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Lo siguiente, aplicable también en ciertos casos a algunos otros componentes, lo escribo, sobretodo, respecto a la materia TALLER, considerando lo que he vivido y escuchado hasta ahora como estudiante de Diseño Gráfico; y aunque conozco las posibles causas de lo aquí relacionado, enfatizo algunas de las consecuencias más notables.

TALLER: COMPONENTE EDUCATIVO O

¿MONSTRUO FUERA DE CONTROL?

Por Carlos Magno Yáñez

Hablando a los actores del proceso educativo en mi contexto inmediato, sobre cómo por la falta de pedagogía y poca o inadecuada planeación de actividades en el tiempo definido por ley, se afecta el principal objetivo y razón de ser del Departamento de Diseño de la Universidad del Cauca: El aprendizaje de sus estudiantes.

Los profesores viven diciéndonos que no se debe diseñar para uno mismo, sino para los demás y lo argumentan desde la visión de apoyo y transformación de procesos sociales y culturales; pues bien, esta misma relación aplica también a la acción práctica de la pedagogía, ya que con el diseño comparten el requerimiento de un carácter crítico y creativo a la hora de apoyar al otro en su búsqueda de una mejor calidad de vida, respetando sus necesidades e intereses particulares. De esta forma, quienes se vayan a dedicar a la labor de profesores deben contar con las habilidades para enseñar, pensando que los estudiantes a su cargo también son personas y deben saber seleccionar, presentar, desarrollar y transmitir el conocimiento objetiva y adecuadamente, para que, con la motivación necesaria, se genere aprendizaje significativo en el estudiante mediado por un interés personal en participar activamente de dicho proceso, con lo cual complemente su conocimiento, al mismo tiempo que ejercite y ponga en práctica el desarrollo de su pensamiento crítico. A este respecto, relacionando lo que bien apunta la Universidad Nacional al perfilar su Maestría en Pedagogía Universitaria en Diseño, los profesores y/o docentes del área deben estar siempre “interesados en fortalecer sus conocimientos disciplinares, mejorar sus prácticas  de enseñanza del diseño e indagar por el impacto social de su ejercicio pedagógico”, puesto que la pedagogía habilita, no sólo al profesor sino también al estudiante, para generar un cálido ambiente de Aprendizaje Cocreativo donde se diseñe de forma cooperativa.

Ahora, si desde la anterior perspectiva miramos nuestro contexto inmediato, el Departamento de Diseño de la Universidad del Cauca, vemos que en él se está dando una situación que, por lo general, no ha asimilado completamente la importancia de la conciencia pedagógica por el otro, dando lugar muchas veces a problemáticas como poca calidad en organización y desarrollo de contenidos educativos, bajo o nulo cumplimiento de objetivos de aprendizaje, desorden en los cronogramas establecidos, irrespeto de los tiempos de trabajo definidos por ley, trasnochos “ilegales” bastante comunes que luego explicaré, y en consecuencia, afección de la calidad de vida tanto de profesores como de estudiantes. Curiosamente, las directivas de la Universidad no se percatan de esto, el bienestar universitario prácticamente no aporta aquí y nuestros profesores, quienes deberían ser nuestros mentores y guías, se cuestionan sin mayor acción sobre las reales causas e impactos de las circunstancias mencionadas, pero aceptándolas e invitando al

estudiante a que también lo haga, como los componentes diarios de una “monotonía activa” que supuestamente es normal y necesaria para nuestro proceso educativo, sin reconocer que además, desde hace mucho tiempo ya, ha demostrado a largo plazo ser bastante peligrosa.

Por supuesto, lo anterior no aplica a todos los profesores. Afortunadamente, hay quienes a pesar de no tener un conocimiento pedagógico certificado, si tienen una muy buena conciencia pedagógica que, en conjunto con su conocimiento, comprensión, gestión y proceder organizado, nos inspiran a ser tan profesionales como ellos, motivándonos a preocuparnos por crecer en conocimiento y maximizar nuestro potencial personal. Ahora bien, aquellos que aún con todo el saber en su disciplina y con la suficiente experiencia laboral como profesores, todavía no han aprendido a respetar al estudiante desde el cuidado del trato personal, la preparación misma del contenido educativo a abordar, el cumplimiento de un organigrama de actividades dentro del tiempo de trabajo autónomo propuesto, y procesos útiles de asesoría y evaluación objetiva que dejen retroalimentación motivante; deben reflexionar sobre el valor e impacto social de esta práctica “docente” y, con humildad, tomar cartas realistas, y sobretodo efectivas, en el asunto. No se trata de que “Si el estudiante entiende, pues bien, y si no, también”; al contrario, entre más y mejor aprendan los estudiantes, más se justifica su labor y tiempo trabajado como profesores.

Esta situación que se está carcomiendo el futuro laboral y vital integral de ambos, profesores y estudiantes, al mismo tiempo que la oportunidad de Acreditación de la Calidad del programa de Diseño, tiene como causas, no sólo la poca preparación y ejercicio en términos pedagógicos, sino también la presión laboral que como profesores deben soportar por no tener recursos para contratar colegas que los apoyen con la repartición del trabajo y así, poder liberar tiempo para preocuparse por una efectiva preparación de clases y actividades, seguimiento, investigación y aporte desde las áreas de su interés, y lo más importante, por supuesto, tiempo para sus actividades personales y educativas propias, es decir, crecimiento personal.

LA TEMIDA MATERIA: TALLER

Con la concepción de esta materia, los profesores que la orientan buscan generar en el estudiante un sentido de disciplina y responsabilidad laboral bastante necesario y útil en lo que será su vida como profesional, sin embargo, en la práctica, llega a ser el terror de todos, estudiantes y profesores. Los estudiantes vivimos quejándonos de que exige mucho pero deja muy poco, puesto que sólo está basada en cumplir con puras entregas que no traen aprendizaje tranquilo y significativo, lo que además afecta nuestra salud integral y motivación. Por otro lado, los profesores de otros componentes tienen que ver como su planeación cambia por tratar de ajustarse al poco tiempo que Taller deja al estudiante y conformarse con recibir trabajos mediocres que no evidencian el aprendizaje que se debería dar desde sus materias. Taller, supuestamente, es la materia más importante pero interfiere con las demás, no sólo porque los profesores no saben cómo orientarla adecuadamente y se contradicen todo el tiempo (lo que también evidencia falta de planeación), sino porque tratan de “esclavizar” al estudiante, proponiendo actividades que no respetan su tiempo de trabajo autónomo, ni el necesario para cumplir con otras materias y responsabilidades personales, entre otras situaciones.

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Teniendo en cuenta lo mencionado anteriormente, revisemos lo que dice el ACUERDO SUPERIOR 14 DE 2014, al respecto de las dinámicas de los créditos académicos:

Artículo 14. Corresponde al docente, bajo el principio de la libertad de cátedra, hacer la planeación de las estrategias pedagógicas y didácticas para el estudiantado a su cargo dentro de una actividad académica, de tal forma que se logren los objetivos de formación en el tiempo y número de créditos establecidos por los departamentos.

Artículo 15. Para cada actividad académica, el profesor (a) de acuerdo con las características de los estudiantes, la disciplina a enseñar y el contexto donde se lleva a cabo, podrá programar diferentes estrategias tales como: clases magistrales, prácticas, rotes, lecturas, talleres, laboratorios, mesas redondas, foros, salidas de campo, visitas técnicas, exposiciones, estudio independiente, seminarios, entrevistas, cine-foros, indagación bibliográfica y documental, simulaciones, prácticas, pasantías, monitorías, participación en grupos de investigación, asistencia a eventos, ponencias, producciones escritas, producciones audiovisuales y artísticas, informes, trabajos de grado, sustentaciones, tutorías, proyectos, estudios de caso, entre otras.

Según lo anterior, me permito declarar que ¡TRASNOCHAR ES ILEGAL! por definición y debida organización del tiempo (horas de trabajo académico y autónomo) respecto a lo relacionado sobre los Créditos Académicos. Que el estudiante decida trasnochar por esforzarse para obtener un mejor resultado es cuestión de él mismo, pero dada la organización de tiempos que debe regir la planeación que los profesores tienen que hacer de actividades académicas y trabajo autónomo, como se contempla en el Artículo Superior antes mencionado, trasnochar no debería darse, ni tampoco comprometerse los fines de semana (a menos que el estudiante lo decida así para trabajar de forma autónoma).

A continuación, presento un ejemplo de horario, adaptable y posible, en el que organizo las horas de trabajo académico y las de trabajo autónomo (siendo éstas el doble de las anteriores, generalmente), para mostrar que si se respeta el tiempo para las actividades en cada materia, se pueden evitar, entre otros aspectos, los perjudiciales trasnochos. Además, pensando que cada estudiante es libre de organizar su horario, y que también tendrá otras responsabilidades personales, familiares y/o laborales, él o ella puede liberar horas de la semana para trabajar autónomamente en horas de la noche, o los sábados y domingos como se muestra. La idea, por supuesto, es procurar destinar a las actividades educativas, exactamente las horas que ellas deben ocupar para no interferir con el cronograma de otros componentes ni con tiempos personales.

Ejemplo de Horario, relativo al segundo semestre de diseño gráfico, donde se señalan las horas de trabajo académico y autónomo.

Considerando lo comentado sobre Taller, ahora me permito caracterizar ciertos aspectos sobre la materia que, habiéndolos experimentado, creo importantes de destacar:

ALGUNOS MITOS DE TALLER

• “Taller es la materia más importante porque es la que “reúne” los conocimientos de las demás materias”. A pesar de que sería muy agradable que así fuera y pudieramos aplicar todo lo que aprendemos en la materia, eso no es tan cierto porque por la estructuración actual de los programas o irrespeto al currículo, algunos de los temas que Taller “exige” conocer, se ven tarde en las demás áreas, o las propuestas de sus actividades requieren conocer temas (teóricos y/o tecnológicos) que están considerados en semestres más avanzados o, a veces, ni en la carrera. Además, si en Taller se pretende que trabajemos con los saberes de otros componentes, y por las cuestiones de tiempo o pedagógicas antes mencionadas, no se adquieren dichos conocimientos, entonces no va a ser posible esa articulación, lo que hace más que evidente que el aprendizaje que se genere en las otras materias es igual o mucho más importante. A este respecto, se hace necesario revisar, actualizar y respetar el currículo junto con el cronograma establecido, para lograr una mejor estructuración en la transversalidad de conocimientos.

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• “Taller es la materia más importante porque es la que más créditos da”. Y por supuesto, los créditos de taller son de oro y ¿los de las demás materias son de plata o bronce?. Esto no es cierto principalmente por dos razones: Primero, sumados los créditos de taller sólo sonn 6, y los de los demás componentes, en conjunto, son 10; y segundo, los créditos que se dan en Taller por sí solos, no son suficientes para graduarnos, tarde o temprano debemos cumplir con las otras materias para cumplir el total de créditos necesario. Si no es posible conseguir todos los créditos en cada semestre, es muy posible que sea irrespeto a lo establecido en el currículo y/o la falta de planeación que los profesores hacen para las actividades de Taller lo que nos ha quitado el tiempo que por definición y ley corresponde a las demás materias. Por otra parte, como si fuera poco, este mito sirve de excusa para que los profesores alienten al estudiante a trabajarle más a dicha materia lo que hace que él o ella descuide sus responsabilidades con las otras.

• “Los profesores buscan fomentar la disciplina laboral y por eso es que exigen de la forma en que lo hacen”. A pesar de que es un objetivo válido, en este caso, la exigencia desmedida tan común en esta “superimportante” materia, también se debe a la poca planeación de las actividades por parte de los profesores, puesto que éstas deberían ser perfectamente realizables en los tiempos académico y de trabajo autónomo. Debo decir que no es obligatorio tener que cumplir rígidamente con un horario de trabajo académico o independiente, pero logrando esta conciencia del tiempo se logrará un mejor ritmo de trabajo y mayor oportunidad de aprendizaje. La idea es que se procure respetar los acuerdos temporales, pensando también en que debe haber tiempo para equivocarse (como es natural en la exploración) y para solucionar imprevistos.

• “Los profesores son nuestros “clientes” más exigentes” y según se escucha por ahí: “Ellos nos pagan con Créditos académicos”. A este respecto, debo decir que las actividades que proponen casi nunca se pueden desarrollar en el tiempo de trabajo autónomo (principalmente), por lo cual como estudiantes nos toca disponer del tiempo que nos reservamos personalmente o para otras materias. Esta problemática hace que trabajemos más de lo que deberíamos y por muy poco “pago”, puesto que si bien cada crédito académico se otorga por 48 horas de trabajo entre académico y autónomo por semestre, el tiempo que habremos dedicado ya a dichas actividades será mucho mayor, siendo además tiempo que nadie nos va a retribuir o devolver... Lastimosamente, en el contenido de los programas de las materias, sólo se relaciona el número de horas para trabajo académico y autónomo, sin una garantía de que las actividades ahí descritas han sido cuidadosamente planeadas dentro de esos tiempos y van a requerir, al menos o como base, cierta cuota temporal posible, relativa o promedio.

• “No se dan asesorías por no querer coartar la creatividad del estudiante”. Claro está, no en todas las materias Taller se le niega a los estudiantes el derecho de tener asesorías y hasta se ha buscado su posible programación en medio de agendas saturadas; pero en ocasiones, algunos profesores han considerado creer este pensamiento que lo que hace es negar la realidad del contexto: un ambiente formativo donde también se aprende del ejemplo, consejo y consulta profesional a los educadores. Relativo a esto, muchas de las asesorías son planteadas de tal forma que no reportan gran utilidad al estudiante, teniendo él o ella que ir a consultarle a un segundo “profesor”, llámese “Behance”, “Youtube”, “Pinterest” o internet en general.

RESPECTO A UNA ADECUADA PLANEACIÓN DE ACTIVIDADES EN TODAS LAS MATERIAS

En relación a lo señalado antes por el Acuerdo Superior 14, para que los objetivos de aprendizaje, propuestos mediante el desarrollo de las actividades académicas y extraclase se alcancen y evitar así, frustraciones y problemáticas innecesarias en el proceso educativo, es necesario que los profesores efectúen una planeación óptima de cada actividad, considerando, para empezar, los siguientes aspectos:

• Tener en cuenta y hacer evidentes, constantemente, los objetivos de aprendizaje por cada actividad, mostrando al estudiante, de forma relacionada, las habilidades y conocimientos necesarios para su cómodo alcance en el tiempo destinado.

• Planear cuidadosamente cada actividad extraclase para que pueda, realmente, llevarse a cabo en el tiempo de trabajo autónomo relativo a cada sesión, recordando calcular el tiempo a dedicarle de acuerdo a su complejidad y definiendo qué recursos básicos, ya sean humanos, técnicos, financieros, de materiales y tiempo, conlleva su desarrollo.

• Mediar entre la dificultad de la actividad, el saber adquirido correspondiente al semestre que los estudiantes deben aplicar y el potencial conocimiento que deban aprender (pero de dificultad relativa, puesto que, si bien representa potencial de aprendizaje, compromete tiempo).

EN CONCLUSIÓN

Al principio del texto mencionaba que entre profesores y estudiantes se debía establecer un proceso educativo que ayudara a generar un ambiente de Aprendizaje Cocreativo, pues bien, considero que en este vínculo se debe escuchar más a los estudiantes y contar con ellos para apoyar un nuevo proceso de estructuración que considere un plan educativo más acorde con los tiempos, el contexto, y las necesidades e intereses de ambos actores: profesores y estudiantes.

Aclaro que con lo expuesto en este documento no estoy pidiendo una rebaja en el tiempo o en la complejidad de las actividades, eso lo determinarán la naturaleza del currículo y el “andar educativo”, lo que escribo, lo hago para solicitar una revisión objetiva de la práctica docente que se ha llevado hasta ahora, no solamente en Taller sino en todas las materias, proponiendo que, siendo más concientes del impacto social que cada acción puede tener, profesores y estudiantes lleguemos a acuerdos y ajustes que hagan posible una mejor planeación respecto al desarrollo de cada actividad.

Por último, quiero animar a mis compañeros estudiantes a que no sean pasivos y cuestionen cada situación de forma crítica; si algo no funciona o les incomoda, manifiéstenlo adecuadamente y lleguen a acuerdos que beneficien el proceso educativo. Preocúpense por complementar, apoyar y justificar aún más la labor de nuestros profesores, trabajando de forma responsable, cuidando los tiempos descritos, y exigiéndose para lograr grandes resultados como evidencia de que están participando de la estructuración de su propio aprendizaje, el cual ya será más personal, objetivo, significativo, y enriquecedor.

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