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Tamara Rivero Salvador Clara Marín Zaldívar

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Tamara Rivero Salvador

Clara Marín Zaldívar

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En síntesis

✓ La monitorización continua de la fracción inspirada de oxígeno (FiO2) es un

requerimiento obligatorio de toda máquina de anestesia. Aquellos aparatos que

generen mezclas de gases respiratorios con menos del 21% de oxígeno no deben

utilizarse.

✓ La pulsioximetría es el método continuo y no invasivo que mide la saturación de

oxígeno en sangre arterial (SpO2). Una SpO2 del 90% representa una PaO2 de 60

mmHg.

✓ La capnometría cuantifica la concentración de CO2 espirado (rango 25-45 mmHg).

Dicho valor es equiparable a los valores de PaCO2, pese a ser unos 2-5 mmHg menor

que esta.

✓ La monitorización de las derivaciones DII y V5 permite detectar hasta el 95 % de los

episodios isquémicos miocárdicos. La derivación V5 es muy sensible ante la detección

de isquemia anterior y lateral, mientras que DII detectará isquemia inferior y arritmias,

por ser la que recoge con mayor claridad la onda P.

✓ La presión arterial media (PAM) indica la presión con la que la sangre llega a los

tejidos, es decir, indirectamente informa sobre el estado de perfusión tisular. Una PAM

> 65 mmHg proporciona una perfusión adecuada en la mayoría de los tejidos.

✓ La propia anestesia general produce un estado de hipotermia, debido a la inhibición

de la termorregulación.

✓ Para revertir un bloqueo neuromuscular con anticolinesterásicos, al menos, debe

haber presentes dos respuestas al TOF. Tras la reversión, un TOF > 0,9 descartará

una parálisis residual, permitiendo la extubación del paciente.

✓ En caso de un bloqueo neuromuscular profundo, sin respuesta al TOF, se debe utilizar

la cuenta postetánica (PTC).

✓ Un valor de BIS comprendido entre 40-60 nos indica una profundidad anestésica

adecuada, disminuyendo la incidencia de despertar intraoperatorio, el consumo de

anestésicos, el tiempo de recuperación y la incidencia de náuseas y vómitos.

3

ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN

2. OXIGENACIÓN

3. VENTILACIÓN

4. FUNCIÓN CARDIOVASCULAR

5. TEMPERATURA

6. BLOQUEO NEUROMUSCULAR (BNM)

7. PROFUNDIDAD ANESTÉSICA

8. DIURESIS

4

1. INTRODUCCIÓN

Una de las principales responsabilidades de un anestesiólogo es actuar como guardián del

paciente anestesiado durante la cirugía. De hecho, “vigilancia” es el lema de la American

Society of Anesthesiologists (ASA). La monitorización es útil para el mantenimiento de una

vigilancia eficaz, por lo que la ASA adoptó unos estándares para llevar a cabo una vigilancia

perioperatoria adecuada. En el caso de la anestesiología, estos estándares básicos tienen

como objetivo medir y vigilar la oxigenación, la ventilación, la función cardiovascular, la

temperatura, el nivel de relajación muscular y el estado de consciencia del paciente sometido

a un procedimiento anestésico quirúrgico; los cuales están sujetos a la revisión en el tiempo,

debido a la evolución de la tecnología y la práctica clínica.

A pesar de ellos, nunca debemos olvidar ni restar valor a la vigilancia directa y constante del

anestesiólogo, que siempre con criterio y juicio en relación con la cirugía, el estado del

paciente y el registro de los parámetros en el monitor, es quien establece las medidas de

tratamiento y anestesia del paciente con el objetivo final de mejorar la calidad en la atención

del paciente y obtener mejores resultados del padecimiento que se está tratando.

- Estándar I:

Debe haber personal cualificado presente en la sala de operaciones durante todas las

anestesias. Debido a los cambios rápidos en el estado del paciente durante la

anestesia, el personal de anestesia ha de hallarse presente para vigilar al paciente y

proporcionar los cuidados oportunos. En caso de que haya un riesgo conocido directo,

por ejemplo, radiación, que pueda requerir una observación lejana intermitente del

paciente, debe hacerse alguna disposición para su vigilancia. Y en caso de que alguna

urgencia requiera ausencia temporal del anestesiólogo, éste deberá ejercer su mejor

criterio para comparar la urgencia con el estado del paciente anestesiado y para la

selección de la persona que quede como responsable de la anestesia durante su

ausencia temporal.

- Estándar II:

Durante toda la anestesia se debe valorar de forma continua la oxigenación,

ventilación, circulación y temperatura del individuo.

• Oxigenación: El objetivo es asegurar la concentración adecuada de oxígeno en

gas inspirado y en sangre arterial durante todas las anestesias.

• Ventilación: En todo paciente que reciba anestesia general, la ventilación

puede valorarse con signos clínicos cualitativos, como excursión torácica,

observación de la bolsa respiratoria reservorio y auscultación de los ruidos

respiratorios. Cuando se coloque un tubo endotraqueal, hay que verificar la su

colocación correcta en la tráquea mediante la identificación de CO2 en el gas

espirado, realizándose análisis continuo del dióxido de carbono desde el

5

momento continuo de su colocación hasta la extubación. Si la ventilación es

controlada por un ventilador mecánico, deberá usarse de manera continua un

dispositivo que pueda detectar la desconexión de los componentes del sistema

respiratorio, generando en dicho caso una señal audible.

• Circulación: Se debe asegurar una adecuada función circulatoria del paciente

durante todo el procedimiento anestésico. De tal manera que, todo sujeto que

reciba anestesia deberá tener el electrocardiograma expuesto de manera

continua; y a su vez conocerse la frecuencia cardíaca y la presión arterial, esta

última valorándola por lo menos cada 5 minutos.

• Temperatura corporal: Cuando los cambios en la temperatura corporal tengan

relevancia clínica, se anticipen o se sospechen, el paciente deberá requerir

vigilancia de la temperatura. (1-6-10)

2. OXIGENACIÓN

Para una correcta oxigenación del paciente debemos asegurarnos una adecuada

concentración de oxígeno en gas inspirado, así como en sangre durante todo el procedimiento

anestésico.

- La monitorización continua de la fracción inspirada de oxígeno (FiO2), es un

requerimiento obligatorio de monitorización que debe estar incorporada en toda

máquina de anestesia. Una concentración baja de O2 inspirado puede deberse a

problemas en cualquier punto del sistema, desde el suministro de O2 de los gases

centrales hasta el circuito de respiración de la máquina de anestesia.

Aquellos aparatos de anestesia que puedan generar mezclas de gases respiratorios

con menos del 21% de oxígeno no deben utilizarse. Ante una hipoxemia se debe

comprobar que la concentración de gases administrados no sea hipóxica, siendo el

aumento de la FiO2 una de las primeras medidas a adoptar. (4-9)

Debido a que las moléculas de oxígeno no absorben luz infrarroja, su concentración

no puede medirse con monitores basados en tecnología infrarroja y, por tanto, se

deben medir de otra forma. Para ello, los fabricantes de máquinas de anestesia han

confiado en dos tecnologías:

• Célula galvanizada: célula combustible que contiene un ánodo de plomo y un

cátodo de oro, bañados en cloruro de potasio. En la terminal dorada se forman

iones hidroxilo que reaccionan con el electrodo de plomo (por lo que se va

consumiendo de forma gradual) para producir óxido de plomo, causando una

corriente para administrarse, la cual es proporcional a la cantidad de oxígeno

6

que se está midiendo. Debido a que el electrodo de plomo se consume, la vida

del monitor se puede prolongar exponiéndolo a temperatura ambiente cuando

no se esté usando. Estos son los monitores de oxígeno usados en muchas

máquinas de anestesia en el brazo inspiratorio.

• Análisis paramagnético: El oxígeno es un gas no polarizado, pero es

paramagnético, y cuando se coloca en un campo magnético, el gas se

expandirá, contrayéndose cuando se apague el imán. Prendiendo y apagando

el campo magnético y comparando el cambio resultante en volumen (presión o

flujo) con un estándar conocido, se puede medir la cantidad de oxígeno. (1)

- La pulsioximetría u oximetría de pulso, es obligatorio para cualquier anestesia,

incluyendo sedación moderada. Se trata de un dispositivo en forma de pinza que

consta de 2 diodos y un detector de luz, el cual se coloca en un dedo de la mano o pie,

lóbulo de la oreja u otro tejido perfundido. Mide de modo continuo y no invasivo la

saturación de oxígeno en sangre arterial (SpO2), además de información sobre la

frecuencia y ritmo cardíaco. (7) Para ello combina los principios de:

• Espectrofotometría: mide las porciones de luz transmitida y/o absorbida por

parte de la Hb

• Pletismografía: permite obtener una curva de lectura, la onda de pulso

El procesado de la señal se basa en la ley de absroción de Beer-Lambert, que

relaciona la cantidad de luz incidente en el dedo, la de O2 presente en la sangre y la

de la luz captada por el fotodetector; según la cual, la intensidad de luz transmitida por

un cuerpo es igual a la intensidad de luz que incide multiplicada por una variable

específica. Para ello se emite luz con diferente longitud de onda: luz roja a 660 nm y

luz infrarroja a 940 nm.

• La oxihemoglobina (HbO2) absorbe la luz del espectro infrarrojo, y transmite

las longitudes de onda del espectro rojo a través de ella

• La desoxihemoglobina (Hb) absorbe la luz del espectro rojo, y deja pasar la del

infrarrojo

El porcentaje de HbO2 se obtendrá al comparar la luz roja que se absorbe durante la

onda pulsátil (sangre arterial) con respecto a la absorción basal o de luz infrarroja (luz

absorbida por los tejidos y sangre venosa). Por tal razón, el cambio en la absorción de

luz durante las pulsaciones arteriales es la base de las valoraciones de la oximetría.

7

Tras procesar la absorción de ambas longitudes de onda, son convertidas en un

cociente: (4-11-12)

SaO2 = HbO2 / (HbO2 + Hb reducida)

De dicho cociente se obtiene un valor numérico final, que será la saturación de oxígeno

en sangre arterial (SpO2). Concretamente, una SpO2 del 90 % corresponderá a una

PaO2 de 60 mmHg.

Sin embargo, también se pueden producir situaciones que ocasionen interferencias y

artefactos que nos puedan llevar al error:

• La presencia en sangre de otros tipos de hemoglobina, como la

carboxihemoglobina (secundaria a una intoxicación por monóxido de carbono,

CO) nos dará un valor falsamente elevado aunque exista hipoxemia acusada;

mientras que la metahemoglobina (generada a consecuencia del uso de

sulfamidas, prilocaína, óxido nitroso o hemoderivados) puede dar valores de

SpO2 bajos no reales

• Anemias graves (<5g/dL) pueden sobrestimar y dar saturaciones altas

• Presencia de colorantes en la zona de medida tienden a producir medidas

falsamente bajas, como el azul de metileno o esmaltes de uña

• Movimientos del paciente, hipotermia o hipoperfusión tisular pueden dificultar

la determinación de la SpO2

• No mide en tiempo real, hay un desfase de hasta 20 segundos entre la caída

de la PaO2 en sangre y el descenso en la SpO2 (3)

3. VENTILACIÓN

La ventilación del paciente anestesiado puede ser monitorizada mediante diferentes formas:

- Evaluación clínica: elevación del tórax, auscultación pulmonar con fonendoscopio,

movimientos de la bolsa reservorio, etc.

- Espirometría: las máquinas de anestesia más nuevas permiten medir, y por lo tanto

manejar, presiones de la vía aérea, volúmenes y flujos; para así calcular resistencia y

distensibilidad. La relación entre estas variables se representa en forma de curvas de

flujo-volumen o presión-volumen, reflejadas en la espirometría. Las curvas y ondas

espirométricas se alteran de manera característica por ciertos procesos y eventos

patológicos, como en caso de obstrucción. (1)

8

- Alarma de desconexión de cualquier componente del sistema en caso de estar

controlada por un respirador.

- Estetoscopio esofágico: Se trata de un catéter de material plástico blando con

aberturas distales cubiertas por un globo. Su uso se limita a sujetos intubados,

evitándose en aquellos pacientes con varices o estenosis esofágicas. Como ventaja

se puede añadir un termopar en su extremo, lo que nos permitirá la vigilancia de la

temperatura central. Esta práctica está en desuso, como consecuencia de la

introducción de la capnografía y la oximetría de pulso para vigilar la función pulmonar. (1-7)

- Capnografía: Se lleva a cabo mediante un capnógrafo, un instrumento de

monitorización no invasiva que registra la onda de dióxido de carbono (CO2) durante

el ciclo respiratorio, y lo cuantifica (capnometría). Se basan en la absorción de luz

infrarroja por el CO2. Hay dos tipos:

• Flujo continuo: los capnógrafos de flujo continuo miden el CO2 que pasa a

través de un adaptador colocado en el circuito respiratorio. Se mide la

transmisión de luz infrarroja a través del CO2 y se calcula su concentración

• Aspiración: los capnógrafos de aspiración absorben de manera continua gas

del circuito y lo proporcionan a unas células de muestra dentro del dispositivo.

La concentración de CO2 se valora mediante la comparación de la absorción

de la luz infrarroja en la célula de muestra con una cámara libre de CO2. Las

unidades de aspiración son propensas a la precipitación de agua en el tubo de

aspiración y en las células de muestra, pudiendo causar obstrucción de la vía

de muestras y lecturas erróneas (1)

Durante el proceso respiratorio se diferencian cuatro fases en dicha onda:

• Fase I o basal: inspiración

• Fase II o pendiente: inicio de la espiración, con incremento de la concentración

de dióxido de carbono

• Fase III o meseta: espiración, donde se alcanza la concentración final máxima

de dióxido de carbono (ETCO2)

• Fase IV o retorno a la línea basal: teleespiración, que representa al gas

proveniente del espacio muerto, ausente de dióxido de carbono (3-15)

La información que nos proporciona es muy útil y muy diversa:

• Confirma la correcta posición del tubo endotraqueal, aunque puede haber cierta

cantidad de CO2 en el estómago por deglución de aire espirado, éste debe

eliminarse en el transcurso de algunas respiraciones.

9

• Permite observar la frecuencia respiratoria, y cuantifica la concentración de

CO2 espirado (ETCO2). Dicha concentración de CO2 espirado comprende

unos valores normales de 25 hasta 45 mmHg, y su valor es equiparable a la

PaCO2, pese a ser 2-5 mmHg menor que ésta.(3-16-17)

Algunas de las principales causas de hipercapnia o hipocapnia se recogen en

la tabla 1. (4-13)

• Se pueden apreciar alteraciones en la curva de capnografía que pueden

interpretarse como diferentes eventos intraoperatorios.

A. Curva de capnografía normal

B. Intubación esofágica, puede que aparezca CO2 residual proveniente

del tracto digestivo, que terminará desapareciendo en el transcurso de

las siguientes respiraciones

C. Extubación

D. Hendidura en la meseta: indica respiración espontánea (anestesia

superficial y/o falta de relajación muscular)

E. Disminución progresiva de ETCO2, causada por: hiperventilación,

aumento del espacio muerto (por ejemplo, tras un TEP masivo), o por

una situación de bajo gasto cardíaco (como hipotensión/ hipotermia)

F. Aumento de la ETCO2, causada por: hipoventilación, hipertermia

maligna, aporte i.v. de bicarbonato, absorción intraperitoneal de CO2

durante cirugía laparoscópica, o retorno súbito de CO2 a la circulación

sistólica procedente de zona isquémica reperfundida como torniquete

ETCO2 > 45 mmHg ETCO2 < 25 mmHg

Hipoventilación Hiperventilación

Hipertermia maligna Embolia masiva (Aumento espacio

muerto

Tirotoxicosis Situación bajo GC (Hipotensión)

Sepsis Broncoespasmo severo

Cirugía laparoscópica Neumotórax masivo

Administración sangre o

bicarbonato i.v.

Intubación esofágica (CO2 residual en

tracto digestivo)

Tabla 1. Principales causas de hipercapnia e hipocapnia

10

G. Si la línea descendente (fase IV) no llega a la línea basal: reinhalación

parcial de dióxido de carbono

H. Pérdida de la meseta (ausencia de fase III): típica de procesos

obstructivos espiratorios (EPOC, broncoespasmo o intubación

bronquial derecha)

I. Hendidura en la meseta: indica respiración espontánea, anestesia

superficial y/o falta de relajación muscular (14)

4. FUNCIÓN CARDIOVASCULAR

Debemos asegurarnos durante todo el acto anestésico una adecuada función circulatoria del

enfermo, y para ello, recurriremos a una monitorización básica y no invasiva, como es la

electrocardiografía y a la medición de la presión arterial.

- El electrocardiograma (ECG) es la representación gráfica de la actividad eléctrica del

corazón. Se utiliza para determinar la frecuencia cardíaca (FC), detectar arritmias,

evaluar la función de un marcapasos y para el diagnóstico de alteraciones

hidroelectrolíticas o isquemia miocárdica. En caso de trabajar únicamente con tres

electrodos, sólo nos permitirá visualizar tres derivaciones (DI, DII y DIII), y en ausencia

de las derivaciones precordiales, su utilidad para detectar isquemia será limitada. Sin

embargo, en presencia de cinco electrodos nos permite monitorizar seis derivaciones

distintas (DI, DII, DIII, aVR, aVF y V5). (4-9)

La elección de la derivación determina la sensibilidad del electrocardiograma. Las dos

derivaciones que deben ser registradas en el monitor, ya que permiten obtener máxima

información, son DII y V5. La monitorización de ambas permite detectar hasta el 95%

de los episodios isquémicos miocárdicos.

• Derivación II: el eje eléctrico de DII es de 60º aproximadamente, del brazo

derecho a la pierna izquierda, el cual es paralelo al eje eléctrico de la aurícula,

lo que da lugar a ondas P de mayor voltaje. Esta orientación facilita el

diagnóstico de arritmias y la detección de isquemia inferior

• Derivación V5: dicha derivación se encuentra sobre el quinto espacio

intercostal en la línea axilar anterior, posición idónea para detectar isquemia de

cara anterior y lateral (4-19)

Debido a los potenciales de bajo voltaje que se miden, los artefactos aún son un

problema. El movimiento del paciente o del cable de la derivación y las unidades

electrocauterizantes, pueden simular arritmias.

11

- La presión arterial (PA) refleja tanto el volumen de eyección cardíaco como la

elasticidad de las paredes arteriales, de modo que se define como el gasto cardíaco

(GC) por las resistencias vasculares sistémicas (RVS). Se distinguen dos tipos de

presión arterial:

• Sistólica (PAS), presión máxima generada durante la contracción sistólica

• Diastólica (PAD), presión mínima durante la relajación diastólica, la cual

depende del tono vascular

La presión de pulso será la diferencia entre ambas presiones (PAS-PAD). Mientras

que la presión arterial media (PAM) será la presión promedio medida en un ciclo

cardíaco completo. Esta puede estimarse aplicando la siguiente fórmula: (4-18)

PAM = PAD + 1/3 (PAS-PAD)

La PAM proporciona el valor de presión con que la sangre llega a los tejidos, por lo

que indirectamente da información sobre el estado de la perfusión tisular. La mayoría

de los tejidos requieren una PAM > 65 mmHg para una perfusión adecuada.

El uso de cualquier anestésico, es una indicación absoluta para medir la presión

arterial. Las técnicas y la frecuencia de la valoración de la presión dependen del estado

del paciente y del tipo de procedimiento quirúrgico. En la mayor parte de los casos una

medición de la presión arterial cada 3 a 5 minutos es adecuada.

La toma de la presión arterial se puede realizar mediante diferentes técnicas:

• Palpación: Dicha técnica mide la presión arterial sistólica, para ello se localiza

el pulso periférico palpable y se infla un manguito de presión arterial proximal

al pulso hasta que se obstruya el flujo. Se comienza a liberar la presión del

manguito de 2 a 3 mmHg por latido cardíaco, y en el momento en que las

pulsaciones sean nuevamente palpables se medirá la presión del manguito.

Este método tiende a subestimar la presión sistólica debido a la inestabilidad

del tacto y a la demora entre el flujo por debajo del manguito y las pulsaciones

distales. Además, dicha técnica no proporciona una medición diastólica ni

arterial media. (1)

• Sonda Doppler: El efecto Doppler es el cambio en la frecuencia de las ondas

sonoras cuando una fuente se mueve en relación con el observador. Una

sonda Doppler transmite una señal ultrasónica que se refleja por el tejido que

está por debajo. Como los eritrocitos se desplazan a través de una arteria, la

12

sonda detecta el cambio en la frecuencia Doppler. La diferencia entre la

frecuencia transmitida y recibida causa el característico sonido silbante, que

indica flujo de sangre. Como el aire refleja el ultrasonido, debe aplicarse un gel

de unión entre la sonda y la piel. La colocación de la sonda directamente

encima de la arteria es fundamental, puesto que el haz tiene que pasar a través

de la pared vascular. La interferencia causada por el movimiento de la sonda o

el electrocauterio constituye una distracción perturbadora. Dicha técnica sólo

puede medir de forma confiable la presión sistólica. Una variación de la

tecnología Doppler usa un cristal piezoeléctrico para detectar el movimiento de

la pared arterial lateral debido a la abertura y cierre intermitente de los vasos

entre la presión sistólica y diastólica. Por tanto, este instrumento detecta tanto

la presión sistólica como la diastólica. (1)

• Tonometría arterial: Esta técnica mide la presión arterial latido a latido, es decir,

mide la presión que se requiere para aplanar parcialmente una arteria

superficial que está apoyada sobre una estructura ósea. Se aplica un

tonómetro sobre la piel que se encuentra por encima de la arteria. La tensión

del contacto entre el transductor directamente sobre la arteria y la piel, refleja

la presión intraluminal. (1)

• Auscultación: Se establece la PAS por palpación de la arteria radial,

hinchándose el manguito 20 mmHg por encima de la PAS estimada. El inflado

del manguito colapsará de manera parcial la arteria que se encuentra por

debajo, produciendo un flujo turbulento y los característicos sonidos de

Korotkoff. Se desincha a un ritmo de 2-3 mmHg/seg., la aparición del primer

ruido audible (fase I de Korotkoff) corresponderá a la PAS, mientras que la

desaparición del ruido (fase V) representará la PAD. Estos sonidos son

audibles a través de un estetoscopio que se coloca por debajo del manguito, y

la presión se medirá con un manómetro aneroide. Situaciones de hipertensión

o hipotensión, pueden dificultar la auscultación de dichos sonidos de Korotkoff. (4-18)

• Oscilometría: Las pulsaciones arteriales causan oscilaciones en la presión del

manguito. Estas oscilaciones son pequeñas si el manguito está inflado por

arriba de la presión sistólica. Sin embargo, cuando la presión del manguito se

encuentra por debajo de la presión sistólica, las pulsaciones se transmiten a

todo el manguito y las oscilaciones aumentan en grado notable. La oscilación

máxima se produce al nivel de la presión arterial media, después de lo cual las

oscilaciones disminuyen. Los dispositivos de vigilancia de la presión arterial

automáticos miden electrónicamente las presiones a las que varían las

amplitudes de oscilación. Estos se han convertido en los dispositivos de

vigilancia no invasiva de la presión arterial más usados hoy en día en quirófano. (1)

13

El manguito debe ser adecuado al tamaño del brazo, ha de quedar a la altura

del corazón, y el centro de la cámara debe coincidir con la arteria braquial; ya

que de no ser así corremos el riesgo de cometer errores en la estimación. La

tabla 2 muestra algunas de las causas que pueden sobreestimar (falsa

hipertensión) o infraestimar (falsa hipotensión) los valores de la tensión arterial

medidos. (3)

Sobreestimación Infraestimación

Manguito estrecho Manguito ancho

Manguito mal ajustado (flojo) Desinflado demasiado rápido

Determinación de PA en extremidad por

debajo del nivel del corazón

Determinaciones de PA por encima

del nivel del corazón

Tejidos poco distensibles (tiritona) o poco

comprensibles (obesos, arterioesclerosis)

Hipoperfusión (vasoconstricción,

shock)

5. TEMPERATURA

La propia anestesia genera un estado de hipotermia. Normalmente, el hipotálamo mantiene

la temperatura corporal central dentro de unos límites, sin embargo, durante la anestesia

general el cuerpo no puede compensar la hipotermia debido a que los anestésicos inhiben la

termorregulación central al interferir con la función hipotalámica. La pérdida de calor durante

la anestesia general se produce en tres fases:

- Fase I o de redistribución: La temperatura central suele descender de 1 a 2º C

durante la primera hora de anestesia general, esto se debe a la redistribución del calor

de los compartimientos centrales (tórax o abdomen) a tejidos periféricos más fríos

(extremidades) como consecuencia de la vasodilatación inducida por anestésicos.

- Fase II o lineal: Declinación más gradual de la temperatura durante las 3-4 horas

siguientes, entre 0,3-0,5º C por hora. La pérdida continua de calor hacia el ambiente

parece ser la causa principal de una declinación subsecuente más lenta.

Tabla 2. Causas de sobreestimación e infraestimación de la tensión arterial medida mediante

un manguito de tensión arterial

14

- Fase III, meseta o de equilibrio: A las 4 horas de la anestesia se alcanza un punto

de equilibrio, ya que la pérdida de calor se iguala con su producción metabólica. (4-21)

Por otro lado, la anestesia raquídea y epidural también conducen a la hipotermia debido a la

vasodilatación que ellas conllevan, y como consecuencia del bloqueo motor, se impide el

temblor sin que se genere calor.

Una monitorización de la temperatura corporal durante la anestesia constituye un estándar de

seguridad. La temperatura suele medirse mediante un termistor o termopar. Los termistores

son semiconductores cuya resistencia disminuye de forma predecible con el calentamiento. Y

un termopar es un circuito de dos metales diferentes unidos de tal modo que se genera un

potencial diferencial cuando los metales se sujetan a temperaturas distintas. La medida de la

temperatura corporal debe realizarse mediante la colocación de dichos elementos en alguna

de las localizaciones aceptadas como temperatura “central” del organismo, que son:

- Esófago: refleja la temperatura de la aorta. Es el lugar que más se aproxima a la

temperatura central.

- Nasofaringe: refleja la temperatura del flujo carotídeo.

- Membrana timpánica: refleja la temperatura del flujo sanguíneo que procede de la

arteria maxilar interna y de la auricular.

- Pulmonar: refleja la temperatura de la arteria pulmonar. Junto con la esofágica, son

los lugares más fiables.(22)

Mientras que a nivel rectal, oral, axilar o cutánea, no son indicativas de la temperatura central

(Tº rectal 0,5º C >Tª oral 0,5º C >Tª axilar). A nivel cutáneo, otros factores como el dolor

durante la cirugía alteran la circulación cutánea y por lo tanto dicha medición, siendo la

temperatura axilar 1-2º C menor que la temperatura central, siempre y cuando la sonda se

coloque cuidadosamente sobre la arteria axilar.

Su registro continuo permite detectar de forma precoz episodios de hipertermia o la habitual

hipotermia asociada al propio acto quirúrgico. Las situaciones de hipertermia son infrecuentes,

si se producen son secundarias a un estado patológico; mientras que un estado de hipotermia

es mucho más frecuente, ya que la propia anestesia inhibe la termorregulación. La tabla 3

muestra algunas de las causas más frecuentes que pueden producir hipertermia o hipotermia

en un paciente anestesiado. (4-22)

15

Hipertermia Hipotermia

Hipertermia Maligna Anestesia general/ raquídea/ epidural

Sepsis Tª quirófano (<23º C)

Feocromocitoma Pérdidas calor (evaporización)

Tirotoxicosis Fluidoterapia fría

Laparoscopia (CO2 frío)

Dism. tasa metabólica (producción menos calor)

La temperatura central media en sujetos sanos es de 37º C, mientras que la hipotermia

clínicamente relevante se define como aquella inferior a 36º C.

- Hipotermia ligera: 32-35º C

- Hipotermia moderada: 26-31º C

- Hipotermia profunda: 20-25º C

- Hipotermia muy profunda: < 20º C

La hipotermia produce diversos efectos perjudiciales como son: escalofríos, incremento del

GC, hipoxia (debido a un aumento de afinidad de la hemoglobina por el O2, y como

consecuencia una disminución en la entrega de O2 a los tejidos), disminución del metabolismo

de fármacos (por disminución del flujo sanguíneo hepático), oliguria, alteración del estado

mental, disminución de la tasa metabólica (hasta un 10% por cada 1º C de caída de la

temperatura corporal), disminución del flujo sanguíneo cutáneo, alteraciones en la

coagulación y disfunción plaquetaria, cicatrización deficiente de las heridas, incremento de las

complicaciones infecciosas (empeora la función inmunitaria), acidosis metabólica, aumento

de la glucemia, aumento de la viscosidad de la sangre (un 3% por cada 1º C de descenso),

arritmias cardíacas e isquemia; en definitiva un aumento del índice de mortalidad. (20)

Los escalofríos postoperatorios aumentan el consumo de oxígeno hasta cinco veces,

disminuyen la saturación del oxígeno arterial y se correlacionan con un aumento en el riesgo

de isquemia miocárdica y angina. Y aunque estos se pueden tratar de forma eficaz con

meperidina intravenosa (25 mg), la mejor solución es la prevención del mantenimiento de la

normotermia.

El precalentamiento durante media hora con mantas de aire forzado previene de forma eficaz

la hipotermia de fase I al eliminar el gradiente de temperatura central-periférica. Los métodos

para disminuir la hipotermia en fase II incluyen: mantas de aire forzado, humectación y

Tabla 3. Causas que pueden producir hipertermia o hipotermia en el paciente anestesiado

16

calentamiento de los gases inspirados, calentamiento de los líquidos intravenosos, y el

aumento de la temperatura ambiental de la sala de operaciones. (20-21)

17

6. BLOQUEO NEUROMUSCULAR

La medición objetiva de la fuerza muscular, a través de la estimulación de un nervio motor

periférico, y posterior evaluación de la contracción muscular provocada, proporciona

información sobre el grado de profundidad del bloqueo neuromuscular (BNM). La SEDAR

recomienda dicha monitorización a todos los pacientes, como mínimo con evaluación táctil y

visual, ya que nos permite ajustar el grado de bloqueo a las necesidades del acto quirúrgico

con dosis menores de relajantes y por tanto un menor bloqueo residual postoperatorio, el cual

está asociado a episodios de hipoxemia secundaria a la parálisis residual de la musculatura

respiratoria.

En principio se puede monitorizar en cualquier nervio motor periférico superficial. El más

frecuentemente utilizado es el nervio cubital con respuesta del aductor del pulgar. La

recuperación de la función del aductor del pulgar no es exactamente paralela a la recuperación

de los músculos requeridos para mantener una vía respiratoria; ya que diafragma, recto

abdominal, aductores laríngeos y orbiculares, se recuperan del bloqueo neuromuscular más

pronto que el músculo aductor del pulgar. Otros lugares frecuentes son el nervio tibial posterior

o el nervio facial orbicular de los párpados. Debe evitarse la estimulación directa del músculo,

colocando los electrodos sobre el trayecto del nervio y no sobre el propio músculo, para así

hacer llegar una estimulación máxima al nervio subyacente. (4-9)

Hay diferentes patrones de estimulación neuromuscular:

- Estimulación única o single twitch: aplicación de un estímulo supramáximo con una

frecuencia entre 0,1 y 1 Hz durante 0,2 ms. Dicha monitorización no es una medida

sensible del inicio o de la recuperación de un bloqueo, ya que deben encontrarse

bloqueados un 75% de los receptores antes de que la amplitud de la contracción

empiece a disminuir. Se emplea como un control, y la amplitud de la contracción se

compara con el valor basal. (2)

- Estimulación tetánica: aplicación de estímulos a frecuencias elevadas (entre 50 a

200 Hz) durante 5 segundos. Dichos estímulos son dolorosos y pueden acelerar la

recuperación en el músculo estimulado, pudiendo confundir al observador con

respecto al grado de recuperación de músculos respiratorios importantes y de las vías

aéreas. (2)

- Tren de cuatro o TOF: Se utiliza para valorar la reversión del bloqueo neuromuscular

no despolarizante. Consiste en la aplicación de cuatro estímulos a una frecuencia de

2 Hz durante 2 segundos. Cada estímulo provocará la contracción muscular, y una

disminución de la respuesta aporta la base para la evaluación. Así, dividiendo la

amplitud de la cuarta respuesta por la amplitud de la primera, se obtiene el cociente

TOF (T4/T1).

18

Antes de la administración del relajante neuromuscular o respuesta control, las cuatro

respuestas son iguales, luego el cociente del TOF (T4/T1) es 1. Tras la administración

del BNM, y mientras el paciente esté relajado, la respuesta al primer estímulo es

siempre mayor al último, por lo que el cociente T4/T1 es < 1; o lo que es lo mismo, el

cociente disminuye (fenómeno de debilitamiento o fading) y es inversamente

proporcional al grado de bloqueo. (4)

Así pues, es posible estimar el nivel de bloqueo neuromuscular según el número de

respuestas presentes. La tabla 4 relaciona el grado de receptores bloqueados según

el número de respuestas detectadas. (4-22)

Para revertir el bloqueo con anticolinesterásicos deben estar presentes 2 respuestas

y, preferiblemente, 3 respuestas al TOF. Tras la reversión, el cociente del TOF deber

ser > 0,9 para descartar una parálisis residual; indicando que la función neuromuscular

se ha recuperado lo suficiente como para permitir la desconexión de la ventilación

mecánica y la extubación del paciente. (3-23-24)

- Cuenta postetánica (PTC): aplicación de una estimulación tetánica a 50 Hz durante

5 segundos, y pasados 3 segundos, estimulación única a 1 Hz. Su principal aplicación

es la evaluación del grado de BNM cuando no hay respuesta al estímulo simple o a la

estimulación con TOF. Cuanto mayor sea el número de respuestas, más pronto

aparecerá la respuesta al primer componente del TOF. En la práctica, se titulan las

dosis de bloqueante neuromuscular para obtener un TOF de 0 con una PTC < 5; e

incluso, para asegurar una parálisis diafragmática y la ausencia de tos, el BNM de los

músculos periféricos debe ser tan intenso que no se obtenga respuesta con la

estimulación postetánica (PTC =0). (4)

Nº respuestas % receptores bloqueados

0 (TOF 0) 95-100

1 (TOF 1) >90 %

2 (TOF 2) >80 %

3 (TOF 3) >70 %

4 (TOF 4 o fase de recuperación) < 70 %

Tabla 4. Relación del número de respuestas con el grado de bloqueo neuromuscular

19

- Estímulo de doble ráfaga (DBS): se aplican 2 estímulos tetánicos de 50 Hz

separados entre sí por un intervalo de 750 ms. Se evalúa de forma visual o táctil la

relación de intensidad entre ambos estímulos tetánicos, teniendo que existir un

debilitamiento detectable de la contracción; si no existe, es que no hay bloqueo

residual. (4)

En general, se recomienda emplear el TOF, siendo el más fiable. Sin embargo, durante las

fases de bloqueo neuromuscular profundo, cuando no hay respuesta al TOF, se debe utilizar

el PTC.

Otras indicaciones de recuperación adecuada incluyen; elevación sostenida de la cabeza más

de 5 segundos, capacidad para generar una presión inspiratoria de por lo menos 25 cmH2O,

y un apretón de manos enérgico.

7. PROFUNDIDAD ANESTÉSICA

El electroencefalograma (EEG) registra la actividad eléctrica de las neuronas piramidales de

la corteza cerebral. La señal obtenida es representada de forma gráfica mediante ondas, las

cuales se caracterizan por:

- Frecuencia: hertzios (Hz) o número de ondas por segundo

- Amplitud: altura de la onda medida en microvoltios

- Fase: desfase de inicio de cada tren de ondas con respecto al punto de ángulo cero

Atendiendo a su frecuencia, las ondas se clasifican en diferentes tipos: beta, alfa, theta y delta.

La tabla 5 muestra el tipo de onda según su frecuencia y el estado del paciente al que

corresponde. (4)

Tipo de onda Frecuencia (Hz) Estado del paciente

Beta 13-45 Vigil

Alfa 8-13 Despierto con ojos cerrados

Theta 4-7 Somnoliento, sedado

Delta 0,5-4 Sueño profundo, fisiológico o inducido

por fármacos

Tabla 5. Clasificación del tipo de onda del EEG según su frecuencia y el estado correspondiente del paciente

20

De tal manera, el estado vigil se caracteriza por un registro en el que predominan las ondas

rápidas (de alta frecuencia) y de pequeño voltaje (baja amplitud), ondas beta. El paso a un

estado de hipnosis profunda va transformando el EEG en ondas cada vez más lentas (menor

frecuencia) y más altas (mayor amplitud), ondas delta. Si la profundidad anestésica aumenta,

aparecen los complejos “ráfaga-supresión”, que se muestran como salvas de ondas de gran

amplitud, seguidas de períodos de silencio eléctrico. E incluso, si se aumentan más las dosis

de anestésicos, es posible encontrar un registro isoeléctrico (EEG plano), que coincide con el

que aparece con la hipotermia profunda o la muerte cerebral. (25-27)

El valor del EEG en la monitorización de la profundidad anestésica se ve afectado por la gran

complejidad del registro, por ello, se emplean complicados algoritmos para la traducción a un

valor digital fácilmente interpretable.

Se han desarrollado gran número de monitores de profundidad anestésica en los últimos años.

Estos aparatos recogen la actividad eléctrica cerebral, y tras aplicar diferentes algoritmos

matemáticos a los datos obtenidos, se genera un índice simple. Algunos de los aparatos más

utilizados en la práctica anestésica son:

- Índice biespectral (BIS): Representa el primer tipo de monitorización para la

evaluación de los efectos hipnóticos de los fármacos. Proporciona un número

adimensional (valor BIS) entre el 0 y 100. El valor 0 de BIS significa silencio cerebral

(EEG isoeléctrico), mientras que un BIS cercano al 100 es el valor esperado en un

paciente adulto totalmente despierto. Los valores recomendables durante una

anestesia general están comprendidos entre 40 y 60. Su uso ha demostrado disminuir

la incidencia de despertar intraoperatorio, el consumo de anestésicos (en torno al

20%), el tiempo de recuperación, y la incidencia de náuseas y vómitos. Además,

también se utiliza en cuidados críticos para monitorizar la sedación, el coma barbitúrico

y detectar muerte encefálica. (26-28)

- Entropía: Se basa en la adquisición y el procesado de ondas del EEG y de

electromiografía (EMG) frontal. Calcula dos valores:

• Entropía de estado (SE), con un rango de 0 a 91. Refleja el verdadero

procesamiento cortical y por lo tanto el nivel de hipnosis, sin influencia de la

señal de EMG

• Entropía de respuesta (RE), con rango de 0 a 100. Incluye un componente

EMG procedente de la actividad de la musculatura facial frontoorbitaria

Si ambos valores coinciden, significa que no hay contracción muscular, mientras que

si la RE aumenta, es un indicador de requerimiento analgésico. En caso de profunda

relajación por el uso de relajantes musculares, la SE y la RE coinciden, ya que el EMG

estará anulado aun en presencia de falta de analgesia. Las evidencias actuales indican

21

que reducen el consumo de anestésicos y el tiempo de recuperación, siendo el valor

adecuado durante la anestesia general entre 40-60. (4)

- Narcotrend: Inicialmente clasificaba el EEG en una escala de A (despierto) a F (con

presencia de patrones de ráfaga-supresión), pero posteriormente fue modificada en

una escala numérica de 0 a 100. Para una anestesia general le corresponde un valor

entre 40-60 (que equivale a D0-D2). Ha demostrado reducir el consumo de

anestésicos, náuseas y vómitos, y el tiempo de recuperación. (4)

8. DIURESIS

La colocación de una sonda vesical es el único método confiable para vigilar el gasto urinario.

La inserción de una sonda urinaria se indica en pacientes con insuficiencia cardíaca

congestiva, insuficiencia renal, enfermedad hepática avanzada o choque. En caso de

intervenciones quirúrgicas de duración prolongada, cirugía cardíaca, vascular aórtica o renal,

craneotomía, o procedimientos donde se esperen grandes cambios de líquidos, también sería

indicación de control de la diuresis.

Se inserta a través de la uretra una sonde Foley en la vejiga y se conecta a una bolsa colectora

calibrada desechable La descompresión rápida de una vejiga distendida puede causar

hipotensión. Y para evitar el reflujo de orina y minimizar el riesgo de infección la bolsa deber

permanecer a un nivel más bajo que la vejiga.

El gasto urinario es un reflejo de la perfusión y función renal. Se define como oliguria a un

gasto urinario inferior a 0,5 m/kg/h. A su vez, también constituye un indicador cardiovascular

y de volumen de líquidos; y la composición electrolítica, osmolaridad y densidad de la orina

pueden ayudar en el diagnóstico diferencial de la oliguria.

Una ventaja adicional de colocar una sonda urinaria de Foley es la posibilidad de agregarle

un termistor a la punta de la sonda, de tal modo que se pueda medir la temperatura de la

vejiga. Mientras la diuresis sea elevada, la temperatura de la vejiga refleja con gran precisión

la temperatura central. (1-7)

22

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