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REPORTEROAS COMUNITARIOAS: Xiomara Cruz H.; Jaime A. Silva; Car-los A. Gaona; Lizeth Benavides; Nico-lás González; Nayibe Ocampo; Nicolás Malaver; Diana Gil; Andrés F. Pineda. COORDINADOR: Andrés Felipe Or-tiz Gordillo. DISEÑADOR GRÁFICO: Mauricio Hernández Pava. CORREC-CIÓN DE TEXTO Y ESTILO: Ricardo Zamudio. INFORMES Y COLABORA-CIONES: [email protected]

Se permite la publicación y reproducción de los contenidos de esta publicación comunitaria, siempre y cuando se cite la fuente del medio y el autor del artículo. // Los artículos firmados son responsabili-dad de los autores. Ni Subandante ni las entidades que lo financian y producen son responsables de los contenidos de las notas firmadas. // ARTÍCULO 20 de la Constitución Nacional de Colombia: “Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir infor-mación veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación.”

Periódico producido en el marco del Convenio 043 de 2012, Comunicación Comunitaria, entre la Alcaldía Local de Suba, el Fondo de Desarrollo Local de Suba y la Asociación Valorarte para el Desarrollo Humano.

Lo primero que nos tenemos que preguntar es por qué y para qué hacemos lo que hacemos. Ha-

biendo tantos medios de comunicación, ¿para qué un nuevo periódico, esta vez denominado como co-munitario?, ¿cuál es el sentido de seguir llenando las calles con papelitos que a veces no le dicen nada a la gente?, ¿por qué existe la necesidad de fundar más medios de comunicación?, es más: ¿existe la necesi-dad de que en Bogotá y en la Localidad de Suba se funden nuevos medios?

La respuesta tiene que ser enfática: ¡SI es necesario que hayan más medios! Porque una democracia es tal si se entiende que todos los ciudadanos tienen la posibilidad de decir, de hacerse visibles públicamente desde lo que están en la capacidad de decirle a sus ve-cinos y a las administraciones públicas sobre sí mis-mos y sobre sus problemas y necesidades, así como de sus luchas por la vivencia cotidiana.

Si se tiene en cuenta que los medios masivos hegemó-nicos de comunicación se encuentran al servicio de intereses distintos a los comunitarios, y que un buen número de comunidades no se sienten representadas por lo que dichos medios dicen de ellas, la respuesta más obvia a este cerco mediático discriminador es la de fundar nuestros propios medios para recuperar la voz propia… Ya es suficiente eso de que son los otros los que dicen por nosotros, ahora somos nosotros mismos los que nos hacemos cargo de lo que vemos, oímos y decimos sobre lo que nos pasa, sobre lo que somos y sobre lo que sentimos. Ese es el sentido de este ejercicio que estamos fundando en este nuevo medio que se ha dado en llamar Subandante.

Dice el maestro Jesús Martín Barbero: “los medios [de comunicación masivos hegemónicos] no nos están ayudando a anclar en la historia lo que nos pasa, para desde allí dibujar algún futuro sino que, en conjunto, los medios debilitan el pasado y diluyen la necesidad de futuro.(…) Esa simultaneidad entre acontecimiento e imagen, entre suceso y noticia, es la que exige [a los medios masivos] cortar cualquier programa para conectarnos con el presente de lo que está pasando, atención a ese verbo pasar, pues se tra-ta de un presente que no tiene reposo sino que pasa y pasa, a toda velocidad¬ exigiendo también que el tiempo de cualquier acontecimiento sea igualmente instantáneo y equivalente: ¡tanto dura una masacre de campesinos como un suceso de farándula, pues en la economía del tiempo de [los medios masivos] valen lo mismo! Extraña economía la de la informa-ción, según la cual su costo en tiempo implica que la información ¬como la actualidad dure cada vez menos” (2001).

Nuestros tiempos y nuestras lógicas son otras, así como los intereses informativos, que tienen que ver más con la pedagogía ciudadana que con el negocio de la información, tienen que ver más con la vida co-tidiana de nuestras comunidades y de nuestras gen-tes, que con el comercio comunicativo y con la espec-tacularización de la “realidad”.

La responsabilidad de informar comunitariamente, es, entonces, sustancial, porque eso a lo que se sigue llamando democracia hoy se juega, de manera funda-mental, en los espacios locales: en los barrios y en las calles, con las comunidades que los habitan.

Así, nuestras apuestas como comunicadores popula-res y como medio comunitario son de carácter polí-tico (no necesariamente partidistas), y tienen que ver con el enfoque que le queremos proponer a esto que estamos haciendo desde el periodismo comunitario que, entre otras, se distancia del periodismo hegemó-nico porque el nuestro “asume posiciones”, “defiende miradas, enfoques y horizontes” comunitarios, no asume eso de la “objetividad y la neutralidad” perio-dísticas para decir cualquier cosa como si lo que se dice no tuviera impactos en la opinión pública local, ya que como dijera el profesor Javier Darío Restrepo: “hoy no es creíble un periodista y un periodismo que diga no creer en nada” a nombre la de objetividad. Al contrario, lo nuestro es el compromiso con lo que de-cimos y con lo que hacemos, lo nuestro es el compro-miso con las comunidades que se cuentan a sí mismas por medio de nos-otros.

En este sentido esperamos consolidar desde Suban-dante un espacio permanente de debate público sobre los temas importantes de la historia y la coyuntura local, por lo que invitamos a aquellos y aquellas inte-resados en participar con sus fundamentadas opinio-nes en este ejercicio editorial, a fin de dar continui-dad y coherencia al debate público sobre los temas y problemas que hacen parte de nuestra cotidianidad como localidad.

editorial

Gustavo Petro Urrego ALCALDE MAYOR DE BOGOTAGuillermo Alfonso Jaramillo

SECRETARIO DE GOBIERNO Marisol Perilla Gomez

ALCALDESA LOCAL DE SUBA

“Quitarles la etiqueta de que son diferentes…”Inclusión con educación y motivación para la comunidad con discapacidad cognitiva.

Por: Nayibe Ocampo

Nayibe Ocampo

Angy Lorena y Jasbley Juliana Hernández son dos herma-nas con discapacidad cogni-

tiva que residen en la Localidad de Suba y han sido ejemplo de superación, gra-cias a su proceso de educación familiar, escolar y al apoyo que les brindan las organizaciones del lugar.

La Localidad de Suba ocupa el séptimo lugar en la ciudad de Bogotá en el re-conocimiento de población con disca-pacidad en general, integrando la dis-capacidad cognitiva, según publicación registrada en el proyecto de la Bogotá Humana, realizado por Secretaría de Integración Social, en el apartado de la atención integral a personas con disca-pacidad, publicado en el año 2012.

Angy y Juliana Hernández, con 14 y 9 años respectivamente, han sido diag-nosticadas con esta enfermedad, ca-racterizada por conformar procesos inferiores en la capacidad de recepción, análisis y procesamiento de informa-ción, según Marcela Riaño, Licenciada en Educación Especial.

Helena Gómez, madre de las niñas, descubrió que sus hijas tenían discapa-cidad cognitiva en el momento en que su hija mayor, Angy, ingresó al colegio por primera vez y no reflejó evolución en su proceso de aprendizaje. Es así como acudió a una institución que les brindó ayuda a través de una valoración de su CI (Coeficiente Intelectual), reali-zada por un profesional en Psicología que diagnosticó la discapacidad. Esta valoración tiene una escala numérica y se ubica en un rango determinando di-ferentes tipos de habilidades. Luego de esta determinación profesional se dio cuenta que la dificultad era genética: “tengo un hermano que tiene un mayor grado de deficiencia cognitiva […] de ahí viene el nivel cognitivo de mis dos hijas”, manifestó Helena.

Su historiaSu pequeña familia tiene una historia muy particular: Helena Gómez, es una de tantas mujeres cabeza de familia que habitan en la Localidad de Suba que con tesón, saca adelante a sus dos hi-jas haciendo que la sociedad las incluya como dos mujercitas que hacen parte del futuro del país. “Mis hijas se con-virtieron en un rompecabezas” afirma Helena. En este momento, sin el apoyo del padre de las niñas, la señora Gómez se ha convertido en la mano derecha y parte fundamental en su educación, buscando apoyo para el proceso de su inclusión social; “Este tipo de disca-pacidad solo se puede superar con el acompañamiento y apoyo que los niños tengan desde el hogar sin hacerlos a un lado, sin rechazarlos” señaló Marcela Riaño.

Por eso, las personas que interactúan con los niños diagnosticados con dis-capacidad cognitiva, deben ser cola-boradores en su proceso de inclusión social, que “…es quitarles la etiqueta de que son diferentes y pueden ser partí-cipes de un proceso global”, agrega la Licenciada Riaño.

El proceso de aprendizajeDespués de pasar por varias institu-ciones y colegios, le recomiendan la Institución Educativa Distrital Ramón de Zubiría, ubicada en la Localidad de Suba y líder en aulas inclusivas, con 12 años de experiencia en la integración de estudiantes con esta discapacidad, en el PEP (Proyecto de Educación Personali-zada) que destaca las habilidades de los estudiantes para mejorar sus desempe-

ños y es acompañado de un trabajo pa-ralelo con los padres de familia. Helena dice que “…cuando llegan al colegio se refleja el apoyo de los alumnos hacía las niñas ya que no se presenta recha-zo. Igual, gracias al acompañamiento de la Orientadora Marcela Riaño, se ha hecho un trabajo con los docentes y así se brinda un mejor proceso de apren-dizaje”.

Por otra parte, la Fundación Semillas, localizada en el barrio El Rincón, en-focada a apoyar estudiantes con disca-pacidad cognitiva, aporta a la educa-ción de Angy y Juliana la contribución efectiva para reforzar sus procesos académicos y de socialización, a través de talleres lúdicos que generan mayor concentración para su estudio. “El me-jor apoyo que han podido tener es el del colegio y la fundación. Además en este momento mis hijas han desarro-llado nuevas habilidades en su apren-dizaje que se reflejan en su progreso. La mayor, Angy, ha avanzado mucho, le gusta leer y su meta es ser profesio-nal en Diseño Gráfico”, dice la señora Gómez.

Alertas tempranasGracias a su experiencia, Helena expli-ca a los lectores de SUBAndante una de las alertas tempranas para conocer si alguien de la familia o conocido tiene la discapacidad. “…ésta la dictamina el médico pediatra”: comenta porque en su primer embarazo, su hija se de-moró ocho días después de la fecha es-tablecida para su nacimiento “…y este inconveniente hizo que perdiera capa-cidad intelectual durante este tiempo”, le aclaró su médico. Pero después, con el nacimiento de su segunda hija se dio cuenta que la limitación tenía un ori-gen genético. “Mi hermano tiene una discapacidad cognitiva mayor, por eso la discapacidad de mis dos hijas”: relató Helena.

Otra alerta temprana aportada por Marcela Riaño, Orientadora de la IED Ramón de Zubiría, es que “Se reco-mienda un diagnostico temprano para el apoyo de las valoraciones médicas y terapias; si se tiene una buena aseso-ría el diagnostico de la discapacidad se da desde el nacimiento. Este trabajo se acompaña a futuro con la inclusión educativa donde sus debilidades se convierten en habilidades. No hay nada imposible, todo se pueden alcanzar”.

Finalmente, gracias al trabajo de es-tas instituciones y el acompañamiento familiar, Helena aprende a estimular y motivar a sus hijas para que salgan adelante y no sean consideradas como “niñas discapacitadas” sino “diferentes” generando el proceso de inclusión so-cial.

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“Lo rico es ver cómo los niños quieren aprender

màs y màs...”Experiencias de vida en los Núcleos de Desarrollo Cultural

“La paz se logra con acciones de verdad, y las acciones de verdad son aportándole a la construcción de mejores seres sociales comprometidos con nosotros y con los demás”.

“le ayuda a ser más independiente pues él ya sabe que tiene que ir a tocar su flauta, que tiene que guardarla y cómo guardarla”.

Por: Diana Patricia Gil Moreno

La señora María Nélida Solís sonríe como ninguna después de su presentación durante

la muestra cultural del proyecto Nú-cleos de desarrollo en el Polideporti-vo La Gaitana. Se siente emocionada por presentarse ante un público y en especial ante su familia. Ella tiene 57 años y expresa que “me siento enérgi-ca, con ganas de salir, de volar como un pájaro.” Ha dedicado la mayor parte de su vida al cuidado de su hija, quien ahora tiene 23 años, y de su esposo. Sin embargo, confiesa que ahora está dedicando tiempo para hacer lo que le gusta, por eso sagradamente va a sus dos horas de clase de danza y sale todas las mañanas a trotar. “Me gustó porque nunca me había puesto un tra-je de danza folclórica. Esto me motiva porque van llegando los años y uno se va cansando, esto sube la autoestima”, afirma.

Así como doña María se encuentra en el taller de danza, Brandon de seis años, está aprendiendo a tocar la flauta

Archivo Núcleos de Desarrollo Cultural – Andrés Ortiz

Fotos Archivo

a ver a sus hijos... Esto es para que los niños hagan algo en su tiempo libre, que se dediquen a cantar, a tocar algún instrumento, no importa cuál sea, la flauta, la guitarra o lo que ellos quieran”.

Es así como la cultura contribuye a la construcción de una sociedad más equitati-va y solidaria ya que hay un acercamiento de la comunidad hacia sí misma y hacia otros espacios. De esta forma Jhon Jairo Salamanca, Coordinador de los Núcleos de desarrollo deja un importante mensaje a los habitantes de Suba: “La paz se logra con acciones de verdad, y las acciones de verdad son aportándole a la cons-trucción de mejores seres sociales comprometidos con nosotros y con los demás”.

y dice, sonriente, que le parece fácil. Él está acompañado de su mamá, la seño-ra Rocío Reyes quien se siente orgullosa de verlo tan motivado e interesado en la música. Afirma que la formación en los Núcleos de Desarrollo le aporta bas-tante a nivel personal porque “le ayuda a ser más independiente pues él ya sabe que tiene que ir a tocar su flauta, que tiene que guardarla y cómo guardarla”.

De esta manera la profesora de Bran-don, Yolanda, quien está a cargo del taller de música enseñando guitarra, flauta, flauta traversa y hasta presta tres clarinetes que tiene para enseñar, dice que “lo rico es ver como los niños quie-ren aprender más y más”.

Esta profe, quien camina de un lado a otro afanada por entregar y organizar los instrumentos, piensa que este tipo de proyectos le aporta significativa-mente a la localidad porque “une a la familia, los vuelve más activos, sociales, analíticos, sensibles, cariñosos. Papá, mamá y hasta padres separados vienen

Patinarse la vida

Parques en Suba: espacios para la comunidad

Burro, Muñeca y Dacotica son algunos de los seudóni-mos de un grupo de jóvenes

amantes del bicicrós, ubicado entre el Colegio Anglo Escocés Campestre y el conjunto residencial Campanella; allí se encuentra la pista que ya hace más de 10 años y, durante unos arduos meses, fue construida por los mismo jóvenes, con palas, tierra y muchas ga-nas de practicar este deporte que se ha convertido en su diario vivir.

Como en todo grupo social, siempre hay un líder y en este caso, Alexander González es quien motiva todo este movimiento: Los impulsó a construir esta pista hecha a base de tierra, para realizar eventos, reunir amigos, crear expectativa y conciencia en la gente; con el pasar de los años, ha ido cre-ciendo tanto en personas como en fu-ror; todos ellos tienen algo en común y es la pasión, la mentalidad de crear una pista de bicicrós profesional que les permita practicar en sus tiempo libres. Sin embargo todos estos sueños y es-fuerzos han sido rechazados por la co-munidad aledaña a la pista, pues bue-na parte de ella ha tratado de quitarles este espacio, alegando que se presta para robos, para que individuos en las noches fumen sustancias psicoactivas, causando malestar y un conflicto por este territorio.

Para este deporte no existe edad, ni estrato, ni condiciones físicas, ni eco-nómicas; todos ellos sueñan con ser grandes bicicrosistas y además ganar-se el respeto por la labor que ejercen, como dice Luis Rincón de 14 años: “La gente debería darse cuenta, que noso-

En el polideportivo del barrio La Gaitana son muchos los clubes deportivos que brin-

dan a la comunidad un espacio de ac-tividad física en cuanto a fútbol, balon-cesto, atletismo y patinaje entre otros.

Esta vez, el protagonismo se lo lleva la Escuela de Formación Deportiva y Club de Patinaje Sliders, que en sus 7 años de trabajo, como iniciativa de padres de familia y el IDRD por hacer buen uso del tiempo libre de los niños, ha logrado posicionarse con bajo per-fil entre la comunidad de La Gaitana. Lo que hace especial esta escuela, es su sensibilidad por apoyar a aquellos jóve-nes con problemas económicos y físi-

Escuela de patinaje promueve el desarro-llo de niños y jóvenes en Suba

“ Este es un deporte donde nos aleja de lo malo y nos fortalece como personas”...

Por: Liseth Benavides

Por: Liseth Benavides

tros venimos a hacer deporte, a ocupar nuestro tiempo practicando bicicros, nosotros preferimos eso a ser marihua-neros o ladrones, pero nadie ve eso”. Con mucha seguridad e ilusión en su rostro, Luis, como muchos otros jóve-nes de Suba, espera que algún día se cambie este pensamiento y así mismo se abra un espacio donde practiquen libremente.

En Suba existe un lugar llamado “La pi-loto” ubicado en el barrio La Gaitana, pero este espacio tiene falencias, pues no está terminado y no es adecuado para practicar este deporte. Sin embar-go, allí hay todo un lugar de anécdotas, de sueños, de anhelos que se unen en un montón de ciclas, que día a día luchan por un espacio, que día a día luchan por hacer ver a la sociedad que ellos no son sus enemigos, que ellos no son a quienes tiene que señalar, sino apoyar; como dice Sebastián Castro: “Invito a todos los colombianos a que nos ayu-den, queeste es un deporte donde nos aleja de lo malo y nos fortalece como personas”. Esa es una de las innume-rables opiniones y pensamientos que se levantaron desde hace ya 10 años, que con problemas y cuestionamien-tos, han decidido seguir, han decidido creer en aquellos que le prometen pero no cumplen y, aún así, no se rinden por un espacio que claman se les reconozca como parte de su disciplina deportiva.

cos, así mismo el espacio para adultos, padres y madres cabeza de familia, por practicar este deporte.

“Chavo” es el seudónimo de Brayan Moya, un joven de muy bajos recur-sos y quien es apoyado por la escue-la, con el objetivo de explotar todo su potencial e interés por este deporte; ahora él, se convierte en una promesa a nivel distrital por su alto rendimien-to en los campeonatos que se realizan en patinaje, tomando reconocimiento, para seguir entrenando y ser ejemplo de vida; Por otra parte, se encuentra Jhonsito, un alumno con síndrome de Down de 14 años, que lleva patinando hace ya 3 en la escuela; él se convirtió

también en un ejemplo de vida, ya sabe patinar muy bien y rápido, a la vez que demuestra que no hay límites para al-canzar lo que se quiere.

De este modo, Julio César Garnica, director y entrenador, José Espinosa, tesorero y entrenador y Ana Patricia Suesca, secretaria de la Escuela Sliders, iniciaron con 50 niños este proyecto, el cual ahora lo conforman muchos más jóvenes y adultos, quienes no preten-den convertirse en grandes deportistas (al menos no todos), sino utilizar su tiempo libre en algo que para ellos es útil, lúdico y saludable.

La Escuela realiza, además, salidas pe-dagógicas y caminatas a distintos lu-gares de Cundinamarca como parte de su espíritu recreativo, con el fin de afianzar y promover un buen desarro-llo, tanto físico como cultural, en todas las personas que hacen parte de ella; es así como Sliders se caracteriza por su trabajo social y educativo.

Avanza la adecuación y poda del pasto en parques en suba. Varios opera-rios y vecinos trabajan en embellecer los parques de la localidad. Con un

trabajo mancomunado, avanzan tareas de poda y adecuación en varios parques de la localidad, una labor poco visible pero valiosa la que cumplen jardineros, vecinos y la comunidad en general, en la adecuación de los espacios de Suba y la preservación y manutención de los mismos, para que los parques y zonas comu-nes luzcan cada día mejores y puedan ser escenarios para la vida, el disfrute de la juventud, la familia y la niñez.

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Foto Archivo

Liseth Benavides

Liseth Benavides

BMX en Campanella

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Para la gran mayoría de habitantes de Suba, pasan desapercibidas las riquezas naturales que existen

dentro de la localidad; una de ellas es la quebrada La Salitrosa que une al hu-medal de La Conejera con el cerro que lleva este mismo nombre. La quebrada durante su trayecto se ve afectada por fuertes impactos ambientales, que no solo alteran sus aguas, sino también su fauna y su flora.

El Humedal Tibabuyes, o mejor conocido como Juan Amarillo, abre sus puertas a la comunidad

para dar a conocer su majestuosa ve-getación, la maravillosa diversidad de aves y su imponente lago que domina el territorio. El museo vivo preservado para ser parte del pulmón de Bogotá.

El humedal más grande de Bogotá se extiende en un área de 222.85 hectá-reas, distribuidas entre las localidades de Suba y Engativá y su gran laguna es alimentada por los ríos Negro y Sali-tre. Así el humedal se fija como uno de los ecosistemas más importantes de la capital, además de declararse Parque Ecológico Distrital de Humedal, en el año 2004.

Así mismo, el humedal Juan Amarillo también tiene su historia ancestral, li-gada a la cultura Muisca, que le otor-gó el nombre de tierra de labradores, ahora Tibabuyes. En el humedal se celebraba la fiesta de las flores con la asistencia de los caciques de la zona.Por otra parte, los habitantes de la Lo-calidad de Suba son privilegiados por tener en su territorio uno de los pocos

En la quebrada La Salitrosa se juega, se baila y se pinta

Todos para el humedalPor: Nayibe Ocampo

La Salitrosa ya no estará sola, todas las semanas estará en compañía de niñas, niños, jóvenes y adultos quienes pintarán, bailarán y hasta cocinarán junto a ella gracias a un proyecto que busca el reencuentro con esta hermosa parte del territorio de Suba.

De esta manera nace un proyecto a partir del convenio entre la Universi-dad de Ciencias Ambientales y Aplica-das (UDCA) y el Fondo de Desarrollo Local de la Alcaldía, que busca la reno-vación de la memoria histórica, mante-nimiento, apropiación y resignificación del eje de La Salitrosa.

“Personalmente me da tristeza no saber que cerca de mi casa cuento con una ri-queza natural, pero me da aliento saber que se lideran este tipo de procesos que amplían el compromiso de las perso-nas hacia el cuidado y mantenimiento de la quebrada”, afirma Andrea Suárez, joven habitante del sector de la Fontana Grande.

El proyecto se expande a poblaciones de niñas y niños en los colegios y a la comunidad por medio de las Juntas de Acción. Maneja tres ejes: uno de sensi-bilización a partir de actividades como recorridos por las cuencas, humedales y aulas ambientales, talleres de pintura, danza, literatura y demás expresiones artísticas e intercambios de experien-cias de comunidades, dentro y fuera de la ciudad que permiten conocer proce-sos similares de otros lugares. Cabe re-saltar que dichas actividades se realizan alrededor de la cuenca de la quebrada.

El segundo eje se enfoca en la conti-nuidad del proyecto y se orienta a “rea-

lizar una red ciudadana donde van a estar diferentes actores sociales que nos den la sostenibilidad del proyecto, que desde sus mismas iniciativas cuiden y conserven la quebrada y que ellos mis-mos generen proyectos hacia este fin”, enfatiza Marcela Gutiérrez, una de sus gestoras.

Finalmente el último eje está dirigido hacia el mantenimiento y limpieza de La Salitrosa y sus componentes. Por esta razón se realizaron limpiezas de este cuerpo de agua, en febrero, abril y junio del presente año. El proyecto está fomentando una nue-va conciencia ambiental para mejorar

nuestro ambiente.” reflexiona la señora Flor Sanabria, habitante y miembro de la JAC del barrio Cataluña, quien parti-cipó en uno de los recorridos y talleres.

Henny Margoth Santiago, coordinado-ra del proyecto, hace un llamado a los habitantes de Suba para que se unan al proceso: “La Salitrosa es un lugar en el que se puede descansar, donde se pue-de recargar de energía, donde puede sentir contacto con la naturaleza, don-de usted puede hacer parte. Y el hecho de mantener bien nuestra quebrada, es mantener bien nuestra calidad de vida

Por: Diana Gil

humedales con mayor biodiversidad, dividida en: tercio alto, tercio medio y tercio bajo, representados en hábitat o senderos ecológicos y cada uno rico por conservar plantas nativas, exóticas y aves, tanto residentes como migrato-rias; grandes atractivos según explica Aura Silva, coordinadora de la admi-nistración del humedal Juan Amarillo - Fundación ALMA.

Actualmente, la diversidad de aves que migran y residen en el humedal Juan Amarillo se convierten en las seducto-ras de los recorridos. Algunas especies se pueden reconocer fácilmente como las tinguas de pico amarillo en orillas de la laguna, los chamones, que con su cantar dan la bienvenida al sol, el espí-ritu santo, los copetones que adornan las copas de los árboles, el búho bogo-tano, las garzas blancas, azules y africa-nas que se pasean por el lago con su im-ponente caminar, las chisgas, monjitas, colibríes y sirirís, entre otras especies, son las que se pueden encontrar en los recorridos por el humedal.Además existen 332 especies de plantas nativas y exóticas que habitan el Hu-medal Tibabuyes; por los senderos se pueden encontrar el abutilón con sus

maravillosas flores, los majestuosos ce-dros, los frutos de los árboles mano de oso y cerezos, entre otros que contras-tan con las imponentes construcciones que rodean la reserva natural.

Otros habitantes del humedal están re-presentados por mamíferos, anfibios, reptiles y peces, especies que prospe-ran y complementan el buen funcio-namiento del ecosistema además de plantas acuáticas y terrestres que enri-quecen el paisaje ecológico de la locali-dad, afirma Lliscel Peña, bióloga inves-tigadora de la Universidad Javeriana.

El equipo pedagógico que realiza los recorridos por el Humedal Tibabu-yes está conformado por un grupo de profesionales, estudiantes de carreras ambientales, líderes comunitarios, Téc-nicos en Ecoturismo, Recursos Natura-les, expertos en el trabajo con la comu-nidad y coordinados por la Fundación ALMA, administradora del humedal Juan Amarillo – Tibabuyes.

Aura Silva, coordinadora de la admi-nistración del humedal, afirma que las visitas están vinculadas al programa de gestión social que lleva a cabo la fun-

dación, complementado por talleres de títeres, conversatorios, reuniones y jor-nadas culturales que integran el fuer-te trabajo de preservación que se está llevando a cabo para mejorar las con-diciones del ecosistema existente y ser parte del pulmón de la capital. Agrega, que los recorridos guiados están acom-pañados por vigilancia y el equipo pe-dagógico.

¿Qué tiene el humedal para contarte?La invitación es para las personas o grupos que quieran conocer la esplen-dorosa biodiversidad que conserva el humedal Juan Amarillo. Sólo deben comunicarse con la administración del humedal, Fundación ALMA, al telé-fono 5360848 o al correo electrónico [email protected] y participar en los recorridos organiza-dos de lunes a viernes 8:00 am a 5:00pm y fines de semana hasta medio día. La Administración garantiza el acompa-ñamiento de los guías pedagógicos y la Policía Nacional.

Cortesía del proyecto La Salitrosa, Nuestra Quebrada

Tínguas, garzas y copetones en Torca – Guaymaral

Por: Diana Patricia Gil Moreno.

Las miradas estaban puestas en el humedal Torca - Guaymaral. Este humedal ahora era famoso,

al menos por un momento. Por fin sa-lía en los medios de comunicación, pero lastimosamente no por traer buenas noticias sino por las inundaciones que provocaron daños en la Universidad de la Sabana y sectores aledaños durante la temporada invernal que vivió el país en el año 2011. Durante esta época se ha-bló, se discutió, se culpó, en fin, al final el mensaje daba a entender que la natura-leza “cobraba venganza” por el descuido, pero en realidad estaba pidiendo auxilio a gritos.

Hoy, dos años después de este suce-so, Pilar Beltrán, guía ambiental de la Fundación Humedal Torca-Guaymaral, camina, junto a 15 jóvenes del colegio Aquileo Parra de Usaquén, en un reco-rrido que los llevará a conocer y enten-der la importancia de este lugar.

El sol brilla y hay pocas nubes en el cielo, cielo por el cual no dejan de sobrevolar las avionetas que salen del aeropuerto de Guaymaral ubicado muy cerca. Aunque el ruido es bastante molesto, Pilar cuen-ta que las aves y los animales que habitan en el humedal lograron acostumbrarse y que parecen convivir muy bien con estos “pájaros de acero”.

Inicia el recorridoAl principio del recorrido el humedal deja sentir cómo el descuido ha hecho mella en sus aguas pues el olor no es muy agradable. Al llegar al primer punto del trayecto, Pilar explica que la basura que se ve, como si estuviera saliendo de la tierra, son residuos que pueden llevar más de 35 años allí, aunque pareciera que llevaran tan sólo una semana, ya que el plástico tarda de 100 a 1000 años en degradarse.

Poco a poco y paso a paso va desapare-ciendo el molesto olor, abriendo camino a la tranquilidad para poder ver las aves que descuidadamente salen a darse un chapuzón o a buscar comida. Se pueden distinguir las tínguas, las garzas y los copetones. Laura Muñoz, practicante de la Universidad de Ciencias Aplica-das y Ambientales (UDCA) y quien se encuentra acompañando el recorrido, espera ver con ilusión, un ave que rara-mente sale, es el turpial de agua o más conocido como “la monjita” por tener su cabeza de color amarillo y su cuerpo negro.

Mientras se camina “tranquilamente”, al acostumbrarse, claro está, al despegue de avionetas, aparecen como por arte de magia, de la magia que deja la contami-nación, objetos absurdos y extraños en medio del paisaje verde y natural, como por ejemplo una enorme carcaza de un transformador eléctrico, el cascarón de un televisor, colchones y hasta sofás.

“Ojos que no ven, corazón que no siente”. Esta frase sale muy bien cuando se habla del cuidado ambiental, en especial del humedal Torca- Guaymaral.

Ciudad Hunza, la herencia verde del cerro

Por: Xiomara Cruz H.

Lo que los agricultores urbanos de Ciudad Hunza quieren heredar a los más pequeños, se constituye

en una forma de unidad y desarrollo económico solidario para el sector.

Integrarse para hacer una creación co-lectiva, en donde pudieran aprender y crecer, fue una de las apuestas que hi-cieron los vecinos de Ciudad Hunza en Suba, a través de la agricultura.

En el 2009 Viviana Ruíz, junto a otros habitantes de la localidad, crearon la fundación Dar Desarrollo y desde allí lidera la Huerta Comunitaria Hucta Hizcac Hunza, ubicada en una cons-trucción aún sin terminar del sector.

La intención del proyecto desde un principio fue capacitar a la personas en agricultura urbana, como forma de economía social solidaria y de trabajo colectivo, valiéndose de los pocos re-cursos que tenían. Fue así como en el 2010 se empezaron a hacer camas de sembrado -construcciones hechas a partir de tablas de madera- en las te-rrazas de algunos vecinos. Allí se hicie-ron los primeros cultivos de lechuga, alverja, rábano, cubios y cilantro.

Aunque estas primeras cosechas no fueron tan productivas, sí dejaron el ánimo suficiente entre los sembradores para aprender más, mejorar la técnica y creer en una alternativa solidaria.

Y es que a pesar de los esfuerzos, que desde hace más de trece años viene rea-lizando la Fundación Humedal Torca – Guaymaral en la búsqueda de la in-tervención y recuperación de este lugar, poco se había logrado adelantar ya que, a diferencia de otros humedales ubica-dos en Bogotá, el de Torca - Guaymaral hace parte de predios de personas par-ticulares a quienes hay que consultarles para poder hacer algún tipo de injeren-cia. Buscar la concertación fue y conti-núa siendo una labor compleja, pero se ha logrado avanzar bastante gracias a la dedicación, constancia y empeño de quienes conforman la Fundación.

Los avancesUno de estos avances es la firma de un convenio, en diciembre de 2012, con la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá para desarrollar un proyecto que busca, por un lado, recuperar este lugar a través del monitoreo, vigilancia, y mantenimiento que constantemente se realiza, y por otro lado, lograr el “re-conocimiento” y la “re-significación” del territorio por medio de la sensibilización de la comunidad a través de charlas, vi-deos, recorridos ecológicos y limpiezas a la cuenca.

“Me parecen importantes los recorri-dos, ya que nos hacemos consientes del enorme daño que estamos dejando”, expresa Enrique de 15 años, estudiante del colegio Aquileo Parra, quien hoy se encuentra caminando por el humedal. Kike, como tiene inscrita en su chaque-ta, a pesar de su corta edad, habla con propiedad del tema ya que también hace parte de los vigías ambientales de esta institución. Agrega que la experiencia ha sido enriquecedora y que le ha per-mitido educar a través de su ejemplo a las personas que lo rodean.

“Los invitamos a conocer estos her-mosos lugares para que no solamente se den cuenta de la contaminación que se ha dejado sino para que sientan que este territorio es nuestro y que por ende cualquier acción que hagamos en contra del ambiente, como botar un papel, pue-de traer consecuencias graves”.

En el 2011 la agrupación de agricul-tores urbanos del Cerro Sur participó en el concurso Suba Emprendedora, promovido desde la Alcaldía Distrital y la Unidad Local de Emprendimien-to y Productividad – ULEP, ganaron y tuvieron acceso a procesos de capacita-ción y materiales para la construcción de nuevas camas de sembrado.

De esta forma, se hizo necesario ex-tender los espacios para cultivar y fue como los sembradores consiguieron que el colectivo Corpohunza prestara una construcción baldía en la cual ha-cerlo.

Con recursos gestados desde activi-dades propias de reciclaje, el grupo de cultivadores -entre los que figuran en su mayoría mujeres de la tercera edad del sector-, busca que la huerta comu-nitaria siga creciendo. Aún con muchas necesidades para el mantenimiento de sus cultivos, persiste el ánimo de que ésta se constituya en una forma de de-sarrollo económico real para los habi-tantes del sector.

A su vez la huerta comunitaria de Ciu-dad Hunza quiere ser un ejemplo de los aprendizajes que los adultos hereden a los niños del barrio, quienes empren-den la tarea de preservar el verde de las terrazas agrícolas y la colectividad en-tre vecinos, para contribuir en la cons-trucción conjunta de barrio.

Foto Archivo

Xiomara Cruz H.

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Tibabuyes necesita vivir. Por eso ya son varios los esfuerzos de la comunidad por reconocerse como un solo individuo con el entorno que lo rodea. Los paseos en bicicleta que organiza el colectivo Suba Nativa, tienen como objetivo acercar a la

comunidad y en especial a los jóvenes, a la mirada reflexiva y critica, frente a lo que sucede cada día con el deterioro de la naturaleza en la localidad de Suba.

Una iniciativa para proteger el territorio

Rodando por la

Así van los parques del Pinar de Suba

tierra de labradores

Por: Liseth Benavides

Para recorrer el territorio, en compañía de los participantes de los “bicipaseos”, hay que estar muy puntuales en el lugar de encuentro, dejarse contagiar por la camaradería e ir decididos a observar la realidad de nuestro entorno.Se suman a esta caravana hombres y mujeres de distintas edades, todas coinci-diendo en un actuar urgente que atraiga a más personas a la conciencia y el res-peto por la vida.

Con las recomendaciones necesarias para ser un grupo rodante fuerte, nos lan-zamos a montar por las calles que conducen al humedal Tibabuyes. Cruzamos avenidas en grupo, con la mirada indiferente de los transeúntes que reconocen algo más cotidiano en nosotros, el uso de la bici como herramienta de movilidad responsable.Logramos alcanzar la ciclo ruta y empezamos a saludar al humedal, que en un primer vistazo desde el puente, se ve hecho un hilo de agua que en un principio fue pura, pero que a esta altura ya es un revoltijo de escombros del progreso. Los habitantes permanentes del humedal y quiénes son los más avistados por la carro-ña que los convoca, se forman en hilera como en la entrada de un campo santo. Un primer momento para intentar la conversación, la cual resulta difícil, pues el nivel de ruido de la carretera es altísimo, justo para empezar a reflexionar sobre los depredadores del ecosistema.Justo también cuando ahondamos en más factores adversos, aparecen los habitan-tes de calle que se refugian en el humedal sin una opción visible para su recupe-ración, y sumidos en un olvido general. Se sostiene en el aire un gavilán espíritu santo, como muestra de la fuerza de la vida y el compromiso con la generación que viene, pues esta ave se sostiene en el aire para identificar a su presa entre el alto pastizal, capturarla y ofrecerla a su familia, como el mejor de los padres.Seguimos rodando y observando lo difícil que la sociedad actual de consumo inconsciente, se la pone a la armonía de la convivencia. Basura en los andenes, en la ciclo ruta, al lado de los postes; en fin, basura, mucha basura, lejos del cero deseado.

Ingresamos al humedal y atravesamos por sorpresa, lo que es un cambuche de carretilleros. Hombres viviendo entre escombros y material reutilizado al lado del espejo de agua. Con varios caballos a punto de jubilarse y unas casas semiderrum-badas sin agua, sin luz, sin un chance para ellos, sin un chance para el humedal como parque para la familia, más bien convertido en un peligro de sólo verlo.

Sin embargo, volvemos a hablar del humedal como hogar para muchas especies, entre ellas aves migratorias, patos, garzas y otros animales como los curíes y los peces que resisten esta contaminación. Y es esta diversidad la que alienta estos encuentros ciudadanos. Se puede concluir que el humedal es un lugar vivo, que la cantidad de patos así lo demuestra, a pesar de que comparten el precioso líquido con variado tipo de desechos.

La ruta no puede estar completa sin la remembranza del lugar sagrado que es este territorio para las culturas indígenas: El río visto como serpiente dadora de vida.

Tibabuyes fue confundido con Juan Amarillo. Un nombre puesto por españoles en los tiempos en que estos se repartieron la tierra y la secaron con arboles ex-tranjeros y, en tiempos más actuales, con escombros de las obras públicas, simple-mente para tener más tierra donde construir, lo que representa más dinero para aquellos a quienes no les importa disponer de los recursos de todas y todos.

Por eso se hace un llamado a toda la gente de Suba ya sea residente o no, para que acuda a los bici paseos, aporte su punto de vista y jalone junto a los demás Muiscas, que significa gente, este proceso social que involucra hacer amigos vivos, duraderos, necesarios, como el agua, el árbol, el silencio y la familia.

Estos bici paseos estuvieron programados por tres meses, todos los sábados a las 9:30am, empezando el 9 de marzo y con punto de partida en el salón comunal de Aures 1 - Calle 130B Nº100 - 64 (Cerca al CAI de Aures). Para acceder a mayor información puede visitar la página http://www.subanativa.com o escribir al co-rreo [email protected].

El Humedal entre escombros y diversidad animal

Tibabuyes, un nombre español.

En el barrio Pinar de Suba existen tres parques, dos de ellos con canchas de tenis y uno con cancha de voleibol lo que, con el paso del tiempo y en el momento en que fueron declarados públicos, generó un malestar entre la

comunidad por la inseguridad y la mala administración de este espacio recreativo.

Muchas han sido las quejas, como lo afirma Juan Sánchez residente del barrio, comentando que “los parques han desmejorado, el parque central de Pinar tiene huecos por los cuales se pasa la gente a consumir drogas y sin embargo con los cuadrantes de la policía que vigilan, se siguen metiendo a escondidas para dañar

el parque”. A partir de estas quejas, la comunidad decidió cambiar de administra-ción y regenerar la Junta de Acción Comunal, cuyo comité deportivo, a cargo del señor Antonio Cita, quiere a través de propuestas dirigidas a los entes deportivos de Bogotá, realizar un mejoramiento en las instalaciones del parque, que como lo menciona el señor Antonio: “…(El parque) entró en un periodo de abandono, por lo cual, se dejó de invertir en él, como anteriormente se realizaba en aseo, mante-nimiento y ornamentación del escenario”. Poco a poco el parque ha retomado actividades gracias a la estrategia que la mis-ma Junta decidió realizar, al alquilar las canchas de tenis por un muy bajo costo para reinvertir ese dinero en la recuperación del mismo (pintura, podaje), y tam-bién al utilizar estos espacios de recreación haciendo torneos de futbol, balonces-to y tenis).

Otra de las quejas que se han presentado, es la que expone Mario Alfredo Guar-diola: “En los últimos años el barrio se ha llenado de indigencia, algo que nunca había sucedido aquí, falta mayor control, ya que esto perjudica tanto al barrio como a las personas que viven en él”. Este problema que persiste con gran incon-formismo, se ha empezado a controlar con cuadrantes que vigilan diariamente el barrio. Sin embargo, el proyecto que quiere realizar la Junta de Acción Comunal hasta ahora empieza a tomar fuerza y se espera tenga todo el apoyo de la comuni-dad, informando cualquier anomalía que se presente para un resultado más rápi-do y así mismo crear conciencia sobre el cuidado de los parques y el apoyo mutuo.

Liseth Benavides

Seneth: noble ilustraciónPor: Carlos Andrés Gaona Padilla.

Por: Carlos Andrés Gaona Padilla.

San Agustín, Antioquia, parece inexistente en el mapa de mi memoria. Pero es el lugar de donde partió la profe Seneth, cuando tenía 8 años de edad, con su familia a bordo de una chiva en un trasteo de 18 horas hasta la Tulia, Valle

del Cauca.

Una crisis económica y sentimental, obligó a su padre a buscar refugio en su natal Valle, y el paraíso perdido se convirtió en un verdadero infierno. El mismo que

vio a la noble pintora salir de su dominio para cumplir un sueño.

Seneth no le da importancia al apellido. Siempre ha querido ser ella; más allá de las dificultades. Realidades que han for-mado la libertad de esta artista residen-te en Suba, su destino final hasta ahora, donde ve nacer y morir el sol, y es dicho-sa por romper la barrera del miedo y la rutina.

Su amor por el arteCuando apenas tenía 8 años vio con ilu-sión un libro de arte que su profesor en la escuela paseaba, y lo quiso mirar con atención; este le respondió equivocado:

“¿Para qué lo quieres ver si tú no tienes talento?”. Y con su amor propio encendi-do, a manera de conjuro creador, prometió a su profesor superarlo con ventaja.

Le costó bastante conseguirse sus cuadernos. Cuidaba de sus hermanos que eran más pequeños. En un pueblo caluroso, mientras papá trabajaba y su mamá en la máquina remendaba los vacios de la familia recién llegada a una casa saturada, de esas de inquilinato, con un baño para todos los cuartos, subdividos en cuatro, para mas familias en un momento jodido, un 1985, catastrófico por muchos la-dos, y en el Valle azotado por el auge del narcotráfico y los asesinatos preventivos, aquellos que acababan con la vida de campesinos, que veían cómo sus patrones, cambiaban el café por coca, y estos patrones, con miedo de ser sapiados, asesina-ban a sus empleados. Además estaban Los feos, (f2) policía judicial, que manda-ban a dormir a todos a la misma hora o si no ellos los acostaban.

El diablo del poder suelto, buscando mujeres bonitas para llevárselas al patrón, que en ese lugar era El Alacrán, y quien disponía de lo que se le antojara en el pueblo.

Derrotando las adversidadesSaliendo de ese apuro, pidió a su papá los cuadernos. “Te los tienes que ganar”, le dijo el viejo sereno. Y pelando yuca en vacaciones, aprendió la profe a trabajar; 8 años fueron suficientes para empezar con su ahorro. De ahí en adelante se des-envolvió por sí misma, llegó al noveno grado y para continuar con la línea de hacer realidad su sueño, trabajó en un granero, en una finca brillante, que ella mantenía así, a fuerza de echar viruta, cera y brillar; después, cocinar, lavar, volver a hacer de comer, esperar la tem-porada para irse a coger café, para reu-nir quince mil pesos; el costo de unos folletos que venían desde USA, con una parte confusa, que le permitiría el ac-ceso, para saber cómo es eso de dibujar una persona.

“Siempre me gustaron los dibujos ani-mados. Empecé a estrellar piedritas de colores, unos días jugando junto al rio, mientras mi papá recogía la leña que baja con la corriente, porque él siem-pre consiente, no quería tumbar el monte para preparar la comida. Me gustó la sensación de las piedras en mis manos y las rayitas en la arena del rio.

Luego con mi mamá, mezclábamos los colores, del perejil machacado, del achote y hasta el azul de metileno, con que curaban a los marranos. Esos fueron los óleos para mis primeros paisajes. Y nada como un lienzo único, en la fachada de mi casa. Paredes frescas y blancas, pintadas por mi papá, que yo con un carbón, me di mucho gusto pintando, hasta que llegó Don Brocaldo, como se llama mi viejo, quien no comprendió mi estética”, narraba Seneth.

Ya con la renta de los folletos debió trabajar constante y cedió ante la propuesta de una turista bogotana, quien prometió darle el estudio, si trabajaba en su casa.

Ya por fin en la capital, siguió comprobando el hielo que muchas personas man-tienen en su cordura. Debió conseguir su sustento, derrotar el miedo y el dolor, la ausencia y el hambre.

Logró traspasar la comodidad de una quincena, y verse al otro lado libre, con su parte creadora.

En sus obras reconoce un lado entre sombras. Ese aspecto humano que no de-jamos ver por prejuicio, por vanidad, por mantener una fachada y que todos ca-llamos, hasta el momento ideal, en el que podamos aceptarnos. Así, la mujer de rostro hermoso tiene en su adentro no muy lejano, una calavera viva, la esencia de su firmeza.

Su labor comunitaria en SubaCon firmeza la profe Seneth, es licenciada en artes plásticas, maneja varios pro-gramas de fotografía y animación y se abre camino para enseñar a niños y niñas del barrio Atenas, esta vocación artística, integral, que valora la individualidad y promueve el autoconocimiento, pues solo al valorarnos, podemos llegar a amar y proteger el bien común.

En su taller, en una esquina que da la bienvenida al humedal Tibabuyes, saluda la profe Seneth a su pedazo de cielo; una pintora necesita la luz y estuvo bastante tiempo entre sombras.Ahora solo queda la noble creación.

“Yo me salvé, por-que no soy de los arquetipos de mujer bonita”.

Carlos Andres Gaona

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Cuando la sangre llama, no hay temporalidad que se oponga

“Cada vez que las personas se reúnen, crecen…”, dice Graciela rumbo a París

Indígenas urbanos de Suba

Las construcciones en comunidad traspasan fronteras

Por: Xiomara Cruz H.

Por: Xiomara Cruz H.

Paula y Jorge son jóvenes de 18 y 27 años, viven en Suba y ambos tienen el cabello largo. Comparten además su color de piel, ojos, rasgos y un apellido. Son hermanos y desde su pasado familiar han estado muy ligados a la his-

toria de Suba. Desde cuando la Localidad 11 no era aún parte de Bogotá. Incluso, mucho antes que fuera reconocida como municipio cercano a la capital.

Sus bisabuelos, heredaron de la cultura Muisca -pueblo indígena asentado en el pasado en el Altiplano Cundiboyacense - una adaptación lingüística Muysccubun (Muisca). El legado ha pernoctado por generaciones en la familia.

Fue así como primero estuvieron los apellidos Yopasa – Niviayo de los padres del abuelo paterno, luego los apelativos Yopasa – Rodríguez, del padre de Jorge, y hasta la actualidad los apellidos Yopasa – Cárdenas de Paula, Jorge David y sus cuatro hermanos. Todas las subdivisio-nes del árbol genealógico de esta fami-lia, han vivido por años en las mismas cuadras y calles contiguas del barrio La Esperanza en Suba, dedicadas en su ma-yoría a las tareas de panadería y trans-porte de carga.

Este par de hermanos crean su identidad a partir de su historia y se asumen como indígenas urbanos por el contexto en el cual viven. Aunque, afirma Jorge Yopasa […]: “me da nostalgia pensar en 40 años atrás, cuando no pude ver un humedal lleno de Tinguas o pescados en el río Bogotá, ni pescar como pudo hacerlo mi padre de niño en el río Juan amarillo”, junto con su hermana quieren conocer lo que heredaron de sus ancestros.

Por su parte Paula Yopasa dice estar orgullosa de saber que son nativos de Suba, y aunque cree que es complicado mantener vigente su cultura, por la rapidez y ambigüedad con que transita la sociedad; intenta demostrar con sus acciones y elecciones cuáles son sus raíces.En el Cabildo indígena de Suba, Jorge y Paula se reúnen con otros miembros de su gran familia (Muisca). Entre ellos figuran los Cabiativa, Caita, Neuque, Niviayo, Nivia Chipo, (por mencionar algunos) con los cuales aspiran a que el legado cul-tural, -dentro del cual persiste el cuidado por la naturaleza, el respeto por el otro y la fraternidad- que años atrás sus ancestros dejaron en Zhuba, reviva.

Aunque Paula y Jorge Yopasa entienden que los paisajes, la lengua y muchas de las prácticas de sus anteriores generaciones jamás regresarán, ellos disfrutan día a día un legado del cual no quiere desprenderse y que sienten la obligación de defender y proclamar.

Xiomara Cruz

París, Francia. Este será el destino de Graciela Quintero de 52 años y quien a través de la ONG Enda

América Latina - Colombia, participa-rá del Foro Internacional sobre la igual-dad de género y la economía social y solidaria. Allí compartirá con otras Mujeres del mundo ideas y experien-cias de crecimiento común, y procesos de alfabetización desde la perspectiva de género.

Emprender el viaje que hará esta mujer en los próximos meses le ha costado más de la mitad de su vida. Los años que ha empleado en la labor del reci-claje, y también en las construcciones solidarias de la Asociación Colectivo Loma Verde del Cerro Sur en Suba.

Graciela y otras mujeres y hombres de su comunidad, pertenecientes a orga-nizaciones comunitarias enfocadas en trabajos de agricultura urbana, medio ambiente y procesos culturales, entre las que figuran la Casa de la Cultura Ciudad Hunza, han establecido una red para intercambiar saberes.Desde allí, tejidos en hilo y lana, hebi-llas, aretes, collares y otras artes hechas con material reciclable, serán llevados al viejo continente para dar cuenta de la solidaridad entre vecinos del sector.

“Para mí es un logro, el fruto del traba-jo constante. Son 30 años de demostrar el trabajo en red. Desde la corporación Loma Verde, las mujeres hemos lucha-do por mejorar el ambiente y tener una

entrada económica para romper ese círculo de violencia de género. Yo lle-varé a Paris mis aprendizajes, entre los que están el hacer piezas en cáscara de naranja”, expresa Graciela.

Los espacios para el intercambio de sa-beres que han establecido estos vecinos de Suba, han servido además para crear relaciones de convivencia y respeto en-tre niños, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad. También para enla-zar la memorias del barrio.

“Se comparten historias de vida, sa-beres. Cada vez que las personas se reúnen, crecen”. Es el sentimiento co-mún de los participantes de tertulia y trabajo de la Mesa de organizaciones

del Cerro Sur, que se apuran en alistar lo que su representante llevará a la ciu-dad de la Torre Eiffel.

Fuente Fotografíca : Internet

Fuente Fotografíca : Internet

Fuente Fotografíca : Internet

María Eugenia Caita es una mujer que lleva toda su vida viviendo en la localidad de Suba; su pa-

sado indígena, su familia, las tierras que poseían, y su vida en la ciudad como una mujer que pertenece al cabildo indígena de la localidad cuentan cómo es la vida de nuestros indígenas urbanos.

La vida de María Eugenia ha sido rodea-da todo el tiempo por su pasado indígena, sin embargo hasta hace poco ella lo sabía y desde ese entonces lo lleva con orgullo todos los días. La familia de María Euge-nia lleva el apellido Caita, su padre Juan de Jesús Caita es quien ha llevado este le-gado por mucho tiempo, sus abuelos Ma-tilde Caita e Isidoro Caita Neuto en ese entonces vivían en la zona de Tuna Alta, ubicada hacia los cerros de la localidad.

“Donde yo vaya llevo mi pasado…”Las Mujeres indígenas en la ciudad

Por: Nicolás González

La historia de la familia Caita empieza con la señora María Caita y el señor Matías Caita bisabuelos de María Eugenia. En ese entonces ellos poseían gran parte de las tierras ubicadas en el cerro de Suba, debido a que el señor Matías Caita era un enco-mendado de tierras en el pueblo. Su trabajo consistía en que si llegaba una familia a Suba el entregaba parte de la tierra para que la familia trabajara y viviera allí. Es por esto que la familia Caita tenía una gran cantidad de tierras en Suba, las cuales tiempo después perdieron por un negocio mal hecho.

Para ese entonces en el cerro de Suba se producía carbón, era una tierra para traba-jar cultivos y llena de prosperidad, de lo cual aprovecharon muchas personas para poder apoderarse de las tierras que en principio pertenecían a los indígenas. Sin embargo la familia Caita logró conservar algunas de estas tierras en donde actual-mente viven: “Donde yo vivo todavía son herencias de mi bisabuelo, mis hermanos, los primos por parte de mis tíos abuelos y mis primos viven ahí, todos vivimos muy cerca, inclusive la cuadra donde yo vivo, toda esa cuadra es de la familia Caita”.

El abuelo de María Eugenia Isidoro Caita, trabajaba en unas ladrilleras que exis-tían en la localidad; su trabajo era como capataz lo cual produjo su muerte en un asesinato. Tiempo después, su padre trabajaba como maestro de obra en distintas construcciones de la ciudad.

El pasado indígena

El pasado indígena de María Eugenia fue algo que de pronto apareció en su vida: “Yo al inicio no sabía que era indígena, en ese entonces ni siquiera había cabildo indígena en la localidad, hasta mucha gente negaba su pasado indígena a pesar de que tuvie-ran apellidos como Caita, Nivia o Yopasa”. La creación del cabildo indígena empieza hacia el año 1988, cuando empiezan las iniciativas por crear una representación de los indígenas en la ciudad; sin embargo el cabildo como entidad empieza a existir por ley a partir de la alcaldía de Mockus.

Anteriormente las familias indígenas en la localidad tenían una relación estrecha con las demás familias, se hacían reuniones, se celebraban cumpleaños o eventos es-peciales, en los funerales se reunían todas las familias para despedir la persona que moría. Entre otras costumbres que los vinculaban mucho más, los rituales o demás ceremonias ancestrales no se practicaban en ese entonces, sin embargo la tradición por estar juntos con un pasado en común hacía que esta comunidad se mantuviera.

En la actualidad María Eugenia Caita lleva con orgullo su pasado indígena; afirma que “donde yo vaya llevo mi pasado, a mí no me da vergüenza a todo lado donde yo voy digo “yo soy india pero eso no quiere decir que yo tenga todas las costumbres indígenas”.” Como mujer ella asiste, participa y pone su voz en todas las asambleas que se dan en torno a las problemáticas que pueda tener la comunidad indígena en la localidad; problemáticas de salud, tierra, situación militar de los jóvenes entre otros temas.

Hablando de la comunidad en general María Eugenia afirma que “la participación de la mujer en el cabildo es muy impor-tante, la mayoría de personas que participan de esto son mujeres”. De los tres gobernadores que ha habido en el cabildo dos han sido mujeres; actualmente está representado por la gobernadora Claudia Yopasa y casi un 70% por ciento de las muje-res participan de las actividades. Existen muchas actividades en pro de buscar bienestar para todos y la equidad de género.

De esta manera María Eugenia habla de su pasado, afirma que tanto el gobierno como la sociedad en general aceptan y ayu-dan a los indígenas, por lo cual ella siente que su comunidad prospera y que cada día puede mejorar.

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El Concejo debe aprobarel cupo de endeudamiento

Por: Jaime Alberto Silva Jiménez

El pasado viernes 26 de abril de 2013, en horas de la mañana, se conglomeraron más de 400 habitantes del barrio Costa Rica en el sector de

Suba Rincón y realizaron una manifestación en la ca-lle 93 con carrera 130, para que les sean atendidas las peticiones y necesidades de la zona, ya que para los ciudadanos no es aceptable que sus calles se encuen-tren deterioradas y no se haga nada al respecto. “No se puede trabajar para las clientelas, hay que generar procesos políticos distintos para contribuir al desa-rrollo de la ciudad”, dijo uno de los manifestantes.v

Se contó la presencia de líderes Comunitarios, Defen-sa Civil y Policía para velar por el orden y ejecución pacífica de la manifestación; la Alcaldesa Local, Ma-risol Perilla Gómez, también se hizo presente y afir-mó: “La única alternativa es que el Concejo aprue-be lo que se comprometió, el descuento por cupo de endeudamiento. Ningún funcionario le apuesta a la corrupción, ya que somos voceros de la verdad. Los barrios Rincón, Manhattan y Patio Bonito son las zo-nas más grandes a nivel poblacional de Suramérica y necesitamos hechos, estoy comprometida con la co-munidad y nada en esta ciudad se logra sin la capaci-dad de respetar y amar”, afirmó, demostrando que le apuesta al cambio y transformación social.

Los motivos de la movilizaciónEl plantón del día sábado 27 abril en el Concejo de Bogotá, se debió a tres aspectos principales: prime-ro la corrupción, segundo, generar un debate público (a favor y en contra) del cupo de endeudamiento y, tercero, expresar un no rotundo al cobro de valoriza-ción. La propuesta se concentró en un no al impuesto de valorización, la gestión de por lo menos 20 obras importantes para la ciudad y que se apruebe cupo de endeudamiento. Estos son, al final, los motivos de la pugna, y seguirá hasta que el honorable Concejo de Bogotá decida tomar cartas en estos asuntos a favor de la ciudadanía.

Hay que aclarar que en la actualidad el endeudamien-to de la ciudad es de 1.3 billones, y para la ejecución de obras el monto solicitado con la banca internacio-nal es de 4.3 billones.

Los que hicieron presenciaSe contó en esta movilización con la presencia de de-legaciones de Barrios Unidos, Bosa, Fontibón, Puente Aranda y Suba. Arengas como “abajo la ley 180” y “a mí no me pagaron, yo vine porque quise”, dan a en-tender que el Concejo no puede cerrar las puertas a las comunidades, sobre todo si se tiene en cuenta que las decisiones públicas frente a estos temas tan im-portantes hoy están en manos de los concejales como representantes de los intereses ciudadanos.

El Presidente de Asojuntas de Suba, Hugo Barajas, informó que: “la deuda es una de las formas de presu-puesto público, hay que apalancar el desarrollo eco-nómico. El Banco de La República no puede emitir moneda para el desarrollo. La valorización no cubre el monto de las obras que hay que hacer, si se hace con el empréstito de la Alcaldía no alcanza, muchos no verían las obras culminadas, son 208 mil millones sólo para un tramo de Suba”.

Gustavo Alvarado, funcionario de la alcaldía local de Suba señaló que sigue firme en su posición de que estas obras, necesarias para la ciudad y la localidad, deben ser financiadas con parte de las regalías del oro o con las exportaciones de petróleo, porque “todos los

¡Para la biciEn cercanías al barrio Orquídeas hay un espacio de encuentro para jóvenes practicantes de BMX, bicicrós y aficionados a la bici en general. En las inmediaciones del parque del barrio, junto a la cancha múltiple, hay un espacio para el disfrute de la juventud de la localidad que practica este apasionante deporte, o que encuentra en la bici-cleta una manera sana de esparcimiento y activi-dad física que produce bienestar y salud.

ricos tienen pavimento pero los pobres no podemos tener calles”.

La idea es que organismos multilaterales del sector financiero como el Banco Mundial, el Fondo Moneta-rio Internacional o el Banco Interamericano de Desa-rrollo financien las obras urgentes que necesita Bogo-tá, sin que la base de intereses sea excesiva (aunque ya todos sabemos las condiciones que estos organismos imponen a sus “deudores”).

Hay que decir que con estas manifestaciones ciuda-danas se genera optimismo y unidad en pro de resul-tados que favorezcan a los habitantes de la localidad de Suba y de la ciudad en general, contando con el apoyo incondicional de la Alcaldía Local.

Jaime Alberto Silva Jiménez

Jaime Alberto Silva JiménezDiana Gil

Diana Gil

Archivo Liseth Benavides

Clara Rojas lleva 10 años con el hogar ubicado en Miraflores llamado “Mis Caritas Alegres”. Anita Barrera de Tuna Alta lleva 3 años con el

jardín “Mi Segunda Estación”, Sandra Sarazo 5 años de servicio con “Estrellitas del Rosal” y Janet Herrera, al igual que sus amigas, con “Mickey y sus amigos” en el Barrio Tuna Alta lleva 3 años con tan valiosa labor para la comunidad.

Con un trabajo aparentemente silencioso las Madres Comunitarias contribuyen al desarrollo psicosocial y nutricional del presente y futuro del país. De la mano con el Bienestar Familiar brindan a los niños y niñas de la comunidad el servicio de jardín comunitario.

Las madres comunitarias son amas de casa comunes y corrientes, como ellas mismas dicen, que ayudan a la comunidad, porque las personas que acuden no tienen la posibilidad de costear un colegio privado. Reciben niños desde los 18 meses hasta los 5 años, como norma trazada por el Bienestar Familiar; tam-bién se puede tener un niño con discapacidad o dos niños menores de 2 años; el máximo avalado de cu-pos asignados para cada jardín, por disposición de la ley, es de 14 niños y niñas.

Madres comunitarias, heroínas sin capa

Por: Jaime Alberto Silva Jiménez

Suba cuenta con asociaciones conformadas por 21 hogares comunitarios como Casa Blanca, San Fran-cisco y otros. Los hogares se clasifican en tres: “Fa-miliares”, que son manejados por una madre comu-nitaria y agrupan 5 o 6 hogares divididos por niveles; las “Famis”, que son cuidados de las mamitas desde la gestación hasta que el niño cumple los dos años y pasa a un “Hogar familiar”. En las Famis se reali-zan visitas a sus hogares, acompañamiento en salud y charlas.

El sistema de matrículas es por cupos los cuales no son suficientes como ellas mismas comentan. La atención de los niños es de lunes a viernes de 8am a 4pm brindándoles acompañamiento, alimentación y cariño, junto con una planeación pedagógica que les exigen para poder recibir el subsidio y el apoyo.

Actualmente reciben capacitación y formación gra-cias a un convenio con el SENA; “Cada vez es más complicado ya que nos exigen un perfil y somos gente del común con un deseo de ayudar, un salario al ras y las personas que nos colaboran son nuestras mamás, que a qué hora se van a preparar si solo trabajamos las dos”, refiere una de las madres.

En cuanto a los procedimientos y requisitos ellas in-forman: “Debemos llenar formatos, los cuales nos bajan puntajes si están mal diligenciados, nos exigen

unos estándares de calidad auditados por el Hospital de Suba, visitas del Bienestar Familiar y un tercero contratado que audita el programa y nos dan un por-centaje, una calificación, un puntaje”.

Los jardines de Prado los cerraron y migraron a Suba Tuna Alta; esta es la razón por la cual cedieron su la-bor a Anita, Sandra y a Janeth, quienes no se rinden para sacar adelante su jardín y a “los chinitos” como coloquialmente les dicen con cariño. Hasta ahora no han cerrado ningún hogar, se presentan inconvenien-tes por locaciones o algunas veces la madre comuni-taria no puede continuar con su titánica labor y cede el jardín a otras; es el caso de las más recientes que envían cartas a entidades y piden ayudas a la comuni-dad para continuar con su trabajo.

Se presenta un informe mensual de la minuta, la planeación pedagógica sobre una ruta hecha por las madres comunitarias que para este año es: “Colombia Aprende” –como asociación–. Le rinden cuentas a la supervisora técnica del Centro Zonal, quien compi-la la información y reporta al Instituto de Bienestar Familiar.

Sus recompensas son el tiempo que le pueden dedicar a su hogar y la satisfacción del servicio. ¡Por eso son ellas heroínas de sin capa, de carne y hueso, de la vida real!

¡Los domingos a Los Nevados de SubaEl parque Mirador de los Nevados, símbolo de la Localidad de Suba, se engalana todos los domin-

gos para recibir a visitantes propios y extraños y para acoger la práctica deportiva de diferentes disciplinas; a las ya conocidas caminatas y recorridos se suman grupos de jóvenes que practican diferentes actividades, como parkour, atletismo, gimnasia, acrobacia, artes marciales, relevos de ve-locidad, montañismo y salto, ente otras.El Parque Mirador de los Nevados es un parque me-

tropolitano ubicado en la localidad de Suba, al Norte de Bogotá en Colombia específicamente en Cr. 86a No 145-50. Presenta una extensión de 6 hectáreas y es un espacio público de gran valor histórico y simbólico para la ciudad. Fue construido en una antigua cantera de donde por más de 50 años se extrajeron materiales para las obras públicas del distrito. Cuenta con sende-ros, mirador sobre el occidente de la ciudad y relictos de flora y fauna nativa. Recibe este nombre, pues des-de su mirador en días despejados se pueden observar el Nevado del Tolima,el Nevado del Cisne, el Nevado del Ruiz y el Nevado de Santa Isabel ubicados en la cordillera central de los Andes colombianos.

El Parque Mirador de los Nevados es un referente de alto valor ambiental y paisajístico que permite el dis-frute pasivo y el aprendizaje. Su diseño arquitectóni-co fue concebido con base en la cosmogonía Muisca, motivo que lo hace un escenario único en el Distrito Capital.

Historia

Pedro Gacharná

Fuente Fotografía: Internet

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Querer recuperar los relatos Muis-cas que defienden el agua como el

vínculo sagrado entre la tierra y nues-tra vida, es en principio el propósito de un grupo de jóvenes investigadores.

Desde julio del 2012, se encuentra un grupo de personas procedentes de dis-tintos lugares de la ciudad, para com-partir entre bibliotecas comunitarias, parques y el humedal Tibabuyes, un tiempo de conocimiento, reflexión y acción. Los barrios que ha recorrido la palabra de agua, son Cataluña, Gloria Lara segundo sector y Atenas.

La primera impresión al encontrar un grupo de niños y niñas dispuestos a escuchar los relatos ancestrales, es de total gratitud, por el compromiso con el que estos ciudadanos ejercen su derecho a participar y actuar, para la unión de su comunidad y la defensa de su territorio, que no limita en el barrio sino que se expande según avanzan sus pasos.

Palabra de aguaRe-creando la memoria

Por: Carlos Andrés Gaona Padilla.

Protegiendo el medio ambientePalabra de Agua, recorre en compañía de la biblioteca Libertad Viajera, un cami-no de residuos abierto con la inconsciencia y la vida acelerada de ciudad, que en muchos casos piensa que el desarrollo solo es cemento.

Al regreso de cada exploración por la senda del humedal Tibabuyes, un escua-drón de común unidad, viene con la basura atrapada para que no vuelva al hume-dal y a la costumbre silenciosa de las personas. Se canta con respeto una plegaria por la vida, se llevan los tambores, se entrega poesía, se enmarca el humedal como paisaje vivo, obra de arte de la creación, y se resalta nuestro deber de protegerlo.La olla con la sopa muisca, divide las labores, para entre todas y todos darle valor al alimento, fuerza vital del pueblo. Se invita a todo el que pase y quiera una por-ción de sopa con cariño; y es deber de quien recibe llevar su propio utensilio, en este caso un plato o hasta una olla pequeña. Todos con la necesidad saciada, dan paso a la reflexión, comprometiendo la unión para la próxima visita, pidiendo la palabra para agradecer el momento único que no se repite, entregando mensajes de superhéroe para defender el ecosistema, volviendo a bailar para despedir el día, juntos cogidos de la mano, porque nadie puede faltar entre los elementos de la vida, si perdemos a uno, el vacío será para todos. Valora la vida.

Para cerrar, leamos algunos relatos escritos por los niños y las niñas y disponi-bles en el blog: rapsodagraficas.blogspot.com.

Crear es saber. Saber es tejer.”Aunque muero por besarlo perdida-mente compañeroYo prefiero este desvelo de extrañarlo sin descansoPorque mucho como quieroSer suya ya a su ladoEs verdad que muy pesado seria este amor duradero.

Pensará usted acasoQue si bien es mi retrasoDebería darme prisaPues yo sé, es su sonrisaLa que tiene mil encantos.Pero debo confesarle hoy con temores sombríosQue aunque tenga yo delirios de que-darme entre sus brazosLo único que tengo acaso, es esta horri-ble partidaQue aunque hoy desprevenida me se-

pare de sus besosSabe usted que con sus huesosMe quedaría dormida.

Y es que estoy bien convencida que este amor es imposiblePorque es poco creíbleQue me haya enamorado,Más de un galán tan galanteQue si fuera un elefante no me preocu-paríaY me daría alegría pasearme en sus orejas, apretarle la colita que de copito parece.Pero usted hoy se merece una mejor compañía, que lo abrace sin pretextos y le limpie los bigotes,Que le entregue mil afectos y cero preocupaciones.

En fin, para qué seguimos alargando esta desdicha

Yo seguiré navegando en esta gran osa-día.Que su barca no se meta nunca más en mi memoriaQue compartamos la gloria de haber-nos reconocido,De mirarnos a los ojos aunque fuera un momento.Ya me mata el desaliento y esta inútil cobardía

Solo quiero usted entiendaQue usted y su pellejo conmigo corren peligro

Poesía IV

Por: Carlos Andrés Gaona Padilla

Hombre agua

“ERA un hombre que era abuelo. Que estaba muerto y veía el mundo de no-sotros diferente. Y en su palma de la mano tenía un pequeño lago, que con el agua mojaba su cosecha. Y al lado de la pequeña laguna, había una laguna sagrada.”

Por: Juancho, Brayan y Kevin

Poesía I

Las frutas que nacían en el humedal

“Hace mucho tiempo que las frutas no existían. Pero llegó un señor llamado Juan Bautista, que se había inventado unas frutas llamadas manzana, uvas, curuba, banano, naranja, mandarina. Y un día se le ocurrió la idea de quitarles las semillas a todas las frutas y sem-brarlas en el humedal. Un día se fue a ver las maticas y ya estaban grandes. En un mes volvió a ver las plantas y estaba lleno de basura el humedal. Murieron algunas plantas y todo se puso muy triste. Comenzó a llover y se inundó toda la laguna de Tibabuyes.”

Por: Katherine y Karen

Poesía II

La araña de la tela

“Las mochilas se hacen en medio del bosque.La tela con que se hacen las mochilas es de la telaraña que producen las arañas.La araña es la fuente de la creación. La mochila nos ayuda a llevar el saber de un lado a otro,Por distintos caminos.

Por: Juan Gaona

Poesía III

Fotos Subanativa

La anaconda y el conejo

La plaza fundacional de Suba ha existido desde muchos años en nuestra Localidad; sin embargo

ha pasado de ser un lugar en el cual se centraba la actividad de la población, a un espacio que ha quedado en el re-cuerdo y muchas veces en el olvido.

Caminando a través de la plaza se pue-de divisar un paisaje histórico y la vez nostálgico; Suba ha tenido plaza cen-tral desde su fundación misma. En la época de la colonia fue construida con el fin de reunir a la población los fines de semana; era utilizada como merca-do para que las personas que vivían allí pudieran intercambiar productos, ade-más de tener los edificios principales y la iglesia que aún se encuentran en la actualidad.

Por: Nicolás González

Nuestra plaza ha sufrido enormes cam-bios los cuales, junto con el crecimien-to de la Localidad, han hecho de ella un espacio casi invisible, pero que aún se conserva como importante dentro del imaginario de la población; muchas personas pasan por aquí o simplemen-te toman un tiempo para descansar. A ellos y ellas les hemos preguntado qué piensan acerca de nuestra plaza funda-cional.

Para muchas personas la plaza funda-cional de Suba es lo que nos identifica como Localidad, “es el símbolo, la ima-gen, como la entrada a nuestra locali-dad” nos comenta Luz Rojas, una tran-seúnte que pasa frecuentemente por ésta. No solamente se refleja como un símbolo sino que también se ve como

algo histórico: Ángela Fula una habi-tante de la localidad habla de lo que ve en la plaza: “un asentamiento históri-co, un lugar en donde pudieron suce-der muchas cosas”, lo cual deja ver que actualmente la plaza ha conservado su valor histórico.

Sin embargo muchos de los transeúntes dentro de la localidad extrañan la anti-gua plaza de Suba; la señora Luz afirma que desde que la plaza tuvo un cambio la ve “triste y sin vida”. Ella piensa que “hace falta mucho interés para sacarla adelante, esta falta de interés está por parte de la alcaldía como de nosotros mismos”; la plaza ha cambiado com-pletamente en comparación con la anterior y muchas de las personas que transitan por ella piensan que este cam-

bio no ha sido tan beneficioso para la localidad.

Por otra parte, la plaza de Suba se ha conservado como un lugar central para realizar los eventos de la localidad: conciertos, obras, exposiciones, entre otras actividades culturales. A dichos eventos ha acudido una gran parte de la población: Pedro Osorio, un transeún-te al que le gusta pasar su tiempo libre allí, explica que lo mejor que podría ha-cer Suba con su plaza central es “hacer algo parecido a lo de Usaquén”, es decir, colocarle restaurantes y volverla un si-tio de interés turístico en la localidad, propuesta con la cual se encuentran de acuerdo tanto Ángela como Luz.

A seguran que ha sido una ba-talla difícil para conseguir un lugar apto para trabajar; sin

embargo en la actualidad se ha procu-rado mejorar la calidad del trabajo y la posibilidad de recuperar algunos peda-zos para el dominio público.

Una de los principales problemas que se presenta actualmente dentro de la Localidad de Suba es precisamente la pérdida de andenes, calles y espacios públicos por invasión de los vendedo-res ambulantes.

Existen varias organizaciones de ven-dedores informales que han procurado velar por la seguridad en su trabajo y por poder sostener a sus familias; den-tro de estas organizaciones se ha inten-tado mediar con la Alcaldía en la lucha por un lugar apto para poder vender sin que se afecte el tránsito de perso-nas. Alirio Rubiano, quien es la cabeza de la organización Asovencentro Siglo XXI, comenta acerca de cómo ha sido el proceso para la creación de esta or-ganización.

Don Alirio es una persona que lleva vi-viendo más de 20 años en la localidad, de los cuales empezó su trabajo como vendedor informal desde los años 80; la asociación parte de la solución a una problemática que se venía presentando con los vendedores, y asegura: “De un problema sale una solución y de la so-lución sale el orden de los vendedores”.

Por: Nicolás González

Desde que empezó a ser vendedor in-formal se ha ubicado en la zona central de Suba, junto al centro comercial Cen-tro Suba, y es aquí en donde nace esta organización.

Para ese entonces, asegura don Alirio, “el derecho al trabajo era cárcel y de-comiso”, haciendo alusión a que era muy difícil trabajar como vendedor in-formal dentro de la localidad. En aquel tiempo existía ya una organización llamada Asovensuba la cual, aunque no tenía personalidad jurídica, existía como una organización no formal de vendedores. Es aquí donde empieza

don Alirio a organizase con los demás vendedores, asesorándose de una ami-ga abogada, con el fin de defender el trabajo informal frente a las distintas administraciones locales y distritales. Dentro de las distintas administracio-nes explica don Alirio: “La única que nos paró bolas fue la administración de Lucho Garzón”; con la ayuda que presta la alcaldía distrital empiezan a formarse los comités locales de vende-

dores con el fin de presentar propuestas y poder empezar a brindar soluciones a los conflictos que se venían presentan-do. Es aquí donde Asovencentro Siglo XXI conforma una red con otras orga-nizaciones dentro de la localidad en-tre las cuales se destacan Asovenorte, Asoexos, Fundiempresas, Real Asoven-suba, que en la actualidad luchan por el derecho al trabajo y la defensa del ven-dedor informal dentro de la localidad; cabe aclarar que dichas organizaciones se manejan por distintos cuadrantes en toda la localidad.

Actualmente, estas organizaciones han presentado una propuesta en la cual sugieren: al dividir la zona en cuadran-tes se puede tomar un registro de todo vendedor informal, conservando el res-peto por el espacio público, además de portar una identificación y un distin-tivo con el fin de que tanto entre ellos como las autoridades sepan qué perso-nas trabajan en este sector y así evitar problemas con la seguridad, un proyec-to pionero para la ciudad y la localidad.

Con la actual administración las rela-ciones han sido buenas, se han trabaja-do distintos proyectos con sus asesores jurídicos, pero aún no se ha trabajado mucho en hacer un proyecto concreto; “La mayoría de cosas que se han hecho ha sido con una asesora jurídica y nos reuníamos cada 15 días el año pasado pero de ahí se quedó todo quieto”, afir-mó Don Alirio.

En la actualidad la alcaldesa ha pro-puesto hacer un estudio junto con la Universidad Nacional de Colombia, con el fin de presentar un proyecto para poder construir una plaza ubicada al parecer en el barrio Rincón, en la cual se pueda ubicar a todos los vendedores del sector con el fin de poder generar beneficios para el espacio público y nuevas oportunidades de trabajo para ellos, ante lo cual tanto Don Alirio como todos los vendedores informales se encuentran a la espera y muy posi-tivos.

La plazafundacional

“La entrada a nuestra localidad”

Una lucha por el trabajo dignoVendedores ambulantes:

Fotos Archivo

Fotos Archivo

de Suba:

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Por: Liseth Benavides

Hacer actividad física reconociendo el territorio

En la búsqueda por mejorar la utilización de parques y zonas verdes, se realizó un convenio entre la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales (U.D.C.A) y la Alcaldía Local, con el objetivo de

que la gente reconozca su territorio y haga uso de él en relación al deporte, la recreación y la actividad física.

Este proyecto se divide en estas tres líneas de acción; lo afirma Ana María Arias, coordinadora del componente de actividad física, explicando en primera instancia sobre su área, dónde toda la población, ya sean niños, jóvenes, adultos mayores y/o personas en situación de discapacidad pueden ser partícipes del programa “Escenarios Permanentes” correspondientes a clases grupales en aeróbicos, taeboo, rumba aeróbica, entre otras, y por otra parte, al programa de “Entrenamiento en Barrios”, respectivo a la gimnasia de mantenimiento y funcional.

El objetivo es dinamizar con el público y acordar puntos de encuentro para estas actividades que ya han generado reacciones positivas, tal cual lo expone Luz Helena, residente del barrio Lombardía: “Este espacio lo estaban necesitando, y más para aquellas personas que trabajan de lunes a viernes lo cual les impide realizar actividades físicas” o también como dice la señora Alicia Pérez “Estoy muy contenta porque yo todos los días salgo una horita a caminar, y ahora con este espacio los fines de semana me complementa y estoy mucho más saludable”.

El segundo componente de deportes, a cargo de Julie Gómez, Coordinadora de Proyectos, se enfocará en dos disciplinas que son futbol-sala y baloncesto, dividido en cuatro categorías como lo son: infantil de 7 a 12 años, juvenil de 13 a 17 años, sénior de 18 años en adelante y femenina de 12 años en adelante; habrá un profesional de entrenamiento por cada grupo, y por cada zona aproximadamente se crearán 3 grupos por cada disciplina.

Los entrenamientos tienen una duración de 6 semanas, iniciando por la categoría infantil para finalmente, en las 2 últimas semanas, realizar el Torneo Territorial que es el enfrentamiento de los equipos por zona para sacar un ganador, el cual a su vez, pasará al Torneo Local, que es el enfrentamiento de los mejores equipos de todas las zonas.

Después de obtener un ganador de esta categoría, se iniciará el mismo proceso por 6 semanas con la categoría juvenil y así sucesivamente; sin embargo, en la categoría infantil, desde el 15 de febrero se iniciaron las clases obteniendo una magnífica y alta participación en todos los niños de esta edad, como por ejemplo Jairo, un niño de 10 años, residente del barrio Bilbao, quien afirma que está feliz jugando baloncesto, porque quiere crecer mucho, o Samuel de 8 años, que practica futbol y dice sentirse muy feliz porque le gusta este deporte.

Por otra parte, el tercer componente es un diagnóstico en toda la localidad de Suba para saber cuántas escuelas de formación en deporte existen; este análisis tiene en cuenta 4 elementos, que son el técnico, el administrativo, el social y el pedagógico, con el objetivo de ayudar a 10 planteles que tengan deficiencias en estos mecanismos, con bonos de 4 millones de pesos representados en implementos deportivos y una asesoría integral por parte de expertos de escuelas de formación.

Finalmente, se quiere lograr con estos componentes de actividad física y deporte, consolidar a la sociedad para crear estrategias barriales que los unan y ayuden en eventos que la misma gente quiera realizar, como salidas ecológicas, caminatas, basares, entre otros; este componente sería el de recreación por su cobertura y lazos de cooperación entre la comunidad de Suba.

De esta manera, se invita a la comunidad para que participe de estos nuevos espacios que se abrieron gratuitamente, y los eventos masivos que se programarán en la plaza fundacional de Suba con deportistas tanto locales como nacionales, además de la clausura donde se entregarán los premios finales de los torneos, de las escuelas por mejorar y a las personas que tengan constancia en actividad física.

“Estoy muy contenta porque yo todos los días salgo una horita a caminar.”

Fotos Liseth Benavides

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