suplemento literario salvadoreño n°934

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  • 8/15/2019 Suplemento Literario Salvadoreño N°934

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    suplemento cultural tres mil · diario colatino · enero 19 de 2008

    Sábado 19 de enero de 2008 l  No 3662 del año XVII segundo centenario l www.diariocolatino.com

    DIARIO CO LATINO, MÁS DE UN SIGLO DE CREDIBILIDAD

    Nº 934

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    suplemento cultural tres mil · diario colatino · enero 19 de 2008

    ¿Cuánto tiempo seguirán muriendo los que han muerto?¿Cuánto tiempo seguirán muriendo los que han muerto?¿Cuánto tiempo seguirán muriendo los que han muerto?¿Cuánto tiempo seguirán muriendo los que han muerto?¿Cuánto tiempo seguirán muriendo los que han muerto?OTONIEL GUEVARA

    Saco mis pañuelos ya secos de tanto llorar, los circuns-cribo en el aire, donde cosechan la tierra los caites ente-rrados en Izalco, los sombreros ahogados en El Mozote,las muñecas de palo que tiñen de rojo el Sumpul.

    Inundo de arrozales mi camino: Feliciano Ama colgadofrente a los niños, muerto desde mucho antes y vivientemucho mucho después. Las imágenes dan la vuelta al mun-do, no quiere decir que se vean en todas partes del plane-ta, significa que están cambiando el curso de las cosas: na-ciendo al morir, retornando al irse, lloviznando al tronarlos cañones.

    Nunca hubo una lluvia más áspera que la angustia de losmuchachos escondiendo su pelo largo, ocultando sus cua-dernos vegetales, su alegría insensata, culpable por ser ella,por ser de ellos, culpable de una mano que no soporta lacallosidad de los que hacen la melodía del trabajo, cons-truyendo paredes hacia arriba, enterrando historias haciaabajo.

    1932 hace 76 años. 32 veces 32. Setenta y seis vecesrepetido el tintineo de enero en nuestras venas arrogan-tes de ignorancia, en nuestro cielo piadoso que espera,una espera que ya va esclareciendo entre la neblina sufecha de vencimiento. El sol de Ama se acerca a paso deindio. Ama colgado, marcando acompasadamente el vaivéndel tiempo que está llegando, Ama con las manos atadas y

    la furia desatada bajo sus pies de ángel de Chagall que se

    pega en nuestra ropa tendida en las tardes de pájaros yceniza, nubes de pájaros y nubes de ceniza.

    Nubes de tormenta que se avecinan para borrar el tor-mento y entregar sus nombres verdaderos: quien tiene sualma sucia tire la primera piedra: piedras con fechas, connombres, con motivos, con verdades. Piedras de verguenzapor el mal cometido, por la crueldad infringida, por la or-fandad diseminada, por la humanidad desdeñada, por la ino-cencia aplastada.

     Nació en Izalco, Sonsonate, en 1881, y murió linchado por una turba enardec ida y xenofóbica de ladi nos, prodictadura y terratenientes, luego fue colgado de un ár- bol con un lazo, para dar la impresión que había muertoahorcado el 28 de enero de 1932. Usaba pelo corto, bigo-te y barba bien recortada, vestía camisa y pantalón de man-ta, caites de cuero y sombrero de palma, fue un hombrehumilde, respetuoso, de voz apacible, firme y convincen-

    te, no hablaba mucho castellano sino en su lengua natal —el náhuat—, trabajó de jornalero, gustaba sembrar maíznegro, era devotamente cristiano, querido y apreciado por los demás indígenas.

    Casado con Josefa, hija de Patricio Shupan, quien eramayordomo principal de la cofradía del Corpus Christi(Espíritu Santo) y a la vez cacique de Izalco. FelicianoAma recibió de su suegro respaldo y apoyo, él lo ayudabaa recibir a los mandaderos de la cofradía, recolectar lasofrendas y lo acompañaba a las reuniones importantes.Patricio Shupan murió a causa de un sorpresivo fortísimodolor de estómago en 1917, luego de asistir a un almuer-zo en la residencia presidencial con uno de los presiden-tes de la dinastía Meléndez-Quiñónez, Carlos Meléndez.

    Para esos años Patricio Shupan ya reclamaba la expro- piación de las tierras comunales que el gobierno le habíaarrebatado a los indígenas, la expropiación de éstas por  parte del gobierno, el maltrato inhumano y la extrema ex- plotación de que eran víctima los indígenas fue la semillade la discordia que desembocó en la insurrección indíge-na y en donde la fuerza armada cometió el peor etnocidiodel siglo XX.

    Fueron masacrados más de 30 mil indígenas; este he-cho histórico es conocido y denominado por los historia-dores gobiernistas como los "sucesos de 1932". Al falle-cer Shupan, en 1917, Ama se convirtió en el cacique delos indígenas de Izalco y dirigente de la cofradía del Es- píritu Santo, constituida en su totalidad por indígenas.

    Continuó él la demanda por la devolución de las tierras

    comunales, la denuncia y la condena por la violación delos derechos humanoscometida contra su pueblo.

    Mario Zapata y Alfonso Luna, jóvenes universitarios, alenterarse de los preparativos de la insurrección indígenaliderada por el cacique Feliciano, llegaron a Izalco comodirigentes del Partido Comunista de El Salvador (PCS),con el interés de aprovechar políticamente la situación conel propósito de que el PCS tomara la dirección.

    Pero era ya demasiado tarde, Feliciano y los otros diri-gentes indígenas tenían previsto el levantamiento indíge-na y al PCS no le quedó otra opción que adherirse a larevuelta indígena. En la noche del 22 de enero de 1932,Feliciano Ama ingresó a Sonsonate con centenares de in-dígenas, pero en la madrugada llegó gente extraña al mo-vimiento, proveniente de Juayúa y ésta hizo destrozos, ma-taron al alcalde, cometieron acciones vandálicas y toda laresponsabilidad se la atribuyeron injustamente al líder in-dígena Feliciano Ama, quien luego se replegó a unoshuatales en las afueras de Izalco.

    Los ladinos comenzaron a pedir su cabeza y desarrolla-ron un racismo paranoico.

    La misión de atrapar a José Feliciano Ama fue enco-mendado a Cabrera, comandante de la guarnición de Izalcoy reconocido como un matón que odiaba a los indígenas.Él salió con varios perros hacia los alrededores de Izalco,iba con varias decenas de soldados armados "hasta los dien-tes" vestidos de paisano y cuando llegaron al lugar dondese encontraba el líder indígena, lo emboscaron, lo captu-raron y amarrado se lo llevaron. a la alcaldía.

    Ama gritaba: ¡vivan los indígenas! ¡las tierras son nues-tras¡ con su asesinato quisieron de esta forma apagar suvoz por la justicia. Feliciano quedó suspendido de unaceiba frente a la Iglesia de la Asunción, como ejemplo delo que le podía suceder a todo aquel que reclamara lo quele habían robado los terratenientes y los altos funciona-rios de la dictadura de Maximiliano Hernández Martínezy de otros gobernantes anteriores

     ALGO MAS DE AMA ALGO MAS DE AMA ALGO MAS DE AMA ALGO MAS DE AMA ALGO MAS DE AMAOSCAR MARTÍNEZ PEÑATE

    EXHIBICION DE ARTE PRO DERECHINDIGENAS EN EL 76 ANIVERSARIO

    DEL GENOCIDIO DE 1932

    MEMORIA AUTONOMMEMORIA AUTONOMMEMORIA AUTONOMMEMORIA AUTONOMMEMORIA AUTONOMLA TRIBU LA NACION Y LA GUANAXIA

    22 de Enero al 22 de Febrero del 2008

    Sala de Exposiciones

    del Centro Cultural Estudiantil

    Universidad Francisco Gavidia

    La Fundación José Feliciano Ama (FAMA), ponexhibición parte de la obra en papel donada por tas salvadoreños e internacionales en apoyo al Forternacional sobre El Genocidio y La Verdad, realien el 75 aniversario del Genocidio de 1932 en Izterritorio ancestral Nahuat.

    MEMORIA AUTONOMA - La Tribu la NaciónGuanaxia, responde a una serie de demostracionetísticas enfocadas a dialogo intercultural y homen pueblo indígena de El Salvador realizadas en Losgeles, Nueva York , San Francisco, Izalco y ahoraSalvador, las cuales han sido coordinadas por el pocineasta Daniel Flores y Ascencio, fundador y pdente de la Fundación José Feliciano Ama (FAMA

    En esta nueva muestra, la cual reúne principalm

    obra de artistas salvadoreños dentro y fuera del como la simbólica donación de artistas norteamenos, se incluye obras recientemente donas por artemergentes. La Fundación Ama (FAMA) pretendesta forma revitalizar el dialogo cultural de forma plia e incluyente, sensibilizar la sociedad civil salvreña sobre los derechos indígenas y exigir una ressabilidad compartida con la comunidad artística –lectual nacional.

     La exhibición esta siendo coordinada con los artdel Colectivo Diversos, el apoyo de la Fundacióny Punto Convergente en las Artes, con el cual FAcomienza esta iniciativa aquí en país.

    Si en cada salvadoreño existiera un salvadoreño, era un indio, tendría que estar masacrado, expulsadpojado de su tierra y de su acento, tendría que bmirada ante el cañón homicida. Si en cada salvadhubiese un salvadoreño, tendría que estar incendiaignominia, reclamando la tierra, protegiendo con ede Dios la sensualidad del agua, repitiendo el lenguadobe y el horcón en la selva extranjera, en las oficinnaufragio adonde los vientos violentos se han llevadpadres, a los hijos y a los espíritus santos de nuestrdianidad, para infringirle monedas con que comprarlhasta el olvido, hasta el unguento que borra las cicdel alma.

    76 veces Nada. 76 veces evadiendo el cadáver vluminoso de nuestro propio rostro eternamente mmientras no le demos honrada sepultura con el mala justicia.

    Estamos aquí. Podemos hacerlo todo. No sigamgiendo el silencio, no sigamos abonando el olvido. Omos, si eso se prefiere. Pero no volvamos a dirigir labra a nuestros hijos, que nazcan de una vez en otraque olviden para siempre de qué están hechos, porles decimos que son materia de la Nada los condmos a la Nada y eso serán: Nada en el reino de laUna mentira, un tiro al aire, una migaja de Nada en e

    de las ratas.

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    Murió Ángel González, maestro de la ironíaMurió Ángel González, maestro de la ironíaMurió Ángel González, maestro de la ironíaMurió Ángel González, maestro de la ironíaMurió Ángel González, maestro de la ironíay poeta del testimonio y la nostalgiay poeta del testimonio y la nostalgiay poeta del testimonio y la nostalgiay poeta del testimonio y la nostalgiay poeta del testimonio y la nostalgia Tomado de http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=1879_46_595956__SociedadyCultura

    El poeta Ángel González (Oviedo, 1925)falleció en Madrid, donde residía desde suregreso de Nuevo México. Murió en unaclínica en la que había ingresado el miérco-les a causa de una afección respiratoria y

    acompañado de su esposa, Susana Rivera, yrodeado de los amigos más próximos. Án-gel González tenía 82 años y echaba demenos su juventud, a pesar de haber vividoentonces un tiempo amargo que supo ex-primir con inteligencia hasta transformar-lo en poesía.

    Ángel González se dio a conocer comopoeta tardíamente. La suya fue, como diríaEmilio Alarcos, «una manifestación tardía deuna vocación temprana». Componía versosdesde pronto, pero lo hacía para sí mismo,y fue el también poeta ovetense CarlosBousoño quien le animó a publicar. Así na-ció «Áspero mundo» (1956), un primer

    poemario en el que se puede apreciar, con-tra lo que sucede en poetas primerizos, unagran madurez. Será la suya una poesía deaparente sencillez, pero tras la que se ocul-ta el «producto de un lento, demorado yvigilante trabajo, en el que el chorro inicialha pasado por espesos y meticulosos fil-tros para que quede sólo lo esencial». Así la describe Alarcos, que más adelante hablade esa ironía tan presente en sus versos.

    Valoraciones similares se escucharon du-rante la última comparecencia pública deÁngel González en Oviedo, la de su inves-tidura como doctor honoris causa de laUniversidad, donde rodeado de amigos pasóuno de los días más felices de su vida. Fue-ron tantos los elogios que reca-yeron en

    su persona aquella tarde del 3 de diciem-

    bre -hace poco más de un mes- que el pro-pio Ángel González, un tanto abrumado, sevio obligado a responder. «Están todos equi-vocados, en el fondo soy un cabrón».

    Allí salieron a la luz algunas de las debili-dades del poeta. Con un Paraninfo repleto,satisfecho de poder darle la bienvenida a laque debiera haber sido su casa mucho an-tes, Paco Brines incidió en la transparenciay la precisión de su poesía. «Siempre mesorprendió su aparente sencillez tras la quehabía muchas horas de trabajo para lograresa precisión».

    Además Brines habló del amigo, del com-pañero de risas, copas y músicas noctur-nas. No fue el único en comentar su buenadisposición para la bebida. «Me sorprendiócómo bebía y cómo era inmune a la bebi-da. Tomando más siempre era uno de los

    más serenos», apostilló Brines.Los achaques y las afecciones respirato-

    rias no mermaron las costumbres del poe-ta, que, aunque echaba de menos su vidanoctámbula, seguía agarrado al pitillo y a lacopa larga siempre que la ocasión lo propi-ciaba. Dos querencias que Ángel Gonzálezcompartía con su pasión por la música. Eraun poeta que hubiera querido ser músico,como confesó en alguna ocasión.

    Su última visita a Oviedo fue para cele-brar la llegada de 2008. Aquí, en compañíade su esposa y de Josefina Martínez y suhijo, recibió el nuevo año. Fue sin saberlouna despedida en la que hasta altas horas

    de la madrugada recordaron y repasaronlos años vividos. Al fallecido le gustaba evo-car el tiempo perdido en sus visitas a laciudad donde nació. «Es una especie devuelta a sensaciones olvidadas, a lo quequeda del Oviedo que viví de niño y de joven», manifestaba en una entrevista re-ciente.

    Considerado uno de los poetas más re-presentativos de la llamada Generación del50, su poesía ha salido de los cauces mino-ritarios para convertirse en uno de los au-tores más celebrados de los últimos años.Dueño de un registro poético en el que laironía, el tono coloquial y la complejidad

    hecha sencillez dan paso a un verso en oca-siones intimista y susurrante, ÁngelGonzález es autor de una obra espléndidaque le ha valido numerosos reconocimien-tos. En ella queda patente, además de lanostalgia, «una manera de pensar», nacidadel sufrimiento y «el rechazo de la miseriade aquellos años».

    Admirador de Claudio Rodríguez, Blas deOtero, Antonio Machado o Juan Ramón Jiménez, mantuvo siempre un sentimientode rebeldía hacia la dictadura, a la que com-batía clandestinamente.

    Consciente de la diversidad poética decuantos se agrupaban en la llamada Gene-ración del 50, siempre sostuvo que de to-dos ellos solo Jaime Gil de Biedma y él sehabían mantenido en una línea de la poesía

    urbana, porque estaba convencido de que«la utopía de transformar el mundo» esta-ba aún vigente.

    Hijo de un republicano que murió cuan-do él tenía 18 meses, estuvo siempre muymarcado por sus experiencias durante laguerra civil y la posguerra. De hecho,«gozó» durante buena parte de su vida,según él mismo decía, de una salud «muymejorable», quebrantada desde muy jovenpor una tuberculosis contraída «gracias ala miseria de aquellos tiempos» que le tuvorecluido en las montañas de León durantetres años.

    González escribía poco. «Otoños y otrasluces», poemas sobre la nostalgia, la elegíaal paso del tiempo y la vejez, es su últimolibro, publicado en 2001 tras nueve añosde silencio porque, argumentaba, tenía quesentir la necesidad de escribir y eso nosiempre ocurría. En la actualidad trabajabaen un nuevo libro que ya contaba con ca-torce poemas nuevos, según expresó ayersu amigo el poeta granadino Luis GarcíaMontero.

    Estudió Derecho y Magisterio y acabóhaciéndose funcionario. Vivió desde 1972en Albuquerque (Nuevo México, EstadosUnidos), en cuya Universidad, que le hizodoctor honoris causa en 1997, enseñó Li-

    teratura.

    «Yo no me fui exiliado», explicaba, «yome fui harto de la España de la dictadura,que parecía que no iba a acabar nunca». Sequedó en Albuquerque tras la muerte deFranco porque era licenciado en Derecho,«ni siquiera abogado», y en España no po-día enseñar Literatura, que era lo que leinteresaba, mientras que en Nuevo Méxicosí se lo permitieron.

    Empezó a pasar cada vez temporadas máslargas en España a partir de su retiro, en1993, y desde 2003 mantenía un domicilioen Madrid. Aunque uno de sus rasgos más

    característicos, la ironía, surgió como la for-ma en la que los poetas de su generaciónesquivaban la censura franquista, con eltiempo se dio cuenta de que ésta le permi-tía «decir que sí y que no al mismo tiem-po».

    Premio «Príncipe de Asturias» de las Le-tras en 1985 y «Reina Sofía» de poesía ibe-roamericana en 1996, entre sus títulos fi-guran «Áspero mundo», «Sin esperanza, conconvencimiento», «Grado elemental», «Tra-tado de urbanismo», «Palabra sobre pala-bra» y «Prosemas o menos».

    TRES POEMASDE ÁNGEL GONZÁLEZ

    A VECES

    Escribir un poema se parece a un orgamancha la tinta tanto como el semen,empreña también más en ocasiones.Tardes hay, sin embargo,en las que manoseo las palabras,muerdo sus senos y sus piernas ágiles,les levanto las faldas con mis dedos,las miro desde abajo,les hago lo de siemprey, pese a todo, ved:¡no pasa nada!Lo expresaba muy bien Cesar Vallejo«Lo digo y no me corro».Pero él disimulaba.

    ASÍ NUNCA VOLVIÓ A SER 

    Como llevaba trenzala llamábamos trencita en la tarde

    del jueves.Jugábamos a montarnos en ella

    y nos llevabaa una extraña región de la que nunca

    volveríamos.Porque es casi imposible abandonar aquel olor a tierra de su cabello sucio,sus ásperas rodillas todavía con polvoy con sangre de la última caída

    y, sobre todo,la nacarada nuca donde se demorabanunas gotas de luz cuando ya luz no habAllí me dejó un día de veranoy jamás regresóa recoger mi insomne pensamientoque desde entonces vaga por sus brazocorrigiendo su ruta, terco y contradictlo mismo que una hormiga que no sab

    salir de la rama de un árbol en el que se ha

     perdido.

    BREVES ACOTACIONES PARA UBIOGRAFÍA

    Cuando tengas dinero regálame un an

    cuando no tengas nada dame una esqude tu boca,cuando no sepas qué hacer vente conm pero luego no digas que no sabes

    lo que haces.

    Haces haces de leña en las mañanasy se te vuelven flores en los brazos.Yo te sostengo asida por los pétalos,como te muevas te arrancaré el aroma

    Pero ya te lo dije:cuando quieras marcharte ésta es la puse llama Ángel y conduce al llanto.

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    El viejo se fue acercando al pe-queño corrillo que se armó des-pués de la charla. A paso lento, conlas manos en la espalda como sillevara algo escondido. No inter-

    vino en el cruce de frases. Se limi-tó a mirar con curiosidad a quienestuviera interviniendo. La esce-na parecía sacada de una películacheca. Cada contertuliano des-pués de hacer uso de la palabra,le echaba rápidamente una mira-da al reloj de pulsera y hacía mu-tis. Sin más ni menos, la sala deconferencias iba quedando des-ocupada. Al cabo de un rato sóloestábamos allí el viejo y yo. Fren-te a frente.

    -¿Así que también eres editor?,abrió la boca por primera vez.

    Asentí. Luego por invitaciónsuya, fuimos a tomar tinto al cer-cano puesto de la federación decafeteros de Colombia. Tinto gra-tis y sabroso, de degustación. Yono tenía ni idea quién era el viejo.Daba por cierto que era uno másde esos curiosos que se acerca-ron al final de la charla, para plati-car conmigo. Yo había sido invita-do a la feria del libro de Bogotá,dedicada a la diáspora. Mi charlase trataba de los ambientessurrealistas de las sagas de Islan-dia. Por eso esperaba que el viejohiciera acotaciones al tema o re-firiera alguna nota extraviada de J.L. Borges sobre algún escalda

    vikingo. Pero no. En cambio mecontó, como si fuéramos viejosamigos, que tenía una hija en Sue-cia. Y pronunció un nombre grie-go y de inmediato preguntó quesi yo “que también vivía en esosrincones del mundo” la conocía.Dije que no. En ese preciso ins-tante alguien llegó a saludarlo.Respondió el saludo aludiéndome:

    -Te presento a mi editor en Sue-cia.

    El recién llegado me miró comosi lo estuvieran tomando del pelo,estiró la mano, dijo algo y conti-nuó su rumbo a pasos largos. Nole puse mayor atención al suceso. Terminamos de tomar el café y enlugar de despedirme, seguí cami-nando a la par de aquel ser de bajaestatura, pecas en la calvicie, za-patos bien lustrados y americanade paño viejo, como él, pero bienconservado. De un momento aotro llegamos al puesto de ventasde los poetas nadaístas. Las estre-chas paredes del lugar estaban lle-nas de afiches. Dominaban: ungrueso tabaco en la boca sonrien-te del Che y la falda de Marylin

    El viejo y el editorEl viejo y el editorEl viejo y el editorEl viejo y el editorEl viejo y el editorVÍCTOR ROJAS

    [email protected] [email protected] para Tres Mil

    Monroe jugando con el viento. ¡Niun solo libro había allí! Sólo foto-copias de poemas escritos a má-

    quina sobre una mesa corta. Unamujer joven que atendía el pues-to al ver a mi acompañante le re-clamó airada por haberse demo-rado tanto. Entendí que el viejoalgo tenía que ver con la venta delas fotocopias pues de repente sepasó al otro lado de la mesa, diouna palmadita en la nalga a la jo-ven al tiempo que me presentabaa ella como su editor.

    -Mira, este es mi última inspira-ción, dijo el personaje y me alcan-zó la fotocopia de un poema. Valemenos que una gaseosa en la fe-ria. Cobró.

    -“Oda al condón”, leí en voz altael título de la poesía. Y para mi enorme sorpresa, lo

    firmaba Elmo Valencia. El sobresal-to no se hizo esperar. ¿Acaso es-taba yo, sin saberlo, compartien-do con el Monje del Nadaísmo?Alguien pasó a la carrera y mesacó de dudas al saludarlo:

    -¿Eh, vos Elmo, cómo te va?Entendí. El viejo no se había pre-

    sentado pues daba por hecho queyo debía saber quien era él. Enverdad, los poetas nadaístas no me

    eran ajenos pero nunca los habíavisto. Ni en persona ni en fotos. Tenía la impresión de que eran

    unos seres díscolos que como unamaldición española, se cagaban enla hostia. Pero que eran cuerdosen sus composiciones, de eso ha-bía ninguna duda. En los años deexilio a menudo me acordaba dela leche revuelta con agua quevendían en las tiendas de la ciu-dad y que el cantautor nadaístaPablus Gallinazo recreaba con ati-no en su canción Una flor para mascar .

    -Maestro Elmo, dije dando laimpresión de que en verdad loconocía, ¿tienes algún libro depoemas tuyos para la venta?

    -No, papá, sólo fotocopias, fuela respuesta.

    Entonces, sin pensarlo dos ve-ces, le propuse que publicáramosuno, ya que se jactaba de que yoera su editor en Suecia. El Monjemostró interés. De inmediato algole dijo en voz baja a la joven quelo ayudaba y después de repetirlela palmadita en la nalga, me invitóde nuevo a tomar café, al mismolugar. Allí acordamos que al día si-guiente me entregaría veinte poe-mas para ser publicados. Era pe-

    rentorio trabajar lo más rápidoposible pues yo sólo estaría enColombia diez días más. Nos des-pedimos con un fuerte apretón demanos. Salí de la feria del libro

    derecho a llamar a Suecia para queme dieran un número de registrode libro, un ISBN.

    Al día siguiente crucé por elpuesto de los nadaístas para re-coger los poemas. Elmo no esta-ba, y la mujer joven no sabía dón-de encontrarlo. ¿Acaso se habíaarrepentido porque los derechosde autor se los iba a pagar consus propios libros? Decidí espe-rarlo. Todo fue en vano. Volví alotro día por la tarde. Por suerte,ahí estaba el poeta, firmando fo-tocopias. Al verme, salió del pues-to, me tomó del brazo y a pasolento me fue llevando al lugar delos tintos de degustación.

    -Acá están los poemas, dijo ypuso sobre la mesa un montón dediversos papeles.

    La verdad es que yo esperabaque me entregara un disquete. Leeché una hojeada al manuscrito.Algunas hojas estaban recién me-canografiadas. Otras estaban es-critas a mano en papel de cuader-no. Otras en el dorso de una fac-tura. Y algunas fotocopias. Sonreí.Como acostumbro a hacerlocuando algo me incomoda. ¡Quécosa, yo mismo tendría que pasartodo al computador! Resignado a

    la tarea, conté los poemas.-Hace falta uno, reclamé.-¿Y el que te llevaste ayer, papá?

    Con ese son veinte.En aras de ganar tiempo, me le-

    vanté de la mesa y me despedí.-Ya sabes dónde encontrarme,

    replicó El Monje.Aún me duele haber dejado allí 

    medio tinto servido. Sobre todoporque de nada me sirvió salir envolandas. Un aguacero acompaña-do de relámpagos me tuvo atra-pado por más de hora y mediabajo el alero de un edificio, no muylejos de la feria del libro. Ya bienentrada la noche llegué a casa demi hermana, donde me hospedocuando voy a Colombia. Estabatiritando de frío y con ganas detodo menos de ponerme a traba- jar. Pero después de tomar aguade panela bien caliente, me puse atranscribir los poemas. Si algunosversos no hubieran estado tanilegibles hubiera terminado antesque a lo lejos los gallos saludaranal amanecer. Al mediodía ya esta-ba diagramando la obra. Bien en-trada la tarde le estaba entregan-

    do a Elmo un bosquejo de sería el libro. Un “copiacomo le dicen los editorecos al libro preimpreso. Scincuenta páginas. Lo ideal p

    poemario. Y para un presuplimitado. El maestro palmo“copia azul” como si fuera ga de la joven ayudante. Cdedos, también salpicados pecas de la edad, trató de el gramaje del papel. En etante me di cuenta que teojos bordeados de rojo, coactor de teatro chino. Pensera de la emoción. Pero noexigió que el libro se hiciepapel danés. Y se empecinóen que así fuera, que estuvpunto de romper los acuerla publicación. Por fortuna, dió que el libro sería hecBogotá. Quedamos en quesiguiente cruzaría de nuevel puesto para recoger lasbles correcciones que le hla “copia azul”. Contento pmi pequeña editorial publiuno de los nadaístas más cdos, me fui a dormir. Despmedianoche y después novolver a conciliar el sueño. Ací donde Elmo Valencia a emediodía. Fuimos a almoantes de que nos sirvieran tre le pregunté que si habrregido el manuscrito.

    -¡Por supuesto, papá!

     Y de inmediato aclaró qbía encontrado que uno poemas, el más extenso de no era suyo. Dicha compoescrita en una hoja de cuase la había regalado un estude colegio que pasó por eto a comprar un afiche. YElmo caía en cuenta que esde cuaderno se había ido reda entre las otras del manuPor lo demás todo estaba

    -Bellezas de poemas, papclamó sin ocultar la vanida

    -Entonces, ¿qué título le pal poemario?, pregunté. Ya terminando el postre d

    lo llamaría “Culo de botellestuve de acuerdo. Me paretítulo indecente, vulgar. Y como entramos en la segunsis de nuestro acuerdo. El argumentaba dándome a enque yo era un puritano, ucorroído por la triple morarana de Escandinavia. Y noalgunos libros con títulos aúaudaces.Changó, el gran putcalcó que el rótulo de esesuena aún más atrevido e

    Elmo Valencia, el Monje del Nadaísmo

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    cés. ¿Y qué decir del dramasartriano La puta respetuosa ?

    Apenado por mi estupidez, porno saber apreciar el castellanocastizo, di el brazo a torcer. Meapresuré a llegar a casa para en-tregarme al diseño de la carátula.Casi me da la medianoche escri-biendo en la contraportada queElmo Valencia en su poemario“Culo de Botella” hace un reco-rrido por diferentes lugares del

    mundo y la memoria. Empieza conun poema donde el encanto delamor es asaltado por la sombraque emerge de la sala quirúrgicade un hospital. Con su particularestilo el poeta le canta a la sen-sual relación entre hombres ymujeres. Asimismo recuerda losdías en que el bardo Darío Lemusandaba en silla de ruedas. Ya en la madrugada suprimí el

    poema equivocado, el que habíaescrito el estudiante de colegio. Yentonces la compaginación se al-borotó. Quise mandar todo al dia-blo, sobretodo cuando me dicuenta que la eliminación de di-cho poema dejaba demasiado fla-co al libro. Así se lo hice saber alpoeta, minutos más tarde cuandofui a llevarle una nueva “copiaazul”. Sin embargo, se me ocurrióque eso se podría remediar conun prólogo. Elmo me pidió que lediera tres días de espera, que élse encargaba de convencer a sucompinche de poesías, Jotamario,para que redactará la nota preli-minar. Ya que la feria del libro seacababa al día siguiente, acorda-mos encontrarnos en el centro deBogotá, en la cafetería que hay enla esquina de la 19 con 5, lugar

    que el maestro acostumbra a fre-cuentar. Aproveché ese respiropara alistar maleta.

    Llegué a la cita media hora an-tes de lo acordado. Quería ganartiempo. Pero de nada me sirvió. ElMonje apareció con dos horas deretraso, tranquilo, recién afeitado,en vestido de paño y corbata. Sesentó a la mesa donde yo lo es-peraba. Pidió a la cuenta un cafécon leche y un par de empanadas.Le pregunté si había conseguidoel prólogo.

    -¡Claro, papá! Y sacó de uno de sus bolsillos

    un papel rústico, de esos en quese envuelve el pan, y me lo entre-gó. ¡Qué maravilla, había conven-cido a Jotamario! Mi júbilo setransformó en irritación una horamás tarde, sentado frente al com-putador, tratando de entender lacaligrafía de médico con que es-taba escrita la presentación. Invo-qué al santo Job y a la santísimapaciencia de los editores. Así fuidescifrando el prólogo: “Alnadaísmo, movimiento fundado en1958 por el escritor y profeta

    antioqueño Gonzalo Arango e in-tegrado en su mayoría por jóve-nes poetas, llegó como un bólidointerestelar Elmo Valencia, cono-cido como el Monje, provenientede los Estados Unidos donde ha-bía estudiado Física. Sus primeraspiezas literarias publicadas en elsemanarioEsquirla  y el periódicoEl Espectador  provocaron las máxi-mas manifestaciones de admira-ción en el ambiente intelectual

    afecto a la Vanguardia y en espe-cial del profeta Arango quien es-cribió: ¿Qué maldito dios parió atan endemoniado genio? ¿Cuán-tas patas tiene? ¿Camina comonosotros los humanos? Díganleque Gonzalo Arango y sus amigosle enviamos cuarenta pares deabrazos...”

    Incluido el prólogo, el libro vol-vía a sus cincuenta páginas. Llenode contentó imprimí de nuevo una“copia azul”, con el código de ba-rras procesado. Me quedaba fal-tando un dibujo para ilustrar lacarátula, pero eso era lo de me-nos. Ya se había hecho de nochecuando enganché las páginas, peroyo sabía dónde encontrar al maes-tro Elmo a esa hora. Tomé un taxiy fui a su encuentro y le entreguéel manuscrito para que le echarauna ojeada y me diera el vistobueno para mandar a impresión.Nos quedamos de ver al día si-guiente en las horas de la tarde,en la cafetería de la 19 con 5. ElMonje llegó a la hora acordada,arrastrando los pasos. Daba laimpresión de que iba a caer des-mayado. Traía el manuscrito en lamano, enrollado. El rojo del bor-

    de de sus ojos se había vuelto in-tenso.

    -¿Qué te pasa, amigo Elmo?, pre-gunté preocupado.

    Ni media palabra dijo. Se sentóa la mesa y me entregó el manus-crito con desgano. Luego hundióel rostro entre las manos. Al cabode unos minutos dijo, haciendoesfuerzos por reponerse, que ibaa comprar el ataúd desde ahora,para dormir con él hasta que le

    llegara la muerte. Y agregó que nole había quedado tiempo de echar-le un vistazo al manuscrito peroque fuera como fuera, había quequitar el primero de los poemas.La mujer que lo inspiró, “una sar-dina de pocas escamas”, la que loayudaba en la feria del libro, la quelloraba cuando veía un león muer-to a la vuelta de la esquina, lo ha-bía abandonado. Sin más ni me-nos, había sacado la maleta a lascinco de la mañana.

    De nada valió argumentarle queno debía suprimir ese poema quea mi parecer era el más bello dellibro. Esa tarde pude constatar quelos corazones rotos no entiendende razones. Y que si Elmo Valenciano lloraba es porque los poetascaleños no lloran las musas. Al díasiguiente regresé a Suecia sin ha-ber alcanzado a mandar a impri-mir el poemarioCulo de Botella .

    Cinco años más tarde, me volví a encontrar con el maestro Elmo,en Medellín. Estaba encantado dela vida conversando con la poetaMiriam Montoya. Tan pronto fui asaludarlo, se dirigió a ella señalán-dome: Te presento a mi editor enSuecia.

    El poeta nadaísta Elmo Valencia, autor de la «Oda al condón»

    EL PROFETA DE LA NUEVA OSCURIDAPor Elmo Valencia

    ¿No conocieron a Gonzalo? ¡De lo que se perdieron! Era un hombrevino al mundo a gozar la vida. Cómo sería su goce pagano que fun Nadaísmo junto con otros “locos” bellos que andábamos buscando el feterno de la poesía.

    Y lo fundó no haciendo disparos al aire para bajar angelitos cartesiansatélites imperialistas como esos que andan por los cielos averiguántodo: cuántas veces tenemos que hacer el amor al día para olvidarnos dUPACS y de Miss Universo, esa muñeca de porcelana que al abrir la exclama: “Mamá, quiero leche”. Y la leche tan cara.

     No queridísimos lectores. Lo fundó escribiendo un manifiesto que ctiempo se convirtió en todo un tratado de literatura de alcantarilla. Desescribió textos iracundos contra el sistema, el Estado Cabezón, la ordeBramadero (léase: La vaca que más caga), las injusticias de este mundel otro, y hasta contra un Congreso de Escribanos Católicos reunidoMedellín porque los invitados se creían los poseedores de la vegramaticalmente revelada.

     Nada lo doblegó en su lucha contra la libertad de la palabra, en su dde convertir la poesía en un planeta amable donde pudiéramos vivir ade que explote esta bolita de estiércol en mil pedazos por culpa de los ños del poder.

    ¿El poder para qué? “El poder para nada”, dijo Gonzalo en una confecia. Alguien le tiró un huevo. Se agachó y el huevo dio en un retrato al del General Santander, el Hombre de las Leyes. Entonces el profeta insdo exclamó: Las leyes son cadenas, hay que romperlas.

    Como gozó Gonzalo con ese Nadaísmo que llevaba bien metido ecuerpo delgado como un rayo de luz venido del más allá. Y no era  Nosotros le molestábamos diciéndole que tenía que treparse en una cafósforos si deseaba besar a las mujeres que iba conociendo en el cami

    que fueron muchas. ¡Y cómo lo adoraron! Nació en Andes, Antioquia, en enero de 1931, el mismo año en qu

    liberales echaron a su padre del puesto de telegrafista; vivía humildemsin ninguna ostentación y hasta sin reloj porque no quería saber la horaun gran conversador, se quedaba hasta altas horas de la noche dialogcon los amigos sobre cualquier tema filosófico o sobre el amor. Le enc ba quitarle la piel a las ideas obsoletas que ya no funcionaban porqmundo había que cambiarlo y si era posible destruirlo para que de la cesurgiera el Ave Fénix como afirmaba Nietzsche, el filósofo que mas infen el profeta de la nueva oscuridad.

    “Soy Nietzscheano hasta en el modo de mear” me dijo una noche mtras descargábamos la vejiga en un burdel cerca al Capitolio. El Presidde la República seguramente estaba orinando. Cuando vivía en la Perrancia apenas llegaba a su habitación, de noche, con un pan francés sieen el bolsillo, empezaba a teclear su “Olivetti” hasta que el hermano samarillaba el rostro. ¡Cuántos manifiestos irreverentes, poemas aluciny bellas cartas amorosas no surgieron de esos encuentros con su psoledad!

    Se acostaba y después de que probablemente soñaba con Marilyn Molo buscábamos en el “Cisne” (donde hoy queda la torre de Colpatria),oír su mensaje que para nosotros era como un plato de espagueti con de tomate, pues muchas veces ni almorzábamos por andar pensando redondo culo de la poesía.

    Por ser contestatario, por escribir y afirmar lo que nadie en este país hdicho antes, fue conducido a la cárcel varias veces. Sus ideas iluminresplandecieron como relámpagos en muchas universidades y antros dedición literaria porque creía que el nadaísmo había que regarlo por t partes como si fuera una peste, única manera de salvar a Colombia dequilamiento mental en que se encontraba.

    Yo lo acompañé a varios actos pánicos y amaneceres bohemios hastauna mañana encontrándome en USA en retiros espirituales, recibí unmada para informarme que no le fuera a enviar más cartas a Gonzalo que no las iba a poder leer; se había ido de este cochino mundo. ¡Qué tza! Se me llenaron los ojos de lágrimas. Iba en un taxi para Villa de Lcon Angelita, su bella mujer, cantante inglesa, cuando de pronto unchatarra sin dirección, con un leve golpe le levantó la tapa del cerebrocerebro, el más genial de nuestra generación abierto al cosmos!

    Imaginen ustedes, Gonzalo Arango, muerto un 15 de septiembre de 1tirado en una funeraria, sin poder pronunciar su frase favorita: “El ombcapital del mundo”.

    Fue enterrado por sus amigos en Medellín, la ciudad que criticó por imana en ese bello texto titulado “Medellín a solas contigo”. En cambiomucho a Cali, a sus mujeres burguesas, a su río de donde bebió agua (atunadamente no le dio tifo), ciudad que le inspiró el texto, “Cali aparmí esta caliz”.

    Hace algunos años llevamos sus cenizas al cementerio de Andes. Den el pueblo que ya ha comenzado a hacer milagros. A mi me lo hizo. Cdo regresé a Bogotá me habían robado el apartamento. Se robaron hafoto enmarcada de Rasputín que tenía colgada en la pared. No se robar pared porque Gonzalo es muy grande. ¡Dios lo tenga en el cielo!

    http://www.museoarteeroticoamericano.com/elprofetadelanuevaoscuridad

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    suplemento cultural tres mil · diario colatino · enero 19 de 2008

    En 1994 vio la luz laAntología del cuento corto colombiano  (Cali: Uni-versidad del Valle). Ya hacía 14 añosque perpetrábamosEkuóreo , revis-ta pionera de minicuentos. La an-tología, segunda en congregar laproducción minicuentística de unpaís latinoamericano, recogió 76autores. Otro tanto hicieron loslectores, que han recogido ya dosediciones, y la policía, que lo hahecho con varias impresiones pi-ratas.

    Desde entonces, no sólo conti-

    nuamos investigando, sino que al-gunos de quienes a la sazón esta-ban haciendo planas, ya son jóve-nes creadores. Así, en esta Segun- da antología del cuento corto colom- 

    biano  presentamos 145 trabajosnuevos, uno por autor, que amplíantodos los espectros: comenzamosen 1903 con «Una nota humana»de Alfonso Castro, pese a que losentendidos dicen que el primerminicuento en Colombia es «Elgallo», de Francisco Gómez Esco-bar, publicado en 1921, o que pro-piamente se puede hablar del gé-nero a partir del libroSuenan tim- 

    bres , de Luis Vidales, publicado en1926. De igual forma, la cobertu-ra se dilató a lo largo de la geo-grafía nacional. También aparecen19 mujeres (en la anterior habíasólo una), no por un esfuerzo deequidad de género, sino porquecompusieron cuentos que nosgustaron.

    Para nosotros, la literatura sedivide en la que nos gusta y la queno, de acuerdo con nuestro crite-rio, que a veces coincide con el

    Segunda antología del cuento corto colombianoSegunda antología del cuento corto colombianoSegunda antología del cuento corto colombianoSegunda antología del cuento corto colombianoSegunda antología del cuento corto colombianoGUILLERMO BUSTAMANTE ZAMUDIO Y HAROLD KREMER

    tomado de http://con-fabulacion.blogspot.com/

    de otros, y no por el ajuste a cier-to canon... a no ser que fuéramoslos encargados de hacerlo. Estaposición se deriva de dos hechos.De un lado, la creación es un es-tado parcialmente fuera de con-trol: el autor puede ejercer vigi-lancia sobre las horas de trabajo,las amistades, las lecturas, la inves-tigación con fines literarios... peroeso no explica por completo có-mo una interrogación lo busca pa-ra ser formulada. Y, de otro lado,esa magia —basada en el diálogoentre las peores disposiciones del

    ser humano y sus conquistas— nologra ser apresada del todo porlas estéticas y los nombres decorrientes o géneros, aunque po-damos razonar sobre la factura delos textos o sobre la anchura dela herida que producen. Ningunaexplicación de la literatura nos hamantenido cautivos por genera-ciones, como lo hacen las obras.Pero no por eso es vana: la teoríarequiere su propio trabajo y tie-ne su ámbito ilustrativo; se tratade un vicio que dejamos para sumomento.

    El tipo de relatos coleccionadosaquí se nombra como minificción,microcuento, cuento brevísimo,cuento instantáneo, síntesis ima-ginativa, etc. Pero, ¿focalizar la ex-tensión conduce a algo en litera-tura? En pocas líneas, es verdad,se han hecho hallazgos inolvida-bles, pero también escombros.Claro que el provecho de acabarde forma rápida con algo de pocacalidad es innegable, pero ya noes literario. Lo bueno, si breve, allá él . La economía de lenguaje, una

    Cuentos seleccionados

    DESCONTINUADOLeidy Bibiana Bernal

    Después de comprar la cabeza, los brazos, las piernas, etronco y los órganos, al fantasma le fue imposible comprarla vida.

    DÍA GNÓSTICOJotamario Arbeláez

    Si sale el sol es para arruinar la cosechaSi se presenta la lluvia se desbordan los ríosSi encendemos la chimenea se quema la casaSi abrimos la ventana se nos entra un murciélagoNo es que el Señor haya perdido el control del planeta

    Es que mi amada está enferma

    ESCULTURAFlóbert Zapata

    La dejan al cuidado de un niño de meses. Imperdonablemente lo pone al borde de un tanque de agua, rebosante. El niño patalea y se precipita al fondo sin que puedaimpedirlo. Lo rescata y lo lleva a la mesa de planchar parasecarle la humedad con la plancha caliente. Se seca pero laalta temperatura hace que la carne se tueste y se desharine Trae agua, amasa la harina y reconstruye el niño detalle detalle. A su juicio la obra es perfecta. Descansa. Cuando lorecibe la madre le pide que leexplique por qué los ojos

    del niño ya no son azules y por qué ya no está el lunar ensu mejilla izquierda. No sabe qué decir, el susto le nubla larazón y le paraliza el habla. La señora se burla de ella y latranquiliza diciéndole que está acostumbrada a cosas asLe paga más de lo convenido.

    CHINO FILÓSOFOCarlos Castillo

    El chinito miró la caja y curioso la desarmó. Apareció otry también la desarmó, y luego otra, y otra y muchas cajamás.Cuando desarmó la última caja sintió que se quedaba sinpiso, sin cielo, y cayó en un irremediable vacío.

    de las características endilgadas alminicuento, es propia desde elhaikú hasta una novela en sietetomos que, si busca el tiempo per-dido, con seguridad no incluirácosas que sobren. En la literatura,aunque luce vanidoso, el tímidosignificante termina rebasado porel significado. Se despliega lo car-dinal; lo insustancial desafina. Elcriterio es la necesidad interna, noel número de palabras. Claro queese número puede ser funcional,como en nuestro caso, con unarevista dispuesta en una hoja por

    ambas caras.

    Las épocas hacen géneros. Peroel minicuento es un desgenerado,como dice Violeta Rojo. La épocaque atravesamos, frívola y ajena ala pregunta, cada vez hace menosnecesaria la literatura. Elminicuento corre el riesgo de ser-vir al afán, a la pereza, a la risa fá-cil. Al paso que vamos, una líneaparecerá desproporcionada: a al-guien le averiguaron si había leído«El dinosaurio» de Monterroso(tramado con siete palabras), yrespondió: «¡Buenísimo! Ya voy

    por la mitad!».Es que pensar no está de moda.

    Así, más que abogar por el mini-cuento, lo hacemos por una con-dición humana próxima a la pre-gunta, con límites, en la que el de-seo y no sólo el hastío sea unasalida, donde cada uno asuma laresponsabilidad de su propia per-plejidad. En esa dirección va la li-teratura. En esa dirección van losbuenos cuentos cortos.

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    Director de Diario Co Latino

    Francisco Elías Valencia

    Coordinador de

    Suplemento Cultural Tres Mil

    Otoniel [email protected]

    Coordinador de Aula Abierta

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    Tomás Andreu l [email protected] Deras l [email protected] Juárez l [email protected] Benítez l [email protected]

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    Colaboradores en El Salvador

    Edgar Alfaro l René Chacón l Norman Duglas B.Néstor Durán l Angel Portillo l Jennifer Valiente

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    A un año de su m uerte

    El oculto perfil poético de Ryszard KapuscinskiEl oculto perfil poético de Ryszard KapuscinskiEl oculto perfil poético de Ryszard KapuscinskiEl oculto perfil poético de Ryszard KapuscinskiEl oculto perfil poético de Ryszard KapuscinskiTOMÁS ANDRÉU

    Considerado el mejor reportero del siglo XX, RyszardKapuscinski (Pinsk, 1932 - Varsovia, 2007), mantuvo junto asu oficio como periodista, un lado poco conocido y explo-rado: el de poeta. Los usuarios del idioma español ya pue-den conocer su trabajo poético en su libro: “Ryszard

    Kapuscinski, Poesía completa».La colección Bartleby Poesía, de Bartleby Editores, coin-cidiendo con su décimo aniversario (1998 – 2008), ha pu-blicado la poesía completa de Ryszard Kapuscinski en edi-ción bilingüe polaco-español. Esta publicación ya es consi-derada como uno de los trabajos más importantes en 2008publicado en España. Ni en la misma Polonia que vio nacera Kapuscinski ha existido una antología completa como laque Bartleyby Editores ha realizado.

    El lanzamiento del libro coincide también con el primeraniversario de la muerte de Kapuscinski que se cumpliráel próximo 23 de enero. El periodista, pensador y poeta,murió en Varsovia a la edad de 74 años, tras una larga en-fermedad que se manejó con hermetismo.

    En los poemas de Kapuscinski aflora un sentimiento pe-simista sobre la vida, sobre el rumbo de la humanidad, sinembargo, paralelamente aparece la esperanza. “Hay cosas

    que no sé pueden decir de otra forma”, decía Kapuscinskirefiriéndose a la poesía y los sentimientos.

    El poeta y director del Instituto Cervantes de Varsovia,Abel Murcia Soriano, ha sido el responsable del prólogodel libro y ha afirmado que los textos periodísticos deKapuscinski, podrían fragmentarse y ser perfectamente “pu-blicados como poesía en prosa”.

    “Para ser periodista, hay que ser buena persona antetodo”

    Debido a las dificultades políticas por las que atravesabasu país, Kapuscinski trabajó en el extranjero a partir de1958 hasta 1981 como corresponsal. Fue testigo de mu-chos hechos políticos, como el golpe de Estado a SalvadorAllende Gossens en 1973. Fue amigo de figurasemblemáticas como el Che Guevara.

    Desde la salida de su tierra natal, Kapuscinski se volvió

    un emigrante, hambriento y hombre de camino errantedesde la invasión soviética a Polonia. Quizás el hecho dever erguirse proyectos políticos que con la misma veloci-dad se desplomaban, el trabajo literario de Kapuscinskitoma un tono pesimista y crítico pero muy humano conrespecto a la senda por la que transitan hombres y muje-res:

    «Habría que llorar ante la miseria humana/ ante la cruele infinita miseria del hombre/ la miseria de corazón y pen-samiento/ de manos y pies/ la miseria propia y la ajena.../La miseria de Dios”, escribió el genio reportero en sumomento.

    Ryszard Kapuscinski trabajó en la Agencia Polaca deNoticias, en México como corresponsal para América La-tina y su pluma también apareció en medios como el Ti-mes, The New York Times y el Frankfurter AllemagnieZegtung.

    Los premios y reconocimientos no le faltaron: en 1999fue elegido como el mejor periodista del siglo XX y le fuebrindado el premio Príncipe de Asturias en Comunicación

    y Humanidades en el año 2003, premio J. Parandowski delPen Club, premio Goethe, premio de la fundación A. Jurzykowski y el premio Prix de l Ástrolabe, más el hono-ris causa otorgado por la universi-dad Ramón Llull de Barcelona en2005.

    Con más de veinte libros publica-dos y considerados joyas del perio-dismo, el pensamiento y la reflexión,se encuentran: El Emperador (1978),

    El Sha o la desmesura del poder(1987), La guerra del fútbol y otrosreportajes (1992), Imperio (1993),Ébano (1998), Los cínicos no sirvenpara este oficio (2000), desde Áfri-ca (2001).

    Con el libro “Ryszard Kapuscinski,Poesía completa”, de Bartleby Edi-tores, se abre una puerta para co-nocer a este inalcanzable viajero,pensador y poeta que llevaba en sutorrente sanguíneo, la sangre delmundo y ha sido sin duda esta pu-blicación, toda una novedad para elmundo iberoamericano.

    Fuentes:http://www.eluniversal.com.mxhttp://www.fnpi.org/maestros/plantilla_maestros.asp?id=44Agencias

    Biografía de Ryszard KapuscinsVerónica Gudiña

    A lo largo de su vida, Ryszard Kapuscinski su

    conjugar lo mejor del periodismo con la literatuEste polaco, nacido el 4 de marzo de 1932, pasó pla Universidad de Varsovia para estudiar Arte e Htoria, aunque luego se dedicó al periodismo y se dempeñó como profesor en varios centros universrios y en otras instituciones, como la Fundación Nvo Periodismo Iberoamericano (creada por GabGarcía Márquez).

    Kapuscinski comenzó a construir su perfil perdístico cuando sólo tenía 17 años, en la revista “H y mañana”. A partir de allí, inició una carrera incluyó colaboraciones en varios medios, entre que se encuentran “Time”, “The New York Time“La Jornada” y “Frankfurter Allgemeine ZeitunTambién fue corresponsal en el extranjero hasta 19Por ese entonces, el escritor era miembro del Pa

    do Unido de los Trabajadores Polacos y fue en marco que Kapuscinski se desempeñó como el únreportero en otros países para la  Agencia de Pre Polaca. A lo largo de esos viajes por distintas regnes, el cronista cubrió guerras, golpes de Estadvarias revoluciones.

    En los últimos años, la obra, tanto literaria co periodística, de este escritor se ha visto reconocidtravés de varios premios y distinciones. En 2003,

    ejemplo, obtuvo el Premio Prínpe de Asturias de Comunicacy Humanidades y, en 2005, el Pmio Letterario Elsa MoranAdemás, varias universidadeshonraron a través del título de Dtor Honoris Causa.

    Kapuscinski es autor de lib

    como “El emperador”  (sobreemperador de Etiopía, HaSelassie), “El Sha” (Sha Moha-mReza Pahlevi), “El Imperio” (acca de la Unión de Repúblicas cialistas Soviéticas), “Ébano” (antología de reportajes situadosÁfrica), “La guerra del fútbol” (frentamiento entre Honduras ySalvador), “Los cínicos no sir para este oficio”, “Un día más vida”, “Los cinco sentidos del riodista”, “El mundo de hoy“Viajes con Heródoto” (un homnaje al primer historiador grieg

    entre otros. Su muerte se produjo en Varsovia el

    de enero de 2007 a causa de una grave enfermedtal como anunciaron en su momento los medioscomunicación.

    Ryszard Kapuscinski

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    CARTA ABIERTA  A LA ALCALDMUNICIPAL  DE  SAN  SALVADORMÉRITO A LA SITUACIÓN DE ECLPARCIAL EXPRESIONES ESCÉNI

    Dra. Violeta MenjívarAlcaldesa Municipal de San Salva

    Estimada Alcaldesa,

    Es con gran dolor que nos vemos enecesidad de dirigirnos a Usted pordio del Suplemento Tres Mil, con ede resolver el problema que se genraíz del desalojo de Eclipse Parcia

     presiones Escénicas, a cargo de Agdel CAM, bajo orden de Eunice ODirectora del Distrito Dos de la AM

    En las dos reuniones sostenidas cohonorable persona, expusimos claramnuestra visión sobre el trabajo culturamunitario, así como nuestro proyecservicio al arte y la cultura y nuestra

     ponibilidad de trabajar juntamente cInstitución Municipal, según lo estcido en su programa de gobiernocomo en la Política Cultural de la Alc

    Municipal de San Salvador.

    Comprendemos que su gobierno secuentra en un proceso de t ransición tucional que permitirá garantizar la pcipación ciudadana en los asuntos mcipales, enfrentándose a la enormecultad de retomar una institucióAMSS, que, durante largos años, ha

     pondido más bien a una política jeráca y dominante.

    Sin embargo, confiamos en Su hondad de principios y en Su capacidagobernar con lucidez esta difícil etap

     pecialmente en lo que se refiere a los atos culturales, pues conocemos y com

    timos su visión acertada de que la cues una prioridad para la transformade la sociedad salvadoreña en una sdad equitativa y justa.

    La problemática que plantea el casEclipse Parcial, de algún modo reprta una oportunidad para que su GobMunicipal garantice el quehacer dTrabajadores y las Trabajadoras de latura, que desde siempre ven agrediddignidad por las políticas públutilitaristas y excluyentes.

    Es por eso, que a seis meses del desde Eclipse Parcial, del espacio (6 mts.) donde ofreció sus servicios por

    de 14 años de forma autónomautosostenida, pedimos su pronta ivención a favor de la restitución dlocales, junto a los materiales y equque allí se encontraban al momentdesalojo, para así poder, en acuerdola Alcaldía Municipal, seguir brindnuestro servicio a la comunidad en fdel Desarrollo del Arte y la Cultura

    Atentamente

    Carlos SalazarDIRECTOR  DE ECLIPSE PARCIAL

    “En 1932 no se torturó a nadie. ¿A quéhoras, señor? Ya sólo con fusilar aquellastanatadas de gente teníamos más trabajodel que podíamos atender con seriedad. Poreso no me extraña que haya sobrevivien-tes de entre los fusilados. Se conoce el casode don Miguel Mármol, pero debe haber

    otros por ahí, que no hablan por el miedode que se los vuelvan a tronar otra vez enla menor oportunidad.”

    “Nadie comía carne de cerdo. En primerlugar porque de seguro esos animales sehabían encargado, junto a los zopilotes ylos insectos, de devorar los cádaveres delos campesinos que habían caído entre losmatorrales y en segundo lugar porque másde alguna persona aseguró que vendedo-res inescrupulosos habían llegado a vendercarne humana en las zonas de occidenteespecialmente azotadas por el hambre,haciédola pasar por carne de cerdo.”

    “Las Guardias Cívicas tenían carta librepara matar a cualquiera. Las autoridades judiciales y militares, por el contrario, esti-mulaban a los miembros de tales cuerpospara que hicieran los menos prisionerosposibles y de una vez fueran haciendo jus-ticia directa, a tiro limpio. Los grupos de laGuardia Cívica competían entre sí para verquién podía matar o localizar más comu-nistas en un día. Estas Guardias actuaron ymataron gentes aún en lugares donde nun-ca hubo actividad comunista ni comunis-tas.”

    “Desde varios púlpitos de San Salvadorlos sacerdotes absolvieron previamentecualquier pecado que por exceso pudieran

    cometer los miembros de las Guardias Cí-vicas en el desempeño de sus laboresanticomunistas.”

    “¿Que no se torturó? Eso es falso. Se tor-turaba diaria y constantemente. Toda per-sona que era capturada era muerta des-pués de horribles palizas, macheteadas, saca-duras de ojos, colgaduras. La Guardia Na-cional mató a muchas personas a culatazolimpio, el ejército se distinguió en el uso dela bayoneta. Cuando se capturaba a un

    campensino que hubiera hecho resistenciase le cogía entre cuatro por brazos y pier-nas, se le lanzaba al aire y se le enganchabaen la caída con las bayonetas. La única ga-rantía de nos ser torturado era ser muer-to desde lejos.”

    “En todos los hospitales había orden deavisar a la Guardia o a la Policía sobre losheridos que llegaran a pedir curación. Así se capturó y se mató a muchos que habíansobrevivido a los ametrallamientos en laszonas rurales.”

    “En Izalco se llevó a los niños de las es-cuelas primarias a presenciar el ahorca-miento del líder indígena Feliciano Ama.”

    “Un destacamento de la Guardia en SanSalvador allanó un conocido prostíbulo yventa de aguardiente. Con la amenaza deque si no aceptaban complacerlos, las acu-sarían de comunistas y las matarían, obliga-ron a las prostitutas a participar en una or-

    gía que duró una semana, hasta que se ago-taron las existencias de licor. Una de lasprostitutas fue muerta a golpes por losGuardias Cívicos en medio d ela borrache-ra.”

    “Dice don Miguel Mármol que, en Arme-nia, un general de apellido Pinto mató per-sonalmente a más de setecientos cam-pesinos que habían sido capturados por elejército. Los soldados obligaron a los pre-sos a abrir sus fosas y luego venía el gene-ral y los mataba con su pistola.”

    “De acuerdo con la población de enton-ces, en enero de 1932 hubo en El Salvadormás de um muerto y medio por kilómetro

    cuadrado.”

    “Entre los fusilamientos efectuados conlujo de publicidad en Izalco, causó gran do-lor el de el campesino pobre FranciscoSánchez, conocido en la población y entrelos indios como Chico Sánchez, quien sehabía afiliado al comunismo y que precisa-mente por el cariño de que gozaba habíasido seguido por mucha gente hacia las fi-las del Partido Comunista, los sindicatoscampesinos y el Socorro Rojo Internacio-

    nal. En publicaciones anticomunistas cen-troamericanas han circulado una serie defotografías del fusilamiento de Chico Sán-chez. En ellas se ve al dirigente campesinoposando entre el Coronel Juan Ortiz y elcura que le ofreció los 'auxilios cristianos,'obien arrodillado frente a este mismo cura

    en los momentos de hacer su confesióncatólica. La foto final de la serie muestra aSánchez muerto, con la boca y los ojosabiertos, mirando hacia el infinito, mientrasel volcánde Izalco comenzaba un violentociclo eruptivo. Un poeta de la época, izquier-dista que con el correr de los años se con-virtió en un furibundo derechista, pudo en-tonces captar en unos versos defectuosospero muy sentidos, lo que pensaba el pue-blo de la figura de Francisco Chico Sánchez:

    Francisco Sánchez, Francisco,indio de mirar lejano,la dura cara de riscoy el corazón franciscano...”

    “La pistola 45 comenzó a ser muy apre-ciada en el ejército de El Salvador durantelos acontecimientos del 32. A partir de en-tonces se convirtió en el arma personal porexcelencia de los oficiales en campaña. Esque fue sin duda notable cómo las balas defusil, digamos 30.06, e inclusive las ráfagasde ametralladora pesada de este calibre,eran incapaces de contener a los campesi-nos que cargaban contra la trop a machetepelado.

    Los enardecidos comunistas terminabanpor morirse, pero alcanzaban a llegar hastael nido de ametralladoras y en ocasioneshasta herían a los soldados del ejército. El

    impacto de la bala 45, que, como se sabe,es un golpe de 500 libras en una superficiede 11 milímetros de diámetro, paralizabainmediatamente en el mismo lugar a quie-nes lo recibían. Parece que ello se debe alshock o algo por el estilo.

    Lo cierto es que ningún oficial portadorde la pistola .45 tuvo la menor dificultaddurante los hechos de la guerra de aquelaño. Igual experiencia habían tenido las fuer-zas norteamericanas invasoras de las Filipi-nas.”

     Vox Populi Vox Populi Vox Populi Vox Populi Vox PopuliROQUE DALTON