tema 04. climas y zonas bioclimaticas

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TEMA 4 CLIMAS Y ZONAS BIOCLIMÁTICAS. EL TIEMPO Y EL CLIMA COMO CONDICIONANTES DE LAS ACTIVIDADES HUMANAS Este tema es de una enorme complejidad y extensión, porque comprende casi toda una rama de la Geografía, la Climatología, una disciplina de gran vastedad temática y procedimental, todavía con grandes diferencias conceptuales entre los autores, por lo que casi todos los manuales ofrecen clasificaciones distintas. Es necesario, por tanto, realizar un esfuerzo de síntesis para poder tener una visión coherente y clara del tema. Empezaremos analizando los elementos y factores que constituyen el clima, lo que nos permitirá dar paso al conocimiento de los principales climas y las zonas y dominios que generan, y concluiremos con un último apartado en el que analizaremos la influencia que el clima ejerce en las actividades humanas. Se trata de un tema que podemos encuadrar dentro de 3 de la ESO, como introducción a la Geografía. A) EL CLIMA Todos los fenómenos climáticos se producen en la troposfera, la capa de la atmósfera que está en contacto con la superficie terrestre y que alcanza el límite con la estratosfera en los polos a los 8 km, y en el ecuador 15 km. La variedad climática del planeta es el resultado de la distribución y combinación de una serie de elementos o magnitudes meteorológicas que se pueden medir: temperatura, humedad del aire, presión, evaporación, vientos y precipitación y unos factores que afectan y modulan estos elementos climáticos. Entre los factores destacamos los astronómicos (radiación solar, movimientos de la Tierra), que dan lugar a las zonas climáticas y los geográficos (relieve, oceanidad, continentalidad, corrientes marinas...), que generan los distintos tipos climáticos. Esta combinación de elementos y factores es la responsable del estado 1

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TEMA 4

CLIMAS Y ZONAS BIOCLIMÁTICAS. EL TIEMPO Y EL CLIMA COMO CONDICIONANTES DE LAS ACTIVIDADES HUMANAS

Este tema es de una enorme complejidad y extensión, porque comprende casi toda una rama de la Geografía, la Climatología, una disciplina de gran vastedad temática y procedimental, todavía con grandes diferencias conceptuales entre los autores, por lo que casi todos los manuales ofrecen clasificaciones distintas. Es necesario, por tanto, realizar un esfuerzo de síntesis para poder tener una visión coherente y clara del tema. Empezaremos analizando los elementos y factores que constituyen el clima, lo que nos permitirá dar paso al conocimiento de los principales climas y las zonas y dominios que generan, y concluiremos con un último apartado en el que analizaremos la influencia que el clima ejerce en las actividades humanas. Se trata de un tema que podemos encuadrar dentro de 3 de la ESO, como introducción a la Geografía.

A) EL CLIMA

Todos los fenómenos climáticos se producen en la troposfera, la capa de la atmósfera que está en contacto con la superficie terrestre y que alcanza el límite con la estratosfera en los polos a los 8 km, y en el ecuador 15 km. La variedad climática del planeta es el resultado de la distribución y combinación de una serie de elementos o magnitudes meteorológicas que se pueden medir: temperatura, humedad del aire, presión, evaporación, vientos y precipitación y unos factores que afectan y modulan estos elementos climáticos. Entre los factores destacamos los astronómicos (radiación solar, movimientos de la Tierra), que dan lugar a las zonas climáticas y los geográficos (relieve, oceanidad, continentalidad, corrientes marinas...), que generan los distintos tipos climáticos. Esta combinación de elementos y factores es la responsable del estado particular de la atmósfera en un momento y lugar determinado, originando lo que conocemos usualmente como tiempo atmosférico, mientras que el clima es el estado de la atmósfera que se sucede de manera habitual en un lugar. Como dice Durand-Dastés: el clima es la sucesión frecuente de tipos de tiempo.

1. ELEMENTOS Y FACTORES DELCLIMA

La Temperatura

Se define como la cantidad de calor que hay en el aire en un momento y lugar determinado, se mide con el termómetro en grados, utilizando medias, y se representa mediante isotermas. Casi la totalidad del calor procede del sol, cuya energía llega a la superficie de la atmósfera en forma constante (1,94 calorías/cm2/minuto), pero que al atravesarla sufre una serie de reflexiones, desviaciones y pérdidas selectivas de energía, llegando a la superficie de manera muy desigual.

Entre los factores más importantes podemos señalar en primer lugar la altura solar, que hace variar el ángulo que forman los rayos solares con la horizontal, y que depende de la latitud, época del año y hora, provocando diferencias en la distribución de la radiación solar y aumento o disminución de la Amplitud Térmica (diferencia entre la temperatura máxima y mínima en un mismo lugar en un periodo de tiempo determinado). Este factor da lugar a las zonas térmicas: cálida, templada y fría.

El segundo factor es la altitud, ya que la temperatura disminuye conforme ascendemos (adiabatismo) pues la reflexión es menor. Así, en aire inmóvil, el descenso medio cada 100

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metros es de 0’6º C, pudiéndose llegar a 1ºC con aire seco ó 0’5ºC con aire cargado de humedad (esto justifica el papel esencial del vapor de agua como regulador en los intercambios térmicos entre superficie terrestre y atmósfera). A veces se producen inversiones térmicas, cuando la temperatura es más alta a mayor altitud (en la tropopausa), debido a situaciones específicas (influencia de masas de aire frías, una fuerte irradiación nocturna de calor). Un tercer factor es el distinto comportamiento térmico de tierras y mares, pues las grandes masas de agua actúan como reguladores térmicos al acumular calor y cederlo lentamente, disminuyendo la oscilación térmica (oceanidad). Al contrario, la tierra se calienta y se enfría rápidamente (continentalidad).

Otros factores son: el relieve, que determina cambios en la temperatura por diferencias de exposición, el albedo o reflexión de la radiación luminosa según las calidades de la superficie receptora; la presencia de corrientes marinas frías o cálidas, que envían aire a diferente temperatura que el de la tierra, la presencia de abundantes bosques, que regulan la temperatura, y los grandes núcleos urbanos como centros de calor.

La Humedad

Indica el contenido de vapor de agua existente en la atmósfera. Ésta se define a través de conceptos como la humedad absoluta (masa total de agua existente en el aire por unidad de volumen, expresada en g/m³) y la humedad relativa (relación entre la humedad existente y la que podría contener como máximo a idéntica temperatura). Cuando una masa de aire alcanza el máximo de vapor de agua que es capaz de contener se dice que está saturada, siendo este umbral mayor en las masas de aire caliente que en las de frío. Cuando el vapor de agua se enfría hasta alcanzar el punto de rocío se condensa, pasando de gas a líquido, manifestándose según el enfriamiento en forma de helada, nieblas o brumas, y nubes. Una vez saturado el aire, al ganar altitud se activa la condensación en la que juegan un papel fundamental las pequeñas partículas higroscópicas, y se forman gotas que cuando tienen el peso suficiente se precipitan en forma líquida o sólida. Los distintos mecanismos de ascenso de las masas de aire dan lugar a los diferentes tipos de precipitaciones: Frontales al chocar dos masas de aire de distinta temperatura el aire frío, más pesado, se acuña bajo el cálido más ligero, que asciende como por un plano inclinado, originando un centro de baja presión. Propias de latitudes templadas. Por convección o térmicas : La masa de aire al entrar en contacto con la superficie recalentada se calienta y asciende, disminuyendo su punto de saturación. Parte del vapor de agua se condensa formando cúmulos y cumulonimbos, liberando calor, lo que mantiene la actividad en la nube y se producen lluvias. Típicas de las regiones intertropicales, en latitudes medias originan tormentas estivales.De convergencia propias de la zona ecuatorial, donde convergen los vientos Alisios, de trayectorias distintas pero similares en cuanto a humedad y temperatura, produciendo ascendencias de aire que desencadenan lluvias muy intensas. Orográficas, cuando una masa de aire es forzada a ascender por encima de una barrera montañosa (efecto Foëhn o Chinook). Al elevarse por la ladera de barlovento el aire se enfría adiabáticamente, condensa y precipita, llegando a la vertiente opuesta (sotavento) ya desecado. Este mecanismo crea desiertos de abrigo sólo en aquellos sitios donde existe un flujo permanente y de dirección constante de viento: la Patagonia, situado a sotavento de los Andes.La ausencia de precipitaciones (sequía) está ligada a la subsidencia del aire, ya sea de origen térmico en contacto con sustratos fríos (corrientes marinas frías, continentes con invierno riguroso, inlandsis) o dinámico.

Al igual que las temperaturas, las precipitaciones se ven afectadas por la latitud, generando zonas húmedas (ZCIT, fachadas occidentales de los continentes) y áridas (zona subtropical o polar), pudiéndose dar situaciones intermedias, semihúmedas (zona mediterránea) o semiáridas (interior de los continentes). La continentalidad, ligada a la circulación de vientos del Oeste, y la altitud, también influyen en las precipitaciones.

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Presión Atmosférica

Es el peso de la atmósfera sobre la tierra y se corresponde con 1.033 kilopondios/ cm² (aproximadamente una tonelada por cm²). La presión se mide en milibares (mb) o hectopascales (hpa), considerándose la presión normal a nivel del mar 1013mb. Sin embargo la presión no es uniforme, variando tanto en sentido vertical (disminuyendo con la altura), como horizontal, a causa del distinto calentamiento de la superficie terrestre. Se crean así zonas de altas y bajas presiones, los llamados campos de presión. En altura se representan los campos de presión en las topografías de superficie, señalando una determinada presión a una altura concreta (750, 500 o 300 mb o hpa) mediante isobaras, uniendo puntos con igual presión, y su diferencia es el gradiente de presión (suele ser de 4 ó 5 mb). En estos mapas se pueden observar una serie de figuras isobáricas, siendo las más importantes los anticiclones o altas (A), y las depresiones o bajas (B). En los anticiclones la presión aumenta hacia el centro, mientras que en las bajas presiones disminuye. Determinadas células de altas y bajas presiones de grandes dimensiones tienden a permanecer en zonas concretas, o a regenerarse en las mismas si desaparecen. Son los denominados centros de acción, y constituyen factores climáticos de primera magnitud, enviando masas de aire con características térmicas y de humedad dependientes de su área de procedencia. Los anticiclones provocan estabilidad (que no necesariamente buen tiempo) y las borrascas inestabilidad. El origen, tanto de unos como otros, puede ser dinámico, debido a procesos de convergencia y divergencia, o térmicos, derivados del enfriamiento o calentamiento de la masa de aire, debido al contacto directo con la superficie terrestre.

Los Vientos

Para poder compensar las diferencias horizontales de presión el aire se desplaza de las altas a las bajas presiones, originando los vientos, que se ven afectados por la fuerza de Coriolis, la fuerza centrípeta y la de rozamiento. En su desplazamiento siguen una trayectoria en espiral, casi paralela a las isobaras, excéntricas y en el sentido de las agujas del reloj en los anticiclones y concéntricas y en sentido contrario a las manecillas del reloj en las borrascas (todo esto en el Hemisferio Norte, ya que en el sur es al contrario). Cuanto mayor es el gradiente de presión, mayor es la fuerza del viento. Tenemos que diferenciar entre vientos de superficie y vientos de altura (geostróficos), los jets, que circulan a gran velocidad, junto a la tropopausa, en dirección oeste – este, excepto el jet ecuatorial en dirección opuesta.

Masas de aire

El aire de la troposfera, especialmente las capas más bajas, no es homogéneo, y se agrupa formando grandes masas de aire de características distintas en cuanto a temperatura, humedad y grado de estabilidad. Estas masas nacen en regiones manantiales que le dan su carácter original (frío o cálido; ártico, polar o tropical; continental o marítimo), y en su movimiento van cambiando según las características de las zonas que atraviesan. Cuando dos masas de características distintas se encuentran no se mezclan, sino que se forma una superficie de discontinuidad, llamada frente, cuya superficie es inclinada y por la que asciende el aire cálido, quedando el frío debajo. Los frentes se clasifican en fríos, cálidos, estacionarios y ocluidos. En un frente frío la masa de aire fría hace retroceder a la cálida, levantándola y obligándola a ascender por la superficie inclinada del frente. En un frente cálido ocurre al revés, la cálida “alcanza” a la fría, que se “agarra” al suelo, por lo que la cálida se ve forzada a ascender por una suave rampa. En los frentes estacionarios se superponen dos masas de aire, sin que haya desplazamiento. En los frentes ocluidos el frente frío alcanza a un frente cálido, haciendo que se eleve, quedando sólo en altitud. Circulación General atmosférica

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El viento redistribuye las diferencias térmicas y de presión sobre la Tierra en lo que se denomina. Circulación General atmosférica. De manera general, el aire cálido ecuatorial asciende, siendo desviado hacia el Este en el H.N. debido a la fuerza de Coriolis, enfriándose, cayendo y acumulándose sobre los 30º, donde generan una zona de altas presiones. Parte de este aire sigue hacia latitudes más altas, y otra parte regresa al Ecuador, desviándose nuevamente, esta vez hacia el W, formando los alisios. Por otra parte, el aire frío de los de los polos desciende hacia el Ecuador, acuñándose en torno a los 60º bajo el aire más cálido, elevándolo, formando el Frente Polar y una zona de bajas presiones. Entre las zonas de alta de los 30º y las bajas de los 60º soplan vientos que son desviados a la derecha, creándose la circulación general del Oeste. Quedan así conformados distintos anillos de presión sobre la Tierra: uno de bajas presiones ecuatoriales, donde convergen los alisios y se da ascendencia de aire sin vientos superficiales (Zona de Convergencia Intertropical), dos de altas presiones subtropicales, dos de altas presiones polares y dos de bajas presiones ligadas a los frentes polares.

Estos cinturones de presión se ven afectados por la distribución de océanos y continentes, y se escinden en células cerradas desplazándose con las estaciones en ambos hemisferios, subiendo hacia latitudes más altas en el verano y bajando en el invierno. En los cinturones subtropicales son los responsables de que al Oeste de los continentes, en estas latitudes, aparezcan zonas desérticas, mientras en el Este se produzcan copiosas lluvias. En el cinturón de bajas presiones, donde circula el jet-stream, la presencia de los continentes hace que disminuya su velocidad dividiéndose en ramales, provocando vaguadas y dorsales, y la penetración de las depresiones polares. Como hemos visto los distintos cinturones de viento y presión originan los grandes anillos climáticos, mientras que los distintos subclimas vienen determinados por cómo se mueven las células dentro de cada anillo.

2. ZONAS BIOCLIMÁTICAS

En función de la latitud, la temperatura y las precipitaciones podemos dividir la tierra en zonas de características climáticas semejantes. Muchas han sido las clasificaciones y los criterios para estudiar la diversidad climática del planeta, las puramente geográficas como la de Strahler o Martonne, o biogeográficas como las de Köppen o Papadakis. De todas ellas podemos extraer información interesante, por lo que intentaremos hacer una síntesis usando como base zonal las regiones térmicas (cálida, templada y fría) y la clasificación climática de Köppen, por ser la más utilizada.

Zona bioclimática fría. Climas de las zonas frías (Tipo E)

Situada en las altas latitudes, caracterizada por el frío intenso, ausencia de verano y presencia de vientos violentos debido a la ausencia de relieve. En estas zonas la intensidad de la radiación solar es baja debido a que rayos del sol llegan de manera oblicua, a lo que hay que sumar el elevado albedo del suelo y la nieve, lo que provoca un frío intenso debido a la subsidencia del aire y a la poca capacidad higrométrica del mismo. Las precipitaciones son escasas y en forma de nieve, excepto en las regiones subpolares, barridas por las perturbaciones ciclónicas, donde las precipitaciones son importantes y llegan a superar los 1.000 mm. Por todo ello encontraremos temperaturas medias muy bajas, excepto en los dominios oceánicos (mar de Noruega y Océano Austral). Es el dominio de Taiga o bosques boreales de coníferas, abetos, pinos, etc.

Zona bioclimática templada

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Situadas entre los 30º-60º N-S, bajo la influencia de la circulación de los vientos del Oeste y el juego de las masas de aire tropical y polar, y sujeta a continuos cambios de tiempo por la acción de los ciclones y anticiclones móviles de las latitudes medias: en verano las depresiones tienden a ser menos intensas y están desplazadas hacia el polo, mientras en invierno los anticiclones subtropicales se mueven hacia el Ecuador y aumenta la presencia de borrascas en las latitudes más bajas. Es una zona de gran diversidad, con marcada estacionalidad y contrastes en su interior reforzados con las influencias marítimas y continentales por un lado y la cercanía o lejanía del trópico o polo, a lo que hay que unir las abundantes barreras orogénicas (especialmente en el Hemisferio Norte) y fenómenos propios como la “gota fría”. Todo ello va a generar climas muy diferentes, desde los cálidos a los muy fríos, y desde los lluviosos a los secos. Podemos distinguir tres tipos principales: oceánico, mediterráneo y continental, y dentro de ellos diferentes subtipos.

1. Climas oceánicos o de fachada occidental (Cfb), y semioceánicos (Csb)

Se da en las fachadas occidentales de los continentes, adonde llega el influjo directo del aire marítimo y las borrascas del frente polar. La acción reguladora del océano hace que los inviernos sean templados y los veranos frescos, con amplitudes de apenas 10º, y temperaturas suaves. La humedad es alta durante todo el año (800-1000 mm), siendo las precipitaciones más abundantes en invierno. Este clima suave, húmedo y ventoso, se da en estrechas franjas litorales del Oeste norteamericano, de Chile o de Nueva Zelanda. Únicamente alcanza extensión considerable en Europa occidental, donde la influencia marina se prolonga hacia el interior del continente por sus abiertas llanuras.El dominio semioceánico (Csb) se da principalmente en Europa por la existencia de un vasto continente y la penetración de los flujos del oeste. Las temperaturas son suaves y las precipitaciones abundantes, pero con sequía estival.Estas condiciones generan suelos podzólicos grises y pardos, ricos en humus, el bosque caducifolio (hayas, robles, fresno, arce, etc.), y en las zonas más degradadas el bosque ha dado paso a una formación vegetal conocida como landa (matorral alto y hierba).

2. Climas mediterráneos (Csa)

Se localizan al Oeste de los continentes, entre los paralelos 30º y 45º, estando muy bien representado en la cuenca del Mar Mediterráneo, y en estrechas bandas costeras en el Estado de California, Chile Central, la provincia sudafricana de El Cabo y el SO de Australia. Es un clima marítimo de inviernos templados y un periodo estival seco encuadrado por primavera y otoño húmedos. Debe sus principales características a la alternancia estacional de la subsidencia anticiclónica subtropical y la circulación general del Oeste. Los contrastes dentro del clima se producen por la influencia continental o marítima, o la latitud y la posición dentro del continente, lo que hace variar los registros térmicos y pluviométricos. La biocenosis se caracteriza por unos suelos pardos y rojos, tipo chernozen y terra rossa, con árboles perennifolios de tipo xeromorfo (encina, pino, enebro y quejigo), esclerófilos (alcornoque) y formaciones típicas como la garriga en terrenos calizos o margosos, de tipo abierto, y el maquis en los silíceos, con un sotobosque muy desarrollado, prácticamente impenetrable. Existen numerosas especies animales en peligro de extinción por la acción del hombre al acabar con su hábitat.

3. Climas continentales y de fachadas orientales (Tipo D)

La continentalidad provoca una fuerte amplitud térmica, con inviernos muy fríos que genera altas presiones, y veranos muy cálidos. Se da especialmente en el Hemisferio Norte: Siberia, excepto el Norte, interior de EE.UU, Canadá, Europa Central y oriental, Asia Central, Interior de China, Irán, ciertas zonas de África y el Cono Sur. También se da en las fachadas orientales de los continentes, caracterizado por las lluvias estivales.

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3.1. Climas continentales.

Totalmente opuesto al clima oceánico, pues las amplitudes térmicas son muy grandes y las lluvias escasas. Ocupa inmensas superficies de América del Norte y de Eurasia, con transiciones a veces insensibles hacia los climas siempre fríos del área polar, a los muy cálidos de filiación tropical, o a los oceánicos del Oeste. En el interior de los continentes la insuficiencia de precipitaciones impide la proliferación de árboles. Predominan los suelos podzólicos pardos y grises en las zonas más húmedas y las praderas de gramíneas en el interior, a la vez que abundantes bosques caducifolios. Donde las precipitaciones son escasas la biocenosis se empobrece apareciendo la estepa y praderas de hierbas bajas, entrando en contacto con zonas o dominios desérticos

3.2. Climas continentales de fachadas orientales.

Fruto del contacto entre la influencia continental y oceánica, se encuentran en todos los continentes y presentan una fuerte amplitud térmica y precipitaciones importantes, mucho más abundantes en verano, y fundamentalmente de nieve en invierno. Aquí encontramos el clima denominado chino Cfa, en realidad una extensión hacia el norte del clima monzónico, que se caracteriza por el dominio de las alternancias de los monzones de invierno y verano. Se localiza en el este de Asia (China, sur de Japón), sureste de Estados Unidos, y costa oriental de Australia. En América del Sur se encuentra en Uruguay, y zonas próximas de Brasil y Argentina.Los suelos van de podzólicos pardos y grises a rojos y amarillos, los chernozem negros, y los ferruginosos en el clima chino, debido a la deshidratación de los óxidos de hierro. Con bosques de coníferas al norte, seguidos de caducifolios que, conforme nos acercamos a latitudes meridionales, se mezclan con especies tropicales (bosque mixto denso), así bambúes junto a robles, hayas, etc. En la parte más lluviosa tenemos el laurifolio. La fauna propia es de osos pardos, lobos, linces, zorros, liebres y otras especies autóctonas como el oso panda donde predomina el bambú

Climas Áridos de la zona templada se deben al efecto Foëhn a sotavento de las grandes cordilleras, o al fuerte influjo continental, presente desde Ucrania hasta Mongolia, o en Norteamérica). Presenta contrastes térmicos estacionales muy acusados, con temperaturaras similares a las del clima continental y precipitaciones escasas.

Zona bioclimática cálida

Entre los Trópicos de Cáncer y Capricornio, estos climas se caracterizan globalmente por precipitaciones anuales superiores a 750 mm, temperaturas altas y homogéneas a lo largo del año, y amplitud térmica media anual escasa, no existiendo estaciones propiamente dichas.

1. Clima ecuatorial (tipo A).

Encontramos este clima a lo largo de la vaguada ecuatorial, en torno a los 10º de latitud alrededor del ecuador. La verticalidad de la radiación solar produce una temperatura muy estable durante todo el año con amplitudes térmicas que van aumentando hacia los trópicos. La precipitación es siempre abundante, provocada por los mecanismos de convergencia de los alisios y por convección, alcanzando precipitaciones anuales entre 1.500-2.000 mm. El clima ecuatorial domina en la amplia cuenca del Amazonas, en la cuenca del Congo y en las islas de Indonesia. La biocenosis de los climas ecuatoriales se basa en la pluvisilva, es decir, suelos ferralíticos, lavados y de color rojizo por los óxidos de hierro y cobre, densidad de formaciones arbóreas a distintas alturas y frondosidad herbácea que buscan la luz solar trepando por los troncos de los árboles y absorben el agua del aire y superficie del suelo2. Climas tropicales

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Conforme nos acercamos al oeste y a los trópicos las precipitaciones van disminuyendo, dando lugar a una gama intermedia de climas caracterizados por la alternancia de una estación lluviosa y otra seca, debido al dominio del alisio seco que sopla desde el continente en invierno, mientras en verano, bajo el dominio de la ZCIT se producen abundantes lluvias. A esta distribución zonal de subtipos se le unen los factores geográficos, que los matizan. Así, en las fachadas orientales de los continentes, la exposición a los vientos oceánicos e inestables que penetran desde el Este hace que las precipitaciones sean abundantes todo el año (costas del Caribe, fachada Sudeste del Brasil, costas orientales de África meridional, islas del océano Indico y Noreste de Australia). Este clima suele conocerse como subecuatorial.El clima tropical típico (denominado también sudanés) tiene precipitaciones anuales entre 750 y 1.000 mm., concentradas en una sola estación que dura de cinco a siete meses, abarcando el verano. La estación seca abarca desde el invierno hasta la primavera y las medias mensuales suele superar los 25o. Este clima tiene un extenso dominio en América del Sur y Central, en África y en el Sureste Asiático.Cuando la cantidad de precipitaciones desciende (entre 400 y 750 mm) y la estación seca se hace más prolongada (2/3 del año), la tendencia a la aridez se acentúa y entramos en la zona de transición hacia el desierto. Esta modalidad de clima tropical marcadamente seco se conoce como saheliense. Además de en África, esta modalidad de clima tropical muy seco aparece en el interior de México, en el altiplano boliviano, en el Noroeste de la Península India y en el interior de Australia, siempre en zonas de transición hacia regiones plenamente desérticas.. Los climas tropicales secos y húmedos son el dominio de la sabana (suelos arcillosos, lateríticos, formaciones de gramíneas y árboles espaciados como el baobabs o la acacia) y la existencia de las grandes cadenas tróficas, dentro de ecosistemas muy complejos.

2.1. El clima monzónico, o tropical húmedo

Es un tipo de clima tropical con estación seca, caracterizado por la presencia del monzón: en invierno los vientos fríos y secos del continente soplan sobre las costas; en verano, las perturbaciones cálidas oceánicas descargan sobre las costas abundantes lluvias. A pesar de la estación seca las lluvias monzónicas son tan abundantes que el total anual de precipitaciones suele ser muy superior al de un clima tropical con estación seca convencional, pudiendo llegar a superarse con holgura los 2.000 mm. Lo encontramos en Asia Suroriental, Florida, Golfo de México, America Central y Caribe, Madagascar. El bosque monzónico presenta rasgos de los bosques subecuatoriales: gran diversidad y tamaño de los árboles (35 m), con hojas delgadas y ovales; sotobosque de lianas y epífitos. Abundan los bambúes.

Climas áridos y semiáridos (Tipo B)

Gran parte de las zonas tropicales y subtropicales de África y Australia están bajo la influencia de los anticiclones subtropicales, caracterizados por la escasa e irregular precipitación y la elevada evaporación, creando un balance de agua deficitario durante casi todos los meses del año. La insolación alcanza valores muy elevados, la sequedad del aire es extrema y las temperaturas llegan a cotas muy altas, con una amplitud térmica diaria que puede llegar a los 30o. En los desiertos litorales de las costas occidentales de los continentes la sequedad es debida, entre otros factores, a corrientes marítimas frías que estabilizan el aire en contacto con la superficie de las aguas. Es el caso del desierto de Atacama (costa chileno-peruana), en relación con la corriente de Humboldt, o el desierto costero marroquí, ligado a la corriente de Canarias. En estos desiertos la proximidad del océano atenúa la oscilación térmica y favorece el aumento de la humedad del aire, que no llega a dar lugar a precipitaciones pero origina abundantes nieblas. En los paisajes semiáridos los suelos son poco evolucionados, sierozems, con horizontes AC y en el desierto C, es decir, ausencia de suelo (escaso o sin humus). La cobertera vegetal está formada por estepas herbáceas, con matorral, arbustos y vegetación discontinua, xerófita, espinosa y suculenta

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(cactus), donde vive un escasa fauna muy adaptada con predominio de reptiles, roedores e insectos. En los paisajes áridos el dominio es el desierto

Climas de montaña, tipo H

Llamados climas azonales, pues presentan caracteres diferentes a la zona en la que se ubican. Vienen marcados por la altura y la posición de las vertientes. La biocenosis también depende de los pisos en altura (Cliseries), así encontramos las mismas formaciones que en el desarrollo latitudinal, tundra, taiga, bosques, praderas, etc. Los tipos climáticos más importantes la zona templada:

El clima alpino, propio del dominio templado húmedo, con inviernos nivosos y fríos y veranos frescos y lluviosos.

Clima atlásico, propio de las montañas secas de tipo mediterráneo, con máximo de precipitaciones en verano.

Clima tibetano, propio de Asia Central y montañas Rocosas. Máximo de pluviosidad en verano e inviernos muy fríos.

Y en la zona cálida:

El clima himalayo (Cwb): afecta a las vertientes protegidas de Asia tropical, hiperhúmedo por los monzones de verano, cubierto de nieve en altitud.

El clima colombiano (Cfi): clima ecuatorial, débil amplitud térmica, importantes precipitaciones, regularmente repartidas, con dos puntas, en primavera y en el otoño.

El clima anamita (Cwa): con veranos calurosos, por encima de los 22º, como el de Vietnam.

3. EL TIEMPO Y EL CLIMA COMO CONDICIONANTES DE LAS ACTIVIDADES HUMANAS.

La importancia del clima para la salud humana y el desarrollo de las actividades productivas ha sido destacada por diversos autores desde la antigüedad, sin embargo esto no justifica el determinismo ambiental, tal y como lo formuló Hungtiton, y menos aún en nuestro tiempo, donde el progreso científico y técnico permite la creación de microclimas modificando sustancialmente las condiciones ambientales, si bien a un alto coste económico y ecológico.

Condicionantes en las actividades vitalesLas actividades vitales, aquellas que realizamos cotidianamente en relación a nuestras necesidades físico-mentales, se desarrollan mejor en un ambiente de confort climático, de “calidad de vida”. Más allá de los límites del confort el hombre debe protegerse y dar respuestas artificiales, de complejidad tecnológica. Hay muchos índices que estudian las variables meteorológicas, siendo quizás el más conocido el de Olgyvay, que relaciona temperatura, humedad y ve locidad del viento para definir el confort climático. Los umbrales de estas variables definen la zona de bienestar y explican la atracción de los hombres por unas regiones u otras: la altura en la zona ecuatorial suaviza la temperatura y explica el mayor poblamiento en las montañas que en los valles.

Condicionantes en las distintas actividades económicas.

Las actividades agrarias dependen de las diversas zonas bioclimáticas, pero la tecnología ha roto esos límites. No obstante, el hombre ha sido capaz de modificar el ámbito ecológico de muchas especies vegetales, a través de la selección de especies o luchando contra las

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adversidades climáticas: la aridez mediante la irrigación, los excesos hídricos con técnicas de drenajes, las heladas mediante estufas o plástico, el exceso de calor combinando plantas de diferentes alturas, el viento levantando setos... En cuanto a la ganadería, la capacidad de adaptación animal es superior a la vegetal, además su movilidad les permite acomodarse a mejores condiciones por lo que, aun existiendo límites, las barreras climáticas son menores. El hombre ha sabido adaptar sus necesidades al aprovechamiento ganadero de varias maneras: protegiendo al ganado de las inclemencias del tiempo mediante la estabulación, adaptándose a los ciclos estacionales con la práctica de la trashumancia, y seleccionando y obteniendo mediante cruce razas más resistentes a los climas

En las actividades industriales la influencia del clima y del tiempo es mínima, buen ejemplo son las explotaciones petrolíferas en Siberia, Alaska y Sahara, la minería en la línea del Ecuador...

En cuanto a las actividades turísticas el clima y el tiempo no las impiden pero condicionan el tipo de turismo. Existen numerosos índices climático-turísticos (Boniface & Cooper, Marchand, Davis...), que nos permiten elaborar mapas de zonas turísticas potenciales y actividades (baño, deporte invernal o acuático…) en función del clima. Así, en las zonas intertropicales, al no haber estación fría y ser regular la temperatura durante todo el año, la atracción turística es máxima en las zonas costeras (Caribe, Seychelles). El desierto y su clima extremo atraen un turismo minoritario de aventura.En la zona de climas templados el más atractivo es el mediterráneo por la estación seca en verano (caso inusual en el planeta), que coincide con el periodo vacacional masivo de Occidente. El resto de climas templados son menos atractivos, por ser más lluviosos y frescos, pero pueden atraer turismo por otras causas (culturales, deportivas, naturaleza…) Por último están los climas de montaña, que atraen el turismo de invierno con la práctica del deporte del esquí en las estaciones invernales, así como las actividades lúdicas de alpinismo (Alpes, Pirineos, Cárpatos, Rocosas, Andes...)Las actividades de transporte son quizás las menos afectadas, pues no se ven impedidas por el clima (ferrocarril transiberiano, carretera transamazónica, aeropuertos en todas las latitudes). Los tipos de tiempo más adverso pueden provocar grandes pérdidas económicas al cerrar puertos y aeropuertos pero tienen una incidencia cada vez menor, bastante superada por la tecnología.

Por último, es necesario acabar haciendo referencia a la cada vez mayor incidencia del tiempo meteorológico en la vida diaria del hombre de manera destructiva, mediante catástrofes (arriadas, inundaciones, etc.), caos en múltiples sentidos (la ciudad se colapsa en días de lluvia), la destrucción de cosechas, pérdidas de ganado, falta de alimentos, rotura de vías de comunicación etc. (un buen ejemplo lo tenemos con el efecto de los huracanes Katrina en Nueva Orleans o el Talim en Taiwan). Estos riesgos suelen afectar d emanera más dura a los países con menor grado de desarrollo.Su predicción es necesaria, así el servicio de meteorología está inserto en la estructura organizativa de los estados (Instituto Meteorológico Nacional, perteneciente al Ministerio de Medio Ambiente en España), y su información está presente diariamente en los medios de comunicación.

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