IGLESIA ABACIALEs en su interior donde podemos apreciar toda la gran-deza de la arquitectura cisterciense: 74 m de largo, la mitad, 37 m, mide el crucero, y la mitad de éste es la altura de la nave. Todo es armonía, equilibrio y ritmo en este sobrio templo.

FACHADA DEL TEMPLOLa imponente fachada del templo está ricamente orna-mentada en el arco de entrada, en el curioso alero que nos cuenta la historia de la música o en los rosetones laterales. Únicamente desentona la torre, elemento añadido en estilo renacentista.

HOSPEDERÍA NUEVAFrente a la fachada del templo nos encontramos una amplia plaza conformada por la antigua residencia aba-cial y la hospedería de 1780, cuya fachada tiene una cla-ra influencia mozárabe aragonesa. Hoy en día mantiene su función de hospedaje.

TEMPLO CISTERCIENSE Construido en los siglos XII y XIII en el más puro estilo cisterciense. Buscando la belleza a través de la senci-llez, la ausencia de ornamento hace recaer el protago-nismo en la piedra tallada. Sin distracciones, la oración y la contemplación de Dios más fácil es.

CLAUSTROEn estilo gótico de los siglos XIV y XV está formado por cuatro crujías con seis tramos cada una. Sus capiteles están ricamente ornamentados en su mayor parte con motivos referentes a la vid y que nos recuerdan la im-portancia del vino por estas tierras.

SALA CAPITULAR Es una preciosa estancia, probablemente la más anti-gua de su género en España, donde los monjes reci-bían las enseñanzas y organizaban la vida monacal. De planta cuadrada se organiza en nueve tramos sustenta-dos por esbeltas columnas.

COCINA Fechada en el siglo XII es una sala rectangular formada por dos poderosos tramos apuntados. Inicialmente te-nía la chimenea central pero en el siglo XVI se trasladó a la pared del claustro como lo atestigua el deterioro de las piedras.

CAPILLA DE SAN JESUCRISTO Con las visitas restringidas, es una copia en miniatura del gran templo. En sus piedras podemos apreciar mar-cas de canteros similares a las de la iglesia mayor, lo que nos asegura que las mismas manos construyeron ambos templos.

Itinerario Monasterio de la Oliva

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Sacristía nueva

Albergue

Restos del calefactorio

Restos del antiguo refectorio

Patio de entrada

Acceso visitas al monasterio

Entrada principalTienda

Aparcamiento

Jardines

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En un apartado lugar, entre los fértiles campos de la ribera del río Ara-gón y el desierto de las Bardenas encontramos el Monasterio de La Oli-va. De severa y equilibrada arquitectura mantiene su ritmo de vida par-ticular ajustando su horario al de la Edad Media, cuando los monjes se levantaban a las dos de la madrugada para entonar maitines y a partir de ahí seguir una ordenada vida de trabajo y rezo. Hoy en día tan sólo se han retrasado las manecillas del reloj un par de horas. A las cuatro de los monjes entonan maitines y a las doce y media se cierra el horario de visitas para que coman y descansen. A las tres y media se reabre el Mo-nasterio. Con más de ocho siglos de historia bien merece la pena ajustar nuestros pasos y tomarnos con calma la visita, al ritmo particular de la vida monacal.

Monasterio de la Oliva

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g

¡vive la france!¡vete dicí!

pues a mí me da que es más tardío, finales del

siglo xv yo diría.¡lástima de

gótico del siglo xiv!

¡me voy antes de que diga algo que dios no me perdone...!

¡vamos para afuera que ya ha escampado!

Templo abandonadoA partir del siglo XIX las cosas comenzaron mal para terminar peor: Primera expulsión. Iniciada la invasión francesa las topas napoleónicas to-maron y saquearon el Monasterio en 1809, durando el expolio y abandono hasta 1814, cuando tras el asedio de Vitoria los franceses abandonaron de-finitivamente la península.

Segunda expulsión. Durante el trienio liberal los monjes fueron expulsa-dos de nuevo del Monasterio entre los años 1821 y 1823.

Tercera expulsión. La desamortización de Mendizábal de 1835 supuso el abandono del Monasterio y su ruina durante 91 años. La biblioteca y el ar-chivo fueron confiscados y la iglesia se convirtió en almacén y cuadra. En el año 1926 vinieron los primeros monjes de una comunidad cisterciense para acondicionar el lugar después de un acuerdo con la Diputación Foral.

Ambas ovejas tienen razón, ya que el claustro se fue construyendo en los dos siglos, siendo el lado oriental y sur de entrado el siglo XIV y el norte el más tardío, de finales del siglo XV, y que se corresponde con un gótico fla-mígero más recargado en decoración y alejado del sobrio arte cisterciense.

a mí no me quites ni una hora de sueño

Horario monacalEn la Edad Media los monjes se levantaban a las dos de la madrugada para ir a celebrar maitines. A partir de ahí se establecían una serie de rezos, siempre a la misma hora, que dieron lugar a las horas canónicas, que regían las vidas de monjes y seglares. Maitines, laudes, prima, tercia, sexta, nona, vísperas y completas, y a dormir que ya es hora. Para medir tiempo tan regulado se empleaban rudimentarios relojes de arena, clepsidras, relojes de luna, se ob-servaba el movimiento de los astros y se atendía a la intuición de los sentidos, lo que ocasionaba algún que otro madrugón inoportuno.

Esquema del horario actual de los monjes de la Orden del Císter:

Reloj de arena. Su funcionamiento es si-milar a la clepsidra, pero aquí el agua es sustituida por granitos de arena.

Reloj lunar. Es como un reloj de sol en el que la sombra que proyecta el gnomon es la de la luna. Cuando mejor funciona es, evidentemente, con luna llena, que en la fase de luna nueva no hay ni luz ni reloj posible.

Reloj de vela. Si todas las velas son del mismo grosor y de la misma cera, todas tardarán el mismo tiempo en consumirse. Únicamente falta poner rayitas a intervalos iguales y encender la vela.

Clepsidra. En grie-go significa "robar el agua", y mide el tiempo en base al transcurrir del agua de un recipiente a otro mediante un flujo regulado.

Formas de medir el tiempo en la Edad Media:

¿serán la una o las dos?

DL NA 1122-2016

HOTEL VILLAMARCILLA

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OT

EL-R

ESTAURANTE TXAPI TXU

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Situado en una antigua casa solariega junto a la estación de tren, a unos dos kilómetros del casco urbano de Mar-cilla. Dispone de varios salones junto al jardín y un patio interior, para ban-quetes, comidas de empresa y menús. Especialidades: platos regionales con toques de cocina de autor, destacan-do las verduras de la huerta navarra, la caza y los postres.

En las inmediaciones de Ujue, Barde-nas Reales o el Monasterio de la Oliva se encuentra este hotel exquisitamen-te rehabilitado; dispone 5 habitacio-nes con wifi y Tv, sala de lectura y un agradable Jardín. Restaurante para 50 personas, ofrece una gastronomia de toque tradicional donde la innovación y el producto de temporada juegan un papel principal. MURILLO DEL FRUTO.

T. 948713737 www.villamarcilla.com

T. 610 317860www.txapitxuri.com

Esta importante tradi-ción ha quedado plas-mada en las piedras de su claustro medieval, en

cuya ornamentación son frecuentes las escenas vitivi-

nícolas y sobre todo la planta y el fruto de la vid. Es el único mo-

nasterio que sigue elaborando su vino con la uva de sus propios viñedos, realizando así todo el proce-so de producción y elaboración de forma artesanal. Tanto en la vendimia que se realiza a mano, como en el trabajo de bodega donde la uva se selecciona y elabora manteniendo la más antigua tradición monástica. Transcurrido un año de la vendimia nuestros vinos son ofrecidos en “primeur” en un acto que se celebra en la bodega gótica del monasterio y tras una cata de los mismos. Ade-más los vinos se venden en la tienda del monasterio junto con otros productos monásticos de primera calidad. T. 626624513 - 948725285 - bodega@monasteriodelaoliva.org

BO

DEGA MONASTERIO DE LA OLIVA

En el siglo XII, monjes cistercienses veni-dos de Francia se asentaron en el Mo-

nasterio de la Oliva y aplicaron la máxima ora et labora. Dadas las

peculiaridades del lugar, se dedi-caron a las tareas vitivinícolas, como medio de vida.