tesis restauración y conservación de metales arqueológicos subacuaticos

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    A mis paps, hermanos y amigos que meayudaron en el desarrollo de este trabajo

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    Agradecimientos

    Quiero agradecer sinceramente a Olivier Berger por su ayuda y confianza depositada en m

    para realizar esta prctica de restauracin en metal arqueolgico en su taller en Suiza.

    Tambin a Guylane Samson, Steffani Jud, Alexander Jungi, Karin Jud, Regula Sager y

    Renate Jud por brindarme su apoyo y amistad.

    Tambin quiero agradecer especialmente a Marie Soares y al personal del laboratorio de

    conservacin y restauracin del Schweizerische Landesmuseum Zrich (Suiza) por

    ayudarme a realizar los anlisis de Fluorescencia de Rayos X, y sin costo alguno. Adems

    al Antikenmuseum Basel und Sammlung Ludwig (Suiza) por facilitarme sus microscopios

    para realizar algunos anlisis; y tambin a Johanna Theile por presentarme a las personas

    mencionadas anteriormente ya que gracias a esto yo pude realizar mi prctica y tesis en

    Suiza.

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    Tabla de Contenidos

    1. Introduccin 6

    2. Marco Histrico.. 9

    2.1 El comercio entre Europa y Filipinas2.2 Incursin holandesa en Asia2.3 Expedicin de Olivier de Noort2.4 Antonio de Morga2.5 Olivier de Noort llega a las Filipinas2.6 Historia oficial del combate del San Diego en Filipinas2.7 Historia del San Diego contada por los testimonios de la tripulacin

    3. Expedicin, hallazgo y distribucin de los objetos..35

    3.1 Expedicin y hallazgo del galen3.2 Objetos a bordo del galen

    3.3 Distribucin de los objetos y exhibiciones3.4 Restauracin de los objetos de metal por el IRRAP

    4. Estructura de metales, mecanismos de alteracin y conservacin...49

    4.1 Estructura y corrosin de metales4.2 Metales arqueolgicos: plata y bronce4.3 Conservacin de objetos de metal submarinos en el sitio de excavacin

    5. Conservacin y restauracin de objetos de plata y bronce...93

    5.1 Candado y llave de bronce chinos. Observacin y ficha tcnica. Diagnstico y propuesta de intervencin. Tratamiento y restauracin

    5.2 Plato espaol de plata. Observacin y ficha tcnica. Diagnstico y propuesta de intervencin. Tratamiento y restauracin

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    5.3 Cuchara de plata espaola. Observacin y ficha tcnica. Diagnstico y propuesta de intervencin

    . Tratamiento y restauracin

    5.4 Conservacin y mantenimiento de metales

    6. Conclusin..194

    7. Anexo..196

    I. Concrecin MarinaII. Fluorescencia de Rayos XIII. Sellos y CuosIV. ndice de Imgenes y Tomas Fotogrficas

    8. Glosario...232

    9. Bibliografa.236

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    1. Introduccin

    El siguiente trabajo consiste en la restauracin de objetos de metal arqueolgicos

    que provienen del galen espaol San Diego que se hundi en las costas de Filipinas en

    el ao 1600. Luego del descubrimiento y excavacin de las piezas realizado por un equipo

    Francs a cargo del seor Franck Goddio (a principios de los aos 90) los objetos fueron

    llevados a distintos lugares, entre ellos Espaa, Filipinas, Suiza y Francia. Un grupo de

    estas piezas se encuentran actualmente en Basilea, Suiza, en el atelier Art Metal

    Conservation GmbH a cargo de Olivier Berger.

    El proyecto de restauracin de las piezas de metal provenientes del naufragio lleg

    hasta el taller ya que Franck Goddio, el actual propietario de las piezas, le encomend a

    Olivier Berger la restauracin y conservacin de estas. Estas piezas que suman en total

    unas doscientas- llegaron desde una bodega para objetos en trnsito ubicada en Ginebra,

    Suiza. Es as como el seor Berger, me ofrece realizar mi prctica de restauracin en su

    taller para restaurar algunos de estos objetos.

    A Olivier Berger restaurador y conservador de objetos de metal arqueolgicos- lo

    conoc en el congreso mundial ICOM-CC de Metal, realizado en la Universidad de Chile y

    coordinado por el posttulo de restauracin y conservacin del patrimonio cultural mueble.

    Luego de finalizado el congreso y mis clases del posttulo de restauracin, segu en

    contacto con el seor Berger, y le manifest mi inters en profundizar en el rea de

    restauracin de metales; por lo que l me ofreci realizar mi prctica en su taller.

    Decid hacer mi trabajo de restauracin sobre objetos submarinos, ya que esta rea

    no est todava explorada e investigada en Chile, por lo que encontr muy interesante y a la

    vez un desafo trabajar con este tipo de objetos.

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    Los objetivos que me plantee con respecto a este proyecto es investigar, entender y

    comprender los problemas y caractersticas que presentan los objetos que se encuentran en

    ambientes submarinos, a la vez, intentar solucionar estos problemas, darles el mejor

    tratamiento posible a las piezas, como tambin conservar siempre su historia.

    La metodologa que utilice para la elaboracin de este trabajo fue:

    1. Buscar referencia bibliogrfica y artculos sobre metal arqueolgico submarino.2. Investigar acerca del ambiente submarino y como afecta ste los objetos de metal.3. Realizar un completo diagnstico de las piezas a travs de exmenes de laboratorio

    que se efectuaron en dos museos distintos.4. Con la ayuda de los anlisis: identificar los materiales que componen el objeto,

    adems de sus productos de corrosin.

    Antes de realizar cualquier tratamiento se deben tomar importantes decisiones

    tcnicas y estticas, porque incluso una mnima intervencin puede remover capas

    metlicas del objeto lo que puede causar ms dao que ayuda.

    Estas decisiones tcnicas y estticas se discutieron en conjunto con el conservador.

    Aqu se plantearon los problemas de cada objeto a tratar y se traz un plan para asegurar el

    mejor tratamiento al objeto, respetando el principio de mnima intervencin y respetando la

    superficie original de estas piezas. Luego de analizar y evaluar nuestra propuesta, es el

    conservador en jefe el que finalmente decide el tratamiento del objeto.

    Luego del diagnstico realizado a los objetos metlicos del San Diego, sacados a

    flote despus de cuatrocientos aos de inmersin, nos dimos cuenta que estos aparecen

    corrodos y frgiles. Algunos de estos objetos estn deformados o incompletos y algunasdecoraciones han desaparecido parcial o totalmente. El inters histrico y tcnico de estas

    piezas no volver a surgir hasta despus del trabajo de restauracin, incluyendo la limpieza,

    la recomposicin de los trozos, la limpieza de las inscripciones y la restitucin de la forma

    original. Si este material arqueolgico no es tratado, estar amenazado por una

    reanudacin de la corrosin, independiente de las degradaciones acaecidas durante la

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    inmersin. Por lo tanto es importante restaurar y conservar los objetos que eventualmente

    podran reaccionar con un medioambiente no adecuado.

    En cuanto al trabajo escrito, para lograr una mejor compresin, decid dividirlo en

    las siguientes partes: marco histrico, metales y sus mecanismos de alteracin y finalmente

    la restauracin de los objetos.

    En este trabajo el marco histrico es imprescindible para que comprendamos por

    qu un galen espaol estaba hundido en las costas Filipinas, adems de ayudarnos a

    conocer la variedad de objetos a bordo del navo, y saber ms sobre el comercio y la vida

    del siglo XVI.En cuanto a los metales y sus mecanismos de alteracin, es muy importante

    adentrarnos en esta rea para poder entender la composicin y deterioro de los metales.

    Este captulo nos abre paso al siguiente punto el que consiste en la restauracin en s de los

    objetos del galen.

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    2. Marco Histrico

    En el siglo XVI, Filipinas era el final de toda travesa, el lugar donde terminaban las

    rutas de Asia y Amrica. Desde la cada de Constantinopla en 1453, la ruta terrestre qued

    cortada por lo que se hizo necesario buscar otras alternativas por la va martima para llegar

    a Asia desde Europa.

    Fig.1: Mapa del Archipilago Malayo

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    En 1487, Bartolom Daz descubre un paso martimo por el Este, en el extremo sur

    del continente africano, se le llam Cabo de Buena Esperanza. Este canal lograba unir Asia

    con el resto de mundo, y abra en el Ocano Indico un territorio bajo dominio portugus.

    Si Oriente perteneca a Lisboa, Poniente sera espaol; as se haba decidido en

    Tordesillas el 7 de junio de 1494, bajo la autoridad del pontfice Alejandro VI

    Borgia. Este reparto del mundo parta de la preclara intuicin que tuvo Cristbal

    Coln. Es cierto que el navegante genovs fue el primero en intentar alcanzar

    Asia por el Oeste, se saba desde muy poco antes que la tierra era redonda;

    estaba tan convencido que decidi intentarlo en el otoo de 1492. Lector asiduo

    de Marco Polo, esperaba encontrar Cipango tras Catay y Bangui, pero se iba a

    encontrar con un espectculo imprevisto y nada despreciable: Amrica. Tras esta

    aventura se proyectaron nuevas expediciones hacia el Oeste en busca de Asia.

    Pero pronto fue necesario rendirse ante la evidencia: la barrera era inmensa y

    haba que rodearla (), aunque ya se saba que detrs de la barrera se abra un

    nuevo Ocano, avistado desde la orilla del Nuevo Mundo el 25 de septiembre de

    1513 por el explorador Vasco Nuez de Balboa. 1

    Esta misin en busca de Asia le correspondi a un portugus que trabaja para el Rey

    de Espaa: Hernando de Magallanes, quien decidi recorrer la costa oriental de Amricadel Sur hasta encontrar el paso el 20 de noviembre de 1520, entrando as en el Ocano

    Pacfico. Magallanes concluy su misin en las islas San Lzaro, que ms tarde se

    llamaran Filipinas.

    Como consecuencia de este primer viaje alrededor del mundo, se decidi en el

    tratado de Zaragoza de 1525, que las islas de las especias seran portuguesas, pero no se

    hablaron de las islas San Lzaro que, de hecho, pasaron a dominio espaol2.

    1Desroches, Jean-Paul. Prlogo del catlogo: El San Diego. Un tesoro bajo el mar. Editado por CompaaEspaola de Petrleos, S.A. CEPSA. Madrid 1995.2 Filipinas perteneci a lo que se llam Virreinato de Nueva Espaa. El Virreinato era una entidad poltico-administrativa establecida por los monarcas espaoles durante el periodo colonial (inicios del siglo XVI-

    principios del siglo XIX) en los territorios del actual Mxico (ncleo esencial del virreinato), y que tuvoasimismo jurisdiccin sobre algunas zonas actuales del sur estadounidense, el resto de Centroamrica, lasislas caribeas, una porcin del norte sudamericano (ya que incluy durante buena parte de su existencia aVenezuela) y sobre las islas Filipinas.

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    Fig.2: Planisferio nutico espaol de 1573 de Domingos Teixeiras. En el centro observamos una lnea negraque separa las futuras colonias de los dos pases, las tierras espaolas al oeste y las tierras portuguesas aleste, segn los trminos del tratado de Tordesillas firmado en Espaa el 7 de junio de 1494.

    En este gran impulso la motivacin econmica no estaba escondida. Los turcos

    haban cerrado el Mediterrneo, y las especies de Oriente ya no llegaban normalmente por

    aquel camino, iniciado por los venecianos y otomanos. Era ms indispensable que nuncatener canela, azafrn, clavo, pimienta y resinas; los portugueses supieron traerlas por va

    martima, doblando el cabo Buena Esperanza, y, una vez asentados en la India, se abrieron

    camino hacia China y las Molucas, base de las especias. Estas islas se haban convertido en

    el objetivo de los poderes martimos de la poca; ya estaba all Portugal y, muy cerca, y con

    nimo de poseerlas los espaoles. No tardaran en llegar los holandeses y, despus, otros

    navegantes, a medida que avanzaban, paralelamente, la cosmografa, el saber levantar

    mapas y, por supuesto la construccin naval y la fortaleza y dimensin de las naves.

    Tuvo extrema importancia que en 1565, el navegante Urdarreta lograse regresar

    directamente desde Manila a Amrica. Conocida la manera, ocho aos ms tarde

    comenzaba la lnea martima desde Filipinas a Mxico, lnea que iba a durar dos siglos y

    medio y que iba a unir la China con Occidente, con escalas en Acapulco, Veracruz y Cdiz,

    entre las ms importantes.

    Esta lnea martima cobr docenas de navos, miles de vidas y tesoros cuantiosos. A

    los peligros naturales huracanes, carencia de mapas precisos y de indicaciones seguras- y a

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    las limitaciones del cuerpo humano sed y hambre, enfermedades (como el escorbuto) o

    accidentes- se unieron otras derivadas de la condicin humana: las naos (naves) eran

    codiciadas por las riquezas que movan -metales preciosos y objetos europeos y

    americanos, en una direccin- y objetos de la suntuosa industria china en la otra -sedas,

    marfiles, porcelanas etc.- adems de un trfico complementario- en especias. Esta ruta

    qued definida con los nombres de nao de Acapulco, o de la China, o nao de Manila

    y signific la primera economa a escala mundial dirigida desde Europa.

    2.1 El comercio entre Europa y Filipinas

    Es cierto que Madrid no se preocupaba demasiado por esta lejana posesin; pocos

    queran instalarse all, en un pas salvaje y con un clima penoso. Las Filipinas no tenan

    aparentemente nada. No se daban all ni la plata del Per, ni las especias de las Molucas, ni

    la seda o la porcelana de China. La administracin slo sobrevive gracias al subsidio real.

    Este real, satisfecho regularmente por el tesoro Mexicano, permite desarrollar

    progresivamente la infraestructura y su funcionamiento.

    La plata que llegaba desde Acapulco por galen era muy apreciada porque se

    negociaba bien con ella en Asia. Los Ming, que carecen totalmente del metal blanco, se

    convierten en sus clientes exclusivos. La seda y la porcelana, productos de los que China

    mantena un monopolio, se convierten en excelentes monedas de cambio, mucho ms

    atractivas por el apetito insaciable de americanos y europeos por tales productos. Es una

    oportunidad para Manila, que, en diez aos, se cubre de depsitos y almacenes. Su

    situacin estratgica la convierte, a finales del siglo, en el centro del comercio mercantil

    con Asia. Manila se encuentra en el centro de una negociacin vital para los dos imperiosms poderosos del momento: La China de Wanli y la Espaa de Felipe II.

    Esta ruta para alcanzar Manila, desde Europa, deba franquear de una sola vez

    18.000 kilmetros a travs del Pacfico, y a ella haba que aadir otros 7.000 kilmetros

    entre Veracruz y Sevilla. Para que esta aventura fuera posible, se requiri de la experiencia

    martima de los espaoles, junto con el ingenio de los artesanos de los Ming, Tambin fue

    necesaria la insensata atraccin que ejercan las islas de las especias, as como la

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    posibilidad de una mano de obra abundante para extraer de las minas de Potos la plata de

    este comercio.

    Fig.3: Descripcin de la baha de Manila. En primer plano la isla de Mariveles, donde el San Diego y el SanBartolom hicieron escala el 13 de diciembre de 1600. En segundo plano la ciudad de Manila rodeada demurallas, con el ro Pasig a la izquierda. A la derecha el puerto arsenal de Cavite, lugar de salida de lasnaos para China. En Manila se distinguen los barrios filipinos, chinos y japoneses.

    La travesa del galen de Manila comenzaba en Acapulco (perteneciente al

    virreinato de Nueva Espaa) en el mes de Marzo y finalizaba en Filipinas en Julio,

    retornando durante un periodo ms largo, entre Julio y Enero, ya que el viaje de regreso se

    enfrentaba con muchas dificultades por la accin de los vientos, de forma que un pequeo

    retraso poda suponer una espera definitiva hasta el ao siguiente. La mayora de los

    galeones se construyeron en los astilleros del puerto de Cavite y tenan una capacidad muy

    variable, que lleg a oscilar entre las 300 y las 1.700 toneladas.

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    En el Parian (el mercado filipino de

    Manila) se embarcaban los productos

    procedentes de toda Asia. De all salan

    grandes cantidades de porcelanas y tejidos

    de seda y algodn, alfombras persas y

    chinas, objetos de mobiliario, como

    biombos, escribanas (mesas o escritorios)

    y camas, as como estao, plomo, hierro,

    salitre y plvora, junto a especies tradas

    de las Molucas, Java y Ceiln. A todo ellose sumaban los esclavos, que, pese a las

    prohibiciones, se introducan sin problemas. En contrapartida, el virreinato de Nueva

    Espaa entregaba ingentes cantidades de plata junto a cacao procedente de sus tierras y de

    Guayaquil, y productos llegados desde Espaa y de los ms diversos puntos de Amrica. La

    plata, que era extrada principalmente de Potos, serva para pagar a funcionarios y a

    soldados, y para comprar nuevas mercancas para el viaje del ao siguiente.

    La llegada del galen a Acapulco era

    avisada desde el momento en que se

    aproximaba a las costas; a partir de ese

    momento repicaban las campanas de las

    iglesias y la noticia se trasmita a la capital

    del virreinato, donde comenzaban los

    preparativos para la celebracin de la feria

    de Acapulco, que coincida con la estanciadel barco en su puerto. La poblacin, que

    careca de actividad durante el resto del ao, reuna a un gran nmero de comerciantes que,

    a pesar de las limitaciones legales que pesaban sobre el comercio interregional, conseguan

    llegar a tiempo con su carga. Esta feria poda durar entre 20 y 60 das y en ella se

    concentraba todo el comercio con Asia, ya que Acapulco fue, desde 1581, el nico puerto

    autorizado para comerciar con Filipinas, especialmente tras la prohibicin definitiva del

    Fig.4: Vista de la Baha de Manila, grabado en acuarela.En la C la ciudad de Manila, en B el puerto de Cavite en elque el San Diego haba sido preparado para el combatenaval.

    Fig.5: Vista del puerto de Acapulco en 1618

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    comercio directo del virreinato del Per con el archipilago, en 1597. En 1624, tambin se

    prohibi el comercio entre el Per y Nueva Espaa con la intencin de controlar al mximo

    las salidas de plata del virreinato peruano.

    El Ocano Pacfico era considerado al principio, zona exclusiva de Espaa y los

    galeones iban poco armados, no teniendo que defenderse ms que de los piratas chinos,

    japoneses o moros (musulmanes del sur del archipilago). Cuando el almirante ingls

    Thomas Cavendish, en su vuelta al mundo, captur y saque en 1587 el Santa Ana, rico

    galen almirante espaol que efectuaba su viaje de Manila a Acapulco, los espaoles se

    vieron obligados a adoptar medidas de defensa contra estos enemigos europeos mspeligrosos.

    La gran riqueza que transportaba el Galen de Manila fue un objetivo permanente

    de los piratas. En el largo periodo en que la ruta estuvo activa, slo cuatro galeones cayeron

    en manos de piratas, corsarios o bucaneros ingleses. Adems de Thomas Cavendish que se

    apoder del Santa Ana; en 1709, Woods Rogers se apoder del Encarnacin; en 1743,

    George Anson consigui hacerse con el Nuestra Seora de Covadonga; y en 1762, el

    Santsima Trinidadfue apresado con todo su cargamento3.

    Dos pueblos marineros, rivales de Espaa, hostigaron tenazmente la ruta del galen.

    Los ingleses y los holandeses, quienes, con sus colonias contiguas a Filipinas, realizaron

    varios intentos de anexionar stas a sus vastos dominios en el archipilago indonesio o en

    ocasiones- apoderarse de algn galen.

    3 Enciclopedia Microsoft Encarta 2002. 1993-2001 Microsoft Corporation.

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    2.2 Incursin holandesa en Asia

    La primera expedicin holandesa hacia las indias orientales, financiada por ricos

    mercaderes y mandada por Cornelis Van Houtman, dej msterdam el 2 de abril de 1595.

    Esta flota, compuesta por cuatro navos y 284 hombres, sigui la ruta del este por el Cabo

    de Buena Esperanza y lleg a Sumatra y Java en 1596. Intent, sin xito, llegar a las

    Molucas, comerci en las aguas del archipilago desafiando al poder portugus y lleg a

    msterdam en agosto de 1597. Esta expedicin no fue comercialmente lucrativa pero tuvo

    un fuerte impacto psicolgico y poltico. Los holandeses quedaron convencidos de que la

    potencia ibrica en los mares no era invencible y que las fabulosas tierras de las especiasestaban mal defendidas por las flotas hispano-portuguesas. Era, pues, posible combatir a los

    espaoles y a los portugueses en sus lejanas colinas y contestar su potencia poltica y

    comercial. Cuando lleg la noticia de la incursin holandesa, el rey de Espaa pidi en

    1598 a su virrey de las indias que reforzase su flota en el estrecho de las Molucas, para

    prevenir y castigar toda incursin enemiga.

    Ese mismo ao, no menos de cinco flotas, partieron rumbo a las indias Orientales

    por la ruta del Este, y entre ellas, la dirigida por Jacob Van Neck. Su flota, compuesta por

    ocho navos con una tripulacin de 560 hombres se hizo a la mar desde Texel en mayo;

    pas por Java y por las Molucas donde los holandeses establecieron sus primeras bases y

    volvi a msterdam, en julio de 1599, con un cargamento de especias: se estableca, as, el

    comercio holands con las islas de las especias a travs del cabo de Buena Esperanza.

    Los holandeses se envalentonaron y decidieron ese mismo ao de 1598 lanzar dos

    flotas sobre las huellas de Magallanes, por la ruta del Oeste. Hasta ese momento solo tresexpediciones haban logrado dar la vuelta al mundo: las de Magallanes, Drake y Cavendish.

    Pero otra expedicin, la de Olivier de Noort, logr el xito tan esperado por los holandeses:

    navegar alrededor del mundo.

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    Fig.6: Reconstruccin de las diferentes rutas seguidas por las cuatro primeras vueltas al mundo, a travs delas indias orientales. La cantidad de islas explica la dificultad del paso. Noort y Cavendish tomaron el pasode San Bernardino. Este estrecho era la principal puerta del archipilago en el pacfico, pero las fuertesmareas hacan bastante peligroso su paso y varios galeones acabaron en los bancos y arrecifes.

    2.3 Expedicin de Olivier de Noort

    La expedicin de Olivier de Noort fue financiada por comerciantes de Rtterdam y

    de msterdam. La flota, se compona de cuatro navos, y Noort invirti capital suyo en la

    empresa. La experiencia de Olivier de Noort, los beneficios distribudos en sus

    expediciones anteriores y sus buenas relaciones, contribuyeron a que los mercaderes lo

    nombraran almirante de la flota, y tambin contribuy a que Mauricio Nassau gobernador

    de las provincias Unidas- confiara en l. Mauricio Nassau redact una carta en la que

    evidenci esta misin:

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    hemos equipado estos navos que enviamos a las costas de Asia, de frica, de

    Amrica y a las islas de las Indias Orientales para establecer tratados ycomerciar con los habitantes de estos lugares. Pero como hemos sido informados

    que los espaoles y los portugueses son hostiles a los ciudadanos de nuestras

    provincias y hacen obstruccin a su navegacin y comercio en estos parajes,

    contrariamente a todos los derechos naturales de las ciudades y de las

    nacionesdamos rdenes explcitas de ir hacia estas islas, de resistir, de hacer

    la guerra y de golpear en lo posible a dichos espaoles y portugueses.4

    Con los 200.000 florines reunidos por los mercaderes de Rtterdam y de

    msterdam, se armaron cuatro navos: el Mauritius, que era el nombre del gobernador,

    navo almirante de 275 toneladas; el Hendrik-Frederik, del nombre del tercer hijo de

    Nassau, barco vice-almirante de 350 toneladas, y dos navos ms pequeos llamados

    yates, de unas 50 toneladas cada uno: elEendracht(Concordia) y elHope (Esperanza).

    Fig.7: Ilustracin de la pgina de cobertura de la obra de Olivier de Noort. Los cuatro barcos de laexpedicin estn representados en el momento de su salida de Rtterdam el 12 de agosto de 1598: El

    Eendracht, el Mauritius (que volver solo de la expedicin de 1601), el Hendrick-Frederick y el Hope.

    4De Nassau, Mauricio. Cartas datadas entre el 1600 a 1612. Cit. por Goddio, Franck. En: El comienzo deuna aventura. El San Diego. Un tesoro bajo el mar. Editado por Compaa Espaola de Petrleos, S.A.CEPSA. Madrid 1995.

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    La flota de Olivier de Noort parti de msterdam el 13 de septiembre de 1598,

    llegando al estrecho de Magallanes en noviembre de 1599, tardando cuatro meses en salir

    de all debido a las tempestades y ataques de tribus indias.

    Una vez en el Pacfico, sigui la costa chilena hacia el norte, esperando apoderarse

    de algunos ricos galeones espaoles. Pero estos haban sido prevenidos con anterioridad

    sobre la llegada de una flota holandesa. Todas las ciudades, puertos y barcos ya estaban

    prevenidos, por lo que de Noort slo logr apoderarse de dos barcos mercantes espaoles,

    sin gran valor, procedentes de Chile.

    De Noort evit correr riesgos de encuentros con flotas de guerra espaolas, por lo

    que decidi atravesar el Pacfico a la altura del Per. Arrib a las islas Marianas (llamadasantes las islas Ladrones) en septiembre del 1600 y atrac en la isla de Guam, donde conoci

    la habilidad de los indgenas para el trueque. Despus de una corta estancia all, lev anclas

    y se dirigi hacia Filipinas, entrando al archipilago por el estrecho de San Bernardino en

    octubre del 1600.

    2.4 Antonio de Morga

    En Espaa, el rey Felipe II, haba nombrado en 18 de agosto de 1593, a Antonio de

    Morga, de 35 aos, consejero y lugar teniente general del gobernador de las Filipinas. Su

    jurisdiccin se extenda a los asuntos del gobierno de las islas y la guerra.

    Su funcin de lugarteniente general converta de Morga, en el segundo personaje del

    gobierno de las Filipinas. Sin embargo, el prestigio de esta colonia era inferior a la de

    Mxico o Per. Antonio de Morga parti de Cdiz, en febrero de 1594, en un viaje que

    deba conducirle en primer lugar a Mxico. Se embarc con su mujer e hijos en un galen y

    lleg a Mxico en Mayo de 1594. Nombrado capitn general de la flota compuesta por dosgaleones, asisti a su armamento para la travesa del Pacfico y desembarc finalmente en

    Manila el 10 de enero de 1595. A su llegada encontr una autoridad gubernamental muy

    debilitada. El gobernador Gomez Perez Dasmarinas haba sido asesinado meses antes por

    un marinero chino, y su hijo Don Luis, ocupaba provisionalmente su lugar, a pesar de su

    juventud. En 1596, el gobernador Luis Dasmarinas fue remplazado por Francisco Tello,

    con el que las relaciones del lugarteniente general fueron inmediatamente ambiguas.

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    Aunque Morga se alegraba del reemplazo de don Luis, pronto se dio cuenta que don

    Francisco tambin tena sus defectos y que se preocupaba ms de l mismo que del bien del

    Estado.

    Militarmente hablando, la colonia, deba enfrentar la revolucin permanente de los

    Moros, adems las relaciones con Japn eran polticamente muy tensas. Las aguas de la

    colonia se encontraban llenas de piratas japoneses que eran una amenaza para el comercio.

    Adems las relaciones entre Morga y el gobernador eran malas, se acusaban mutuamente

    mediante cartas al rey de corrupcin y difamacin.

    En este ambiente alterado lleg a Manila el 31 de octubre de 1600 una extraa

    noticia: barcos enemigos, ingleses u holandeses, haban entrado en el archipilago por elestrecho de San Bernardino.

    2.5 Olivier de Noort llega a las Filipinas

    La noticia de la llegada de los holandeses suscit gran temor en la capital,

    acrecentado por encontrarse la ciudad prcticamente sin defensas: la armada y la flota

    espaolas se encontraban en una expedicin en el sur del archipilago contra los pueblos

    moros rebeldes.

    La Audiencia5, en cuanto recibi la noticia, decidi fortificar la capital y el puerto

    arsenal de Cavite, en la baha, para prevenir cualquier ataque enemigo. Orden adems

    armar una flota para perseguir a los holandeses. Se encontraba en el puerto de Cavite un

    galen mercantil, el San Diego, que esperaba buena estacin para dirigirse a Acapulco, as

    como un pequeo navo un patache- el San Jacinto, perteneciente a un portugus, llegado

    de las Molucas, donde haba sido informado de la intrusin de barcos enemigos. En los

    astilleros del puerto de Cavite se encontraban tambin dos galeras en construccin, ascomo un pequeo navo de 50 toneladas, cuya construccin estaba siendo terminada. No

    haba ningn navo de guerra de alta borda disponible y la Audiencia decidi enviar un

    responsable para armar una flota. Fue designado responsable de esta tarea Juan Ronquillo

    de Castillo. Pero de acuerdo con informes que Morga envi al rey, Ronquillo, no hizo nada

    y no mostr disposicin alguna para hacer cualquier cosa. El gobernador, por lo tanto,

    5 Ver glosario

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    influenciado por Morga, hizo detener a Ronquillo. Morga se propuso entonces como

    responsable de la preparacin de la flota, y obtuvo de laAudiencia este nombramiento. La

    Audiencia nombr adems, a Cristbal Tellez de Almazan para organizar la defensa

    terrestre de Manila.

    Morga parti el mismo da a Cavite. Sus dotes de organizador pudieron ejercerse

    plenamente y fueron de gran eficacia. Los astilleros terminaron la construccin del pequeo

    navo de 50 toneladas, que fue bautizado con el nombre de San Bartolom y las dos galeras

    fueron tambin rpidamente preparadas para su botadura.

    Morga requis el San Diego que perteneca a los comerciantes Luis de Belver y

    Anton Thomas. Se trataba de un galen de unas 300 toneladas, construido en la isla deCeb. El San Diego fue armado para el combate, as como el patache portugus, mandado

    por el capitn Esteban Rodrguez Perez, y el San Bartolom comandado por Juan de

    Alceda. Los astilleros no pudieron facilitar suficiente artillera y se quitaron caones de

    bronce de los fuertes de Manila. El San Diego fue equipado as con 14 caones de bronce,

    el San Bartolom recibi 10 y otros fueron embarcados en el patache portugus. Todos los

    navos fueron ampliamente provistos de armas, de municiones y de plvora por los

    arsenales y se embarc gran cantidad de provisiones.

    En 30 das el puerto de Cavite se encontraba en estado de defensa y la flota estaba

    casi dispuesta para salir al encuentro del enemigo. Entre tanto los holandeses se haban

    situado a la entrada de la baha y saqueaban a los mercantes que se dirigan a Manila.

    Pronto se observ que no era intencin del enemigo atacar Manila ni Cavite, debido a que

    su flota se encontraba reducida a la mitad, pero su bloqueo poda provocar de todos modos

    la ruina para la pequea colonia espaola.

    Olivier de Noort se haba enterado, que el galen del rey, el Santo Toms, era

    esperado en Manila de regreso de Acapulco, con el equivalente de dos aos de renta de lanao de la China, en piezas de plata, es decir, ms de un milln y medio de pesos. El

    almirante pensaba actuar por sorpresa y en Manila la angustia estaba en su grado mximo,

    porque la captura de este galen por parte de los holandeses hubiese provocado, la ruina de

    la colonia.

    Morga deba nombrar a un almirante para estar al mando de la flota espaola.

    Varios oficiales experimentados, entre los que se encontraba Juan Ronquillo, estaban

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    perfectamente calificados para tal tarea. Pero Morga vio ah una ocasin para distinguirse al

    servicio del rey en circunstancias excepcionales e, incluso, histricas. La colonia espaola

    de Manila era consciente de que una victoria disipara por mucho tiempo la amenaza y que

    una derrota podra significar la prdida de las Filipinas para Espaa.

    El 11 de diciembre comenz el embarque: los oficiales, tripulacin y marinera

    fueron divididos entre el San Diego y el San Bartolom. Morga hizo del San Diego navo

    almirante, y en l fueron embarcados una cantidad impresionante de soldados, entre ellos

    espaoles, filipinos, negros y mercenarios japoneses. Se aadieron a ellos la tripulacin y

    150 nobles y oficiales de la aristocracia espaola de Manila, as como tres eclesisticos. Elnmero total de personas embarcadas en el San Diego deba sobrepasar las 450, lo que era

    considerable teniendo en cuenta las dimensiones del navo.

    Se le dieron instrucciones a Morga para que estableciese lo ms rpidamente posible

    contacto con el enemigo y de iniciar combate -para que este no pudiese huir- para destruir o

    hundir los barcos piratas. Si los navos enemigos huan, Morga deba perseguirlos hasta el

    estrecho de Malaca, lugar por el que los enemigos deban pasar de todas formas. De ser as

    el almirante hubiera tenido que esperar los vientos del suroeste, propicios para el retorno, es

    decir, hasta el mes de junio. Por este motivo Morga decidi sorprender al enemigo lo ms

    rpidamente posible. No quera permanecer varios meses en el mar.

    Dos versiones distintas se han dado de esta historia. La versin de Antonio de

    Morga de la que el gobernador Francisco Tello es fiel reflejo- fue expuesta en diferentes

    informes al rey de Espaa, de forma detallada en los prembulos, pero ms bien discreta en

    lo que se refiere al combate naval propiamente dicho. Esta versin, que es la que se expone

    en los libros, se convertir en la historia oficial. La otra versin no ser revelada pordocumentos, ya que estos fueron conservados en secreto en la poca. Estos documentos se

    encontraban en la Casa de Contratacin de Sevilla, y fueron descubiertos por Franck

    Goddio y su equipo al momento de hacer la investigacin para la excavacin. De acuerdo a

    Goddio estos documentos iban a restablecer la verdad sobre esta jornada que decidi la

    suerte de las Filipinas y que fue conocida histricamente con el nombre de la Jornada de

    los Holandeses.

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    2.6 Historia Oficial del Combate del San Diego en Filipinas

    En los diferentes informes de Morga y del gobierno se narraron los acontecimientos

    de la siguiente manera.

    La madrugada del 14 de diciembre se avistaron los dos barcos holandeses que

    estaban anclados cerca de un pequeo islote, en la entrada de la baha. El San Diego se

    aproxim al navo almirante holands, lo caonea y lo aborda, emprendiendo el combate.

    El capitn Alceda, sin hacer caso de las rdenes del almirante, no aborda el Mauritius y

    persigue alEendrachtque huye hacia el sur. El combate entre el Mauritius y el San Diego

    dura seis horas. Hacia las 14 horas se declar una va de agua en el San Diego, debido, probablemente, a que este navo mercante, demasiado frgil para un combate naval, se

    haba dislocado a causa de los numerosos caonazos que haba recibido durante la batalla.

    Se declara tambin repentinamente fuego en el Mauritius y el almirante espaol decide

    cortar las amarras que unen al San Diego con el navo holands, para salvar a sus hombres

    y la artillera y pensando llegar a la isla fortuna, a dos leguas del lugar de la batalla.

    El SanDiego, libre de amarras, navega unos metros hacia esa pequea isla y se va

    repentinamente a pique, arrastrando con l a los hombres armados. A pesar de los gritos de

    un oficial que le suplica: Slvese, Vuestra Gracia, porque el navo se hunde6, el

    almirante es el ltimo en arrojarse al mar y nada durante ms de cuatro horas llevando en

    sus manos los dos estandartes arrebatados del enemigo. Un centenar de hombres logra

    salvarse de los lanzazos, de los tiros de can y de arcabuz de los holandeses, gracias a que

    stos, dominando el fuego, huyen. Los supervivientes logran llegar a la playa de la pequea

    isla desierta de Fortuna.

    Esta historia del primer combate naval en las Filipinas entre dos potencias europeasfue criticada por Juan de Alceda y por diferentes personalidades de Manila. Morga y el

    gobernador tuvieron que enviar numerosas cartas e informes complementarios que

    confirmaron la versin inicial. El propio Olivier de Noort, que pudo huir y terminar su

    6Morga, Antonio. Sucesos de las Islas Filipinas dirigido a Don Cristbal Gmez de Sandoval y Rojas, Duquede Cea por el Doctor Antonio de Morga, alcade del crimen de la Real Audiencia de la Nueva Espaa,consultor del Santo Oficio de la Inquisicin. Mxico 1609 Cit. por Goddio, Franck. En: El comienzo de unaaventura. El San Diego. Un tesoro bajo el mar. Editado por Compaa Espaola de Petrleos, S.A. CEPSA.Madrid 1995.

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    vuelta al mundo, dio una versin en la que queriendo subrayar su xito, habl de combates

    encarnizados que duraron seis horas entre holandeses y espaoles. En 1602 public su

    narracin en un libro titulado, Descripcin del penoso viaje. Antonio de Morga, supo de

    la existencia de este libro, y relat, sin modificar significativamente su versin inicial, esta

    batalla en una obra histrica sobre las Filipinas, Sucesos de las islas de las Filipinas. Esta

    obra circul durante aos como copias manuscritas, antes de ser impresa por Antonio de

    Morga en Mxico en 1609.

    Debido a que los relatos de ambos libros y algunos informes acerca de la batalla, se

    contradecan o eran difciles de explicar (como por ejemplo que Morga haya nadado porcuatro horas con los estandartes holandeses), los investigadores que llevaron a cabo la

    excavacin del San Diego, decidieron indagar ms, y viajaron hasta Espaa para buscar los

    relatos de los sobrevivientes al naufragio.

    Los investigadores buscaron cartas de testigos o relatos desconocidos acerca de la

    batalla, y en Madrid se encontr un informe del padre jesuita Alonso Bernal, embarcado a

    bordo del San Bartolom y, en el monasterio de San Cugat en Barcelona, un relato del

    padre Chirino. Este ltimo afirma haber odo decir al piloto sobreviviente del San Diego,

    que el naufragio haba tenido lugar a media legua de la isla Fortuna y no a dos como

    asegura Morga. Estos documentos contradecan seriamente la versin oficial de los hechos.

    Pero la pieza nueva esencial era un importante informe del interrogatorio de los testigos que

    se encontraron en la Casa de Contratacin de Sevilla. Estos informes son los testimonios

    recogidos en Manila de los sobrevivientes del naufragio, a partir del 10 de enero de 1601,

    menos de un mes despus del naufragio. Veintids testigos fueron interrogados. Estos

    relatos contradecan totalmente los textos oficiales. La naturaleza y la diversidad de lostestigos: grumetes, pajes, marinos, cirujano, soldados, sargentos, capitanes, secretario,

    tonelero, caoneros, as como la concordancia de los relatos, no dejaban duda alguna sobre

    su veracidad.

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    2.7 Historia del San Diego contada por los testimonios de la tripulacin

    Al levar anclas la maana del 12 de diciembre de 1600, la tripulacin del San Diego

    se mostraban inquietos porque el almirante haba querido embarcar a bordo a todos los

    hombres, cuando el San Jacinto, pudo haber embarcado alguno de ellos. Morga pareca

    pensar que gracias a esta tropa tendra ventaja sobre el enemigo. El embarque no se haba

    desarrollado de manera normal debido a que varios oficiales y soldados no se presentaron,

    por lo que hubo que reemplazarlos por mercenarios. Las razones de esta desercin se

    debieron, segn parece, por el nombramiento de Morga como almirante. A su salida del

    puerto Cavite, el San Diego, mal lastrado

    7

    , vir de bordo por estar sobrecargado de unnmero impresionante de jaulas de gallina, de cajas, de vasijas, de grandes bales y de

    camas. Adems, el nmero de personas embarcadas pareca extremadamente elevado para

    una larga navegacin persiguiendo a los navos holandeses: entre espaoles, filipinos,

    japoneses y negros, se encontraban unas 500 personas. Haba all un desorden indescriptible

    y Antonio de Morga, poco habituado a las cosas de mar, no saba como remediarlo. No dio

    ninguna orden a sus oficiales. Por la maana el capitn Alceda recomend al almirante

    aadir lastre a su navo, para equilibrarlo mejor, habida cuenta de la artillera pesada

    embarcada, pero Morga no escuch el consejo, slo quera iniciar el combate lo ms rpido

    posible. Morga, tampoco oye los consejos del propietario del navo, Luis de Belver, que

    formaba parte de la expedicin:

    El capitn Luis de Belver le dijo al doctor Morga que el navo, que era muy

    ligero, slo navegaba bien con mucho lastre. Le recomend bajar a tierra cajas y

    camas. No slo no lo hizo sino que, orden al capitn Ordiales que pusiese todo

    bajo los puentes, lo que obstruy toda la cala89.

    Los marinos del San Diego tenan que dormir sobre el castillo de proa, ya que no

    haba sitio para ellos bajo los puentes. La salida estaba prevista para el da siguiente, al

    amanecer. Pero en la noche, el San Diego lev anclas sin prevenir al San Bartolom a pesar

    7 Ver glosario.8 Ver glosario.9 Testimonio del capitn Lope de Rada. Referencias: A.G.I fil. 59 n 41. Cit. por Goddio, Franck. En: Elcomienzo de una aventura. El San Diego. Un tesoro bajo el mar. Editado por Compaa Espaola dePetrleos, S.A. CEPSA. Madrid 1995.

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    de que las rdenes de Morga precisaban que los dos navos deban salir juntos del puerto.

    Los testimonios que los investigadores recopilaron son coincidentes en este hecho y se sabe

    por Alceda que su viga avist al San Diego alejndose del puerto, por lo que el San

    Bartolom parti con ms de una hora de retraso.

    De acuerdo con los relatos que Goddio y su equipo recopilaron, al amanecer se

    avistaron los navos holandeses. Olivier de Noort comprende que los espaoles haban

    enviado una flota contra l y decide reforzar la tripulacin del Mauritius con los hombres

    del Eendracht y prepara su tctica: envi su bote al Eendracht para traer hombres a su

    navo y ordena huir al vice-almirante, mientras l se ocupara de retrasar a la flota espaola,

    puesto que elEendrachttiene por misin llevar a Holanda la informacin recogida sobre elcomercio y las defensas espaolas. El Mauritius se pone en posicin de combate para

    iniciar la batalla con el San Diego que llega con gran adelanto sobre el San Bartolom, al

    tiempo que elEendrachtintenta huir. El Maurititus dispara y causa daos en el San Diego.

    El almirante espaol ordena responder, pero no sucede nada:

    El doctor Morga pregunta a un artillero qu piezas estn en condiciones para

    disparar. Le contesta: todas. Le ordena entonces disparar. El artillero le

    responde que no poda disparar ninguna ya que el navo estaba demasiadocargado y adems porque el agua entraba por las bocas de los caones. Morga

    le dice que:se arregle como pueda10

    .

    Morga ordena que se dispare con una pieza ligera que se encontraba en el puente. El

    Mauritius dispara nuevamente provocando serios daos en el San Diego, a la vez que

    varios soldados mueren. Morga considerando precaria su situacin, ordena el abordaje sin

    esperar la llegada del San Bartolom. El contramaestre le pregunta si es preciso reducir

    vela, como se acostumbra en tales maniobras, pero Morga insiste en que las velas no serecojan y el San Diego aborda el Mauritius de frente. La violencia del choque hace que el

    Mauritius se pierda el balance. Los soldados espaoles saltan con garfios al Mauritius y

    utilizan las anclas de estribor del San Diego para retener al Mauritius. Los holandeses al

    darse cuente que son ms de 300 espaoles armados, y ellos no ms que 59, disparan

    10 Testimonio de Juan Romero, grumete. Referencias: A.G.I fil. 59 n 41. Cit. por Goddio, Franck. En: Elcomienzo de una aventura. El San Diego. Un tesoro bajo el mar. Editado por Compaa Espaola dePetrleos, S.A. CEPSA. Madrid 1995.

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    algunos tiros de arcabuz y se refugian bajo cubierta. Los grumetes se apoderan de los

    estandartes holandeses e izan en el Mauritius los estandartes espaoles. Los soldados

    vuelven al San Diego para hacer su informe y para entregar a Antonio de Morga, como

    trofeo, las banderas tomadas al enemigo. Los marinos se sorprendieron al encontrar al

    almirante cerca del puente, rodeado de colchones para protegerse, plido y postrado. Le

    entregaron los estandartes y esperaron sus rdenes. El almirante permaneci mudo:

    El doctor Morga habra debido ordenar entonces que nuestros hombres

    saltasen sobre el puente del navo almirante enemigo para rematar la victoria.

    Pero he visto que no ha dado ninguna orden ni dicho nada porque estaba plido,

    casi desmayado y desanimado. Le dije entonces que ordenara a los hombres ir

    sobre el enemigo. Me contest: pero qu puedo hacer? Todo el mundo vea as

    que estaba desanimado!11

    En el puente, 300 hombres armados esperan la orden de perseguir a los holandeses

    bajo los puentes. Estos, al ver la enorme diferencia de fuerzas proponen, a travs de las

    portas abiertas, rendirse a cambio de salvar la vida. Se transmite el mensaje a Morga, pero

    ste permanece petrificado. Durante este tiempo Juan de Alceda, recupera su retraso y, de

    acuerdo con las rdenes recibidas, se sita al otro lado del Mauritius y le dispara. Algunos

    soldados espaoles que se encontraban en el puente del Mauritius, piden al San Bartolom

    que cese el fuego porque el navo enemigo ya haba sido capturado: que sus Seoras no

    disparen, somos amigos! 12.

    Navega, el secretario personal de Morga, proclama desde el San Diego que el barco

    pertenece ya al rey de Espaa, que hay que detener los disparos y perseguir alEendracht

    que en ese momento se encontraba a ms de dos leguas de la zona del combate. Alceda

    cumple la orden y no espera la confirmacin de la misma, aunque es contraria a lasinstrucciones escritas que Morga le haba dado en la vspera. El SanBartolom se separa

    del lugar de la batalla e inicia la persecucin delEendracht.

    11 Testimonio de Juan Giraldo, artillero. Referencias: A.G.I fil. 59 n 41. Cit. por Goddio, Franck. En: Elcomienzo de una aventura. El San Diego. Un tesoro bajo el mar. Editado por Compaa Espaola dePetrleos, S.A. CEPSA. Madrid 1995.12Ibid.

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    Fig.8: El San diego (A) persigue y caonea al Mauritius (B). Al fondo (C) el San Bartolom alcanza ycomienza el combate contra el Eendracht (D).

    Fig.9: El San Diego en segundo plano, desplegadas las velas aborda el Mauritius que ha reducido vela enespera del abordaje

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    Los holandeses a bordo del Mauritius comienzan a notar que algo andaba mal entre

    los espaoles, ya que nadie vena a sacarlos de sus escondites. Pasan las horas y los

    oficiales vienen a ver a Morga para intentar obtener la orden de atacar a los holandeses

    escondidos bajo cubierta., pero ste, postrado, permanece mudo. Cinco horas despus del

    abordaje los espaoles no han intentado nada an. De repente corre un rumor por el San

    Diego: se ha abierto una importante va de agua y el mar entra a raudales llegando casi al

    primer puente; se dice que algunos hombres ya se haban ahogado en la bodega. La va de

    agua haba sido causada por la violencia del choque en el abordaje, o por las portas abiertas

    del San Diego, o quizs por un caonazo holands que hubiese alcanzado la lnea de

    flotacin. Los oficiales anuncian que es imposible reparar la va de agua, debido aldesorden indescriptible que reinaba en las bodegas, siendo tal la cantidad de objetos que all

    no se poda mover nadie. Ni siquiera haba sitio para cuidar de los heridos.

    Los holandeses, prevenidos quiz por las voces de alarma, recuperan la esperanza.

    Olivier de Noort aplica una vieja artimaa de marinero avezado: incendia voluntariamente

    su propio navo para obligar, por una parte a sus hombres a salir del puente superior a

    combatir y para asustar a los espaoles. Del Mauritius sale una espesa columna de humo y

    el San Diego, amarrado a l se encuentra entre dos peligros: arder, si permanece amarrado

    al navo holands, o hundirse, si se libera de l.

    Morga sale de su postracin y ordena cortar las amarras. El padre jesuita Diego de

    Santiago, sorprendido ante tal orden, dice al almirante que es preciso primero apropiarse

    del navo enemigo, pasar all a todos los hombres antes de ejecutar tal maniobra, porque el

    San Diego se va a hundir y exhorta a los hombres a combatir. Pero Morga, repite la orden

    de cortar las amarras. Los espaoles tienen dificultades para liberarse del Mauritiusbajo los

    tiros de los holandeses que, ahora, atacan. Cuando por fin, cortan las amarras, el San Diego

    navega hacia la isla Fortuna, se inclina despus por la proa y se hunde. Antonio de Morgaes uno de los primeros en lanzarse al agua sobre una pequea balsa, cuidando de llevar los

    dos estandartes que le haban trado como trofeo. Los hombres se sujetaban a todo lo que

    flota, otros que haban permanecido sobre el puente del Mauritius se embarcan en un bote e

    intentan huir. Muchos soldados y oficiales que no haban tenido tiempo de deshacerse de

    sus armaduras se ahogan inmediatamente. Otros logran desvestirse y tirarse al agua.

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    Fig.10: En el primer plano el San Diego se hunde por la proa. El Mauritius caonea a los sobrevivientes ylos holandeses matan a golpes de lanza a los sobrevivientes que intentan salvarse subiendo a bordo.

    Fig.11: El Mauritius con su aparejo daado y su nica vela en estado de navegar, huye, mientras que en elprimer plano el San Bartolom persigue al Eendracht.

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    Los holandeses, recuperado el control de su navo, y a pesar de las splicas de los

    nufragos, matan a lanzazos, caonazos y tiros de mosquetn a aquellos que se aproximan

    al Mauritius con la esperanza de ser rescatados. Olivier de Noort logra extinguir el incendio

    que l mismo haba causado y huye encantado por este increble cambio de situacin en su

    beneficio.

    Empujado sobre su balsa por su secretario y por dos marinos, Morga llega antes que

    los otros sobrevivientes a la isla Fortuna. Algunos soldados heridos mueren en la playa.

    Mientras Alceda se apoder del Eendrachtdespus de una persecucin de dos horas. Para

    Morga el desastre es total: Con el San Diego se han ahogado ms de 350 hombres, de los

    que al menos, 60 pertenecan a la ms alta nobleza espaola de Manila. Adems la coloniase iba a encontrar prcticamente sin defensas, porque los mejores caones de las murallas

    se haban embarcado en el navo almirante con gran cantidad de armas y municiones.

    Morga decide volver inmediatamente a Manila con una embarcacin indgena, para hacer

    su informe y dar su versin de los hechos antes de que Alceda vuelva como vencedor. Para

    no perder tiempo, deja en la isla Fortuna a los hombres heridos, algunos de los cuales

    perecieron por falta de cuidado.

    En Manila Morga, hace al gobernador el informe que ms tarde se transform en la

    historia oficial del San Diego. Pero no puede impedir que estalle el escndalo, porque los

    sobrevivientes hablan y sus familias acusan a Morga de incompetencia, de abandono e

    incluso de cobarda. Se abre una investigacin y se interroga a los sobrevivientes. Diversos

    testimonios, que los investigadores del San Diego han encontrado tras cuatro siglos de

    olvido, tenan carcter de secreto y los investigadores que realizaron los interrogatorios

    haban jurado no divulgarlos, salvo orden real contraria.

    Morga intenta acallar el asunto; el gobernador, que haba cometido la imprudencia

    de nombrarle almirante, tambin tiene inters en que la verdad no llegue al rey y el informeque le enva es un fiel reflejo de la versin de Morga. El primer oidor y el gobernador

    intentan imponer una versin de los hechos que no les sea demasiado perjudicial.

    En julio de 1601, los investigadores que interrogaron a los testigos, envan un

    informe al rey en el que se duda de la buena fe de Morga. Se le acusa adems de presionar a

    los testigos para que no se expresen libremente, y piden al rey que abra una investigacin

    oficial.

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    Morga que cae enfermo, se entera de este informe que fue enviado al rey y le

    escribe una larga carta en la que acusa a los investigadores de estar de acuerdo con Alceda

    y sus enemigos y que lo quieren perjudicar. Recuerda adems al rey que Alceda haba sido

    acusado de robo el ao anterior, y asegura que l ha sido vctima de una terrible

    conspiracin y pide justicia al rey. Finalmente afirma que no ha hecho ms que contar la

    verdad en sus relatos y ruega al rey considere que sus recientes acciones tenan por nico

    objetivo salvar a la colonia, solicitando como recompensa un trasladofuera de este lugar de

    exilio hacia otro lugar en el que pudiese seguir prestando sus servicios.

    Morga omiti prudentemente reconocer y precisar cul haba podido ser su culpa.

    Quera evitar, de esta manera a toda costa, que las acusaciones contra l pudiesen mancharsu reputacin y comprometer el nombramiento en Mxico que tanto deseaba.

    La polmica entre Morga y sus detractores dur aos y envenen el clima de la

    colonia suscitando odios implacables y enemistades irreconciliables. Cada una de las partes

    encontr testigos ms o menos directos y de buena fe para confirmar su versin de los

    hechos. Numerosos informes, quejas oficiales al rey, cartas, splicas e incluso relatos

    annimos comentaron cada uno a su manera la Jornada del Holands.

    En 1603, tres aos despus de penosas e incesantes querellas, lleg a Manila la

    orden real que nombraba a Morga en la Audiencia de Mxico. Ejerci all durante ms de

    10 aos la funcin de juez de las causas criminales y de consejero de Oficio de la Santa

    Inquisicin.

    Aunque lo termin en 1602 despus de cuatro aos de trabajo, no public su libro

    Sucesos de las Islas Filipinas hasta 1609, en Mxico. Es cierto que la voluntad de imponer

    una versin oficial definitiva de la Jornada del Holands pes mucho en su decisin. El

    relato que hace de la batalla de la isla Fortuna en esta obra contrasta, sin embargo, con los

    informes y correspondencia que haba mantenido en 1601 y 1602.

    En 1615 fue nombrado presidente de laAudiencia real de Quito y por primera vez

    en su vida Morga no tuvo que trabajar bajo la autoridad directa de un superior. En Mxico y

    en Quito mostr reales dotes de administrador y de organizador. Morga muere en Quito el

    21 de julio de 1636, siendo sepultado en la Iglesia de los Franciscanos.

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    Fig.12: (Izq.) nico retrato conocido de Antonio de Morga, pintado probablemente en el siglo XIX. Estecuadro se ha conservado en las bodegas de la antigua Universidad de Osuna cerca de Sevilla. (Der.) Retratode Olivier de Noort, portada de una edicin tarda a partir del gradado de la edicin original de la obraDescripcin de un penoso viaje.

    Con respecto a Olivier de Noort, despus del naufragio del San Diego, lleg al

    estrecho de Malaca y termin su vuelta al mundo en penosas condiciones. Lleg aRtterdam el 28 de agosto de 1601 despus de 3 aos de un viaje extenuante. Cuando el

    Mauritius ech el ancla al puerto, quedaban 8 sobrevivientes, adems del almirante.

    Su regreso fue festejado. Traa pocas mercancas y la expedicin haba sido un

    fracaso financiero. Pero el aspecto poltico de su proeza martima prim sobre cualquier

    otra consideracin y su libro Descripcin del penoso viaje tuvo un gran xito. A su

    regreso, Olivier de Noort estaba arruinado y, aunque su esposa se haba asegurado de la

    buena marcha de una taberna que posean durante su larga ausencia, tuvo que venderla y

    particip en una expedicin anglo-holandesa contra navos ibricos en 1602. Fue

    nombrado, despus, capitn de una compaa de soldados por Mauricio de Nassau. Vivi

    luego una tranquila vida de cuartel hasta 1626, fecha en la que se retir a la ciudad de

    Schoonhoven, con su esposa, y muri en esta ciudad al ao siguiente.

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    El cuerpo de Noort fue enterrado en la iglesia de San Bartolom. En la tumba est

    grabado su escudo acompaado de un globo terrqueo, teniendo encima el Mauritius con

    sus velas desplegadas y con la inscripcin:

    Aqu yace el noble Olivier de Noort, capitn de la primera flota que parti de

    Holanda y que naveg por el estrecho de Magallanes alrededor del mundo.

    Muri el 22 de febrero del ao 1627.

    Su expedicin a las aguas del Pacfico y su incursin en las Filipinas tuvieron

    importantes consecuencias histricas. Los holandeses, conociendo perfectamente el estado

    de las fuerzas y de las defensas as como las rutas comerciales espaolas, lanzaron

    expediciones durante la primera parte del siglo XVII para tratar de apoderarse de las

    Filipinas.

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    3. Expedicin, hallazgo y distribucin de los objetos

    3.1 Expedicin y hallazgo del galen

    Franck Goddio en conjunto con el Instituto Europeo de Arqueologa Submarina,

    haban efectuado durante 8 aos, siete bsquedas submarinas en Filipinas sobrepecios1

    de

    los siglos X al XVIII. De esta manera Goddio y el director del Museo Nacional de

    Filipinas, deciden buscar un navo que estuviera ntimamente ligado a la historia de

    Filipinas, es as como pensaron en el San Diego. Ningn otro barco haba tenido tanta

    importancia para Filipinas: el combate en contra de los holandeses, decidi en el ao 1600,

    el futuro del archipilago.

    De este modo comenz la investigacin del equipo de Goddio, acerca del San

    Diego, en la Casa de Contratacin de Sevilla, en la Biblioteca del Museo Naval de Madrid

    y en Simancas, cerca de Vallalodid y, despus, en Holanda. Es as como se encontraron los

    informes elevados al Rey de Espaa por el Gobernador de Filipinas y los testimonios de los

    principales protagonistas de la historia: Antonio de Morga y Olivier de Noort, almirantes

    espaol y holands.

    El estudio de los testimonios mantenidos en secreto aport al equipo precisiones

    esenciales: como por ejemplo, supieron la direccin del viento y de las corrientes al

    momento del naufragio, al igual que la posicin del San Diego en relacin con la Isla

    Fortuna. Todo indicaba que el San Diego se haba hundido en la costa este de Fortuna, a

    una distancia que no deba exceder de los dos kilmetros y medio.

    Con estas indicaciones se envi una expedicin exploradora hacia la Isla Fortuna

    para reconocer el lugar y estudiar los fondos y corrientes dominantes. En diciembre de

    1990 el catamarn Kaimiloa, parti desde Filipinas con un equipo del Instituto Europeo de

    Arqueologa submarina, hacia la Isla Fortuna siguiendo un trayecto similar al que sigui el

    San Diego, cuatro siglos antes.

    El fondo marino fue un problema al equipo ya que esperaban fondos lisos que les

    hubiera permitido utilizar para la excavacin un sondeador a bandas laterales, aparato que

    da una imagen electrnica de los fondos con una buena definicin. Pero los macizos

    corales, esparcidos por la zona de excavacin, eran aproximadamente del tamao de los

    1 Ver glosario

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    buen posicionamiento, se instal sobre la isla fortuna tres balizas retransmisoras. Se cubri

    la zona de prospeccin por pasajes sucesivos espaciados en treinta metros en el sentido de

    la longitud del rectngulo, con dos detectores magnetomtricos tractados, inmersos a diez

    metros. Muchas veces los detectores registraban la presencia de anomalas magnticas, que

    resultaban ser de origen natural geolgico, y cada vez que se detectaba una anomala se

    mandaba a un buzo a inspeccionar. Esto llev a Goddio a preguntarse si Morga dijo la

    verdad en su testimonio. En este caso el barco no se encontrara en ese lugar donde se

    estaba realizando la prospeccin sino que mucho ms lejos de la isla. A pesar de esto se

    sigui buscando en el mismo lugar en el sector del naufragio de acuerdo al relato de los

    testigos.Despus de cuatro semanas de trabajo, una anomala magntica fue detectada en el

    centro geomtrico del rectngulo. Los sondeadores midieron en ese lugar 50 metros de

    profundidad, y la anomala corresponda a doscientos cincuenta kilos de equivalente de

    hierro. Se mand un buzo a investigar y cuando este subi confirm que la anomala se

    trataba del San Diego; el cual yaca a cincuenta metros de profundidad, a un kilmetro

    doscientos metros de la isla Fortuna. As se comprob que Antonio de Morga haba

    falsificado los datos, y los modestos testigos reciban, cuatro siglos ms tarde una

    confirmacin pstuma brillante: sus declaraciones haban permitido el descubrimiento del

    San Diego, que yaca en rampa sobre un montculo de coral.

    La excavacin necesit meses de preparacin y apoyados por la fundacin Elf, el 15

    de enero de 1992, se comenz el trabajo. Se arrendaron barcos, un remolcador con una gran

    plataforma de trabajo, y un submarino con capacidad para dos personas. El total del equipo

    de excavacin era de 32 personas, entre, buzos, arquelogos, tcnicos, un mdico,

    fotgrafos, camargrafos y tripulacin en general.

    Luego de anclar los barcos se realizaron las primeras inmersiones de

    reconocimiento. De acuerdo a la observacin del equipo, el tmulo, de unos 25 metros de

    largo y ocho de ancho, estaba orientado en sentido de la longitud oeste-norte-oeste a este-

    sur-este. Hacia el oeste yacan, casi paralelas, dos grandes anclas sealando la parte

    delantera de los restos. Cientos de jarras y tinajas esparcidas formaban una especie de

    corona alrededor del San Diego. El tmulo estaba formado por piedras de balastro y

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    sembrado de objetos que a primera vista resultaban irreconocibles por los sedimentos que

    las cubran. En la punta de la nave apareci un can de bronce; a babor aparecan otros

    cuatro caones recubiertos de sedimentos. El conjunto en general dio la impresin de verter

    sobre un lado. El San Diego despus de haber tocado fondo sobre esa loma muy

    probablemente se haba recostado sobre babor.

    Fig. 2: Trabajos arqueolgicos de planimetra y fotografa sobre el casco del San Diego

    Algo que sorprendi al equipo y a los buceadores fue el estado de conservacin de

    los restos, porque pocas piezas de cermica estaban rotas y el conjunto era majestuoso.

    Los primeros das de excavacin

    fueron consagrados a la colocacin y

    preparacin de los equipos de buceo y de

    bsqueda. Dos potentes bombas de agua

    elctricas inmersas fueron instaladas en el

    fondo cerca del lugar de excavacin. Eran

    alimentadas por electricidad mediante un

    generador elctrico. Estas bombas accionaban

    tres succionadoras de agua, una especie de

    grandes aspiradoras de sedimentos, cuyos

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    residuos eran evacuados mediante tubos flexibles de veinte centmetros de dimetro y doce

    metros de largo, los que desembocaban en grandes coladores o filtros destinados a retener

    elementos que habran podido escapar a la atencin de los excavadores.

    Despus de trabajar en el fondo marino, los buzos deban efectuar varias paradas en

    los diferentes niveles de descompresin antes de poder volver a subir al barco.

    El primer trabajo que realizaron fue la instalacin de una lnea que constituira un

    punto de referencia longitudinal para realizar el cuadriculado del lugar.

    Desde el principio de la excavacin aparecieron magnficas porcelanas chinas azul y

    blanca de la poca Ming del reino del emperador Wanli (1573-1620). Estaban intactas en su

    estuche de fino sedimento. Una vez terminado el sondeo, el equipo excav sobre el lado de babor de los restos, en un frente de seis metros de ancho. Cada buzo trabajaba con una

    aspiradora que tena cerca una jaulita lastrada con plomo con bolsas de plstico de

    diferentes tamaos para guardar los objetos en lugar seguro, segn se iban realizando los

    descubrimientos. Cada jaulita de color diferente corresponda a una zona de trabajo de un

    metro por un metro, la superficie mxima que poda excavar un buzo en cuarenta minutos.

    Estas jaulas eran izadas regularmente a la superficie en un gran cesto de hierro, que se

    llevaba hasta la cubierta.

    Fig.4: (Izq.) Vasijas siamesas en el fondo antes de su elevacin. (Der.) Buzo elevando una botella deporcelana china.

    Las grandes jarras estaban incrustadas en el coral. En cuanto se sacaban del agua, se

    liberaban de los sedimentos importantes, de corales vivos, y su contenido se vaciaba con la

    ayuda de un chorro de agua encima de un filtro. Desde las primeras limpiezas se constat la

    presencia de residuos vegetales y animales, tales como huesos y granos.

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    Para el equipo uno de los momentos ms

    impresionantes era cuando se vaciaban los

    cestos de plstico con los descubrimientos del

    da. El puente de barco se transformaba

    entonces en una especie de mercado de objetos

    raros y extraos: porcelanas de China,

    cermicas de Espaa y de las Filipinas,

    medallones de plata o de bronce, empuaduras

    de espadas espaolas o de sables japoneses,

    morriones de bronce, candelabros, platos yfuentes de plata, elementos de cordaje, poleas y

    piezas de plata que los soldados debieron recibir

    como prendas a su embarque. Otro gran descubrimiento para el equipo fue el astrolabio de

    a bordo. Esta pieza -excepcionalmente rara, debido a que no existen ms de setenta en el

    mundo- fue encontrada intacta, al lado de un aguamanil de plata. Adems en la parte trasera

    se descubri dos montones de porcelana; los aparadores de la nave los haban protegido, y

    se encontraron tal cual como haban sido colocados.

    Una vez identificados los objetos,

    los arquelogos del Museo Nacional de

    Filipinas los registraban en libros con su

    nmero de inventario y despus eran

    colocados en recipientes de agua dulce

    para su primera desalinizacin. Las jarras

    eran colocadas en cartones, y evacuadas

    regularmente hacia Manila por barco. La

    excavacin del lado de babor del barco,

    revel adems de miles de objetos, siete

    caones de bronce adicionales a los que haban sido descubiertos por los sedimentos.

    Una vez terminada la excavacin a babor se comenz a trabajar en la parte trasera

    del San Diego. En el bside del barco aparecieron magnficas e importantes piezas de

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    Una vez terminada en el fondo la toma de cotas (medidas) y muestras de madera, se

    subieron elementos complejos para ser dibujados en inmersin. Es as como se sacaron al

    aire libre las varangas y las alargaderas, as como las bombas de cala que estaban muy bien

    conservadas. Una vez que se estudiaron estas piezas en superficie, se bajaron al fondo para

    preservarlas, puesto que la madera, si no lleva un tratamiento complejo se deteriora

    irremediablemente al aire.

    Para el equipo la excavacin del San Diego lleg a su fin. El lugar fue enarenado en

    dos das y el 15 de abril los aparatos fueron subidos a bordo, y la pequea flota de tres

    navos parti hacia Manila.

    Cerca de seis mil nmeros de inventario de objetos fueron registrados.Esta excavacin enriquecer, sin duda alguna, nuestro conocimiento de la vida

    de los marinos, de los soldados y de los oficiales a bordo de las embarcaciones

    de esta poca, as como de los mtodos de construccin naval de aquella poca

    saberes transmitidos oralmente pero poco documentados-. Pocas embarcaciones

    de finales de siglo XVI han sido descubiertas al da de hoy, y el San Diego ha

    dado lugar a una excavacin arqueolgica que personalmente creo ejemplar.3

    3.2 Objetos a bordo del Galen

    Durante las dos campaas de excavaciones arqueolgicas de 1992 y 1993, el

    conjunto de objetos que se encontraban a bordo de los restos del San Diego fueron

    excavados e inventariados recibiendo un nmero de orden preciso. La numeracin de todos

    los objetos, y de todos los fragmentos, desde el ms importante hasta el ms nfimo, se

    extiende del nmero 0 hasta el 5.2624. Se impusieron algunas observaciones en cuanto a

    los nmeros de inventario, por ejemplo:

    . A veces los objetos recibieron un solo nmero aunque se tratara de un lote de objetos. Por

    ejemplo, varias balas de mosquete o varias bolas de can fueron reunidas en un paquete

    que lleva un solo nmero. Estas agrupaciones tienen la ventaja de no alargar el inventario.

    . En cuanto a la enumeracin en s, una caja de porcelana, por ejemplo, puede tener dos

    nmeros, uno para la caja y otro para la tapa; un jarrn de tierra cocida puede tambin

    3Goddio, Frank. Bsqueda y Excavacin. En: Catlogo El San Diego, Un tesoro bajo el mar. Editado por

    Compaa Espaola de Petrleos, S.A. CEPSA. Madrid 1995.4 El original de este inventario se encuentra actualmente en el Museo Nacional de Filipinas.

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    tener dos nmeros: uno para la base y otro para el cuello roto. Estos dos nmeros pueden

    estar ms o menos alejados, segn la fecha de su descubrimiento.

    De acuerdo al relato de Zo Housez5, miembro del equipo, la agrupacin de los

    objetos y fragmentos por categoras fue un tema delicado ya que conllev a la vez la

    identificacin del objeto y el conocimiento seguro de su utilizacin.

    Debido al exhaustivo trabajo de catalogacin de los objetos, no se present una lista

    de todos los objetos presentes, sino ms bien un cuadro con 2003 nmeros y cinco lotes, los

    cuales fueron transportados a Francia al Instituto de Restauracin y de Investigaciones

    Arqueolgicas y Paleometalrgicas para su restauracin.

    Inventario Arqueolgico que fue transportado a Francia para su restauracin:

    1. Construccin naval: Cordaje, roldana, astrolabio, brjula, piedras de lastre,bloques de resina.

    2. Vida a bordo: Cerraduras, llaves, cadenas, ensenadas, piezas de piedra y madera,piezas de metal, argollas, morteros, majas, alumbrado, piezas diversas, pesos, piezas

    de plomo, recipientes, objetos de alabastro, baldosas, osamentas humanas,

    osamentas funicas, restos vegetales.

    3. Armamento: Armas de fuego, palas de fuego. Caones, morriones, cotas de malla,remaches, pasadores, concreciones de armas, colgantes, anclas, espadas, Tsubas y

    piezas de Tsubas (partes de sable japons), elementos de armadura, bolas de can,

    balas de mosquete y arcabuz.

    4. Orfebrera: Objetos o piezas en bronce, fragmentos o piezas en plata, objetos deoro, vajilla, vasos, cubiertos, piezas de marfil.

    5. Jarras6. Monedas7. Tierras cocidas8. Porcelana azul y blanca

    5Housez, Zo. Estado de los lugares arqueolgicos. En: Catlogo El San Diego, Un tesoro bajo el mar.

    Editado por Compaa Espaola de Petrleos, S.A. CEPSA. Madrid 1995.

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    3.3 Distribucin de los objetos y exhibiciones

    Despus de la restauracin de los objetos tanto en Francia como en Filipinas la

    coleccin se dividi.

    Por ley del gobierno filipino, la mitad de la coleccin les pertenece a ellos, y esta

    coleccin se exhibe actualmente en el Museo Nacional de Filipinas y una parte en el

    Guimet de Pars. Otra parte le pertenece al seor Franck Goddio por financiar y llevar a

    cabo la excavacin.

    Tanto el gobierno Filipino como Goddio, los responsables de la fundacin ELF y la

    Asociacin de Acciones Artsticas del Ministerio de Asuntos Exteriores Francs (AFAA),

    quisieron exponer a la comunidad cientfica y pblico en general el excepcional legadocultural que representa una extraordinaria amalgama de elementos muy dispares

    procedentes de Filipinas, Espaa, Mxico, China, Japn, etc., muestra evidente de la

    relevancia que alcanz Filipinas dentro del sistema comercial internacional. Para ello

    propiciaron una exhibicin de una parte significativa de los objetos recuperados,

    mostrndolos sucesivamente en Pars, Madrid, Nueva York, Berln y Manila.

    El xito que alcanz la exposicin

    San Diego celebrada en la Fundacin

    Central Hispano de Madrid organizada por

    la AFAA con el patrocinio de ELF y

    CEPSA, no pas inadvertido a las

    autoridades de la Comunidad y la Caja de

    Madrid quienes con el apoyo del Ministro de

    Defensa, vieron la oportunidad de recuperar

    para el patrimonio espaol la parte de los

    objetos que por acuerdo previo entre el

    Gobierno de Filipinas y Franck Goddio le haban correspondido a ste. As una parte

    sustancial de la coleccin qued depositada en el Museo Naval de Madrid, como

    monumento a la historia comn de Espaa y Filipinas.

    Tras prolijas negociaciones, el 9 de enero de 1999 llegaron a Espaa las piezas

    propiedad de la Comunidad de Madrid y Caja Madrid, quienes las depositaron

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    provisionalmente en el Museo Naval. Tres meses despus, el 12 de abril, la CAM y Caja

    Madrid, suscribieron un convenio con el Ministerio de Defensa para asegurar el futuro de la

    conservacin, exhibicin y difusin de los restos de la nao en un lugar como el Museo

    Naval de Madrid, de reconocida solvencia cultural y cientfica.

    Finalmente, los restos de la nao San Diego despus de una prolija catalogacin, se

    muestran al pblico en general y a la investigacin cientfica en particular, en esta antigua

    institucin de la Armada, tras ser inaugurada la sala expositiva por Sus Majestades los

    Reyes Don Juan Carlos y Doa Sofa, verdaderos impulsores de la operacin.

    La exposicin del Museo Naval de Madrid presenta piezas de artillera y armasporttiles, objetos de la vida a bordo, ejemplos de numismtica de finales del reinado de

    Felipe II, cermica y porcelana para cargar mercancas y vveres, como vasijas para

    transporte de salazones (alimentos que se han salado) y verduras. Todas las piezas proceden

    de Filipinas, Espaa, Mxico, China o Japn. Tambin en el museo se tienen tinajas de gres

    chinas con cubierta, las cuales sustituyeron en el rea del Ocano Pacfico a las barricas y

    toneles del trnsito martimo en el Atlntico, los barros cocidos para conservar alimentos o

    cocinarlos y porcelana china, cargamento tpico del trfico martimo espaol en la ruta

    Manila-Acapulco.

    Fig.9: Piezas del San Diego expuestas en el Museo Naval de Madrid

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    Fig.10: (Izq.) Empuaduras de espada en concrecin. (Der.) Candados chinos

    Fig.11: (Izq.) Visera de morrin europeo de infantera. (Der.) Monedas de plata de a ocho reales acuadas

    en Mxico, Potos y la Pennsula.

    Fig.12: (Izq.) Lmparas de aceite de terracota (Der.) Porcelana China azul y blanca.

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    Fig.13: (Izq.) Tinajas de Siam. (Der.) Vasija Tradescant de arcilla y cinco asas.

    El resto de las piezas del San Diego, que pertenecen al seor Franck Goddio se

    encuentran en un depsito en Ginebra, Suiza; de las cuales, 200 piezas de metal fueron

    separadas y enviadas al taller Art Metal Conservation en Basilea para su restauracin.

    Una vez restauradas, las piezas sern enviadas nuevamente al depsito en Ginebra, y

    llevadas posteriormente a un museo naval en Portugal.

    3.4 Restauracin de los objetos de metal por el IRRAP

    La restauracin de los objetos de metal fue confiada al Instituto de Restauracin y

    de Investigaciones Arqueolgicas y Paleometalrgicas (IRRAP) que se encuentra en

    Compigne, Francia.

    En el Instituto, antes de determinar los procesos de tratamiento, se identific con

    precisin la superficie original de los objetos, es decir su superficie en el momento de ser

    abandonados. Se realizaron tambin estratigrafas de los productos de corrosin y con la

    ayuda de restos de la decoracin o de marcas de fabricacin, fue posible localizar la

    superficie original, determinar los productos de corrosin a eliminar, y establecer el

    tratamiento adecuado. Para los restauradores esta determinacin result a menudo difcil,

    ya que algunos objetos, particularmente un aguamanil y una copa, estaban laminados en

    todo su espesor con un ncleo metlico incompleto.

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    La variedad de tipos de corrosin encontrados en estos objetos, los llev a

    establecer diversos tratamientos de naturaleza mecnica, qumica y electroltica6.

    Cuando la estructura interna del objeto era lo suficientemente homognea y

    metlica, algunos productos de corrosin de la plata, negros y bastante densos, como los

    sulfuros de plata, pudieron ablandarse, incluso eliminarse, por inmersin desde algunos

    minutos a varias horas en una solucin de ditionita alcalino. Este preparado es un agente

    reductor, particularmente de los productos de corrosin de la plata, que los fragiliza y los

    desolidariza de la superficie original.

    En algunos casos, las concreciones marinas compuestas de arena, conchas y otros

    restos se levantaban por placas por lo cual se utiliz un tubo de ultrasonidos. La costra pudoser eliminada totalmente evitando la alteracin de la superficie del objeto.

    La mayora de los objetos de aleacin de cobre se limpiaron mecnicamente con el

    tubo de ultrasonido o con un microtorno con una muelecilla de diamante, un pequeo

    cepillo metlico, una goma, o pasta abrasiva de pulir.

    Algunos objetos como el morrin y algunos morteros, presentaban productos de

    corrosin que hacan suponer una matriz rica en hierro. Una estratigrafa de estos

    productos, confirmada por unos anlisis elementales, revel una aleacin a base de cobre

    con un porcentaje poco desdeable de hierro. Estas impurezas durante su permanencia en el

    fondo del ocano, pasaron a la superficie original de los objetos hasta formar una capa

    homognea de xidos y hierro. Esta capa fue eliminada mecnicamente.

    En cuanto a los platos de plata, se haban soldado entre s por distintos productos de

    corrosin. En este caso cualquier tratamiento mecnico o qumico habra acarreado

    alteraciones graves de la estructura. En cambio, presentaban una superficie original

    metlica, conductora y suficientemente homognea como para permitir un tratamiento

    electroltico. Fue posible, entonces, desolidarizarlos sin problemas y limpiarlos

    parcialmente. Un complemento de limpieza mecnica y qumica restituy el aspecto

    metlico de la plata al mismo tiempo que revel informaciones importantes como

    contrastes y rastros de utilizacin.

    Finalmente, con vistas a la exposicin y a su conservacin a largo plazo, todos los

    objetos fueron protegidos con una pelcula de resina acrlica.

    6 Ver glosario.

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    4. Estructura de metales, mecanismos de alteracin y conservacin

    4.1 Estructura y corrosin de metales

    Los materiales metlicos tienen una estructura cristalina que, a nivel microscpico,

    se manifiesta en forma de lo que se denominan granos. Estos granos presentan una

    geometra que depende tanto del tipo de metal como el tratamiento metalrgico al que han

    sido sometidos.

    Al calentar un metal o una aleacin1 hasta supunto de fusin2 se torna lquido, pero

    si la temperatura con la que se calienta el metal, queda por debajo de su punto de fusin, se

    comienza a solidificar.En este paso de lquido a slido, los tomos se comienzan a reagrupar y se van

    formando ncleos de cristalizacin, y desde estos ncleos se van desarrollando los cristales

    en distintas direcciones. En esta estructura cada cristal debe encontrar espacio para su

    crecimiento, simultneamente a la formacin de los dems. De esta manera acabarn

    adoptando formas geomtricas polidricas particulares de reducido tamao, que son lo que

    se conocen propiamente como granos, y que son observables al microscopio. Los cristales

    tienen individualmente la forma de un grano. El tamao de los cristales viene determinado

    por las condiciones en las que se ha producido el enfriamiento tanto a nivel general como

    local.

    En los metales puros, o en ciertas aleaciones, los granos son de una misma

    composicin, es decir tienen una sola fase, y son llamados metales monofsicos. En las

    aleaciones, se tienen varias uniones de granos creando composiciones diferentes, es decir,

    tienen varias fases, por lo tanto estos metales son llamados multifsicos. Es por esto que en

    las aleaciones, la estructura cristalina es ms complicada debido a la separacin de fases de

    diferente composicin e inmiscibles y que, a nivel microscpico, conforman los diferentes

    elementos estructurales. En este caso, la forma, dimensiones y separaciones de las fases

    1 Una mezcla de dos o ms metales, o de un metal y ciertos no metales, como el carbono, se denominaaleacin. El concepto de aleacin se analizar con ms detalle en el siguiente punto.2 Ver glosario.

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    Los metales tambin suelen ser duros y resistentes. Aunque existen ciertas

    variaciones de uno a otro, en general los metales tienen las siguientes propiedades:

    Dureza o resistencia a ser rayados Resistencia longitudinal o resistencia a la rotura Elasticidad o capacidad de volver a su forma original despus de sufrir deformacin Maleabilidad o posibilidad de cambiar de forma por la accin del martillo Resistencia a la fatiga o capacidad de soportar una fuerza o presin continuadas Ductilidad o posibilidad de deformarse sin sufrir roturas

    Factores como la dureza, la flexibilidad y la fragilidad, pueden producir cambios enlas propiedades de los metales. Otros factores como temperatura y deformaciones de

    diversa ndoles (martilleo, compresin, flexin, laminacin, estirado), pueden cambiar la

    estructura de los cristales.

    b. Caractersticas qumicas de los metales

    Es caracterstico de los metales tener valencias4 positivas en la mayora de sus

    compuestos. Esto significa que tienden a ceder electrones a los tomos con los que se

    enlazan. Tambin tienden a formar xidos bsicos. Por el contrario, elementos no metlicos

    como el nitrgeno, azufre y cloro tienen valencias negativas en la mayora de sus

    compuestos, y tienden a adquirir electrones y a formar xidos cidos.

    Los metales tienen energa de ionizacin5 baja: reaccionan con facilidad perdiendo

    electrones para formar iones positivos o cationes. De este modo, los metales forman sales

    como cloruros, sulfuros y carbonatos, actuando como agentes reductores (donantes de

    electrones). Esta prdida de electrones en los metales, se conoce como reacciones de xido-

    reduccin oREDOX.Las reacciones de xido-reduccin6 son aquellas en las que dos o ms tomos

    cambian su nmero de oxidacin. En su estado elemental, los tomos poseen un nmero de

    electrones equivalente al nmero de protones y, por eso, presentan un nmero de oxidacin

    4 Ver glosario.5 Ver glosario.6 Matteini, Mauro; Moles, Arcangelo. La qumica en la restauracin. Junta de Andaluca-Consejera decultura- Instituto Andaluz del Patrimonio Histrico. Editorial Nerea. Ao 2001. Sevilla

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    igual a cero. En los compuestos, todos los tomos ceden, adqu