tercera Época año 2 no. 9 méxico, d. f. octubre 15, 2014 n...

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Gaceta Independiente de la Escuela Superior de Turismo, I. P. N. Tercera Época Año 2 No. 9 México, D. F. Octubre 15, 2014 N Ú M E R O E S P E C I A L S O B R E M O V I M I E N T O E S T U D I A N T I L EN EL I P N

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Gaceta Independiente de la Escuela Superior de Turismo, I. P. N.

Tercera Época Año 2 No. 9 México, D. F. Octubre 15, 2014

N Ú M E R O E S P E C I A L S O B R E

M O V I M I E N T O

E S T U D I A N T I L

EN EL I P N

directorio

Director: Noé Mayén Callejas. Consejo Editorial: Raymundo Bautista Alvarado, Álvaro Toledo Duarte, Julieta Palacios Moguel. Edición, diseño,

creatividad, distribución, etcétera: La Coa. TODAS LAS COLABORACIONES SON RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES. La Coa Gaceta

Independiente de la Escuela Superior de Turismo I.P.N. México, D. F. Publicación cuasi mensual. Distribución física en la EST-IPN y virtual a

través de internet. Registro en trámite. Se autoriza la reproducción total o parcial, directa o indirecta, por cualquier medio o procedimiento de los

contenidos, con el único requisito de mencionar al autor y la fuente.

http://lacoa.weebly.com Twiteer: @gacetalacoa Correo electrónico: [email protected]

Breve crónica de un movimiento no anunciado Noé Mayén

Soyez réalistes, demandez l'impossible.

Frase sesentaiochera del Mayo Francés.

A l@s valientes alumn@s de la EST.

Nadie lo esperaba, de repente surgió, así son los

fenómenos sociales, habrá que analizarlo una y otra vez,

desde varias perspectivas para comprenderlo. Todo pare-

cía igual que siempre: un pequeño grupo al interior del

Politécnico que de vez en cuando se manifestaba y no

ocurría nada. Las autoridades lo sabían y por ello nunca

se preocupaban. Docentes de la ESIME Zacatenco aglu-

tinados en un movimiento de carácter independiente y

estrictamente laboral buscaban basificación de horas. Sí

acaso lo novedoso es que cubrieron la reja perimetral del

Campus de Zacatenco con cartulinas en las cuales expre-

saban sus demandas. No pasó nada.

Sin embargo, a la par de esta demanda los estu-

diantes de la ESIA Zacatenco entraban en paro por el

descontento que les ocasionaba la implementación de su

nuevo Plan de Estudios 2014 que entraba en vigor. A

partir de ahí, una vorágine de acontecimientos fue el

inicio del Movimiento Estudiantil Politécnico sin prece-

dentes mediatos.

Para la madrugada del miércoles 24 de septiem-

bre de 2014 el Consejo General Consultivo (CGC) del

Instituto Politécnico Nacional (IPN) encabezado por su

presidenta, la Dra. Yoloxóchitl Bustamante Díez, en ese

momento Directoral General del Instituto, aprobaba el

Acuerdo por el cual se modificaba el Reglamento Interno

del IPN. Para las primeras horas laborales de ese día ya

corría por todo el Instituto una serie de rumores al res-

pecto, que conforme avanzaron las horas se fueron co-

rroborando ya que el documento del proyecto aprobado

se había filtrado entre la comunidad del IPN.

Ya se tenía planchado como se dice en el argot

político. La estratagema ya les había funcionado en el

2011 con el Reglamento General de Estudios, lo habían

sometido a consulta a la comunidad politécnica –en al

menos dos ocasiones, hay que reconocer--, y recogido las observaciones de ésta y luego había sido aprobado,

sin mayores complicaciones, las protestas fueron relativa-

mente mínimas. En esta ocasión no fue así, la consulta vía

electrónica sólo había durado alrededor de diez días, no

tenía un carácter anónimo y presentó problemas para su

acceso vía internet. Asimismo, no había sido discutida

ampliamente al seno de cada uno de los Consejos Técni-

cos Consultivos Escolares de las respectivas Unidades

Académicas del IPN. Ese miércoles por la noche el movi-

miento estudiantil estalló, las primeras escuelas fueron

tomadas manifestándose totalmente en contra de la apro-

bación del Reglamento Interno y en apoyo a sus compañe-

ros de la ESIA Zacatenco que rechazaban el Plan de Estu-

dios impuesto.

Por su parte, en nuestra Escuela Superior de Tu-

rismo (EST), la cual ha sido catalogada por años por parte

de las autoridades del Área Central del IPN y por las pro-

pias de la EST, como una escuela despolitizada en su co-

munidad estudiantil y fragmentada en múltiples grupos

políticos de sus Docentes y Personal de Apoyo, además

señalada como una escuela donde se hace política de bajo nivel; algo se estaba gestando. Para la tarde noche de ese

día estudiantes de la ESIA Zacatenco llegaron a la EST en

apoyo de sus compañeros que discutían respecto de las

acciones a seguir ante las manifestaciones que ya se empe-

zaban a dar en todas las escuelas del Politécnico en el D.

F. y Área Metropolitana. Las autoridades de la EST, como

desde hace años, jugaron el papel de cadeneros-vigilantes-policías cuidando los accesos a la escuela y prohibiendo la

entrada a estudiantes de la comunidad politécnica, violan-

do con ello la normatividad respectiva que permite el libre

tránsito de los politécnicos por las instalaciones de nuestro

Instituto. No resistieron la presión y los estudiantes ingre-

saron a la EST. La Directora Interina anunció que al día

siguiente tendría un diálogo de frente con la comunidad de

Turismo.

Al mediodía del 25 de septiembre había iniciado la

marcha politécnica, convocada apenas un día antes, de la

Plaza Roja de Zacatenco a la Dirección General, la prime-

ra gran marcha estaba a punto de sucederse, de las diferen-

tes escuelas del IPN fueron llegando los contingentes para

concentrarse en la Plaza Roja que en poco tiempo quedó

completamente abarrotada, algunos llegaban caminando

de sus escuelas, en Metro o camión, muchos en grupo, con

consignas y pancartas, algunos otros completamente solos.

Un jovencito tímidamente se para frente a una

tienda de aparatos ortopédicos sobre la Avenida Instituto

Politécnico Nacional, en cuclillas, nervioso voltea a su

alrededor, saca un folder de su mochila, lo abre en su tota-

lidad y con un marcador comienza a escribir su consigna.

Desde las diez de la mañana ya hay efervescen-

cia en la EST, los estudiantes se reúnen de nueva cuen-

ta en la plataforma del patio central, discuten y llegan a

un acuerdo general: la EST estará presente en la mar-

cha; las autoridades se muestran nerviosas, son mu-

chos, a partir de esa hora la inasistencia a clases es cla-

ramente notoria, algunos de manera inocente piden

permiso a sus profesores para ir a la marcha; comien-

zan los preparativos: ¡Háblale a fulano y zutano y de

una vez a mengano! ¡Cómprate agua! ¿Ya trajeron car-

tulina? ¿Y ´ora que les ponemos? Hay alegría.

Como nunca antes se había visto en la EST,

comienzan a salir los estudiantes en pequeños grupos,

por salón o con los cuates, unos siguen a otros, no se

van en micros, caminan por Avenida Miguel Bernard

para llegar a su cita, se les nota algo nerviosos, pero

sobre todo muy contentos, entusiasmados, radiantes.

Lo que parecía imposible en la EST comienza a mos-

trarse. Los rebasamos en el auto, saludamos con el cla-

xon, al percatarse una chica grita señalándonos: ¡Ahí

van los maestros!, al interior del vehículo los aludidos

disimulamos el nudo en la garganta.

Inicia la marcha, toman por Wilfrido Massieu,

llegan a Avenida Poli, dudan por donde seguir, y en un

destello de astucia logística deciden avanzar por esta

avenida hacía Plaza Lindavista, al frente va la ESIA-

ZAC le siguen nutridos contingentes por escuelas, los

estudiantes de la EST, en ciernes en esto de las marchas,

se anexan en diversas células, la UPIICSA va cerrando;

cánticos diversos estremecen el ambiente, el ¡huelum! se

oye una y otra vez. Un transeúnte le comenta a otro: ¡Ya

vienen los porros! No son porros señor, son estudiantes, le

corrige mi compañera notablemente molesta. Llegando a

la esquina con Montevideo sucede lo predecible: toman

por esta avenida, colmándola en su ancho y buena parte de

su largo hasta llegar a la Avenida de los Cien Metros, los

puentes están repletos por curiosos y fotógrafos, continúan

para doblar en Avenida Las Torres, es toda una señora

marcha, comentamos en corto: son muchísimos, no re-

cuerdo una marcha así, es la más grande que he visto,

¿cuántos serán?, pues yo creo que unos miles. Los estu-

diantes haciendo gala de sus conocimientos matemáticos y

el uso de ecuaciones complejas, en un rápido cálculo defi-

nen la incógnita: ¡somos un chingo y seremos más! Por la

tarde la propia entonces Directora General, reconocería

que veintitrés mil personas habían participado en la mar-

cha.

Ese mismo día, a la una de la tarde, en la platafor-

ma del asta bandera de la EST se llevó a cabo el encuentro

anteriormente comprometido por la Directora Interina

(DI). La estrategia oficial parecía oportuna y efectiva para

desinflar el movimiento en la escuela, debido a que la ma-

yoría de estudiantes se encontraban en la marcha y muy

pocos se habían quedado para el diálogo con las autorida-

des. Sorprendentemente no fue así. La DI inició su perora-

ta, reconociendo que se habían cometido excesos al no

permitir el libre tránsito a las instalaciones, que había sido

por lo intempestivo de los acontecimientos recientes, que

en la ESIA se habían cometido errores al no consultar a

los estudiantes, que en la EST “no habíamos iniciado un

rediseño curricular”, que acá, llegado el momento sería

diferente, etcétera, acompañados de disculpas una y otra

vez. Buena entrada, hay que reconocer que mostró tablas.

En semicírculo detrás de ella, se encontraba su séquito:

dos Subdirectores, Jefes de Departamento, Jefes de Ofici-

na y demás aliados, algunos otros vinculados directamente

con esa administración se encontraban dispersos entre el

tumulto, como con pena, pero ni modo el hueso y los fa-vores se pagan; su Subdirector Administrativo intentaba

perderse entre la muchedumbre, pasar desapercibido, pero

no lo lograba. Una compañera del Personal de Apoyo, de

nombre poco común y reciente en la comunidad, sentada

en cuasi posición de flor de loto, cerquita de la DI, asentía

de forma dinámica a todo lo que decía la Directora y nega-

ba con contundencia las intervenciones por parte de los

estudiantes; temí sinceramente por la salud de sus cervica-

les del cuello. Así el espectáculo, ver para creer.

Inició la contraofensiva estudiantil, ante las pre-

dicciones lógicas conociendo el pasado de la comunidad

de la EST, los estudiantes empezaron a levantar su mano

solicitando participación, y así promovieron sus argumen-

tos de forma sencilla y lógica, la DI y sus funcionarios,

rápidamente acudían al legajo de papeles que tenían en las

manos, sacaban sus reglamentos, la misma Directora indi-

có que habían pasado la noche estudiándolos, se notaban

maltrechos, como es común y ridículo en estos casos, ha-

bían pasado toda la noche en la escuela, como buenos jue-

ces interpretaban la normatividad a su favor, de forma ins-titucional como seguramente pensarían ellos; la Directora

decía en una diatriba que el reglamento aprobado todavía

sufriría algunos cambios. Por fin ¿estaba ya aprobado o

no?, ¿o a medias?, ¿o qué pasó?, se cuestionaban unos a

otros sus escuchas; en esas andaban, cuando una alumna

valerosa le espeta que exige respeto de su grupo directivo,

que cuando los estudiantes cuestionan un funcionario de-

trás de ella gesticula burlonamente (ha de ser el mismo de

siempre, pienso, mientras buscó con la mirada al personaje

burlón), ella, la DI, voltea con miranda inquisitoria sobre

sus subordinados, con cara de no me ayudes compadre, les

llama ahí mismo la atención, la estudiante no ceja y recla-

ma su derecho a preguntar, aunque ellos piensen que son

tonterías, el clima se calienta, un maestro interviene, en un

principio no entendemos para qué, si a favor o en contra y

de quién, luego queda claro, a favor de la DI, dice que ha

revisado las redes sociales, que son puros “chismes”, que

es un “chismerajo”, hasta aplausos –institucionales— se

lleva, por supuesto también un modesto abucheo de des-

aprobación, en unos minutos más, poco a poco desapare-

ce, ya los directivos están hechos bolas con tanto papel y

versiones del Reglamento, otro maestro participa, éste a

favor, y nos recuerda el pasado, la vieja guardia, hasta se

lanza una consigna combativa de algunos ayeres: de norte a sur, de . . . ganaremos esta lucha, cueste lo que cueste,

divertidos los chicos y chicas aplauden; la Directora toma

las riendas, es decir la palabra, pues si ella convocó, debe

ser su espectáculo y no lo presta, ahora comienza a hablar

y no suelta el micrófono, le da pal´monte, lo que quiere

decir que se sale por la tangente, llega el momento que ya

no entendemos de lo que habla, hasta parece que ya se ol-

vidó para que estábamos allí, una maestra le solicita que le

dé la palabra a los estudiantes que llevan minutos levantan-

do sus manos, por fin cede, los educandos, empiezan nue-

vamente su argumentación sobre el proyecto de Reglamen-

to, poco a poco avanzan, sustentan, refieren, ganan adeptos

a su pensamiento, ya son las dos y media de la tarde y pa-

rece que no tienen prisa en irse, algunos maestros sí, “ya es

hora de la salida”, el rostro de la DI muestra señas de que

la batalla se está perdiendo, intenta nuevamente, no puede,

uno de sus subdirectores colmilludo en estos menesteres, le

hace saber que hay que emprender la retirada, ella duda, se

niega, pero el micrófono ya no regresará a ella. Uno de los

alumnos consejeros le solicita amablemente, que ya que

sacaron el equipo de sonido, que se los preste. El cuadro

directivo emprende la retira hacia su bastión: el edificio de

gobierno. Durante el resto de la tarde los estudiantes hacen

uso de la palabra ganada y mantienen diferentes posicio-

nes, seguramente dan gracias por el equipo prestado.

Para la tarde noche de ese día hay dos grandes

cuestionamientos tomar o no las instalaciones de la escue-

la, la información ha corrido indicando que la mayoría de

las escuelas del Poli han sido tomadas por los estudiantes.

La situación se define cuando en apoyo a sus compañeros

llegan los de la ESIME-ZAC, las autoridades de nuevo

intentan jugar su papel de cadeneros-vigilantes-policías,

pero ya no pueden impedir el libre tránsito como en otrora

tiempo, los esimios sacan sus credenciales para comprobar

su condición de estudiantes, la DI ahora la hace de revisa-credencialesyporaquípuedenpasar, los de adelante corren

mucho y los de atrás igual, llenan el patio, tienen una estra-

tegia que sería envidia de algunas corporaciones, dialogan

con sus pares de turismo, y así sin decir agua va, ya han

llegado a un acuerdo: se toma la escuela. Para algunos de

nosotros que incrédulos miramos, no entendemos bien a

bien lo que está pasando, los de la ESIME se retiran creo

que rumbo a Ticomán, que tienen otra misión que cumplir,

con una retirada coordinada salen rápidamente, es entonces

que descubrimos que el edificio de aulas ha sido evacuado,

que ya sellaron simbólicamente con diurex la puerta princi-

pal, la resguardan algunas chicas, parece que todo ha ter-

minado, algunos empiezan a retirarse, de repente, se forma

un tumulto en la puerta referida, algo sucede, curiosos nos

acercamos, nos sorprendemos: dos maestros discuten con

las alumnas que custodian la entrada, se hace la bola, al-

canzamos a escuchar de uno de ellos ¡qué no permitirá que

tomen su escuela!, estilo niño héroe, bueno, hay chicas que

aseguran que hasta fueron empujadas, la DI se acerca,

apuesto que va a calmar las cosas para evitar enfrentamien-

tos que pueden ser trágicos. No es así, ahora con los maes-

tros opositores y alumnos que comparten con ella la idea

de que sus compañeros deben regresar las instalaciones,

marcha hacia el asta bandera, gritando una y otra vez,

acompañando su paso con el movimiento de sus manos:

¡Rescatemos a Turismo!, ¡rescatemos a turismo!

Ya en la plataforma, retoma la estrategia de la

defensa, que permitió que alumnos de turismo discutie-

ran sobre lo que querían hacer, pero que no se vale que

otros estudiantes hayan intervenido, y de nuevo la discu-tidera, unos a favor y otros en contra, cada quien con sus

argumentos, llega el momento que la defensa oficial pa-

rece que ha ganado, las chicas que protegen la puerta del

edificio de aulas se sientan frente a ella, no permitirán el

paso, una de ellas me comenta más tarde: estaba hasta

temblando, maestro, tenía miedo de lo que nos pudiera

hacer la gente de la Directora. Una compañera estudiante

que ha regresado del plantón de la marcha y que formó

parte de la comisión que recibieron las autoridades de

Área Central toma la palabra y manifiesta lo que vio y

cuál ha sido la decisión de los politécnicos ante la cerra-

zón de la autoridad, de repente un maestro comienza a

increparla rudamente, una compañera maestra interviene

en favor de la chica, cumplido su objetivo el maestro se

retira, lo conmino a que se quede a escucharla, me da sus

argumentos respecto de su posición, ante un cuestiona-

miento lógico que le realizo, suelta poco después:

Bueno, yo todavía no leo el Reglamento. Qué caray.

Sintetizo el fin de esa noche: en entrevista en

Radio Red a través de un Smart Phone se escucha a la

Directora General respondiendo al entrevistador, que el

Politécnico está en calma, que mañana todos los estu-

diantes estarán en sus clases normalmente; la DI ha

sido desplazada del centro de quienes toman la pala-

bra y la localizo en un extremo del grupo completa-

mente sola; más tarde se lleva a cabo lo que podría-

mos intitular como la Defensa del Edificio de Go-bierno, donde no permiten le pongan diurex a la puer-

ta y abandonen la plaza los directivos y algunos maes-

tros y administrativos leales a los mismos, y de repen-

te ¡chin!, que ya se desmayó la Directora. Nadie le

cree.

Esa es la primera noche de la toma de la EST,

los directivos pernoctan nuevamente, para el siguiente

día, viernes veintiséis de septiembre, hay una nueva

intentona de convencimiento que no fructifica, alrede-

dor de las diez treinta de la mañana en varios vehícu-

los los directivos abandonan la escuela habiendo pre-

viamente entregado el total de las instalaciones a los

alumnos. Dicen que la Directora salió recostada en el

asiento de un auto, cubierta con una cobija.

A partir de ese viernes todo se sucedió de ma-

nera sorprendente, obviamente los estudiantes no re-

gresaron a sus clases como había dicho la Directora

General, por el contrario ese día las tomas de escuelas

fueron cosa común, las declaraciones de la Dra. Yolo-

xóchitl Bustamante, fueron de mal en peor tanto en

TV como en la radio, con molestia muy visible mani-

festaba que lo que ocurría era de carácter político, que

había infiltrados entre los estudiantes, que el problema

ya se había resuelto, etcétera. Venía a la mente las

declaraciones de hace cuarenta y seis años de agentes

infiltrados y la conjura comunista. Se anunciaba visi-

blemente que ella ya no podría controlar la situación.

Por la tarde en la Cámara de Diputados, se anunciaba

que la Secretaría de Gobernación se haría cargo de la

situación.

El sábado y domingo las escuelas estaban to-

madas, sería su primer fin de semana bajo esta condi-

ción, la primera reunión de la que sería posteriormen-

te la Asamblea General Politécnica (AGP) se llevó a

cabo en ESIA-ZAC. El apoyo de víveres empezó a

llegar a las escuelas, eran increíbles las muestras de

solidaridad con el movimiento estudiantil, bromeába-

mos con ellos: parecen centro de acopio para damnifi-

cados. Las cajas se apilaban de diversos productos

que les llevaban. Me quedo con una imagen: una mu-

jer de aparentemente bajos recursos, desciende del

micro frente al acceso de estudiantes de la EST, nos

pregunta sí ahí es Homeopatía, que ahí estudia su hijo,

le indicamos como puede llegar, al emprender el ca-

mino observó que en una bolsa de plástico transparen-

te lleva varias teleras. Más tarde al cruzar frente a la

escuela de Homeopatía miro como conversa con un

estudiante a través de la reja.

El lunes 29 de septiembre el tema fue la lla-

mada segunda megamarcha, la ruta original fue cambiada

debido al ofrecimiento al diálogo por parte del encargado

de la política interna del país, ahora sería del Casco de San-

to Tomás a la Secretaría de Gobernación. Los preparativos

iniciaron, la expectativa crecía en el IPN y en los medios

de comunicación. En la EST el tema-comidilla fue un do-

cumento con treinta y ocho puntos por parte de la dirección

del plantel que apareció en la página electrónica del mis-

mo, el cual apuntaba: “la Dirección de la Escuela Superior de Turismo, informa de las actividades que hasta el mo-mento han sido afectadas, pospuestas o canceladas a partir de la interrupción de labores”; y así en cada punto, se hacía

un derroche de imprecisiones, adecuaciones tendenciosas,

manipulación y parcialización de la información, y hasta

falsedades respecto de supuestas grandes acciones que se

realizarían durante o posteriores a los dos días que la EST

se ha sumado al Paro de Escuelas del IPN, todo se había

venido abajo, sí íbamos también, y ahora en dos días de

paro todo se derrumbaba, y en el colmo de la exageración y

castigo, cual matriarcado desalmado, en uno de los puntos

se señalaba que se suspendían los festejos por el cuarenta

aniversario de la EST próximos a cumplirse. La mamá que

castiga a la niña, pero que es tan cruel, que no le compra

pastel el día de su cumpleaños. Al día siguiente la niña EST manifestó su total rechazo a través de un documento

con cuatrocientas cincuenta y seis firmas de respaldo.

Martes treinta de septiembre del año dos mil cator-

ce, presente lo tengo yo, como dicen los corridos, día de la

mayor marcha de la comunidad politécnica de la que se

tenga memoria: el cálculo promedio de acuerdo con diver-

sos medios de comunicación fue de más de cuarenta mil

personas. Los contingentes estudiantiles por escuela fueron

llegando al Casco de Santo Tomás que en poco tiempo

quedó repleto por sus diversas arterías, nos formamos unos

cuantos sobre la calle de Manuel Carpio, a paso apretadito

fuimos avanzando, al llegar a la esquina con Avenida de

los Maestros, se nos unió el contingente fuerte de la EST,

éstos en un acto sólo para jóvenes extremos habían salido

con las escuelas de Ticomán y Zacatenco desde este último

lugar, luego quien sabe que pasó y en Metro Potrero deci-

dieron viajar por el Sistema de Transporte Colectivo, y na-

da de pos´me lo brinco, cada quien pagó sus respectivos

cinco pesotes, otros que andaban por Popotla, otros más

que por la Normal y varios lugares más, pero cuando se

unieron, conformamos un contingente de turismologos de

más de quinientos, ahora todos juntos reiniciamos la mar-

cha, cuando llegamos al Circuito Interior, vino la primera

sorpresa, la marcha avanzaría sobre los carriles centrales,

tuvimos que apresurarnos y brincar la guarnición que sepa-

ra la lateral de la vía rápida, los jóvenes lo hicieron ágil-

mente, pero para los pocos maestros que veníamos cerran-

do la retaguardia fue un salto con alto grado de dificultad,

el cordón de seguridad que giraba en torno de nuestro con-

tingente, comenzó a arrastrarnos, debido a que los estu-

diantes empezaron a correr para alcanzar a sus compañeros

de adelante y no dejar espacios entre los grupos. En esos

momentos fue cuando Turismo estuvo a punto de brindar

un mártir al movimiento: un compañero docente que lle-

vaba recogida la enorme lona con nuestra consigna, al ser

jalado por el cordón comenzó a enredarse y envolverse en

la lona, a la Juan Escutia, trastabilló y estuvo a punto de

caer sobre el asfalto, al percatarse una maestra, heroica-

mente lo salvó y así perdimos la oportunidad de tener un

mártir, lo bueno fue que no manchamos el saldo blanco

que registró la marcha.

Más tarde los alumnos se compadecieron de las

condiciones físicas de la planta docente que los acompa-

ñaba y nos mandaron a la vanguardia, allí la cosa fue más

descansada, salvo cuando el camino lo pedía, por una

extraña razón, en las subidas de los puentes había que

correr, o en una diversión juvenil, nuestros dirigentes,

paraban al contingente, nos colocábamos en cuclillas,

dejábamos que los adelante avanzaran, y luego cual reza-

gados de maratón había que alcanzarlos, todos divertidos,

y nosotros sacando fuerzas del pasado, de nuestra otrora

juventud; todo era alegría, risas, canticos y seguramente

rompimos el record mundial de huelums emitidos. Era

increíble ver a tantos muchachos y muchachas, juntos,

unidos, conscientes de su despertar, allí estaban mis

alumnos de un semestre y otro, de hace años, los de aho-

rita, tantos rostros que no conocía, pero que cuando nues-

tras miradas se cruzaban nos reconocíamos, éramos noso-

tros: la EST. De vez en cuando volteaba, no lo podía

creer, dónde había quedado la apatía que tanto nos han

criticado, parecían profesionales de marchas, ¿dónde ha-

bían aprendido?, ¿quién imparte esos cursos exprés?,

¿cómo puede cambiar la actitud de unos días a otros?,

parecía que habían leído el mismo manual del buen mar-chista, las porras eran entonadas de manera envidiable,

¿éstas serán las competencias de las que tanto hablan hay

que dominar en el ámbito profesional? Pues buena teoría

habían recibido porque su praxis fue ejemplar. El perro

mascota de Turismo –apareció igual que el movimiento,

de la nada— también marchaba con nosotros, aunque por

Galerías sintió que moría, tuvieron que socorrerlo y lle-

várselo cargando mientras que se recuperaba. La solidari-

dad se demostraba a cada paso: ¿maestro no quiere de mi

naranja?, está un poquito chupada. ¿Ya probó la Coca Life?, dele un trago. Alguien pasaba y nos repartía agua

embotellada, la chica de la eterna sonrisa llevaba el boti-

quín, las madres de algunos alumnos nos acompañaban,

los de Homeopatía nos proporcionaron a un alumno-médico por aquello de las condenadas emergencias, más

tarde supe que el dicho aprendiz de galeno, tenía intere-

ses más allá de nuestro estado de salud, una de mis exalu-

mnas marchaba orgullosa de llevar médico particular.

Los pocos docentes recordamos los tiempos pasados, a

pico de botella, ahora de agua, tomábamos del mismo

envase, alguien compró un refresco preparado y todos a

sorberle del mismo popote, no había formas acartonadas,

engañosas, hipócritas, todossomospolitécnico, en ese mo-

mento todos éramosturismo; ¿dónde habían quedado

aquellos que de forma trillada una y otra vez he escucha-

do que llevan bien puesta la playera del Politécnico?

Voltee en mi derredor y nos los pude hallar.

Los automovilistas que circulaban en el sentido

opuesto del Circuito, nos saludaban una y otra vez, ha-

cían sonar sus bocinas, nuestro intrépido compañero Ro-

jas, que hacía las veces del fotógrafo oficial de la mar-

cha, con tal de captar la imagen del enorme contingente

politécnico desde uno de los tantos puentes peatonales,

en un acto no propio de sus años y mesura, cruzó la ave-

nida en medio de los vehículos y alcanzó su objetivo;

otro mártir que no tuvimos. Por la lateral los apoyos de

la UNAM, UAM, Pedagógica Nacional, INBA, etcétera,

nos acompañaba; todos al unísono, agradecíamos: ¡Ese

apoyo sí se ve!, ellos devolvían el gesto: ¡No están solos!

Los mirones no eran de palo, todos apoyaban, se mani-

festaban a favor, eran los padres y madres de familia, los

oficinistas, los obreros, los de a pie, los que quieren un

mejor futuro para los jóvenes, salían por doquier de la

Santa Julia hasta Polanco. Entramos por Río Mississippi

para llegar a la glorieta de la Diana Cazadora, que encan-

tadora como siempre nos recibió de espaldas, poco a po-

co la fuimos rodeando, viéndola de cerquita, ella impávi-

da nos miraba, seguramente envidiosa de ver tanta vida y

orgullosa de observar a una nueva generación vibrante,

estos eran otros caifanes que no intentaban traviesos cu-

brir sus partes, al contrario, la apreciaban plenamente.

Continuamos, la Victoria Alada de la Columna

de la Independencia nos saludó, al igual que todos los

que se habían congregado allí para tal propósito, el SME,

el Bloque Democrático y más, nuestros compañeros ad-ministrativos se nos unieron, y con sus horas de vuelo, a

darle a las porras y consignas hasta quedar afónicos, de

los grandes corporativos de la industria turística donde

trabajan nuestros egresados, varios de ellos bajaron, aho-

ra trajeados ellos y ellas en traje sastre, se unieron al pe-

riplo; aguante mi hora de comida para marchar con uste-

des, comentaban. Uno de ellos, contento y nostálgico

dice a una de nuestras colegas: ¡Maestra, estaba seguro

que usted iba a marchar con los compañeros! Cruzamos

La Palma, atravesamos Insurgentes y saludamos a

Cuauhtémoc, a la altura del nuevo edificio del Senado de

la República, leemos en uno de los ventanales de un pi-

so: #todossomospolitécnico, educados agradecemos: ¡ese

apoyo sí se ve!, no sabemos cuánto nos va a costar ese

apoyo. La marcha se detiene, a sentarse y acostarse sobre

el concreto de Reforma, hasta aquí llegamos, la comisión

de la Asamblea General Politécnica, a la vanguardia del

enorme contingente ya llegó al ex Palacio de Covián,

sede de la Secretaría de Gobernación, van a entregar el

Pliego Petitorio. Todos a descansar. Pasan unos veinte

minutos y de nuevo a movernos, quien sabe qué pasa,

pero ya podemos avanzar, confusos entramos por Bu-

careli, nos detenemos nuevamente, llegamos poco antes

del Café La Habana, de nuevo a sentarse, nos acordamos

del Che Guevara, una que otra porra y conversamos, da-

mos por concluida la jornada, la anunciamos como exito-

sa. Nunca imaginamos, en ese preciso momento que otro

suceso histórico estaba a punto de pasar, que seríamos

testigos.

Al frente se escuchan frases entonadas por la mu-

chedumbre que no alcanzamos a comprender, se ve un

templete, algo se dice a través de las bocinas, de repente

alguien grita cerca de nosotros ¡Qué Chong va a hablar!

¿Qué? ¿Dónde?, yo pienso que hay un monitor de esos

gigantescos, lo busco pero no lo encuentro. Todo es con-

fusión. Algunos echamos a correr hacía Gobernación, creo

que por instinto de quien sabe qué. No lo creemos, Miguel

Ángel Osorio Chong, Secretario de Gobernación, se en-

cuentra sobre el templete y empieza a hablar, ¿cuándo se

había visto algo así? ¿Y ´ora, qué es la nueva versión de la mano extendida? ¿Tan producto de la televisión son, que

ahora estamos en un reality show? Mi intento de analizar

lo que ahí está sucediendo es fallido, me dejo llevar por el

momento, hay luego lo reviso, me sumo a responder, cues-

tionar, dudar, reír, gesticular como incrédulo, aplaudir a

los líderes estudiantes, como todos lo están haciendo. Que

ahorita en media hora se los resuelvo, que déjenme traba-

jar aquí mismo, oferta el Secretario. En la torre, pienso, ya

los enganchó; pero no, los estudiantes muestran agallas y

tablas, no se dejan seducir por sus encantos, y que no, que

no; ellos manejan la situación, la reacción no la esperaba

el segundo de a bordo del Gobierno Federal, y ahí mismo

los líderes, como si fuera asamblea, arman la consulta,

hacen que el mismísimo Secretario lea el Pliego Petitorio,

se traba al hacerlo en algunas de las peticiones, no sabe-

mos sí por la mala redacción o por sus nervios, y de nuevo

arremete: que en media hora les doy solución, y que no,

que no. Y por si faltaba otro hecho histórico en esta histó-

rica marcha, los estudiantes resuelven: que no, que ahí se

lo dejamos, que luego regresamos por la respuesta, porque

ahorita ya nos vamos.

Todo es alegría, victoriosos vienen los huelums, re-

gresamos con los de la EST, todos están sorprendidos, algu-

nos no saben lo que acaba de pasar, atropelladamente les

decimos, festejamos jubilosos, sólo atinamos a decirles: ¡esto

está pasando gracias a ustedes!

***

Esa noche, después de departir nuestras impresiones

de lo vivido y de intentar hacer un análisis de la situación en

el primer lugar que encontramos abierto a nuestro paso sobre

la misma calle de Bucareli, regresamos en Metro por los

autos; seguramente nos contagiaron los estudiantes, nuestros

alumnos, divertidos en los vagones, por un momento nos

sentimos jóvenes otra vez. Tuvimos esperanza.

Intento de epílogo: los días han pasado, nos acerca-

mos a las tres semanas de paro en el IPN, el movimiento si-

gue vigente, con atención nacional e internacional; ya renun-ciaron la Directora General del Instituto y su Secretario Ge-

neral, otras marchas se han dado, las respuestas sobre los

documentos van y vienen, se siguen analizando las conse-

cuencias del recibimiento abierto del Secretario de Goberna-

ción, ya se involucró la Secretaría de Educación Pública,

existe ingobernabilidad en el IPN, los ataques para despresti-

giar a la Asamblea General Politécnica y al movimiento es-

tudiantil son claros y seguramente se incrementaran en las

próximas fechas, hay visos de conformar un Congreso Na-

cional Politécnico para plantear el camino que habrá de se-

guir el Politécnico en este siglo XXI, los docentes conscien-

tes poco a poco se van involucrando, al igual que el Personal

de Apoyo y Asistencia a la Educación. Hay muchas pregun-

tas abiertas, existe total incertidumbre, hay mucho por leer,

por analizar, por escribir. Esta crisis es nuestra oportunidad.

Por su parte la EST, sigue en pie de lucha, seguire-

mos trabajando por nuestro futuro; por lo mientras algo po-

demos afirmar: La Escuela Superior de Turismo no volverá a

ser la misma, nuestros alumnos ya aprendieron a marchar.

Las fotografías hasta esta página son de la Megamarcha del 30/Sep/2014 Fotos: Raúl Rojas

Revisa las casi 100 fotografías sobre la marcha en nuestra ex-posición virtual, en la página web de La Coa

Creo en ustedes jóvenes politécnicos.

Porque de su juventud emana el cambio,

pero no un cambiar porque sí,

un cambio ante una realidad injusta,

ante una cultura autoritaria que no los deja avanzar.

Creo en ustedes jóvenes politécnicos.

Porque con su madurez y actitud,

han demostrado que la juventud unida,

no es inmadura, incapaz o malintencionada,

por el contario es organizada, capaz, inteligente y asertiva

Creo en ustedes jóvenes politécnicos.

Que nos han dado esperanzas en un futuro mejor,

que con porras que imponen hacen vibrar los corazones,

que al entonar el himno nacional demuestran su valer cívico

y su valentía que se convirtió en proeza en estos días.

Creo en ustedes jóvenes politécnicos.

Porque enarbolan su pensar de estudiantes,

con una postura de compromiso,

coherente con su decir, su expresar y su actuar,

lleno de plenitud, armonía e iniciativa a dialogar.

Creo en ustedes jóvenes politécnicos.

Porque nos dieron una nueva historia,

un nuevo comenzar, un cambio que ha todos beneficiará,

pero sobre todo nos han dado un mejor México,

que inicia su transformación a través de ustedes.

Creo en ustedes jóvenes politécnicos.

Porque son fe en un presente donde se han perdido valores,

en un tiempo donde la corrupción y la violencia son compañe-

ras,

en un lugar donde la verticalidad no entiende de razones,

y la imposición y la sumisión imperan sobre las palabras y el

diálogo.

Creo en ustedes jóvenes politécnicos.

Que han logrado el despertar de conciencias,

un actuar rescatando valores,

un fundamentar para poder dialogar,

y un debatir para acordar y ganar.

Creo en ustedes jóvenes politécnicos.

Porque en sus voces el huelum retumba,

y nos hace emocionar hasta las lágrimas,

al sentir su fuerza y su entereza,

en un coro que embelesa e impone.

Como no sentirme orgulloso(a) de ser profesor(a),

de estos jóvenes que modificaron la historia,

de estos jóvenes que le dan valor a mi persona,

a mi país y a mi Instituto Politécnico Nacional.

Creo en ustedes jóvenes politécnicos

Alejandra García Islas*

Que repetir con ustedes una porra,

es algo que no olvidará mi ser de profesor(a),

gracias por su invaluable movimiento,

gracias por la juventud que son y por su empeño.

Gracias por sus voces y entusiasmo,

por su dedicación y defensa a sus derechos, que son los

nuestros,

gracias por defender la educación de que están hechos,

gracias por redimir nuestro lema y a nuestro pueblo.

Gracias por todo lo que han logrado y han hecho,

por la trayectoria que han trazado,

por la esperanza de reiniciar un mejor Instituto Politécnico

Nacional,

por la convicción de que están hechos.

Con amor, con valentía, con justicia, con certeza,

con un huelum y un ser politécnico.

Creo en ustedes jóvenes politécnicos,

en su causa, en su sentir y en su esfuerzo. *Profesora de la EST-IPN

Marcha del 10 de octubre de 2014. Foto: Noé Mayén

La neta de La Coa:

40 años de la EST. Aniversarios

como cumpleaños comunes hemos teni-

do, casi todos iguales, nada novedosos,

y una constante: nunca realizamos un

balance crítico de quiénes somos. Cum-

plir por cumplir ¿para qué?.

Hoy gracias a nuestros estudiantes, éste

es nuestro mejor aniversario, es un mo-

mento de análisis, de crítica, de refle-

xión, y ciertos estamos que será el

inició para la re-fundación de nuestra

escuela.

Salud por la Señora Escuela cuarentona

que luce más joven que nunca.

Visítanos: http://lacoa.weebly.com

@gacetalacoa

Desde el interior de la Escuela Superior de Turismo. ¡Felicidades a todos! Imagen tomada de la página de Facebook: Comunidad EST

La Coa EST ¡Síguenos! (por favor)

Marcha 10 de octubre. Foto: Noé Mayén

¡Exigimos JUSTICIA en

el caso AYOTZINAPA!