temas culturales - la individuacion - mg

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20/03/14 10:32 Revista Vida Pastoral - SAN PABLO Página 1 de 5 http://www.san-pablo.com.ar/vidapastoral/includes/articulos/imprimir.php?id=102 Revista Vida Pastoral - Año XLIV - Nº 245 - ENERO / FEBRERO 2004 Análisis pastoral Marcelo González Tramas culturales y vida pastoral: la individuación (I) En vistas a un análisis desde su repercusión para la vida pastoral, el presente artículo aborda la cuestión del complejo proceso de la individuación, tal como se manifiesta en nuestra vida cotidiana. Los ensayos de reflexión expuestos en números anteriores de Vida Pastoral tuvieron como preocupación central el trazado de "mapas" que ayudaran a orientarse en la actual situación de transición epocal y de conmoción nacional. Se trataba de proponer una mirada suficientemente amplia y abarcadora. En los artículos que siguen propongo un tipo diverso de lectura; más orientado a la concentración de la reflexión, a una suerte de reducción de la complejidad. Se trata de pasar desde un panorama abigarrado de múltiples cambios, acontecimientos y problemáticas, a la detección de tramas. Se busca optar por un grupo reducido de ejes que permitan dar una interpretación de la diversidad. Para ello propongo profundizar en una serie de procesos culturales transversales, que afectan –aunque de maneras diversas– a personas y grupos de las más diversas condiciones sociales, económicas y culturales. En este artículo analizo la trama de la individuación. En esta primera entrega se desarrolla una descripción e interpretación cultural, mientras que en la próxima se intenta un análisis desde la vida pastoral. Muchos acontecimientos, una trama Una niña muy pequeña se planta ante una orden de su madre y dice dueña de sí: "no pienso hacerlo". La madre no se explica fácilmente porqué le cuesta tanto hacerse obedecer. Muchos reaccionan con indignación diciendo "¿quién es usted para imponerme esto?". Pocos se sienten adecuadamente representados política y socialmente. Un profesor se pregunta insistentemente "¿cómo motivar a los alumnos si parece que no hay nada que los mueva?". Las mujeres reivindican en el espacio público sus peculiares experiencias y figuras del existir. Alguien hace un alto en el camino para replantearse su vida personal, su matrimonio, su vocación, su continuidad en un proyecto. Aparece una exigencia creciente de experiencia de lo sagrado, de un contacto personal y directo con Dios. Se multiplica la demanda de retiros, ejercicios, jornadas, caminos de oración; de espacios de meditación y reconstitución de la vida. Los creyentes tienden a acercarse a las instituciones religiosas en busca de determinados servicios y se retiran cuando no los encuentran. Muchos se preguntan porqué, estando el país en una situación de pobreza e injusticia tan grave, no hay más reacciones masivas y organizadas. Se levantan muchas voces diciendo: "los argentinos y argentinas deberían hacer tales o cuales cosas, las católicas y los católicos tendrían que responder a estos o aquellos desafíos...". Pero esos tales no aparecen ni esos cuales se realizan. Los sujetos reales están en otro lado y en otras cosas. Se pregunta a un grupo de personas si

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    Pgina 1 de 5http://www.san-pablo.com.ar/vidapastoral/includes/articulos/imprimir.php?id=102

    Revista Vida Pastoral - Ao XLIV - N 245 - ENERO / FEBRERO 2004

    Anlisis pastoral

    MarceloGonzlez

    Tramas culturales y vida pastoral: la individuacin (I)

    En vistas a un anlisis desde su repercusin para la vida pastoral, el presenteartculo aborda la cuestin del complejo proceso de la individuacin, tal como semanifiesta en nuestra vida cotidiana.

    Los ensayos de reflexin expuestos en nmeros anteriores de Vida Pastoral tuvieroncomo preocupacin central el trazado de "mapas" que ayudaran a orientarse en laactual situacin de transicin epocal y de conmocin nacional. Se trataba deproponer una mirada suficientemente amplia y abarcadora. En los artculos quesiguen propongo un tipo diverso de lectura; ms orientado a la concentracin de lareflexin, a una suerte de reduccin de la complejidad. Se trata de pasar desde unpanorama abigarrado de mltiples cambios, acontecimientos y problemticas, a ladeteccin de tramas. Se busca optar por un grupo reducido de ejes que permitan daruna interpretacin de la diversidad. Para ello propongo profundizar en una serie deprocesos culturales transversales, que afectan aunque de maneras diversas apersonas y grupos de las ms diversas condiciones sociales, econmicas y culturales.En este artculo analizo la trama de la individuacin. En esta primera entrega sedesarrolla una descripcin e interpretacin cultural, mientras que en la prxima seintenta un anlisis desde la vida pastoral.

    Muchos acontecimientos, una trama

    Una nia muy pequea se planta ante una orden de su madre y dice duea de s:"no pienso hacerlo". La madre no se explica fcilmente porqu le cuesta tantohacerse obedecer. Muchos reaccionan con indignacin diciendo "quin es usted paraimponerme esto?". Pocos se sienten adecuadamente representados poltica ysocialmente. Un profesor se pregunta insistentemente "cmo motivar a los alumnossi parece que no hay nada que los mueva?". Las mujeres reivindican en el espaciopblico sus peculiares experiencias y figuras del existir. Alguien hace un alto en elcamino para replantearse su vida personal, su matrimonio, su vocacin, su

    continuidad en un proyecto. Aparece una exigenciacreciente de experiencia de lo sagrado, de uncontacto personal y directo con Dios. Se multiplica lademanda de retiros, ejercicios, jornadas, caminos deoracin; de espacios de meditacin y reconstitucinde la vida. Los creyentes tienden a acercarse a lasinstituciones religiosas en busca de determinadosservicios y se retiran cuando no los encuentran.Muchos se preguntan porqu, estando el pas en unasituacin de pobreza e injusticia tan grave, no hayms reacciones masivas y organizadas. Se levantan

    muchas voces diciendo: "los argentinos y argentinas deberan hacer tales o cualescosas, las catlicas y los catlicos tendran que responder a estos o aquellosdesafos...". Pero esos tales no aparecen ni esos cuales se realizan. Los sujetosreales estn en otro lado y en otras cosas. Se pregunta a un grupo de personas si

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    les interesara que se organizase un curso sobre un determinado tema y todosresponden con un s entusiasta; pero luego vienen apenas tres. Ponerse de acuerdopara una simple comida familiar puede resultar una empresa complicada. Unaexpresin callada en el rostro o explcita en las palabras pasa de rumor a grito: "Nodoy ms! Estoy desbordado!". Qu pueden tener en comn semejante variedad defenmenos? La hiptesis es que, detrs de esta multiplicidad de hilos, late unatrama: la individuacin.

    Presentacin

    "Una de las transformaciones culturales actuales ms importantes es laindividualizacin. Nosotros somos sociedades de individuos. Con frecuencia,particularmente entre los catlicos, este fenmeno se aborda negativamente,reducindolo al individualismo o al egosmo que l implicara. Pero esta crtica espoco pertinente, en particular porque no se toma el trabajo de considerar otrosaspectos de este proceso de individualizacin; aspectos que no son ciertamenteunvocos pero que resulta difcil apreciar, a priori, como negativos El yo est cadavez ms orientado por el valor autonoma y no por la conformidad a un modeloprescrito. La autonoma es reivindicada, ella es una manera de ver el mundo, decomprender las relaciones sociales... La identidad personal es reflexiva, no definidacomo un modelo nico y adquirido de una vez por todas, sino un proyecto aconstruir" (J. F. Bickel, "Globalizacin y jvenes profesionales": Nueva Tierra 37(1998), pp. 26-30).

    La figura del individuo es una particular forma de experiencia de la identidad. Setrata de una manera de concebirse a s mismo, de insertarse en la realidad, de ver elmundo. Las personas, por el simple hecho de existir culturalmente, tendern apercibir con ms evidencia y a valorar ms determinados aspectos del misterio de lapersona humana: la autonoma, la autodeterminacin y la prerrogativa de establecerun itinerario vital propio. Como en el caso de otros procesos culturales (como laglobalizacin) hay que distinguir el "hecho" de sus posibles derivaciones patolgicasy de sus interpretaciones ingenuas o unilaterales. Antes de reaccionarvalorativamente es necesario adentrarse en la densidad de lo que se tiene delante.Se trata de una sensibilidad, de una tendencia a percibir y actuar. Hoy, ser unindividuo es una obviedad cultural. No constituye algo que haya que explicardemasiado, ni mucho menos pedir permiso o perdn. Es un hecho, un valor, uno delos ms bsicos. Entre sus rasgos se pueden mencionar:

    a) La captacin de la realidad est en ntima relacin con el mundo vitalpersonal, sus necesidades, exigencias y bsquedas. La repercusin de losacontecimientos es clave como pauta de comprensin y recepcin de lo quesucede. La experiencia tiene primaca y goza de autoridad.

    b) Se tiende a establecer un espacio vital, un conjunto de actividades, lugares,costumbres y prioridades, al que se considera innegociable. Toda relacin,motivacin o propuesta necesitan respetar esta instancia.

    c) Se da prioridad al propio itinerario personal. Es a partir de all que seacogen, evalan y ponen en prctica pautas, normas y modelos sociales.

    d) En todos los campos es clave la eleccin. Se tiene una sensibilidad atentacontra los intentos de imposicin, coaccin y falta de respeto. Se necesitatener constantemente delante diversas opciones antes de tomar decisiones.

    e) Se tiene un fuerte sentido y valoracin del cambio. La existencia es vistacomo una construccin permanente, con la consiguiente necesidad de poneren revisin las propias convicciones, vnculos y proyectos.

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    f) Se da una inclinacin a vivir de forma autnoma en los diversos mbitosvitales: familia, trabajo, descanso, amistad, compromiso social, bsquedareligiosa. Se mantiene una relacin peculiar con cada una de estas esferas; alpunto que se funciona con diferentes "lgicas" segn los espacios. Lapersonalidad no se organiza en torno a un solo centro.

    El hecho de existir como individuos tiene efectosdiversos: abre a dimensiones centrales de la personahumana y de la aventura existencial; supone tener queenfrentar personalmente las poderosas crisis actuales;hace ms rica y compleja la vida vincular, grupal einstitucional; puede bloquear el acceso a determinadoscampos de la realidad y hasta transformarse endestructivo. Ms an, la trama de la individuacinatraviesa hoy una peculiar encrucijada cultural a la queen otros artculos de Vida Pastoral llam "transicinepocal" o, como la denomina Beatriz Sarlo, crisisoccidental de subjetividad (fundada en una crisis de

    identidad). Por si fuera poco, en el caso argentino, sus efectos se ven reduplicadospor la conmocin nacional o, en palabras de la autora, por las condiciones de"latinoamericanizacin", empobrecimiento y derrumbe de expectativas histricas.Pero, sean cuales fueren las vicisitudes por las que atraviesa, son siempre caminos,encrucijadas y bloqueos que la misma trama ha posibilitado. Por lo tanto, su revisiny crtica supone haberla recibido como hecho. Sus nuevas condiciones no puedenafrontarse eliminando la individuacin sino buscando madurarla y ahondarla.

    La trama de la individuacin se expresa de manera privilegiada en dos temas quecaracterizan al panorama cultural contemporneo. Por un lado, la relacin entre loindividual y lo comn. La forma tradicional en que se articulaban ha dejado de serobvia. Las figuras que haba adoptado en otros ciclos culturales no son viables. Ya nova de suyo que las exigencias de los otros deban primar por sobre lo propio. Unabuena parte de las tensiones personales, culturales y polticas actuales tienen quever con la bsqueda de una nueva forma de conjugar estas instancias. Por otro lado,las relaciones entre lo elegido y lo dado. La eleccin, en principio, ocupa un mayorespacio que en otros momentos histricos. Lo que no es elegido no es asumido. Losmandatos familiares, los deberes sociales, las expectativas de roles, no se imponenpor s mismas.

    Expresiones de la trama

    Propongo ahora una serie de expresiones, tanto positivas como negativas, de laindividuacin.

    a) Los vnculos primarios. La individuacin puede ayudar a comprender las nuevasexigencias de articulacin entre la persona y sus relaciones primarias. Estas seorganizan siempre contando con el individuo y sus necesidades. Postergar porprincipio y sistemticamente las propias necesidades, convicciones y proyectos enbeneficios de la de los dems, lejos de ser una virtud constituye una patologa queincluso llega a hacer inviables los vnculos. Los compromisos con otras personas sepiensan, se prueban y son ms lentos. Esto hace que la amistades, las parejas y loslazos familiares no puedan seguir realizndose desde el supuesto de que el individuodebe abandonar su condicin para poder llevarlos adelante. Esto lleva a relacionesms interiorizadas, recprocas y abiertas. Si es la mujer o es el varn quien debedejar sus proyectos, sus trabajos, sus mbitos, para seguir al otro/a no es algo queest decidido de antemano. Que las relaciones vayan a continuar porque alguna vezse han establecido, no est garantizado con independencia de que se le encuentresiempre de nuevo el sentido. La experiencia matrimonial pasa de basarse en el deber

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    de estado y la institucin matrimonial, a hacerlo en un vnculo amoroso de cualidad,recproco y con capacidad para hacer crecer a los partners. Como lo sostiene JackDominan:

    "El matrimonio est cambiando desde una institucin principalmente dedicadaa la crianza de los hijos hacia una relacin personal de intimidad, en donde lapareja busca la realizacin de su potencial y la mxima gratificacin de sussentimientos y su sexualidad... Los cnyuges ya no estn preparados parasoportar un compaero imposible... La esencia de las relaciones humanascontemporneas es el desarrollo de la integridad humana, no la negacin yrepresin de lo inaceptable" (J. Dominan, Amor apasionado y compasivo. Unavisin cristiana del matrimonio, Buenos Aires 21998, pp. 274. 276).

    La individuacin puede arrojar tambin luz sobre algunos fenmenos problemticos.La creciente dificultad para establecer vnculos, su fragilidad, y la disminucin de lacapacidad de lucha por mantenerlos. La violencia que se genera en personas que seven sumidas en situaciones de marginacin econmica y cultural, en la medida enque sus expectativas de individuacin han crecido mientras que la exclusin lashacen inviables. Finalmente, puede explicar derivaciones negativas: La reduccin delos vnculos a las necesidades inmediatas de los individuos tiende a gestar lo queSchulze denomina sociedades vivencialistas, en que las personas forman grupos slocon aquellos que comparten sus intereses y sensibilidades; cerrndose yprotegindose de los diferentes, despreocupndose de lo comn. Podremos vivirjuntos? (Touraine) puede llegar a ser una pregunta inquietante, y educar parahacerlo (Tedesco) una de las prioridades de la formacin del futuro. Aparecen formasde violencia y delito que rompen con antiguos cdigos de organizacin y lmitesculturales. En su extremo, la individuacin puede llevar a que muchas personas seanincapaces de descentrarse, de mirar ms all de s, de descubrir la alteridad.Aparecen as los autistas culturales, desarraigados, insensibles y anrquicos. Por fin,puede verificarse la mercantilizacin de todas las relaciones, donde la lgicadominante de los vnculos es la oferta y la demanda, la ganancia o la prdida.

    b) Las relaciones sociales. Las transformaciones y bsquedas en el mbito de lapertenencia a agrupaciones sociales o polticas y en el compromiso con la cosapblica, tienen tambin en la individuacin una clave de lectura. Ya no resultanviables las formas que no combinan las exigencias de lucha, militancia ymovilizacin, con espacios de atencin a la subjetividad, el cuidado y crecimiento delos integrantes, as como a la prctica de una sociabilidad alternativa. Muchas figurasde participacin que han descuidado esta articulacin entran en colapso o desgastanrpidamente a sus adeptos. Emergen figuras de compromiso social que buscanarticularlas: el zapatismo como movimiento de lucha sin tomar el poder y muyatento a las cuestiones de la subjetividad por la tradicin de los pueblos originarios;espacios de lucha poltica (algunas agrupaciones "piqueteras") y sindicales;organizaciones de la sociedad civil (Ong y redes); voluntariados, etctera. Pero en elcampo sociopoltico, la individuacin puede ser ejercida de manera paralizante;impidiendo la organizacin, la construccin de alianzas y la movilizacin en torno apuntos comunes. En este mismo sentido hay que analizar las transformaciones de larepresentacin y la legitimidad de la autoridad. Si como nunca se necesitaron aunarfuerzas, no se admite cualquier suma. Es cada vez ms difcil que el individuo sesienta representado por los dirigentes en todos los campos. Esto puede llevar a labsqueda de formas alternativas de poder colectivo y crtica de las autoridades; odesembocar en una delegacin sin compromiso que luego quiere pedir cuentas detodo lo que no le parece; o terminar en una agresin contra toda autoridad en clave"adolescente", por haber visto defraudadas las expectativas. Es una incgnita cmosern las nuevas figuras de personas y espacios con legitimidad y autoridad.

    c) Individuos desbordados y estallados. La individuacin permite interpretar tambin

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    un tipo de conflicto existencial muy presente en nuestras sociedades: el desbordevital. Es que, teniendo tanto peso la eleccin y la subjetividad, todas las tensionescaen sobre el individuo, casi sin filtros ni mediaciones. Se expresa como unacreciente dificultad para vivir la unificacin vital y para acceder a esa suerte de "yoprofundo" donde lo vivido puede encontrar sntesis y arraigo. Se experimenta unasensacin de estar constantemente al borde de las propias posibilidades, sin resto. Elms mnimo imprevisto o cambio de planes genera un desborde que puededesembocar en pnico o agresin desmesurada. Hay que estar atentos a muchosfrentes al mismo tiempo, cada uno con sus exigencias y conflictos. Ninguno puedeser descuidado al tiempo que no se los puede atender a todos. Superacin, hartazgoe inestabilidad son sus consecuencias ms visibles. Es una suerte de cansancio deelegir que puede llevar a diversas patologas psicolgicas y sociales, as como absquedas de que otros decidan por uno, a confiar en instancias fundamentalistas oautoritarias a las que uno pueda entregarse para descansar de la responsabilidad.

    En este sentido van tambin los fenmenos estudiados por la psicologa conocidoscomo fatiga por compasin o el quemarse de las personas (burn out). Son efectosque se verifican en muchas personas dedicadas, por profesin u opcin, a la ayudade los dems y al cuidado de otros. Los "ayudadores" se entregan de tal modo a sutarea de servicio que terminan estallando, enfermando y desgastndoseprematuramente. Las personas terminan por agotarse y muchas veces dejan suscompromisos. Ahora son ellos los que necesitan ser ayudados. En otros trminos, laentrega a los dems necesita plantearse la cuestin de su sustentabilidad en eltiempo. La entrega personal no es un bien que pueda desplegarse de maneraimpune, omnipotente o sin ms consideracin. An las mejores iniciativas puedenterminar trgicamente si no se las contiene en espacios de recuperacin, puesta encomn, renovacin, supervisin, acompaamiento ydistancia ptima.

    La trama de la individuacin se muestra y se verificacomo un hilo conductor con gran capacidad paraayudar a la interpretacin de la actual encrucijadacultural. En la segunda parte plantear sus relacionescon la vida pastoral.

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