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SueñoContigo AmayaEvans 2015

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Argumento Amanda Charles es una chica dulce, trabajadora, que se crió en unorfanato desde los 5 años, debido a que sus padres murieron en unaccidente y ella no tenía más familia. Su vida ha sido dura y llena deesfuerzos porque quiere ser alguien en la vida y es por eso que aunquemás tarde que otros chicos de su edad, logra entrar a la universidad aestudiarlacarreraquelaapasiona.Todolohaconseguido,ahorrandoporvariosañoscadacentavoquelellegadesutrabajoydelaspropinasquerecibe en una cafetería. Ella jamás pensó que encontraría a su príncipeazulenaquellugar. DuncanTaylor,esunhombremuyseguro,soberbioyricoquetrabajaenunacompañía,queapulsohasabidosituarentrelasmejoresdelpaís.Un día su mejor amigo se accidenta y le pide que lo ayudereemplazándoloenunasclasesdelauniversidad,dondeélesprofesor.Aél no le gustamucho la idea, pero accedepor un tiempo corto y es allídondeconoceaAmanda.Lachicanotieneunbuencomienzoconél,peroloimpresionamuchísimoconsubellezaysusganasdesaliradelante.Losdoscomienzanuna relación secreta entre alumnayprofesor, peroélnopuededejardepensarquealgoescondeyempiezaaaveriguar,soloparaterminarteniendounaideatotalmenteequivocadadeella,quehacequelascosas se compliquen entre losdos.Si a eso le sumamosunpretendienteintenso que quiere tener algo con Amanda y una ex-esposa celosa ydespechadaqueestáobsesionadaconvolverconsuantiguoamor,tenemoslarecetaperfectaparaundesastre.

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Capítulo1 Amanda estaba arreglando sus cosas para llegar temprano a launiversidad.ErasuprimerdíadeclaseenlaUCLAyestabafelizdehaberpodido entrar por fin a estudiar Diseñoy artes gráficas, la carrera quetanto deseaba. Le tocaba correr porque de lo contario, llegaría tarde.Todavía no sabía cómo había podido entrar a la universidad, con unhorariodetrabajocomoelquetenía. Todos losdías trabajabaen lacafeteríadesdebien tempranohasta lanocheylosfinesdesemanatambién.AunqueelseñorAlberto,sujefelehabía dicho que la pondría de patitas en la calle, sino cumplía con elhorario, había dejado que cambiara el turno del día por el de la noche,peroyanoseríatiempocompletosino,solomediotiempoytendríaquebuscar otro trabajo para los fines de semana, de otramanera no podríapagarlarenta.Noimporta,pensó.Merecíalapenatodoelesfuerzo,simásadelantepodíaconvertirseentodaunaprofesional. —Niña,otravezpensandoenpajaritos,¡Dateprisa! —AyDios,tienesrazónCaro.YaRory,meestáesperandoafuera

—respondióafanada. Rory,erasugranamigadelalma,laquelahabíaconvencidodeentraraesauniversidad,yaqueellaestudiabaallí,conlaayudadesupadreysushermanos, que trabajaban como burros, cortando césped, para que ellapudieraserunaIngenieracontodaslasdelaley. —Muchacha,nohasdormidonada.Mepreocupasmucho. —Es solo por hoy. El jefe me dijo que empezara enseguida el

horario de medio tiempo y que de paso le hiciera el favor dequedarmeenelturnodelamadrugadaporquelaseñoraRosa,estaba

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enferma. —¿Sitienestiempodecambiarte? —Lasclasescomienzanalasochoysonlassiete,tengoeltiempo

justo para entrar al baño y asearme un poco, cambiarme de ropa eirmevolando.

—Bien,entonceshazloya. Saliódelacafetería,coneltiempojustoparallegaralaprimeraclase.No tardaron mucho, ya que la cafetería quedaba más bien, cerca de launiversidad. —¿Cuálestuprimeraclase?—lepreguntóRory. —AquídicequeesIntroducciónaldiseño—miróelpapelgarabateado. —Bien, entonces tienes que ir primero a dirección porque te

tienenquedaralgunospapelesy tuhorariocompletodeclases,esequetienesenlamano,solotieneunaspocas.Notepuedoacompañarporque ya voy un poco tarde, pero nos vemos en dos horas en lacafetería.¿Estábien?

—Sí,claro.Aunquesinollegoesporqueteníaunaclasedespuésdeesta.

—Bien.—le dio un abrazo.—Amiga que tengas mucha suertehoy.

Amandasonrió. —Séquetodosaldrábien. CuandollegóaDirecciónGeneral,leentregaroncantidadesdecosasyellaestabaunpoconerviosaporqueyaeranlasochoydiezytodavíanohabía llegado a la clase. Corrió y preguntó a varias personas dondequedabaelsalóndeclaseshastaqueporfindioconél.Abriólapuertayentrórápidamente,paraveracincuentacabezasvoltearseamirarla.Diosquevergüenza.—pensó. —Bue…buenosdías.—dijoapenada. Unhombremuyapuestodeunos30o35años,seleacercósonriendo.

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—Buenosdías,señorita… —Charles,AmandaCharles.—ledevolviólasonrisa. —SeñoritaCharles,nosdamuchogustoquehayadecididousted

visitarnos,porquésupongoqueesunavisita,laqueustednoshaceenestedía,yaquesonlasochoyveinticincoylaclasecomienzaalasochoenpunto.

Laclaseserióyellallegóaveralgunosdelosrostrosburlonesdesuscompañeros,hablándoseentreellos,murmurando. LasonrisadeAmandamurióenesemomento. —PerdoneprofesorBlair,nosabíaqueeratantarde. —¿Notienereloj?o¿Nosabeusarlo? —Sí, claro que se usarlo pero debía ir primero a buscar mi

horariodefinitivodeclasesyademás… —Porfavor—ledijolevantandolamano,comoqueriendodecir

que no quería escuchar más. —No son necesarias tantas excusas.Ustedesbastantemayorcitaparasaberquedebellegarpuntualaunaclase en la universidad, porque esto ya no es la escuela, donde sillegantarde,elúnicopeligroesquelosenvíendevueltaacasa.Aquíse viene a estudiar, a forjarse un futuro, y para eso hay que serresponsable.

—Discúlpemenuevamente,novolveráasuceder. —Estoy seguro de ello. Solo fíjese en sus compañeros. Son

bastantemásjóvenesqueustedytodoshanpodidollegaratiempo. Eso la desmoralizó. Ella sabía que era mayor para entrar a launiversidad.Noeravieja,perounamujerdecasi26años,seveíacomounaancianaacomparaciónde todosesoschicosqueestabanen laclase.Ellosno tendríanmásde20yelúnicoproblemaqueenfrentabaneraelcoloroeldiseñodelaropaquesepondríanesedía. —¿CuántosañostieneseñoritaCharles?o¿Debodecirseñora? —Señoritaytengo25.—ellanoteníaporquedecirlequeendos

semanascumpliría26.

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—Una edad en la que toda persona sabe que por educación yrespeto hay que llegar puntual donde quiera que se vaya. –le dijomirándola comoaunmosquito.—Le tengoquepedir que se retireseñorita,yaquenohavenidoustedalaprimeraclase,tampocotienederechoahacerelprimerexamen.

Todalaclasecomenzóaprotestar. —¡Silencio!Noséloqueustedesesperabandeestaclase,peroyo

necesitosaberelniveldeconocimientosquetienenendiseñoyparaeso debo evaluarlos. —se quedo pensando un momento y cuandovolvióahablar,lesdijo:Esaserálaprimeranotadelsemestre.

—Porfavor,profesorBlair.—ledijonerviosa.—Leprometoqueno vuelve a suceder, pero no me quite la posibilidad de hacer elprimer examen. Ese sería un mal comienzo para mí y de verdadnecesitotenerbuenasnotasporlabeca.

Elselaquedómirandocondesdén. —Mire,señorita,lapróximavezquevayaallegartardepienseen

esa beca, por lo pronto le aclaro que no soy el profesor Blair.MinombreesDuncanTaylor,soyelreemplazodelseñorBlair,yaqueélnovaapoderasistiraestaclaseduranteunmes.

Ellasequedófría.Nosolohabíallegadotardesinoquepararematar,lehabíaconfundidoconotrapersona. —Losientomucho,profesorTaylor.Mejormevoy.—ledijosin

poderlomiraralacara.Enrealidadnoqueríamiraranadie,enestemomentoellaeraelpayasodelcursoyasílaconoceríandeesedíaenadelante.¡Quésuerte!

—Laesperoenlasiguienteclase,señoritaCharles. Ella sevolteó amirarloy solopudoasentir, si hablaba sepondría allorarynoqueríaqueseburlaranaúnmásdeella. Saliódeallí,corriendoysechocóconunapareddemúsculos. —Perdón,ledijosinmirar. Sintió que una mano la agarraba del brazo firme pero sin hacerledaño.

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—Oye,espera.¿Tehicistedaño? Ella lomiró de soslayo y notó que un chicomuy apuesto lamirabaconcuriosidadyalgodepreocupación. —No, no fue nada. —le dijo rápidamente. —Me tengo que ir,

perdonaelempujón. —¿Tesucedealgo? Ellasolonegóconlacabezaysefue. Amanda estaba sentada en la cafetería sintiéndosemiserable, cuandollegósuamiga. —Oye,¿Quepaso?—acariciósubrazo. Amantalecontólosucedidoynoaguantómás.Seechóallorarcomounamagdalena. —¿Pero túno ledijiste,que teestabanentregando tuhorarioy

quetedemoraron? —Nomeatreví, cuando se lo iba a explicar, elhombrecasime

mata.Teníamucharabia,porquelleguéasuclasetarde. —Esunidiota,yaconozcoesetipodeprofesores. —¿QuévoyahacerahoraRory?Esanoeralaformaenlaque

yodebíaempezarmisestudios,ahoranuncapodrétenerlabeca.Soloimagínate el cero tan grande que tengo ya, como primeracalificación.

—Pero Amanda, tú acabas de comenzar hoy, tienes todo unsemestrepararecuperartedeesanota.

—Nolosé,eseprofesorpareceodiarme. —Notepreocupes,todossonasí.Larazónporlaqueexistenes

parahacerleslavidamiserableasusalumnos.—ledijobromeando.—Todopasará,yaverásquetevasaacostumbraryestoyseguradequeenpocotiempo,ellosveránlagranestudiantequeeres.

Amandalesonrióagradecida.

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—Graciasamiga,siempresabescómoquitarmelatristeza. Rory siempre estaba allí para ella. Se conocían desde pequeñas,cuando la madre de Rory había muerto en un accidente dejando a suesposo,DonMiguel,sumidoenunagrandepresiónysinsaberquéhacerconunacriaturademesesydosniñosdecincoysieteaños. Don Miguel, tenía que trabajar y como no podía dejar a los niñossolos,acudióaunbuenamigoqueerasacerdoteenlaiglesiadesubarrio.EstelerecomendóquefueraalconventodelashermanasCarmelitas.Ellastenían un orfanato, donde cuidaban muy bien a los niños, pero estabanmuynecesitadasdedineroyreparacionesenellugar.Ledijoquetalvezpodían ayudarse mutuamente y mientras él trabajaba, ellas le podíancuidar a los niños, teniéndolos como unos huerfanitosmás hasta que elllegabaenlanocheporellos.Acambio,ellaspodíaayudarconalgodedinero y tal vez el resto, se los podía pagar con reparaciones de lastuberíasylaelectricidad. Así fue comoun fríodíade invierno,DonMiguel se apareció en lapuerta del orfanato de lasHermanasCarmelitas, donde vivía la pequeñaAmandaCharles,quecontabaeneseentoncesconcincoañitosdeedadydesdequevioaRory, la reclamócomodesupropiedadynuncamássesepararon.Habíanpasadoporlaépocadecolegioylasecundariajuntas,aunquenoen losmismoscursos,yaqueAmandaera cincoañosmayorque Rory. Se acordaba perfectamente de los chicos detrás de su amiga,invitándola a salir, mientras ella se dedicaba siempre a leer o hacerpequeñostrabajosdecosturaparalasseñorasdelbarrio,quellegabanalconvento con ropa para arreglar o remendar. Rory en cambio se habíaconvertido en una belleza de cabello rubio como el de sumadre. Teníatambién sus mismos ojos grises y color de piel. Todo el que la veía,pensabaquenoerahijadeDonMiguelporqué tantoél, comosusotrosdoshijoserandeteztrigueñaybastantebronceadaporelsolquerecibíanensutrabajo. Suamigadisfrutabade lo lindo,defiestaenfiestaypocoapoco,sefue interesando en el trabajo de su padre. Un día le dijo que lo queríaayudarycomenzóairconélparaayudarloadecorarlosjardines.Resultótanbuena en esto, que la gente llamaba aDonMiguel peropreguntabanpor ella, porquedecíanque teníamuybuengustopara ladecoraciónde

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jardines. Don Miguel también lo notó y apenas ella se graduó, reuniótodos sus ahorrosy aprovechandoque susotroshijos ledijeronquenoquerían ir a la universidad, le pago una buena parte de la carrera deArquitecturayDiseñoUrbano,asuhija.Roryyasabíaqueesacarreraleayudaría a ser unagrandiseñadorapaisajista y depasopodría ayudar ahacergrandesedificiosquerespetaranlavegetaciónyelecosistema. —¿Por,quénovamosalabibliotecayluegotemuestromásde

launiversidad?¿Aquéhorastienesclasesnuevamente?—lepreguntósuamiga.

—Aquídicequealas10delamañananuevamente—lemostrósuhorario.

—Ahh,si.Eseedificiodondetienestupróximaclasequedamuycercadedondeyotengolamía.

—Quebueno,asínomesentirétansola. Roryserió. —Por Dios amiga, no seas tan dramática. Dentro de unos días

tendrásmuchosamigosyentonces,yaniteacordarásdemí. —Rory,yonuncateharíaeso.Losabes. Rorylanzóunacarcajada. —Claroquelosé,tontita.—laabrazó.—Ahoravamosaconocer

tunuevauniversidad. Estuvieron caminando un rato, viendo gente, conociendo lasinstalaciones y el campus, hasta que fue la hora de la segunda clase, sedespidieronyquedarondeversemástarde. Amandallegomuypuntualasusiguienteclase,sesentóalladodeunachicaquehabíavistoenlaclaseanterior,yparecíaserlaúnicaquenoseburlabadeella. Lachicalamiróconcuriosidad. —Hola,minombreesBetty.Túereslachicaqueélsacódeclase

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¿Verdad? —Sí,esasoyyo.—lecontestóyvolteósurostrohaciaotrolado,

noibaaescucharotraburlamás. —Losiento,nodebípreguntartedeesamanera.Essoloqueme

pareciómuyinjusto,loquetehizoelprofesor. Amandalamiróalosojosunmomento,queríasabersierasinceraono.Luegolesonrió. —Sí, ami también,me lopareció.Esmiprimerdíay estoyun

pocodesubicada,peronoeslaformadetrataraunestudiante. —Estoydeacuerdocontigo—respondiódemanerasolemne —¿ElprofesorTaylor, llevatiempoenseñandoaquíocomenzó

hacepoco? —No,paranada.LoquepasaesqueelprofesorBlair,seenfermó

y tuvo que llamar a Taylor para que lo reemplazara. Dicen que elprofesor Blair, esmuy bueno y no tratamal a sus alumnos, comoparecequehaceeste.

Amandadeseócontodosucorazón,queserecuperarapronto,porquesabía que este profesor, le iba a hacer la vida imposible, tenía unpresentimientoycasinuncalefallaban. Bettysacóuncuadernodesumaletayselodio. —Sí,ojalá,queserecupere. —Mira,estoesloqueescribimosenclaseylootrootengoenmi

laptop.Siquieresmedastucorreoyteloenvío. —Ahh, sí, sí, claro. Pero es que todavía no he comprado mi

laptop y tengo el correo de una amiga. ¿Te importa si te doy esemientras?

—Para nada, pero si quieres un consejo, esmejor que comprespronto lacomputadora,nopuedesestudiarunacarreracomoestayno tener tu laptop. Acuérdate de que hay que hacer gráficos y haymuchomaterialquesoloencontraráseninternet.

Amandasabíaqueesoeracierto,perotodosudinerohabíasidoparapagar la matrícula y la mayor parte de la carrera. Ya después se las

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arreglaríaparapagarelresto,peroenesemomento,noteníaunpesoparaesacomputadora. Lachicaparecióadivinarlo. —Si quieres podemos estudiar juntas y usar la mía mientras

compraslatuya. AmandalediograciasaDios,mentalmente. —Claro,meencantaría.—respondiófeliz. — ¿Puedo hacerte una pregunta? —le dijo Betty, un poco

cohibida.—¿Cuántosañostienes? —Tengo25.¿Cuántostienestú? —Tengo18.¿Porquéentrastetantardealauniversidad? —Bueno, en realidad no tenía el dinero para hacerlo, cuando

estabamás joven.Ahora estoy aquí porque todos estos años estuvetrabajandomuchoparaahorrarlodelacarrera.

—Oh,yaveo.—sequedópensando. —¿Ytuporquetedecidisteaestudiaresto? —Bueno, en realidad,mi padre es dueño de una productora de

televisión y siempre me ha gustado mucho, la parte de loscomercialesyesascosas.

—Quebien,entoncesestoescomounnegociofamiliar. —Sí,puedesdecirloasí,aunquemeencantaríapodertrabajaren

otracompañíadondenadiesepaquesoysuhija,eslamejorformadeganarmemilugar.

CuandoAmandaleibaacontestar,entrólaprofesora. —Buenasdías,minombreesLucianaValente,serésuprofesora

de“FormayColor”duranteestesemestre. Los alumnos la saludaron, se presentaron y hablaron de lasaspiracionesquetenían,luegodetodoestolaclasecomenzó. Amandaescuchaba todo loque sedecía en la clase,de formaatenta,porque su deseo era aprendermucho, para poder tener una vidamejor,necesitabaserlamejordesucursoyloibaalograr.

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Fuerondoshorasdeclaseyellanosediocuentadeenquémomentosepasóeltiempo,saliódeallíconBettyysedirigieronacafetería,puesya era medio día y tenían una hora para almorzar y seguir para supróximaclase. Mientrascomíanalgo, sepusierona leeralgunasnotasyestaban tanabsortasen loqueestudiaban,quenosedieroncuentadequealguiensesentabaasulado. —Hola. Amanda levantó la cabeza asustada y vio que el chico con el queunratoatrássehabíaestrellado,estabasentadoasulado. Éllesonreíaabiertamente,comosiseconocierandesdehacetiempo. —Hola.—lerespondióella. —¿Yatesientesmejor? Ellasesonrojóunpoco. —Sí,yaestoymejor,gracias. —Mequedépreocupado,cuandotefuistedeesaforma. —Esqueteníaalgodeprisa.—mintió. —Teentiendo,cuandounovatarde,eslopeor.—serió,mirando

alolejos,comosirecordaraalgo.—Algunavezmepasó. —¿Quéestudias?—lepreguntoAmanda. —Oh, no, yo ya no estudio aquí.Me gradué hace un tiempo y

ahoratrabajocomoprofesordedibujo. —¿Yategraduaste?Eresbastantejoven,paraserunprofesor.—

ledijosorprendida. Elserió. —Todoelmundomedicelomismo,peronosoytanjoven,tengo

veinticuatro. —Sigues siendo muy joven, para ser un profesor. —le dijo

sonriendo. —Tienesunasonrisapreciosa.

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Ellaserioapenada. —Gracias. —Bueno,ydespuésdetodo…¿Cómotellamas? —AmandaCharles.¿Ytú? —DavidRodher Losdosoyeronaalguienquecomenzóatoser. —Ay Dios, que cabeza la mía. Perdóname Betty. —le dijo

poniéndoselasmanosenlacabeza.—DavidtepresentoaBetty,unacompañeradeclase.

—HolaBetty,muchogustoenconocerte. —Lomismodigo.—lesonrió.—Escuchéqueeresprofesor. —Sí, de dibujo, creo que el siguiente semestre, les estaré

impartiendoesaclaseaustedesdos. —Quebien,entoncesallínosveremos.—¿VamosAmanda?Ya

casieslahoradelasiguienteclase. —Tienesrazón,yatenemosqueirnos.—dijomirandoaDavid. —Fueungustoconocerte.—ledijoél. —Lomismo. Cuandodieronlavueltaparairse,élletocóelbrazo. —Amanda.¿Quévasahacerestanoche? —Estanochetrabajoelturnodelanoche,enunacafetería. —Bien.—ledijopensativo.Entonces,¿Quéteparecesimedastu

teléfono? —Seguro,esosílopuedohacer. Salieron de la cafetería corriendo porque ya era tarde y la próximaclasecomenzabaencincominutos.Llegaronapenasconel tiempo justo.Laclaseresultósermuyanimadayaellaleencantósunuevoprofesordemedios audiovisuales. El tiempo se fue volando y cuando quiso ver, yaeranlasdosdelatarde.Saliócorriendoaencontrarseconsuamiga,paraquelallevaraaltrabajo.Yanoteníatiempodedormirunpoco.

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—Creíqueyanovendrías. —¿Cómoseteocurre?Essoloquelaclaseterminómastardede

loquepensé. Bueno,nosestamostanmaldetiempo.Creoquealcanzamosallegar. Amanda solo pensaba en que lo lograran porque no tenía ganas deescucharlasquejasylamentosdelseñorAlbertoopeor,quelapusieradepatitas en la calle por llegar tarde. Ella necesitaba mucho ese empleo,aunquesabíaquesujefeeraunnegreroyquelesacabaeljugo,paraluegopagarlebienpoco.Detodasformaseratrabajoyellalonecesitaba.Allíenlacafetería,eltrabajoeradesietedelamañanaa3delatarde,yelrestodeltiempoellahacíalimpiezaenlascasasdelascolinas,dondepagabanmuy bien. Gracias a eso y a las propinas de la cafetería, había podidopagarsusestudios,peroahoraqueelhorariodelauniversidaderaenlamañana, tuvo que hablar con el señor Alberto, para que le cambiara elturno.Comoeradeesperar,elhombrepusoelgritoenelcieloyledijoque tenía que trabajar dos semanas de tres a once y una de once de lanocheasietedelamañana. Lehabíacostadodecirquesí,peropensóquesiperdíaesetrabajo,nosería fácil conseguir otro y en este momento lo necesitaba demasiado.Puescasitodoeldineroselehabíaidoenlamatriculaydossemestres. Su plan era ser lamejor estudiante, para así poder obtener una becaparcialomejor aún si era totalyyanopreocuparsepor elpagode susestudios,peroporloprontoletocabarecibir los$7,50dólaresporhoraquelepagabasujefe,sinderechoahorasextrasytratardeconseguiruntrabajo el tiempo que le quedara libre, ya que días de descanso,propiamentedicho,notenía.Deesamaneratendríaundineroextraporquedesde que había cambiado tan drásticamente su horario, ya no podíatrabajarenlamañanalimpiandocasasenlascolinas. —Bueno,¿Cómotefue?—suamigalasacódesuspensamientos. —Bien, el resto del día estuvomuchomejor y no tuve que ver

nuevamentealamableprofesorCharles. —No te preocupes. Cuando lo veas nuevamente, solo hazte la

indiferente.

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Amanda se quedó pensando que le gustaría poder hacerlo, pero nopodía simplemente ignorar a alguien que la había tratado tanmal y queteníaelpresentimiento,loseguiríahaciendo. LlegaronalacafeteríayallíestabaCaro,esperándola. —Date prisa. El viejo Alberto está mirando el reloj. Sabes que

solo quiere que le des una oportunidad para decirte que no va afuncionarestodelauniversidadyeltrabajoaltiempo.

—Lo sé, lo sé. Es que la clase terminó más tarde de lo queesperaba.

—Tienes10minutosparacambiarte,asíque¡Vuela! Amanda entró corriendo y se encerró en el baño. Cuando volvió asalir,estabaperfectamentecambiadayarregladaconsuuniforme.Enesemomentopasabael señorAlberto,que lamiróaellay luegoasu reloj.Comoeranlastresenpunto,nopudodecirlenada,soloresoplóysefue. AmandayCarosequedaronmirandoyseecharonareír. —Tienesquecontármelotodosobretuprimerdía. Amanda estaba emocionada de tantas cosas hermosas que vio en launiversidadysemoríaporcontarletodoasuamiga. —Claroquesí.Tellamoestanoche,perosabesquellegotarde. —Noquerida,miturnoseterminaahoraperoarreglarélasmesas

unpoco.Deesamanerateayudo,ymeenterodetodo—ledijoconunasonrisasatisfecha.

—PeroessielseñorAlbertonosve… —El no nos verá. Además cuando llegues a casa estarás muy

cansadacomoparahablaryyonecesitoenterarmedetodo—uniósusmanosenseñaldesúplica.

—Oh,estábien.Nopuedodecirtequeno. Se pusieron a limpiar mientras la gente iba llegando y Amanda lecontaba su aventura en la universidad y la cantidad de materias que sedabanensucarrera.Cuandoestabanenesas,escucharonqueDonAlberto,lesgritaba.

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—Caro,Amanda¿Esquenooyenquehayunclientepidiendolacartaenlaocho?

—Síseñor,enseguidavoy. —Buenoqueridanosvemosmañana—sedespidióCaro. —Esmejor,porqueDonAlbertohoytienelamenopausia,mejor

dicholaAndropausia.Noquiero tenerproblemasconél.Tesigoelcuentomañana.Bye.

Amandaseacercóa lamesayreconociólosdosrostrosqueestabanallí.ErandoscompañerosdesuclaseconelprofesorCharles.Laparejitano había hecho más que burlarse de ella, cuando la habían echado delsalón. —Buenas tardes. Aquí les dejo elmenú y vuelvo en unminuto

paraversisehandecidido. —Oye,yoteconozco—dijoelchico. —Por Dios,¿Dóndehaspodidoconocerla?Ellanopertenecea

nuestrocírculosocial. —Sí,bueno;perodealgúnladolaconozco. Amandarodólosojos. —Nos conocemos de la universidad, nos acabamos de ver esta

mañana. —Ahh,sí.Yarecuerdo—dijolarubia,riendo.Túereslaquehizo

elridículodelantedetodosconelprofeTaylor. —Sí, esa misma. ¿Ya se decidieron? —preguntó señalando la

carta. —Amí,medasunabotelladeaguaEvian. —NotenemosEvian,pero tenemosde la llave;queesdemejor

calidad—nopudoevitarburlarsedeesaantipática. —¿Cómoseteocurre?Entoncestráemeunrefrescodedieta. —TenemosCocaCola,Sprite,SevenUp… —Elquesea,medaigual—lacortó.

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—AmímetraesunrefresconormalyunahamburguesaGourmet¿Vieneconchili?

—Sí,vieneconchilidulce,ensaladadecolypatatasfritas. —Suenabienparamí.¿Ytunena?—lepreguntóalachica. Larubiasequedópensativamirandolacarta. —No lo sé, tal vez la ensalada de queso de cabra, es lomenos

dañinoqueveoentodoelmenú. —Hay muchas cosas en el menú, para personas que se cuidan.

Tenemosporejemplo,lahamburguesavegetariana.Hechaconcarneypanecológicos.Todasnuestrashamburguesassoncocinadasenelmomento y el aceite donde se fríen las patatas, es de girasol alto-oléico.

—¿Quéeseso?—preguntólarubia. —Esuntipodeaceite,extraídode lassemillasdelgirasol,pero

deunasvariedadesdelaplantaespecialesquemejoransucontenidonutricional y ayudan al organismo, es un aceite más resistente alcalor,muyparecidoalaceitedeoliva.

—Ay, pues haber dicho que es un tipo de aceite de oliva y noteniasquedartantodiscurso.

Amandasepreguntósienesacabezanohabíanada.NopodíaserporelestigmadelasrubiasporquetantosuamigaRorycomosuamigaCaro,eranrubiasnaturalesyeranmuyinteligentes. —Creo que me decido por la ensalada, no creo mucho en ese

dichosoaceite.—ledijoasunovio. —Entonces, Una ensalada queso cabra, hamburguesa Gourmet,

dos refrescos, uno dieta, uno normal. ¿Eso es todo?—les dijo contodoelprofesionalismodelcaso.

—Porahora.¿Cómotellamas? —Amanda—lerespondió,señalandolablusadesuuniforme,que

teníabordadosunombre. —MuchogustoAmanda.YosoyDaniel.Eresmuybonita¿Sabías?

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—Oyeestúpido.¿Estoypintadaenlapared? —No,nena,claroqueno—lediounbesoylaabrazó.Cuandola

chicasedescuidó,élleguiñóunojo. Amanda se volteó y se dirigió a la cocina a ordenar su pedido, sinpoderlocreer.¿Quélespasabaaloshombres?Sevolvíanlocosconsoloverunafalda. Atendióotrasmesasydespuéslesllevolacomidaalospesadosdelamesaocho.Cuandoterminarondejaroneldineroenlamesayunapropinadeveintedólares,conunnúmerodeteléfonoquedecía:Llámame.Estabasegura de que tenía que ser el talDaniel, porque nimodo que fuera sunovia.Tomóelbilleteysedijoqueselogastaría,tanprontollegaraaunsúpermarketycompraraunosvíveresquenecesitaba.Deesamaneranovolveríaaveresenúmeroensuvida. El tiempo en la cafetería pasó muy rápido y a las diez y media, elpadredeRory, llegóporella.Entróy se sentóenunamesa.Amanda seacercó. —HolaDonMiguel. —HolaAmandita¿Cómoestás? —Bienseñor.¿Quierequelesirvauncaféconunpocodeleche

dealmendras? —Quedelicia.Sabesquesiemprevengotempranoparatomarme

uncafémientrasteespero. Amanda sonrió. Ella lo sabía muy bien. Don Miguel moría por sucafecito y ella se lo daba conmucho gusto, ya que el siempre la iba abuscaraunquenotuvieraquehacerlo,eramuyespecialconella.CuandoRory le contó sobre el nuevo horario nocturno de Amanda, élinmediatamente le dijo que la recogería porque unamuchacha no debíasalir a esashorasde trabajar ymuchomenos caminar solapor la calle.Como la cafetería le quedaba de pasada cuando volvía del trabajo, elaprovechabaypasabaporella,setomabasuadoradocaféyladejabaenlapuertadesucasa. —DonMiguel,nomedemoro.Yacasiterminamiturno. —Notepreocupeshijita,nohayprisa.

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Ellasonrióysediolavueltaparaterminardeatenderunosclientesylimpiarlasmesas,seguramenteLevi,suotracompañera,estabaporllegarareemplazarla.

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Capítulo2 Iba casi durmiéndose en la camioneta del padre de Rory, cuandoestacionaronenfrenteasucasa. —Buenomija,esperoquepuedasdescansarporquetienesmuchas

ojeras.Nodeberíastrabajartanto. —Nosepreocupepormí,DonMigue.Eltrabajoesduroenestos

momentos,peroprontosaldréadelanteconmisestudios. —AsísehablaAmandita.Séquetodotevaasalirbien.Túeres

unabuenamuchachaytelomereces. Ella lediounabrazo.ElpadredeRorynosabía loque significabanesaspalabrasparaella. —Graciasseñor. —Denadahijita,ahoraveteadormir—lediounapalmaditasen

laespalda. —Buenasnoches—sedespidióellayentrócorriendoasucasa.

Todo estaba muy oscuro por ahí, aunque afortunadamente DonMiguel,esperoaqueentrara.

Llegó a su apartamento y solo tuvo tiempo de cerrar ben la puerta,luegollegóasucamayallíconlaropapuestasedurmió. Aldíasiguienteeltimbredelteléfonoladespertó. —¿Bueno? —HolaAmiguilla¿Yaestáslevantada? —HolaRory—lerespondiótodavíadormida—.Nolaverdades

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queapenasestoyeneso. —Buenopuesapresúratequesonlasseisymediayencuarentay

cinco minutos te recojo para ir a la universidad. Decidí llamartetemprano, porque te vi tan exhausta, que me dio miedo, que no televantaras.Ademásqueríadecirtelabuenanoticia,antesdeverte.

—Ay,no.Esohubierasidoterrible.—ledijohorrorizada—.Perobuenoahoraquemehasquitadoelsueño,dimelabuenanoticia.

—Puesquemipadre,seenteródequeenunadelascasasdondecorta el césped, necesitan una chica para el aseo. La casa es tangrandequetienendos,perounadeellassecasóhacepocoydecidióregresarseasupaísconsuesposo.

—Bueno, esa es una buena noticia. Pero recuerda que yo nopuedotrabajartiempocompleto.

—Sí,sí,losé.Ylobueno,esqueellossolonecesitanquevayaselfindesemana,queescuandosehacelalimpiezageneraldelacasa,túsabes, la limpieza a fondo. Los demás días tienen a la chica desiempre.

— ¿Y por qué no contratan a alguien que esté todo el tiempo,comolaqueseacabadeir?

—Porqué, ellos se van de viaje y llegan en tres meses, nonecesitantantagenteparaelserviciodelacasa,yaquenovanaestarallí. Es por eso que la chica del aseo esmás que suficiente para elaseo de la semana y luego llegas tú, para el aseo de los fines desemana.

—Ahh, bueno. Eso no me parece tan mala idea. Sobre todoporquenohabránadiemolestando.

—Exacto.Aunquemipadremehadichoquesuhijoseaparecedevezencuando,peroquenoduramucho.Solovaparadarunavueltaalacasayversiseofrecealgo.

—Bueno, yo estoy más que dispuesta, pero mejor hablamoscuando vengas a buscarme porque se nos está haciendo tarde—ledijorápidamente.

—AyDiosmío, tienesrazón.Terecojoenunahorayporfavor

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desayuna—laregañósuamiga.Mihermanonoshizosándwichesdepollo y queso para que los comamos en el almuerzo. Tú trae losrefrescos.

—Quélindotuhermano,dilequemuchasgracias. —Selodiré,ahoraapresúrate.Bye. Amanda tomóun yogurt con un poco de cereal y se fue a bañar. Sepusoa escoger la ropaque sepondría esedía.AfortunadamenteRoryyellateníanlamismatallaycompartíanropa,aunqueporlogeneralerasuamiga,laqueleregalabamuchadesuropa.Roryteníaunadebilidadyesaera, la ropa de última moda. Podía gastarse todo su sueldo de lapeluquería,ensoloropa,zapatosycarteras. Viounosjeans,peroencontróunospantalonescolorcaquidepunticosblancos.UnodelostantosquelehabíaregaladosuamigaRory.Pensóquepara launiversidadseveríabienyademásqueríaponerse todaesa ropaque nunca pudo lucir por no tener donde hacerlo o por pasar lamayorpartedeldíaenuniforme.Sequedómirandosupequeñoclosetyviouncinturónnegrodelgadoyunablusablancaquecombinaríanperfectamentecon el pantalón, saco de la caja unas sandalias negras altas que habíacompradohace rato enun almacénde segundadonde los zapatos teníanalgúnpequeño imperfecto.Esas sandalias soloestabanunpoco raspadasenlapartedeatrásyeraalgoquesolosenotabaconunalupa,peroaúnasílashabíanpuestoen20dólaresyellanosepudoresistiracomprarlas.Secambióyluegosemiróalespejodepiesacabeza,soplándoleunbesoalaimagenqueveía,comoseñaldeaprobación,yporúltimosecolocóuna chaqueta de cuero color camel que le había regalado tambiénRory.Definitivamentesialguienmeveconestaropa,nuncapensaríaqueestoyenlamásabsolutaruina.—seburló,altiempoquetomabasubolsoysalíadelapartamento. Llegaronalauniversidadylesfuemuybienconeltráfico,apesardelahora.Sefueronasussaloneshablandodelnuevotrabajo. —Entonces,estádecidido—ledijoRory. —Sí,dileatupadrequemeinteresaypregúntale¿Cuandopuedo

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iralaentrevistadetrabajo? —Lediré,creoqueno tevasaverenningúnmomentocon los

dueños,porquelaasistentedeladueñadelacasa,eslaqueseencargadelascontrataciones.

—Bueno, amiga. Hasta aquí nos trajo el rio —le dijo Rory,mirandohaciaeledificiodeenfrente.

—Ohsí,siempresemeolvidaquetuseneledificiodeenfrenteoalotroladodelcampus.

—¿Tieneslibrealgunahora? —Nohoyno.Salgodelaúltimaclaseymetocacorreraltrabajo. —Bien,entoncesnoshablamosenlanoche. SedespidieronyAmandasefuecorriendoasuclase,noqueríaquesevolvieraarepetirelepisodiodeayer. Cuandollegó,todavíaelprofesornohabíallegado,asíquesepusoahablarconBetty,queparecíahaberllegadohacerato. Laprofesorallegóylaclasefuemuyinteresante,peroAmandasediocuentadequenecesitaríamuyprontoun computadory eso solo ledabamásdoloresdecabeza.Nopodíahacerfrenteatantascosasalavez,perofuetaningenuaquepensóquesoloseríalamatriculaynonecesitaríanadamás.No,esoseríamentirseasímisma.Larealidadesquepensastequésiteibabienestesemestre,launiversidadtedaríaunabecaydeesaformapodríasutilizareldineroquefuerasganando,paralosotrosgastosquetegeneraraestudiaresacarrera.¡Quétontafuiste! —Amanda,¿Estasescuchándome? Esavoz,lahizosalirdesuspensamientos. —Sí, claro. Es solo que estoy un poco preocupada por lo del

computador.Yparaacabarderematarla,mañanaeslaclasedediseñoconelprofesorCharles.

—Ay, querida. Ese hombre es un ogro, no le des más motivosparasacartedeclases.

—Pero que puedo hacer Betty, yo no tengo el dinero ahoramismo.

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Bettycolocóunamanoensuhombro. —Terepitomipropuesta.Siquierespodemoshacerlostrabajos

desdemicomputadorhastaquecompreseltuyo. Amanda dio gracias, por ponerles angelitos en su vida, porque estachicaeraunángelquelehabíanenviadoparaquelaayudara. —Está bien, acepto tu propuesta y ya veremos cómo salgo

adelante. —Eso, chica. Así se habla —le dijo su nueva amiga con

entusiasmo. Salieronde laclasequeacababade terminarsey fueronacharlarunpocomásdebajodedelárbolquehabíanadoptado,desdeeldíaanterior.Eraunopequeño,peromuyfrondosoconhermosasfloresamarillasquedespedían un delicioso olor. Allí se quedaron un buen rato, mientrasesperabanlahoradelasiguienteclase. —Betty, cuéntame un poco de ti. ¿Qué hacías antes de venir a

estudiaraquí?¿Quéesloquemástegustahacer?¿Cuálestucomidapreferida?

Bettyseechoareír. —Bueno, mi comida preferida es la mexicana, los tacos, los

burritos,meencantan.Disfrutoleyendotodotipodenovelas,quierodecirquecualquiergéneroesbuenoparamí.Yantesdeveniraquí,mipadremehabíaenviadoauncampamentodeveranoenFrancia,dondelapasémuybien.

—¿Tupadreesmuyunidocontigo? —Nomucho,selapasatrabajandoycasinovieneacasa.Desde

quemamámurió,elnogustamuchodemicompañía. —EsonoesposibleBetty,tienesqueestarequivocada. —No, no lo estoy —su cara tenía una expresión de calmada

resignación. Amandacambióeltema,paranoverasunuevaamigatriste.

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—¿Quéesloquemástegustadelacomidamexicana? —Ummm—lopensóunmomento—.Creoquelasfajitas.Ahh,el

molepoblano,mefascina. —Ay sí, yo puedo comer hasta reventar, comida mexicana. Mi

amigaRory,unavezmeinvitóacomerenunrestaurantemexicanoysaliódeallídiciendoquemevestíaperoquenomealimentaba,quenunca más me invitaba a comer tacos porque yo arruinaba acualquiera—lasdosseecharonareír.

Estaban sumergidas en sus anécdotas, cuando una sombra se pusosobreellas.LasdosalzaronlavistaparaveralprofesorCharles,enfrentede ellas mirándolas detenidamente. Amanda se asustó y enseguida sepreguntó¿Cuantohabríaescuchado? —Buenastardes. —Buenastardes,profesor. —Señoritas, esperoquehayan estudiado la última clase; porque

pretendohacerpreguntassobreeltema. —Oh sí, profesor, hemos estudiado mucho —le dijo Betty

ansiosa. Elprofesorlaestudiounmomento. —Muybien,noquisieratenerqueponerleotroceroalaseñorita

Charles. Amandanolopudoevitar. —¿Cero?—suvozsalióenungrito —Puessí,cero.¿Tienealgúnproblemaconeso? —Laverdadesquesí,profesor. Duncan,reprimiósusganasdereír,alveraestachicaconloslabiosapretados,lasmanoscerradasenpuñosylosojosquebotabanfuego. —Cuénteme¿Porquéesesounproblemaparausted? —Porque yo llegué tarde a su clase, por estar copiando mi

horarioycomosoynueva,nosabíadóndeseencontrabaelsalóndeclase. Llegué al edificio del otro lado de la universidad y al

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devolvermeparallegaralsalóncorrecto,medemoré.Peroalentrarytratardeexplicarleusted,nomedejó.

—Señorita, conozco a las chicas comousted.Solo llegan tarde,porque no tienen bien puesto elmaquillaje, porque el noviecito deturno,nofueporellasynopuedentomarunbusoporquelanocheanterior estaban en una fiesta y amanecen trasnochadas, demasiadocansadasparairaclase—ledijotajante.

Ahorapor favor,háganmeel favordeestudiarparamañana.Buenosdías—semarchódejándolasinhabla. Amanda lo vio irse y se quedó petrificada sin poder creer que esehombremaleducadoygrosero,ladejaraconlapalabraenlaboca. —¿Peroquesehacreídoestetipo?—ledijoaBetty. —Notedesmalavida,essimplementeunprofesoramargado,de

esosqueabundanenlasuniversidades. —Sí,pero,nomeconoceymetieneentrecejayceja—exclamó

indignada. —Lo sé, pero por esomismo, esmejor que lo dejes así, de lo

contrariotepuedehacerlavidaimposible. Ella sintió que la rabia la llenó.Erauna injusticia lo que él le habíahecho,peropensóque lomejorera irsea lasiguienteclaseynopensarmásenelasunto. ***** Duncan caminabahacia los laboratorios y nodejaba de pensar en labonitachica,quelehabíaconfrontado.Eraatractiva;sucaraeraredondayesoledabaciertoaspectodulce,susojosparecíancambiardelgrisclarocasi inexpresivo, al azul intenso del mar en una tormenta cuando seenojaba,subocadelabiosgruesoseraunpecado.LerecordabaunpocoaAngelinaJolie,aunquesulabioinferioreraunpocomásdelgadoqueelinferior. Cuando los había visto de cerca, quiso besarlos y esepensamiento en realidad lo sorprendió. El podía tener las mujeres quequisiera,siemprehabíasidoasí.Mujeresquesabíanqueélnoqueríamás

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compromisoque estarunanocheconellas en la camay listo.Nopodíadejardepensarenel cuerpodeAmanda;erapreciosoycurvilíneo, conuna cinturapequeñay caderas amplias.Erauna chicavoluptuosa, eso legustaba.Sonriópensandolaformaenlaquesehabíadefendido,legustó;pero sabía que debía ser mentira todo lo que dijo. Esas chicas tanhermosas,nuncateníannadaenelcerebro.Soloestabanenlauniversidad,paramostrarseyatraparaunpobretontocondineroohijodealgunadelasfamiliasimportantesdeLosÁngeles.Losabíaporexperiencia,pensóamargamente. Noenvanohabíasidounhombrecrédulo,quesehabíaemocionadoporlahermosamujerqueerasuprometida.Duncanlaadorabaylediolomejor de él, a pesar de que Carla era un poco derrochadora y todo elmundoledecíaqueeraunamalaideacasarseconunamujerasí,peroélnoescuchabaanadie Sabíaque todos teníandefectosyqueeldeella, eraelgustopor lascompras.Leencantabacuandoél ledaba regalosy lasorprendíaconuncollar o cualquier regalo costoso o la llevaba a pasar temporadas enEuropa.Suamoreraalgoperfecto. Muchasveceselpodíavercomosedesvivíaporcuidarlo, teniéndolela cena para cuando el llegaba de trabajar, dándole unmasaje haciendocualquier cosa especial para él. Aunque después se enteró de que lacomida era de algún restaurante y notaba como después de losmasajesveníaalgunapeticióndedinero,joyas,viajesocualquiercaprichoqueseleocurriera.Otrasvecesdespuésdeunabuenacharlatomandounacopa,ella aprovechaba el momento para decirle indirectamente que no teníadinerooquesumadreestabaenferma.Luego,cuandohabíaconseguidoloquequeríaestabamásquedispuestaahacerelamor,hacíasunumeritodelaamantegenerosaylehacíaelamordeformaapasionada. El estaba totalmente idiotizado por ella y llevaba su vida feliz,pensandoenquemuyprontoserianlaparejaidealcontodounfuturopordelante. Un día el decidió llegar a la casa temprano para darle a Carla, unasorpresa.Aunque el sorprendido sería él. Estaba subiendo los escalonesque daban a su habitación, cuando escuchó risas y gemidos. Entoncesescuchóqueellagritabaysupoexactamenteloqueestabanhaciendo,pues

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él conocía muy bien los ruidos que ella hacía cuando estaban en laintimidad.Vio todo de color rojo y subió a toda prisa para encontrarseconlapeordelasescenas.Allíestabaellatiradaenlacamaconsumejoramigoentresuspiernas;osdosexhaustosysudorososconunasonrisadecomplicidaden su rostro.Nohabíannotadoqueél estaba en lapuertaysiguieronbesándose.Duncan solo pudo aplaudir ante el espectáculo queveíafrenteasusojos. Carla los vio y palideció. Enseguida se puso a llorardesconsoladamentediciéndoleque laperdonaraque lascosasnoeran loque parecían porque ella no había querido hacerlo. Según Carla elculpableeraMathew,suamigo. Duncanqueríamatarla enesemomentode rabia,viendoqueademásde lo que le habían hecho, ella lo consideraba un idiota al pensar quepodría mentirle de esa forma; pero se controló, cerró los ojos por unmomento y cuando los volvió a abrir, se dirigió hasta donde estabaMathew,susupuestoamigo,elhombrequehabíaestadoalolargodesuvidaensusbuenosymalosmomentos.Duncanhabíasidoelpadrinodesuboda cuando se casó conNayla, su esposa. Sintió dolor por ella.Mesesdespués,cuandoseenteródeesto,sucorazónsepartióendos,lepidióeldivorcioasuesposoysellevóalosniñosconella. Lotomódelbrazoylosacódeuntiróndelacama. —Malditobastardo.Erasmiamigo,mihermano. —Duncan,puedoexplicártelo. Antesdequepudieradeciralgo,lediounpuñoenlacaracontalfuriaque lo noqueó. Después la tomó a ella del brazo y haló con fuerza,sacándoladelahabitaciónyllevándolahastalapuertasoloconlasábanaqueteníaencimaporropa.Regresóaldormitorioyrecogiótodoloquepudo de las cosas de ella, luego se las lanzó por la ventana. ¡Que sevistieracomopudieralamuyzorra! Ahoradespuésdeuntiempopensabaquetalvezsehabíaexcedidounpoco, aunque todavía le dolía la traición de ella con su mejor amigo.Pensó en todo lo que le dio y en el papel de idiota que hizo cuando leregalabacosasylallevabadeviaje,cuandoeraespecialconellamientrasloconvertíaenuncornudo.Esolosacabadequicio.

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Recordaba que cuandoMathewdespertó del puñetazo, le dijo que sevistiera y quenoquería volverlo a ver en su vida, pero antes de que sefueraloobligóallamarporteléfonoasuesposayloquehabíasucedido,amenazándolo de que si no lo hacía, el mismo iría hasta su casa adecírselo y no iba a guardarse nada de lo que había visto. Mathew lesuplicó,peroélnoquisoescucharrazones.Sisurelaciónsehabía idoapique,ladeéltambiénloharía. Alpocotiemposeenteródequeélysumujersehabíanseparado.Aestasalturas,despuésdehaberpasadountiempodesdequesucedieraesehorrible episodio, Duncan se sentía arrepentido de lo que había hechoporqueensuafándecastigarasuexamigo,tambiénhabíacastigadoasuesposa,queeraunabuenamujeralaquenoledeseabaningúnmal. Mathew había quedado muy mal después del divorcio y de ladisolucióndelasociedadconDuncan.Loúltimoquesupoesqueestabaenbancarrota y que vivía en un barrio de mala muerte donde se habíaconvertido en un alcohólico que solo vivía para lamerse las heridas yrecordartiemposmejores.DeSuexesposa,supoqueestabatrabajandoenunamultinacional,queleibamuybien.Sufamilialahabíaapoyadoenesemomentotandurohastaquedespuésellasecasóconunodelosdueñosdela empresa donde trabajaba y parecían ser felices.Eso lo hizo sentir unpoco mejor. Ella no se merecía un desgraciado como Mathew. Por elcontrario se merecía un hombre que la quisiera y que le inspiraraconfianza. Dentro de todo la admiraba por poder superar su pasado yvolveraabrirsealamor;peroélsabíaqueesenoseríasucaso. ***** Amanda llegó a la cafetería y se cambió para empezar su turno. Alprimerclientequeatendió,fuealseñorDoménico,quesiemprellegabaalastresenpuntoporsusgalletasconcremayuncappuccinoenlechedealmendras, una de las especialidades de la cafetería. Cuando vio aAmanda,sumiradaseiluminó. —Buenastardes,hermosadama. —Buenastardes,apuestocaballero.¿Enquépuedoservirlehoy?

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—Si tuvieracuarentaañosmenos, tediríaenquepodrías servirhermosamía;peroamisaños,solopuedesdarmeunasgalleticasyuncappuccinoparallevar.

Amandaletocóunbrazoconcariño. —Puedo darle eso y una ración de pie de manzana, que he

guardado solo para usted—Shhhh— le hizo señas de que guardarasilencio—noselopuededeciranadie.

Elhombrelamiró,comosifueralamáshermosaaparición. —Será nuestro pequeño secreto—le dijo con la seriedad de un

espía. Amandasefueyvolvióconsupedido.Sequedóhablandounratoconél anciano, aprovechando que estaba más bien vacío a esa hora y queestabalimpiandolosestantesfrenteaél. —¿Cómovasentusestudios? —Bien,estoyfeliz—lerespondióentusiasmada. —Québuenoquerida.Esbuenoqueteeduques,queaprendas. —Sí,ciertoyyodesdehacemuchoesperoestemomento.Ahorré

todo lo que pude hasta que por fin, puede inscribirme en launiversidad.

—Quebien—dijosonriendomelancólicamente—.Meacuerdodemis años mozos cuando estudiaba. Más tarde, después de clases,salíamosycómonosdivertíamosconlaschicas.

Amanda reía escuchando las anécdotas del anciano, hasta que losclientesempezaronallegaryDonAlberto,empezóahacerlecaras. —Perdón,tengoqueirme.—ledijoapenada. —Notepreocupes,miniña.Séquetienesquehacertutrabajo.—

lerespondiódándoleunbesoenlamejilla. Cuandoellayaseibaaatenderalosclientes,letomódelamanoylepusoalgoenella. —¿Quéesesto? —Pueslapropina,belleza.¿Quémáspodríaser?¿Minúmerode

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teléfono?—ledijoriendo. Amandatambiénrioyabriólamano. —Eran100dólares. —Peronopuedoaceptaresto—estabaconfundida. —Claroquepuedescriatura,esonoesparati.Esparatusahorros

delauniversidad. Amandateníalosojoshúmedos. —Ahora, ve a atender tus clientes. Nos vemos mañana. —se

levantóysedirigióalapuerta. EllasolopudoagradeceraDiosporlasbuenaspersonasqueconocía. —Niña,estoymuycercadepensarquetienesproblemasauditivos

yvisuales.¿Esquenoveslagentequeestáenlasmesas? —Sí,señor.Esqueestaba… —Amanda nome interesa lo que hacías, simplemente atiende a

losclientes.¿Esmuchopedir? —No, señor Alberto. Enseguida voy —estaba cansada de su

forma de hablarle, no veía la hora de poder salir adelante en sucarreraydejaratráslosmalostratosdeelviejoAlberto.

Eltiempohabíapasadomuyrápido.Solíasucedercuandolosdíaseranmuyajetreadoscomoeldehoy.Amandasepasolamanoporsuespalda.Dios como le dolía. Y pensar que todavía faltaba una hora, para que sepudiera ir; aunque ya la cafetería se había desocupado bastante. Ahorasoloteníaquelimpiaryselequedabaalgodetiempo,leeríaunpoco.NoqueríallegaralaclasedelprofesorCharlessinconocereltemadelcualhablarían. —Holaseñoritauniversitaria. Ella sonrió al ver a su compañera Levi, que llegaba con su pintaestrafalariaytotalmenteochentera;elcabelloestiloCindyLauper,legginsbrillantesdecolorrosa,blusablancaconimágenesdepackmanencolorlilaycinturóngruesoplateado.

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—HolaLevi —¿Cómoestashoy? —Bien,perobastantecansada,estuvefuertelatarde. —Yotambiénesperounanocheatareada —¿Porquélodices? —Porquecasualmentecuandolatardeestáasí,enlanocheviene

muchagenteyúltimamentehahabidomuchosrobosenelbarrioporlocual lapolicíapasamucho.Vienenadarunvistazoyacomprarcaféyrosquillas.

—Bueno, pero esome parece bien, por lomenos no te sientessola,aunqueigualestánloschicosquenodebentardarenllegar.

AmandasabíaqueLevi,nosequedabasola,pueshabíatrespersonasmás que ayudaban en la cafetería, sin contar al cocinero; pero de todasformas era mejor estar con los ojos bien abiertos a esa hora. Siempreestabanlosamigosdeloajeno,dandovueltasporallí. Lacampanillade lapuerta sonóyaparecióDonMiguel,queveníaarecogeraAmanda. —Buenasnoches. —BuenasnochesDonMigue,yamismomecambioynosvamos

—. Levi, ¿Podrías servirle un café al padre de Rory, mientras mecambio?Túyasabescómolegusta—leguiñóunojo.

Leviserió. —Yalocreoquesí.Uncafébiencargadoenlechedealmendras,

enseguida. DonMiguelparecíaquesehubieraganadolalotería. —Graciaschicas. Amandasalióyaarregladaquinceminutosdespuésysefueron. Cuandoibanenelcarro,lepreguntóaDonMiguelsobreeltrabajoenlacasadondeelarreglabaeljardín.

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—Oh sí, ya hablé con la encargada de las contrataciones en lacasaparaquepuedasir.Paganmuybienysongentemuyadineradaque no semete en la vida de los empleados de la casa. Solo pidendiscreciónyquehagasbientutrabajo.

—¿Losconocehacetiempo? —Ah,sí.Hacemásdequinceaños.Vicrecerasushijos.Sondos

buenosmuchachosymuyinteligentes. —¿Quienessonellos? —SonlosSmith,sonlosdueñosdeunamultinacionalydevarias

empresasdepublicidadenelpaís.Tengoentendidoqueahoraestánincursionandoenlatelevisión.Compraronuncanalhacepoco.

—Genial,entoncesdebenserasquerosamentericos. DonMiguelsoltóunacarcajada. —Buenosepodríadecirquesí. —¿Conquiéntengoquehablarparaeltrabajo? —Con la señora Eliot. Es una buena mujer, un poco amargada

paramigusto,perosilasabesllevar,notemolestaráparanada. —No se preocupe, si he sabido llevar en estos años al señor

Alberto,creoquepuedoconcualquiera. —Esciertomuchacha. Llegaronasucasaysedespidió,paraluegoentrarasuapartamento.Abriólaneveraydejóunpocodepiedemanzanayunossándwichesquehabían sobrado y estaba segura de que echarían a la basura. A ella leservían,yaquedeesa formagastabamenoscomprandocomidaypodíaahorrarparaelportátilquedebíacomprarmuypronto. Se quitó el uniforme y trató de quedarse despierta elmayor tiempoposible para así poder estudiar, pero solo pudo hacerlo una hora más,despuésdeesocayórendida. Lamañanacomenzóconlainfaltablellegadadesuamigaarecogerla,ibanhablandodetodounpocoyenalgúnmomentoeltemasedesvióhacia

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elprofesorCharles. —Hoytienesclasescontuprofesorpreferido¿Verdad? —Sí.Esometieneunpoconerviosa. —Noledemuestresqueteafecta.Elhombreessolounamargado. —Trataré—respondiónomuyconvencida. Llegaronalparqueaderoydespuésdedespedirsecadaunasefueparasu salón, no sin antes quedar de encontrarse cuando estuvierandesocupadas. Amanda llegó a la clase y se encontró con Betty que estabaguardándolepuestoenlapartedeadelante.Cuandolaviolevantólamanosaludándolaefusivamente. —HolaBetty —HolaAmanda. —Tienesojeras.¿Nodormistebien? —Dormípoco,laverdad—ledijobostezando. —Buenosdías,clase. Amandasesobresaltócuandoescuchoesavoz. —Bien,abransuslibrosenlapáginatreintaycuatro.Meimagino

que todos se acuerdan del último tema del que hablamos la clasepasada.¿Verdad?

Todalaclasesequedoensilencioyunoscuantosasintieron. —¿Alguienquieredecirmedequesetratabalaúltimaclase? Nadiecontestaba. —Creoqueentonces,tendréqueescogeralazar—dijomirando

lalistadeclase. —Yopuedodecirleprofesor—searriesgóAmanda. Duncanlamiródepiesacabeza.Nosabíaquéeraloquelehacíaesachica a sumente, pero cuando la veía solopodía enmirar esehermosorostroquetenía. —Muybien,señorita…

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—AmandaCharles—contestóella,sabiendoquefingíanosabersunombre.

—LaescuchamosAmanda. Durantequinceminutos,ellaexpusotodoloquesehabíahabladoenlaclasedondeella,nohabíaestado.Dejandosorprendidoalprofesoryasuscompañeros. —Bien hechoAmanda—me sorprende que estémás preparada

quelosqueestuvieronenclaseesedía. —Muchas gracias profesor—dijomirándolo de frente y luego

volteandoaveraBetty,quelehacíaseñasdequetodohabíaestadoexcelente.

—Vuelvaasuasiento. Laseñorita tienesuprimeraA,mientrasqueelrestodeustedes tieneunaD. Laclaseprotestaba,peroalfinallosmandoacallarysiguiódandoelrestodelaclase.Durantetodoeltiempoqueestuvohablando,lamiródereojocuandopensabaqueellanosedabacuenta.LoqueDuncannosabíaeraqueAmandahacíaexactamentelomismo.

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Capítulo3 Hora y media después salieron de la clase del profesor Charles,felices. —Nolopuedocreer—ledecíaBetty. —¡Niyo!ImagínatequeelprofesorCharles,alquelecaigotan

mal,legustómiexposicióndelaclase—.Talveznoestanmalo. Bettylehacíacaras,peroellanosabíadequésetrataba. —¿Quétepasa? —Mealegromuchodehabermejoradolaimagenquetieneusted

demi,señoritaCharles. Ayno.¿Sepodía tener tanmalasuerte?EsenopodíaserelprofesorTaylor. —Señor,puedoexplicarle. —¿Puede?¿Yquémevaadecir? Duncanseestabadivirtiendodelolindoacostadeella. —Bu…bueno,yo leestabadiciendoaBetty lagranpersonaque

piensoqueesylomuchoqueséquevoyaaprenderensuclase. —No me pareció que fuera eso lo que quería decir, pero en

realidadnomeinteresaloquemisalumnospuedanpensardemí.Esbiensabidoquelosprofesoresnuncalescaeránbienasusalumnos.Vineporquequeríadarleesto.

Le entregó una mochila y Amanda se sorprendió porque en ningúnmomentonotóqueselehubieraquedado.

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—Oh,mimochila,todasmiscosasestánallí.Gracias. —Denada—le respondiómirándola a esos ojos que lo atraían

tanto—.Tuve quemirar sus cosas personales porque no había otramaneradesaberdequiéneralamochila.

Ellasepusorojadelavergüenza.Suropainteriorestabaallíjuntoconsu almuerzo y su billetera. Seguramente el vio todo. Quiso que se latragaralatierra. —Nosepreocupe.Graciasnuevamente. Elnodijonadaysolosefue. Amandasevolteóhaciadondeestabasuamiga. —Quévergüenza tangrande, en estosmomentos el profesorya

sabe todo demi, pormi billetera y hasta que talla de ropa interioruso.

—Puesconesecuerpoyesacara,dudoquenuncahayavistounpantyounbrassier.

—¡Seguramente,peronolosmíos! —Yanoteamarguesporeso,loimportanteesquefueél,quienlo

encontróynounode losestudiantes,quehubieranpodido tomar tudineroodivertirseunratoacostatuya.

—Tienes razón.Mejor vamos a la biblioteca a preparar lo quenecesitamosparaeltrabajo.

***** Duncannopodíaapartardesumente,lapequeñaropainteriorquesehabíaencontradoenlamaletadeAmanda.Élsolohabíaqueridosaberdequiénera lamaleta,paradevolverlaasudueño;pero lasorpresaquesellevó fuebiengrande;cuandoabrió labolsa, loprimeroquevio fueunpequeño top con corazones dibujados y una braguita a juego de colorrojo.Alprincipio lecausógracia, sepreguntabaquién sería la locaquehabía llevado ropa interior en su maleta de la universidad, pero luegocuando revisó más a fondo y vio una billetera cuya identificaciónmostraba la foto de su Amanda, esa diversión se esfumó por completo

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para ser reemplazada por un deseo irrefrenable al imaginársela vestidasolo con eso. Esa boca hermosa de labios abundantes, esos ojos azulescomoelmásclarode losmares,esecabellosedosoquedabanganasdetocarlo,yOhDios,esecuerpodesirenaquepedíaseramado,acariciadodemilmanerasdistintas.Habíatratadodeapartarsuspensamientosysalirde prisa a buscarla, no supo bien lo que quería en ese momento; sialcanzarlaparadarlesuspertenenciasollegarhastaella,paraarrastrarlaaunlugardondesoloél,pudieraveresaropapuestaenella. Enelmomentoque llegó,solo lapudomirardearribaaabajoy lasúnicas palabras que habían salido de su boca fueron para decirle de lamaneramásindiferentequepudo,quesehabíaencontradosumaleta.Ellasepusorojadepiesacabeza,peronodemostróqueestabaapenadayél,se lasarreglóparanodejarlever loafectadoqueestabaporelpequeñodescubrimiento en sumaleta y de esamanera, no parecer un pervertidodelantedesualumna.¿Peroquéesloquemesestápasandoconesachica?¿Meestaráafectandotantotiemposinunamujerenmicama? EnlabibliotecaAmandayBettysededicabanabuscarloslibrosquelasayudaríanenelexamenquetendríanlaotrasemana. —¿Creesqueestoayudeenalgo?—lemostróunviejolibro. —Nolosé—contestóBetty—avecesestoslibrosviejostienenmejorcontenidoqueestos—alzó lamano,mostrándoleuno,yamuyamarillo,queteníaaspectodeserunadelasprimerasediciones. Amandaledijoconprisa—:Siyaterminamosdeescoger los libros,mejornosvamos,porquepuedollegartardealtrabajo. —Sí,siclaro.Semehabíaolvidadoporcompleto. LasdossalierondelabibliotecaysetoparonconRory. —Tehebuscadoportodoslados.¿Dondeandaban? —Estábamos buscando unos libros que necesitamos para un

examen,peroyasalíamosprecisamenteabuscarte. — ¿Betty nos vemos mañana en el árbol? —habían hecho del

enormeárbolsulugardeencuentroparaestudiar. —Bien,enelmismolugar,entonces—lecontestóBettyconprisa,

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alverqueRoryyalaestabahalandoparaquesefueran. —VámonosAmanda,es tardísimo.Sabescómoseponeelviejo

Alberto.—AdiósBetty. —Losé—lecontestónerviosa,altiempoqueapresurabaelpaso. Llegaronalacafeteríafaltando15minutos,comocasitodoslosdías,últimamente. ElseñorAlbertoestabafuriosoesperándola. —Tehedichoyavariasvecesquenomegustaque llegues con

tanpocotiempoparacambiarte.Losclientesnovanaesperartetodalavida¿Meentiendes,niña?

—SiseñorAlberto—lecontestóobedienteypordentrodeseabaahorcarlo.

Carosuamiga,seleacercó. —Nolehagascaso,aeseviejoamargado.Veacambiarte,yote

cubrositedemorasunpoco. ***** Despuésdecincohorasdetrabajo,yasuspiesdolían,asíquesesentóunminuto,mientraslagenteterminabadecomeryelcocineroterminabaalgunasórdenes.Lapuertadelestablecimientoseabrióderepenteyentróunrostroconocido. —HolaAmanda—lasaludó—.Queríaverelsitiodondetrabajas

—ledijomirandoasualrededor. Amandaselevantó. —Bien¿Quéteparece? —Es muy bonito, pero ya lo conocía, no sé cómo no nos

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habíamosencontrado. —¿Porquélodices? —Porque me la paso viniendo aquí por el café en leche de

almendrastanfamosodeaquíyporlasdeliciosasgalletasdelacasa. —¿Deverdad?¿Aquéhoraspasas? —CasisiempreenlamañanaymeatiendeCaro,unaseñoramuy

amable. —Oh, por supuesto que sí—le dijo riendo—. Caro es unamuy

buena amigamía. Estoy segura de que te consientemucho, porquetiendeamalcriaratodoslosclientes.

—Voyavenirdeahoraenadelanteenestehorario. —Claro, puedes venir en el horario que quieras, siempre serás

bienatendido. —Estoysegurodeeso,perolarazónporlaquemegustaríavenir

enlastardesesporquetequieroverati. AmandasequedósorprendidaantelafranquezadeDavid. —¿Quieresunamesa?—preguntócambiandoeltema. —Sí,parasersincerotengomuchahambre. —Puesvinistealsitioindicado—lecontestóella,entregándoleun

menú. —Todosevedelicioso,peroprefieroquetúmerecomiendes. —Ahora están saliendo los panecillos de arándanos si quieres

algodulce,perosi loquequieresesalgodesal, te recomiendo losmejoresburritosquejamáshayasprobado.

—¿Verdad?—lepreguntodivertido. —Búrlate demí, pero te vas a chupar los dedos—le respondió

ella,conunasonrisacreída. Davidpensóqueeraunachicamuyhermosa,teníalasonrisamásbellaquehabíavisto. —Entonces,teharécasoypediréesosburritos.

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—Measeguraréquetraiganquesoextra,parati—leguiñóunojoysedirigióalacocina.

Amandallegóalacocinayleyólaordenenvozalta. —Amigo,doshamburguesastexanasparalamesadosyburritos

conpolloparalacinco. El gigante se apareció por la pequeña ventana de vaivén quecomunicabalacafeteríaylacocina. —¿Paraquiénsonlosburritos? —Paralacinco. —¿Estásseguraquenosonparatunovio?—ledijotomándole

elpelo. —Claro que estoy segura, ese chico es un conocido de la

universidadysolovinoacomer—ledijofingiendoestarmolesta. —¿Porquéteponesasí?Yaeshoradequetengasaalguienentu

vida. —LeebienmislabiosEnriquito“Noquieroanadieenmivida.” —Comodigasmuñeca—contestóriendo. Amandamiró a su amigo y pensó ¿Cómo es posible que semejantegigantesellameEnriquito?Peroasílehabíabautizadosumadre,cuandopensóque lapobrecriaturaquehabíadadoa luz,prematuramente, ibaamorir. La criatura no solo no murió, sino que llego a medir casi dosmetrosdealturay180kilosdepeso.Eraelhombremásdulcedelmundoyprotegíaatodaslaschicasqueallítrabajaban,conuñasydientes. —Si la señorita ya terminó de soñar,me gustaría que atendiera

porfavor,lamesacuatro,quetienediezminutosdeestaresperandolacarta.

—Sí,señor—Amandasolopensabaenlofelizqueseríacuandoporfin,trabajaraenotrolado,graciasasucarrera,noveíalahoradequitarseasujefedeencima.

Cuandoterminódeatenderlamesacuatroydelimpiarotrasmesas,yalaordendeDavid,estabalista.

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—Bueno,aquítienestussúperburritos. —Ummm,tienenbuenapinta,sevendeliciosos. —Telodije. —¿Aquéhorassales? —Bastantetarde,comoalasdiezymedia. —¿Todoslosdías? —No,porahoraesunasemanaenunturnodetardeyotraenel

delanoche. —Peroesmuypesadoparati. —Loes,peronecesitoeldinero,launiversidadnosepagasola. —Si quieres puedo ayudarte a conseguir algo que no sea tan

pesadoparati. —Notepreocupes,detodasformasmuchasgraciasporlaoferta. —¿Estássegura? —Bueno,esqueparasertesincera,aquíyaconozcolaclientela,

yaconozcotambiénlasmañasdemijefe,queaunquenoeselmejor,porlomenosnomehadichoqueno,alaideadeestudiarytrabajar.

—Perosisetepresentaalgomejor,debestomarlo¿Noteparece? —Claro, pero si se presenta, mientras no puedo dejar lo que

tengo. —Es por eso que quiero ayudarte, no te he dicho que ya tienes

trabajoenotraparte,soloqueharéunasllamadasyverésitepuedoayudar.Sinadaaparece,puesnohabrápasadonada.

—Bien,nomeparecemalaidea.Ahoratengoqueatenderotrasmesas,peromástardevuelvo.

—Seguro, yo me quedo aquí, probando esta delicia —le dijomientrasledabaunmordiscoasuburrito.

Amandasonrióysefueaatenderalosotrosclientes. Una hora despuésDavid, ya se iba y dejaba unamuy buena propinaparaella.

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—Muchasgracias,David.Notienesquedejartantodepropina. —Amanda,quierodejarestapropinaporquemehesentidomuy

bienatendido. —Gracias—lomirófeliz.Entonces,esperoquevuelvas. —Lo haré, todo estuvo delicioso ¿Nos vemos mañana en la

universidad? —Claro—seacercóadarleunbesoenlamejilla. Davidsintióquelecolocabanalgoenlamano. —Sonparaelcamino,ledijoAmanda,entregándoleunasgalletas

yseluegosefue. Davidsaliódelacafeteríapensandoenqueesanoseríalaúltimavezquevisitaríaesesitio. La mañana siguiente Amanda estaba en la mansión de los señoresdonde trabajabaelpadrede suamigaRory.Eraunamansióngiganteenlascolinas,dondesolovivíalagentededinero.GraciasaDioslehabíanentregadosucarroesamismamañana,porquedelocontrario,nohubierapodidollegarhastaesesitio,aunquesucarritoeratanviejo,quemuchasvecesladejabaencualquierlugarsinimportarlesieradedíaodenoche,peroellaloadorabayademáseraunregalodeDonMigue,quelohabíaconseguidoenundeshuesaderoypocoapocoselohabíaarmadoconlaayudadesuhijomayorqueeramecánico.Eraunmilagroeseauto,ellajamáspensóqueserviría. Cuando llegó, lo primero que vio fue una gran entrada, rodeada deárboles y una reja alta que gritaba a todas voces, “Váyanse de aquí” Senotabaqueerangentequevalorabaladiscreciónylaintimidad.Detuvosuautojuntoalarejaylehablóalapequeñacasilla,enlaentrada. —Buenastardes,soylaseñoritaAmandaCharles,vengoparauna

entrevistaconlaseñoraEliot —Buenastardes,señoritaCharles,porfavorpase. Deinmediatolaspuertasdelarejaseabrieronyellacondujoelauto,haciaunespacioqueestabacercadeunafuente.Luegosaliódelautoysedirigió con prisa a donde la esperaba un hombre con uniforme de

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mayordomo. —Buenastardes. —Buenastardes,señoritaCharles.MinombreesTeodoro,soyel

mayordomo.Porfavorsígame,laseñoraEliot,laesperaarriba. Amandasiguióalhombre,mientrasibadetallandolagrancasa.Pisosdemármolitalianorelucientesestabansobretodoelhallquelallevabaaunas escaleras amplias de estilo griego. Pasaron varias puertas hastallegaraladelestudio,dondeseencontrabalaseñoraEliot.Elmayordomotocósuavementeparahacersenotar. —LaseñoritaCharlesacabadellegar,señoraEliot. —Ah,sí.Hágalapasar. —Conmuchogusto,señora. LehizounaseñalaAmandayellaentróalaacogedorahabitación. —Buenosdías. —Buenosdías,señoritaCharles.ElseñorMiguelmehahablado

maravillas de usted. Siéntese por favor, quiero preguntarle algunascosas,parasabersiestácapacitadaparaelpuesto.

—Sí señora—se sentó nerviosa. La mujer tenía cara de pocosamigos,aunquenohabíasidogroseraconella.

—¿Deseatomaralgo? —Unvasoconagua,porfavor. —Muybien—levantóelintercomunicador—Maríatráenosunté

yunvasoconagua,gracias. Tomóunospapeles,losleyóunmomento. —¿EstáustedcasadaseñoritaCharles? —Noseñora —¿Comprometida? —Noseñora. —¿Tienehijos? —No,hastaahorano.

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—¿Cuálessudisposicióndetiempo? —Enestemomentosololosfinesdesemana. —¿Yesoporqué?¿Estudia? —EstoyestudiandoenlauniversidaddelEstado. —Muybien—ledijomirandolospapeles. —¿Seconsideraustedunapersonadiscreta? —Porsupuesto. Enestacasavaloramosmucholadiscrecióndelosempleadosqueaquítrabajan.Nonosgustaelescándalo,losmalosmodales,loscotilleos.Losdueños de la casa son excelentes personas, pero pertenecen a la vidapública, ya que son personas importantes y es por eso que estánmuchotiempo fuera de casa. Obviamente, cuando vuelven no quieren sermolestados, ni verse envueltos en nimiedades referentes al entornodomésticoyesporeso,quemetienenamí. —Loentiendo. —Su hoja de vida me gusta, me parece usted una chica

trabajadoraquequieresaliradelante,cosaqueaplaudoenlajuventudde hoy en día y exalto en unamujer.Voy a hacerle unas preguntasmás y luego sí, es usted la elegida, la estaremos llamando la otrasemana,paraquevengaaconocer lacasayse familiariceconella,con los demás empleados y también para que venga a medirse suuniforme,peroantesdeeso,quierodejarleclaroelsalario,asíustedmedirásileparecebienosidecidequenoleinteresa.

—Muy bien —le respondió sin agregar nada más, no queríaparecerdemasiadointeresadaeneltrabajo,perotampocototalmenteindiferente.

—Elsalarioesdetreintadólareslahoraytrabajaráochohoraseldía sábado. Si por alguna razón se le necesita el día domingo,necesito saber si tiene disponibilidad de tiempo esos días.Obviamente esos días se le pagará como horas extras a cuarentadólareslahora.¿Estádeacuerdo?

Amanda pensó que había escuchado mal, pero supo disimular su

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emociónaldarsecuentaquelehablabanenseriosobreelsalario.Esoeramás del doble de lo que se ganaba en la cafetería, ya que allí solo seganabaelsueldomínimoqueeranochodólareslahora,loqueenrealidadlaayudabaeranlaspropinas,porquesifueraporDonAlbertosemoriríadehambreconesesueldo. —Sí,porsupuestoqueestoydeacuerdo. —Bien.Señorita,quieroquetengamuyencuentaqueestepagoes

en realidad un muy buen pago por sus servicios y que es de esamaneraporquenosoloestamospagandosusserviciossinotambiénsuseriedadydiscreción.Estaesunacasadecente,enlaquenoveráescándalos,peroestafamiliaesmuyperseguidaporlaprensa,yaqueson muy conocidos. Por esto, es que ellos pagan tan bien, peroadicional a esto, hacen que el servicio firme una clausula deconfidencialidad.¿Estádeacuerdoconesto?

—Por mí no hay problema, señora Eliot. Soy una personadiscreta,perosi sesientenmás tranquilos,haciéndomefirmarestospapeles,notengoinconveniente.

—Perfecto—fueloúnicoquedijo. Transcurriómediahoramás,depreguntasy luego laseñoraEliot ladespidió diciéndole que tal vez, la llamaría. Amanda salió de la casapensando que era una locura que una persona tuviera que hacer unaentrevista tan larga y responder tantas preguntas solo para un puesto deaseadoralosfinesdesemana,peroasíeraesagente. Elfindesemanatranscurriósinningúnproblema.AmandaaprovechóparadarleunalimpiezaafondoasuapartamentoyluegosequedóhastabientardeestudiandolaparteteóricadelasmateriasyaldíasiguienteseencontróconsuamigaBettyparapracticarenelcomputador. Eldíalunes,letocabaclasedeDibujoaprimerahoradelamañanayluego le tocaba clase con el profesor Charles. No sabía porque sentíatantasmariposasenelestómago,otalvez,silosabía.Selahabíapasadotodo el fin de semana pensando en el profesor Charles y su hermosasonrisaesquiva.Esaquenoledabaanadie,peroquemuchasvecescuando

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ella le contestabacomoél semerecía,podíaver en su rostro, aunqueélhicieratodoloposibleporquenosenotara.¿Estaríaempezándoleacaerbienalprofesor? —HolaAmanda —HolaBetty¿Nohallegadolaprofesora? —Todavíano,peropronto,yasabesqueesmuypuntual. Laprofesorallegóaloscincominutosconotrosprofesoresyescogiólosgruposparalaexposición.Pasaronunoporunohablandodelostemasque lehabían tocadoycuando le tocóel turnoaAmanda,ellamismasesorprendiódeverlobienquehabíaexpuesto.Alsalirdeclaseestabaquesaltaba de la emoción, todavía le perecía increíble haber ganado lamáximanota. —Quebienamiga,estoyfelizporti. —Atitampocotefuenadamal,Betty. —Losé.Québuenoqueestudiamostanto.¿Vistequemuchagente

noteníaniideadequehoyhabíaexposición?Segurosededicaronafestejarestefindesemanaynoaestudiar.

—Bueno,yavaunabuenanota,faltalaotra—dijoBetty. —Estoy segura de que también nos va a irmuy bien. ¿La clase

conelprofesorCharlesesalasdiez? —Sí, todavía tenemos tiempo de llegar, apenas son las nueve y

media. —Vamosentonces. Llegaroncuandotodosestabanentrandoytomandosuspuestos. —Buenosdíasdamasycaballeros. —Buenosdías,profesor. —¿Estánlistosparaelexamendehoy? —Laclasesequedóensilencio. DerepenteAmandasintiólafuerzadeunamiradaytuvoquevoltear.

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Se encontró con unos ojos de color azul profundo que la examinabandetenidamente.Nofuecapazdemantenerlavistafijaenél,asíquebajólamirada. —Buenoseñores, lespropongoquecomencemos,para terminar

pronto. ¿Quién será el primero es responder las tres sencillaspreguntasqueharé?

Nadiedijonada, —SeñoritaCharles¿Quiereserusted? —Sí, profesor—contestó ella sin problema, pues estaba segura

de que estabamás que preparada, cosa que demostró al respondercompletamentelastrespreguntasdelprofesor.Elquedósorprendido.

—BienseñoritaCharles,yaveoqueestudió—ledijocomplacido. Cuando todos los alumnos de la clase pasaron a responder suspreguntas,elprofesorsepusodepiéysedespidiódetodos.NosinantesvolveramiraraAmanda.Luegosefuealsalóndeprofesoresparahacerlalistaypoderpublicaraldíasiguientelasnotas,peromientrasestabaenesas, nopodía dejar de pensar en esa pequeña falda de color camel quedejabaverunasmagnificaspiernasbronceadas,unablusaencolorcrudodeestiloanudadaenelcuelloquedejabaloshombrosalaireyquedejabaverelcontornodesuspechos,todoesepaquetesobreunassandaliasaltasdetacónpunta,quelahacíanvermásaltadeloqueyaera.Suropadejabaver que era una chica de buena clase social, pues no cualquiera tendríaparavestirdeesaformatodoslosdías. Talvez,sehabíaequivocadoensusapreciacionesyAmandaeraunachicaqueapesardetenerdinero,noerahuecaoestabaallíparasalircontodosloschicosqueseleatravesaran,sinoparaestudiarysuperarse. —Buenos días profesor—saludaron unos colegas que entraban

enesemomento. El se sorprendió al caer en cuenta de que estaba en la bibliotecasoñandodespierto. —Buenasdías. Seapresuróaterminardecalificar,teníaquellegarasuoficinaaunacitaconunimportanteejecutivo.

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LassemanasfueronpasandoyAmandacadadíademostrabasermejoren sus estudios, cosa que la tenia feliz. Sus turnos eran duros, pero elhecho de ver tan buenas notas en su promedio, le daba las fueras paracontinuar. El jueves en la noche llegómuy cansada de clases, pues esasemana le había tocado trabajar de madrugada y luego sin descansoalguno,dirigirsealauniversidad.Ahoraeranlasdosdelatardeytodoloque quería era dormir.Llegó a su habitación y comenzó a escuchar susmensajesenlacontestadora. —SeñoritaCharles,estallamadaesparaconfirmarlequehasido

seleccionada para el trabajo en la casa de la familiaArceneau. Porfavor comuníquese conmigo apenas escuche este mensaje paraacordar el día en que vendrá a probarse su uniformey empezará atrabajar.Muchasgracias.

Esavozerainconfundible, laseñoraEliotsehabíadecididoporella,paraeltrabajodeaseadoradelacasa.¡Québien!Parecíaqueenestosdíassusuerteestabamejorando.Llamóyacordóquealdíasiguienteiríaalacasa, para firmar contrato y medirse el uniforme, luego de toda esaemociónsefueadormir. Lamañanasiguientehabíaestadobastantetranquila,peroaestaahoraletocabasalirvolandodelauniversidadparallegaratiempoalacitaconlaseñoraEliot.Pasópordelantedeungranventanalysequedómirandounpocosureflejo.Noseveíanadamal,pensó.Teníapuestaunahermosablusaestilocazador,tejidaencolorgrisclaroquelellegabahastadebajodelascaderasyunoslegginstambiéntejidosconarabescosguatemaltecosencoloresnegro,rojoygrisconunaszapatillasdecuerorojo,unbolsoampliodecolorgris,deesosalosquelescabíadetodo.Mirósucabelloylo vio bien, así que salió corriendo hacia los parqueaderos donde ya laesperabasufielamigopistacho. Mientrascaminaba,pensabaquelomásseguroesqueletocaravolveralauniversidadparatomarunoslibrosenlabiblioteca,yaqueahoraseleharíamuytarde,silohiciera.Sedetuvofrenteasuautoysacólasllaves,

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luego abrió primero la parte de atrás para dejar sus cosas y los libros,enseguidasemontóadelanteycondujolomásrápidoquepodíahaciasucita. Cuando llegó a la mansión, estaba como la vez anterior, elmayordomoenlaentrada,esperándola. —Buenastardes,señoritaCharles. —Buenastardes,Teodoro—lecontestó—¿Cómohaestado? —Oh, muy bien señorita, muchas gracias por preguntar —

pareciósorprendido. —LlámemesoloAmanda,porfavor. Él la miró como si eso fuera sacrilegio, pero luego asintiósolemnemente—seráunplacer,Amanda. —¿LaseñoraEliot? —Laestáesperando,poraquíporfavor—leseñalóelcamino. Llegaron a una habitación amplia de color azul, donde estaban dosmujeressentadastomandocaféyhablandoconlaseñoraEliot. —Buenastardes,señoritaCharles. —Buenastardes. —Le presento a Nancy y Victoria, serán las personas que la

ayudarán a probarse su uniforme y a hacerle cualquier cambio oarreglo.

Las mujeres la saludaron y se levantaron para ponerse manos a laobra.Tardaron cierto tiempo haciendo los arreglos y después la señoraEliotvinoporella,paramostrarlelacasa,lossitiosalosqueteníaaccesoy los que estaban prohibidos para el servicio, los estantes donde seguardabanlosimplementosdeaseo. La casa era inmensa donde estaban en ese momento parecía ser unestudio. Una habitación grande con paredes en piedra de color caféoscuro, estaba dividida en dos ambientes por medio de una pared devidrio. Uno de los ambientes tenía chimenea y dos sofás grandes colornegroconunpequeñobar.Elotroladoteníaungranescritoriotapizadoencueroconunsillónydossillassencillasajuego.Laluzeraindirectay

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elambienteeramásbiensóbrio,llenodelibrosgrandes,parecidosaloslibrosdederecho. —Enestesitiosoloharáselaseo,sivesquenohaynadie.Cuando

lohagastratadedemorarte lomenosposibleysololimpiarelpisolas sillas labiblioteca, talvezelpolvoentre los estantes,pero soloeso, porque al señorno legustaque le toquen suspapeleso se lospongan en otro lugar y tampoco le gusta que le toquen sucomputador.

Siguieronporelcorredoryllegaronalosbañosdevisita,totalmenteenchapados en mármol y con todos los lujos y comodidades para laspersonas que llegaran a visitar la casa.Luego llegaron al comedor, queerainmensodedocepuestosenmaderadecedroperoconunasextrañasvetasencolorrosadoquenosupoidentificar,aunqueseveíanhermosasymuy naturales. Las paredes decoradas en tono hueso y amarillo suave,habíauna lámparagrandede floresencimadelcomedorydelotro ladohabíaunasalaconvistaaunaespeciedemiradordesdedondesedivisabatodalaciudad. —Todoestotienenqueestarperfectamentelimpio,porqueestees

el comedor principal y la sala principal donde ellos suelen recibirinvitadosconbastantefrecuencia.

—Estábien. Siguieron caminando hasta llegar a la cocina donde había una chicaquelassaludo. —BuenastardesDaisy. —Buenastardes,señoraEliot. —Daisy,ellaesAmandaCharles,lanuevachicadelaseo. —Oh,muchogustoAmanda,cualquiercosaquenecesite,notiene

sinoquepedirla. —MuchasgraciasDaisy,esmuyamabledesuparte. La cocina era enorme, de color blanco, con unmesón gigante en lamitad.Elrestoeradelacocinaeraenmármolyconenchapesdemotivosalusivos a la cocina.En una de las paredes había pintada, a todo lo queabarcaba, una receta de cómo hacer coctel margarita. Era un toque

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moderno en la cocina, que la hacía vermenos seria.Había todo tipodeelectrodomésticos y unanevera casi dedosmetrode alto con áreaparavinos,ydiferentes tiposde climapara cadaalimento.Tambiénnotóquetenían una especie de mortero gigante de piedra, donde se suponíatriturabanciertasespecias. LaseñoraEliotlasiguióguiandoporlacasa,peroestavezlallevóalapartedeatrásdondeestaba lacasetadondesecambiaban laspersonasque iban a entrar a la piscina y también había una sala estilo campestredesdedondesedivisabatodalaacciónquepudieraocurrirenlapiscina.Deallísubieronlasegundaplantadondeestabanlashabitaciones,queeranocho en total. La primera de las habitaciones era con piso de madera,paredes color crema, los muebles todos en madera fina, oscura y unhermosobiomboadornadoconpirograbados.Unpreciosotapeteorientalabarcaba casi en su totalidad el piso de madera del cuarto y grandescortinas cubrían los ventanales principales que daban hacia el patio. Lacamaeradedoselconsábanasdesedadecolorverdeolivaycafé.Teníaun gran vestier que prácticamente podía ser del mismo tamaño de lahabitaciónyestaba llenode ropa tantodehombrecomodemujeryunacantidadexorbitantedezapatosycarteras,quemásparecíaunalmacénqueunvestierdelcuartoprincipal—Estagentesabíavivirconlujos—pensó. El baño era perfecto, grande y totalmente lujoso; con una duchamoderna, de esas que hacenmasaje, con diferentes chorros de agua, unventanal que daba a la mejor vista de la ciudad, muebles de maderatallados,dondeseacomodabalaropadebañoyunatinaconsalesdetodotipoyaceitesesencialeseelborde.Todoparaconsentirsemientrasuno,estabadándoseunbaño. —Como te habrás dado cuenta esta es la habitación de los

señores. A ellos les encanta pasar lamayor parte del tiempo en suhabitación, cuando están aquí, en la ciudad.Debes sermuy discretacuandohagaslalimpieza,siellosestánaquí.

—Peronovienenmuyamenudo,¿Verdad? —A veces nos toman por sorpresa y tenemos que correr a

hacerlescomidaohacercompras,porquemuchasvecesguardamossololonecesario,perocuandoellosllegan,lesgustatenerdetodoenla despensa y es por eso quemegusta tener siempre bien aseada y

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organizadalacasa.Deesamanera,siempreveránbienlascosas. —¿Sonmuyexigentes? —Bastante,sobretodoella.Legustatodoimpecableynolegusta

lagentequesetomaconfianzasconellaoconlacasa. Siguieronrecorriendolacasa,viendolasdemáshabitaciones,pasaronporlosdormitoriosdeloshijosdelaseñora,segúnlaseñoraEliot,eranjóvenesmuy educados y para nada prejuiciosos.Dos hombres hechos yderechosqueeranlosdirectivosdelacompañíadesupadre,peroademásdeeso,teníansustrabajospropiostambién.Unodeelloseracasadohacedosañosydelotro,noquisodecirmucho. —Te hemostrado el sitio, pero en realidad no todo lo que has

visto lo tendrás que limpiar, ya que el aseo es repartido entre dosempleadasparamejorrendimiento.Tehabrásdadocuentadelacasaesmuygrandeyunasolapersonanopodríacontodo.

—Síseñora,lonoté. —Detodasformasseráduro,porqueaunqueseandospersonas,

estacasaesinmensayeldíadetrabajocomienzadesdelassietedelamañanahastalascincodelatarde.

Amandanodijonada,peropensóque tampoco le importaba,yaquetrabajabaenlacafeteríaporlamitaddeloquelepagaríanenlamansiónyhabíamástrabajoconDonAlberto,queloquetendríaenesacasa. Cuandoterminaronderecorrerlacasa,volvieronalestudio,dondelasseñorasquearreglabaneluniforme,loteníanlistoparaqueAmandaseloprobaradenuevo. —Meparecequetequedamuybien. Amandanopensabalomismo,eraunatelablancacondelantalnegro,decuelloaltoymangashastaunpocomásarribade lamitaddelbrazo.Tenía botones delanteros a lo largo de todo el vestido y era bastantesobrio,parasugusto. —¿Deverasleparece?—lepreguntóinseguraalaseñoraEliot. —Porsupuesto,estonoesunconcursodebelleza,esteuniforme

esloquenecesitasparahacertutrabajoynadamás.

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Al escuchar su respuesta,Amanda solo le limito a asentir y no dijonadamás.Sequitóeluniforme,lodoblócuidadosamentealtiempoquelesdaba lasgraciasa lasdosmodistas.Luegosedespidióde todosyse fueparasucasa,nosinantesconcretarlahoraenlaquecomenzaríaatrabajaresepróximofindesemana.Soloesperabaquetodosalierabien. ***** Eranlascincodelatardeyellaacababadellegar,sefuedirectoalabiblioteca.Cuandollegópidióalgunoslibrosymientrasesperabaqueselosprestaran,sepusoarecorreralgunosdelospasillos. —SeñoritaCharles¿Quehaceaestashorasporaquí? Amanda se sorprendió al escuchar la voz, que últimamente no ladejabadormirporlasnoches. —Buenas tardes, profesor. Estaba recogiendo unos libros que

ustednosdijonecesitaríamosparalapróximaexposición. Duncan no pudo evitarmirarla, estaba preciosa,muy arreglada.¿Dedónde vendría? No pudo evitar lanzar el comentario — ¿Tiene algúncompromiso?Siquierepuedollevarla. Ellaseviosorprendidaporunmomento. —No, en realidad vengo de un compromiso y aproveché para

pasarporlabiblioteca. —Yaveo—noledijonadamás. Se hizo un silencio un poco incómodo y Amanda resolvió

terminarlaconversación. —Bueno,yosigoconmislibros,suerteconsuscalificaciones—

cuandoyasedabalavueltaparairse,Duncanladetuvo. —SeñoritaCharles,megustaríahablarconustedsobrealgoque

heestadopensando.

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—Dígame—AmandalepidióaDios,quenofueraadecirlealgomalodesusnotasoadecirlequecompraraprontounalaptop.

—Aquínopodemoshablar,perosinoleimporta,podríamosirauna cafetería aquí cerca o si lo prefiere, en la cafetería de launiversidad.

—No tengo problema por el sitio, pero tengo que esperar loslibros,sinoleimporta.

—Claroqueno,laespero. Llegaronalacafeteríaysesentaronenunsitioapartado. —¿SesientebienseñoritaCharles? —Sí,claro¿Porquélopregunta? —Esquelaveounpoconerviosa—ledijomirandosucara. —No es nada, es solo que me parece extraño que usted quiera

hablarconmigoymepreguntabasiesunamalanoticia. Duncansonrió. —Noloes,soloquierohacerleunaproposición. Amandadesconfió.Derepenteelprofesorseestaba imaginando

queellaeraunadeesaschicasfácilesqueteníanrelacionesacambiodebuenasnotas.

— ¿Y qué proposición sería esa? —preguntó temerosa de surespuesta.

Unachicallegóylessirviócafé. —¿Deseanalgomás? —No muchas gracias—respondió él —Pide algo ¿No tienes

hambre? Ellaasintiótímidamente. —Bien,entoncespideloquequieras. Amanda teníamuchísimahambre, nohabía comidomucho esedía yteníadeseosdealgodulce.

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—Amimegustaríaunporcióndepiedemanzana. Lacamareraanotólaordeneinmediatamentesefue. —Quiero que usted sea la monitora de mi clase—le dijo muy

calmado. —¿Yo?—ellacasisintióunataque. Duncanseechóareír. —Sí,usted.¿Porquésesorprende? —Bueno, enel tiempoque llevoen su clase,nuncame imaginé

queyolecayerabienoquepudieravermecomounabuenaalumna,merecedoradeesepuesto.

—Estonoesdequemecaigabienono,setratadesudesempeñoenmiclase.Henotadoquesusnotassonlasmejoresenmiclaseylaverdadmesorprendeteniendoencuentaquenisiquierasehatomadoel trabajo de comprar una computadora, cosa que es esencial paraestamateria.

—Bueno, lo de la computadora lo puedo explicar —le dijomientrasveíaalacamareraservirlesupedazodepiedemanzana,nopudoresistirlatentaciónycomióunpedazo,altiempoqueescuchabaaDuncan.

El no quería escuchar sobre su vida, porque entonces se veríainvolucrado de alguna forma en ella y era mejor para él, guardar lasdistancias,sobretodoporqueesachicaleatraíademasiado. —Notienequehacerlo,enrealidadloúnicoquemeinteresaessu

desempeño, así que solo contésteme si quiere o no, el cargo demonitora.

Amandasesintiómal,perolodisimuló.Noqueríaquefueratanobvioloqueél laafectaba,ademássenotabaquesoloerapor su lado,yaqueDuncanseveíabastanteindiferenteconella. —Claroprofesor,muchasgraciasporelvotodeconfianza. —Bien,entoncescuentoconustedparaquelapróximaclase,este

conmigo,ayudándomeconalgunascosasdelaclase.Deberáestar15minutosantesdequecomiencelaclaseylosdemásalumnosdeberán

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dejarmeconustedlostrabajos. —Estábien,muchasgraciasporlaoportunidad. —Notienequeagradecerme,seloaseguro—lamiródivertido—

¿Yaacabódesaborearsupie? —Sí,estabadelicioso,gracias. Duncanselevantóydejópagalacuenta. —¿Necesitaquelellevehastalauniversidadnuevamente? —Sí,porfavor,necesitorecogermiauto. —Vamos,entonces. Mientrasestuvieronenelcarro,caminoa launiversidadAmandanodijonada,nieltampoco. Sesintióunpocomal,alverlacaradeAmanda,peroélsabíaquesiledaba confianzao se ponían a hablar de otras cosas, el caería, porque lachica le gustaba demasiado y eso sería terrible para su carrera, para sutrabajoenlauniversidadysobretodoparaél,queyahabíapasadoporunarelaciónconunachicamimadamuyparecidaaella,unamujerquesololoutilizó. Llegaronalparqueadero,queestabatodavíallenodeautos.Amandasebajó del carro y al cerrar la puerta se asomo por la ventanilla. Tuvo laintencióndedeciralgo,peroDuncanseadelantódespidiéndose. —HastaluegoAmanda. Ellabajólamirada Elhombrenoveíalahoradesalirdeella,senotabaloincómodoquesesentíaconella. —Hastaluego,profesor—lecontestótriste. Elautoarrancóyellasequedóunmomentomirandocómosealejaba. EsanocheAmandallegóasucasaalassietedelanocheysetiróensucamaadormirhastalasdiez,yaquealasonce,comenzabasuturnoenlacafetería.

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Capítulo4 Alasonceymediadelanoche,yallevabamediadehaberentradoasuturno,ylacafeteríaestabaareventar.Habíamuchagentepidiendodetodo,no había una sola mesa vacía. Afortunadamente tenía la ayuda de trescompañerasmás. —Carneconpatatasyunajarradecervezaparalaocho—ledijo

aEnriquito. —ElviejoAlbertovaatenerquecontratarotrapersonamáspara

lacocina,porqueyosolonopuedocontantasórdenesal tiempo—comentódemalhumor.

—Escierto,yotambiénhenotadoqueúltimamentehaymásgenteenlasnochesyquenodamosabasto,nilasmeserasnitú.

Enesollegóotrachicaconseisórdenes,paraunamismamesa. —No lo aguanto, esos chicos de la mesa nueve, vienen de un

partidoyestándemasiadoborrachos.Unomehaagarradoeltraseroy losotroshan tratadode levantarme la falda,mientras recogía losvasos.

Amanda se volteó en esemomento y vio al chico de la universidad,quehabíaestadohaceunosdíascomiendoallíyquehabíacoqueteadotandescaradamenteconella,sinimportarlequesunoviaestuvieraenfrente. Eltipolavioylasaludó. —Cariño,Amanda¿Cómoestás?Venaquí,lallamódelantedelos

demás,comosiellosseconocieranmuybien. Amandanolehizocaso. Enriquitosepusofuriosoyfuesaliendodelacocinaconunacaraque

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asesinaba. —NoEnrique,porfavornolohagas,DonAlbertotedespedirá. —No lo hará, el viejo será mala paga y abusador con sus

empleados,peronoesdepaloyséquenolegustaríaverquetratanauna chica de la edad de sus hijas, como esos tipos están tratando aLevi.

—Talvez,seamejorqueledigamosnosotras. —Está bien, Amanda pero como esto siga, iré yo mismo a

arreglarlo. Amanda salió corriendo a hablar con Don Alberto y lo encontrósacandolabasura. —DonAlbertohayunoschicosmolestandoaLevi. —Esonoesasuntomío. —Pues claro que lo es. Levi, trabaja para usted —le contestó

indignada. —Esa chica se lo busca con esa forma de vestir tan atrevida y

loca. —Nadie se busca un acoso sexual y eso es lo que esos chicos

estánhaciendo. —Noseastanexagerada,niña. —Yoyalosvi,soloestánborrachos. —Pues si ustednohacenada, loharáEnriquitoydeunavez le

digo,quesiporesemotivolodespide,vayadespidiendoaLeviyamí,juntoconlasotraschicasdeesteturno,porqueningunavamosaaceparestetratoporpartedelosclientes—saliódeallícorriendo.

Cuando volvió ya Enriquito se hacía cargo de la situación y estabasacandoalosseistiposconunaescobayhabíaunonoqueadoenelpiso. Amandaalcanzóaverqueeltipoquelahabíallamado,leguiñabaunojoyletirabaunbeso.SeriócuandoviocomoEnriquito,leestampabalaescobaenlacabezayledecíaqueselargara. Lanochetranscurriósinmásimprevistosycuandomenoslopensóya

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eran las seis de lamañana.Comenzó a limpiarmesas, arreglar y llenarsaleros,azucareras,queríadejartodoenordenparaelpróximoturno,queempezabaalassiete.Luegocuandofaltaban15minutossefuealbañodelosempleadosdondehabíaunapequeñaducha,muyincómoda,peroaellaleservíaperfectamenteparaalistarseeirseparalauniversidad. —Holamicorazón¿Cómopasastelanoche?–erasuamigaCaro

quellegabaasuturnodelassiete. —Muy bien Caro, un pequeño inconveniente, pero nada que

Enriquitonopudierasolucionar. Caroenseguidacambiósusonrisaporunacarapreocupada. —¿Sucedióalgomalo? —Solounosinadaptadosquevinieronanocheamolestar,perose

fueronenseguida. —Ohbueno¿yelviejoAlbertonohizonada? —Nada.Medecepcionémuchodeél,yopenséqueapesardeser

unapersonatanmaterialista,teníaalgodecorazón. —Eseviejotieneunacajaregistradoraporcorazón,nena.Note

sorprendaspornadadeloquehaga. MientrasAmandasecambiabasucompañerallegóylediounabolsadepapel. —TemandaEnriquito.Dicequenoquierequepaseshambre,que

estásmuyflaca.Quetecomastodoeldesayuno. Amanda abrió la bolsa y sonrió. Sándwich de jamón y queso

holandés,galletasdenuezycafé. —Dilequeloadoroyquemuchasgracias—saliócorriendo. LosdíaspasaronyelprimerdíadetrabajoenlacasadelosArcenau,llegó. Amanda muy puntual, se anunció en la entrada y estacionó apistachoenellugarquelehabíandicho,eraparasuauto.LuegosubióaencontrarseconlaseñoraEliotydeallísefuealcuartodelserviciodondesecambióysecolocósuuniformeyrecogiólascosasquenecesitabaparapoderhacersutrabajo.

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LlegóalestudioquesegúnlaseñoraEliotdebíaserelprimersitioenel que se hacía el aseo, trabajó un buen rato allí y cuandovio que todoquedababien,siguióconlosbañosdevisita,lasescalerasyloscuartosdelosseñores.Enesoselefueeltiempohastaquealguienlallamó. —Amanda. EllasediolavueltayseencontróconDaisy,lacocinera,queledecíaqueapagaralaaspiradora. —Ay,perdón,noteescuchabaporelruido.¿Menecesitas? —Sí,esqueyaestáelalmuerzoy todosestamosenelcomedor

esperándote. — ¿Almuerzo? No tenía idea de que nos reuniríamos en el

comedor,penséquetodostraíansucomidadesucasa. Lachicarió. —No, claro que no, aquí todos los empleados almorzamos y

comemosjuntosenelcomedor¿Notedijeron? —Bueno…creoqueno.Yotrajemialmuerzo,peropuedocomer

conustedesabajo. —Mejor guárdalo y te comes algo caliente y recién hecho.

Seguroquecon tantoejercicio tedahambremás tardey tienes esoparacomerloentonces.

—Estábien,pondréestounpocoenordenyenseguidabajo. Lachicalamiróunmomentoyledijo—:Esmejorquenotedemores,porquelaseñoraEliotesunpocoquisquillosa—luegosefue. Amandaterminóloqueestabahaciendoysaliócorriendoalcomedor. —Buenas tardes, que bueno que nos pudo acompañar señorita

Charles—lasaludólaseñoraEliot. —Buenastardes,atodos. —SeñoritaCharles,siénteseporaquí—ledijoDaisy. Amandamiró todo loquehabíaen lamesayse lehizoagua la

boca.

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—Todosevedelicioso. Daisysacopechocomounpavoreal. —Gracias,esperoqueteguste.Hiceensaladadefrutasdeentrada

ydeplatofuerte;pollotandoori,arrozdelentejasypatatas.Siestásadieta,comoalgunos—dijomirandoadoschicasmásqueestabanallí—tambiénhiceverdurascalientes.

—Muchas gracias Daisy, ya veo que piensas en todo. Pero yoprefiero probar todo lo que has hecho, por lo general no mepreocupopormifigura,yaquecomodetodoynoengordo.

—Que suertuda eres—dijo la chica que tenía al lado—Yo encambioengordohastacontomaraire.

Amandarió. —Te entiendo, la mayoría de mis amigas, sufre de lo mismo.

Aunqueyocreoquesidejasdepreocupartetantoporeso,serámejor.La mente influye mucho en esas cosas y si te comes las cosaspensandoqueengordarás,esoesexactamenteloqueharás.

—Lointentaré,graciasporeldato. —Bueno, creo es suficiente de tanta charla y es mejor que

comamosantesdequeseenfríe—dijolaseñoraEliot. Todoscomieronyhablarondemuchascosas,desushogares,del

noviodeunadeellas,de loshijosdel señorTeodoro;perocuandounadelaschicastratódehablardeunodeloshijosdelosseñores,lamuyestricta señoraEliot, lehizounacara,que la chica se callódeinmediato.

Despuésdealmorzar, todossefueronasusquehaceresyAmandanofue la excepción.Cuando fueron las siete de la noche, ya el aseo de lashabitacionesydelasotrasestancias,estabahechoyAmandarecogiósuscosasysecambiópara irse.Estaba tancansada,elaseode todaesacasaeratareadetitanes,peroafortunadamenteerandoslasempleadasdelaseoyeltrabajoerarepartido. —TenemosqueesperaralaseñoraEliot—ledijoClara, laotra

chicaquehacíaelaseo. —¿Paraqué?

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—Ellatienequerevisarcomoquedaronlashabitaciones. Amanda pensó que se moría del cansancio, no quería esperar a laseñoraEliot.Afortunadamente ella, llegó casi enseguida.Veinteminutosdespués, estaban de vuelta en el estudio. Ya habían revisado lashabitacionesylossitiosdondeAmandahabíahechosutrabajo. —Muybienhecho,señoritaCharles.Todohaquedadoreluciente,

esustedminuciosaensutrabajo,esomegusta. —Graciasseñora. —Laesperoelpróximofindesemana—ledijoyleentregóun

sobre—Esteessudinero,porfavorcuéntelo. —NoesnecesarioseñoraEliot—ledijotomandosubolso. —Muybien,nosvemosentonces.Quetengabuenanoche. Amanda salió del estudio y se subió a su auto a toda prisa, habíaquedadodeencontrarseconRoryencasa,parasaliracomerysuamigadebíaestaresperándola. ***** Llegaron tarde al restaurante Japonés que su amiga le habíacomentado,peroencontraronunamesaparaellas. —Ahorasí,cuéntamelotodo.¿Cómotefuecontunuevotrabajo? —Me fue muy bien, estoy contenta porque es un buen ingreso

adicional.Sabesqueenestosmomentosnecesito todoeldineroquepuedareunirparapagarelcomputadorquenecesitocomprar.

—Losé,peroeresmuyorganizadayestoyseguradequeprontoloreunirás.

—Ojalá,porqueyavienenfindemesytengoquepagarlarenta. —¿Necesitasqueteayude? —No, amiga. Ya has hecho suficiente por mí, ayudándome a

conseguirestetrabajo. —Amanda, sinecesitasque te ayude,nodudesendecírmelo.Sé

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que estar en la universidad y tener dos trabajos, no debe ser nadafácil,ademásLosÁngelesesunaciudadbastantecostosa.

—Gracias Rory, lo tendré en cuenta, pero por lo pronto estoybienasí—ledijotomandolamanodesuamigaconcariño.

—Bien, entonces pidamos, que ya nos están haciendo carasextrañas porque no hemos visto elmenú todavía—le dijo con unasonrisamaliciosa.

—Hoyhecomido internacional.Primeroelalmuerzode lacasadondetrabajofueestiloHindúyahoravoyacomerRuso—rodólosojos—Notendrédinero,peromedoylagranvida—dijoriendo.

—Yaveo.¡Quésuertelatuya!Pero¿Sabes?Hablandoyaenserio,

piensoque es todoundetalle quepiensen en el serviciode la casa,brindándolesalmuerzo.Yoheescuchadoqueenmuchasdelascasasdelosricos,ellostetienencomoesclavaynopermitenquetedenniunamanzana,dehechoalgunosteexigenquelleguesyadesayunadayllevestualmuerzoycualquiercosaquequierascomer.Unachicaquetrabajaenlapeluquería,mecontóqueantestrabajóenunacasacomoniñerayquenolepermitíancomernadaycuandoelseñordelacasallegaba, le decía que se fueran a su oficina para que ella tambiénhiciera el aseo de la oficina de él y todo por el mismo sueldo.¡Imagínate!

—Es difícil de creer que haya gente así, pero yo también heescuchadohistoriasparecidas—ledijomirandolacarta.

—¿Quévasapedir? —No lo sé, creo quemejor pides tú pormí, ya que has estado

antesaquí. —Bueno,tampocosoylamásexpertaencomidarusa,soloséque

son un entremés y tres platos los que nos van a servir. El primeroserá Zakuski, que es una variedad de ensaladas; caviar, encurtidos,pescado, carne y verdura. La ensalada es muy rica tiene patata,guisantesymayonesa.Luegovendráelprimerplatoqueesunasopafríaocaliente.

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—AquíhayunaquediceBorschydicequeesunasopadeorigenucraniano,hechaderemolacha,patata,tomates,col,carne.

—Sí,esaesbuena,peromegustamáslaSolianka,quepuedeserde carne o pescado y además tiene pepinillos encurtidos, tomate ylimón,esunpocoácido.¿Quéteparece?

—Suena bien paramí. Sin lugar a dudas quiero como segundoplatoestequedice;carnedeterneracortadaenfinostrozos,conunasalsadenata.

—Mediohambre,quedelicia. —Perolaverdadesquenocreoquelleguemosalpostre —Es por eso que creo que debemos pedir juntas y no por

separado,esmuchacomida. —De acuerdo —le dijo Amanda, sintiéndose repleta con solo

pensarentodaesacomida. —Detomaryoquieroténegrocongotasdelimónyazúcar,me

encantayademásesmuytípicoaquí,fueradelvodka. —Yotambiénmeapuntoalaidea. Después de comer hasta casi reventar, se fueron a un bar cercano,donde tocaba uno de los amigos de Rory. Estuvieron allí hasta medianocheydeallísefueroncadaunaasucasa. A lamañana siguienteAmanda solo quería dormir hasta tarde, perounallamadaalasnuevedelamañanalasacódesuperfectosueño. —Hola —Buenosdías,señoritaCharles. —¿Quiénhabla? —DuncanCharles,suprofesor. Amanda se puso en pié en dos segundos como si tuviera un

resorte. —Ehh,buenosdíasprofesorCharles.

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—Señorita Charles, me apena molestarla un Domingo, perocomohabíamos hablado de su cargo demonitora hace unos días yustedmedijoqueaceptaba,voyaabusardesuconfianzayapedirleunfavorenorme.

Dios,quenomedigaquetengoqueiralauniversidadhoy—rogóellaensilencio. —Sí, dígame—le dijo, mientras tomaba el vaso con agua que

teníaenlamesitadenoche.Noqueríaquesuvozseoyeracomodeultratumba.

—Bueno,esquenecesitoayudaconunostrabajosquetengoqueponer en orden y… —en eso se escuchó un fuerte estornudo —Queríapedirlesuayuda,porqueademásdeesotengoqueterminardecalificary…—seoyóotrofuerteestornudo.

—¿Sesientebien,profesor? —Umm,laverdadesqueno.Desdeayermehesentidounpoco

indispuesto. —¿Estáensucasaoenlauniversidad? —Estoyencasa,conesteresfriadonocreoquepuedasaliryme

preocupa que para el Martes no esté bien, porque entonces laencargada de la clase deberá ser usted y yo quería que tomara unpocodeconfianzaconelgrupoantesdeeso.

Amandacasiseahogaconelagua. —¿DebodarlaclasedelMartes? —Claro,esunadelascosasqueletocanaunmonitor.Sisedael

casodequeelprofesornopuedahacerlo.¿Tienealgúnproblemaconeso?

—No, no, lo que sucede es que no sé si seré capaz de hacerlobien.Hablandoporteléfonoyenesemomento,escuchandoeltimbredesuvoz,supoqueellahabíaacabadodelevantarse

Duncan estaba tirado en su cama hablando por teléfono y desde queescuchó su timbre de voz, supo que ella acababa de despertarse. Se laimaginoconunpijamamuypequeñootalvezenropainteriorconunaspequeñasbraguitascomolasquehabíaencontradoensubolso.Sindarse

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cuentadeloquehacía,comenzóaacariciarseelmismo,cerrósusojosypensó en lo deliciosa que ella sería acabándose de levantar, en cómo severía en su cama, con su hermoso cabello desparramado de maneradesordenadasobresualmohada,conunaexpresióndesatisfacciónensucara,despuésdehaberhechoelamor. —¿Profesor,estáallí? Duncansaliódesuensoñación. —NosepreocupeseñoritaCharles,silaescogí,esporquepienso

quepuedehacerlomuybien. —Gracias.¿Entoncesdeboirasucasa? —Bueno…noeselderechodelascosas,peroteniendoencuenta

quenopuedocasinihablar,piensoqueseríalomejor. —Estábien.¿Aquéhorasquierequeestéallá? — ¿A medio día le parece bien? Puedo mandar a traer algo y

almorzamosaquí. —Meparecebien.Entoncesestaréalláaesahora—cuandofuea

colgar,loescuchónuevamente. —SeñoritaCharles,notieneladirección. —Ohsi,disculpe.

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—Esel2143SunsetPlazaDrive.

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Amanda pensó que era muy extraño que un profesor tuviera tantodinerocomoparavivirenunbarriocomoese,perosedijoasimismaque el hombre debía tener otros negocios o ganabamuy bien en esaempresadondetrabajaba,porqueellateníaentendidoqueéltrabajabaenotrositioademásdelauniversidad.

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—Bien, ya lo apunté, nos vemos—colgó el teléfono y saliócorriendoabañarse.Quesensacióntandeliciosalaqueteníaen el estómago. Siempre que sabía que lo iba a ver, sentíamariposasenelestómago.

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En sucasaDuncandudabadehaberhechobienendecirleaAmandaquefuerahastaallá;perolaverdadesquesesentíatanmal,quenosabíaquemáshacer. Sehabíadecididoallamarlaesamismamañana,cuandosintióquesucuerponodabamásyquenopodríasolocontodoloqueteníaquehacer.Noibaanegarqueleatraíalaideadeverlaenotroambientequenofuerael de la universidad, pero tenía que ser cuidadoso y no mostrar suatracción hacia ella, todavía no estaba completamente seguro de que nofuera la chica hueca que había pensado desde que la conoció, perotampoco era conveniente que metiera en una algo que no tenía futuro,primeroporserellaunaalumnaysegundoporqueélsentíaquenoteníanadaparaaportarenunarelacióndepareja. Selevantódesucamaysefuealacocinaaprepararsealgocalienteytomarseunapastilla,perocuandoestabaenesassintióunrepentinomareoyganasdevomitarysaliócorriendoalbaño.Cuandollegónuevamenteasucamasolopudoquedarseenella,porquenodabaparaponerseenpié. Suteléfonosonóytuvoquehacerunesfuerzoenormepararecogerlodelpisodondelohabíatirado. —¿Bueno? —Holahijo. —Holamadre¿Cómoestás? —Estamos bien, tu padre y yo, solo queríamos saber cómo

estabastú,teníamostiempodenosaberdeti,cariño. —Estoybienmamá. —Noteoyesbien. —Noesnada,essolounresfriado. —¿Quieresqueteenvíeaunadelaempleadasparaqueteayude? —Nohaynecesidad,soloquierodescansar—elrodólosojos,su

madrepodíasermuyintensasiseloproponía.

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—Bien,mivida.Comoquieras. —¿Teimportasihablamosdespués? —Clarohijo,hablamosmás tarde.De todasformas teavisoque

todavíanovamosallegaracasa,asíqueteagradeceríasimehicieraselfavordepasarporlacasayestarpendienteporsialgoseofrece.

—Estábien,enestosdíaspaso. —Graciashijo,enunassemanasnosvemos.Unbeso. Duncan colgó el teléfono y se quedó un rato con los ojos cerradostomandofuerzasparalevantarse.Cuandocreyóquepodíahacerlo,sefueabañarysecambió,perosudebilidaderamuygrande,asíquecomopudo,llegóa lasalayseacostóenelsofá.Seguramenteenunahora,meharáefectolapastillayestarémejor—pensóysequedódormido. El sonido del timbre, lo despertó, miró el reloj y vio que habíadormido hastamedio día. Seguramente eraAmanda, la que estaba en lapuerta.Selevantóyfueaabrirle. —Buenastardes,profesor —Buenastardes,señorita… —Porfavor,solodígameAmandaynometratedeusted. Él no dijo nada, solo asintió—Bien, Amanda. Por favor sigue,

estásentucasa. —Muchas gracias —le contestó mirando hacia todos lados

mientrascaminabahacialoqueparecíaserlasala. CuandoDuncan,sesituódetrásdeella,sepusounpoconerviosa. —Semeolvidaba—ledijoextendiendounrecipienteyunabolsa

—Esjengibreconmielylimón,unarecetademimamámuybuenaparalagripa.

Duncansequedósorprendido,noseesperabaesegesto. —MuchasgraciasAmanda.

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—No es nada —le respondió, restando importancia al asunto.También hay en la bolsa, un poco de Eucalipto, para que hagavaporizacionesensucuartoyesoayudeaacabarconlosgérmenesdelagripa.

—¿YdondeconseguisteEucalipto? —Tengo una buena amiga que trabaja en una tienda china, que

siempre tienen todo tipo de hierbas para curar enfermedades. Dicequeesmejoreso,quelaspastillasporqueensuopinión,laspastillastecurandealgoyteenfermandeotracosa.

Duncansonrió. —Esunaformainteresantedeverlascosas.Muchasgracias. —Denada,profesor. —Duncan,porfavor.Siyotevoyatutear,lomásjustoesquetú

hagaslomismo. —Está bien, Duncan—Amanda pensó que se veíamuy apuesto

con ese jean y esa camiseta que dejaba ver su musculoso cuerpo.Nuncasehubieraimaginadoquedebajodeesavestimentatanformalque usaba en la universidad, existiera un cuerpo tan delicioso. Surostroestabaunpocodesencajado,peroeranormal,conesagripa.

—¿Quieressentarte?—lepreguntóél. —Ahsí,claro. —Tevoya traer lashojasdonde tengo la clasepreparada, yde

esamaneralarepasamos.NoestoydiciendoqueelMartesnovoyair,peroprefieroprevenir,quelamentar.

—Entoncesloespero. CuandoDuncan llegóa lasala,encontróaAmandahaciendoapuntesen su cuaderno. Le entregó las hojas y se pusieron manos a la obra.Estuvieron practicando la clase, varias veces hasta que el consideró queellaestabapreparada. Yahabíanpasadounashoras,cuandoAmandanotóqueélcomenzabaatosercadapocotiempo.

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—¿Quéleparecesicomemosalgo? —Quedescortéssoy,noteheofrecidonadayyapasólahorade

almorzar—ledijoyselevantóparairalacocina. —¿Quévasahacer? —Voyabuscarlosteléfonosdelosdomicilios.¿Seteantojaalgo

enespecial? —Sí.Quetequedestranquiloenestesofáymedejeshacerteuna

sopadepollo,porqueningunacomidaadomiciliotevaahacersentirtanbien,comoeso.

—Notienesquehacereso,podemospedirloquesea. —Noquieronadaadomicilio.Porfavordéjamehaceresto. —Estábien,perosifaltancosasnotequejes. —Bueno,sifaltancosas,podemosllamarundomicilioparaque

nostraigaloquenosfalta—ledijoburlona. —Meparecebuenaidea,siquierespuedesabrirlaneveraymirar

queesloquehay. Enelmomentoenque laabrió, seencontróconunanevera llenadecarnes,quesos,frutasytodotipodecosas. —Puesyoveodetodoaquí. Elpareciósorprendido. —¿Estállena? —Areventar,siquieresmiopinión. El se quedó pensando un momento y luego pareció dar con larespuesta. —Lohabíaolvidado,esquehayunaseñoraalaquelepagopor

venir dos veces por semana y le dejo dinero, para cuando no haynadadecomida,ellamehagael favordepedir lascosasydejar laneverallenanuevamente.

—Pues hace muy bien su trabajo, hay de todo —le dijo ella,sacandopollodelcongeladoryalgunasverdurasdelanevera.

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—¿Ymientrastantoenquetepuedoayudar? —Ennada,tusolotequedarásallí,descansando. Duncanseechóareírysesorprendióalsentirquelohacíademaneratan espontánea. Pensó en que hacía un buen rato, no se sentía deseamanera, tan despreocupado y al mismo tiempo tan importante paraalguien.Nuncahabía tenidoquienlocuidaradurantealgunaenfermedad.Siemprehabíaestadosoloparatodoysehabíaocupadodeélmismo. La vio sacar una olla y llenarla de agua, luego sacó el pollo delcongeladorycuandolaviocortarlasverduras,decidióhacerlecasoyserecostó unmomento en el sofá, se sentíamuy cansado.No supo en quémomento se quedó dormido, pero cuando abrió los ojos, ella ya habíapuesto sus papeles en orden y había preparado con los temas que él lehabíadado,laclasedelMartes.Elestabasorprendidodeversueficiencia. —¿Enquémomentohicistetodoesto? —Bueno,enrealidadhacerunasopaesbastantesencilloyrápido,

así que solo terminé de prepararla y la dejé cocinándose,mientrasleía los papeles que usted me había dado, además usted lleva doshorasdurmiendo.

—¿Doshoras?—Juliánsesorprendió. —Sí.Meimaginéqueestabarealmentecansado.¿Quierequenos

sentemosenelcomedor?Yatengotodoservidoenlamesa. — ¿Como supiste donde estaban las cosas, los platos, los

cubiertos? —Solobusquéhastaqueencontré.¿Vamos? —Está bien —Duncan se levantó lentamente y llegó hasta el

comedor.Sesentaronunofrentealotroyelenseguidaprobólasopadepollo.

—¿Quéteparece? Llevóunacucharadaasuboca—Estádeliciosa. —Gracias,quebuenoquetegusteporquehiceunabuenaollade

esecaldoyquieroquelotomestantasvecescomopuedashastaquetesientasmejor.Tambiénhedejadounpocodearrozyensaladapara

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cuandotesientasconganasdecomeralgomásquecaldo. Duncansequedósorprendido,nadiehacíacosascomoesasporélysesentíamuybienquefueraellalaprimerapersonaquelohiciera. —¿Siemprehassidoasí? —¿Asícómo?--sonrió —¿Deesamanera,tanpreocupadaporlosdemás? —Bueno…es algo que me gusta hacer desde siempre con mis

amigosolagentequeestáamialrededor.Ademásnohubierapodidovivirconmigomisma,sabiendoqueunapersonaenfermaestásolaysinnadiequelacuide.

—¿Entonces…vinistepormi? Amandabajólamirada. —Vineporquemelopedisteparaprepararlaclaseencasodeque

nopudierasirelmartes,perotambiénporqueestabasenfermo. Duncantomósumanoylaapretó. Gracias…nopenséquemeayudarías. Amanda sintió una descarga eléctrica en su brazo, se sorprendió yenseguidasealejo. —Creo…que es mejor que te tomes la sopa, antes de que se

enfríe.Elcomenzóahacerlomientraslomirabadetenidamente.Soloseescuchabaelruidodelabrisaagitandolosárbolesdeafuera.

—¿Túnocomes? —Sí, ya voy a traer mi plato para comer aquí contigo—salió

corriendoyseoyóelruidodelasgavetasquesecerraban,luegoellasesentóenelsofáasulado.

Comieronensilenciosindecirsenada,peroalmismotiempodiciendomuchoatravésdesusojos.Alrato,cuandoyahabíanterminadodecomer,ellasefuealavarlosplatosyladejódescansando. Amandapensaba¿QuétipodepersonaeraenrealidadDuncanTaylor?Unasvecessemostrabacomounogroyotrasveceseraunhombre,quesecomportabacomocualquierotro¿Habríatenidounavidadura?Otalvez

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alguienlehabíahechodaño,eseseríaelmotivodequefueratanhuraño.Terminodearreglar lacocinayse fuenuevamentea repasarconél, lostemasde laclase; también leayudóconalgunascalificacionesquedebíapasaraunalistaparaleerlaalosalumnos. Mientrashablaban,elpreguntabacosasyellatambiénqueríasaberdesuvida. —¿Endóndetrabajas? AAmandalediovergüenzadecirquetrabajabaenunacafetería,aunhombrequeteníatantomundoyqueseguramentepensaríaenella,comomuypoquitacosaparaél,sisabíaelsitiodondetrabajaba. —En una multinacional y empecé a ahorrar para luego poder

estudiar—lamentirasaliódesuboca,sinqueellapudierahacernadaporremediarlo.

—¿Quemultinacionales? Ellanosabíaquedecir,asíqueloprimeroqueselepasóporlamente,esodijo. —“SmartArt” —Nuncahabíaescuchadodeesamultinacional.¿Dequées? —Esdesoftwaredeaprendizaje. —Ah,quebien.Entoncesestasbienencaminadacontucarrera. —Sí,laverdadesqueesunbuentrabajoymeayudamuchocon

mi carrera —le respondió ella, avergonzada de decirle tantasmentiras,perounacosahabíadadopiealaotrayahorayaseríamuydifícildecirlequeeramentira,pues loquehabía logradoconél, seiríaaldiabloynoletendríaconfianza.

Duncan estaba teniendo una amena conversación con Amanda. Ledecíamuchascosas,perosoloporencima,sobresuprofesiónylomuchoque gustaba, pero cuando ella trató preguntar por su familia o de cosasmáspersonales,elcambiabaeltemaabruptamente,sindecirporqué.Ellalehablódesusgustos,desuamigaRory,aunquecuandoibaahablardesutrabajo,prefiriócallar.Ellaaunquesabíaqueeraimposible,queríasentir

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que un hombre como ese se enamorara de ella y no podría siquieraaspirarasersuamiga,si ledecíaen loque trabajaba.¿Cuándosehabíavisto un profesor que además tenía dinero, como para tener una casacomoesa,saliendoconunacamarera? —Bien, creo que por hoy, hemos terminado —dijo con una

sonrisasatisfecha—.Parecíasentirsemejor. Amandaselevantódelasilla. —Piensoquetodovaasalirbien,yamehasdicholosuficientey

estoypreparada. —Todavíanosé,sifaltoelMartes;perosilohagoestoyseguro

de que me reemplazarás muy bien—le dijo mientras cerraba elportátil.Noesmucholoquehayquehacer,solodaralgunaspautasydejarlaspáginasquedebenleerparalapróximaclase.

—Entonces,creoquemevoy. Éllamiróunmomentofijamente. —Gracias por todo, de verdad lo apreciomucho, no tenías que

hacerelalmuerzoninadadeesascosas. —Nofuenada—lerespondióquitandoimportanciaalasunto. —¿Vinisteentuautootienesquellamaratunovioounamigo

paraquetevengaabuscar? —No tengo novio, y vine en mi auto—le respondió ella a la

defensiva, pues sabía que él pensaba que era una chica superficial,quesalíaconelunoyconelotro—Mejormevoy,yaestarde.

Duncan no supo porque ella cambió su actitud hacia él, pero lemolestóquederepentetuvieratantaprisaporirse.Leabriólapuerta. —Adiós,señoritaCharles. —Hastaluegoprofesor—lecontestóellaysalióabuscarsuauto. Quehombremásdesagradecido.Ellalohabíacuidadoesedíayél,enlugardeserunpocomásamaleconella,secomportabacomounidiota.Esoleenseñabaanosoñarconimposibles. Amanda llegó a su casa a las cinco de la tarde y todavía tenía que

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estudiar,luegobañarseycambiarseparairaltrabajo.Todavíateníarabiaconesehombre,peronolededicaríamástiempoapensarensuestupidez,siélqueríapensarqueellanoteníanadaenelcerebroyqueeraunagolfaqueandabaconelunoyconelotro,ellanopodíahacernada. Aldíasiguiente,Amandanopodíaconelcansancioyaúnasí,tuvoquededicarse de lleno atender las mesas. Hubo mucho ajetreo esa noche ycuandoyafinalizaba,tuvoquelimpiareldesordenquehabíandejadounoschicos que pasaban por allí borrachos. Ya estaba cansada, fastidiada detantohacerylosojosselecerraban. —HolaQuerida¿Quétaltufindesemana? —HolaCaro,estuvobien. —¿Yaestáslistaparairte? —Yacasi,tengoqueentraracambiarme. —Dateprisa soncasi las sietede lamañanay launiversidadno

estácerca. Amanda se bañó y se cambió de ropa de forma rápida y saliócorriendohaciasuauto. —AdiósCaro,nosvemosmañana—lelanzóunbeso. Salió corriendo y llegó cinco minutos antes de que comenzara suclase.Estaba tancansadaquesintióquesedormíaen lamitaddeunadeellas,peroaúnasíhizounesfuerzoporestardespiertadurante lamayorpartedelasclases.Alllegaralaúltimadecidióirseasucasatempranoynoiraesa.Sinodormía,noseríacapazdetrabajarenlanocheymuchomenosdeestaraldíasiguienteatentaenlauniversidad. Llegoasucasaysecambió,secolocóunpijamayse fueadormir,desconectó el teléfono y se dijo que no le abriría la puerta a nadie quetocara, estaba cansada y si no recuperaba fuerzas sería un desastredespués. Duncanestabasentadoenelsofádelasala,pensandoenAmandayen

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su actitud tan extraña. El solo le había hecho una pregunta y ella habíaactuadocomosilahubierainsultado.Eseeraelproblemadelosjóvenesaunque ella no era tan joven. No podía negar que le había gustado quefuera tan atenta con él, pero no podía permitir que sus sentimientos seconvirtieranenotracosaquenofueraunarelacióndeprofesoryalumna.Esa tarde había estado a punto de cruzar ese límite. Muchas veces laobservó en silencio, cuando preparaban el material de la clase y sintiódeseos de tocar su hermoso cabello y acercarse hasta besar susexuberanteslabios.Amandaeraunachicacentrada,sencilla,paranadalamujer que se imaginó. Tendría que ir con mucho cuidado si no queríameterseen líos.Sentíadeseosde llamarlaysaber la razónpor laquesefuetanmolesta. Llegó el día de la clase del profesorCharles yAmanda se vistió lomejorquepudoparasemejantereto. Sepusounjeancolorcaqui,unablusablancadeflores,unoszapatoscafésyunacarteraTous,obviamentedeimitación.Searreglóelcabelloylorecogióenunacoladecaballo.Teníahambre,peroyacomeríaalgoenlauniversidad,suamigaBettylaesperaba. —Buenosdías —Buenosdías,amiga¿Cómoamaneciste? —Pues la verdad, un poco cansada,me tocó una noche bastante

duraenlacafetería,aunquehubomuybuenaspropinas. —Por lo menos, es algo bueno—le dijo riendo y mirando el

reloj—¿Porquénovamoscaminandohacialaclase? —Excelente idea, tengomuchoquehacer,sielprofesorCharles

noviene—ledijomientrassedirigíanalsalón. —¿Cómoesesodequeelprofesornoviene?¿Cómolosabes? —Estáenfermoymedijoquecomomonitora,debíahablarsobre

eltemadelaclasedehoy,ademásdelospuntosdelexamen,quevaahacerenquincedías.

—¿Ynoestásnerviosa? —Unpoco,peroestoydecididaademostrarlequepuedohacerlo

yquenosoyunacabezahuecabuscamaridos.

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Bettyabrióenormementelosojos. —¿Élpiensaesodeti? —¡Claroquesí!¿Esquenohasvistocómomemirayloqueme

dijoundíadelantedeti? Bettylamirócomosilehubieransalidocuernos. —Lo único que veo es que temira como si fueras su presa de

pollofavorita. —¡Esonoescierto!Elmedetestadesdequemevioporprimera

vez. —Sitúlodices…—dijoellamientrasseadelantabaparaentrar. Amanda se quedó pensando en las palabras de Betty un momento,cuandoderepentellegóalapuertadelsalónyvioallí,depié,alprofesorTaylor. Élpareció sentir sumiradaenesemomentoyvolteó.Lededicóunasonrisadeesasquematan,yellapensóquesusrodillaserandematequilla. —SeñoritaCharles—dijoenvozalta. Amanda entró en el salón y se dirigió hacia el escritorio donde élestabaconBetty. —Buenosdías,profesor. —Señoritas… —¿Vaadarlaclase?—lepreguntósinmiramientos. —Amanda creo que ya no la voy a necesitar, hoy me siento

muchomejor,siquieredejelascosasallíysigaasupuesto. Ellasintióunairaprofundaysoloseimaginabahalándoledelcabelloydándoleungolpeenlanariz.¿Quésehabríacreídoesehombre?¿Quepodíallamarlaundomingoyhacerlairasucasa,paraestudiarlostemasdelaclase,hacerlesopayluegodescartarlaasínomás? —Mealegromuchodequeyaseencuentremejor. Élsololamiróunmomentoyasintió. Amandanosabíaquemásdecir,yaquesuactituderamuydistintadela

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queteníaeldomingo,asíquesolopreguntó—:¿Comenzamos? —¿Comenzamosqué? —Laclase—ledijodudosa—penséqueloibaaayudar. —Lerepitoqueyanoveolanecesidaddequelohaga.Siquiere

puedesacarmeestasfotocopiasyrepartirlasalosdemásalumnos. Amandanoentendíaloquesucedía. —Perocreíquecontodoloqueestudiamoslaclasedehoy… —Señorita Charles, usted no es profesora, solo monitora. Su

trabajo es ayudarme cuando lo necesite y en estosmomentos no lanecesito—lecontestófríamente.

Amandalomiróincrédulayluegolofulminóconlosojos,altiempoquesedabalavueltaquesedirigíaasusilla.

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Capítulo5 LaclaseestuvounpocolargaycuandoterminóelprofesorCharles,solosefueynotuvoladelicadezadedecirlenada.¡Quédesconsiderado!—Pensó—Noperderémásmi tiempopensandoenese tipo—sintióunamanosobrelasuya. —Tranquila Amanda, es mejor si no quiere que le ayudes,

tampocoesquetesobreeltiempoparaestudiar. —Escierto—ledijoasuamiga—conlosojoshúmedos—Vamos

—selimpiólosojosyambassalierondelsalónalapróximaclase. Duncan se sentía como un desgraciado. Había visto en el rostro deAmandasuilusiónporayudarloenlaclase,élsabíaqueellamanejabaeltemaalaperfecciónysabíatambiénquesuintencióneraserútil,peroélla había tratado como si no existiera.Ella se veía confundida cuando ledijoqueno teníaqueayudarlo,pero loquemás leafectóesqueseveíadolída. Sabía que era un miserable, por ni siquiera agradecerle el haberloayudado ese día, y el haberlo cuidado cuando estuvo enfermo; pero nopodíapermitirseconfianzasconellayactitudesquelosacercaran. Noseaguantólasganasysedevolvióalsalón.CuandoellallegóvioaAmandahablando conunprofesor, el lo conocía, sunombre eraDavid.Sintiórabiaalvercomolatocabayledabaunbesoenlamejilla.Nosupoqueselemetió,solopudoversellamándola. —¡Amanda!—ellainmediatamentesoltólamanodeDavidyse

quedómirándoloasustada. —¿SonideasmíasoelprofesorTaylorteestállamandoconuna

miradadepocosamigos?

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—Sí, es verdad—le dijo incómoda—Lo sientoDavid, perometengoqueir,veréqueesloquequiere.

David hizo cara de disgusto ymiró directamente aDuncan.Los doshombres, hicieron un asentimiento con la cabeza, en mutuoreconocimiento.Parecíanmedirseconlamirada. AmandaseacercóaDuncanyesperóaverquéeraloquequería. —Necesitoquemeayudesconunospapelesparalaclase. Amandaseindignó—¿Porfavor? —Sí,sí,porfavor.Mira,sonestos. —Profesor hoy no puedo, tengo cosas que hacer—le dijo—en

realidadloqueteníaquehacereratrabajarenlacafetería. —Pues si en realidad quieres ser monitora de la clase, dímelo

ahoraosimplementenombroaotro. —Está…está bien—farfullo ella— ¿Qué debo hacer con estos

papeles? ADuncannoseleocurríanadayledijoloprimeroqueselevinoalacabeza. —Debesresaltarloquemástellamelaatencióndecadatrabajoy

luegocuandohayashecholomismoencadauno,melosentregas. —¿Cuándodeboentregarlos? —Pasadomañana. —Pero pasadomañana…—lo pensómejor y no le dijo nada—

estábien. Tomólospapelesysediolavuelta. —SeñoritaCharles—lallamóél. Amandavolteó —Gracias. Ellanorespondiónada,sololediounasonrisafingida. Duncannoqueríaque lascosas fuerandeesemodo,pero¿Quémáspodíahacer?—sealejóysedirigióasuauto.

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—¿Quéquería?—lepreguntóBetty. —Queleayudaraconlarevisióndeunostrabajos. —¿Porqué?—preguntóDavid. —Soylamonitoradelaclase. —¿Ahsí?MiralorápidoquevaelprofesorTaylor. —¿Perdón?—Amandacreyóentendermal. —Solodecíaquevarápido,yaqueporlogeneral,tardamosun

pocoennombrarlosmonitoresdenuestrasclases. —Nolosabía. —Pero bueno, no es una mala noticia, el hombre ha visto que

tienespotencial—ledijo tratandodequenofiltraranloscelosensuvoz.

Amandasonrió. —Sí,esverdad—dijoconorgullo. —¿Quélesparecesilasinvitoadesayunar? —Mepareceunagranidea. EsanocheAmanda,atendíamesasycadaraticopormuypequeñoquetuviera se dedicaba a leer y tratar de terminar el trabajo, que le habíapuestoelprofesor.Cuando fueron lasdoceymedia su jefe seantojódeque leayudara limpiarunaestanteríaquedecíaqueestabasuciaydecíaestarmuyenfermoparahacerlosolo. Comenzó a ayudarlo y cuando le tocaron los estantes de abajo seagachóparalimpiarlosbien,sindarsecuentadequeunosmoterosveníanentrando y al verla en esas comenzaron a chiflar y hacer ruidos deanimalesdiciendopalabrasgrotescas. En algún momento uno la agarró por la cintura y la apretó fuerteintentandobesarla;comoellanosedejó,lediounacachetadatirándolaalpisoconlafuerzadelgolpe.Eranpandillerosyqueríanproblemas.DonAlberto enseguida llamó al 911 y la policía no tardó en llegar. Eranamigosdellugaryaquesiemprellegabanatomarcaféallí.Loshombresyahabíandestrozadosillas,mesasysehabíandadopuñosconEnriquito,

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que a pesar de su fuerza, terminó herido en la cabeza. Don Albertoterminó herido en una mano, pero no por ayudar a nadie sino pordefendersudinero. Entre la llegadade lapolicía, una cosay laotra, fueron las7de lamañanayletocócorrerparallegaratiempoalaprimeraclasedeldía,sinembargo,aunquehizotodoloposible,nolologró.Sesintiófatal,aunquediógraciasdequenohubieraningúntrabajoporentregaralaprofesora. Sefuealabibliotecaabuscarunoslibrosypasarlahoraymediaquedurabalaclaseallí.Sesentóenunadelospuestosmásalejados,noqueríaquevieransurostromagulladoyconelapurode llegaraclase,casinodeja que los paramédicos quehabían llegadodespués de lo ocurrido, leatendieranlaheridadesumejillayboca,poresoahoraescocíanunpoco. Bajólacabezaysededicóaleer,eltiempofuepasandolentamenteyenalgúnmomento,sintióunapresenciaasulado,alzólamiradayvioalprofesorTaylor,allídepié.Amandabajólacabezaenseguida,noqueríaquelavieraasí,peroélalcanzóaverelmoretón,queyasehabíaformadoensulabio,sesentóasuladoylehablóenvozbajaparanomolestarenlabiblioteca. —¿Quétesucedió? —Nada,solounproblemaendondetrabajo. —¿Enlaempresa?—lamirósorprendido. Noylaverdadnotengoporquéhablarconusted,sobremisproblemaspersonales—ledijomolesta. ADuncannolepasódesapercibida,laindirecta,queledabaalhablarledeusted,luegodequeél,nolohiciera. —Séqueavecessoybastantedesagradable—seacercóunpoco

másaella—sientohabermecomportadodeesamaneracontigoayer. Ellalomirósorprendida,puesnoseesperabaunadisculpa,enseguidabajó la guarda. Amanda no sabía de rencores u odios, nunca le habíangustado. —No importa, de todas formas yo tampoco debí adelantarme a

los hechos, ustedme dijo que solo en caso de que se sintieramuymal,noiríaalaclase.

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Duncan cambió el tema, que ya los estaba poniendo un pocoincómodos. —Bueno,cuéntameentonces¿Quéproblemadeeseestilo,puede

haberenunamultinacional?—ledijoseñalandosulabiopartido. Ellanosabíaqueresponderysoloselevantó. —Tengoqueirme. —¡NO!—ledijomásfuertedeloquepretendía. Amandabajólacabeza. —Tengoclaseenunmomento. —Noolvidequetambiénsoyprofesoraquí.Séquenotienesclase

hastadentrodeunahora. Ellahizoelamagodeirsenuevamente. — ¡Por favor! Solo quiero hablar contigo—Duncan quería que

confiara en él, que le dijera quien le había hecho eso, para poderbuscarlo y darle una paliza monumental. Le dolía ver su hermosorostromagullado— ¿Porqué no vamos a la cafetería, te invito unbuendesayunoyhablamos?

—Yacomíalgo. —Nolohashecho,nomemientas—latomóporlabarbillayle

quitóloslentesoscuros.Duncannotó,quesuspreciososojosazules,estabantristesysenotabaquehabíallorado.No,elnoladejaríaasí.

—Esquenoquieroquemeveanasícomoestoy.—Entoncesyoiréporeldesayunoytúmeesperasdebajodetuárbolpreferido,esedondetereúnescontuamigaBetty.

Amanda se sorprendió de que el supiera eso.—Está bien—nopodíaseguirrehusándoseantelainsistenciadeél. Duncansefuealacafeteríayalpocoratollegóalárboldondeestabasentada Amanda, con una bandeja donde traía jamón, tostadas, galletasdulces de avena y café. Cuando se sentó cerca de ella, vio su caraconfundida. —¿Quépasanotegustalabebidaachocolatada?

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—Meencanta,pero¿Comosabequemegusta? —¿Recuerdas cuando fuiste ami casa?, esedíahablamosde la

comidapreferidadecadauno.Medijistequemoríasporestabebidaaldesayunoyqueelchocolatetefascinabaentodassusformas.

Amandasonrióalrecordarlo. —Tehe traídounpocode todo,paraque comasbien.Meda la

impresióndequeavecesnotealimentasmuybien. —Es solo en el desayuno porque salgo corriendo para la

universidad—trató de sonreír, pero le dolía. De repente sintió lamanodeélensurostro.

—Tratadecomeralgo,silohacesconcuidado,notedolerá. Ella dio gracias de que en ese momento hubiera poca gente dondeellos estaban y de que el árbol estaba un poco alejado, no quería quemalinterpretaranelgestoqueacababadetenerconella. —Gracias. —Nomeagradezcassoloquieroverquetemejoresyporfavor,

háblamedetu—ledijosonriendo. —Bien, pero cuando estemos delante de los demás te digo

profesor,¿verdad? Duncan tenía tantas ganas de besarla, no sabía porque deseaba tantoabrazarla,consolarla.Veíatantomiedoytristezaensumirada,quenolopodíaresistir.Teníadeseosdemandarlotodoaldiablo.Suprecaución,sussospechas de que tal vez, ella no era lo que él pensaba, lo que diría lagente si veía una relación entre él yAmanda; pero ella saldría tambiénperjudicada. Mástardeella,sehabíacomidogranpartedeldesayunoyéllesonrió. —Asímegusta,buenachica,ahoracuéntameloquesucedió. Amandasepusorojacomolagranayledijodébilmente. —Yo…yonotrabajoenunamultinacional. —Entonces¿Endónde?—Sepreparóparasurespuesta. —Porfavor,noinsistassolotediréquenotrabajoenelsitioque

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tedije. Duncansepreguntabaporquéellanopodíadecirledonde trabajaba,asíquecomenzóaatarcabos;susmoretones,esemiedoahablar,elhechodequesalieracorriendoenlasmañanasparalauniversidadsindesayunar,talvez,sedebíaaquesutrabajoeradenocheynodedía… ¡PorDios!No podía ser posible que esta chica trabajara en un clubnocturno¿Peroquéeraloquelesucedíaquesolosefijabaenmujeresquenoleconvenían?Lamiróunmomento,sucaraexpresabaremordimiento,vergüenzay¿cómono?Talvez,incluso,sevendíaaloshombresenesemaldito lugar.Poresovestía tanbien,apesardeparecermuysencillayseguramentesuautodebíaserúltimomodelo,apesardequehabíaestadoensucasa,esedíanopudoverloporloenfermoquesesentía,peroestabasegurodequedebíaserunmuybuenautoquesudineroganadotodaslasnoches pudiera comprar. Sintió rabia por ser tan estúpido y su actitudcambió. Amandamirósureloj. —Yaesmuytarde,deboirme. —Tiene razón, señorita Charles, pero antes me gustaría

recordarle que sin importar si trabaja de día o de noche, comoaseadoraocomoejecutiva,usteddebetenerlistosesospapelesquelediayer,paramañanaaprimerahora.

Ellasequedópreocupada,preguntándoseelmotivodesucambiorepentino.

—¿Sucedealgo? —Sí, sucede que me equivoqué con usted. No acostumbro a

andarme por las ramas así que le preguntaré algo ¿Trabaja ustedcomoacompañantedehombresoalgunaclasede trabajoparecido?Porque sepa que eso iría contra el reglamento y la moral de launiversidad.

Amanda sequedómuda,no sabíaque responderlede lo sorprendidaqueestabaporsupregunta.¿Quéhabíahechoella,paraqueelpensaradeesaforma? —Noseñor,nosoyprostituta,siesesoloquemepregunta—no

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soportómáslapresiónalaquehabíaestadosometidaenestosdíasyun sollozo salió de suboca antes depoder detenerlo—megano lavidahonradamente,aunquenohasidofácil.Hetenidoquedormiralaintemperie,hetenidoquedormirenmiauto,muchasvecesantesdeencontrar trabajo tuvequecomer sobrasde los restaurantes, algunavez busqué entre la basura ropa y comida, pero nunca, ni por unmomentopenséensalirdemisproblemas,prostituyéndome.

—¡Oh!PorfavorAotroperroconesehueso.Losdossabemosqueloes,yqueseguramentelodisfruta—dejósalirtodosuvenenoysuamarguraporlarabiaquesentíaalversecomounidiotacrédulo,que estaba cegado con ella. Y pensar que estuvo a punto dearriesgarse nuevamente, poniendo incluso su trabajo como profesoren peligro, las mujeres eran todas iguales, engañaban y luego sedeshacían en lágrimas para manipular a los pobres tontos que secruzabanensucamino.

—Metengoqueir—selevantórápidamente. Ellatomódelbrazo,apretándolofuertemente,haciéndoledaño. —Túnovasaningúnlado,primerorespondeamipregunta. —¡Suélteme!Ustednoesnadieparatratarmeasí,nosabenadade

mi vida, lo único que ha hecho es juzgarme y hacerme sentir maldesdequemeconoció—legritóysaliócorriendo,sinimportarlesihabíaalguienescuchándolos.

El solo se levantó para perseguirla, pero se dio cuenta de que habíamucha gente allí y algunosmiraban extrañados.Es mejor dejarlo así—pensó—Sialguiennosviopensaráqueessoloelberrinchedeunaalumnaquequeríaarreglarunanota,peroqueyonolaayudé—sinolohacíadeesamaneraseestaríaarriesgandodemasiadoporalguienquenovalíalapena. Amandallególlorandoalbañoyseencerróenunodeloscubículos.No quería ir a clases, solo quería irse a su casa y no volver más a launiversidad.Sesentíatanhumillada,tantriste…¿Cómoeraposiblequeaellalegustaraunhombretancruel?

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Al poco tiempo salió del baño después de limpiarse un poco.Habíadesistido de la idea de verse bien, porque esosmoretones se veían cadavezpeor.Talvezelmédicoteníarazónydebióhabersequedadoencasaporesedía.Caminóhaciasuauto,pasandoporunodeloscorredoresmásllenos de gente, en la universidad. Se tapó todo lo que pudo el rostro yaceleróelpaso. — ¡Amanda! ¡Amanda!—escuchó que alguien la llamaba, pero

ellanoqueríaquenadielavieraasíquehizocomosinoescuchara. Sintióunamanoensubrazoysediolavueltapesarosa.EraDavid. —Hola¿Nomeescuchabas?Teestaba…¡PorDiosSanto!¿Quéte

sucedió?—ledijoaterradoporcómoseveíasurostro. —HolaDavid—suspirótratandodecalmarsededuzcoquemeveo

bastantemalportureacción—miróhaciaabajo. —Perdóname, es que no pensé verte así ¿Te atacaron saliendo

tarde del trabajo? Te dije que no era buena idea, salir sola a esashoras.

—Síyno.Meatacaroneneltrabajo,estamadrugada. —¿Dentro del trabajo? ¿La policía llegó a ayudarlos o alguien

losllamó? —Sí,DonAlberto,lohizo,peroeneltiempoquedemoraronen

llegar,elloscasiacabanconlacafeteríaysinoesporEnriquitomehubieran…

—OhAmanda,nena,losientotanto—ledijoabrazándola. Ellaseechóalloraralsentirunapersona,talvezlaúnica,queteníaungestodecariñosinceroconella,desdehacíadías.Nosehabíadadocuentade cuánto necesitaba ese abrazo. David la acunaba en sus brazos,diciéndolepalabrasdealiento,luegolehablóaloído. —Vámonosdeaquí¿Quieres? Ellaasintióyélsefueabrazándolaportodoelcaminohastasuauto,protegiéndolademiradas curiosas, cosaque ella agradeció.Ningunodelosdosviolafiguraquelosmirabadelejos,conrabia. LlegaronalautodeAmandayDavidseseparódeella,conrenuencia.

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—¿Yatesientesunpocomejor? —Unpoco—sonrióella,tratandodeocultarcomosesentía. Éllaayudóasubir.¿Estásseguradequepuedesmanejarhastatu

casa? —Sí,notepreocupes. —Yonotengoquedarmásclaseseldíadehoy,siquierespuedo

acompañarte. —No es necesario, creo que llegaré ami casa y descansaré un

poco. David no dijo nada, pero cuando ella se iba a despedir vio con

sorpresacómoélsesubíaporelotrolado. —¿Quéhaces?—lemirósorprendida. —Solo estoy acompañándote a tu casa. Quiero asegurarme que

nadamalotesuceda,tevoyadejarentucasa,segurodequetevasaquedardescansando,peroantesvamosacomprar lasmedicinasquesegurotemandaronparaesahinchazón.

—Deverdadquenotienesquehacerlo. —No voy a aceptar “Peros” — con eso dio por terminado el

asunto. Amanda no tenía fuerzas para discutir y dejó que hiciera lo quequisiera, por un día que dejara que alguien se preocupara por ella, nopasaríanadamalo. —Entonces vamos, no quiero estar unminutomás aquí, por lo

menosnoeldíadehoy. Semarcharonsinotarlafiguraqueloshabíavistodesdeelcorredorcuando estaban abrazados y que ahora miraba con rabia, como semarchabanjuntosenelautodeella. LlegaronacasadeAmanda,unahoradespués.Davidhabíatenidoquemanejarluegodellegaralafarmacia,porqueellasehabíapuestopálida.

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—¿Cómotesientes? —Unpocomejor—ledijotocándoselacara—noséquemepasó.

Quévergüenzacontigo. —Noteafanesporeso,solodescansa,tetraeréaguaparaquete

tomes estas pastillas—le dijo sacando una cajita de la bolsa de lafarmacia.

—Lacocinaesaladerechaysinecesitaselbañoescomotodos,alfondoaladerecha.

Davidsonrió —Lotendrémuyencuenta. —Creo que todo lo que pasaste anoche, es lo que te tiene así.

Cuandoese tipodecosaspasan laadrenalinasedisparay te sientesinvencible,comosinadateafectara,peroluegocuandoelsustopasa,escuandotucuerpopasafactura.

Elmóvilcomenzóasonar,vioqueeraBetty. —¿Puedescontestar tuydecirlequeme llamemás tarde?Solo

quierocerrarlosojosunmomento. —Claro,túdescansa—ladejórecostadaysefueahablaraparte. —¿Hola? —Hola¿David? —SíBetty,soyyo. —¿QuéhacesencasadeAmanda?—ledijounpocobrusca. —Ella se sientemal, parece que ayer semetieron a la cafetería

dondetrabajayunosmoterossequeríanpropasarconella,sinoesporque Enriquito, el cocinero, la ayuda, quien sabe que hubierapasado.

—OhDios,que terrible,no losabía.Quisehablarconellaperocuando me iba a acercar, vi que estaba hablando con el profesorTaylor, llegué tarde y no entré, pero alcancé a ver que ella salíacorriendo, estaba llorando cuando terminó de hablar con él. Estoyseguradequealgomuymalo, tuvoquehaberledicho.Yo la seguí,

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pero no la pude alcanzar y por eso estoy llamando, me quedépreocupada.

—¿PorquéeseprofesorpareceestartaninteresadoenAmanda? —No tengo idea,pero laverdadesqueél siempre laha tratado

mal, por eso me sorprendió mucho cuando le pidió que fueramonitoradelaclase.

DavidsequedópensandoentodoloqueBettyleacababadedecir. —Noséquées loquequiere,perovoyabuscarloenestosdías

parahablarconél.Loquesísé,esqueseguramenteéleslarazónporlaqueAmandallorabahoy,cuandomeencontréconella.

—Es lo más probable. Entonces creo que voy a esperar parallamarladenuevo.Dileporfavorqueestoymuypendienteyque lallamomastarde.

—Seguro, yo le digo—colgó el móvil y se fue a la cocina aservirunvasoconaguaparaella,perocuandollegóestabadormida—sesintióbien,pensandoenqueellaleteníalasuficienteconfianza,comoparadormirseconél, allí, en sucasa.Lediopesar tenerquedespertarla,peropensóqueeralomejor,yaqueteníaquetomarsusmedicamentos.Ellalostomóysevolvióadormir,entoncespensóenhacer algo de almuerzo para que no se quedara con el estómagovacío.Lepreparóunossándwichesdejamónyquesoyunaensalada.Luegollegóhastaelsofánuevamenteylediounbesoenelcabello.Ella ni siquiera se dio por enterada, estaba profunda.David le dejóunanota juntoa lacomiday lepusounacobijaqueencontróensurecamara. Luego de eso, se marchó, tenía algunos pendientes quehacer,peroencuantolosterminara,volvería.

***** Amandaselevantóconfundida. — ¿Qué horas son?—miró el reloj—eran las dos de la tarde,

cuandollegóalacasaeranlasoncedelamañanaysehabíadormido

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casienseguida,asíquellevabamásomenostreshorasdurmiendo.Sesentía mucho mejor, pero estaba como dopada, seguro eran laspastillas.Tratóde levantarsepoco apocoy caminó lentamente a lacocina. Tenía mucha sed. Cuando llegó vio que en la mesita delcomedor había un alto tapado, lo levantó y vio una ensalada y dossándwiches,conunanota.

Siestásviendoesto,esquetehaslevantadoya.Tehedejadoalgodecomida,porquedebesalimentartebien.Elfarmaceutadijoqueesaspastillas eran fuertes para el estómago, así que no dejes de comertetodo. Me tuve que ir porque tenía algunas cosas que hacer, perovolveré apenas me desocupe, para ver como sigues. Descansa, hoypuedespermitírtelo,estoysegurodequenoteesperaneneltrabajo. Unbeso, David. Amandapensó“Cómo se nota que no conoce aDon Alberto, que escapaz de ponernos a vender en la calle con tal de no perder dinero.”Siguiócaminandohastalaneveraysesirvióunvasoconagua,luegosefuealacama,cuandoestabacerrandolosojosnuevamente,llamaronasumóvildenuevo,estavezeraCaro. —Holapreciosa,¿Cómovas? —Tratandodedormiryrecuperarmedelsusto. —Eso está bien, pensé que con lo terca que eres, de repente

estabasenlauniversidad. —Bueno, si quieres que te diga la verdad, si estaba en la

universidad, pero me sentí mal y me tocó devolverme—no queríacontarle laverdada suamiga,ella todavíanosabíanadadequeunprofesorlegustaba.

—¡Quéimprudencia! —Sí,sí,perotranquilízatequeunamigologrótraerme. —¿Unamigo?—preguntóconciertacuriosidadmorbosa. —Sí,unamigoCaro,soloeso. —Oh, bueno, tengo derecho a soñar que conoces a tu príncipe

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azul—ledijoriendo—.Bueno,yhablandodetodo,comoloslocos,penséquetalvezquerríassaberqueestasemanahastaelViernes,lacafeteríavaaestarcerradaporlosarreglosquehayquehacer.

—OH,no. —Amanda,notododebesertrabajo,niña.Tratadesalir,adelantar

trabajosde launiversidad,poner enorden tu casa, si lonecesitasosimplementedescansar.

—Caro,sabesquenecesitocadapesoquemepagaDonAlbertoycada propina que me gano, no es fácil pagar la renta, comida,gasolina,semestresdelauniversidad,libros,tantascosas.

—Losé,amiga,perosonsolotresdíasyyapodrásvolver. —NoCaro, serán cinco días, porque yo no trabajo los fines de

semana,¿Recuerdas? —Ahsí,escierto—ledijopreocupada—.Perosi trabajasenesa

casadericachones,asíquenovasaestarmirandoaltecho,sinhacernadatampoco.

—Es verdad, pero de todas formas las propinas las necesito,porqueconellapagolagasolinayalgodemercado.Bueno,enfin,yaverélaformadesolucionarlo.

—Amanda, no pienses en nada, solo descansa cariño, que parapreocuparte,loquetesobraesvida.

—Sí,esotratarédehacer. —Talvezmepasehoyomañanaportucasa.Mejormañanaenla

tarde.¿Quéteparece?Podemossalirunratoyluegoiralapiscina,yocomprolacerveza,lacarne,yelpan.Lasverdurasyelasadorlospones tú, de esa manera cenaremos unas deliciosas hamburguesasasadasalaparrilla.

—Megustalaidea. —Entonces ya vete a dormir y mañana nos vemos. Un beso—

colgólallamadasinesperaraqueAmandacontestara. Ellasolorióysedispusoadescansarsinpensarennadamás.

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***** Duncannopodíapensardelarabiaquetenía,Amandaeracomotodas,lehizounnumeritoy luegosefuecorriendoa losbrazosdesuamante,porque de seguro ese era el de turno.Él no conocíamuy bien aDavid,porque susmaterias eran de diferentes áreas, pero sí lo veía de vez encuandoenlasaladeprofesoresynoleparecíadel tipoquesemeteconprostitutas,peroélsehabíallevadomuchassorpresasconlagenteaestasalturas de su vida como para saber que se podían ocultar sentimientosnegrosymorbososenelinteriordecadauno. Nosabíaporqueapesardequerersacárseladelacabeza,nopodía.Loúnicoquepensabaeracomopodíaverlayquitarseesasganasqueteníadeella. Seguro no era más que eso, si hablaba con ella y llegaban a unacuerdo, podría tirársela y luego seguir con su vida tranquilamente.Parecíaserdelasquecobrabanalto,peroparasersincero,conesecuerpoyeserostro,lamujerlovalía.Todavíanodejabadeversurostro,cuandoledijoqueno trabajabaenunclubnocturnoyquenoeraprostituta,eratremenda actriz o decía la verdad. Su reacción había sido la de unapersonaqueestabaindignadaporelhechodequelepreguntaranalgoasí,pero todas las pruebas apuntaban a que si lo era. Duncan pensó que nopodíadejarllevarseporsusemocionesnuevamenteyheriraunapersonaquenoselomerecía,poresoledaríaelbeneficiodeladuda.Lallamaríaylediríaquesevieranensucasanuevamenteparahablar.Pensóhacerlodeunavez,peromejoresperaríaaquepasaranunosdías. EnsucasaAmandasedespertóconelsonidodeltimbre,miróelrelojyvioqueeranlascuatrodelatarde.¿Quiénserá?—Sepreguntó—cuandollegoalapuertaobservoporlamirillayvioaDaviddelotrolado.Abrióylovioconunasbolsasenlamano. —Hola —Hola,adelante. Davidsedirigiódeunavezalacocina.

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—Tetrajeunascosasdelsupermercado. —Noteníasquehacerlo,precisamenteteníaqueirenestosdíasa

mercar. —Bueno,entoncesmejor,porqueyanotienesqueir. Amandalesonrío. —Gracias. —Nohaydequé.¿Cómoseguiste? —Mejor,hedormidomuchísimo. —Segurotucuerpolonecesitaba.¿Vistelanotaquetedejé? —Ohsi,muchasgracias,perocomomelahepasadodurmiendo,

noheprobadonada. —Puesnomeirédeaquíhastaquevertecomertodo. David,eresunamor,¿Porquéestástanpendientedemí? —Me gusta hacerlo, siempre he tenido delirio de caballero de

brillantearmadura—bromeó. —Buenocaballero,yodedamisela enapuros tengo soloél “En

apuros”—serió—lodedamiselateloregalo. —Eresunachicavaliente,entonces. Amandanopudoocultarsumiradatriste,alrecordartodoloquehabíatenido que pasar en su vida, solo para que al final alguien le llamaraprostituta. —Sí,enrealidad,losoy. David sabíaque teníaunpasadoduro, que seguroqueríaolvidar.Suactituddecíaagritosqueeraunaluchadora,unamujervalientequenolahabía tenidofácil,peroqueseguíaadelante.Eso legustómuchoyquisopoderacercarseaellayconocerlamás. —No te pongas triste, no podemos hacer nada con nuestro

pasado,perosimuchoconnuestrofuturo. Amandanosabíaqueél,habíahabladoconBettyyqueellahabíavistoal profesor hablando con ella, así que sintió deseos de desahogarse con

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alguien. —¿Sabes?Porlogeneralnomepongotriste,nimegustasentir

pena por mí misma, pero últimamente me han tocado cosas muydurasyhoyalguienmehapreguntadoquesisoyprostituta—todavíaledolíahablardeello, sentía laspalabrasdeDuncancomoafiladashojasdecuchillosensucorazón.

—¿Perdón?—dijoél,confundido. —Como lo oyes, alguien pensó que soy prostituta, solo porque

medavergüenzadecirlequesoycamareraysupoquemitrabajoesen la noche hasta la madrugada. No pudo pensar que hay muchostrabajos en losquepuedes tenerquequedartehasta lamadrugadayluegosalircorriendoalauniversidad,sieresalguienquequieresaliradelante.

—Claroquesí,estoydeacuerdocontigo.¿Quiéneseseimbécil?Y ¿Por qué razón sientes vergüenza de tu trabajo? —le preguntómolesto.

—Noes fácil estar enunauniversidaddondeestudia tantagentecon dinero y decir que eres camarera, de hecho un día fueron a lacafetería dos compañeros de clase y la chica se dedicó a hacermesentirmal,perosobretodoahacermeentenderquenosoydesuclasesocialmientrasélloúnicoquehacíaeracoquetearconmigodelantede su novia.En cuanto a quien es, no sé por quépiensas que es unhombre.

—Sololosé.Esdifícilpensarqueunachicatanhermosacomotú,no tenga alguien en su vida y solo alguien que te intereseverdaderamentepuedehacertesentirtantriste.

—Bueno, laverdad esque sime interesa alguien, pero él no esparamí.

—Belleza,siesehombrenotevalora,solopuedodecirqueesunidiota.

—Bueno,laverdadesqueélnisiquierasabedemiinterésporél. —Yelestáinteresadoenti—lepreguntóconcuidadodenodejar

versusemociones.

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—Avecescreoquesí,peroavecescreoqueno,meconfundeconsuactitud.

—¿Notesientescapazdepreguntarle? —¿Paraqué?Yanovalelapena.Siélpiensaquesoyprostituta,

esmejordejarlodeesaforma. —Amanda,solotedigoalgo—:Siesehombreestanestúpidode

noverloquetieneenfrente,otrosílohará.—ledijopensandoenqueese imbécildeTaylor,no teníani ideade lamujer tansorprendentequeestabadejando ir, aunqueno le extrañabaparanada, el hombreeraarrogante,groseroatalpunto,quenadiehablabamuchoconélenlauniversidad.Élsílaquerría,esachicahabíacaladoprofundoensucorazón,sehabíadedicadoavisitarlavariasvecesendondetrabajabayadorabavercomosedivertíaconsusclientescuando lesservíaacadauno,lesllamabaporsusnombresybromeabaconellos,sabíasitenían esposa e hijos y muchas veces les enviaba caramelos. ¿Quépersona hacía eso en esta época? —pensó—. Si ella le daba laoportunidad,éllaenamoraríaylatrataríamuybien.

—Gracias por tus palabras, necesitaba creer que no todo elmundomevecarademujerdelacalle.

—Porfavor,porsupuestoqueno.Tieneselrostromáshermosoquehevistoenmivida—ledijotocandosubarbilla.

Amandaalzó lamiradayviocomoél seacercabaa su rostro.Sabíaqueibaabesarlaynohizonadapordetenerlo,porqueenelfondodesucorazónqueríasabercómobesaba,ellanosentíalamismaatracciónporDavidqueporDuncan,peroélnoleeraindiferente,eraunhombremuyapuesto; cabello rubio, ojos verdes de mirada intensa pero sincera,pestañas largasque serían la envidiadecualquiermujer, sus labioserandelgados,peromuydeseables,sucuerpoeraatléticoyaquesepasabaunabuena parte de su tiempo surfeando, algo que según él, le encantaba ygraciasaesotambiénteníaunbronceadodeinfarto. —Voyabesarte—ledijotratandodedarlelaoportunidaddeque

sealejara,peroellanolohizo. David probó sus labios en un ligero toque, luego volvió a tomarlosconmásconfianza.Lasaboreabadelicadamente.

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Amanda sintió calor recorriéndola, podía percibir su aroma tanvaronil, algo que no era para nada desagradable. La mano de él fuedeslizándoselentamentehaciasucuello,tocandosuavementeconsudedopulgar, su pulso acelerado. Fue tomando su boca con más avidez,intensificandoelbeso. LasmanosdeAmandatocaronsupechoyloacercaronmásaella,ledevolvió pasión con pasión hasta que algo en su mente le dijo que sedetuviera.Dios¿queestabahaciendo?Davideraunhombreconsiderado,tierno,confiabaenellaylahacíasentirvalorada,peronoeraDuncan,nopodíadarlefalsasilusiones,porquesaldríaherido.Sealejólentamentedeél. —NopodemoshacerestoDavid. —¿Porqué?Hevistoquenotesoyindiferente. —Es cierto, pero sabes que hay alguien más y no puedo

correspondertecomodeseas. —Yo no espero nada Amanda, solo quise besarte, porque he

deseado hacerlo desde que te conocí. Quiero enamorarte, pero noesperoqueseaenseguida.

—Noquieroquesalgasheridodeesto,yodeverdadteveocomootracosa—ledijotratandodequeentendiera.

—Soyunhombre,nounniño.Séen loquemeestoymetiendo,además somos solo buenos amigos, yo nunca te exigiré nada, solotomaréloquetúmequierasdar.

—Ahora no puedo lidiar con esto—le miró confundida. Porahora solo seremos amigos, eso es lo que más necesito en estemomento.

—Estábien—ledijoconsonrisatraviesa—soloamigos. —Gracias.¿Ahorapodemoscomer?Memuerodehambre¿Qué

te parece sí, ya que tu cocinaste para mí, yo hago una sopa demazorca,quemequedadeliciosaycompartimos?

—Suena bien, será sándwich, sopa de mazorca y ensalada—ledijocontento.

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Losdossepusieronmanosalaobraycuandotodoestuvo,cenaronenelcomedorysequedaroncharlandohastalas8delanoche. Luego de que David se fue, Amanda se dirigió a su alcoba a vertelevisiónunratoysedurmió. ***** EnsuoficinaDuncan,nodejabadepensaren loquehabíapasado lanocheanterior,teníaunareuniónenmediahoraysoloqueríasalirdeallívolandoynohablarconnadie.Deprontosuteléfonosonó. —¿Si? —SeñorCharles,CarlaBacci,porlalíneados. —PorDiosLauren,tedijequesillamabaledijerasquenoestoy. —Sí señor, pero ella me dijo que si le decía eso, ella vendría

hastaacáypenséqueeramejorentonces,quehablaraustedconella. Duncansearmódepacienciaylehablóentredientes. —Estábien,yatomolallamada. EsperóunsegundoyescuchólaestruendosavozdeCarla,quealgunavez,lehabíaparecidohermosa. —BuenosdíasDuncan.Hastaquetedignascontestar,amor. —¿Quéesloquequieres? —Nohaynecesidadde ser tangrosero,querido—suvozeraun

ronroneo. —Silahay,asíquesolodimequeesloquequieres. —Estoy en la ciudad por negocios con un canal de televisión y

quieroverte,hacemuchotiempoquenohablamos. —Nocreoquehayanadaquedecir—lehablótajante. —Duncan,amor,séquenomeheportadomuybiencontigo,pero

quierohablar,explicartealgunascosas.Damelaoportunidad.

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—No—solodijoesoycortólacomunicación. Que necio era—pensó Carla. Aunque no quisiera verla, tendría quehacerlo ya que su madre, había organizado una cena para la próximasemanayallítendríaqueverla. Duncan se paseó molesto por la oficina—Por Dios ¿Esa mujer nosabía lo que era el rechazo?—pensó malhumorado. Llevaba mesesllamandoy recibiendounnopor respuesta,peroaúnasí, lobuscaba sindarledescanso.Nolodejabaolvidareseepisodioensuvida. Alguientocólapuerta. —Permiso señor, los inversionistas ya lo esperan en la sala de

juntas. —DilesqueyavoyLauren. Era mejor que dejara de pensar en esa arpía y se dedicara a suempresa. Yaera tardeynadaqueveíaalprofesorTaylor,noquería tenerquedejarlelospapelesensucasa,asíqueloesperaríatodoeltiempoposible. —Buenastardes. —Buenastardesprofesor. —Lamento mucho la tardanza pero se me hizo tarde

solucionandounpequeñoimprevisto. —Nosepreocupe,mitiempoesmucho,asíquelopodíaesperar

—ledijoconsarcasmo. —Meloimaginé. —Aquí tiene sus papeles, espero que todo esté bien—se los

entregóydiolavueltaparairse. —¿Novasaesperaraquelosvea? —Tengouncompromisoyvoyunpocoretrasada. —Oh, sí. Me puedo imaginar, ahora fue él quien habló con

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sarcasmo. Ella ni se inmutó, prefirió no darle importancia, aunque le dolió, loqueinsinuaba. —Entonces,hastaluegoprofesor. —Buenas tardesseñorita,que tengaunaexcelentenoche,porque

meimaginoquehoytrabaja. Ella solo se alejo, sin decirle nada, pero con ganas de darle unabofetada. Cuandollegóasucasa,allíestabaBetty,Caro,Davis,Enriquito,Levi,todoshaciendoalgunatareaensucasa. Enriquito en la cocina preparando la comida con Levi, BettypreparandobebidasconDavid,subiólasescalerasalaazoteayvioaCaroarribafrentealaparrillaasandolashamburguesas.Cuandoellalavio,lallamó. —Hola extraña, te estábamos esperando.Me tomé la libertad de

sacar las llaves dedebajode tumata de rosas.Sabía que ese era elsitiodondelasguardabas.

—Notepreocupes,sinolohacen,hubiéramoscomenzadotardenuestra reunión—le dijo sin disimular su malestar al recordar suúltimoencuentroconDuncan.

—Losientoquerida.¿Tefuemal,verdad? —¿Quétepuedodecir?Elprofesortienesumaneradedecirtelas

cosasparahacertesentirunavilcucaracha. —¡Esosíqueno!Sitengoquehablarconesetipo,loharé,pero

nadievaahacertesentirmal.Túeresunachicabuena,lamejor. Ella pensó que si su amiga, supiera por lomenos la cuarta parte detodoloqueDuncan,lehabíadicho,selohubieracomidovivo. —Enesoestamosdeacuerdo—seescuchóunavozdetrásdeellas.

EraDavid. —Gracias, pero tampoco soy perfecta—dijo suspirando con

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cansancio. —Peroestáscercadeserlo—dijoDavid,guiñándoleunojo. —¿Porquénoteponesalgomáscómodo?Luegovuelvesyme

ayudasconlashamburguesas,mientrasDavidyBettytepreparanundelicioso coctel, de esamanera te empiezas a olvidar de todo y teponesenambiente.

—Mepareceunaexcelenteidea—dijomásanimada. Bajóalapartamentoyentróasucuarto,secambió,solosecolocóunjeanyunablusitaestilocampesino,deencajeyalgodón,conloshombrosdescubiertos,eradecolorrojoyhacíajuegoconunassandalias.Despuéssubiócorriendolasescalerasquellevabanalaazotea,dondeestabanya,todoshaciendolaparrillada. —Déjamedecirtequeestuvistedesuerteconesteapartamento,no

todo el mundo tiene acceso a la azotea y puede hacer allí susparrilladasofiestas—comentóCaro.

—Osimplementebroncearse—dijoBetty. —Sí, muy cierto. Fue un gangazo, el apartamento estaba

abandonado porque los últimos que habían vivido aquí eran unaparejajoven,parecequedrogadictosydejaronelapartamentohechounaporquería,casidestruido;perocuandoledijealdueño,queyolepagaba por el sitio 3 meses por adelantado y que se lo reparabaincluyéndole almuerzo y comida hasta que terminara de hacerlo, acambiodedosmesesmásderenta,elhombreni lopensó,solomedijoquesí,deunavez.

—Quelindo,hicisteunmuybuentrabajo,porquequedóperfecto.Esmuyacogedoryacáarribanisediga.¿CómoseguisteesteestiloLOFT?

Amandaserióalrecordarlo. —¿SeacuerdandelaseñoraDrumond? —Claroque sí, laque siempre llegabaporunpedazodepiede

durazno con una bola de helado de vainilla, con salsa de arequipe,ningunaotrasalsa,doscerezasenlapuntayservidoenplatohondo.

Todasseecharonareír.

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—Esamisma—confirmoAmanda—Pues imagínense,queundíame dijo que tenía una venta de garaje, ya que sus hijos se estabanmudandoyellaseibaparaunodeesossitiosderetiroenlaFloridaparagentedelaterceraedad,asíqueestabavendiéndolotodo.Yomepaséeldíaquemedijoyvicosashermosas,peronoteníadinero,asíqueellamedijoquevieraprimero,quemegustabayqueluegoselomostrara.Yoasílohiceymisorpresafuemayúsculacuandomedijo,que me daría esas cosas, si yo trabajaba los dos días del fin desemana,ayudándolaavenderycuidandodequenoserobarannada.Nopodíacreermisuerteyledijequesí.

—¡Claro!Esefueel findesemanaque ledijisteaDonAlbertoquenopodía irporqueestabasenfermísima,conunavirosis,quetedabamiedocontagiarloaélyalaclientela.

Todosseecharonareír. —Elviejonuncasupoquefueunamentiraparapodertrabajaren

otrolado—dijoCaro,riendo. —Mediopenaconél,Caro,perosi lehubieradicho laverdad,

nuncamehubieradejadohacerlo. —Escierto,meconstaqueDonAlbertovivemáspreocupadopor

suscosasquepor lavidaoproblemasde susempleados—comentóEnriquito,mientrasleponíaelquesoalacarnequeestabaasándose.

¿YquefueexactamenteloqueobtuvistedelaventadegarajedelaseñoraDrumon?—preguntóLevi.

—Fueronvariascosas,elcomedorestiloLuisXVIeradeella,eseme lo regaló y yo la mandé tapizar mueble por mueble hasta quepaguéelúltimo.

—Ohsí,lovialentrarespreciosoyparecenuevo—ledijoLevi. —También mi cama, el biombo de la sala, el mueble donde

pongo lavajillaqueestácercaalcomedory lasalaestiloLofty lamesa de centro a juego, del apartamento de soltero de su hijo.Loscalentadores para el jardín los compré el Wal-Mart, me costaron,peropenséqueledabanuntoqueelegantealaazotea.Lalámparalaconseguíenlabasuradeunaclientaenlascolinasydehechomuchas

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cosaslasheconseguidoasí.Cuandovoydondeellas,measomoalascasascontiguas,nuncaalasdemisclientasporquememoriríadelapena sime agarran en esas, aunqueno esté haciendonadamalo.Sivieran la cantidad de cosas que esa gente vota a la basura, me heencontrado, un televisor plasma, casi en perfecto estado, solo teníadañadoelbotóndeencendido.

—Es cierto, desperdician de todo, no se toman el trabajo deaveriguar si lo que está dañado tiene arreglo—le dijo Enriquitoriendo—yotambiénhagolomismoconmihermanoydeesamanerahemosamobladotodalacasa.

—Tengounamigoquearregladetodo,sellamaVicente.Loquele des, te lo arregla, ya sea una lavadora, una aspiradora, unamáquinadecoser,untelevisor,cualquiercosaynosololosarreglan,sinoqueloslimpiaytelosdejaenperfectoestado,comonuevos.SuhermanoVíctor,hacelomismo,peroconlosmuebles,ellostapizaylos limpia, si son demadera los barniza o les pone laca y cuandosalendeallí,parecensalidosdelalmacén.Cuandoquieranlesdoyelteléfono.

—¡Perodámeloya!Queloestoynecesitando—dijoCaroytodosseecharonareírporlaemociónconlaquehabló.

AmandamiróaDavidunpocoapenada. —Perdona,sequeteparecerádemuymalgustoloquehablamos

aquí. —Para nada, preciosa. Esto solome hace ver la clase demujer

guerrera que eres. Contigo va perfecta la frase de que si te danlimones,hazlimonadayesomeencanta.

Amandasesonrojó. —Todostratamosdesobrevivirenestajungla. —Loveoymegusta. Enriquito tosió y Levi se levantó a vigilar que no se quemaran lashamburguesas. Caro se puso a hablar con Betty, que no hacía más que asentir,observandoaDavid.

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¡Chicos! —Los llamó Enriquito—Ya casi están las mazorcas y lashamburguesas ¿Porqué no bajan un momento y traen el hielo que sequedóenlanevera? —Claro—dijoDavid. Losdosbajaronalacocina,Amandaabriólaneveraycuandolacerróysevolteó,encontróaDavidmuypegadoaella. —Teveshermosaestanoche —Muchasgracias. —¿Cómosiguesdetusheridas? —Yaestoymejor,nomeduelenmucho.SeguíelconsejodeCaro

yaunquehuelaa rayos lesestoyaplicandovinagreconunpequeñoalgodón.

—Oh,sí,esoayuda,aunquenoseaslamáspopularportuolor.—ledijodivertido,luegoacercósurostroalcabellodeella.

—Noteacerques,yatedijequehueloavinagre. —Huelesextraordinariamente—respondióél. —David…nosestánesperandoarriba. —Losé,peroqueríaestarunmomentoasolascontigo—ledijo

sacando algo del bolsillo de su pantalón—. Es una tontería, peroqueríaquelotuvieras—lediounacajitaroja.

— ¡Son preciosos! —exclamó ella, cuando vio los aretes enformadecorazón.

—No es nada elegante o caro, pero son de cuarzo rosado, unapiedraquesegúndicenesparaelamor.

—Gracias,meencantan—loabrazóylediounbesoenlamejilla. David aprovechó y volteó el rostro para que se lo diera en la boca,cosa que sucedió. Cuando sus labios se encontraron, el aprovechó paraahondaresebeso,comenzóaintroducirsulenguademanerajuguetonaenla boca de ella, pero cuando pensó que ella le correspondería, la vioretraerseapenada. —MejornoDavid

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—¿Quepasapreciosa? —Essoloquehoy tengomuchascosasenmimente, tedijeque

soloqueríaquefuéramosamigos… —Está bien, perdóname, es que cuando estoy a tu lado, no me

puedocontener,perorespetarétusdeseos. Ellasabíaqueélnosesentíabien,peroeramejordecirlascosasdesdeantes.Leparecióescucharunruidoyvolteóaverquiénera.SeencontróconlamiradairacundadeBetty. —Estamosesperandoalláarriba,mientrasustedesjueganalpapá

yalamamáaquíabajo. Elcomentariolemolestó,peronodijonada. —Yasubimos. Todos comieron tranquilamente disfrutando de las delicias de lacomidaquepreparabaEnriquito.Charlaronysecontaronanécdotashastabienentradalamadrugada.Cuandoterminaronlimpiarontodoybajaronalavarlosplatos,mientrasotrossecaban,despuésCarollamóuntaxiysefue con Enriquito y Levi, quedando de encontrarse en unos días en eltrabajonuevamente.Bettyquenohabía traídosuauto, se fueconDavid,pero antes le habló muy extraña a Amanda, diciéndole que tal vez, nopodría ayudarla más con la computadora porque le necesitaba paraestudiar y no podía concentrarse si dos personas la utilizaban almismotiempo. Ella solo se limito a decirle que comprendía y que perdonaratodaslasmolestias,porquesabíaquesehabíavueltopesadaconsusvisitastodo el tiempoa su casapara estudiar en su computadora.BettynodijonadasolomediolesonríoysefueenbuscadeDavid,porqueyaeramuytarde. Esa noche después de que todos se habían marchado, se fue a suhabitación, se puso el pijama y encendió la televisión. Se fue quedandodormidahastaqueescuchóeltimbredelteléfono. —BuenasnochesAmanda. Ella se quedóde piedra porqueno esperabaqueDuncan, la llamara,despuésdelaformatanhorribleenlaquelahabíatratado.

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—Buenasnochesprofesor,esunpocotardeparallamaramicasa¿nocree?—ledijocontodoelmalestarquesentíaporloquelehabíadicho.Además si está llamandopara recordarme la revisión de lostrabajos, no tiene de que preocuparse, que así no duerma, se lostendrélistos.

—Enrealidadnoesporesoquellamaba.Yoquieroarreglarestemalentendido.

—Aquí no hubo malos entendidos. Usted me faltó al respetollamándomeprostitutaynoveoporqueserebajaustedahablarconunamujerdepocamoral.

—Yotepregunté,peronotedijequeerasprostituta. —Melodijoyporfavornocreaidiotaosorda,yoestabaallíy

loescuché.Nosé si esasídeprevenidocon todas lasmujeresoessoloconmigo,peronopiensodarlemásoportunidadesdehacermesentir mal. Desde ahora convide otra persona para el puesto demonitora porque yo no puedo seguir quitándole tiempo ni a mítrabajo,niamisestudiosporusted.

—Esaesunadecisiónapresuradaytepidoquelopiensesmejor. —Notengonadaquepensar,simedisculpa,estoyocupada.Hasta

luego—colgólallamada. Duncan que no estaba dispuesto a dejar de verla, decidió ir hasta sucasa.Teníaquequitárselade lacabezayhoyera laoportunidadperfectaparasacarladesusistema.Averiguódondevivíaysesorprendiódequenovivieraenunbuenbarriosinoenunapartamentopequeñoenunazonaapartadadelaciudad.Llegóaledificioyelpisodondeellavivíateníaunaventana con la luz encendiday el restono, en el portero eléctricodecía“Charles-2A”yhabíanotroscuatroapartamentosenesepiso, loquealjuzgarporelsitioylopequeñoqueseveíaeledificio,lohacíapensarqueera un minúsculo apartamento. Timbró y nadie contestó, al poco ratoalguien se asomó a una ventana y supo que era ella. Las luces seencendieron en la ventana de al lado y escuchó una voz en el porteroelectrónico. —¿ErestúDavid?

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—No, soy Duncan—le contestó con rabia, así que David ibacuandoqueríaalapartamentodeella.

Amanda se quedó un momento en silencio, luego el timbre queindicabaquelapuertaestabaabierta,sonó. Duncansubióal2pisoylaencontróenlapuerta. —¿Quéesloquequiere? —No tepuedes retirardelpuestodemonitora,noquieroque te

vayas—su mirada posesiva, la recorrió de pies a cabeza. Amandateníaunpijamadepantalónyblusarosadosconencaje,parecíaseda.Seveíahermosísima.

—Esta no es una hora apropiada para hablar de eso—le dijorabiosa—nomegustaríaquealguiendeledificiopensaraquetraigohombresamiapartamento,aunqueustedloencuentredifícildecreer.

Duncandudaba,seveíatanindignada,queparecíainocentedeverdad.Ellaestabacerradaalaideadehablarconélenesemomentoyelnotuvootraalternativaquemetersealafuerzaenelapartamento,laempujó,perosinhacerledaño. —Oiga,¿Quéhace? —Nomevoydeaquísinhablarcontigo—latomódelbrazocon

unamanoyconlaotracerrólapuertatrasél. — ¿Quién se ha creído usted qué es? Lárguese de mi casa o

gritaretanaltoquetodoeledificioyelbarriosevanaenterar. Antesdequepudiera saberquepasaba,Duncan tomó suboca, enunbesoposesivo.Teníaquecallarantesdequealguienlaoyera.

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Capítulo6 Nosenecesitómásquelaunióndesusbocas,queelligerorocedesuslabios,paraqueambosseprendieranenllamas. Amandalohalódelcabelloparaalejarlo,sumente ledecíaesoperosucuerpopensabadistintoyenlugardeapartarlo,susdedosacariciaronlacabezadeDuncan. Era un beso si barreras, sin límites, el sumergió su lengua en lacalurosabocaconpasiónextrema,mostrandoloqueseríaunaverdaderaunióndesuscuerpos.ParaDuncanlabocadeellaera lomásdulce,quehabía probado. No pudo evitarlo y al tiempo que la besaba, pasó susmanosporsuspechos. Amandagimió,aquellolegustaba,asíqueélsesintiómotivadoadarelpasosiguiente,rozandoconextremasuavidadunodesuspezones,perono aguantó las ganas y bajó su cabeza, para tomarlo con su boca porencimadelapequeñablusadeseda. Amandasesorprendió,peronoloapartóyellatomóporlacinturayla cargó. Instintivamenteella rodeó la cinturadeél, con suspiernas, sinpensarencómosepodíaveresegesto,yaquelaatracciónquesentíaporélylassensacionesaflordepiel,hacíanquesucuerpoardieradedeseo. Duncan la llevó al sofá, la recostó en él y se acostó sobre ella, sindejar de succionar fuerte sus pechos. Una mano traviesa avanzó por lacinturilla del pantalón y tocó la unión de sus piernas, quitando la pocacorduraqueteníaAmandaenesemomento. —OhmiDios

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—¿Quésucede?—preguntoella. —¿Tedepilascompletamente? —Sí—lecontestóconlevesonrojo—¿Temolesta? —Me encanta—le dijo al tiempo que le bajaba el pantalón a lo

largodesusinterminablespiernas. Lamiróporcompleto. —Abreesashermosaspiernas. Ella lo hizo con algo de vergüenza, mientras el poco a poco fuequitándolelaspequeñasbraguitascolorblanco.Lasuavidadqueencontró,lohizodetenerseparaadmirarla,susmanosseposarondeformadelicadasobre la tersa piel, que para él era como terciopelo. La respiración deAmandasedetuvomientrasaquellosdedosexpertosseposabanensusexoyacariciabansuspliegueshastadarconelcentrodesuplacer. —Eres lamujermás hermosa que he visto enmi vida—le dijo

conemociónensusojos—.Esporesoquenopuedosacartedemimente,solopiensodíaynocheenbesarte,entenerteentremisbrazos—jugóconundedosumergiéndoloensusexo.

Amandasintióunplacerinfinito;porunmomentoabriósusojosyloquevioladejósinpalabras,lamiradadeDuncan,estaballenadedeseoyde promesas. Él se sumergió más en su sexo llevándola cada vez amayores alturas, comenzando a provocar en ella un remolino desensaciones en su vientre. Estaba segura de que no aguantaría muchotiempo.Llevadaporelmomentolehabloensusurros. —Duncan…nuncapenséquetusintierasalgopormi—ledijocon

larespiraciónentrecortada. Esopareciósacarlodesuestupor,fuecomosilelanzaranuncubodeaguafría.Éllamiróunmomento,susojosantesllenosdedeseo,ahoralamirabanfríos. —Asíquecreesque tengosentimientospor ti—ledijocon tono

mordaz. Amandalomiróconfundida. —Bueno…yopensé…yocreí…—nosabíaquedecir.

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Vine a tu casa porque deseaba sacarte demimente, demi sistema ypenséquede segurounbuen revolcónayudaría.Perono tehagas falsasesperanzas,¿meentiendes? —¿Quéesloquedices?—preguntóconfundida. —Amanda,nomecreasestúpido.Estatardeviaotroprofesorde

la universidad contigo y de paso, en una actitud bastante cariñosa.Cuando llegué, incluso pensaste que era él, lo que me dice quetambién sabe dónde vives. Estás haciendo tus negocios con losprofesoresyalumnos incautosde launiversidad—se rió.Yoséquetienesunrostrobastantedulce,casiangelical,peropiensoqueesaestumejorcubierta,paraengañaralagente.

—No soy una mujerzuela —le dijo con la mirada perdida,pensandoencómohabíacaídoensutrampa.

—Noloeres—ledijoburlándose,mientraspasabasumiradadeella,hastaellugardondeélteníasumanoensusexo.

Ellasintiócomosiledieranunabofetada,desviólamiradaytratódelevantarse. No encontraba su propia voz, por el dolor que sentía en sucorazón. —Solo…veteporfavor —¿Novasadecirnada? —Tienes razón, soyunamujerzuela, nuncadebí aceptar queme

tocarás. Antes no tenía nada de qué avergonzarme, pero desde quepermitíquelohicieras,estoymássuciaquenunca.

—Nomesalgacontonteríasyconcaras,paraquesientalástimaporti,másbiendimecuantocobras,teaseguroquenosoycomolosotroshombresconlosquehasestadoytepagarébien.

Amandasepusoenpiédeunsalto. —¡Lárgate!—Legritó—¡Malditoseas,lárgatedemicasayno

vuelvas!—llorabaytemblabaalmismotiempo. Duncansesorprendióporsuactitud,paraseralguienquetrabajabaenesoyqueseacostabaconlosprofesoresdelauniversidad,teníabastantedignidad.Unalevedudapasóporsumente,peroenseguidaladesechó.La

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viocolocarseelpantalóndenuevoydarlelaespalda. —Cuandosalga,noquieroverteaquí.Cierralapuertacuandote

vayas—sediolavueltayentróalbaño. Duncan se quedó un rato escuchándola llorar detrás de la puertacerrada,pensandosisehabríaequivocado,perotodoapuntabaaqueellaera culpable.Pensóque lomejor era irseynopensarmásenel asunto,arreglóunpocosuropaysefueasucasa. ***** Amanda estuvo llorando lamayor parte de la noche, sentía sus ojostotalmentehinchados.Noteníaganasdenada¿Paraqué?—pensó.Siellasedesvivíaporsaliradelantesinatropellaralosdemás,sinhacerdañoaotros, trataba de llevar su vida con lamoral que le habían enseñado lasmonjasenelorfanato,perocadavez,eramásdifícil,cadavez,encontrabamasymasobstáculosensuvidayyaestabaaburridadetodoesto.ComopudohabercreídoqueDuncan,laqueríaparaalgoserio,queélsesentíaatraídoporella,cuandoatodasluceseraunhombrecriadoenuncírculocerrado de la sociedad, era un hombre rico, que tenía una carrera porhobby,peroquenolanecesitabaparasaliradelante.Lasmujeresconlasquesegurosalíaneranmodelosymujereshermosas,nocomoella,perosobretodo,eraexitosas.Duncan,teníalasoberbiadelagentedeclasealta,esaquenolespermitealosdemásserpobresysaliradelante,esaquesolocree que para que un pobre tenga éxito, debe dejar de lado sussentimientos y sumoral. Si el supiera que antes, ella solo había tenidovidaíntimaconunhombreyéleraelsegundo,nuncalellamólaatenciónlapromiscuidad,deseabacasarsey tenerniños,pero todoconelhombrecorrecto. Muycansadadeestar tiradaenelpisodelbaño llorando, sepusodepié y salió, para ver que ya no había ni rastro de Duncan “Gracias a

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Dios”Losojosselecerrabanasíqueiríaadormirunpoco,yaqueteníaclasesalasochoymediadelamañana. Aldíasiguientesealistóparairsealauniversidadysevistiólomejorquepudo.Total,yapensabanquesuformadevestirera ladeunamujercondinero,queseganalavidademaneraequivocada.SevistióconunachaquetaDonnaKaran,unablusaamarilladefloresrojas,legginsnegros,sandaliasaltasrojas,todocortesíadesumejoramigaRory.Todalanochehabía deseado lo peor para ese hombre, pero ya no dejaría que unaparecidolapisoteara,noseñor,noledaríaesepoder,ellahabíaluchadomuchoenlavidaparasaliradelanteyporalguienquepensaramaldeella,no iba a echar todos sus sueñospor la borda.Reconocíaquehasta hacedoshorasqueríadejarlauniversidad,perograciasasuamigaRory,quela había llamado para que se encontraran antes de clases, ella habíacambiadodeopinión.Loúnicomaloeratenerqueveralprofesoresedía,yaqueteníaqueentregarlesuspapeles.Sehabíallamadomilvecesidiotaanochepornohabérselosentregadoallímismo.Entodocasoyanohabíanadaquehaceryhoytendríaqueverlelacara. Cuandollegóaclasessededicóaponeratenciónyparticiparenellas.Estabadecididaaserlamejorymantenersupromedioparaganarsubeca.Betty se acercóy le preguntó sobre lo que le había pasado, luego llegóDavisysefueronatomarcaféyrosquilla,mientrashablabanyesperabanquecomenzaransusrespectivasclases. —¿Cómotefuehoyentuclasededibujo? —Muy bien, estamos preparando una pequeña exposición para

estosdías,yalescontaréparaquevayan—comentóanimado. —Seguro, me encantaría ver todo lo que han aprendido tus

alumnos,oestoyconvencidadequeeresumagnificoprofesor. Davidlamiróconternura. —Graciasbelleza,ojalátodospensarancomotú. Amandalomiróextraño. —¿Tehandichoalgo? —No,paranada,pero todos losalumnosnopiensanbellezasde

susprofesores.

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—Esoescierto,nosotrosodiamosaunoenespecial—dijoBetty. Amandaleabriólosojos. —Noesciertoqueloodiemos,loquesucedeesqueelprofesor

delquehablamosesunpocobruscoensuformadehablarydetratarasusalumnos.

—¿Dequéprofesorestánhablando? Bettylesoltóenseguidadequienestabanhablando. —EselprofeCharles —Oh,elprofesorCharles,heescuchadomuchodeél,peronose

preocupen, el hombre es así con todo el mundo, siempre ha sidobastantesoberbioyególatra.

—Bueno, ya no hablemos más de él mejor pensemos en cosasagradables—dijoAmandaconfastidio.

—Pormí,estábien—contestóDavid. —Entoncesvamosunratoaverelpartidoquehayenlacanchade

basquetbol, todavíahaytiempo.Laclasenuestraesenunahoray latuyaesmastarde¿verdadDavid?—preguntóBetty.

DavidasintióyAmandalotomódelamano. —Entoncesvamosadistraernosunrato—sonrió,nosepercatóde

lamiradallenadecelosqueledirigíaBetty. Los días siguientes fueronbastante extraños y desalentadores.En lasmañanasllegabaalauniversidad,sesentabasolaporqueporalgúnmotivoyaBettysiempreteníacosasquehacercuandolepedíaqueseencontraran.Optóentoncesporiralabibliotecayestudiarenlascomputadorasdelauniversidad,perocomonoteníatodoeltiempoparahacerloporqueteníaque irse a su trabajo,muchas veces no lograba estudiarlo todo, así quehacíahastadondepodía,peroyaestabaempezandoabajarsurendimientoen las clases, sobre todo en las del profesorCharles, para su desgracia.David también parecía estar más ocupado que nunca y muchas veceshablabanpor teléfonoperocasinuncaseveían.Loqueparecía irmejorerasutrabajoenlacasadelosArceneau,lagenteleteníamuchocariñoylosseñoreshabíanllegadoundíaylaseñoraEliot,leshabíahabladomuy

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bien de ella y su desempeño, cosa que ellos habían premiado con unpequeño pago extra en fin demes. Estaba emocionada porque entre laspropinas y la ayuda del otro trabajo le faltaba poco para comprar sulaptop,deesamanerayanotendríaquemolestaranadie. Al día siguiente la clase del profesor Charles, comenzaba un pocoatrasada.De repenteel entróy ledijoa todos saquensuscomputadores,haremosunexameneldíadehoyynecesitoquemeloenvíenamicorreoapenas loacaben, todosycadaunode los ejercicios seránhechosen sucomputador en este momento, no más tarde, no mañana y no desde elcomputadordeunamigo.¿Quedaentendido? Amandacasisecaedesusilla.FuecorriendoyseacercóaescritoriodeDuncan. —Profesordisculpe,peroesqueyotodavíanotengomilaptop,

pensaba comprarla precisamente hoy en la tarde. ¿Sería posiblehacerloenotromomento?

—LaseñoritaCharles,quieresabersi sepuedehacerelexamenenotromomento—ledijoenvozaltaatodalaclase.

Todoscomenzaronareírseyaabuchearla. —¿Ustedescuchóloquedijehaceunmomento? —Si,señor,peroesquenotengoendondehacerelexameny… —NadaseñoritaCharles,yofuimuyclaro,alprincipiodeclases,

diciendo que debían tener una computadora porque lamayor partedelcursolaibananecesitar.

AmandamiróasuamigaBettypidiendoayuda,peroellavolteólacarahaciaotrolado.Cabizbajaellalevolvióapedirayudaalprofesor. —Mejorváyase señoritaCharles, estaclasenoesparausted,de

hechodeberíacuestionarsesiestáustedenlacarreraadecuada,tengoentendidoqueyapracticaustedunaprofesión.

Amandasesorprendióporsuspalabrasydiounrespingo. —¿Quierecompartirconnosotrossuprofesión? Loúnicoqueellahizofuemirarlo. —Yosécuálessuprofesión,serióunachicaalfondo.

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Amandasupoenseguidaquese tratabade lanoviadel tipoquehabíamarchadoesanochealacafeteríayquenohabíahechootracosamásquehumillarla. No quiso darle el gusto y salió corriendo, ante la atónitamiradadeDuncan. Esemismodíaenlanoche,Amandalimpiabaelpisodelacafeteríayalgunasmesas,cuandoescuchoelruidodelapuertadelacafetería. EraBetty,queveníaconalgunascompañerasdelauniversidad. —Hola Amanda—ella se sintió morir cuando vio a mas de 8

compañerasdeclases,mirándoladetenidamente. —HolaBetty—contestóavergonzada—Siéntense,yalasatiendo. Todassefueronalamesamáscercanaalapuertaylaesperaronentrerisitasburlonas.Nosabíaqueera loque lehabíahechoaBetty,peronopensabaquefueracapazdehacerlapasarsemejantevergüenza.Seacercóhastadondeestabany ledioacadaunaunmenú.Cadaunapidióalgoyluegoseellasefueaentregarlaorden. Enunmomento,vioqueBettysedirigíaalbañoylasiguió. —¿QuésucedeBetty?—lepreguntóconfundida. —Nosucedenada,es soloquepiensoqueyaeshora,deque le

digasa lagenteen loque trabajas.Noquerrásque loquepiensaelprofesorsealoquepiensetodoelmundo.

—Obvio que no es eso lo que quiero, pero no quería que seenterarandeesamanera.En todocasoestaeraunadecisiónmíanotuya.

—Bueno, ya lo hice, ahora ya no puedes hacer nada, le dijoretándolaconlamirada.

Amandasesorprendióalversumirada. —¿PorquéhascambiadotantoconmigoBetty?¿Hicealgoquete

molestó? Bettyseburló. —No has hecho nada, solo crees que porque no soy tan bonita

como tú, loshombresnomemirarían.Sabías todoeste tiempoque

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Davidmeencantabayaúnasí,losvibesándoseelotrodía. Amandanosupoquedecir,eralaprimeravezqueescuchabaeso. —Oh vaya…eso es inesperado—la miró con tristeza—Te juro

que si lohubiera sabido antes, habríahablado contigo sobre él.Nohubieradejadosiquieraquemebesara,perosabesloqueledije.

—Sí,losé.Elproblemaesqueélyanoquierenadaconmigo,niconnadiequenoseastú.

—Esonoesculpamía,puedohablarconél,siesloquequieres. —Noesnecesario—ledijodandolavuelta,peroantessedetuvo

unmomento—Estamosesperandolacomida—dijocondesdén. Amandahundiósushombros,sintiéndosederrotadaante laactituddesuamiga. —Enseguidaselostraigo. Llegó dondeEnriquito que ya tenía servidos seis de los ocho platosquehabíanpedidoenlamesadeBetty. —¿Pasaalgo? —No,nada. —¿Noestuamiga,esadeallí? —Sí,aunqueparecequeyanoloes. Enriquitolamiróunmomentoconpesar. —Losiento,amiga. —Nohayrollo,tampocoesqueunapersonacomoBettyvayaa

serlamejoramigadeunamesera. —Amandaesachicatienesuertedehaberteconocido,perosino

quiereestarmáscontigo,tampocoleruegues,tueresunachicamuyvaliosa.

—Graciasamigo. —Aquí tienes seis hamburguesas, 1 ensalada, unos burritos, 4

porcionesdepapasalafrancesay8refrescosdecola. —GraciasEnriquito,yalosllevo.

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Cuandollegóalamesa,todasesperabanriendo. —¡Estosevedelicioso!—dijeronaltiempo,cuandovieronque

llegabalacomida. Amanda sonrió y le dijo—:Estoy segura de que les gustarámucho.AquívendemoslasmejoreshamburguesasyburritosdeLosÁngeles.Laschicaslaobservarondepiesacabeza. —¿Quésesientetrabajaraquíyluegoirarelacionarsecongente

como nosotras en la universidad?—preguntó de forma inesperadauna de las chicas—Quiero decir que para ti debe ser toda unaaventura estudiar al lado de hijos e hijas de empresarios, actores,escritoreseinclusoexpresidentes.

Amandaseentristeció,erademasiadoesperarqueellaslaaceptaranasícomoasí. —Para mí, todos ustedes son normales, personas comunes y

corrientes. Ustedes son solo mis compañeros de clase—le dijo altiempoqueleservíaacadaunasucomida.

—Pero es que alguien que ha vivido en un orfa…—la chica noterminólafrase.

Amanda miró a Betty con tristeza. ¿Cómo pudo contarles esapartetanprivadadesuvida?

—Lespidodisculpas,yavuelvoconlosotrospedidosquetengoenlacocina.SefueconlágrimasenlosojosyllegódondeEnriquito.

Él,alverlaasí,sepreocupó. —¿Quépasacariño? —¿PodríasdecirleaLevi,quemecubraunmomento? —Claro.Solodimesiestásbien. Ella solo asintió y se fue corriendo al baño. Allí lloró mucho porhaber confiado enBetty, por no tener dinero para una laptop desde quehabíacomenzadosusemestre,paranotenerquepasarpormomentostandesagradablescomoeldeesatarde,llorópornotenerasuspadresynopoder desahogarse con ellos y sentir que a alguien verdaderamente leimportabaloqueaellalesucedía.Estabatancansadadelahumillación,de

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soñar en cosas que nunca llegarían y se preguntó, si tal vez, no seríamejorsalirsedelauniversidad,ahoraquesolollevabaunsemestrepagoyaunqueesedinerolonecesitaba,seríamuchopeorsiesperabaatenerquepagar los otros semestres y que de pronto en alguno de ellos, se dieracuentadequenopodíacontinuarconesetrendegastos.Habíaahorrado,peronolosuficienteparaunacomputadora,elsemestre,libros,ademásdelos gastos de siempre como la renta, gasolina, comida, luz, agua, sinsumarleloquesacabatodoslosmesesparalasmonjitasdelorfanato.Talvez,lossueñosnosehacíanrealidadtanprontocomoellapensaba. Despuésdeestarunratoallí,se limpióel rostro, losojosy lanariz,que era lo que la delataba y por lo que todo elmundo sabía que habíaestadollorando,cuandonotóquetodoestababienysalió. Cuandopasócercadeunamesadondehabíaunafamiliacondosniñosqueparecíanun terremoto, laqueparecía ser lamadrede los chicos, lallamó. — ¡Señorita! Mi hijo ha derramado toda la soda en el piso y

cuandomeheinclinadoparalimpiar,semeregadoelcaféenelpisotambién—ledijoconcaradevergüenza.

—No se preocupe, yo la ayudo—se inclinó con un trapo yempezó a limpiar el piso de rodillas, luego se levantó a buscar eltrapero.Enesemomentose llevóunasorpresaalverqueunrostrobastanteconocido.Perobueno¿esquetodoelmundosehabíapuestodeacuerdopara ir aamargarle la vidaa su sitiode trabajo?¿QuehacíaelprofesorCharlesallí?

—Buenas noches —dijo la mujer que estaba a su lado—nosgustaría una mesa que estuviera lo más alejada del ruido, si esposible,porfavor.

Lamujererahermosa,defaccionesfinas,rubia,deojosgrises,labiosrojoscomolagranayunrostrodemuñecacolormarfil.Sucuerpoeraelde una modelo, muy alto y elegante. Estaba vestida con un diseñocostosísimodealgúndiseñadorfamoso,teníaunashermosassandaliasdetacónmuyalto,quelahacíanvertodavíamásaltadeloqueyaerayaúnasí,Duncanlellevabaunacabeza. —Querida,¿Mehasescuchado?

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—Sí,señorita.Conmuchogustoledarélamesamásapartadaquetenemos.Sígameporfavor.

SentíalamiradadeDuncantaladrarla,peroniunsolomomentoquisodarle el gusto de mirarlo. Los llevó al final donde casi no se percibíaruido,perolamesaestabamuycercadelacocina. —¿Estoeslomejorquetienen? —Por favorCarla,noestamosenun restaurantecincoestrellas,

essolounacafetería. Lamujerlomiróunmomentoyluegoasintió. —Estábien,querido. Amanda no sabía que él tuviera novia, pero tampoco se lo habíapreguntado.Ledoliósaberquenoeralaúnicaalaquetocabaylehabíadichopalabrashermosas. —Señoritatráiganosporfavor,doscafés—pidióél. —Enseguidaselostraigo.¿Deseanalgomás? Lamujerseburlo. —Puessinosdijeranloquetienenenelmenú,podríamosdecirte

loquequeremos. Seoyeronunasrisitasqueveníandeadelante. —Quemalservicioeldeestacafetería—dijoBetty. Amandasololamiróconcaradepocosamigos. —Mequejaréconeldueño—volvióahablar. —Perdonen,aquíestáelmenú—dijoAmanda. Duncanlamirabaynopodíacreer.Lahabía juzgadoterriblementeyella no le había dicho ni una sola palabra ¿Por qué? ¿Tanta vergüenzasentíaquelagentesupieraquetrabajabacomomeseraenunacafetería? Cuando volvió traía una jarra de café y se los sirvió, pero sumanotemblabaporlosnerviosyunodelosniñosquejugabanenesemomentoa correr uno detrás del otro, pasaron empujándola y haciendo quederramaraelcaféenelfinovestidodelaacompañantedeDuncan.

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— ¡Estúpida! ¿Qué has hecho? Esto es un Valentino —le dijoiracunda—.Nitodounañodetrabajoenestesuciocuchitril,podríapagarunodeestos—señalósuvestido.

—Carlacálmate,nofuesuintencióncomopuedesver. — ¿Qué pasa aquí? —preguntó Don Alberto que apareció de

repente. —¿Esustedeldueñodeestesitio? —Sí,señorita. —Puessuempleadaaquípresente,acabadearruinarmivestido.

Esperoqueporlomenosladespida,eslomínimoquepuedehacer—dijoindignada.

Amandaasustadacomenzóatemblaryhablarrápido. —Don Alberto, no fue culpa mía, lo que sucedió es que los

niños… Amanda he tenido suficiente de ti, siempre estás como en las nubes,llegasconsueñoatrabajar,yanotequedasahacerlalimpiezahastatardedespuésdetuhoradesalidaytodoeltiempollegastarde.Nocreasquenomedoycuentadequetuscompañerastecubren. Duncansoloescuchabalalistadequejasdelhombrequesolopodíansignificar que ella hacía sumejor esfuerzo para quedar bien en los doslados,peroquecontodoyloquesacrificaba,eltipodevidaquellevaba,leestabapasandofacturaasucuerpo.Elpodíaversusojerasyladelgadeza través de su uniforme. Escuchó también las risas de las chicas queestabansentadasenlamesamásadelanteypudoreconoceravariasdesuclase, entre ellas a Betty, la que se suponía era una buena amiga deAmanda, pero que en esemomento se burlaba delmomento que estabapasando.Lamiróseveramenteylachicaqueestabamuertadelarisaconsusamigas,inmediatamentesecallólaboca. —Lo siento Don Alberto, le prometo que no vuelve a suceder,

pero por favor, nome despida—le rogó rompiéndole el corazón aDuncan.Ensurostroseveíalaangustiadepensarenquelaecharandesutrabajo.

—Dimealgo,sinotedespido¿Cómovasapagarleelvestidoala

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señorita? —Nosepreocupe,yopagaréelvestidodelaseñoritayporfavor

hagamoscomosinadahubierapasado,asínotendráquedespediralaseñoritaCharles.

—¿Cómosabessuapellido? —Porque es alumna mía en la universidad—le contestó casi

perdiendolapaciencia. Lamujerselevantó —Vaya…pero que bajos estándares tiene la universidad hoy en

día. AmandasoloagachólacabezaydiolasgraciasaDuncanyaDon

Alberto. —Porfavor,nosevayan,lesprepararéelmejorplatodelacasa

sinningúncostoylediréaotrapersonaquelosatienda. —¡No!Quieroqueellanosatienda. —¡YabastaCarla!Ellanoteatenderá—legritódejándolaconla

bocaabierta.LuegosedirigióaDonAlberto—.Muchasgracias,peronosotrosnosvamos,talvezenotraocasión.

—Muybienseñor,disculpetodaslasmolestias. Duncan se levantó y ayudó a Carla, a hacer lo mismo. Los dos sefueronyDonAlbertosequedóallímirandoaAmanda. —Estás a prueba Amanda. Si estas semanas llegas tarde, te vas

tempranooveoqueno cumples con tu trabajode alguna forma, tedespediré¿Entiendes?

—Sí,DonAlberto—ledijoellaexhaustayderrotada. —Ahorarecogetodoestedesordenysiguetrabajando. Ellasediolavueltaysefueporlascosasdeaseo,paralimpiartodo.Cuandoterminópasaronporenfrentedeellalaschicasdelauniversidad,que ya habían pagado y se acercaron a ella solo para burlarse un pocomás. —Quebiennoslapasamoshoy.¿Quiénseibaaimaginardetodo

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loquenosenteraríamosestedía?—dijolamásodiosa.Bettysololamiróunmomentoysiguióhacialasalida.

CuandotodossalieronAmandapensóqueesaeralarazónporlaquenosebuscabaamigos,esonuncateníaunbuenfinal.SolosuamigaRoryy Caro habían sido buena y sinceras con ella. Era mejor así, mientrasmenosgenteensucorazón,menostendríaquesufrir. ***** Duncanmanejabalomásrápidoquepodía,necesitabasacaresamujerdesuauto,loteníaaburridocontantaquejadera. —Pero¿hasvistocomomehadejadoelvestido?Obviamenteuna

mujercomoesa,notieneniideadeloqueesunValentinoyporlovistosujefetampoco,sinolahubieraechadoalacalle,queeraloquemerecía.

Llevamos15minutosdehabersalidodeallíytodoloquehashechoesquejartedeesedesafortunadoaccidente.¡Déjaloya! —Nopuedodejarloporqueesunvestidocarísimo. —¿Acasonotehedichoquetevoyacomprarunonuevo? —¿Yesoquequieredecir?¿Mevasaperdonar? —Quieredecirexactamenteeso,quetevoyacomprarunvestido

igualomejorqueeseyluegovasadesaparecerdemividatanrápidocomolohicistelaúltimavez¿Hesidoclaro?

Ellahizounpuchero. —Noséporque insistesen tratarmedeesa forma,cuandosabes

que loúnicoquehehechoesamarteysimeequivoqué, tú tambiéntuvisteculpaeesto,porquemedejabassolapormuchotiempoynomeatendíaslosuficiente.

Duncan frenó el auto tan fuerte que casi se van por una cuneta.

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Afortunadamentenohabíagenteaesahoraenlacarretera. —¿Ytúteníasqueirarefugiartealosbrazosdemimejoramigo

comounaperraencelo? —Nomeofendas —Noquerida,noteofendo—ledijoconsarcasmo—.Ofenderte

seríadecirtequeeresunazorradespreciable,unadesgraciadaquemeteníatanciegoquenoeracapazdevermásalládemisnarices,peroqueahoraestoytanhartodelasmujerescomotú,quenotesoportonisiquieraenmiauto,asíquetevoyadejartiradaaquíenmediodela noche y a ver a quien le abres las piernas para que te lleve deregresoatucasa,cosaquemeimagino,noserádifícilporqueestásmásqueacostumbradaahacerloparaobtenerloquequieres.

—¿Cómoteatreves? —Meatrevoytú,teaguantas. Llegaron a su edificio y la dejó enfrente, para no tener siquiera quesubirhastasuapartamento,quedeseguroeraloqueellaquería. —Por lomenos entra conmigo al apartamento, creoquehemos

dejadocosasinconclusas. —Todo está dicho ——, estoy seguro que desde aquí ya nada

malotevaapasar. —Porfavor,amor. —Nosoytuamor,ahorasaldelauto. —Has cambiado tantoDuncan, solías ser un hombre de buenos

sentimientosycaballero. —Noquerida,loquesucedeesquesololasdamassemerecenese

tratoytúteencargastedequeyopiensequeyatúnoloeres. —Como tu digas querido, no te molestaré más —le dijo

aparentandopesar—Quetengasunabuenavida. —AdiósCarla—sefuedejándolaallíenelandén. Ellasonrió,élpensabaqueselibrabadeella,peroahoracuandoélnoqueríanada,escuandomásatractivoteníaeljuegoparaellaynoseloiba

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adejaraningunaotramujer.Duncaneraparaellayparanadiemás. Duncan miraba la oscura calle que conducía a la cafetería dondetrabajabaAmanda,entrelacharlaconCarlaenelautomientrasladejabaydevolverse nuevamente había pasado un buen tiempo y ya eran las 4 ymediadelamañana.Seestacionóenelparqueadero,peronopudoverladesde allí y no se atrevía a entrar porque podía traerle problemas aAmanda.Todavíamientrasesperabaverla,pensabaen lo tontoquehabíasidopensandoqueellasededicabaaotracosa.Comoesquenopudoverladulzura en su rostro, esa inocenciaque solo tienen las chicas, quenohanvividoelmundocomosilohabíahechoCarlayotrasmujeresconlasquehabíasalido.Lomásimportanteerasaber¿Porquéellanolosacódesu error? ¿Por qué no le dijo que trabajaba allí? Se sintió todo unmiserablealverlatiradaenesepisolimpiando,surostroerademiedoyde vergüenza. ¿Qué le había pasado que ya no confiaba en los sereshumanos y juzgaba tan duramente a una chica que solo trataba de saliradelante?Derepenteescuchóunruidoenlaparte deatrásysebajódelcarroaverqueera,pensóqueestabadesuertecuandolaviotratandodemeterunabolsadebasuradosvecesmásgrandequeella,enlosvagonesmetálicos para los desperdicios, el quiso ayudarla pero vio que se lasarreglaba bien sola y seguramente él no era la persona que ella másdeseaba ver en ese momento. Le enterneció observar como al final debotar la basura, sacaba un paquete de su bolsillo y cuando lo abría,comenzaba a hacer ruiditos extraños hasta que tres pequeños gaticossalierondesuesconditecorriendohastadondeellaestaba.Ella sonrióytodoesehorriblecallejónmalolienteparecióiluminarse,cuandolohizo.Los gaticos maullaban y ella les daba algo que tenía en la bolsa, muyseguramente restosde comidao carne,quedevorabancomosi fueraunmanjar.Ellasonreíaylosacariciaba. —Holachicos.¿Leshicefalta,verdad?—lesdijoalimentándolos

—.Hoyustedestambiénmehanhechomuchafalta,consuscariñosymimos—sequedóunmomentoensilencio—avecescreoquesonlosúnicosenestemundoquemequierensinpretensiones.BuenoCaro,RoryyEnriquitotambiénsonespecialesconmigo,perotodostienensusvidaspropiasynopuedenestarpensandoenayudarme.Aychicos

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¿quevoyahacer?Sontantosproblemas,quesilohubierasabido,mehubieraquedadocomoloquesoy;unaignorantemesera,queseganalavidacomopuededesusueldo,delaspropinasydelimpiarcasasajenas—dijoconlavozestrangulada.

Duncan trataba de ver desde lo lejos que se encontraba, pero nodivisabamucho.Viocomounodelosgatitostratósesubirseasuregazo,cuando ella estaba inclinada dándoles comida. Parecía estar limpiandoalgodesusojos¿Estaría llorando?Tratódemoversede laposición tanincómodaqueteníaysinquererhizoruido.Amandainmediatamentealzólacabezaylovio. —¿Quéhaceustedaquí? Duncanalzólasmanosenseñalderendición —Noestoyaquíparadiscutir,soloqueríahablarcontigo. —¿Dequepodemoshablarustedyyo?Ahhsi,semeolvidaba,

demi tarifa de prostituta. ¿Todavía está interesado?—sus brazos alosladosylasmanoscerradasenpuños,hablabandelorabiosaqueestaba.

—Ahora soy “usted”—le reclamó molesto— ¿Porqué no medijiste,Amanda?

—¿Porqué?¿Serádeprontoporqueustednoesnadamíoynotengoquerendirlecuentademisactos?¿Otalvezporquéustednuncamediolaoportunidad?

—Lo siento tanto, siento haberte juzgado de ese modo, sientohabertehechoperdereseexamen,siento…

—¡Nomás!Noquierodisculpas.Noselashepedido.Aléjesedemí, que yome alejaré de usted. ¿Sabe? De repente hasta le doy elgusto de largarme de la universidad. De todas formas usted se haencargadodedañarmipromedioenestassemanasyyanohayformadequepuedarecuperarme,perosuestocadafinalfuehoy,cuandounamujerconmibajamoral,seatrevióapedirleayuda,adecirlequenotenía ahorrado todo pero que hoymismo iba a comprar la dichosalaptop para poder rendir en mis clases, cosa que usted aprovechóparahundirmeaúnmás.

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—Podemosarreglarlo. —No me interesa, profesor. Solo váyase y no me traiga más

problemas, este empleo es todo lo que tengo y si no trabajo, nocomo,nipagomisobligaciones.

—¡Amanda!—lallamóDonAlbertoenesemomento. Ellarodólosojos. —Ya entro, estoy botando la basura —le contestó gritando

también. —No me voy a apartar, sé que no hice las cosas bien, pero

tenemosquehablar.Talveztepuedoayudar… — ¡Dije que no! —le gritó mientras tomaba los gaticos y los

llevabaasuescondite.Luegolomirócomounzapatoyentróporlapuertatrasera,delacafetería.

Duncansequedóallí solo,enesaoscuridad,pensandoenalgúnplanparaqueellavolvieraaconfiar. A la mañana siguiente Amanda estaba retrasada para ir a launiversidad,nohabíapodidosaliralahoraquequeríaporculpadeDonAlberto, que le había dicho que tenía que ayudarlo con unas mesasmientrasqueCarollegabaporquehoyestabaenelmédicotemprano.Supoese día que no llegaría a la primera clase y con suerte llegaría a lasegunda.Bueno no había nada que hacer porque si no ayudaba y se ibatemprano,entoncessequedaríasintrabajoynopodíadarseeselujo. —Holadulce.¿Porquénotehasido? —Nohepodido,yatecontaréloquemepasóayeryDonAlberto,

amenazóconecharmealacalle,sinoayudoenlacafeteríadespuésdemihorariodetrabajo.

—Bien,entonces,cuéntamemañana,perohoyvetecorriendoatuuniversidad.Yalediréalgo,simepreguntaporti.

Amanda salió corriendo en su auto para llegar a tiempo. Mientrasconducíanohacíamásquepensaren la ideadecomprar la laptop,perotambién se decía que si no alcanzaba el promedio, no podría seguir y

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entonces habría perdido el dinero del computador, el dinero de lamatricula,mastodoloquehabíainvertidoenestaideadeestudiar.Tantodineroquehubiera servidopara ayudar a loshuérfanosoparahacer supropionegociocomoyahabíapensadoantes.Noimportaalgotendríaquesalirysinoeralauniversidad,nosedaríagolpesdepecho,simplementeaprenderíadesuserroresydejaríadeponersemetastanaltas. Cuandollegóaclase,yaestaban terminandoynoseatrevióaentrar.EraprecisamentelaclasedelprofesorDuncan,asíqueyasabíaqueteníaotro ceropara su colección.Noera amigadenadie así quenimododepedirprestadolosapuntesyaveriguardequésetratabalaclase.EnotromomentohubierapodidopedirleasuamigaBetty,peroahora,ellanolaqueríaniver.Mirósuhorarioyvioqueteníaotraclaseenunahora,asíque se fuea suautoyallí sepusoa esperar, escuchandomúsica.Se fuequedandodormiday en algúnmomento sintióque le tocaban la ventanadelladodelpasajero,miróasustadaaverquiénera. —¿Puedoentrar?—ledijoseñalandoelsegurodelapuerta. Élrodólosojosyleabrió. —Antes de que diga algo, ya sé, que me puso un cero por no

asistir a su clase y la verdad es que no perderé mi tiempo conexcusas,nolleguéatiempoporquenopude—estabacansadadetenerquedarexplicacionesydedisculparseporcadacosaquelesalíamalsinsersuculpa.Hoydeseabaquetodoelmundosefueraalamierda.

—Nohedichonada,soloqueríaversiestabasbien,notéquenoestabasenclase.Notehepuestoningúnceroysoloquierohablar.

—Nohaynadaquehablarprofesor,solodéjemetranquila—miróelrelojyvioquefaltabanquinceminutosparasuclase.

— ¿Puedo llamarte o ir a tu casa?No pienso darle a nadie esepuestodemonitora—lesonrió.

Ellanoledevolviólasonrisa. —Metengoqueiraclases. —Nosaldrédeesteautohastaquenomedigassipuedollamarte

oiratucasa. —Entonces quédese allí y aguántese el calor que hace.Amí no

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me van a robar este carro viejo. Hasta luego, profesor—sacó sumaletín y las llaves del auto y se fue, dejándolo allí con cara deasombro.

Amandasededicóacumplirconcadaunadesusclasesycuandosalióde laúltimapasópor lacafeteríadondevioaBettyhablandoconDavidmuyanimadamente.Alverla,losdosdejarondehablaryDavidseacercóasaludarla. —Holacariño¿Cómohasestado? —Bien,graciasDavid. —Quieres tomar algo con nosotros, estamos comiendo papas

fritasconmayonesaycocacola. —ElladeseguronoquiereDavid,acuérdatedequetodoslosdía

ve lo mismo y no creo que quiera practicar a ser mesera en lacafeteríatampoco.

—OyeBetty,¿Quéesloquetepasa? —Amí,nada.Solodigo loqueparamí, esunhecho.Elladebe

estarcansadadelascafeterías. —No te preocupes David, de hecho, ya me iba. Llámame para

vernosenestosdías—ledijomirandoaBetty,asabiendasdequeellaseretorcíadecelos.

—Claro,preciosa. Saliócorriendoasuautoyloencontróbiencerradoconlasventanasarriba y todo normal. Por lo menos Duncan, había sido considerado yhabía dejado todo bien antes de salir del auto. Salió para su casa adescansarantesdequefueranlahoradevolveraltrabajo,peroantesdebíapasarporelsupermercadoycompraralgunascosas.

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Capítulo7 Llegóalsupermercado, tomóuncarritoysefue acompraralgodeleche,huevos,queso,jamónyverduras. —Conesobastaríapor lopronto—pensó.Trataríadehacerdos

comidaseneldíaynocomerenlanoche,amenosquesinqueDonAlberto se diera cuenta,Enriquito le preparara algo para comer enlasnochesquetrabajabaenlacafetería.Teníaquehacerqueeldinerolerindieraporquecomoestabanlascosasnosabíasiibaaseguirono,eneltrabajo,muchomenosenlauniversidad.

Yaensucasa,sepreparóalgodecomerymientraslohacíanodejabadepensar enDuncany su insistenciaporhablar con ella.No ledaría laoportunidad, después de que la había tratado de esa forma, el tenía queaprender a respetar a la gente. Era un hombre insufrible, amargado,creídoyprejuicioso,estabafuriosaconél.¿Aquiéndiablosengaño?Lodetesto,perotambiénsientocosasporél,quenuncasentípornadie.Dios,¿Qué voy a hacer? Tengo que alejarme de alguien así, porque lo másseguroesquemehagasufrir,mejordicho,yamehahechosufrir. Terminódeprepararselacomidaysefueasucuarto.Mientrascomíase puso a ver televisión un rato y habló con su amigaCaro. Cuando lecontótodoloquehabíasucedidoconBetty,ellanolopodíacreer. —Dios,esachicatandulce,tantímida¿Quélesucedió? —No lo sé, Caro, pero presiento que son celos y de los que

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puedenmatar.Ella cree que yo tengo algo conDavid o que quieroconquistarlo,peronadaestámáslejosdelarealidad.

—Yalosé,cariño.Túsololovescomounbuenamigo,aunqueyoopinoque si ledierasunaoportunidad,podrías tenerunabonitarelaciónyaprenderaquererlo.

—NoCaro,yosoloquieroestarsola,comosiempre.Oúnicoquemeinteresaesterminarmisestudiosysaliradelante,peroparecequelavidanoestádeacuerdo,conloqueyoquiero.

—Poco a poco, hija. Las cosas no son inmediatas, espera a verqué sucede, cálmate y piensa bien las cosas. No tomes decisionesapresuradas,comoelsalirtedelauniversidad.

—EsquesontantascosasCaro,tantasdecepciones… —Amanda,dimealgobebé¿Estássufriendoporunhombre?¿Te

gustaalguien? —Hayalguien,peroesprofesorCaro,y laverdadesqueesun

hombreextraño,queunasvecesestábienyotrasmal,tienemuymalgenioydepasocreequesoyprostituta—ledijocontristeza.

—¿Quées loque acabasdedecir? ¡Enestemomentomevas adecirquiénesesehijodeputa!

—No,amiga.Estoesalgoquetengoqueresolveryosola,elmeencantaquees lopeorde todo,esapuesto, tansegurodesímismo,meencantacuandometoca,cuandomebesa…

—¿Esqueyahanllegadotanlejos? —Casi,peronopasónada. —Puesnopudoser“nada”desdequesuspirasporelhombre. —Lo que importa es que ya no podemos tener ningún tipo de

relación. —Bueno, querida, lo único que puedo decirte es que trates de

seguiradelanteyqueteolvidesdeél,porqueunhombrecomoelquemepintas,notemerece,enabsoluto.

—Losé,peroaúnasí,aunquemicabezamegritalomismotodoel tiempo, mi corazón dice otra cosa. La verdad es que no hemos

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pasado tantas cosas como para que yo me sienta enamorada, perodefinitivamente hay química entre los dos y por alguna razón mesientoobsesionadaconél.

—Aveces sucede, hay hombres que nos pegan duro en nuestrolibido,dímeloamí.

Amanda rió, su amiga era de las que disfrutaban mucho del sexoopuestoyencadarelaciónsehabíasentidoprofundamenteenamorada. —Bueno,tevoyadejarporquequieroqueduermasantesdeira

trabajar. —No te voy a contradecir, lo necesito urgentemente, nos

hablamosmañana. —Estábienminiña,adiós. Mástarde,5horasmástarde,eraelmomentodearreglarseparairalacafetería y dejar la lavadora funcionando, cosa que había olvidado porcompletohacer, cuando llegóde la universidad.Dejó todoordenado, secambióy se fue al trabajo, pero cuál no sería su sorpresa cuandovio aDuncan sentado en una de lasmesas de la cafetería al llegar. Ella hizocasoomisoysedirigióalbañoaponerseeluniforme,conlaesperanzade que él se fuera. Pasó un buen rato en el baño tratando de calmar sudesbocado corazón, pero nada la ayudaba. Salió entonces decidida adecirle unas cuantas cosas y a acusarlo de acoso, si era necesario. Elproblema fue, que al salir vio a su jefe, sirviendo comida enunade lasmesas y supo que si no se apresuraba a hacer lo mismo, estaría enproblemas. —Amanda, por favor atiende la mesa cuatro—le pidió Don

Albertoenuntonodemasiadojovial. —Si,señor—miródereojolamesadondeestabaDuncanylovio

alzando la cabeza sobre el periódico, que supuestamente leía; laobservaba, pero cuando se vio descubierto, bajó el rostro y actuócomosileyeraelperiódico.

—¡Amanda!

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—Sí,DonAlberto,yavoy. Duncanlamirabaatenderalosclientesysedeleitabaensuandar,ensu cuerpo perfecto y le encantaba la forma en la que hablaba con laspersonas. Los niños jugaban con ella y las personasmayores le hacíanbromas. Le causaba ternura ver como cuando sus clientes preferidosentraban,lamirabanconafectoyella,yasabíaloquequeríandesdeantesdequesesentaranyvieranelmenú,asíqueselosmandabaaprepararylesllevabaalgunagalletaespecialdelrestaurante,mientrasesperaban.Sepreguntabacomounachicaasí,podíaestar todavía soltera, cuando teníatantascualidadesyademáshermosura.Teníaqueirse,peronopodíadejardeverla,inclusoahoraconlacaradepocosamigosquelehacíacadavezquelovolteabaamirar. —Señorita —vio a un hombre corpulento llamarla—. ¿Puede

traermeunpocodecafé? —Conmuchogusto. Cuandoseacercó,eltipocomenzóacoquetearyapreguntarlecosas.Elnopodíaescucharbienporqueestabancomoadosmesasde ladeél,pero la actitud del tipo lo decía todo.No iba a permitir que la siguieramolestando,asíquelallamó. —Señorita—ellavolteó—¿Podríatraeréunpocomásdecaféa

mítambién? Amandalomiró,comosidesearaenesemomento,tenerunarma. —Unmomento,porfavor—siguióhablandoconeltipo. —Umm, señorita—ella volteó nuevamente—. Es que tengo un

pocodeprisa. Ella se disculpó con el hombre, que lomiró con rabia y se dirigióhaciaDuncan,paraservirleelcafé.Lentamenteseacercóycuandoestuvofrenteaél,ledijosuavementeyconunacaramuydulce—:¿Quédiabloshaceustedaquí? Duncantuvoquereírse,alversuactitud. —Este es un país libre y no sabía que no podía venir a esta

cafetería.

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—Usted puede ir a la cafetería que quiera, pero no seguirme yacosarme.¿Sabequepodríademandarloporacoso?

—Preciosa, loúnicoquequieroesarreglar lascosas,noquieroquetesientasmalpormiculpa.

—Bien, entonces todo está arreglado. Solo váyase y déjemetrabajartranquila.

—¿Quédiría tu jefe, si supiera lomalqueme tratas?Recuerdaquehemoshechomuybuenaamistaddesdeelpequeñoincidentequetuvimos.

Ellalomiróindignada. —Hagaloquequiera. Cuando se alejó, el sintió pesar, quería estar con ella más tiempo,hablarle,peroparecíaqueesachicaeraunhuesoduroderoer.Estuvounratomásobservándolayluegoselevantódelamesa,pagóyledejóunamuybuenapropina. Amandanotócuandoélselevantódelamesa,supoqueseibaysintióensucorazónalivioyalmismotiempoalgodetristeza.¡No!Nopensaríamás en él, eramejor que semantuviera bien lejos y la dejara tranquila.Fuealamesadondeélhabíaestado,pararecogerlosplatosylimpiarla.Miróeldineroynotóque lapropinaera realmentegenerosa,habíaunaservilletaconalgoescrito“Mevoy,peronotehagasilusiones,megustasdemasiadoparadejarteir”¿Quéibaahacerconesehombre?Nopodríaolvidarlosielinsistíaenbuscarlaydejarlenotascomoesa.Ellaeraunamujerdedetallesyesetipodecosasleencantaban,peroaúnasí,nopodíadejar de pensar en las horribles palabras que le había dicho, cuandoestuvieronapuntodehacerelamor. Losdíasfueronpasandoyaunquesiempreloveíaenclase,nuncadabapiéparatenerunaconversaciónycadavezquelaclaseterminaba,salíalomás rápido que podía, para no tener que hablar con él y siempre quellegabaacasalaesperabauninmensoramodeflores,muchasvecesella

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noestabapararecibirlo,asíquesuvecina,eraquienfirmabaporellosycuando ella llegaba, se los entregaba con una gran sonrisa. Eran florespreciosa, siempre acompañadas de chocolates, peluches, un Ipod ocualquier excentricidadque se leocurriera,undía incluso le regalódospequeñospericosmulticolores, que se la pasabanbesándose todo el día.Nuncacolocabaunatarjetaconsunombre,peroellasabíaquelasfloreserandeél,demaneraquemientasnolastimarananadie,ellalasaceptaba,sindarlelasgraciashastaqueundíallegóunhermosoygigantearreglodefloresprimaverales,muydistintode losquesiempreenviaba.Juntoaestehabíaunacajadeuntamañosospechosoyalabrirlasediocuentadequeeraunapequeñanotebook.Casisemueredelafelicidad,perocuandolo pensómejor, sintió rabia, porque pensó que era una forma sucia delimpiarse laconciencia,unaformadesentirsemejorpor todas lascosasque lehabíadicho.Ellanoolvidaríaque laconsiderabaunamujerzuela,demaneraquesaliócomolocaensuautoyrecorriótodoellargocaminodesucasaaladeDuncan,soloparatirarleenlacabezasuregalo. Cuando llegó a su casa, tocó el timbre y una pequeña cámara laenfocó,paraluegoabrirlarejaydejarlapasar.Estacionósuautoylovioenlaentradadelacasa,esperándola. Ella se fue acercando y a medida que lo hacía, le iba gritando susverdades. —¿Cómoteatreves?¿Quiéntehascreídoqueeres?Túamí,no

mecomprasconunportátil. —Vaya, buenas noches Amanda, por lo menos hemos hecho

progresos.Yanometratasdeusted. —No me cambies el tema, quiero que me dejes en paz ¿Me

entendiste? —¿Porquénopasasyhablamosadentro?Haceunabrisahelada

aquíafueraynoquisieraque teenfermaras—ledijocuandola tuvounpocomáscerca.

Ella entró como un tornado, vociferando y Duncan solo pudoagradecer a todos sus ángeles cerca, que la chica estuviera tanmolesta,paranodarsecuentadequehabíacaídoenlatrampa.Ahoraestabaensuterritorioytendríaqueescucharlo,asínoquisiera.

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—No quiero que sigas enviando flores, no quiero seguir conesto…

—Solocállate—ledijoélylabesó. Ellani siquiera lovioacercarse, solo sintió subocaposeerla.Enunmomentoelhabíaestadoescuchándolayenelotrosimplementeselanzósobre ella. Lo peor era que Amanda lo disfrutaba, en ningúnmomentopensó en detenerlo. Su beso era apasionado y castigador al principio,luegofuehaciéndosemássuavecuandosulenguaentródellenoenella,incitándolaaabrirseaél.Concadaincursión,ellasentíaqueseacercabanmásymás. De repente ella sintió que la neblina en la que estaba, comenzaba adisiparse.Susmanoscomollevadasporotrapersona,comenzaronatocarsu pecho, sintiendo susmúsculos. Duncan gimió de gusto y comenzó atocarsuespalda,rozandosuavementeladelicadapielyluegosintiéndosemás audaz, comenzó a tocar el contorno de sus pechos hasta llegar alpezón. Sus dedos jugando e incitándola, apretando el pequeñobotón, yaduroycontraídocomounapiedraporlaexcitación. El deseo se disparó completamente dentro de Amanda y sintió sucuerpoestremecersedeanticipación.Deseabaquelatocaramásyconvidapropia suscaderascomenzaronamoversehaciaél, rozándosecontra suevidente erección. El cuerpo de Duncan respondió a la invitación,inmediatamenteypresionósumiembrohaciasuhúmedocalor. —Quierohacerteelamor. —Sí…—fuetodoloquerespondióella,deunamaneralánguida,

casi sin fuerzas.Yeso fue todo loqueélnecesitópor respuesta.Laalzósuavementeensusbrazosysubiólasescalerashastallegarasuhabitación.Llevó supreciosa cargahasta la camay allí la depositócongentileza,mientraslabesaba.

Amandapareciódarsecuentaeesemomentodeloquesucedíaytratódealejarse,sinembargoporencimadetodo,sentíalainmensaternuraconlaquelatrataba,labesabacondeseoyellasesintióhermosaporcausaresareacciónenunhombre.

—Amanda…—la cubría de besos, apasionados y urgentes, el

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mentón,labarbilla,lacomisuradeloslabios.EllaSentíasuspezonesduros, su aliento era rápido y cálido. Deseaba tocarlo y que él latocaraentodosucuerpo.

DuncanDeslizóunamanoporsucostado,sintiósuestremecimientoy

oyósugemido.Sefrotócontrasusexolentayprofundamente,unayotravez. Deseaba ahogarse en esa fricción, en la sensual sensación que leprovocabasucuerpoabriéndoseaél.

Él emitió un gemido sordo y se quedó quieto al sentir el calor queprovenía de entre susmuslos. Sabía que estaba excitada y eso lo estabavolviendoloco.

Amanda no dejaba de alzar las caderas para restregarse contra él,excitándose y excitándolo. La besó, la chupó y succionó con hambre.Amandaloestaballevandoallímite,ynisiquieralahabíatocadoaún.

Sucamisetalomolestaba,asíqueselaquitóenunrápidomovimiento.Necesitabatocarlaentera,hacerlasuyadeinmediato.Amandaseremovióparaayudarlo,permitiendolapijamasubieraencimadesucintura.Queríasalirdetodasuropa.

Luego él se desabrochó los botones de su camisa hasta que puedosentir,elcalordesucuerpo.Despuésllevólamanodenuevoasusmuslos.Besólasuavepieldesussenosconlabocaabiertayhúmeda,jugóconsuspezonesyempezóachupar,aintroducirloensuboca,acariciándoloconla lengua y mordisqueándolo suavemente, mientras percibía como ellasalíadesuspantalones.Cuandonohabíanadaentreellos,laacaricióensucarnehúmeda.

Sugemidodeplacercasilovuelvelocoydeslizólosdedossobrelosrizos húmedos y resbaladizos. Introdujo un dedo en su interior y casienseguidaañadióotrotratandodeensancharla,pueshabíanotadoqueeraunpocoestrecha.

Inició un ritmo suave y ella, jadeando, empezó a moverse con él.Encontrósupuntomássensible,sucarnepalpitanteyesapequeñaperladecarneendurecidamientrasseguíasuccionandosupezón.Amandasepusorígidaderepenteygritódebidoalclímax.

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Su delicado cuerpo se estremeció, su rostro se tenso de placer. Losojos entrecerrados, los labios abiertos, y esos hermosos sonidos desatisfacciónquesalíandesuboca...Erahermosayenesemomentosoloquisobesarlaaúnmás.Absorbiendosuplacerconlaboca.

—Eres sorprendente mi preciosa Amanda—le dijo sonriendo,mientras en su cabeza, solo pensaba que era muy afortunado portenersemejantemujerardientesoloparaél

—¿Deverdadlocrees?

—Telojuro.

Sus senos seguían subiendo y bajando y el latido de su corazón

tronabacontrasupecho.Sabíaquenopodríaaguantarmás,asíquesacóuncondóndesusbolsillos ysequitóelpantalón,mientraslamiradadeAmandalorecorríaporentero.

Necesitaba estar en su interior de inmediato, sentirla apretar sumiembroyrodearloconsucalor.Alzólasrodillasconlasmanos,abriósuspiernasyempujóhaciasu interior.Estabaapretadaymuyhúmeda…Lentamente, lo recibió centímetro a centímetro, la suavidad de ellaacogiendo toda su dureza.Duncan trató de controlarse,mientras ella loagarrabadeloshombros,sosteniéndose.

—Así,nena—tomóaireyempezóamoverse.

Amandasemovióconél,apretándolo.Éllabesóydeslizólasmanosporsuespaldayalzósutrasero.Suscariciaslotentabanyhacíanañicossufuerzadevoluntad,queríadurarmásparaella,peroentoncesapretó losmuslos y sollozó, y su calor lo rodeó por completo, olvidó cualquieresfuerzoporcontrolarseyllegóalclímaxconunrugidoprofundo.

Luego de unos minutos de estar sobre ella, se alzó y la miró unmomento. Sus ojos cerrados y una hermosa sonrisa se dibujaba en suboca.

—¿Dequéteríes?—preguntóelsonriendotambién.

—Deloqueacabadesuceder.

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—Sifueraunhombreinseguro,mesentiríainsultado.

—Notendríasporquehacerlo.Estofuealgofueradeestemundo—ledijoabriendosusojos—jamásmehabíasentidoasí.

—Amanda,cariño,yoquierohacertesentirasísiempre.

—Siempre…—repitió ella, saboreando elmomento—esa es una

palabrapeligrosa.

—Noloes—afirmóél.

—Nohacemuchotiempoquenosconocemos—comentóella.

Éllabesó.

—Tedeseodemasiado,creoquedesdequetevi,porprimeravez—ellaseestremecióyéllaacaricióenlamejilla—.

—Esteesunmomentoperfecto,podríaestarasíporsiempre.

—Umm, creo que yo también puedo—sonrió y se colocó a un

lado de ella, para luego abrazarla—Quiero hacerte el amor toda lanoche.

—¿Creesquepuedas?

—Cariño,soloesperaunosminutosyestarélistoparaelpróximo

round y esta vez lo haremos despacio. Quiero que disfrutes cadaminutodeestanoche.

AlamañanasiguienteAmandasedespertóconelruidodeuncarroysediolavueltaparaverqueDuncanyanoestabaconellaenlacama. ¿Dónde estará? —Se preguntó— ¿me habrá dejado?—se levantódespacio,sucuerpodolía,peroeraunasensaciónagradable,despuésdelanoche que había tenido con él. Jamás se imaginó que estar con otrapersonafueratanpasional,tancercanoysorprendente.Porlogeneralensus relaciones lascosasnohabíanpasadode ser tan solo sexo, luegoelchico o ella se iban, sin promesas o largos discursos. No es que ella

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tuvieramuchaexperienciaconloshombres,perosihabíasalidoconunoscuantos,esperandoquelaranaseconvirtieraenpríncipe,algoquenuncapasó.Sedirigióhacialaventanaquedabaalapiscina,peronolovio,demaneraquebuscósuropa,peronoencontrabasubrassier,nisusjeans,asíquebuscóenelarmarioyencontrócamisetasenormesqueprobablementele llegarían a las rodillas “Esto servirá por ahora”—pensó. Bajó lasescalerasytampocolovio,peroderepenteseencontróconunanotaenlamesitacercadelapuerta“Tuvequesalirtemprano,peroregresopronto,notevayas”Amandasonrió,pensóqueélsimplementenopodíaevitarsermandón, aunque le preocupó lo desprendido de la nota, no había unapalabradecariñooporlomenosalgoquedijeraquelahabíapasadobienesa noche. Sintió cierta aprehensión. ¿Y si llega diciéndome cosashorribles,comolaúltimavez? LapuertadelaentradaseabrióderepenteyvioaDuncan,queveníaconunasbolsasconcomprasdelsupermercado. —Hola—suenormesonrisaladesarmó. —Hola—le contestó un poco apenada de que la viera con una

camisetasuya,puestaencima—Perdonaqueestéusandotucamiseta,peroesquenoencontrabamiropa.

—Notepreocupes—ledijoacercándoseaella—.¿Estásbien? —Sí,sí—titubeóunpoco. —Entonces,dameunbeso—noesperóaqueellaselodierayla

tomó por la cintura para tomar su boca con deseo. Ella se apretócontra él, deleitándose en las sensaciones que recorrían su cuerpo,cadavezqueDuncanlatocabadealgunamanera.

—Eresdeliciosa—ledijoal terminarelbeso—.Anoche, lapasémuybien—ledijotocandosucuelloconapenasunrocedesusdedos,perodeunamaneratansuaveytanhipnótica,queellaserelajóporcompleto.

—Yotambién,teníamuchotiempoquenolapasabatanbien. —Mealegrasaberlo,preciosa—laabrazófuerteylacargóhasta

que su rostroquedó frente al suyoy susmiradas se encontraron—.Graciasporhacermesentirdenuevo.

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Sumiradaeratantiernaenesemomento,queellacasiestuvoapuntodejurarqueesenoeraDuncan.Aunqueenrealidadsintiótranquilidadporesas palabras, solo hasta esemomento se dio cuenta de lo nerviosa queestabaporlaideadequeélnoquisieravolveraverla.Todavíateníasusdudassobreelcambiodemaneradepensardeél. —¿Enquepiensas? —Ennada—respondiórápidamente. —Estáspreocupadaporalgo,puedoverlo. —Ya no—decidió cambiar el tema—. ¿Por qué nome invitas a

desayunar?Memuerodehambre. —EsoseñoritaCharles,esexactamenteloquepiensohacerahora

mismo. Te prepararé mi receta especial de huevos rancheros conbastantetocinoymaíz.¿Tegustanlastostadasconmiel?

—Meencantan—ledijoentusiasmada. —Entonces, tu solo siéntate en la mesa del comedor y déjame

prepararteeldesayuno. —Prefieroquedarmeaquícontigoyvertepreparareldesayuno. —Estábien,susdeseos,sonórdenesparamí. Ella rió y se acercó tímidamente para darle un beso. Él en cambió,apenassintiósuslabioscontralossuyos,ladevoróyapretósusmanosensu trasero. La levantó y la llevó a lamesa auxiliar de la cocina, dondesiguióbesándola,tocándola,hastaquesumanocomenzóahurgardebajodelacamiseta,dondesabíaqueellanollevabanada.Tocósuavementesuspechos.Amandagimióyélmotivadoporello,subiólacamisetahastaqueselaquitóyellaquedócompletamentedesnudafrenteaél.LamiradadeDuncaneraoscura,comoladeundepredador,yalmirarsuspechos,selanzósobreelloscomounhombrehambrientoyloschupóunayotravezhastaqueellasintiósuorgasmollegarrápidamente. Amandaocultósurostroenelcuellodeél. —Losiento —¿Porqué? —Porquenoteesperé…esdecir,tuno…

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—Eso habría sido embarazoso, teniendo en cuenta que llevopantalones—rió—Cariño—le dijo divertido—No te preocupes poreso.Esto solo fue el comienzo, tendremos tiempodehacermuchascosas—laabrazó.

—¿Yanopiensasmaldemí? ElrostrodeDuncansepusoserio. —No—lerespondiósecamenteylediolaespalda. Amanda se sintiómal y enseguida se bajodedonde estaba, busco lacamisetayselacolocórápidamente. —Será mejor que me vaya, ya es tarde —dijo tratando de

disimularsumalestar. —Espera,Amanda.Notevayas,noesloquepiensas. —Duncan, tununcadejarásdepensarmaldemíyyonoquiero

pasármelatodoeltiempotratandodedemostrartequenosoyloquepiensas,porqueesomehacemuchodaño.

—Notendrásquehacerlo—latomódelamano—Teloprometo. —Entonces¿Quéesloquesucede? —Mesientoculpableportodoloquepensédeti,túeresunachica

inocente, de buenos sentimientos y yome dejé llevar pormimalaexperienciaconmiexesposa.Losientomucho,perdóname.

Amandaloabrazó,luegolomiródirectamentealosojos. —¿Meprometesquenuncamásvasapensarmaldemí? Duncanobservóesoshermososojosgrises,queparecíantansinceros. —Teloprometo,nena—lecontestó,sellandosupromesaconun

largobeso. Derepenteelestómagodeellasonóruidosamenteyambosseecharonareír. —Teprepararéeldesayuno. — ¡Por favor! Tengo tanta hambre que me comería una vaca

entera.

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—Es bueno saber que tienes apetito, he notado que a veces nocomesbien.

Duncan no podía dejar de reprocharle eso, sencillamente se sentíaposesivoconella,aunquenopudieraentenderlarazón,yaqueapenasseconocían. Amanda se sentó a esperar que el hiciera el desayuno ymientras loobservabaconfascinación.Eraunhombretanapuesto.Estabadeespaldasen ese momento, así que ella pudo ver por largo rato, ese traseroglorioso.Enalgúnmomentoélvolteóylapillómirando. —¿Vesalgoqueteguste? Amandasepusorojacomountomateyserió—Talvez. —Meencantaelsonidodeturisa—ledijomirándolafijamente. —Nuncamelohabíandicho Elseencogiódehombros —Talvezseráporquecasinuncateríes. —Yosimerió, loquepasaesquemiprofesornomecaíamuy

bienynomehabíadadomuchosmotivosparasonreírlehastaahora. —Esonovolveráapasar,deahoraenadelantetevoyacaermás

que bien—la besó fugazmente y se alejó para servirle en un plato,luegolopusodelantedeellayAmandanopudoevitarabrirlosojosdesmesuradamente.

—¿Quépasa?¿Notegusta? —Bueno…la verdad es que se ve delicioso, pero yo no como

tanto. —Esoesalgoquepiensocambiar,corazón. —Noquierorodar,enlugardecaminar. —Tefaltamuchoparaeso,créeme.Ahora,porquénocomemosy

luegosalimosunratoalaplaya¿Teparece? Amandasonrió—meencantalaidea.

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Caminaron un largo rato y los dos estaban felices de disfrutar eltiempojuntos.Derepenteellarecordóalgo. —Tengoqueirme. —¿Porqué? —Tengoquetrabajarydebopasarpormicasaprimero. —¿Quieresqueteacompañe? —Bueno…siquieresvenir,nomevoyaoponer—sonrió. LlegaronacasadeAmanda —¿Aquehorastrabajas? —Entroalas11delanoche. —¿Yentoncesporqueestamosaquíaestashoras?Sonapenaslas

6delatarde. —Si,peronecesitolavarmiropayasearunpocoelapartamento. —Estarásmuycansadacuandolleguelahoradeirte. —Seguramente,peroesalgoquedebohacer. —Tevoyaayudar. —¡No!Notienesquehacernada,yopuedo —Voyabarreralmenos,¿dondetienesunaescoba? Ellalomiróestupefacta¿Sabesbarrer? —Por supuesto que sé hacerlo, ¿crees que por vivir donde lo

hago,noséhacernada?—serió. —Laverdadmetomadesorpresa,peromeparecealgobueno. —Deberías estar descansando para un turno tan pesado, me

imaginoquecuandosales,deallívasalauniversidad. —Esloquehagonormalmentedelunesaviernes. —¿YporquehoySábadoestashaciéndolo? Nopodíadecirlequenecesitabaeldinerodesesperadamente, así

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quelemintió. —Una compañera me pidió que a reemplazara porque su bebé

estáenfermo. —Entiendo—lamiróunsegundo—¿Quévasahacermañana? —Tambiéntrabajo. —PorDiosAmanda¿cuandodescansas? —Lo hago los Sábados por lo general, pero como tengo que

hacerlodelauniversidadyestudiarporloexámenes,muchasvecesnodescanso.—ledijocomosinofueranada.

—Esonoestábien,muñeca.Debesdescansarparapoderrendirentutrabajoylauniversidad.

—Losé,losé,perotalvezmásadelantelohaga. —Yopuedoayudarparaquedescansesahora—lediounbeso. —Gracias—contestóconmovida—nadiehabíahechoalgoasípor

mí. —Nohaydequecariño.Ahora,manosalaobra.Limpiarontodo,

Duncan se dedicó a la sala, el comedor y la cocina. Ella se puso alavar la ropa, organizó su alcoba y lavó el baño. Cuando salíaprecisamente de asear el baño, lo vio limpiando losmuebles de lasala.Pensabaen lodistintoqueeraélahoraque lascosassehabíanarreglado entre los dos. Su carácter egocéntrico y huraño, ya noestabaallí.Ahoraporfinconocíasusonrisa.Susojosbrillabanyseveíangentilescuandoanteslosopacabanlairaylosprejuicios.

Secomportabaatentoyprotectorconella,algoquenopensóver. —¿Sucedealgo?—lepreguntópillándolamientrasloobservaba. —Noesnada.Solopensabaenloquemequedaporhacer. —¿Esmucho? —Notanto,esunapartamentopequeño,porloquenohaymucho

quehacerle,peromeencantatenerloorganizado. —Pormiparte,yaterminé. —Yotambién,solodebocolgarlaropaparaquesesequeylisto.

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—¿Quéhorasson? —Lasochoymedia. —¿Porquénodescansasunrato?Unahoraalmenosyluegote

sigohastaeltrabajo,deallísigoamicasa. —Nocreoquealcance. —Claroquesi,vamosatucuartoynosrecostamosunratoentu

cama,cuandofalteunahora,tedespierto. Ellaleacaricióelrostro—Eresmuylindoconmigo. —Menacehacerlo,nena.Ahoravamosadescansarunpoco. LosdossefueronalacamaysequedaronviendotelevisiónhastaqueAmandaalos10minutosestabadormida,Duncansequedóacariciándolelaespaldahastamuchodespués,observándoladormir.Unahoramástardese levantó, se cambióy se fue en su auto seguidaporDuncan, que soloqueríaasegurarsequellegarabien. Cuandollegaron,sedespidieronyquedarondehablaraldíasiguientealsalirdeltrabajo. ****** EntróalacafeteríayvioaLevyatendiendolasmesas. —Amanda ¡Qué bueno que llegaste! Hoy parece que todo el

mundo vino a comer. ¡Ay perdón!No te he saludado—la abrazó—¿Cómoestáspreciosa?

—Bien, tratandode trabajarencualquier tiempo libreque tengocomo puedes ver—rodó los ojos—ya no tengo vida propia, solotrabajoytrabajo.

—Dímeloamí.Tengoquepagar lamatrículadelcolegiodemi

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hijo y aunque las propinas han sido buenas, no logro reunir eldinero, de manera que todo lo que hago es sacar trabajos en mishoraslibres.

—Bueno,esperemosquetodosearregleprontoparalosdos. —Esperoquesi,linda. —¿DonAlbertoyallegó? —Siestáenlapartedeatrás. —Entonces, me cambio rápido y vengo a ayudarte—se fue

corriendo. EnesemomentollegóDonAlberto —Muchacha,penséquenovendrías. —DonAlberto, por supuesto que iba a venir, lo hablamos por

teléfono¿Nolorecuerda? Pero como últimamente, estás tan cambiada. Traes problemas altrabajo,estásestudiandoyyaerestú,laqueescogeelhorario… Amanda se quedó callada, eramejor no contestarle, lo único que élqueríaeraaburrirla,paraqueellarenunciara,peronoledaríaelgusto.EnCambiosededicóairdemesaenmesasirviendocomidasyhablandoconlosclientesconocidos.Nodejaríaquelearruinaraeldía,lahabíapasadomuybienconDuncan.Sesentíaflotandoenunanubeyesoledabaánimosparatrabajartodalanochealladodeeseogro.

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Capítulo8 Aldía siguientea las sietede lamañana,casinopodíaconsuspies,peroletocabatrabajarenlacasadelosArceneau. Gracias aDios solo erahasta las cuatromáximocincode la tardeyluegodeesopodríadormirhastapor lomenosmediodíadel luneso talvez no. En realidad no estaba segura de dejar la universidad. Si no lohacía,ellunesalas8delamañanatendríaqueestarallá. Se dirigió a su auto ymanejó hasta su apartamento. Allí se arreglóparairsedenuevo.LlegóalamansiónyentróparahablarconlaseñoraEliot. —Buenosdías,Amanda. —Buenosdías,señoraEliot —Comotehabrásdadocuentaya,hoyestamosuntantoatareados. —Si, puede ver en la entrada varios carros de servicio de

banquetes. —Los señores están aquí y quieren hacer una reunión, quieren

celebrar la llegada de su otro hijo, que viene de Suráfrica con suesposaysubebéqueeselprimernietodelafamilia.

—¿Vienenmuchaspersonas? —Comounastreintapersonas,algomuyíntimo. Amandacasiseríeconsupercepcióndeíntimo. —Necesitarétodatuayuda. Amandapensóenlocansadaquesesentíaytuvomiedodenodar latalla,realmentenosabíasipodríallegarhastaelfinaldeldíayunevento

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comoesos, siempredurabanmucho,por logeneral,ochoonuevede lanocheohastaquelosinvitadosseiban.Luegoalosdelserviciolestocabalapartedura,despuésdeservir,debíanlimpiartodoydejarloreluciente. —Sé que vienes de tu otro trabajo, por eso le pedí a las otras

chicasquesequedaranhastamastardeytusoloayudarásaarreglartodo,paracuandovenganlosinvitados,tequedarásunratoayudandoaservirlasbebidasyteirásalamismahoradesiempre.

—Muchasgracias,señora. —Nohaydequemuchacha,nopodríapedirtemasconesacarade

cansancioquetraes.Debesdescansarmás. —Loharé,loprometo. —Bien—ledijosatisfechapor la respuesta—Ahoranecesitoque

subas a las habitaciones y las arregles junto conClara.Quiero quetodoestéimpecable.

—Yamismo,mepongoeneso—salióacolocarseeluniforme. Cuando llegóa lahabitacióndeunode loshijosde losdueñosde lacasa,sonrióalverlacoleccióndecarritosminiaturas.Loshombresnuncadejabandeserniños—pensó. Mirólascoleccionesdecarritosydetrenesquehabíaenelcuartodeuno de ellos. Los limpió, los organizó tratando de pensar en cómo severíaeldueñodesusjuguetes. Seguro,losdoshermanos,seríanchicosalegresqueteníandetodoensuinfancia.Notendríanniideadelaspenuriasquepasabanloschicosqueno tenían nada, que crecían sin el dinero de un padre o de una madre.Seguro tuvieron la mejor educación y al salir de la escuela,inmediatamente escogieronunacarrera sabiendoqueno importaría cualfuera,suspadreslopagaríantodo. Siguiócaminandoyviounosretratos.Seacercóaellosyviolafotodedoschicosabrazadosycadaunoconungranpezenlasmanos.Estabanconropadepescayhabíaunhombreconcaradeorgullodetrásdeellos.Elhombreseparecíaalchico,porloqueseimaginóqueerasupadre.Aestasalturas,noconocíaalosdueñosdelacasa,todohabíasidoatravésde la señoraEliot.Hoypor fin, losconocería.Siguiómirando la fotoy

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unodelosmuchachosselehizoconocido,peropensóqueeraimposible,puesellanuncahabíapisadoesacasaosehabíarelacionadoconesagentetan importante. Salió de la habitación, limpió la siguiente, pero en esemomentoveníaClara. —HolaAmanda,notevillegar—lasaludósonriente. —HolaClara¿Cómohasestado? Bien,mispadresestánen laciudad,asíqueestoymuycontenta,

hacíatiemponoloveía. —Quebueno,mealegromuchoporti,meimaginoquetumamá

teestáconsintiendomucho. —Muchísimoymehacaídodeperlas,porqueheestadorefriada

enestosdíasysinganasdelevantarmedelacama,asíqueellamehahecho todos los remedios que se le han ocurrido y ya me sientomejor.Yavesquetampocopodíadecirquenoveníahoy,necesitoeltrabajoylaseñoraTayloresmuybuenapersona,peromuyexigenteconelcumplimientodeloshorarios.

—Si, ya lo sé—la miró con pesar—Los que trabajamos pornecesidadnuncapodemosdecirno.

Clara—le dio unamirada de resignación—tienes razón. Bueno,nosvemosmastarde.Voyalimpiarlaotrahabitación.

—No,notepreocupes,yolimpioesaytumejorvasconlaseñoraEliotqueparecequetenecesitaabajo.

—¿Estássegura? —Segura,mejorbajaqueyasabesquetodolegustadeinmediato. —Sí, es verdad.—dijo riendo al tiempo que se alejaba por las

escaleras. Cuando llegó al primerpiso.Estabaunaparejahablandocon la

señoraEliot. —Oh Amanda—la llamó apenas la vio—Aquí estás. Quiero

presentartealosseñores. Amandalosmiróunmomento.Lamujerladetallódepiesacabezayluegolediolasonrisamásfingidaquehabíavistoensuvida.Elesposode

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ella,teníaunrostroamableyunasonrisaafectuosa. —Mucho gusto, Amanda. La señora Eliot, nos ha habladomuy

biendeti. —Mealegromuchoseñor,enrealidad,solohagomitrabajo. —Escierto,solohaceloqueletoca—dijolamujer. —Teresa, por Dios. ¿Es tan difícil ser amable y reconocer la

cualidadesdeotrapersonaquenoseastú? —Richard,solodigoalgoqueesunhecho,peronomepondréa

discutir contigo y mucho menos delante de la servidumbre—hizoénfasisenlapalabra,dejandosabercuálerasulugaryeldeellos.

—No se preocupe señora, lo que dice es cierto, todos los quetrabajamos,lohacemosporunpagoyyonosoylaexcepción.

— ¿Ves Richard? La señorita Charles, no se ofende porque ledigan la verdad. Amanda no pasó desapercibido que no la llamaraporsunombreconlamismafamiliaridadconquelohacíasuesposo.Claramentelamujer,queríamarcardistancias.

—YdimeAmanda¿Tehassentidobientrabajandoaquí?—siguióhablandoconella,comosisuesposa,noestuvieraallí.

—Siseñor,todosseportanmuybienconmigo.LaseñoraEliotesmuypaciente.

—Me alegro, estoy seguro de que vas a estar con nosotros unbuentiempo.

—Esoespero,señor. —Bien,ahoralasdejoparaquesigantrabajando—lesonrió —Claroquesi,señor,quetengabuendía. —Gracias—sedirigióalasescaleras.Detrásdeélconpasomuy

orgullosoibasuesposa,mirandocadarincóndelacasa,examinandoelmásmínimodetalle.

—Amanda, volviendo a lo nuestro, creo que voy a necesitar tuayudaconlascopasycubiertosdeplata.

—Claro,solodígamedondeestán.

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Luegodeterminar,fuealahabitacióndondeestabaClara,ledabapenacon la chica que todavía estaba un poco resfriada y tuviera que limpiartodalahabitación.Laayudaríaunpoquitoydespuésseiríaasucasa. Entró en la habitación y vio que ella estaba limpiando el baño.Entoncessepusoalimpiarlosestantesyalgunasdelascosasquehabíaenellos.Setopoconunálbumypudomássucuriosidad,viovariasfotosysusojosseagrandaroncuandoenunadeellasvioaDuncan.Susojosnodabancréditoaloqueveían.Conrazónselehacíaconocidoelrostrodelos dos muchachos que estaban en la foto de la otra habitación. EsoschicoseranDuncany suhermano, soloqueél estabamuycambiado, sucabello en la foto era casi rubioy en el presente su tonode cabello eramuyoscuro,erabastantedelgadoporlotantosusfaccionesseveíanmuydistintasyahoraeraunhombreacuerpado,ysurostrovaronileradistintodeldeesemuchachoenlafoto.Mirólacasaycayóencuentadequeeseeraelsitioqueloshabíavistocrecer. ¡Oh por Dios!—su mala suerte no la dejaba en paz. Si antes teníamiedo de contarle que era una empleada del servicio domestico en unacasadericachones,ahoraqueademásteníaquedecirlequeeraencasadesuspadres,seríapeor.Sisolohubierasabidoantes,peroahorasuspadressabíanquiéneraellay jamásaprobaríanquesuhijosiquierasalieraconalguiencomoella.Soloteníaqueverseenunespejoycompararseconsuexesposaparasaberquenoeranadie. ¡Queibaahacer!—pensódesesperada. — ¿Amanda?—la llamó Clara— ¿Pasa algo? —estás pálida

mujer. —No,nopasanada,esquequiseveniraayudarteunpoquito,sé

quenotesientesbien—respondiótratandodedisimular. —¡Ayquelinda!Muchasgracias.Puessiquieressiguehaciendo

los estantes y yo término de aspirar la alfombra que eran las doscosasquemefaltaban

—Bien—solopudodecirella.

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***** Las horas pasaron y cuando menos lo pensaba, ya era la hora demarcharse Volvió a su casa y empezó a escuchar sus mensajes en lacontestadora. Tenía dos mensajes de Duncan. Sintió mariposas en elestómago, con soloescuchar suvoz.No sabíaquehacerparadecirle loquesucedía. HolaLinda,veoque todavíano llegas.Voyapasarpor lacafetería,necesitodecirtealgoydepaso,podemosestarjuntosunrato.Unbeso. —OhDios,ibaalacafeteríayellanoestabaallí,seguramentele

diríanquenohabía estado allí en todoel díay el pensaría lopeor.¿Quépodíahacer?

Miró la hora del mensaje y vio que eso había sido una hora atrás,sintió escalofríos, salió corriendo, llegó a la puerta, se encontró con élallí.Teníacaradepocosamigos,quelamirabandepiesacabeza. —Hola…—nosupoquemasdecir. —Penséqueestaríaseneltrabajo. —Si,si,estabatrabajandoperonoenlacafetería. —Penséquehabíamosdejadoclaroqueíbamosaconfiareluno

enelotro,Amandaycreoquenoestamoscomenzandobien. —Duncan—déjame explicarte. Lo que sucede es que tengo que

trabajar. —¿Sabes?Creoqueenestemomento,nometragarénadadelo

quedigas. Ellasesintióherida—Cómoquierasentones. Loviomarcharseensuautoysolopudoquedarseallí,viendocomosealejaba,altiempoquesucorazónsepartía.¿Porquéeratandifícilparaél,confiarenella?

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El día siguiente Duncan se levantó de un humor de perros. Todavíaestabaenojadoporlaformaenlaqueellasehabíametido.SeguramentehabíapasadoeldíaconelmalditodeDavidyélcomounidiotaqueriendoverla. Pensando en ir a buscarla. Se fue a duchar y luego se cambiórápidamente. No quería llegar tarde a clases y el solo pensar que latendríaqueverla,noayudabaennadaamejorareldía. Cuandollegóaclases,saludóasusalumnosycomenzóenseguidaconeltemaquehabíaquepreparar. Sabía que ella estaba allí, pero decidió ignorarla. Habló con todos,respondiósusdudas,dejóunaspreguntas,para lapróximaclasey luegosaliódelsalón.Yaibabastantelejoscuandosintióquealguienveníadetrásdeél,llamándola. —Porfavor,perdóname—dijoagitada,porlomuchoquelehabía

tocadocorrerparaalcanzarlo. Élsediolavuelta—nocreopoderhacerlo,mehasdichomentira

trasmentira. —No fue una mentira, yo si estaba trabajando, pero no en la

cafetería. —Entonces¿Dónde? —Esunahistorialarga—comentóinsegura. —Meparecequeloquenoquieresescontármela. —Noquieroquetedecepcionesdemí. —Esonovaapasar,simelodices todo,sinmentiras,Amanda,

sololaverdad. —Bien—estuvoelladeacuerdo—Sololaverdad. —Estanocheteesperoenmicasa. —Allíestaré. Duncanqueríadecirlemilcosasyensucorazónsentíaqueellanuncale iba a contar la verdad, pero en el poco tiempo de estar juntos habíaaprendidoaquererlayrealmentedeseabaestarconella. —Nomefalles.

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—Noloharé. Ese día en la noche, Amanda no sabía cómo hacer para hablarle ycontarle todo.Ya no quería esperarmás, se sentía horrible ocultarle lascosasaDuncan.Llegóa sucasa,peroalparecerélnoestaba, loesperóunahoraafuera,pensandoqueenalgúnmomentosepresentaría. ¿Quélehabríapasado? ¿Él dijo que esa noche o al día siguiente?—se preguntaba todo eltiempo. Sefueasucasatristepornopoderlover,aunquemásquetristeestabapreocupada. Ya en su casa, estaba en pijamas, cuando su móvil sonó y ellaenseguidacorrióacontestarlo. —Bueno… —Amanda, soy yo. Lo siento mucho, no pude llegar, se me

presentóuninconveniente. —Notepreocupes,entiendo. —¿Puedoiratucasa?Séqueyaestarde,peromegustaríaque

habláramos. —¡Claro!—seemocionó—quierodecir,situquieres… —Llegóenquinceminutos,andocerca,asíquenodemoro. —Bien—colgóelteléfonoconunasensacióndeinquietud.Porun

momentopensóquenoteníaquehablarconélydentrodetodosintióalivio,porlomenosporesedía.

DespuésdemediahoraDuncanestabaensupuerta.Ellaleabrióyloviocondosbolsasenlamano.Selasmostró—trajecomida,meimaginoquenohascenado. —No,nolohabíahechotodavía.

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—Bien,perfecto—siguióhastalacocina. Ellaestabanerviosaynopodíaocultarlo.Duncancomenzóasacarlacomida.—Eschina¿Temolesta? —No,paranada—sonrió—megustalacomidachina. Ellasacóloslatosyvasosyfueaponerlamesa. —Teveonerviosa. —Talvezunpoco—comentóinquieta—Mejorcomamosprimero

yluegohablamos¿teparece? —Meparecebien,laverdadesquetengohambre.Ellaencambio

nopudocomercasinada. Más tarde ya habían terminado. Ella fue a lavar los platos y

despuéstodoquedóensilencio. —Estoy trabajando en una casa de familia—lo dijo rápido,

tratandodesalirdeesesupliciocuantoantes. —¿Comoniñeraoasistente? —Comoempleada del servicio domestico, lo hago los días que

notrabajoenlacafeteríayalgunasvecescuandonecesitomuchoeldinero,metocasalirdeuntrabajoparallegaraotro.

—¿Quéhacesallí? —Hagolalimpiezadelacasa,juntoconotrachica. —¿Esoestodo? —Sí,creíasquehabíaalgomás. —Nolosé,Amanda,hasestadotannerviosaymisteriosa,queno

séquecreer. —Esa es la verdad, yo…no quería decírtelo porque me daba

vergüenza.Tueresunhombredenegocios,ademásprofesor,tunivelsocialesmuysuperioralmío.

—Esonomeimporta,cariño.Yoprefieromilvecesquetrabajesenunacasa,queademásesuntrabajoquenotedeshonra,aquehagasalgoqueenrealidadsipuedaavergonzarte—selevantódelamesay

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laabrazó,perolasintiótensa. —¿Quésucedecariño? —Loquemeacabasdedecir,enrealidadnosécomotomarlo…

—ledijoconfundida—Yojamásharíaalgoquemeavergonzara,siloque estás insinuando es que tu miedo era por pensar que estabatrabajando como acompañante de hombres o algopor el estilo—selevantodelasillaysealejódeél.

—No lo dije con esa intención, Amanda. Siempre estás a ladefensiva.

—Tengorazonesparaestarlo. —Loséy tepidodisculpas,peronoes fácil verqueundíame

dicesalgoyluegonoeracomodecías. —Bien—dijocansada—Yadijeloqueteníaquedecir.Deverdad

notengoánimosparadiscutirahora,soloquierodescansar,asíquesinoteimporta…—leseñalólapuerta.

—Meimporta,novoyairmedeaquí,dejandolascosasasí,nena—latomóenbrazosylabesóhastadejarlasinaliento—Nosabeslafalta queme has hecho—su voz ronca por el deseo—y terminaronhaciendoelamorporhoras.Duncanledemostródeunaformadulce,comopodíahacerloestallardeplaceryentresusbesosycaricias,lehizosaberlomuchoquesentíaporella.

***** LosdíascomenzaronapasarrápidamenteparaAmanda.Sediocuentadequeloquedecíansobreelhechodepasartiempoconalguienqueamasylorápidoquetranscurreesetiempo,eracierto. Duncanyellahabíancaídoenunacómodarutina,salíanacomeroaalmorzardependiendodesusocupaciones.Losfinesdesemanaseponíande acuerdo para que mientras ella estudiaba el pudiera trabajar en suscosas,perotodolohacíanjuntos.,

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Cuandoella tenía exámenes, el estaba allí ayudandoparaque tuvieratiempodeestudiar. Amanda disfrutaba el momento, pero sabía que se le acercaba elmomento, de decirle que trabajaba en casa de su familia y entre masesperaba para decirle, más motivos tendría él, para dejarla. En esosmomentosdespuésde6hermososmesesconél,yanosabíasipodíavivirsinél. —Cariño¿Estaslista? —Ya casi—ese día se preparó para una tarde de playa, con sus

amigos. Obviamente no David ni Betty, estaban invitados, pues niDuncansoportabaverlo,niellaqueríaproblemas.EncuantoaBetty,ella se había alejado por completo de ella, debido a sus celos porDavid.Delanochealamañanahabíacambiadomuchoyyanoeraladulce chica que conoció en un principio. Aunque todavía tenía laesperanza de que las cosas cambiaran y volvieran a ser buenasamigas.

Duncan se acercó sin que ella lo viera—Estás hermosa—besó sucuelo,provocándolecosquillas—¿Quetantohacesenelespejo? Ellasonrió—sabesquelasmujeressomosvanidosasymequiero

verbienparati. —Cariñotútevesbienparamíconesaropaosinella—laabrazó

—depreferenciasinella—lesusurróaloídoyellacerrólosojosalpercibirsutono.

Duncan solo debía tocarla y ella rápidamente se prendía enllamas.Comenzóatocarsusmenosypellizcólapuntadeestos.

—Duncan… —Esopasapordemóratetanto,sinolohubierashecho,noestaría

eneldormitorioynotendríaideas… —Cariño, nos esperan en la playa—le dijo mientras trataba de

separasedemalagana.

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Esa tarde fue genial, todos estaban felices, hablando y cantando conuna guitarra que había llevado Levy. Vieron juntos el atardecer, lahermosa puesta de sol, mientras estaban en la arena tirados,completamentecansadosdespuésdehaberjugadovólibolhastaquedarsinenergía. En la noche hicieron una gran fogata y bailaron y comieronsalchichas,medioquemadasymasmelosderretidos. DevueltaacasaDuncan,estabapensativo. —¿Lapasastebien? —Muybien—lamiró. —Peroalgosucedeporqueestasmuycallado. —Meconocesbien—laatrajohaciaél. Amandanolodudó,loabrazóylediounbesoenlamejilla. —Megustaríaquetemudarasconmigo. Ellasequedósorprendida—OhDuncan,miamor¿Estásseguro? —Todoloseguroquepuedoestar—ledijoriendo. Élestacionóenlacasaynosaliódelcoche,sololamiraba. —¿Ybien? —¿Bienque? —¿Medarásunarespuesta? —Sabesquesi—respondiófeliz—Teamoyquieroestarcontigo,

pero¿Quéharemossilagenteenlauniversidadseentera? —Eso no pasará, cariño. Ya todo está arreglado y el semestre

terminaenunosdías.Miamigoyaestámuchomejoryvaaretomarsupuesto.

—Esoquieredecirquepodremossalirsintemoraquenosveanypodrásrecogerme,algunosdíasenlauniversidadsinquepiensesquetevanadespedir.

Duncanrió—Bueno,esunaformadedecirlo—sabesqueestodeserprofesornoesuningresodelqueviva.Dehechoenlaempresa

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yameextrañanyhedejadomuchotiempomisobligacionesallá,delado.

—Peroyotehevistoiratrabajarallí. —Sí,aunquenolehededicadoeltiempoquedeboporestarenla

universidad. —Oconmigo—ellabajólamirada. —Nomiamor.Tununcavasaserunobstáculoenmitrabajooen

algunapartedemivida—lahalóhaciaély labesó tiernamente—tequieroAmanda,nopenséqueestoquetenemosseconvertiríaenalgotanintenso.

—Yotambién tequiero—lerespondió,sintiendoquesucorazóndanzabadefelicidad.

—Creoqueahoradebemospensar¿Cómonosvamosaorganizarenmicasa?

Amandasonrió,pero luegorecordóquenose lohabíadicho todoytuvomiedodeperderlo,deperderesafelicidadylaconfianza,quehabíaentreellosahora.Nosecreíacapazdecontarle,élseportabatanespecialyellaqueríasaborearunpocomásaquellafelicidad.Dentrodetodoteníamucha suerte, pues Duncan parecía no tener la mejor relación con sufamiliaysolohabíaidounascuentasvecesalacasadesuspadres,eneltiempoquellevabanjuntosyensolounaocasióndeesas,ellaestabaallíenlacasa.Recordabahaberseescondidotodoeldía,paranoiraayudaren nada que fuera en la sala o en la piscina, donde él había estado.Definitivamentehabíatenidomuchasuerte,perolasmentirasnodurabanyellasabíaqueeltiemposeleacababa. Unmesdespués… DuncancargóaAmandayabriólapuertadelacasa. —Bienvenida,miamor—ledijoriendo.

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—Noteníasquecargarme—lediounbeso. —Porsupuestoquesi.Estoestúcasaahorayaunquenoestemos

casados,paramiestaesunarelaciónigualaunmatrimonio. —¿Deveras piensas eso?—lomiró esperanzada.Tal vez algún

día,éllepidieramatrimonio. —Claroquelopienso,cariño.Hablomuyenseriocuandotedigo

quetequiero,noséporqueestástaninsegurarespectoaeso. —Losiento,essoloqueavecescreoquevivomipropiocuento

dehadasydeseonodespertarjamásdeél. —Amanda,cariño,podemossermuyfelices,nohaynecesidadde

temer—laabrazóyella seaferróaél,deseandoen secretoqueesofueraverdad.Perolascosassolosalieronbienhastaunmesdespués,cuandoellafueatrabajaryteníaunapequeñareuniónencasadelosArcenau.EllasabíaqueDuncannoestaba,asíquecuandolepidieronllevarunasbebidas,yaqueunade laspersonasque ibaaayudarnohabía ido.Ella lohizodebuenagana.Cuálno sería su sorpresadeencontrarsefrenteafrenteconCarla,laexdeDuncan.

—OhporDios,queridadebesescogermejortuservicio—ledijoalamadredeDuncan.

—¿Porquélodices? —¿Nosabesquiénesella? Amandaquería que la tierra se abriera.LamadredeDuncan tuvo eltinodetomaraCarlaporelbrazo—Queridanoséquiéneslachica,soloséquetrabajahaceuntiempoaquí,perosiinsistesendecírmelo,podemosira miestudio—ledijoenvozbaja,haciendopresiónensubrazoparaquelaacompañara.LamujernoeraningunatontayseveíaqueconocíamuybienaCarla.SabíaqueloquepretendíaerahacerunescándaloyconloestiradaqueeralamadredeDuncan,seríaloúltimoquepermitiríaensucasayfrenteasusamistades. Carlahizomalacaraylasiguió. —SeñoritaCharles,acompáñemeporfavor. Ella fue como quien va a la horca, sabía lo que venía y solo podía

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preparaseparaelgolpe.Cuandolapuertasecerródetrásdeella.Carlafuelaprimeraquehabló. —Estamujereslanuevaconquistadetuhijoydepasosualumna

en la universidad por lo que me he podido enterar, aunque por lovisto tienemuchas facetas, ya que trabaja en una cafetería demalamuerteyahoraveoqueessirvientaentucasa.

La madre de Duncan no ocultó su sorpresa— ¿Es eso cierto?—lepreguntóaAmanda. —Si señora—no tenia objeto ocultarlo por más tiempo. Yo…

tengounarelaciónconsuhijodesdehaceunosmesesy… Ellalainterrumpió—¿Ellosabe? Al principio quiso negarlo, pero luego decidió salir de ese peso ycontarlelaverdad.No,nolosabe. Lamujerserióconsarcasmo—Porsupuestoqueno—lamiródepiesacabeza—Silosupiera,jamáslahabríavolteadoamirar.Mihijoseráloque sea, pero no es tonto y estoy segura de que sabe reconocer unatrepadoracuandolave,peroobviamenteeshombreytienenecesidades. Amandaquisoresponderlecomosemerecía,perorecordóqueeralamadredelhombrequeamabayporesotratódeguardarsilencio. —¿Ni siquiera eres capazdedefenderte?Eso soloquieredecir

que es culpable—le dio la espalda—espero quien no crea que va aquedarsetrabajandoaquí.

—Noseñora, yamismo recojomis cosas, soloquieroque sepaque no relacioné el parentesco deDuncan con ustedes hasta que viuna foto. Recuerde que su hijo usa el apellido Taylor, no el de supadre.

—No necesito saber, ni recordar nada. Su cheque estará listomañanayhabráunacantidadextra,suidecidedejarenpazamihijo.

—Yo de ti, lo aceptaría, estoy segura de que será una cantidadnadadespreciablequeen tuvidapodrásver—agregóCarlaen tonodespectivo.

Amanda quería llorar de rabia y de impotencia por no podersedefenderdeesdosbrujascomohabríaquerido.

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—No aceptaré nadamás que el pago pormis servicios en estacasayluegodeeso,novolveráasaberdemí.

—Como crees que no veremos tu cara de nuevo, cuando estasacostándote con Duncan? Eres una perrita muy inteligente, supistemetértele por los ojos, muy seguramente con proezas en la cama,comotodaslasdetucalaña,yluegovinisteparaversisuspadresacambiodequenosesupieranada,tedabandinero.Ahoratehaceslamoscamuerta,peroestoeraloquequeríasdesdeelprincipio.

—OhporDios,solováyaseseñoritaCharlesynoregresejamás.Yahablaréconmihijoparaquitarleesaridículaideademeterseconalguieninferioraél.Ahoranotengotiempoparaestosdramas,haydemasiadagenteafuerayloquemenosquieroesunescándalo.

—¿Vasadejarestoasí?—lepreguntóCarlacasihistérica. —¿Quéquieresquehaga? Duncan es lo suficientemente adulto como para decirle lo que debehacer o con quemujer ir a la cama, pero también es lo suficientementeinteligenteparasaberaquiénmeteensufamilia. Las dos la trataban como algo sin importancia, para ellas era unacualquieracon laqueDuncansolopensabaen tener sexo,pero jamás ledaríaunlugarasulado. —Salgadeaquíporfavor—dijolamujer,dándolelaespalda. Ella se sintiómuy poca cosa y salió de la habitación con la cabezabaja. Carla no podía creer que esa estúpida mujer la tratara con talindiferencia y que estuviera tan segura de que al hablar con su hijo, élcambiaríadeopiniónyecharíaaunladoaesamosquitamuerta,peroeraellaquienTomaríaeltoroporloscuernosyhablaríaconél,paradecirletoda la verdad y se quitaba el nombre si esos dos no terminaban. Esazorra,nosequedaríaconloquesiemprehabíasidosuyo.

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Capítulo9 Esamisma tarde Amanda fue a casa, pero Duncan todavía no habíallegado.Necesitabahablarconél,queescucharaloquehabíasucedidodesupropiabocaynodeotrapersona.Fuealahabitaciónyseduchó,luegosecolocóalgomáscómodoysesirvióunté.Necesitabarelajarseunpocoypensar.NosabíacómohablarconDuncandetodoesto. Horas después Amanda terminó de hacer la cena y esperaba que encualquiermomentoélllegara,perolosminutossiguieroncorriendoyseestaba impacientando. Élno la llamaba,asíque lomejor sería llamarloella. —Holaamor —Holamicielo¿yaestasencasa? —Si,hacebastante.¿Tedemorastodavía? —Ohcariñolosiento,estabaocupadoconunosclientesyolvidé

llamarteparadecirtequenovoyacenar. —Yaveo… —No me esperes despierta, nena. Todavía falta para que esta

reunióntermine.Segurollegarépasadamedianoche. —Estábien—respondióconciertapunzadadedecepción. —Losiento,nena.Teprometoqueterecompensaré. —¿Ycómoharáseso?—preguntóbromeando. —Ya verás…—contestó en voz baja. Ahora no puedo decirte,

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peroséquetienesunabuenaimaginación. Ellarió—estábien,pensaréenesotodalanoche. —Hazeso. —Cariño,teamo. —Yotambiénamor. —Necesitohablarurgentecontigo. —¿Algomalo? —Algoimportante. —Bienteprometoquelohablaremosmañanayserétodooídos. —Gracias,amor. —tengoqueirmeahoracariño,peronosvemosmastarde. —Estábien,queterindaeltrabajo,tequiero. —Yotambién,amor.Bye. Amandanocreíapoderdormirperotampocoerajustosoltarletodoloque tenía que decirle a la hora que llegara. Seguro estaría cansado.Mañana se lo diría. ¿Qué podía pasar? Estaba en una reunión y de allívendríaacasa,laprimeraquehablaríaconél,aldíasiguienteseríaella. Alamañanasiguientedespertóyestirósubrazo,esperandoencontraraDuncanasulado,peroestabavacío...Enseguidaselequitóelsueñoyselevantódelacama.Miróalbaño,enelvestierynohabíanadie. Queextraño—pensóinquieta—Duncannohabríadormidoafuerasinllamarla.Bajótodavíasomnolientalaescalerayfuealacocina,miróenlasalayenelcomedorperonolovio.Entoncesseasomóalaventanaquedaba al jardín y lo vio sentado mirando a lo lejos. ¿Qué hacía allí?¿Habíapasadotodalanocheafuera?—sepreguntópreocupada.Salióyseacercóparaabrazarloporlaespalda,peroantesdequepudierahacerloélsediolavuelta.Susojosfrío,nohabíalacalidezhabitualensumirada. —Holaamor,buenosdías,penséqueteencontraríaenlacamaa

milado. —Nomehabíasdichoquehastaayer, trabajabasencasademis

padres—suvozcompletamentecarentedeemoción.

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Amanda sintió que todo le daba vueltas ¿Cómo se habíaenterado?—Amorlosientotanto,noqueríaqueteenterarasporotrapersona,deseabadecírteloyo.

—Tuvistebastantetiempoparahacerlo. —Sí…perodimelaverdad.¿Quéhabríashecho?Siahorapuedo

ver lomuchoque tedisgustaelhechodeque trabajeen tucasa,noquieronipensarsitelodecíaantes.

—Lo que disgusta Amanda es la mentira. Tu eterna falta desinceridad, siempre mintiendo, ocultándome cosas. Ya no estoysegurodequieneresydecuantomehasestadoengañando.

—Amor, yo no hementido en nadamás, solo en eso y lo hiceporque eres un hombre elegante, inteligente, con buena posicióneconómicayyosolosoyunaestudiantecondosempleos.

—Tuvequeescucharloquedebistedecirmetú,debocadeCarlaydemipropiamadre.

—¿Hablaroncontigoporteléfono? —Las dos me llamaron un rato después de hablar contigo. Mi

madreestácomoloca,estahorrorizadadequeminoviaactual,sealaempleadadomésticadeellos.Dicequecaímuybajo.

— ¿Y caístemuy bajo?—le preguntó no deseando escuchar larespuesta.

—Novoyanegartequemehabríagustadoqueno trabajarasencasadeellos—suspiróaburridodetantascomplicaciones.

Élsoloqueríavivirenpazconlapersonaqueamaba,peroimposibleconAmanda—creoquelomejoresdarnosuntiempohastaquelascosassecalmen. Ellatuvoescalofríosysequedómudaporlasorpresa—¿Piensasqueestoesunjuego?Yovineaviviraquícontigocomopareja.Lohedejadotodo,notengodondevivirporquecuandotuvistelagrandiosaideadequeestuviéramos juntos, dejé mi pequeño apartamento. Se supone que esnuestracasa. —Lo sé, pero no podemos vivir de esta forma, molestos,

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desconfiandoelunodelotro. —Y es por eso que debemos arreglarlo, no simplemente tomar

cada uno por su lado. Esta es nuestra casa, no puedo sencillamenteirmecadavezquetengamosunproblema.

Duncannorespondió. —PorfavorDuncan,teestoyhablando. —¿Deverdadtemolesto tantoquenotedijera?¿Oessolouna

excusa para evitar decirme lomucho que te disgusta salir con unaempleadadelserviciodetucasa?¿Alguientandebajodeti?—legritóbuscandounarespuestaperonadasucedió.Casienseguidaescuchóelruidodelautoysupoqueélsehabíamarchado.Larabialaembargóysedijoquenoibaavivirensucasaunminutomás.Yaveríadondedormiresanocheytodaslasdemás.Jamásdebiósalirdesucasa,erapequeña,conmueblesviejosyenunbarriopobre,peroerasuyoylegustaba.Ahoraniesotenía.

Subió las escaleras para empacar sus cosas y llamó llorando a suamigaRory,lecontórápidamenteloquesucedíayellaenseguidaledijoquesefueraparasucasa. Amandaterminódeempacarysefuedelacasa,susojosrojosdetantollorar y su nariz era un desastre. Condujo una media hora hasta llegardondeestabasuamiga,cuandollegóalacasadeella,estalaesperabaconlosbrazosabiertos. —Cariño,sientotodoesto. AmandasepusoallorardesconsoladayRorylahizopasar,ledijoquesesentaraensupequeñocomedorylepreparóunté.

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Hablaron por mucho tiempo y luego cuando estuvo más tranquila,Rorylemostrósuhabitaciónyellasefueadescansarunrato.Noqueríapensarmásosevolveríaloca.Duncanyahabíatomadosudecisiónyellalarespetaría. Lamañanasiguiente, se fue tempranoasusclasesyseencontróconqueDuncanhabíapuestounnuevomonitoryyahabíacomenzadolaclase.Ellaentrópidiendodisculpas,peroéllaignorótodoeltiempo.Cuandolaclase terminó, tomó sus cosas y salió sin siquiera verla y Amandatampoco quiso seguirlo. Si no quería determinarla por su trabajo, puesellatampocoqueríaverlo. Deallíenadelantetodoslosdíasfueronigualeshastaqueunbuendía,eldejódeiraclasesyllegóelnuevoprofesoromejordichoelqueestabaantes. Pasó un tiempo desde que la despidieron de casa de los padres deDuncany él no la había llamadomás.Undía recogí unos papeles de launiversidadyalsalirsechocóconalguien.Ibadistraídayalzarlacabezavioqueeraél. —HolaAmanda —Hola —¿Cómohasestado? Ella se rió con sarcasmo—Bueno…creo que bien dentro de lo

quecabe...penséqueibasallamarme,quedespuésdeturabiainicial,lascosaspodríanarreglarseentrenosotroshablandocomoadultos.

—Realmentenoquierohablardeeso —Niyotampoco—ledijosonriendo—LedoygraciasaDiosque

nuncamásmebuscarás,porqueaunquesufrímuchoalprincipio,veoque eres el hombre más “snob” que he conocido en mi vida y noquieroalguienasíconmigo—sediolavueltaysealejó.

Duncan no supo que decir antes de que ella se fuera, solo se quedóviendocomocaminabalejosdeél¿Esoeraloqueellapensaba?¿Quenoqueríanadaconellaporqueeraunsnob?

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Verlahizoestragosenél,ensuconcienciaysintióculpa.Estabamásdelgado,senotabaquenolaestabapasandobien.Enseguidasearrepintiódehaberhecholascosasdemaneratanabrupta,sinaveriguarquéseríadeellaoadonde iría,pero tenía tanta iraenesosdíasquecadavezque laveíasoloqueríaherirladelamismamaneraqueellahabíahecho,porquesesentíacomounidiotaporcreerlesusmentiras.Ahoraveíalascosasdeotra forma,menos terribles,el tiempo locuraba todoysentíadeseosdeconocerunpocomasdondeestabaviviendoyquehacíaparaganarse lavida,yaqueperdióunodesusempleos. La admiraba por su constancia y porque a pesar de todo, estabatratando de seguir con todo y estudiar. De hecho su amigo siempre ledecíalobuenaalumnaqueerayqueteníamuybuenasnotas.Élnodejabade pensar en lo orgulloso que estaba de ella, como si todavía fueranpareja,perosabíaqueesoyanoeraposible. ***** AmandallegótemblandoacasadeRory,suamiganoestaba,perosupadresí. —Holaminiña¿Cómoestás?—lasaludosonriendo—¿Pasóalgo

malo?—suactitudjovial,cambióporunadepreocupación. —Noesnada,soloandounpococansada—lequitó importancia

alasunto. —Teentiendomuchacha,nolohastenidofácil. —Enrealidadno,perocreoquemientraslasnotassiganbien,no

habráproblemas. —vasavercomotodocambiacuandotevayasaotrauniversidad

¿Yacompletastetodoelpapeleo?

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—Sí,hoyfuiporlosúltimos. Ella pensó en que verdad sería un gran alivio irse lejos de launiversidadydelaciudad.DespuésderecibirunallamadadelaexesposadeDuncan,yanoqueríaniverlo,nihablarconél,talvezesatardehabíasidolaúltimavezqueloveía.Carlalahabíallamadopararestregarlequedespués de que había salido por la puerta de atrás de la casa , ella encambio había entrado por la puerta de adelante y se había instalado allífelizporqueteníanplanesdevolver. Amandalaescuchódestilarsuvenenoyluegoledeseólomejoryleadvirtióquenuncaensuvidalavolvieraallamar,luegocolgó.Cómoellasabía que no podía vivir sabiendo que en la misma ciudad estaba elhombrequeamabayqueencualquiermomentoloveríaconotra. —Mihermanaestáfelizdequevivasensucasa,hacíayamucho

tiempoqueyoleinsistíaquealguienlaayudaraenesapropiedadtangrande.

—Todavía no puedo creer que su antigua patrona se lo dejara.¿Quépiensahacerconesamonstruosidaddecasa?

—Buenoporesomismo,vaanecesitarte.Sabequecocinasmuybienyquetienesfamadeatendermuybienlosclientesenlacafeteríadonde actualmente trabajas. Ella ha pensado en volver la casa, unaespeciedepensiónparaestudiantesquevengandeafuera.

—Oh Si!! Olvidaba que Roryme contó que la casa quedamuycercadelazonadeuniversidades.

—Exactamente—confirmó él—Ella te necesita para que tú teencarguesdeestarpendientedequelascosasesténbienaseadasyquela casa permanezca limpia, en perfecto estado. Además ella cocinacelestial y será ella quien haga todo en cuanto a eso, pero necesitaotramanoqueleayudeeneseaspectoporqueellatambiéntienequeencargarsedelaadministracióndellugar.

—¿Noesmuchoparaunasolapersona? —Sí, loes,poresoellacontrataráotraspersonas,aunquepocas

porquenohaydemasiadodinero.Ella,sushijas,dosempleadosytú,seránquieneshagantodoallí.Túseráscomounamadellaves.Verásporque todoorganizado,pero la limpieza laharánotraspersonasy

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enlacocinatambiénayudaránlasniñasytú.Todoesto,mientraslascosasempiezanamarcharyllegaeldineroparahacerlasmejorasdelacasa.

—Ohyaveo. —Tepagarábienyestoyseguradequeharánbuenaamistad. —Estoyseguradeasíserá. —Este trabajo tepermitirá tenerunamejorcalidaddevidayde

pasoestarásestudiandomáscómoda. Amandaestabamuyagradecidacontodosellosyenrealidadsabíaquesería un cambio favorable para ella, pero no podía dejar de sentir unhuecoensucorazón. ***** DíasdespuésRoryestabahaciendolaúltimapartedesutrabajodelauniversidadysintióquetocabanlapuerta.Selevantópensandoqueerasupadrequedenuevoolvidabasusllaves. —Papá¿cuándoaprenderás?—sequedómudaalabrirlapuertay

verelrostrodeDuncan. —Buenastardes,Rory. —Buenastardes—alzóunaceja¿Enquelopuedoayudar? —TengoentendidoqueAmandaestáviviendoaquí. —Pues tienemal la información, porque ella estuvo un tiempo

viviendoaquí,peroyano. DuncansepreguntósiRoryqueeratanamigadeAmanda,noestaríamolestayporesolementía. —Rory,necesitohablarconella.

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—Yaledijequenoestáaquí. Duncanseimpacientó—Entonces¿Dónde? —Miréseñor,Amandahasufridodemasiadoporsuculpa,noes

justoquecuandointentasaliradelante,ustedvengaamolestarla. —Precisamente quiero hablar con ella porque quiero aclarar

malosentendidos. —Esonofueunmalentendido.Ustedlatratómalporqueesuna

chica trabajadora que quiere salir adelante y cometió el error deaceptarunpuestoensucasa, sinsaberlo.Luegodebidoa suactitudsnob,ellatuvomiedodecontarle¿Quiénlapuedeculpar?Siantesdeeso,usted la tachabadechicafácilqueseganaba lavida trabajandoen lasnochescomoacompañantedehombresynosécuantascosasmás, solo porque desde que la vio, la juzgó sin conocerla—Rorytemblaba de ira—Dígame algo ¿Qué se siente ser tan inteligentecomoparamanejarunaempresatangrandeeimportanteyalmismotiemposer tanobtuso, comoparanoverque se sacó la lotería conunachicacomoesayladejóir?

Duncannosupoquedecir,porquelaverdadesqueeracierto.Lajuzgómalygraciasaeso,perdiólomejorquelehabíapasadoenlavida. —Déjelaenpaz,ellasefueaviviraotraciudad, luchandoduro

por olvidarlo. Váyase a vivir con su esposa o ex esposa y déjelatranquila.

—¿Conmiexesposa?—lamiróconfundido. —No se haga el tonto—ella le habló con sarcasmo—Amanda

supoqueusted,nibienhabíapasadoundía,recibióensucasaasuexyellaseencargódehacérselosaberamiamiga.

EsamalditaCarla,estabadecididaaacabarconsuvida—pensóél. —Yonovivoconellaydehechoellafuelaqueseinstalóenm

casaporquesuapartamentosehabíainundadoynecesitabaunlugardondeestarporunosdías.Soloestuvounasemanaysefue.

—EsonoesloqueledijoaAmanda,peroamínomeimporta,asíque…—leseñalóelcaminodondealfinalseveíasuauto—estoybastanteocupadaynecesitoeltiempo.

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—Rory,séquemeodiasenestemomento,peroyonosoyelogroquecrees.Todaspodemosequivocarnosy luegorecapacitar.Séquenomedirásnada,peroquieroquesepasquevoyabuscarlaylavoyaencontrar.Sihablasconella,díseloyporfavor,tambiéndile…quelosiento.

—Adiós,señorTaylor. Duncan salió derrotado y se subió al auto. Allí se quedó un ratopensandoencómoharíaparabuscarla.Nopodíavivirsinella,peroporsuculpalahabíaperdido. Seismesesdespués… Amanda,tebuscanenlasala—leavisóRosa,laprimadeRory. —¿Puedeesperar?—estabamuyocupadaenesemomentoen la

cocina. —Yaledijequeestabasocupadayquedemorabas,peromedijo

quepodíaesperar. —Debe ser el vendedorque trae el catálogodemueblespara el

comedor. Rosasonrió.¿Quiénibaapensarquenosiríatanbienquepodríamoscomprarunnuevocomedorymásampliopara lacantidaddegentequeestállegandoacomertodoslosdías? —Se suponía que solo serían los estudiantes, pero tu mamá

cocina tanbien, que el rumorde lasdeliciasquehace fu corriendoportodolado.Ahora,estovivelleno—dijoseñalandolacantidaddecomensales,quehabíancuandosaliódelacocina.

—Si quieres atiende al señor, yo me puedo quedar aquíreemplazándote.

—¿Estassegura? —Nohayproblema,mejoratiéndeloyescogealgolindo. Amandarió,loharé,peroyasabesqueloqueseaqueescojahayquemostrarloa tumadreparaquetomeladecisiónfinal—sefuecaminando

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rápidoalasalayallípuedoverunrostroquejamáspensóvolveraver. —¿Quéhacestúaquí?—fueloprimeroquesaliódesuboca. —HolaAmanda —Noentiendo…¿Cómosupistedondeestaba? —Estuve buscándote hasta que di contigo, no fue nada fácil,

ninguno de tus conocidos quiso ayudarme, pero por fin lo logré.Tuvequecontratarundetective,aunquenolocreas.

—Perdistetudinero,porqueyonodeseohablarcontigo. —¿Creesquemelahepasadobuscándotetodoestetiempopara

nada? —Me salí de tu vida para que pudieras ser feliz, para que no

tuvierasquevolveravermirostro. —Yodeseover turostro,nosolohoysinotodoslosdíasdemi

vida—lehablósuavemente,tratandodenomostraransiedad. —Noséquécreerenestemomento. —Lamento muchísimo, ver que he contribuido para que te

conviertas en esta mujer llena de rencor, desconfiada, que no separeceennadaalaqueconocí.Sientotodoloquetehice.

—Yanoimporta—miróhaciaelcorredor—deboirme. Carlayyo,noestamosjuntos,fuementiraloquetedijo.Yosololediposada mientras ella encontraba un sitio a donde irse porque suapartamento se había inundado y ella aprovechó eso para decirte queteníamosunarelación. Amanda no quería escuchar, sabía que perdería la batalla si loescuchabamástiempo. —Notengotiempodeescucharte—sediolavueltaparasalir. Duncanllegórápidodetrásdeella,sucalortocándola,haciéndola

recordarlobienquesesentíasucercanía. —Teamo,Amanda.Nopuedovivirsinti.Estuvomaltodoloque

hice y la forma tan cobarde en la que te dije que te fueras, pero tepidoquemedesunaoportunidad.Estabamuyconfundidoporqueme

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dolióconfiarenti,paraluegoverquedenuevomementías. — ¡Yo no te mentí!—le gritó. Solo oculté las cosas mientras

buscabaelmomentooportunoparadecirtecomoestabanlascosas. —¿Noes lomismo?—lepreguntóél—Tumeocultastecosasy

aunqueséquehicemal,tutambiénlohiciste,cariño.Noselodijodemalamanera,soloqueríahacerlaentender.

Amanda sintió que no podía ocultar sus lágrimas ¿Ves lo que mehaces?¿Porquénotevas? De repente se encontró presionando el duro cuerpo de él. Su bocatomósuslabiosenunbesollenodeanhelo.Susmanosvagandosobreelcuerpodeella. Amanda regresó el beso con lamisma urgencia, lo quería, le hacíafalta y lo amaba, pero no podía estar con él unos días bien y otros no,porquenoconfiabaenella.Presionandofuertecontraél,loalejó. —No puedo—le dijo llorando. No quiero pasar el resto de mi

vidaconalguienquenoconfíaenmí.Yquealaprimerasospechameva a dejar tirada sin importarle lo que tenemos. Quiero serimportanteparaalguienDuncan.Desdepequeñatodoelmundomehadejado, mis padres aunque no fue su culpa, mis padres adoptivos,porque era muy insegura o porque era demasiado callada odemasiado agresiva o demasiado cualquier cosa… Nunca fui losuficientementebuenayporesoquiseestudiarparaserdistinta,paraserbuenaamisojosylosdelosdemás,aunquetúnolovisteasí.

—Nodigaseso,amor—suvoztorturada. —Escierto,apenaspudistemedejaste.Noquierovolverasentir

ese dolor. Solo deja de buscarme, por favor. Hazlo por mí, si deverdadteimporto—saliódeallímuymal.Éllasiguióhastallegaralcomedor.

—Te necesito en mi vida, no quiero estar solo sin escuchar tuhermosavozcuando llegoacasa.Mehace faltaescuchar tu risa, laforma en la que ruedas los ojos, cuando algo no te gusta. Veo turostrotodoeltiempo.Tusereslomejorquemehapasadoenlavidayquieroque tengasmuyclaroqueestoquesucedióentrenosotros,nofuejamásporqueyopensabaquenoerassuficienteparamíoque

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eras menos que yo. Eso solo está en tu mente. He disfrutado cadamomentocontigoenmivida,soymásfelizdesdequeteconozco,soymejorpersonaynoquieroperdereso.Estosdíashansidohorriblessinti.

Amandallorómásfuertealescucharsuspalabrasyluegoconlavistaborrosa,observóaDuncanarrodillarsefrenteaellayabrirunapequeñacajaconunhermosoanillo. —AmandaCharles¿Quiereshacermeelhonordesermiesposa? Ellarióyloabrazó—Siquiero—ledijoemocionada. Unmontóndeaplausosseoyerondetrásdeellosyellaavergonzadaviocomotodolagentequeestabaenelcomedor,juntoconempleadosyalgunosotros,habíanestadoescuchandoladeclaracióndeDuncan. —Teamo, cariño.Nadani nadie cambiará eso.Teprometoque

voyahacertelamujermásfelizdelmundo. Amandalobesóysintióenelfondodesucorazónqueibaacumplirsupromesa.

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Epílogo LatorreEiffelseveíahermosadesdesuventana.Laslucesenuntonorosado suave le daban un toque muy romántico a la ciudad. Suspiró ysintióqueeraunmomentoperfecto. —Venalacama,amor—ledijosuesposo. —Unraticomás,meencantamirarestepaisaje. —Eselmismodesdehacequincedías—rió. —Muy gracioso—sonrió—lo sé, pero no me canso de ver lo

hermososquees. Sintiósusbrazosfuertesabrazarla. —Yotediré loqueeshermoso—ledio lavueltaparamirarlaa

losojos—Erespreciosoymeencantacomohaceselamor. Amandanopuedoevitarreírse—¿Soloporesomequieres? —Nocariño,teamopormuchascosasmás,peroesoquetedije

essolounvaloragregado.Sonrióylobesóapasionadamente. Amanda le devolvió el beso con igual pasión. Estaba locamenteenamoradadesuesposo.Sehabíancasadohacíaveintedíasyélleregalóla luna demiel en Europa, porque ella alguna vez en una conversaciónmencionósusganasdeconocerla.UnañopasódesdelapropuestadeélenlapensióndelatíadeRoryydesdeesemomentolehizosentirsuamorentodolosmomentosposibles.Ellacontinuóestudiandoytrabajandoenotraciudad y Duncan siempre la visitaba todos los fines de semana y lallamabatodoeltiempo,peropasadosunosmesesnoseaguantóysefueaviviralamismaciudadqueellaypusosupequeñacompañía,dejandolade su padre donde era uno de los directivos.Allí encontró un hermosoapartamentoparalosdosymientrasloreformaban,sefueronaviviralapensión por un tiempo. La tía de Rory lo tenía bien vigilado, pero loconsentíamuchoyterminaronadorándose. Carlainsistiómuchasveces,peroalverqueélnopensabatenernadacon ella pormás que lo intentara, decidió irse aNuevaYork a estudiar

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actuación,algoquerealmente lequedabapueseramuybuenaactrizy leencantabaeldrama. Los padres deDuncan la aceptaron poco a poco, aunque primero lohizosupadre,yaquelamadre,noqueríaquesecasaranydehechonofuealaboda,perolesenvióunhermosoregaloyDuncanestabaseguro,deque con el tiempo las cosas cambiarían.El restode la familia, tenía susreservas,peroestabantrabajandoenello.Amandanosepreocupaba,puessabíaqueunosdíastodossellevaríanbien.Ellaestabahaciendoloposibleporsercadadíamejoryenunañoymediomás,terminaríasusestudiosysumetaeratrabajarenunaagenciadepublicidadjuntoasumarido.Erasumás grande anhelo y había aprendido bastante bien que los sueños, sipodíanhacerserealidad. FIN