sujetos emergentes y experiencia de si. plaza, caceres y guidugli

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    Ttulo: Jvenes en el rol de productores grficos. Sujetos emergentes en prcticasescolares mediadas por TIC.

    Por Cceres, Alicia; Guidugli Sabrina y Plaza Schaefer Vernica.

    Este artculo fue publicado en el libro Sujetos emergentes y prcticas culturales: experiencias y debates

    contemporneos. Aman Ana B. y otros comps. Ed. Ferreyra. Crdoba. Ao 2014

    Desde el ao 2008 se viene llevando adelante una investigacin colectiva[1]

    que busca

    conocer las transformaciones que se estn produciendo en los escenarios educativos a partir

    de la presencia generalizada de las Tecnologas de la Informacin y la Comunicacin. La

    pregunta gira en torno a los procesos de subjetivacin que se generan a partir de experiencias

    con TIC y por los modos en que esos procesos reconfiguran las identidades colectivas. Dentro

    de este marco, se establecieron diferentes lneas de investigacin que abordan problemticas

    particulares. Una de ellas apunta a analizar aquellas prcticas educativas en las que las

    tecnologas son incorporadas para promover procesos de comunicacin y produccin colectiva.

    A modo de hiptesis sostenemos que este tipo de prcticas -que proponen una apropiacin

    creativa, el inters por comunicar a otro lo producido y la generacin de nuevo conocimiento-

    permite a los sujetos revisar reflexivamente su posicionamiento identitario, impugnar atributos

    estigmatizantes e intervenir performativamente en sus identidades a travs de procesos de

    recuperacin de la palabra propia y la visibilidad(Da Porta, 2014).

    Con este artculo nos proponemos analizar dos experiencias que se desarrollaron en dos

    escuelas pblicas de la ciudad de Crdoba (una primaria y la otra secundaria): un Taller de

    Fotoperiodismo y la produccin de una Revista Escolar. La realizacin de la revista se llev

    adelante en el marco de una propuesta curricular, en cambio la otra surgi como una propuestapedaggica ante una situacin de conflictividad institucional. Sin embargo, ambas tienen en

    comn que basndose en estrategias propias del gnero periodstico, sitan a los jvenes en el

    lugar de productores / realizadores de discursos mediticos a partir del lenguaje grfico. Esto

    es poner a disposicin recursos tales como la cmara de fotos, grabadores de sonidos,

    computadoras y las palabras, para construir relatos sobre el barrio, la escuela y sobre ellos

    mismos.

    Entendemos que estas prcticas de produccin colectiva que buscan promover la expresin de

    los jvenes en los espacios institucionales, se enmarcan dentro de las prcticas pedaggicas

    que Larrosa identifica como aquellas en las que se construyen y median la relacin del sujeto

    consigo mismo (Larrosa; 1995: p. 263).

    En este sentido, nos proponemos identificar de qu modo se articulan las diferentes

    dimensiones (ptica, discursiva, narrativa) que constituyen estos dispositivos de produccin y

    mediacin de la experiencia de s, y de esta manera empezar a reconstruir las diferentes

    formas de subjetivacin que se ponen en escena a partir de los mismos.

    Al mismo tiempo, junto a Da Porta (2013), partimos de reconocer la dimensin social que opera

    en la construccin de la subjetividad (es decir la presencia del otro como condicin de

    posibilidad) para poder pensar de qu modo los jvenes a partir de estas experiencias en el

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    espacio escolar, logran verse, narrarse a partir de otras voces. Es decir, cmo se (re)

    configuran a partir de reconocerse en y con la alteridad. Es esta dimensin discursiva que nos

    posibilita abordar la dimensin social de la experiencia.

    Revista escolar Las cosas que pasan. IPEM 360.

    En una escuela secundaria ubicada en Villa El Libertador (zona sur de la ciudad de Crdoba)desde el ao 2007, los estudiantes junto al docente de Lengua realizan una revista escolar.

    Con esta propuesta se busca por un lado, promover la lectura y produccin de textos escritos,

    pero principalmente se intenta generar dentro de la escuela, una instancia de participacin para

    los jvenes, en la que puedan expresar opiniones, inquietudes, problemticas, intereses.

    La definicin de los temas que se abordan implica una discusin colectiva. Una vez que se

    acuerdan los temas, el docente les pide que escriban algo al respecto. Con estos primeros

    escritos se busca identificar lo que saben o creen en relacin a ese tema, lo que les gusta o

    inquieta. En este sentido, no tiene importancia si son historias reales, algo que escucharon por

    ah, o algo totalmente inventado. Estos relatosse constituyen en un punto de partida desde

    donde organizar la bsqueda de informacin, de otras opiniones y de las miradas que van a

    complejizar la temtica.

    Al tratarse de una produccin grfica, predomina la expresin a travs del lenguaje escrito. Sin

    embargo se observa una importante presencia de imgenes: fotos, dibujos, collage, historietas,

    etc. Adems, se observan nuevos modos de articular estos distintos lenguajes para comunicar

    lo que los jvenes quieren decir. Un ejemplo de esto son las llamadas fotonovelas. Nos

    referimos a las secuencias de fotografas que construyen un relato, en las que a veces se

    incluye texto (cuadros de dilogo), pero en otras no.

    En cada nmero se abordan temas muy variados. Algunos son ms escolares en el sentido

    que dan cuenta de una relacin directa con los contenidos de las materias, o con las

    actividades y problemticas propias de la institucin. Tambin se encuentran otros relatos que

    en principio no tienen una relacin directa con lo escolar en el sentido ms estricto del trmino.Son las notas que dan cuenta de distintas problemticas barriales (por ejemplo, la basura en la

    villa, la inseguridad, el abuso de autoridad policial), otras que recuperan las luchas y

    reivindicaciones de la comunidad (por el acceso al agua potable, por el Hospital zonal, etc.) En

    este sentido hay notas que cuentan cmo es la plaza del barrio, quines van, qu actividades

    se realizan; tambin hay otras notas acerca del club de ftbol; la radio barrial, la murga; hay

    recetas de cocina y ancdotas sobre sus infancias, etc.

    Finalmente, otro aspecto central del proceso, es el momento de la presentacin y distribucin

    de la revista. Los estudiantes salen de la escuela para distribuirlas en el barrio y en otras

    escuelas. Tambin tienen a su cargo la presentacin de la revista en distintos mbitos

    culturales, por ejemplo en las denominadas ferias de ciencias escolares, e incluso tambin en

    dos oportunidades la presentaron en la Feria del libro que se realiza todos los aos en la

    ciudad de Crdoba.

    El Taller de Fotoperiodismo de la Escuela Arzobispo Castellano.Entre 2005 y 2007 en la escuela Arzobispo Castellano, se desarroll un Taller de

    Fotoperiodismo, dirigido a jvenes desescolarizados o en riesgo de desercin escolar.

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    La escuela Arzobispo Castellano, es una escuela de nivel primario de gestin pblica, que en

    barrio Surez rene a nios del barrio y del vecino barrio Ferrer, pero mayoritariamente, en

    2005, reuna a los nios y nias de las villas de emergencia cercanas, La Lonja y Costa

    Caada esta ltima trasladada en 2007 hacia la periferia, tras treinta aos de historia en la

    zona-.

    Se trata de un sector pobre y marginalizado que ocupa un territorio de alto valor inmobiliario,dada su cercana al centro (aproximadamente unas treinta cuadras). Un sector rodeado por

    barrios de poder adquisitivo, condiciones de urbanizacin, de inclusin social, etc. muy

    superiores a las que determinan el cotidiano de las familias de la comunidad de esta escuela.

    El Taller de Fotoperiodismo surgi como propuesta para enfrentar la situacin escolar de un

    grupo de jvenes que volva a la escuela en la que haban cursado la primaria, para -asomados

    por las ventanas- molestar a maestros y alumnos, conversar, escupir, insultar.

    A travs de la produccin fotogrfica se les propuso a estos jvenes del barrio volver a entrar a

    la escuela, pero con el objetivo de producir sentidos colectivamente. Recorrer distintos mbitos

    de su vida cotidiana, asumiendo esta vez el rol de reporteros grficos. La escuela, la familia, los

    vecinos, los abuelos, el barrio, los oficios, fueron temas que adquirieron centralidad en la

    agenda del Taller de Fotoperiodismo.

    A esta consigna de trabajo subyaca un doble objetivo: por un lado la posibilidad de reflexionar

    acerca de las naturalizaciones sobre lo cotidiano desde el rol de periodistas y reporteros; y por

    otro, el ejercicio de volver a depositar las miradas de los adultos y los nios del barrio, en estos

    jvenes; pero esta vez en lugar de reafirmar rasgos del estigma- a partir de su capacidad de

    producir sentidos en la comunidad.

    Se trabajaron temticas locales puestas en valor a travs del sentido de pertenencia y del

    anlisis de los motivos de su ausencia en los espacios televisivos y grficos. De este modo, las

    actividades planificadas permitieron una mirada reivindicativa de los espacios y temticas de

    pertenencia, y recuperaron el inters de ser contados fortaleciendo el compromiso de los

    jvenes con su universo familiar, escolar y barrial.En la planificacin de los encuentros semanales se coordinaron dos dimensiones de trabajo

    con los jvenes, por un lado el desarrollo de contenidos especficos del campo de lo fotogrfico,

    y por otroel objetivo principal-, aspectos que avanzaran en la restitucin de los vnculos entre

    los jvenes y con otros actores de la comunidad.

    Entendemos que ambas propuestas educativas pueden ser interrogadas desde mltiples

    dimensiones, y en este sentido creemos que tienen una enorme riqueza para el anlisis. Para

    los fines de este artculo, particularmente nos interesa pensarlas como prcticas que no slo

    habilitan la articulacin de distintos saberes (curriculares, tcnicos, comunitarios, etc.) sino que

    posibilitan nuevos modos de relacin del sujeto consigo mismo. Esto es posible porque los

    procesos de produccin estn atravesados por procesos de reflexin que implican mirarse para

    narrarse. En este sentido, la produccin de relatos acerca de s mismos no puede actuar de

    otra manera que mostrndonos el mundo como mirada. Mirada -es decir puesta en escena. El

    yo-espectador-veo se transforma en el veo-que-soy-espectador. Hay una dimensin reflexiva

    de la mirada.(Comolli en La Ferla, 1999: p. 278)

    Ahora bien, a partir de Jorge Larrosa (1995), quien a su vez retoma a Foucault, entendemos

    que ese proceso de bsqueda y expresin no es lineal ni transparente, sino que es mucho ms

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    complejo. Larrosa plantea que en esa bsqueda y enunciacin el sujeto, al mismo tiempo,

    construye lo que mira y lo que dice de s mismo. A su vez, el proceso de mirarse est

    atravesado por la mirada de los otros, y el nombrarse no puede pensarse por fuera de los

    discursos que lo nombran.

    Desde esta perspectiva, no podramos sostener que el sujeto (en este caso los jvenes) slo

    aprenden medios de expresin de s mismos. Aprenden tambin una gramtica para la autoexpresin, que constituye a la vez el sujeto que habla y la experiencia de s (op. cit; p. 306).

    La relacin del sujeto consigo mismo: Experiencia de SJorge Larrosa en el texto Tecnologas del yo y educacin (1995) se propone identificar la

    lgica general de aquellas prcticas pedaggicas en las que se produce o transforma la

    experiencia que los sujetos tienen de s mismos (la experiencia de s). En este sentido

    recupera a Foucault y su nocin sobre las tecnologas del yo, para reconocer los mecanismos

    de subjetivacin. Pensar las prcticas educativas desde esta perspectiva implica que los

    sujetos no son posicionados como objetos silenciosos, sino como sujetos parlantes; no como

    objetos examinados, sino como sujetos confesantes; no en relacin a una verdad sobre s

    mismos que les es impuesta desde afuera, sino en relacin a una verdad sobre s mismos que

    ellos mismos deben contribuir activamente a producir (Larrosa, 1995: p.287)

    Este autor sostiene que la experiencia de s es el resultado del entrecruzamiento de

    tecnologas pticas de autorreflexin, formas discursivas de autoexpresin, mecanismos

    jurdicos de autoevaluacin, construccin temporal de la autointerpretacin narrativa y acciones

    prcticas de control y autotransformacin.

    En funcin de las caractersticas propias de las propuestas analizadas, nos centraremos slo

    en la dimensin ptica, la expresiva y la narrativa.

    Dimensin ptica

    Larrosa seala que la estructura bsica de la reflexin est en ver-se a uno mismo, lo queimplica una objetivacin cristalizada de la propia imagen. Desde la mirada de la pedagoga y la

    psicologa en uno mismo habra cosas que se hacen visibles al prestarles atencin, al dirigir

    hacia ellas la propia mirada (Larrosa, 1995: p.294).

    Sin embargo, Larrosa discute con esta idea porque conlleva de manera implcita el esquema

    sujetoobjeto, slo que en este caso el objeto es el conjunto de cosas que existen dentro del

    sujeto y que puede ver slo cuando gira el ojo de la mente hacia adentro (op. cit: p.295 296).

    Las prcticas educativas analizadas, tal como lo sealamos ms arriba, apuntan a que el

    sujeto se mire, se reconozca (su barrio, sus intereses, sus preocupaciones, sus vivencias en la

    escuela, etc.) Desde la perspectiva que propone Larrosa entendemos que ese proceso no

    consiste en una bsqueda interior para encontrar una esencia (lo que el sujeto realmente es)

    sino que al mirarse construye lo que mira. En esa construccin hay un educador (docente,

    tallerista, etc.) que orienta la mirada, pero tambin estn las miradas de los otros (pares,

    familiares, medios, etc.) que tambin juegan un rol en esa bsqueda, en ese mirar-se.

    En este punto, resulta sumamente enriquecedora para nuestro anlisis la perspectiva trabajada

    por Da Porta (recuperando a Bajtn) ya que nos posibilita reconocer las significaciones puestas

    en juego en las miradas sobre s mismos y en los modos en cmo los jvenes, por ejemplo, se

    identifican con diferentes temticas y se distancian de otras miradas tambin. En el proceso de

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    constitucin de la subjetividad, la mirada ajena conforma la auto-mirada, el auto-

    reconocimiento. En esta perspectiva de Bajtn nos permite, reconocer las significaciones

    puestas en juego y a partir de las cuales nos valoramos y reconocemos a nosotros mismos. La

    mirada se torna entonces como un dispositivo productor de sentido(Da Porta, 2013).

    Qu miradas sobre los sujetos jvenes se encuentran en estas propuestas? En el caso de la

    revista se encuentran notas que dan cuenta de diferentes aspectos de su cotidianidad. Porejemplo, en uno de los nmeros hay una crnica que describe cmo es salir un sbado por la

    noche en el barrio (los lugares donde se juntan, el baile, etc.); en otro nmero hay una nota

    sobre los estudiantes de la escuela que juegan al ftbol en distintos clubes; en otro, se

    publicaron ancdotas de la infancia que algunos jvenes eligieron relatar, entre otras.

    Por otra parte, tambin es posible encontrar narraciones ms complejas en cuanto a los temas

    que se abordan. En este sentido, se pueden encontrar historias sobre jvenes que tienen

    problemas con las drogas, con la delincuencia, que protagonizan peleas en los bailes, que son

    discriminados por distintos motivos, que sufren la violencia en el noviazgo, etc.

    Haba una vez un joven con su novia y le encantaba salir todos los fines de semana hasta que

    fueron un da al baile y la chica se enamor de otro tipo. Entonces el novio empez a discutir

    con la chica. Termin el baile y el chico sali afuera. Cuando se iba el bailantero vena la

    banda del chico que ella se enamor y le empezaron a pegar con botellas, palos y piedras

    [2]

    Lo que queremos sealar es que la mirada del joven sobre s mismo, no aparece ligada a un

    deber ser, al menos no al deber ser que, a lo largo del tiempo, se ha configurado desde la

    institucin escolar. Esto llama la atencin porque generalmente cuando desde la escuela se

    abordan estas complejas problemticas, el mensaje final es claro, prescriptivo (en relacin a

    qu es lo que se debe hacer y que no) y no se deja lugar a las ambigedades. En cambio, ac

    se configura una imagen de joven ms compleja y contradictoria.

    Entendemos que esto ocurre porque en este proceso de bsqueda, en el proceso de mirarse,

    hay un adulto que habilita que emerjan representaciones, saberes, sentidos que disputan y

    ponen en tensin la mirada ms tradicional sobre ser alumno, o ser joven en la escuela.

    Visibilizar estas dimensiones implica a su vez reconocer que los estudiantes tienen vivencias

    significativas por fuera de lo que propone la escuela; que estn atravesados por mltiples

    saberes y que esos saberes muchas veces son contradictorios o no se condicen con los

    valores que la cultura escolar jerarquiza.

    Por su parte el Taller de Fotoperiodismo propone abordar temas del cotidiano barrial, familiar y

    escolar con la finalidad de revisar lecturas naturalizadas que determinan modos de relacin

    entre pares tanto en el mbito barrial como escolar. En ese marco se van definiendo las

    temticas a abordar en funcin de las necesidades y de las instancias de consolidacin del

    grupo. Tambin la vida cotidiana va definiendo la agenda del taller a travs de acontecimientos

    como la confirmacin de la noticia el traslado de la villa Costa Caada. Esto implic la decisin

    de retratar el barrio, las personas, recuperar relatos y proponer algunas continuidades de la

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    presencia del barrio a travs de la instalacin de miradores en el terreno vaco tras el traslado,

    con fotografas del barrio habitado antes de su erradicacin.

    En este sentido, y con lo que dijimos ms arriba, creemos que la produccin autorreferencial

    como marco metodolgico de produccin puede pensarse como un dispositivo para objetivar y

    desnaturalizar lecturas de lo cotidiano, para verse uno mismo. En el caso del Taller de

    Fotoperiodismo: se propuso objetivar las diferencias entre las condiciones materiales (enrelacin a provisin de agua, energa elctrica, basura, cloacas, urbanizacin, etc.) de cada

    una de las dos villas de las que procedan los jvenes que integraban el taller, como un primer

    paso para revisar los sentidos estigmatizantes que se establecan en funcin de la procedencia

    barrial de los jvenes.

    Dimensin expresiva:Larrosa (1995) observa que en las actividades pedaggicas hay una tendencia a ubicar al

    lenguaje como vehculo de exteriorizacin del interior. Sin embargo, este autor discute con la

    dicotoma interior - exterior. Siguiendo con Foucault, Larrosa sostiene que el discurso no es

    representativo o expresivo sino que se trata de un mecanismo autnomo que, funcionando en

    el interior de un dispositivo, constituye tanto lo representado y lo expresado como al sujeto

    mismo como capaz de representacin o expresin (op. cit; p.303)

    Entendemos que no es posible analizar por separado estas dos dimensiones (la ptica y la

    expresiva) principalmente porque las prcticas educativas que estamos analizando, son a la

    vez prcticas comunicativas. Es decir, el sujeto est convocado a contar algo a alguien y

    esa condicin incide en aquello que se elige para contar. Tampoco se trata de momentos que

    se dan de manera secuencial. No es que primero se define lo que se va a decir (mirarse) para

    luego expresarlo, sino que en el proceso de expresin se configura al mismo tiempo lo que se

    dice y al sujeto que lo dice.

    La dimensin ptica sera inaccesible sin la dimensin expresiva. Expresar-se es un modo de

    poner en lenguaje aquello que se ha hecho visible en un proceso de mirar-se. En estesentido, la revista escolar y la produccin fotogrfica y escrita del taller de fotoperiodismo son

    expresiones del lenguaje donde los jvenes pueden mostrar, hacer ver, exteriorizar el cmo

    me veo. De cualquier modo este proceso es inacabado (por suerte!), las producciones no son

    expresiones cristalizadas del cmo me veo, sino que ese acto de mostrarse se constituyeen

    una continuacin del verse.

    La materialidad de la revista, los textos o las fotos son a la vez que modos de expresin,

    disparadores de nuevas instancias de reflexin, de autoconocimiento, donde se van poniendo

    de relieve distintos aspectos de la identidad o nuevas lecturas de los mismos aspectos. No se

    trata de expresiones como imgenes cristalizadas de la identidad, sino que en la continuidad

    de la produccin se van actualizando y complejizando permanentemente las lecturas acerca de

    la misma.

    As, reflexionando sobre las posibilidades laborales futuras uno de los jvenes participantes del

    taller de fotografa escriba: La cana te lleva por nada, (...) si ests caminando te llevan, si

    ests corriendo te llevan, si ests caminando por la misma calle te llevan de los pelos porque la

    polica no tiene nada que hacer y por eso te llevan los policas. (...). A m, mi mam me quiere

    anotar y ser uno de ellos y yo le dije que no porque yo no quiero ser uno de ellos.

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    Al mismo tiempo otra joven, abordaba la complejidad de sentidos sociales que se ponan en

    juego ante la posibilidad del traslado de la villa de emergencia ms antigua de la zona,

    expresando las subjetividades encontradas entre vecinos: esperamos mucho por las casas, el

    motivo de las emociones. O tambin como nuestros vecinos que no ven la hora de que nos

    saquen. Cada uno con sus emociones, todos quieren su casa.

    Dimensin narrativa:La experiencia de s tambin est constituida por una dimensin narrativa. En este sentido,

    Larrosa nos seala que la narrativa como modo de discurso, ya est estructurada y preexiste al

    sujeto que se cuenta a s mismo. Es decir que estamos inmersos en estructuras narrativas que

    nos preceden; y en funcin de las cuales construimos y organizamos un modo particular de

    experiencia. Al mismo tiempo, la constitucin narrativa de la experiencia de s no es algo que

    se produzca en un dilogo ntimo del yo consigo mismo, sino que se constituye en un dilogo

    entre narrativas, entre textos. Nos apropiamos del discurso narrativo a travs de la

    participacin en prcticas discursivas de carcter narrativo (op. cit; p. 309 -310).

    Adems de pensar las producciones propiamente (la revista y las fotografas) como discursos

    narrativos, tambin podemos tomar para el anlisis lo que los jvenes dicen acerca de sus

    experiencias. A partir de las entrevistas grupales (situacin en la cual los jvenes elaboran una

    narracin y en esa narracin le otorgan sentidos colectivos a sus experiencias) observamos una

    tendencia a identificar qu es lo aprendieron y de qu manera, al participar de esas propuestas,

    se transforman.

    En este sentido, uno de los principales aspectos que recuperan es que aprendieron a presentar

    sus trabajos hablando en pblico. Esto se debe a que la propuesta tambin implica no slo la

    circulacin de las producciones (por ejemplo en el caso de la revista, esto es la distribucin en

    otras escuelas) sino tambin la presentacin en distintos eventos culturales.

    La revista nos ayuda a no tener vergenza. Con la revista tuvimos que hablar delante de

    mucha gente y antes no nos animbamos a eso.

    Es decir, el rol de los jvenes en tanto enunciadores tiene una doble dimensin. Por un lado

    se constituyen en enunciadores a partir de lo que dicen y/o muestran de s mismos en las

    producciones; pero por otro lado, este lugar se vuelve a reconfigurar en los momentos en que

    ellos tienen que presentar lo que hacen (o narrar el proceso) frente a otros. Es ah, en dilogo

    con otras narrativas, dnde se constituyen a s mismos como sujetos de la narracin.

    Otro de los aspectos que los jvenes recuperan es que la participacin en este tipo de

    propuestas les posibilita cierto reconocimiento. Los jvenes saben que lo que ellos dicen o

    muestran es ledo o visto por otros. Se ingresa al circuito del discurso pblico y esto implica la

    posibilidad de incidir, de alguna manera en transformar el entorno.

    ( ) ponamos en la revista esas cosas que necesitbamos y veamos que del otro lado hubo

    alguien que nos oy, que se interes por nosotros, y bueno empezamos a ver los frutos, vimos

    que realmente estaban cambiando las cosas en el colegio o en el barrio eso nos dio la

    misma emocin que cuando presentamos la revista eso fue algo tremendo

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    En esta misma lnea, tambin hacen referencia a cmo son vistos por los dems, o cmo se

    reconfigura su propia imagen, a partir de participar de este tipo de propuestas.

    () por eso, que participen los jvenes hoy en da, la gente se sorprende porque a estas

    cosas las hacen gente grande, que sabe, que tiene muchos conocimientos sobre muchascosas entonces cuando la gente ve que lo hace un alumno, la gente como que nos ve de

    otra forma.

    Finalmente queremos sealar que analizar la dimensin expresiva y narrativa en este tipo de

    prcticas implica preguntarse por las posiciones discursivas que ocupan los jvenes; y cules

    son los emplazamientos que se realizan. En este sentido, podemos observar que en ambas

    propuestas se produce un desplazamiento del sujeto individual hacia un sujeto colectivo. Si

    bien en las producciones a veces es posible identificar las marcas del sujeto en particular (por

    ejemplo, en la revista las notas estn firmadas) al publicarse forman parte de un todo, de un

    discurso que los nombra y los representa en distintos mbitos.

    Se produce tambin un desplazamiento de lo privado a la esfera de lo pblico. O mejor dicho,

    de lo invisibilizado a lo visible. Se recuperan aquellos aspectos cotidianos que si bien circulan y

    estn latentes en las aulas y que por lo general no se explicitan (cmo es la plaza de mi barrio,

    qu cosas le dice la polica cuando los detiene en la calle, cules son las comidas tpicas de

    sus pases de origen, entre tantas otras), se colocan en un primer plano y de alguna manera

    adquieren otro status: se constituyen en relatos que merecen ser contados.

    Adems, se observan ciertas estrategias para dejar en evidencia que el mismo sujeto que

    habla (a partir de los textos o las fotos) no es un simple observador de la realidad (y aqu se

    distancia de una mirada tradicional del periodismo) sino que es quin tiene los conocimientos o

    saberes legtimos sobre lo que dice. En el caso de la revista, los relatos son en primera

    persona, y/o se introducen modos innovadores de redaccin.Siguiendo con las posiciones discursivas, finalmente podemos observar que se produce un

    desplazamiento de un sujeto histricamente nombrado por otros (el alumno como sujeto de

    aprendizaje) a un sujeto que se nombra a s mismo. Si bien es cierto que en este acto de

    nombrarse no lo hace por fuera de una gramtica establecida que le precede (y en tensin con

    otras gramticas) los jvenes asumen el lugar de enunciadores en un mbito donde pocas

    veces ocurre esto.

    Bibliografa:COMOLLI, Jean Louis. Luz resplandeciente de un astro muerto (el cine directo). En :Medios

    audiovisuales, Ontologa, Historia y Praxis. La Ferla compil. Eudeba, Bs As, 1999

    DA PORTA, Eva (2014) Mediatizacin, Subjetivacin y reconfiguracin de identidades. Una

    cartografa de los escenarios educativos. (parte II). Proyecto de Investigacin presentado a la

    convocatoria SECYT. No publicado.

    LARROSA, Jorge (1995) Tecnologas del yo y educacin, en LARROSA, J. (ed) Escuela, poder y

    subjetivacin.Edit. De La Piqueta, Madrid.

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    [1]Esta investigacin est radicada en el Centro de Estudios Avanzados (UNC) y es dirigida por la Dra.

    Eva Da Porta. El proyecto est avalado y financiado por la Secretara de Ciencia y Tcnica de la UNC.

    [2] Fragmento de la nota Un joven bailantero publicado en la revista .