suplemento tras la ruta del carbon capitulo 10

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No es coincidencia del destino que parte de la historia de algunas familias sea también patrimonio del desarrollo social y material de la región. Siempre en la adversidad aflora un genio capaz de resolver Editorial Tras la RUTA del Carbón RESCATE, TESTIMONIOS Y EVOCACIONES CAPÍTULO SUPLEMENTO COLECCIONABLE los obstáculos. Una mirada distinta que hace contrapunto a lo cotidiano. Por eso, cuando pensé que la historia de Mina Elena estaba cerrada, la familia Solo de Zaldívar abre su intimidad y entrega anécdotas y relatos que complementan la vida del poblado. Un territorio que aparece primero como una Arturo Solo de Zaldívar, sobrevoló los cielos de Isla Riesco, y fue uno de los fundadores del poblado minero de Elena. vaga noción, pero que a la luz de entrevistas e investigaciones comienza a quedar instalado en el imaginario histórico de Magallanes. A través del relato de dos hijos pudimos conocer la vida de Arturo Solo de Zaldívar, y aproximarnos aún más a Mina Elena. Conocer desde otra óptica la diversidad, extremidad y aislamiento de los habitantes que hicieron por el carbón una ciudad transitoria. Por eso, más que un paréntesis o regresión de la saga, hoy saldamos una deuda pendiente, con uno de los personajes más innovadores y visionarios de las últimas décadas. En las siguientes páginas, retornamos a la década del sesenta, período que parte con un terremoto trágico y funesto que afectó principalmente a Valdivia. Y ahí nuevamente renace el carbón, al punto que el Gobierno lo declara artículo de primera necesidad, junto a otros productos. La siguiente década el Estado asumirá un rol activo, impulsando exploraciones para determinar la cuantía del mineral en la Región, pero eso es parte de la historia de un próximo capítulo. Familia abre su intimidad y cuenta parte de la vida de uno de los forjadores de Mina Elena. VER PÁGINAS 2 y 3 Terremoto en Valdivia: VER PÁGINAS 7 y 8 Arturo Solo de Zaldívar: genio y creador El carbón es declarado producto de primera necesidad. Escríbenos a: ([email protected])

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Page 1: Suplemento Tras la Ruta del Carbon Capitulo 10

No es coincidencia del destino que parte de la historia de algunas familias sea también pa t r imon io de l desar ro l lo social y material de la región. Siempre en la adversidad aflora un genio capaz de resolver

Editorial

Tras la RUTAdel CarbónRESCATE,

TESTIMONIOS YEVOCACIONES

CAPÍTULO

SUPLEMENTOCOLECCIONABLE

los obstáculos. Una mirada distinta que hace contrapunto a lo cotidiano.

Por eso, cuando pensé que la historia de Mina Elena estaba cerrada, la familia Solo de Zaldívar abre su intimidad y entrega anécdotas y relatos que complementan la vida del poblado. Un territorio que aparece primero como una

Arturo Solo de Zaldívar, sobrevoló los cielos de Isla Riesco, y fue uno de los fundadores del

poblado minero de Elena.

vaga noción, pero que a la luz de entrevistas e investigaciones comienza a quedar instalado en el imaginario histórico de Magallanes.

A través del relato de dos hijos pudimos conocer la vida de Arturo Solo de Zaldívar, y aproximarnos aún más a Mina Elena. Conocer desde ot ra ópt ica la d ivers idad,

extremidad y aislamiento de los habitantes que hicieron por e l carbón una c iudad transitoria.

Por eso , más que un paréntesis o regresión de la saga, hoy saldamos una deuda pendiente, con uno de los personajes más innovadores y visionarios de las últimas décadas.

En las siguientes páginas, retornamos a la década del sesenta, período que parte con un terremoto trágico y funesto que afectó principalmente a Valdivia. Y ahí nuevamente renace el carbón, al punto que el Gobierno lo declara artículo de primera necesidad, junto a otros productos.

La siguiente década el

Estado asumirá un rol activo, impulsando exploraciones para determinar la cuantía del mineral en la Región, pero eso es parte de la historia de un próximo capítulo.

Familia abre su intimidad y cuenta parte de la vida de uno de los forjadores de Mina Elena. VER PÁGINAS 2 y 3

Terremoto en Valdivia:VER PÁGINAS 7 y 8

Arturo Solo de Zaldívar: genio y creador

El carbón es declarado producto de primera necesidad.

Escríbenos a:([email protected])

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Anécdotas del primer ingeniero hidráulico de la zona austral

Arturo Solo de Zaldívar: Genio y figura en la historia energética de la Patagonia

En la década del cuarenta, familias completas daban el puje necesario al pueblo o l v i d a d o d e E l e n a , e n Isla Riesco. La mezcla de asturianos, chilotes, lotinos, y muchos campesinos que cambiaron el cuidado de ovejas en mesetas extensas por la profundidad de las minas de carbón, conformaban un universo de rudos mineros. Un día, sus esposas alzaron la voz y en masa llegaron hasta las dependencias del entonces gerente Arturo Solo de Zaldívar. El reclamo era inusual pero honesto: “los hombres no están respondiendo en el

Arturo Solo de Zaldívar y su avión con motor Gipsy. La nave

Participó en el levantamiento del pueblo de Mina Elena en Isla Riesco, construyó varias

hidroeléctricas en la zona austral. Fue aviador, políglota, hombre de negocios. El año 1987, lo

nombran Hijo Ilustre de Magallanes.

Tenía las ganas, la historia y la documentación necesaria para contar toda la vida de Mina

Elena. Llegó incluso a colocarle título al libro: “Bajo Tierra”. La obra quedó inconclusa, “es

una de las pocas cosas que no alcanzó a hacer mi padre, él murió queriendo vivir”, señala Alejandro, hijo de Arturo Solo de Zaldívar.

dormitorio”, “llegan cansados, lo único que quieren es dormir”, repetían las mujeres. La grave acusación

cobra una dimensión más grave en un tiempo en que la televisión no existía. Ante el reclamo, solemne y tajante,

el ingeniero pregunta con voz fuerte “¿y qué esperan que haga, debo atenderlas yo a todas?”.

La anécdota el mismo Arturo Solo de Zaldívar la bautizó “la huelga de los traseros caídos” y la narró cientos de veces. Lo más probable es que el comentario cerró el conflicto

con la risa de las mujeres de los mineros. El relato fue recuperado por uno de sus ocho hijos, Alejandro, y da

cuenta del humor de su padre: “era muy querido, generoso, siempre sorprendía con alguna broma”, recuerda.

Arturo Solo de Zaldívar a los 35 años se casó, “mi madre tenía entonces 20, era muy joven, bella, acostumbrada a una vida cómoda, me imagino lo difícil que debe haber sido

seguirlo a Isla Riesco a vivir a Mina Elena. Ahí nacieron mis hermanas Victor ia y María del Carmen”, cuenta Alejandro, el penúltimo de los hijos del ingeniero, y lo dice con asombro, tratando de percibir el pasado de Mina Elena. Hoy está abocado a rescatar parte de la historia regional y la de su padre, bajo el alero de la Estancia de Río de Los Ciervos, recinto construido entre 1920 y 1940, y que ha sido morada de tres generaciones de la familia Solo de Zaldívar en Magallanes.

La familia Solo de Zaldívar abrió la intimidad de sus recuerdos para conocer la historia de uno de los personajes más emblemáticos de las últimas décadas: Arturo Solo de Zaldívar, creador incansable: construyó varias hidroeléctricas en la Patagonia, la más conocida y que aún se mantiene es la que está en Torres del Paine.

Reconoc ido como un innovador innato: hizo de Mina Elena el primer poblado de la Patagonia en contar con luz eléctrica.

También fue aviador, voló en var ias ocasiones con Franco Bianco, el pionero que unió Punta Arenas con Puerto Montt. El año 1987, la región reconoce sus éxitos y es nombrado Hijo Ilustre de Magallanes.

“Mi papá hacía de todo, hablaba varios idiomas, sabía mucho, era una verdadera enciclopedia, siempre leía”, dice Alejandro.

Arturo, hijo y el mayor de los hombres, recuerda a su padre como una persona

De izquierda a derecha, Alejandro y Arturo, hijos de Arturo Solo de Zaldívar. Alejandro Solo de Zaldívar hoy está empeñado en rescatar la historia de su padre, en la misma estancia que los crió. Ahí logra integrar lo cultural,

turístico y familiar, con la historia pionera de la Patagonia.

muy solidaria, “siempre nos decía: ¿qué hacen, oye?, y la pregunta tenía la intención de entusiasmarnos para hacer cosas, quería estar al tanto si estábamos haciendo algo bueno. Era su manera de

motivarnos”, explica.Asegura que su padre lo

motivó a practicar deportes, “él era inquieto, aventurero, siempre estaba haciendo actividades, que los puentes de las Coles, María Josefina,

el Paine… incluso anduvo por el sur de Argentina. A él le debo el interés por las

carreras, gané 92 trofeos y fui varias veces campeón en una trayectoria de 15 años”, indica.

Arturo Solo de Zaldívar nació el 24 de octubre de 1906. Egresó del Liceo de Hombres

Luis Alberto Barrera y continuó sus estudios en Loughborough, Inglaterra. Allá obtuvo el título de Ingeniero Hidráulico y Civil. “Fue el primer profesional en el área en toda la Patagonia”, asiente orgulloso Arturo.

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La foto representa el escudo de la familia Solo de Zaldívar.

Fue traído de España y refleja la fuerza y tradición de un apellido de

larga data en el viejo continente.

Arturo Solo de Zaldívar: Genio y figura en la historia energética de la Patagonia

El matrimonio compuesto por Arturo Solo de Zaldívar y Victoria Clavel Füller dio a luz a ocho hijos: Victoria, María del Carmen, María Isabel, María Luisa, Arturo, Rodrigo, Alejandro y Alberto.En la foto aparece toda la familia.

La familia Solo de Zaldívar abrió la intimidad de sus recuerdos para conocer la historia de

uno de los personajes más emblemáticos de las últimas décadas: Arturo Solo de Zaldívar, creador

incansable: construyó varias hidroeléctricas en la Patagonia, la más conocida y que aún se mantiene es la que está en Torres del Paine.

E n e l p a í s e u r o p e o fortaleció su gusto por la aviación, incluso hizo un curso en la Fuerza Aérea Bri tánica. Por eso, a su regreso a Chi le, trajo un avión con motor Gipsy, nave con la que pasó más de una aventura hasta que se perdió en el fondo del mar de Otway.

Gran parte de los recuerdos que hoy exhibe la Estancia Río de Los Ciervos corresponde a ob ras fab r i cadas po r e l propio Arturo Solo de Zaldívar. Recientemente su hijo Alejandro dio vida a un pequeño museo que rescata la vida pionera, ahí es posible observar un espacio destinado a la colonización, el descubrimiento del petróleo. Lo pendiente dice el propio Alejandro está en “crear un espacio para la historia del carbón”; existe un cómoda sala de eventos, antiguamente fue el galpón de esquila de la familia Solo de Zaldívar. Un pequeño garage donde

se conserva intacta una carreta de la década del 30 y un Ford T de carreras, además del taller que utilizó en sus últimos años de vida para construir muebles de madera.

“Mi padre fue feliz e hizo de todo. Es casi imposible recordar y citar todo, aún nosotros tenemos mucho que descubrir. Incluso en sus últimos años entró de lleno a internet, era un visionario”, cuenta Alejandro.

N u n c a A r t u r o S o l o de Zaldívar ingresó a la política pero dirigió todas las empresas Montes, quizás lo único pendiente fue contar la historia del pueblo carbonífero de Elena. Tenía las ganas, la documentación necesaria. Llegó incluso a colocarle título al libro: “Bajo Tierra”. La obra quedó inconclusa, “es una de las pocas cosas que no alcanzó a hacer mi padre, pienso que él murió queriendo vivir”, señala Alejandro, hijo de Arturo Solo de Zaldívar.

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Surcó los cielos magallánicos

Piloto intrépidoUtilizaba un traje de cuero

beige (ver foto) que lo cubría completamente, unas gafas y la característica gorra de los pilotos de avión de la Segunda Guerra Mundial. Ese era el ritual de Arturo Solo de Zaldívar Montes cada vez que subía a su pequeña nave con motor Gipsy, traída especialmente de Inglaterra.

En el mes de febrero de 1938, salió a sobrevolar Isla Riesco, el ejercicio era habitual, y generalmente aterrizaba en el aeródromo natural descubierto años antes por Franco Bianco, piloto que inauguró los vuelos entre Punta Arenas y Puerto Montt.

Entonces los aterrizajes se programaban de acuerdo a la dirección del viento, dificultad que aumentaba cuando la brisa salía repentina, espontánea y rebelde. El ingenio de la época sorteó el problema con fogatas que ayudaron a entender la dirección que tomaba el humo. Pero ese día, nadie hizo fuego cerca de la pista, pese a que Arturo había anunciado el viaje.

Un poco por broma, pero también para llamar la atención de los habitantes de Invierno, rozó un par de veces las ruedas de la avioneta por sobre el casco de la casa patronal de la Estancia Invierno. En uno de los impactos perdió el control y el avión cayó en las profundas aguas del mar de Otway.

“Mi padre logró rescatar el ala del avión y tuvo que salir nadando”, explica Alejandro Solo de Zaldívar. El traje quedó flotando y de puño y letra inscribió su nombre, con la fecha y la edad que tenía entonces, tal cual aparece en la imagen que hoy está instalada en la Estancia Río de Los Ciervos.

En varias ocasiones compartió vuelo con Franco Bianco, eran amigos, juntos atravesaron el Estrecho de Magallanes, se internaron por las laberínticas rutas del cielo austral, bordeando las profundidades del Lago Fagnano. Conocían casi como la palma de la mano Isla Riesco y su vista panorámica desde las alturas.

Arturo Solo de Zaldívar sobrevoló gran parte de los cielos de la Patagonia en un avión pequeño con motor Gipsy, el modelo deportivo fue muy

usado en Europa en la década del treinta e inicios de los cuarenta.

El traje de cuero era la vestimenta tradicional utilizada por Arturo Solo de Zaldívar cuando sobrevolaba los cielos magallánicos. La ropa está intacta y es la misma que llevaba el año 1938 cuando su avión chocó con el casco de la casa patronal de Estancia Invierno.

Arriba el gorro de cuero utilizado por el ingeniero y que era el atuendo tradicional de los pilotos de la Segunda Guerra Mundial.

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Fue aviador y voló en varias ocasiones con Franco Bianco, el pionero que unió Punta Arenas con Puerto Montt.

El año 1987, la región reconoce sus éxitos y es nombrado Hijo Ilustre de Magallanes.

Arturo Solo de Zaldívar a los 35 años se casó, “mi madre tenía entonces 20, era muy joven, bella, acostumbrada a

una vida cómoda, me imagino lo difícil que debe haber sido seguirlo a Isla Riesco a vivir a Mina Elena. Ahí nacieron mis

hermanas Victoria y María del Carmen”, cuenta Alejandro, el penúltimo de los hijos del ingeniero, y lo dice con asombro,

tratando de percibir el pasado de Mina Elena.

Más de 4 mil chilenos participaron en la habilitación de rieles, y muchos dejaron el campo para transformarse en mineros del Turbio. También otros emigraron de los túneles y bocaminas cerradas de Magallanes, una vez cerradas faenas como Elena, Josefina. El cruce de la frontera era breve y la demanda de mano de obra era vital. Sólo Pecket y otras minas menores de la península de Brunswick resistían en Chile y extraían cada vez menos toneladas de carbón.

La foto corresponde al ala del avión con motor Gipsy que Arturo Solo de Zaldívar trajo de Inglaterra. La inscripción que aparece es de puño y letra del ingeniero y fue escrita luego del accidente que tuvo en Estancia Invierno, en el sector de Puerto Indio.

Alejandro Solo de Zaldívar dio vida a un pequeño museo regional en la Estancia Río de Los Ciervos, él mismo señala que “tiene pendiente un espacio para la historia del carbón”. En

el lugar existe una cómoda sala de eventos, antiguamente fue el galpón de esquila de la familia Solo de Zaldívar. En otra sala existe un pequeño garage donde se conserva intacta

una carreta de la década del 30 y un Ford T de carreras, además del taller que utilizó en sus últimos años de vida para construir muebles de madera.

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Biografía

Otro Solo de Zaldívar participó activamente en la Guerra del Pacífico

De una familia de pequeños agricultores, tuvo que trabajar desde muy joven en la labranza de los campos y cuidado de la hacienda. Conoció todos los trabajos del labrador y las duras faenas en las montañas asturianas lo hicieron fuerte de cuerpo y de espír i tu, emprendedor y resuelto a afrontar cualquier sacrificio para lograr lo que desde pequeño anhelaba, sobresalir entre sus semejantes. Se daba cuenta, cada vez con más claridad, que en su patria no podía cumplir sus deseos de aventuras, grandes espacios, difíciles empresas. Lo esperaba quizás el fracaso pero, posiblemente, el gran triunfo.

Logró, después de mucho empeño y gracias a la ayuda que le dio un tío sacerdote, don Mariano Montes, convencer a su familia que lo dejara probar fortuna. ¡Cuántas lágrimas lo despidieron! Allí quedaban sus familiares apegados a su tierra y es posible que ellos también sintieran, al verlo partir, un secreto deseo de tierras lejanas, y en ésa época, rodeadas de misterio.

De muy joven -16 años- embarcó para América con el tío don Mariano y desembarcaron en la ciudad de Buenos

- José Montes nació en Sardín, Asturias, el 28 de Marzo de 1854 y falleció el 25 de Enero de 1947, a los 93 años, en Punta Arenas.

Luchó heroicamente en la batalla de Tacna el 26 de mayo de 1880 y en la toma de Morro de Arica el 7 de junio del mismo año.

Luis Solo de Zaldívar Alemparte, participó en el bombardeo de Antofagasta el 26 de mayo de 1879 y luchó en la toma de Pisagua el 2 de noviembre de 1879 y en la batalla de Dolores el 19 de noviembre del mismo año. Ascendió a Sargento Mayor del Regimiento 4º de Línea y el 20 de mayo de 1880 fue nombrado Segundo Comandante de este cuerpo.

El 4 de abril de 1859 ingresó a la Escuela Militar. Ingresó al ejército en 1864 como subteniente del Batallón 4º de Línea y participó en las campañas de la Araucanía. Luchó en el combate de Coipué

el 26 de abril de 1868 y en el combate de Los Llanos de Angol el 28 de enero de 1869. Alcanzó el grado de capitán ayudante del 4º de Línea y participó en la Guerra del Pacífico.

Luchó heroicamente en la batalla de Tacna el 26 de mayo de 1880 y en la Toma de Morro de Arica el 7 de junio del mismo año. Fue nombrado Comandante del Batallón Cívico “Atacama” Nº 2. Ascendió a teniente coronel graduado el 30 de julio de 1880 y fue nombrado Comandante del 4º de Línea. Luchó también en las batallas de Chorrillos y de Miraflores el 13 y el 15 de enero de 1881.

El 13 de junio de 1881 lo nombraron Comandante del Regimiento 4º de Línea y más

tarde participa en la campaña de Arequipa, en septiembre de 1883, siendo herido de gravedad en la toma de esta ciudad el 22 de octubre de 1883.

Ascendió a coronel y al estallar la guerra civil de 1891 apoyó al gobierno de José Manuel Balmaceda. El 12 de enero de 1891 fue nombrado Comandante de la 6º División “Angol” y el 17 de marzo de ese año fue nombrado Comandante interino de la 2º División “Valparaíso”.

Fue elegido diputado por Traiguén en el Congreso Constituyente y poco después fue nombrado Intendente de Malleco. Triunfante la revo luc ión fue dado de baja del ejército y sufr ió persecuciones.

Fundación y trazos de una historia reciente

Aires después de una larga travesía. Allí se separó de su tío que fue en misión evangélica a Perú y Colombia, falleciendo éste pocos años después de fiebres malignas, comunes en aquella época en las regiones selváticas. José Montes trabajó no lejos de Buenos Aires, en las islas cercanas a la conjunción del legendario Río de la Plata con el Río Paraná y allí ganó algún dinero que junto con los pocos ahorros que trajo de España, fueron suficientes para trasladarse al Paraguay. No se sabe porqué fue a ese país que recién había perdido la guerra contra la Triple Alianza, formada por Argentina, Brasil y Uruguay, luego de seis años de lucha muriendo en la última batalla su presidente Francisco Solano López. Es de imaginar el estado en que se encontraba el país. Tal desorden no agradó a José Montes. El clima de grandes calores y humedad no era el que prefería. Allí oyó hablar y leyó descripciones de la legendaria Patagonia. Decidió, pues, juntar lo que tenía y embarcó en el vapor Río de la Plata rumbo al Estrecho de Magallanes. Después de varias semanas de navegación por mares tormentosos entró el barco en el Estrecho de Magallanes, y luego de corta navegación fondeaba en la

bahía de Punta Arenas.Una vez es tab lec ido,

comenzó por comprar una tropilla de caballos, arreos para los mismos y con una amplia provisión de víveres y artículos para permutar a los indios tehuelches por pieles y plumas de ñandú (avestruz americano) salió a la aventura por las extensísimas pampas en busca de campamentos de salvajes con quienes ejercer el comercio de trueque. No estaba esto libre de riesgos pues “en un quítame allá esas pajas” los indios tehuelches dejaban finado al más valiente y decid ido, abandonado el cadáver a las aves de carroña, pumas y zorros que se encargaban de mondar sus huesos.

E n e l M o t í n d e l o s As t i l le ros , José Montes y acompañantes fueron apresados y sus equipajes y caballos sustraídos. Dudaron los amotinados entre matarlos o dejar los con vida para añadirlos a las filas de los rehenes; decidieron después de muchas d iscus iones lo últ imo, pues no tenían baqueano que conociera tan bien el terreno como José Montes y les podía ser útil.

Los revoltosos los trataron con extremada rudeza y c r u e l d a d d u r a n t e l o s

cuatro días que estuvieron acampados allí. Más tarde se fugó.

El 24 de Agosto de 1880 se casó con aquella rubia joven suiza de 16 años, casi una niña, Eugenia Thurler, hija de una familia de granjeros de Friburgo que había llegado poco antes a Punta Arenas con sus 5 hijos. De este

ejemplar matr imonio que cumplió 67 años de vida en común, falleciendo ambos con escasos meses de diferencia, nacieron 6 hi jos casados algunos con asturianos o hijos de asturianos, como el caso de Teresa Montes Thurler que se casó con José Menéndez Behety, hijo de don José Menéndez, además de estar

emparentados con ese vínculo, don José Menéndez y don José Montes fueron siempre grandes amigos. Su otra hija Eugenia Montes Thurler se casó con el médico del Destacamento “Magallanes” don Domingo Solo de Zaldívar Godoy, de quienes nacieron, Julia, Eugenia y Arturo Solo de Zaldívar Montes.

(Por AlejAndro Solo de ZAldívAr)

Palacio José Montes.

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¡Terremoto en Valdivia!Relato de una catástrofe

El 11 de junio de 1960 aparece publicado un listado con todos los elementos necesarios y de uso imprescindible para la comunidad, la medida buscaba detener la especulación y evitar cualquier forma

de mercado negro. El siniestro había dejado más de dos millones de damnificados y hasta ahora es considerado uno de los más grandes de la humanidad.

La región de Magallanes no sufrió las crudezas del terremoto de 1960, pero la solidaridad de sus habitantes dijo presente con barcos y pertrechos. Incluso con el envío de carbón, producto indispensable para enfrentar la crisis y que obligó al Gobierno a fiscalizar su venta y declararlo artículo de primera necesidad.

El 11 de junio aparece publicado un listado con todos los elementos necesarios y de uso imprescindible, la medida buscaba detener la especulación y evitar cualquier forma de mercado negro.

Los hechos se remontan al amanecer del sábado 21 de mayo de 1960. A las seis de la mañana un fuerte sismo sacudió gran parte del sur de Chile. Hubo doce 12 epicentros en la costa de la península de Arauco, actual región el Biobío. Las principales ciudades afectadas fueron Concepción, Talcahuano, Lebu, Chillán, Los Ángeles y Angol y fue percibido en el Norte Chico y la zona de Llanquihue.

El primer movimiento telúrico produjo el derrumbe del puente sobre el río Biobío, que comunicaba a la ciudad de Concepción con la provincia de Arauco.

Las comunicaciones telefónicas desde la capital al sur quedaron interrumpidas y las primeras noticias de la situación se conocieron gracias a señales enviadas p o r r a d i o a f i c i o n a d o s desde el mismo lugar del desastre. El Presidente de la

República Jorge Alessandri inmediatamente suspendió las ceremonias en honor al Día de las Glorias Navales y el tradicional mensaje desde el Congreso.

Lo peor l legó al día siguiente. El domingo a las 15:11 horas el gran terremoto dejó caer toda su fuerza en Valdivia y alrededores. El sismo fue percibido en diferentes partes del planeta y un maremoto afectó a diversas localidades a lo largo del océano Pacífico.

Fallecieron cerca de 20 mil

personas y más de 2 millones quedaron damnificadas a causa de este desastre.

Duró aproximadamente 10 minutos, y cubrió casi 1000 km de extensión norte-sur. El cataclismo devastó todo el territorio chileno entre Talca y Chiloé, es decir, más de 400.000 km².

La zona más afectada fue Valdivia, donde alcanzó una intensidad de 12 grados en la escala de Mercalli. Gran parte de las construcciones de la ciudad se derrumbaron inmediatamente, mientras el

La prensa internacional siguió cada paso de la tragedia y muchos corresponsales internacionales ingresaron al país a cubrir la noticia. Fotos, documentos y documentales están esparcidos por todo el orbe. Para muchos fue la tragedia telúrica más terrible de la humanidad.

La tragedia afectó a las ciudades más importantes de la Región del Biobío, de Los Lagos, y la actual de Los Ríos fue una de las más afectadas. Aún pena el recuerdo del maremoto en la ciudad de Valdivia.

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río Calle Calle se desbordaba e inundaba las calles del centro de la ciudad.

El tsunami generado por esa enorme ruptura fue devastador, afectando a la costa chilena entre Concepción y Chiloé. En el puerto de Corral, cercano a Valdivia, el nivel del mar había subido cerca de 4 metros antes de comenzar a retraerse rápidamente cerca de las 16:10 horas, arrastrando a los barcos ubicados en la bahía. A las 16:20, una ola de

8 m de altura azotó la costa entre Concepción y Chiloé a más de 150 km/h. Cientos de personas fallecieron al ser atrapadas por el maremoto que destruyó pueblos en su totalidad. Diez minutos después, el mar volvió a retroceder, arrastrando las ruinas de los pueblos costeros para impactar nuevamente con una ola superior a los 10 metros de altura. Los navíos fueron completamente destruidos.

Edificios patrimoniales no pudieron resistir la furia de la naturaleza.

Las imágenes hablan por sí solas. Todavía en Valdivia es posible ver en algunas construcciones las huellas del terremoto y maremoto.

Desaparecieron buques y en la costa de Corral todas las embarcaciones pesqueras dejaron de existir. Los pescadores más antiguos de la zona aún recuerdan el hecho.

El Gobierno solicitó ayuda a todas las ciudades que no fuern afectadas. Magallanes contribuyó con pertrechos y carbón, elemento declarado de necesidad vital durante la emergencia.

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