tarea catecismo unción enfermos, matrimonio y orden sacerdotal

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Catecismo CatólicoSacramentos

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Page 1: Tarea Catecismo Unción Enfermos, Matrimonio y Orden Sacerdotal

Tarea Catecismo Greg ([email protected])

1.- Unción de los Enfermos (CIC 1499-1532) Este sacramento tiene por fin conferir una gracia especial al cristiano, que experimenta dificultades inherentes al estado de enfermedad grave o vejez. Tiene sus orígenes en Jesús, quien muestra compasión hacia los enfermos, sanándolos no sólo de cuerpo sino de espíritu, ya que le perdonaba sus pecados. Posteriormente, Jesús invita a los apóstoles a participar de su ministerio de compasión y de curación. Esta misión queda renovada luego de la resurrección de Jesús al decir: “En mi nombre […] impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien”. Sin embargo, ni siquiera las oraciones más fervorosas logran curar todas las enfermedades, como lo aprendió San Pablo, La Iglesia recibe esta tarea del Señor e intenta realizarla tanto mediante los cuidados que se proporciona a los enfermos, como por la oración de intercesión con la que los acompaña. Sin embargo, por La Tradición, como nos enseña Santiago, se establece el rito, que es reconocido como uno de los siete sacramentos: “¿Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unjan con óleo en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor hará que se levante, y si hubiera cometido pecados, le serán perdonados” (St 5, 14-15). Se considera tiempo oportuno para recibirlo cuando el fiel empieza a estar en peligro de muerte por enfermedad o vejez. De recuperar la salud el enfermo, en caso de nueva enfermedad grave puede recibir el sacramento nuevamente o puede volverse a aplicar si la enfermedad se agrava. Puede incluso aplicarse antes de una operación importante. Puede ser aplicado sólo por los sacerdotes y si las circunstancias lo permiten puede ir precedida del sacramento de la Penitencia y seguida del sacramento de la Eucaristía. En la celebración se imponen las manos al enfermo, se ora por los enfermos en la fe de la Iglesia y luego se unge al enfermo con óleo bendecido, si es posible, por el obispo. A través de la gracia especial del sacramento de la Unción de los enfermos se logra: la unión del enfermo a la Pasión de Cristo; el consuelo, la paz y el ánimo para soportar cristianamente los sufrimientos; el perdón de los pecados sino se ha conseguido mediante la Penitencia; el restablecimiento de la salud corporal, si conviene a la salud espiritual; la preparación para el paso a la vida eterna.

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2.- Matrimonio (CIC 1601-1666) Desde la creación, en la Biblia se habla del matrimonio, de su institución y del sentido que Dios le dio, de su origen y de su fin, de sus realizaciones diversas, de sus dificultades por el pecado y de su renovación en el Señor. Fue fundada y dotada de sus leyes propias por Dios, está ordenada al bien de los conyugues, así como a la generación y educación de sus hijos. Ha sido elevado por Cristo a la dignidad de sacramento. Este sacramento significa la unión de Cristo con la Iglesia, dándole a los esposos la gracia de amarse con el amor que Cristo amó a la Iglesia. Con ella se perfecciona el amor humanos de los esposos, se reafirma su unidad indisoluble y los santifica en el camino de la vida eterna. Su base es el consentimiento de los contrayentes, para darse mutua y definitivamente con el fin de vivir una alianza de amor fiel y fecundo. Se celebra de manera pública, ya que establece a los conyugues en un estado público de vida en la Iglesia, y se hace en el marco de una celebración litúrgica, ante el sacerdote, quien funge como testigo cualificado de la Iglesia, los testigos y la asamblea de los fieles. Tres elementos son esenciales del matrimonio: la unidad, la indisolubilidad y la apertura a la fecundidad. La poligamia es contraria a la unidad, el divorcio a la indisolubilidad y el rechazo de la fecundidad priva a la vida conyugal de su don más excelente: el hijo. Los que se divorcian y luego se unen en matrimonio civil a una nueva persona no son separados de la Iglesia, pero no pueden acceder a la comunión eucarística. Pueden vivir su vida cristiana sobre todo educando a sus hijos en la fe. La importancia del matrimonio es que por ella se instituye la Iglesia doméstica, que es el hogar cristiano, donde los hijos reciben el primer anuncio de la fe, y que viene a ser una comunidad de gracia y oración, escuela de virtudes humanas y de caridad cristiana. 3.- Orden Sacerdotal (CIC 1536-1600) La Iglesia entera es un pueblo sacerdotal, ya que por el Bautismo todos los fieles participan en el sacerdocio de Cristo. A partir de este, existe otra participación en la misión de Cristo: la del ministerio conferido por el sacramento del Orden, cuya tarea es servir en nombre y en la representación de Cristo en medio de la comunidad. A través del sacerdocio ministerial se confiere un poder sagrado para el servicio de los fieles, mediante la enseñanza, el culto divino y por el gobierno pastoral. Posee tres grados de ejercicio: el de los obispos, el de los presbíteros y el de los diáconos. Estos ministerios conferidos por la ordenación son insustituibles para la estructura orgánica de la Iglesia, deben estar los tres para poder hablar de Iglesia.

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El obispo recibe la plenitud del sacramento del Orden que lo incorpora al Colegio episcopal y hace de él la cabeza visible de la Iglesia particular que le es confiada. Estos, como sucesores de los apóstoles y miembros del Colegio, participan en la responsabilidad apostólica y en la misión de toda la Iglesia bajo la autoridad del Papa, que es el sucesor de Pedro. Los presbíteros están unidos a los obispos en la dignidad sacerdotal y al mismo tiempo dependen de ellos en el ejercicio de sus funciones pastorales, ya que cooperan con los obispos y conforman alrededor de éste el presbiterio que asume con él la responsabilidad de la iglesia particular. Reciben del obispo el cuidado de una comunidad parroquial o una función eclesial determinada. Los diáconos son ministros ordenados para las tareas del servicio de la Iglesia, no reciben el sacerdocio ministerial, pero la ordenación les confiere funciones importantes en el ministerio de la palabra, del culto divino, del gobierno pastoral y del servicio de la caridad, tareas que cumple bajo la autoridad pastoral de su obispo. El sacramento del Orden se confiere por la imposición de las manos, seguida de una oración consecratoria solemne que pide a Dios para el ordenando las gracias del Espíritu Santo requeridas para su ministerio. La ordenación imprime un carácter sacramental indeleble. Se confiere sólo a varones bautizados, cuyas aptitudes para el ejercicio del ministerio han sido debidamente reconocidas. El sacramento el Orden se confiere a candidatos que están dispuestos a abrazar libremente el celibato y que manifiestan públicamente su voluntad de guardarlo por amor del Reino de Dios y el servicio de los hombres. El sacramento del Orden, en los tres órdenes, es conferido únicamente por los obispos.