studium · 2020. 6. 22. · el este se produce justamente el caso contra-rio. lo que es admirable...

6
EL “STUPIVNI (ENER\ LE " 131 Los Cursillos resultaron magníficos y efica- ces en todos los órdenes —alto ejemplo del afán de superación del Magisterio—. Tomaron par- te mil cien maestros, distribuidos entre las diez poblaciones. Atendiendo a las necesidades más urgentes de la enseñanza, por Ordenes ministeriales y de la Dirección de 11 de octubre se establecie- ron cuatrocientas clases de iniciación profesio- nal y cien complementarias, a cargo de los maes- tros que con mayor aprovechamiento hicieron el Cursillo. Estas clases están repartidas entre todas las provincias de España, y de las moda- lidades expresadas en los diferentes Cursillos y acomadadas al medio, núcleo de población y ambiente donde está enclavada la Escuela : Modalidad industrial (Mecánica, carpintería, electricidad, Artes Gráficas, encuadernación, et- cétera). Técnicas mercantiles (Contabilidad y Cálcu- lo, Mecanografía, etc.). Modalidad agrícola , (Agricultura general, ga- nadería y forestales, viticultura y enología, in- ( l ustrias agrícolas, apicultura, cunicultura, et- cétera). Técnicas femeninas (Corte y Confección, la- bores de adorno, trabajos manuales, muñeque- ría y juguetería, economía doméstica, etc.). Música y Canto, Rítmica, Dibujo. Esta labor comenzada habrá de continuarse hasta completar el establecimiento del cuarto periodo escolar en todas las Escuelas, según lo permitan la capacitación del Magisterio y las consignaciones presupuestarias. EL "STUDIUM GENERALE" INTERPRETACION. NECESIDAD. EVOLUCION (Conclusión) Dr. EDUARD FUETER VI CONSIDERACIONES FINALES '..«•nn•• Publicamos la tercera y última parte del tra- bajo El "studium generale", de EDUARD FUETER. director de la "Schweizerische Hochschulzei- tung", de Berna. Las dos primeras aparecie- ron, en los números 5 (noviembre-diciembre, 1952, págs. 133-43) y 6 (enero 1953, págs. 7-13). en una frase celebre a la cual intentaron con- traponer potencias salvadoras, mientras éstas se esforzaban en redimir a la primitiva uni ver- sitas, a la comunidad intelectual y a los univer- sitarios. La necesidad del studium generale se ha dejado sentir de forma muy diversa en las instituciones de la Enseñanza Superior radica- das en el mundo occidental. Mientras el Occidente experimenta de este modo un movimiento esencial de retorno a la unidad espiritual y a la armonía creadora, en el Este se produce justamente el caso contra- rio. Lo que es admirable en la Unión Soviética y en China, en Egipto y en Turquía, no concier- ne, por lo general, a nuestra enseñanza —con- siderada allí como anticuada y superflua—, y lo mismo ocurre con nuestra técnica y con nuestro especialismo. Aquellos países siguen ob- servando atentamente nuestra civilización, e in- cluso, con cierta alegría malsana, nuestros es- fuerzos en pro de la cultura. El gran problema del futuro, o, más bien, uno de los grandes problemas de nuestro futu- ro es el siguiente : Cómo recuperará el mundo occidental la seguridad intima para la especia- lización avanzada y, aún más, para los avances ulteriores del especialismo, en la lucha univer- 2 La cultura moderna es una cultura de espe- cialistas. La enseñanza actual estriba en las ciencias especializadas. En ello se ha querido ver un gran peligro, denunciando particular- mente a la Universidad como "vía muerta" de los escombros científicos, y señalando la mor- tal decadencia de su intimidad. Simultáneamen- te se abjuró de la afortunada unidad del hom- bre cristiano en la Edad Media, del uomo uni- versale del Renacimiento, de la personalidad integral en el sentido goethiano o del neohuma- nismo, en una actitud simbolizada por la sen- tencia de Mefistófeles acerca de nuestro propio tiempo : "Weh mir, dass ich ein Enkel bin !" fi Hay de mi, que soy un descendiente!). La sen- tencia de una profunda crisis cultural —pro- - vocada en virtud de los acontecimientos de dos terribles guerras mundiales— se ha convertido

Upload: others

Post on 02-Feb-2021

0 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • EL “STUPIVNI (ENER\ LE " 131

    Los Cursillos resultaron magníficos y efica-ces en todos los órdenes —alto ejemplo del afánde superación del Magisterio—. Tomaron par-te mil cien maestros, distribuidos entre las diezpoblaciones.

    Atendiendo a las necesidades más urgentesde la enseñanza, por Ordenes ministeriales yde la Dirección de 11 de octubre se establecie-ron cuatrocientas clases de iniciación profesio-nal y cien complementarias, a cargo de los maes-tros que con mayor aprovechamiento hicieronel Cursillo. Estas clases están repartidas entretodas las provincias de España, y de las moda-lidades expresadas en los diferentes Cursillosy acomadadas al medio, núcleo de población yambiente donde está enclavada la Escuela :

    Modalidad industrial (Mecánica, carpintería,

    electricidad, Artes Gráficas, encuadernación, et-cétera).

    Técnicas mercantiles (Contabilidad y Cálcu-lo, Mecanografía, etc.).

    Modalidad agrícola ,(Agricultura general, ga-nadería y forestales, viticultura y enología, in-(lustrias agrícolas, apicultura, cunicultura, et-cétera).

    Técnicas femeninas (Corte y Confección, la-bores de adorno, trabajos manuales, muñeque-ría y juguetería, economía doméstica, etc.).

    Música y Canto, Rítmica, Dibujo.Esta labor comenzada habrá de continuarse

    hasta completar el establecimiento del cuartoperiodo escolar en todas las Escuelas, segúnlo permitan la capacitación del Magisterio y lasconsignaciones presupuestarias.

    EL "STUDIUM GENERALE"INTERPRETACION. NECESIDAD. EVOLUCION

    (Conclusión)

    Dr. EDUARD FUETER

    VI

    CONSIDERACIONES FINALES

    '..«•nn••

    Publicamos la tercera y última parte del tra-bajo El "studium generale", de EDUARD FUETER.director de la "Schweizerische Hochschulzei-tung", de Berna. Las dos primeras aparecie-ron, en los números 5 (noviembre-diciembre,1952, págs. 133-43) y 6 (enero 1953, págs. 7-13).

    en una frase celebre a la cual intentaron con-traponer potencias salvadoras, mientras éstasse esforzaban en redimir a la primitiva uni ver-sitas, a la comunidad intelectual y a los univer-sitarios. La necesidad del studium generale seha dejado sentir de forma muy diversa en lasinstituciones de la Enseñanza Superior radica-das en el mundo occidental.

    Mientras el Occidente experimenta de estemodo un movimiento esencial de retorno a launidad espiritual y a la armonía creadora, enel Este se produce justamente el caso contra-rio. Lo que es admirable en la Unión Soviéticay en China, en Egipto y en Turquía, no concier-ne, por lo general, a nuestra enseñanza —con-siderada allí como anticuada y superflua—, ylo mismo ocurre con nuestra técnica y connuestro especialismo. Aquellos países siguen ob-servando atentamente nuestra civilización, e in-cluso, con cierta alegría malsana, nuestros es-fuerzos en pro de la cultura.

    El gran problema del futuro, o, más bien,uno de los grandes problemas de nuestro futu-ro es el siguiente : Cómo recuperará el mundooccidental la seguridad intima para la especia-lización avanzada y, aún más, para los avancesulteriores del especialismo, en la lucha univer-

    2

    La cultura moderna es una cultura de espe-cialistas. La enseñanza actual estriba en lasciencias especializadas. En ello se ha queridover un gran peligro, denunciando particular-mente a la Universidad como "vía muerta" delos escombros científicos, y señalando la mor-tal decadencia de su intimidad. Simultáneamen-te se abjuró de la afortunada unidad del hom-bre cristiano en la Edad Media, del uomo uni-versale del Renacimiento, de la personalidadintegral en el sentido goethiano o del neohuma-nismo, en una actitud simbolizada por la sen-tencia de Mefistófeles acerca de nuestro propiotiempo : "Weh mir, dass ich ein Enkel bin !"fi Hay de mi, que soy un descendiente!). La sen-tencia de una profunda crisis cultural —pro-

    - vocada en virtud de los acontecimientos de dosterribles guerras mundiales— se ha convertido

  • 132 ItEVISTA DE EDUCACIÓN

    sal por la libertad y por la independencia? Por-que no existe el retorno a la especialización oa la instauración de la investigación especia-lizada, sino solamente una síntesis vital y unanueva capacidad de entusiasmo para los gran-des ideales. A mi juicio son varios los caminosposibles: el retorno a las grandes creacionesreligiosas o filosóficas del pasado, a la nuevapreocupación vital de nuestro Dasein y, sobretodo, la vuelta a los grandes fundadores de laenseñanza y de la misma ciencia. La crisis con-temporánea y la necesidad del studivin gene-rale no están supeditadas a cualquier otro fe-nómeno en la proporción en que dependen delolvido o de la incomprensión definitiva de aque-llos postulados o de aquellos fines de los cua-les proceden en nuestro tiempo los eminentesportadores de la vida económica y científica.Son incontables los que han perdido el ánimode la continuidad en el trabajo, porque ya nosaben dónde han de aplicar sus esfuerzos; por-que ante ellos se alzan muros a medio terminar,y, frecuentemente, porque la inercia de la tradi-ción, más bien que las dificultades del trabajo,condiciona una clara conciencia que ha de al-canzar nueva solidaridad. Pero hasta ahoranunca se ha podido crear un futuro sólido queno haya sacado provecho de los tesoros vivosdel pasado.

    De ahí que sea también indispensable el cui-do de la tradición científica propia, tal y como,por ejemplo, lo han efectuado, valiosamente, enBerna Alexander von Muralts y Erich Huintz-sches en sus estudios originales sobre Albrechtvon Haller.

    Aquí es justamente donde se abren ahora con-traproducentes lagunas en las Universidadesmodernas. Es un auténtico inconveniente el queya no se sepa nada de los problemas fundamen-tales de la ciencia relativos a nuestra cultura ;el que un bárbaro, que lo sea no por sus cono-cimientos, sino por su espíritu, no pueda yareconocer los fenómenos causales vitales y tras-cendentes. Un intelectual que jamás siguió laobra de Jacob Burckhardt ; que nunca se inte-resó por la magnitud creadora de Copérnico ensu obra capital De revolutionibus coelestium;que nunca pudo experimentar la hondura de lasabiduría en los Ensayos psicológicos de Fran-cis Bacon ; que nunca pudo superar prejuiciosen contra de la Matemática, por no tener no-ción alguna del universo ideológico de Kepler,de Jacob Berroulli o de Bolyais..., carece demomentos de estimulo espiritual.

    Según esta interpretación, en modo algunose puede ser suficientemente especialista, es de-cir, no cultivar con la necesaria amplitud elmero conocimiento especializado en la propiaprofesión, y querer equipararse, al propio tiem-po, a lo mejor. Pero, además, deben mantenerseaquellas perspectivas que, sin embargo, sontransgredidas con frecuencia por los departa-mentos artificiosos de las Facultades; perspec-

    tivas que han despertado la atención por los me-ros trabajos no especializados. Se debe capa-citar a la propia investigación crítica para des-cubrir los presupuestos históricos o peculiaresde este saber fáctico o saber positivo. Por lodemás, debe conocerse la causa por la cual sehan desarrollado estas formas especiales, y nootras, en este tipo de Universidad. Con cuántafrecuencia se ha escuchado el reproche, de parteestudiantil, de que la impresión de libros detexto ha hecho superfluas las lecciones magis-trales. ¡Quizás alguien encontró este funda-mento crítico en las "Vorlesungen über dasakademische Studium" (Lecciones sobre los es-tudios universitarios)? ¿Se conoce, quizás, larazón por la cual se encuentren tan a gusto lalibertad y, circunstancialmente, la penuria delibertades en nuestra vida universitaria? ¿Has-ta qué punto unos estudios universitarios lle-gan a ser estudios como medio de subsistencialegalmente autorizados, y dónde comienzan aser filisteísmo perjudicial? Estas deficienciasse agravan aún más, porque desde los comien-zos de las Universidades helvéticas se ha pre-sentado en el joven liberalismo una nueva co-rrespondencia con las Mittelschulen (Escuelasde Grado Medio). Desde hace un siglo, la pe-dagogía de la escuela secundaria ha realizadoprogresos extraordinarios; pero las Universida-des hubieron de dedicarse, con progresiva in-tensidad, a la investigación. El resultado fué—desde luego, con grandes diferencias indivi-duales y de Facultad— que muchos estudian-tes encontrarían el camino más penoso que enotros tiempos ; que algunas veces anhelaríanprogramas de enseñanza invariables, y que sesacrificarían con excesiva ligereza las libertadesacadémicas. Este proceso se agudizó a causade las transformaciones sociales. Pero todo estono es sino solamente alguno de los síntomasde la Universidad moderna y de su cometidocultural. A éstos les siguen otros síntomas quedeben solucionarse en acto de creación.

    En suma, los problemas del studium genera-le derivan, en última instancia, del Sinn undAufgabe der Universität (Sentido y misión dela Universidad), como de una institución do-cente, formativa, profesional y de investiga-ción.

    Hace más de treinta años, el destacado in-telectual y anacoreta científico Max Weber,en su estudio, siempre aleccionador, "Wissen-schaft als Beruf" (La ciencia como profesión),resumía de este modo sus convicciones: "Hoyla ciencia es una "profesión" explotada por losespecialistas, al servicio del autoconocimientoy de la ciencia de los nexos causales positivos,y no unos bienes de salvación y una revelacióncomo dádiva graciosa de videntes y profetas,o bien un factor esencial para la meditación desabios y profetas acerca del significado del mun-do... Todo ello constituye, sin duda, un legadoinsoslayable de nuestra situación histórica, a

  • EL "STUDIUM GENERALS"

    la cual no podemos escapar si hemos de conti-miar fieles a nosotros mismos" (27).

    Las experiencias de las últimas décadas hanobligado a plantear esta actitud —actitud queuniversalmente sólo se quiso aceptar como lahipótesis científica de un pedagogo conciliador,aunque, eso sí, realizada admirablemente y conauténtica dedicación critica—. Toda la litera-tura moderna sobre la reforma universitariacoincide unánime en ello. El filósofo de Frank-furt, Wilhelm Sturmfels, en su estudio "Derheutige Auftrag der Universität" ,(Misión ac-tual de la Universidad), sostiene la controver-sia, basándose en fundamentos humanísticos,según las siguientes palabras: "La misión do-cente es... dar a la Universidad un sentido másgeneral y amplio al evidenciado hasta la fecha.Si la Universidad no gusta de sentirse llama-da también a la empresa de potenciar el fervorideológico, sí debe considerar, al menos, la tras-cendencia de esta necesidad íntima del hom-bre... La enseñanza, como alumbramiento espi-ritual del hombre, debe colocarse de cara a larealidad (si no quiere quedar únicamente comoun quehacer ocioso del hombre), para ser al mis-mo tiempo el alumbramiento del hombre po-tenciado por la fe..." (28).

    Sin embargo, de todo esto no debe inferirsedogma alguno, sino que deberá representar eltriunfo de los conocimientos humanos y de laverdad como un ambicioso cometido en el queestán interesadas muchas generaciones y en elcual se dan síntesis, pero no el saber absoluto.El valeroso, e igualmente prudente, llamamien-to a la lucha dado por Karl Jaspers tiene elvalor de la mejor de las convicciones: "Nosotrosnos declaramos partidarios incondicionales dela ciencia moderna como camino hacia la ver-dad" (29). Se trata, igualmente, de aquel espí-ritu que irradia de la "Denkschrift" (Memo-ria) de Werner Näf, que define sustancialmen-te el cometido de toda Universidad.

    Pero este objetivo nunca será fácil de alcan-zar; no le será fácil eludir ciertos peligros dela imperfección humana, tales como la proclivi-dad al diletantismo, al culto por los especia-listas, al egoísmo social o a la apolítica irres-ponsable. Sólo la investigación individual in-fatigable y la ininterrumpida profundizaciónen la imagen espiritual del mundo crean lapersonalidad científica que abastecerá a lasempresas cívicas y sociales. El alza de la capa-cidad humana debe ser universal y armónica,cuando no homogénea también para todos losindividuos.

    (27) Max Weber: Wissenschaft als Beruf (La cien-cia como profesión) ; pág. 551.

    (28) Wilhelm Sturmfels: Der heutige Auftrag derUniversitaet (Misión actual de la Universidad). Ver-lag Josef Knecht. Frankfurt a. M., 1950; pág. 64.

    (29) Karl Jaspers: Vernunft and Widervernunftunserer Zeit (Razón y contrarrazón en nuestro tiem-po) ; pág. 24.

    Si en conjunto se ha conseguido algún pro-greso, no es menos cierto que se haya cumpli-do también un postulado para mejorar el Da-sein humano y para superar algunas urgenciastemporales de nuestra época en la libertad delas resoluciones racionales.

    En estos tiempos de la academización inte-gral, de la lucha por la libertad de Occidentey del progreso de las ciencias, nada sería peorque el fomento del diletantismo como saber uni-versal o como ideal romántico de la enseñanzadel uomo universale. El momento actual estánecesitado, más que antes, de especialistas ac-tivos y sólidos.

    En cierto sentido, y desde un punto de vistacientífico, e incluso cívico, se puede no ser losuficiente especialista y contribuir con todas lasenergías a la especialización. Pero a este espe-cialista no se le está permitido un especialis-mo presuntuoso y limitado a su mera especia-lidad; no puede haber perdido el contacto conlas grandes fuentes del espíritu creador del pa-sado. Un especialista que es solamente especia-lista en el sentido del saber de especialidad.contingente en lo temporal, de una disciplina,o que cree superar toda investigación con unmétodo único, se tolera mejor que el coleccio-nista de curiosidades diversas o que un enciclo-pedista de cajón de sastre. Pero todavía no re-presenta aquel hombre del que la época actualnecesita como prototipo: el especialista alta-mente culto y el ciudadano responsable o, di-cho en pocas palabras, el especialista como per-sonalidad científica y humana.

    Aparte de este arquetipo científico, todavía esnecesario un segundo paradigma: el sintetiza-dor filosófico o histórico-científico que elaborepara la enseñanza el saber de una época, o quehaga iluminar de forma apropiada el trabajode los siglos, como un prisma los espectros, yde tal modo que la unidad de la idea y de latendencia se recomponga partiendo de las in-evitables impresiones de la atomizada investi-gación del especialismo.

    La universitas creadora del futuro : la uni-versitas de la investigación y de la enseñanza,del pasado y del presente actual, se conseguirápartiendo de la colaboración, unánime y entu-siasmada, de las personalidades de la cienciaespecializada con los grandes sintetizadores delas técnicas.

    En este alto ideal pueden coincidir tambiéntanto el conjunto del profesorado universitariocomo la combativa juventud y la sabia madu-rez. Porque no se trata de un mundo de ayer,sino de la denodada edificación del mañana : laconsecución de un Dasein espiritual superiorque logre dar aplicación a las mejores energíasy que proporcione nuevo cometido a las Univer-sidades existentes, sin disminuir su valor ac-tual. Con ello también la libertad se reintegraa su auténtica significación : la de dominar dig-namente a la necesidad y encontrar el caminohacia el futuro partiendo de la independencia

  • del conocimiento íntimo. Así nos lo recuerdanlas profundas palabras de Jacob Buckhardt:"Para el intelectual, frente al conjunto del de-venir histórico del universo, la receptividad delespíritu para toda grandeza es uno de los po-cos y seguros postulados de la felicidad supe-rior del espíritu" (30).

    Esta felicidad sublime es, por cierto, insufi-ciente. Como fin superior se mantiene la recon-quista de un nuevo humanismo o de la fe enlos altos destinos del hombre y de su humani-dad. Para el studium generale debe ser una rea-lidad de repercusión definitiva y de última ma-durez.

    134 REVISTA DE EDUCACIÓN

    VII

    RESUMEN

    La Allgemeinbildung universitaria es un pro-blema de todas y cada una de las generaciones.Por múltiples razones ha conseguido en la ac-tualidad una penetración particularísima.

    La especialización alcanzó en los últimos de-cenios un desarrollo inapreciable, pero fructí-fero. Sin embargo, sus resultados sólo se po-drían transmitir lentamente a una nueva con-cepción del mundo. El análisis metódico fuémás sencillo que la síntesis científica y espiri-tualmente satisfactoria.

    Por lo general, el número de estudiantes haaumentado en mayor proporción que el de pro-fesores. De ahí que se haya relajado o roto elequilibrio natural y necesario entre la univer-sitas docentium y la universitas studeutium.Esta evolución ha acarreado, además, un seriopeligro a la tradición viva de la enseñanza,porque es una de las consecuencias del desbor-damiento universitario sin la correspondientea mpliación del cuerpo profesoral.

    Un número superior de estudiantes procedede un medio social carente de tradición vivade la enseñanza, de tal modo que el humanis-mo docente, que imperó en gran número de ins-tituciones religiosas y seglares del siglo xix,no representa la hipótesis íntima, ni siquierauna serie de conocimientos bien cimentados. Aveces, un gran número de miembros pertene-cientes a nuevos estratos sociales, que hasta lafecha no habían tenido contacto inmediato conla enseñanza, irrumpen en la Universidad, conlo que se agrava también la misión de la Allge-meinbildung universitaria. La Universidad mo-derna ha de luchar no sólo contra la confusiónde propiedad y enseñanza, sino también contrael equívoco entre saber especializado y cultura.

    La historiografía romántica ha resucitado larepresentación de una perdida unidad docentede los tiempos del Medievo cristiano. Esta con-cepción tuvo su origen en la glorificación o enel pensamiento optativo: los mundos ideológi-cos precedentes, al igual que los de la hora ac-tual, tuvieron que girar tenazmente en tornode sus convicciones, e incluso en algunos aspec-tos la tensión entre investigación y enseñanzase hizo más fuerte.

    Toda enseñanza auténtica se sitúa ante unadoble instancia: procurar y armonizar una cul -

    3O) Jacob Burckhardt : Weltgeschichtliche B e -trachtungen (Consideraciones sobre la Historia Uni-versal) ; pág. 191.

    tura general viva y una efectiva especializa-ción. El ideal docente de las Universidades rezacomo sigue : la formación de personalidades vá-lidas como especialistas y como hombres, y exi-gir al especialista como miembro de la socie-dad cultural, social y política.

    La universitas litterarum alcanza su objeti-vo tanto mejor cuanto más eficazmente posibi-lita nuevos conocimientos en forma de especia-lización de meta consciente o bien como sínte-sis establecida, y cuando ayuda a superar elaislamiento departamental de las Facultadesgracias a la profundización de la investigaciónuniversitaria. Seria peligroso un universalis-mo docente basado en el acúmulo de conocimien-tos superficiales o de cortapisas dogmáticas. Lodecisivo no es el mucho saber cuantitativo, sinola intensidad del esfuerzo. El ímpetu intelecti-vo es, por esencia, ilimitado. Toda época debetrabajar en la síntesis del saber a fin de ascen-der próximamente al estamento superior.. .Es urgente la necesidad de una cultura gene-ral más amplia. Pero su realización ha de su-peditarse a las circunstancias de tiempo y lu-gar, porque no debe conducir a la sobrecargadel programa de estudios. En relación con laplétora de materias y de problemas, es inevita-ble una ampliación limitada del tiempo de es-tudios, que ha de justificarse por la prolonga-ción del término medio de los arios de existen-cia. Pero las nuevas promociones juveniles noson ilimitadas, y cualquier prolongación deltiempo de estudios crea ya graves conflictos so-ciales y de otro tipo. De ahí que la relaciónentre cultura general y especialización sea cui-dada con prudencia, y habrá de examinarse enla armonía conjunta de la, realidad docente. Yde ahí el que haya que mirar especialmente larelación educativa entre la Universidad y elGrado Medio, o sea de los fundamentos huma-nísticos básicos. Pero ni las Universidades nilas Escuelas Superiores Técnicas en absolu-to pueden "desentenderse" de la misión de laAllgemeinbildung, y, concretamente, desde elinstante de la matriculación hasta el mismodoctorado. La formación de la personalidad ma-dura es un deber, como lo es igualmente la en-señanza metódica.

    Existen diversos caminos para alcanzar esteobjetivo. Toda acusada personalidad puede con-tribuir a ello. Pequeños círculos de estudio,coloquios, hogares estudiantiles, excursiones,"Colegia Leibniziana", conferencias de cultura

  • EL " STUDIUM GENEUIALE" 135

    general, etc., constituyen buenos medios auxi-liares (31).

    Pero seria injusto pasar por alto ciertas pre-cisiones que se sitúan al margen de la inten-sificación de la Filosofía científica y de las po-sibilidades de todo avivamiento de la Enseñan-za Universitaria.

    Esta triple propuesta consiste en la construc-ción del ala espiritual, histórico-científica ypolítico-social de las Universidades, como tri-nidad integrada por el humanismo, por el ethosy por la libertad.

    En lo posible, todo estudiante ha de apren-der a interpretar el origen de los grandes mo-vimientos espirituales y de las grandes ideas desu ciencia, y los siglos en que se desarrollaron.Ha de mantener una conciencia viva de las po-tencias creadoras de la investigación. En estaempresa, la Historia de las ciencias participarácomo Historia del espíritu y de la sociedad,pero sin llegarse al terreno de la Sociología, osin relegar a un segundo plano al especialismo.

    Puesto que el corpus profesoral de nuestrosdías está emplazado en la responsabilidad so-cial, debe conocer los presupuestos y los postu-lados de la sociedad humana.

    En el Estado democrático. todo intelectualsoporta también la carga político-estatal comociudadano y como soldado. De ahí que el "in-vestigador especializado puro" o apolítico seauna contradictio in adjecto en la democracialibre, y por añadidura conduzca fácilmente ala servidumbre del tirano, y con ello al declivede la verdadera ciencia. Tan peligrosos como elpuro apoliticismo son, por naturaleza, la acro-megalia política o el radicalismo. La Repúblicamoderna ha de cuidar de que sean evitados am-bos extremos. Porque en ello radica un inmen-so peligro.

    El alcance de la formación política como mi-sión de la Universidad depende de la estructu-ración conjunta de un país. Es claro que losEstados democráticamente inseguros o los gran-des Estados han de necesitar de medidas muchomás amplias que, por ejemplo, Suiza, en cuyasociedad la educación cívica es, ante todo, unamisión práctica que obliga, sin distinciones, acada confederado. En Suiza tienen preferenciaabsoluta aquellos aspectos internacionales de lapolítica que exigen un examen profundo y crí-tico en la 'Universidad.

    Una elaboración del Cuerpo docente según lasdirectrices histórico-científicas, sociales y poli-tico-estatales, de un lado, facilitarían asimis-mo el equilibrio entre el wt'em,ero de profesoresy de alumnos, y de otro, el cumplimiento prác-tico de una Allgemeinbildung fundamental.

    Pero también al estudium generale se le pre-sentan limitaciones claras. El hombre es uncondenado perpetuo a no saber todo lo que esdigno de saberse. A su propio destino pertenece

    la limitación. Es suficiente para su directriz vi-tal el limitarse a la representación de fuerzasmúltiples y a la subordinación racional de lasciencias. La mente filosófica o el investigadoraspirarán siempre a penetrar la conciencia crí-tica de la concepción armónica del mundo.

    Pero también existen razones subjetivas quemarcan fronteras a la implantación del studiumgenerale.

    Es indudable que, en compensación con lainevitable misión militar y con el imperiosocometido social, el fomento de la política uni-versitaria y de la investigación modernas noes excesivamente grande. Pero la "democrati-zación" del grado superior de la Enseñanza yla indispensable implantación de la investiga-ción son costosísimas y presuponen un consi-derable sacrificio del poder supremo del Esta-do y, en última instancia, del capitulo presu-puestario. Por lo tanto, han de mantenerse den-tro de limites tolerables (aunque cuenten, enrealidad, entre las misiones más productivasdel Estado moderno). Deduzcamos de todo estoque la implantación del studium generale ha deestar en estrecho vinculo con la financiación.

    Finalmente, uno se pregunta si las Universi-dades, en general, corresponden, en su esta-do actual, a las necesidades reales. En estelugar es imposible proceder al estudio de losproblemas fundamentales de la reforma uni-versitaria. Pero es necesario resaltar que lasUniversidades que hoy existen, tan diversas ensistemas y organización, representan, en resu-men, a organismos sanos y eficaces. Ello noquiere decir que las remozadas Universidadespuedan realizar planes que respondan a unaconcepción general cuyo centro fuera el studiumgenerale y su pilar de apoyo la investigaciónespecializada, ambos unidos en un sistema ar-mónico y rigurosamente articulado. Sería unarealización de las ideas de Humboldt, pero res-pondiendo a las experiencias y a las exigenciasde la nueva época.

    En realidad, se trata, cuando menos, de unabella misión : vivificar y renovar los venerablesescondrijos de la educación, y, en el inauditooleaje de las nuevas generaciones, reservar elfuego del espíritu a la idea del conocimientocientífico, de la educación profesional o pedagó-gica y de la responsabilidad cívica. "Partiendode nuestra fidelidad a la época de Humboldt,no aspiramos a una nueva creación radical denuestras formas institucionales: propugnamosla idea de una revolución conservadora. Perosabemos también que no podemos reconstituirla edad de oro de la Universidad alemana. To-dos los presupuestos sociológicos, políticos e in-dividuales, esto es, la esencia del Dasein delmundo contemporáneo, nuestro saber y nuestroconocer, se han convertido en otra cosa" (32).

    (31) Si se dispone de una buena Enseñanza Media.el Studiurn generale podria realizarse también al tér-mino del grado superior.

    ¡(32) Karl Jaspers: Aufgabe der Universitaetser-neuerung (Misión de la renovación universitaria). EnRechenschaft und .tusblick (Cálculo y perspectiva)página 175. •

  • 136

    REVISTA DE EDUCACIÓN

    SELECCION BIBLIOGRÁFICA

    a) OBRAS INDIVIDUALES