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Tengo un sueño, Jessy Bulbo en Revista Urdimbre.

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JESSY BULBOaño 1 número 4

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DirectorioCruz de la Rosa QuinteroDirector General

Luis A. Martínez ÁlvarezProducción Web

Héctor SernaEditor en Jefe

Ma. Elena Bringas TobónCorrección de Estilo

Lucía Aguilar TéllezDiseño Gráfico

Guss SantosCoordinador Make up

Sebastián GasparEditor de Moda

Hania Monroz - ComunicaciónRubén Vázquez - DiseñoAbraham Cadena - ModaBecarios

ColaboradoresAbraham YeverinoGustavo BarrientosAntonio PérezLa Sangrienta Lulú con ZapatosAlejandro Cabrera (Aletz AGoGo)

CEA BellezaPeinado

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Jessy Bulbo es una banda de rock capitalina conformada por Jessy, Alexis Ruiz, Aarón Bautista y Damián Perez, con sonidos dentro del garage-punk. Su historia se remonta a otra banda llamada Bulberaizer, que nace por la necesidad de hacer música en donde la formación era de cuatro integrantes, la cual no funcionó, y de este cuarteto quedaron Alexis y Jessy que se decidieron por usar el nombre de Jessy Bulbo y desde ese punto se comienza a escribir su historia.

En 2006 sale a la luz Saga Mama, su primera grabación, de la mano de Nuevos Ricos; es un disco ruidoso y visceral pero con canciones pegajosas y bailables, o mejor dicho, brincables; el primer sencillo es Maldito, canción que rápidamente es más que aceptada y que los llevaría de la mano a ser reconocidos dentro de la escena rockera mexicana.

En 2007 pisan el escenario azul del festival más importante de rock en México, el Vive Latino, teniendo un éxito rotundo, haciendo brincar a todos con las canciones de su primer disco.

En 2008 publican su segundo disco llamado Taras Bulba, nuevamente bajo el sello Nuevos Ricos; es un disco más limpio, pero que no pierde ese espíritu lúdico que tiene el Saga Mama; de esta producción se desprende Muñequita Sintética, cover de Haragán y Cia., que si bien gano muchos seguidores, igual hubo quien la rechazó por puristas.

En 2010 sólo Jessy regresa al Vive Latino pero esta vez para cantar con Veo Muertos la canción Buenas Chambas; cabe destacar que para esta ocasión Jessy vistió ropa de José Luis Gonzales (Être).

También en 2010 editan su tercera producción llamada Telememe, para su distribución gratuita en internet directo de su página jessybulbo.com, y que aun a la fecha se encuentra disponible para descarga; éste es un disco que tiene canciones que van de lo desquiciante a lo tierno sin ningún remordimiento, como en la página se menciona.

En 2011 sale una versión física de Telememe, pero esta vez agregando el disco Greatest Tits, el cual contiene canciones que fueron éxitos de Jessy Bulbo, así como otras que Jessy escribió cuando era parte de las Ultrasónicas, pero en una nueva versión.

También en 2011 la agrupación completa se sube de nuevo al escenario del Vive Latino pero esta vez con un espectáculo más grande haciendo promoción al disco Telememe, pero también tocando rolas de los otros discos.

Mención especial merece Jessy la cantante, bajista, imagen de la banda y que, por cierto, tiene chichis en forma de boing de triangulito, que si bien comparte toda la historia que acabamos de contar, ella sola tiene otra propia en la música, remontándonos desde su participación como bajista, cantante y escritora en Las Ultrasónicas pasando por la creación fugaz de El Bulbo Raquídeo, llegando a Jessy Bulbo y haciendo duetos junto con Veo Muertos, Charlie Montana, El Haragán y Cia., entre otros. En el cine ha participado interpretando a Ramona en la película El Lenguaje de los Machetes, film mexicano presente en importantes festivales de cine y que recientemente acaba de ganar un premio por mejor actriz en el Festival de Cine Latino de Montreal. Ella amablemente aceptó la invitación de Revista Urdimbre para ser la modelo de la sesión fotográfica que acompaña esta editorial.JE

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Jessy Bulbo / Coordinación: Héctor Serna / Fotografía: Cruz de la Rosa, Edgar Tescum Maquillaje: Guss Santos / Peinado: CEA Belleza / Producción: Casa Urdimbre

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16 urdimbre.com.mx Vestido Héctor Serna / saco Alan Zepeda.

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24 urdimbre.com.mx Collar Un Cuervo.

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Zapatos En Zapato Ando.

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Chaleco Bianco Fashion Room / bolsa Carlos Angoa.

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Amen FashionNo estoy exagerando, hay un fenómeno en la moda compa-rable con diluvios y lluvias de fuego de proporciones bíblicas: las celebridades (u otras figuras públicas) que, en un arrebato de insanidad, se vuelven diseñadores de moda. Y aunque hay contados casos, que abordaré en un momento, en los que el resultado puede ser maravilloso, la mayoría de las ocasiones corremos el riesgo de contraer una enfermedad ocular tan sólo de ver las creaciones de nuestras celebridades favoritas.

Uno de los casos que más me han aterrado es Edun, la línea de ropa creada por Bono, vocalista de U2, y su esposa, Ali Hewson. Es obvio que ambos se saben ignaros en cuanto a moda se re-fiere, empezando por el hecho de que ninguno de los dos siquie-ra tiene un estilo interesante al vestir, así que contrataron a un muy mal diseñador para que les ayudara a realizar “sus” ideas. El caso es que el resultado fue deplorable, y me estoy viendo amable; jamás he visto coherencia en sus colecciones, además de que se van por el recurso fácil de hacer miles de playeras. A todo este caos podemos sumarle las situaciones turbias que hubo detrás de la creación de esta marca, ya que Bono aseguró que el 85% de las prendas eran elaboradas en África, generan-do trabajos y cambiando al mundo africano, tan necesitado del cantante, para más tarde revelarse que sólo el 15% de las colec-ciones eran elaboradas en dicho país. ¡Tómala, Bono de Calcuta! Edun sigue existiendo y aparentemente con grandiosas ventas en todo el mundo, y es que la verdad las ventas de este tipo de marcas se rigen más por la popularidad del prestanombres que por la calidad o el diseño de las prendas.

El siguiente caso curioso es el de las muchachitas que estela-rizaron las series Laguna Beach y The Hills, Lauren Conrad y Whitney Port (aunque Heidi Montag también tuvo una línea de ropa pero no merece atención). Estas dos jovencitas nacidas en buena familia un día decidieron que no sabían que hacer con sus vidas así que se dedicaron a la moda. La carrera de Conrad inició en Teen Vogue, para más tarde crear su propia colección de ropa y presentarla en el Mercedes-Benz Fashion Week de New York; porque sí, eso puede hacer el dinero, uno que otro contacto y, claro, protagonizar unas cuantas series de televisión. Después de cancelar esta línea hizo una colec-ción cápsula para Kohl’s, y después se inventó una más, Paper Crown, y aunque Conrad pareciera tener todo a su disposición para hacer sus líneas exitosas, nomás no puede alcanzar un éxito decente, siendo siempre destrozada por los críticos de moda, quienes no terminan de aceptar sus intentos de crear moda, y gozando de poca aceptación entre clientes. Whitney presenta también sus colecciones en el Meche de NY desde 2008 y goza de un éxito más aceptable que el de su ex compa-

De celebridad a diseñador de moda

ñera Lauren; y aunque las críticas hacia sus colecciones no siempre son buenas, en gustos se rompen géneros y mientras la gente siga comprando su línea, Whitney Eve, ésta seguirá existiendo. Tal vez su éxito radique en una preparación más formal y un interés más real en la moda. Eso y la atención que obviamente recibe una estrella de televisión.

Pero no todo es malo en esta plaga de personajes que se creen modistas. Hay un caso muy interesante de una celebridad convertida en diseñadora de moda que logró callarnos la boca a miles: Victoria Beckham. Su carre-ra en la moda empezó, indirectamente, desde que era parte de Spice Girls, ya que ella era el personaje fas-hionista, siempre en tendencia e interesada en todo lo que pasaba en el mundo de la moda. Si, las cinco tenían sus personajes perfectamente moldeados, y no sé si el hecho de que dicho personaje le tocara a Victoria fue casualidad o destino pero parecía marcado que ese se-ría el camino que seguiría. Pero, como toda historia, las cosas no siempre fueron maravillosas: antes de tener su línea propia, Beckham probó suerte diseñando una línea de jeans para Rock &Republic, llamada VB Rocks (que desde el nombre parecía una mala idea), pero no tuvo el éxito que se creía que tendría; es más, no tuvo éxito alguno. Esta mala experiencia no la hizo desistir, creando una nueva línea de mezclilla, dvb Style, la cual tampoco gozó de gran aceptación. No fue sino hasta 2008 cuan-do creó una línea propia, con su nombre y con distintas prendas totalmente diseñadas por ella, y aunque su pri-mera colección no tuvo la fuerza que pudo tener, fue hasta entonces cuando empezó a recibir buenas críticas por parte de críticos y clientes. En 2011 fue nombrada diseñadora del año en los British Fashion Awards y la colección que acaba de presentar en la semana de la moda de New York recibió excelentes críticas, además, su primera colección para Victoria VictoriaBeckham, su línea chica, se agotó incluso antes de salir a la venta en Net-A-Porter, con lo que, poco a poco, se consolida como una gran diseñadora y, personalmente, creo que si sigue como va no faltará mucho para que pertenezca a las grandes ligas. No es sólo su nombre, su dinero o sus contactos; es su talento, su capacidad de producir colecciones coherentes, propositivas y comerciales, su trabajo y su tesón. Y, claro, la capacidad de combinar todo aquello con el entendimiento de la anatomía y los deseos femeninos.

Podría hablar de cientos de otros casos infructuosos, pero no quiero aburrirlos, queridos lectores, así que ya saben, la moraleja de esta historia es que si no le saben mejor ni le piquen. Amén.

Por Sebastián Gaspar

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...o de cómo tragué un libro sin tomar agua. (García Márquez soy tu nieto) “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamien-to, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo” 100 años de soledad, Gabriel García Márquez Le parecerá raro, querido lector, que no me presente, no le diga quien soy, que hago, como llegué aquí, cuanto mido, peso, si ten-go cartilla de vacunación, si he tomado drogas o si sigo siendo virgen, pero es que tengo la cabeza rodando desde hace días y ni siquiera sé, hasta este momento, como continuar.

Lo que a continuación va a leer vino a mi cabeza en el momento, casi sin darle retoque. Tuve una segunda oportunidad de acercar-me a esta publicación, afortunado de verme invitado a compartir un poco de lo poco que mis ojos han leído a lo largo de estos 24 años de vida.

No tema, seguramente se encuentra ya un poco harto de leerme decir sin decir y dando vueltas como queriendo no empezar lo que debería ya empezar. 100 Años de Soledad, sí, le parecerá, ¿cómo decirlo? familiar, quizás, o no, se vale no conocerlo, se vale no saber quién es Gabriel García Márquez y se vale también no querer conocerlo, sin embargo, y deje que le recalque, se está perdiendo de una de las mejores oportunidades para acercarse a la literatura, y si ya lo sabe, déjeme enviarle una felicitación hasta donde quiera que esté usted leyendo esto.

Hasta este momento, García Márquez y 100 Años de Soledad son mis favoritos de la vida, por tal motivo decidí estrenarme por estos lugares con un artículo (¿?) que hablara de la que, a mi parecer, es la mejor obra del Gabo. Este señor nació por allá de 1927 en un pueblito llamado Aracataca, Colombia, para el año de 1967 publicó uno de los libros que cambiaron la historia de la literatura como hasta ahora la conocemos, *trompetas angelicales* 100 Años de Soledad.

Un argumento nada sencillo que nos narra la historia de la familia Buendía Iguarán, aventuras y desventuras, todas en lugares llenos de magia que atrapan y no dejan ir, como si uno también formara parte de una de las siete generaciones familiares que aparecen en el libro. Tuve la oportunidad de leerlo a la edad de 20 años, siendo yo demasiado viejo a mi parecer, pero con las suficientes ganas de terminarlo, ¿el resultado? Cuatro días intensos de lectura en los que desayuné, comí y cené una historia llena de realismo mági-co (mariposas amarillas, insomnios y lluvias que no parecen tener fin), personajes (siete generaciones, donde la constante es el uso repetitivo de nombres y apellidos), lugares llenos de color y olor (Macondo con olor a plátano y color a café negro y una casa que pareciera está cerrada por fuera), viajes en el tiempo (una estrofa en el presente, otra estrofa en el pasado), incestos (dios nos aga-rre confesados) y referencias bíblicas (dios, no te enojes). 20 capítulos no titulados, los tres primeros nos narran la migración de un grupo de familias y la creación del pueblo Macondo, del cua-tro al 16, el crecimiento y florecimiento dicho lugar, un lugar que García Márquez convirtió en personaje y en los últimos cuatro, la

decadencia de la estirpe.

García Márquez tiene ese don de llevarme de la mano por la histo-ria sin darme cuenta, el “flojito y cooperando” de la literatura, pá-ginas adelante descubro que ya estoy durmiendo con Úrsula, que José Arcadio me invita platicar y que estoy desayunando con Aure-liano, José Arcadio y Amaranta, que Macondo me adoptó como un habitante más y que ya no me va a soltar.

No se espante, no son pedos mentales míos, es la mera verdad y aquí entre nos (es la primera vez que lo escribo) me topé con un pueblo lleno de historia y con un laberinto del cual, hasta ahora, no he salido, y me gusta. Un laberinto que combina la realidad con la ficción y donde se exaltan los hechos de una forma descriptiva perfecta. García Márquez tiene ese toque que ayuda a imaginar todo, tres páginas necesarias para describir la hamaca, cinco más para describir a un personaje, dos para la calle de enfrente, y ocho para el olor a tierra mojada.

¿Lo mejor? Ni se siente, se disfruta, se saborea y no cansa, ahí, creo yo, radica la esencia de su escritura. Un libro que lo mismo puede disfrutarse a las 6 de la mañana como a la media noche.

No lo culparía, querido lector, que a la mitad (o antes) quiera tirar la toalla; si bien García Márquez no es para todos, como cualquier otro autor, tenga la certeza de que de una u otra forma lo va a marcar, (espero que para bien).

Como podrá darse cuenta, mi afán al hacerlo leer toda esta sarta de palabras no fue para darle a conocer qué dice el libro. Aprove-chando un poco-mucho de este espacio , espero haberle ayudado a animarse a leer esta magnífica obra que sin duda alguna se en-cuentra dentro de los muchos libros que deberían leerse antes de morir, y si ya lo hizo, regrese a desempolvarlo en donde sea que esté y piérdase de nuevo entre sus páginas.

Ahora que si usted no es tan aventurado a chutarse este libro, le recomiendo leer alguno de sus cuentos para hacer callo y no llegar de sopetón. Dos veces he leído 100 Años de Soledad y me doy cuenta que entre más lo leo, más me pierdo, más quiero saber, pero a la vez, más despejo dudas y encuentro detalles que hacen grande esta obra.

Decía mi abuela: “un buen libro, es ese que terminas de leer un capítulo por la noche y ya ni duermes bien porque quieres que sea el otro día para continuarlo”. Mi abuela era sabia, ¿qué hubiera dicho si hubiera leído alguna vez a García Márquez? Dios la tenga en su santa gloria. Le comento que puede dejar su correo en [email protected] para cualquier saludo, mentada de madre, insulto, felicitación, agradecimiento, comentario, invitación al café o a la peda.También sígame en @aletzagogo

P.d.: No se burle, que es mi primera vez y aunque no lo crea ni me dolió. Y ya mejor me callo los dedos.

“100 años de soledad”... Por Alejandro Ca brera (Aletz AGoGo)

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