso a gritar como loco. Vivan las Farc!, viva Manuel Marulanda! Mucho loco comenta Sonia. A mi me dio fue risa y le respond el saludo levantando tambin mis puos, pero no me puse a echarle vivas a nadie. Cuando ya se iba y se me perda en la distancia, solo atin a decirle: Que Dios lo bendiga. Le pregunto a Sonia si se ha vuelto creyente en la crcel y me confiesa que toda su vida fue religiosa. No una fantica rezandera, pero s creyente. Debe ser por lo que nos inculcaron en la casa. En

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la guerrilla nunca me prohibieron tener mis creencias y nunca dej de encomendarme a Dios y a la Virgen, sobre todo cuando bamos para alguna pelea. Tengo a Sonia al otro lado de un vidrio blindado, gruessimo y opaco, con un auricular en su mano izquierda. Cuando apareci en el rea de visitas de DC Jail, la crcel principal de Washington, casi no la reconoc, pero al instante me percat de que era ella y le hice seales indicndole que yo era el que haba pedido verla. Ella me mir con curiosidad tremenda, me detall de arriba abajo, casi sin parpadear, me imagino que preguntndose de dnde sali este man tan raro?. Era la primera persona que la visitaba desde su llegada a Estados Unidos, dos aos atrs. Tena apenas una hora para saludarla y transmitirle decenas de mensajes de aliento que le mandaban y hacerle mi primera entrevista, as que aprovech cada segundo. Le dije que yo era el autor de ltimas Noticias de la Guerra, libro que le haba hecho llegar por correo un par de meses

atrs, y ella abri sus bellos y profundos ojos negros con una mezcla de sorpresa y alegra. Durante nuestra primera charla, de cinco que tuvimos, me hizo un apretado y fluido resumen de su vida, con su acento huilense totalmente intacto. A veces entre risotadas, por momentos entre sollozos incontenibles, pero siempre con una asombrosa seguridad de plomo. Aunque lleg a ser considerada la reina del ro Cagun, Sonia fue una guerrillera comn y corriente. Entr a las Farc a los 14 aos, dejando atrs una familia numerosa de 12 hermanos, padre y madre. La pobreza y la sensacin de que no tendra un futuro distinto al de su mam (cocinar y parir y lavar ropa y aguantarse a su marido) se sumaron a la admiracin que le producan los guerrilleros cuando pasaban por su casa. Todos eran jvenes y se vean contentos, bien alimentados, seguros de s mismos. Sus fusiles relucientes y su sonrisa permanente la sedujeron y una tarde se fue con ellos sin avisarle a nadie. Sin dejar siquiera una carta explicando su decisin.

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Al comienzo la vida guerrillera le dio duro. Haba que madrugar a las cuatro y media todos los das. Pagar guardias de dos horas todas las noches. Cocinar, sembrar, hacer ejercicio, aprender de fusiles y pistolas, estudiar mnimo dos horas diarias y como si fuera poco a veces tena que aprenderse poesas de memoria para recitarlas en la hora cultural. A medida que creca se le acercaban ms y ms guerrilleros. Le decan cosas amables, alababan su belleza, su risa. La felicitaban por ser tan pilosa y le proponan que se asociaran, o sea que se hicieran novios y vivieran juntos. Pero a ella no le gustaba ninguno. Despus de varios intentos fallidos, los frustrados pretendientes regaron el cuento de que ella era una creda, que se las daba de reina esperando conquistar a un comandante. Sin embargo, ella segua su camino. Tena muchas amigas y peda regularmente que la mandaran a un combate. Deca que no haba entrado a la guerrilla solamente para pelar papas o para aprender de odontologa. Dos aos despus de su ingreso

a las Farc, la enviaron a un curso muy especial para manejar unos radios nuevos que haban llegado. Ella qued fascinada con el asunto de las comunicaciones y se volvi una experta. Al poco tiempo la nombraron radista del comandante Perdomo y ella supo que por aquella va por fin llegara a los campos de batalla. Mientras tanto se dej conquistar por un joven guerrillero que no le quitaba los ojos de encima desde el da en que la conoci, en el curso de radiocomunicaciones. Se llamaba Wilson y era de Peas Coloradas, un pequeo pueblo de las orillas del ro Cagun que los fines de semana se llenaba de raspachines (recolectores de hoja de coca) y de compradores y vendedores de pasta bsica. Wilson la conquist a punta de perseverancia. Cuando caa el sol y todos volvan al campamento, l la acompaaba a baarse en el cao, le ayudaba a organizar la caleta y le echaba una mano con el estudio. Si ella estaba en la rancha, l se apareca y le haca compaa mientras la vea sudar frente a las ollas hir-

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vientes. Se convirti en mi ngel guardin, pero yo nada que le daba el s, relata Sonia, vestida con su uniforme anaranjado de presa de Washington DC Jail. El asunto es que Wilson no me gustaba como hombre sino como amigo, explica. Hasta que Wilson fue enviado a un curso de explosivos y ella lo extra desde el primer da de su ausencia, y se dio cuenta que lo quera. Se decidi a amarlo el da que le lleg el rumor de que Wilson se haba asociado con una guerrillera muy bonita. El chisme no era cierto, aunque s era verdad que Wilson coqueteaba con una muchacha. Por eso, cuando su pretendiente termin el curso y volvi al campamento, Sonia no lo dej llegar cuando ya lo tena metido en su caleta, cubrindolo de besos y pidindole que nunca ms la dejara sola. Le pidieron permiso al comandante Perdomo para asociarse, pero en esos das los visitaba el camarada Fabin Ramrez, as que Perdomo deleg en su jefe la bendicin de la nueva pareja. Su vida con Wilson fue tan feliz

que a los dos aos tuvieron un hijo. Ella pas su embarazo en el campamento, pero sali a parir a Cartagena del Chair, el pueblo ms grande de las orillas del ro. Volvi a la guerrilla convertida en madre y logr pasar casi un ao con su hijo, hasta que le dieron la opcin de irse a criarlo con su familia o quedarse en la guerrilla sin el hijo. Sin pensarlo, se decidi por lo segundo y le mand la criatura a la misma familia que haba criado a Wilson, en una vereda remota del Caquet. De all en adelante su vida cambi radicalmente. Cada vez le

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daban ms responsabilidades, y ella era ms eficiente cumplindolas. La enviaron a decenas de combates, como radista. Tambin le asignaban tareas en Peas Coloradas. All haca trabajo de masas. Organizaba a la gente, consegua maestros para la escuela, enfermeras para los puestos de salud. Velaba por la tranquilidad del pueblito, especialmente los fines de semana cuando todos all se emborrachaban. Controlaba la salud sexual de las prostitutas y la cantidad de gasolina que se le poda vender a los dueos de las lanchas.

ANAYIBE ROJAS VALDERRAMA, o SONIA. Prisionera Poltica del Imperio, recluida en la DC Jail, Washington, Estados Unidos.

Quienes quisieran navegar por el ro tenan que pedir su autorizacin. La gente de afuera que llegaba deba registrarse con ella o con sus muchachos, y los compradores y vendedores de pasta de coca tenan que rendirle cuentas. En 1998 la mandaron a un combate. En la Columna guerrillera tambin iba Wilson. l tuvo que ir al frente de batalla y en los primeros tiros cay herido. Dur casi ocho horas tirado en un pastizal, pidiendo ayuda por radio, en medio de la angustia y la impotencia de Sonia, que escuchaba en su radio los llamados de auxilio de su hombre. Finalmente, cuando lo encontraron, l ya agonizaba. Lo subieron a una camilla y ella alcanz a verlo cuando lo llevaban al hospital que la guerrilla tena en la selva. A los pocos das le lleg la noticia de que Wilson haba muerto y lo peor que haban tenido que enterrarlo lejos, en la profundidad de la selva. Unos meses despus le llevaron una bolsa con los restos de su compaero. Los lav y se qued con los huesos de Wilson en la bolsa. Anduvo casi un ao con ellos, hasta que la envia-

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ron en comisin a Peas Coloradas y all por fin lo pudo enterrar como l se mereca. Despus de enterrar decentemente los huesos de Wilson en Peas Coloradas, Sonia sigui su destino a las orillas del Cagun. De Peas a Las nimas, subiendo hasta el ro Guayas para caer a Rionegro. Tambin Cagun abajo hasta Remolinos. Las palabras de su hombre agonizante se volvieron su compaa: Tiene que seguir adelante, cuidarse mucho, mamita. Y tiene que decirle a nuestro hijo quin fue su pap. Para que l tambin sea un verraco, un luchador como sus padres. Si Wilson le haba hecho falta cuando lo del curso, ahora nada poda llenar su vaco. Los compaeros de Sonia se dedicaron a acompaar su tristeza, a darle nimo y a exaltar la figura del difunto. Todos lo queran y saban cunto me quera, as que fui heredando lo que senta la gente por Wilson. En febrero de 2004 asisti a una reunin con el comandan-

te Perdomo y con Fabin Ramrez. La reunin fue larga y como siempre sali llena de trabajo. Cogi camino para Peas con tres pelaos: Pantera, Juancho y Ovidio. Tena que gestionar unos repuestos para los motores de las lanchas y comprar gasolina. A eso de las cinco llegaron a Peas y lograron hacer casi todas las vueltas. Comieron y se quedaron un par de horas en el pueblo, terminando de cuadrar vainas. A eso de las ocho agarr camino para la finca de su hermano, donde decidi que pasaran la noche. No haba ni el ms mnimo indicio de chulos en la zona. Llegaron a eso de las diez y su hermano y su cuada ya estaban dormidos, pero ella toc la puerta varias veces hasta que se levantaron. Les ofrecieron borugo y ellos aceptaron aunque ya haban comido. No todos los das se come borugo. Se pusieron a echar carreta hasta tarde. Ella se acost en ropa interior, dej el fusil tirado en el piso y se dispuso a dormir profundamente. Los otros pelaos se ubicaron en diversos lugares de la casa y como no haba sea-

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les de chulos, ni siquiera pusieron guardia. A eso de las tres de la maana un ruido abrupto y ronco se fue metiendo en la casa. Ella comprendi rpido que se trataba de helicpteros, se asom por entre una rendija y vio claramente un enorme aparato cuyas aspas prcticamente rozaban la casa. Tenan a los chulos en frente, descendiendo de la aeronave. Manadas de chulos. Se visti en un santiamn, tom su fusil, el radio y una libreta llena de nombres. Poco a poco fue reuniendo a los pelaos. Logr dar con Pantera y con Juancho, pero no con Ovidio. La oscuridad era tremenda y ellos se movan como sombras tratando de buscar un camino de escape. Si lograban salirse al monte nadie los alcanzara. Pero su nica salida estaba bloqueada por un corral de gallinas. Se metieron al bao. Los tres. Armados y decididos a volarse o a morirse. Los chulos entraron a la casa y abrieron la puerta del dormitorio del hermano con una patada. Seguan buscando, escudriando la casa, sus rincones, sus cuartos. Con el paso de los minutos se acercaban al bao

irremediablemente y, a medida que lo hacan, Sonia estaba ms decidida a salirles, con fuego a discrecin, en busca de una huda suicida. Pantera se opona a la idea y Juancho no deca nada, solamente se quejaba de que se senta mareado. De repente, los chulos quedaron a menos de un metro y Juancho dio un brinco con la pistola lista para disparar, pero antes de que lo hiciera recibi un certero tiro en la cara y cay muerto de una. Los soldados siguieron su camino al bao y Pantera dijo que sala con las manos en alto, que le respetaran la vida. Sonia segua en silencio, escondida, la mano izquierda apretando la culata del fusil, con el dedo ndice de la derecha en el gatillo. Apenas sali Pantera lo tiraron al piso, boca abajo y le pusieron un pie en la nuca. Sonia segua en silencio esperando su momento, pero Pantera la delat. O tal vez le salv la vida. No vayan a matarla a ella, grit. A ella no la maten. Sonia comprendi de inmediato que no tena salida, pero sigui inmvil, escondida en el bao. Los soldados le hablaron: Entregue el arma y le

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respetamos la vida. La trompetilla de su fusil expela un breve brillo y un soldado meti la mano al bao y agarr el AK por la punta. Sultelo le orden a Sonia y ella le entreg el fusil, al tiempo que era lanzada al piso, tambin bocabajo. Cuando vio cmo tenan a Pantera, les reclamo a los chulos: Ya est esposado, ya lo tienen sometido, qutenle el pie de la nuca. Cllese, perra le gritaron. Pero ella no se call y los chulos le quitaron el pie al muchacho de la nuca. Ovidio se haba metido en la marranera y se les fue saliendo despacito, poco a poco, hasta que estuvo a unos cien metros de la casa y logr escaparse. Sonia solo pensaba en que los chulos no encontraran la libreta que haba dejado encaletada en el techo del bao. A eso de las cinco de la maana termin el operativo y los montaron en el helicptero: iban Sonia y Pantera y el cadver de Juancho. Tambin su hermano y su cuada, y la seora que les

haca la comida a los trabajadores, su hijita de dos meses de nacida y una seora enferma que se estaba quedando en la casa. Tambin montaron al aparato bultos con cosas recogidas en las dos horas. Unos kilos de pasta de coca y 27 millones de pesos del hermano de Sonia. Las armas de los guerrilleros y el radio que les haban dado unas horas antes. Las fornituras y un poco de gevonadas recogidas a la carrera por los soldados. Los llevaron vendados. Llegaron a Larandia y de all los trasladaron al Liborio Meja. En Larandia, cuando todava amaneca, los metieron en una oficina grande, donde varios agentes gringos se burlaron de ellos. Les hacan seales obscenas con los dedos. A Sonia la llamaban por su nombre. Celebraban la conclusin de un bien planeado operativo, que incluy la infiltracin de telfonos satelitales en las filas guerrilleras. La mujer que arm la escena para que Sonia apareciera como narcotraficante vive hoy en los Estados Unidos, con 16 personas: familiares y parte de la servidumbre que tena en Colombia. Fue incluida en el pro-

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grama de proteccin de testigos. Iban por m asegura la guerrillera, mirndome a travs del cristal de la sala de visitas, que est atestada este lunes 25 de junio, el da de mi cumpleaos. Sonia tambin acaba de cumplir aos. Cuarenta aos. Celebramos a travs del vidrio. Chocamos las palmas de las manos contra el grueso cristal y remos. Se le ve tranquila, aunque su rostro delata huellas de una tristeza larga, acumulada en la soledad y el aislamiento. Desde que lleg a los Estados Unidos ha permanecido en una celda de 2,70 por 1,80. Tiene una cama con colchoneta. El piso y las paredes son de baldosas. Las ha medido y las ha contado. En la celda tambin hay un lavamanos y un inodoro y una mesa con dos cajoncitos. Me cuenta que hace unos das la llevaron a la Corte. Iba con otros presos hispanos y ellos miraban asombrados el helicptero que acompaaba la caravana y oan las sirenas de las motos que abran camino entre el trfico de Washington. Los presos se preguntaban qu pasaba, por qu tanto alboroto, hasta que le pre-

guntaron a Sonia: Usted de dnde es? De Colombia contest ella. Y cmo se llama? Sonia. Ahh!, con razn comentaron los otros al unsono. En las paredes de su celda, Sonia tiene dos fotos. La de Wilson y la de su hijo. El nio est con una camisa azul, pantaln azul y zapatos negros. Es la foto del da que cumpli 1 aos. 1 Ahora tiene 14. nicamente sale de su celda para baarse los martes, los jueves y los sbados. Durante el bao, aprovecha para lavar su ropa interior. Casi no puedo baarme, pues el agua sale hirviendo, dice. La celda de Sonia es como una vitrina. No tiene privacidad alguna. La puerta es mitad metlica y mitad vidrio. La nica ventaja es que puede ver todo lo que sucede en el rea. Su nico contacto con el mundo. A veces se agita el patio. Este lugar es como un rea de distribucin de las presas que van llegando. Me han tocado tremendos tropeles. El otro da una negra levant a una guardia-

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na a puos. Le dio durante casi 10 minutos, relata Sonia. Al desayuno toma leche y jugo. En las otras comidas el men vara entre frjoles y salchichas, pasta y carne. Como tiene esa ventana en la puerta, siempre hay luz en su celda. Casi no duerme. A veces llega el desayuno y no ha dormido ni un minuto. Claro que no es tan extrao: el desayuno llega a las tres de la maana. Sonia dice que su abogada, Carmen Hernndez, una mujer cubana de pelo blanco que lleg a Estados Unidos con sus padres cuando era una nia, a comienzos de los aos 60, es una gran profesional. Est agradecida con su abogada, quien no solo hizo una gran defensa durante el juicio, sino que le apoy con algo de dinero para sus gastos en la crcel. El juicio fue brutal. Llevaron decenas de testigos en su contra. Todos testigos falsos, asegura Sonia. Ellos, segn la guerrillera, atestiguaron cosas descabelladas. Por ejemplo, que Sonia se reuna en Panam para sus nego-

cios de enviar cocana a Estados Unidos. El pueblo ms grande que conozco es Cartagena del Chair, comenta Sonia y se le quiebra la voz y se le nublan los ojos con unas lgrimas que no se atreven a salir del todo. Mientras ella habla, aparecen en mi memoria algunos destellos de aquel pueblo lejano e hirviente, levantado por colonos en las orillas del ro Cagun a comienzos de los 60. Lo conoc en 1998 cuando las Farc entregaron unilateralmente unos 80 soldados que haban capturado tras cruentos combates en una vereda cercana llamada Las Delicias. El lugar no tena ms de 10 mil habitantes y estaba conformado por una gran calle principal, a lado y lado de la cual se levantaban casas de madera de dos pisos. Las que no eran tiendas, eran bares. Al fondo de la calle, a la izquierda, estaba la iglesia, y contiguas, las ruinas de lo que alguna vez haba sido el cuartel de polica. En sus escasas paredes quedaron las huellas del ataque guerrillero que destruy el lugar. Ahora el cuartel es usado por decenas de nios que juegan

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con pistolas y fusiles de plstico. Me imagino que el juego se llamar guerrilleros y policas. A Panam no la conozco ni en las noticias dice Sonia. Nuestra primera hora de encuentro va llegando a su final y las palabras se atropellan. Antes de que la enorme guardiana negra que la custodia venga por ella, me alcanza a contar una de sus ancdotas favoritas. Antes de que la extraditaran, estando en el patio sptimo de la crcel del Buen Pastor, en Bogot, fue sacada abruptamente de su celda: Cuando me levantaron apenas estaba amaneciendo. Me dijeron que empacara algo de ropa y me subieron a un vehculo militar. Yo preguntaba para dnde me llevaban, pero nadie me deca nada. La guardiana que me llevaba solamente me deca: Tranquila que es por su seguridad, mamita. Despus de media hora de camino llegamos a un aeropuerto y nos subieron a un avin, tambin militar. Volamos casi una hora, cuando de repente yo mir por la ventanilla una gran mancha de agua. Le pregunt a mi guardiana dnde estbamos,

pero ella no saba. Cuando bajamos del avin haca un calor terrible. Yo miraba y miraba el lugar, hasta que descubr dnde estbamos. Era la Base de Juanchaco. Yo me di cuenta porque algunos aos atrs, durante el gobierno de Gaviria, me haba llamado la atencin una noticia que sali por la televisin sobre una escuela que construyeron los militares gringos en Juanchaco. Pregunt y preciso: estbamos en Juanchaco. De all nos montaron en un helicptero y nos llevaron, a la guardiana y a m, a una fragata de la Armada que estaba muchos kilmetros adentro. En la fragata pas ms de 20 horribles das, vomitando todo lo que coma, con un mareo eterno. Pero haba tenido la dicha de conocer el mar, periodista. Cmo le parece?. Ocho meses despus de nuestro primer encuentro, el 3 de julio de 2007 asist a la audiencia en , la que Sonia fue sentenciada. Ella lleg a la Corte con su uniforme anaranjado, acompaada de otros dos acusados que hicieron parte del mismo proceso. Se vea diminuta en el gigantesco saln de la Corte, situado apenas un

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piso ms arriba de donde estaban juzgando por segunda vez a Simn Trinidad. Tan pronto el juez James Robertson apareci en escena, la abogada de Sonia inici un largo alegato solicitando la anulacin del juicio. Dijo que varios testigos haban vertido testimonios falsos y evidentemente contradictorios, y denunci que su clienta haba sido sometida a lo largo de casi dos aos a vejmenes, aislamientos y confinamientos. Calific la decisin del jurado de abominable y alert al juez sobre la solicitud de 60 aos de crcel para Sonia hecha minutos antes por la Fiscala: Si usted atiende la peticin de la Fiscala, ella nunca ms en su vida ver a su hijo. No satisfecha con lo anterior, Carmen Hernndez opin que lo sucedido con Sonia era una atentado a la Constitucin de los Estados Unidos. El juez Robertson la miraba atentamente y en varias ocasiones tuvo que bajar la cabeza. Ella vesta una chaqueta roja sobre una blusa blanca y pantaln negro. Su blanca cabellera se agitaba

permanentemente mientras expona sus argumentos. A las 1 1:50 de la maana, Robertson inici la lectura de la sentencia. Sonia no le quitaba los ojos de encima. Su rostro delataba una terrible ansiedad, tena la cara roja, a punto de estallar. De repente apareci en la sala Guillermo Reyes-Gonzlez, viceministro de justicia de Colombia, y los fiscales del caso solicitaron al Juez que permitiera testificar al funcionario. l dijeron ha venido hasta aqu para decir, a nombre de su gobierno, que espera una condena ejemplarizante contra Sonia y que los 60 aos propuestos por nosotros no van en contrava del tratado de extradicin entre Colombia y Estados Unidos. Las decenas de personas que se aglomeraban en el rea del pblico miraron al viceministro cuando se par y muy sonriente se present ante el Juez. No s si todos lo presentes experimentaron la misma sensacin, pero yo debo confesar que pocas veces en mi vida haba sentido tanta vergenza. Vergenza ajena, por supuesto. Era pattico ver all a un

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representante del gobierno de mi pas, asegurndose de que una compatriota recibiera la mayor condena posible en un tribunal de otro pas. Asqueante! Robertson hizo caso omiso de la solicitud de los fiscales y dej a Reyes-Gonzlez con su discurso enmochilado. Se concentr en sus apuntes y, en medio del asombro colectivo, anunci la sentencia de Sonia: 200 meses. Los periodistas sacamos cuentas rpidamente: un poco ms de 16 aos. Teniendo en cuenta que Sonia estaba detenida desde febrero de 2004 y que podra obtener crditos por buena conducta; tal vez volvera a Colombia en 1 aos, a la 1 edad de 51 aos. A la una de la tarde el Juez le dio la palabra a Sonia. Carmen Hernndez y ella haban tenido una larga conversacin previa, as que cuando se acerc al estrado tena en orden sus palabras. Primero salud al Juez con respeto. La escena estaba cargada de emocin. Ella, diminuta, con sus ojos negros y profundos bajo unas cejas frondosas, enfundada en su uniforme de reclusa, se diriga al Juez con voz temblorosa,

casi inaudible. l la observaba desde su pequea torre, casi dos metros ms arriba, pero no tena la apariencia de un hombre duro e inflexible. Alto, ms bien flaco, con el pelo totalmente blanco, metido en su toga negra pareca un ser ecunime y hasta generoso. Sonia denunci que la mantenan encerrada las 24 horas del da, sin posibilidad de comunicacin con el mundo exterior. Despus mir fijamente al Juez y le dijo con todas sus letras: Soy inocente. Con aquella frase se hizo un silencio helado en el recinto, que Sonia aprovech para hacerse duea del lugar: Me fui a las Farc por la pobreza. Viva con mi familia en una zona apartada, sin presencia del gobierno. nicamente pude estudiar dos aos. Cuando iba a la escuela no tena zapatos. En mi casa no alcanzaba para que yo y mis hermanos tuviramos zapatos. Me puse mis primeros zapatos el da de mi primera comunin. De repente comenz a pasar la guerrilla por mi casa. Los conoc y me fui con ellos. Estuve en la guerrilla por 14 aos, pero como un miem-

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bro ms. No como se ha dicho aqu y en los medios. Me capturaron y me llevaron a Bogot. Solamente me juzgaron por el delito de rebelin. A los tres meses me lleg una solicitud de extradicin, a los 13 meses me extraditaron. Aqu he sido condenada. Tras el apretado resumen de su vida, pas a cosas ms concretas. Dijo que ella no haba cometido crmenes ni delitos de lesa humanidad, ante lo cual le pidi al Juez que le quitaran las condiciones de confinamiento. Relat que estuvo un ao en mejores condiciones, con el resto de la poblacin carcelaria. Pude estudiar algo y aprend algo de ingls, pero en octubre volv al aislamiento. Dijo que aquella condicin no constitua una tortura fsica, pero s sicolgica. Y entre sollozos le pidi al juez Robertson que no la enviara a una crcel de mxima seguridad. Quiero estudiar, aprovechar los aos de sentencia para aprender el idioma y tener una carrera. Robertson la miraba fijamente cuando ella concluy su splica:

No me mande a una prisin de mxima seguridad, seor Juez. Hoy yo estara loca si no es por Dios y por mi fuerza de voluntad. La vida de mi hijo est en sus manos. Baada en lgrimas, Sonia regres al lado de su abogada. Escuch cuando el Juez dijo que hara todo lo que estuviera a su alcance para aliviar las condiciones de su cautiverio, y oy cuando su abogada anunci que apelara la sentencia y pedira un nuevo juicio. Y en medio del asombro de todos, tambin oy cuando Robertson admiti que al menos uno de los testimonios usados por los fiscales era poco creble. La sesin termin. Sonia se perdi por la puerta por la que haba llegado y termin el da en la misma celda de aislamiento de la crcel situada en la zona de Armony Stadium. Cuatro das despus, el lunes siguiente, fui a verla a la prisin. Lleg al rea de visitas con una seguridad que me impact. Tom el auricular con evidente ansiedad, se sent frente a m y dej salir una gran sonrisa. Le pregunt

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con un gesto, sin palabras, cmo se senta y ella se tom un par de segundos antes de decir: Yo toy contenta. Haba hecho las cuentas y senta que de alguna manera haba obtenido una pequea victoria. Los fiscales esperaban 60 aos de condena y ella saldra en 1 1, a la tierna edad de 51 aos. Aquella tarde las autoridades del penal se haban puesto estrictas y slo nos permitieron media hora de visita. Los gast todos en peticiones: mensajes para su hermana Ruth, para sus padres y sobre todo para el nio. Tambin para sus camaradas en la selva. Que ojal haya intercambio pronto y que liberen a todos los que tienen en el monte, dijo. Un par de meses ms tarde, cuando ya ella haba sido enviada a Fort Worth, el lugar escogido por el bur de prisiones para cumplir su sentencia, casi vuelvo a verla. Estuve en las puertas de la prisin, situada dentro de una gigantesca base militar, en el estado de Texas, pero se me impidi el acceso. La autorizacin para visitarla, obtenida tras engorrosos tr-

mites, slo inclua a la senadora Piedad Crdoba, quien ya actuaba como intermediaria para un acuerdo humanitario, nombrada por el mismsimo presidente Uribe. Al salir de la reunin con Sonia, que dur casi cuatro horas, la senadora estall en llanto. Es un crimen que una mujer como ella haya sido condenada, acusada de enviar toneladas de cocana a Estados Unidos. Es lo ms absurdo que he visto en mi vida, coment entre sollozos Crdoba. En sus manos traa una foto que se haba tomado con la guerrillera. Sonia se vea diminuta, como siempre, pero haba un brillo nuevo en sus ojos. Piedad Crdoba mostr la foto a un grupo de periodistas que haban sido enviados hasta Fort Worth para cubrir su visita. Qu fue lo que ms le impact, senadora?, preguntaron mis colegas. Y Piedad solt una bomba: Sonia manda decir que si ella es un obstculo para el intercambio humanitario, que la saquen de la lista de canjeables.

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LAS Y LOS PRISIONEROS POLTICOS Y DE GUERRALOS PROCESOS DE RUPTURA COMO ESTRATEGIA JUDICIAL Y POLTICA DE DEFENSAzs encubrir los verdaderos responsables. No es extrao para m el mtodo trasnochado aqu aplicado por la Fiscala, el cual no es ms que acusar con impulsos pasionales a los rebeldes tomando como base una simple acusacin o un informe policial, reforzados por aquellos prearreglados de un supuesto testigo. Y la prueba cientfica donde est? Trae muchos argumentos con lujo de detalles, pero nada tangible. Pregunto, seor Juez: Es suficiente para juzgar a un acusado una simple acusacin sin tener prueba? El seor fiscal no pudo comprobar en su informe que Tulio Murillo vila es responsable de tal acusacin. Estara bien que lo presentara como una probabilidad, como una simple sospecha, porque nada de lo que se me acusa est demostrado y jams lo podr comprobar, porque simplemente

TULIO MURILLO VILA, o ALONSO. Prisionero de Guerra recluido en la Crcel de Mxima Seguridad La Tramaca, Valledupar-Colombia.

PALABRAS AL SEOR JUEZSeor Juez: Solicito que revise con suma atencin el informe que la Fiscala ha trado como elemento probatorio, en el cual pretende hacerme condenar. Tengo que denunciar el innoble papel que est jugando el Fiscal al violar los principios bsicos de una investigacin seria, objetiva y cientfica, con lo cual busca solo desviarla y confundirla, o qui-

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no soy responsable. Los revolucionarios damos la cara con orgullo y dignidad por lo que hacemos, porque siempre actuamos por conciencia, as como lo hago hoy en este juicio; pero ante falsedades como esta, preferimos morir que faltar a la verdad. En su informe el fiscal trae pruebas de los hechos, pero no de mi responsabilidad en ellos; pues aqu no trae prueba legal, por lo que no podr ser jurdicamente aceptable. Dice que fui determinador pero no lo comprob cientficamente, y las simples abstracciones o deducciones no podrn ser pruebas legales jurdicamente. Si bien es cierto que trae pruebas de unos hechos materiales, ni siquiera eso demuestra que hayan sido las FARC-EP, y menos mi participacin en dichos hechos; por lo que el subjetivismo no podr ser motivo para juzgar a nadie, ya que se tiene que demostrar, y eso solo se logra con una investigacin para que se produzcan las pruebas cientficas. Pero aqu nada de esto ha ocurrido; pregunto, seor Juez: Para qu est hecha la tecnologa? Acaso el Estado no la tiene?

Por el solo hecho que reconozca ser un combatiente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejrcito del Pueblo FARC-EP, convencido de mi justa causa, leal a los principios y al pueblo por quienes brindar mi sacrificio donde sea necesario, esto no puede ser elemento probatorio de un delito que se me imputa; menos aun por el simple seudnimo de ALONSO, como si tan solo las FARC-EP se movieran en la zona. Seor Juez, muy respetuosamente lo invito a conocer la dramtica y dolorosa historia de los ltimos veinte aos de la salvaje violencia paraoficial en la otrora prspera regin del oriente antioqueo, que ha sufrido desde el bloqueo econmico, pasando por el asesinato selectivo de sus dirigentes sociales y agrarios a manos criminales del ejrcito y polica en contubernio con los paramilitares, en las mltiples operaciones militares ejecutadas por la IV Brigada con sus batallones en la zona y los diferentes grupos del paramilitarismo. Como tambin es cierto que, adems de las FARC-EP, tambin operan los compaeros del Ejr-

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cito de Liberacin Nacional-ELN como respuesta a la represin oficial. Usted, seor Fiscal, no podr conducir al seor Juez en este juicio, con el juego del discurso distractor y romntico al cual est acostumbrado cuando acusa a revolucionarios, pues ya lo conocemos y ese es su marcado estilo para convencer a los jueces. Reitero que, dnde est su prueba cientfica?; es ms, si hubiesen sido las FARC-EP, tampoco prueba en nada que Alonso, como orgnico del Bloque Ivn Ros, es responsable. Seor fiscal, sea sincero, usted no investig y aqu no se puede venir a improvisar. Se requiere de una demostracin fehaciente, que no existe porque usted negoci una versin con un individuo, lo cual demuestra la mediocridad tan grande con la que usted trabaja. Pero tambin, qu tan lnguido y peligroso y muy cnico e irresponsable en su trabajo. Por lo que est cayendo en prevaricato por omisin al no investigar tal cual lo rezan sus cdigos y, por el contrario, trae una exposicin folclrica, antiesttica, sin el

mnimo respeto por el profesionalismo; en el afn por desahogar su marcada sed de venganza contrarrevolucionaria, para cobrar nuevamente mi condicin poltica de opositor al rgimen. Qu mtodo tan corrupto y facilista es el suyo al comercializar con las investigaciones judiciales, siendo tan putrefacto que me produce asco. Por lo que tengo que decir que eres un profesional sinvergenza, porque compra versiones al ms bajo estilo de la corrupcin, para suplantar la investigacin armando los falsos positivos jurdicos al mejor estilo de los militares, matando la verdad para darle vida a la impunidad. Por lo que estoy absolutamente claro de que lo que en su rgimen llaman justicia, est manoseada por supuestos testigos con oscuros intereses; es tal la enfermedad de su anacrnico sistema investigativo y judicial, que cumplo cinco aos de estar preso y no me han podido condenar, porque no encuentran ms inescrupulosos que se presten para tal fin. Pero tampoco me absuelven cuando dicen tenerlo todo claro, saberlo todo, verificado y com-

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probado a travs de una corte de renegados, desertores y traidores que funcionan al servicio de la inteligencia militar, quienes son contratados por la fiscala como simples sapos, haciendo no ms que encausar a personas de las regiones por el solo hecho de vivir en las zonas guerrilleras. Les ponen como testigos 1-A a mercaderes y traficantes de los falsos positivos jurdicos, polticos y militares, con tan lucrativa pero odiosa e inhumana marrullera jurdica, colmada del cinismo, a punto de caer en lo ms bajo de la miserableza humana, como simples y vulgares sapos. Senor juez: Cmo es posible que por un problema personal de carcter sentimental o pasional con el seor que tiene la fiscala como testigo rey, sea utilizado como venganza el mismo traidor de mi organizacin, ms conocido como Vladimir, porque cuando l estuvo en el Frente del cual orgullosamente soy orgnico, en alguna ocasin quiso enamorar a mi compaera sentimental. Pero como ella no le correspondi, entonces se desmoraliz y, como todo cobarde ideolgico, desert

para ponerse en el ms deshonroso trabajo de zapa, siendo utilizado por la Fiscala y la Inteligencia Militar como prueba reina para juzgarme. Por esto insisto, seor Juez, que me produce asco al ver qu tan sucios y bajos son estos mtodos de acusacin donde ha cado lo que ustedes llaman justicia investigativa, al tener que utilizar todo este tipo de malabarismo con testigos de esa calaa por parte de la honorable Fiscala colombiana. Eso no es en serio, seor Juez. Qu falta de respeto hay en este juicio por parte del Fiscal, por lo que no podr ser ni jurdica ni polticamente aceptable, ya que el inters del supuesto testigo no es ms que la venganza, mientras que el del Fiscal es desahogar el odio que profesa contra un digno combatiente revolucionario que orgullosamente pertenece al Ejrcito del Pueblo. Adems, el supuesto testigo est embriagado por el dinero fcil que a manos llenas y sin control derrochan y derraman en batallones y fiscalas del pas, para pagar sapos que venden sus versiones a la fiscala como verdadera sepulturera profesional

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de la justicia y la libertad, matando la verdad para darle vida a una infamia y la impunidad. Usted, seor Juez, con todo respeto pero con mucha sinceridad, no se deber prestar para ese juego o maroma de circo con sus carnavalescos y cnicos montajes. Por lo anteriormente expuesto y con la autoridad moral y tica que nos caracteriza a los revolucionarios, hoy en esta sala, donde se me juzga, tengo que decir que no podr ser ms cnico, pcaro, irresponsable y mentiroso el informe de la Fiscala, que raya con cualquier nivel de moralidad, tica y profesionalismo con su supuesta investigacin, porque jams existi. Por lo que reto a cualquier ente investigativo de Colombia o el mundo, que quiera investigar, para que compruebe si el mentiroso soy yo o el do fiscal-testigo, pues resulta, seores, que los hechos estn ah plasmados en la historia de dolor y guerra en el oriente antioqueo, por lo que por muy bien argumentada, montada y maquillada que traiga su falsa acusacin, jams podr hacer cambiar la lgica,

la verdad ni la razn. Me queda claro tambin que, adems del testigo, usted, seor Fiscal, tambin es un gran mentiroso, inepto e irresponsable; no solo por ser experto en montajes, sino porque est estafando a su institucin y al Estado que creen que usted desarrolla un trabajo profesional, por el que pagan muy bien, mientras que cnicamente y sin el mnimo escrpulo hace un trabajo sucio e inmoral para deshacerse olmpicamente de un rebelde que, con dignidad, se enfrenta a sus burdos montajes. As que a usted, seor Fiscal, no le interesa investigar un delito como tal, del cual se acusa a un guerrillero de las FARC-EP, porque ese odio visceral tan mezquino y vengativo que profesa contra los rebeldes no se lo permite. Mire usted como se tir esta investigacin. Pero as trate de electrocutarme con su destellante discurso, lleno de falacias y sandeces, no lo lograr, porque jams podrn existir dos verdades diferentes de una misma cosa. Por eso espero que al menos el seor Juez examine objetiva y cuidadosamente este caso, porque lo que hay

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detrs de todo esto es una careta de justicia poltica vengativa, mientras que la verdad es otra y est oculta. Existe la lgica irrefutable de los hechos, que reitero, ah estn; los podrn verificar, ya que el facilismo del Fiscal no permiti hacerlo. Filosficamente, los revolucionarios estamos convencidos que juzgar y condenar a un no culpable es quizs ms grave y violatorio de la dignidad humana, que absolver a un responsable. Aqu el seor Fiscal acomod unas respuestas a sus propias preguntas, respondiendo a sus necesidades para formalizar la acusacin con respuestas absolutamente inexactas, pues tena esa necesidad para imaginrselas y eso es ridculo; no podr ser serio ni objetivo esto, y con eso se me pretende condenar. Si me van a juzgar, jzguenme por ser un revolucionario, un rebelde, un digno soldado bolivariano que cuenta con su moral de acero e indmito para su rgimen clasista excluyente y oligrquico; que lucha para derrotarlo con las armas y no para atentar contra la sociedad, porque eso es fal-

so. Hoy he comprobado una vez ms que a los fiscales en Colombia los han adiestrado lavndoles sus cerebros, cambindoles la empaquetadura para inyectarles el veneno en sus conciencias y sus sentidos para defender, como a los faraones egipcios, ciegamente, a esa clase poltica narcoparamiltarizada que detenta el poder en Colombia; sin importarle que sea la minora en detrimento de las grandes mayoras. Esta es otra de nuestras verdades, pero a ustedes les incomoda y si no es as, demustrenme lo contrario; aqu nos daremos cuenta quin es el verdadero bandido y antisocial, si somos los revolucionarios o su rgimen, por eso este juicio es poltico, pero ustedes lo han enmascarado de jurdico. Respetados doctores, en su sistema poltico-jurdico la justicia est tan viciada, llena de imperfecciones y nutrida de criminalidad, pasando por encima del Estado Social de Derecho, que tiene que reprimir violentamente, no solamente con sus fuerzas oficiales sino para-oficiales, y en busca no de la justicia y defensa de la Constitucin, sino para silenciar a

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sus opositores, como en este caso donde la Fiscala brilla por sus diablicas acusaciones. Es por eso que mi conciencia est tranquilla y en paz con el pueblo, y si me van a condenar, ser por lo que les he dicho hasta la saciedad: por odio y venganza poltica contra un combatiente de las FARC-EP. Que jams acept sus vulgaridades y repugnantes chantajes con propuestas para que traicionara a mi lucha, al pueblo y a mis queridos camaradas; por lo mismo han extraditado a los dignos camaradas de quienes me siento muy orgulloso Simn Trinidad, Sonia, Ivn Vargas, entre otros revolucionarios, a las mazmorras de EEUU; o como a muchos revolucionarios que han torturado, matado, desaparecido o encarcelado, adems de los millones de desplazados, desterrados por el rgimen que ustedes defienden y eso lo tengo muy claro. Les pregunto: Con eso han solucionado el problema social y poltico de este pas? Si los responsables del problema somos los cien mil presos que hay en

Colombia, entonces, qu esta pasando a extra muros? Reitero que el problema de esa anacrnica estructura social y poltica instaurada por su rgimen es sociopoltico y econmico, y eso no se soluciona con eternas condenas; la solucin es por lgica: como son sus motivos y orgenes poltico y social, deber ser su tratamiento. Hoy en sus estrechos calabozos an tengo la fuerza y la facultad para pensar en silencio, e identificar cmo es que ustedes protegen la miserableza de una clase que se cree duea de la vida y de la libertad de los hombres que, segn la Constitucin Poltica colombiana y la carta o protocolos de DD.HH. de las Naciones Unidas, nacieron libres, pero por el hecho de no ser serviles borregos ni al rgimen ni al imperialismo mundial, entonces somos juzgados como narcoterroristas, asesinos o secuestradores. Eso no es verdad! As es que sin importarme el estrecho ni putrefacto calabozo donde el seor Fiscal me quiere hacer enterrar, ah estar firme y respirando aires de dignidad, porque para nosotros siem-

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pre el decoro ser ms fuerte que el dolor; adems, su sistema no tiene la razn y por ello seremos indomables ideolgicos. Sus calabozos, en lugar de ablandarnos, nos convierten en doblemente rebeldes. Eso tampoco lo duden seores. Ahora bien, aqu lo que hay son dos ideologas antagnicamente opuestas, dos conceptos del mundo diferentes y enfrentados como clases sociales: la que ustedes representan y la que yo defiendo. Porque le fue en vano y ser imposible para la Fiscala encontrar un mtodo para convencerme de sus falsas bondades justicieras con el poder y la fuerza del Estado, para que abandone como un cobarde y miserable arrepentido, pues cuento con lo que ustedes no tienen y eso me basta para triunfar junto al pueblo: la fuerza moral y la razn que terminar imponindose ante el salvajismo de su rgimen. Lo que s puede ocurrir es que ustedes se han equivocado conmigo, porque acostumbrados estn a escuchar en los juicios de traidores, desertores y renegados o cobardes ideolgicos

de mi organizacin u otros sectores, que venden principios o cambian ideologas para mendigar comodidades en una crcel, o por rebajas de penas. Si estoy preso es porque soy un Prisionero de Guerra, pero jams por cobarda. As es, respetados doctores, que como hijo del proyecto revolucionario y bolivariano que soy prefiero enfrentar una condena, si eso es lo que ustedes creen. Con mi frente en alto y con la dignidad revolucionaria que nos caracteriza, la asumir y no faltar a la verdad, porque los comunistas y revolucionarios de Colombia y el mundo tenemos, adems de moral y dignidad, tica y principios muy bien definidos que no nos permiten aceptar sinvergenceras. En este caso posiblemente s hayan ocurrido los hechos, pero en nada me comprometen. As es que esa furia recalcitrante de la Fiscala no me asusta ni me acobarda, por el contrario y para desencanto del Fiscal, soy muy fiel y orgulloso de lo que represento para mi reprimido pueblo. Prefiero morir con dignidad que vivir despreciado por la sociedad como el ms detestable sapo y cobarde. As como los

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verdaderos hijos de Marulanda y Bolvar, porque no luchamos por conveniencia sino por convicciones. Entonces, seor Fiscal, queda usted notificado por qu no est frente a un cobarde; que no soy un asesino pcaro o bandido, menos que sea narcoterrorista o antisocial, que est es ante un revolucionario convencido de la necesidad de luchar por la justa y sagrada causa popular. No confundan ni enreden el proceso con sus argumentos y falsos montajes, usted me tiene que vencer es con lo real, con la lgica, con lo tangible y materialmente comprobado, cosa que jams podr porque esa realidad que usted busca no existe; o sea, que me tiene que vencer es en franca lid y no con sus folclricas marrulleras dotadas con discursos pasionales que suenan muy bonito, porque estn cargados de un supuesto moralismo, pero aqu eso no funciona, claro est, si el Juez aplica justicia real e imparcial. Dnde est la prueba cientfica que elimine cualquier duda? Ahora bien, en los calabozos

o en el mismsimo infierno donde muy posiblemente nos volvamos a encontrar, seor Fiscal; all o ms all seguir mi lucha siempre y cuando haya injusticia y represin, por un pas donde quepan todos en libertad y democracia con dignidad humana, con educacin, salud y trabajo, etc. Ese pas soberano con sus nuevas dignidades, el que nos hemos propuesto construir, por lo que no me justificara vivir si no es para estar al servicio de esta causa, pues tengo fortuna de venir del seno de una humilde familia campesina, pero digna y comunista, que ha sufrido enfrentando y padeciendo desde sus entraas la ms aberrante persecucin en todas las mltiples modalidades de ese rgimen fratricida, oligrquico y dictatorial al que ustedes hoy estn defendiendo. Y como risionero de guerra que soy, luchar hasta mi ltimo segundo para cambiarlo. No nos digamos mentiras, eso es lo que ustedes me estn cobrando, lo que no me pueden perdonar. Entonces, por qu no hablamos claro y nos ahorramos tiempo, no es as? No tengo otro motivo sino el

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poltico para estar en este banquillo, por pensar en grande y diferente, por tener dignidad y no ser lacayo de nadie. Y como eso afecta los intereses de su clase, les estorbamos, y por eso nos eliminan de la forma que sea, sin escrpulos, con crcel, con recompensas, con bombas inteligentes gringas, con tecnologa de punta norteamericana, con motosierras, cuchillos y machetes, con masacres mltiples, con hambre y miseria; con analfabetismo que les es tan rentable porque solo un pueblo ignorante se deja manosear su destino y manipular o lavar el cerebro con sus muy sofisticados medios tecnolgicos; anestesia de conciencia y de cerebro para poderlos mancillar sin que se haga nada de oposicin, porque para un pueblo as todo es normal. Convnzanme o demustrenme que estoy mintiendo.

Me queda s un interrogante, qu se siente como ser humano estar al servicio de ese ignominioso sistema al cual ustedes estn sirviendo? Me sorprende su insensibilidad humana y moral. Porque lo antes expuesto es apenas un asomo de lo que es ese rgimen tenebroso, que pone por encima los intereses econmicos de unos pocos (monopolios) sin importar la degradacin de las mayoras (los pobres); ese que filosficamente tiene el concepto que primero estn sus intereses econmicos y despus la sociedad. Tambin estoy claro y preparado para enfrentar la misin estratgica entregada por el Estado a la Fiscala, como arma poderosa o tentculo represivo que es, que cuando de juzgar a Prisioneros de Guerra o presos polticos opositores se trata, no quema tiempo en investigar ni verificar si realmente

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hay o no responsables de lo que se acusa, si no que, como est prejuzgando, busca dilatar y alargar al mximo los trminos y las condenas para, en combinacin con los carceleros torturadores y de una forma sincronizada, tratar de demoler y fulminar las fuerzas morales e ideolgicas con interminables condenas; tratan de ponernos a renegar de la organizacin para hacerla quedar en ridculo, asunto que no lograrn. Solo aquellos idiotas tiles que, con la decoracin ms deshonrosa del batracio, ladran como perros amaestrados; que con una cadena al cuello y una corte de carceleros recorren las crceles de Colombia, reclutando renegados para sus perreras al mejor estilo de los Olivo Saldaa, las Karina, Plteres, etc., para complacer a sus amos. Pero como no soy terrorista, no soy antisocial ni lucho por o para mi bien personal ni para enriquecerme, entonces me instalan todas las armas disponibles para neutralizarme e incluso para eliminarme fsicamente, como lo han intentado en tres oportunidades

utilizando delincuentes y sicarios que estn presos, a cambio de rebajas, enmascarando un crimen poltico dentro de la crcel con un problema personal o comn entre presos. Esa otra modalidad aplicada por su rgimen que demuestra su verdadera calaa de asesino, que ni tenindonos presos se sienten seguros ni tranquilos con nosotros, porque saben que solo mochndonos la cabeza nos callaran, aunque nuestro proyecto seguir invicto ya que no lo matarn ni con la misma muerte. Por lo que tambin denunciar ante el mundo no solo estos juicios amaados y tendenciosos, sino sus intentos de homicidio a los que me he visto enfrentado en la crcel y las amenazas de muerte de carceleros como ha ocurrido con varios cabos y tenientes de Valledupar; aquellos que destilan veneno contra revolucionarios y se sienten los Mancuso o los Berna del INPEC, con licencias para torturar y matar como lo hicieron contra el camarada Aurelio Rodrguez por orden del alto mando militar, para citar solo un caso. Ustedes no pueden desmentirlo porque faltaran a la verdad,

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como es la verdad tambin que en Colombia pensar diferente o disentir del rgimen es un delito que castigan con plomo, motosierra o crcel; al igual que otro de los delitos que supongo ningn pas del mundo lo tiene como es el famoso delito de sangre, que no est en sus cdigos, pero se lo aplican a millones de familiares y los mos no han sido la excepcin, porque los han perseguido, desterrado, encarcelado, etc. Respetados doctores, sus cdigos y sus metodologas tienen un fin diferente y exclusivo al que quieren demostrar; al menos cuando juzgan a comunistas, a revolucionarios y hombres con decoro, ah persiguen son las ideas y no los hechos, porque en muchos casos son montajes y hoy, precisamente, estamos ante uno de ellos, que me obliga a tener que denunciarlo ante las ONGs nacionales e internacionales y ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, donde demostrar quin es el pcaro, el bandido, el antisocial y el asesino. Si soy yo o su rgimen de terror con sus funcionarios impdicos. Es que van a cumplirse 5 dca-

das desde que cerraron la puerta diplomtica, poltica y negociada a la difcil situacin sociopoltica y econmica generada por el bipartidismo, obligndonos a tener que tomar las armas como nica salida digna; la represin se extendi a todos los sectores econmicos, polticos, social, cultural, soberano, militar, etc., desde las propias oficinas del Estado para complacer a sus amos: los EE.UU. Pero contamos con el sagrado derecho que nos asiste a los pueblos oprimidos de armarnos para defendernos de la ms cruel e inhumana agresin del Estado, que con su rgimen de terror y tierra arrasada ha baado de sangre a toda Colombia. Causas que hoy no solo estn vigentes, sino que se han agudizado ms, o sea que la va de la lucha armada est vigente y es necesaria; se equivocan una y mil veces cuando creen que con sus masacres, crcel y represin solucionarn tan grave problema, dndole ese tratamiento. Es que hemos llegado a ver que en Colombia lo nico que ha crecido aceleradamente son las cifras de desaparecidos, las

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masacres masivas, los miles de encarcelados, las crceles, los cementerios, l