talca en 1910 libro abel cortez-libre

276

Upload: francisca-nicole-arroyo-rojas

Post on 10-Nov-2015

75 views

Category:

Documents


14 download

DESCRIPTION

Historia de Talca

TRANSCRIPT

  • 2

    Talca en 1910 Una Sociedad Provincial en el Centenario Nacional Abel Cortez Ahumada [email protected] 56-9-98963947 Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Regin del Maule Registro de Propiedad Intelectual N 229.921 ISBN: 978-956-353-067-4 Este proyecto fue posible gracias al financiamiento del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes, Regin del Maule. Ediciones Pocuro Foto portada: Desfile de sociedades obreras en el desfile y procesin para la inauguracin del Monumento a la Virgen del Carmen en el Cerro en el marco de las celebraciones del Centenario en la ciudad. Talca, 11-IX-1910, en Recuerdo de las Fiestas Religioso-Patriticas del Primer Centenario de la Independencia de Chile celebradas en Talca,Talca 1911. Impreso en los talleres de LOM ediciones. Talca 2013

  • 3

    Talca en 1910

    Una Sociedad Provincial en el Centenario Nacional

    Abel Cortez

    Consejo Nacional de la Cultura y las Artes Regin del Maule

  • 4

    INDICE

    Talca en 1910 p. 8 Agradecimientos p. 20

    PRIMERA PARTE Sociedad y cultura en Talca, 1910

    CAPITULO I: Economa y espacio a inicios del siglo XX p. 22 I.1) Desarrollo econmico en Talca p. 22 La vocacin agrcola talquina p. 22 La banca y el comercio talquinos p. 28 Las industrias locales a inicios del siglo XX p. 31 I.2) Territorio y ciudad, la Talca del Centenario. p. 40 Talca como centro urbano-regional en 1910 p. 40 Poblacin y urbanizacin p. 50 CAPITULO II: La sociedad talquina del novecientos p. 58 II.1) Elites talquinas: prestigio social, diversificacin econmica y pluralizacin poltico-cultural p. 59 La conformacin de la oligarqua local p. 59 Las prcticas sociales de la elite. Entre el lujo moderno y la caridad tradicional p. 62

  • 5

    II.2) Los grupos medios: comerciantes, empleados, artesanos y profesionales p. 72 La constitucin de los grupos medios p. 72 Artesanos, comerciantes, empleados y profesionales p. 74 II.3) El mundo popular: diversidad laboral, presencia urbana y cuestin social p. 83 Mundo popular y condiciones laborales p. 83 La cuestin social y las organizaciones obreras p. 87 CAPITULO III Cultura en Talca, inicios del Siglo XX. Prcticas, producciones y tensiones en una ciudad de provincia p. 97 III. 1) Cultura, modernizacin y complejizacin societal en Talca p. 97 La constitucin de la esfera pblica y los nuevos espacios comunicacionales y culturales en Talca, 1890-1910 p. 98 Produccin cultural en una ciudad de provincia, inicios del siglo XX p. 102 III. 2) Tensiones, contradicciones y conflictos en una sociedad provincial en transicin p. 105 Las imgenes urbanas talquinas de 1910: las convivencias contradictorias de la arquitectura p. 109 El debate por la Educacin en Talca: laicos y catlicos en 1910 p. 114 Modernizacin social y formalizacin urbana en Talca. Pan, carne y cooperativismo obrero en el Centenario p. 122

  • 6

    SEGUNDA PARTE La Provincia y el Centenario Nacional

    CAPTULO I: El Centenario chileno en el contexto talquino. Preparativos, celebraciones e indicios locales en las fiestas de 1910 p. 134 I.1) El Centenario a nivel nacional p. 135 La infausta historia chilena: el cometa Halley y la muerte de dos presidentes p. 135 La crisis del sistema poltico y la oligarquizacin del Estado p. 138 Las desigualdades y la cuestin social p. 142 Los intelectuales y la crisis del Centenario p. 144 I.2) Los Preparativos del Centenario talquino p. 146 Las primeras iniciativas de 1909. El protagonismo del mundo popular organizado y el Comit General p. 147 Las comisiones del Centenario y sus preparativos p. 153 Cuestin social y solidaridad obrera en el Centenario talquino p. 160 De smbolos y reliquias en las conmemoraciones de 1910 p. 164 La ciudad de Talca y sus barrios camino a septiembre 1910 p. 168 I.3) Celebraciones del Centenario en Talca p. 171 El Monumento a la Virgen del Carmen en el Cerro Bella Vista. El Centenario de la Iglesia p. 174 Las celebraciones talquinas en 1910 p. 181 El Centenario en el contexto urbano y social de Talca p. 188

  • 7

    CAPITULO II El Centenario cuestionado desde Provincia. Provincialismo, ensayismo social y narrativa crtica en Talca p. 193 II.1) El reclamo regionalista p. 194 Centralizacin y descentralizacin en Chile p. 194 Identidad regional talquina p. 195 El reclamo regionalista del Centenario p. 197 II.2) La crtica social de Alejandro Venegas desde Talca. Contexto y sentido del libro Sinceridad. Chile ntimo en 1910 p. 208 Venegas, el Liceo de Talca y la Generacin del Centenario. Reforma institucional y cultura local p. 210 El contexto local del libro de Venegas p. 217 Sinceridad, Chile ntimo en 1910 y el Centenario desde Provincia p. 223 II.3) Narrativa crtica del Centenario: la novela Tapete Verde de Francisco Hederra Concha p. 232 Un texto contra El Tapete Verde: Otro que talle p. 234 Crtica a la elite p. 240 Las interpretaciones (y contradicciones) comparativas de Talca p. 252 Transes crticos: la tradicin cuestionada, la modernidad incipiente p. 140 Algunas reflexiones finales p. 260

    Fuentes y Bibliografa p. 265 Fuentes y publicaciones de poca p. 265 Bibliografa p. 268

  • 8

    Talca en 1910 - Seor Molina, por favor!, no insista en esa idea, este comit de fiestas, es eso, de fiestas para celebrar el Centenario en nuestra ciudad. No tiene porqu pronunciarse por temas de incumbencia y atribucin del Parlamento de la Repblica. Creo que su discurso estara bueno all en la Cmara, pero no ac no quite tiempo a esta reunin en esas ideas suyas. Adems, con eso de la obligacin de que los nios vayan a la escuela, usted est quitando la libertad a los padres de elegir si quieren o no mandarlos. Algunas familias del campo prefieren que sus hijos les ayuden en cultivar sus mseras cuadras, Cuntas escuelas en Chile hay para eso? No las suficientes. Y, de verdad rector, no creo que sea el Estado el nico que deba hacerse cargo de esa enseanza, que no promueve los valores cristianos como son los que rigen al pas pero esto no debemos discutirlo nosotros, eso es de los polticos El Cura y Vicario Forneo, Jos Luis Espnola, con un tono entre irnico y displicente, y con dosis de vehemencia, reaccionaba a la idea del Rector del Liceo, Enrique Molina, de que el Comit Centenario de Talca aprobara una mocin para apoyar la Ley de Instruccin Primaria Obligatoria que se discuta en el Congreso y que tena manifestaciones pblicas en todo el pas. - Con todo respeto Seor Vicario, replic Molina, creo que este Comit, junto con organizar las fiestas tambin debe comprometerse con los grandes temas que demanda la patria. Saba usted que en Chile cerca del 70% de la poblacin infantil es analfabeta, que si no se promulga esta ley, los nios del pueblo seguirn criando mocos y dejarn de aprender las lecciones ms bsicas para al menos saber leer y escribir. Este Comit, que congrega a las fuerzas vivas de Talca y, junto a nuestras respetadas autoridades municipales, a sus dignsimas instituciones de socorros

  • 9

    mutuos y de obreros, creo que debe tener una opinin formada al respecto, y sta debe ser favorable al proyecto. La situacin que vemos aqu mismo en Talca, en las poblaciones del oriente y del norte, en los conventillos del centro, en las familias del campo, en los nios que trabajan en las fbricas, es algo que nos debe conmover. La Asociacin de Educacin Nacional, que me ha dignado con su presidencia ac en la ciudad, junto a otras instituciones, est organizando este domingo una manifestacin de apoyo a esta ley en el Teatro, por lo que este comit debiese apoyarlo tambin Enrique Molina, estudioso de la educacin chilena y argentina (haba realizado una charla sobre la instruccin primaria del pas trasandino organizada por la Fech en 1910), no dejaba de sorprenderse de la fuerza que tenan los sectores conservadores para oponerse de manera tan hostil a una ley que slo acarreara beneficios para el porvenir del pas y su progreso cientfico, econmico y social. Obviamente las querellas laico-religiosas estaban detrs, como airadamente lo confirmaba el sacerdote talquino - Lo que pasa seor Molina, es que ustedes los que promueven el librepensamiento, quieren que el Estado se haga cargo de formar a nuestros nios, para inculcarles ideas agnsticas, ateas, en fin, sin moralidad ni sentido cristiano y yo, como primera autoridad del clero de Talca, no avalar que este Comit apoye esa degradante e impositiva medida de obligar a los padres a enviar a sus nios a las escuelas del Estado La discusin comenzaba a subir de tono. Mirando de reojo al Alcalde, el regidor Salamanca, mdico conservador, esperaba atentamente poder tomar la palabra para bajar la tensin. Oscar Smits, con experiencia curtida en los duros consejos municipales, reconoci el gesto de su camarada de partido, y calculadamente se introdujo en el silencio del sacerdote para darle la palabra con un atinado movimiento de mano -Yo comparto la posicin del seor Molina, lanz Salamanca, en relacin a la generalizada opinin que tiene buena parte del pblico talquino y del pas de las bondades que traera al pueblo, a sus nios, y a la colectividad nacional, que la enseanza fuera gratuita y obligatoria en la etapa primaria. Ir sin duda al mitin del domingo, pero creo que se nos est pasando la hora, y esta es la primera reunin que tenemos desde hace varias semanas, ms de un mes en realidad, las que se suspendan ya sea por lluvia ya sea por falta de qurum. Independiente de nuestras opiniones sobre este importante tema, y respetando cada una de ellas, creo

  • 10

    que es necesario volver a la confeccin del programa de las fiestas. Se nos viene julio encima, y de ah a septiembre hay un paso. El sacerdote asenta con la cabeza, aunque con suaves y calmados movimientos, mientras el rector, en su criteriosa racionalidad mesocrtica, guardaba silencio, consolndose en que la manifestacin del domingo sera concurrida y aprobara la idea de presionar a los parlamentarios talquinos para que apoyaran esa ley en el Congreso. La reunin volva a pasar revista a las comisiones, sobre todo aquellas en que se denotaba la ausencia de trabajo previo, tom la palabra. Esa reunin del Comit de las fiestas del Centenario se realiz el sbado 25 de junio a las ocho y media de la noche en la Sala Municipal. Y aunque no sucedi tal cual lo imaginamos arriba, el Diario La Libertad al da siguiente cubri la reunin entregando algunas frases que dan cuenta de aquella discusin sobre la Ley de Educacin Primaria Obligatoria. El mitin efectivamente se realiz y fue todo un xito de concurrencia y alocuciones, entre ellas la del propio Alcalde Smits. Esta incitacin inicial la insertamos para destacar cmo los preparativos del Centenario en una ciudad provincial como Talca, dan cuenta de los cruces que vinculan los procesos nacionales con las prcticas sociales y representaciones culturales concretas de los actores locales. En 1910, en ese umbral simblico de las celebraciones, se presentan problemticas de pas, pero que miradas desde la escala de una urbe de provincia, muestran otras dimensiones, otros entrelazamientos. Surgen indicios, huellas, acontecimientos, que hacen emerger las transiciones y cambios gatillados por las modernizaciones que vive la ciudad y el pas desde las ltimas dcadas del siglo XIX. La Talca del Centenario posee caractersticas especiales que hacen oportuno su anlisis. En 1910 era una capital provincial con un alto grado de crecimiento urbano y poblacional, llevando a cabo interesantes celebraciones centenarias, con una produccin cultural significativa (comparada con otras ciudades provinciales), donde se elaboraron varios discursos crticos que enriquecieron el panorama provincial y del pas en el Centenario. Ensayos como Sinceridad, Chile ntimo en 1910 de Alejandro Venegas, profesor y vice-rector del Liceo de Talca en la poca; la crtica novela El Tapete Verde del mdico y hombre pblico local, Francisco Hederra Concha; y el reclamo regionalista del Centenario que se vehiculiz en la prensa talquina, se insertaban en una interesante convergencia entre, por un lado, la crisis del orden social oligrquico nacional y, por otro, las

  • 11

    tensiones que generaban las aceleradas modernizaciones en una sociedad provincial de base tradicional. De esta forma, Talca se convierte en un escenario propicio para revisar el significativo momento del Centenario chileno desde una perspectiva provincial. El Centenario concit un momento histrico conmemorativo que sacudi al pas entero, tanto por sus celebraciones como en el sentimiento de pertenencia nacional. Al mismo tiempo, para el mundo poltico y los intelectuales pblicos, fue un umbral evaluativo para revisar, desde diversas aristas, el desarrollo y el estado actual del pas. La situacin de Chile, ms all de las adulatorias declaraciones oficiales, estaba en una situacin crtica, donde se expresaba la desintegracin progresiva del rgimen liberal oligrquico, con su correlato de exclusin poltica, venalidad parlamentaria, crisis moral, cuestin social, inconvertibilidad monetaria, dominacin negociada cupularmente con el capital internacional, todo lo que va a ser cuestionado desde los nuevos cuadros intelectuales ligados en su mayora a la mesocracia y a algunos segmentos de la elite1. Este marco nacional del Centenario cobraba matices particulares en las ciudades provinciales. Talca, desde mediados del siglo XIX, vena acumulando un desarrollo econmico sostenido gracias a un entorno agrario altamente productivo y a un sistema fluvial maulino, con puerto en Constitucin, que permiti controlar los flujos comerciales y los retornos de capital de la exportacin de trigo y harina hacia distantes mercados (California, Australia y luego Inglaterra). Cuando se cierra el mercado externo para los productos agrcolas, hacia la dcada 1880, el Norte Grande y sus enclaves salitreros, incorporados a territorio nacional por la Guerra del Pacfico, mantuvieron el nivel de demanda de productos agropecuarios y la riqueza oligrquica del Maule. Estos capitales fueron reinvertidos en actividades industriales, comerciales y urbanas. Talca en esos aos creci de 23.432 habitantes en 1885 a 38.040 en 1907, dando cuenta de un importante aumento de la poblacin que extendi y complejiz la estructura de la ciudad. Este desarrollo econmico y urbano contribuy a diversificar la sociedad talquina. Las modernizaciones finiseculares se van imponiendo en diversos mbitos de la vida urbana y social: proliferacin de actividades industriales para el mercado nacional, secularizacin y anticlericalismo progresivo de los grupos ilustrados, laicizacin e incorporacin a la

    1 Subercaseaux, Bernardo: Genealoga de la Vanguardia en Chile. La dcada del Centenario. Santiago 1998.

  • 12

    masonera de un segmento importante de la elite y la mesocracia local, proletarizacin del mundo popular urbano, construccin de edificios en los nuevos estilos inspirados en la arquitectura europea, constitucin de un espacio comunicativo meditico robusto (tres diarios circulando en 1910), activa produccin cultural y de debate poltico e intelectual crtico de carcter moderno; todo lo cual entraba en tensin con la sociedad y cultura tradicional del contexto material y simblico talquino, donde la Iglesia posea un gran poder (entre 1908-1915 los PP. Agustinos de Talca editan una revista de propaganda catlica de gran difusin), el mundo cultural de base agrario-colonial es fuerte tanto en los sectores populares como en la aristocracia rural; an cuando se modernizaba la ciudad, el volumen, escala y materialidad de las viviendas segua testimoniando la existencia de la ciudad colonial y decimonnica temprana. En este sentido, sostenemos que los procesos de modernizacin y complejizacin que vive la ciudad en un contexto material y sociocultural de base tradicional, al cruzarse con las evaluaciones crticas del orden social oligrquico y la significacin histrico-simblica del Centenario nacional, generaron un complejo entramado de tensiones y contradicciones que produjeron huellas a nivel cultural, social y poltico. La ciudad se vio atravesada por este ncleo de tensiones y contradicciones adquiriendo mayor contenido y proyeccin en 1910, por la efervescencia simblica y social que suscit el Centenario, contextuando, estimulando e influenciando tanto la produccin intelectual y la discusin poltica como las contradicciones en las representaciones y las prcticas socioculturales. Esta convergencia de tensiones y evaluaciones crticas son posibles de observar en la ciudad y su arquitectura, en la sociedad y sus organizaciones civiles, en la cultura y su produccin simblica, en la poltica y sus reclamos provincialistas. Este estudio se propone revisar cmo se vivi el Centenario en una provincia chilena en particular. Los estudios sobre 1910 en Chile se han desarrollado tomando como eje Santiago, donde el Estado y la clase poltica concentraron las inversiones y celebraciones de carcter nacional. Es cierto, los actos oficiales, las principales inauguraciones, las delegaciones extranjeras, la simblica de la fiesta se concentraron en la capital, escenario del poder central, la ciudad con la mayor poblacin, que implementa primero los avances tcnicos a nivel domstico y urbano, donde la produccin cultural tiene mayor legitimidad simblica, pblico lector e interlocucin poltico-intelectual, con una maquinaria documental escritural ms robusta y estructurada (que condiciona las posibilidades de

  • 13

    fuentes para su reconstruccin). El histrico centralismo chileno favoreci esta dinmica de concentracin capitalina en general y del Centenario en particular, fecha en la que se invirtieron cuantiosas sumas de dinero en Santiago, muy por sobre su representacin poblacional proporcional, quedando las provincias en el vagn de la cola de las celebraciones. Lamentablemente, gran parte de los estudiosos del Centenario han reproducido estas dinmicas de centralizacin, al enfocar, nuevamente, toda su atencin en Santiago. Como el Centenario se celebr (e invirti financieramente) en la capital, los investigadores que han reconstruido historiogrficamente ese suceso, han cado en la dinmica recursiva de esta situacin centralista, dejando con poca o nula atencin las interesantes coyunturas que se presentaron en las ciudades provinciales de 1910. Desde una opcin metodolgica y conceptual, al reducir la escala de observacin, centrndonos en una ciudad provincial, surgen nuevos cruces y procesos que nutren y densifican la ptica de los problemas histricos, pudiendo relacionar la interpretacin global de las estructuras econmicas o procesos socioculturales con los contextos locales, las prcticas sociales y las representaciones culturales concretas de la comunidad estudiada, entendiendo la historia local como la experiencia del encuentro de las estructuras sociales y los smbolos de la cultura con sus formas y presiones continuas y sistmicas, con la representacin ondulante, discontinua y concreta de la vida cotidiana.2 Es en este punto que los presupuestos conceptuales y operativos de la historia regional y local se nos presentan tiles a los objetivos de nuestra investigacin. La focalizacin del estudio en la ciudad de Talca y el rea provincial y regional dependiente de este centro urbano, permite desarrollar proposiciones interpretativas que enriquecen y dan diversidad a la construccin del imaginario nacional. El abstraccionismo espacial de muchos de los estudios de alcance nacional del Centenario (como en otros temas), homogeneizan la comprensin del conjunto o suponen lo nacional como sinnimo de lo capitalino, subsumiendo las realidades diferenciadas y las identidades heterogneas que emergen desde los espacios regionales y las ciudades de provincia. Al analizar Talca en el Centenario, por los pocos estudios regionales que existen sobre el tema, nos proponemos aportar en el conocimiento de este importante momento desde la

    2 Terradas i Saborit, Ignasi: La historia de las estructuras y la historia de la vida. Reflexiones sobre las formas de relacionar la historia local y la general, en Fernndez, Sandra y Dalla Corte, Gabriela: (compiladoras): Lugares para la historia. Espacio, historia regional e historia local en los estudios contemporneos, Editora UNR, Rosario 2001, p. 200.

  • 14

    perspectiva de la diversidad regional, complejizando la mirada de la historia nacional3. Hacer historia regional y local hoy, no es detenerse en lo anecdtico, en el carcter nico de la comarca, en los procesos institucionales y administrativos de las regiones a estudiar, tratamientos ligados en la mayora de los casos- a cultores de la crnica histrica de sus propios pueblos y ciudades, elaboradas desde un empirismo cronolgico descripcionista4, lo que deja de lado la consideracin de los procesos inherentes a la construccin social de ese espacio5. Nuestra perspectiva utiliza la ciudad provincial, no slo como necesidad de salir de las dinmicas recursivas de la reconstruccin centralista del Centenario, sino tambin como un enfoque terico-metodolgico que permite, al reducir la escala de observacin, integrar las diversas dimensiones de la vida local (la ciudad, la sociedad y la cultura locales), con lo que tratamos de ganar tanto en textura y profundidad interpretativa como al aportar nuevas miradas a la construccin del conocimiento nacional general6. El anlisis de las dimensiones urbanas, econmicas, sociales, festivas, culturales y polticas, a escala de la ciudad de Talca, hace visible otras relaciones, dimensionando otros contextos, surgiendo problemticas que se vinculan con lo nacional, pero que tambin se van configurando desde lo local-regional7. As, las dinmicas de las distintas dimensiones de la vida social (economa, poltica, cultura, sociedad, territorio), como los itinerarios, los trayectos y las dinmicas

    3 Bandieri, Susana: La posibilidad operativa de la construccin histrica regional o cmo contribuir a una historia nacional mas complejizada, en Fernndez, Sandra y Dalla Corte, Gabriela: (compiladoras): Lugares para la historia op. cit, p. 92. 4 Para el caso de Talca se cuenta con la clsica Historia de Talca. 1742-1942, Imprenta Universitaria, Santiago 1942, de Gustavo Opazo Maturana; pero tambin una versin ms actual, pero con el mismo enfoque en Episodios histricos talquinos, Ed. U de Talca, Talca 2008, de Jorge Valderrama. 5 Fernndez, Sandra: La historia sugerente. Los desafos en la construccin de la historia regional y local, en Mata, Sara y Areces, Nidia (coords.): Historia Regional. Estudios de casos y reflexiones tericas, Salta 2006, p. 14. 6 Fernndez, Sandra: Los estudios de historia regional y local. De la base territorial a la perspectiva terico-metodolgica, en Fernndez, Sandra (compiladora): Ms all del territorio. La historia regional y local como problema. Discusiones, balances y proyecciones, Rosario 2007. 7 Ribeiro, Cladia: Histria, regio e poder: a busca de interfaces metodolgicas, en Locus. Revista de Histria, U. Federal de Juiz de Fora, Vol. 3, N 1. Juiz de Fora, Estado de Minas Gerais, 1997, p. 96.

  • 15

    socioculturales concretas, aparecen imbricadas, interrelacionadas, dando mayor densidad a los procesos que se han de reconstruir8. En este sentido, utilizamos elementos e ideas de la historia social, de la historia de la cultura y las ideas, de la sociologa de la cultura, del urbanismo y del territorio, en un intento de utilizacin integrativa de recursos e instrumentales de diversas disciplinas de las humanidades y las ciencias sociales, con la intencin ltima de adecuar y precisar la mirada para construir interpretaciones de conjunto sobre los procesos vinculados a nuestro caso de estudio9. Respecto de la bibliografa del caso, las investigaciones sobre el Centenario se podran dividir, en relacin a la temtica de nuestro estudio, en tres grupos: los estudios nacionales, los regionales y los testimonios10. El primer grupo de los estudios est referido al Centenario nacional, focalizndose en los vaivenes de la clase poltica que detenta el poder central, como en el debate poltico e intelectual de alcance nacional. Adems de algunos artculos dispersos o subcaptulos en obras ms extensas, no son muchos los estudios de este tipo, destacndose los de Alfonso Caldern Cuando Chile cumpli 100 aos (Santiago 1973); Cristian Gazmuri El Chile del Centenario, los ensayistas de la crisis (Santiago 2001); Cesar Cerda Chile: el Centenario y 100 aos despus (Santiago 2007); Soledad Reyes del Villar: Chile en 1910. Una mirada cultural en su Centenario (Santiago 2004); Brbara Silva en Identidad y nacin entre dos siglos. Patria Nueva, Centenario y Bicentenario (Santiago 2008); Bernardo Subercaseaux, Genealoga de la Vanguardia en Chile. La dcada del Centenario (Santiago 1998); adems de varios artculos publicados en Bicentenario, Revista de Historia de Chile y Amrica, editada desde el ao 2002, dependiente del Centro de Estudios Bicentenario. Estos textos, con distintos matices y enfoques, pasan revista a la crisis poltica nacional: rotativas ministeriales, cohecho, corrupcin, exclusin sociopoltica, etc. Tambin se detienen en la cuestin social, discusin que cobr nueva

    8 Silva, Joseli Maria: Cultura e territorialidades urbanas. Uma abordagem da pequena cidade, en Revista de Histria Regional, U. Estadual de Ponta Grossa, Vol. 5, N 2. Ponta Grossa, Estado de Paran 2000. 9 Roldn, Diego: Historia cultural de las ciudades e historia de los imaginarios urbanos. Argentina y Amrica Latina, en Fernndez, Sandra (compiladora): Ms all del territorio op. cit, p. 122 y ss. 10 Estos trabajos de testimonio como los de Morla Lynch El ao del Centenario. Pginas ntimas de mis memorias (Santiago 1922); Joaqun Edwards Bello Crnicas del Centenario (Santiago 1968), son fuentes de poca realizadas en y sobre Santiago, representativos de una mirada sobre la sociedad nacional-capitalina, por lo que su revisin no es objetivo de este acpite.

  • 16

    relevancia y contingencia gracias a Recabarren y Alejandro Venegas (como otros autores); se tematiza el papel jugado por la elite en el Centenario y su control sobre el Estado, desarrollando socialmente un modo de ser aristocrtico ligado al ocio y el lujo; se revisa la cultura y las ideas donde se expresa un malestar de poca y una crtica intelectual al orden social oligrquico. Estas investigaciones permiten hacerse una adecuada imagen del periodo y entregan interpretaciones fundadas sobre los procesos sociales y polticos que convergen en 1910. Sin embargo, estos estudios de carcter nacional se concentran exclusivamente en Santiago, haciendo extensivo lo acaecido en la capital al resto del pas, o bien, con el supuesto implcito de que fue la nica ciudad que vivi el Centenario. Efectivamente, por ser tanto la capital y la sede del poder poltico, como por el centralismo de la poca, la mayor cantidad de recursos nacionales fueron a parar a Santiago, lo que determina esa trampa recursiva de un renovado centralismo interpretativo que reconstruye, nuevamente, lo acaecido en la capital. Adems, esta visin focalizada en Santiago ha mantenido en el desconocimiento lo que hemos denominado el reclamo regionalista del Centenario, ya que, por un lado, los estudios de 1910 se han centrado en revisar los diarios y libros de la capital donde dicha postura no se expresa cabalmente, y por otro, al focalizar la atencin slo en 1910 no lo han detectado, ya que dicho reclamo se da ms intensamente a inicios de 1909, cuando se promulga la ley del Centenario. Son pocos los estudios del Centenario desde lo regional o lo local, los que en general carecen de una reconstruccin ms integral del contexto en que se desenvuelven las celebraciones centenarias, quedndose en gran medida en la descripcin de las fiestas de septiembre. Muchos presentan los sucesos del Centenario con un elocuente optimismo regionalista, muy caro al tradicional empirismo localista de crnica histrica, omitiendo las tensiones y conflictos que se suscitan ese ao y que se expresaban en los diarios. En algunos de ellos se le atribuye un crecido protagonismo a las elites locales, omitiendo la importante participacin de las sociedades obreras en la organizacin e implementacin de las fiestas. Esta forma del abordar el Centenario, impide visualizar las posibilidades interpretativas que otorga 1910, como crisis y umbral evaluativo nacional, insertados en los escenarios provinciales atravesados por procesos modernizadores, de cambios y tensiones que enriquecen la mirada sobre la poca.

  • 17

    A partir del trabajo que ahora entregamos, tratamos de abordar un enfoque que desde lo local recoja los cruces con el Centenario, llenando de algn modo el vaco sobre este tipo de estudios sobre 1910. Hemos tomado una opcin metodolgica formal. Reconstruimos el proceso desde las ltimas dcadas del siglo XIX hasta llegar a 1910, ao bisagra y umbral que nos indica un nuevo tiempo. Realizamos as una operacin cronolgica de corte temporal en 1910, decisin arbitraria puesto que los procesos histricos no se detienen en un ao, y las generaciones y procesos son situaciones que involucran lustros y decenas, con temporalidades sociales que hacen porosos sus deslindes. Fue una eleccin metodolgica que organiz la pesquisa y delimit su extensin. En 1910 decantan obras de crtica social al orden oligrquico, ensayos y novelas de gran significacin y es el ao Centenario nacional; a nivel talquino los libros Sinceridad de Venegas y El Tapete Verde de Hederra Concha escritos ese ao, desde la esfera cultural, establecen un corte, una produccin intelectual que claramente remeci la ciudad cambiando la forma de comprensin de lo local. De esta forma, no consideramos expresiones y obras que son parte de los procesos que describimos pero que cuajan algunos aos despus. Por ejemplo, no tratamos Cuentos de Maule de Mariano Latorre, que se publica en 1912, y hacen referencia a lo local, ni de Nuestra Inferioridad Econmica de Francisco A. Encina. Las novelas y obras de teatro posteriores de Hederra Concha, que expresan buena parte de las problemticas contenidas en El Tapete Verde, tampoco las tratamos. As, llegamos hasta 1910, ao simblico que rene y hace converger una serie de ricas manifestaciones que permiten comprender densamente el momento del Centenario. En relacin a la necesidad de contrastar la realidad talquina con otras ciudades, desarrollamos algunas vinculaciones comparativas con Santiago. Sin embargo, un tratamiento comparativo extensivo entre ellas, hubiese ampliado an ms nuestra investigacin, rebasando con creces los objetivos planteados respecto de conocer una realidad provincial particular en el Centenario, escenario en el que nos introducimos densamente. En trminos de su estructura, el trabajo lo organizamos en dos partes. La primera parte, denominada Sociedad y cultura en Talca, 1910 describe y analiza el contexto de la ciudad, las formas que adopta la sociedad urbana y los cambios sociales y culturales que se presentan. Esta parte contiene tres captulos.

  • 18

    El primero analiza a nivel econmico, territorial, urbano y social a Talca, tratando de entender los procesos que condicionan la ciudad en el Centenario, como el desarrollo econmico, la urbanizacin y la sociedad. En el segundo captulo, indagamos en la composicin social de la poblacin de la ciudad, describiendo las caractersticas de la elite, los grupos medios y el mundo popular, en su constitucin sociolaboral y en relacin a sus actividades y organizaciones sociales. El tercer captulo revisa las dinmicas de diversificacin sociocultural de la ciudad y el establecimiento de una esfera pblica que promueve la produccin intelectual y el debate social. Los procesos modernizadores complejizan la sociedad y pluralizan las posiciones polticas, culturales e ideolgicas de los grupos sociales urbanos, lo que tensiona las estructuras simblicas y sociales de base tradicional. Por su ejemplaridad, tematizamos las contradicciones en la imagen urbana, el debate laico-religioso respecto de la ley de instruccin primaria obligatoria y la formalizacin urbana de la venta al detalle y el cooperativismo obrero en productos de consumo; aristas distintas, pero que son indicativas de cmo se conectan los procesos modernizadores con las mudanzas y tensiones en el mbito de las concepciones y estructuras socioculturales de la ciudad. La segunda parte de este trabajo se introduce en el Centenario nacional en Talca. Los acontecimientos que se viven en 1910 atraviesan todos los rincones del pas, por lo que es insoslayable su tratamiento. Pero adems, a partir del anlisis y descripcin de las celebraciones centenarias, se observa el cruce entre las tensiones y cambios sociales de la ciudad provincial con el umbral crtico que implica el Centenario nacional. Esta parte se divide en dos captulos. El primero, a partir de la crnica y el anlisis, revisa los preparativos y las fiestas del Centenario talquino, con una sucinta introduccin de nivel nacional. Nos interesa conocer cmo se organizaron las festividades centenarias en Talca, cmo se fueron conformando las comisiones, que en esta ciudad convocaron no slo a las autoridades locales, sino tambin a miembros de clubes sociales, profesores y sociedades obreras (lo que demuestra las diferentes dinmicas sociales en provincia y en la capital). Reconstruimos detalladamente las actividades del Centenario, contrastando el programa oficial con la realizacin concreta de las actividades, sumando otros eventos paralelos y fuera de programa que se publicitaron en los diarios de esos das. Este captulo busca, desde del tratamiento ineludible de las fiestas de 1910, identificar los gestos, acontecimientos, voces, que emergen en la superficie

  • 19

    celebratoria y que nos hablan de los procesos profundos que vive Talca desde fines del s. XIX e inicios del s. XX. Por ltimo, en el segundo captulo analizaremos discursos intelectuales y polticos elaborados en torno al Centenario, y que estructuran campos de problemas, los que hilamos en tres hebras. Primero, revisaremos lo que hemos denominado el reclamo regionalista del Centenario, donde la prensa local y sus columnistas informaban, discutan e impugnaban pblicamente la decisin de concentrar los recursos de las celebraciones en Santiago, dejando en una difcil situacin a las provincias. La segunda hebra va por la ensaystica, analizando la obra Sinceridad. Chile ntimo en 1910 (1910), de Alejandro Venegas, que en ese momento era vice-rector y profesor del Liceo de Talca, texto que an cuando es proyectado como un anlisis del conjunto de la Nacin, trataremos de leer en clave talquina, de cmo este contexto de produccin inmediato pudo servir de referente y condicionador de algunas de sus reflexiones. Por ltimo, revisaremos la novela El Tapete Verde de Francisco Hederra Concha (1910), texto es una frontal crtica a la cultura social de la elite talquina, mostrando su decadencia y falta de rumbo dirigente en la poca en que el modelo oligrquico comenzaba su desintegracin y revisin ms descarnada. Pero adems, este documento nos sirve para analizar la interpretacin (comparativa) que este autor desarrolla sobre Talca, y de las tensiones que l observa entre tradicin y modernidad a inicios del siglo XX. A travs de este trabajo esperamos poder contribuir al conocimiento de las realidades y procesos que se dan en una ciudad de provincia en el Centenario, complejizando la mirada histrico-cultural de esa poca. Con este trabajo, tratamos de relevar la importancia de analizar las realidades provinciales tanto para realizar estudios culturales en ciudades distintas a la capital, con ricos y poco investigados procesos y producciones, como para aportar a esas comunidades provinciales elementos e insumos para la discusin de sus identidades actuales que contribuyan a su desarrollo.

    Abel Cortez

    Otoo con hojas amarrillas sobre el clavecn

  • 20

    Agradecimientos Aunque sean individuales, las obras humanas siempre implican aportes colectivos. De inicio agradecemos una vez ms el aporte del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Regin del Maule, cuyo financiamiento hace posible que investigadores jvenes e independientes tengamos una oportunidad para desarrollarnos profesionalmente y hacer una contribucin cultural a la comunidad regional. Tambin damos las gracias al Museo OHigginiano y de Bellas Artes de Talca, en la persona de su Director, Alejandro Morales, y su Investigador y Curador, Gonzalo Olmedo, quienes en todo momento han apoyado esta y otras investigaciones, siendo su apoyo y comentarios un gran aporte intelectual y humano. Al profesor Bernardo Subercaseaux por el la gua docente en la primera versin de este trabajo como estudio de posgrado. A Marcelo Mardones y Cristian Urza, quienes ayudaron a esta investigacin en los acpites de Sinceridad, Chile ntimo en 1910 y el reclamo regionalista del Centenario respectivamente. A Nicols Holloway por la revisin de distintos nmeros de los diarios talquinos de la poca. Agradezco tambin a Vernica Henrquez, Directora del Colegio Alborada de Curauma; a Irma Carrasco, acadmica de la U. Catlica de Maule; y a Mara Ignacia Matus, del Centro de Estudios e Investigaciones Militares, quienes facilitaron personalmente sus tesis luego de conocer el proyecto, trabajos que abordan distintas dimensiones de la Talca de la poca. Sus referencias estn en la bibliografa. A los colegas Cristian Castro, Doctor en Historia, y Abraham Sandoval, Antroplogo, por la lectura y sugerencias al presente texto. En fin, un agradecimiento a todas las personas que tanto en Talca como en Santiago apoyaron el proyecto y lo han hecho posible.

  • 21

    Primera Parte

    Sociedad y cultura en Talca, 1910

  • 22

    CAPITULO I Economa y espacio en Talca a inicios del siglo XX II.1) Desarrollo econmico en Talca. La vocacin agrcola talquina. Luego del proceso de Independencia se presenta una reactivacin econmica en las dcadas de 1830-1850, que fue la antesala para el gran periodo de expansin agraria y comercial que se lleva a cabo desde el inicio de la segunda mitad del siglo XIX. Desde 1850 se produce una gran demanda de trigo en grano y de harina para los nuevos mercados del Pacfico, lo que gatilla que la produccin agrcola talquina, como de los movimientos comerciales a travs de Constitucin, se incremente ostensiblemente. La fiebre de oro de California, como en Australia, contribuye a dinamizar las actividades agrcolas talquinas y maulinas para su exportacin a esas costas del Pacfico. Esto estimul la incorporacin de nuevas tierras a cultivo, la construccin de instalaciones productivas y bodegas, la creacin de molinos en torno a Talca y en la ribera del Maule, el incentivo a la produccin del campesinado independiente (pequeos y medianos propietarios) y dependiente (inquilinos). El cambio fue notorio en la estructura agraria local, como en el desarrollo econmico talquino: En 1863, la regin bajo cultivo en Talca era alrededor de cuatro veces ms grande de lo que haba sido en 1850; un aumento de unas diez a cuarenta mil hectreas.11 Las regiones de California y Australia a los pocos aos desarrollan una economa triguera que les permiti autoabastecerse y, luego, competir

    11 Bauer, Arnold: Expansin econmica en una sociedad tradicional: Chile central en el siglo XIX, en Historia N9, Universidad Catlica de Chile, Santiago 1970, p. 151.

  • 23

    con el trigo chileno en el mercado mundial. Sin embargo, la demanda que viene desde el Atlntico, sobre todo desde Inglaterra, que por su desarrollo industrial estaba en condiciones de pagar buenos precios, alarg el ciclo cerealero chileno. Las regiones trigueras como Talca aprovecharon esta favorable coyuntura de altos precios del trigo con una baja en el costo del traslado de dichos productos, que entre los aos 1865-1875, gener la mejor dcada para la exportacin de trigo chileno12. El mercado de consumo interno en el Chile central no representaba una demanda importante para la produccin triguera y harinera de la zona maulina, pero las migraciones de trabajadores a las faenas mineras de Atacama y Coquimbo desde 1830, significaron la apertura de una demanda nacional que gradualmente se har ms importante, sobre todo cuando Chile se apropi de las regiones salitreras del Norte Grande. Hacia las dcadas de 1880-1900 la expansin agrcola con base en la exportacin de la produccin triguera a nivel nacional fue decayendo progresivamente. Uno de sus principales motivos fue la baja de la competitividad de la produccin nacional respecto de otras potencias alimentarias que van a ser gravitantes a nivel mundial, como EE.UU. o Argentina, pases que situados en el Atlntico vean facilitada la llegada a menor costo de sus productos a los mercados europeos, donde sus extensas e inexploradas pampas fueron volcadas a la produccin agroganadera con la ayuda de la numerosa poblacin de inmigrantes europeos de origen campesino. El trigo ya no era una moneda segura en el mercado internacional para las regiones centrales de Chile. Estas crisis agrcola de exportacin, con los vaivenes de la economa nacional, hace que a inicios del siglo XX se viva un ambiente de desazn y decadencia de la agricultura nacional, hecho aceptado por gran parte de la opinin pblica ligada a la agricultura13. No obstante, aunque es cierto que la economa agraria se ve afectada en los primeros aos del s. XX, esta crisis no afect tan drsticamente al mundo agrario talquino. La poblacin del Norte Grande en constante crecimiento por la produccin minera, emplazada en un gran desierto, debe comprar todos sus productos de origen agropecuario para consumo. El rea rural de Talca es una de las provincias que va a abastecer ese nuevo mercado de consumo interno a travs de Constitucin y otros puertos. De esta forma, la demanda del Norte Grande viene a complementar y sustituir los mercados externos

    12 Ibd., p. 214. 13 Ibd., p. 175.

  • 24

    (slo trigo y harina), diversificando su oferta al agregar nuevos productos (porotos, papas, vinos, charqui, cecinas, aj) En relacin a la produccin triguera, la provincia de Talca, gracias a esta nueva demanda, puede ostentar un crecimiento no explosivo, pero s sostenido en este periodo. El ncleo agrario que va desde Aconcagua a Colchagua, tradicional plaza triguera, es el que ms se ve afectado hacia estos aos. Por el contrario, la zona ms dinmica para el trigo, es la regin de la Araucana (Malleco), tierras incorporadas a la produccin intensiva luego de la expansin violenta del Estado nacional en territorio mapuche hacia inicios de 1880.

    Cuadro N 1

    Produccin de provincias trigueras, bienios seleccionados, en miles de quintales mtricos

    Provincias 1884-85 1904-05 1912-13

    Talca 265 336 407

    Aconcagua 187 104 102

    Malleco 320 466 1.207

    Fuente: Produccin de Trigo en Chile, aos seleccionados. Anexos Cuadro N 37, en Cariola, Carmen y Sunkel, Osvaldo: Historia econmica de Chile op. cit., p. 153. Junto a ello, el cierre del mercado internacional para el trigo chileno, que sin duda afect a la regin central chilena (por el flujo y cantidad de divisas), se vio compensada por una demanda diversificada de otros productos agrcolas, como papas, cebada, arvejas y vinos, rubros que aumentaron rpidamente14. Las poblaciones mineras del Norte Grande, en su gran porcentaje hombres, requeran de gran cantidad de protenas, como de caloras para los duros trabajos salitreros. La papa, los porotos y el vino fueron demandados en gran cantidad, por lo que la zona central, y el Maule, debieron adecuarse a esa nueva demanda para mantener el nivel de ingresos agrarios.

    14 Geisse, Guillermo: Economa y poltica de la concentracin urbana en Chile. Colegio de Mxico, Ciudad de Mxico 1983, p. 88. Hurtado, Carlos: Concentracin de poblacin y desarrollo econmico: el caso de Chile. Santiago 1966, p. 72.

  • 25

    Cuadro N 2

    Produccin agrcola de la Provincia de Talca, bienios seleccionados, en miles de quintales mtricos y hectolitros

    Productos 1884-85 1904-05 1912-13

    Cebada (qq. mm.) 13 37 27

    Maz (qq. mm.) 21 27 26

    Frijoles (qq. mm.) 21 43 47

    Papas (qq. mm.) 21 122 69

    Arvejas (qq. mm.) 2 11 3

    Vinos (hectolitros) 18.310 113.723 279.590 Fuente: Producciones diversas, aos seleccionados. Anexo B, en Cariola, Carmen y Sunkel, Osvaldo: Historia econmica de Chile op. cit, pp. 179-184. Es bien indicativo lo que pasa con el vino, ya que de 18.310 hectolitros que se producen en el bienio 1884-5, pasa a 113.723 en 1904-5, lo que vuelve a ms que doblarse ocho aos despus. Aqu el Departamento de Talca, pero sobre todo el de Lontu, son los que llevan el peso de esa produccin que posee un valor agregado y permite desarrollar las primeras incursiones industrializadas de ese rubro. Este proceso de desarrollo de la agricultura (y de la industria) va a ser demostrado orgullosa y ostentosamente en la Exposicin Agrcola e Industrial de Talca de 1905. En ese ao, los empresarios agrcolas, agroindustriales e industriales exhiben el desarrollo que han alcanzado en los diversos rubros de la produccin, sobre todo agrcola y de sus derivados, como de las potentes industrias. El Catlogo de la Exposicin da cuenta de la gran cantidad de rubros: animales, apicultura, semillas, abonos, vinicultura, vinificacin, vinos, chichas, licores, cerveza, gaseosas, maquinaria agrcola, broncera, cerrajera, fundicin, joyera, curtidura, zapatera, talabartera, carrocera, mueblera, carpintera, cermica, vidrios, conservas, alumbrado, tejidos, sastrera, imprenta, fotografa, litografa, entre otros productos y servicios que se dieron cita en Talca ese ao.

  • 26

    La potencia de la agricultura e industria talquinas impactaron de tal forma a los agricultores del pas que llevaron al Centro Industrial y Agrcola a tomar la decisin de celebrar en Talca, ese mismo ao de 1905, su 2 Congreso Industrial y Agrcola, (el primero se haba realizado en 1899). En la introduccin se deja claro el objeto de realizar este significativo evento en la ciudad: Quiso el Centro Industrial y

    Agrcola, al celebrar en Talca el segundo Congreso de agricultores, alentar las energas regionales brillantemente demostradas con la Exposicin de Talca15. Los hacendados talquinos, an cuando buena parte de ellos posea una cultura rural tradicional bien apegada a las costumbres y reticencia a los cambios, haba otro porcentaje importante y cada vez mayor que se abra a incorporar los avances tcnicos de la modernizacin agraria en la produccin de sus campos, hacindose parte de lo que se ha llamado los hacendados progresistas16. Las haciendas ms grandes y de mayor capitalizacin, mecanizaron parte de su proceso productivo instalando por ejemplo locomviles para la trilla lo que les permita combatir la relativa escasez de brazos que se daba cada cierto tiempo. Adems, Luis Williams, importante industrial talquino, era uno de los empresarios que surta de maquinarias a las haciendas locales, exponiendo desde antiguo sus modelos en la Exposicin Nacional de Agricultura de 186917. En 1885 se cre la Escuela Prctica Regional de Agricultura de Talca, a la manera de la Quinta Normal de Agricultura de Santiago, donde se trabajaba y estudiaba arboricultura y horticultura, la que se cerr a los pocos aos. Sin embargo, la necesidad de contar con obreros calificados para las faenas del campo como de un cuerpo tcnico que administre los procesos cada vez ms complejos de la produccin agraria, tom un positivo impulso luego de la Exposicin y el Congreso de Talca de 1905, fruto que se concret al ao siguiente. As, en 1906, se inaugur la nueva Escuela Prctica de Agricultura de Talca, con el objeto de suministrar

    15 Centro Industrial y Agrcola: II Congreso Industrial y Agrcola, celebrado en Talca en noviembre 1905, Santiago 1906, p. V. 16 Robles, Claudio: Hacendados Progresistas y Modernizacin Agraria en Chile Central (1850-1880). U. de Los Lagos, Osorno 2007. 17 Ibd., p. 80.

    Anuncio de Segadoras, Diario La Actualidad, Talca 1910.

  • 27

    mayordomos o especialistas inteligentes, morales i honrados, capaces de mejorar los cultivos i administracin de los ricos fundos rsticos que encierra (Talca)18. El acto de inauguracin, como rito fundacional, da cuenta de la fe en los progresos que har la agricultura a partir de la formacin y estudios de la Escuela. El Director Carlos Echeverra, citando las conclusiones del Congreso de 1905, pretende consolidar la modernidad agrcola donde las Escuela Prcticas de Agricultura cumplen un rol de vanguardia para prosperar i cumplir su misin de progreso rural, necesita del oportuno i eficaz apoyo de los Poderes de la Nacin i de la opinin Pblica, i en particular de los agricultores, para luchar con xito contra las rmoras que en Chile entraban i dificultaban su marcha; i su objetivo debe ser: dar con fruto la enseanza prctica del arte agrcola en todas sus ramificaciones, i comunicar a los alumnos, i en general a los agricultores de toda la comarca, ese espritu rural que tanto distingue a los pueblos anglo-sajones, i que es el alma de todo su progreso agrario.19. El mensaje es claro, ninguna rmora debe obstaculizar el progreso en el mbito rural, donde la tcnica moderna deber controlar racionalmente la naturaleza y la organizacin del trabajo. Creca as la importacin de maquinarias donde, a nivel local, la firma Smits y Assler era una de las concesionarias ms prestigiosas de herramientas y maquinas de Europa y EE.UU. El influjo modernizante de la Escuela de Agricultura, como de un entorno receptivo a los progresos tcnico-mecnicos en el agro, promueve la innovacin en las herramientas de produccin. As, en 1910 se anunci con progresista orgullo la aparicin de un invento talquino, el Sembrador Morales, cuyo inventor fue Bernardino 2 Morales. Esta era una maquina de sembrado automtico que se montaba sobre los arados, arrojando un

    18 Discurso del Intendente de Talca en la Inauguracin de la Escuela, en Memoria de la Escuela Prctica de Agricultura de Talca, Santiago 1907, p. 23. 19 Ibd., p. 27. Destacado en el original.

    Frontis Escuela Prctica de Agricultura, Talca 1906. Memoria de la Escuela Prctica de Agricultura op. cit.

  • 28

    nmero estipulado de semillas constantemente, en un sistema de compartimientos, casilleros y discos de maderas, que segn se moviera el arado dejaba caer regularmente la misma cantidad de semillas cada metro y medio de distancia en los surcos hechos en la tierra20. El afn de ingresar en las nuevas esferas de dominio de la modernizacin, en este caso agrcola, con fe positivista basada en el modelo nor-atlntico de desarrollo capitalista, era un espritu que imbua a un porcentaje cada vez ms mayoritario de la elite rural, quienes, aunque mantienen un frreo control social seorial de antigua data con sus trabajadores, incorporaban sin grandes problemas los avances tcnicos que le significan -en ltima instancia- mayor nivel de ingreso. Las contradicciones en este actuar no son percibidos como tales por sus protagonistas, quienes se ocupan en mantener su sistema de poder y prestigio, pero despiertan cada vez ms detractores en los intelectuales crticos de los grupos medios urbanos, como Tancredo Pinochet Le-Brun que en su clsico trabajo Inquilinos en la Hacienda de su Excelencia, de 1916, fustiga al propio Presidente por el estado en que se encuentran sus trabajadores en una hacienda de la Provincia de Talca21. Con todo, gracias a la incorporacin de arados mecnicos, sembrados automticos, abonos, bodegajes acondicionados, procesamiento agroindustrial, especialistas debidamente formados, la produccin agraria talquina se mantuvo como la base fundamental de la riqueza de la elite urbana. La banca y el comercio talquinos El desarrollo econmico que vive Talca desde la segunda mitad del siglo XIX, permite una acumulacin de riquezas importante, como la complejizacin permanente de los circuitos comerciales, los sistemas productivos y la actividad econmica en general. El flujo financiero por parte de cajas de crdito y de bancos nacionales con presencia local data desde al menos 1870. Desde esos aos se tienen noticias de la existencia de bancos nacionales como el Valparaso, el Nacional y el Garantizador de Valores, adems de la Caja de Crdito Hipotecario. Estas instituciones permitieron un flujo de capitales para que

    20 Diario La Actualidad, Talca 17-II-1910. 21 Pinochet Le-Brun, Tancredo: Inquilinos en la Hacienda de su Excelencia (Santiago 1916), reeditado en ICIRA: Antologa Chilena de la Tierra, Santiago 1973.

  • 29

    fueran invertidos en la produccin agrcola, en el comercio y en los incipientes emprendimientos agroindustriales e industriales talquinos. Antes de la constitucin del Banco de Talca, los principales grupos econmicos locales pugnaban por hacerse de mayores cantidades crditos y en las mejores condiciones de los bancos presentes en la Provincia. El Banco de Talca tiene su ao de creacin en 1885, en base a la acumulacin de capitales de origen agrcola y motivados, segn se comentaba en la poca, por la negativa a conceder crditos a personas respetables y conocidas de Talca, entre las que se contaban algunos organizadores de la institucin, por el Banco de Valparaso22. El nivel de utilidades que se haba creado en torno al cultivo del trigo y la venta de harina permitieron que la aristocracia local creara una institucin crediticia para la inversin agrcola, agroindustrial, industrial, comercial y urbana. El Banco de Talca hacia fines del siglo XIX, por su reciente fundacin no era la institucin que hegemonizaba el crdito en el Departamento, siendo superado a nivel local por el Banco de Valparaso23. Sin embargo, a los pocos aos, siendo uno de sus principales activos el conocimiento exacto de la situacin econmica de cada cliente24, el Banco de Talca se va a convertir en una de las instituciones financieras ms importantes del centro-sur de Chile a inicios del siglo XX, concentrando un gran capital.

    Cuadro N 3 Capital de Bancos en Chile, muestra para aos 1885, 1894 y 1905

    Capital en 1885 Capital en 1894 Capital en 1905

    Banco de Talca

    275.000 1.750.000 9.318.376

    Banco de Concepcin 400.000 400.000 7.254.891 Banco de Curic 100.000 450.000 1.722.936

    Banco de A. Edwards y Cia.

    1.500.000 3.000.000 23.075.345

    Banco de Chile --- 14.550.000 207.001.997 Fuente: Red Bancaria en 1884, 1894 y 1905. Anexos Cuadro N 5, en Cariola, Carmen y Sunkel, Osvaldo: Historia econmica de Chile op. cit, p. 122.

    22 Banco de Talca: Recuerdos del Banco de Talca, al cumplir 50 aos de servicios al pblico. Santiago 1935, s/n. 23 Bauer, Arnold: Expansin econmica op. cit., p. 197. 24 Banco de Talca: Recuerdos del Banco de Talca op. cit.

  • 30

    En el cuadro anterior se observa el crecimiento del capital del Banco de Talca, superando considerablemente al Banco de Concepcin, aunque est muy por debajo de los bancos de rango medio como el Edwards25. Con todo, el banco talquino se constitua en una institucin financiera solvente a nivel provincial, y junto a otros bancos nacionales con presencia local, hizo posible tener una fuente de capitales para concretar proyectos en el rea de la produccin agrcola, la industria, el comercio y el desarrollo inmobiliario. Talca como centro-urbano regional del rea maulina concentraba una dinmica comercial de gran intensidad. Su posicin como tercera ciudad del pas en 1865, y su equidistancia entre Santiago y Concepcin, permiti que desde temprano se convirtiera en el ncleo de recepcin y venta de mercaderas, equipamientos, maquinarias y herramientas de produccin nacional e internacional que abastecan a Talca y a las ciudades y localidades rurales de su zona de influencia (como sigue siendo hoy). Lo anterior cobra mayor fuerza con la llegada del ferrocarril en 1875, donde la entrada y salida de mercaderas y herramientas se hizo constante, rpida y segura. Esto potenci la constitucin de la Calle del Comercio (la actual Calle 1 Sur hasta la 11 Oriente, que comunica la Plaza de Armas con la Estacin de Ferrocarriles) como uno de los ejes ms significativos de las transacciones comerciales, y el espacio de las vidrieras ms miradas de la ciudad. Las patentes comerciales en el Departamento de Talca pasan de 32 en 1880 a 161 diez aos despus, aumentando el valor total de 1.881 pesos a 4.013 pesos respectivamente, datos que no consideran la gran cantidad de establecimientos informales26. Por su parte, el nmero de dependientes y empresarios del comercio tuvo en estos aos un aumento significativo, ya que los Censos expresan un aumento total de 712 comerciantes en 1885 a 2.064 en 1907, lo que ampli los grupos medios urbanos ligados al rea de los servicios27.

    25 El Banco de Chile es el ms grande de las instituciones bancarias nacionales de inicios del siglo XX y constituye una excepcin, ya que el Banco Nacional que ocupa el segundo lugar- posee un capital de casi 38 millones. 26 Henrquez, Vernica et al: La clase media asalariada de la ciudad de Talca: 1870-1925. Tesis para optar al Ttulo de Profesor de Historia y Geografa, U. de Talca. Talca 1987, p. 46. 27 Ibid, p. 47.

  • 31

    Hacia 1910 la urbe maulina posea un dinmico intercambio comercial en distintas escalas, nmeros y distancias: Talca, capital de la provincia, es un emporio comercial notabilsimo por su actividad y la cuanta de las transacciones que diariamente se efectan en ella contamos actualmente con casas de respetables firmas que han establecido Sucursales en esta provincia, hacindose por lo tanto operaciones comerciales de primera mano28. En la ciudad del Piduco las familias campesinas se abastecan al por mayor de abarrotes y vendan sus productos artesanales o de chacra; los comerciantes menores compraban las mercaderas para vender en sus localidades; los agricultores se hacan de maquinarias y abonos para sus faenas; la elite se vesta con sombreros, trajes, sacos, pauelos y cuanta cosa hicieran franceses e ingleses; los industriales hacan encargos especficos en las Casas de consignacin internacionales; se traan las ltimas obras cientficas y enciclopdicas del primer mundo; al mismo tiempo que los habitantes locales transaban los productos en el comercio al detalle para su vida cotidiana. Talca abra la posibilidad, a las ciudades y espacios rurales de sus provincias aledaas y a sus propios habitantes, de conectarse con la red comercial local-nacional y el sistema capitalista mundial en expansin. Las industrias locales a inicios del siglo XX Hacia 1910 la industria talquina presentaba un panorama auspicioso y alentador. Aunque no constitua propiamente un proceso de industrializacin robusto y pesado (como el que se inicia en la dcada de 1930), la industria chilena de inicios del siglo XX demuestra un fuerte dinamismo, incrementos constantes y sostenidos, sobre todo despus de la incorporacin de las riquezas salitreras a la economa y al fisco nacional. Este contexto de desarrollo industrial viene asentando desde fines del siglo XIX e inicios del s. XX, donde gracias a la consolidacin de las

    28 Guzmn, Rubn: Gua local y comercial de Talca. Talca 1912, p. 4-9.

    Hotel Talca, Talca 1902 Frigerio, J. Gua Local y Jeneral op. cit.

  • 32

    riquezas agrarias, la factibilidad de crditos, la disponibilidad de mano de obra a bajo precio, la demanda nueva urbana del centro y Norte Grande y cierto apoyo gubernamental, hicieron posible que las acciones fabriles en Talca se multiplicaran. Con el desarrollo de la industria salitrera y la accin del Estado, se configur un contexto favorable para la proliferacin de emprendimientos industriales no slo en Santiago, sino en todas las granes ciudades chilenas, que aunque no convergieron en la creacin de una economa propiamente industrial, permitieron elaborar productos, generar riquezas y ocupar mano de obra urbana. En el perodo 1895-1910, hay una relativa tendencia al alza, la que baja en el periodo 1910-1918, fruto de la acentuacin de la relacin asimtrica entre las economas dominadas del tercer mundo y las dominantes del mundo industrial anglosajn29. En relacin al desarrollo industrial, hacia el Centenario convergieron varios factores facilitadores: se haba implementado un sistema de transporte ferrocarrilero y vial estable y extendido, se dispona de una creciente mano de obra en las ciudades (va migracin rural) y se consolidaba progresivamente un mercado interno en el Norte Grande y en las grandes ciudades30.

    Talca desde antiguo posea una gran cantidad de manufacturas de carcter artesanal que provean a la ciudad y las localidades cercanas de jabn, calzado, velas, escobas, vestuario, entre otra serie de productos de uso cotidiano, complementado a su vez por la agroindustria molinera y vitivincola que tenan gran presencia local. Los grandes molinos harineros

    29 Carmagnani, Marcelo: Desarrollo Industrial y Subdesarrollo Econmico. El Caso Chileno (1860-1920), (Torino 1971) Santiago 1998, p. 166. 30 Cariola, Carmen y Sunkel, Osvaldo: Historia econmica de Chile, 1830-1930 op. cit.

    Algunas industrias en Calle 3 Norte, entre 4 y 7 Oriente. Detalle de Mapa Pictogrfico de Talca de 1904. Museo OHigginiano y Bellas Artes de Talca.

  • 33

    talquinos destacaban en el contexto nacional tanto por la cantidad de trigo molido como por la calidad tcnica de su maquinaria31. Pero, hacia fines del s. XIX e inicios del s. XX, momento en el cual se haca ms favorable el desarrollo de industrias de mayor envergadura y produccin, un grupo de empresarios talquinos (inmigrantes y nacionales) aprovecharon este contexto para desarrollar variados productos a ser colocados en el mercado regional y nacional. Hacia los primeros aos de 1900 las industrias talquinas tenan presencia en el espacio urbano con sus humeantes chimeneas, en los niveles de ocupacin de mano de obra asalariada, en la riqueza de sus dueos y en el imaginario cultural moderno. Estas industrias a inicios del siglo XX se contaban en gran nmero, destacndose la Empresa de Construccin Industrial de Catres, CIC, la Compaa Elctrica local, las fbricas de calzado, cigarrillos, fideos32, como tambin: la fbrica de tejidos de don Jos Luis Lois, la de papel de don Rmulo Avaria y C, la de fsforos de los seores Oehninger, Avaria y C, la de cerveza y hielo de don Otto Schleyer y C, la de cambuchos de don Jerman Helling, las de galletas y confites de los seores Guillermo Mc Jay y Pablo Grossetete, las de destilaciones de los seores Jenkins y C y Ruperto Echeverria, la de ladrillos de composicin de los seores Miguel Anjel Solar Hno33, entre otra gran cantidad de emprendimientos industriales y artesanales. Un caso interesante en esta proliferacin de industrias es la de la fbrica de fsforos. Este rubro tuvo apoyo de ciertas ordenaciones econmicas que facilitaban la adquisicin de materias primas, como cuando se liberaron los componentes de los fsforos, permitiendo que se creara esta empresa en 1901, con asesora sueca y un carcter semimonoplico34. La Empresa de Fsforos estaba ubicada en la calle 3 norte, esquina 4 oriente (a la izquierda en la imagen anterior), ocupando media manzana. La sociedad estaba formada por Gustavo A. Oehninger, Rmulo Avaris, Miguel A. Fernndez L., Bruno Mohr y Juan E. Oehninger, con un capital inicial de cien mil pesos, invertidos mayoritariamente en maquinarias35.

    31 Ortega, Luis: Acerca de los orgenes de la industrializacin chilena, 1860-1879, en Nueva Historia, Londres 1981, p. 16. 32 Opazo, Gustavo: Historia de Talca. 1742-1942. I. Municipalidad de Talca. Santiago 1942, p. 347-348. 33 Diario La Actualidad, Talca 01-I-1902. 34 Vial, Gonzalo: Historia de Chile (1891-1973). Tomo II, La Sociedad Chilena en el cambio de siglo, 1891-1920. Santiago 1981 (2 ed.), p. 484. 35 Diario La Actualidad, Talca 12-I-1902.

  • 34

    La fbrica de fsforos demuestra el nuevo contexto de demanda de productos manufacturados por la poblacin chilena, sobre todo urbana. La riqueza salitrera que incrementaba el erario public que provea de recursos para obras de infraestructura vial-ferrocarrilera; el nuevo fisco

    enriquecido haca fluir dinero al patriciado urbano, los bancos y los nuevos grupos medios vinculados al Estado y el comercio; el crecimiento de las ciudades por la migracin del campo a la urbe; entre otros factores, hizo posible el crecimiento de las fbricas de fsforos, como de otras industrias de bienes de consumo primario. Los fsforos son vitales en la nueva vida urbana, como tambin los catres, la industria alimenticia envasada, el vestuario, etc. lo que hizo que los industriales talquinos, ahora conectados va ferrocarril con todo el pas, capitalizaran estas oportunidades. El Censo de 1907 reconoce esta nueva condicin industrial de la ciudad: Talca es uno de los centros manufactureros ms prsperos del pas.36 Para el ao 1910, contamos con detallada informacin entregada en la Estadstica Industrial donde se analiza la actividad fabril por ramas y componente a nivel nacional y provincia37. No es el objetivo de este trabajo realizar un anlisis de la evolucin industrial talquina (tarea an no realizada), sino nicamente buscamos presentar los datos para el ao de 1910 de forma de contextualizar y dimensionar el desarrollo econmico de la provincia y la ciudad38. Como marco nacional, segn la Estadstica Industrial, Chile posea en ese ao 5.270 establecimientos industriales, con un capital invertido de 426.296.253 pesos. Dichos establecimientos contaban con materias primas nacionales por un valor de 192.978.931 pesos; y de 100.288.450 de pesos invertidos en materias primas de origen extranjero. La produccin anual nacional fue valorada en 531.493.917 pesos. Por su parte, la masa laboral

    36 Descripcin General de la Provincia de Talca. Censo de la Repblica de Chile, 1907, p. 620. 37 Ministerio de Industria y Obras Pblicas / Sociedad de Fomento Fabril: Estadstica Industrial de la Repblica de Chile correspondiente al ao 1910. Santiago 1911. Todos los datos presentados son extrados de ah. 38 Para profundizar sobre la historia industrial a nivel nacional del perodo vase el excelente estudio de Marcelo Carmagnani: Desarrollo Industrial y Subdesarrollo Econmico op. cit.

    Anuncio Fbrica de Catres 1912. Guzmn, R. Gua Local y Comercial op. cit.

  • 35

    chilena la conformaban 71.060 trabajadores, de los cuales eran 49.031 hombres, 16.480 mujeres y 5.549 nios. La Provincia de Talca posea 122 establecimientos, el 2,31% del total nacional, posicionndose en el 16 lugar en cantidad de industrias (24 provincias en total). Sin embargo, se encontraba en el 5 lugar nacional en el valor de su produccin anual con un total de 18.250.300 pesos (3,43% del total nacional), lo que habla de una gran capacidad de generacin de riqueza y productividad de la industria talquina. De hecho, el promedio de produccin por establecimiento en Talca alcanza de 149.592 pesos, muy por sobre la media nacional de 100.852 pesos. Lo anterior es consustancial con el 6 lugar nacional que ocupa la provincia en inversin en maquinaria, la que ascenda a 2.731.307 pesos. En la cantidad de maquinaria por nmero de establecimientos industriales, el valor de la provincia de Talca est sobre el promedio nacional con 22.387 pesos frente a los 17.572 pesos del pas. Las industrias talquinas ocupaban el 7 lugar nacional respecto de su capital invertido con un total de 13.328.763 de pesos (3,1% del total pas). Realizando un promedio del capital por establecimiento, la Provincia de Talca nuevamente aparece sobre el promedio pas, con 109.252 pesos, sobre los 80,891 pesos del nivel medio nacional. En relacin a las materias primas, la provincia de Talca contaba con una posicin acorde a su tamao urbano. Respecto de las materias primas de origen nacional, la provincia se encontraba en el 4 lugar con 9.413.593 pesos. A su vez tena el 6 lugar nacional en materias primas de origen extranjero con un valor de 2.123.510 pesos. Respecto del nmero de obreros industriales, la Provincia de Talca ocupa el 6 lugar nacional con 2.069 personas: 1.403 hombres, 466 mujeres, 200 nios, representando el 2,9% del total nacional. Respecto de la estructura porcentual de los trabajadores de la Provincia, los hombres representaban el 67,8%; las mujeres el 22,5, y los nios el 9,66%. Es un porcentaje de poblacin importante, ya que si pensamos que la gran mayora de las industrias de la provincia se encontraban en la ciudad de Talca, los trabajadores industriales debieron representar cerca del 5% de la poblacin urbana total. La productividad media por obrero (produccin anual dividida por nmero de trabajadores) a nivel nacional alcanz a los 7.479 pesos, muy por debajo de la productividad talquina de 8.820 pesos. Esto indica un nivel de tecnificacin y de volumen de produccin mayor a la media

  • 36

    nacional, lo que posicionaba a la industria talquina como una de las ms modernas del pas. Talca ocupaba el 7 lugar respecto del volumen global de salario industrial pagado en 1910, con un total de 1.768.496 pesos. Sin embargo, el promedio talquino de ese nmero por trabajador (854 pesos) era inferior a la media nacional (978 pesos), es decir, a nivel promedio los industriales de la provincia pagaban 12,7% menos que el nivel medio pas. Teniendo en consideracin que el valor de produccin media talquina era mayor a la nacional, se observa una muy baja redistribucin de la riqueza industrial provincial va salario. Otro promedio negativo de Talca dice relacin con el nmero de nios ocupados en faenas fabriles, ya que en ese indicador la tasa nacional era de 1,05 nios por establecimiento industrial, la que suba a 1,63 en la provincia, representando casi el 10% de la fuerza de trabajo industrial. Las industrias locales que ms utilizaban mano de obra infantil eran las de fsforos con 60 nios y la de galletas con 28. A continuacin presentamos la informacin por rubro de la industria y artesanado talquino, y sus respectivos porcentajes en el total de la provincia. El rubro alcohol y bebidas, contempla las fbricas de cervezas (1) y gaseosas (3). Alimentos y sus preparaciones la constituan molinos (5), panaderas (11), fideos (1), galletas (2) y confiteras (1). En el rubro Alumbrado y combustibles estn censadas las Cias. de alumbrado (1) y Gas (1). Vestuario, dice relacin con sastreras (9) y fbrica de alpargatas (1). Maderas y sus manufacturas rene a los establecimientos de elaboracin de maderas (2), carpinteras (4), toneleras (3) y fbrica de cajones (1). El rubro de materiales de construccin contiene a la fbrica de baldosas (1) y marmolera (1). Por su parte, Metales y sus manufacturas dice relacin con las fundiciones (4), fbrica de catres (1), fbrica de envases de lata (1), herreras (5) y hojalateras (7). Muebles, como lo indica su nombre, son las muebleras (5). Papeles y manufacturas, es el rubro vinculado a las imprentas (5) y la fbrica de papel (1). Cueros y manufactura contempla las curtiduras (4), las fbricas de calzado (2), las zapateras (12) y las talabarteras (6). Fsforos y jabn rotulaba a la industria qumico-farmacetica, la primera con tres fbricas y la segunda con dos. El ramo de Tabaco y manufacturas representa a las fbricas de elaboracin de tabacos (2) y a las cigarreras (4). El rubro Vehculos y materiales, hace referencia a las fbricas de carroceras (4) y las de carretas

  • 37

    (2). Por ltimo, en el acpite Otras estn enmarcadas las nicas dos casas de fotografa de Talca.

    Cuadro N 4 Informacin industrial, nmero de fbricas, capital y trabajadores de la

    Provincia de Talca, 1910

    Fuente: Elaboracin propia en base a datos de la Estadstica Industrial de 1910, ya citada.

    La industria talquina ms importante por su capital, produccin y tecnologa era sin duda la molinera. Cinco molinos posean un capital de

    N % Capital

    $ %

    N Trab.

    %

    Alcoholes, bebidas

    4 3,2 928.900 6,9 151 7,2

    Alimentos y preparacin

    20 16,3 5.939.120 44,5 312 15

    Alumbrado y combustible

    2 1,6 800.364 6,0 31 1,49

    Vestuario 10 8,1 197.540 1,4 138 6,6

    Maderas y manufacturas

    10 8,1 435.500 3,2 101 4,88

    Materiales de construccin

    2 1,6 46.000 0,3 16 0,77

    Metales y manufacturas

    20 16,3 1.080.574 8,1 191 9,2

    Muebles 5 4 196.500 1,4 76 3,67

    Papeles y manufacturas

    6 4,9 303.500 2,27 86 4,1

    Cueros y manufacturas

    24 19,6 1.338.977 10 448 21,6

    Fsforos y jabn (Qum.)

    5 4 1.743.254 13 386 18,6

    Tabaco y manufacturas

    6 4,9 237.200 1,77 82 3,96

    Vehculos y materiales

    6 4,9 63.900 0,47 47 2,27

    Otras (Fotografa)

    2 1,6 17.434 0,1 4 0,19

    Total Provincial

    122

    99,9

    13.328.573

    99,9

    2.069

    99,9

  • 38

    4.771.643 pesos, representando el 35,7% del capital industrial de la provincia. Respecto de la valorizacin de su produccin, los molinos alcanzaban los 8.292.000 pesos anuales, representando el 45,4% del valor anual del total de la produccin industrial provincial; posean materia primas nacionales por un valor de 5.921.794 pesos ascendiente al 62,9% del total provincial; y tena slo 113 trabajadores representando el 5,4 % de la ocupacin industrial provincial, a los que se les pagaba en promedio 1.055 pesos al ao. Es decir, era una industria sumamente tecnificada y moderna, que desde mediados del siglo XIX ha acumulado una tradicin local en innovacin, rgimen de trabajo e insercin en las redes nacionales e internacionales de comercio. Las firmas molineras ms importantes hacia estos aos eran las de Emilio Williams, Jenkins & Sproat, y Echeverra Hermanos, todas de la ciudad de Talca. Otra de las industrias que por produccin anual en pesos segua a la de los molinos era la de los fsforos. Eran tres fbricas que producan un total de 1.340.535 pesos (el 7,3% de la produccin provincial), su capital invertido era de 1.695.254 pesos (el 12,7% de la produccin provincial). Al mismo tiempo, era la rama industrial que ms mano de obra utilizaba, con 380 trabajadores (18,3% provincial), de los cuales 100 eran hombres, 220 eran mujeres y 60 eran nios. Esta industria tena una alta sofisticacin tcnica y las cajas de fsforos eran vendidas a lo largo del pas en forma rpida gracias al ferrocarril. Sin embargo, estas fbricas era de las ramas que de pagos ms bajos, con un salario promedio de 568 pesos, muy por debajo de la media nacional y provincial, lo que est en correlacin con la gran cantidad de mujeres y nios que laboraban ah, puesto que se les pagaba menos que a los hombres adultos. La tercera industria, siempre segn la cuanta de su produccin en la clasificacin de la Estadstica, era la de las panaderas. Las 11 panificadoras producan un total de 1.066.020 pesos anuales, aunque con un capital invertido menor a las dos industrias anteriores, el que ascenda en este caso a 417.200 pesos. El activo ms importante de las panaderas eran sus trabajadores, lo que da cuenta del nivel de salario, el de mayor promedio de la provincia: 1.600 pesos al ao. Aunque a ello hay que agregar tambin la capacidad reivindicativa y la fuerza gremial de los trabajadores del pan, protagonistas de las revueltas y huelgas de 1888 por aumento salarial en Talca39.

    39 Grez, Sergio: De la regeneracin del pueblo a la huelga general. Gnesis y evolucin histrica del movimiento popular en Chile (1810-1890). Santiago 1997, p. 580-581.

  • 39

    Cuadro N 5 Informacin industrial, valores materias primas y produccin anual de la

    Provincia de Talca, 1910

    Fuente: Elaboracin propia en base a datos de la Estadstica Industrial de 1910, ya citada.

    Hacia 1910 la industria talquina presentaba un auspicioso panorama, con una potente y moderna maquinaria y gran cantidad de capital invertido, lo que gener una alta productividad sobre el promedio del pas, con productos presentes a lo largo del mercado nacional. En todo caso, es necesario indicar que Talca no era Manchester, no era un polo industrial desarrollado que produca maquinarias o bienes de consumo durable en gran escala. Su gran capacidad industrial estaba asentada en la produccin primaria de bienes de consumo, donde el rubro alimentos

    Materias primas $

    % Produccin

    anual $ %

    Alcoholes, bebidas

    207.796 1,8 608.560 3,3

    Alimentos y preparacin

    7.571.606 65,6 10.359.584 56,7

    Alumbrado y combustible

    100.000 0,8 298.798 1,6

    Vestuario 264.200 2,2 498.100 2,7 Maderas y

    manufacturas 271.800 2,3 596.600 3,26

    Materiales de construccin

    55.000 0,47 149.000 0,8

    Metales y manufacturas

    526.100 4,5 1.019.300 5,58

    Muebles 144.900 1,2 312.400 1,7 Papeles y

    manufacturas 133.340 1,1 308.126 0,1

    Cueros y manufacturas

    1.264.599 10,9 1.963.797 10,7

    Fsforos y jabn (Qum.)

    636.672 5,5 1.495.535 8,19

    Tabaco y manufacturas

    306.390 2,6 466.000 2,5

    Vehculos y materiales

    48.600 0,4 139.500 0,76

    Otras (Fotografa)

    6.100 0,05 35.000 0,19

    Total Provincial

    11.537.103

    99,9

    18.250.300

    99,9

  • 40

    representaba la mayor parte de la industria local, dando cuenta de la situacin estructural de la economa chilena, dependiente y subordinada en la periferia geo-econmica del sistema capitalista en expansin. Con todo, hacia 1910 Talca era una ciudad que basaba su riqueza en la agricultura, pero que gracias a su crecimiento urbano-demogrfico, la conexin ferrocarrilera y a las condiciones favorables para la actividad fabril, pudo constituir un ncleo industrial significativo y visible que tuvo un impacto concreto en la ciudad y su poblacin. Un testigo de la poca comentaba: Est reconocido por propios y estraos que Talca es una ciudad eminentemente fabril. Sus hijos han hecho del trabajo un culto y la prueba la tenemos en sus numerosas fbricas, en sus florecientes industrias40. Esto tambin tena sus reconocimientos, como el de la Empresa de Catres de Smits y Assler, que en la Exposicin del Centenario recibe el Primer Premio por la calidad de sus trabajos, como se observa en la imagen. La feracidad de los suelos del Maule, su riego constante y la mano de obra a bajo costo, hizo posible un desarrollo sostenido de la agricultura; la banca provincial y el comercio posicionaron a Talca como un ncleo de transacciones crecientes; las dinmicas actividades industriales potenciaron el desarrollo de la riqueza urbana; todo ello agregado a un crecimiento sostenido de la poblacin urbana para sectores populares y obreros, la ampliacin de la plata fsica de la ciudad, entre otros factores fueron, desde las primeras dcadas del siglo XIX, convirtiendo a Talca en el gran centro urbano-regional del Maule, el mayor ncleo urbano entre Santiago y Concepcin. II. 2) Territorio y ciudad, la Talca del Centenario. Talca como centro urbano-regional en 1910. Talca est situada en los 35-26 s y 71 40w, a una altura de 100 metros sobre el nivel del mar, aledaa al Ro Claro tributario del Ro Maule, en el Valle Longitudinal de Chile. Como toda ciudad inserta en un sistema urbano, Talca posee una posicin particular en el territorio, jerarqua que es consecuencia de las relaciones dinmicas de su ubicacin tanto respecto del acceso a vas

    40 Guzmn, Rubn: Gua local y comercial de Talca op. cit, p. 4.

  • 41

    estructurantes a nivel de los diversos flujos internacionales, de los intercambios intranacionales y de los de la regin geogrficamente inmediata; como de su posibilidad de articular recursos (mercaderas, ideas, fuerza de trabajo) de manera hegemnica en su control y distribucin, fundamentadas materialmente en su tamao geo-demogrfico mayor respecto de las ciudades y territorios inmediatos. El hecho de que Talca fuera fundada en una posicin intermedia en la va territorial que conecta a Santiago y Concepcin, le permiti ser depositaria y productora de los recursos que componen esos flujos, como de abastecer y proveer de bienes y servicios a las personas que transitaban por esa va (comerciantes, transportistas, arrieros), nucleando en torno de su espacio urbano la regin econmica inmediata. Su ubicacin, 235 kilmetros al sur de Santiago y 260 de Concepcin, posicion a Talca como uno de los pasos obligados en este trayecto. La oferta de servicios urbanos, no de la magnitud de Santiago pero al menos de manera confortable y suficiente para una ciudad provinciana, haca adecuado y atractivo el descanso en la ciudad talquina, en lugar de las posadas rurales o de aldeas menores.

    Esta situacin de carcter macro-territorial, se liga estructuralmente a la posicin privilegiada que posee Talca respecto del

    Detalle Provincia de Talca, 1897, F. A. Fuentes.

  • 42

    territorio geogrfico inmediato que es su regin. El gran valle que generan los tributarios del ro Maule, como la conformacin del relieve de esta zona, deja en el centro geogrfico de la regin a Talca, convergiendo en ella la mayor parte de los flujos provinciales, sobre todo luego de la habilitacin de la navegacin fluvial a Constitucin. Por ello, desde el siglo XVII (en 1655 y 1692) se realizaron esfuerzos de vecinos y autoridades por fundar una ciudad en el centro de este gran Valle. As, una vez fundada definitivamente Talca en 1742, se convirti en la capital del antiguo Corregimiento del Maule41. El hecho de que Talca estuviera localizada en el centro de una regin agrcola de envergadura, y desde 1828 haya podido coordinar y controlar un sistema fluvial con un puerto de salida 80 kilmetros a su poniente (Constitucin), contribuy a la acumulacin de riqueza en base al control de un porcentaje no menor del excedente que poda extraer de la economa agrcola volcada a la exportacin. La base urbana de dominio poltico y control social que era Talca, se afianz a travs de su hegemona sobre el espacio rural, a travs de marginar un excedente de capital que se va a reinvertir urbana, agroindustrial y comercialmente, como en otras ciudades latinoamericanas42. La ciudad crece sostenidamente en el periodo 1750-1850 y desde la segunda mitad del siglo XIX este proceso se aceler ostensiblemente, extendiendo su planta y estructura fsica, acrecentando su importancia en el sistema urbano nacional. A nivel chileno, este crecimiento es parte de un sostenido proceso de urbanizacin acelerada, comparado con otros pases latinoamericanos. Este crecimiento de poblacin urbana no se concentr en Santiago, que en 1907 representa slo el 10% de la poblacin nacional, ya que las capitales de provincia haban articulado un desarrollo econmico-comercial de consideracin, potenciando el crecimiento de su poblacin y de una franja econmica artesanal e industrial dinmica (situacin que cambiar desde 1930 con un nuevo y ms robusto esquema de industrializacin centralizado en la capital)43. Estas condiciones colocaron a Talca dentro de las urbes chilenas de mayor poblacin, siendo la tercera ciudad nacional en 1865, dndole una

    41 Ver Morales, Alejandro; Snchez, Ral y Olmedo, Gonzalo: La Villa San Agustn de Talca. Origen y desarrollo: entre la intencin y la realidad (siglos XVI al XVIII). U. Autnoma y Museo OHigginiano y de Bellas Artes de Talca, Talca 2011. 42 Singer, Paul: Campo y ciudad en el contexto histrico latinoamericano, en Revista EURE, PUC N 10. Santiago 1974, p. 15. 43 Geisse, Guillermo: Originales y evolucin del sistema urbano nacional, en Revista EURE Vol. XIII, N 14, PUC. Santiago 1977, p. 46.

  • 43

    importancia y una jerarqua que se traduca en su identidad y en su proyeccin poltica y econmica. En 1895 haba pasado a ser la cuarta ciudad del pas, y en 1907 bajaba al sexto lugar. Talca segua creciendo a tasas por sobre el promedio nacional, por lo tanto, ms que perder fuerza lo que sucedi fue que ciudades como Chilln e Iquique adquieren una mayor aceleracin en la atraccin y absorcin de poblacin incrementando su urbanizacin, tanto por la actividad salitrera de la ciudad puerto nortina, como el desarrollo agropecuario y urbano de la ciudad chillaneja bajo la rbita del eje Concepcin-Talcahuano, ya consolidado. La ausencia de un mayor plus de atraccin urbana en la ciudad, podra explicarse por no haber podido consolidar un dominio exclusivo sobre el rea econmica tributaria aledaa, porque a mediados del siglo XIX el Estado nacional con su frreo centralismo- opt por potenciar el eje longitudinal norte-sur, a travs del ferrocarril (privilegiando a Santiago como centro del sistema urbano nacional), en lugar de financiar los proyectos de canalizacin de los ros afluentes del Maule que habran fortalecido y fomentado un sistema fluvial ms complejo y de mayor tonelaje en el eje oriente-poniente, que habra favorecido a Talca44. Con todo, Talca segua siendo una de las urbes de mayor poblacin nacional. Si se observan los datos, Talca (con sus 38.040 habitantes) sigue estando en una posicin de primersima importancia a nivel nacional, en el sexto lugar, muy cerca de Iquique (4) y Chilln (5); y si hacemos el ejercicio de promediar estas tres urbes, llegamos a un nmero de 39.110 personas lo que conformara un grupo de ciudades de cuarta categora, nivel que no estaba muy debajo de los 55.330 habitantes de Concepcin, la tercera en el rango nacional en 1907.

    44 De Ramn, Armando: Un progreso interrumpido: el caso de Talca durante la segunda mitad del siglo XIX, en Revista EURE, PUC, N 62. Santiago 1995.

  • 44

    Cuadro N 6 Rango de las mayores ciudades chilenas, 1865-1907

    Ciudad 1865 Lugar 1885 Lugar 1907 Lugar

    Talca 17.900 3 23.432 4 38.040 6

    Santiago 115.377 1 189.332 1 332.724 1

    Valparaso 70.438 2 104.952 2 162.447 2

    Concepcin 13.958 4 24.180 3 55.330 3

    Iquique45 --- --- 15.391 7 40.171 4

    Chilln 9.781 8 20.755 5 39.117 5

    Pas 1.819.223 --- 2.527.320 --- 3.249.279 ---

    Fuente: Censos de la Repblica.

    En 1910, aun cuando ya no estaba dentro de las tres primeras ciudades de la Repblica, Talca tiene incorporada tanto en su historia socioeconmica, en su identidad poltica, como en sus representaciones culturales, el hecho de ser una ciudad regional de las ms grandes e importantes en el territorio nacional. Esto le otorga una cuota de poder respecto de esas otras ciudades y de centralidad en su entorno regional inmediato. Fue acumulando mayor volumen de capital urbano (vialidad local, infraestructura pblica, estructuras burocrticas institucionalizadas, espacios pblicos construidos, extensin y densificacin del rea de servicios privados, municipales y estatales) todo lo cual produjo un crculo virtuoso para el proceso de urbanizacin, estimulando la complejizacin de la sociedad y de su cultura social. Talca se haba convertido en la base urbana de una representacin poltica y judicial creciente, y por su jerarqua en el territorio y sus actividades econmicas se haba convertido en el centro comercial e industrial maulino, donde llegaban los productos suntuarios desde Santiago o de otras latitudes del orbe; donde se procesaba en gran escala el trigo en modernos molinos; se producan cervezas, catres, fideos, papel, fsforos, consumidos en la regin y el pas, etc.

    45 En 1865 no se presenta informacin, puesto que en esos aos Iquique perteneca a Per.

  • 45

    La ciudad talquina, de este modo, se fue constituyendo en una urbe de jerarqua nacional, conectada a los principales flujos econmico-comerciales como poltico-culturales de la Repblica, dndole a su foro poltico provinciano porcentajes cada vez ms crecientes de metropolitanismo, de deliberacin regionalista y de expresividad pblico-medial (con tres diarios en 1910). La creacin en 1888 de la Corte de Apelaciones de Talca, es ejemplarizador respecto del poder poltico y burocrtico de la ciudad sobre su entorno regional, puesto que su jurisdiccin abarcaba otras provincias, adems de la Talca, como Linares, Maule y uble. En 1910 lo que hoy conocemos como la Regin del Maule no exista, al menos en trminos de la geografa poltico-administrativa del Estado. Dicho espacio estaba compuesto por cuatro provincias: Curic, Talca, Linares y Maule (con capital en Cauquenes), las que eran parte de las 24 provincias en que se divida el pas. Talca era la Provincia ms poblada de las cuatro que hoy conforman la Regin del Maule, y segn el Censo de 1907 tena una poblacin de 131.957 personas, por sobre las 110.316 de la Provincia del Maule, las 109.363 de la Provincia de Linares y las 107.095 de la Provincia de Curic. El lugar de Talca como centro urbano-regional era incontrarrestable por las ciudades ms prximas. La urbe piducana doblaba y triplicaba las ciudades de su entorno inmediato, convirtindose en referencia obligada para la vida social del Maule, y lugar al cual se deba acudir obligadamente en bsqueda de bienes y servi