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TEOLOGÍA DE LOS EVANGELIOS DE JESÚS JAVIER PIKAZA FRANCISCO DE LA CALLE TERCERA EDICIÓN CONTENIDO Introducción 9 TEOLOGÍA DE MARCOS: Francisco de la Calle 15 Nota bibliográfica 17 1. Introducción 19 2. El desierto y la salida de él (1, 1-15) 35 3. La iglesia, plenitud del evangelio (1, 16 - 8, 26) 47 4. El camino de los seguidores (8, 27 - 10, 52 y c. 11-13) 65 5. Jerusalén o la oposición (11-13 y 14, 1 - 16, 8) 87 6. Marcos, hoy 101 TEOLOGÍA DE MATEO: Javier Pikaza 109 Nota bibliográfica 111 Introducción: Israel y el Cristo de Mateo 115 1. Presentación de Jesús, el Cristo, hijo de David, hijo de Abraham (1, 1 - 4, 16) 127 2. El reino y los que le acogen (4, 17 - 16, 20) 139 3. El camino de Jesús hacia la muerte. Iglesia y juicio (16, 21 - 28, 20) 175 Recapitulación teológica: los planos de la obra de Cristo 205 TEOLOGÍA DE LUCAS: Javier Pikaza 219 Nota bibliográfica 222 Introducción: el intento teológico de Lucas 225 1. Presentación de Jesús (1, 4 - 4, 13) 235 2. Misión en Galilea (4, 14 - 9, 50) 249 3. El camino hacia Jerusalén (9, 51 - 19, 46) 273

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TEOLOGÍA DELOS EVANGELIOSDE JESÚSJAVIER PIKAZAFRANCISCO DE LA CALLETERCERA EDICIÓN

CONTENIDOIntroducción 9TEOLOGÍA DE MARCOS: Francisco de la Calle 15Nota bibliográfica 171. Introducción 192. El desierto y la salida de él (1, 1-15) 353. La iglesia, plenitud del evangelio (1, 16 - 8, 26) 474. El camino de los seguidores (8, 27 - 10, 52 y c. 11-13) 655. Jerusalén o la oposición (11-13 y 14, 1 - 16, 8) 876. Marcos, hoy 101TEOLOGÍA DE MATEO: Javier Pikaza 109Nota bibliográfica 111Introducción: Israel y el Cristo de Mateo 1151. Presentación de Jesús, el Cristo, hijo de David, hijo de Abraham(1, 1 - 4, 16) 1272. El reino y los que le acogen (4, 17 - 16, 20) 1393. El camino de Jesús hacia la muerte. Iglesia y juicio (16, 21 -28, 20) 175Recapitulación teológica: los planos de la obra de Cristo 205TEOLOGÍA DE LUCAS: Javier Pikaza 219Nota bibliográfica 222Introducción: el intento teológico de Lucas 2251. Presentación de Jesús (1, 4 - 4, 13) 2352. Misión en Galilea (4, 14 - 9, 50) 2493. El camino hacia Jerusalén (9, 51 - 19, 46) 2734. De Jerusalén a la ascensión (19, 47 - 24, 53 y Hech 1, 1-11) ... 3055. Del evangelio a la teología del libro de los Hechos (Hech 1, 11 -28, 31) 323TEOLOGÍA DEL CUARTO EVANGELIO: Francisco de la Calle 357Nota bibliográfica 3591. Introducción 3612. La entrada de Dios en el mundo (1, 1-34) 383

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3. Los hombres ante el revelador (1, 35 - 6, 71) 3954. Lucha abierta del revelador y victoria secreta sobre el mundo(7, 1 - 12, 50) 4155. El revelador ante los suyos (13, 1 - 21, 25) 441índice de citas bíblicas 479índice general 499

INTRODUCCIÓNEl desarrollo en la noción y exposición de la teología bíblicaen el mundo ambiental cristiano ha corrido parejo con la profundizaríanen los estudios bíblicos y con la mentalidad teológica delos autores. Con respecto a esta segunda, podemos seguir una esquematizaríandel pensamiento en cuatro etapas o modos de considerarla teología bíblica. No son tanto etapas superadas cuantodistintas concepciones de una misma realidad, de aquí que aunhoy día pueda tropezarse uno con teologías bíblicas que bien podríanhaber nacido en el siglo XVII como en el XIX.Una primera etapa está en considerar la teología bíblica-comoparte de la dogmática; se escruta el texto, tratando de entresacarsu contenido, que se pone en relación con las verdades dogmáticaso teológicas. Es una especie de apologética, para probar la veracidado falsedad de las expresiones teológicas, nacidas en otro ámbitomuy distinto del bíblico. Es la que podríamos llamar primeraparte. Este modo de concebir la teología bíblica se remonta al sigloXVII. La encontramos en la obra de S. Schmidt, Collegiumbiblicum, in quo dicta veteris et novi testamenti iuxta seriem locorumcommunium theologicorum explicantur, 1671. Una ideaque nace en el protestantismo y que ha perdurado hasta nuestrosdías, ahora ya, dentro del campo católico. Un repaso a cualquiermanual de teología dogmática de hace un decenio y la obra deCeuppens corroboran nuestro aserto.Una segunda etapa o visión es la que se inicia con A. Schlatteren su obra Die Theologie des Neuen Testaments, 2 t., 1910-1911.La teología bíblica viene a ser un inicio a complementarse con lahistoria de los dogmas, de la que recibe su estructuración y problemática.Supone un adelantamiento respecto a la primera concepción,al admitir una cierta evolución del pensamiento y delimitandolos campos entre teología dogmática y bíblica.La tercera etapa comienza con L. Bauer, que edita su obra enlos años 1796-1803, y cuyo principal representante sea quizás la

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obra de H. Weinel, Biblische Theologie des Neuen Testaments,41928. Su modalidad consiste en ver la doctrina bíblica en el con10Introduccióncierto y ámbito de la historia de las religiones. La teología bíblicano aporta un juicio sobre el valor o la verdad del cristianismo, sinosobre su relación con las otras religiones. Su mejor hallazgo fuela delimitación entre las teologías del antiguo y del nuevo testamento,que pasó rápidamente a formar parte del acerbo comúnde los tratadistas. Ya no se le ocurrió a nadie hacer una teologíabíblica aunando ambos testamentos.ha cuarta postura corresponde a R. Bultmann, con su obraTheologie des Neuen Testaments, que tuvo su quinta edición alemanaen 1965. En esta obra, el autor aporta todos sus ampliosconocimientos bíblicos y traza una línea a seguir por los autoresposteriores, ha teología bíblica es solamente una parte de la historiadel desarrollo cristiano, a partir del kerigma o predicacióneclesial, y se continúa en los tiempos postbíblicos.A partir de la teología de Bultmann, los autores discurren pordos caminos diferentes, pero que nacen de su postura. Unos (Jeremías,Kümmel) pretenden entroncar la teología bíblica con lapredicación de Jesús, ha teología bíblica no es más que una interpretaciónde aquel dato primordial. Otros (Conzelmann) cierranel ámbito de la teología bíblica con los escritos canónicos, conservandoel inicio en la predicación o kerigma de la iglesia, que seviene a identificar con el estudio de las tradiciones anteriores a laredacción de los evangelios sinópticos. Conzelmann, sin embargo,introduce una nueva modalidad, con la que, según veremos mástarde, quiere empalmar nuestro trabajo. Introduce una parte propiay distintiva de cada evangelio sinóptico. Pero, para comprendertoda esta enumeración, es bueno echar una breve ojeada aldesarrollo de los estudios bíblicos en los últimos años.Gran parte del siglo XIX se mantuvo totalmente ocupado enresolver los diferentes problemas literarios que suscitan los evangeliossinópticos; se habló hasta el infinito del llamado documentoQ, del primitivo Marcos, del Mateo arameo y de los varios tiposde influencia que se podían dar entre los diversos textos e hipótesis.Vero el problema era, en gran parte, marginal y sólo técnico.Un poco separados de estos estudios, los católicos se hallaban bienseguros, discutiendo los asuntos, casi siempre artificiales, de unaescolástica dogmatizada. Por su parte, también los protestantes se

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encontraban alejados de la urgencia de los viejos evangelios; unosquerían basar su religión en nuevos modos de entender al hombre;otros bebían su doctrina sobre el «mito de Cristo» de Pablo (laescuela de la historia de las religiones).Ciertamente, entre los protestantes, había una excepción. Setrata de la «escuela liberal»; en ella, parecía que importaba elIntroducción 11evangelio de Jesús, se hablaba de su nuevo mensaje de amor y deconfianza; se quería partir de su palabra. Sin embargo, el Jesúsde la escuela liberal se encontraba demasiado alejado de los textosviejos; era, antes que nada, un tipo o signo del nuevo sentimientou optimismo religioso.Mientras tanto, los exégetas de profesión utilizaban los métodosmodernos de la historia y de la crítica, y trataban de llegarhasta las fuentes primitivas de los textos. Se pensaba que, por fin,todo el enigma de Jesús podría resolverse de este modo. Porquelo curioso es que todos los grandes movimientos bíblicos de últimahora, que imperan hasta nuestros días, han ido buscando principalmentela historia de Jesús.Pero la historia es paradójica y se ríe de los planes de los hombres.Cuando el camino de la crítica se hallaba trenzado de millaresde hipótesis posibles, fue surgiendo la conciencia de que todoese problema puramente literario (el tema de las fuentes) era, enel fondo, casi inútil, ho importante era buscar las tradiciones quese encontraban detrás de cada texto evangélico; las distintas formaso los géneros literarios de cada pequeña unidad se empezabana ver como valiosas por sí mismas, como autónomas. Así nació,por los años veinte, la historia de las formas.La historia de las formas ha venido a convertir los evangeliosen una especie de «mosaico»; sus pequeñas unidades son el resultadode una forma de vivencia de la comunidad que, recordandola figura de Jesús con ciertos rasgos y palabras, la modela libremente,a partir de la experiencia de la pascua y del Espíritu. Elevangelio no es «la obra de Jesús»; tampoco muestra la manerade pensar de un posible redactor, que, en el fondo, se limita a compilarlas diferentes unidades literarias ya existentes. El evangelioviene a ser así un retrato de la iglesia antigua, que ha expresado,en las distintas unidades, su vivencia de Jesús el Cristo.En los últimos años, sin embargo, se ha venido a dar un pasodecisivo en las interpretación de los evangelios. Superando la vieja

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problemática de las fuentes, y rebasando el campo de la historiade las formas, desde distintos ángulos, un grupo cada vez más numerosode exégetas ha empezado a estudiar la teología de cadaevangelio. Citemos solamente algunos nombres: Marxsen, Robinsony Schreiber han tratado de Marcos; Bornkamm, Trilling, Streckery Hummel se detienen a estudiar a Mateo; Conzelmann yHaenchen han tratado a hucas. Esto es novedad, ha precisamos.hos evangelios se han compuesto desde fuentes anteriores. Utilizantradiciones de la iglesia; no cabe duda de nada de eso. Sinembargo, es necesario que contemos con un dato clave: sólo elredactor definitivo es quien valora e interpreta lo que dicen las(12 Introducciónfuentes anteriores a él. Ha utilizado tradiciones y, dándoles unsentido, a veces distinto del que tienen en sus fuentes, ha construidouna obra literaria, un evangelio.Pero ¿por qué construye un evangelio? Porque cree que Jesúses importante, porque estima que las antiguas tradiciones que recuerdansu figura nos transmiten un mensaje salvador, porque hasentido la urgencia de decir, de transmitir lo que ha sabido: el recuerdode Jesús y su esperanza, la vida de la iglesia con su don ysu exigencia.Es realmente curioso. Los evangelios son la obra más completay sistemática del nuevo testamento; y, sin embargo, cuando se haquerido trazar la teología cristiana, se ha prescindido de ellos casien su totalidad. ¿Por qué? Quizás porque han parecido demasiadosencillos; porque nos hablan en un lenguaje aparentemente objetivistae histórico, difícil de interpretar, porque no tenían, quizás,una precisión conceptual que se quiere ver en Pablo...Como hemos dicho, la perspectiva ha cambiado. Ha cambiadopor el hecho de que los nuevos exégetas de la historia de la redacciónque hemos citado estudian el pensamiento de cada evangelista.Ello lleva a una sorprendente afirmación: no existe una teologíadel nuevo testamento, sino que existen tantas cuantos escritos hay.En la base hay un pluralismo de expresión. Teniendo esto en cuenta,hemos pensado que sería conveniente escribir una teología delos cuatro evangelios. Pues bien, la hemos escrito. 'Nuestro propósitoviene de muy atrás, de nuestros años de estudiantes en el InstitutoBíblico de Roma. ¿Y qué hemos logrado?Hemos querido presentar una teología de los evangelios. Presuponemos

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la historia de la redacción, pero somos, al mismo tiempo,bien conscientes de la novedad de nuestro intento. No nos hainteresado la problemática de la crítica literaria o de la historiade las formas, aunque, a veces, hemos sentido la grave tentación depararnos en una frase o un episodio, para llegar, en la cuenta atrás,hasta la historia misma de los acontecimientos, y hemos tenidosiempre en cuenta sus conclusiones. Nos ha importado la teología,es decir, el pensamiento de Marcos, Mateo, Lucas y Juan.Cada uno de los cuatro evangelistas nos da una visión completade toda la realidad cristiana, aunque cada autor lo haga desdesu propio ángulo y problemática. Ni se basa en la predicación (nointeresa para nuestra obra) ni se aduce como prueba de otra verdadni se pone en parangón con ninguna doctrina religiosa. Se exponelisa y llanamente el contenido de cada evangelio, estudiadodesde dentro del mismo libro.Hemos dicho que somos conscientes de la novedad de nuestrointento. Que sepamos, nadie ha pretendido elaborar un comentarioIntroducción 13«teológico-» de cada uno de los cuatro evangelios. Ciertamente, lasobras de detalle o los tratados sistemáticos son muchos, pero noexiste un estudio general en que se intente precisar de forma, almismo tiempo, asequible y técnica el mensaje de los cuatro evangelios.Por citar un trabajo que se aproxima a nuestro intento, recordamosel de S. Schulz, Die Stunde der Botschaft. Die Theologieder vier Evangelisten (La hora del mensaje. La teología de los cuatroevangelistas), Hamburg 1967. Pero hay una diferencia decisiva.Schulz intenta condensar las obras que se han escrito en losúltimos años acerca de la teología de los evangelistas. Nosotroshemos presupuesto ese trabajo y, avanzando, hemos querido construirla teología de los evangelistas. ¿Cómo? Siguiendo paso a pasoel texto.Hemos seguido el texto. Eso quiere decir que no quisimosdejarnos llevar por construcciones sistemáticas apriorísticas. Losevangelios los han escrito los evangelistas. Los aceptamos comoson; con su ritmo interno, con su avance y sus repeticiones, consu dinámica propia y distintiva. En ese avance, en la estructurageneral de cada obra literaria, hemos creído descubrir un poderosopensamiento, un gran mensaje. Es eso lo que hemos idoanotando en nuestras páginas.Nuestra obra es, por lo tanto, primariamente bíblica. Nos importa

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comprender el viejo texto de los evangelios. Pero entenderloen su realidad de evangelio, de buena nueva de Jesús, y no tansólo en su prehistoria o en sus simples formas literarias.Al llegar «al evangelio como evangelio», nos movemos necesariamenteen un campo de «teología», porque los evangelistashan interpretado a Jesús, nos lo han transmitido. Ese Jesús ha sidotambién nuestro tema. El Jesús de Marcos, de Mateo, de Lucasy de Juan. Ese Jesús evangélico, así entendido y descubierto, esverdadera palabra de Dios para el mundo.Por eso nuestra obra es, finalmente, cristiana. Quiere dejar queJesús hable en nuestro mundo; quiere hacer que tantos hombresque edifican su vida espiritual sobre sistemas más o menos atrayentes—puramente humanos de vertiente sicológica o social, mística,sentimental o idealista— puedan quizás encontrarse con elJesús del evangelio. Es un intento de retorno a las fuentes, en lasque el mensaje cristiano no es teoría o filosofía, sino vivencia plenade una realidad. No hay verdad teórica, sino la práctica delhombre que se entrega al evangelio y va descubriendo poco a pocola interioridad de la persona de Jesús allí presente.Somos conscientes de las deficiencias de nuestro intento. Quisiéramosque, desde perspectivas tan distintas, fuese algo así como14 Introducciónel antiguo comentario de la carta a los romanos de K. Barth. Perotememos que se quede a medio andar. Sin embargo, nos pareceque el camino está trazado y es preciso recorrerlo. Estamos segurosde que vendrán muchas obras que han de ahondar en la direcciónque trazamos de manera inicial con nuestras páginas. Que éstasse olvidaran, quedando el camino abierto, frecuentado y fértil...tal sería nuestro gozo más profundo.Terminamos con dos observaciones.La primera se refiere a los autores. No será necesario recordarque, siendo viejos amigos y sabiendo el uno lo que el otro piensa,respetamos mutuamente nuestros puntos de vista. Cada uno esresponsable de su parte. Pensamos que la diferencia de maticesque recibe así este libro contribuye a hacerlo más abierto y rico.La segunda observación se dirige a los lectores. Nuestra obrase comprende mejor, cuando se tienen ciertos conocimientos deexégesis del nuevo testamento; sin embargo sólo presupone untipo de contacto familiar con los evangelios. En otras palabras,para entender lo que decimos, sólo es necesaria la lectura de Marcos,

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Mateo, Lucas y Juan. En ningún momento, hemos queridoser sustitutos de los viejos textos. Quizás a veces, al citar explícitamenteun texto bíblico, se pueda apreciar una diferencia con elevangelio que se esté manejando. La culpa la tiene el texto griegoque lógicamente manejamos y que puede ser traducido de variasmaneras o con varias lecturas. En cada evangelista, hacemos unaintroducción y un comentario.Sólo nos queda agradecer a nuestros amigos de Ediciones Sigúemepor las facilidades que nos han concedido en la publicaciónde nuestro trabajo.

Teología de MarcosFRANCISCO DE LA CALLE

NOTA BIBLIOGRÁFICAEl evangelio de Marcos quizás pueda ser catalogado como eldescubrimiento neotestamentario del siglo xx. Dada su brevedady el contenido común con los otros dos sinópticos, había sidopoco menos que olvidado en la antigüedad. Ha sido a finales delsiglo pasado y a principios de éste, cuando ha empezado a cobraractualidad. Primero porque, en el problema de la búsqueda de lahistoria de Jesús de Nazaret, fue catalogado por evangelio histórico,el que nos daba los datos primeros del ser y acontecer deJesús (Holtzmann). Más tarde, fue quicio de disputa, al llegara demostrarse que no era tal historia, sino una teología primaria(Wrede). En la cuestión del origen común de los sinópticos, empezóa tener consistencia propia como una de las dos fuentes deque dimanaron todos (la hipótesis de la doble fuente, Me y Q),y con esta hipótesis se estudió la formación de las tradiciones presinópticas(Bultmann, Dibelius). Últimamente se ha empezado aestudiar el evangelio en sí, sin relacionarlo a la problemática sinóptica,buscando la llamada línea redaccional. El evangelio deMarcos es un evangelio de moda en los estudios bíblicos. De aquíque su bibliografía sea hoy en día muy abundante. De entre ella,hemos elegido una breve cata para que el lector erudito tengapuntos conocidos de referencia,Best, E., The Temptation and the Passion: the Marcan Soteriology, Cambridge1965.Bultmann, R., Die Geschichte der synoptischen Tradition, Gottingen 1958.BurkiU, A. A., Mysterious revelation. An examination of the philosophy of

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st. Mark's gospel, Ithaca-New York 1963.Cerfaux, L., La section des pains, en Recueil L. Cerfaux I, Gembloux 1954;L'aveuglement d'esprit dans l'évangile de saint Marc, en Recueil L. CerfauxII, 3 s.Conzelmann, H., Grundriss der Theologie des Neuen Testaments, München1967.18 Francisco de la CalleDé la Calle, F., Cuadro geográfico del evangelio de Marcos: un estudio sobrela significación de los topónimos en el segundo evangelio (tesis manuscrita),Roma 1972.De la Potterie, I., Exegesis synopticorum. Sectio panum in evangelio Marci(6, 6-8, 35) (ad usum privatum) PIB, Roma 1965-1966; La confessionemessianica di Pietro in Marco 8, 27-33, en Atti della XIX settimana bíblica,Bréscia 1967, 59 s.Delorme, J., Lectura de l'évangile selon saint Marc: Cahiers Evangile 1-2.Dodd, C. H., The parables of the kingdom, London 1935.Grundmann, W., Das Evangelium nach Markus, Leipzig 21959.Haenchen, E., Der Weg ]esu. Eine Erklárung des Markus-Evangeliums undder kanonischen Parallelen, Berlín :1968.Hirsch, E., Frübgeschichte des Evangeliums I: Das Werden des Markusevangeliums,Tübingen 1951.Kümmel, W. G., Verheissung und Erfüllung: Untersuchungen zur eschatologiscbenVerkündigung Jesu, Zürich 1953.Lambrecht, J., Die Redaktion des Markus-Apokalipse. Literarische Analyseund Strukturunterschung, Rom 1967; Marcus Interpretator. Stijl en Boodschapin Me 3, 20 - 4, 34, Brugge-Utrecht 1969.Lagrange, M. J., Evangile selon saint Marc, París 1929.Lightfoot, R. H., History and interpretation in the gospels, London 1935.Lohmeyer, E., Das Evangelium des Markus, Gbttingen 1957.Loisy, A., L'évangile selon Marc, Paris 1912.Mangatt, G., The disctples of Jesús and the way of the passion: Mk 8, 27-10, 52 (tesis manuscrita) PIB, Roma 1971.Marxsen, W., Der Evangelist Markus. Studien zur Redaktionsgeschichte desEvangeliums, Gottingen 1959.Mauser, U. W., Christ in the wilderness. The wilderness theme in the secondgospel and íts basis in the biblical tradition, London 1963.Minette de Tillesse, G., Le secret messianique dans l'évangile de Marc, Paris1968.Nineham, D. E., The gospel of st. Mark, London 1963.Pesch, R., Ein Tag vollmachtigen Wirkens Jesu im Kapharnaum (Mk 1,21-34. 35-39): BibundLeb 9 (1968) 114-128, 177-195, 261-277.Robinson, J. M., Das Gescbichtsverstandnis des Markusevangeliums, Zürich1956.Schille, G., Die Topographie des Markusevangeliums, ihre Hintergründe undihre Einordnung: ZDPV 73 (1957) 133 s.Schlatter, A., Markus der Evangelist fur die Griechen, Stuttgart 1935.Schreiber, J., Theologie des Vertrauens. Eine redaktionsgeschichtliche Untersuchung

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des Markusevangeliums, Hamburg 1967.Schulz, S,, Die Stunde der Botschaft. Einführung in die Theologie der vierEvangelisten, Hamburg 1967.Suhl, A., Die Funktion der alttestamentlichen Zitate und Anspielungen imMarkusevangelium, Gütersloh 1965.Sundwall, J., Zusammensetzung des Markusevangeliums, Acta AcademiaeAlboensis 1934.Taylor, V., The gospel according to st Mark, London 1955.Trevijano, R., Comienzo del evangelio. Estudio sobre el prólogo de san Marcos,Burgos 1971.Trocmé, E., La formation de l'évangile selon Marc, Paris 1968.Vielhauer, Ph., Erwagungen zur Christologie des Markusevangeliums- Zeitund Geschichte (1964) 155 s.Wrede, W., Das Messiasgeheimnis in der Evangelien, Gottingen 41969.

1INTRODUCCIÓN En nuestra mentalidad ya hecha, tenemos formado un concepto"concreto de la palabra evangelio; con ella, denotamos cuatroescritos más o menos apostólicos en su origen, y que tratan deJesús. Dándola por buena en principio —más adelante veremosel sentido preciso y distinto que esta palabra clave tiene en Marcos—,nos encontramos con el fenómeno llamado de los evangeliossinópticos. De los cuatro evangelios existentes, tres de ellos(Mateo, Marcos y Lucas) parecen a primera vista calcado el unosobre el otro, de tal modo que se podrían leer en paralelo; de aquíles viene el nombre: sinóptico, que se puede mirar conjuntamente.Muchos años de estudio han estado dedicados a la llamada cuestiónsinóptica; es decir, a estudiar las mutuas relaciones de unosevangelios con otros. En este punto, la crítica ha llegado a unaconclusión: Marcos, entre los evangelios que han llegado actualmentehasta nosotros, es el más antiguo.'Pero, a poco que uno se introduzca en el estudio de estas obrasliterarias, podrá inmediatamente observar que las similitudes entreestos evangelios es poco más que anecdótica; se repiten ciertamenteescenas completas, pero siempre hay un algo distintivo en cada1. La fecha de composición de los sinópticos está girando en torno a los años 70,años menos o años más. El punto decisivo para estatuir una fecha exacta es la destrucción

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de Jerusalén. En el año 70 tuvo lugar la destrucción por Roma de la ciudadsanta de los judíos. ¿Ha visto Marcos la ciudad ya destruida? Opiniones hay parauna y otra sentencia de las dos posibles; más comúnmente se inclinan los autores apensar en que no la vio y, por consiguiente, su composición se sitúa con anterioridadal 70.Últimamente, hace dos años, la prensa, radio y revistas no especializadas airearonmucho el gran encuentro del padre O'Callaghan (Bibl 53 [1972] 91-100). En losmanuscritos de Qumran, estaría ya el evangelio de Marcos; esto querría decir quehabría sido escrito por los años 50. La hipótesis peca de precipitada. Se fundamentaen una hipotética lectura de un trozo de papiro de un centímetro cuadrado de extensión,en el que se encuentran aisladas unas catorce letras, de lectura también incierta,que se supone coincide, una vez reconstruido, con Me 6, 52 s. Benoit, enRevue Biblique 79 (1972) 321-324, en una sobria página, después de haber analizadoel manuscrito original (7Q5), ha llegado a la conclusión de que, incluso la individuaciónde las letras del papiro es más que problemática. Su posible lectura no coincidecon la de O'Callaghan.20 Francisco de la Calleuno de ellos. Hay expresiones que se cambian y, sobre todo, contextosdiferentes en que unas mismas narraciones han sido introducidas.Y es actualmente cuando, en vista de esas diferencias, seintenta trazar la línea maestra de cada evangelio, el nivel llamadotécnicamente redaccional.2I . LIMITES DE LA OBRA LITERARIAEn este cotejo con sus hermanos los sinópticos, el evangeliode Marcos resulta original. Es una obra literaria corta, el más brevede los evangelios, con solamente 16 capítulos escasos, frente a28 de Mateo, 24 de Lucas (sin contar los Hechos) y 21 de Juan.Es, sobre todo, un evangelio extraño. Comienza de repente, casi

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sin previo aviso: «el principio del evangelio, como estaba escrito...,fue Juan bautizando en el desierto» (1, 1-4). Es, de repente,Juan que aparece, según se había prometido en las antiguas profecías.Le sigue Jesús; un Jesús adulto del que nada sabíamos antes.No hay ni un relato del nacimiento ni de la infancia, como enMateo y Lucas.Y la obra se acaba también bruscamente, en 16, 8. La mañanadel domingo de pascua, las mujeres vienen al sepulcro, provistasde aromas con que ungir el cadáver; una especie de embalsamamientoalgo absurdo, cuando hace ya tres días que Jesús ha muertoy nada hace presuponer que no le hubieran ungido antes desepultarlo (15, 42-47). Las mujeres vienen preguntándose cómovan a poder entrar al sepulcro, porque una piedra cierra la entraday, para llegar, tenía que ser antes corrida. Al llegar, sinembargo, se encuentran con que el sepulcro está abierto; entrany en lugar del cuerpo del muerto, se encuentran con un joven quelas descubre su piadosa intención y les anuncia que Jesús ha resucitado;allí está solamente el sepulcro vacío. Y entonces el jovenles da un encargo: «Decid a los discípulos y a Pedro que os precede(Jesús) a Galilea. Allí le veréis tal y como os prometió»(16, 7). Y las mujeres se llenaron de espanto, huyeron a todocorrer y no dijeron nada a nadie (16, 8); el encargo no fue cumplido.Aquí se acaba la narración evangélica según los códices griegosmás antiguos y autorizados.La tradición posterior vio incompleto este evangelio y se dedicóa añadirle trozos tomados de aquí y de allá, algunos en evi-2. Es ya hoy universal en la exégesis bíblica, distinguir tres estratos diversos:el evangélico o redaccional, el de la tradición o preevangélico y el de la historia.Teología de Marcos 21dente contradicción o repetición. Así, en 16, 9, se comienza denuevo a narrar las peripecias de aquella mañana, introduciendo laaparición a María Magdalena, narración tomada de Mt 28, 9-10y Jn 20, 11-18; se añade también la lógica, en los otros evangelios,apariciones a los discípulos (Me 16, 12-13. 14-18); la primera tomadadel episodio de los caminantes a Emaús (Le 24, 13-35); lasegunda, con el mandato de misionar, tomada de Mt 28, 16-20,Le 24, 36-49, Hech 1, 6-8, Jn 20, 19-23. Por último, se le añadela narración de la ascensión (Me 16, 19-20), tomada lógicamentede los relatos lucanos (Le 24, 50-53; Hech 1, 9-11). La mentalidad

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que llevó a estas añadiduras fue sin duda alguna debida a undesconocimiento del evangelio de Marcos y a una historificaciónde los evangelios, buscando una continuidad histórica de los hechos,sin fijarse en su sentido. Jesús tenía que haber sido vistopor sus discípulos. Y los que añadieron, no se habían fijado en quejustamente éste es el sentido de la vuelta a Galilea, como veremosmás adelante.A pesar de que prácticamente todos los autores sostienen quela narración evangélica se concluye con 16, 8, no todos, sin embargo,admiten que éste fuera el final del evangelio, sino que, entiempos, existió un final que actualmente se ha perdido. La razónprimordial es la carencia de apariciones del resucitado en la narraciónactual3. Un gran número de autores acuden, para solucionarel problema, a una exégesis de la «vuelta a Galilea», de que habla16, 8. Tres interpretaciones principales se dan al respecto: setrataría de una vuelta triunfal del resucitado encabezando a susdiscípulos4, de la próxima parusía5, de la misión a los gentiles6.Ni que decir tiene que la exégesis del evangelio depende en granparte de la solución que se le da a este problema.También nosotros tenemos que declararnos en esta cuestión;se trata de una declaración y no de un razonamiento prolijo e inasequible,aunque apuntemos las razones básicas en que apoyamosnuestra hipótesis. Partimos del supuesto que el evangelio se con-3. La sentencia tradicional, a la que algunos autores modernos han vuelto denuevo (Finegan, Knox, Bultmann, Haenchen...), es la pérdida del final primitivo.La contraria empezó a abrirse paso con Lohmeyer, Michaelis, Creed, Lightfoot,Alien, Marxsen, etc.4. Es la primera hipótesis, lanzada por J. Weiss a principios de siglo (DasMarkusevangelium, Gottingen 31917), a quien siguió, entre otros, Klostermann.5. Así, E. Lohmeyer, R. H. Lightfoot, y entre los más actuales Nineham yW. Marxsen.6. Así, G. Schille, E. Evans y J. Schreiber. A estas tres hipótesis, hay quesumar la que, en el texto, hemos apellidado como clásica. La vuelta a Galilea designaríael período de las apariciones del resucitado, que el evangelista no narraporque su final de la obra se ha perdido. Así, Lagrange, Bultmann y Haenchen.

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22 Francisco de la Callecluye en 16, 8 y que así quiso el evangelista que fuera. Es decir,no apelamos a un final perdido en el transcurso de los siglos; esuna hipótesis imposible de probar. La extrañeza del final de Marcosnace del cotejo con los otros sinópticos, sin reparar que bienpudo el Marcos que no adujo ningún relato del nacimiento o dela infancia de Jesús haber dejado de relatar las apariciones del resucitado,al menos como las han visto los otros evangelistas. Estono indicaría, en principio, que Marcos las desconociera o que fuerande elaboración posterior, sino sencillamente que no quiso usarlas,debido a su intención teológica, que trataremos de indagar.De no existir los otros evangelios, nadie habría dado por malo elfinal de Marcos.El evangelio termina, pues, con el anuncio de la vuelta a Galileadel resucitado, en donde podrá ser visto; anuncio que lasmujeres no dieron. Son dos las cosas a tener en cuenta, a la horade interpretar el final de Marcos: el significado de la ida a Galileay el silencio de las mujeres.Arriba y en notas hemos expuesto las hipótesis existentes, nosotrosopinamos de otra manera. La vuelta a Galilea significa primordialmentevolver a la fe en Jesús, ahora resucitado, y que lapasión y la muerte habían seriamente obstaculizado. Este volvera la fe se verifica en la reconsideración de los hechos históricosde Jesús, tal como han sido narrados anteriormente por el evangelista.En otras palabras, significa volver a leer el evangelio deMarcos, a partir del momento en que Jesús entra en Galilea, en1, 16, hasta que se ponga «en camino» (8, 27), cuando ya desaparecedel ámbito del evangelio la actuación de Jesús en Galilea.La razón fundamental está en la unidad literaria del mismoevangelio. La vuelta a Galilea en 16, 7 se presenta como el cumplimientode una promesa hecha por Jesús a sus discípulos, «talcomo os dijo» (16, 7). Esto nos lleva hasta 14, 28, en donde aparecela misma expresión, sin la connotación de «allí me veréis».La expresión, la vuelta a Galilea, se pone en paralelo antitéticocon el escándalo que van a sufrir los discípulos ante la pasión ymuerte de Jesús, de la que va a resultar la huida de todos y lanegación de Pedro. La vuelta a Galilea es así el momento en quelos discípulos puedan volver a la fe en su maestro, desaparecidoya el obstáculo y dándose cuenta de que el mesías tenía que sufrir.El texto habla por sí mismo:

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Y dice Jesús: todos os escandalizaréis, porque está escrito: heriré alpastor y se dispersarán las ovejas. Vero después de haber resucitadoiré delante de vosotros a Galilea.Pedro le dice: si todos se escandalizan, ciertamente no lo haré yo.Teología de Marcos 23Y le dice Jesús: en verdad te digo que tú, hoy, esta misma nocheantes de que el gallo cante por tercera vez, renegarás de mí.Y él, casi fuera de sí, decía: aunque tenga que morir contigo, no renegaréde ti. Y todos hablaban de la misma manera (Me 14, 27-31).El ver al resucitado, que añade 16, 7 en relación a 14, 28,significa experimentar que ha resucitado, y no, primordialmente,verle físicamente. Esta experiencia del resucitado es justamente lasolución del escándalo, del tropiezo que supondrá a sus discípulosla figura de un mesías doliente. Por esto no es de extrañar queMarcos no relate ninguna aparición, como lo hacen los otros evangelistas,con tal de que el Jesús que actúe en la Galilea del evangeliode Marcos sea el resucitado. Pero ¿qué es Galilea en esteevangelio?En las notas anteriores, hemos visto indirectamente las solucionesdadas a esta mención toponímica. Todas ellas intentan solucionarel problema exegético desde fuera del mismo evangelio,porque la misión a los gentiles proviene de Mateo (28, 16-20);una Galilea pagana se puede encontrar en algunos textos veterotestamentarios,y así parece usarla Mateo (4, 12-17), pero este conceptono aparece en Marcos. La parusía parece, en Marcos, unsuceso universal, no localizable exclusivamente en Galilea (Me 13).Galilea, el lugar del encuentro prometido, tiene que ser interpretadaen el contexto de la obra literaria, y no puede ser otra quela Galilea en la que, según el mismo evangelio, comenzó Jesúsa actuar.Galilea, en el evangelio de Marcos es, en primer lugar, unacomarca concreta, que está a los alrededores de Cafarnaún (1, 21.28. 39; 9, 30. 33) y que tiene un mar (1, 16; 7, 31), a cuyas orillasexisten otros pueblos, la Decápolis (5, 1. 20; 7, 31) y Betsaida(8, 22); una Galilea en la que posiblemente haya que localizar lasregiones de Genesaret (6, 53) y Dalmanuza (8, 10)6. Es decir, unaGalilea concreta, cuyos límites precisos son el mar y las comarcasde Tiro y Sidón; el límite sur no lo precisa el evangelista.7A esta anotación típicamente geográfica, hay que añadir otrasignificación; es la tierra en que Jesús empieza su ministerio público,

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es su primera meta (1, 39), que después deberá de ensancharseprogresivamente hasta la Decápolis (5, 1. 20) y Tiro y Si-6 Sobre el contexto geográfico de Marcos y su sentido teológico remito a mitesis doctoral. Cuadro geográfico del evangelio de Marcos Aquí no puedo fundamentarmás precisamente mi postura.7. Este límite sur, geográficamente, es Samaría. Pero, en todo el evangelio deMarcos no hay ni siquiera una alusión a este territorio. Cuando Jesús se acerca aJerusalén, se mencionan «Judea y Perea» (10, 1), pero no Samaría.24 Francisco de la Calledon (7, 24-30). Y en esta primera meta, Jesús ha realizado nadamenos que la fundación de su comunidad, de la iglesia (3, 7-12).Galilea, en la estructura literaria del evangelio8, es el lugar endonde Jesús ha fundado su iglesia, separándola clara y tajantementede la sinagoga. La connotación topográfica sufre un cambiode significación, al considerarla, vista ya desde el hecho de la resurrección,como el inicio de la comunidad de seguidores del maestro.Galilea es la iglesia naciente, fundamentada en el Jesús histórico.Después de la resurrección, los discípulos deben de volver allí,a la comunidad de los hermanos que han seguido a Jesús, que lehan prestado fe y están dispuestos a cumplir las ordenanzas queaparecen en el evangelio en la sección «del camino» (8, 27 - 10,52). Y es justamente en esta comunidad en la que podrán experimentarque el resucitado vive entre ellos. El Jesús que murió continúaviviendo, era, en realidad, tal y como él lo había predicho,«el mesías que tendría que sufrir» (8, 31; 9, 31; 10, 33).Es, sin embargo, una Galilea escondida, de la que nadie supo,porque las mujeres, llenas de miedo, no supieron dar el anunciodel joven. El encuentro con el resucitado en el seno de la comunidadcristiana no se verificó porque alguien diera la noticia dela resurrección, sino por la fuerza inherente a la misma resurrección,por el valor de la palabra prometedora de Jesús (14, 28).Galilea, la iglesia, sigue oculta para aquel que no se haya encontradocon el resucitado. De aquí el silencio de las mujeres.9Así, tenemos una obra literaria completa, que se explica porsí misma, sin recurrir a ideas extrañas al evangelio. El evangeliode Marcos es una especie de tornillo sin fin, en el que siempresiguen las vueltas. Sólo empezaremos a comprenderlo, después de

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haberlo leído dos veces y haberlo empezado de nuevo a leer.I I . LA ELABORACIÓN DEL EVANGELISTALa exégesis actual ha pasado ya, afortunadamente, la etapa enque se creía ingenuamente que los evangelistas habían escrito sus8. Más adelante, en pp. 28-29, damos la estructura del evangelio, a la que hacemosreferencia en el texto.9. Hay tres hipótesis para explicar tanto el miedo como el silencio. Lohmeyer,de acuerdo con su teoría de que la vuelta a Galilea designa la parusía, pone estemiedo y este silencio como el resultado del anuncio. Las mujeres se han dado cuentade que el joven anuncia la consumación del tiempo presente, y esto les llena demiedo; en consecuencia del cual, guardan silencio. Bultmann opina que se trate deuna apología sobre la tardía reacción de los discípulos; éstos no se enteraron de laTeología de Marcos 25obras de un tirón, y apoyándose solamente en su memoria de testigosde la vida de Jesús. Hoy sabemos que han usado narracionesy hechos, que habían existido independientemente de su contextoactual, y corrido en las comunidades cristianas, para solucionarsus problemas internos. Pero el evangelista no es tampoco,como se había difundido últimamente, un mero coleccionador demateriales prehechos, sino un verdadero autor que ha estampadoen la obra literaria de los evangelios su propia personalidad. Noshan transmitido su visión del cristianismo, que es, por aprobaciónulterior de la iglesia, una de las visiones aptas para expresar laobra del Cristo. Marcos es también un autor que, apoyándose enun esquema de la vida de Jesús, nos da su visión de la fe cristiana.La estructura de su pensamiento está reflejada en el evangelioque escribiera. Lo difícil es buscar esa estructura mental a travésde los relatos evangélicos. En la actualidad existe una tendenciamuy acentuada en interpretar cada evangelista sinóptico desde unaperspectiva tomada del mismo evangelio, aplicando después lasconclusiones a todo el cuerpo narrativo. Así ha sucedido tambiéncon Marcos. El primero en esta línea ha sido W. Marxsen 10. A partirdel estudio de la mención de Galilea, llega a una interpretaciónde todo el evangelio; todo él viene a ser el anuncio que el resucitado

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da a los suyos, que esperan en Galilea la inminente parusíao retorno triunfal de Jesús. J. Robinson, al que seguirán bastantede cerca tanto Best como Mauser ü, verán todo el evangelio desdela perspectiva de las tentaciones de Jesús en el desierto. El evangeliode Marcos no sería otra cosa que la narración de la luchasostenida por Jesús contra el diablo, presente en el mal, el pecado,los judíos. J. Schreiber 12 lo mirará todo desde la narración dela muerte de Jesús. El evangelio será una mezcla de paradójica salvación-condena que se verifica en la cruz y que exige una fe-confianzaen el Dios crucificado por amor.resurrección del maestro hasta pasados tres días o más, y el autor sagrado le echaríala culpa a las mujeres. El miedo quedaría explicado por el género literario de lasteofanías, a las que responde siempre el hombre con un temor sagrado. L. Schenkeformula la hipótesis de que se trate de una apología cristiana. La comunidad deGalilea pleitea con la de Jerusalén, queriendo estatuir su primacía. Ha sido ellala primera en ser fundada; de aquí que el resucitado ni se aparezca en Jerusalén,sino en Galilea, ni nadie en Jerusalén sepa ni pueda saber del hecho de la resurrección10. En su obra Der Evangelist Marki/s, Góttineen 1959.11. Sus obras, respectivamente son: Das Geschichtsverslandnis des Markusevangeliums,Zürich 1956; The Temptation and tbe Passion, Cambridge 1965; Christin the Wilderness, London 1963.12. La exposición fundamental de su pensamiento se encuentra en Theologiedes Vertrauens, Hamburg 1967.26 Francisco de la CalleTodas estas interpretaciones no están carentes de valor, perotienen el vicio de ver todo el evangelio solamente desde un punto,perdiéndose con ello la visión de conjunto. Es necesario partir deuna visión integral de la obra literaria, empezando por lo más ingrato,las estructuras literarias, molde en que va encerrado el pensamientodel autor. Nosotros, conocedores de las diversas estructurashechas del evangelio de Marcos13, vamos a dar un poco detalladamentela que juzgamos válida. Es el resultado de pacientesdisquisiciones y confrontamientos, que no son posible aducir en la

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brevedad y sencillez que nos proponemos14. El esquema del evangeliode Marcos que damos a continuación es la base de la teologíadel evangelista que expondremos en el decurso de estos capítulosque siguen; está fundamentado en dos razones y un indicio.Todo el evangelio se desarrolla —y he aquí la primera razón—en cuatro escenarios artificiales que se delimitan mutuamente, sinque el uno haga irrupción en el otro. Son el Desierto, el Mar deGalilea, el Camino y Jerusalén. Menciones qae enmarcan todo elcontenido de unas secciones literarias bien definidas, mediante suaparición al inicio y al final de las mismas. El desierto enmarca lasnarraciones conocidas por introducción del evangelio, 1, 1-13, apareciendoal principio y al final de la misma (1, 3. 4. 12. 13), sinque vuelva a aparecer en el resto de todo el relato evangélico. Elmar de Galilea ocupa la sección mayor de todo el evangelio (1, 16 -8, 26), apareciendo con su determinación «de Galilea» solamentela primera y la última vez que se nombra en el relato (1, 16; 7,31). El camino cubre la sección 8, 27 - 10, 52, con su mención alinicio y al fin de la misma (8, 27; 10, 52). Y, por último, Jerusalén,en donde se mueven los últimos acontecimientos de Jesús,a partir del c. 11. Tenemos así cuatro secciones bien diferenciadaspor el mismo autor del evangelio.La segunda razón, que es también apoyo de la primera, es lahistoria de la redacción del evangelio. Estudiando cómo el evangelistaha operado con los datos que ha recibido de la tradiciónanterior a él, es posible descubrir la idea central. Un estudio demasiadocomplejo que no podemos exponer aquí, y que sería inútily cansino para la inmensa mayoría de los lectores.13. Normalmente se usa para distribuir las partes del evangelio un esquemageográfico-histórico. Jesús estuvo aquí o allí e hizo esto o aquello. Es el esquemao división que suele aparecer en casi todas las traducciones del evangelio. Otrosautores prefieren un esquema teológico, fundamentado en la ideología del evangelista,«por temas». Otros, finalmente, acuden a las razones literarias: la composiciónque presenta el mismo evangelio, independientemente de su ideología. A veces,se usan sistemas mixtos.14. Es el fruto de nuestro trabajo personal, parte del cual se encuentra en latesis doctoral que aparece en la bibliografía.

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Teología de Marcos 27En la primera razón, hay que poner algo más; no se trata solamentede una división cuatripartita de todo el evangelio, sinoque, dentro de cada una de estas divisiones podemos encontrar,fundamentándonos en los mismos datos toponímicos, unas subdivisionesmenores. Así tenemos en la sección del mar de Galileaotras tres menores, cuyos núcleos centrales son Galilea (1, 35-45),la Decápolis (5, 1-21) y Tiro y Sidón (7, 24-30). Y alrededor deellas, como una especie de satélites, otras menores. Así, en Galilea,tenemos: mar (1, 16-20)-sinagoga (1, 21-28)-casa (1, 29-34)-toda Galilea (1, 35-45)-casa (2, 1-28) 15-sinagoga (3, l-6)-mar (3,7-12). Aquí podemos observar cómo unas mismas localizaciones serepiten en orden inverso después de Galilea, de tal modo quese inicia y acaba con una misma localización.El indicio del que hemos hablado y que, junto con otros estudios,nos llevó a formular este esquema está en íntima conexióncon la estructura que acabamos de exponer aquí arriba; se tratadel modo de componer propio de Marcos, conocido por sandwichliterario, una especie de emparedado que aparece con frecuenciaen su evangelio. El evangelista comienza tratando una materia(llamémosla A); la abandona momentáneamente y empieza conotra distinta (llamémosla B); después vuelve a la primera. De estamanera tenemos un orden A B A; el tema segundo, el B, quedacomo emparedado entre los otros dos, que son de la misma especie.Unos ejemplos sencillos de este proceder literario pueden observarseen 3, 20-35 y 11, 12-25. En 3, 20-35, aparece el temaprimero, los familiares de Jesús, tema A (3, 20-21); le sigue inmediatamenteel tema segundo, B, que trata de los escribas bajadosde Jerusalén (3, 22-30); cierra la narración el retorno al temaprimero, A (3, 31-35), con la llegada de los familiares de Jesús.En 11, 12-25, aparece el primer tema, A, la higuera sin frutos(11, 12-14); en 11, 15-19, el segundo tema, que trata de la purificacióndel templo, tema B; cierra la narración el retorno altema primero, tema A, la higuera maldita (11, 20-25). Tenemosasí el llamado «esquema concéntrico» A B A'. Esquema concéntricoque ha sido estudiado ya y aplicado a Marcos por varios au-15. Puede llamar la atención la presencia de casa-mar-casa, en estos brevesversículos; tres localidades que no tienen paralelo en su miembro correlativo

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(1,29-34). Las razones son largas de explicar y están en la composición o historia de lacomposición del mismo evangelio. En razón de ella, el evangelista ha tenido queaducir la vocación de Leví, pero ésta no puede verificarse sino al borde del mar.Por esto el primer cambio de escenario en 2, 13. Pero, después, para hacer paralelocon el miembro anterior y con el correlativo, tiene que volver a hacer introducira los actores en una casa. Y es cuando nace el versículo 15.16. Citamos concretamente a J. Lambrecht, tanto en su estudio sobre el c. 13,como en algunas otras perícopas. Cf. Bibliografía.

28 Francisco de la Calletores16; nuestra novedad reside en su aplicación universal y en elapoyo parcial de los términos topográficos como base de la distribución.En el párrafo anterior hemos visto cómo las mencionestoponímicas se alternan alternativa y circularmente.Ni que decir tiene que de esta estructura depende en parte laexégesis que se haga de las perícopas evangélicas. La estructuraindica, de una parte cuál sea el centro de interés de la narración,que coincide con el centro del esquema (A B A); de otra, señalauna relación entre los extremos paralelos, que se suelen presentarcomo sinónimos o como antinómicos. Es la ley que nos ha llevadoa formular la línea maestra de la teología de Marcos.Y he aquí ya el esquema del evangelio:I. En el desierto: 1, 1-13.Introducción: 1, 1-3.A. Juan bautizado y anunciado: 1, 1. 4-8.B. Juan - Jesús: bautismo, inicio del cumplimiento: 1, 9-11.A. Jesús en el desierto: 1, 12-13.Transición-introducción a la I I Parte: Jesús anunciando el reino:1, 14-15.II. En el mar de Galilea: 1, 16 - 8, 26.A. Fundación de la nueva comunidad: 1, 16-3, 12.a) seguimientos de los primeros discípulos: 1, 16-20.b) presentación de Jesús en la sinagoga: 1, 21-28.c) presentación de Jesús en la casa: 1, 29-34.d) actuación en toda Galilea: 1, 35-45.

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c') presentación de Jesús en la casa: 2, 1-28.1. curación del paralítico: 2, 1-12.2. vocación de Leví: 2, 13-14.3. disputas en la casa: 2, 15-28.b') presentación de Jesús en la sinagoga: 3, 1-6.a') seguimiento de la muchedumbre: 3,7-12.B. Naturaleza de la comunidad: 3, 13-6, 13.a) constitución de los Doce: 3, 13-19.b) Jesús en su propia casa: 3, 20-35.c) manifestación de Jesús ante sus discípulos:'4, 1-41.1. enseñanzas en parábolas: 4, 1-34 (presente el pueblo).2. la tempestad calmada: 4, 35-41.d) manifestación de Jesús en la Becápolis: 5, 1-20.c') manifestación de ]esús ante sus discípulos: 5, 21-43.1. la hemorroísa: 5, -21-34 (presente la multitud).2. la hija de Jairo: 5, 35-43.b') Jesús en su patria: 6, 1-6.a') misión de los Doce: 6, 7-13.A'. Signos de Jesús en la comunidad: 6, 14 - 8, 26.

Teología de Marcos29a) Juan que muere y no resucita: 6, 14-29.b) el pan de la comunidad: 6, 30-44.c) Jesús-Dios, ayuda de la comunidad: 6, 45-52.b') los milagros del Jesús histórico: 6, 53-56.a') la contraposición con el A. T.: 7, 1-23.d) manifestación de Jesús en Tiro y Sidón: 7, 24-30.a) curación del sordomudo: 7, 31-37.b) el pan que alimenta: 8, 1-10.c) los signos que Jesús recusa: 8, 11-13.b') significación de los signos del pan: 8, 14-21.a') milagro sobre el ciego de Betsaida: 8, 22-26.III. En el camino del seguimiento: 8, 27 - 10, 52.A. Inicio del camino, la confesión de Pedro: 8, 27-9, 50.a) invitación al seguimiento: 8, 31-9, 1.b) la transfiguración: 9, 2-13.c) curación de un endemoniado: 9, 14-29.b') segunda enseñanza sobre la pasión: 9, 30-32.

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a') la paz en la comunidad: 9, 32-50.B. Aproximación a la meta: en Judea y Perea: 10, 1-45.a) el matrimonio en el seguimiento: 10, 1-12.b) el hombre ante el reino: 10, 13-16.c) dificultad en el entrar al reino: 10, 17-31.b') tercer anuncio inminente de la pasión: 10, 32-34.a') el gobierno de la comunidad: 10, 35-45.A. Bartimeo, el discípulo perfecto: 10, 46-52.IV. Jerusalén o la oposición al Cristo: 11, 1 - 16, 8.A. Oposición doctrinal: 11, 1-13, 36.a) la primera entrada en Jerusalén: 11, 1-11.b) el culto del viejo templo: 11, 12-25.c) autoridad de Jesús, velada a los judíos: 11, 26-33.b') la piedra angular que había sido desechada: 12, 1-12.a') cristianismo y nacionalismos: 12, 13-17.d) cristianismo y resurrección: 12, 18-27.a) cristianismo y amor al prójimo: 12, 28-34.b) repulsa del mesianismo judío: 12, 35-37.c) la autoridad del anttiguo testamento, acusada: 12, 38-40.b') valor de la limosna: 12, 41-44.a') la segunda entrada en Jerusalén o parusía: 13, 1-37.B. Oposición personal: 14, 1-16, 8.a) complot para matar a Jesús: 14, 1-2.b) la unción para la sepultura: 14, 3-9.c) la traición de Judas: 14, 10-21.d) la cena eucarística: 14, 22-26.c') predicación del escándalo: 14, 27-31.b') el hijo de hombre se entrega: 14, 32-42.a') sus discípulos huyen: 14, 43-52.e) Jesús ante el tribunal de los judíos: 14, 53-65.a) la negación de Pedro: 14, 66-72.b) de los judíos, a Pilatos: 15, 1-5.

30 Francisco de la Callec) sentencia de muerte y befas de la soldadesca: 15, 6-20.d) la crucifixión: 15, 21-32.c') la muerte de Jesús: 15, 33-41.b') la sepultura de Jesús: 15, 42-47.a') el sepulcro vacío y la vuelta a Galilea: 16, 1-8.Este es el esquema ordenado del evangelio de Marcos. Falta

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una observación importante, que no hemos podido hacer ver enel esquema anterior; está relacionado con la confesión de Pedro(8, 27-30). Por su localización «en el camino», pertenece a estasección, pero está también íntimamente unida a la anterior. Larespuesta de Pedro corresponde a la pregunta del Cristo: «¿quiénsoy yo?» (8, 27. 29). Y es justamente el mismo interrogante quese ha formulado el evangelista al inicio de la sección anterior (6,14-16), y que sirve de introducción a toda ella. La sección quehemos denominado en el esquema «signos de Jesús en la comunidad» es la respuesta al interrogante planteado; en ella, Jesús seva revelando a su comunidad que, con Pedro, llegará a saber quiénsea: el mesías (8, 27-30). Con ello, tenemos que la narración dela confesión de Pedro es el centro de convergencia de todo el evangelio.A su alrededor baila todo el evangelio, que podemos disponerasí: desierto-mar de Galilea-confesión de Pe¿ro-camino-Jerusalén.El desierto y Jerusalén están en paralelo sinonímico: el pueblode Israel como fundamento y, al mismo tiempo, oposición alevangelio de Dios. El camino y el mar de Galilea, también enparalelo, como una especie de teología y de moral del cristianismo.En el centro, la confesión de Pedro; en ella acaba la teología yempieza la moral, en una confesión de fe que recae sobre la personade Jesús de Nazaret.Tal como hemos dicho anteriormente, nuestra exégesis se fundamentaespecialmente en este esquema. Las mutuas relaciones delas perícopas entre sí son mayores, como también las mismas estructurasdeben ser ulteriormente desarrolladas, como en el célebrecapítulo 13. Aquí hemos intentado solamente dar una visiónde conjunto, que pueda servir al lector para hacer su recorrido porel evangelio de Marcos.I I I . EL EVANGELIO DE JESUCRISTO (HIJO DE DIOS)Nos queda un último punto por desarrollar, en orden a unacomprensión de la obra literaria de Marcos, su comienzo. ¿Quéintentó Marcos al escribir su obra literaria? En los otros sinópticos,Lucas presenta su obra como «narración de las cosas sucedidasentre nosotros» (Le 1, 1); Mateo, como «libro de la génesisTeología de Marcos 31de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham» (Mt 1, 1). EnMarcos, las cosas corren de muy otro modo. Empieza con una fraseque parece no se acaba y que ignoramos si se trata de un títuloa todo el libro o una introducción a la escena siguiente, la del

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Bautista. El texto dice así:1 (El) principio del evangelio de Jesucristo (hijo de Dios) 2 como hasido escrito en Isaías el profeta: he aquí que envío a mi ángel delantede tu persona que preparará tu camino, 3 voz del que clama en éldesierto, preparad el camino del Señor, haced rectos sus senderos, fue'Juan bautizando en el desierto...Ante un texto así, sin puntuar, tal como nos lo han transmitidolos manuscritos, surgen un montón de dudas ¿dónde ponerpuntos y comas? Es un problema ampliamente estudiado17 y enel que, lógicamente, no podemos entrar. Digamos, sin embargo,que su sentido más verosímil sea el de unir los versículos 1 al 4,tomando los 2 y 3 como un paréntesis:1 El principio del evangelio de Jesucristo, hijo de Dios (2 tal como hasido escrito en Isaías el profeta: he aquí que envío a mi ángel delantede tu persona, a preparar tu camino; 3la voz del que clama enel desierto: preparad el camino del Señor), 4 fue Juan bautizando en eldesierto...Pero ahora se nos presenta una nueva dificultad ¿qué entiendeMarcos por la palabra evangelio?Evangelio es una palabra que significa etimológicamente buenanoticia y con la que, en el mundo griego, se designada: el pagodado al portador de estas buenas noticias, el mismo contenido delanuncio, y, a veces, al portador de ellas. En la traducción griegadel antiguo testamento, se mantiene esta misma significación, sinque entrañe ningún contenido religioso M. En el nuevo testamento,es usada en relación con Dios, el reino o Jesús; también, a veces,de una manera absoluta para designar el mensaje cristiano. Segúnparece, la palabra ha pasado a la tradición sinóptica a partir deMarcos ", si bien en cada obra literaria evangélica aparece con distintosignificado y uso. Pablo, conocedor de todas las formas enque aparece la palabra en relación con Jesús, constituye lo quepudiéramos llamar una fuente independiente.17. Cf. R. Trevijano, Comienzo del evangelio, Burgos 1971.18. Traduce la palabra hebrea besora, cf. 2 Sam 18, 20.22.25; 2 Re 7, 9.19. Es ésta una de las conclusiones a que ha llegado, parece que con acierto,W. Marxsen, Der Evangelist, 77-98.

32 Francisco de la CalleDentro del evangelio de Marcos, la palabra aparece siete veces,usada de distinta manera; evangelio de Dios (1, 14), evangelio

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(1, 15; 13, 10; 14, 9), evangelio de Jesucristo (1, 1) y evangelioque, de alguna manera, se identifica con Jesús (8, 35; 10, 29)M.El uso está en relación con la estructura de la obra literaria, talcomo la hemos expuesto anteriormente. El uso de evangelio yevangelio de Dios, que parecen ser equivalentes, sucede fuera tantode la sección del mar de Galilea como del camino; la identificaciónevangelio-Jesús sucede solamente en el camino.El evangelio de Dios (1, 14) está formado por el anuncio deque los tiempos pasados, los del antiguo testamento, se han cumplidoy de que el reino de Dios se acerca. Y éste es el evangelioen el que es necesario creer (1, 15). Opinamos que también habráque entender de la misma manera la palabra en 13, 10 y 14, 9.En relación siempre con el mundo judío (antes de llegar a Galilea(1, 14. 15) y en Jerusalén (13, 10; 14, 9), el evangelio es promesapara un futuro. Pero, en relación con el seguimiento de Jesús (enel camino: 8, 35 y 10, 29) es una realidad presente. En otras palabras,Jesús y el evangelio se identifican solamente en la comunidadcristiana, en aquellos que, a partir de la confesión de fe enJesús, siguen su doctrina; evangelio y Jesús de la comunidad cristianason una misma cosa. Y el Jesús de la comunidad es el resucitado;él es la promesa, el futuro, de Israel y de todos los hombres,y el presente de su comunidad que está en camino.Volviendo a 1, 1, tenemos que el comienzo del evangelio vienea significar: el inicio de lo que actualmente está viviendo la comunidadcristiana. Este inicio tuvo lugar con la figura de Juan bautizandoen el desierto, está arraigado en las vivencias religiosas queculminan con Juan en el antiguo testamento. La fuerza del resucitado,que hace posible el presente de la comunidad cristiana, tielesu origen más allá aún de la figura histórica de Jesús. Es comoA tuerza de Dios que cruza la humanidad entera a partir del Bautistay que se concentró en el Jesús de la historia, tal como esvisto por la comunidad primitiva, por el cristiano de todos lostiempos. El evangelio de Jesucristo el hijo de Dios es la historiade Dios entre los hombres; empezó, según lo prometido, con laactuación de Juan y culminó con el resucitado que promete darse—«ser visto» (16, 7)— a los hombres de buena voluntad que sepanver en Jesús de Nazaret a Dios mismo que ha pasado porentre ellos.20. Son los conocidos dichos del Señor: «el que perdiere su vida por mí y

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por el evangelio...» (8, 35) y «no hay ninguno que, habiendo perdido casas... pormí y por el evangelio .» (10, 29). Ambas expresiones, en cuanto que aunan a Jesúsy al evangelio, sin paralelo sinóptico.Teología de Marcos 33Con esto, tenemos ya centrado lo que es el evangelio de Marcos,una narración eminentemente teológica, que pretende describirel paso de Dios por los hombres, desde una perspectiva cristiana.El interés teológico del evangelista no está ya en presentarla paradoja de un Jesús que oculte su dignidad mesiánica21 o quelucha contra las fuerzas del mal22, sino en presentar toda la obrade Dios en el mundo; una especie de adelantamiento de la granobra de Juan, el iv evangelio. Los capítulos que siguen no sonmás que una consecuencia de los ya expuestos; algo que ha sidoescrito para que los hombres de buena voluntad puedan acercarsemás al libro que un día ya lejano escribió Marcos.21. AM la hipótesis de W. Wrede, en los comienzos de este siglo, y que hadado origen al llamado «secreto mesiánico».22. Asi la tcilopía de Marcos, según Best y Robinson.