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Ecumenismo y Diálogo Interreligioso

Titulación Licenciatura en Teología Fundamental

Profesor Bernardo Pérez Andreo b.perezandreo@um.es

Curso 2015-2016 Cuatrimestre segundo ECTS: 3=75 horas

PRESENTACIÓN DE PRÁCTICAS Calificaciones del texto

Alumno/a RIQUELME PEREA, PEDRO JOSÉ CLARIDAD

EXPOSITIVA 2o%

COHERENCIA TEXTUAL 20%

COMPRENSIÓN DE IDEAS 30%

VALORACIÓN CRÍTICA 30%

Calific. De la práctica

Texto TAREA 5: LA TEOLOGÍA DE LAS RELIGIONES EN EL

PENSAMIENTO CATÓLICO (Paul KNITTER)

Fecha 30/04/2016

La teología de las religiones en el pensamiento católico

Paul KNITTER

El autor de nuestra quinta tarea nos presenta una serie de categorías dentro de las cuáles se puede observar

un recorrido histórico de la visión ecuménica que, desde mi punto de vista, pretende llegar a una

consideración nueva que adopte una nueva forma de abordar lo que transciende a nuestra asignatura.

De esta forma, la primera de las categorías se nos presenta como "Cristo contra las religiones", y por su

lectura me hace llegar a la conclusión que se puede asemejar al paradigma exclusivista que hemos estudiado,

donde la Iglesia es el único lugar de salvación. Si bien a partir de la reforma comienza a cambiar esa visión

más excluyente del "fuera de la Iglesia" a otra donde es "sin la Iglesia" donde no se encuentra salvación.

Y sería a partir de aquí donde expondría un paradigma más inclusivista (a partir de la reforma) e incluyendo

la segunda categoría que nos presenta Knitter, "Cristo dentro de las religiones", puesto que entiendo el

contenido que encontramos dentro (tanto desde el ámbito teológico, antropológico y cristológico)

asemejable a este paradigma.

Y es que, aun realizando una visión lo más positiva posible de este Cristo dentro de las religiones, no se

puede obviar que lo que se ofrece es un "sello" provisional a otras religiones y tradiciones, en espera de que

el evangelio o el cristianismo se haga presente para poder legitimar completamente esa creencia.

La tercera categoría que se nos presenta incide en un "Cristo por encima de las religiones", y la considero

tras su lectura como una reacción a la que hemos comentado anteriormente defendida por Rahner.

Y el salto que se produce al querer desvincularse del Cristo dentro de las religiones deja algunos detalles

como considerar que Cristo no es causa constitutiva de la gracia salvífica ni es la Iglesia necesaria para

obtener la salvación, por lo que el mismo Cristo ya no necesita estar dentro de las religiones para hacerlas

válidas, todavía permanece por encima de ellas en cuanto norma por la que se juzga su validez y en la que

encuentran su plenitud.

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Ahora bien, se podría considerar la falta de una norma final sin la cual se caería en el problema del

relativismo de una forma absoluta, y a su vez, si insistimos en la finalidad de Cristo es porque no nos hemos

separado de la idea de permanecer fieles a la tradición cristiana y a su experiencia de un Jesús esencial para

la salvación de nuestra condición humana.

Y es así como llegamos a la cuarta categoría, donde encontramos a "Cristo con las otras religiones", y

entendiendo desde mi punto de vista que tras el análisis de los tres anteriores, todos ellos los podría tildar de

escoger por una subordinación y dependencia de las religiones más que por su "liberación".

Esta cuarta categoría la relacionaría con el paradigma pluralista, basado en Dios, es decir, un paradigma

teocéntrico (donde es una cuestión de iure, no solo de facto, para Knitter).

Lo que se defiende aquí es la posibilidad de que las demás tradiciones tengan también su validez propia; es

decir, el budismo y el hinduismo pueden ser tan importantes para la historia de la salvación como pueda

serlo el cristianismo.

Y es donde en estos momentos más me posicionaría, teniendo en cuenta nociones como el universalismo

que muestra el propio Jesús en su propuesta (yendo el origen del judaísmo, va al origen de la humanidad);

además su mensaje es universal ya que es humano, por eso podemos afirmar que el diálogo interreligioso

tiene su sentido.

Creo que hoy, nosotros como cristianos, comprometidos con Jesucristo íntimamente, si no aceptamos o no

abrimos una puerta al mensaje que Dios pueda envía a través de otras religiones, no estamos haciendo otra

cosa que volver atrás en los pasos (cortos) que se han podido dar hasta llegar a nuestros días en el

ecumenismo (como actitud) y en el diálogo (como acto).

Por lo que, en definitiva, desde esta categoría, encontramos a Dios, en cuanto misterio divino, quien se

constituye en centro de la historia de la salvación y el punto de partida para el diálogo mutuo entre las

religiones.

Y si tomamos todas estas categorías como un proceso histórico que nos debe llevar a una solución aceptable,

deberíamos ir incidiendo en un posterior modelo pluralista (y más allá relacional), teniendo en cuenta el

aislacionismo que hemos visto al principio del documento al "ignorar" al otro y prácticamente su existencia,

también el universalismo que hemos podido ver en el sentido de aceptar una serie de religiones, pero cuyo

objetivo sería su "conquista" para convertirlos, e incluso algunos tintes sincretistas, donde lo interreligioso

es un lugar de intercambio (lo cual se puede presenciar en el ejemplo de comportamientos de la UNESCO

en nuestros días).

El paso siguiente pues, sería ese pluralismo desde el punto de vista del encuentro y la interpelación, una

visión que conlleve la lucha por la salvación del mundo, en definitiva, me atrevería a decir que un modelo

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teocéntrico debería dejar paso a un modelo más soteriocéntrico, y es que lo que realmente debemos buscar

es dialogar con los otros sobre el sentido de la vida, sobre la trascendencia verdadera, no sobre doctrinas.

Y digo buscar o caminar hacia un modelo más soteriocéntrico porque considero la soteriología como un

valor común esencial que debemos buscar en el diálogo interreligioso, y en éste precisamente tenemos que

hacer valer en primer lugar y siempre el principio de universalidad (Como encontramos en Romanos 8).