sonido ciudad-edición 2

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Crónica del Concierto Rock&Pepper en Sargento Pimienta de Barranco. Con la participación de las bandas "Indiependencia", "The Client", "Mercury Toys" y "Los Outsaiders". Jueves 13 de Marzo Sonido Ciudad

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La magia de los jueves por la noche

Creo estar totalmente convencido cuando digo que sí a una oferta de entretenimien-to un jueves por la noche, más aún si es un concierto de alguna banda que me inte-rese escuchar. No trastabillo en dudas, ni me preocupan las obligaciones del viernes. Sólo me importa que mi jueves pueda tener un valor agregado que otros días de la se-mana no pueden tener.

¿Por qué Jueves? Yo también me lo pregun-taba hasta que empecé a trabajar y sentir lo que era esperar a que sea viernes, por lo que no estaba mal acabar con mi ansiedad un día antes en un concierto. No importaba si dormía poco o sí gasté mucho en entrada y alcohol, la magia de los jueves por la no-che es que al día siguiente no me desperta-ba malhumorado. Mucho de ello se lo debo a los grupos musicales.

Si de algo no tengo ninguna duda es que, últimamente, en los locales más comercia-les de Barranco, las ofertas son variadas y hay muchas nuevas bandas que manejan propuestas interesantes. Eso hizo que mi jue-ves pasado fuera fenomenal. Bandas nue-vas que me sorprendieron, anécdotas, unas cuantas cervezas y cero mal humor.

EDITORIAL

Gilmer HuaynaDirector

sonido ciudad

director:Gilmer Huayna

Redactores:Fiorella GiribaldIOSCAR DIAZ

Fotógrafos:Jeancarlo CarpioLuis Miguel PenaLuis Villar Matko

Edición Audiovisual:Manuel IzagaSELENE LUDENA

Diagramación y edición gráfica:Luis Miguel Pena

Agradecimiento especial a:El Sargento Pimienta

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presentó

Los OutsaidersIndiePendenciaMercury ToysThe Client

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CRÓNICA ESCRITA

escribe: Alex darko

“ chicas eu-ropeas de-mostrando

su sensuali-dad movién-dose al ritmo de la músi-ca(o almenos tratando)”

iNDIEPENDENCIA

OUTSA

IDERS

mERCURY

TOYS

“ contagia-ba al pú-blico con

su danza y su cabello mo-viéndose cada vez que gira-ba la cabeza”

Nadie se salva de la “hora peruana”. La cita fue el jueves a

las 10pm en el Sargento Pimienta pero comen-zó a medianoche. En esta oportunidad, el lu-gar se había convertido en el refugio de jóvenes y adultos que se rehu-saban a estar atados al horario de oficina, e ig-noraban, o no querían recordar, que aún no terminaba la semana. Sí bien había gente que al siguiente día no tenía nada que hacer, el sentir en común con aquellos que rehuían a sus respon-sabilidades laborales era la expectativa de desco-nectarse con el mundo a través de la música en vivo.

El equipo y yo llega-mos temprano, nos reuni-mos en un pun-to fijo del local y aprovechamos el tiempo para organizarnos y ver quién hacía qué. Afortuna-damente, Lima es chica y no tardamos en encont rarnos con nuestros amigos y colegas musi-cales, con quienes com-partimos unos tragos y conversamos lo suficien-te para hacer tiempo frente a lo que sería un concierto que obvia-mente acabaría tarde.

Sargento Pimienta se iba llenando de a po-cos y la música dentro estaba a todo volumen. La pista de baile con-gregaba personajes pe-culiares: unas chicas eu-ropeas demostrando su sensualidad moviéndo-se al ritmo de la música (o al menos tratando) a vista y paciencia de los más tímidos; luego esta-ba un chico haciendo break dance y bailando una coreografía que solo él tenía en la cabeza. El

público, ávido de músi-ca, se agrupaba en las esquinas del ‘Sargento’, a la espera de la señal para tomar cuerpo fren-te al escenario. Así, la primera banda subió y el silencio se apoderó del sitio.

¿Cuántas personas se necesitan en una banda para sonar excelente y conectar con el públi-co? INDIEPENDENCIA me demostró que con dos es suficiente. El dúo integrado por una can-tante armada con un bajo, un baterista y la participación especial en algunas canciones por el nicaragüense Mc Lalo, demostró cuanta energía podía generar una banda solo con la primera canción. Synth pop moderno, adorna-

do de un bajo conectado a varias pedale-ras que imponía su presencia al igual que una batería tocada tan fuerte que parecía que en cualquier momento iba a explotar. Esa

potencia mantuvo más que atentos a los asisten-tes, quienes con cada golpe sentían como sus latidos se mimetizaran con el sonido. Su influen-cia dance llenaba el am-biente de una atmósfera cargada de energía. La vocalista contagiaba al público con su danza y su cabello moviéndose cada vez que giraba la cabeza con fuerza y ele-gancia (jamás se despei-nó). Y así como empeza-ron se fueron: rápido.

La siguiente banda de la noche es relati-vamente nueva en la escena limeña emergente. Sin e m b a r g o , esto no s i g -

nificaba que MERCURY TOYS tuviera menos ex-periencia, es más, era como si todo el tiempo el tiempo que no tocaron en escenario lo hubie-ran aprovechado para consolidar un sonido que dejó a los especta-dores con cier-ta nostalgia. ¿Por qué? Por una atmósfera que a todos (o casi todos) nos llevaba a 1979, los años de bandas como Joy Division, que iba entre el proto-punk y el synth pop, sin dejar atrás clásicos como New Order o grupos más re-cientes como Interpol como una clara influen-cia. Con voz gruesa, el bajo como el mayor so-porte de su sonido y dos guitarras distorsionadas, acarameladas con el pequeño sintetizador de fondo. La gente se mo-vía levemente al ritmo bailable de un género como este, mientras más personas llega-ban al evento y se unían a la colmena aglomerada de fanáticos.

Luego de un rato bailando y al acabar la banda su set, la gente comenzó a bajar sus pilas mien-tras THE CLIENT sub ía a l es-

cenario. Parecía como que la gente se estaba yendo o simplemente dispersando. La banda relativamente descono-cida y con una aparien-cia de ser más jóvenes

que los miem-bros de las otras bandas, demo-raron un poco más que los de-más en conec-tarse. Nadie se lo esperaba y menos yo, la banda le de-

volvió las pilas a la gente de manera instantánea. Un rock n’ roll revival muy propio de los noventas, parecido a Soundgar-den con toda la energía de ban-das como Led Z e p p e l i n . En resu-m e n , u n a

THE CLIE

NT

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escribe: Alex darko

Los outsaiders surgieron en junio del 2011, con una propuesta apartada del ‘pelo largo y las casacas de cuero’. Más bien, atribuyen sus raices al rock clásico y garage.

poderosa combinación de guitarras pesadas y baterías poderosas. Si bien los demás miem-bros de la banda se mo-vían de una manera tan energética que era in-creíblemente contagio-sa, el vocalista conserva-ba la calma y cantaba una voz áspera, seguido de un solo de guitarra. La gente pedía más. El vocalista preguntó lue-go de haber tocado la mitad de su set “¿cómo está el sonido allá? Va-mos sean sinceros”, to-dos dijeron bien y solo uno dijo que no. Al dar-se cuenta, el frontman lo señaló y dijo “el único

sincero del públi-co”. Presenta-

ron su úl-t ima

canción y demoraron en salir del escenario lo mis-mo que conectarse.

Era obvio, demasia-do obvio. LOS OUTSAI-DERS era la banda que debía cerrar una noche de buena música y so-bre todo variedad. La banda, sin exagerar, es de lo mejor dentro de nuestra diminuta y se-gún otros, inexistente, escena. Pero no les im-porta, ellos tocan y lo hacen bien. Los han comparado muchas veces con bandas como The Strokes o Los

Bunkers, pero con-

forme he ido asis-tiendo a sus conciertos, al igual que mis colegas creo que la banda ha lo-grado una buena com-binación rozando un sonido propio que ellos mismos han afirmado que “está en proceso”. ¿Cuánto tiempo toma que la gente coree tus canciones o al menos se se-

pan l o s

nombres de estas?

Antes años de carrera, pero

ahora, en tiempos modernos el acceso de los fans a la música es mayor. Me sorprendió el saber que la gente efec-tivamente se sabía casi todas las canciones. La banda subió rápido y salió rápido dejándonos con ganas de amane-cer escuchando cada tema, que un chico del público me resumió en una frase que iba más o menos así “¡parece que todas las canciones fue-ran Hits! Todos se las sa-

ben” Se hizo una pau-sa entre las últimas

tres canciones para que la banda pu-diera agradecer al público por haberse quedado hasta tan tarde solo por ellos teniendo en cuenta que “mañana cham-ba”, mandar saludos a los cumpleañeros y regalar stickers a la gente que estaba más cerca del es-cenario quienes se aplastaban y deses-

peraban por conse-guir uno.

Exhaustos de estar parados 4 horas, filman-do y fotografiando cada detalle del evento: el pú-blico, las bandas, el lo-cal, las europeas ebrias y el chico break dance (que acabó siendo em-pujado a la salida por un Vip que lo vio como un provocador de pogo) por fin salimos, felices de haber cumplido con nuestro trabajo y de paso escuchar a bandas que de verdad nos deja-ron sorprendidos. Volver a casa era lo único que nos molestaba, era tar-de y no había suficiente dinero. Creo que ni eso nos pudo quitar las son-risas de nuestras caras al tomar una foto grupal como prueba de que es-tuvimos allí.

THE CLIE

NT

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Entrevistas

escr

ibe: Fiorella Giribaldi

Es la 1:35 am. Es un día nuevo y resulta a la vez una suerte de ex-

tensión del día anterior. El local se desborda de gente ansiosa, sin duda ya es viernes, pero para ellos el jueves acaba de empezar. Cuando me encuentro con Charlie VT W, vocalista de Los Outsaiders lleva una ca-saca de jean y me salu-

Los Outsaiders Vinieron para quedarse

da con una cordial me-dia sonrisa. Es reservado pero se le ve confiado mientras saluda a algu-nos conocidos y amigos en la mesa de al lado.

“Es raro”, me comen-ta cuando se acomoda en la mesa, “yo sigo sin-tiendo que soy el mismo Charlie de siempre. Para mis amigos soy el mismo con el que tocan y bro-mean, pero hay veces en que llega una per-sona ‘x’ feliz de cono-cerme. Que alguien se

emocione por mi música es paja, pero también es raro para mí. Es como vi-vir en dos mundos, algo así como un conflicto de personalidades”.

Sin duda, para ser una banda relativamente nueva su ascenso musi-cal ha ido en una espi-ral hacia arriba. Desde la presentación de su disco a finales del año

pasado y del videoclip de “Niña”, su canción más popular, ha habido una gran respuesta por parte del público. “En los últimos 6 meses he visto un cambio. La gente se involucra más, canta las canciones, hasta incluso a veces poguea. Es paja ver rostros nuevos”. Su personalidad tranquila entra en contradicción con el éxito que ha al-canzado la banda, que cabe mencionar llamó la atención del produc-

tor de The Strokes, ban-da con la que se le ha comparado en cuanto a estilo.

Nadie niega las ob-vias razones de esto: su música ha sido catalo-gada como una suerte de rock n’ roll de garaje con indie moderno de gran calidad y conteni-do. Sin embargo, lejos de aunarme a la voz popu-

lar y decir que son The Strokes versión peruana, me atreveré a decir que la comparación está de más. Cada banda evolu-ciona de forma diferente y el futuro de Los Outsai-ders no debe darse por sentado. Dentro de sus influencias en palabras del mismo Charlie, las más destacadas serían The Beatles, The Doors, Pink Floyd, Incubus, Jet y como gusto personal, Nirvana.

Uno nunca sabe lo

que puede pasar en un concierto. Movilizán-donos al terreno de las anécdotas, no solo se reduce a encuentros ca-suales con fans y segui-dores. “Durante la última canción de uno de los conciertos que hicimos, una chica comenzó a desamarrarme las za-patillas y a sacarme el pasador por cada uno

de los huecos. Cuando terminamos, bajé del es-cenario y me di cuenta de que me había deja-do solamente la parte inicial. Si había una can-ción más, perdía el pasa-dor”, dice Charlie entre risas.

Dentro de sus planes a tiempo inmediato es-tán interesados en con-solidar su relación con el público. Sin duda el fu-turo parece prometedor y Los Outsaiders vinieron para quedarse.

Charlie VT Wso

nido

ciu

dad/

Jean

carl

o Ca

rpio

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sonido ciudad/Jeancarlo Carpio

La noche casi acaba y el local huele a ciga-rrillos, alcohol y frenesí

cuando me encuentro con Jessica Rodríguez, bajista y vocalista de In-diePendencia, y Nicolás Ojeda, encargado de la batería y de la compu-tadora. Con un aspecto bien propio y en el caso de ella, medio risueño, este dúo dinámico hizo que las personas des-cargaran el estrés de sus ajetreadas vidas. Luego, cuando parecía que las cosas no podían mejo-rar, hizo su aparición Mc Lalo, rapero del grupo Materia Prima, con el que que sin duda Indie-Pendencia consiguió la total e inmediata aten-ción de los espectado-res, que no podían dejar de cantar y bailar presas de su ritmo.

“Lo conocí mientras estudiaba en Orson We-lles. Yo ya tenía la can-ción en mente y solo faltaba el rapero, ¡y qué tal rapero!”. No es para menos, Mc Lalo le dio el toque final a la presenta-ción. “Lo que me gusta es que hay nuevos so-nidos y bandas nuevas. Esa es la idea, juntarnos y que este tipo de iniciati-vas crezcan para el bien de todos”.

Otra presentación que ambos recuerdan felices fue en el “Tono Cágala” durante la se-gunda mitad del 2013. “A pesar de que hubo muchos problemas de sonido, hubo una gran respuesta del público”, nos comenta Jessica, demostrando que no solo depende del lugar o del equipo sino de los asistentes y de qué tan dispuestos estén a diver-

“S i e m p r e que me junto con

Nicolás antes de tocar, tra-tamos de olvi-dar los obs-táculos que puedan exis-tir. ”

tirse y dejarse llevar por la música.

“Siempre que me jun-to con Nicolás antes de tocar, tratamos de olvi-dar los obstáculos que puedan existir. Desde los más comunes como el tráfico hasta algo más serio, como proble-mas técnicos. Siempre pro-curamos que no importe. Si sucedió, su-cedió”. Y este modo de pen-sar se lo toman muy en serio. Nicolás nos cuenta que “durante una tocada un técnico tuvo chequear mis audífonos con una linterna. Está-bamos a media canción y no podía detenerme. Cuando sucede algo en medio de un concierto no puedes parar, lo úni-co que se puede hacer es seguir”. Nadie duda de su entrega y profe-sionalismo, eso queda por sentado así como la confianza que existe en-tre los dos. “Siempre que han existido problemas Nicolás nunca lo ha de-

jado ahí, él continúa to-cando hasta el último re-doble”, agrega Jessica.

El bajo de Jessica, particularizada por una serie de stickers de sus bandas favoritas e in-fluencias, casi tiene alma propia cuando pisa un escenario. En esta suer-

te de “bajo de la fama” se encuentran The Cure y The Smiths, entre otros. “Son bandas que me encantan e inspiran y siento que hay que darles al-gún tipo de reconocimien-to. A ellos se lo

debemos todo”.Por otro lado, Nicolás

estuvo tocando la bate-ría en Physic y en Crazy Dizzy, una banda tributo a AC/DC. Estar en una banda de a cuatro per-sonas no es lo mismo que una de a dos: “El feeling de que sean dos perso-nas en la banda cambia todo. Coordinar algo so-lamente con una perso-na es diferente. Todo es más simple y más fluido, especialmente si se trata

de una decisión. Basta con proponer algo y se hace. ¿Por qué habría que decir no de arran-que? A mí siempre me ha gustado combinar la batería con sonidos elec-trónicos, por ejemplo”.

“La experiencia que ha tenido Nicolás hace que yo aprenda bas-tante de él a nivel pro-fesional, no solo musical-mente sino también en cuanto a producción. Quiero estar a la altura y siempre es un reto”, co-menta Jessica con una sonrisa. Al tener persona-lidades similares, confor-man una dupla que pro-mete crecer en cuanto a calidad musical cada día más.

Súbitamente, se es-cucha un golpe seco seguido de gritos in-comprensibles. Atravie-sa la puerta un chico totalmente ebrio que entre patadas y golpes es cargado por los VIPS del lugar. Todo su-cede demasiado rápido y aunque el chico trata de zafarse no lo consi-gue hasta que lo sacan. Sin embargo, en pala-bras de Jessica, “todo es parte del rock n’ roll”.

Indiependencia

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Atravieso la pis-ta de baile entre cuerpos sudorosos y lu-

ces de colores, mientras que un grupo de chicas extranjeras baila frenéti-camente con un chico de dreds. En su rostro queda en evidencia que ni él mismo puede creer su suerte, mientras toma a la chica más rubia del grupo por la cintura. Uno de los VIPS abre la puer-ta, y de improviso entra al local una pareja dan-do tumbos y derramando alcohol. An-siosa por aire fresco, logro esquivarlos y aprovecho la abertura para salir. El olor a cigarrillo me golpea las fo-sas nasales con violencia. Casi en me-dio de la zona de fumadores veo a la bajista de Mer-cury Toys, Alessandra Ro-bertson acompañada de Nicolás Miranda, vo-calista y segunda guita-rra. También componen la banda Natalia Vajda, Carlos Aspiros, y Renzo Zamora, encargados de la primera guitarra, la batería y los teclados res-pectivamente.

“Estuvo bravazo, har-ta calidez”, me dice Alessandra para luego

mERCURY TOYSvoltear a Nicolás “Tú ya estás acostumbrado”. No ha de medir mucho más de 1.60 cm; sin em-bargo, al instante su carácter imponente y extrovertido queda en evidencia y puedo di-lucidar el misterio de su gran peso escénico. Es la primera vez que tocan en el Sargento Pimienta, lo que me llamó la aten-ción por lo desenvueltos y cómodos que se veían.

“El sonido estuvo paja, cuando los equipos son buenos eso te permite tocar mejor”, dice Nicolás, “son varias bandas nuevas que tienen nuevas propuestas y como ade-más la entra-da es libre de hecho se llena (…) hemos vis-to un montón de gente que jamás había-

mos visto en nuestras vi-das”.

“Me han abrazado dos personas”, dice ella entre risas. “Estar aquí nos ha gustado bastan-te, pero también una presentación que hici-mos en Koka Kinto”, dice él, “Es chiquito e íntimo y tuvo buena acústi-ca”. Conforme avanza la conversación se ve que diferencia de Ales-sandra, Nicolás tiene un

“ Les paso la ruda con aguardien-

te y lo escupo acá”, dice la bajista se-ñalándose la nuca, “aquí se pegan los es-píritus malhe-chores(...) hay mucha conexión con los espíri-tus y los Ori-shas ”

sonido ciudad/Jeancarlo Carpio

Mercury Toys nació a principios del 2012. La integraba Nicolás Mi-randa, que había sido un Theremyn 4 antes de esto, Natalia Vaj-da y Carlos Aspiros. A partir de aquí la idea

comenzó a cuajarse más y se incorporó a Alessandra Robertson, antigua integrante de Pony Asteroid, para que fuera su bajis-ta. Gracias a esto, el ahora cuarteto pudo ciudad sonido/Luis Miguel Peña

EL ORIGEN

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mERCURY TOYScarácter más sosegado. De cierta forma le da balance a la dinámica y comprendo el porqué perecen ser tan bue-nos amigos. Una de sus anécdotas tiene que ver con una de sus presenta-ciones.

“La banda que tocó después de nosotros, Theremyn 4, dijo durante su última canción que al más loco del público le iba a regalar un disco. Alessandra trató de co-nectar su bajo, pero no pudo, luego quiso tocar la batería, pero no había baquetas”, recuerda el vocalista entre bromas y risas. “Lo más paja que puede pasar durante un concierto es que vengan y te compren un disco, te pidan que se lo firmes o que quieran tomarse una foto contigo. También ha pasado que algún borracho se ha subido al escenario y ha querido tocar los instrumentos, es normal especialmente si el local es pequeño. Es parte de todo esto, no nos molesta”.

En el 2013 que fueron a Nueva York: “Me die-ron una tarjeta de cré-dito Scotiabank de 4000 dólares, llegué a Manha-ttan, me compré el bajo y me quedé sin plata”, cuenta Alessandra, ha-ciendo gala de su dis-tintiva excentricidad, “lo bueno es que llegué a la casa de una amiga y no me cobró nada. Pero lo

más gracioso de esto es que hoy fui a pagar mi cuota y me dijeron que me habían aprobado una tarjeta de 15000 so-les”, dice soltando una carcajada ante la mi-rada de sorpresa de su compañero. “La verdad es que tenemos buen balance porque yo no me pongo metas, he na-cido sin esa virtud. Él (Ni-colás) organiza y yo voy nomás. Cuando se trata de invertir, todos pone-mos equitativamente. Cada uno hace su fun-ción”.

Además, la banda tiene un giro místico. “Les paso la ruda con aguar-diente y lo escupo acá”, dice la bajista señalán-dose la nuca, “aquí se pegan los espíritus mal-hechores (…) hay mucha conexión con los espíritus y los Orishas. También en-dulzo personas para que las vean de manera más positiva”, dice ella con picardía, “hay que estar bien con las fuerzas de la naturaleza”.

“Ella es santera”, in-terviene Nicolás con una sonrisa, “yo dejo que ella me haga lo que quiera: me pasa la ruda, me echa cascarillas…”. “¿Cascarillas?”, pregun-to yo. “Un polvo blanco que te pones para que los muertos oscuros no te aturdan”, dice ella seria mientras abre bien los ojos.

terminar su disco titu-lado de forma homó-nima “Mercury Toys”. Finalmente, durante las últimas etapas de grabación se les unió Renzo Zamora en los teclados. El estilo que manejan ha sido au-todefinido por la mis-ma banda como una

mezcla de influencias entre New Wave, Rock n’ Roll e Indie Rock. Sin duda, su música es la onomatepeya de lo urbano y se expresa a través de una amalga-ma de intensos y pro-fundos, marcados por la personalidad parti-cular de cada uno de

los integrantes de la banda. Esto resulta sor-prendentemente alen-tador, más aún tenien-do en cuenta su éxito: No es nada fácil poner a personas tan singu-lares bajo un mismo techo musical, sin em-bargo ellos no solo lo hacen bien, sino que

han conseguido crear algo distinto. Como si fuera producto de una reacción quími-ca, Mercury Toys llena la escena musical de sonidos abrumadores capaces de sobrepa-sar fronteras y sobre-saltar hasta a los más imperturbables.

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CRÓNICA gráfica

fotos:

Luis Miguel Peña

Jessica de Indie-Pendencia programa su set en Ableton

y empezó la fiesta

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Danny Ray de the cocainers apoya a los Outsaiders desde dic.del2013

Los Outsai

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Renzo Pinedo la vive

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Ademir M

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y Charli

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El Perro ydanny Ray

El Perro en trance