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TEMA 5.- TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS Y CAMBIOS SOCIALES EN EL SIGLO XIX Y PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX (TEMAS 7, 8 Y 10 DEL LIBRO DE TEXTO) 1. TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS 1.1. La agricultura 1. 1.1 La reforma agraria liberal: consolidación de la propiedad de la tierra. 1.1.1.1. Objetivos. 1.1.1.2. Precedentes. 1.1.1.3. Etapas. 1.1.1.4. Consecuencias sociales y económicas. 1.1.1.5. Conclusión. 1.1.2. Atraso agrario y conflictividad campesina en el primer tercio del siglo XX. 1.1.2.1 Los problemas del campo español a principios del siglo XX. 1.1.2.2 Intentos de solución. 1. 2. La industria 1.2.1. El lento despegue de la revolución industrial en el siglo XIX. 1.2.1.1 Causas. 1.2.1.2 La industria textil catalana. Los inicios de la industria moderna: el algodón. 1.2.1.3 El carbón y los inicios de la siderurgia. 1.2.2. Primer tercio del siglo XX: los progresos de la industria. 1.2.2.1 Cambio energético. 1.2.2.2 Crecimiento industrial. 1.2.2.3 Difusión territorial de la industria. 1.3. Modernización de las infraestructuras: el ferrocarril. 1.3.1. Siglo XIX: el ferrocarril y su impacto económico. 1.3.1.1 Etapas de su construcción. 1.3.1.2 Características de su construcción y efectos sobre la economía. 1.3.2. Primer tercio del siglo XX: fomento de las infraestructuras. 1.4. El comercio 1.4.1. Las dificultades del mercado interior 1.4.2. El aumento del comercio exterior.

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  • TEMA 5.- TRANSFORMACIONES ECONMICAS Y CAMBIOS SOCIALES EN EL SIGLO XIX Y PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX (TEMAS 7, 8 Y 10 DEL LIBRO DE TEXTO) 1. TRANSFORMACIONES ECONMICAS 1.1. La agricultura

    1. 1.1 La reforma agraria liberal: consolidacin de la propiedad de la tierra.

    1.1.1.1. Objetivos. 1.1.1.2. Precedentes.

    1.1.1.3. Etapas.

    1.1.1.4. Consecuencias sociales y econmicas.

    1.1.1.5. Conclusin.

    1.1.2. Atraso agrario y conflictividad campesina en el primer tercio del siglo XX.

    1.1.2.1 Los problemas del campo espaol a principios del siglo XX.

    1.1.2.2 Intentos de solucin.

    1. 2. La industria

    1.2.1. El lento despegue de la revolucin industrial en el siglo XIX.

    1.2.1.1 Causas.

    1.2.1.2 La industria textil catalana. Los inicios de la industria moderna: el algodn.

    1.2.1.3 El carbn y los inicios de la siderurgia.

    1.2.2. Primer tercio del siglo XX: los progresos de la industria.

    1.2.2.1 Cambio energtico.

    1.2.2.2 Crecimiento industrial.

    1.2.2.3 Difusin territorial de la industria.

    1.3. Modernizacin de las infraestructuras: el ferrocarril.

    1.3.1. Siglo XIX: el ferrocarril y su impacto econmico.

    1.3.1.1 Etapas de su construccin.

    1.3.1.2 Caractersticas de su construccin y efectos sobre la economa.

    1.3.2. Primer tercio del siglo XX: fomento de las infraestructuras.

    1.4. El comercio

    1.4.1. Las dificultades del mercado interior

    1.4.2. El aumento del comercio exterior.

  • 1.4.3. Librecambismo y proteccionismo

    1.5. Hacienda, banca y dinero

    1.5.1. Hacienda y deuda pblica

    1.5.2. El sistema financiero.

    1.6. Evolucin de la economa en el primer tercio del siglo XX

    1.6.1. La recuperacin econmica y la coyuntura de la Primera Guerra Mundial

    1.6.2. Los efectos de la crisis de 1929

    2. CAMBIOS SOCIALES

    2.1. Evolucin demogrfica.

    2.1.1. El siglo XIX

    2.1.1.1. El crecimiento de la poblacin

    2.1.1.2. xodo rural y crecimiento urbano 2.1.2. El primer tercio del siglo XX

    2.2. De la sociedad estamental a la sociedad de clases.

    2.2.1. La disolucin de los estamentos privilegiados

    2.2.2. Una nueva organizacin de los grupos sociales

    2.3. Gnesis y desarrollo del movimiento obrero en Espaa.

    2.3.1. El arranque del movimiento obrero.

    2.3.2. Las revueltas agrarias andaluzas.

    2.3.3. La llegada de la Internacional a Espaa.

    2.3.4. El movimiento obrero espaol durante la primera etapa de la Restauracin (1874-1898). 2.3.5. El movimiento obrero durante la crisis del sistema de la Restauracin (1898 1931).

  • TEMA 5.- TRANSFORMACIONES ECONMICAS Y CAMBIOS SOCIALES EN EL SIGLO XIX Y PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX

    1. TRANSFORMACIONES ECONMICAS 1.1. AGRICULTURA

    1.1.1. La reforma agraria liberal: consolidacin de la propiedad de la tierra

    La reforma agraria liberal forma parte del proceso de sustitucin del Antiguo Rgimen por la nueva sociedad capitalista.

    1.1.1.1. Objetivos

    Aunque con precedentes, va a ser durante el periodo de 1835-1860 cuando los gobiernos liberales, presididos por los progresistas, emprendan un proceso de reformas de las estructuras de la propiedad agraria, destinado a modificar profundamente las formas de propiedad y explotacin de la tierra.. Pretendan poner la tierra en manos de propietarios nicos e individuales, que fueran totalmente dueos de sus propiedades con plena libertad para comprar, vender, arrendar y cultivar las tierras.

    Se consideraba que este nuevo tipo de propietario, sin las trabas de la propiedad feudal, podra introducir formas modernas de cultivo para obtener una mayor productividad de sus fincas. Esta produccin debera estar destinada a la comercializacin en un mercado lo ms amplio posible. En relacin con todo ello se dictaron leyes que establecan la supresin de los seoros, la desvinculacin de los mayorazgos y la desamortizacin eclesistica y civil.

    1.1.1.2 Precedentes

    Reinado de Carlos IV. Godoy: intentos de desamortizacin de tierras eclesisticas.

    Reinado de Jos I Bonaparte. Desamortizacin de parte de las tierras del clero, desvinculacin de los mayorazgos y tierras de manos muertas y legislacin sobre el fin del rgimen seorial.

    Cortes de Cdiz: Abolicin de los seoros jurisdiccionales. Se decide en relacin a los terrenos baldos, comunales y de propios que podran pasar a ser de propiedad privada.

    Trienio Liberal (1820-1823). Restauracin de gran parte de las reformas de las Cortes de Cdiz.

    1.1.1.3. Etapas

    1. Regencia de M Cristina (1833-1840): Mendizbal (1835-37)

    Modificaciones en el estatuto de las propiedades agrarias de la nobleza:

    a) Disolucin del rgimen seorial por la que los seores perdan sus atribuciones jurisdiccionales (impartir justicia) pero conservaban la propiedad de las tierras que los campesinos no pudieran acreditar documentalmente como propias. As, los campesinos que tradicionalmente haban trabajado dichas tierras perdan todo derecho y pasaban a ser simples arrendatarios o jornaleros. El antiguo seor se convirti en el nuevo propietario agrcola.

  • b) La desvinculacin por la que se prohiba la existencia de propiedades vinculadas a familias o instituciones y se autorizaba a los dueos de este tipo de propiedad a venderlas con plena libertad. Enormes extensiones de tierra salieron al libre mercado para ser compradas por el mejor postor.

    Modificaciones en el estatuto de la propiedad agraria del clero:

    En este terreno se produjo un cambio realmente revolucionario entre 1836-1841 mediante la desamortizacin de los bienes del clero; este proceso se centr en dos aspectos:

    a) El Estado suprimi las rdenes religiosas (clero regular), excepto los religiosos que se dedicaban a la enseanza y al cuidado de los hospitales y se apropi de sus propiedades, siendo declaradas bienes nacionales. (Doc. pg.110)

    b) El Estado declar tambin bienes nacionales las propiedades del clero secular, que continu existiendo y tuvo a su cargo el cuidado de las parroquias. Se realiz la venta durante la Regencia de Espartero.

    Los bienes desamortizados fueron reprivatizados mediante subasta pblica. Las tierras podan comprarse con dinero en metlico o con ttulos de la Deuda. Mendizbal pretenda as conseguir los recursos necesarios para proseguir la guerra carlista, recuperar vales de la Deuda aminorando el grave dficit presupuestario y, por ltimo, crear una base de propietarios que se implicara en el triunfo del liberalismo.

    El nuevo estatuto de la propiedad agraria

    En 1836 se confirmaban las leyes de las Cortes de Cdiz que consagraban el pleno derecho del propietario sobre su tierra. De acuerdo con ello el nuevo propietario era libre para cercar sus fincas y el Estado dejaba de intervenir en el precio de los arrendamientos, los jornales y los productos agrcolas que quedaran fijados nicamente por las necesidades del mercado.

    2. Bienio progresista (1854-1856): Pascual Madoz

    Los gobiernos progresistas que gobernaron en este perodo pusieron en marcha el ltimo proceso desamortizador que deba acabar de liquidar los bienes del clero (especialmente los que quedaban del clero secular) llevando a cabo la desamortizacin de los bienes civiles (bienes de los ayuntamientos).

    Modificaciones en el estatuto de las propiedades municipales: la nueva ley de mayo de 1855 obligaba a los ayuntamientos a poner en venta los bienes de propios, pero los comunales, que eran aprovechados gratuitamente por todos los vecinos del municipio, no podan ser vendidos; en la prctica tal distincin no siempre era fcil, puesto que haba tierras que unos aos eran aprovechadas por la comunidad de vecinos y otros aos eran arrendadas a un particular. Se sabe que muchos ayuntamientos aprovecharon esta ley para hacer una liquidacin general de las propiedades comunales de los pueblos. Tuvo como finalidad disminuir la Deuda Pblica e impulsar la construccin del ferrocarril.

  • 1.1.1.4. Consecuencias del proceso de desamortizacin

    Consecuencias sociales:

    La nobleza. La abolicin de los seoros y de los derechos jurisdiccionales no signific la prdida de los derechos sobre la tierra de los antiguos seores, la mayora de los cuales pudieron transformar sus antiguos seoros en propiedad privada. Muchos campesinos pleitearon contra estas resoluciones, aspirando a poder acceder a la propiedad de las tierras que cultivaban, pero la mayora de los tribunales fallaron sistemticamente a favor de la nobleza, considerada propietaria natural, y slo en el caso de que los campesinos poseyeran documentos (contratos) indiscutibles les adjudicaba la propiedad. La alta nobleza no perdi su base econmica (la gran propiedad) en la que se apoyaba su influencia social, pero sus propiedades no las transformaron en modernas empresas agrarias de tipo capitalista, ya que continuaba con su mentalidad rentista y absentista.

    El clero sufri un golpe muy duro, privado del clero regular, vio reducidos sus efectivos humanos y el clero secular pas a depender de la dotacin econmica del Estado.

    La burguesa rica de las ciudades adquiri tierras en la subasta de bienes y form una clase de grandes terratenientes. Esta burguesa tampoco supo transformar sus propiedades en modernas empresas explotadas segn los esquemas de rentabilidad propios del sistema capitalista. No fueron empresarios capitalistas sino terratenientes absentistas, que vivan de las rentas de sus tierras sin ocuparse de su explotacin.

    Los cultivadores arrendatarios o subarrendatarios con frecuencia vieron empeorar su situacin: unas veces los nuevos propietarios hacan ms duras las condiciones del contrato de arrendamiento, otras cancelaban los contratos porque preferan tratar con grandes arrendatarios que cultivaban muchas tierras con el auxilio de jornaleros.

    Los jornaleros aumentaron considerablemente en nmero, en parte por el crecimiento de la poblacin y en parte por la anulacin de muchos contratos de arrendamiento con pequeos cultivadores.

    Consecuencias econmicas

    La desvinculacin de la tierra y las desamortizaciones (Mendizbal y Madoz) permitieron que miles de propiedades salieran al mercado y comportaron una profunda modificacin de la propiedad territorial cambiando de dueo miles de edificios y parcelas agrarias.

    Radical transformacin en la regulacin de la propiedad: a finales del siglo XIX se haba consolidado la propiedad privada.

    Aumentaron las superficies cultivadas, especialmente las dedicadas al cultivo de cereales, aument por tanto la produccin de cereal del pas y mejor el abastecimiento del mercado interior espaol con la produccin de trigo. Gran expansin del cultivo del viedo favorecida por la demanda de vinos del mercado europeo. Sin embargo esta expansin de la produccin se consigui sin alterar las tcnicas utilizadas.

  • 1.1.1.5. Conclusin

    La esperanza del liberalismo progresista de que con la desamortizacin la mayora de los medianos y pequeos campesinos se convirtieran en propietarios no se consigui, ya que, a excepcin de algunas zonas, compraron tierras quienes ya las tenan y quienes contaban con recursos para adquirirlas. (Doc. pg. 126)

    As pues, la desamortizacin no satisfizo las expectativas de quienes haban confiado en realizar una reforma agraria que acabara con el retraso de este pas, pues no cambi la estructura de la propiedad (minifundios y latifundios), no cre un buen nmero de medianos propietarios y no solucion el problema del campesinado. Esta escasez de transformaciones en el campo y la limitada productividad agrcola obstaculizaron la que debera ser una de las principales contribuciones de la agricultura al crecimiento econmico moderno: permitir a una proporcin creciente de la poblacin dedicarse a la industria o al comercio, mientras un nmero cada vez ms reducido produca alimentos suficientes, ni tampoco se convirti en una base slida, tan necesaria, para el despegue de la revolucin industrial.

    Sin embargo, la desamortizacin no puede ser considerada un fracaso pues adems de paliar los problemas de la Hacienda Pblica, puso una considerable proporcin de tierra de cultivo en manos de individuos con mayor inters de obtener beneficios y en la permanencia del rgimen liberal. As, aun de forma moderada, se estimul el crecimiento del producto y su venta en el mercado.

    1.1.2. Atraso agrario y conflictividad campesina en el primer tercio del siglo XX.

    1.1.2.1 Los problemas del campo espaol a principios del siglo XX

    En el atraso agrario tuvo una influencia muy destacada la estructura desigual de la propiedad de la tierra:

    Los propietarios de los grandes latifundios de Extremadura, Castilla y Andaluca tenan una gran aversin al riesgo y muy poco inters por el cultivo eficiente de sus tierras. De esta forma, en estas zonas, la inmensa mayora de la poblacin viva en unas condiciones cercanas a las de subsistencia. Las diferencias extremas de renta entre una minora de propietarios y la gran masa de campesinos provocaron una gran conflictividad as como movilizaciones por parte de los campesinos para exigir una reforma que les permitiera acceder a la propiedad de la tierra.

    Si los latifundios fueron un problema, tambin lo fueron la pervivencia de los minifundios que hizo que las explotaciones fueran poco rentables y competitivas obligando a muchos campesinos a emigrar.

    La escasez de transformaciones en el campo y la limitada productividad agrcola mientras que otros pases s que la mejoraban, hizo que la distancia entre stos y Espaa aumentara consolidndose la situacin de atraso relativo de nuestra agricultura.

    1.1.2.2 Los intentos de solucin

    Los diferentes gobiernos de la poca fueron conscientes del atraso del campo espaol y de los obstculos que de ellos se desprendan para el crecimiento econmico del pas y los constantes conflictos sociales derivados de la desigual distribucin de la propiedad y de la pobreza que afectaba a buena parte del campesinado (Ver esquema de la pgina 171, actividad 5, sobre las consecuencias del atraso agrario).

  • El aumento del regado se vea como un elemento imprescindible para superar las adversas condiciones climticas. As se aprob un Plan de Obras Pblicas que impulsaba la implantacin de regados en zonas tradicionalmente de secano. Este plan se ampli con la creacin de las Confederaciones Hidrogrficas durante la Dictadura de Primo de Rivera y el Plan de Obras Hidrulicas emprendido por la Segunda Repblica.

    Sin embargo el principal problema era la gran cantidad de campesinos sin tierra. Se llevaron a cabo algunas medidas como colonizacin de tierras pero que resultaron insuficientes y cualquier medida era obstaculizada por los grandes propietarios que se oponan a una reforma agraria. sta se emprendera en la Segunda Repblica.

    1.2. LA INDUSTRIA

    1.2.1. El lento despegue de la revolucin industrial

    En la Espaa del siglo XIX las transformaciones del sector secundario, como las del conjunto de la economa, fueron importantes pero estuvieron muy alejadas de las de los pases que se industrializaron. Al final de este periodo la economa segua siendo principalmente agraria, incapaz de competir en el mercado internacional, y la participacin de la industria en la renta nacional no superaba un quinto del total.

    1.2.1.1 Causas que explican el lento despegue de la industria espaola

    La falta de capitales, teniendo que recurrir al capital extranjero. La escasa capacidad de compra de la inmensa mayora de los consumidores

    espaoles. La prdida de las colonias supone la prdida de un importante mercado. La escasez de materia primas (haba que importar el algodn) y de fuentes de

    energa (la falta de cursos de agua importantes para obtener energa hidrulica as como la mala calidad y difcil extraccin de nuestro carbn).

    La posicin geogrfica de Espaa en el extremo suroccidental de Europa fue un factor adverso para la expansin industrial pues la distancia en relacin con el ncleo de industrializacin del continente supona una desventaja tanto para la adquisicin de materias primas como para la colocacin de lo producido dado los elevados costes en el transporte.

    El elevado gasto pblico absorba gran parte de los recursos de la Hacienda Pblica elevando los tipos de inters lo que encareca la financiacin de las empresas desincentivando, por tanto, la inversin productiva. Preferencia por invertir el capital en Deuda Pblica (poco riesgo y alta rentabilidad) y en la compra de tierras desamortizadas.

    La estructura econmica concentrada en dos regiones fundamentalmente mientras que el resto segua muy atrasado dando lugar a grandes diferencias regionales.

    La red de transporte radial no articulaba bien el mercado ni la relacin entre los centros industriales.

    La reforma agraria llevada a cabo por los gobiernos liberales no contribuy al despegue industrial ya que la escasez de transformaciones en el campo y nuestra limitada productividad no liber mano de obra en el campo ni excedentes, base imprescindible para la revolucin industrial.

    La inestabilidad poltica.

    1.2.1.2 La industria textil catalana. Los inicios de la industria moderna: el algodn

    A partir de 1770 en Catalua se inicia la manufactura textil, fbricas de indianas, a finales de siglo adoptaron las primeras hiladoras mecnicas. Con la Guerra de la Independencia (1808-1814) se desarticul un mercado que era fundamentalmente interior, reanudndose tras la contienda.

  • El proceso de mecanizacin del textil cataln se inicio en 1830 con la instalacin de las primeras mquinas de vapor. La mecanizacin aunque incompleta supuso una disminucin de los costes y de los precios de venta. Esto estimul la demanda que se vio aumentada por la proteccin arancelaria y la sustitucin de la lana por el algodn, fibra ms higinica y de fcil mecanizacin. El aumento de la demanda estimul la produccin.

    El desarrollo de la industria textil tuvo que hacer frente a dos limitaciones:

    - La escasez de carbn de la minera catalana y las dificultades de transporte para llevar la hulla asturiana. Proliferaron las colonias industriales en el margen de los ros para aprovechar la energa hidrulica.

    - La debilidad del mercado espaol compuesto principalmente por una masa campesina empobrecida con poca capacidad de demanda. Las industrias textiles exigieron constantemente al gobierno medidas proteccionistas que evitaran la competencia de los tejidos extranjeros.

    La fase de crecimiento del sector textil se vio interrumpida durante la Guerra de Secesin de Estados Unidos (1861-1865) que provoc la falta de aprovisionamiento de algodn (hambre de algodn). Desde 1874 se inici una nueva fase expansiva con la mecanizacin del tejido, renovacin de la estructura industrial y surgimiento de numerosas colonias industriales.

    La industria algodonera consigui desplazar por su mayor calidad y menor precio a la industria textil no algodonera dispersa por Espaa. Sin embargo a pesar del crecimiento continuo de su produccin las cantidades absolutas eran pequeas. Fue suficiente para industrializar Catalua pero no al resto de Espaa.

    1.2.1.3 El carbn y los inicios de la siderurgia

    Las nuevas tcnicas que revolucionaron la estructura productiva de la industria en algunos pases de la Europa del siglo XIX utilizaban una gran cantidad de energa por unidad producida. Las economas como la espaola, en las que escaseaban las fuentes de energa por la falta de cursos de agua aprovechables para obtener energa hidrulica o por la mala calidad del carbn mineral, estaban en una posicin de desventaja para aplicar estos nuevos procedimientos tcnicos.

    El fracaso de los esfuerzos para consolidar un sector siderrgico realizados por diversos empresarios, tanto en Mlaga (Manuel Agustn Heredia, exportador de vinos y aceites, ya intent desarrollar la siderurgia moderna explotando los criaderos de hierro de Ojn) como en Asturias desde el primer tercio del siglo, es un claro ejemplo de las negativas implicaciones de estas carencias a la hora de impulsar la expansin de una industria fundamental en la industrializacin europea del siglo XIX.

    Desde mediados de siglo, la dificultad para adquirir carbn de coque condujo al declive malagueo, debido a unos costes de produccin que no podan soportar la competencia de zonas que se podan abastecer ms fcilmente. As, la existencia de yacimientos de este producto en Asturias, donde desde 1840 haba tenido lugar la creacin de diversas empresas para su explotacin, convertira a esta regin en el centro siderrgico de Espaa entre 1864 y 1879. La produccin asturiana, dentro de la cual destaca la contribucin realizada por la Sociedad Metalrgica Duro y Ca., creci con rapidez aunque se mantuvo en valores ab-solutos muy modestos, debido a la escasa calidad y bajo poder calorfico del carbn asturiano. No perdi su hegemona mientras fue la nica zona de Espaa en disponer de carbn mineral.

  • Vizcaya posea minas de hierro y una tradicin de ferreras que se remonta a la Edad Media. Pero fue a partir de 1876, la llegada de coque gals barato a Bilbao, cuando se consolid la industria siderrgica en el Pas Vasco. El mayor poder calorfico del carbn gals y su precio ms reducido comport la prdida de competitividad de las empresas asturianas, que eran de costes muy superiores. La consolidacin del eje comercial entre Bilbao y Cardiff, basado en la exportacin de mineral de hierro a Gran Bretaa y la importacin de carbn gals para los altos hornos vascos, desempe un papel de primer orden en la industrializacin del Pas Vasco.

    En las dos ltimas dcadas del siglo se constituyeron las grandes empresas siderrgicas vascas. En 1885, Altos Hornos de Vizcaya instal el primer convertidor Bessemer de Espaa, que fabricaba acero en serie a partir de un lingote de hierro, y a finales de la dcada se puso en marcha el primer horno que produca acero de gran calidad. A finales de siglo la produccin de hierro de Vizcaya pas a representar casi dos tercios del total de la produccin nacional.

    1.2.2. Primer tercio del siglo XX: los progresos de la industria

    1.2.2.1 Cambio energtico

    La difusin de la electricidad y el petrleo (Segunda Revolucin Industrial) permiti vencer uno de los principales obstculos para el crecimiento de Espaa: la carencia de fuentes de energa competitivas debido a la escasa calidad del carbn autctono. El uso comercial de la electricidad y su transporte gracias a la invencin del transformador abrieron la posibilidad de mecanizar la prctica totalidad de la produccin industrial. El avance en el refinado del petrleo y los progresos tcnicos en la mejora de motores abrieron paso a una nueva revolucin de los transportes: el automvil.

    1.2.2.2 Crecimiento industrial

    En las tres primeras dcadas del siglo XX el producto industrial per cpita aument en un 60%. Al mismo tiempo, la estructura industrial experiment una importante transformacin con la aparicin de nuevas industrias y la consolidacin de las ya existentes, pero se mantuvo la preponderancia de las industrias de bienes de consumo.

    Entre los sectores tradicionales, el textil cataln continu su expansin, pero comenz a perder peso. Las industrias alimenticias tambin retrocedieron a pesar de la expansin de la industria conservera del pescado del litoral cantbrico y la de los productos agrcolas desarrollada en Navarra.

    La industria qumica se consolid gracias a la fabricacin de productos como fertilizantes, medicamentos, explosivos.

    La industria siderrgica vizcana creci considerablemente crendose la sociedad annima Altos Hornos de Vizcaya que fue el complejo siderrgico ms importante durante gran parte del siglo XX. Los beneficios obtenidos en este sector permitieron una diversificacin industrial en sectores como navieras, compaas de seguros, qumicas, elctricas, banca

    Entre las nuevas industrias destacan la elctrica, con su primera empresa Compaa Sevillana de Electricidad, pero sobre todo destac La Canadiense (Barcelona Traction). Tambin destacan las industrias hidroelctricas.

    Otro sector que tambin creci fue el de la industria metalrgica con dos sectores en expansin: el automovilstico y el de electrodomsticos. Por ltimo cabe destacar la industria del cemento con el empuje de la construccin.

    1.2.2.3 Difusin territorial de la industria

    Junto con los dos ncleos bsicos, Catalua y el Pas Vasco, cuya preponderancia se mantuvo durante el primer tercio del siglo XX, la industrializacin se extendi por zonas ms

  • amplias del territorio espaol. Madrid se convirti en la tercera regin industrial y tambin observamos otras regiones en donde se dio un avance industrial: Galicia (industria conservera) Zaragoza, Sevilla, cornisa cantbrica (industrias siderrgicas y sus derivados metalrgicos)), Valencia y Alicante (muebles y juguetes).

    La mayor difusin territorial de la industria no puso fin a los profundos desequilibrios en la distribucin de la renta: en Catalua, Pas Vasco y Madrid el PIB se situaba muy por encima de la media, Canarias, Galicia y Castilla-La Mancha el PIB era bastante inferior a la media.

    1.3. MODERNIZACIN DE LAS INFRAESTRUCTURAS: EL FERROCARRIL

    1.3.1. Siglo XIX: el ferrocarril y su impacto econmico

    La construccin del ferrocarril represent una revolucin tanto por la gran velocidad que alcanzaba como por la reduccin del coste del transporte de mercancas y pasajeros. Cuando a mediados del siglo XIX se inici la construccin de la red ferroviaria en Espaa, el atraso de los sistemas de transporte era notable en relacin con otros pases de Europa. El tendido de la red ferroviaria en Espaa se inici en 1855, con la aprobacin de la Ley General de Ferrocarriles. Antes de esta fecha se haban construido muy pocos kilmetros de va frrea como las lneas que unan Barcelona con Matar y Madrid con Aranjuez.

    1.3.1.1 Etapas

    Podemos diferenciar varias etapas en la construccin de la red ferroviaria:

    1. 1855-1866: primera gran expansin; ello supuso una gran movilizacin de capitales interviniendo de forma muy destacada compaas extranjeras. 2. 1866: la crisis financiera supuso un periodo de paralizacin, ante la evidente escasa rentabilidad que tenan las inversiones ferroviarias. 3. 1873: nueva etapa constructiva completndose el trazado de la red que haba quedado paralizado.

    1.3.1.2 Caractersticas de su construccin y efectos sobre la economa

    La Ley General de Ferrocarriles marc las normas para su construccin con efectos no siempre positivos para nuestra economa. Principales caractersticas:

    a) Qued consolidada la estructura radial de la red ferroviaria espaola con centro en Madrid. Los motivos de esta decisin, al igual que en el caso de la red de carreteras principales, fueron el deseo de consolidar un Estado centralizado, articulado a travs de Madrid, lo que dificult las comunicaciones entre las zonas ms industrializadas y dinmicas de Espaa.

    b) Otro de los aspectos establecidos en la Ley fue el ancho entre carriles. ste qued fijado en 1,67 m frente a los 1,44 m de la mayora de las lneas europeas. Las causas de esta decisin no fueron, en contra de lo tradicionalmente sealado, dificultar otra hipottica invasin desde Francia, sino de carcter tcnico: poder instalar calderas de vapor ms grandes y aumentar la potencia de las locomotoras para superar mayores pendientes. Sin embargo, adoptar un ancho de va distinto del mayoritario en el continente fue un error muy grave. Los obstculos tcnicos fueron superados al cabo de pocos aos, pero entonces la red construida era ya demasiado extensa para ser sustituida. Ello dificult los intercambios por ferrocarril con el resto de Europa al obligar a transbordar las mercancas en la frontera, con el consiguiente aumento de costes y tiempo.

  • c) El aspecto ms controvertido de la Ley fue la autorizacin concedida a las compaas constructoras para importar libres de aranceles todos los materiales necesarios para la construccin del trazado. El. aumento de la demanda sobre el sector siderrgico o de maquinaria que la construccin de los ferrocarriles podra haber provocado, y que, de hecho, provoc en otras economas europeas, no tuvo aqu lugar y se fren de este modo una de las consecuencias ms positivas sobre la industria inducidas por el tendido de la red.

    Esta franquicia arancelaria a la importacin de materiales ha sido considerada una de las razones principales para defender que la construccin de la red ferroviaria en Espaa fue una oportunidad perdida para la industrializacin. (Doc.pg.163)

    Los efectos positivos del ferrocarril no se limitaron a la etapa de su construccin, aunque entonces jug un papel muy destacado en la articulacin del mercado interior de ce-reales. Otra gran aportacin de la revolucin de los transportes al crecimiento econmico tuvo lugar a partir de los aos setenta del siglo XIX como resultado de su decisiva contribucin al transporte de vino y minerales para su exportacin.

    Para hacer frente a la instalacin de la red viaria y adquirir el parque mvil se requera una gran inversin lo que dio lugar a la aparicin de las sociedades de crdito. En Espaa se crearon tres sociedades de crdito, dos dominadas por capital francs y la tercera por capital alemn (Rosthchild). Sus mltiples beneficios se explican por la combinacin de tres factores:

    a) Rentabilidad de la propia inversin. b) Cobro de las subvenciones estatales. c) Su influencia en los mbitos gubernamentales, que ser fuente de escndalos

    polticos

    1.3.2. Primer tercio del siglo XX: fomento de las infraestructuras La mejora de los caminos y carreteras absorbi la mayor parte del esfuerzo inversor del Estado. Sobre todo en los ltimos aos de este periodo (1900-1931) los kilmetros de carretera experimentaron un aumento muy considerable.

    El ferrocarril inici su electrificacin y tambin cont con el apoyo inversor del Estado.

    Aument la red telegrfica y creci notablemente en la telefona el nmero de abonados, en gran parte, debido a la creacin de la empresa pblica Compaa Telefnica Nacional de Espaa.

    1.4. COMERCIO EXTERIOR

    1.4.1. Las dificultades del mercado interior

    En la primera mitad del siglo XIX se aprobaron una serie de leyes para suprimir los obstculos a la libre circulacin de mercancas y construir un mercado nacional que superase el local o comarcal caracterstico del Antiguo Rgimen. Acciones legislativas que acabaron con los gremios, ampliando el nmero de productores, se suprimieron los impuestos de paso y se eliminaron tasas e impuestos indirectos sobre el comercio.

    Otro aspecto que dificultaba el comercio interior era la falta de una eficaz red de transportes que permitiera trasladar las mercancas de las zonas productoras a las consumidoras. En Espaa no exista una buena red de caminos ni una red hidrogrfica que permitiera el transporte fluvial. A pesar de sus limitaciones y los aspectos negativos que acompaaron a su construccin, el ferrocarril fue un instrumento indispensable para dotar a

  • Espaa de un sistema de transporte masivo, barato y rpido en el intercambio de personas y mercancas que favoreci el aumento de un mercado interior.

    Pero el principal escollo para el comercio interior fue le escasa capacidad adquisitiva del campesinado espaol (economa agrcola con productividad muy limitada), lo que provoc una falta de demanda (escasez de compradores) que incida negativamente en el desarrollo industrial y el comercio.

    1.4.2. El aumento del comercio exterior

    Durante el siglo XIX, las exportaciones crecieron a un ritmo similar al del conjunto de Europa, mientras que las importaciones fueron menores. En su evolucin dos grandes etapas:

    -primera (1815-1850) crecimiento modesto pero sostenido -segunda (1850-1900) de mayor aumento por influencia de la expansin del comercio internacional.

    Los productos reflejan la transformacin econmica del siglo XIX. En sus inicios exportaciones de productos agrcolas (aceite, vino) e importaciones de tejidos de algodn y lino. A finales de siglo, algodn en rama (sin elaborar) y carbn eran las principales importaciones, mientras que en las exportaciones los minerales, los productos agrarios y los tejidos de algodn. El peso, aun dominante, de los productos agrarios evidencia lo limitado de la industrializacin del pas y de la transformacin econmica.

    Si hasta la independencia de las colonias estas constituyeron los principales socios comerciales, desde 1850 Espaa fue vinculndose cada vez ms a las economas ms avanzadas de Europa, Francia y Gran Bretaa. Para su industrializacin demandaron productos espaoles, a la vez Espaa import un considerable volumen de productos de estos dos pases.

    1.4.3. Poltica comercial: proteccionismo y librecambio

    La creciente vinculacin comercial al resto de Europa fue inseparable de la poltica comercial, centro del gran debate econmico del siglo XIX desarrollado entre los partidarios de poner trabas a la competencia exterior para fomentar el desarrollo de la produccin interna (proteccionistas) (doc. 6 pg. 167) y los defensores de anular todo obstculo a la entrada de productos extranjero, pues ello estimulara la competitividad y la especializacin de la industria espaola (librecambistas) (doc. pg. 164).

    La poltica arancelaria de los sucesivos gobiernos evolucion siguiendo las pautas de las naciones ms influyentes de Europa. De una primera etapa de avance del librecambio hasta 1874, se pas a otra dominada por el proteccionismo. Los industriales textiles catalanes, los cerealistas castellanos, el sector carbonfero asturiano y los siderrgicos vascos presionaron siempre a los sucesivos gobiernos liberales para conseguir proteccin para sus productos. Se ha defendido con carcter bastante generalizado que la poltica arancelaria aplicada durante el siglo XIX obstaculiz la vinculacin con el mercado in-ternacional, abastecedor de las nuevas tecnologas, y fren la especializacin de la produccin. De este modo, el excesivo proteccionismo de la economa espaola sera una de las causas ms destacadas la debilidad del desarrollo industrial.

    Ahora bien, a pesar de la inestabilidad de la situacin econmica durante buena parte del perodo, Espaa realiz hasta 1870 un gran esfuerzo de liberalizacin del comercio exterior, siguiendo unas pautas similares a las de buena parte de los pases europeos. Por tanto, resulta exagerado responsabilizar a la poltica arancelaria del atraso industrial espaol decimonnico; ste fue el resultado de factores diversos:

  • - Inestabilidad institucional. - Atraso agrario. - Ausencia de reforma fiscal. - Apropiacin de casi todo el excedente por parte de sectores sociales impro-ductivos. - Marco geogrfico en el cual los recursos naturales eran poco favorables para impulsar un crecimiento econmico como el de Gran Bretaa.

    1.5. HACIENDA, BANCA Y DINERO.

    1.5.1. Hacienda y deuda pblica

    En 1845, el gobierno liberal moderado impuls una reforma fiscal (Reforma Mon-Santilln) para eliminar las exacciones fiscales de los privilegiados y aumentar la recaudacin sobre la base de la igualdad. Tuvo sus limitaciones ya que los impuestos directos no contemplaban las rentas personales (trabajo y capital) importante fuente de ingresos en otros pases.

    El Estado no consigui aumentar la recaudacin y la insuficiencia de ingresos fue una constante de la Hacienda espaola. El dficit de la Hacienda Pblica se financi apelando al crdito exterior, realizando concesiones a grupos extranjeros a cambio de fondos (por ejemplo las concesiones mineras) y apelando a una constante emisin de deuda pblica que aumentaba ms el dficit y provocaba un continuo endeudamiento. En diversas ocasiones el Estado tuvo que declararse en quiebra, generando la desconfianza de los prestamistas internacionales sobre la Hacienda espaola.

    1.5.2. El sistema financiero

    En 1856 se promulg la Ley de Bancos y Sociedades de Crdito inicio de la modernizacin del sistema bancario espaol.

    El mayor banco espaol de principios del siglo XIX era el Banco de San Fernando, creado en 1829 como banco del Estado y de emisin.

    En 1831 comenz a funcionar la Bolsa de Madrid con la voluntad de financiar nuevas empresas espaolas.

    En 1856 se cre el Banco de Espaa, que obtuvo en 1874 la concesin del monopolio de emisin de billetes.

    Con la industrializacin vasca surgi un sector bancario que apoyase su financiamiento, nacieron as el Banco de Bilbao (1856) y el Banco de Vizcaya (1902) que se expandieron por toda Espaa.

    En 1848, la Ley de Reforma Monetaria adopt el real como unidad monetaria bsica, que se mantuvo hasta 1868 cuando se cre una nueva moneda oficial, la peseta de 100 cntimos, que puso fin a la diversidad de monedas existentes en Espaa hasta aquel momento.

    1.6. EVOLUCIN ECONMICA EN EL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX

    El crecimiento de la economa espaola, en el primer tercio de siglo XX, comport un aumento de las relaciones con el exterior y una mayor vinculacin con los circuitos del comercio internacional. De este modo, Espaa se hizo ms permeable a las diferentes coyunturas de la economa internacional.

  • 1.6.1. La recuperacin econmica y la coyuntura de la Primera Guerra Mundial

    El siglo XX se inici con las consecuencias del desastre e 1898 que puso fin al imperio espaol. Los efectos de esta desaparicin fueron menores de lo esperado a pesar de la dependencia mostrada por la economa en las ltimas dcadas. La desaparicin del mercado perjudic a los textiles catalanes, a las harinas castellanas, etc. Pero a pesar de ello y de las deudas contradas con la guerra, la crisis se super con rapidez. Los datos muestran que esos aos hubo una baja inflacin baja, una reduccin de la deuda pblica y una repatriacin de muchos capitales que estimularon la creacin de bancos y empresas. A medio y largo plazo, la crisis fue favorable para la economa espaola pues oblig a una cierta renovacin de la estructura productiva.

    La coyuntura de la Primera Guerra Mundial propici a Espaa una importante expansin econmica, ya que el conflicto redujo la capacidad productiva de los pases beligerantes y Espaa se convirti en suministradora de productos industriales y agrarios. El incremento de la demanda exterior estimul la produccin. Como consecuencia de las exportaciones, la balanza de pagos espaola tuvo un saldo positivo. Sin embargo, el incremento de la demanda exterior acarre un incremento de precios que desat un proceso inflacionario sin precedentes a consecuencia del cual las clases populares experimentaron un empeoramiento de su nivel de vida, lo que provoc, a su vez, una oleada de huelgas y reivindicaciones obreras. Acabada la guerra, el mercado interno fue incapaz de sustituir a las exportaciones de la guerra por lo que muchas empresas tuvieron que cerrar. Las clases trabajadoras, que ya haban sufrido la inflacin durante el conflicto, tuvieron que hacer frente al desempleo. El descontento social se expres de nuevo en forma de prolongadas huelgas.

    1.6.2. Los efectos de la crisis de 1929

    La crisis internacional de 1929 provocada por el desplome de la bolsa de Nueva York tuvo repercusiones en Espaa, aunque su incidencia fue menor que en otros pases industrializados dado el reducido peso que el comercio exterior tena en la economa espaola. La influencia se dej sentir, sobre todo, en los sectores econmicos ms dinmicos que orientaban gran parte de u produccin al comercio exterior (productos agrcolas de exportacin como la vid, ctricos, aceite y minerales, como el hierro y derivados). La crisis internacional repercuti de manera relativa en la economa espaola gracias, en primer lugar a la depreciacin de la peseta que haca a los productos espaoles ms baratos y por tanto ms competitivos y, en segundo lugar, debido a la limitada importancia del comercio exterior por el proteccionismo arancelario de la etapa anterior.

    2. CAMBIOS SOCIALES

    2.1. EVOLUCIN DEMOGRFICA

    2.1.1. Siglo XIX

    El crecimiento de la poblacin

    A lo largo del siglo XIX, la poblacin espaola pas de 10,5 millones en 1797 a 19 millones de habitantes en 1900. Las causas ms importantes de este crecimiento fueron:

    - La desaparicin de determinadas epidemias. - La mejora de la dieta. - La expansin de algunos cultivos como el maz y la patata.

    Sin embargo, el crecimiento demogrfico espaol fue uno de los ms bajos del continente como resultado del mantenimiento, durante la mayor parte del siglo XIX, de los rasgos tpicos del rgimen demogrfico antiguo: alta mortalidad y elevada natalidad. A

  • partir de 1870 el comportamiento demogrfico inici su transformacin (transicin demogrfica), que se prolong durante buena parte del siglo XX: disminucin de la mortalidad, especialmente la catastrfica. La ltima epidemia de clera se registr en 1885.

    El crecimiento de la poblacin se produjo pese a la elevada emigracin exterior que conoci un fuerte impulso a partir de 1880, cuando la mejora de los transportes navales facilit el traslado de personas a otros continentes. Las regiones ms afectadas fueron Galicia, Asturias, Canarias, Almera y Murcia, y los destinos mayoritarios resultaron ser los pases hispanoamericanos (Argentina, Mxico, Cuba, Brasil) y el Norte de frica.

    Durante este siglo, siguiendo la tendencia iniciada el siglo anterior, continu aumentando el peso demogrfico de la periferia en detrimento de la Espaa interior, que tuvo un aumento bastante limitado, excepto Madrid.

    xodo rural y crecimiento urbano

    A lo largo del siglo XIX, el proceso de urbanizacin espaol fue limitado, a consecuencia de la modesta transformacin industrial y del atraso agrario, que obligaba a la mayor parte de la poblacin a producir alimentos y a quedarse en el campo. Pero, a pesar de este predominio del mundo rural, el crecimiento de las ciudades fue constante, aunque lento, pues hubo un importante desplazamiento de poblacin de las zonas rurales a las grandes ciudades. Madrid creci considerablemente como consecuencia de sus funciones polticas, administrativas y financieras. Barcelona creci tambin de forma destacada debido a la atraccin que ejerca su industrializacin.

    Las ciudades vivieron enormes cambios tecnolgicos y sociales: iluminacin de calles con farolas de gas, estaciones de ferrocarril, construccin de redes de alcantarillado. Pero la transformacin de mayor alcance fue, primero, el derribo de las antiguas murallas, que impedan su crecimiento, y luego, la construccin de ensanches o barrios de nueva planta, planificada segn los criterios del nuevo urbanismo de la poca.

    2.1.2. Primer tercio del siglo XX

    Durante el primer tercio del siglo XX asistimos a un importante incremento de la poblacin: de 19 a 23,5 millones en 1930.

    Se produjo el inicio de la transicin demogrfica: intenso descenso de la mortalidad y, posteriormente, de la natalidad. Aumento de la esperanza media de vida al nacer debido a las mejoras en las condiciones higinicas y a la mejora en la dieta alimenticia.

    Aumento de la urbanizacin en detrimento de los ncleos rurales. El periodo de mayor crecimiento urbano fue entre el final de la 1 Guerra Mundial y la depresin del 29, as, Madrid y Barcelona superaron el milln de habitantes en 1930 y ciudades como Bilbao, Sevilla, Zaragoza, Mlaga y Valencia duplicaron su poblacin entre 1900 y 1930.

    Debido al crecimiento industrial o minero, pequeas ciudades se convirtieron en importantes centros de atraccin de poblacin: Baracaldo, Sestao, Mieres, Badalona, Sabadell, Terrassa. No obstante los habitantes residentes en ncleos de menos de 20.000 habitantes seguan siendo mayoritarios (casi el 70 % del total) provocando un acentuado dualismo entre el campo y la ciudad, origen de buen nmero de tensiones polticas y sociales.

    El aumento de la poblacin sostenido, ms las escasas oportunidades de empleo provoc una fuerte emigracin, especialmente a Amrica Latina. Las regiones con mayor saldo migratorio fueron Galicia, la cornisa cantbrica y Canarias, debido fundamentalmente a los bajos salarios y a la escasez de tierra cultivada.

  • Asistimos tambin a una mejora en la cualificacin educativa: en 1877, slo un tercio de los espaoles estaban alfabetizados, mientras que en 1930, stos superaban el 70 %. Causa: mejora significativa de la atencin, pblica y privada a la enseanza. Por contraste, se puede sealar que el analfabetismo estaba prcticamente erradicado en Inglaterra, Francia o Alemania desde 1900.

    2.2. DE LA SOCIEDAD ESTAMENTAL A LA SOCIEDAD DE CLASES

    En el siglo XIX, las nuevas ideas econmicas y polticas de signo liberal dieron origen a profundos cambios sociales. Desapareci la organizacin social estamental y se implant la sociedad de clases basada en el derecho de propiedad y en la igualdad ante la ley y la fiscalidad. En Espaa este proceso fue lento por la escasa industrializacin, el peso de la gran propiedad agraria y el poder de los grupos privilegiados del Antiguo Rgimen, nobleza y clero.

    2.2.1. La disolucin de los estamentos privilegiados

    En Espaa los estamentos dejaron de existir con la configuracin del Estado liberal en el siglo XIX, cuando las nuevas leyes impusieron la igualdad jurdica de todos los ciudadanos, acabando con los privilegios por el nacimiento, ttulos o pertenencia al clero. Todos los grupos sociales pagaban impuestos, eran juzgados por las mismas leyes y tribunales y gozaban, tericamente, de iguales derechos polticos.

    El conjunto de la poblacin constitua una sola categora jurdica, ciudadanos, aunque el liberalismo censitario, limitaba la participacin poltica.

    Las diferencias sociales se establecieron fundamentalmente en funcin de la riqueza, siendo el nivel econmico de los ciudadanos el que los defina como pertenecientes a una determinada clase social.

    La nobleza perdi sus privilegios: no pagara impuestos, extraer tributos de sus tierras y ejercer como jueces en sus seoros. A pesar de ello, mantuvo su importancia social, econmica e incluso poltica al integrarse en el estrato alto de la burguesa.

    El clero con la desamortizacin y desvinculacin perdi buena parte de sus propiedades. Muchos conventos quedaron vacos, perdiendo tambin parte de sus tesoros artsticos, bibliotecas... El clero disminuy con la notable prdida de su poder econmico desde mediados del siglo XIX. No obstante mantuvo buena parte de su poder e influencia social. La alta jerarqua eclesistica (arzobispos y obispos) tuvo un gran influjo poltico, con formas de vida similares a las de las clases altas. Con Isabel II formaron parte de la camarilla real, con peso en la corte y representantes en el Senado. Con la Restauracin aumento el nmero de clrigos y miembros de rdenes religiosas especialmente las dedicadas a la enseanza. Se mantuvo un fuero eclesistico con algunos privilegios: no podan ser recluidos en crceles comunes y quedaban libres de obligaciones militares.

    2.2.1. Una nueva organizacin de los grupos sociales

    En la Espaa liberal del siglo XIX se constituyeron dos grandes grupos sociales: la burguesa, poseedora de alguna forma de riqueza urbana, industrial o agraria y el proletariado, integrado por aquellos que slo posean el salario que obtenan con su trabajo manual.

    - La burguesa: dentro de ella podemos diferenciar varios grupos.

    a) La alta burguesa (la lite del dinero) constituida por la alta nobleza, convertida en gran propietaria agrcola, y por personas, no nobles, que se haban enriquecido.

  • b) La mediana y pequea burguesa urbana, que comprenda a empleados de la administracin, funcionarios, comerciantes, profesiones liberales. Estos grupos constituan la llamada clase media.

    - Las clases populares: estaban formadas por los pequeos artesanos, el servicio domstico, los empleados de comercio y, sobre todo, el nuevo proletariado, surgido del proceso de industrializacin. Junto a ellos los campesinos pobres o sin tierras, los jornaleros.

    Las desigualdades de riqueza y las duras condiciones de vida y trabajo de la clase obrera y de los campesinos dieron origen a nuevos movimientos sociales (obrerismo y sindicalismo) e ideologas polticas, que reclamaban mejoras salariales y laborales y denunciaban el capitalismo como un sistema social injusto.

    2.3. GNESIS Y DESARROLLO DEL MOVIMIENTO OBRERO EN ESPAA

    2.3.1. El arranque del movimiento obrero

    El limitado proceso de industrializacin espaol implic que el nmero de obreros existente en Espaa a mediados del siglo XIX fuese menor que el de las sociedades ms industrializadas de Europa. La mayora de este proletariado industrial se hallaba en Catalua, pionera de la industrializacin espaola, aunque su presencia aument a medida que la industrializacin se expanda a otras regiones (Pas Vasco, Asturias...).

    La existencia de dos millones de obreros agrcolas y las fuertes desigualdades en la propiedad de la tierra en zonas como Andaluca y Extremadura propiciaron el surgimiento de importantes agitaciones campesinas.

    El ludismo (destruccin de mquinas, incendios de fbricas) fue la primera expresin de rebelda obrera contra la introduccin de nuevas mquinas a las que responsabilizaban de la prdida de puestos de trabajo y del descenso de los jornales. Ejemplos los tenemos en Alcoy y en la fbrica Bonaplata de Barcelona en 1835.

    Las primeras asociaciones con carcter sindical, nacieron en Catalua. La decisin de los fabricantes textiles de alargar el tamao de las piezas sin modificar su remuneracin com-port el inicio de protestas obreras, ya que la medida supona, de hecho, la reduccin de los salarios. Para coordinar las acciones, se convocaron asambleas y se eligieron comisiones de representantes con el objetivo de negociar con los patronos. De este movimiento naci el primer sindicato de Espaa, la Sociedad de Tejedores, fundada en Barcelona en 1840 bajo el amparo de la ley que permita la fundacin de asociaciones mutualistas y cooperativas.

    El sindicalismo conoci un gran desarrollo a lo largo de la dcada de los 40 a pesar de tener que afrontar la oposicin de los empresarios, que negaban el derecho de los obreros a defender colectivamente sus reivindicaciones, y de las autoridades gubernativas, que respondieron con la prohibicin de las asociaciones obreras. Estos primeros sindicatos eran federaciones que agrupaban a los trabajadores por oficios y, a semejanza del de tejedores, se crearon otros del mismo estilo (hiladores, impresores, blanqueadores, tintoreros, etc.). Estas organizaciones tenan una doble funcin:

    a) Reivindicativa para conseguir mejores condiciones laborales y salariales. b) Sociedades de Socorro Mutuo. Los trabajadores pagaban una cuota para

    sostener una caja de resistencia destinada a pagar el jornal en caso de enfermedad, despido o huelga.

    Fue durante la crisis poltica de 1854 cuando tuvo lugar en Barcelona la primera huelga general de Espaa.

  • 2.3.2. Las revueltas agrarias andaluzas

    La desigual distribucin de la propiedad y la creciente proletarizacin del campesinado generaron la radicalizacin de los movimientos campesinos. Fue tambin a partir del Bienio Progresista, cuando la nueva desamortizacin (Madoz) hizo pasar la mayora de las antiguas tierras comunales a manos privadas, ahogando toda esperanza de un reparto ms beneficioso para los jornaleros, y cuando las insurrecciones agrarias se convirtieron en una constante en el campo andaluz. Los levantamientos campesinos tomaron generalmente la forma de ocupaciones ilegales de tierras y reparto de ellas entre los jornaleros, incendio de los registros de la propiedad y, a menudo, enfrentamientos con las fuerzas del orden pblico.

    2.3.3. La llegada de la Internacional a Espaa

    La revolucin de septiembre de 1868 abri el periodo de democratizacin y reconocimiento de libertades. La nueva situacin de tolerancia poltica permiti que las fuerzas obreras pudiesen salir de la clandestinidad y actuar pblicamente, hecho que favoreci la expansin del movimiento obrero organizado. Llegaron a Espaa las ideas socialistas y anarquistas a la vez que se formaron los primeros ncleos vinculados a la Primera Internacional (AIT). (Ver definicin pg.187 y doc. pg. 188.)

    En 1864 se haba creado la AIT (Asociacin Internacional de Trabajadores) que fue conocida en Espaa, en 1868, a travs de Giuseppe Fanelli, miembro de la AIT de tendencia anarquista y diputado napolitano enviado a Espaa por Bakunin para crear los primeros ncleos de afiliados a la AIT. Los primeros afiliados pensaron que los principios anarquistas difundidos por Fanelli (supresin del Estado, colectivizacin y apoliticismo) eran los principios generales de la Internacional (AIT), y ello contribuy a la expansin y arraigo de las ideas anarquistas entre el proletariado cataln y el campesinado andaluz Bajo su inspiracin se crearon pequeos ncleos de internacionalistas en Madrid y Barcelona, llegando a celebrar un congreso en Barcelona en el que se decidi constituir la Federacin Regional Espaola (FRE) de la AIT. (Doc. pg. 187)

    En este Congreso adems se aprob el recurso a la huelga como medio de accin y la necesidad de preparar al obrero para la revolucin social. Tambin se acord, aunque con fuertes reticencias de los sectores ms sindicalistas, el carcter apoltico del movimiento, recomendando a las asociaciones obreras que se abstuvieran de participar en agrupaciones cuyo objetivo fuese la transformacin de la sociedad por medio de reformas polticas.

    La Federacin Regional Espaola (FRE) creci de forma espectacular durante el Sexenio convirtindose en una de las secciones ms numerosas de la AIT. En 1872 contaba con trece federaciones locales de sindicatos, en 1873 con 210 federaciones locales, pasando de 6.000 a 40.000 afiliados. Geogrficamente tena una fuerte implantacin en Catalua y en el campo andaluz. La FRE pronto vivi el debate que se haba planteado en la AIT entre anarquistas y marxistas, pero mientras en la AIT domin la corriente marxista, en la FRE domin la tendencia anarquista, aunque se experiment una fractura:

    - El anarquismo se impuso en las ciudades de la periferia, especialmente Barcelona, Valencia, y en Andaluca. - Slo en Madrid cogi fuerza el marxismo, donde en 1871 Paul Lafargue, yerno de Marx, difundi sus principios pero sus miembros seran expulsados de la FRE y constituyeron la Nueva Federacin Madrilea en la que destac Pablo Iglesias.

    Tambin la FRE sufrira enfrentamientos internos durante la I Repblica entre los partidarios de la insurreccin violenta (caso de Alcoy) y lo que apoyaban una mayor moderacin. Todo ello llev al cierre de sus sedes y finalmente durante la presidencia de Serrano, la FRE fue declarada ilegal y sus locales ocupados por la Guardia Civil. Se iniciaba

  • un periodo de represin que no slo afect a la FRE sino tambin a aquellos sindicatos que durante el Sexenio haban continuado existiendo como entidades profesionales independientes. (Actividad pgina 189: diferencias entre marxistas y anarquistas).

    2.3.4. El movimiento obrero durante la primera etapa de la Restauracin (1874-1898)

    Tras la I Repblica (presidencia del general Serrano) y durante los primeros aos de la Restauracin en 1874, las organizaciones obreras conocieron una dura represin y se vieron forzados a la clandestinidad. La llegada de los liberales al gobierno (Sagasta), en 1881, trajo consigo una mayor permisividad y las asociaciones obreras fueron de nuevo legalizadas.

    Los anarquistas

    En 1881, la seccin espaola de la Internacional (FRE), de tendencia bakuninista, cambi su nombre por el de Federacin de Trabajadores de la Regin Espaola (FTRE), debido a la necesidad de adaptarse a la nueva legalidad, que prohiba las organizaciones de carcter internacional dirigidas desde el extranjero. Esta federacin tena su mayor implantacin en Catalua y Andaluca desarrollando una accin sindical de carcter reivindicativo.

    Los desacuerdos dentro de la organizacin y la constante represin a la que se vean sometidos hizo que muchos se inclinaran por la accin directa (actuacin individual y violenta del anarquismo de carcter terrorista) organizando grupos autnomos revolucionarios con el objetivo de atentar contra los pilares del capitalismo: el Estado, la burguesa y la Iglesia. Es as como se produjo una oleada de actos de gran violencia social: atentados contra Cnovas y Martnez Campos, bomba en el Liceo de Barcelona, atentados en la procesin del Corpus Las revueltas o atentados fueron seguidas de una gran represin provocando una espiral de violencia: accin/represin/accin.

    La abundancia de atentados ahond la divisin de los anarquistas entre los partidarios de la accin directa y violenta y los que apoyaban una accin de masas. stos ltimos plantearon la revolucin social como un objetivo a medio plazo y propugnaron la necesidad de fundar organizaciones de carcter sindical que dara sus frutos a principios del siglo XX con la creacin de Solidaridad Obrera (1907) y la CNT (1910) el sindicato anarcosindicalista.

    Los socialistas

    La Nueva Federacin Madrilea de la AIT, creada por los obreros de tendencia marxista tuvo una vida corta pues sus miembros tras la desaparicin de la 1 Internacional decidieron constituir un partido poltico. As, un grupo de obreros madrileos, entre los que se hallaba Pablo Iglesias, fundaron el Partido Socialista Obrero Espaol (PSOE) en 1879. Se trataba de un partido marxista, de orientacin netamente obrerista y partidario de la revolucin social. Adems, defenda reformas que incluan el derecho de asociacin, reunin y manifestacin, el sufragio universal, la reduccin de la jornada laboral, la prohibicin del trabajo infantil y otras medidas de carcter social.

    El partido arraig de forma rpida sobre todo en Madrid, Pas Vasco y Asturias. En 1888 el partido celebr su primer congreso en Barcelona, y el mismo ao se fund la Unin General de Trabajadores (UGT), que no se declar marxista, en principio, sino que dej libertad de militancia poltica a sus afiliados. La organizacin de la UGT se basaba en la federacin, a escala local y provincial, de sindicatos de oficio, y siempre practic una poltica muy prudente en sus reivindicaciones, recurriendo a la huelga slo como ltima posibilidad, al contrario que el anarcosindicalismo.

  • 2.3.4. El movimiento obrero durante la crisis del sistema de la Restauracin (1898-1931)

    El partido y el sindicato socialista (PSOE y UGT)

    El PSOE experiment un progresivo crecimiento durante este periodo. Su actuacin segua una serie de directrices:

    - Preservacin de la organizacin, no ponindola en peligro con grandes acciones revolucionarias. - Diferenciacin con respecto a los partidos burgueses, por ello las alianzas con stos tardarn mucho en realizarse. - Conviccin de que el socialismo deba aprovechar las oportunidades que daba el sistema parlamentario, de ah que desde muy pronto participe en las elecciones; Pablo Iglesias obtuvo un acta de diputado en 1910.

    Con el estallido de la Revolucin rusa algunos socialistas se mostraron partidarios de seguir la lnea bolchevique (radical) y se separaron del PSOE en 1921, fundando el Partido Comunista de Espaa.

    La UGT tuvo un crecimiento mayor, sobre todo despus de la crisis de 1917. Se mostr partidario de la accin poltica para conseguir reformas sociales y laborales y defendi la participacin de representantes obreros en los organismos estatales. As en el Instituto de Reformas Sociales siempre participaron los socialistas (Largo Caballero). La vinculacin entre el PSOE y la UGT era muy estrecha y los principales dirigentes del partido (Julin Besteiro, Indalecio Prieto), eran en muchas ocasiones militantes de ambas formaciones y se mostraron partidarios del parlamentarismo y de una poltica reformista y moderada.

    Los anarcosindicalistas: la CNT

    A principios del siglo XX, el anarquismo tena su mayor presencia en Catalua, y tambin estaba asentado en Andaluca, Aragn, Asturias y Levante. Las sociedades obreras y los sindicatos autnomos de inspiracin anarquista crearon en 1907 Solidaridad Obrera, una federacin de asociaciones de trabajadores, de carcter apoltico, reivindicativo y favorable a la lucha revolucionaria y ms tarde impuls, en 1910, la fundacin de la Confederacin Nacional del Trabajo (CNT) con el objetivo de dar estabilidad al sindicalismo anarquista. La CNT presentaba una ideologa basada en tres presupuestos bsicos:

    - La independencia del proletariado con respecto a la burguesa y a sus instituciones (el Estado), por lo que se declaraba apoltica. - Necesidad de la unidad sindical de los trabajadores. - Voluntad de derribar al capitalismo, a travs de la expropiacin de los burgueses.

    La accin revolucionaria deba llevarse a cabo mediante huelgas y boicots hasta proceder a la huelga general revolucionaria. Si bien durante algunos aos estuvo prohibido este sindicato, despus de la crisis de 1917 experiment un crecimiento espectacular, contando con grandes lderes, como Salvador Segu y ngel Pestaa.

    En los congresos celebrados en Barcelona (1918) y Madrid (1919) se reafirm su apoliticismo y la necesidad de negociacin directa entre obreros y patronos sin intervencin de fuerzas polticas o representantes del Estado.