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Templos, Iglesias y Conventos de la Ciudad del Cusco

Cuías Urbanas

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CONOCE CUSCO

Iglesias

Conventos

de la Ciudad del Cusco

Documento recopilado de diferente fuentes

por Antonio A. Miranda Madrid

Templos

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SECCIÓN 1

La Catedral del Cusco

La Catedral del Cusco es uno de los monumentos coloniales más notables de América, y es resultado de diversos proyectos elaborados por distintos arquitectos que se relevaron al frente de las obras. La historia de la Catedral del Cusco o conocida también como Catedral Basílica de la Virgen de la Asunción, tiene sus comienzos desde el año de 1953, cuando se construyó la Capilla del Triunfo sobre lo que fue el antiguo templo de los Incas llamado Suntur Wasi, que significa Casa de Dios, y que posteriormente entre los años de 1650 y 1664, se levantó la Catedral sobre el palacio del Inca Wiracocha.

En el exterior y en el interior de la Catedral, domina el estilo renacentista, su planta interna tiene la forma de una cruz latina, con cruceros que comunican con sus dos iglesias laterales, las cuales son, la "Iglesia del Triunfo" y la "Iglesia de la Sagrada Familia", también posee la Catedral tres naves en su interior, una nave central, otra nave ubicada al este llamada "Nave de la epístola" y hacia el oeste se encuentra la "Nave del Evangelio".

La Catedral posee además seis retablos de cedro, tallados y dorados con hojas de oro, resaltando el primero a la derecha que es de estilo barroco y bastante grande, que ostenta un Cristo crucificado; tiene además dos retablos de estilo neoclásico hechos en yeso. En la parte central de la iglesia se halla el altar mayor, labrado totalmente en granito, y que para ser un trabajo hecho en piedra, es bastante complicado, está dorado en partes, y en su nivel superior contiene la imagen en bulto de la "Virgen de la Asunción"; y en el nivel inferior se encuentra la cruz de madera conocida como la "cruz de la conquista", aquella que trajo Vicente Valverde desde España y que fue la primera cruz cristiana en el Tawantinsuyo.

El Altar Mayor de la Catedral fue anteriormente un retablo de estilo plateresco, que fue obra del maestro Martín de Torres en el año de 1636, del cual sólo quedan los ambones laterales, este retablo fue sustituido por el que actualmente es el Altar Mayor de estilo neoclásico donado por el Obispo del Cusco Bartolomé de las Heras, cuya obra fue finalizada en el año de 1803, este extraordinario retablo de grandes proporciones, cuya armazón esta realizada en madera; se halla recubierto de una lámina de plata, que tiene un peso de 1,250 kilos, plata que fue traída de las minas perteneciente al sacerdote Manuel Boza, las cuales estaban ubicadas en el distrito de Santo Tomás; provincia de Chumbivilcas, también se utilizó para el recubrimiento del retablo plata de los exvotos del Señor de los Temblores, correspondientes también a minas de la región. Este Altar Mayor es único en su género y en su magnificencia, la obra fue realizada por un platero cusqueño; y este retablo es dedicado a la Virgen de la Asunción.

Frente al Altar Mayor se halla el Coro de la Catedral, tallado en cedro con estilo barroco, contiene las imágenes talladas de 42 Santos de la Iglesia Católica de todo el mundo, y en la parte superior se encuentran 38 imágenes talladas de Santas y Vírgenes. El Coro posee dos niveles

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de sillerías, el nivel inferior consta de 24 sitiales mientras que en nivel superior consta de 40, los sitiales tienen coderas anchas, planas y horizontales que además servían para allí colocar los candeleros; En la parte inferior de las coderas se pueden apreciar figuras femeninas; con facciones indígenas que muestran sus pechos desnudos y el vientre abultado, a manera de un ojo que según la tradición representan la "Pacha Mama" o "Madre Tierra". El asiento de los sitiales tiene una parte plegable, ajustada con bisagras que es conocida como "misericordia" porque al tener ceremonias bastante largas esa parte movible permitía a los asistentes pararse y estirar las piernas. Hacia el fondo del Coro, al medio de todos los sitiales se halla el trono central o "sitial episcopal" que es más amplio y adornado que los demás, detrás del cual hay un pequeño retablo hecho en madera de ébano que posiblemente fue traído de España.

Al medio del Coro está el atril, que originalmente podía ser girado y servía para alojar las partituras musicales utilizadas por los músicos, en la parte superior de las paredes laterales del coro se hallan dos órganos de viento producido por fuelles, hoy no se utilizan más, pero son reliquias importantes guardadas en la Catedral; porque fueron manufacturadas en la Ciudad del Cusco.

La Catedral posee también en su interior un gran número de trabajos artísticos, como imaginería, lienzos o pinturas las cuales fuerón hechas en la misma época, pero que a pesar de este hecho los estilos o escuelas son diferentes y más aún son entremezclados en muchos casos, la razón para ello es que fuerón ejecutados principalmente por artistas indígenas y es de ahí que se da origen a la Escuela Cusqueña, que es reconocida en todo el continente. Los europeos trajeron sus técnicas, estilos y escuelas que fuerón enseñadas a los Incas o sus descendientes, quienes empuñaron el pincel o la gubia para ejecutar casi todos los trabajos de arte colonial que se encuentran en la región.

En las columnas centrales de la Catedral se puede apreciar una colección de los doce originales lienzos que representaban las Parábolas de Cristo, con los doce meses del año, las cuatro estaciones y sus signos zodiacales; pintadas hacia el año de 1681 por el pintor andino Diego Quispe Tito, creador y máximo exponente de la Escuela Cusqueña y que es también autor del lienzo en la catedral que representa a la "Virgen de Belén".

En la Sacristía de la Catedral conocida también como la "Sala Pictórica" por la cantidad de lienzos que se encuentran en su interior; representando algunas escenas bíblicas las cuales están ubicadas en el nivel superior del recinto, más abajo se aprecia pinturas de Santos de la Iglesia Católica de todo el mundo y aún más abajo una colección de lienzos con imágenes a cuerpo entero de todos los obispos y arzobispos que se tuvieron en la ciudad a partir de Vicente Valverde que fue el primer obispo de la ciudad del Cusco .

En el mismo lugar se encuentran armarios y baúles tallados en cedro de la época colonial donde se guardan las vestiduras ceremoniales de los sacerdotes y otros elementos de la tradición católica, aquí dentro, detrás de una puerta tallada se encuentra la caja fuerte donde se guardan las joyas más valiosas de la Catedral incluyendo coronas, adornos, los cuales están hechos en oro de 18 y 24 quilates; entre todas estas joyas resalta la custodia que tiene un peso aproximado de 22 kilos de oro y 5 kilos de plata, además de estar adornada con más de mil piedras preciosas siendo las más abundantes las perlas, diamantes y esmeraldas.

Otra obra digna de ser apreciada es el Púlpito de la catedral, el cual esta tallado en cedro, con un estilo barroco por el escultor quechua, Juan Tomás Tuyro Túpac, en la base del púlpito se aprecian esculturas de los evangelistas San Lucas, San Marcos, San Juan y San Mateo, al centro de la base esta la escultura de la Virgen de la Inmaculada

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Concepción, todos separados por columnas retorcidas y en el respaldo del púlpito se halla la imagen de San Pablo encima está el tornavoz bastante adornado en cuya cumbre está también la escultura de San Pablo.

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SECCIÓN 2

El Templo del Triunfo

El Templo del Triunfo fue construida en el año de 1538, en el lugar llamado Suntur Wasi y que sirvió provisionalmente como la Catedral de la Ciudad del Cusco.

En la fachada principal del templo, se colocó la imagen de Nuestra Señora de la Asunción en memoria a la victoria de los españoles sobre el emperador Manco Inca en el año de 1536; cuenta la historia que después del arribo de los invasores hispanos, el emperador Inca inicia la guerra por recuperar su estado y hubo un momento en que los conquistadores estuvieron casi totalmente vencidos, todos ellos estaban reunidos dentro del templo de "Suntur Wasi", relata la tradición católica que precisamente en aquel momento hizo su aparición la Virgen de la Asunción; quien descendió desde el cielo e hizo el milagro de dar fuerza y lucidez a los conquistadores para salir victoriosos. Además narra la tradición católica que también en esas circunstancias apareció el apóstol Santiago cabalgando en su corcel quien empezó a matar a los Quechuas, con la ayuda de estas dos divinidades los invasores pudieron salir triunfantes, y es ésta la razón por la que el templo se denomina el "Templo del Triunfo".

Esta obra arquitectónica, junto con sus muros de protección y sus tres puertas fueron terminadas en el año de 1664, fue construida con piedra andesita, sobre la base del primigenio templete con su cúpula. La planta asemeja una cruz griega, la cúpula de piedra esta ubicada al centro formada por cuatro pilares cruciformes que se levantan sobre los pedestales para sostener cuatro arcos de medio punto de cantería que soporta la estructura de la cúpula central.

En su interior se conservan insignes recuerdos del pasado histórico. En el altar mayor, un portentoso retablo de piedra finamente labrada de 18 metros de altura y se encuentra también la célebre Cruz de la Conquista que acompañó desde Panamá al Fray Vicente de Valverde, primer obispo del Perú, en todas sus incursiones evangelizadoras, y una imagen de piedra blanca, vestida con primorosos mantos de la Santísima Virgen, en su advocación de la Asunción.

El templo es formado por tres naves, el de la Epístola, el Evangelio y la Nave Central; y posee un coro alto ubicado en el sector lateral de la nave del evangelio, precisamente se ingresa de la Catedral al Templo del Triunfo por el espacio bajo el coro de la iglesia. Y actualmente se encuentra en el Templo del Triunfo, la cripta donde yacen los restos del ilustre mestizo cusqueño Inca Garcilaso de la Vega, que oyó en su infancia las primeras narraciones sobre la Virgen del Triunfo, la cual propagó en sus escritos y le fue devoto durante toda su vida.

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SECCIÓN 3

El Templo de la Sagrada Familia

El 13 de setiembre del año de 1723, se colocó la primera piedra para iniciar la construcción del Templo de la Sagrada Familia, por encargo del Obispo Gabriel de Arregui; tras la muerte del arquitecto encargado de la obra, se reinicia la construcción en el año de 1733 y fue concluida el 3 de setiembre de 1735. Con el apoyo del Arzobispado del Cusco y la Unión Europea en el año de 1996, el Templo de la Sagrada Familia es completamente restaurada, que por su mal estado de conservación estuvo cerrado cerca de 30 años al público en general.

El templo de la Sagrada Familia, está compuesto por una nave en cruz latina de planta rectangular con pequeñas hornacinas laterales. Los muros al interior del templo son de piedra pulida con enlucido de cal. Todo el Templo esta construida con piedra andesita y su techo está compuesto por cinco bóvedas construidas con ladrillos rectangulares. En el sector del presbiterio se ubica el retablo o altar mayor hecho en el año de 1737 de estilo barroco, tallado y dorado con dos sacristías laterales, con imágenes y lienzos antiguos en su mayoría, y un hermoso frontal de plata labrada. El muro de la fachada esta tratado como un lienzo de cantería de forma rectangular compuesta de tres cuerpos, la

coronación de la fachada es una cenefa con adornos circulares sobre la cual remata la cornisa.

En el interior del Templo de la Sagrada Familia, se pueden apreciar pinturas del indio noble Antonio Sinchi Roca, sus cuadros se titulan la Eucaristía, la Penitencia y el Bautizo, que posiblemente formaron parte de una serie dedicada a los Sacramentos. En otro lugar del Templo, se encuentra pintado el retrato del obispo Gabriel de Arregui, quien en el año de 1623 inició la construcción del Templo de la Sagrada Familia.

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SECCIÓN 4

El Templo de la Compañía de Jesús

El Templo original se construyó en el año de 1571, sobre los terrenos del antiguo Amarucancha, que en la época del incanato fue el palacio del Inca Huayna Cápac, pero cuando se dio la invasión española este palacio fue adjudicada a Hernando Pizarro. Posteriormente la propiedad fue comprada a los herederos del conquistador por los esposos Diego de Silva y Teresa Orgoñez, y donada a los jesuitas para construir la iglesia de su Orden. Luego del terremoto del año 1650 el templo de la Compañía, tuvo que ser reconstruido hasta el año 1688.

La fachada del templo de la Compañía de Jesús es una de las mas hermosas entre todas las iglesias y templos de la ciudad del Cusco, está bel lamente ornamentada y complementada con detal les arquitectónicos como columnas, pilastras, hornacinas, nichos, escudetes y cornisas donde mejor se expresa el estilo barroco cusqueño, aunque no menos importantes para la belleza del conjunto arquitectónico, son la esbeltez y acertada proporción de la composición que tiene el doble de alto que de ancho, y la feliz solución encontrada para las torres con sus "ojos de buey" y pilastras que los guarnecen. Justificadamente se ha dicho que en su tiempo la Compañía produjo

una revolución en el arte arquitectónico cusqueño, abriendo un rumbo que fue seguido por otras edificaciones.

Sobre su puerta de ingreso se puede apreciar una estatua de la virgen de la Inmaculada Concepción, labrada en berenguela que es un material parecido al mármol, tiene dos capillas exteriores adosadas a la estructura principal, hacia el norte está la capilla de la Virgen de Loreto que desde el año de 1894, es conocida como la Capilla de la Virgen de Lourdes que hoy aún sirve al culto y donde casi siempre se venera al Señor de Burgos que fue trasladado de la demolida iglesia de San Agustín, hacia el sur esta la capilla de San Ignacio de Loyola, que fue adjudicada a la Sociedad de Artesanos del Cusco.

En el interior de la Compañía de Jesús, uno se encuentra con una sola nave principal donde resalta al fondo el imponente altar mayor de 21 metros de altura por 12 metros de ancho, esta tallada y hecha en cedro, completamente dorado con hojas de oro, esta obra fue hecha por el artista Cristóbal Clemente hacia el año de 1670. En la parte central del altar se halla la imagen en bulto de la Virgen de la Inmaculada Concepción y más arriba se puede apreciar un lienzo representando la Transfiguración de Jesús.

La nave principal muestra además una nave transversal que comunica con las dos capillas laterales, seis altares con diversos estilos y un púlpito totalmente dorado, hacia los costados del altar mayor se hallan otros 4 altares de cedro, tres de ellos dorados y majestuosos.

Algo que cabe mencionar, es que luego de los trabajos de restauración que tubo el templo de la Compañía después del sismo del año de 1986, se descubrió una interesante pero clausurada capilla subterránea que esta ubicada casi debajo del altar mayor. En la parte superior, alrededor de los ventanales de alabastro, se pueden apreciar pinturas que representan la vida de San Ignacio de Loyola, pintados por el

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artista Marcos Zapata y su ayudante Cipriano Gutiérrez. Otras obras de arte que resaltan son una antigua imagen de la Virgen, que se dice que fue creado por Diego de la Puente y una Crucifixión de Cristo de Burgos que se ubica muy cerca del altar principal. Al interior en ambos lados de la puerta principal del Templo hay dos lienzos representando a San Ignacio de Loyola, en uno curando enfermos y en el otro victorioso sobre los herejes y cismáticos que motivaron la reforma religiosa. En esta zona también se hallan dos pinturas de mucho valor histórico, el de la pared norte representa el matrimonio del capitán español Martín García Oñas de Loyola, sobrino de San Ignacio de Loyola con doña Clara Beatriz Qoya, de este matrimonio nació Lorenza Ñusta de Loyola que fue esposada por don Juan de Borja, hijo de San Francisco de Borja cuyo matrimonio también se representa al otro lado del mismo lienzo, resaltan a un lado los Incas Túpaq Amaru, Sayri Tupaq y la princesa Clara Beatriz, con vestimenta autóctona y detrás un nativo sosteniendo la "achiwa" que es una especie de sombrilla hecha de plumas multicolores de aves que sólo usaba el Inca. Y por ultimo podemos apreciar en la pared del lado sur la pintura que representa los matrimonios de Beltrán García de Loyola con Teresa Idiáquez y de Juan Idiáquez con Magdalena de Loyola.

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SECCIÓN 5

Iglesia y Monasterio de Santa Catalina

En el año de 1601, Doña Lucía Isabel Rivera de Padilla, fundó en la Ciudad del Cusco el Monasterio de Santa Catalina, después de haber tenido la experiencia amarga de haber visto destruido el monasterio que ella había fundado en la ciudad de Arequipa en el año de 1559, por la erupción del volcán Waynaputina. A consecuencia de esto construyó en la ciudad del Cusco el Monasterio de Santa Catalina, que fue hecha sobre lo que en el tiempo del Incanato fue un Aqlla Wasi o Casa de las Escogidas, que era como un monasterio andino solo para mujeres nobles, escogidas entre las más bonitas del territorio Quechua. Ellas se consagraron al culto del dios Sol, a la preparación de sus ceremonias, a los tejidos de vestir para el emperador Inca y para diferentes propósitos religiosos. Pero lamentablemente, igual que el monasterio de la ciudad de Arequipa, el Monasterio de Santa Catalina fue destruido por el terremoto del año de 1650 que sufrió la Ciudad del Cusco.

La reconstrucción de la estructura se empezó un año después y fue acabada en 4 años. Los retablos que se encuentran en la Iglesia y en el Monasterio de Santa Catalina, fueron tallados por los diversos artesanos locales hacia la mitad del siglo XVII. Existen trabajos

pictóricos muy importantes de la Escuela Cusqueña, realizados por artistas anónimos, y dentro de la iglesia hay una colección hecha por Juan Espinoza de Monteros, que representan a Santa Catalina y a la Virgen de los Remedios en la Fundación del Monasterio. Otro pintor cusqueño Lorenzo Sánchez Mefecit, hizo una pintura grande de la Virgen de la Asunción y otro que representa a Santa Catalina. La Iglesia también tiene un altar de cedro dorado con estilos mezclados y en la parte alta central esta la estatua del "Sagrado Corazón de Jesús ", Santa Catalina y Santo Domingo de Guzmán. También hay un púlpito tallado en cedro y otros cuatro retablos dorados. Hoy en día, este es un museo de arte colonial posiblemente el más completo en la ciudad del Cusco. En el primer cuarto hay diferentes lienzos que representan al "Señor de los Temblores" y algunas otras pinturas de diferentes artistas anónimos.

Existe también una colección que representa la vida y milagros de Santa Rosa de Lima, y diversas representaciones de la vida de Santo Domingo Guzmán, pintadas por Juan Espinoza de Monteros y una colección de nueve casullas bordadas con hilos de metal precioso.

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SECCIÓN 6

La Iglesia de San Blas

La Iglesia de San Blas, fue construida al parecer sobre un santuario Inca dedicado al culto del dios "Illapa", que está compuesto por el Rayo, Trueno y Relámpago. Posiblemente la Iglesia haya sido estrenada en el año de 1544, por el segundo Obispo de la Ciudad del Cusco el dominico Juan Solano, aunque según otras versiones debió ser después del año de 1559, como consecuencia de la provisión del Virrey Andrés Hurtado de Mendoza, por la cual los "Indios" debían construir Iglesias para su adoctrinamiento en los barrios donde vivían. Su estructura era simple, con una planta rectangular y paredes de adobe, después de los terremotos de los años de 1650 y 1950, la estructura ha sido parcialmente reforzada con paredes de piedra. Cuenta con una sola nave y dos puertas, delante de las cuales hay sendas plazas y un campanario, el cual fue reconstruido con piedra, luego de haber sido destruido por el terremoto del año de 1950.

En el interior de la Iglesia, se halla una de las más grandes joyas del arte colonial, el cual es el Púlpito de San Blas, pieza hecha cuidadosamente en cedro por manos expertas en el manejo de la gubia.

La Base es esférica y está sostenida por una estructura de bronce, contiene ocho bustos humanos que representan a los herejes del catolicismo, en la Taza se hallan columnas barrocas entre las que se encuentran las imágenes talladas de los cuatro evangelistas, San Mateo, San Juan, San Marcos y San Lucas, y en la parte central, se ubica la imagen de la "Inmaculada Concepción María Santísima del Buen Suceso". En el Respaldo del púlpito, está grabada en alto relieve la efigie de San Blas, Patrón de la Parroquia y en el Tornavoz se hallan esculturas de los doctores de la Iglesia Católica.

No se conoce con certeza quien o quienes realizaron la obra del Púlpito de San Blas, cuanto tiempo tomó el trabajo, ni muchos otros detalles del mismo; sin embargo el púlpito está allí como mudo testigo de una gran devoción y un dedicado trabajo. Existen pruebas suficientes para afirmar que fue mandado a hacer a finales del siglo XVII, con el peculio del Obispo Manuel Mollinedo y Angulo.

Existen discrepancias, en cuanto a la identidad del Artista que realizó la obra. Muchos aducen que fue obra del más famoso tallista y ensamblador cusqueño, Juan Tomás Tuyro Túpac, protegido del Obispo, Mollinedo y Angulo, quien le encargó la ejecución de numerosas obras, que de acuerdo a la versión tradicional, fue un tallador leproso de Huamanga, que en cierta ocasión tuvo en sus sueños la revelación de la "Santísima Virgen del Buen Suceso", quien le dijo que si quería curarse de su lepra debía buscarla en la Plazuela de Arrayanpata en la Ciudad del Cusco; luego de un largo viaje y muchas desgracias, un día la encontró pintada en un muro al haberse desplomado el techo de la capilla de "Lirpuy paqcha" , cayendo de rodillas y bañado en lágrimas la invocó, convirtiéndose el rosario de la Virgen en pétalos de rosas, con las que se restregó el cuerpo, quedando completamente curado; la facción de la pared que contenía la imagen de la Virgen fue cortada y trasladada al templo de San Blas, acordándose construir un altar y un púlpito para la Virgen; el tallador

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Quechua, en gratitud al milagro recibido, se comprometió y juró hacer el púlpito sin cobrar un centavo por el trabajo. La finalización de la obra se llevó ha cabo de 4 años de ardua labor.

El Púlpito fue hecha con madera que fue cortada de un enorme árbol de cedro que se encontraba en la plaza de Cusipata, que hoy en día, es la Plaza Regocijo. Al terminar la obra, el tallador faltó a su juramento, al pedirle al Cura de la Iglesia 70 pesos para agasajar a una mestiza cusqueña, y luego de asegurar la imagen superior de San Pablo en el tornavoz del púlpito, el tallador dio un paso en falso y calló, falleciendo poco después sus restos fueron enterrados debajo del púlpito, pero tiempo después fueron sacados y su cráneo colocado debajo de la imagen de San Pablo, que en la actualidad se puede apreciar.

Así mismo, la Iglesia de San Blas posee también un Altar Mayor de presencia imponente, tallado en cedro y dorado con hojas de oro, tiene un estilo mixto donde dominan las columnas salomónicas propias del estilo barroco, y en su parte central se halla la imagen de la Virgen de la Inmaculada Concepción y encima la imagen de San Blas.

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SECCIÓN 7

Templo de San Pedro

La historia del Templo de San Pedro, se remonta desde el año de 1546 cuando los españoles ven por conveniente fundar un hospital para Indios, cuya mano de obra era necesaria para el trabajo duro en la colonia. El 27 de marzo del año de 1556, por orden del Consejo Real de Indias, se acordó fundar un hospital para que los indios de la ciudad pudieran curarse. El fundador de esta obra fue el Virrey Francisco de Toledo.

El 13 de julio del año de 1556, fue la ceremonia de colocación de la primera piedra, dándose inicio a su construcción, bajo la advocación de Nuestra Señora de los Remedios y el Espíritu Santo, pero en el año de 1650 el local del Hospital y de la Iglesia, fue destruida por el terremoto ocurrido en dicho año , y fue reconstruida parcialmente hacia el año de 1657, el Obispo del Cusco, Manuel Mollinedo y Angulo, despliega tenaz actividad para la edificación de una nueva Iglesia, junto a su sobrino el Licenciado Doctor Andrés Mollinedo y Rado.

De esa forma, se comienza la actual edificación del Templo de San Pedro. El arquitecto de esta obra fue, Juan Tomás Tuyro Túpac,

persona de excepcional talento, conocedor de diferentes artes, como pintura, escultura, tallados y dorados. Para la construcción del templo de San Pedro, se utilizó piedra procedente de los andenes de Pícchu, lugar donde existían muchos recintos, de la cultura Inca.

Actualmente este Templo, se encuentra frente al mercado central de “San Pedro” y es del año de 1688, la construcción tiene una preciosa fachada renacentista con dos torres y la planta tiene la forma de cruz latina. Este Templo de San Pedro, tiene una sola nave construida íntegramente en piedra grisácea. Posee un Altar Mayor de estilo barroco y dorado, que tiene un frontal, un sagrario y gradillas de plata. Es un retablo notable, de cuatro cuerpos y tres calles, con dieciocho columnas salomónicas y un tabernáculo hecho en plata, el altar es rico en imágenes y lienzos de San Pedro Papa y es apreciado desde cualquier ángulo, por su altura, su aspecto elegante y su fino tallado. El toque pintoresco y alegre del Altar Mayor del templo, es generado por unos angelitos tallados, que al son de dos carriles del presbiterio, parecieran danzar desde los capiteles de las columnas. Hay también otros altares, destacando los del crucero, dónde el brazo diestro esta dedicado a San Pedro y el del brazo izquierdo a la Santísima Trinidad; este ultimo altar contiene un bello lienzo de la Virgen del Rosario, y posee la particularidad de ser mas ancho que alto. El púlpito del templo, es de estilo barroco y de color nogal, que en su tornavoz esta San Pablo con la espada posado sobre la linterna que nace entre cresterías retorcidas, y en la parte alta, presenta entre columnillas salomónicas la efigie de San Pedro, y la cátedra es de cinco paneles que contiene en sus nichos, a la Virgen con el Niño, y a los cuatro evangelistas.

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SECCIÓN 8

Iglesia de San Francisco

La orden franciscana fue fundada por San Francisco de Asís en Italia, a principios del siglo trece. El primer franciscano que llegó a la ciudad del Cusco fue el Fray Pedro Portugués, quien funda la Casa Franciscana en el año de 1354 por los primeros años de la conquista, primero se instalaron en el barrio de San Blas y cuatro años después solicitan una reubicación, por estar separados de la ciudad y por las continuas filtraciones de agua, piden que Francisco Pizarro les otorgue la cancha de “Casana”, ubicada en el portal de Panes de la Plaza de Armas, esta segunda ubicación tampoco reunió las condiciones esperadas. Para el año de 1549, el Conquistador Juan Rodríguez de Villalobos, ubica definitivamente el lugar adecuado sobre el cual se edificaría la Iglesia de San Francisco. Los efectos destructivos del terremoto del año de 1650, afecta gran parte del templo que se encontraba a medio construir, lo que obligo a modificar y mejorar el proyecto de la Iglesia.

Esta construcción de piedra, cal y canto, tuvo problemas en el cierre de sus arcos y bóvedas, quedando a medio construir una de las torres del campanario hasta nuestros días.

La estructura de la Iglesia es relativamente simple, tiene una torre y dos cercas sólidas hecho con piedra andesita de los edificios de la época prehispánicos. Sus obras de arte originales fueron sustituidas por un sacerdote que "modernizó" la Iglesia, con obras de arte neoclásicas hechos con yeso. Su altar es de estilo neoclásico, tiene la imagen de San Francisco de Asís en la parte central y de la Virgen de la Inmaculada Concepción. El púlpito de la Iglesia, deja de ser de estilo barroco para admitir influencias de estilo renacentista. La cátedra presenta cuatro hornacinas, trabajadas en madera fina, carey, marfil y hueso, con ínfimas aplicaciones doradas. Los pequeños nichos, guardan otras tantas imágenes de San Buenaventura, Santo Domingo, el Papa Sixto Cuarto y del hispano cardenal Cisneros. En la parte superior del púlpito se exhibe el escudo franciscano con los brazos cruzados de Jesús y del Poverello con los estigmas, conjunto al que en esta ocasión acompañan, el sol, la luna y una calavera. Gran parte del trabajo está hecho en madera laqueada, con fondo oscuro entre tallados, columnillas y molduras. En el tornavoz se halla ubicado San Francisco de Asís, predicando de pie sobre el mundo. Se afirma que su autor fue el fraile franciscano Pedro Gómez, tallador a quien también se le atribuye el púlpito proto barroco de Santa Clara de Huamanga.

Lo que también es impresionante, es el coro de la Iglesia que se talló en madera cedro por los franciscanos Luis Montes, Isidro Fernández y Antonio de Paz, en el año de 1652. Este coro contiene imágenes de 93 Santos de la Iglesia católica, el Atril de este coro es el mejor en la época del virreinato, y la obra se debe al fray Pedro Gómez, quien tomo el habito en el año de 1626, y dos años después concluyo con la obra. En este Atril, predomina el estilo renacentista a la que se ha sabido incrustar piezas de madera laqueada, y en sus cuatro lados se observa el escudo Franciscano de los brazos cruzados con las manos estigmatizadas, en el coro también se halla ubicado un órgano imponente de procedencia alemana.

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El claustro del convento es el más viejo de la ciudad de Cusco, con un estilo del renacimiento, tiene un techo impresionante decorado con los tableros pintados. Aquí hay una lona enorme que posiblemente es el más grande del continente, mide aproximadamente 12 metros de alto y 9 metros de ancho, fue pintado por Juan Espinoza del Monteros en el año de 1699. Esta pintura representa 12 ramas de la orden franciscana, contiene 683 personajes, 224 escudos y armas, y 203 leyendas de biografías, hay muchas más lonas en los diferentes cuartos y claustros, casi todos ellos son de autores anónimos y que pertenecen a la Escuela de pintura Cusqueña.

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SECCIÓN 9

Capilla del Antiguo Seminario de San Antonio Abad

El Antiguo Seminario San Antonio Abad posee más de 300 años de antigüedad, este fue construido originalmente en el año de 1592, sobre lo que en la época del incanato fue el palacio del Inca Amaru Qhala. Transcurridos 6 años (1598), fue fundado en dichas instalaciones el Seminario de San Antonio Abad, por el Sexto Obispo de la Ciudad del Cusco, Monseñor Antonio de la Raya.

Luego del terremoto que aconteció en la ciudad del Cusco en el año de 1650; la construcción del Seminario quedó seriamente dañada, por lo que en los años siguientes tuvo que sufrir una restauración total. Dentro de los cambios y mejoras incluidas en este proyecto estuvo la construcción de la bella Capilla de San Antonio Abad, la cual fue construida entre los años de 1678 y 1699, por encargo del Obispo de la Ciudad del Cusco, don Manuel de Mollinedo y Angulo.

La Capilla posee una sobria fachada de un solo cuerpo y lo preside la hornacina de San Antonio, el cual es el santo titular del Seminario. A los lados se ven el escudo real de España y del Obispo de la época, don

Manuel de Mollinedo y Angulo, ambos escudos labrados en piedra, sobre la portada de su portón se abre una ventana coral elíptica flanqueada por dos elegantes espadañas, estas son casi idénticas al campanario de la vecina capilla del antiguo beaterio de las Nazarenas.

La Capilla del Seminario fue decorada al estilo Barroco indígena con pinturas de la reconocida Escuela Cusqueña que evocaban pasajes de la vida de San Antonio, finamente adornadas por marcos de madera bañados en pan de oro. El Púlpito, los marcos de las pinturas y las tribunas del coro, se prolongan casi hasta la mitad de la nave con su encrespada talla, característica del estilo barroco cusqueño.

El retablo mayor es de tres cuerpos y tres calles. Fue labrado en el año de 1698 por el maestro Juan Esteban Álvarez y es probable que el púlpito también sea obra de dicha persona y el año siguiente en 1699, Agustín Torres ensambló uno de los altares laterales, derivado del ejemplar Catedralicio constituye uno de los últimos exponentes del estilo arquitectónico de la época.

En el año de 1692, por mandato Papal dictado por el Papa Inocencio II y carta Real firmada por el Rey Carlos II, el Seminario pasó a convertirse en la Real Pontifícia Universidad de San Antonio Abad. Sin embargo en el año de 1816, por decreto Real de los Reyes de España, se decidió que la Universidad volvía a ser un Monasterio, quedando así hasta mayo de 1965 cuando el edificio fue convertido en hotel.

Hasta fines del siglo XVII, según narran documentos de época, el Colegio Seminario sirvió para educar a los hijos de los conquistadores y nobles de la ciudad carentes de recursos. Gran parte de los educandos no pagaban por sus estudios y mantención, pues tenían calidad de internos, no salían del colegio y tenían arduo trabajo, su horario se iniciaba a las 5 de la mañana y terminaba a las 11 de la noche.

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SECCIÓN 10

Templo y Convento de Santo Domingo

El templo y convento de Santo Domingo fue construido en la Ciudad del Cusco en lo que era en la época del incanato el monumento más importante del Tahuantinsuyo, el cual fue el templo inca denominado Koricancha, que era el mayor adoratorio para el culto del dios Sol.

Los cronistas españoles afirman que este templo inca era una de las edificaciones más impactantes del Cusco incaico. En el interior se encontraban muros de piedra finamente pulida y estaban enteramente recubiertos con láminas de oro y plata que representaban ídolos diversos y principalmente al dios El Sol.

Fue Juan Pizarro, hermano del conquistador Francisco Pizarro, quien cedió a la congregación de los Dominicos, el terreno del templo Incaico, luego de haberlo recibido en la repartición de solares ocurrida en el mes de octubre del año de 1534. El primer prior del convento de Santo Domingo fue el fraile, Juan de Olías quien vino a ocuparlo con un grupo de misioneros venidos desde México.

Largos años demando la culminación de la construcción del Templo y Convento de Santo Domingo, hasta su consagración oficial que se dio

en el año de 1633, sin embargo el terremoto del año de 1650 causó daños tan severos a la construcción, que fueron necesarios 30 años para su reconstrucción total que culmino en el año 1680 y los resultados han quedado hasta hoy.

El atractivo arquitectónico del templo y convento de Santo Domingo radica en la perfecta adaptación de su construcción al templo incaico primigenio y esto se comprueba claramente en la manera cómo surge la bóveda aprovechando la curvatura del muro prehispánico. Sobre él se levanta una arquería española, al parecer usada eventualmente como capilla abierta. En el resto del templo, la solidez de los muros de piedra procura combinarse con la grandeza de este antiguo y sacro lugar.

El campanario se construyó entre el año de 1729 y 1731, y es una de las pocas construcciones cusqueñas de importancia que datan del siglo XVIII. Las dos portadas exteriores del templo son de estilo clásico y es probable que mantengan en parte el diseño primitivo. Su pureza de líneas no deja de contrastar con la robusta torre tallada que manifiesta la madurez del estilo barroco cusqueño. Sus columnas salomónicas, profusamente labradas, manifiestan un acentuado barroquismo tardío y en cuanto al período colonial destaca por poseer una portada renacentista y una excelente colección de pinturas cusqueñas.

En el interior del Templo se encuentran tres naves de tipo basilical, la nave central es bastante más elevada que las laterales, la desnuda cantería de sus muros se ve acentuada por la casi total ausencia de retablos, sustituidos por simples nichos en la mayoría de las capillas laterales. En ellas se puede admirar algunas imágenes de valor escultórico, como el Santo Domingo labrado en el año de 1698 por el maestro indígena Melchor Guamán Maita.

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En la capilla mayor, se aprecia un conjunto de pinturas en las que se observa a la Virgen del Rosario rodeada de españoles, el púlpito es barroco y está estructurado por columnas salomónicas y coronado por la imagen de San Vicente Ferrer.

Al mismo Santo son dedicadas las pinturas que cubren el sotacoro, adaptándose por completo a las curvas de los arcos o a las formas de los pilares, todos estos lienzos fueron pintados por Marcos Zapata, hacia mediados del siglo XVIII.

Respecto al Convento de Santo Domingo, al ingresar por la portería, llaman la atención unas pinturas murales con motivos "grutescos" que decoran las bóvedas del techo. Dentro del claustro principal se aprecia una de las arquerías renacentistas más grandes y bellas de toda la ciudad. Al centro del patio, en el lugar de la fuente tradicional, se colocó una alberca rectangular de piedra procedente del templo incaico.

La principal decoración del convento está constituida por un ciclo de pinturas sobre la vida del fundador de la orden, Santo Domingo de Guzmán, realizada por el artista José Espinosa de los Monteros, hacia los años de 1675 y 1679. Muchos de los personajes aparecen vestidos a la española, de acuerdo con la moda imperante bajo el reinado del Rey Felipe III.

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SECCIÓN 11

Iglesia y Convento de la Merced

Una de las congregaciones religiosas más antiguas de la ciudad del Cusco es la Orden de los Mercedarios, fundada en el año de 1223 por San Pedro Nolasco, se sabe que esta comunidad religiosa estuvo vinculada a Diego de Almagro, socio y rival de Pizarro; por ello, cuando éste emprendió su expedición a Chile llevó como capellanes a dos mercedarios del Cusco, Fray Antonio de Almanza y Fray Antonio de Solís. La fundación de la iglesia y el convento de La Merced se atribuye a Riña Sebastián de Castañeda, en el año de 1535, para la edificación de ambos se eligió un terreno donado por Francisco Pizarro.

La primera Iglesia de la Merced, cuya construcción fue concluida a mediados del siglo XVI, fue totalmente destruida por el terremoto del año de 1650, la reconstrucción de esta, es la actual Iglesia de la Merced de la Ciudad del Cusco, la cual se encuentra ubicada en la plazoleta Espinar, en un ángulo de la antigua plaza del Cabildo o conocida actualmente como Regocijo.

La portada principal de la Iglesia, es de estilo renacentista, es bastante menos conocida que la portada lateral, que es utilizada como entrada habitual para la Iglesia. La obra fue construida en el período de los

años de 1651 ha 1659, esta construcción fue llevada a cabo por los maestros Martín de Torres y Sebastián Martínez, quienes transformaron la antigua traza renacentista por una composición tipo retablo que expresa la transición hacia el estilo barroco cusqueño.

En el interior de la iglesia se halla una amplia galería y dos pasillos relativamente estrechos que conducen hacia el altar principal de estilo neoclásico, tiene seis columnas sólidas de Corinto y en la parte central se encuentra una imagen de la Señora de la Misericordia, hacia el fondo hay otros retablos sobre los que reposan diferentes imágenes, entre las que destacan el Señor de Huanca y la Cruz del Padre Urraca, cubiertos con placas de plata. Además, aquí encontramos la imagen del Señor del Tambo de Montero que según la tradición fue fustigado todas las noches de viernes por la gente judía del Cuzco. En relación a los retablos de estilo barroco que se encuentran en el interior de la Iglesia se puede decir que contrasta el severo estilo neoclasicismo de la capilla mayor. Sobresalen por su calidad los altares del crucero, ambos representativos del estilo impuesto por Martín de Torres. Al lado del evangelio se halla el de San Pedro Nolasco, decorado con pinturas de Martín Loayza, entre las que cabe mencionar "La conversión de San Pablo" y "La conversión de San Eustaquio", en el lado opuesto puede verse el retablo de la Soledad, ensamblado por Pedro Galeano, que incluye algunos lienzos del pintor español Juan Calderón.

Dentro de la cripta localizada bajo el altar principal de la iglesia se guardan los restos de Gonzalo Pizarro, Francisco de Carvajal, cuya cabeza la frieron en aceite y enviaron a Lima, se encuentran también los restos de Diego de Almagro el Viejo, socio de Francisco Pizarro, y Almagro el Joven hijo de Diego de Almagro.

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SECCIÓN 12

El Claustro Mayor del Convento de la Merced

Es una verdadera obra maestra del estilo barroco cusqueño, aquí el tratamiento de la piedra a imitación de la talla en madera, alcanza su expresión más lograda, toda la construcción es de piedra, en contraste con el resto de claustros cusqueños en los que se alternan la piedra y el ladrillo.

Su arquería de medio punto reposa sobre anchos pilares que se repiten en el piso superior, lo que le confiere singularidad ha esta obra arquitectónica es su decoración almohadillada y las columnas corintias que se adosan a los pilares, recubiertas con motivos de escamas y diamantes característicos de los retablos de Martín de Torres y su círculo. Por esta razón se atribuye el diseño del claustro a Martín de Torres, aunque algunos investigadores prefieren relacionarlo con la actividad de Diego Martínez de Oviedo, quien pertenece a una generación posterior.

Estéticamente, el claustro del convento es el más sorprendente y admirado, tiene una forma cuadrada, dos suelos, y una entrada en

forma de arco, con pilares rectangulares gruesos y sólidos que muestran las columnas de Corinto talladas en sus lados delanteros, todo estos trabajos fueron realizados con mucho detalle y un terminado maravilloso construidos con piedra andesita.

En el Claustro de la Merced se guarda un enorme lienzo, atribuido al artista Basilio Pacheco, que representa a los bienhechores de la orden y que está ubicado cerca de la escalera que lleva al segundo suelo, también encontramos una colección de pinturas que representan la vida de San Agustín, cuyas obras fueron trasladas al Claustro de la Merced luego de la destrucción de la iglesia y el convento de San Agustín.

Dentro del Convento de la Merced, hay un claustro que sirve como museo, en el cual se encuentra una de las mayores reliquias del convento de valor incalculable el cual es La Custodia de la Merced , mide 120 centímetros de alto y que en total tiene un peso de 22.2 kilogramos, la cabecera de la custodia tiene la forma de un sol y esta hecho de oro con un estilo barroco, el cual fue hecha por Luis Ayala de Olmos, en el siglo XVII. Hacia abajo del sol de la custodia se encuentra la imagen de Nuestra Señora de la Misericordia, en cuyas rodillas descansa una sirena cuyo cuerpo está formado por una perla, más abajo está el pedestal que fue hecho por el artista Manuel Piedra en los primeros años del siglo XIX, es de estilo neoclásico francés, en la parte central tiene un Cordero de Pascua y hacia abajo dos pelícanos que representan la Cristiandad. De acuerdo a la Doctora Alfonsina Barrionuevo, historiadora y cronista la custodia del Claustro posee 1518 diamantes y brillantes finos, 615 perlas, una amatista, un topacio, 3 esmeraldas, varias decenas de rubíes y otras piedras preciosas, convirtiendo ha esta reliquia en una joya de valor invaluable

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SECCIÓN 13

Los Lienzos de la Iglesia y Convento de la Merced

La cabecera de ambas naves laterales de la Iglesia de la Merced, está decorada con dos grandes lienzos del siglo XVII, se trata del San Pedro Nolasco transportado por los ángeles al coro, hecha en el año de 1666, por Marcos de Ribera y el lienzo del martirio de San Laureano, hecha en el año de 1662, obra temprana del maestro indígena Basilio de Santa Cruz. Esta última pintura muestra los retratos de Laureano Polo de Alarcón y de su esposa, benefactores del convento mercedario quienes debieron tener aquí su capilla de enterramiento.

En la parte alta de la nave mayor se desliza una serie notable de frescos en forma de luneto que narran pasajes de la vida de la Virgen María, fueron pintados por un anónimo maestro cusqueño hacia el año de 1704, se complementan con los grandes lunetos del coro, terminados en el año de 1708, uno de los cuales muestra el retrato orante del Padre Francisco de Salamanca. Por esos años se labró también la sillería coral, que incluye columnas salomónicas y medallones elípticos con relieves de santos.

La riqueza artística del convento mercedario no es menor que la de su Iglesia, en la anteportería, reciben a los visitantes dos lienzos que exaltan el protagonismo alcanzado por un sacerdote mercedario, fray Diego de Porres, en la conquista y evangelización del Alto Perú. En la portería cuelgan los retratos de dos protectores del convento, Diego de Vargas Carvajal y su mujer, Usenda de Loayza y Bazán, quien viste el escapulario de la Merced sobre su elegante traje, a la usanza propia del reinado de Felipe III.

El principal adorno de este claustro es el ciclo pictórico sobre la vida de San Pedro Nolasco, fundador de la Orden, realizado en la segunda mitad del siglo XVII, son obras anónimas, aunque algunos autores las atribuyen a Gerónimo de Málaga. En varias de las escenas como en "La muerte del santo", se ha incluido la figura del obispo Manuel de Mollinedo y Angulo, con lo que se sugiere que quizá intervino como patrono de la obra. También hallamos otros lienzos como la "Coronación de la Virgen", pintada por Bernardo Bitti y La Sagrada Familia, atribuidas a Diego Quispe Tito, también aquí se encuentran manuscritos en pergamino, un Cristo pequeño tallado en marfil, quemadores de incienso, candelabros de oro, etc.; también frascos chinos y ocho casullas bordadas en oro e hilos de plata que fue pertenencia de Raer Vicente Valverde, compañero de Francisco Pizarro. A un lado de su entrada existe un interesante cuadro que representa a la Virgen María alimentando al Niño, atribuido al artista Ignacio Chacón, y también en este primer claustro se encuentra a Francisco Salamanca, un nativo Uro de Bolivia, famoso en las primeras décadas de siglo XVIII por ser un gran orador, poeta, músico, pintor y compositor de villancicos en Quechua y Aymara. Pasó sus últimos 30 años en el claustro y murió en el año de 1737.

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SECCIÓN 14

Iglesia y Convento de Santa Teresa

La Iglesia y Convento de Santa Teresa esta construido a un costado de lo que hoy se denomina el Parque de la Madre y se ubica a una cuadra al noreste de la Plaza de Armas de la Ciudad del Cusco, esta Iglesia pertenece a la congregación de las Carmelitas Descalzas. La propiedad donde se edifico la Iglesia y el Convento de Santa Teresa, fue donada por el capitán Don Antonio de Zea y su esposa Doña María Urrutia Matajudios, que además de haber otorgado la propiedad para la fundación de la Iglesia del Carmen, donaron una considerable cantidad de dinero, para el mismo fin.

La edificación de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen se dio inicio el 9 de marzo del año de 1673 y se concluyo tres años más tarde en 1676, debajo del Instituto y regla de la Santa Madre Teresa de Jesús y es por estas circunstancias que la Iglesia y Convento ha simplificado su nombre como Iglesia de Santa Teresa y como hasta hoy se le conoce. Cuando la Iglesia se concluyo fue bendecida por el Obispo Mollinedo y Angulo, en solemne ceremonia llevada acabo el 15 de octubre del año de 1676, día en que se celebra a la Santa patrona.

Esta Iglesia esta construida toda de piedra en su exterior y su atractivo radica en sus dos espadañas de tres arquillos cada una, que hacen destacar la fachada al final de una larga calle. Interiormente presenta una cúpula achatada y bóveda de ladrillo, tiene una solas nave, coro bajo y coro alto, también posee un hermoso Altar Mayor de estilo barroco, tallado y dorado, con frontal sagrario, gradillas y tabernáculo de plata, reposando sobre éste el Agnus Dei sobre el Libro de los Siete Sellos. El retablo tiene tres cuerpos y tres calles, es alto y bien trabajado, impactante en su presentación, en el primer cuerpo del retablo hay cuatro columnas salomónicas interespaciadas; en el intercolumnio central esta un enorme tabernáculo, precedido de unos peldaños de plata repujada y en los laterales van imágenes en bulto y precediendo al retablo va la mesa litúrgica que exhibe un frontal de plata repujada. En el segundo cuerpo, en la calle central, en un decorado nicho va la imagen en bulto de la Virgen del Carmen; en los intercolumnios laterales se aprecian lienzos conteniendo pinturas detallosas y en el tercer cuerpo aparecen tres lienzos y el retablo culmina con la figura del Padre Eterno.

Así mismo en el interior de la Iglesia se pueden apreciar efigies o estatuas piadosas, entre las cuales destacan por su calidad y detalle la de Santa Teresa de Ávila, San José y el Niño, Cristo Crucificado, Nuestra Señora del Carmen y San Alberto. En el aspecto pictórico hay catorce lienzos que representan la vida de Santa Teresa y se exhiben en los muros de la Iglesia, seis a un lado y ocho al otro, todos estos lienzos representan la vida de Santa Teresa, en el primer lienzo aparece la Santa a los siete años de edad y en el ultimo lienzo esta plasmada su muerte, la cual ocurrió en el año de 1515, su nombre verdadero fue Teresa Sánchez Cepeda Dávila y Ahumada y perteneció a la Orden del Carmelo, y fue autora de admirables obras místicas .

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El exterior del convento aunque la clausura de este se mantiene hasta hoy, es posible admirar la portería aledaña y los grandes muros visibles desde la calle Saphi, con las arquerías cerradas que debieron pertenecer a la casa del conquistador Diego de Silva. En la esquina, una hermosa ventana ajimezada nos recuerda la antigüedad de esta finca, que podría datar de la segunda mitad del siglo XVI.

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SECCIÓN 15

Iglesia y Convento de Santa Clara

La Iglesia y Convento de Santa Clara ha tenido tres fundaciones en años distintos y se mudo dos veces de local hasta quedar en el definitivo, que corresponde a la llamada hoy Avenida Santa Clara, ubicada a cinco cuadras al occidente de la Plaza de Armas de la Ciudad del Cusco, entre el arco de Santa Clara y la Templo de San Pedro.

La primera fundación fue el 30 de abril del año de 1551, y dio principio el Cabildo de Justicia y Regimiento del Cusco a la fundación del Monasterio y se llevo a cabo el recogimiento de las mestizas huérfanas e indias, descendientes de los incas, en el lugar nombrado Chaquilchaca, frente a la parroquia de Santiago. La segunda fundación del Monasterio de Santa Clara se dio el 16 de junio del año de 1558, y en esta ocasión se realizo el recogimiento de las Hijas de Conquistadores, donde se enclaustraron a 24 doncellas nobles, dirigidas por Francisca Ortiz, mujer de conocida virtud, valor y prudencia, que había sido el motivo de aquella fundación y quien había solicitado fuese monasterio de religiosas de Santa Clara y que estuvieron ubicadas en el antiguo local del monasterio de San Antonio Abad, sobre la plaza de las Nazarenas. El 30 de agosto del año de 1560 se dio la tercera fundación del monasterio, en donde se instituyo

finalmente como Monasterio y Clausura de recogimiento de Santa Clara.

Su Iglesia es considerada como la iglesia resplandeciente del Cusco, la iglesia de los brillos y reflejos, en su construcción se han empleado muchas piedras de los edificios de la época incaica. El templo es de una sola nave y sobre el altar mayor, todo de espejos, hay una cúpula impresionante de 64 artesones policromados, sin contar los anillos de la cúpula que también son decoradas a pincel. Los motivos de cada artesa es una flor de color rojo con filetes de oro, y alrededor de cada flor hay follajería suelta.

A cada lado del presbiterio hay también dos escudos pintados, separados por un ventanal, el altar mayor es de estilo barroco, tallado y dorado, tiene cerca de quinientos espejos en sus dos cuerpos y tres calles. Los demás retablos del templo casi todos lucen espejería, especialmente el de Santa Clara de Asís y el de Jesús Nazareno en el muro de la Epístola.

El templo posee muchas imágenes de pasta y santos de vestir, pero pocos lienzos, aún así en el presbiterio hay seis grandes cuadros, casi todos de la escuela Cusqueña que se refieren a la adoración de los Pastores al Niño Jesús, la Anunciación, la Visitación, la Epifanía, la Huida a Egipto y a Jesús Niño entre los Doctores de la Ley. También hay en el presbiterio cuatro carrillones de doce campanillas cada uno y el púlpito de la Iglesia es de estilo barroco, de color nogal, y en el cual se puede apreciar hermosos tallados.

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