supransupranacionalidad y nacionalismoacionalidad y nacionalismo

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 INDICE Introducción Capítulo I Marco teórico de lo que constituye el concepto de supranacionalidad con sus alcances y categorías Capítulo II Supranacionalidad en la integración latina.  Capítulo III Nacionalismo. Capítulo IV  Análisis comparativo entre la supranacionalidad y el nacionalismo. Capítulo V Conclusiónes Bibliografía

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INDICE

Introduccin

Captulo IMarco terico de lo que constituye el concepto de supranacionalidad con sus alcances y categorasCaptulo IISupranacionalidad en la integracin latina. Captulo IIINacionalismo.Captulo IVAnlisis comparativo entre la supranacionalidad y el nacionalismo.Captulo VConclusinesBibliografa

INTRODUCCINA partir del siglo XIX surgen en Amrica Latina varios intentos por proporcionarle a la poblacin una identidad propia que nos permitiera diferenciarnos y crear un sentido de pertenencia en la regin luego de varios aos de imposicin y dominacin. Este planteamiento fue motivado por los prceres de la independencia, fundamentalmente por Francisco de Miranda y Simn Bolvar, quienes partan de la idea de unirnos en aras de fortalecernos a lo interno para poder estar en capacidad tanto de enfrentarnos a cualquier otro tipo de colonizacin orientados a liberarnos como crear una conciencia comn en los pases de la regin.Si bien la idea de Bolvar era crear una confederacin de Repblicas Americanas, era muy respetuoso de la autodeterminacin de los pueblos, y ello se ve reflejado cuando Antonio Jos de Sucre liber a la Repblica de Ecuador al sealar en 1822 que, no es una sujecin lo que se intenta, sino la formacin de un gran todo, compuesto por partes completamente iguales".Por consiguiente, durante todas sus cartas y discursos, Bolvar siempre vislumbr su intencin por construir una Patria Grande con caractersticas propias, partiendo de realidades comunes, sin embargo el intento de dominio siempre ha prevalecido por parte de algunas potencias extranjeras como Estados Unidos, cuando desde 1889 con la primera conferencia de Estados Americanos, intent conformar una organizacin que prosiguiera lo expuesto en la Doctrina Monroe, pretendiendo obstaculizar cualquier iniciativa por crear una liga verdaderamente americana, como bien lo haba sealado Gual y Espaa segn recomendaciones dadas por el libertador, pues en lugar de afianzarse esta idea, los representantes de los pases latinoamericanos se alejaron del sentimiento de unin y consolidacin de una sola patria, o como lo dira Mart; Nuestra Amrica.

Posteriormente, durante el siglo XX se asomaron intentos de integracin en Amrica Latina entre nuestros pases, como la ALALC, ALADI, CAN, MERCOSUR, entre otros, constituyendo esquemas marcados ms por el aspecto econmico-comercial que lo plasmado realmente por los libertadores en sus ideales, pues las influencias hegemnicas no dejaron de estar presentes, esencialmente en aquellos pases que desde el siglo XIX promovieron la divisin y la entrega de nuestras naciones hacia los intereses imperiales.Al lanzar una mirada a los resultados obtenidos hasta el momento en los procesos de integracin latinoamericanos y caribeos, vemos que estn an muy lejos de lo que pretendan consolidar los libertadores, (a excepcin de los recin constituidos, como Unasur, ALBA y CELAC), incluso la deuda con nuestras naciones sigue vigente y la dependencia an se mantiene en algunos casos, por lo que ahora ms que nunca se requiere de un cuerpo slido que nos permita estar en condiciones de mantenernos como un bloque compacto en este siglo XXI pueda estar ajeno a imposiciones externas.Por tales razones se hace necesario, aprovechando la conformacin de nuevos esquemas, ir ms all a lo conocido y manifiesto hasta el momento. Es indispensable que se mantenga el sentido de unidad y defensa de nuestros territorios, considerando oportuno afianzar un bloque como la CELAC con reas donde la supranacionalidad debe estar presente.Recientemente y desde su creacin, tanto pensadores polticos como mandatarios latinoamericanos, han argumentado que la CELAC debe sustituir a la Organizacin de Estados Americanos OEA, incluso el Presidente de la Repblica Bolivariana de Venezuela; Hugo Chvez Fras seal que la CELAC Debe ser una unin de repblicas y de pueblos distintos de la OEA, que ha trabajado siempre bajo la hegemona de Estados Unidos y ciertamente los avances obtenidos hasta el momento indican que van hacia esa direccin, donde la supranacionalidad debe jugar un rol muy importante, ya que estaramos hablando no solo de sustituir a la OEA, sino de incluso superarla.El presente documento est dividido en cinco acpites para su mejor comprensin: el captulo primero se refiere al marco terico de lo que constituye el concepto de supranacionalidad con sus alcances y categoras; un segundo captulo trata de la supranacionalidad en la integracin latina; en el captulo tercero abordamos el caso del nacionalismo; en el captulo cuarto hacemos un anlisis comparativo entre la supranacionalidad y el nacionalismo, para culminar con un quinto captulo de conclusiones.

CAPITULO ILA SUPRANACIONALIDADHemos tomado lo relativo a la supranacionalidad del documento de Adolfo Barrera Fuentealba El funcionalismo y los procesos de integracin (Barrera. 2002 ) por cuanto consideramos que el autor nos proporciona una visin clara y objetiva en lo que consiste en toda su dimensin el concepto de supranacionalidad; declarando en primer lugar que antes de adentrarnos en el concepto de supranacionalidad propia mente tal, es necesario dejar en claro la importancia de establecer previamente una clasificacin de la integracin en grados.Considera el tratadista que la integracin es un proceso progresivo y dinmico, la creacin de organismos comunes est directamente relacionado con la profundizacin del proceso integrador. Siguiendo esta lgica, en la etapa ms superficial de un proceso de integracin que corresponde al rea de preferencias arancelarias, no sera necesaria la creacin de organismos comunes, ya que sera posible dar cumplimiento a las pautas acordadas con simples oficinas nacionales, que adecuaran coordinamente las preferencias aduaneras en los estados partes.En una zona de libre comercio, en general, es conveniente crear rganos comunes de carcter intergubernamental, que tengan funciones meramente coordinadoras de las medidas que deban ir adoptando los Estados partes, para de esta forma lograr el objetivo propuesto. En este periodo, cada Estado sigue conservando todo el poder de decisin sin delegacin de facultades. En esta etapa existe un compromiso de los Estados para reducir de forma progresiva las barreras arancelarias hasta llegar a la total desgravacin. Un ejemplo del caso descrito es el NAFTA, firmado por Estados Unidos, Canad y Mxico, mediante el cual se aspira a crear una zona de libre comercio, para lo cual no se han creado rganos de carcter complejo, sino slo una comisin de comercio y otras comisiones de carcter intergubernamental.En la etapa de mayor profundidad, denominada integracin econmica completa, existe un alto consenso entre los especialistas, respecto a que se deben crear no solo organismos intergubernamentales, sino tambin supranacionales, debido a que el proceso requiere de la unificacin de las polticas de todos los estados miembros, a lo cual, solo es posible llegar mediante la creacin de entidades que tengan a su cargo el proceso de uniformidad mencionado. Siguiendo esa lnea, es absoluta-mente necesario consolidar instituciones y rganos comunitarios, cuyas decisiones sean obligatorias para los pases miembros y sus poblaciones. Es de vital importancia que estos rganos sean de carcter autnomo e independiente, ya que tendrn la misin de coordinar y armonizar las polticas unificadas e impedir el predominio de un Estado sobre otros.Tomando en cuenta que en la actualidad no existe un proceso de integracin que se encuentre en la etapa de integracin completa propiamente tal, es posible plantearse la necesidad de crear organismos supranacionales en los grados intermedios de la integracin, es decir, en la unin aduanera, en el mercado comn o en la unin econmica.Para Basalda (1996:10), ya en la unin aduanera deben crearse los rganos necesarios, incluidos aquellos competentes para la formacin progresiva del derecho comunitario, resultando igualmente indispensable establecer un tribunal de justicia permanente.La conveniencia y oportunidad de que los rganos de un proceso de integracin regional y/o sus capacidades decisorias tengan o no las caractersticas de la supra-nacionalidad, nos conducen a plantearnos cules son las implicancias de la palabra supranacionalidad, tema que trataremos a continuacin.

A.- Origen del concepto supranacionalidadLa palabra supranacionalidad tuvo su aplicacin concreta cuando se cre la Comunidad Econmica del Carbn y del Acero (CECA), por el Tratado de Pars en 1951. Efectivamente, el Art. 92 punto 2 de dicho Tratado, en la versin francesa, expresamente se refera al neologismo, al mencionar las facultades de la Alta Autoridad, en la forma que sigue: Los miembros de la Alta Autoridad ejercern sus funciones, con plena independencia, en inters general de la Comunidad. En el cumplimiento de sus deberes, no solicitarn ni atendern instrucciones de gobierno ni organismo alguno. Se abstendrn de todo acto incompatible con el carcter supranacional de sus funciones. Cada Estado miembro se compromete a respetar este principio y a no intentar influir sobre los miembros de la Alta Autoridad en la ejecucin de sus tareas. Posteriormente el Art. 92 del tratado de la CECA fue modificado, eliminndose la expresin supranacional. Empero, a lo largo de las dcadas de integracin europea, el proceso se ha ido profundizando y evolucionando en un complejo sistema, que contempla cada vez, ms elementos de supranacionalidad. Esto se puede constatar cuando se incursiona en los sucesivos tratados que han ido modelando, desde sus orgenes hasta la actualidad, el proceso de integracin de Europa.B.- Que es la supranacionalidadAlgunos autores han llegado a considerar que, como es difcil determinar un real alcance jurdico de la expresin, se debera renunciar a dar una definicin jurdica de la misma, sin embargo, sera posible distinguir dos formas en que se manifiesta el trmino que se intenta estudiar: 1) La supranacionalidad integral o plena y La supra-nacionalidad limitada o restringida (Zelada, 1989: 29).1.- La supranacionalidad plena o integralHabitualmente, la idea de la supranacionalidad se identifica con la de los rganos supranacionales, en el convencimiento de que, para que exista supranacionalidad, se requiere que organismos independientes y superiores a los Estados-naciones estn habilitados para dictar normas obligatorias para estos ltimos, incluyendo por tanto el concepto, dos aspectos: un rgano comunitario y competencia para expedir decisiones, con aplicabilidad inmediata, sin necesidad de actos de recepcin por los Estados partes.En cambio, los rganos de tipo intergubernamental son aquellos que solo pueden adoptar decisiones que cuenten con la voluntad de los Estados que conforman el tratado de integracin como es el caso por ejemplo del NAFTA.Un rgano, para ser considerado supranacional, debera reunir al menos dos condiciones. La primera, estar integrado de manera que sus miembros no representen a ningn Estado, que se encuentren desvinculados de sus nacionalidades y que respondan nada ms que a los intereses comunitarios, sin recibir instrucciones de ningn gobierno. La segunda, tener la potestad de dictar normas obligatorias para los Estados miembros, cuya aplicacin sea inmediata y prevalente en los ordenamientos internos de cada uno de ellos.Aplicacin inmediata quiere decir que dicha norma adquiere plena vigencia en los Estados partes, sin necesidad de ningn trmite nacional para su internacin. Aplicacin prevalente, implica que se debe aplicar con preeminencia a cualquier norma nacional que la contradiga, ya sea de fecha anterior o posterior.Otros autores consideran que un sistema integracionista es supranacional cuando algunas de las competencias de los Estados son transferidas a determinados organismos comunitarios, delegndose con ello, poderes de decisin de los Estados participantes, para lograr as el cumplimiento de los fines comunitarios junto a los dems Estados miembros.Segn lo indicado, para poder hablar de supranacionalidad, se requiere como elementos de un solo y mismo sistema: objetivos comunes, estructura institucional, competencia y poderes.Se puede referir a rganos supranacionales, cuando los Estados miembros de una comunidad delegan en organismos independientes de los gobiernos, para que tengan competencia suficiente de normar, ejecutar y dirimir todo lo referente a los fines comunes que tuvieron en miras dichos Estados para integrarse en un espacio comn. Por lo tanto, para que exista supranacionalidad, ese poder comunitario debe ser autnomo, es decir, distinto e independiente de los poderes constituidos de los Estados partes y que las tomas de decisiones que genere se apliquen en forma directa e in-mediata en el mbito geogrfico de los pases miembros, sin ningn tipo de interferencias.En sntesis, sobre la base de las apreciaciones acerca de supranacionalidad hasta aqu apuntadas, los elementos que caracterizaran a este tipo seran: la constitucin de rganos conformado por miembros de variada nacionalidad; que la designacin de stos fuera un acto del propio organismo, aunque los miembros pudieran ser propuestos por sus pases de origen; que su funcionamiento sea independiente y no respondan a instrucciones de los gobiernos partes, siendo esta ltima, la nota especfica de la supranacionalidad, que la diferencia de la intergubernamentalidad y que las tomas de decisiones se incorporen en los ordenamientos jurdicos de los Estados asociados, en forma inmediata, directa y prevalente.2.- La supranacionalidad limitada o restringidaExisten otras formas de supranacionalidad, que podran agruparse, y que hacen ms hincapi en la forma de creacin e incorporacin de las normas, que en la independencia formal de los rganos comunitarios. Para estas posiciones, tambin nos encontramos con notas, aspectos o situaciones de supranacionalidad.Cuando un rgano intergubernamental tiene la capacidad de generar normas vlidas, con el voto de la mayora de los miembros, no siendo por tanto necesarios la unanimidad ni el consenso, podemos hablar de una supranacionalidad limitada orgnica. Por otro lado, cuando las normas que emanan de un rgano intergubernamental tienen la aptitud de penetrar inevitablemente en los ordenamientos jurdicos de los Estados partes en forma inmediata, directa y prevalente, nos encontramos frente a una supranacionalidad limitada normativa.

a.- Supranacionalidad limitada orgnica: Se manifiesta cuando se dan las siguientes pautas:1. Un proyecto de unificacin como objetivo, 2. La introduccin de nuevos principios de representatividad de los Estados, diferentes de la representacin tradicional y que conducen a una estructura cin institucional distinta de las organizaciones internacionales, y 3. Un reordenamiento de competencias y poderes a nivel de la soberana de los Estados. b.- Supranacionalidad limitada normativa: Los rganos intergubernamentales que tienen la potestad de dictar preceptos obligatorios para los Estados partes, caracterizan lo que se denomina una supranacionalidad atenuada.Otros autores concuerdan en que el sistema jurdico supranacional se caracteriza por tres elementos: la incorporacin inmediata a los ordenamientos nacionales de las normas comunitarias, la primaca sobre los derechos nacionales y el efecto directo sobre los particulares, de modo que la norma pueda ser invocada por ellos ante ter-ceros y accionada ante la justicia.Cabe realizar ciertos reparos a los tipos de la supranacionalidad limitada aqu mencionados. Por un lado, si el rgano intergubernamental pudiera dictar normas por mayora, pero que carecieran de las caractersticas de efecto inmediato, directo y prevalente para su ingreso en cada Estado, el sistema no sera verdaderamente supra-nacional, ya que cada Estado mantendra independientemente la llave de la aplicabilidad en su orden interno. Por otro lado, si un tratado de integracin autorizara que las normas comunitarias ingresaran a los sistemas jurdicos internos de los Estados partes en forma inmediata, directa y prevalente, pero que para su adopcin, se requiriera el acuerdo unnime de los socios o el consenso, tampoco habra realmente una situacin de supranacionalidad, ya que para que se pudieran sancionar las normas, cada uno de los Estados comprometidos debera dar su visto bueno por medio de sus representantes ante el rgano comunitario intergubernamental, de manera tal, que solamente las normas que en conjunto aceptaran los Estados, podran ser dictadas.En virtud de estas apreciaciones, sobre las especies de la supranacionalidad limitada, se puede pensar que solo podra haber una forma de supranacionalidad limitada, la que se dara fusionando en una frmula las dos vertientes relativas a este tipo (orgnica y normativa)CAPITULO II

LA SUPRANACIONALIDAD EN LA INTEGRACION LATINA

En el continente americano, la supranacionalidad con su propia historia no se ha escapado a cierta influencia europea, sin desconocer los rasgos propios que la definen. Al exponer acerca del Estado y sus particularidades, el autor considera al Estado capitalista, al de Derecho con referencias a la soberana y la globalizalizacin. Y es la globalizacin la que parece oponerse al concepto tradicional de Estado unitario y soberano, al que colocara en la va de extincin.Esta visin est en consonancia con la concepcin centralista del mercado. Cuando para dicho mercado, el espacio geogrfico de la nacin no resulta suficiente se recurre a la firma de acuerdos para ampliarlo con otros Estados nacionales. As se va imponiendo la lgica del mercado, como medio para universalizar las prcticas de consumo. Entre las fuerzas que pretenden anular la realidad estatal nacional, lo supranacional se constituye en un espacio institucional para ocupar el vaco de soberana causado por la globalizacin. El trmino supranacional se emple por primera vez en el Tratado de Pars (1952), al crear la Comunidad Europea del Carbn y del Acero (CECA). En ese documento se indicaba la cualidad de los acuerdos y organismos de integracin econmica: transferencia a las instituciones de la organizacin a las que se les confiere un poder normativo apto para producir efectos jurdicos vinculantes en el orden interno de los Estados miembros, incluso con un rango superior al de sus leyes. En Europa, desde ese inicio, la supranacionalidad se elabora como institucionalidad y derecho comunitario, que se profundiza en los Tratados de Roma (1957), fundacionales de la Comunidad de la Energa Atmica (EURATOM) y del Mercado Comn Europeo.La experiencia europea repercuti en Amrica Latina, regin donde ya en el siglo XIX hubo propuestas de unidad, y en la segunda mitad del siglo XX, los Estados procuraron modernizarse y ampliar mercados. El elemento destacable en los casos de integracin tanto euro-pea como latinoamericana es la crea-cin de organismos que producen derecho comunitario. Y a veces no es fcil determinar en ellos lo supranacional de lo que no lo es, pues esos procesos se basan tanto en instituciones intergubernamentales como supranacionales.La segunda parte del volumen est dedicada a la construccin de la supranacionalidad en Amrica Latina. A partir de las consideraciones que merece la idea desde la etapa emancipatoria de constituir una sola repblica, el autor se aboca a analizar experiencias de integracin regional como la Comunidad Andina y el MERCOSUR, la influencia del pensamiento de la CEPAL que marc todo el proceso integrador de la primera mitad del siglo XX y las caractersticas de la su-pranacionalidad centroamericana.La CEPAL, espacio de debate y de formulacin de propuestas, centr su labor en aspectos polticos y econmicos relativos a la segmentacin de los mercados latinoamericanos, obstculo para alcanzar el desarrollo.Sus recomendaciones tendan a sealar cambios en las polticas, con el fin de invertir los trminos de intercambio conforme a los cuales se desenvolvan las economas latinoamericanas. Sealaba la necesidad de ruptura del modelo de economa tradicional, fundado en la minera y el agro, actividades orientadas hacia el mercado externo y un consumo interno basado en la importacin de manufacturas de los pases industrializados. Para superar estas estructuras, la CEPAL propona la modernizacin de las economas de la regin, mediante la integracin de Estados y sociedades dentro del sistema capitalista.

En lo que el autor denomina anfictiona de acuerdos preferenciales, incluye a la ALALC y la ALADI, ambas asociaciones intergubernamentales. La creacin de la primera tuvo lugar al cabo de una conferencia, inspirada por la CEPAL, en la que se constituy la Asociacin Latinoamericana de Libre Comercio, mediante la firma del Tratado de Montevideo de 1960. Reuna a once pases de Amrica del Sur y Mxico, que constituyeron una zona de libre comercio. La ALALC fue sucedida por la Asociacin Latinoamericana de Integracin, compuesta por los mismos miembros de la ALALC, al suscribirse el Tratado de Montevideo de 1980, con el objetivo de crear un mercado comn, en el mbito de esta rea de preferencias regionales. El pensamiento desarrollista de la CEPAL tambin dio lugar en 1969 a la conformacin de otro proceso de integracin, llamado Pacto Andino o Acuerdo de Cartagena. Aunque en su inicio su institucionalidad era intergubernamental, sus rganos fueron adquiriendo atribuciones supranacionales y se fue creando derecho comunitario. El Acuerdo de Cartagena fue modificado en la dcada de 1990 y la agrupacin es hoy la Comunidad Andina (CAN).En 1991, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay firmaron el Tratado de Asuncin para constituir el Mercado Comn del Sur (MERCOSUR), cuya institucionalidad eminentemente intergubernamental qued establecida en el Protocolo de Ouro Preto (1994). Pese a ese rasgo predominante cabe sealar que se dan algunos avances en lo poltico, como la creacin del Parlamento, aunque sigue pendiente la cuestin del derecho del bloque estimado como derecho de la integracin pero no comunitario.En 1995 Chile se incorpor como miembro asociado y en 1996 lo hizo Bolivia en el mismo carcter. En el 2004, culminaron las negociaciones por las cuales los cinco pases de la CAN se incorporaron como miembros asociados al MERCOSUR. Los pasos siguientes hacia la comunidad latinoamericana se dieron hacia finales del 2004, cuando el MERCOSUR, Chile, la CAN, junto con Surinam y Guyana, constituyeron en Cuzco la Comunidad Sudamericana de Naciones, reuniendo a todos los pases de Amrica del Sur.

Al remontarse a la historia de Amrica Central es inevitable la referencia en la poca colonial a la Capitana General, a ese pasado compartido y a las uniones del siglo XIX que terminan por disolverse. Ya en la segunda mitad del siglo XX, los cinco pases de la regin crearon la Organizacin de Estados Centroamericanos (ODECA, 1951), entidad poltica.En el terreno econmico, en el mismo mbito de la ODECA y con el apoyo de la CEPAL se conform el Comit de Cooperacin Econmica, y sobre los presupuestos de la CEPAL en 1960, los gobiernos suscribieron el Tratado General de Integracin Econmica, que dio origen al Mercado Comn Centroamericano (MERCOMN). La institucionalidad de la integracin centroamericana qued establecida a partir de diversas reuniones cumbres realizadas entre 1990 y 1995, que culminaron al constituirse el Sistema de Integracin Centroamericana (SICA). Como rasgos distintivos de la institucionalidad corresponde citar: la supra-nacionalidad, el derecho comunitario, la existencia del Parlamento y la Corte Centroamericana de Justicia.El autor realiza una recapitulacin final de los temas abarcados que incursionan en la historia, la filosofa, la poltica, para referirse a una realidad que califica a la vez de permisiva y hostil. Tales referencias dan pie a sus reflexiones sobre la supranacionalidad, orientadas a destacar que en un mundo globalizado la supranacionalidad es una trinchera de autodeterminacin.En el pasado se pronunciaron proclamas unionistas, antiimperialistas, o contra el panamericanismo, impulsado este ltimo por las administraciones estadounidenses. Pero no se trata solo de proclamas o discursos sino de pensamientos y acciones heroicas de prceres de Amrica: Bolvar, del Valle, Morazn, Jurez, Mart, Vasconcelos, Maritegui, Sandino e Ingenieros, aunque se aclara que se citan solo algunos nombres. De todo ello se deriv un ideario de unidad latinoamericana que recogieron las constituciones de pases de la regin.En cuanto a la prctica de la integracin, en un principio ejercido para sustituir importaciones, devino en parte sustancial de la estrategia de desarrollo y como el modo de mostrar a los pases de la periferia unida en las negociaciones estratgicas internacionales.Las conductas estatales supranacionales proclives a la supranacionalidad se deben manifestar en una voluntad de fortalecer y respaldar una institucionalidad de transferencia de soberana y competencias a los entes que se crean. En el contexto internacional, la concepcin clsica de soberana perdi vigencia. Contribuy tambin la realidad del mundo globalizado, que ocasiona fisuras en la institucionalidad soberana de los Estados, y sobre todo ms acentuadas en los perifricos.A todo ello se debe sumar la sociedad civil organizada regionalmente, para reivindicar a las clases marginadas por la globalizacin. Se requiere esta participacin ms profunda para superar la institucionalidad formal de los esquemas comunitarios existentes.

CAPITULO 3NACIONALISMOEl nacionalismo es una ideologa y movimiento sociopoltico que surgi junto con el concepto de nacin propio de la Edad Contempornea en las circunstancias histricas de la llamada era de las Revoluciones (Revolucin industrial, Revolucin burguesa, Revolucin liberal) desde finales del siglo XVIII.1 Tambin puede designar al sentimiento nacionalista y a la poca del nacionalismo.Como ideologa, el nacionalismo pone a una determinada nacin como el nico referente identitario, dentro de una comunidad poltica; y parte de dos principios bsicos con respecto a la relacin entre la nacin y el Estado: El principio de la soberana nacional: que mantendra que la nacin es la nica base legtima para el Estado. El principio de nacionalidad: que mantendra que cada nacin debe formar su propio Estado, y que las fronteras del Estado deberan coincidir con las de la nacin.El trmino nacionalismo se aplica tanto a las doctrinas polticas como a los movimientos nacionalistas: las acciones colectivas de movimientos sociales y polticos tendentes a lograr las reclamaciones nacionalistas.En ocasiones tambin se llama nacionalismo al sentimiento de pertenencia a la nacin propia, algo en principio identificable con el patriotismo, pero distinto si va ms all del mero sentimiento e incorpora contenido doctrinal o accin poltica en un sentido concreto.

Es bueno el nacionalismo?Piense en la palabra nacionalismo. Puede que le venga a la cabeza un pas al que han lavado el cerebro para odiar a sus vecinos. Puede que se imagine a miles de personas sacrificndose por un dictador sediento de poder. No sera el nico. El mismo Albert Einstein lo calific de enfermedad infantil y sarampin de la humanidad.Los politlogos le culpan de guerras civiles y ambiciones territoriales, desde Ruanda y Yugoslavia hasta la Alemania nazi o la Francia napolenica. Muchos economistas lo ven como una irracionalidad que nos aleja de los principios del libre mercado, obstaculiza el crecimiento y fomenta la corrupcin en los pases en desarrollo. Cuando han estallado enfrentamientos blicos en el pasado, a menudo se ha asumido de forma automtica que el nacionalismo estaba implicado, ya fuese como herramienta de los lderes para arrastrar a las masas al conflicto, o como combustible que alimentaba la indignacin popular. Es innegable: el nacionalismo tiene mala fama.Pero esta publicidad negativa malinterpreta un sentimiento que la mayora de las veces es inofensivo. Una sensacin de unidad con un grupo que est por encima de la familia prxima y los amigos. Por s mismo, no conduce a guerras desastrosas. Su mala reputacin se reduce, casi de forma exclusiva, a excepciones muy seleccionadas. Se ha llegado a esa conclusin sin contar con los casos, mucho ms comunes, en los que no origina ningn mal. Adems, hasta ahora, en los estudios sobre las causas de los enfrentamientos blicos faltaba un elemento fundamental: medir de forma adecuada el nacionalismo. Sin esta medida es imposible saber si, por ejemplo, en los aos inmediatamente previos a 1939 su impronta fue ms intensa en las potencias del Eje que en otros pases. No obstante, los estudiosos le achacan con sorprendente facilidad todo tipo de males.Por qu existe esta propensin? En parte, se debe a la veneracin acadmica del homo economicus, el individuo de mente serena que vela por su propio inters y, en teora, toma la decisin ptima en cualquier situacin. Este hipottico egosta racional resulta diferente por completo al estereotipo de nacionalista, que suele ser cualquier cosa menos una persona serena. Y, dispuesto a morir por sus compatriotas si fuese necesario, tampoco es egosta. Por tanto concluyen muchos acadmicos, el nacionalismo slo perturbara la racionalidad del ser humano, y eso es sinnimo de problemas en poltica y economa. Pero, en el fondo, las races del antinacionalismo estn en el sistema de valores de esos expertos. El xito acadmico suele medirse por lo fro y lgico que uno es capaz de ser. Los contenidos con fuerte carga emocional estn mal vistos, as que el investigador tpico, abnegado visitante de la biblioteca, concibe el nacionalismo como algo primario y poco inteligente, algo que no puede traer nada bueno a un pas. O s?CAPITULO IVEs el nacionalismo siempre contrario a laintegracin?Muchas veces escuchamos en los medios chilenos opiniones de espectadores, lectores, auditores y tambin de especialistas, que el Per cuando se encuentra en medio de turbulencias polticas echa mano del nacionalismo, desviando la atencin de sus problemas internos hacia los externos, especficamente con Chile.Entonces, surge una pregunta que pareciera contestar el sentido comn: es el nacionalismo necesariamente equivalente a una postura hostil contra los vecinos? A juzgar por los comentarios ya referidos, pareciera que s, que adoptar el nacionalismo se contrapone con los procesos de integracin regional, del que Chile y Per dicen querer participar.Pero nosotros creemos que este contraste debe ser matizado para los casos generales, porque tericamente, el nacionalismo no se opone necesariamente a los procesos de integracin regional.Tomemos, por ejemplo el caso actual de la Unin Europea, donde el proceso de integracin se ha argumentado desde el bienestar de la nacin, no necesariamente del bienestar de Europa. El proceso de integracin tiene como eje, por lo tanto, la nacin, pues segn el examen que se hizo inicialmente en lo que era la Europa Occidental de la Guerra Fra, el desenlace de la Segunda Guerra Mundial haba causado que las otrora potencias mundiales europeas, como Inglaterra, Francia o Alemania, se vieran opacadas por las dos superpotencias que actuaban como polos polticos, econmicos e ideolgicos: Estados Unidos y la Unin Sovitica.Por lo tanto, el impulso integracionista se basaba en el anhelo de preservar o recuperar- la condicin de potencia mundial de los pases europeos. Es decir, nada muy alejado de lo que podramos interpretar como nacionalismo, como la apelacin o el uso discursivo o concreto de la nacin.Otro ejemplo de esto lo provee nuestra propia produccin terica latinoamericana durante el siglo XX, que valdra la pena recordar. Justo antes del comienzo de la dcada del cincuenta, la ONU se daba cuenta de un relativo abandono de Amrica Latina con respecto a las ayudas financieras y monetarias que Estados Unidos otorgaba por aquellos aos a pases de Europa que se vean amenazados por el comunismo, en el llamado plan Marshall. Por ello, la Organizacin decidi crear la Comisin Econmica Para Amrica Latina, ms conocida como CEPAL, que rpidamente se convirti en un eje de creacin de pensamiento econmico y social propio de Amrica Latina.En ese contexto, se formul la teora econmica del desarrollismo, como una forma de lograr el desarrollo de los atrasados pases latinoamericanos, a partir de tres ejes principales: primero, una activa poltica de liderazgo del Estado en la economa, a partir de estmulos desde el Estado y su accin directa para corregir algunos problemas estructurales (como la reforma agraria); segundo, un nfasis en la produccin industrial, lo que se conoce como industrializacin por sustitucin de importaciones. Para lograr esas dos medidas, era indispensable el uso del nacionalismo, para convencer a las clases acomodadas que el desarrollo de sus pases sera logrado solamente a travs de su sacrificio inicial. Pero faltaba el tercer eje, la integracin econmica y poltica que permitiera la expansin de los mercados internos latinoamericanos, para apoyar el proceso industrializador.Por lo tanto, los postulados tericos y la experiencia econmica desarrollista en Amrica Latina ilustran de manera clara que el nacionalismo no es necesariamente enemigo de la integracin, sino que, dependiendo de la base terica en la cual se sostiene, incluso puede servirle de herramienta. Esto desmiente el antiguo mito, arraigado tanto en el pblico corriente como en los analistas especialistas, que el nacionalismo es una doctrina necesariamente reaccionaria y fragmentaria. En realidad, este fenmeno puede servir a los ms diversos intereses y teoras polticas, desde la derecha ms intransigente hasta la izquierda ms dura; la figura de la nacin, y su uso, son materia de disputas entre muchos proyectos polticos, por su capacidad movilizadora, su habilidad para convencer hasta a los ms apticos. No es coincidencia que en una poca que muchos consideran de individualismo extremo y de apata ideolgica el fin de la historia, como le llaman- los temas nacionales causen que cada pas se cuadre con lo que se supone es su posicin. Pero lo que debemos entender es que no existe una posicin verdaderamente nacionalista, porque el nacionalismo se refiere ms a los medios que a los fines polticos.Entonces, si queremos ser rigurosos en el anlisis de nuestra realidad, es indispensable que no metamos toda expresin de nacionalismo en el conocido saco del chauvinismo y la xenofobia, pues sera desconocer nuestra propia experiencia terica, y nuestra propia herencia histrica.

CONCLUSIONESLas conclusiones que presento a continuacin prueban la hiptesis planteada en el prrafo de presentacin del tema, en el sentido de que la supranacionalidad entendida como el hecho de renunciar a ciertos aspectos de la soberana nacional ha sido motor de desarrollo para la integracin europea, no as para la integracin de Latinoamericana.En la agenda de la Unin Europea la cohesin social aparece definida como un objetivo de la agenda de poltica social, los Jefes de Estado y de Gobierno Europeo, se comprometieron hacer su economa, basada en el conocimiento, la ms dinmica y competitiva en el mundo, capaz de un crecimiento econmico sostenible con ms y mejores empleos y con una mayor cohesin social, dentro del respeto del medio ambiente. En cambio en Latinoamerica la necesidad de cohesionar la sociedad pasa a un plano ms amplio aumentando los desafos, ya que no se trata slo de las personas que conviven en un espacio geogrfico del pas, sino que tambin se debe establecer niveles de conocimiento, respeto tolerancia, participacin activa, de tal manera que se legitimen las acciones integracionistas de los Estados.

BibliografaAbog. Rigoberto Armando Ramos-La supranacionalidad en la unin europea comparacin con el proceso americano de integracin- Mster en Ciencia Poltica, Ex-profesor de la Universidad Nacional Autnoma de Honduras.

http://www.aporrea.org/internacionales/a145406.html

http://factoruniversal.wordpress.com/2009/11/19/conflicto-peru-chile-%C2%BFes-el-nacionalismo-siempre-contrario-a-la-integracion/#more-115