taqarir 4: jóvenes por la democracia y los derechos humanos en los países del mediterráneo

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1 Jóvenes por la democracia y los derechos humanos en los países del Mediterráneo Taqarir 4 Jóvenes por la democracia y los Derechos Humanos en los países del Mediterráneo ACSUR- Las Segovias

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Esta publicación recoge los contenidos de las ponencias e intervenciones que tuvieron lugar en el “Encuentro de jóvenes por la democracia y los derechos humanos en los países del Mediterráneo” organizado por ACSUR–Las Segovias y la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), en la localidad de Bouznika (Marruecos) los días 5, 6, 7 y 8 de abril de 2012.

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Jóvenes por la democracia y los derechos humanos en los países del MediterráneoTaqarir 4

Jóvenes por la democracia y los Derechos Humanos

en los países del Mediterráneo

ACSUR- Las Segovias

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Jóvenes por la democracia y los derechos humanos en los países del MediterráneoTaqarir 4Esta publicación recoge las intervenciones y debates del I Encuentro mediterráneo de jóvenes por la demo-cracia y los Derechos Humanos que tuvo lugar en Bouznika (Marruecos) los días 6, 7 y 8 de abril de 2012.

La serie Taqarir es una publicación del Convenio Fortalecimiento del estado de derecho y la gobernanza de-mocrática mediante el apoyo a organizaciones de derechos humanos y sus redes. Marruecos, Argelia y Túnez de ACSUR-Las Segovias financiado por la Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo (AECID).

Título: Taqarir 4: Jóvenes por la democracia y los derechos humanos.Autoría: Participantes en el I Encuentro mediterráneo de jóvenes por la democracia y los derechos humanos.Traductor: Anass Merabet.Coordinación: Anass Merabet y Mada Acero Simón.Coordinación editorial: ACSUR- Las Segovias.Diseño y maquetación: Mar Ortiz Martínez.Palabras clave: derechos humanos, jóvenes, revoluciones árabes, primaveras árabes, organizaciones de la sociedad civil, género, feminismo, mujeres, nuevas tecnologías, movimientos sociales. Términos geográficos: Mediterráneo, Marruecos, Túnez, Argelia, España, Egipto, Siria, Palestina, Mauritania, Yemen, Libia y Sáhara Occidental.

ACSUR- Las Segovias 2012Plaza Doctor Laguna, nº 10 Local C28009 MadridTel. +34 914291661Fax. +34 914291593ISBN:

Depósito Legal:

CC-Reconocimiento-No comercial- Compartir bajo la misma licencia

Este documento está bajo una licencia Creative Commons. Se permite libremente copiar, distribuir y comunicar públicamente esta obra siempre y cuando se reconozca la autoría y no se use para fines comerciales. Las obras derivadas tienen que estar bajo los mismos términos de licencia que este trabajo original. Licencia com-pleta en: http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/es/Logo de la AECID

Esta publicación ha sido realizada con el apoyo financiero de la Agencia Española de Cooperación Interna-cional para el Desarrollo (AECID). El contenido de dicha publicación es responsabilidad exclusiva de ACSUR- Las Segovias y no refleja necesariamente la opinión de la AECID.

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Jóvenes por la democracia y los derechos humanos en los países del MediterráneoTaqarir 4

Queremos hacer llegar desde estas líneas nuestro agradecimiento a todas y cada una de las personas que participaron en el encuentro. Si no hubiesen compartido su experiencia, si no hubiesen preparado sus

intervenciones o no hubiesen hecho sus aportaciones al debate, esta publicación no hubiese sido posible. Gracias.

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Taqarir 4

Jóvenes por la democracia y los derechos humanos

en los países del MediterráneoTAQARIR 4Jóvenes por la democracia

y los Derechos Humanos en los países del Mediterráneo

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Jóvenes por la democracia y los derechos humanos en los países del MediterráneoTaqarir 4

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN

ANOTACIONES METODOLÓGICAS SOBRE EL ENCUENTRO

JORNADAS DE JÓVENES POR LA DEMOCRACIAY LOS DERECHOS HUMANOS EN LOS PAÍSES DEL MEDITERRÁNEO

LAS CAUSAS DE LAS PRIMAVERAS ÁRABESPor Abdellatif Hosni

¿EXISTE UN MODELO ESPAÑOL PARA LAS REVUELTAS ÁRABES? Por Ferrán Izquierdo Brichs

TALLER 1 ______________________________________________________________________NUEVAS FORMAS DE ORGANIZACIÓN EN LOS MOVIMIENTOS DE PROTESTAModeradores: Said TBEL & Bachir BOURAOUI

TALLER 2 ______________________________________________________________________NUEVAS PRÁCTICAS DE ORGANIZACIÓN EN LOS MOVIMIENTOS DE PROTESTAModeradores: Abderrahmane ZOHTY

TALLER 3 ______________________________________________________________________SOBRE LA LUCHA DE LAS MUJERES EN ESTAS REVOLUCIONESModeradora: Najat RASZI

TALLER 4 ______________________________________________________________________IMPLICACIÓN DE LAS CLASES POPULARES EN LOS MOVIMIENTOS DE PROTESTAModeradores: Efnatssa ABDELLAH y Samira RAISS

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Años antes de que estallasen las revueltas de 2011 en Túnez, prácticamente todos los paí-ses del mundo árabe ya venían padeciendo las consecuencias de una larga y profunda crisis económica, política y social que se vio marcada por estallidos populares de diferente naturaleza, en regiones más o menos alejadas geográficamente.

En 2008, las revueltas de Sidi Ifni en Marruecos, la huelga de los trabajadores en la cuenca minera de Redeyef en Túnez o la de la fábrica textil de Mahala al-Kubra en Egipto; tam-bién en Túnez y en el mismo año las protestas populares contra el Tratado de libre comer-cio con los países de la Unión Europea; en el Sahara, las revueltas de los campamentos de Gdem Izik en El Aaiún en 2010, donde la juventud reclamaba justicia social, trabajo y vivienda; también en 2010 las huelgas de los trabajadores de SMESI, filial de la empresa estatal de fosfatos OCP, en la cuenca minera de Khouribga en Marruecos. En Siria, la introducción de la economía de mercado en los últimos años ha generado la aparición de un sector privado en crecimiento, que ha provocado una mayor desigualdad económica y social que, junto con la falta de libertades y la represión derivada de la ausencia de un régimen democrático, originaron una sucesión de revueltas que han desembocado finalmente en el actual conflicto armado.

A esto hay que añadir el creciente descontento popular frente a las oligarquías del Golfo como Arabia Saudí, Bahréin y Omán, las secuelas de la interminable guerra civil en Sudán y Somalia o el monopolio de la economía por los militares y familiares del Rey Abduláh en Jordania.

Todo esto, junto con la memoria colectiva de estos pueblos y sus aspiraciones a la libertad, la democracia y la justicia social, constituyó un verdadero caldo de cultivo que desembocó en el estallido de lo que se ha denominado primavera árabe.

La característica más peculiar de estos movimientos de protesta es el dinamismo de la juventud en los movimientos de masas en algunos países y, de manera generalizada en todos ellos, en las redes sociales, animados en gran medida por las filtraciones de Wilkileaks a partir de 2010. La juventud de Túnez, Libia, Egipto, Marruecos, Yemen, Jordania, Iraq, Kuwait, Siria y Bahréin consiguió reunir y coordinar a amplios sectores de la población (trabajadores y trabajadoras, desempleados y desempleadas, campesinos y campesinas, militares, sindicatos clandestinos o no legalizados, y colectivos de mujeres) incluso sin el apoyo de los partidos políticos.

Además, el potencial de internet contribuyó decisivamente a la propagación del espíritu revo-lucionario y a la organización y continuidad de las revueltas que derrocaron a los dictadores Ben Ali (14 de enero 2011), Hosni Mubarak (11 de febrero de 2011), Muamar el Gadafi (20 de octubre de 2011), y Ali Abdullah Saleh (21 de enero de 2012), y que aún hoy y siguen vivas.

INTRODUCCIÓN

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Esta publicación tiene por objeto conocer el punto de vista, las motivaciones, la experien-cia y las opiniones de quienes participaron en las revueltas, y que hoy forman parte de los movimientos que las originaron. Se intenta acercar las reivindicaciones de estos países a los del norte del mediterráneo. Mención especial habría de hacerse al Movimiento del 15M cuya participación ha sido enriquecedora desde el punto de vista del intercambio de opiniones y experiencias entre la juventud.

Para ello, se han recopilado los contenidos de las ponencias e intervenciones que tuvie-ron lugar en el “Encuentro de jóvenes por la democracia y los derechos humanos en los países del Mediterráneo” organizado por ACSUR–Las Segovias y la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), en la localidad de Bouznika (Marruecos) los días 5, 6, 7 y 8 de abril de 2012.

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Este encuentro fue organizado por ACSUR-Las Segovias y la Asociación Marroquí de De-rechos Humanos (AMDH) en el marco del convenio para el fortalecimiento del Estado de Derecho y la gobernanza democrática mediante el apoyo a organizaciones de Derechos Humanos y sus redes en Marruecos, Argelia y Túnez, financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

El objetivo global del encuentro fue crear un espacio para el debate entre activistas de movimientos sociales democráticos de diferentes países del Mediterráneo y así fomentar el intercambio de experiencias y la construcción de redes internacionales de solidaridad.

Las y los jóvenes participantes provenían de: Marruecos, Túnez, Argelia, España, Egipto, Siria, Palestina, Mauritania, Yemen, Libia y Sáhara Occidental.

En la mesa de presentación del encuentro participaron Vicente Ortega (Coordinador Ge-neral Adjunto de la OTC de la AECID en Marruecos), Khadiya Riyadi (Presidenta de Aso-ciación Marroquí de Derechos Humanos)e Isaías Barrañeda (vocal de la Junta Directiva de ACSUR- Las Segovias). En las ponencias marco del encuentro contamos con las inter-venciones de Abdellatif Houssni (Profesor de la Universidad de Rabat) y Ferrán Izquierdo (Profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona).

Se pusieron en práctica dinámicas para fomentar la participación de todas y cada una de las personas participantes. Para asistir era requisito preparar una intervención corta (de unos 5 minutos) sobre una de las 4 temáticas de los talleres que se iban a desarrollar. Las intervenciones temáticas y los debates posteriores son los que dan contenido a esta publi-cación, que no hubiese sido posible sin la colaboración y la participación de todas y cada una de las personas que estuvieron en el encuentro.

• Taller1: Nuevas formas de organización. El grado de espontaneidad de los movi-mientos de protesta. Si fueron democráticos y no violentos, y cuáles fueron sus modos de estructuración. Es decir, si se organizaron a través de comités de base; cómo establecían sus objetivos; que prácticas o actividad

• Taller2: Nuevas prácticas de organización (TIC). El papel de las nuevas tecnologías y los medios de comunicación en la movilización y organización.

• Taller3:La organización desde la base, implicación y movilización de las clases po-pulares en las luchas: formas, resultados, etc.

• Taller4: La lucha de las mujeres. ¿Ha sido la igualdad una prioridad para los dife-rentes movimientos revolucionarios? Experiencias y testimonios de las mujeres feministas y activistas: prácticas, obstáculos, retos, objetivos.

ANOTACIONES METODOLÓGICAS SOBRE EL ENCUENTRO

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El encuentro se abrió con una conferencia en la que participaron activistas, académicos y personas expertas en cooperación que abordaron las causas y la evolución de las revo-luciones de la primavera árabe desde su inicio en Túnez en enero de 2011.

Los ponentes que inauguraron la conferencia fueron, por orden de aparición: Vicente Ortega, Coordinador adjunto de la AECID en Marruecos; Khadija Riyadi, Presidenta de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH); Abdelatif Hossni, Profesor de Cien-cias Políticas en la Universidad de Rabat; Ferrán Izquierdo, Profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Autónoma de Barcelona; e Isaías Barreñada, miembro de la Junta Directiva de ACSUR-Las Segovias. A continuación, trasladamos las ideas principales que aportaron Abdellatif Hosni y Ferrán Izquierdo al debate y desarrollo de las jornadas.

JORNADAS DE JÓVENES POR LA DEMOCRACIA Y LOS DERECHOS

HUMANOS EN LOS PAÍSES DEL MEDITERRÁNEO

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A pesar de la heterogeneidad social y cultural de la región, existen factores comunes a todos los países en los que se producen los levantamientos: una población mayorita-riamente joven, altos índices de desempleo, extensos niveles de corrupción, ausencia de libertades, violaciones de los derechos humanos y, en definitiva, el sometimiento de la po-blación a la voluntad de regímenes autoritarios y dictatoriales. Estos factores son algunos de los principales detonantes de las movilizaciones.

El protagonismo de la juventud, las clases medias y la organización en red de las protes-tas han conseguido hasta el momento derrocar a varios líderes árabes, entre ellos Ben Ali, Mubarak, Gadafi, y Ali Abdallah Saleh pero todavía continúan las revueltas en Siria, Jorda-nia, Argelia, Yibuti, Arabia Saudí, Omán, Iraq, Palestina, Kuwait, Líbano, Marruecos y Mau-ritana. Son varios los indicios que pronosticaban el estallido de estas revueltas. En primer lugar, la explosión demográfica en la región en el último siglo. Según el informe regional de la Liga Árabe sobre el crecimiento demográfico, la población árabe actual es de aproxi-madamente 367,4 millones de habitantes. El 17,2% son mayores de 65 años, mientras que un 70% son menores de 25. En Túnez hay un 30% de población joven, en Egipto un 39%, en Yemen un 24%, en Siria un 30,2%, en Libia un 40,05%, en Marruecos un 36%, y en Argelia el 32% de la población está entre los 15 y los 29 años de edad.

Otro indicador relevante es el Índice de desarrollo humano (IDH) publicado por Nacio-nales Unidas, en el cual la mayoría de los países árabes ocupa los puestos más bajos, a excepción de Túnez y Libia que ocupan el puesto 94 y 64 respectivamente. La situación se agrava si tenemos en cuenta los altos niveles de desempleo y corrupción.

El informe elaborado en 2010 por Freedom House, organización no gubernamental nor-teamericana, considera que no se puede hablar prácticamente de democracia ni de libertad en ningún país del mundo árabe. Según dicho informe, Túnez ocupa el puesto número 176 de un total de 188 países; Yemen, el puesto 172; Siria, el 178; Libia, el 188; Ma-rruecos, el 146 y Argelia, el 136.

Factores clave de los estallidos son la ausencia de democracia, la alternancia del poder, la falta de justicia e independencia judicial y la carencia de libertades y garantías legales.

Estos problemas se agravaron considerablemente con la situación económica. El desequi-libro económico y la diferencia entre ricos y pobres ha aumentado ostensiblemente en los últimos años debido a la concentración del poder en unos pocos que acaparan cada vez más riquezas. Así, quien controla la política del país controla la economía. La percepción de la población es que el gobierno malgasta los recursos del país y utiliza las riquezas na-cionales para oprimir al pueblo.

1. Catedrático en Ciencias Sociales y director de la revista académica marroquí “Wijhat nadar” (Punto de vista). Además, es miembro en el Consejo ejecutivo de Foro Verdad y Justicia, miembro activo en la Asociación Marroquí de Derechos Humanos y en el Consejo nacional de apoyo al movimiento 20 de febrero.

LAS CAUSAS DE LAS PRIMAVERAS ÁRABESPor Abdellatif Hosni 1

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La Primavera Árabe es, en resumen, el resultado de toda una serie de factores que han ido desarrollándose desde la independencia en los años 50. Sin embargo, las causas concre-tas de cada revuelta varían.

En Túnez, la ausencia de democracia ha sido el factor más relevante ya que la crisis eco-nómica en Túnez no estaba tan acentuada como en otros países árabes. La revolución no estalló para reclamar pan sino más bien para exigir democracia y libertad. Un factor que permitió a la revolución tunecina extenderse con rapidez fue el hecho de que la juventud supo utilizar las nuevas tecnologías para la organización de sus movilizaciones y el inter-cambio de información. El pueblo tunecino, además, ha sido históricamente pionero en las luchas políticas y sociales desde antes de su independencia. Durante la época pre co-lonial desarrolló un Estado centralizado y una administración moderna al estilo turco. En la época post colonial se adoptaron medidas avanzadas en materia económica, derechos de las mujeres, sanidad, educación y vivienda que permitieron la aparición de una clase media importante. Además, se avanzó en el desmantelamiento de todas las estructuras sociales tradicionales, tales como la tribu, el clan, etc. y la creación de una sociedad más moderna en base al concepto de ciudadanía.

En lo que a política se refiere, los regímenes de Bourguiba y Ben Ali fueron siempre unos regímenes autoritarios. Sin embargo, en los últimos diez años, la sociedad tunecina se ha visto literalmente avasallada por la familia de Ben Alí, que se apoderó impunemente de los caudales públicos y privados sin encontrar mayor oposición entre la élite política. El éxito de este régimen reside en lo que la investigadora francesa Béatrice Hibou llama pacto de seguridad, que consiste en garantizar la perennidad del poder a través de la satisfacción de algunos deseos subyacentes en nuestro subconsciente como la seguridad, la estabili-dad o la protección.

La represión y el predominio de la clase dominante, el control de los medios de comuni-cación y la imposición de un Estado policial impidió cualquier avance; la persecución del ciudadano llegó incluso a ser personal. Esto permitió al gobierno mantener un control ex-haustivo de la población pero, finalmente, la realidad ha demostrado lo contrario y, pese al efecto narcótico de los privilegios materiales y la búsqueda de la sociedad del bienestar, la población tunecina tenía desde años atrás la necesidad de un cambio democrático.

La revolución de Egipto (enero 2011) cuenta con una característica distintiva: el grado de implicación política de la juventud y su éxito en establecer y desarrollar amplias redes de comunicación. A pesar de ser una juventud politizada, se organizó fuera de los partidos políticos tradicionales y bajo un régimen que había anulado la vida política desde hacía décadas. No creó un bloque homogéneo pero consiguió ponerse de acuerdo en sus rei-vindicaciones. No se limitó simplemente a demandar una democracia formal, no reivin-dicó simplemente elecciones o pluralidad democrática; también reivindicó libertad de expresión y justicia social.

Defendió postulados de la izquierda social pero no se oponía necesariamente a los mode-los económicos liberales. Pertenecía a la izquierda pero sin un programa claro por lo que no puede afirmarse que fueran jóvenes anti-imperialistas o anti-liberales. Lo que sí puede afirmarse es que estaba indignada con el modelo existente. Consiguió en cuestión de

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horas que la totalidad de la población egipcia se uniese a sus reivindicaciones: en un in-tervalo de 24 horas su número creció de un millón y medio de manifestantes en Alejandría, Suez y El Cairo, a quince millones de manifestantes en todo el país.

La revolución terminó con la caída de Mubarak y la toma del poder por parte de un con-sejo militar conservador reacio a permitir a los egipcios y egipcias recoger los frutos de su primavera.

En el caso de Libia existen diferencias considerables en el modo y desarrollo de las movi-lizaciones. En un principio las reivindicaciones de quienes se manifestaban se centraron en pedir directamente la dimisión de Muamar al-Gadafi y el derecho a manifestarse libre y pacíficamente. Sin embargo, la represión de la policía desembocó en graves enfrenta-mientos lo que originó que el país escapase progresivamente del control del gobierno. La represión del régimen fue especialmente dura: en un solo día murieron 84 personas en la ciudad de Bengazi. Como consecuencia, el 21 de febrero el ministro de Justicia anunció su dimisión y el 22 febrero el Consejo de Seguridad de la ONU impuso el embargo y la congelación de sus fondos. La proclamación de la independencia de Bengazi fue segui-da de la aprobación de la intervención de la OTAN, lo que complicó considerablemente el conflicto. La de Libia se convirtió en la primavera árabe más sangrienta de todas, con aproximadamente unas 50 000 víctimas.

Los acontecimientos sangrientos, la muerte de Gadafi y la posterior disolución del régimen pusieron sobre la mesa un gran número de conflictos reprimidos hasta hoy. El pueblo libio tiene que afrontar diversos retos: la solución de los problemas sociales, las luchas tribales, la militarización de la sociedad, la precariedad del Consejo Nacional de Transición (CNT), y las injerencias extranjeras. Los problemas después de Gadafi no han terminado.

La situación sigue sin tener una salida clara debido a las injerencias internacionales, las divisiones en la oposición, y la brutal represión del régimen.

En Yemen, el éxito de las revueltas en Túnez y Egipto jugó un papel fundamental. Los parti-dos políticos en este caso desempeñaron un papel relevante. Así, cabe destacar los par-tidos de la coalición Bloque del Encuentro Compartido y en especial, el partido islamista Al-Islah que representa el movimiento de los Hermanos musulmanes en Yemen.

Las protestas comenzaron como en Túnez y Egipto, con la convocatoria por parte de la juventud de protestas el viernes 18 de marzo de 2011 (jumat al-karama) pero la represión de las fuerzas de seguridad fue contundente. La revolución entró en un túnel sin salida des-de el atentando perpetrado contra el presidente Ali Abdallalah Saleh y las divisiones en el seno del ejército. La salida del presidente del país facilitó la intervención del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) que complicó considerablemente el proceso e impuso fi-nalmente su plan que otorgó a Saleh inmunidad a cambio de su renuncia a la presidencia.

Las protestas lograron apartar del poder a Ali Abdallah Saleh pero ha caído en manos de los conservadores.

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En Siria la juventud salió a las calles para reivindicar más derechos pero la represión del régimen fue brutal y la situación en la actualidad no deja de empeorar.

Marruecos no fue una excepción como algunos medios de comunicación pretendieron difundir. La juventud marroquí supo aprovechar el momento para dar difusión a sus de-mandas y movilizaciones. El 20F comenzó en la céntrica plaza de Rabat Bab al-Had enar-bolando lemas similares a los utilizados por la juventud en otros países: justicia social, liber-tad y democracia. Las manifestaciones no se dieron únicamente en la ciudad de Rabat sino que se expandieron a otros muchos lugares. Se trataba en su mayoría de jóvenes politizados que, como en los casos de Egipto y Túnez, pertenecían a clases medias y bajas.

En Marruecos, la juventud se reunía en asambleas en las que decidió, por ejemplo, man-tenerse al margen de los partidos políticos. Las reivindicaciones de los jóvenes marroquíes consistían en mantener la independencia frente a ellos, la anulación de la constitución de 1996, la convocatoria de una Asamblea constituyente para la elaboración de una nueva constitución y su sometimiento a referendo. El objetivo del 20F era crear un gobierno pro-visional que tuviese entre sus prioridades urgentes mejorar la situación social y económica, la liberación de los presos políticos, y el imperio de la Ley.

Sin embargo, después del 20F las cosas comenzaron a cambiar. El gobierno declaró pú-blicamente que había recibido el mensaje de los jóvenes y que haría todo lo posible por satisfacer sus demandas. El 9 de marzo anunció en un discurso el adelanto de las eleccio-nes legislativas y la revisión de la Constitución. El monarca asignó una comisión especial para redactar las enmiendas a la Constitución y el 1 de julio se llevó a cabo el referendo que supuso un éxito surrealista para el régimen. A pesar de estas maniobras del régimen, los jóvenes no han cejado en su empeño y el movimiento 20F todavía continúa activo en Marruecos aunque los medios de comunicación (tanto oficiales como independientes) pretenden dar una imagen derrotista de este movimiento y destacar el éxito de las refor-mas del majzen2.

La violencia adoptada por parte de muchos manifestantes estuvo en cierta medida justifi-cada por la dureza de la represión del régimen. Los jóvenes demostraron cierta solidaridad con algunos cuerpos de seguridad del Estado, y el ejército y algunos oficiales de la policía se negaron a utilizar la fuerza contra los manifestantes. Este hecho ha marcado el punto de partida de un proyecto revolucionario que pone las bases para la constitución de una nueva sociedad y la instauración de la democracia y la justicia social.

Podemos concluir que la revolución es un proceso largo y tortuoso, cuyo desenlace es di-fícil de pronosticar. Las revueltas árabes han conseguido recuperar la brújula de la historia. Esta brújula nos indica la dirección y el comienzo del fin de las dictaduras y los regímenes autoritarios en el mundo y, en especial, en el mundo árabe. La caída de estos regímenes es cuestión de tiempo y cuando hablo de tiempo, no me refiero a un tiempo lejano sino a corto plazo, ya que ha llegado la hora del fin de estos regímenes y autoritarismos.

2. El término majzén designa a todos aquellos elementos integrantes del Estado, pero en general se identifica un núcleo formado por la propia monarquía, el Gobierno, el ejército y una burocracia y administración muy completas. En su acepción más extensa, majzén in-cluiría también a otros actores cooptados por el régimen o instrumentalizados para el ejercicio de ciertas políticas: ulemas, ciertas cofradías, asociaciones deportivas y de desarrollo regional, etc. Evocar término majzén es hacer referencia, también, a un estilo de gobierno; majzén significa autoritarismo, coacción, uso de la fuerza, existencia de un aparato represivo. [Definición tomada de El jardín secreto: Los defensores de los derechos humanos en Marruecos de Laura Feliú]

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Los regímenes árabes se han resistido a dar pasos decisivos hacia una transición demo-crática a pesar de los intentos de democratización de los sistemas políticos durante las últimas décadas. Para el análisis de las transformaciones políticas y del inmovilismo de estos regímenes, es necesario ir más allá del poder político entendido como control de las instituciones estatales. Es preciso centrarse en las distintas relaciones de poder que se es-tablecen, determinar qué actores participan en la competición por el poder, e identificar los distintos recursos que controlan unos y otros competidores.

El análisis de las causas de las relaciones de poder nos muestra dos dinámicas muy diferen-tes. La primera dinámica surge de la competición de las élites entre sí para acumular más poder. Son relaciones de poder circulares que sólo pueden agotarse con la desaparición de los sistemas jerárquicos que las crean. La segunda dinámica emana de las alianzas que establecen los individuos con el objetivo de mejorar sus condiciones de vida. Las relacio-nes de poder son, en este caso, lineales, con un principio en el establecimiento del objeti-vo y la movilización de los actores para conseguirlo, y una conclusión, en la consecución del fin buscado.

Los procesos de cambio social sólo se producen cuando uno de los actores lucha por objetivos e intereses propios en términos de condición de vida, estableciendo relaciones de poder lineales y no continuas. En cambio, las relaciones circulares establecidas por los actores que disputan la acumulación diferencial de poder son básicamente conservado-ras. El pueblo tiene que ser dueño de sí mismo y debe ser primero consciente de lo que quiere, y después pasar a la acción en un plano tanto individual como colectivo a través de campañas o movilizaciones. En tercer lugar, el paso más difícil, lo constituye la conquis-ta del poder.

En cualquier movimiento de cambio o revolucionario es preciso dilucidar cuáles son las di-námicas de poder que están en juego: si sólo se establecen relaciones circulares tenden-tes únicamente a acaparar más poder o si, por el contrario, se trata de relaciones lineales con objetivos e intereses concretos para mejorar las condiciones de vida. Sin embargo, esto no significa que no se puedan establecer alianzas entre la población y algunas élites. Puesto que, la movilización de la población como actor puede acompañar la búsqueda de bienestar con elementos de manipulación ideológica. Por ejemplo, con la unión de la lucha contra la corrupción y la pobreza junto con el discurso nacionalista o religioso. Las condiciones en que se desarrollarán las relaciones sociales las marcan las relaciones

3 . Profesor de Relaciones Internacionales en la Universitat Autònoma de Barcelona y analista de la conflictividad en Oriente Medio, ha publicado los libros: Poder y regímenes en el mundo árabe contemporáneo (Barcelona, Bellaterra/Cidob, 2009), Israel/Palestina: un segle de conflicte (Vic, Eumo, 2009), Poder y felicidad. Una propuesta de sociología del poder (Madrid, Los Libros de la Catarata, 2008), Guerra y agua. Conflicto político y carestía de agua en Palestina (Santiago de Compostela, Fundación Araguaney, 2005) y, con Ignacio Álvarez-Ossorio, ¿Por qué ha fracasado la paz? Claves para entender el conflicto palestino-israelí (Madrid, Los Libros de la Catarata, 2007). Autor de numerosos artículos sobre Oriente Medio, Israel y Palestina en revistas especializadas, también es colaborador habitual en diversos medios de comunicación como la BBC (emisión en castellano), Radio 4 y Catalunya Cultura, entre otros.

¿EXISTE UN MODELO ESPAÑOL PARA LAS REVUELTAS ÁRABES?Por Ferrán Izquierdo Brichs3

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lineales transformadoras en los momentos revolucionarios, pero son las relaciones circula-res las que ocupan la mayor parte del tiempo y dominan los grandes períodos de estanca-miento en la historia. Las transformaciones las generan la población cuando es capaz de movilizarse para mejorar su condición. En cuanto a las élites no renuncian nunca al poder si no se ven obligadas a hacerlo.

La Transición española aporta una experiencia que puede servir de ejemplo. Comenzó en los años 70, tras cuarenta años de dictadura y fue un proceso complicado. Las transfor-maciones que se produjeron fueron consecuencia de las movilizaciones y exigencias de la población y no de las concesiones políticas y sociales de la élite política de la época. Las élites gobernantes no cedieron voluntariamente el poder, la cesión fue provocada por la presión popular. La transición española fue pacífica pero logró el paso de una dictadura férrea a una democracia liberal. Fue así porque sus protagonistas optaron individualmente por la autolimitación de sus exigencias y reivindicaciones que se limitaron a demandar las libertades liberales democráticas en su sentido más restrictivo. La vanguardia de la movili-zación en la transición fue el Partido Comunista, que para poder construir un frente amplio, limitó sus reivindicaciones y puso entre sus prioridades los derechos y las libertades de la democracia liberal. Así, aunque en la mayoría de movilizaciones había demandas socia-les, desde las luchas sindicales a las luchas vecinales, el factor de unión de la movilización se limitó a un cambio en el sistema político, sin afectar la esencia del sistema económico. Esto permitió que todas las tendencias políticas participaran en la lucha democrática. De este modo, las élites que ostentaban el poder no vieron peligrar sus intereses ni se vieron amenazadas por conflictos con la población, manteniendo su posición en el sistema. Le-jos de salir perdiendo con la transición se beneficiaron ampliamente de la apertura del mercado español al mercado europeo. En general, las élites dominantes españolas no se vieron afectadas por los cambios democráticos, al contrario muchas de ellas ganaron capacidad de acumulación.

Los primeros gobiernos de la transición estaban formados por políticos ex franquistas, mi-litares e incluso el clero, que mantuvo su monopolio sobre la educación privada. El único cambio importante estuvo en la censura, que desaparecería durante la transición pero no así el control sobre la forma de generar la información.

La experiencia española puede ayudar a entender la situación del mundo árabe. Estos regímenes se caracterizan por concentrar el poder en una élite controlada y restringida. Este fenómeno es especialmente llamativo en aquellos países donde los recursos naturales abundan. El control de la industria es la esencia del poder, por lo que consideran impres-cindible mantener su monopolio para conservarlo. Un ejemplo claro de esta situación lo encontramos en Argelia durante los años 80, en donde la élite gobernante vio seriamente peligrar su continuidad frente a la victoria electoral de los islamistas e hizo todo lo posible para no ceder el poder, incluso arriesgándose al estallido de una guerra civil.

En el mundo árabe, las presiones populares se iniciaron cuando los regímenes rentistas se debilitaron, ya sea por la disminución de los precios del petróleo o porque se agotó la capacidad de endeudamiento, perdiendo legitimidad y estabilidad. Un proceso demo-crático en un Estado rentista implica la expulsión de muchas élites actuales y su sustitución por otras. Por esta razón, antes de permitir una transición democrática, algunos sectores

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de las élites actuales intentarán privatizar los recursos de poder para asegurar que un cambio de régimen, no cambiará casi nada en el control de los recursos de poder que continuarán en sus manos, ahora privadas y no estatales.

Este modelo no es constante en el mundo árabe donde el control del Estado es central para controlar el resto de recursos de poder. Esto hace que para las élites de estos Esta-dos, renunciar al control del gobierno conlleve perder todo el poder, lo que conduce a una resistencia mucho mayor a los cambios y a una represión más brutal. Las élites que controlan los Estados rentistas serán las que con más dureza defenderán sus posiciones (Países del Golfo, Libia, Argelia) Aquellos con menos petróleo y élites capaces de controlar otros recursos de forma autónoma al Estado (Túnez, Marruecos, Siria) serán más fáciles de transformar.

En Marruecos, por ejemplo, el rey es el símbolo del poder y controla la economía. Esto per-mite a la monarquía tener un gran margen de maniobra a la hora de negociar y realizar concesiones a otras élites: “lo que puede perder en un momento dado lo puede ganar en otro”. En Túnez y Egipto, muchas élites que alternaban el poder sucumbieron, pero otras se beneficiaron o, simplemente, han permanecido como es el caso de la militar. En Siria, aunque el poder está muy centralizado y con recursos muy dependientes del Estado, exis-ten élites dependientes del régimen capaces de competir y autonomizarse en caso de un cambio de régimen político. El caso de Arabia Saudí es aun más extremo porque una sola familia sustenta todo el poder. Sin embargo, a pesar de las similitudes, el modelo de transición español no se podría aplicar en muchos países árabes.

Otra gran diferencia entre el modelo español y las revueltas árabes se da en la relación lineal de poder. La forma de la movilización es muy distinta. Aquí fueron dirigidas y contro-ladas por el Partido Comunista. La fuerza y la buena organización del partido permitieron a esta agrupación llegar a todos los sectores de la sociedad civil: sindicatos, asociaciones culturales, asociaciones de vecinos, etc. De un modo u otro, todas estas asociaciones participaron en las movilizaciones populares. Además, cada sector tenía sus propias reivin-dicaciones: los trabajadores demandaban más derechos laborales; los estudiantes, una enseñanza laica; las mujeres luchaban por la igualdad, etc. Cada uno de estos sectores tenía sus propias reivindicaciones a las que sumaron las demandas comunes: libertad y de-mocracia. Los diferentes actores estaban convencidos que para conseguir sus pretensio-nes particulares era necesario conseguir primero la libertad, la democracia y la liberación de los presos políticos.

Se han observado algunas diferencias entre las movilizaciones del franquismo y las movi-lizaciones actuales en el Estado español. En la época franquista las reivindicaciones eran claras y precisas, además de haber un enemigo bien definido: la dictadura. Esta caracte-rística supone un punto de encuentro con el mundo, donde el enemigo está muy claro. Sin embargo, en el Estado español tanto el 15M como los partidos de izquierda o los sindicatos tienen dificultad en identificar un enemigo autoritario que es exterior e invisible y, más to-davía, de proponer alternativas a este enemigo.

Los procesos neoliberales que se propagaron durante los años 80 y 90 por todos los paí-ses árabes se han extendido ahora a toda Europa de un modo, si cabe, más virulento.

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Las élites locales, siempre en lucha por el poder, han dado paso a élites internacionales capaces de competir a nivel global.

En la actualidad, se está produciendo un cambio hacia un sistema totalitario global, con unas élites que controlan los principales recursos de poder sin estar sometidas a ningún control democrático por parte de la población. Este totalitarismo a escala global no sólo amenaza a las clases populares, y a las clases medias, sino también a todas aquellas élites políticas, económicas e ideológicas que acumulan poder sobre una base nacional y no global. Sin embargo, la mayoría de estas élites locales todavía no son conscientes de estos cambios y están sometidas a la hegemonía ideológica neoliberal y continúan creyendo que con los cambios actuales saldrán beneficiadas.

El Estado español se enfrenta hoy a una transición totalitaria. Los gobiernos locales ya no son capaces de responder efectivamente a las necesidades de la población y no pueden tomar decisiones que la beneficien. Las decisiones se toman en otras esferas, ahora son las élites globales las que marcan la política de los Estados, incluso en la Unión Europea. Estás dinámicas son muy similares a las imposiciones dictadas por el Fondo Monetario Interna-cional al Estado español y al resto de países en vías de desarrollo.

El peligro reside en que no se puede ejercer el control sobre ellas porque se trata de élites desconocidas e invisibles. La prensa y los analistas hablan de conceptos abstractos como pueden ser los mercados por ejemplo, pero ya nunca de personas reales. La situación se ve agravada por el control que ejerce el capital de los medios de comunicación: a día de hoy sólo hay diez corporaciones que controlan toda la información a nivel global. Se debe realizar un gran esfuerzo para identificar a esas élites ocultas que tienen la capaci-dad de controlar la toma de decisiones. La crisis actual obliga a tomar iniciativas frente a estas élites y crear movimientos capaces de retarles a escala global, y que no sólo nece-sitan de la población sino también de la élite política que administra nuestros gobiernos y que paulatinamente va perdiendo capacidad de decisión. Los países árabes luchan en la actualidad por la democracia pero, una vez consigan sus objetivos, tienen que seguir luchando para mantener el control frente a estas élites globales. La lucha árabe es doble: contra las élites gobernantes y contra la hegemonía de las élites globales.

Una vez finalizadas las exposiciones de Abdellatif Hosni y Ferrán Izquierdo Brichs, se abrió un turno de palabras, que fue seguido de un intenso debate que resumimos como sigue:

- En respuesta a la fórmula adoptada en España para la redacción de la Constitución una vez muerto Franco y abierto el proceso de la transición, el ponente hizo hincapié en la voluntad de las fuerzas políticas de adoptar una opción reformista, no de ruptura con el pasado:

El gobierno provisional puso en marcha un proceso electoral pero manteniendo la estruc-tura de poder del régimen anterior; se creó una asamblea constituyente delegando en el parlamento la elaboración de la Constitución. Sin embargo, la asamblea era mayoritaria-mente conservadora, estaba formada por miembros herederos del régimen anterior y de la derecha. La comisión parlamentaria que se creó para elaborar la nueva constitución sobre la base del consenso político jugó un papel fundamental en la transición y basó el

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consenso en la aceptación del nuevo régimen monárquico, la asunción de una econo-mía liberal de mercado y la exención de responsabilidades a los miembros del régimen an-terior. En efecto, fue destacable su voluntad política, junto con la de otras fuerzas mode-radas, para garantizar un modelo económico integrado en el mercado europeo y global. En este sentido los acuerdos políticos de la transición, no fueron siempre acompañados de respuestas a las reivindicaciones de justicia social, por lo que se instauró una democra-cia formal a expensas de un gran déficit con respecto a la democracia económica y la justicia social. En este punto, el ponente enlazó con los procesos revolucionarios árabes: es difícil compatibilizar conquistas de justicia social con logros en el contexto político y fi-nanciero internacional. Los países proteccionistas y respetuosos con la justicia social suelen encontrar problemas para ser aceptados fácilmente en organizaciones internacionales como la Organización Mundial del Comercio, el Banco Mundial o el Fondo Monetario In-ternacional. Se acepta la democracia formal pero no la democracia social.

La Constitución española fue sometida a referendo popular y aprobada a pesar de la muy limitada aceptación en algunas regiones. Sin embargo, persistió durante años un riesgo de involución que quedó evidenciado en los numerosos intentos de Golpe de Estado, en particular, el del 23 de febrero de 1981.

- Se plantearon diferencias entre el proceso español y los de los países árabes. En Egipto, a diferencia de lo que sucedió en la transición española, la Asamblea Constituyen-te cuenta con una amplia participación democrática: parlamento y fuerzas de la socie-dad civil. En Libia, la revolución se desarrolló alrededor de la congregación de familiares de las víctimas de Abu Slim en Bengasi, sin que fueran visibles organizaciones pro derechos humanos ni sociedad civil. La transición será larga y difícil pero no hay que olvidar que el principal problema de Libia era la existencia de un dictador que monopolizaba todo el poder, con lo que con su caída desaparecieron todos los obstáculos reales. En Túnez y en Egipto, sin embargo, existía una cierta repartición de poder.

- Respecto a Túnez se recalcó que la revolución en ese país no se puede reducir al episodio de Buazizi, el joven que se quemó a lo bonzo en protesta por las vejaciones sufri-das a manos de la Policía tunecina y la precariedad socio-laboral en que se encontraba. Hubo un trabajo previo y concienzudo de los sindicatos y militantes en un proceso que había comenzado 30 años atrás. Un buen ejemplo de este trabajo lo constituye la lucha sindical de 2008 en la cuenca minera de Gafsa. Se subrayó también el hecho de que esos movimientos surgieron sin líderes.

- Se sugiere también por parte de uno de los asistentes la cuestión de la situación económica como detonante principal de la revolución, por delante de la búsqueda de la libertad y la democracia, y la relevancia de las redes sociales más bien después de las revueltas que en el inicio.

- El ponente hizo mención al imperialismo europeo y al norteamericano también. No los considera una amenaza inmediata puesto que velan por sus intereses personales: “mien-tras fluya el petróleo y sus intereses estén salvaguardados su intervención será limitada”.

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- Se debatió también el estancamiento de las primaveras árabes y sus factores más importantes: la influencia de los islamistas radicales y anti-democráticos y las injerencias internacionales. Además, el futuro es aún incierto: no se sabe si el ejército en Egipto devol-verá el poder a las autoridades civiles o si desaparecerá el movimiento 20F en Marruecos con la llegada de los islamistas al gobierno; en Libia el proceso es oscuro dados los hechos que rodean el asesinato de Gadafi o a las declaraciones del Consejo Nacional de Transi-ción (CNT) que afirmó su intención de restablecer el derecho a la poligamia; en Yemen, los islamistas han asumido el control.

Es necesario que sigan las protestas. Los movimientos islamistas no disponen de un pro-yecto de sociedad moderno sino más bien quieren devolver al mundo árabe a la época califal. Sin embargo, hay que pensar que las revoluciones necesitan de años e incluso dé-cadas para recoger un fruto. La lentitud del proceso es normal; eso no significa que haya fracasado. La transición española fue muy larga e incluso comenzó antes de la muerte del dictador Franco con huelgas y movilizaciones. La lucha continuó con el proceso constitu-cional e incluso después. Cuando la democracia ya no peligraba llegó el gran estanca-miento. El abandono de la lucha propició que las élites políticas consolidaran su poder, y el proceso de concentración ha durado hasta nuestros días. Por eso, aun en democracia, es necesario seguir luchando pues las élites nunca cejan en su empeño de acaparar más poder.

- Se trataron otras cuestiones como la forma de reprimir las protestas en los distintos países: en Marruecos con medidas estratégicas para hacerse con parte de la ciudadanía o con dura represión contra los movimientos de protesta. En el caso español hay dos razo-nes que explican un menor uso de la violencia en comparación con la represión desple-gada por los regímenes árabes: las élites en el poder no vieron amenazada su existencia, y las movilizaciones integraban a todos los sectores de la sociedad. Estas movilizaciones comenzaron en fábricas y universidades a través de huelgas directamente relacionadas con el sector, pero después adquirieron un tono político para más adelante convertirse en huelgas generales.

Se subrayó en el debate la importancia de la huelga general. Es necesario observar, sean las movilizaciones violentas o pacíficas, la reacción del régimen ante ellas. Si el régimen reacciona violentamente y las manifestaciones son masivas como en la intifada palestina, se acaba resistiendo la envestida del régimen, pero si son pequeñas y asiladas, cabe la posibilidad de que se conviertan en resistencia armada como en Libia. Es importante recu-perar algunos planteamientos de la izquierda como las ideas del italiano Antonio Gramsci que apuntaba la posibilidad de la construcción de un bloque anti-hegemónico contra la hegemonía de otros.

- Surge la cuestión del derecho a la autodeterminación, que es un derecho fundamen-tal garantizado por el derecho internacional. Se hace alusión, en particular, al caso saharaui.

- Se debatió también sobre la amnistía concedida en la transición españo-la para quienes habían colaborado con el régimen y los sospechosos de haber co-metido crímenes de guerra durante la Guerra Civil. La comparecencia ante la justicia de los criminales de guerra es todavía un asunto pendiente en España.

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Es precisamente lo contrario de lo que está pasando en el mundo árabe. ACSUR ha defen-dido siempre el derecho de los pueblos a preservar su memoria histórica. En España se ha desarrollado desde hace unos años un potente movimiento social en pro de la exhuma-ción e investigación de miles de asesinatos cometidos durante y después de la guerra civil.

- Otro tema de debate lo constituyó la posibilidad de relación con las élites. Las úni-cas élites que han de quedar son aquellas que no están en contra de los intereses de los procesos revolucionarios ni de la anti-hegemonía. En el caso palestino, las élites que de-ben permanecer son aquellas que se oponen a la ocupación israelí y en las revoluciones árabes solo deben permanecer aquellas que no se oponen a las libertades y a la demo-cracia en su sentido más amplio.

- Se señala también el papel de las mujeres durante y después de la transición espa-ñola: a las reivindicaciones generales, las mujeres unieron su lucha contra la hegemonía del hombre y por la igualdad entre sexos. Se habla de los derechos de la mujer en Túnez, en donde, en contra de lo sostenido antes, los islamistas en el poder comenzaron su ata-que hacia los logros conquistados en épocas anteriores.

- Finalmente, se hizo mención a la aportación al debate de Vicente Ortega, coor-dinador adjunto de AECID en Marruecos, quien hizo hincapié en la importancia de este despertar árabe, que supone el comienzo de un cambio radical en la geopolítica de toda la zona mediterránea, a la vez que presenta unos desafíos enormes a superar por parte de la población.

Un cambio que ha costado muchos años de activismo y lucha conjunta por los derechos humanos en ambas riveras del Mediterráneo y que, finalmente, ha dado sus frutos gracias al trabajo concienzudo de grupos de jóvenes, bien instruidos en las nuevas tecnologías que supieron transmitir su indignación; jóvenes que han sido capaces de provocar tal transfor-mación y que han demostrado lo equivocados que estaban aquellos que pensaban que el mundo árabe era inamovible y los regímenes existentes irremplazables.

Los jóvenes han levantado su voz para expresar que no son diferentes del resto. Se han implicado en estos cambios y han conseguido dar los primeros pasos. Además, no aban-donaron la lucha y siguieron adelante hasta que los cambios se hicieron realidad.Por ello, es preciso seguir trabajando y hacer todo lo posible para afianzar estos cambios mediante la lucha por la igualdad de género, los derechos humanos y la democracia.

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TALLER 1

NUEVAS FORMAS DE ORGANIZACIÓN EN LOS MOVIMIENTOS DE PROTESTA

Moderadores: Said TBEL & Bachir BOURAOUI

Marruecos ______________________________________________________________________

Las reformas cantadas: entre el espejismo y la realidad

El movimiento que desencadenó las protestas en Marruecos estaba formado en su mayo-ría por jóvenes que demandaban mayores libertades, dignidad, y justicia social. Sus princi-pios básicos eran acabar con la corrupción, disolver el Gobierno y el Parlamento, elaborar una nueva Constitución, liberar a todos los presos políticos, procesar a los verdugos y res-ponsables de estos crímenes, redistribuir las riquezas del país, integrar a los diplomados y diplomadas en paro en las bolsas de empleo, crear puestos de trabajo para las personas sin cualificación laboral, y otra serie de reivindicaciones de carácter económico y social.

El movimiento 20 de Febrero comenzó con el impulso desde blogs, páginas web y redes socia-les (sitios como “Marroquíes dialogando con el rey” o el movimiento ¡Libertad y Democracia ya!, adquirieron gran popularidad), a través de pequeños grupos que se coordinaban entre ellos a nivel estatal a través de comités de coordinación. Estos núcleos fueron creciendo pau-latinamente hasta transformarse en auténticas asambleas populares. A medida que cre-cía el movimiento, se fueron formando comités que optimizaron su funcionamiento: comité de organización, comité de prensa y comunicación, comité de comité de eslóganes, etc.

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La juventud del 20F comenzó a trabajar en los barrios populares, municipios y localidades rurales e incorporó a sus reivindicaciones muchas de las demandas de los colectivos más marginados en base al Acta fundacional adoptada en la conferencia estatal del 14 de febrero. Más tarde se creó el Consejo Nacional de Apoyo al movimiento 20 de febrero, que incorporó y coordinó acciones y actividades con organizaciones de la sociedad civil, partidos políticos y sindicatos.

Algunas estrategias que adoptó el 20F para darse a conocer y hacer públicas sus reivindi-caciones fueron la elaboración y publicación de videos de sensibilización, la distribución de panfletos, y el establecimiento de canales de comunicación con los sindicatos; el movi-miento se abrió a los barrios populares y a las universidades, organizó conciertos, jornadas de debates y ruedas de prensa.

La toma de decisiones del movimiento se realizaba mediante consenso, primero en las asambleas, a partir de un debate donde todo el mundo podía participar democrática-mente; después, las decisiones de las asambleas se trasladaban a las distintas comisiones organizativas para ser ejecutadas.

El movimiento mantuvo su independencia e intentó prevenir la aparición de líderes y diri-gentes políticos, como medida disuasoria de cualquier intento de control o manipulación del movimiento por su parte. Este aspecto se cuidó especialmente en las grandes ciuda-des como Casablanca y Rabat donde se concentran la mayor parte de los medios de comunicación.

El movimiento 20F tiene luces y sombras. No fue capaz de encontrar apoyo en todas las capas sociales a pesar de su enorme popularidad. Además, no se dio una buena interac-ción con partidos políticos y sindicatos y, en cierta medida, no pudo superar las diferen-cias ideológicas que aparecieron en su seno. Lo que sí logró fue generar una dinámica militante que contribuyó en la formación de nuevas y nuevos activistas y la aglutinación de todas las fuerzas democráticas que luchan contra la política retrógrada y antipopular del régimen. El 9 de marzo de 2011, el monarca anunció la reforma constitucional, el inicio del diálogo social y la celebración de elecciones anticipadas como medidas extraordi-narias para frenar el creciente descontento social. Estas medidas sólo eran, sin embargo, una estrategia del régimen para crear confusión entre algunos partidos y controlar a otros como ocurrió con las dos formaciones islamistas: el Partido de Justicia y Desarrollo (PJD), y Justicia y Equidad, que se retiró del movimiento justo después de la victoria del PJD en las últimas elecciones legislativas.

El resultado fueron 11 muertos, cientos de personas detenidas, heridas, secuestros, juicios injustos, registro de casas sin autorización judicial, saqueos…

En definitiva, el régimen marroquí sigue reproduciendo la misma política de exclusión, re-presión y explotación que motivó la creación del movimiento 20F y la salida de las masas populares a las calles.

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Estado español _______________________________________________________________

Movimiento 15M. La reinvención cultural de la política frente a sus desafíos

Hablar hoy en día en el Estado español de nuevas prácticas de organización social con-lleva necesariamente referirse al movimiento 15M. Mucho se ha escrito durante los últimos meses sobre este acontecimiento crucial en la historia socio-política española reciente. Su importancia y resonancia son evidentes. Aunque su carácter de proceso vivo, abierto y en permanente cambio dificulta cualquier intento de análisis, conviene aprovechar el recorrido hasta ahora acumulado para situar históricamente su irrupción y detenernos en algunos límites, potencias y desafíos que representan su apuesta por la renovación del repertorio de acción colectiva.

Asistimos desde hace años en las democracias liberales occidentales, y en el caso español de manera especialmente aguda, a un proceso creciente de desafección política, que viene motivada por dos factores principales: la falta de confianza en los líderes políticos y en las instituciones como agentes capaces de propiciar un cambio, y la ruptura del juego de las diferencias que sostenía la ilusión de pluralidad democrática en sistemas de partidos basados en un bipartidismo convergente en el grueso de sus propuestas (política econó-mica) y sólo diferenciado por cuestiones secundarias.

Esta desafección venía traduciéndose en apatía y en el abandono paulatino de las for-mas y canales tradicionales de participación política. Sin embargo, la combinación de esta crisis de legitimidad político-institucional con el agravamiento de la crisis económica motivó la búsqueda y surgimiento de nuevas formas de expresión y acción colectiva. El malestar se convirtió en indignación y el repertorio de acciones posibles se amplió.

Una de las características principales del Movimiento 15M reside en el rechazo popular a la “vieja política instituida¨ cuyos miembros se auto-nominan y se sitúan lejos de los proble-mas reales y cotidianos de la gente; la recuperación del protagonismo directo del pueblo en la esfera política es una de sus reivindicaciones principales. Las masas irrumpieron en la escena pública para hacer política directamente, rompiendo con los anteriores forma-tos dominantes de delegación. En las asambleas, quienes participaban podían intervenir directamente y sus intervenciones no estaban mediatizadas. Sin embargo, este sistema de horizontalidad o democracia directa presenta ciertas limitaciones: las decisiones se to-man siempre en asambleas, en ocasiones con cientos e incluso miles de personas, lo cual dificulta el debate y la propia toma de decisiones. Además, las asambleas son muy recu-rrentes (semanales, diarias, o incluso varias al día), lo cual permite invalidar los acuerdos tomados muy poco tiempo después de haberse adoptado. Estos problemas asamblearios se relajaron cuando las asambleas se trasladaron de las plazas centrales de las ciudades a las plazas de los barrios y pueblos. Durante esta nueva fase surgieron nuevos problemas relacionados con la estructura, comunicación y coordinación de los distintos espacios te-rritoriales y sectoriales, dada la soberanía de las asambleas. Por otro lado, hay que tener en cuenta que bajo este sistema es difícil establecer relaciones con otros movimientos o colectivos externos.

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Otros elementos característicos del 15M fueron la inclusión y el universalismo: conceptos entendidos como la búsqueda de consensos, la voluntad de abarcar todas las temáticas y todas las opiniones. La inclusión y masividad en la adopción de contenidos conlleva ge-neralmente la renuncia a la especialidad y radicalización de los mismos. De hecho resulta complicado avanzar en decisiones (de contenido y acción) más allá de ciertos consensos de mínimos, a veces estériles y casi siempre agotadores.

Una de las nuevas prácticas organizativas del 15M es su estrategia de ocupación del espa-cio público. Al igual que ocurrió en tantos otros sitios, desde la plaza Tahrir en El Cairo hasta La Kasbah en Túnez pasando por los distintos movimientos Occupy en Europa y EEUU, las plazas españolas se convirtieron en ágoras, en espacios de confluencia, convergencia, agregación, investigación, debate y acción colectiva: se exigía una “democracia real” mientras se practicaba y se ponía en práctica in situ.

El 15M constituye hoy en día el principal espacio en potencia de politización y radicaliza-ción popular y es necesario entenderlo como un marco de acción colectiva, un espacio de convergencia, un movimiento de movimientos, colectivos y activistas.

Túnez _____________________________________________________________________________

El ascenso de una élite parasitaria y reaccionaria al poder

Los nuevos movimientos de protesta en Túnez pertenecen al tipo de movimientos no vio-lentos que luchan por la consecución de cambios radicales en las estructuras de gobier-no. Estos movimientos han suscitado un gran interés, por su capacidad de captación entre las masas populares y la movilización de éstas contra los abusos de los regímenes exis-tentes. En los años setenta, estos movimientos de protesta revolucionarios, conocieron un significativo desarrollo. Pasaron de ser movimientos revolucionarios de resistencia armada (Cuba, por ejemplo), a movimientos de resistencia ciudadana no violenta (la Revolución de las rosas en Georgia en 2003, o la Revolución naranja en Ucrania en 2004).

El caso tunecino se ha caracterizado por su espontaneidad y pacifismo. Las protestas co-menzaron con reivindicaciones de trabajo, libertad y respeto a la dignidad humana, y acabaron por exigir la dimisión del gobierno y la deposición del presidente. Empezaron en forma de concentraciones en los locales sindicales y en las plazas céntricas de algunas pequeñas ciudades, pero en seguida se extendieron y se transformaron en revueltas po-pulares al ser violentamente reprimidas. Las movilizaciones se extendieron especialmente después del anuncio de huelga general en Sfaques el 12 de enero y en Túnez capital el 14 de enero, fecha en que el dictador huyó del país. A partir de este momento, las moviliza-ciones populares entraron en su segunda fase en la cual se comenzaron a crear estructu-ras de organización propia en forma de comités de barrio para suplantar a las instituciones policiales y de seguridad, y al ejército. Buena parte de las fuerzas de seguridad estuvo implicada en represiones con asesinatos que siguen a día de hoy sin resolver. Se fueron uniendo voces al movimiento, que exigían el derrocamiento del régimen; se ocupó la pla-za de El-Kasbah y quienes se manifestaban, en ausencia de cualquier autoridad pública,

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apoyados nada más que por organizaciones progresistas y asociaciones de la sociedad civil, crearon una comisión de organización y otra de prensa y comunicación, que fueron de nuevo reprimidas; una vez más se organizaron ocupando de nuevo la plaza de El-Kas-bah y exigiendo la creación de una Asamblea Constituyente para salvaguardar la revolución.

Mientras los y las manifestantes seguían aún festejando la caída del régimen, varias fuerzas políticas reaccionarias se pusieron a preparar sus campañas electorales para concurrir a la Asamblea Constituyente con fondos y financiación extranjera, aprovechando el tirón informativo y la complicidad de algunos medios de información nacional e internacional para desviar la atención sobre las reivindicaciones sociales en detrimento de las políticas. Este hecho, unido al estado de incertidumbre en el que se encontraba sumido el país y, sobre todo, aprovechando la ausencia de una verdadera fuerza popular que velase y liderase el proceso revolucionario, dio lugar al ascenso al poder de fuerzas parasitarias y reaccionarias, con el beneplácito del imperialismo occidental.

Yemen ____________________________________________________________________________

Una revolución monopolizada por los partidos políticos, el ejército y las potencias extranjeras

La juventud yemení, inspirada por la revolución tunecina, comenzó a movilizarse en la capital y otras ciudades importantes, como consecuencia de la repetida indiferencia del presidente ante los problemas económicos y sociales existentes en el país.

La revolución comenzó con protestas en el sur, promovidas y organizadas por los militares jubilados que demandaban mejoras en su situación económica. Este movimiento de ca-rácter social se transformó en un movimiento secesionista provocado por la indiferencia del gobierno frente a sus demandas y por el estallido de las revueltas de Túnez. La reacción del régimen fue extremadamente violenta y represiva pero esta virulencia en la represión de las protestas no hizo más que alentar los deseos de movilización de los manifestantes. La represión, unida al nivel de consciencia adquirido por una gran parte de la sociedad sobre el nivel de corrupción y expolio de las riquezas naturales del país por parte del régi-men, fueron suficientes para encender la mecha de la revolución.

La primera protesta pública se convocó a las puertas de la embajada de Túnez para fe-licitar a los tunecinos y las tunecinas por la salida de Ben Ali. La concentración contó con el apoyo de algunos políticos de izquierdas y acabó brutalmente reprimida por la policía. Uno de los destacados dirigentes del partido socialista yemení fue detenido junto con algunos estudiantes. Esto provocó que muchos universitarios decidieran unirse a las mani-festaciones y que muchas de éstas comenzaran a realizarse en el campus de la universi-dad. La revuelta egipcia avivó más todavía las protestas y movilizaciones, que ya habían comenzado en Taiz y se extendieron a la ciudad de Sanaa. El día de la caída de Hosni Mubarak, los y las manifestantes ocuparon la plaza el-Hurriya (Plaza de la Libertad) en Taiz donde acamparon, y dos días más tarde hicieron lo mismo en la capital.

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La coalición de partidos liderada por el “Bloque del Encuentro Compartido” (BEC), bloque de oposición al régimen, organizó el 17 de marzo una manifestación multitudinaria y auto-rizada por el régimen de Saleh que pensó que la manifestación diluiría los movimientos de protesta. En el discurso de clausura de la manifestación, pronunciado por un miembro des-tacado de los movimientos islamistas, se instó a los y las manifestantes a que abandonasen la plaza y regresaran sanos y salvos a sus hogares. Esta postura hizo que se indignaran aún más y se sintieran traicionados por los partidos políticos. A pesar de la represión de la poli-cía, continuaron las acampadas y protestas y dos o tres semanas después, se unió oficial-mente a las manifestaciones el BEC. Progresivamente, se fueron uniendo más grupos de indignados e indignadas: nacionalistas del Sur, panarabistas, activistas chiíes e islamistas. Estos últimos participaban en las protestas pero por lo general se mantenían al margen, a la expectativa de lo que pudiese suceder.

La incorporación del BEC supuso un desafío enorme para los y las manifestantes, que tu-vieron serios problemas a la hora de mantener el orden y la línea general de las protestas y reivindicaciones que habían marcado. El centro de toma de decisiones había sido des-de el principio la plaza pero, con la llegada del BEC, se desplazó a las asambleas de los partidos. El bloque impuso la creación de una comisión organizativa, integrada por los y las jóvenes representantes de los partidos junto con los y las líderes de la protesta y perso-nalidades importantes de la vida política, en la que gran parte de la juventud se negó a participar. Aun así, la idea prosperó y debido a la logística y amplios recursos de este gran bloque, se mantuvo.

Todos los viernes se convocaban las protestas principales y, en ocasiones, llegaron a con-centrar a más de un millón de personas. Aun así, el régimen continuó con la represión y el viernes 18 de marzo, utilizó francotiradores y paramilitares para disolver a los manifestantes: 55 víctimas mortales y más de 100 heridos y heridas en dos horas. Este hecho provocó las primeras fisuras dentro del régimen y muchas dimisiones.

La dimisión más importante después de esta matanza fue la del general Ali Muhsen al-Ah-mar, oficial muy cercano a los movimientos islamistas y general del regimiento acorazado. La adhesión del general a las protestas fue entendida por la mayoría como una desvirtua-lización del espíritu de las revueltas, caracterizadas por el pacifismo de sus métodos. Muh-sen decidió desplegar sus tropas alrededor del perímetro de las protestas autoproclamán-dose protector de la revolución. La juventud comenzó a temer que el conflicto escalase y se convirtiese en una guerra civil. Este hecho hizo que los líderes tribales se percataran de la necesidad de mantenerse al margen de las protestas, que los y las jóvenes pretendían continuar de forma cívica y pacífica. La entrada del general cambió su dinámica: el régi-men empezó a negociar con él y las manifestaciones quedaron en un segundo plano. El liderazgo de la protesta pasó de la plaza a las élites políticas.

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Egipto ____________________________________________________________________________

La necesidad de establecer una agenda específica para la revolución egipcia

Los movimientos de protesta en Egipto se originaron espontáneamente. Las primeras ma-nifestaciones que se convocaron antes del 25 de enero, fueron simplemente protestas contra el régimen y la policía; se centraban en demandar más respeto por los Derechos Humanos pero progresivamente se radicalizaron hasta exigir la deposición del presidente. Las redes sociales ayudaron al activismo egipcio a coordinar las movilizaciones aunque el gobierno bloqueó las comunicaciones por internet obligando a la juventud a buscar alter-nativas para coordinarse. Se crearon varios grupos de debate en la plaza aleatoriamente pero la participación era tan amplia que dificultaba el buen desarrollo de los debates. Con el aumento de las protestas, se formaron comités de voluntarios, para organizar y fa-cilitar la entrada de productos de primera necesidad, distribuirlos, y mantener el espacio limpio y seguro. Las protestas eran muy heterogéneas y esto propició la participación de la gran mayoría de la población, incluyendo a militantes de los movimientos islamistas, pero no fue así en el caso de sus líderes, que no quisieron participar. No eran progubernamen-tales pero tampoco revolucionarios.

Uno de los acontecimientos más importantes después de la caída de Mubarak fue el refe-rendo constitucional. La juventud se organizó a través de las redes sociales e internet para pedir el “no” a la reforma de la Constitución, mientras que los grupos islamistas pedían el “sí”. Fueron los islamistas los que ganaron el referendo. Sin embargo, esta decisión no llegó a afectar tanto al movimiento y en algunos aspectos el influjo fue positivo: uno de los políticos más conservadores, Hazem Abu Ismail, dejó la vida política y su salida del go-bierno favoreció la operativa de los y las jóvenes revolucionarios. La juventud no tiene una actitud proactiva y está mucho más inclinada a la crítica que al desarrollo de su agenda para lograr sus objetivos. La revolución no ha terminado pero los y las jóvenes deberían cambiar de métodos pues de lo contrario el camino para lograr sus objetivos será largo y complicado.

Después se abrió un turno de debate que resumimos como sigue

Se debatió sobre la dificultad en Libia de organizar cualquier tipo de protesta dada la inexistencia de organización social o civil alguna. Se operó a través de internet con un alcance muy limitado, a través de folletos informativos repartidos en las calles o en las mezquitas, o a través de los líderes tribales y jefes de clanes.

Se habló sobre los factores que incidieron en la formación del 20F en Marruecos y sobre el carácter “divino” del rey. Se aludió también a la peculiaridad que se dio en Marruecos en donde las decisiones se tomaron de modo consensuado en asambleas, y las mani-festaciones se convocaban semanal o quincenalmente. El 20F siempre mantuvo su inde-pendencia en la toma de decisiones, es un movimiento plural y refleja un gran número de posiciones ideológicas, sin que ningún movimiento, ya fuera de izquierdas ya islamista, pudiera capitalizarlo.

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Se hizo una reflexión sobre el nacimiento del Movimiento de Jóvenes Independientes en Palestina, en marzo de 2011, como respuesta a las manifestaciones que pedían el final de la división política entre los palestinos (Hamas y al-Fatah), y la elección de un nuevo Conse-jo Nacional (parlamento) donde estuviesen representados todos los palestinos y las pales-tinas. Este movimiento, independiente, no ligado a ningún partido, llegó en un momento de estancamiento y crisis política y su principal objetivo fue, desde sus inicios, trabajar por la unidad política, luchar contra la corrupción y denunciar la situación de las presas y los presos palestinos. Cisjordania tuvo muchas dificultades para movilizar a la población pues-to que la mayoría trabajaba para la Autoridad Palestina y buena parte del resto recurrió a préstamos bancarios debido a la crisis ocasionada por el embargo israelí y temían ser re-presaliados por los banqueros y prestamistas. El movimiento se reúne semanalmente para discutir y tomar sus propias decisiones y mensualmente coordina actividades con otros movimientos externos para plantear y organizar estrategias y acciones nuevas.

Se planteó el problema de vacío de poder en Túnez, donde ni la izquierda ni las orga-nizaciones civiles establecieron un mínimo programa de acuerdos para tomar el poder. Incluso, cuando Ben Ali dejó la presidencia, hubo un momento de vacío de poder, sin que la izquierda supiera aprovechar la situación tomando las riendas del Estado y dirigiendo la revolución, cosa que sí supieron hacer después los islamistas. En la actualidad no se puede decir que la revolución haya terminado pero la izquierda tunecina, a pesar de su papel protagonista, no fue capaz de establecer una plataforma que diera continuidad a la re-volución.

Se hizo alusión a los problemas en Yemen originados por la larga duración de las manifes-taciones y la injerencia que supuso la entrada de los partidos políticos en acción: se apo-deraron de las manifestaciones e hicieron que se agotaran los canales de comunicación.

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TALLER 2

NUEVAS PRÁCTICAS DE ORGANIZACIÓN EN LOS MOVIMIENTOS DE PROTESTA

Moderadores: Abderrahmane ZOHTY

Túnez _____________________________________________________________________________

Riesgos y desafíos en la utilización de las nuevas tecnologías de comunicación

Riesgos y desafíos en la utilización de las nuevas tecnologías de comunicación:La utilización de las nuevas tecnologías en las movilizaciones sociales es un fenómeno re-ciente que ha adquirido una gran relevancia en los últimos años.

Los monjes birmanos (bonzos) grababan escenas de la represión del régimen, que más adelante distribuían en memorias USB para esquivar el bloqueo informativo y de Inter-net instaurado por el régimen. En Irán, los estudiantes comenzaron una serie de protestas pacíficas contra el régimen de los Ayatolás en 2009, reivindicando democracia y justicia social. Utilizaron vídeos que grababan con sus móviles y colgaban en páginas web para mostrar las cargas policiales de la dictadura. Desde el 17 de diciembre de 2010 hasta el 14 de enero de 2011, la juventud de todas las regiones de Túnez viene coordinándose e intercambiando información en internet y las redes sociales de un modo masivo.

La instantaneidad de la revuelta tunecina, unida a la información y los vídeos publica-dos en Internet, redundaron en una mayor concienciación de la población y rapidez de actuación. Después del 14 de enero continuaron las protestas pero las redes sociales se

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actuación. Después del 14 de enero continuaron las protestas pero las redes sociales se utilizaron principalmente para compartir información. La estrategia consistió en actuar tanto a nivel nacional como provincial. La utilización de las redes sociales se ciñó más a las movilizaciones a nivel local. De hecho, en Túnez el 20% de la población es internauta, porcentaje muy alto en comparación con otros países árabes.

El grupo tunecino comentó que había que ser cauteloso con el uso de Internet, donde se puede propagar información imprecisa o incluso intencionadamente falsa. La posibilidad de compra de páginas por parte de partidos, instituciones u organismos oficiales está ahí, lo que facilita la propaganda contra-revolucionaria o el descrédito del movimiento.

Marruecos ______________________________________________________________________

Las redes sociales como punto de encuentro entre activistas y población

La utilización de las nuevas tecnologías en Marruecos, como en otros países árabes, se ori-ginó en gran medida por la falta de libertad de expresión. A esto hay que añadir la posibili-dad de compartir la información, y la facilidad para la coordinación entre individuos, pero no olvidemos que parte del éxito de las redes sociales reside en su novedad. El movimiento del 20F dio un importante empujón a la utilización de internet en este país, que cuenta hoy en día con unos 4 millones de usuarios y usuarias.

La militancia utilizó las redes sociales para la organización local y nacional. Se convocaron eventos, debates, actividades y reuniones relacionadas con las protestas. El 20F tiene unos 73.000 usuarios en listas de correo, que suelen estar cerradas por seguridad, y que son el sis-tema utilizado por las coordinadoras y comités de organización a nivel estatal para su admi-nistración. Toda la estructura y funcionamiento del 20F se refleja en su página de Facebook y cuenta también con otras páginas utilizadas para la sensibilización, la relación con presas y presos políticos y otras causas similares. Se puede decir que las redes sociales fueron el punto de conexión entre la juventud propulsora de las protestas y el resto de la población.

Egipto ____________________________________________________________________________

El rol de internet en las protestas

En Egipto, internet tuvo un papel importante tanto antes como después de la revolución. Antes de la caída de Mubarak, fue muy efectivo a la hora de movilizar a las masas per-mitiendo la distribución de mensajes y difusión de la información ignorada por los medios de comunicación oficiales. Alrededor de un 16% de la población tiene acceso a internet y después de la revolución, el número de blogueros ascendía a 160.000, la mitad muy ac-tivos y con edades comprendidas entre los 20 y 35 años. Muchos de ellos y de ellas fueron detenidos por el contenido de sus blogs. Los blogueros y las blogueras constituían una

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fuente de información alternativa y el medio de difusión de convocatorias de actos pú-blicos y manifestaciones. Por poner un ejemplo, durante la huelga general del del sector textil de 2008, jugaron un papel relevante a la hora de difundir sus protestas y reivindica-ciones, incluso a nivel internacional. Se creó un movimiento de protesta que tomó como nombre la fecha del inicio de esta revuelta: Movimiento del 6 de abril y que participaría después, de forma muy activa, en la Revolución del 25 de enero de 2011. Después de la revolución, se creó una página web similar a Wikileaks donde se publicaban informes y noticias relacionadas con la corrupción de las personas afines al régimen que los revolu-cionarios y revolucionarias recuperaron de las sedes y oficinas gubernamentales atacadas y ocupadas durante el estallido de las revueltas. Internet ayudó a romper algunos tabúes como denunciar la brutalidad policial, e incluso sirvió como método alternativo de justi-cia popular. Es cierto que también ha servido para que los dictadores se apoyaran entre sí pero es innegable que el balance del uso de internet en la revolución egipcia ha sido muy positivo: los egipcios y las egipcias, como otros, aprendieron significativamente de las tácticas de las revoluciones de otros países, en especial, de Túnez.

Internet fue útil para organizar las movilizaciones e iniciar todo tipo de acciones revolu-cionarias pero su efectividad con las elecciones disminuyó puesto que el porcentaje de población con acceso a internet es de un 10% mientras que el 40% de la población es analfabeta. En un proceso electoral se necesita llegar a la mayoría de las y los votantes, objetivo imposible de alcanzar mediante internet, por lo que se pusieron en práctica for-mas alternativas de concienciar a la población, como la visualización de vídeos en las calles con proyectores digitales, mensajes de texto en el teléfono o incluso grafitis.

Argelia ___________________________________________________________________________

Impacto de las nuevas tecnologías en las asociaciones defensoras de los Derechos Humanos La influencia de las nuevas tecnologías en la sociedad argelina es similar a la de Marrue-cos, Egipto o Túnez. Es importante reflexionar sobre cómo es posible a través de la partici-pación individual que caracteriza a las redes sociales, crear grupos de presión capaces de influir en un gobierno y en el orden establecido.

En Argelia, las nuevas tecnologías son utilizadas principalmente para generar debates y ha-cer comentarios alrededor de asuntos sociales, políticos y económicos, con el fin de elevar la toma de consciencia de la ciudadanía, la coordinación de acciones y la organización de eventos. Se ha utilizado también para establecer un canal de comunicación con los medios de comunicación y la ciudadanía. Además, por medio de internet se publicaron vídeos que denunciaban la represión de los cuerpos de seguridad del Estado. A pesar de que no hubo una revolución propiamente dicha en Argelia, sí se dieron manifestaciones y movilizaciones de amplios sectores de la población. Las manifestaciones más importantes se dieron en la capital, pero los impresionantes dispositivos de seguridad desplegados por el régimen hicieron muy difícil continuar con las protestas. Se prohibió todo tipo de eventos, incluidas las marchas. Una de las razones que explica esta ausencia de revueltas en Arge-lia es su historia reciente, es un país demasiado afectado por la violencia y la guerra.

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Aun así, los estudiantes universitarios demandaron un cambio radical del sistema político, y la Coordinadora Nacional de los Estudiantes Autónomos (CNEA) consiguió organizar una marcha el 11 de abril de 2011 que reunió a miles de estudiantes que intentaron paralizar la capital y romper el aparato de seguridad desplegado, llegando a la oficina principal de correos, muy cerca del palacio presidencial, donde hicieron una exposición sobre la amarga realidad de la universidad argelina. Esta acción tuvo gran repercusión en tanto que sirvió para romper el tabú oficial de movilizaciones y protesta en la capital. Facebook jugó un papel fundamental en la coordinación del colectivo estudiantil residente en las provincias periféricas o wilayas como las de Bugía, Bouira, Blida, Boumerdes, Constantine, Mostaganem, Orán, Tiaret, y Tizi Ouzou, entre otras, en las cuales la CNEA consiguió movi-lizar a más de 20.000 estudiantes.

Junto al colectivo de estudiantes, hay que destacar también la acción de otros colectivos como sindicatos de trabajadores, médicos, enfermeros, maestros, y asistentes en educa-ción, que secundaron las movilizaciones convocadas vía Facebook. Coordinaron movi-lizaciones grupos y asociaciones como la Coordinadora Nacional para el Cambio y la Democracia, (que incluye sindicatos independientes, organizaciones de Derechos Huma-nos, asociaciones de estudiantes y jóvenes, desempleados, abogados, maestros activos y retirados, asociaciones de vecinos, ciudadanos y ciudadanas en general, asociaciones de personas desaparecidas, figuras intelectuales y partidos políticos), la Coordinadora Na-cional para los Derechos Humanos de los Desempleados (CNDDC), la Coordinadora Na-cional SNTE, o la Coordinación Nacional de Pre-empleo. Las redes sociales ayudaron también a otro fin: dar forma a la narración de los aconteci-mientos. Gracias a ellas, se ha podido seguir la evolución de las revoluciones árabes y el apoyo suscitado.

Mauritania ______________________________________________________________________

Las oportunidades que representan las nuevas tecnologías

En Mauritania, las nuevas tecnologías también han contribuido a la difusión de la información y la organización de movilizaciones: mediante la grabación de vídeos se denunció la represión del régimen; internet permite el acceso a la información en tiempo real y cumplió la función de llenar el vacío que dejaban los medios de comunicación oficial; se ha abierto un nuevo cam-po de posibilidades respecto a las denuncias contra las violaciones de los derechos humanos. Sin embargo, la herramienta predominante en Mauritania no ha sido internet sino el “boca a boca”, las llamadas y los mensajes desde los móviles.

El gobierno mauritano ha puesto en marcha un sistema de control de la prensa electrónica para perseguir a activistas. Ya durante la dictadura de Muauiya Sidi Ahmed Uld Tayá en 2003, los y las activistas sufrieron la dura represión del régimen, hecho que llevó a los internautas a usar pseudónimos, que en la actualidad han dejado de utilizar, por lo que se teme que el régi-men los identifique utilizando métodos similares a los que usaron entonces.

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La última acción llevada a cabo por activistas mauritanos consistió en una marcha para protestar contra la falta de libertad de expresión y los abusos de los Derechos Humanos, que fue difundida a través de las redes sociales y en la que participaron unas 60.000 per-sonas. Se trató de una acción conjunta entre varios grupos pro derechos humanos y algu-nos partidos políticos. Cada grupo convocó a sus miembros y una coordinadora puso de acuerdo a los grupos entre sí. La coordinación fue la clave del éxito de la marcha.

Palestina ________________________________________________________________________

Lucha y resistencia a través de las redes sociales

Cuando Internet llegó a Palestina, se utilizaba para la comunicación social y con fines meramente recreativos. Su inicio como herramienta al servicio de los y las activistas llegó después, especialmente para la comunicación y coordinación entre ellos, y para la de-fensa de los Derechos Humanos. El pueblo palestino siempre ha luchado por la liberación de su tierra tanto por medios pacíficos como violentos y las revueltas egipcias y tunecinas supusieron para ellos una importante fuente de inspiración.

El activismo palestino comenzó a utilizar Twitter y Facebook para compartir información y permanecer en contacto con activistas de Egipto y Túnez. El Movimiento Independiente de los Jóvenes Palestinos creció considerablemente desde que comenzó a utilizar internet para el debate y la coordinación de actividades. El uso de Facebook favoreció la difusión de ideas y por tanto la incorporación de más jóvenes a la lucha. Después se creó un grupo abierto en Facebook al cual se unieron unos 3000 usuarios lo que permitió el contacto con jóvenes de distintas ciudades (Ramallah, Tulkarem, Galilea, y otras, además de Jerusalén y Gaza). Los vídeos han permitido a las y los activistas dar difusión a sus actividades y de-nunciar las violaciones de derechos humanos de la ocupación. Internet ha permitido crear una red donde compartir la información con jóvenes de otras zonas. Entorno a internet y las redes sociales se organizó el trabajo, definiendo y asignando tareas como fotografía y grabación, colgar documentos en internet, seguimiento de comentarios y respuesta a preguntas. Se crearon también páginas en Facebook de distintas temáticas, donde se publicaban comunicados que explicaban las razones para la movilización y se subían después los vídeos y fotos de las acciones, entrevistas y artículos de prensa. Además, se realizan talleres para enseñar a utilizar las nuevas tecnologías y mantenerse en el anoni-mato, el manejo de blogs, la utilización de redes sociales como Flicker, Facebook, Twitter o Youtube. Sin embargo, hay que tener en cuenta que existen muchas limitaciones en la telefonía móvil. Los terminales son antiguos y las cámaras asequibles no tienen buena reso-lución. No existe internet desde el móvil, no se dispone de tecnología 3G. Por otro lado, las fuerzas de ocupación han dedicado una nueva partida presupuestaria para desarrollar un sistema de control de vigilancia que les permite seguir los movimientos y eventos de los jóvenes publicados en las redes sociales. Con todo, el impacto de las nuevas tecnologías en la lucha palestina es positivo: se ha conseguido poner en evidencia los abusos de los sionistas y colonos, y la información y la solidaridad se han extendido a muchos rincones.

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Estado español ________________________________________________________________

El papel de las nuevas tecnologías y redes sociales en la configuración de los nuevos modos de participación social

Desde el principio de las manifestaciones, el papel de redes sociales como Twitter o Face-book se dispara con los acontecimientos posteriores a la manifestación del 15 de mayo convocada por “Democracia Real Ya”. La brutal expulsión de los « indignados » que de-cidieron acampar en la Puerta del Sol hasta las elecciones autonómicas del 22 de mayo, provocó un gran número de comentarios y opiniones en internet. Además, ese acto de violencia policial produjo un efecto llamada para reunirse en Sol en apoyo a los «indigna-dos», con una llamada implícita también para extender la noticia y darle publicidad en los medios de comunicación. Aquí comienza una nueva posibilidad de acción.

Pero ese hecho no constituye por sí mismo una nueva forma de participación puesto que la función de propaganda y difusión siempre ha existido. Sin embargo, las redes sociales permiten introducir ciertos elementos que hacen único el movimiento 15M: la rapidez de acción, la inmediatez de la información y la eliminación de supuestos vínculos con otros movimientos o etiquetas.

El movimiento en internet se formó paralelamente durante los primeros días de acampa-da. Surgieron con mucha rapidez plataformas como « tomalaplaza.com » o « spanishrevo-lution.com » que servían de punto de encuentro entre los participantes y de referencia a todo aquel que deseaba conocer su funcionamiento.

A pesar del trabajo para digitalizar todo lo que ocurría en la plaza, la visión on-line no llegó a recoger toda la intensidad de lo que allí se vivía.

Hay que destacar la creación, gracias a la participación activa de la ciudadanía, de una entrada en wikipedia que era actualizada constantemente.

Además, gracias al streaming, la comisión audiovisual «Audiovisol» pudo realizar un intenso trabajo de retransmisión de todo lo que sucedía en la plaza o en las asambleas, así como cualquier evento relacionado con el 15M. La retransmisión continuaba después con las manifestaciones y protestas.

La posibilidad que ofrece Internet en lo que concierne a la democratización de las opi-niones, la participación ciudadana y la emisión de contenidos por cualquier ciudadano o ciudadana, conduce al debate sobre si debe primar la diversidad de contenidos, opinio-nes e informaciones, sobre la calidad de los mismos.

Las redes sociales constituyen herramientas que sirven para fomentar las formas de orga-nización autónoma y la amplia difusión de las movilizaciones.

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Este proceso de periodismo participativo iniciado en internet se ha ido desarrollando has-ta conseguir que productor y consumidor de la información sean una misma persona. Los conceptos de emisor y receptor están ya desfasados.

Si bien internet hace ineficaces los métodos de censura tradicionales, no es menos cierto que permite la vigilancia de los disidentes.

Al control gubernamental se une la invasión de la publicidad y los ataques contra la neu-tralidad de la red, promovidos por los lobbys de la propiedad intelectual, que hacen que los espacios para compartir el conocimiento no sean siempre los más apropiados para el colectivo que busca un cambio social. Por eso, ciertos medios activistas reivindican una soberanía tecnológica y desarrollan estrategias de defensa y plataformas alternativas.

Finalizadas las distintas exposiciones, se plantearon las siguientes cuestiones

Se habló sobre la fuerza de las movilizaciones en Marruecos que se han convertido en algo casi cotidiano, en donde últimamente 11 personas fueron detenidas, y liberadas gracias a una concentración multitudinaria frente a la comisaria, convocada a través de las redes sociales, y se debatió sobre la amenaza que está suponiendo el despliegue de medios para perseguir el activismo en la red: en Marruecos hay miles de técnicos infiltrados en foros con el objetivo de difamar a los y las militantes y desacreditar el movimiento 20F; en Túnez trabajan centenares de agentes en el control de la red, la prensa oficial calificó a los mani-festantes y a los usuarios del Facebook de alborotadores y delincuentes; la censura es bru-tal en estos países aunque se recalcó que el problema no es ajeno a los países europeos.

Se planteó también el excesivo protagonismo otorgado a las redes sociales en las prima-veras árabes. Los medios de comunicación occidentales sobrevaloraron estos instrumentos y su papel movilizador, incluso llegando a afirmar que las revueltas habían sido fruto de las redes mientras subestimaban la dedicación y el esfuerzo de los y las activistas en sus organi-zaciones. Lo más importante en las redes sociales es la difusión de la información. El trabajo organizativo y organizado es el que dará continuidad a las luchas y garantizará su éxito; lo que forja la revolución no son las nuevas tecnologías sino las ideas que se trasmiten a tra-vés de ellas. Las redes sociales tienen una gran importancia comunicativa pero de ningún modo se puede sustituir el trabajo sobre el terreno.

Se hizo alusión a la falta de objetividad de la red, sobre todo después de la compra de pá-ginas por parte de partidos políticos afines al antiguo régimen, y la propaganda religiosa y política que la inunda, lo que confunde y distorsiona los debates.

Además, en algunos países como Yemen las redes sociales jugaron un papel secundario en las movilizaciones. Los usuarios y las usuarias de Internet son aquí una élite minoritaria y las decisiones se toman realmente a nivel de partidos y organizaciones. Los y las yemeníes recurrieron a la mensajería móvil y al correo electrónico para convocar las movilizaciones. En la misma línea se encuentra Mauritania, en donde las redes sociales no son prioritarias estando mucho más extendidos los métodos tradicionales como coloquios, charlas, confe-rencias, puerta a puerta, o conciertos en los que se anuncian marchas y concentraciones.

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Se apuntó que las redes sociales conllevan varios riesgos: el de alejarnos demasiado de la realidad, puesto que la realidad de la red no siempre coincide con lo que el pueblo piensa; el riesgo del desgaste y agotamiento de los y las militantes cuya energía podría ser invertida de un modo más efectivo sobre el terreno; o el de la pérdida de autonomía e independencia: si se cerraran estas páginas, se perderían muchos datos y contactos.

Se habló también de contemplar dos posibilidades: las redes comerciales y las alternati-vas. Las primeras son más utilizadas, más activas, más populares, pero conllevan el riesgo de que el gobierno las clausure. Las redes alternativas cuentan con el problema de su restringido alcance. Se recomendó la utilización de las dos posibilidades

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TALLER 3

SOBRE LA LUCHA DE LAS MUJERES EN ESTAS REVOLUCIONES

Moderadora: Najat RASZI

Argelia ___________________________________________________________________________

Un largo camino todavía por recorrer

La activista de la Liga Argelina para la Defensa de los Derechos Humanos, LADDH, orga-nización que lucha por la defensa y promoción de los Derechos Humanos en Argelia y en todo el mundo en colaboración con muchas otras ONG nacionales e internacionales, ha-bló sobre la pretensión de su organización de facilitar la integración de la mujer en la vida social y laboral dotándola de herramientas de autodefensa. Para ello, se organizan talle-res de formación para mujeres en cuestiones relacionadas con la violencia de género y se presta orientación y asesoramiento sobre cuestiones relacionadas con la igualdad y los derechos de la mujer, además de campañas de sensibilización social sobre estos asuntos.

La Constitución argelina protege la igualdad de sexos y brinda protección a la mujer frente a cualquier tipo de discriminación; establece que todas las instituciones del Estado están obligadas a asumir la igualdad de todos los ciudadanos y ciudadanas y, por lo tanto, obliga a las mismas a suprimir todas las trabas y dificultades que pudieran interferir en la materializa-ción de esta igualdad; derecho reforzado por la garantía de acceso a todos los ciudadanos y ciudadanas a la función pública. Sin embargo, el proceso de liberación de la mujer inicia-do por el presidente Abdelaziz Bouterflika tiene aún un largo camino por delante.

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Túnez _____________________________________________________________________________

Una revolución sin la liberación de la mujer

La situación de la mujer en Túnez ha pasado de la marginación a la discriminación. Desde la independencia y la llegada de Habib Bourguiba al poder, la situación de la mujer tune-cina mejoró considerablemente, sobre todo con la implementación de las nuevas leyes de la familia y la promulgación del Código de Estatuto Personal en 1956. Sin embargo, al-gunas políticas populistas de Bourguiba llevarían a decisiones unilaterales que acabarían perjudicando a la mujer y a los logros alcanzados: no contar con las opiniones y plantea-mientos del movimiento feminista y su relegación a un segundo plano, la exclusión de la mujer de las esferas del poder y la acción política, y la realización de las reformas desde una perspectiva patriarcal proteccionista.

La llegada de Ben Alí al poder no mejoró la situación, produciéndose en algunos aspectos grandes retrocesos. Se ha producido, en efecto, una creciente explotación propagandís-tica de la figura de la mujer por el régimen. A nivel socio-político, la situación de la mujer ha seguido siendo precaria y marginal. Su proceso emancipador convive con una serie de dificultades tanto a nivel cultural: predominio de costumbres conservadoras entre la población e injerencia de lo religioso en lo civil, como socio-económico: desigualdad en-tre mujer hombre y hegemonía de éste sobre todos los aspectos económicos del país, o político: exclusión casi total de la mujer de la vida política y de su participación en ella.

La participación de la mujer tunecina fue masiva y activa en todas las movilizaciones sin que se produjera segregación por razón de sexo en las manifestaciones como sí ocurrió en algunos países musulmanes como Yemen o Arabia Saudí. Sin embargo, su integración en las esferas del poder y su participación en la vida política y asociativa fue menor y restringi-da. Aun así, gracias al trabajo y compromiso diario de numerosas asociaciones feministas y progresistas se trazó una clara línea imaginaria de separación entre aquellos que utilizan la cuestión de la mujer para fines demagógicos y partidistas y aquellos que luchan verda-deramente por la consecución de sus derechos.

Libia ______________________________________________________________________________

El papel de la mujer en la revolución

La mujer tuvo una importante presencia en las luchas jugando un papel trascendental en la lucha por la libertad, la democracia y la justicia social.

Durante la ocupación italiana, la mujer no sólo luchó codo a codo con el hombre contra el colonialismo, sino que probó la amargura del cautiverio y la crueldad de los centros de detención. Después de la independencia, la mujer libia tuvo que emprender la difícil ta-rea de luchar contra el analfabetismo, los tabúes, las ataduras sociales y los estereotipos culturales que se interponían entre ella y su libre acceso a la enseñanza y a la educación.

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Afortunadamente, no tuvo que esperar mucho para ver sus objetivos realizados, especial-mente en los núcleos urbanos donde se crearon numerosas asociaciones y organizaciones feministas que se encargaron de allanar el terreno a otras mujeres hacia la consecución de sus derechos políticos y sociales. En 1963, se logró el derecho a la plena participación en la vida política. Sin embargo, esta situación no duraría mucho y en 1969, tras el golpe de estado, se prohibieron los partidos políticos, la prensa independiente y toda actividad política no oficiosa. Esta nueva etapa se caracterizó por una imagen tergiversada y el re-flejo de una situación que nada tenía que ver con la cruda realidad de la mujer en Libia y menos todavía con la de aquellas que luchaban por el derecho a la igualdad y la libertad. La mujer participó activamente en la lucha estudiantil y en contra de las injerencias mili-tares del régimen libio en los países vecinos y denunció enérgicamente sus devastadores resultados y su repercusión en las familias y toda la sociedad civil.

Las manifestaciones convocadas por las madres, esposas y familiares de las víctimas de la prisión de Abu Slim constituyeron el principio de una revuelta general que se extendió por toda la geografía del país inspirándose en las revueltas de Túnez y Egipto. Los sábados de cada mes en la ciudad de Benghazi se reunían los familiares de las víctimas para exigir la verdad sobre la matanza que acabó con la vida de numerosos presos políticos que pro-testaban por las condiciones inhumanas de su detención.

La revolución del 17 de febrero permitió el nacimiento de una nueva sociedad más libre que supo aprovechar el momento para constituirse en comités y organizaciones, prestar apoyo a la revolución, exigir igualdad de derechos y oportunidades entre el hombre y la mujer, e incorporar a la mujer en las nuevas instituciones. La mujer destacó por su dina-mismo y participación en organizaciones feministas clandestinas, que se encargaron de recopilar todo tipo de información y trasladarla a los comités de la revolución o difundirla en los medios de comunicación.

Algunas leyes discriminatorias fueron abolidas después de la revolución, volvieron al país los festejos del día Internacional de la mujer, y se dieron otra serie de transformaciones, a pesar de las cuales en Libia aún se enfrenta la mujer a un enorme desafío tanto en los ám-bitos sociales como legales.

Marruecos ______________________________________________________________________

El compromiso del 20F con los derechos y libertades de la mujer

Desde sus inicios el 20F tuvo muy presente el tema de la igualdad y los derechos de la mujer y esta postura fue defendida en foros sociales y en los debates que dieron lugar al Acta Fun-dacional del Movimiento, en cuyos principios para su formación se recoge el compromiso del movimiento con la igualdad. No se trataba solamente de una declaración de principios, sino que se asignaron portavoces del movimiento con representación paritaria de la mujer. De esta forma, se lanzaba un mensaje claro a la sociedad: era absolutamente necesario respetar la igualdad. Asimismo, el movimiento acordó que en cualquier evento público debía haber una representación similar de ambos sexos: durante las asambleas generales,

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las mujeres participaron activamente como moderadoras de los debates, animadoras de las discusiones, escribiendo las actas, y participando en las manifestaciones junto a los hombres en los discursos o la difusión de mensajes por megafonía. La imagen y la presen-cia de la mujer se normalizaron en el movimiento.

Sin embargo, cuando se unieron al movimiento asociaciones y partidos islamistas, a pesar de que aceptaron el Acta Fundacional del Movimiento, en las manifestaciones y de cara al público se negaban a respetar estos derechos. De hecho, intentaron separar a hombres y mujeres durante las manifestaciones, aunque la proposición fue rechazada.

La reforma de la Constitución marroquí que propuso el rey intentó apoderarse de las propuestas sobre la igualdad de la mujer que había demandado el 20F pero introdujo modificaciones que condicionaban los derechos de las mujeres en función de la shariaa [Derecho islámico] y las costumbres del país. En realidad reproducía el sistema patriarcal aunque de un modo más sutil, reconociendo varios derechos a la mujer, pero condiciona-dos por los dictámenes de las instituciones religiosas.

En la actualidad el debate continúa abierto y se identifican dos bandos: el que defiende los dere-chos de la mujer y los derechos humanos en general, como el 20F y la AMDH, y el conservador, que reduce los derechos de la mujer y monopoliza las instituciones religiosas y fundamentalistas.

Estado español _______________________________________________________________

El activismo feminista en el 15M

La participación de las mujeres en el 15M fue muy activa. El movimiento permitió la re-flexión y la expresión de la opinión de todas y todos sin discriminación de género, y facilitó la creación de un espacio político y social con la intención de inventar nuevas herramien-tas para transformar el sistema vigente. Así, se crearon comisiones feministas para debatir sobre el sistema capitalista y patriarcal y sobre la necesidad de volver a una sociedad donde prevalezca el ciudadano sobre el capital.

Uno de los lemas escogidos por las mujeres decía La revolución será feminista o no será y, sin duda, éste fue uno de los mensajes más importantes para reivindicar la presencia acti-va de la mujer en las plazas y trasmitir la importancia del feminismo bajo una perspectiva de apertura, de creación e innovación en respuesta a un sistema rígido y con objetivos económicos determinados para la acumulación de capital.

Los temas discutidos en los debates ciudadanos que trascurrieron en las plazas abarcaron áreas tan cruciales como la economía, la educación, la salud, y la política, entre otros. A pesar de los diferentes puntos de vista, el punto de partida común en las discusiones era el fracaso del sistema capitalista en todos estos ámbitos. Se trataba de áreas en las que la mu-jer había sido discriminada y sigue siéndolo a nivel global y, por tanto, su lucha tiene todavía más relevancia como protagonista aún excluida y apartada en muchos ámbitos sociales.

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Los roles femenino/masculino tradicionales siguen estando presentes y vigentes en el día a día, pasando a menudo desapercibidos los numerosos mensajes sexistas que invaden nuestra vida cotidiana. La correcta utilización del lenguaje fue un tema recurrente en las asambleas.

En cuanto a la evolución del 15M, varios grupos siguieron trabajando, algunos decidieron buscar un centro social para crear un lugar de encuentro (después del 15M, las asambleas seguían haciéndose en la calle y las plazas), donde realizar actividades lúdicas y cultura-les, y que fuese auto gestionado por y para la ciudadanía. Existían varios edificios públicos vacíos y se decidió solicitar la cesión de alguno de estos edificios al ayuntamiento, para lo cual se redactó una carta de intenciones donde se exponía el proyecto de creación de un espacio de carácter anti-patriarcal y feminista.

Se habló también de los términos feminismo y feminista cuya mala utilización ha desembo-cado en el rechazo de su uso, en el sentido de que es muy importante seguir defendiendo los derechos de las mujeres bajo este concepto porque es el que las define. La sociedad española se ha conformado con la lucha de las mujeres en su momento. Conseguidos los derechos que demandaban y desde que se realizan campañas de ‘igualdad’, existe la impresión de que se están satisfaciendo las carencias en materia de género, pero en rea-lidad no es así: se ha dejado el tema en manos de políticos que no hacen sino disfrazar el origen del problema.

La mujer está presente más que nunca en las luchas, lo cual es importante para mostrar con claridad su propia realidad en una sociedad regida por un sistema capitalista que olvida que el ser humano no es sólo un medio de producción sino un ser reflexivo, con sentimien-tos y necesidades vitales como la libertad de elección y la realización personal. Es necesa-rio que la mujer se reúna y debata sobre su experiencia personal de discriminación pero sin perder de vista que sólo se podrá conseguir un cambio social junto al hombre, pues es ne-cesario que éste tome también conciencia de los roles adquiridos e integrados en la socie-dad para poder crear nuevas formas de relacionarse y romper con esquemas patriarcales.

Mauritania ______________________________________________________________________

La lucha en contra de la discriminación y a favor de los derechos de la mujer

La mujer mauritana se ha caracterizado históricamente por su compromiso en los procesos de cambio y movimientos de protesta. Sin embargo, la discriminación sigue estando vi-gente en las leyes nacionales, en especial por la ausencia de leyes que pongan fin a estos abusos. La violencia contra la mujer sigue impune en muchos aspectos y su representación en la vida política es todavía escasa. Sigue al margen de las esferas del poder: la toma de decisiones tanto en el parlamento como en las instituciones públicas está todavía en manos del hombre. Esta situación ha llevado a la mujer mauritana a buscar alternativas para la lucha contra la discriminación. En la década de los 90, las mujeres decidieron auto organizarse y crear sus propias asociaciones para defender sus derechos. Sin embargo, su trabajo no ha sido nada fácil debido en gran medida al auge del islamismo en la sociedad

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y política mauritanas, lo que ha supuesto un notable retroceso en materia de igualdad. Sin embargo, se intenta trabajar en sentido contrario con medios como el de la creación, por parte de la Asociación Mauritana de Derechos Humanos (AMDH), de un dispositivo para la resolución de los conflictos que sufren las mujeres.

Uno de los problemas más acuciantes en este sentido es la falta de voluntad política por parte de las autoridades para poner fin a estas prácticas. Es absolutamente necesario que las autoridades políticas ratifiquen los acuerdos internacionales en materia de igualdad y respeto por los derechos de la mujer, la eliminación de las prácticas discriminatorias en la legislación nacional y la adopción de leyes que protejan los derechos de la mujer, en especial, en materia de violencia doméstica y sexual.

Yemen ____________________________________________________________________________

Retos y desafíos de la mujer yemení en los movimientos de protesta

La participación de la mujer en la revolución supuso un enorme desafío dado el conserva-durismo que caracteriza a la sociedad yemení. La presencia de la mujer en las manifesta-ciones y las asambleas fue crucial y masiva, y la revolución ha tenido una gran repercusión en el papel de la mujer en la sociedad. Ha pasado de un ámbito restringido y doméstico a un ámbito social y público. La mujer participó desde el principio en todos los debates y movilizaciones en las plazas, y la primera manifestación de apoyo a la revolución tunecina fue organizada por mujeres activistas.

Un dato interesante sobre este nuevo fenómeno en la sociedad yemení es que las activis-tas pertenecían a todos los ámbitos sociales y culturales. La participación de las mujeres fue una sorpresa para la sociedad pero sirvió de ejemplo al resto de la población. Las mu-jeres demostraron una gran capacidad de organización, sin prejuicios sectarios o tribales, y dando así una lección de unidad.

Las complicaciones en las protestas comenzaron cuando los partidos políticos islámicos y parte del ejército se unieron a las manifestaciones. Estas fuerzas intentaron imponer la segregación de los sexos y, de hecho, muchas activistas fueron violentamente agredidas por miembros de los partidos islamistas y militares. Intentaron reunir a las mujeres en un recinto cerrado en las plazas y aislarlas del resto de los manifestantes bajo el pretexto de defender su honor; procuraron durante las manifestaciones situarlas al final pero la mayo-ría permaneció entre el resto de los manifestantes (sólo las más religiosas y conservadoras accedieron a situarse en la parte posterior). Esta actitud fue entendida por el poder como un acto de rebeldía y desafío al poder político y patriarcal, por lo que la mujer fue objeto de una dura represión materializada en más de veintidós víctimas mortales y centenares de heridas por disparos de francotiradores.

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Se habló también de la extrema importancia del efecto negativo de la intervención ex-tranjera en este ámbito. A pesar de los esfuerzos de las mujeres durante la revolución, la intervención de los países del Golfo y los Estados Unidos fue recibida con decepción puesto que los acuerdos alcanzados para la transición ofrecían en bandeja el poder a los movimientos islamistas con el alto riesgo de retroceso en los derechos y libertades de las mujeres que esto conlleva.

Palestina ________________________________________________________________________

La mujer palestina en la vanguardia de los movimientos de protesta

El papel de la mujer palestina en los distintos movimientos de resistencia y protesta ha sido muy activo en diversos ámbitos y desde hace décadas. Ella es la encargada de adminis-trar todos los aspectos de la vida cotidiana pudiendo ser considerada como el epicentro de la vida social palestina. Un ejemplo relevante es el papel mediador de la mujer en los conflictos políticos existentes en el seno de la resistencia palestina y su labor de apoyo a los presos y las presas tanto fuera como dentro de las cárceles israelíes transportando la correspondencia entre los presos y la población durante sus visitas a la cárcel, participan-do activamente en las protestas en contra de la colonización israelí y en defensa de las poblaciones afectadas por el muro de separación construido por Israel.

Se aludió a la significativa contribución de la mujer en las movilizaciones que reivindicaban el fin del bloqueo a Gaza y su participación en la creación del Movimiento Independiente de Jóvenes Palestinos del 15 marzo que desde sus inicios reivindica el fin de la división entre facciones palestinas. La mujer participó activamente en los debates y las comisiones del movimiento. Precisamente, una de las reivindicaciones principales del movimiento es con-cienciar a la población sobre la situación de la mujer palestina y una de sus demandas es ampliar su participación en las instituciones públicas, y en la actividad social y política del país. Además, el movimiento defiende la repartición equitativa del trabajo entre hombres y mujeres, y anima a la participación en causas cruciales como la lucha contra la ocupa-ción y la denuncia de las políticas discriminatorias de la Autoridad Palestina.

A continuación exponemos algunas aportaciones al debate que siguieron los trabajos del taller

Se debatió sobre la presencia de la mujer árabe en las instituciones, y sobre su igualdad frente al hombre, en diferentes países.

En Egipto, antes de la revolución, la mujer disponía de una cuota fija en el parlamento pero después la ley ha sido abolida por ser considerada como un reducto del antiguo régi-men. En las elecciones recientes para una Asamblea Constituyente, las mujeres recibieron un 2% de los votos y un 6% de los escaños. No puede decirse por tanto, que la situación de la mujer haya mejorado después de la revolución.

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En Túnez, después de la revolución se reservó el 50% de los escaños a las mujeres, sin em-bargo, existe un arraigo de la mentalidad patriarcal: realmente ni progresistas ni islamistas creen realmente en la igualdad efectiva entre el hombre y la mujer. El patriarcalismo y el sexismo se extienden al sistema educativo y social. No puede hablarse de avance tras la revolución en lo que a la igualdad se refiere, más aún, están sin ratificar los programas que existían para eliminar la discriminación de la mujer por Naciones Unidas (Convención Sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer). No puede afir-marse que esta revolución haya originado un cambio radical en la situación de la mujer.

En Palestina una futura libertad incluiría también la igualdad entre sexos. La mujer palestina en particular y la mujer árabe en general han decidido salir a la calle y esto es un desafío en sí mismo. La mujer palestina no es sólo la madre o la hija de los fallecidos en combate contra la ocupación sino que ahora es ella misma mártir de la lucha. Las mujeres salen a la calle a reclamar la compañía masculina en las manifestaciones; las mujeres se enfren-tan a la ocupación, logran romper la barrera del miedo y el terror, y no dejan de cruzar los controles israelíes a pesar de las humillaciones a las que a veces se ven sometidas. La mujer palestina es valiente y se enfrenta diariamente a muchos retos.

También se habló sobre el lenguaje sexista occidental y oriental y se sostuvo que, en ge-neral, no es comparable el tipo de sexismo que prevalece en oriente con el occidental. Sin embargo, la lucha feminista por la igualdad es una lucha global puesto que todas las mujeres se enfrentan a los mismos problemas de discriminación y cuando una mujer lucha en cualquier parte del planeta, lo está haciendo también por el resto.

En Libia la mujer tuvo un importantísimo papel activo en la revolución que puso fin a la dictadura de Gadafi participando incluso en los combates contra el antiguo régimen. La participación de la mujer en la sociedad ha aumentado considerablemente con la revo-lución y su presencia es más visible en ámbitos públicos como la universidad. Sin embargo, como en otros países, los islamistas están intentando poner obstáculos para frenar la pre-sencia femenina.

Fue relevante también el papel de la mujer en las revueltas de Sidi Ifni en 2008 y El Aaiún en 2010. Los medios de comunicación omitieron los abusos, detenciones y torturas por parte de las fuerzas de seguridad a los que fueron sometidas, tanto en Marruecos como en otros países árabes.

En Marruecos, el balance de las reivindicaciones de la mujer fue negativo: el 20F no hizo realidad ninguna de ellas. La mujer no participa en el gobierno por la discriminación social a la que está sometida (en el hogar, por el sistema educativo, en el trabajo, etc.) Sin em-bargo, se habló de que en este país todos los programas de los movimientos pro Derechos Humanos y organizaciones progresistas siempre han incluido el derecho a la igualdad del hombre y la mujer. En las revueltas árabes, sin embargo, han predominado las reivindi-caciones políticas sobre las sociales. En Marruecos, la lucha de la mujer está mucho más avanzada que en el resto de países árabes.

Se comentó el tratamiento conjunto del papel de la mujer en la primavera árabe, se habla del papel de la mujer de un modo colectivo, se trata la lucha de la mujer como

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una batalla común. La presencia de la mujer en instituciones públicas o de gobierno no es en sí mismo trascendental, lo importante es transmitir el mensaje de que la mujer puede y debe asumir responsabilidades en la sociedad fuera del ámbito doméstico.

Se debatió el laicismo como alternativa al Estado islámico y vía para una democracia real. El poder utiliza la religión para discriminar, y la religión como escudo para el inmovilismo de las leyes. El laicismo existía ya históricamente pero fue desvirtuado por los movimientos isla-mistas de principios de siglo XX, que hicieron todo lo posible por relacionarlo directamente con el ateísmo. Los y las activistas del 20F intentaron introducir otro concepto que viene a cumplir la misma función: el Estado civil. No consiguió que se incluyera en la última reforma de la Constitución.

Asimismo, se hizo alusión a las consecuencias especialmente negativas sobre las mujeres de las crisis tanto económicas como políticas, puesto que ellas suelen ser las que más su-fren las políticas discriminatorias.

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TALLER 4

IMPLICACIÓN DE LAS CLASES POPULARES EN LOS MOVIMIENTOS DE PROTESTA

Moderadores: Efnatssa ABDELLAH y Samira RAISS

Túnez _____________________________________________________________________________

El auge del islamismo, el sindicalismo y las nuevas formas de organización

La revolución fue liderada en su inicio por el sindicato Unión General de Trabajadores Tune-cinos (UGTT) junto con otras organizaciones sociales. Por tanto, las revueltas no fueron tan espontáneas ni partieron desde las bases populares como se ha podido llegar a pensar, ya que venían respaldadas por una élite activista, política y sindicalista que, en efecto, se mo-vilizó. Al principio, las manifestaciones no fueron masivamente secundadas, pero a partir del 14 de enero se hicieron continuas y masivas uniéndose a las protestas tanto diferentes colectivos como personas a título individual.

Tampoco la coordinación entre ONGs, estudiantes, activistas y artistas fue todo lo amplia que hubiera sido deseable habida cuenta de los esfuerzos invertidos en ese sentido. La UGTT, que agrupa a trabajadores y trabajadoras de todas las categorías y capas sociales, sí estableció unos lazos más o menos estrechos con las masas populares. Sin embargo, a partir del 14 de enero, el sindicato se vio desbordado por el rápido desarrollo de los acon-tecimientos y no supo aglutinar a más personas en sus bases, en parte por el surgimiento de nuevas asociaciones, partidos políticos y formas de organización que tampoco logra-ron mayor participación debido a su naturaleza elitista y sectorial.

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Esta apatía hacia la organización y el compromiso político, probablemente constituyera una herencia del antiguo régimen: represión, brutalidad policial, falta de cultura de demo-cracia y un discurso demasiado populista.

Era necesario encontrar y mantener el equilibrio entre el discurso político de la élite y la in-teracción de los manifestantes con la revolución sin que esto perjudicase los logros alcan-zados en materias sociales. Ejemplo de esta disyuntiva lo constituye la igualdad de sexos, tema sobre el cual los líderes de las revueltas recurrían a discursos populistas para evitar el conflicto con la opinión de la calle. Otro ejemplo lo encontramos en el éxito de las mo-vilizaciones que culminaron con la organización en Túnez capital de una concentración en la plaza de al-Kasbah convocada por la UGTT contra la política del gobierno transito-rio de Mohamed Ganuchi, llevada a cabo por una élite política formada por políticos e intelectuales de izquierda a la que también se sumaron algunos islamistas y miembros del antiguo régimen. Sin embargo, a pesar de este éxito, la concentración fue instrumentaliza-da por los islamistas presentes que acuñaron los eslóganes de los y las manifestantes para revestirse de una legitimidad revolucionaria que no tenían, trasmitir sus mensajes, reclutar a nuevos militantes y anticipar su propaganda electoral para las legislativas.

La sonora irrupción de los islamistas en la escena política del país y el aumento de su popu-laridad tras la caída de Ben Ali, se debió en parte a la utilización apropiada de los recursos financieros recibido desde el exterior para organizarse mejor, y a la solidaridad ciudadana que se desplegó a su alrededor tras la liberación de sus presos y la vuelta al país de los exiliados en tanto que víctimas directas de la represión sufrida durante el antiguo régimen, lo que les permitió abrirse camino fácilmente entre un electorado nuevo, inexperto en po-lítica o conservador. Además, consiguieron establecer una relación muy estrecha con las grandes potencias occidentales para quienes suponen una alternativa política y no una amenaza a sus intereses económicos. Hay que subrayar también que instrumentalizaron a su favor la religión y lo sagrado y ejercieron una gran influencia en los medios de comuni-cación, utilizando técnicas de discurso fácil, hostil y agresivo contra los progresistas.

Egipto ____________________________________________________________________________

Los distintos modos de protesta

La organización de las protestas comenzó por internet, pasando después a las redes socia-les donde distintos movimientos y organizaciones comenzaron a actuar. Después apare-cieron formas de actuación alternativas como videos subidos en internet, proyectados en la calle y grafitis. Se difundió, por ejemplo, un video en el que se veía cómo los soldados se ensañaban con una mujer musulmana con velo, forcejeaban y la despojaban de toda su ropa. Estas imágenes provocaron una reacción contundente en la conservadora pobla-ción egipcia que animó a más gente a participar en las protestas.

Con la llegada de las elecciones para la creación de una Asamblea Constituyente, las protestas dejaron de limitarse a las calles y llegaron a otros ámbitos como el parlamento, recuperándose un cierto interés popular por lo que ocurría puertas adentro.

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El uso del video, el grafiti o los mensajes desde teléfonos móviles tuvo una repercusión no-table y ayudó a expandir la protesta, puesto que el acceso a las nuevas tecnologías sigue siendo muy limitado en una sociedad con niveles muy altos de analfabetismo.

Estado español ________________________________________________________________

El compromiso adquirido del movimiento Democracia Real y el 15M con la sociedad española

Se trata de un hecho peculiar ya que la sociedad española se ha caracterizado histórica-mente por una cierta indiferencia hacia la política. El compromiso político no es habitual en esta sociedad donde la participación de la juventud en asociaciones es de apenas un 20%, y de la que sólo el 4% se declara pertenecer a una formación política.

El pueblo español ha reaccionado muy lentamente ante la crisis económica y la pobreza en la que viven muchas familias. El desempleo y las medidas de austeridad han afectado a muchas instituciones y han puesto en peligro el estado del bienestar. Esta grave situación propició que grupos de jóvenes reaccionaran y de esta reacción surgió el movimiento De-mocracia Real, agrupación crítica con la Constitución española y con la ley electoral. Su carácter es marcadamente político, comprometido con la sociedad, pero sin contacto alguno con partidos políticos. Además, la agrupación está formada principalmente por estudiantes que suelen considerarse apolíticos pero que se vieron obligados y obligadas a implicarse políticamente para ejercer presión y hacerse escuchar. Sin embargo, en el momento en que surgió el 15M, había que elegir entre movilizaciones y política, finalmente el movimiento optó por la protesta en las calles. Los colectivos estudiantiles querían que la democracia española fuera efectiva y real. Pero el movimiento no estaba formado sólo por estudiantes, sino también por otros muchos colectivos de la sociedad civil que se han visto afectados directa o indirectamente por la crisis socio económica del país y que de-mandaban principalmente un sistema más igualitario, menos corrupción, más transparen-cia en las instituciones y un sistema basado en la meritocracia.

A pesar del éxito del movimiento, se pensaba que tendría fecha de caducidad, pues nor-malmente las clases sociales están movidas por sus necesidades individuales y suelen des-aparecer cuando la economía retoma su actividad normal o cuando el Gobierno adopta alguna de sus reivindicaciones. Aun así, un año después de su nacimiento, el movimiento 15M y Democracia Real siguen activos.

Libia ______________________________________________________________________________

Diferencias y similitudes con otros movimientos de protesta

En Libia no existían organizaciones civiles, sindicatos ni partidos políticos antes de la revuel-ta contra Gadafi, sólo alguna asociación profesional como el colegio de abogados. Al principio de la revuelta, los jóvenes intentaron mantener el contacto y coordinar sus accio-nes pero enseguida vieron cómo se cortaban todas las comunicaciones.

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Continuaron con panfletos, difusión de mensajes en las mezquitas o mediante jefes tribales e incluso puerta a puerta. También se organizaban protestas en los funerales de las vícti-mas, que terminaron convirtiéndose en auténticas manifestaciones de denuncia contra el régimen. Este hecho hizo que éste no entregara los cuerpos de los caídos en un intento de frenar las manifestaciones en los funerales. Después, comenzó la lucha armada.

El papel de los jeques tribales en Libia fue muy importante, su influencia en la participación del pueblo en la revuelta fue decisiva. A raíz del anuncio de separación del régimen del jefe tribal de la región de Zintán (noreste de Libia), otros jefes tribales se unieron a la revolución.

Tras la caída del régimen de Gadafi, el país quedó dividido en tres áreas: oeste, este y sur. La organización de la sociedad civil no se dio de igual manera en ellas. La región oriental ejerció gran influencia en el Consejo Nacional de Transición (CNT) y las milicias de su ca-pital, Bengasi, presionaron al CNT para que les reservaran al menos cinco escaños en su consejo. La región occidental estaba menos organizada, y se tuvieron que utilizar las redes sociales como forma de comunicación, puesto que las circunstancias de la guerra en esta región habían hecho que los movimientos sociales se encontraran muy dispersos.

Los retos más importantes surgieron en el sur, donde la sociedad sigue siendo tribal y se desconoce el sentido de una asociación u organización civil, con el problema agravado de la lucha entre los líderes tribales por su liderazgo.

Marruecos____________________________________________________________________________

El modelo de organización del movimiento 20F y su papel en la sensibilización de las clases populares

Los orígenes del 20F se remontan al año 2000, año que marcó el inicio de las movilizaciones en ciudades pequeñas y pueblos de las zonas más pobres del país, movilizaciones novedosas por producirse en pequeñas ciudades, y que fueron reprimidas duramente por el régimen.

Otra de las raíces del 20F se encuentra en la Asociación Nacional de los Diplomados en Paro que desde los años 90 hasta hoy ha venido desarrollando un sistema de movilización bastante sofisticado. Este movimiento ha tenido una gran influencia en el 20F. Asimismo, los movimientos pro Derechos Humanos fueron también una importante fuente de inspiración.

Los altos índices de paro y los despidos abusivos de los trabajadores y las trabajadoras cons-tituyeron una de las causas del estallido de las protestas. Sin embargo, los partidos políticos tenían escaso arraigo entre las clases trabajadoras, por lo que esta fuerza no tuvo un papel especialmente relevante. También fue escaso el papel de las organizaciones sindicales, debido a la burocratización de los sindicatos y su pérdida de contacto con los problemas reales de los trabajadores y las trabajadoras. Esta ineficacia animó a los trabajadores y trabajadoras en paro, a los estudiantes y a los campesinos y campesinas de zonas rurales a unir sus fuerzas a través del movimiento del 20F, que trató de unificar reivindicaciones so-ciales y políticas y permitió crear un frente común y llenar el vacío de liderazgo existente.

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El movimiento contaba al principio con poca participación de las clases populares. Para solventar este problema se originó un debate marcado por dos estrategias: la que de-fendía la necesidad de llevar el movimiento, a través de coordinadoras, a los barrios más pobres y a los sindicatos para atraer a trabajadores y a las clases populares más humil-des, y la que consideraba que las clases medias eran cruciales aunque se topaba con el problema riesgo de perder el control del movimiento. Finalmente, se optó por trabajar más intensamente en las zonas más desfavorecidas. Sin embargo, el éxito fue relativo. El movimiento no supo invertir la fuerza suficiente en la consecución de sus reivindicaciones ni aprovechar otras movilizaciones paralelas. El fracaso parcial del 20F en alcanzar la ple-nitud de sus objetivos se debió en parte a las luchas internas, lo que hizo que el desem-barco en los barrios populares no alcanzara el arraigo social pretendido por la falta de comprensión de estos conflictos por parte de los ciudadanos y las ciudadanas de a pie. Otra de las causas del fracaso del 20F se encuentra en las dificultades encontradas para integrar de una forma creativa reivindicaciones puntuales de las clases populares en sus programas: los y las líderes siguieron funcionando de forma elitista y las clases populares perdieron progresivamente la conexión y el interés por participar en el movimiento al no ver realizadas sus aspiraciones de inmediato.

Yemen ____________________________________________________________________________

Una revolución robada

La militancia yemení en su mayoría estaba formada por estudiantes y activistas de la sociedad civil: intelectuales, periodistas, juristas… Las reivindicaciones eran al princi-pio más políticas que sociales y giraban alrededor de las aspiraciones del activismo estudiantil y pro derechos humanos. La clase obrera se quedó al margen porque no vio reflejadas ninguna de sus reivindicaciones en estas protestas. Este hecho debilitó notablemente al movimiento. Aun así, las manifestaciones fueron secundadas por las clases sociales más desfavorecidas, que sufrían además el racismo y la discriminación social, laboral e institucional. Cuando comenzó la revolución, la élite organizadora no encontró el modo de incorporar a trabajadores y capas sociales más desfavorecidas y, no se pudieron establecer vínculos y comprometerlos políticamente en las protestas, máxime con la anexión de los islamistas. Con la incorporación del ejército, la situación cambió, las manifestaciones se centraron en cuestiones políticas y progresivamente se dejaron de lado las reivindicaciones sociales y laborales. En resumen, el movimiento no supo ampliar su base e incorporar más fuerzas sociales. Una vez intervinieron fuer-zas políticas mejor organizadas como islamistas, jefes tribales y ejército, el carácter de las manifestaciones cambió radicalmente y tomó una dirección mucho más política que social. Tras la negociación de la salida del poder de Ali Abdallah Saleh, el movi-miento perdió su fuerza y no pudo mantener un debate interno, en parte influenciado por los partidos políticos que pretendían imponer su agenda más que desarrollar el movimiento en sí mismo.

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Concluidas las exposiciones de este taller, se desarrolló el siguiente debate

Se debatieron las razones por las cuales el 20F no consiguió sus objetivos, defendiéndose su capacidad de movilización, que llegó a implicar a más de 50 localidades, pero que se vio mermada por la falta de implicación de los sindicatos. Las secciones que en ellos se intentó crear no llegaron a desarrollarse plenamente. Además, no hubo participación significativa de los colectivos de estudiantes universitarios y parados –aunque sí la hubo a título individual– y una vez el partido Justicia y Equidad abandonó las protestas, su capa-cidad de movilización disminuyó significativamente.

Otro elemento que pudo repercutir negativamente en el crecimiento del movimiento 20F es su tendencia a reivindicar su independencia frente al resto de fuerzas políticas. La mi-litancia juvenil llevó al extremo esta consigna llegando a surgir grandes controversias en su seno, lo que polarizó las posiciones dentro del movimiento y lo desvió de su verdadera lucha. También hay que tener en cuenta las maniobras llevadas a cabo por el Estado para aislar a las clases populares e impedir su adhesión al movimiento. El 20F carece de coordi-nación a nivel estatal sin que pueda hablarse de momento de una estrategia general. Sin embargo, sí se da una total autonomía a nivel de coordinadoras, que tienen la libertad de definir y trazar su propia estrategia de trabajo a partir de las asambleas generales organi-zadas por ellos mismos.

Por todas estas razones, el 20F está buscando medios para su popularización, nuevas formas de organización y mecanismos para dar cabida a las clases populares como elemento activo en el proceso de toma de decisiones. En ese sentido, se intentó poner en práctica una propuesta de programar las luchas del 20F en función de las reivindica-ciones más urgentes.

También se planteó el carácter gradual de las manifestaciones, lo que aumentó el mar-gen temporal de actuación del régimen, al contrario de lo que ocurrió en Túnez, en donde la revolución se produjo en una sola ola masiva que provocó la expulsión del presidente. Además, en Marruecos, las protestas fueron sociales: la carestía de la vida, la precariedad laboral, la subida del precio de la luz y el agua, etc., movilizaciones duramente reprimidas precisamente por su carácter social: el régimen teme más a este tipo de reivindicaciones que a las cuestiones políticas ya que éstas permiten cierta maniobrabilidad mediante con-cesiones a ciertos partidos políticos, cosa que no sucede en las reivindicaciones de carác-ter social, que implican, además, un mejor reparto de la riqueza, por lo que el régimen es reacio a la satisfacción de este tipo de demandas.

Se analizó el porqué de que el 20F no haya conseguido implicar a todos los sectores sociales, como sucedió en España con el arrebato del poder a la dictadura. También se señaló que, a pesar de todas estas consideraciones, no faltó consciencia militante de las clases popula-res ni aglutinación de sectores sino que el desafío real del 20F es la élite corrupta vinculada al poder que ejerce un control absoluto sobre el poder económico y político, y la existencia de otra élite que busca un cambio pero carece de proyecto e iniciativa (en el primer aniver-sario del 20F, por ejemplo, los jóvenes propusieron una huelga general que inmediatamen-te fue rechazada por las élites de la burocracia sindical). Esta falta de iniciativa y proyecto de lucha por parte de los sindicatos ha provocado la desconfianza de las clases populares.

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En Marruecos, tanto las clases populares como los desheredados y los estudiantes tienen la responsabilidad de avanzar en el cambio. Las clases populares son las más afectadas por los recortes sociales, la marginación y la opresión; los estudiantes han contado histó-ricamente con una gran capacidad de organización (Unión Nacional de Estudiantes de Marruecos –UNEM-). Pero el 20F no supo coordinar a todos estos colectivos con eficiencia.

En cuanto a Libia, se planteó la conciliación del hecho de que el discurso en las mezquitas fuera un discurso de carácter religioso y la pretensión de la construcción de un estado civil.También se planteó el papel de la OTAN frente a las tropas de Gadafi fuertemente arma-das, que fue decisivo para salvar la vida de cientos de miles de personas en Bengazi.

Se debatieron las razones del fracaso de las reivindicaciones del movimiento español del 15M. Se apuntó, en primer lugar, a la distancia existente entre el movimiento, formado básicamente por estudiantes y desempleados, y las centrales sindicales mayoritarias. El movimiento intentó coordinar una manifestación con los dos sindicatos españoles más importantes pero estos utilizaron su influencia mediática para acaparar la atención de la prensa, lo que al final eclipsó el papel de las y los militantes del 15M en la movilización. Se apuntó, como otra de las razones, su falta de mecanismos de autodefensa: no supo cómo conservar las plazas públicas ocupadas y los acampados se disolvieron después de la primera carga policial. Su fracaso tiene más que ver con la clase social acomodada pre-dominante entre los indignados y las indignadas que con la fuerza de sus reivindicaciones. Otro factor del fracaso del movimiento fue su incapacidad para reducir sus demandas a lo esencial, lo que generó la confusión sobre el techo de las reivindicaciones. Por último, la descentralización del 15M y su implantación en los barrios, debilitó la capacidad de coordinación y visibilidad del movimiento. Se reservó un apartado del debate a la consi-deración del protagonismo de las clases populares.

En Egipto, la lucha obrera después de la caída de Mubarak contó con el apoyo de las fuerzas de izquierdas, los y las progresistas consiguieron muchos derechos al principio de las revueltas y se organizaron actos de protesta, concentraciones, encierros y huelgas. Sin embargo, el ascenso de los islamistas favoreció a la élite empresarial (buena parte de ellos son empresarios). Utilizaron el discurso religioso y la moral para frenar las protestas y disolver las concentraciones.

En Palestina, desde 1998, cuando salieron por primera vez los manifestantes a protestar en frente de la sede la de la Autoridad Palestina, fueron recibidos con munición real que causó la muerte a varios manifestantes: los palestinos y las palestinas no se han vuelto a reunir en este enclave hasta el año 2012. Se ha planteado la posibilidad de reanudar las negociaciones con las fuerzas de ocupación por parte de la Autoridad nacional palestina, y los jóvenes palestinos convirtieron los viernes y sábados en día de protesta. Aun así, el movimiento encontró ciertas dificultades a la hora de atraer a jóvenes en sus filas, ya que la mayoría de ellos y ellas pertenecen a organizaciones políticas.

Se concluyó que el motivo de estas revueltas y los problemas que han venido padeciendo to-dos estos países, son similares y constituyen el resultado de las políticas del llamado nuevo orden mundial y los dictámenes de los imperialismos.

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Otro factor común en todos estos países es su deseo de cambio. Y se dan diferencias entre ellos en el modo y el grado de participación de las clases populares. Uno de los factores re-currentes en la debilitación de los movimientos fue la falta de una organización eficiente.

Para finalizar, se analizó la cuestión de si se ha conseguido la democracia tal y como la esperaban las masas populares en los países donde se ha producido la caída de los re-gímenes; si era posible la materialización de las reivindicaciones de las masas populares y de la democracia en términos políticos, económicos, sociales y culturales, en el marco de este orden internacional, sin que cambien las estructuras políticas y socio-económicas existentes; y si las revoluciones en los países árabes serían capaces de hacer una reparti-ción equitativa de las riquezas.

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