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Jueves Eucarísticos

HORA SANTA

Jueves Eucarísticos

© TALLER DE EVANGELIZACION

£j Con aprobación eclesiástica

+ Mons. Carlos María Ariz, CM-F. Obispo de Colón-Kuna Yala

JUEVES PRIMERO

1. CANTO DE ENTRADA

2. SALUDO DEL CELEBRANTE: Que la paz, el gozo y el amor de Jesucristo, el Señor, presente entre nosotros en el Sacramento >* del altar, estén con todos ustedes.

Todos: Y con tu espíritu. 3. OFRECIMIENTO DE LA HORA SANTA Lector: Señor Jesucristo: otro jueves más nos congregamos

junto a Ti en esta audiencia que bondadosamente nos concedes cada semana en este jueves eucarístico. Todos: Somos tus amigos, Señor, los que Tú amas y que

queremos corresponder a tu amor. Somos creyentes de esta comunidad parroquial, que tenemos hambre de ser. perfectos, aunque somos pecadores; que sentimos tu llamado a ser apóstoles entre nuestros hermanos.

Lector: Creemos Señor, que Tú eres el único camino que nos conduce al Padre. Todos los hombres somos

peregrinos y la vida nos obliga a caminar sin descanso. Muchos andan perdidos, no saben que han sido creados por Dios; que Tú los has rescatado con tu sangre; que su vida tiene un sentido, que Tú les tienes preparado un lugar en la casa de tu Padre. Por nosotros y por ellos te queremos hoy pedir, Señor.

Todos: Te agradecemos el don de la vida y el regalo de la fe, la alegría y las esperanzas que arraigas en

nuestros corazones; la capacidad de amar y de servir a los otros, que llena de plenitud nuestra existencia.

Lector: Venimos a adorarte, Jesús, porque eres el Hijo de Dios, uno con el Padre y el Espíritu Santo; vives

desde siempre y por toda la eternidad, posees la plenitud de la gracia y eres la sabiduría y la verdad. Junto con el Padre creaste todas las cosas y te ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Eres digno de adoración, gloria y alabanza por siempre.

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Todos: Por eso te agradecemos que te hayas hecho hombre, que estés hecho de nuestro mismo barro, que

hayas saboreado nuestras mismas alegrías, ilusiones y gozos.

Lector: Maestro, habíanos al corazón, porque tu Palabra nos alienta y nos perdona, ilumina nuestras vidas, nos

hace sabios con la sabiduría de Dios.

Todos: Te queremos escuchar hoy con la atención de María de Betania, con la fe de los Apóstoles, que lo

dejaron todo para seguirte; con la fe de María, tu Madre, que guardaba en su corazón, tus gestos y tus palabras, para meditarlos y hacerlos vida de su vida. Ayúdanos a mantenernos atentos y vigilantes como ella, en esta Hora Santa de adoración. Amén.

4. HIMNO Lector: Este es el tiempo en que llegas,

Esposo, tan de repente, que invitas a los que velan y olvidas a los que duermen.

Todos: Salen cantando a tu encuentro doncellas con ramos verdes y lámparas que guardaron copioso y claro el aceite.

Lector: ¡Cómo golpean las necias las puertas de tu banquete! ¡Y cómo lloran a oscuras los ojos que no han de verte!

Todos: Mira que estamos alerta, Esposo, por si vinieres; y está el corazón velando mientras los ojos se duermen.

Lector: Danos un puesto a tu mesa, Amor que a la noche vienes, antes que la noche acabe y que la puerta se cierre. Amén.

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5. SALMODIA (La Asamblea se sienta y recita los Salmos despacio, meditándolos y haciendo oración con ellos).

Antífona í'. Señor, Dios mío, a Ti grité y Tú me sanaste; te daré gracias por siempre.

SALMO 29

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.

Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste. Señor sacaste mi vida del abismo, me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.

Tañed para el Señor, fieles suyos, dad gracias a su nombre santo: su cólera dura un instante, su bondad de por vida; al atardecer nos visita el llanto, por la mañana, el júbilo.

A ti, Señor, llamé; supliqué a mi Dios: ¿Qué ganas con mi muerte, con que yo baje a la fosa?

¿Te va a dar gracias el polvo, o va a proclamar tu lealtad? Escucha, Señor, y ten piedad de mí; Señor, socórreme.

Cambiaste mi luto en danzas, me desataste el sayal y me has vestido de fiesta; te cantará mi alma sin callarse. Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona: Señor, Dios mío, a Ti grité y Tú me sanaste; te daré gracias por siempre.

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Antífona 2*. Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito.

SALMO 31 Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado; dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito.

Mientras callé se consumían mis huesos, crugiendo todo el día, porque día y noche tu mano pesaba sobre mí; mi savia se me había vuelto un fruto seco.

Había pecado, lo reconocí, no te encubrí mi delito; propuse: "confesaré al Señor mi culpa" y Tú perdonaste mi culpa y mi pecado.

Por eso, que todo fiel te suplique en el momento de la desgracia: la crecida de las aguas caudalosas no lo alcanzará.

Tú eres mi refugio, me libras del peligro, me rodeas de cantos de liberación.

Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir, fijaré en ti mis ojos.

No seáis irracionales como caballos y mulos, cuyo brío hay que domar con freno y brida; si no, no puedes acercarte.

Los malvados sufren muchas penas; el que confía en el Señor, s

la misericordia lo rodea.

Alegraos, justos, y gozad con el Señor; Aclamadlo, los de corazón sincero.

Gloria al Padre... Como era en el principio...

Antífona: Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito.

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Antífona 3a. El Señor le dio el poder, el honor y el reino; , y todos los pueblos le servirán.

C Á N T I C O (Apocalipsis, 11, 17-18;12.10b-12a)

Gracias te damos, Señor, Dios omnipotente, el que eres y el que eras, porque has asumido el gran poder y comenzaste a reinar.

Se encolerizaron las gentes, llegó tu cólera, y el tiempo de que sean juzgados los muertos y de dar el galardón a tus siervos, los profetas, y a los santos y a los que temen tu nombre, y a los pequeños y a los grandes, y de arruinar a los que arruinaron la tisrra.

Ahora se estableció la salud y el poderío, y el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo; porque fue precipitado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.

Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio que dieron, y no amaron tanto su vida que temieran la muerte. Por esto, estad alegres, cielos, y los que moráis en sus tiendas.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona: El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán.

ORACIÓN COLECTA - LECTURAS - ALELUYA - EVANGELIO...

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6. PRECES

Celebrante: Invoquemos a Dios, nuestro refugio y nuestra fortaleza y digámosle:

Todos: Mira a tus hijos, Señor.

Lector: Dios de amor, que has hecho alianza con tu pueblo.

Todos: Haz que recordemos siempre tus maravillas.

Lector: Que los sacerdotes crezcan en la caridad.

Todos: Y que los fieles vivan en la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.

Lector: Haz que siempre edifiquemos la ciudad terrena unidos a Ti.

Todos: No sea que en vano se cansen los que la construyen.

Lector: Manda, Señor, trabajadores a tu mies.

Todos: Para que tu nombre sea conocido y alabado en el mundo entero.

Lector: A nuestros familiares y bienhechores difuntos dales un lugar entre los santos.

Todos: Y haz que nosotros un día nos encontremos con ellos en tu reino celestial.

Celebrante: Señor, míranos con amor, escucha nuestras súplicas y no permitas que nos separemos de tí. Por Jesucristo nuestro Señor Amén.

"yo soy eípan vivo bajado £eC cieCo, quien come de este -pan vivirá iternamente".

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JUEVES SEGUNDO

7. CANTO DE ENTRADA 8. SALUDO DEL CELEBRANTE:

Que la paz, el gozo y el amor de Jesucristo, el Señor, presente entre nosotros en el Sacramento del altar, estén con todos ustedes. "

Todos: Y con tu espíritu.

9. OFRECIMIENTO DE LA HORA SANTA Lector: Señor Jesús, antes de celebrar la última Cena con

tus discípulos, lleno de amor, exclamaste: "Ardientemente he deseado comer esta Pascua con ustedes, antes de padecer". Y tomando el pan en tus manos lo consagraste en tu cuerpo para que fuera pan de vida para todos.

Todos: Nosotros venimos hoy con el corazón agradecido a renovar, un jueves mas, nuestra fe en Ti, a compartir

esa Pascua contigo, a saciar tus deseos ardientes de vernos reunidos en torno a tu mesa. Míranos, Señor. Somos tus amigos, tus invitados, tus fieles de los jueves eucarísticos.

Lector: Señor Jesús, Tú no has querido que al presentarnos ante Dios, tu Padre, lo hagamos con las manos

vacías. Por eso nos pones en ellas tu mismo cuerpo y tu propia sangre, para que contigo y en la unidad del Espíritu Santo tributemos al Padre todo honor y toda gloria.

Todos: Por eso en esta Hora Santa queremos ofrecernos como hostia agradable a tu Padre. Contigo quere

mos conságrale nuestras vidas y personas; nuestros trabajos y problemas; nuestros sacrificios, sufrimientos y tristezas. También nuestros gozos y alegrías. Te damos gracias porque nos acoges y, aunque pobres y pecadores, nos haces una misma Eucaristía contigo.

Lector: María, madre y maestra, tú formaste y nos diste a Jesús; a ese Jesús hecho pan y vino, hecho compa

ñero de nuestros caminos, hecho presencia sacramental hasta el final de los tiempos.

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Todos: Acompáñanos en esta Hora Sarita de encuentro y adoración con tu Hijo. Que sepamos escuchar su

palabra y acogerla en nuestro corazón, como tú la acogiste a lo largo de toda tu vida. Que aprendamos a hacer "lo que Él nos diga". Y de esta forma nuestras vidas se conviertan en el "vino nuevo" del Reino nuevo, que Jesús nos hará presente en esta Eucaristía. Amén.

10. HIMNO

Lector: Altar de Dios: el centro de la vida con el Señor en medio de su pueblo, mesa del pan que a todos nos convida a reunimos en un mundo nuevo.

Todos: Pueblo de Dios, escucha su palabra, que está el Señor presente entre los hombres; pueblo de Dios, camino de la patria, convoca a la unidad a las naciones.

Lector: Altar de Dios: la fuente de aguas vivas para saciar la sed del universo: "Que todos sean uno" en Jesucristo, la oración del Señor, su testamento.

Todos: Pueblo de Dios, escucha su palabra, que está el Señor presente entre los hombres; pueblo de Dios, camino de la patria, convoca a la unidad a las naciones.

Lector: Venid a la asamblea, de Dios es la llamada, que nadie quede fuera, de todos es la casa. Miembros de Cristo fieles, y de su amor testigos, pueblo de Dios, de paz sediento y peregrino.

Todos: Pueblo de Dios, escucha su palabra, que está el Señor presente entre los hombres; pueblo de Dios, camino de la patria, convoca a la unidad a las naciones. Amén.

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1 1 . S A L M O D I A (La Asamblea se sienta y recita los Salmos despacio, meditándolos y haciendo oración con ellos).

Antífona 1'. Te hago luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta el fin de la tierra.

SALMO 71 - ( I )

Dios mío, confía tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes, para que rija a tu pueblo con justicia, a los humildes con rectitud.

Que los montes traigan la paz y los collados justicia; que él defienda a los humildes del pueblo, y quebrante al explotador.

Que dure tanto como el sol, como la luna, de edad en edad; que baje como lluvia sobre el césped, como llovizna que empapa la tierra.

Que en sus días florezca la justicia y la paz hasta que falte la luna; que domine de mar a mar, del gran Río al confín de la tierra.

Que en su presencia se inclinen sus rivales; que sus enemigos muerdan el polvo; que los reyes de Tarsis y de las islas le paguen tributo.

Que los reyes de Saba y de Arabia le ofrezcan sus dones; que se postren ante él todos los reyes y que todos los pueblos le sirvan.



Antífona: Te hago luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta el fin de la tierra.

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Antífona 2*. Socorrerá el Señor a los hijos del pobre, rescatará sus vidas de la violencia.

SALMO 71 - ( I I )

El librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector; él se apiadará del pobre y del indigente y salvará la vida de los pobres; él rescatará sus vidas de la violencia, su sangre será preciosa a sus ojos.

Que viva y que le traigan el oro de Saba, que recen por él continuamente y lo bendigan todo el día.

Que haya trigo abundante en los campos y susurre en lo alto de los montes; que den fruto como el Líbano, y broten las espigas como hierba del campo.

Que su nombre sea eterno, y su fama dure como el sol; que él sea la bendición de todos los pueblos y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel, el único que hace maravillas; bendito por siempre su nombre glorioso, que su gloria llene la tierra. ¡Amén, amén!



Antífona: Socorrerá el Señor a los hijos del pobre, rescatará sus vidas de la violencia.

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Antífona 3a. Digno es el Cordero degollado de recibir el honor y la gloria.

C Á N T I C O (Apocalipsis, 4, 11; 5,9-10.12)

Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú has creado el universo; porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.

Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos, porque fuiste degollado y por tu sangre compraste para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación; y has hecho de ellos para nuestro Dios un reino de sacerdotes y reinarán sobre la tierra.

Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.



Antífona: Digno es el Cordero degollado de recibir el honor y la gloria.

ORACIÓN • LECTURAS ALELUYA • EVANGELIO...

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12. PRECES

Celebrante: Elevemos nuestros corazones agradecidos a nuestro Dios y Salvador, que ha bendecido a su pueblo con toda clase de bienes espirituales y digámosle con fe:

Todos: Bendice a tu pueblo, Señor.

Lector: Dios todopoderoso y lleno de misericordia, protege al Papa y a nuestro Obispo

- a los que tú mismo has elegido para guiar a tu Iglesia.

Lector: Protege, Señor, a nuestros pueblos y ciudades de la violencia, del terrorismo y de la guerra,

- y aleja de ellos todo mal.

Lector: Multiplica, como renuevos de olivo alrededor de tu mesa, hijos que se consagren a tu reino,

- siguiendo a Jesucristo en pobreza, castidad y obediencia.

Lector: Conserva el propósito de las que han consagrado a ti su virginidad,

- para que sigan al Cordero divino adondequiera que vaya.

Lector: Haz que los difuntos descansen en tu paz eterna, - y que se afiance nuestra unión con ellos

por la comunión de los santos.

Celebrante: Padre santo y todopoderoso, protector de los que en Ti confian, ten misericordia de nosotros y ayúdanos a vivir siempre en tu gracia. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

'¥o soy d Tan vivo bajado deC cieCo"

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JUEVES TERCERO

13. CANTO DE ENTRADA

14. SALUDO DEL CELEBRANTE: Que la paz, el gozo y el amor de Jesucristo, el Señor, presente entre nosotros en el Sacramento " del altar, estén con todos ustedes.

Todos: Y con tu espíritu. 15. OFRECIMIENTO DE LA HORA SANTA Lector: Señor, Jesús, ¡qué alegría tan grande sentimos

cuando en el Evangelio nos dices: "Ustedes son mis amigos, les llamo amigos, no servidores, porque les he dado a conocer todo lo que aprendí de mi Padre!" Hoy, un jueves más, venimos a experimentar tu amistad, a gozar de tu presencia resucitada y eucarística en esta Hora Santa.

Todos: Te adoramos y te bendecimos, Jesús, Hijo de Dios y amigo de los hombres. Reconocemos y adoramos

tu presencia en el misterio de la Eucaristía, tu presencia viva; tu presencia activa; la presencia del resucitado, que no muere nunca más. Gracias te damos, Señor Jesús resucitado, por esta presencia tuya viva y activa entre nosotros. Lector: Gracias, Señor Jesús, por acercarte a nosotros y

ofrecernos tu amistad. En ti se realiza la palabra del Sabio que escribió: "El amigo es remedio saludable y los que temen al Señor lo encuentran". Gracias, Señor Jesús. Todos: Aquí estamos, Señor, contemplándote en la Eucaris

tía, mirando tu rostro transfigurado, ese rostro que estuvo marcado por la muerte y que ahora resplandece de nueva vida y gloria. Jesús amigo, tú también nos miras con amor y nos vuelves a decir: "ya no os llamo siervos sino amigos". Gracias Jesús, por contarnos entre tus amigos. Estamos dispuestos a compartir contigo las pruebas de la Pasión; amigos dispuestos a escuchar tu palabra y a compartir contigo los secretos de Dios Padre. Amigos tuyos, felices de recibir a tu madre, como Madre nuestra y Madre de todos los creyentes.

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Lector: Si nos has elegido como amigos tuyos, ¡cómo no vivir también como amigos los unos de los otros!

¡Cómo no aprender de los primeros cristianos que vivían la amistad en la "fracción del Pan", orando juntos y compartiendo los bienes en sus necesidades!

Todos: Te bendecimos y adoramos, Jesús, Señor y amigo nuestro, vivo y presente entre nosotros. Guíanos y

aliéntanos en esta Hora Santa eucarística para que seamos tus amigos para siempre. Recibe nuestra alabanza que es un canto de amistad y danos tu bendición. Amén.

16. HIMNO

Lector: Este es el día del Señor este es el tiempo de la misericordia.

Todos: Delante de tus ojos ya no enrojeceremos a causa del antiguo pecado de tu pueblo.

Lector: Arrancarás de cuajo el corazón soberbio y harás un pueblo humilde de corazón sincero

Todos: En medio de las gentes nos guardas como un resto, para cantar tus obras y adelantar tu reino.

Lector: Seremos raza nueva para los cielos nuevos; sacerdotal estirpe según tu Primogénito.

Todos: Caerán los opresores y exultarán los siervos; los hijos del oprobio serán tus herederos.

Lector: Señalarás entonces el día del regreso para los que comían su pan en el destierro.

Todos: ¡Exulten mis entrañas! ¡Alégrese mi pueblo! Porque el Señor que es justo revoca sus decretos. La salvación se anuncia donde acechó el infierno; porque el Señor habita en medio de su pueblo.

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17 . S A L M O D I A (La Asamblea se sienta y recita los Salmos despacio, meditándolos y haciendo oración con ellos).

Antífona 1'. Que tus fieles, Señor, vitoreen al entrar en tu morada.

SALMO 131 - ( I )

Señor, tenle en cuenta a David todos sus afanes; como juró al Señor e hizo voto al Fuerte de Jacob:

"No entraré bajo el techo de mi casa, ni subiré al lecho de mi descanso; no daré sueño a mis ojos, ni reposo a mis párpados, hasta que encuentre un lugar para el Señor, una morada para el Fuerte de Jacob".

Oímos que estaba en Éfrata, lo encontramos en el soto de Jaar: entremos en su morada, postrémonos ante el estrado de sus pies.

Levántate, Señor, ven a tu mansión, ven con el arca de tu poder: que tus sacerdotes se vistan de gala, que tus fieles vitoreen. Por amor a tu siervo David, no niegues la audiencia a tu Ungido.


Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén

Antífona: Que tus fieles, Señor, vitoreen al entrar en tu morada.

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Antífona 2*. El Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir en ella.

SALMO 131 - ( I I )

El Señor ha jurado a David una promesa que no retractará: "A uno de tu linaje pondré sobre tu trono.

Si tus hijos guardan mi alianza y los mandatos que les enseño también sus hijos por siempre se sentarán sobre tu trono".

Porque el Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir en ella: "Esta es mi mansión por siempre, aquí viviré porque la deseo.

Bendeciré sus provisiones, a sus pobres los saciaré de pan. A sus enemigos los vestiré de ignominia, sobre él brillará mi diadema".

Gloria al Padre... Como era en el principio... Antífona: El Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir en ella.

Antífona 3e. Por medio de él fueron creadas todas las cosas y todo se mantiene en él.

CÁNTICO (Colosenses)

Damos gracias a Dios Padre, que nos ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo sanio en la luz.

El nos ha sacado del dominio de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.

El es imagen de Dios invisble, primogénito de toda criatura; porque por medio de él

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fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles, Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; todo fue creado por él y para él.

El es anterior a todo, y todo se mantiene en él. El es también la cabeza del cuerpo, de la Iglesia. El es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo.

Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.

Gloria al Padre... Como era en el principio... Antífona: Por medio de él fueron creadas todas las cosas

y todo se mantiene en él. 18. PRECES

Celebrante: Invoquemos a Cristo, pastor, protector y ayuda de su pueblo, diciendo:

To'dos: - Señor, refugio nuestro, escúchanos. Lector: Bendito seas, Señor, que nos has llamado a tu santa

Iglesia, - consérvanos siempre en ella.

Lector: Tú, que has encomendado al Papa... la preocupación por todas las iglesias,

- concédele una fe inquebrantable, una esperanza viva y una caridad solícita.

Lector: Da a los pecadores la conversión, a los débiles fortaleza,

- y concede a todos la penitencia y la salvación. Lector: Tú que quisiste habitar en un país extranjero,

- acuérdate de los que viven lejos de su familia y de su patria.

Lector: A todos los difuntos que esperaron en ti, - concédeles el descanso eterno.

Celebrante: Señor, escucha nuestras súplicas y concédenos los dones que necesitamos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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JUEVES CUARTO

19. CANTO DE ENTRADA

20. SALUDO DEL CELEBRANTE: Que la paz, el gozo y el amor de Jesucristo, el Señor, presente entre nosotros en el Sacramento del altar, estén con todos ustedes.

Todos: Y con tu espíritu.

21. OFRECIMIENTO DE LA HORA SANTA Lector: Señor, Jesús, otro jueves más venimos a tu presen

cia, confiados en tus palabras: "Donde dos o más se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos". Creemos que estás aquí presente, en medio de nosotros, tus amigos y amigas de los Jueves Eucarísticos.

Todos: Lo creemos y lo proclamamos: ¡Tú estás entre nosotros! Nos invitas a compartir y gozar de tu presencia.

Hoy nuestros caminos, partiendo de distintos lugares, se han hecho un solo camino con el tuyo. Todos queremos caminar contigo en esta Hora Santa Eucarística.

Lector: Jesús, tú conoces nuestros anhelos más profundos y nuestras necesidades más apremiantes. Sabes

que nuestra Iglesia necesita hombres y mujeres dispuestos a dedicar su vida entera al servicio de la comunidad cristiana.

Todos: Bendito seas, Jesús, aquí presente entre nosotros. Contigo y en unión con todas las generaciones,

bendecimos a Dios Padre que, en el transcurso de los 1¡empos, ha guiado y conducido a su pueblo. Con las palabras del salmista proclamamos: "Feliz la nación cuyo Dios es el Señor".

Lector: Gracias, Señor Jesús, por invitarnos. Gracias por escucharnos. Gracias por estar siempre con nosotros.

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Todos: Te adoramos y te bendecimos, Jesús, Señor y hermano nuestro. No nos cansamos de contemplarte y de reconocer tu rostro en el Misterio de la

Eucaristía. Tu presencia nos anima, tu Palabra nos llama y nos dice: "Síganme. Yo soy el camino, la verdad y la vida". Lector: Que esta invitación tuya penetre en lo más profundo

de nuestros corazones, y nos impulse a dedicarnos en cuerpo y alma a la realización de tu Reino.

Todos: Recibe, Señor, nuestra alabanza y nuestra adoración. En verdad, tú eres el Dios hecho carne, hecho Cuerpo y Sangre. Transfórmanos y transfigúranos.

Haznos dóciles a tu voz y atentos a tu presencia en esta Hora Santa que te ofrecemos, con toda la alegría y gratitud

de nuestros corazones. Amén.

22. HIMNO

Lector: Porque anochece ya, porque es tarde, Dios mío, porque temo perder las huellas del camino, no me dejes tan solo y quédate conmigo.

Todos: Porque he sido rebelde y he buscado el peligro; porque quise alejarme de mi mejor amigo: perdóname, Señor, y quédate conmigo.

Lector: Porque mi vida es sin ti una estrella sin brillo; porque mis pasos van buscando su destino: invítame a tu mesa y quédate conmigo.

Todos: Porque ardo en sed de ti y en hambre de tu trigo, ven, siéntate a mi mesa, bendice el pan y el vino. ¡Qué aprisa cae la tarde! ¡Quédate al fin conmigo! Amén.

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23. S A L M O D I A (La Asamblea se sienta y recita tos Salmos despacio, meditándolos y haciendo oración con ellos).

Antífona 1a. Tú eres, Señor, mi bienhechor, mi refugio donde me pongo a salvo.

SALMO 143 - (I)

Bendito el Señor, mi roca, que adiestra mis manos para el combate, mis dedos para la pelea.

Mi bienhechor, mi alcázar, baluarte donde me pongo a salvo, mi escudo y mi refugio, que me somete los pueblos.

Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él? ¿qué los hijos de Adán para que pienses en ellos?

El hombre es igual que un soplo; sus días una sombra que pasa.

Señor, inclina tu cielo y desciende; toca los montes y echarán humo, fulmina el rayo y dispérsalos; dispara tus saetas y desbarátalos.

Extiende la mano desde arriba; defiéndeme, líbrame de las aguas caudalosas, de la mano de los extranjeros, cuya boca dice falsedades, cuya diestra jura en falso.



Antífona: Tú eres, Señor, mi bienhechor, mi refugio donde me pongo a salvo.

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Antífona 2*. Dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor.

SALMO 143 - (II)

Dios mío, te cantaré un cántico nuevo, tocaré para ti el arpa de diez cuerdas; para ti que das la victoria a los reyes, y salvas a David tu siervo.

Defiéndeme de la espada cruel, sálvame de las manos de extranjeros, cuya boca dice falsedades, cuya diestra jura en falso.

Sean nuestros hijos un plantío, crecidos en su adolescencia; nuestras hijas sean columnas talladas, estructura de un templo.

Que nuestros silos estén repletos de frutos de toda especie; que nuestros rebaños a millares se multipliquen en las praderas, y nuestros bueyes vengan cargados, que no haya brechas ni aberturas, ni alarma en nuestras plazas.

Dichoso el pueblo que esto tiene, dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor.



Antífona: Dichoso el pueblo cuyo Dios es el S»ñor,

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Antífona 3a: El Señor Jesús se rebajó y por eso Dios lo levantó por los siglos de los siglos.

CÁNTICO (Rlipenses)

Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos.

Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el "Nombre-sobre-todo-nombre"; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: "Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre".



Antífona: El Señor Jesús se rebajó y por eso Dios lo levantó por los siglos de los siglos.

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24. PRECES

Celebrante: Invoquemos a Cristo, luz del mundo y alegría de todo ser viviente y digámosle confiados:

Todos: Concédenos, Señor, la salud y la paz.

Lector: Luz indeficiente y Palabra eterna del Padre, que has venido a salvar a todos los hombres,

- ilumina a todos los hombres con la luz de tu verdad.

Lector: Señor, que has querido que la inteligencia del hombre investigara los secretos de la naturaleza,

- haz que la ciencia y las artes contribuyan a tu gloria y al bienestar de todos los hombres.

Lector: Protoge, Señor, a los que se han consagrado en el mundo al servicio de sus hermanos: quo con libertad de espíritu y sin desánimos, puodun loalizar su ideal.

Lector: Señor, que abres y nadie cierra, - lleva a tu luz eterna a los que han muerto con la

esperanza en la resurrección.

Celebrante: Señor, Tú que eres nuestro creador y amorosamente dispones de nuestra vida, renuévanos conforme a la imagen de Cristo y ayúdanos a conservar siempre tu gracia. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

"Quien come mi carne y bebe mi sangre, vive en mí y yo en él"

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JUEVES QUINTO

26. SALUDO DEL CELEBRANTE: Que la paz, el gozo y el amor de Jesucristo, el Señor, presente entre nosotros en el Sacramento del altar, estén con todos ustedes.

Todos: Y con tu espíritu. 27. OFRECIMIENTO DE LA HORA SANTA

Lector: Señor Jesús, bendito y alabado seas por siempre. Bendito seas por tu presencia en el Sacramento de

la Eucaristía. Te bendecimos y te alabamos porque nos acompañas hoy también, y a la vez nos permites que te acompañemos, un jueves más, y nos haces sentir tu cariño en esta Hora Santa Eucarística.

Todos: Jesús de Nazaret, hijo de María y hermano nuestro. Te alabamos a ti, que hoy estás presente en el

Sacramento del altar, así como lo estabas en la cuna de Belén, o en los brazos amorosos de tu madre, María. Eres parte de la historia de la humanidad, compañero en nuestro largo caminar a través de los siglos.

Lector: Señor Jesús, hijo de Dios e hijo de María: te alabamos y te bendecimos porque de verdad eres el

Salvador del mundo. Gracias por María, tu madre. Gracias por haber nacido de ella y haberte incorporado asi a la gran familia humana.

Todos: Señor Jesús, Tú mereces gloria, alabanza y honor. No dudaste en dar la vida por nosotros. Y desde la

cruz, donde te habían clavado, nos hiciste el gran regalo de tu Madre: "Ahí tienes a tu madre". Desde ese momento María vive en nuestra casa, es madre de la gran familia; nos acompaña siempre y prepara para nosotros esta mesa de la Eucaristía.

Lector: Gracias, Señor Jesús, por tu cruz y por tu luz. Gracias por María, nuestra Madre. Bendito y alabado seas por siempre, Salvador nuestro.

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Todos: Señor Jesús, después de la ascensión "tus discípulos perseveraban en la oración en compañía de

María, la Madre". También nosotros queremos perseverar con ella en este Cenáculo de nuestra Hora Santa y experimentar, como ella, la efusión de tu Espíritu. Amén

28. HIMNO

Lector: La mesa es tu fiesta, Señor, y el pan y el vino están servidos. Sentados a tu lado se hace brindis el vino, y el pan bocado sabroso y el hermano se hace amigo.

Todos: Señor del Reino en espera, Señor del Reino vivido, en el gozo de tu Gozo, lo celebramos contigo.

Lector: Es Paz, es Luz, es Bien. Todos: |Tu Reino bienvenido!

Lector: Es Gracia, Justicia, Amor. Todos: |Tu Reino bienvenidol

Lector: Es Vida, Verdad, Pureza. Todos: ¡Tu Reino bienvenido!

Lector: Es Fuerza, Perdón, es Fe. Todos: ¡Tu Reino bienvenido!

Lector: Jesús, los hombres te esperan. Vuelve, que es vuelta tu himno. Vuelve, Jesús, que está libre el corazón peregrino.

Todos: Vuelve, Jesús, que tu Madre es nuestra y va de camino. Vuelve, Jesús y quédate repartiendo el Pan y el Vino. Amén.

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2 9 . S A L M O D I A (La Asamblea se sienta y recita los Salmos despacio, meditándolos y haciendo oración con ellos).

Antífona 1'. Mi corazón tiene sed de ti, Dios mío. SALMO 41 _

Como busca la cierva el agua cristalina, así mi alma te busca a ti, Dios mío. Mi corazón tiene sed de ti, Dios vivo. ¿Cuándo serás tú mi verdad y belleza, mi libertad y mi paz?

Yo te busco con sinceridad y pasión. Caminaré de día hacia ti buscando tu misericordia. Y de noche te cantaré en mi corazón como al Dios de mi vida.

Señor, Dios mío, ¿por qué me olvidas? ¿por qué ando triste, angustiado, queriendo buscar en otras cosas la felicidad para mi vida? ¿ Por qué me grita la gente: ¿Dónde está tu Dios?

Aunque te busque a veces solo, aunque me sienta fatigado y rendido, aunque los otros pasen indiferentes a mi lado, aunque me quede perdido en un inmenso desierto, Dios, Dios de mi salvación, seguiré buscando tu rostro.

Envíame tu luz y tu verdad, que ellas me guíen y me conduzcan hasta ti, que eres el origen de mi vida. Señor, que mi corazón no se deprima ni se angustie. Quiero que Tú seas mi morada, el Dios de mi gozo y de mi alegría.

Señor, yo espero en ti, pues eres mi Dios. Te busco sediento como la cierva el manantial. Te busco porque Tú eres la verdad de mi verdad, y el amor de mi amor y la libertad de mi libertad. Te busco a ti, Señor de mi vida. Gloria al Padre... Como era en el principio...

Antífona: Mi corazón tiene sed de ti, Dios mío.

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Antífona 2a. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

POLISALMO

Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas las edades.

Tú eres mi Señor, ningún bien tengo sin ti, no hay felicidad fuera de ti.

De ti viene la riqueza y la gloria, Tú eres el Señor del universo. En tus manos está el poder y la gloria. Tú engrandeces y confortas a todos.

Bendice alma mía al Señor, que todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios.

Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor. Dichoso el hombre que se refugia en el Señor.

Nosotros esperamos en el Señor, Él es nuestro auxilio y nuestro escudo; con Él se alegra nuestro corazón, en su santo nombre confiamos.



Antífona: Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

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Antífona 3'. ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!

CÁNTICO A CRISTO

Cristo, a ti unidos te cantamos, a ti que eres el testigo fiel y veraz; el vencedor de la muerte; a ti que nos amas y nos has lavado con tu sangre.

Eres Rey de reyes y Señor de señores. De ti nos viene la salvación. Señor Jesús, libertador de los hombres, nosotros queremos vencer.

Tú que dijiste que al vencedor le darás a comer del árbol de la vida. Tú que dijiste que el vencedor no sufrirá daño de la muerte segunda.

Tú que dijiste que al vencedor le concederás sentarse contigo en tu trono. Tú, Alfa y Omega, Principio y Fin, contigo queremos vencer y reinar.

Señor, Jesús, Tú que has dicho que volverás pronto: vuelve y tráenos tu recompensa contigo. Tenemos sed y queremos saciarnos. Queremos recibir en abundancia el agua de la Vida.



Antífona: ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!

ORACIÓN - LECTURAS - ALELUYA - EVANGELIO...

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30. PRECES

Celebrante: Llenos de confianza en Jesús, que no abandona nunca a los que se acogen a él, invoquémosle diciendo:

Todos: Escucha, Señor, nuestra oración.

Lector: Señor Jesucristo, tú que eres la luz del mundo, ilumina y fortalece a nuestra Iglesia.

- Para que Heve a todos los pueblos el mensaje de la salvación.

Lector: Tú que por tu sangre diste la paz al mundo. - Aparta de nosotros el pecado de la discordia y el

azote de la guerra y de toda violencia.

Lector: Haz, Señor, que los gobernantes de todo el mundo lo hagan conforme a tu voluntad.

- Y que sus decisiones vayan encaminadas a la consecución de la paz.

Lector: Tú que con cinco panes saciaste el hambre de la multitud,

- Sacia el hambre de todos los hambrientos y danos hambre de ti y de tu palabra.

Lector: Jesús, tú que nos has dado a María, tu Madre, como madre y modelo,

- Haz que, por su intercesión, nosotros seamos de verdad siervos y discípulos tuyos, como ella.

Lector: Y cuando vengas en tu gloria, como juez de vivos y muertos,

- Da a nuestros hermanos difuntos la resurrección y la vida feliz.

Celebrante: Acuérdate, Señor de tu misericordia y escucha nuestras oraciones. Y ya que a los hambrientos

los colmas de bienes, llena nuestras vidas con tu gracia y socorre nuestra indigencia con la abundancia de tus bendiciones. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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COMÚN PARA TODOS LOS JUEVES

DESPUÉS DE L A COMUNIÓN

(Queda el Santísimo expuesto en la custodia para la adoración y veneración de la asamblea...)

3 1 . CANTO (Se canta o reza de rodillas)

Que la lengua humana cante este Misterio: la preciosa Sangre y el precioso Cuerpo. Quien nació de Virgen, Rey del universo, por salvar al mundo dio su sangre en precio.

Fue en la Última Cena, ágape fraterno, tras comer la Pascua según mandamiento, con sus propias manos repartió su cuerpo, lo entregó a los doce para su alimento.

Se entregó a nosotros, se nos dio naciendo de una casta Virgen y acabado el tiempo. Tras haber sembrado la Palabra al pueblo coronó su obra con prodigio excelso.

La palabra es carne y hace carne y cuerpo con palabra suya lo que fue pan nuestro. Hace sangre al vino y, aunque no entendemos, basta fe si existe, corazón sincero.

Adorad postrados este Sacramento. Cesa el viejo rito, se establece el nuevo. Dudan los sentidos y el entendimiento: que la fe lo supla con asentimiento.

Himnos de alabanza, bendición y obsequio, por igual la gloria y el poder y el reino al Eterno Padre con el Hijo Eterno y al divino Espíritu, que procede de ellos.

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32. ACLAMACIÓN A CRISTO (Efesios 1,3-10)

Todos: Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Celebrante: El nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya.

Todos: Bendito sea Dios...

Celebrante: Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la Redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad.


Celebrante: Este es el plan que había proyectado realizar por Cristo, cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas, las del cielo y las de la tierra.


33. CANTO:

Bendito, bendito, bendito sea Dios: *'los ángeles cantan y alaban a Dios, (bis)

Yo creo, Jesús mío, que estás en el altar, * oculto en la Hostia: os vengo a adorar, (bis)

Espero Jesús mío de tu suma bondad, * poder recibirte con fe y caridad, (bis)

Te amo Jesús mío, con todo el corazón; * detesto mis culpas, te pido perdón, (bis)

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34. PLEGARIA DE DESAGRAVIOS (Primera Fórmula)

Lector: Y ahora, Señor, sabiendo que hay tantos hermanos nuestros alejados de la vida cristiana, queremos desagraviarte con la siguiente plegaria:

Lector: Señor, por los que no creen. Todos: Te pedimos perdón. - Por los que han perdido la esperanza.

Te pedimos perdón. - Por los que no saben amar según tus enseñanzas.

Te pedimos perdón. - Por los que niegan tu presencia real en la Eucaristía y no asisten

los domingos a la Misa. Te pedimos perdón.

- Por los falsos pastores que engañan a los cristianos débiles en su fe. Te pedimos perdón.

- Por los que ignoran el verdadero mensaje de tu Evangelio. Te pedimos perdón.

- Por los que desprecian tu Palabra y niegan la verdad de tus enseñanzas. Te pedimos perdón.

- Por los que pregonan una falsa libertad y atropellan los derechos de la persona humana, Te pedimos perdón.

- Por los que olvidan que sus cuerpos son templos del Espíritu Santo y lo profanan con una vida desordenada. Te pedimos perdón.

- Por todos los cristianos que son descuidados en cumplir los mandamientos de Dios y de la Iglesia. Te pedimos perdón.

-Por los que se avergüenzan de confesarte ante los hombres. Te pedimos perdón.

-Por todas las personas, especialmente las consagradas a ti, que no han sabido cumplir con su deber y compromiso. Te pedimos perdón.

Todos: ¡Oh benignísimo Jesús! Por intercesión de la Santísima Virgen María Reparadora, te suplicamos que recibas este

voluntario acto de reparación; concédenos que seamos fieles a tus mandatos y a tu servicio hasta la muerte. \ otórganos el don de la perseverancia, con el cual lleguemos felizmente a la gloria, donde en unión con el Padre y el Espíritu Ssnto vives y reinas por todos los siglos de los siglos. Amén.

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3 5 . P L E G A R I A D E D E S A G R A V I O S (Segunda Fórmula)

Lector: El pecado hiere el corazón de Cristo, priva al hombre de la vida divina, le aparta del buen camino y lo aleja de Dios, su Creador y Padre. Pidámosle su misericordia sobre nosotros, sobre todos los cristianos de nuestra Patria, sobre todo el mundo pecador.

Todos: Perdón, Señor, perdón.

Lector: Por nuestras flaquezas y debilidades, por el desprecio con que a veces oímos tu voz; por nuestras indiferencias.

Todos: Perdón, Señor, perdón. Lector: Por la tibieza con que andamos tu camino, porque nos

hacemos los sordos a tu Amor, por nuestras cobardías en asumir los compromisos de nuestro bautismo.

Todos: Perdón, Señor, perdón. Lector: Por la pereza en practicar el bien, por el desaliento ante

los sacrificios, por nuestra frialdad y rutina en la oración. Todos: Perdón, Señor, perdón. Lector: Por la falta de docilidad al magisterio de la Iglesia, por la

debilidad de nuestra fe, por nuestras faltas de esperanza. To'dos: Perdón, Señor, perdón. Lector: Por no haber vivido el mandamiento del amor, por no

haber trabajado por la paz y la justicia por no haber sabido ver tu rostro en el rostro de nuestros hermanos.

Todos: Perdón, Señor, perdón. Lector: Por las familias que viven alejadas de Ti y de la Iglesia,

por los hijos que no intentan entenderse con los mayores, por los padres que no procuran dialogar con sus hijos.

Todos: Perdón, Señor, perdón. Lector: Por los que se consideran cristianos y manchan este nom

bre con una vida desordenada. Por los que con su actitud son motivo de escándalo o tropiezo para que otros caigan.

Todos: Perdón, Señor, perdón. Lector: Por los pecados de injusticia, corrupción y violencia, por

tanta sangre derramada por el dolor que brota del pecado. Todos: Perdón, Señor, Perdón.

Todos: ¡Oh Señor, Padre de amor y de misericordia! No tengas en cuenta nuestros muchos pecados, ni nos trates según nuestras culpas. Te pedimos por el Cuerpo y la Sangre de Cristo que nos ayudes a ser verdaderos hijos tuyos. Amén.

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PROCESIÓN CON EL SANTÍSIMO

(Los fieles que lo deseen acompañan al Santísimo con sus candelitas encendidas). (Durante la procesión se puede cantar el siguiente cántico (n2 36) u otros apropiados como: CERCA DE TL SEÑOR, Nfi 161 - BENDIGAMOS AL SEÑOR N2 158 -CRISTO ESTÁ CONMIGO Ns 156 - DONDE HAY CARIDAD Y AMOR N2 169 - CUAN GRANDE ES EL N2 289. OH, BUEN JESÚS, YO CREO FIRMEMENTE N2 178.

36. CANTO

CANTEMOS AL AMOR DE LOS AMORES

1. Cantemos al Amor de los amores, cantemos al Señor. Dios está aquí: venid adoradores, adoremos a Cristo Redentor.

¡Gloria a Cristo Jesús! Cielos y tierra bendecid al Señor. Honor y gloria a ti, Rey de la gloria. Amor por siempre a ti. Dios del amor. (2)

2. ¡Oh gran prodigio del Amor divino!, milagro sin igual, prenda de amistad, banquete y sacrificio do se come el Cordero pascual.

¡Gloria a Cristo Jesús! ...

3. Tu nombre bendecimos y alabamos con toda nuestra voz. ¡Rey de majestad! Por siempre te aclamamos jubilosos: ¡Oh Cristo nuestro Dios!

¡Gloria a Cristo JESÚS! ...

AL REGRESAR AL ALTAR SE REZA LA CONSAGRACIÓN AL CORAZÓN DE JESÚS U OTRA ORACIÓN, O SE HACE UNOS MOMENTOS DE SILENCIO.

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37. CONSAGRACIÓN AL CORAZÓN DE JESÚS

Todos: Señor Jesús, Redentor del género humano, míranos humildemente postrados delante de tu altar.

Tuyos somos y tuyos queremos ser. Y a fin de poder vivir más unidos a Ti, todos y cada uno de nosotros espontáneamente, nos consagramos en este día a tu Sagrado Corazón. Muchos por desgracia, no te conocen, muchos desprecian tus mandamientos y te rechazan. Oh Jesús, compadécete de ellos y atráelos hacia tu Corazón.

Oh Señor, sé Tú el Rey no sólo de los hijos fieles sino también de los hijos pródigos que te han abandonado. Haz que vuelvan a la casa paterna, para que no se pierdan para siempre. Oh Señor, sé Tú el Rey de aquellos que por error o por espíritu de discordia viven separados de Ti. Llévalos al puerto de la verdad y a la unidad de la fe.

Concede, oh Señor, la fortaleza y la libertad a tu Iglesia; otorga a todos los pueblos la tranquilidad y la paz, la justicia y la verdad, el amor y la gracia. Haz que del uno al otro confín de la tierra, no resuene sino esta voz: "Alabado sea el Corazón divino de Jesús, causa de nuestra salvación". A él se entonen cánticos de honor y gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

38. AL AUGUSTO SACRAMENTO - TANTUM ERGO

Al augusto Sacramento A Dios Padre y a Dios Hijo veneremos con piedad. alabemos con ardor; Que el Antiguo Testamento ¡Alabanza a Dios Bendito a este rito dé lugar. le rindamos con honor! Y la fe nos dé el aumento y al Espíritu Divino que al sentido ha de ayudar, ensalcemos con loor. Amén

Celebrante: Les diste el Pan del cielo. Todos: Que contiene en sí todo deleite.

Celebrante: Oh Dios, que en este Sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu Pasión; te pedimos que nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Todos: Amén.

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39. BENDICIÓN CON EL SANTÍSIMO (Todos hincados reciben la bendición con el Santísimo expuesto en la custodia)

40. ALABANZAS DESPUÉS DE LA BENDICIÓN

Bendito sea Dios. Bendito sea su santo Nombre. Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre Bendito sea el nombre de Jesús. Bendito sea su sacratísimo Corazón. Bendita sea su preciosísima Sangre. Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del altar. Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito. Bendita sea la excelsa Madre de Dios María Santísima. Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción. Bendita sea su gloriosa Asunción a los cielos. Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre. Bendito sea san José su castísimo esposo. Bendito sea Dios en sus Angeles y en sus Santos.

41. ORACIÓN DE DESPEDIDA

Señor, ha llegado el momento de la despedida; pero aquí, junto al Sagrario, como lámparas encendidas en tu amor, quedarán nuestros corazones.

Antes de partir queremos agradecerte todas las inspiraciones y enseñanzas que has suscitado en nuestras almas, en esta Hora feliz de adoración y alabanza. Señor, bendice a nuestras familias, amigos y bienhechores.

Bendice de una manera especial a los que estamos aquí presentes, que, formando Comunidad cristiana, deseamos que todos los hombres te conozcan, te amen y te alaben, y te reconozcan como Creador y Señor. Amén

40

CANTOS DE DESPEDIDA

TÚ REINARÁS

Tú reinarás, este es el grito que ardiente exhala nuestra fe. Tú reinarás, oh Rey bendito, pues Tú dijiste: reinaré.

Reine Jesús por siempre, ^ ;

reine su corazón, * en nuestra Patria, '3 -en nuestro suelo, que es de María la nación *. (2)

Tú reinarás, dulce esperanza que al alma llena de placer, habrá por fin paz y bonanza, felicidad habrá doquier.

Tú reinarás, dichosa era, dichoso pueblo con tal Rey; será tu cruz nuestra bandera, tu amor será ya nuestra ley.

ANUNCIAREfVfCS TI: MEINO

Anunciaremos tu reino, Señor. Tu reino, Señor, tu reino.

1. Reino de paz y justicia, reino de vida y verdad.

Tu reino, Señor, tu reino.

2. Reino de amor y justicia, reino que habita en nosotros.

Tu reino, Señor, tu reino.

3. Reino que sufre violencia, reino que no es de este mundo.

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ÍNDICE

Jueves Primero página 5

Jueves Segundo página 11

Jueves Tercero página 17

Jueves Cuarto página 22

Jueves Quinto página 28

Común para todos los Jueves página 34

© TALLER DE EVANGELIZACION Año 2002

Teléfono: 441-8220

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