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Estudios Sociológicos ISSN: 0185-4186 [email protected] El Colegio de México, A.C. México Zavala Pelayo, Edgar Teorías, teorizaciones, tiempo y contextos: un esquema conceptual pa- ra analizar teorías sociológicas y lo que hay detrás Estudios Sociológicos, vol. XXIX, núm. 85, enero-abril, 2011, pp. 33-59 El Colegio de México, A.C. Distrito Federal, México Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=59820809002 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Teorías, Teorizaciones, Tiempo y Contextos - Un Esquema Conceptual Pa- Ra Analizar Teorías Sociológicas y Lo Que Hay Detrás

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  • Estudios SociolgicosISSN: [email protected] Colegio de Mxico, A.C.Mxico

    Zavala Pelayo, EdgarTeoras, teorizaciones, tiempo y contextos: un esquema conceptual pa- ra analizar teoras

    sociolgicas y lo que hay detrsEstudios Sociolgicos, vol. XXIX, nm. 85, enero-abril, 2011, pp. 33-59

    El Colegio de Mxico, A.C.Distrito Federal, Mxico

    Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=59820809002

    Cmo citar el artculo Nmero completo Ms informacin del artculo Pgina de la revista en redalyc.org

    Sistema de Informacin CientficaRed de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal

    Proyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

  • Teoras, teorizaciones, tiempo y contextos: un esquema conceptual para analizar

    teoras sociolgicas y lo que hay detrs*

    Edgar Zavala Pelayo

    I. Introduccin

    El concEpto dE teora en ciencia social ha sido histricamente polismico y multifuncional. Una mirada retrospectiva sobre el campo de la sociologa demostrara que las teoras han pasado por una serie de debates, crisis y booms originados precisamente por esa multiplicidad de significados y funciones que el trmino y su prctica permiten y transmiten.

    Ya desde la dcada de los aos sesenta, por ejemplo, Robert K. Merton (citado en Blaikie, 2006: 146; traduccin ma) reclamaba el hecho de que tenemos muchos conceptos pero pocas teoras confirmadas; muchos puntos de vista pero pocos teoremas, muchos acercamientos pero pocas conclusio-nes. En la dcada de los ochenta Fararo (1989: 176) admita la existencia de caos en el terreno terico sociolgico originado por una proliferacin asistemtica de teoras e intentos poco exitosos por unificarlas; de hecho, en ese contexto Fararo justificaba su espritu de unificacin como propuesta metodolgica para desarrollar teoras sociolgicas de forma ms armnica. En los noventa un debate revelador es el sostenido entre Zhao (1996) y Willer (1996). Para el primero existi un movimiento de construccin de teoras entre 1965 y 1972 que posteriormente desapareci (Zhao, 1996: 305). Segn l, las causas de la desaparicin de dicho movimiento pueden encontrarse en tres elementos: el ambiente poltico tenso que reinaba en Es- tados Unidos y buena parte del mundo debido a la guerra de Vietnam, el

    * Agradezco a Jonathan Hearn sus atinadas retroalimentaciones antes y durante la elabo-racin de este artculo. Agradezco tambin a Orlando Guevara, Gabino Morn, Sal Prez y a los dictaminadores de Estudios Sociolgicos sus valiosos comentarios.

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    cual pona en entredicho el beneficio real de posiciones positivistas clsicas en ciencias sociales; la falta de una administracin curricular eficiente con respecto a los cursos de teora sociolgica en las universidades y la ausencia de un consenso en trminos de un modelo formal para construir teoras. Zhao concluye: aunque el movimiento de construccin de teoras est muerto actualmente, los esfuerzos para construir teoras continuarn (1996: 317; traduccin ma). Willer (1996) respondi al artculo de Zhao admitiendo que, efectivamente, en la dcada de los sesenta surgi un nuevo inters en so- ciologa por la construccin de teoras; sin embargo, este inters, segn Willer, no se convirti en el movimiento que Zhao menciona sino ms bien en un conjunto discontinuo y fragmentado de trabajos sobre construccin de teoras. De esta manera, Willer concluye que los socilogos han contribuido significativamente al campo de las teoras y que en un futuro la teora formal (1996: 329) podra ser el ncleo de la disciplina.

    Adems de estas discusiones en torno al estado de las teoras sociol-gicas, otro tipo de argumentos tambin han tenido lugar en la historia de la sociologa, como es el caso de C. Wright Mills, quien hace ms de medio siglo mencion que una teora puede volverse el argumento legitimador de prcticas polticas que buscaran fines particulares ms que el bien comn, tal como la teora del equilibrio, la cual, segn Mills (1956: 247-248), justificaba la represin de toda prctica social que atentara contra el estado de cosas en una sociedad que se conceba naturalmente armnica y balanceada.

    Un argumento similar al de C. W. Mills, pero esta vez lanzado desde dis- tintas regiones de la periferia y no desde el centro de las ciencias sociales, es el que representan los estudios subalternos Guha y Spivak (1988), Mignolo (2000; 2005) y/o poscolonialistas Said (1978), Bhabha (1994), Spivak (1999). Pese a que la mayora de las ocasiones estas corrientes estn ms relacionadas con estudios culturales, literarios e histricos que pugnan por el reconocimiento de culturas, literaturas e historias indgenas o nativas, algu- nos de los representantes de estas corrientes han abordado el tema de la co- lonizacin del conocimiento, incluidas las ciencias sociales. Alatas (2003), por ejemplo, ha denunciado que existe una divisin no equitativa del trabajo intelectual en el campo internacional de las ciencias sociales. Para Alatas la construccin de teoras y metodologas es parte de la contribucin de los pases desarrollados y el trabajo meramente emprico por medio del cual se aplican esas teoras y metodologas es parte de la, y en general la nica, contribucin de los pases denominados perifricos. De esta forma es como las teoras junto con las metodologas, se convertiran para Alatas en instru- mentos de una nueva modalidad de imperialismo, el imperialismo acad-mico (2003: 599-600).

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    Podemos afirmar sin duda que hay falta de consenso, o, en otras palabras, una compleja y un tanto confusa pluralidad, sobre a) el rol de las teoras en la investigacin sociolgica y las ciencias sociales en general la(s) reali- dad(es) dicta(n) las teoras o viceversa? y b) los contenidos y las formas ideales de esas teoras que dictaran la realidad o seran dictadas por ella multiplicidad de, y disputas ocasionales entre, teoras clsicas universa-listas; teoras mertonianas de rango medio; teoras sobre fenmenos sociales a escala micro; combinaciones entre micro- y macroaproximaciones; o sim-plemente series de conceptos analticos para interpretar la realidad.

    Sin embargo, pese a la falta de consenso en los roles, formas y conteni- dos tericos por un lado, y pese a algunas quejas acres sobre el origen de la teora en ciencias sociales por el otro, las teoras en sociologa seguirn sien- do cimiento de dicha disciplina y de las ciencias sociales. De acuerdo con Barnes (1995), incluso los socilogos pragmticos reconocen que sus contri-buciones seran nulas sin un cuerpo terico.

    Si los hechos son las perlas de un campo de conocimiento, estas perlas sin embargo deben ser enhebradas en un hilo de teora antes de que sean capaces de adquirir una forma o definir una direccin. (Barnes, 1995: 2; traduccin ma)

    Es seguro afirmar que mientras el concepto de racionalidad y sus acep-ciones criticadas invariablemente,1 pero a final de cuentas an de pie sobre las que se basa la compleja maquinaria del conocimiento cientfico no cambien radicalmente, las teoras seguirn siendo parte esencial de las ciencias en general y, sobre todo, de las instituciones y prcticas sociales que las representan. As, los debates y nuevas propuestas sobre los roles, for- mas, contenidos, orgenes y usos de teoras entre socilogos, comunidades y escuelas sociolgicas continuarn siendo parte del escenario acadmico y las prcticas de investigacin.

    Pero, a todo esto, qu es una teora?, cmo se construye? Estas pre-guntas y sus respuestas resultan esenciales si, al igual que Alatas (2003), damos por hecho la existencia de una divisin inequitativa de las labores intelectuales en el mercado acadmico internacional y asumimos en con-secuencia la responsabilidad de promover y lograr un papel ms proactivo para las comunidades de cientficos sociales en sociedades perifricas o semiperifricas como Mxico. La generacin rigurosa y puntual de teoras

    1 Recurdense las diversas crticas desde la perspectiva posmodernista, por ejemplo, la crtica foucaultiana sobre el concepto de razn como fenmeno histrico (Gutting, 1989: 262) o la crtica desconstructiva de Derrida (1994).

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    sociolgicas desde las periferias o semiperiferias no slo diversificara esa prctica sociolgica a escala global apuntada por Alatas, sino que converti-ra a la sociologa en una disciplina acadmica genuinamente democrtica. Producir teora sociolgica, adems, no slo beneficiara a la sociologa co- mo disciplina internacional, sino al propio sistema de ciencias sociales de la sociedad perifrica en cuestin, mientras su dependencia del sistema de cien- cias sociales de las sociedades desarrolladas, si bien no desaparecera, al menos se contrarrestara un tanto.2

    No es la intencin en este artculo presentar un manual para elaborar teoras, ni constituir una revisin histrica exhaustiva de la literatura alre-dedor de los conceptos de teora y construccin de teoras. Lo que este texto propondr es una serie de categoras conceptuales articuladas de manera tal que expliquen y, hasta cierto punto, desmitifiquen las formas en las que las teoras se originan en contextos reales, especficamente en contextos dentro del llamado ncleo o centro de las ciencias sociales. Las categoras que se desarrollarn a continuacin fueron elaboradas a partir de una serie de estudios piloto que forman parte del proyecto doctoral de quien suscribe y, aunque en este momento mantienen un carcter preliminar, se exponen como alternativas para el anlisis del desarrollo de teora sociolgica. La intencin ltima de las propuestas en este texto es fomentar esa proactividad terica necesaria en sociedades perifricas o semiperifricas. Y si bien es cierto que el fomento de dicha proactividad terica estara sujeta a circunstancias institucionales, polticas, econmicas y culturales que no se pueden debatir en el espacio asignado a un artculo acadmico, este texto precisamente pro- pone un marco analtico por medio del cual esos factores institucionales, po- lticos, econmicos y culturales podran investigarse y discutirse desde una perspectiva integral y dinmica.

    La siguiente seccin introducir de forma breve los distintos tipos de aproximaciones que diferentes autores han utilizado para usar y analizar teoras sociolgicas. En la seccin III se explicarn en distintos apartados

    2 Aunque no es el objetivo de este artculo sugerir a detalle este proceso, cabe decir en breve que si esta prctica de teorizar se convierte, en el mediano y largo plazo, en una tendencia estable de los sistemas de educacin superior o de ciencia y tecnologa de esa sociedad perifri- ca o semiperifrica, la dependencia que esa sociedad tendra de los sistemas de ciencia y tecnolo- ga de otras sociedades tendra mayores posibilidades de disminuir gradualmente o convertirse en una dependencia de naturaleza ms equitativa que derivara al final, con sus diversas salvedades, en autntico desarrollo cientfico y ms tarde (y con sus respectivas salvedades tambin), en desarrollo social. En otras palabras, el fin es crear una palanca para el desarrollo cientfico, econmico y social fomentando por principio de cuentas la capacidad de pensamiento abstracto claro, preciso y riguroso que no slo producira teoras sino que expandira con creces en el largo plazo el horizonte de las ideas y las acciones en dicha sociedad.

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    las nuevas categoras analticas que se proponen y finalmente la seccin IV indicar la forma en que estas categoras, con sus respectivas salvedades, se relacionan con el entorno social en lo general y cmo podran comple-mentar una parte de la literatura que actualmente existe en el terreno terico sociolgico.

    II. Teoras en la bibliografa sociolgica

    La sociologa desde sus primeras dcadas ciertamente concentr parte de su atencin en el tema de la produccin y las determinantes sociales del conoci-miento, siendo Mannheim (1976) uno de los ejemplos clsicos.3 Igualmente, la sociologa ha estudiado las determinantes sociales del conocimiento cientfico, desde posturas clsicas, como la mertoniana (Merton, 1973), la elaborada por Bourdieu (1975) con sus campos y capitales simblicos y cientficos, hasta las de Bloor (1999) y Latour (1979; 1999) y sus encona- dos debates en torno a la teora del actor-red y el programa fuerte. Las reas de historia y filosofa de la ciencia tambin han aportado material va- liossimo. Por ejemplo, Foucault (1973) y Canguilhem (1991) en sendas in-vestigaciones han analizado la elaboracin, esencialmente social, de discursos y conceptos cientficos en los crculos mdicos franceses y europeos de si- glos pasados. En cuanto al anlisis sociolgico de la sociologa, obras como las de Gouldner (1970) y Bourdieu (Bourdieu y Wacquant, 1992; Bourdieu, 2004) y sus respectivas versiones, entre otras, de sociologa reflexiva (Bour-dieu y Wacquant, 1992: 36-39) han sido referencias acadmicas centrales que han alimentado los debates sobre cmo la sociologa y los socilogos se estudian a s mismos.

    Fuera de estos terrenos, puede afirmarse que la mayor parte de la literatu- ra en torno a las teoras en sociologa se ha centrado primordialmente en a) el papel metodolgico que tienen las teoras en la investigacin, b) el aspecto histrico-cognitivo, a veces biogrfico, de las teoras con fines referenciales y c) el conjunto de estrategias y mecanismos lgicos (induccin, deduccin, etc.) considerados ptimos para teorizar.

    Sin duda alguna, cualquier libro sobre metodologas de investigacin en ciencias sociales cuenta invariablemente con un apartado sobre teora. El

    3 Las antigua (mannheimiana) y nueva sociologas del conocimiento, segn Swidler y Arditi (1994), han producido incontables descripciones, explicaciones e interpretaciones sobre cmo las ideas en forma de creencias, actitudes, memoria colectiva o conocimiento informal son afectadas o de suyo originadas por lo social.

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    propsito evidente de este tipo de literatura es aclarar cul es la funcin de las teoras en los procesos de investigacin social y de creacin de conoci- miento cientfico (Crotty, 1998; Frankfort-Nachmias y Nachmias, 2000; Gomm, 2004; Grix, 2004; Blaikie, 2006). Existe otro segmento de autores perfectamente reconocibles que han expuesto el desarrollo y contenido de teoras clsicas y contemporneas Alexander (1987), Ritzer y Smart (2000), Wallace y Wolf (2005), Calhoun et al. (2007), Ritzer (2007) con el fin de ofrecer obras de consulta o referencia para el estudiante o investigador. Den- tro de este grupo, algunos autores adicionalmente han propuesto sus visiones muy particulares sobre los elementos cognitivos que constituyen una teo- ra, como es el caso de Waters (1994) y Turner (1991). Por otro lado existe o existi, segn Zhao (1996) otro segmento de la literatura enfocado a la construccin de teoras y al aspecto meramente lgico-cognitivo de dicha construccin por ejemplo, Stinchcombe (1968), Blalock (1969), el cual se enfoca en los mecanismos inductivos y deductivos por medio de los cua- les se abstrae la realidad y sistemticamente se erige una teora.

    Mientras que los autores de los segmentos mencionados arriba repre-sentan un nmero considerable, en realidad son menos los autores que han analizado las teoras desde una perspectiva sociolgica en el sentido cabal del trmino, es decir, teoras no como un conjunto ms o menos sistemti- co de conceptos, enunciados, hiptesis y modelos que son producto y parte de la investigacin social, sino teoras en cuanto creaciones humanas que son resultado no slo de actividades cognitivas sino tambin de comportamientos, hbitos y fenmenos sociales que son, a su vez, producto y parte de deter-minadas instituciones y entornos sociales. Si bien los anlisis de Foucault (1973), Canguilhem (1991), Gouldner (1970), Bourdieu (1975, 2004) y la serie de autores ya citados no pueden en ningn momento descartarse como referencias generales para analizar en especfico el desarrollo de teoras so-ciolgicas, en este texto me basar principalmente en tres autores cuyas obras ofrecen un punto de partida ms prctico para los fines de este artculo.

    Mullins (1973) se enfoca en el desarrollo de grupos de trabajo y propone un modelo de formacin de grupos de cuatro etapas para analizar el desarrollo de teoras sociolgicas. En sus prrafos introductorios, Mullins (1973: 4-5) de- fine teora como un conjunto de conceptos (una idea representada por una palabra particular), variables (nmeros o palabras que describen situacio-nes) y relaciones (entre variables y conceptos) que estn dirigidos a analizar aspectos de las interacciones entre seres humanos. Luego de esta definicin claramente cognitiva Mullins enfatiza la importancia de clasificar teoras de acuerdo a tipos particulares. As, para Mullins un grupo de teoras formara un tipo de teoras si stas citan autores similares y sus autores son colegas

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    cercanos. Para el autor esta acotacin es clave porque precisamente el modelo de desarrollo de teoras que propone compara las etapas por las que pasaron distintos tipos de teoras en Estados Unidos. Estas etapas se basan en la idea de formacin de grupos y son: etapa normal (normal), etapa de redes (network), etapa de agrupacin (cluster) y etapa de especialidad (speciality). Para Mullins hay un conjunto de propiedades en los grupos de tericos que varan de acuerdo a la etapa en cuestin y determinan la produccin del grupo en cada etapa. As, por ejemplo, la propiedad investigacin y centros de investigacin (Mullins, 1973: 28), en la etapa normal es ms bien nula; en la etapa de red se manifiesta en grupos de individuos que empiezan a generar trabajos colectivos; en la etapa de agrupacin esta propiedad se materializa en el establecimiento de centros de investigacin ad hoc y en la etapa de especialidad esta propiedad comienza a difuminarse a travs de la desinte-gracin paulatina de las redes, agrupaciones y centros de investigacin otrora exitosos. Con este modelo el autor analiza las etapas por las que transit la sociologa estadounidense estndar (Mullins, 1973: 39), el interaccionismo simblico, la teora de grupos, los social forecasters (Mullins, 1973: 156), la etnometodologa, los estructuralistas y la teora crtica radical. Tal como el mismo autor lo reconoce (Mullins, 1983) el modelo de etapas se inspira en Kuhn, Price y H. C. White, pioneros en el anlisis social de la ciencia, las escuelas de pensamiento invisibles (invisible colleges) y el anlisis de re- des sociales respectivamente.

    Aunque no precisamente dirigidos al anlisis social de la construccin de teoras sociolgicas, los estudios de Randall Collins (1987, 1989, 2000) so- bre el desarrollo de escuelas filosficas, resultan tambin relevantes en cuan- to a que constituyen una propuesta para analizar los factores y procesos socia- les en la produccin de conocimiento o creatividad intelectual. El trabajo de Collins se ubica en la tradicin de las teoras del conflicto y tiene la ventaja de utilizar tanto la perspectiva microsociolgica como la macrosociolgi- ca. Para Collins la institucin social predominante en el nivel micro es la co- munidad o red (network) de filsofos, concepto que de hecho el autor toma generalmente como unidad principal de anlisis. Para analizar las redes de fi- lsofos desde el nivel micro, Collins propone el concepto de cadenas de in- teraccin ritual (Collins, 1987: 47) inspirado a su vez en la idea de inte-raccin ritual de Goffman (Collins, 2000: 21). Una cadena de interaccin ritual, segn Collins, se origina cuando dos o ms personas a) concentran su atencin en un mismo objeto o accin, b) comparten un estado emotivo simi-lar, c) utilizan los mismos smbolos para comunicarse y d) crean en conjunto una energa emocional proporcional a la intensidad de la interaccin (Co-llins, 2000: 23; traduccin ma). Y es precisamente esta energa emocional

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    la que estimulara la capacidad del individuo para elaborar innovaciones filosficas. Por supuesto, la energa motivacional y las cadenas de interac- cin ritual no producen creatividad ni innovaciones filosficas por s solas, es necesaria adems una serie de arreglos en el contexto macro.

    Las redes o comunidades de filsofos estaran rodeadas de una base organizacional (Collins, 2000: 51) que por medio de la administracin (ce-sin o bloqueo) de recursos materiales determinara directamente la calidad y cantidad de la produccin filosfica y de los vnculos de la comunidad en cuestin con otras redes de filsofos. Entre estas organizaciones, la universi-dad tendra un papel central (Collins, 1987: 49), en cuanto a que constituye la institucin que por un lado da refugio a los filsofos o intelectuales y, por el otro, recibe directamente las influencias de los sectores econmico y po-ltico. Adicionalmente, los mbitos poltico, econmico, e incluso religioso (Collins, 2000: 524), juegan un papel indirecto en la formacin y produccin de las escuelas filosficas al estar directamente vinculados con la estructu- ra de oportunidades (Collins, 2000: 32, 525) que los intelectuales tienen para dar a conocer sus obras en un espacio que ofrece invariablemente un pblico limitado. De hecho, es por esta caracterstica del contexto macro la exis-tencia de un pblico finito cuya capacidad de atencin es hasta cierto punto limitada por medio de la cual Collins justifica uno de sus principales argu-mentos: la ley de los nmeros pequeos. Esta ley propuesta por Collins explica y pronostica que la cantidad de grupos intelectuales o de filsofos activos y relativamente exitosos en una sociedad determinada no excede, y no puede exceder, la media docena (Collins, 2000: 42). Con estos conceptos en mano es como Collins (2000) despliega un extenso anlisis histrico de la filosofa y grupos de filsofos en la antigua China, India, Japn, Grecia, el mundo islmico, el judo, el cristianismo medieval y la Europa moderna.

    En el trabajo de Mullins (1973) no se incluye una explicacin sobre cmo un conjunto de conceptos, variables y relaciones (la definicin de Mullins sobre teora) construye finalmente una teora. Aunque su anlisis sobre los distintos tipos de teoras en Estados Unidos da cuenta detallada del desarrollo de redes de socilogos, no es muy clara la forma en que dichos socilogos construyeron por principio una teora. Collins intenta dilucidar precisamente qu es lo que sucede en el nivel micro proponiendo sus conceptos de cadena de interaccin ritual y energa emocional; sin embargo, en este punto cabe mencionar la crtica de Tilly (2000), para quien es claro el hecho de que Co- llins (2000) olvid a final de cuentas explicar y comprobar cmo es que dicha energa emocional se origin entre los filsofos de la antigedad y la Europa moderna. El comn denominador entre Mullins (1973) y Collins (2000) es que ambos basan sus estudios en el concepto de comunidad o red y ambos

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    llevan a cabo estudios empricos para sustentar con datos duros, aunque con algunas deficiencias, sus proposiciones.

    Ritzer (1988), por otro lado, prescindiendo de ese dato duro de primera mano, propone un esquema para analizar teoras sociolgicas: sus cuatro va-riedades de metateora. Para Ritzer (1988) el concepto de metateora equivale al estudio de la estructura que subyace bajo las teoras sociolgicas, en otras palabras, el estudio de teoras, tericos, comunidades de tericos, as como los contextos sociales e intelectuales de las teoras y los tericos (Ritzer, 1988: 188; traduccin ma). Ritzer intenta dejar claro que el fin de la meta-teora en sociologa no es la construccin de normas o axiomas para teorizar (Ritzer, 1988: 189, 193), sino el desarrollo de una sociologa reflexiva, una sociologa que si produce teora sobre teoras es con el fin de evaluar, como Gouldner propone (Ritzer, 1988: 189), lo que los socilogos quieren hacer y lo que en la realidad estn llevando a cabo. Son dos ejes los que constituyen el esquema metaterico de Ritzer y que, dibujados en un plano cartesiano, distribuyen en cuatro cuadrantes las distintas variedades de me-tateora o estudios sociales de las teoras y los tericos (Ritzer, 1988: 190). El eje horizontal est constituido en un extremo por los estudios enfocados al aspecto disciplinar interno de la teora sociolgica; en el otro extremo es- tn representados los aspectos externos a la disciplina. El eje vertical en un extremo representa el lado puramente intelectual o cognitivo de las teoras y en el otro extremo ejemplifica los aspectos sociales de las mismas. As se forman cuatro cuadrantes: el interno-intelectual, el interno-social, el externo-intelectual y el externo-social. Segn Ritzer estas cuatro aproximaciones re- presentan los medios para analizar teoras, tericos y sus diversos contextos. En el cuadrante interno-intelectual se ubicaran, por ejemplo, los estudios sobre paradigmas cientficos siendo Kuhn (1970) el principal, aunque no nico, exponente o programas de investigacin terica (vase Berger, Willer y Zelditch, 2005). El cuadrante interno-social estara enfocado, por ejemplo, en las redes de cientficos tericos, comunidades formales e informales de tericos e incluso obras biogrficas de dichos individuos en este punto Ritzer de hecho cita la obra de Mullins (1973) como ejemplo. El segmen- to externo-intelectual se enfocara a las relaciones entre las teoras sociolgi-cas y otros terrenos acadmicos, como la economa o la filosofa, disciplinas cuyos avances, como Ritzer (1988: 192) expone, han servido de insumos para el desarrollo de teoras sociolgicas como en el caso de la teora del intercambio basada mayormente en principios econmicos. La parte ex- terna-social del esquema de Ritzer representara los estudios enfocados al nivel macrosocial, es decir, los estudios que analizaran la forma en que ins- tituciones sociales y circunstancias histricas han moldeado o determinado

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    hasta cierto punto el desarrollo de ciertas teoras sociolgicas; para Ritzer (1988: 192) el trabajo de Foucault (1973) es un ejemplo de este tipo de es- tudios.4

    Ritzer reconoce que sus cuatro tipos de metateora no son tipos puros; en ocasiones los investigadores han combinado los cuadrantes en sus respectivos anlisis tal sera el caso de Collins (1987; 2000). Aunque sin especifi-carlos, el autor tambin reconoce que los tipos de metateora pueden derivar en diversos subtipos (Ritzer, 1988: 193). En su discusin sobre la metateora y sus usos, Ritzer incluso sugiere que los socilogos, siguiendo el marco analtico delineado anteriormente, podran estudiar y, por tanto, contribuir al desarrollo de teora en otras ciencias sociales y ciencias naturales.5

    En este punto es necesario reparar en una serie de aspectos relevantes. Los tres autores citados definitivamente han rescatado la faceta social de una teora. Pero, cmo es que estos autores identifican una teora en sus estudios? o, en otras palabras, cmo es que finalmente un grupo de pensa-mientos abstractos se convierte en una teora como tal, reconocida, o al menos conocida, por la comunidad acadmica? A continuacin se propone una respuesta para explicar este proceso de creacin e indicar cmo es que dicho proceso encaja en las fluctuantes, y ciertamente inequitativas, dinmi- cas de carcter global o internacional, dinmicas que, a excepcin de una serie de menciones parciales y contradictorias de Collins (2000)6 y la denuncia incisiva de Alatas (2003), parecen no figurar en la bibliografa.

    III. Procesos de teorizaciones y sus dimensiones

    III.a. Teora, teorizar y teorizacin

    Antes de presentar las propuestas principales de este texto es necesario hacer un ejercicio simple de reflexin semntica en torno al concepto de teora

    4 Vase el texto de Zabludovsky (1995) para una referencia de trabajos de socilogos mexicanos que podran clasificarse como metatericos.

    5 Cfr. Turner (1990), quien, ms bien escptico, opina sobre las ventajas y desventajas de la metateora en sociologa.

    6 Collins abre su captulo 8 tensiones entre ideas nativas e importadas con esta sugerencia: Importar ideas tiene su propio ritmo intelectual: [aunque] pasivo al principio, [esta prctica] es capaz de convertirse en un proceso creativo normal despus de algunas ge-neraciones (Collins, 2000: 387; traduccin ma). Por el contrario, en la conclusin del mismo captulo, Collins comenta: Traducir textos filosficos de una cultura fornea inhibe la filosofa creativa en los receptores (Collins, 2000: 446) y aade: vemos efectos negativos similares en

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    para aclarar los usos que a este trmino y a sus derivados se les darn en los siguientes prrafos.

    Hay variadas y complejas definiciones del trmino teora, sin embargo la mayora no menciona el hecho (o lo menciona pero en un estilo ms aca-demicista y hermtico) de que una teora est medularmente formada por teorizaciones. Una teorizacin sera el resultado de teorizar, es decir, del ejercicio de observar un objeto o conjunto de objetos7 cualesquiera, desde un ngulo ontolgico, epistemolgico y social especfico, para construir ge-neralizaciones ms o menos amplias y/o derivar consecuencias ms o menos especficas (Turner, 1991; Jay, 1996).

    Dicho de otro modo, lo que se propone es concebir una teora no slo co- mo un conjunto de conceptos, modelos e hiptesis, sino tambin como el re- sultado de un proceso cognitivo y social que implica el acto de teorizar y el de producir teorizaciones, las cuales, en trminos reales, consistiran en: a) cr- ticas, anlisis o evaluaciones de conceptos tericos, sistemas de categoras, modelos o teoras ya establecidas; b) formulacin de nuevos conceptos teri-cos, sistemas de categoras, modelos y/o hiptesis que encajaran en teoras ya establecidas, e incluso c) amalgamas o combinaciones de dos (o ms de dos) i) fundamentos tericos, filosficos o epistemolgicos, ii) modelos explicati-vos, iii) hiptesis o iv) conceptos terico-analticos, los cuales provendran a su vez de dos, o ms de dos, corrientes tericas o teoras en particular.

    Pese a la obviedad del juicio, es preciso decir que no es sino hasta que el cientfico social ha elaborado y difundido en la comunidad acadmica una cantidad suficiente de teorizaciones cuando una teora podra emerger de sus manos. Enfatizo que esto es slo una probabilidad porque hay te-ricos tanto en sociedades nucleares o centrales como en las perifricas y semiperifricas para quienes si bien su objetivo es el llegar a producir una teora novel, su trabajo diario en la realidad cotidiana puede no consistir ms que en la elaboracin y publicacin de teorizaciones. Por supuesto, la proporcin de este tipo de tericos-seguidores, los cuales contrastaran con tericos-lderes, variara en funcin del tipo de sociedad en cuestin. Tam-bin vale la pena no olvidar que todo terico-lder fue necesariamente en su momento terico-seguidor.8

    la creatividad nativa en cada caso en el que las importaciones [de ideas] dominan el espacio de atencin (Collins, 2000: 447).

    7 Bajo este sustantivo agrupo no slo objetos materiales e inmateriales, sino tambin los hechos y circunstancias que coexisten, es decir, que existen simultneamente, ya sea junto al objeto o apartados de l.

    8 Mullins (1973: 5) hace una distincin semejante entre los tericos que dictan estilos (style setter) y los que siguen esos estilos (style follower).

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    Pensar las teoras como conjuntos de teorizaciones, de actos de teorizar, ayuda a fundamentar mi siguiente argumento, el cual no pretende revelar hilos negros sino hacer explcito un hecho que el sentido comn al parecer ha dado por sentado a tal grado que poco se cuestiona. Las teoras no son elementos dados en las ciencias sociales, mucho menos saberes incuestionables de pensadores pasados. Las teoras no slo son esos libros escritos generalmente por acadmicos extranjeros (europeos o estadounidenses usualmente) que el individuo compra en las libreras como autntico producto de importacin o adquiere despus de (en el mejor de los casos) un par de aos cuando la traduccin del libro original est disponible. Las teoras de hecho y aqu me auto-corrijo tampoco son un proceso, sino el resultado de una serie de procesos. Las teoras son resultado de determinados procesos cognitivos y sociales que se alimentan entre s y son falibles y mejorables. El objetivo de estos procesos es producir teorizaciones antes que teoras. Como todo proceso, estos procesos para teorizar requieren de una serie de insumos y tareas, los cuales generan productos especficos, que en su momento se convertiran en insumos para el proceso subsecuente.

    Pero cules son esos procesos, sus insumos, tareas y productos espec-ficos? Propongo en este texto explicar la elaboracin gradual de una teora a travs de tres distintos procesos: Teorizacin Interna, Teorizacin Externa y Generacin de Teora, los cuales se realizaran a lo largo de dimensiones especficas.

    Estos tres conceptos y sus dimensiones los elaboro con base en la bi-bliografa presentada en la seccin anterior pero, sobre todo, con base en el material obtenido mediante entrevistas a un grupo de tres acadmicos que conforman el bloque terico del Departamento de Sociologa de la University of Edinburgh. Las entrevistas mantuvieron un formato libre en ciertas ocasiones y semi-estructurado en otras. El objetivo general de estas entrevistas fue obtener una primera versin del entorno real en el que tra-bajan los cientficos tericos as como sus experiencias y apreciaciones personales en torno a sus labores.

    Evidentemente los tres entrevistados no constituyen una muestra repre-sentativa de las posiciones tericas en el campo de la sociologa en el Reino Unido, tampoco son estadsticamente representativos de la teora sociolgica actual en Europa. Por ello, y sobre todo por la pluralidad de corrientes epis-temolgicas en las ciencias sociales y los consecuentes desacuerdos sobre la forma de producir conocimiento cientfico, debe aclararse que los tres procesos que se propondrn en seguida no pretenden un carcter universa-lista ni tampoco representar categoras normativas que explicaran el deber ser de las teoras en ciencias sociales. Pese a estas limitaciones, estos tres

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    procesos y sus dimensiones se conciben como propuestas genricas que se espera ayuden a explicar y comprender la creacin y desarrollo de una teora en contextos reales y as complementar la bibliografa previamente presentada.

    III.b. Teorizacin interna

    ste es el proceso por el cual se inicia la gestacin de una teora. Aunque las teoras definitivamente no son slo obra del cientfico o acadmico adscrito a una institucin educativa, sino del intelectual o pensador libre tambin,9 nos centraremos aqu en la figura del acadmico. Una teorizacin puede ser elaborada en cualquier momento por el cientfico terico a quien denomi-naremos terico10 por economa de palabras ya sea cuando ste asiste a una reunin familiar, se traslada a su hogar, est a punto de dormir o asiste a un evento pblico. Para Collins (2000), la creatividad intelectual se inicia efectivamente en el contexto micro, en un marco local. Para sintetizar esta variedad de entornos locales y hablar en trminos propiamente genricos, se asumir entonces que el primer espacio donde el cientfico social teoriza es su lugar de trabajo, es decir, su oficina, ya sea sta un espacio en una institucin educativa o un escritorio en el propio hogar del terico.

    El objetivo que el terico persigue en esta etapa es, como se mencio- n, analizar o criticar teoras o partes de teoras, formular nuevos concep- tos, modelos o hiptesis como parte de teoras ya establecidas o incluso amal- gamar dos o ms conceptos tericos, modelos, hiptesis o teoras en s.

    Para llevar a cabo lo anterior el terico puede valerse de instrumentos altamente sofisticados podra pensarse en bases de datos, software, grfi- cos interactivos y sitios de redes sociales de ltima generacin. Sin em-bargo, los insumos que, de acuerdo a las evidencias, parecen ser el comn

    9 Recurdese por ejemplo a Karl Marx y su vida sobre todo en su etapa de madurez ms bien vinculada a los crculos poltico-intelectuales de la poca que a universidades o instituciones educativas en particular.

    10 Debe admitirse que las teorizaciones podran ser el resultado adyacente o secundario de procesos de investigacin orientados a obtener conocimiento emprico; sin embargo, dado que la informacin que sirvi de base para construir estas propuestas conceptuales provino de in-vestigadores enfocados principalmente al desarrollo de teora social, se hablar en lo sucesivo y en particular de tericos ms que de acadmicos o investigadores en general. Aunque el trmino terico ser utilizado por simpleza estilstica, no se elimina la posibilidad de que exista un conjunto de tericos trabajando para completar cada proceso, el cual ciertamente podra estar con- formado no slo por socilogos sino por cientficos sociales, investigadores y acadmicos de cualquier disciplina.

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    denominador en esta etapa, son: a) textos o informacin, generalmente libros o artculos, no precisamente recientes, sobre teora o temas relacionados; b) el know-how de cmo teorizar, es decir, el dominio relativo de aquel ejercicio de observacin-abstraccin de objetos para inducir o deducir juicios ms o menos sistemticos; c) un consejero o par de consejeros generalmente cola-boradores cercanos en la misma institucin o incluso los tutores o directores de tesis (de posgrado) con los que el terico en su momento trabaj y con los que an mantendra contacto,11 quienes desempean el rol de primer revisor, editor, e incluso confesor personal, y d) tiempo disponible.

    Con estos insumos a la mano, el terico lee sus textos; piensa en trminos abstractos y construye abstracciones; escribe borradores sobre esas abstrac-ciones siguiendo una lgica especfica por ejemplo Stinchcombe (1968) o Turner (1991) ya sea implcita o explcitamente; consulta al consejero sobre asuntos, tericos o incluso personales, relacionados con esas abstrac-ciones; relee textos; reescribe borradores; vuelve a consultar al consejero y, lo que es ms importante, hace todo lo anterior hasta que aquel conjunto de notas o ideas abstractas aisladas generadas en la oficina del terico, o fuera de ella, muta para convertirse en un borrador que presenta coherencia y solidez de acuerdo a los estndares acadmico-personales del terico y su(s) consejero(s). stas son las tareas que el terico emprende en el proceso de teorizacin interna.

    Definitivamente no habra un orden para llevar a cabo dichas activida-des, pero puede afirmarse que todas se realizaran en un momento u otro y todas se repetiran cuantas veces el terico, con ayuda de su(s) consejero(s), considere necesario.

    Es importante sealar aqu la posibilidad de multiplicacin exponencial del acto de teorizar, posibilidad que permite que una abstraccin inicial se incorpore, ya sea modificada o inalterada, a teorizaciones sucesivas. Por ello se asume que un primer (sub)producto del primer intento de teorizacin interna por parte del terico se puede convertir, dentro del mismo proceso de teorizacin interna, en insumo para teorizaciones internas subsecuentes.

    Para efectos nicamente ilustrativos, la Imagen 1 muestra de forma muy bsica la sucesin de insumos (I), las tareas (T) y el(los) producto(s) (P) del proceso y cmo estos tres elementos se conjuntaran y repetiran N nmero de veces a lo largo de la dimensin tiempo.

    Hasta este punto el terico ha producido una teorizacin que, en tanto ha sido compartida y difundida exclusivamente entre el terico y su consejero o consejeros, dentro de un espacio de trabajo especfico en una institucin

    11 Como en el caso de los acadmicos entrevistados.

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    educativa determinada, mantiene un carcter precisamente interno. Incluso si el consejero del terico no laborara en la misma institucin, el borrador producido an mantiene este rasgo en tanto la teorizacin producida no ha sido todava difundida en grupos ms amplios. El producto de esta teorizacin interna, el borrador definitivo con las primeras teorizaciones, se convierte entonces en insumo para el siguiente proceso.

    III.c. Teorizacin externa

    El objetivo de este proceso es difundir la teorizacin interna, es decir, ha-cer pblica y accesible a pblicos ms amplios la teorizacin previamente elaborada. En trminos reales y simples, el proceso de teorizacin externa consiste en publicar en papel o divulgar por medio de conferencias u otros eventos, aquel borrador que el terico escribi con anterioridad.

    La serie de insumos en este proceso son igualmente variados y depen-den definitivamente del capital social y econmico del terico en cuestin. Sin embargo, puede afirmarse que en este proceso los insumos en promedio son: a) el producto del proceso anterior (el borrador con las teorizaciones); b) los insumos del proceso anterior (textos, know-how sobre observacin-abstraccin, consejero y tiempo), y c) el acceso a revistas acadmicas, casas editoriales, e instituciones educativas en general que organizan seminarios,

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    conferencias, talleres o cualquier otra clase de evento pblico acadmico. Acceso es entendido aqu como la posibilidad de utilizar estos medios de divulgacin, ya sea a travs de acuerdos interinstitucionales, o por contac-tos personales formales e informales del terico con algn representante o miembro de dichos medios.

    Es en este proceso cuando la capacidad cognitiva del terico se combina con sus habilidades sociales y el capital social de la institucin educativa que lo respalda. No puede haber teorizaciones, ni mucho menos teoras, si no hay contactos en la comunidad acadmica que permitan la difusin del conocimiento generado. Las actividades que el terico emprende en este punto son infinitamente diversas y estn en funcin no slo del terico y sus preferencias sino del contexto econmico-social en el que el terico se localiza. En trminos generales podemos afirmar que las tareas que el terico emprende como parte de estos procesos son: a) localizar oportunidades por medio de conversaciones y medios formales e informales para publicar textos o impartir talleres o conferencias; b) contactar a, y hasta cierto punto negociar con, el personal de revistas acadmicas, casas editoriales, instituciones edu-cativas o cualquier otro miembro de la comunidad acadmica para asegurar las oportunidades del inciso a); c) recibir y procesar retroalimentacin por parte de pares-revisores, editores u organizadores de eventos en caso de que las actividades del inciso a) y b) hayan sido exitosas; d) impartir en su caso una conferencia o taller; e) conseguir apoyo econmico institucional en ca- so de que el inciso d) se lleve a cabo fuera del contexto inmediato del terico; f) recibir y procesar, en su caso y en su momento, retroalimentacin por parte de una audiencia ms amplia, formada ya sea por lectores de una revista o los asistentes a un evento.

    Si bien es cierto que la comunidad acadmica junto con sus revistas, casas editoriales y diversas plataformas para divulgar conocimiento se vuelve relevante en este proceso, tambin es cierto que el terico en ningn momento deja de teorizar, por ello se pueden incluir como tareas de este proceso las tareas del proceso anterior: leer, escribir, solicitar consejo y teo-rizar y releer, reescribir, volver a solicitar consejo y volver a teorizar; tareas que el terico llevara a cabo con los mismos insumos del proceso anterior quiz entonces mejorados dado el incremento en la calidad y cantidad de elementos cognitivos y sociales aadidos al proceso en s.

    El proceso de teorizacin externa se vuelve entonces no slo una opor-tunidad para que el terico divulgue sus teorizaciones, sino una oportunidad para que reciba mayor retro-alimentacin de pblicos ms variados, los cuales representaran ngulos ontolgicos, epistemolgicos y normativos distintos a aquellos que el(los) consejero(s) del terico pudieran ofrecerle.

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    De la misma forma que en el proceso anterior, aqu no hay un orden para llevar a cabo las tareas mencionadas, pero todas se realizan de una forma u otra, y, sobre todo, se repiten cuantas veces el terico, sus contactos y recursos lo permitan y cuantas veces la teorizacin lo requiera desde el punto de vista cognitivo.

    El producto final de este proceso lo constituira el texto que el terico divulgara a travs de revistas, editoriales, comunidades acadmicas y espa-cios en instituciones educativas en general.

    La Imagen 2 representa de forma ideal este proceso, la sucesin y repe-ticin de sus elementos y su vnculo con el proceso de teorizacin interna.

    Los textos divulgados o, en otras palabras, los artculos, libros, captulos en libros y/o papers de conferencias sobre a) crticas o anlisis de teoras o partes de teoras, b) nuevos conceptos, hiptesis y modelos, y/o c) la fusin de teoras y sus elementos, as como la serie de teorizaciones requeridas para formular dichos textos, en cuanto productos, o subproductos, del proceso de Teorizacin Externa, se convertiran, en su momento, en insumos del tercer proceso.

    III.d. Generacin de teora

    Las teoras publicadas ya sean las de esos libros generalmente voluminosos que la mayora de estudiantes y acadmicos reconoce, o las de memorias, en ocasiones desconocidas, de congresos y eventos similares pueden ser generadas a travs de rutas diversas. Los procesos de teorizacin interna y

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    externa explicados anteriormente se proponen como conceptos que represen-taran de forma genrica dicha variedad de rutas. Una vez que una serie de procesos de teorizacin interna y externa ha sido llevada a cabo, el terico puede estar en posibilidades de generar una teora y hacerla parte del merca- do local o internacional de teoras sociales. Las tareas y el producto del pro-ceso de teorizacin externa le conferiran la legitimidad social y acadmica necesaria a la teorizacin interna que el terico pens desde aquel inicio en su oficina o, siguiendo a Collins (2000), en su contexto micro.

    Los insumos que se requeriran para generar una teora en situaciones promedio seran exactamente los mismos insumos de los procesos anterio- res. Primeramente, los productos de los procesos de teorizacin interna y ex-terna, es decir, la serie de borradores y textos divulgados por el terico con crticas y anlisis tericos y/o mejoras de teoras existentes; en seguida, los insumos de los procesos anteriores: textos, know-how sobre observacin-abstraccin, consejero(s), tiempo disponible y acceso a revistas, editoriales e instituciones educativas. Y, adicionales a los anteriores, el terico en esta eta- pa requerira tambin de un monto relativamente significativo de apoyo econmico y una red mayor de contactos en la comunidad acadmica.

    Ntese que no es la intencin aqu minimizar las causas de la generacin de una teora desviando la atencin exclusivamente hacia el factor econmi- co o el social-comunitario. Los apoyos econmicos definitivamente ayuda-ran no slo para incentivar la energa motivacional que desencadenara la creatividad intelectual del terico (Collins, 2000), sino tambin para divul- gar con mayor suficiencia la teora y sus teorizaciones en sentido material. Los contactos en la comunidad acadmica ciertamente ayudaran a que las teoras/teorizaciones propuestas fluyan entre diversas audiencias en vez de estancarse entre ellas. Pero debe por sobre todo aclararse que no es el econ-mico ni el social-comunitario el nico factor determinante en la generacin de una teora, como veremos ms adelante en la ltima seccin.

    Las tareas que, de acuerdo al material recabado, el terico parece em-prender no son en realidad diferentes a aquellas actividades que el terico habra venido realizando desde los procesos de teorizacin interna y externa. Acaso la nica diferencia crucial en esta etapa es que las actividades cogni-tivas y sociales del terico esta vez se realizaran en ambientes distintos a aquel ambiente local que fuera el teln de fondo de las pasadas teorizacio-nes internas y externas nuevos o ampliados ambientes que precisamente el insumo mayor red de contactos propiciara. En otras palabras, el terico seguira leyendo, escribiendo, observando-abstrayendo, pidiendo consejo, localizando oportunidades, publicando textos, impartiendo confe-rencias, recibiendo y procesando retroalimentaciones, pero esta vez dichas

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    actividades las realizara en ambientes separados de su entorno local, o bien en el entorno local pero junto con colaboradores que formaran parte de distintas comunidades acadmicas en otro tipo de entornos. Al igual que en los procesos anteriores, estas tareas no seguiran un orden determinado, pero todas o la mayora se repetiran hasta que la teorizacin o conjunto de teorizaciones sean finalmente reconocidas como teoras por la comunidad acadmica local y no local. La Imagen 3, representa en abstracto el flujo de los tres procesos explicados:

    Aunque las teorizaciones publicadas previamente por el terico pueden servir de insumos para las teorizaciones de otros investigadores, la probabili-dad del uso o aplicacin de estas teorizaciones aumentara significativamente una vez que la comunidad acadmica reconoce, ya sea desde posiciones antagnicas o colaborativas, una teora como tal. El uso o aplicacin de la teora y sus teorizaciones seran llevados a cabo por el mismo terico o por cualquiera de los acadmicos, investigadores, e incluso estudiantes, a los que la divulgacin de las teorizaciones alcanz. De esta forma el complejo ciclo de produccin de conocimiento y en especfico el proceso de origen, desa-rrollo y declive de teoras o grupos de tericos para Mullins (1973) se completara. La Imagen 4 sintetiza en trminos bsicos este ciclo.

    Pero, si las Imgenes 1, 2, 3 y 4 presentan elementos simtricos y siem- pre ascendentes significa ello que los procesos de teorizaciones son lineales e invariables? Ciertamente no.

    Imagen 3

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    IV. Los procesos de teorizaciones, la realidad social y la bibliografa existente

    Pese a que se han descrito los tres procesos para teorizar, poco se ha hablado de las posibles inconsistencias o fallas de estos procesos y, en general, de las realidades o contextos sociales que los rodearan.

    Una teorizacin interna, en vez de convertirse en insumo para una teorizacin externa, podra quedarse olvidada en el cajn del terico. De la misma forma, el producto de una teorizacin externa, es decir el(los) texto(s) divulgado(s) por el terico, podra no constituir un insumo del cual se generara una teora. Estos procesos tambin podran detenerse a la mitad y no precisamente completarse y hasta entonces interrumpirse, es decir, el terico podra slo observar-abstraer objetos y hechos sociales pero nunca producir el borrador que, en otras circunstancias, revisara con su consejero; o bien, el terico podra en el ltimo instante no asistir a una conferencia ya acordada o no conseguir la publicacin de uno de sus textos en la revista o con los colaboradores que previamente pudo contactar.

    Por otro lado, la simetra de las Imgenes 1, 2, 3 y 4 podra tambin hacer pensar al lector que la intencin del presente texto es proponer una cantidad fija de tiempo para la realizacin de cada proceso de teorizacin; sin embargo, no es tal el propsito. En la realidad el tiempo requerido para realizar cada proceso, y las tareas dentro de cada proceso, estara lejos de

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    poder determinarse. Mientras que al terico A podra tomarle un par de meses observar-abstraer un objeto/hecho social o escribir un borrador con sus teorizaciones, al terico B podra bien llevarle un par de aos hacer una sola de esas actividades.

    Pueden ser muchas las causas para que un proceso de teorizacin se in-terrumpa o para que exista una variacin significativa en el tiempo requerido para completar cada proceso y sus tareas especficas. Estas causas podran ser de carcter individual o social-estructural; en este ltimo caso, las causas podran a su vez ser relativamente sistemticas o meramente contingentes.

    En un intento por sealar las causas sistemticas y contingentes de tipo social-estructural y las fuentes de las cuales derivan, se propone complementar los conceptos arriba explicados con una segunda dimensin semejante un tanto a la propuesta micro-macro de Collins (1987; 2000) y el eje interno-externo de Ritzer (1988), la cual se aadir a la dimensin ya mencionada en este texto (dimensin tiempo). Esta dimensin sera la complejidad con-textual. Los tres procesos propuestos no slo transcurren temporalmente sino que tambin se realizan en un determinado espacio contextual que inhibira, promovera o simplemente acompaara las actividades del terico y que se complejizara a medida que dichas teorizaciones avanzan, yendo de lo micro a lo meso, de lo meso a lo macro de primer nivel y de lo macro de primer nivel a lo macro de segundo nivel. Siguiendo a Collins (2000), el contexto micro es aquel constituido por el entorno local ntimo y emotivo y las interacciones interindividuales del terico y su red de compaeros ms cercana. El contexto de nivel meso estara constituido por la institucin de la que el terico formara oficialmente parte generalmente una institucin educativa, la comunidad, formal o no formal, de cientficos sociales y or-ganizaciones tales como las casas editoriales, centros de investigacin y sus respectivos grupos comunitarios. El contexto macro de primer nivel estara re- presentado por las estructuras y fuerzas ideolgicas, polticas y econmicas de la sociedad a la cual pertenecera el terico, o, en otras palabras, por los gobiernos, los partidos polticos, el medio empresarial, as como el sector religioso y cultural del pas en cuestin. Y finalmente el contexto macro de segundo nivel, el cual es omitido por Mullins (1973) y Ritzer (1988), estara representado, por un lado, por aquella divisin internacional del trabajo intelectual que Alatas (2003) denuncia y por otro lado, por las fuerzas eco-nmicas sociales y polticas de nivel global que precisamente sustentan dicha divisin desde bloques poltico-econmicos constituidos por potencias mundiales o regionales, discursos culturales y religiosos de alcance global, organizaciones internacionales lucrativas y no lucrativas, hasta los actores y grupos sociales claves que de todas los anteriores emanan.

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    Los cuatro niveles contextuales incidiran simultneamente en los distintos procesos de teorizacin creando dinmicas multidireccionales y multifactoriales. Pero ciertamente cada proceso contara con un contexto inmediato especfico que servira como filtro para esas dinmicas y bloqueara y/o promovera el proceso y sus partes. As, el contexto micro inhibira o motivara con mayor fuerza las actividades, insumos y productos del proceso de teorizacin interna. El contexto meso determinara de la misma forma el proceso de teorizacin externa, sus insumos, tareas y productos. El contexto macro de primer nivel determinara los insumos y las tareas requeridas para la generacin de una teora en una sociedad determinada y acaso el contexto macro de segundo nivel determinara el xito de una teora que, una vez ge-nerada, trascendera los lmites de sociedades particulares y se incorporara con xito a ese campo universal de teoras sociales.

    La Imagen 5 grafica el cruce de la dimensin temporal con la contextual y la ubicacin de cada proceso de teorizacin que se propone para dicho esquema. La imagen muestra indebidamente una sola serie de procesos de teorizaciones, pero se recuerda al lector que en la realidad el campo de las ciencias sociales no slo estara constituido por procesos simultneos (Imagen 4), sino tambin por procesos inacabados y series de teorizaciones truncas y/o complementadas por otras.

    La diferencia entre el esquema cartesiano de Ritzer (1988) amplio y coherente pero reconocido rgido y esttico por el propio autor (1988: 191)

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    Espacio Contextual

    Nivel Micro

    Nivel Meso

    1er Nivel Macro

    2do Nivel Macro

    Teorizacin interna

    Teorizacin externa

    Generacin de Teora

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    y los conceptos y dimensiones que se proponen en este texto estriba en tres elementos simples pero claves: a) la concepcin de teora como serie de procesos y no como elemento dado, b) la inclusin de la dimensin temporal y, en consecuencia, c) la posibilidad de analizar no slo teoras, como en el esquema ritzeriano, sino tambin lo que antecede, de hecho, a esas teoras en el espacio y el tiempo: las teorizaciones. Los cuatro cuadrantes de Rit-zer, puros o combinados, complementados con la dimensin temporal y las categoras de teorizacin interna y externa podran entonces suministrar esa flexibilidad y fluidez que Ritzer reconoce ausentes en su esquema.

    Es de esta forma como las categoras conceptuales y las dimensiones que se han introducido en este texto se proponen como un marco analtico con- ceptual que, si bien fue formulado con base en material producido por tericos que forman una parte (la de vanguardia ciertamente) de aquella inequitativa divisin internacional del trabajo intelectual apuntada por Alatas (2003), se presenta con el nimo de complementar la bibliografa existente y ayudar a la formulacin de preguntas de investigacin concretas y verificables so- bre las problemticas que tericos o acadmicos en general enfrentaran en el otro lado de la escala de dicha divisin del trabajo intelectual: la deno-minada periferia o semiperiferia. Por ejemplo, cuestionamientos centrados en el proceso cognitivo y el nivel contextual micro: los acadmicos e inves- tigadores en la periferia/semiperiferia de las ciencias sociales cuentan real-mente con los insumos para teorizar el know-how sobre observar-abstraer, consejero(s), tiempo, bibliografa terica?; preguntas enfocadas en el proceso social y el nivel contextual meso: cul es la configuracin de la comunidad local de cientficos sociales y cmo sta determina la legiti-mizacin de teorizaciones generadas por sus miembros? O bien, preguntas enfocadas en el nivel contextual macro: qu instituciones de alcance regio- nal y global y de tipo econmico, poltico e ideolgico inhiben y/o impul- san por un lado las teorizaciones y por el otro las teoras? O cuestionamien- tos an ms refinados: tiene razn Collins (1989) al afirmar que el medio por el cual el sector poltico influye en el desarrollo de propuestas intelec- tuales es nicamente la universidad y las reformas que a ella se le hacen desde la cpula poltica; o es ms bien que este tipo de fuerzas macro impac- tan directamente tanto el nivel meso como el nivel micro, es decir, tam- bin la energa motivacional del acadmico y sus hbitos e interacciones con otros individuos? Si bien estos cuestionamientos no seran nuevos, el esquema presentado en este artculo se propone como un recurso para responder estas preguntas y otras similares situndolas en un contexto anal- tico ms propicio, el cual permite ver no slo las partes y el todo al mis- mo tiempo, sino tambin algunas indicaciones, al menos preliminares, sobre

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    cmo cada una de esas partes fluiran y estructuraran secuencialmente ese todo.

    Bourdieu (Bourdieu y Wacquant, 1992: 68-70) sugiere que el socilogo que genera conocimiento sociolgico de la sociologa debe, sin caer en mon-logos narcisistas, revelar el origen, la configuracin y la localizacin social de su posicin intelectual, as como sus sesgos y los lmites de sus propias abstracciones. En las secciones I (Introduccin) y III.a. (Teora, teorizar y teorizacin) he ofrecido una explicacin de mi postura en el terreno de la construccin de teoras y el nimo anti-normativo con el que presento mi propuesta. Aunque stas son explicaciones parciales de mi posicin, espero el lector las considere suficientes para las construcciones que aqu se presentan. Finalmente, para concluir este texto propongo una definicin alternativa del concepto de teora, as como sus ventajas y limitaciones conceptuales. Esta definicin de teora deriva de los procesos de teorizacin anteriormente pre-sentados y los resume convenientemente. As, una teora puede ser definida como el resultado socialmente aceptado y legitimado de una serie no lineal de procesos de teorizacin interna y externa que son llevados a cabo por un miembro o conjunto de miembros de una o varias comunidades acadmicas en una o varias sociedades particulares.

    La limitante de esta definicin podra ser su falta de especificidad en cuanto a la gama de estrategias lgico-cognitivas con las que los acadmi-cos o investigadores teorizan. No obstante, el valor de esta definicin y del esquema conceptual-analtico que sintetiza, consiste en el rescate y expo-sicin sistemtica del componente social de las teoras y las teorizaciones sociolgicas; componente social que se convierte en la parte (insumo, tarea, producto, contexto e incluso la propia concepcin de la dimensin tiempo) y el todo simultneamente; componente social que una vez diseccionado a travs del esquema propuesto aqu, permite efectivamente ver lo que hay detrs de una teora sociolgica, complementar la literatura como se ha indi- cado y, sobre todo, aportar elementos para investigar sistemticamente lo que ocurre y no ocurre en la realidad inmediata y as, en el mediano o largo pla- zo, impulsar finalmente esa proactividad terica requerida en sociedades pe- rifricas y semiperifricas.

    Recibido: agosto, 2009Revisado: diciembre, 2009

    Correspondencia: Graduate School of Social and Political Science/University of Edinburgh/Chrystal Macmillan Building, Room 6.13/15a George Square/Edinburgh EH8 9LD/correo electrnico: [email protected]

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