somos patria roja unido, institucionalizado, al servicio del pueblo y la revolucion

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CONTENIDO Presentación I. LOS PROBLEMAS IDEOLÓGICOS EN EL PARTIDO, NUESTRA IDENTIDAD Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA INTEGRAL. 1. PARTIDO, SOCIEDAD, MASAS Y SU ROL. 2. NUESTRA IDEOLOGIA, ESENCIAL PARA CUMPLIR NUESTRA MISIÓN 3. ENTENDER LOS PROBLEMAS 4. IDENTIDAD COMUNISTA 5. LA MILITANCIA 6. PARTIDO-MASAS 7. IDEOLOGÍA, POLÍTICA Y MASAS II. A MANERA DE DESLINDE CON EL PRAGMATISMO FRACCIONAL ELECTORERO. EL MÉTODO PARA ENFRENTARLO. VIGENCIA DE NUESTRA IDEOLOGÍA, PRINCIPIOS, VALORES Y PROGRAMA. 1. NUESTROS PRINCIPIOS SON INCLAUDICABLES 2. NUESTRA CONCEPCIÓN DE LA LUCHA ELECTORAL 3. LA NATURALEZA DE LAS DIFERENCIAS 4. LOS INFUNDIOS, LA DESINFORMACIÓN Y TERGIVERSACIONES 5. LA ACTITUD DE DOBLE FAZ 6. EL DIVISIONISMO 7. LA NEGACIÓN DE LA POLÍTICA DE NUEVO CURSO 8. LAS DOS CONCEPCIONES DE PARTIDO Y SU INSTITUCIONALIDAD 9. NUESTRA CONCEPCIÓN DEL PAPEL DE LAS MASAS Y NUESTRA RELACIÓN CON ELLAS. 10. ACUMULACIÓN DE FUERZAS, LIDERAZGO Y MASAS 11. NUESTROS VALORES Y EL PRAGMATISMO NEOLIBERAL 12. CAUSAS QUE EXPLICAN LAS ACTITUDES PRAGMÁTICAS ELECTORERAS Y ANTIPARTIDO 13. EL MÉTODO PARA ENCARAR LA ACTITUD DISIDENTE EN LA REGIÓN Y EL PAÍS 14. UN PROBLEMA, UNA OPORTUNIDAD Resolución General

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CONTENIDO

Presentación

I. LOS PROBLEMAS IDEOLÓGICOS EN EL PARTIDO, NUESTRA

IDENTIDAD Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA INTEGRAL.

1. PARTIDO, SOCIEDAD, MASAS Y SU ROL.

2. NUESTRA IDEOLOGIA, ESENCIAL PARA CUMPLIR NUESTRA MISIÓN

3. ENTENDER LOS PROBLEMAS

4. IDENTIDAD COMUNISTA

5. LA MILITANCIA

6. PARTIDO-MASAS

7. IDEOLOGÍA, POLÍTICA Y MASAS

II. A MANERA DE DESLINDE CON EL PRAGMATISMO FRACCIONAL

ELECTORERO. EL MÉTODO PARA ENFRENTARLO. VIGENCIA DE

NUESTRA IDEOLOGÍA, PRINCIPIOS, VALORES Y PROGRAMA.

1. NUESTROS PRINCIPIOS SON INCLAUDICABLES

2. NUESTRA CONCEPCIÓN DE LA LUCHA ELECTORAL

3. LA NATURALEZA DE LAS DIFERENCIAS

4. LOS INFUNDIOS, LA DESINFORMACIÓN Y TERGIVERSACIONES

5. LA ACTITUD DE DOBLE FAZ

6. EL DIVISIONISMO

7. LA NEGACIÓN DE LA POLÍTICA DE NUEVO CURSO

8. LAS DOS CONCEPCIONES DE PARTIDO Y SU

INSTITUCIONALIDAD

9. NUESTRA CONCEPCIÓN DEL PAPEL DE LAS MASAS Y NUESTRA

RELACIÓN CON ELLAS.

10. ACUMULACIÓN DE FUERZAS, LIDERAZGO Y MASAS

11. NUESTROS VALORES Y EL PRAGMATISMO NEOLIBERAL

12. CAUSAS QUE EXPLICAN LAS ACTITUDES PRAGMÁTICAS

ELECTORERAS Y ANTIPARTIDO

13. EL MÉTODO PARA ENCARAR LA ACTITUD DISIDENTE EN LA REGIÓN Y EL PAÍS

14. UN PROBLEMA, UNA OPORTUNIDAD

Resolución General

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NOTA

La unidad e institucionalidad del Partido, en arreglo a sus principios, programa, estatuto, historia y misión, es un deber y responsabilidad de todos nuestros militantes, amigos y simpatizantes, como necesidad para contar con la fuerza organizada, actuante y en las masas, que lidere y conduzca a los trabajadores y nuestro pueblo a la conquista de un Perú y mundo nuevos. Ponemos a su disposición, partes del Documento de la Conferencia Regional efectuada el pasado Junio (*), ratificándonos en nuestra fidelidad al Partido, su ideología y principios, nuestra lealtad al proyecto socialista y nuestro firme compromiso con los trabajadores y el pueblo.

PRESENTACIÓN

Como culminación de un intenso debate interno promovido por el Comité Regional César Vallejo, del Partido Comunista del Perú – Patria Roja, se llevó a cabo en los primeros días de junio, en la ciudad de Trujillo, la Conferencia Política Regional de Balance de la Estrategia Electoral y de la Proyección del Trabajo de Frente Único. El texto que sirvió como material de estudio y debate es el que entregamos esta vez para conocimiento de la militancia y los amigos del Partido.

Un aspecto importante a remarcar es el método seguido para solucionar cuestiones en discusión o resolver temas aún no clarificados adecuadamente. En segundo lugar, para unificar al Partido en respuesta a cierto sector divisionista surgido en el Partido en Cajamarca, que intenta inútilmente confundir a la militancia y erosionar su organización.

El resultado es altamente positivo. Ha permitido zanjar los problemas señalados; pero sobre todo alcanzar una mayor comprensión de la política del Nuevo Curso, de la política de frente único y también de la política electoral del Partido que difiere, en muchos aspectos, de otros sectores de la izquierda peruana, marcadamente sectarios y estrechos.

En el seno del Partido, asumiendo una posición abierta contraria a su política y táctica, violentando sus normas orgánica, ha surgido en la región Cajamarca una corriente liderada por Gregorio Santos, supuestamente radical pero de esencia electorerista y personalista, trata también de extenderse a otros espacios de la región norte del país. Este sector, en oposición a la política del Nuevo Curso, coloca a la orden del día la confrontación derecha-izquierda, con un programa difuso cuyo único tema resaltante es la necesidad de contar con una nueva Constitución, que comparte toda la izquierda peruana.

Su aventura última, el llamado al voto en blanco en la segunda vuelta del 5 de junio, ha terminado en un fracaso mayúsculo. En abril pasado, en la región Cajamarca, 145,000 ciudadanos votaron en blanco. En la segunda vuelta, pese al llamado de Santos y sus seguidores al voto en blanco, solamente votaron 10,000 electores. Tal “radicalismo”, en realidad, es el regalo que esperaba el fujimorismo.

Ahora está claro que, de haber aceptado los distintos grupos de izquierda la táctica del Partido de un solo frente, un solo programa, un solo candidato presidencial, el panorama político habría sido otro. La izquierda habría disputado la segunda vuelta creando un escenario nuevo. Pero esta oportunidad también se ha perdido, complicando las posibilidades de cara a las elecciones regionales del 2018 y las generales de 2021. La polarización derecha-derecha obligó, finalmente, para cerrarle el paso la fujimorismo mafioso, al voto por el mal menor que no es precisamente el deseable.

La Conferencia del CR César Vallejo culminó con éxito, demostrando que es la mejor manera de abordar momentos complejos o de confusión, permitiendo, además, reducir al mínimo el efecto de las maniobras divisionistas y confusionistas, posibilitando más bien salir más unidos, más clarificados de lo que hay que hacer, con mayor vitalidad para impulsar la construcción del Partido de cara a las masas y en medio de la acción política.

Queremos aprovechar la oportunidad para llamar a los militantes, simpatizantes y amigos del Partido de La Libertad, a estudiar el documento debatido y empeñarse en llevar sus conclusiones a la práctica. Hacemos nuestra la consigna: lo que decide el Partido se hace por encima de cualquier dificultad.

Junio de 2016. Alberto Moreno Rojas

Presidente del Partido Comunista del Perú Patria Roja

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I. LOS PROBLEMAS

IDEOLÓGICOS EN EL

PARTIDO, NUESTRA

IDENTIDAD Y

RESPONSABILIDAD

POLÍTICA INTEGRAL.

1. PARTIDO, SOCIEDAD, MASAS Y SU ROL.

Nuestro Partido es un sistema interactuante con la sociedad. En el concurso de su interrelación con las masas, tiene un rol que cumplir. Es su papel de factor consciente, estado mayor, vanguardia, el rasgo principal que determina las características de esta vinculación: la relación dirigente-dirigido.

Si como Partido, no hace actividad política en el seno de las masas, es decir renuncia a su condición de orientador, su abstencionismo llevará a fortalecer la influencia ideológica del sistema. Si se vincula con las masas, simplemente acompañándolas, el espontaneísmo es seguidismo, movimientismo, que torna innecesaria la presencia del Partido.

Si en cambio, solo coloca el interés propio y confunde los deseos con la realidad, su voluntarismo vanguardista, también lo alejará de las masas, de las condiciones reales y será un caro favor al enemigo.

2. NUESTRA IDEOLOGÍA, ESENCIAL PARA CUMPLIR NUESTRA MISIÓN

Hemos señalado que nuestro Partido tiene una ideología, una doctrina, una teoría, que en coherencia con nuestra práctica política, colectiva e individual, constituyen los cimientos para todo su quehacer.

El debilitamiento o alejamiento de estos fundamentos, su reemplazo por otra ideología y práctica, distorsiona la naturaleza revolucionaria del Partido y el compromiso del militante.

Todo está interrelacionado y apunta al mismo objetivo: el proyecto político del Partido. Se puede formalmente integrar el Partido o decir que se pertenece a él; pero, ignorar o eludir una determinada política significa trabajar en sentido contrario y es en los hechos, colocarse fuera del Partido.

3. ENTENDER LOS PROBLEMAS

Los problemas en el Partido, derivados de la no asunción cabal de nuestra ideología se expresan en la forma de pensar, de organizarnos, de trabajar, de actuar como colectivo o militantes y en nuestra relación con las masas. Inducen al error, abonan la derrota y nos alejan de nuestra misión.

No es un asunto propiamente de las bases o de los camaradas jóvenes o nuevos. Nos involucra a todos, con mayor responsabilidad en quienes militan años y somos dirigentes.

4. IDENTIDAD COMUNISTA

Nuestra identidad comunista se forja en el tiempo y en la práctica partidista y política de masas. Tiene como cimiento a nuestra teoría y el convencimiento de la certeza de nuestro proyecto y el rol que nos toca asumir. Se alimenta de las tradiciones, del proceso formativo integral y de lucha ideológica, de la asunción de los principios y valores, de la permanente vigilancia revolucionaria.

Los estilos y valores, son esenciales y de carácter transversal en la vida de un comunista. Se revelan y expresan, se los percibe y juzga. Se los adquieren y fortalece. No obstante, también pueden, progresiva e imperceptiblemente, debilitarse hasta el punto de desaparecer o ser reemplazados por otros.

Cuando esto ocurre, se puede hablar en terminología partidista, se puede proclamar la militancia y asistir actividades pero en realidad solo es una apariencia, un remedo, una formalidad. La lucha de clases y la vivencia principista y en colectivo será la prueba que revele nuestra condición y calidad de comunistas.

5. LA MILITANCIA

La militancia partidista, es una decisión voluntaria, representa el derecho de las masas a asumir una ideología, abrazar un ideario. Es el paso y proceso de cómo la masa deja de ser anónima y se va transformando en factor y dirección consciente.

En su condición de militante, no deja de ser un integrante de la masa. Reiteramos, una parte especial de ella. Toda la actividad política de un militante

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tiene connotación de masa, se ejerce en y para las masas.

Nuestra condición y calidad de comunistas no es un asunto interno, íntimo. Nuestra manera de pensar, trabajar y relacionarnos con la gente, va revelando quiénes somos. Es la imagen que proyectamos del Partido. A través de nosotros, se va conociendo al Partido.

Nuestra condición y calidad de comunistas no es circunstancial o pasajera. Se la asume permanentemente, en cualquier situación y lugar. No cabe que pensemos y actuemos, para algunos asuntos como integrantes del Partido y para otros, al margen de la ideología, política y decisiones del Partido.

Nuestra condición y calidad de comunistas no solo es un asunto individual, personal. Somos parte del Partido, de un sistema organizado y disciplinado. El colectivismo corresponde a nuestra naturaleza. Un alejamiento de nuestra ideología y real militancia, afecta al colectivo y viceversa, nos convierte en solo individuos, sin proyecto ni activo protagonismo histórico.

6. PARTIDO-MASAS

Nuestra relación con las masas la hacemos desde nuestra pertenencia y militancia comunista. Ello es irrenunciable. En determinado momento, no podemos ser entendidos por las masas o ellas pueden tener otro punto de vista. La actitud correcta es escuchar, analizar y plantear nuestros criterios, adecuadamente, paso a paso. No hacerlo es mentir, permitir que la confusión impere. Es dejar de ser dirección consciente.

La masa tendrá su propia experiencia, pero no debemos abandonarla en la explicación oportuna, en el aprendizaje compartido. Nuestra autoridad moral, de tener la razón, de convencer con el ejemplo, propiciará mayor confianza y respaldo.

Siempre hemos dicho, que no sepamos o no escuchemos lo que la gente piensa y dice, no significa que la masa está ciega, que no se da cuenta de lo que somos y hacemos. Que en apariencia podamos hacer lo que nos plazca, sin alguna oposición y resistencia, no supone que estamos siendo aceptados o que estamos

alineados con los criterios elementales de las masas.

Dar la razón a las masas, no es callar ni hacer a un lado el esfuerzo y responsabilidad de esclarecer, menos ocultar nuestra posición. Peor aún, si de manera interesada, promovemos y fortalecemos una visión unilateral, estrecha, a sabiendas parcial o equivocada. Actuar así, no expresa nuestra calidad de militantes comunistas.

Asumimos plenamente lo señalado en el Título Preliminar del Estatuto: “Si la revolución y el socialismo son la causa del pueblo, por el pueblo, para el pueblo, no puede ser otro el contenido ni los métodos del nuevo Poder que se construya. Socialismo y democracia son consustanciales. Uno y otro se retroalimentan teniendo a las masas populares, con la clase obrera al frente, como su fuerza protagónica y determinante. En caso contrario se corre el riesgo de su degradación autoritaria y burocrática.”

7. IDEOLOGÍA, POLÍTICA Y MASAS

En conclusión, existe relación estrecha entre ideología, política y masas; entre individuo, colectivo e identidad, institucionalidad. Nuestro pensamiento y actitud incide en la forma de hacer política y en la relación con las masas.

Nuestra política es integral, abierta, con argumentación y demostrada con el ejemplo. Quizá no conozcan nuestra ideología y hasta programa, pero nuestra actuación política es una puerta de entrada. Con nuestra política y desde ella, vamos a las masas, ganamos militantes.

Nuestro desenvolvimiento en el seno de las masas tiene como sello, nuestra ideología y política. Es decir, en el ejercicio de la línea de masas, el reconocimiento del protagonismo histórico de las masas va junto con el irrenunciable papel directriz que nos corresponde.

En la actividad política de masas contrastamos y validamos nuestro pensamiento; enseñamos y aprendemos. Desarrollamos la crítica y la autocrítica.

Por ello, al referirnos a los problemas ideológicos tenemos que colegir que su superación tiene que hacerse desde nuestra posición ideológica y proyecto, con

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la educación que esclarece y afirma, con la lucha ideológica que pone al descubierto las desviaciones, debilidades y errores, para combatir las causas y recuperarnos. Los problemas ideológicos requieren atención y procesos de la misma naturaleza. Las soluciones ideológicas, para ser consolidadas deben acompañarse de la disciplina que nos hace persistentes, de la integración organizativa y del respeto y confianza a las masas.

En nuestra región, la experiencia nos señala: los problemas ideológicos requieren soluciones ideológicas e integrales, que afirmen nuestros principios, defiendan y fortalezcan la unidad e institucionalidad partidaria y sirvan para avanzar en el cumplimiento de nuestra misión revolucionaria y de masas.

La contradicción entre lo nuevo y lo viejo, lo correcto y lo erróneo, lo avanzado y atrasado, está presente y no puede ni debe soslayarse. Por ello la necesidad de estudiar a fondo y en serio; de asumir una severa actitud crítica y autocrítica como prerrequisito para resolver los problemas que a diario se nos presentan, de desplegar el espíritu de iniciativa e innovación.

No olvidemos, los principios son indeclinables, atraviesan toda nuestra labor política integral y son los pilares fundamentales de nuestra existencia y desarrollo. Tampoco, que nuestra razón de ser, es el servir al proceso de transformación de la patria, la unidad y la participación consciente de las masas.

Serán nuestros estilos de trabajo y dirección los que revelen solidez ideológica y disposición a concretar nuestro proyecto, dentro de un colectivo y como elementos de un sistema. Estilos que, igualmente, se adquieren, se forjan e interiorizan; y, pueden ser percibidos y valorados, dentro y fuera del Partido.

II. A MANERA DE DESLINDE

CON EL PRAGMATISMO

FRACCIONAL ELECTORERO.

EL MÉTODO PARA

ENFRENTARLO. VIGENCIA

DE NUESTRA IDEOLOGÍA,

PRINCIPIOS, VALORES Y

PROGRAMA.

1. NUESTROS PRINCIPIOS SON INCLAUDICABLES

Nuestro principio ideológico fundamental es partir de la realidad, asumiéndola como objetiva, interrelacionada y en desarrollo y, con la actitud de transformarla. Para lograr ello, los comunistas tenemos una concepción y un método. El materialismo dialéctico (e histórico) condensa ello. A través de él, podemos conocer la integralidad de los procesos, fenómenos y hechos, tener una comprensión dialéctica, multicausal y multifactorial, manifiesta en contradicciones a desentrañar. A través de él, podemos avizorar las tendencias y perspectivas y el correlato de nuestro accionar previsor, activo y coherente. Partir de la realidad, expresa también la relación entre teoría y práctica, lo objetivo y lo subjetivo.

Nuestro principio fundamental de dirección es el de dirección colectiva y responsabilidad individual, que condensa la integración del rol colectivo del sistema Partido en la sociedad y el papel de los militantes, como factor consciente en el seno de las masas. Implica el conocimiento de la realidad y recoger el sentir de las bases y las masas, su procesamiento, desde nuestro enfoque marxista leninista y el proyecto revolucionario que representamos, para adoptar decisiones y la capacidad de materializarlas, comprometiendo siempre al conjunto del Partido y su periferia.

Nuestro principio fundamental de organización es el centralismo democrático, que constituye el pilar del sistema organizativo y de trabajo partidario. La esencia del mismo establece que el Partido y sus componentes son uno solo, manifiesto en una sola ideología, una sola línea, un mismo Estatuto y una sola dirección. Establece, además, las relaciones entre los órganos y organismos de diferente niveles, entre lo colectivo y lo

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individual, las determinaciones en el ejercicio de la toma de decisiones y su implementación.

Nuestro principio fundamental de trabajo, partiendo de la realidad, es servir a nuestro pueblo. Es el rasgo fundamental del partidismo y espíritu comunista de los militantes. Y se sirve a nuestro pueblo, asumiendo nuestro rol, construyéndonos como alternativa, con ejemplaridad, estructurando y ganando nuevos militantes.

Todos estos principios están o deben estar presentes en el quehacer integral del Partido. De manera transversal y concurrente. En dirigentes y militantes, en la Juventud Comunista.

Cuando algunos de estos principios o todos, están débiles y ausentes, o no se asumen cabalmente, impacta en la vida del Partido y sus integrantes, en el cumplimiento de su misión histórica y se afecta el trabajo y relación con las masas.

El subjetivismo y el liberalismo, el burocratismo y el sectarismo, el espontaneísmo y el formalismo, el caudillismo y la indisciplina son manifestaciones de esta problemática.

Es evidente, quienes han actuado en contra de las decisiones del Partido, no han tomado en cuenta lo que nuestro Estatuto puntualiza: “El Partido Comunista tiene como principio ideológico fundamental partir de la realidad, demostrar la verdad en los hechos, verificándola y desarrollándola mediante la práctica. El análisis concreto de la situación concreta y la unidad de teoría y práctica sintetizan su método.”

Por ello, no se entiende el desarrollo desigual en la realidad social y del propio Partido. “El Perú es diverso geográfica, económica, cultural, poblacional, vialmente, y es también desigual su desarrollo político y el desarrollo del propio Partido y su influencia.” (Plan Quinquenal).

Tener claridad sobre los contextos, factores, circunstancias y períodos, la interrelación entre la realidad, nuestra experiencia, trabajo y resultados, es un requerimiento objetivo para autoevaluarnos, proponer y realizar.

Que determinada situación exista en una región y en otras no, en un momento dado, tiene lógica y no podemos asumir

que esta diferencia denota como causa exclusiva a la dirección nacional. No lo es ahora, tampoco, unos 40 o 50 años atrás, para las mismas realidades que observamos.

Sí debemos sacar lecciones de cómo llegamos a tener avances importantes, grandes, sostenidos; o, cómo fue que no logramos consolidar y rápida o imperceptiblemente nos estancamos o fuimos perdiendo posiciones.

Lo constante, a valorar, es el esfuerzo que pongamos por ligarnos a la realidad, a las masas, en el cumplimiento de las decisiones y tareas definidas por el Partido, más allá de los resultados temporales que se tengan.

2. NUESTRA CONCEPCIÓN DE LA LUCHA ELECTORAL

La lucha electoral es una expresión de la lucha de clases. Expresa una correlación de fuerzas, el diseño de una estrategia, la formulación de propuestas, la articulación y relación con las masas. Es un momento de acumulación, disputa y proyección.

Está subordinada a nuestra política y estrategia de conjunto, vale decir, a la política de nuevo curso y su interrelación de lucha por el socialismo. Donde el acceder a espacios de gestión tan solo es un punto de apoyo, a ser consolidado con proyecto de desarrollo y participación popular organizada, consciente y protagónica, es construir confianza y liderazgo en las masas.

Es una forma de lucha que requiere preparación y disposición. Combina diversos aspectos, emocionales, expectativas y reflexión. La preparación es integral, ideológica, política, programática, ética y de gestión. Los líderes se promueven, con respaldo de masas, visión de conjunto y de perspectiva, protagonismo cotidiano y solvencia moral.

Convertir resultados, cualquiera fueran estos y el estado de ánimo en conciencia y organización, funcionante, activa y con mayor injerencia en las decisiones.

Suponer que un aluvión de votos es equivalente a identificación, compromiso y respaldo político a una opción, incluyéndonos; peor aún, asumirlo como si

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fuera un capital definitivo, invariable, aún con desenlaces favorables consecutivos, es un caro error.

Al margen de los resultados obtenidos en abril y del llamado al voto blanco o viciado para la segunda vuelta, etc, la actitud de desacato y fraccionalista que se ha generado, es totalmente injustificable.

Y es que el quid de la divergencia o diferencias, no son asuntos únicamente electorales, de táctica, en el corto plazo. Es, en todo caso, la apariencia con que se les quiere encubrir o minimizar. Por ende, es incongruente y caprichosa, la figura de concordar y “ser del Partido, en todo”, excepto en lo concerniente a las elecciones y la candidatura de Goyo, por “ser determinación de las masas”.

3. LA NATURALEZA DE LAS DIFERENCIAS

Las propuestas del Partido, formuladas por sus organismos y asumidas por sus militantes, parten del interés de las masas, de nuestra responsabilidad de encarnar política y revolucionariamente sus intereses y están dirigidas para que se conozcan y se conviertan en fuerza material en el accionar de las masas, validadas por la práctica.

Por tanto, las decisiones políticas se vuelven de masas y son parte del imaginario y adhesión del movimiento popular. Son percibidas en su contenido y visibles en el proceso de su implementación. Los procesos y resultados importan tanto como la actitud para difundirlos y concretarlos. Hasta en ello se educa y somos juzgados. Nuestro actuar es integral y tiene que expresar totalidad y coherencia.

La actitud de disidencia y desacato a las decisiones del Partido, no son únicamente posturas organizativas, procedimentales; vistas del algún modo, como una situación particular que no afecta el conjunto.

De un lado, son manifestaciones de una concepción y actitud frente a la política, al Partido, su ideología y para con las masas. Es el abandono de una ideología y su reemplazo por la discrecionalidad de libre pensador. Constituye un enfoque distorsionado de lo que es ser Partido y

militante. Así como hay disciplina consciente, también podemos hablar de indisciplina consciente.

De otro lado, la actitud de disidencia y desacato mostrada no es un hecho que solo queda entre nosotros, que no tienen por qué interesar a las masas. Lo cierto es que este comportamiento encierra la consideración y respeto que tenemos a las masas, estén informada o no, comprendan o no los problemas.

Su irresponsable actitud ha sido de manera abierta, desafiante y dañina.

Para quienes han propiciado disidencia, no ha importado escenarios ni métodos, mucho menos el interés de las masas, la trayectoria del Partido.

Nos corresponde, de manera adecuada, explicar a las masas lo ocurrido y recuperar su confianza, reafirmándonos en los principios. Serán ellas las que juzguen, de qué lado estuvo una actitud coherente, de lealtad, de vanguardia.

4. LOS INFUNDIOS, LA DESIN-FORMACIÓN Y TERGIVERSACIONES

A la fecha, se han vertido algunos conceptos e informaciones, que luego del 10 de abril continúan, entre otros:

a. El Partido es el principal responsable de no haber alcanzado las firmas para inscribir el MAS y fue un error suspender esta tarea.

b. Que muy pronto el Partido se definió por un bloque y tempranamente hizo a un lado la candidatura de Goyo.

c. Que como MAS se habría ganado mayor número de militantes, que como UNETE.

d. Que se requiere un mensaje más radical.

e. Que era y es la hora de la izquierda más nítida.

f. Que no se hacía nada por la libertad de Goyo, que estaba abandonado.

g. Que en Cajamarca se vivía una situación especial. El centro de gravedad se había trasladado al norte, especialmente a Cajamarca y de allí se irradiaría a todo el país.

h. Que las decisiones y labor de la dirección limeñizada no tenía autoridad ni encontraba eco en las bases.

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i. Que las masas, particularmente ronderas, reclamaban la candidatura de Goyo y que el deber del MAS era atenderlas.

j. Que era posible ganar en primera vuelta y alcanzar 80 congresistas, porque ya existía la candidatura que logre ello.

k. Que, las bases exigen victorias y ésta era inminente.

l. Que, resultados adversos en las elecciones son de responsabilidad de la dirección nacional del Partido.

m. Que el Partido tiene responsabilidad en las deficientes condiciones y resultados en diversos lugares, especialmente Lima, a diferencia de Cajamarca y Moquegua, donde las victorias son de los frentes y las masas.

n. Que con la posición de Cajamarca, se ha puesto de manifiesto las contradicciones dentro del Partido

o. Que se ha expulsado a camaradas y dado golpe de estado al Comité Regional de Cajamarca, por solo discrepar.

5. LA ACTITUD DE DOBLE FAZ

Se han desarrollado actividades y actitudes como:

a. Comunicación abierta y constante, denigrando y generando dudas sobre las decisiones partidarias.

b. Se ha impulsado la candidatura de Goyo, a sabiendas de los criterios y determinaciones partidarias (el carácter de pre candidatura y en función de la unidad, XII Pleno Enero 2015 y posteriormente el 5 setiembre 2015). Así, primero con Pedro Cenas (Avanza país) y luego con Alcántara (Democracia Directa). Mucho más antes, con la UPP.

c. Se ha guardado y distorsionado información y documentación partidaria.

d. Se ha impulsado eventos a nombre de la CUNARC con la finalidad de promover la candidatura y demandar recoger firmas para Avanza País (Chiclayo, 26 de setiembre).

e. Se han promovido eventos MAS en Cajamarca, teniendo como centro la candidatura nacional de Goyo. El MAS

regional, el CR MF, no tenía potestad de hacerlo.

f. Se ha propiciado la actitud de doble faz: formal y aparentemente integrantes del Partido, pero abierta y sistemáticamente actuando en otra dirección.

g. Se ha realizado desplazamientos inorgánicos a muchos lugares del país, de manera sistemática y pretendiendo confundir y comprometer en su aventura a militantes, amigos y simpatizantes del Partido.

6. EL DIVISIONISMO

Cada uno de estos señalamientos y prácticas, y otros más, revelan la intencionalidad de hacer tienda aparte, promoviendo la confusión y el divisionismo, colocando como blanco al Comité Central.

Valga la pena aclarar que, a la fecha nadie ha sido expulsado, como también, nadie ha planteado, en su interés y derecho individual correspondiente, reconsideración alguna a decisiones políticas disciplinarias. Por el contrario, se persiste en el proyecto propio.

Respecto a otros puntos, diversos documentos del Partido definen el sentido de nuestra línea, programa, políticas, normas y acuerdos orgánicos e institucionales.

7. LA NEGACIÓN DE LA POLÍTICA DE NUEVO CURSO

El nuevo curso es una política general del Partido, su razón de ser está en la realidad, de los problemas y necesidades de cambio, en la correlación de fuerzas adversa y en el imperativo que tenemos de proponer, comprometer y abrir paso a procesos de acumulación. Pero es su entronque con la lucha por el socialismo, partiendo de las actuales condiciones, la garantía de su contenido y proyección revolucionaria.

Nuestra política de Nuevo Curso tiene como blanco al neoliberalismo; significa propuesta y reformas integrales, amplitud de fuerzas comprometidas, formas de lucha y consignas que convoquen al conjunto, para cuestionar el sistema al tiempo que levantamos alternativas y promovemos en los

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trabajadores y el pueblo, confianza en sí mismos y acercamiento y adhesión a la izquierda, el Partido y al socialismo.

El Nuevo Curso corresponde a la contradicción continuismo neoliberal y cambio patriótico y democrático. Tiene alcance nacional. Orienta nuestro desenvolvimiento en espacios y formas de lucha específicas.

Para los promotores de la disidencia y desacato, el nuevo curso es restrictivo y circunstancial. Solo los comunistas, o al decir de ellos, los radicales, les compete propiciar el nuevo curso, orientación que puede ser recortada cuando se trata de la lucha electoral. A lo sumo, quedándose en el discurso de términos como nueva constitución, proyecto nacional.

En última instancia, aludiendo o no al nuevo curso, se embarcaron en una política de alianzas subordinada al objetivo meramente electoral, sin criterio programático y de perspectiva. Amplitud en apariencia, puro pragmatismo electoral en esencia.

El entendimiento, manejo y resultados de la política de alianzas en el ámbito regional de Cajamarca, nos da muchas luces: sin programa, sin compromiso, a espalda de las masas y con aliados que prontamente se alejan.

No entender la política de nuevo curso es también no entender la lucha por el socialismo y el trabajo político y de masas integral.

8. LAS DOS CONCEPCIONES DE PARTIDO Y SU INSTITU-CIONALIDAD

Respecto a la concepción de Partido y nuestra práctica militante, existen dos concepciones. La una, en correspondencia con la política, los principios y el estatuto y la otra, al margen de la política, los estatutos y la institucionalidad.

La incorporación al Partido es un proceso voluntario, que supone cualificación constante. Aprendemos a ser militantes y con ello, a ser hombres nuevos, revolucionarios y de masas. Es una decisión política consciente, que la validamos con nuestros actos.

La institucionalidad es el reconocimiento de pertenencia, de sistema interrelacionado, de vida colectiva. Todos

los actos de los militantes se desarrollan en la institucionalidad partidaria; desacatar los acuerdos, ignorar o violentar las normas, es romper con la institucionalidad. Nada lo justifica.

La institucionalidad es el molde vivo del Partido, para su funcionamiento como sistema, su capacidad de trabajo y para su interrelación con las masas y el entorno. La responsabilidad de todo militante es fortalecer la unidad e institucionalidad partidaria. Por principio y norma, por respeto a nuestro pueblo.

Quienes se han puesto al margen de la institucionalidad, violentando el Estatuto, no pueden considerarse dentro del Partido.

Se han vulnerado principios y normas como:

“El Partido Comunista del Perú - Patria Roja es un destacamento de vanguardia, consciente y organizado, del proletariado peruano, el núcleo dirigente de la causa socialista y defiende, consecuentemente, los intereses fundamentales y concretos de los trabajadores, el pueblo peruano y la nación.

El mundo nuevo que aspiramos construir exige también el hombre nuevo que debe construirlo, que se forja en el torrente de la lucha de clases, de la revolución y la construcción de la nueva sociedad.

Si la revolución y el socialismo son la causa del pueblo, por el pueblo, para el pueblo, no puede ser otro el contenido ni los méto-dos del nuevo Poder que se construya.

El Partido coloca en primer lugar los intereses de las masas populares, mantiene con ellas vínculos estrechos, escucha su palabra, no tolera que sus militantes se coloquen encima ni se separen de ellas

Practica el centralismo y la democracia, la disciplina y la libertad, el esfuerzo colectivo y la satisfacción individual, de modo que sea capaz de forjar comunistas con elevados ideales humanistas y construir una nueva cultura política propia del proletariado.

Es, por consiguiente, incompatible con toda manifestación de pensamiento y práctica dogmáticos, empiristas, reformistas u oportunistas, sectarios, espontaneístas, formalistas.

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Nos proponemos construir un Partido Revolucionario de Masas unificado y correcto, grande por su influencia política, teórica e ideológica, por su presencia organizada, disciplinada, de vanguardia, por su enraizamiento entre la clase obrera y el pueblo, con capacidad de conducción de masas, claridad en su línea y amplitud de horizonte, con un liderazgo que se construya en los diversos ámbitos de la vida política, social, cultural. Un Partido capaz de construir su propio espacio de influencia política, ideológica y cultural, con bases políticas que le sirvan de puntos de apoyo estratégicos y un contingente de dirigentes y cuadros que le garanticen su papel de dirección, con una fuerte periferia de simpatizantes y amigos. En suma, un Partido armado con el marxismo leninismo y continuador calificado de la herencia mariateguista, firmemente implantado en las masas y en la realidad concreta del país, que practica el internacionalismo y la solidaridad, con decidida vocación de Poder.

El Partido Comunista impulsa una política y una acción transformadora íntimamente ligada a los altos valores morales y espirituales de solidaridad, colectivismo, honestidad, indignación ante la injusticia, amor a la patria, trabajo consecuente en la lucha por el socialismo, en concordancia con la rica herencia de lucha de los pueblos del mundo, del ejemplo de sus héroes, del legado histórico del pueblo peruano.

Los comunistas, consecuentes con sus principios, colocan siempre lo colectivo en primer lugar, subordinando los intereses individuales a los del pueblo, de la patria, de la revolución y el socialismo.

El Partido Comunista del Perú - Patria Roja es uno en lo ideológico, político y organizativo. No comparte la libertad de fracción en su seno ni tolera el entrismo. La política dirige toda su actividad orgánica y de masas. Preservar su unidad revolucionaria y la esencia de su ideología constituye un deber que todo militante debe observar rigurosamente.

Su principio básico de organización y dirección es el centralismo democrático. El centralismo se funda en la democracia, en el despliegue de la iniciativa de las bases y en el creciente fortalecimiento de la institucionalidad partidaria. La democracia sin centralización y disciplina

conscientemente asumida, carecerá de fuerza y de capacidad de acción.

Art. 5. El ingreso al Partido es voluntario. Todo nuevo militante al ingresar al Partido hará el siguiente juramento: Camaradas:

"Asumo voluntariamente la decisión de militar en el Partido Comunista del Perú - Patria Roja. Me comprometo a estudiar y trabajar consecuentemente por la aplicación de la Línea General, Programa y Estatuto; ser leal al Partido y al pueblo peruano; mantener su disciplina y unidad, y luchar honesta y lealmente por el socialismo y el comunismo. Asimismo, activar políticamente, cumplir las tareas asignadas y superarme permanentemente para ser cada vez mejor y útil al pueblo, a la patria, a la causa revolucionaria, siguiendo el ejemplo y la moral de sus héroes y mártires, la conducta del camarada José Carlos Mariátegui, arquetipo del hombre nuevo para un mundo nuevo".

Art. 6. El militante del Partido Comunista del Perú - Patria Roja, no teme expresar ni defender sus convicciones políticas, ideológicas, sus valores éticos, dentro de las normas emanadas por el Partido y el centralismo democrático. Le asisten los siguientes derechos:

d) El derecho, a criticar con fundamento, dentro de los cauces orgánicos. Juzgar los errores de cualquier militante, cuadro, dirigente u organismo, a fin de contribuir a su corrección, mejorar el trabajo revolucionario y superar las debilidades puestas de manifiesto. La crítica comunista siempre tiene un sustento político, se basa en los hechos, es ajena a motivaciones subjetivas o personales. Se propone curar al enfermo para salvar al paciente y sancionar a quienes lo merezcan

f) Mantener y expresar libremente, su opinión personal en el seno del Partido y apelar al organismo inmediato superior sobre cualquier decisión con la que no esté conforme, sin eximirse de la obligación de acatarla m entras se tramita la apelación;

Art. 7. El militante tiene los siguientes deberes:

a) Estudiar y aplicar con creatividad el marxismo leninismo, el pensamiento de Mariátegui, la Línea General, el Programa y el Estatuto del Partido, esforzándose por conocer la realidad nacional y las

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condiciones concretas de la lucha, a fin de orientar correctamente su trabajo;

b) Fidelidad al servicio del pueblo, de la patria, la revolución, el socialismo y el Partido;

g) Practicar la línea de masas como principio fundamental de trabajo;

h) Preservar, fortalecer y desarrollar la unidad revolucionaria del Partido, proteger sus secretos, combatiendo cualquier brote escisionista o fraccionalista en su seno;

i) Contribuir en el funcionamiento regular de los organismos de dirección, fortaleciendo la dirección colectiva y la responsabilidad individual;

I) Cumplir y hacer cumplir la disciplina del Partido, obligatoria para todos los militantes sin excepción;

m) Llevar una vida conforme a los valores de la moral comunista, la solidaridad y el colectivismo;

n) Combatir la ideología y prácticas burguesas o pequeñoburguesas, sus manifestaciones como espontaneísmo, burocratismo, sectarismo, oportunismo, corrupción y toda otra desviación ideológica o política;

Art. 8. El Partido basa su organización y funcionamiento en los principios fundaméntales del centralismo democrático, la crítica y la autocrítica, la dirección colectiva y la responsabilidad individual, el ejercicio del control y la rendición de cuentas.

Art. 9. Su principio básico de organización es el centralismo democrático. Este principio establece que el Partido tiene una sola línea ideológica, política y orgánica. Reconoce un solo órgano máximo y soberano de dirección: el Congreso Nacional del Partido y, entre Congreso y Congreso, el Comité Central.

La democracia en el Partido implica: el derecho del militante a participar en la toma de decisiones colectivas y en la ejecución de las mismas, la práctica de la elección en todos los niveles, la crítica, la fiscalización y revocación de cargos y dirigentes mediante consultas de abajo arriba o en certámenes del Partido. Significa que los militantes, dentro de los cauces orgánicos, discuten, deciden y determinan las cuestiones concernientes a la línea partidaria. Las elecciones se efectúan mediante consultas democráticas

y el voto directo de los militantes, si se trata de la elección del Secretario de Célula, y, a través del voto de los delegados de sus organismos en las instancias superiores del Partido. Una democracia fecunda y creadora determina un centralismo consistente y vigoroso, también fomenta el liderazgo colectivo como individual.

El centralismo significa la aplicación de los acuerdos colectivamente asumidos, la subordinación del militante a la organización, de la minoría a la mayoría, del nivel inferior al superior y de todo el Partido al Comité Central. Este principio es la garantía de la aplicación de la política del Partido en una sola dirección, el funciona-miento adecuado y eficaz de sus organismos. Implica también la adecuada combinación de elección y selección de los organismos dirigentes.

El centralismo es, precisamente, la cualidad de reunir ideas justas, de unificar los puntos de vista en una dirección conjunta y coherente. Por ello se asienta en una amplia base democrática. El centralismo democrático es la garantía para crear, dentro del Partido, un ambiente en el que haya tanto democracia como centralismo, disciplina como libertad individual, unidad de voluntad y satisfacción moral. La disciplina es la asimilación y aceptación consciente y lúcida de las directivas a ejecutar y no la aceptación pasiva, mecánica, carente de razón y opinión. La disciplina así entendida y practicada, no anula la personalidad, la iniciativa, ni la libertad, más bien las canaliza en función de los lineamientos partidarios y cierra el paso al individualismo y al anarquismo. Sólo un centralismo democrático así puede generar una disciplina consciente y creadora y alcanzar la unidad de voluntad en el Partido, incompatible con la existencia de grupos y de fracciones.

Una vez concluida la discusión y tomado el acuerdo sobre un determinado problema, la unidad de voluntad y de acción de todo los miembros del Partido constituye el eje de movilización y trabajo político en una dirección única y centralizada.

Art. 10. La crítica y autocrítica es el método fundamental para resolver las contradicciones no antagónicas en el seno del Partido y en el pueblo. Practicar la

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discusión ideológica, analizar objetivamente la realidad, atreverse a reconocer y corregir los errores descubiertos, llevar a la práctica los acuerdos tomados, constituyen las pautas que ordenan una sana vida partidaria que todo militante debe cultivar.

Art.14. Los organismos partidarios, en todos sus niveles, deben velar constantemente por el cumplimiento de las tareas políticas, su unidad de dirección y conducción, la seguridad del Partido, su composición social y su carácter de clase. Garantizar la continuidad de la dirección en función de una política de renovación basa-da en la preparación y promoción de nuevos cuadros. También desarrollar una adecuada política de infraestructura y autosostenimiento, así como una correcta combinación del trabajo público y cerrado. No existen relaciones horizontales directas entre comités, salvo las autorizadas.

Art. 19. Los Comités son organismos de dirección y conducción revolucionaria, columna vertebral del sistema de dirección partidaria. Como organismos de dirección investigan, analizan y toman decisiones, planifican y organizan su ejecución, evalúan y controlan su cumplimiento, educan, capacitan y promueven los cuadros. Como conducción se esmeran en aplicar las directrices y decisiones del Congreso y el Comité Central, ponen en juego la mentalidad estratégica y la habilidad táctica, la iniciativa y creatividad.

Art. 32. Los cuadros son militantes cualificados del Partido en lo ideológico, político y orgánico, técnico o profesional. Actúan siempre con iniciativa y firme espíritu partidista. Constituyen su columna vertebral y su contingente más importante en la elaboración y ejecución de la línea, programa, estrategia y táctica del Partido. Poseen el conocimiento y comprensión del marxismo leninismo necesario para el cumplimiento de las atribuciones que les corresponden. Están dotados de un elevado ideal comunista, de espíritu partidista, de fidelidad al proyecto revolucionario del Partido, de fe en el socialismo, de fuerte sentido de responsabilidad política, de capacidad organizativa y de experiencia para dirigir con competencia el trabajo que se le asigna.

Art. 52. El ejercicio de la disciplina es un acto consciente, igual y único para todos los organismos y militantes del Partido. Garantía para su cohesión, unidad y cumplimiento de sus tareas, resultado de una concepción del mundo y la aplicación del centralismo democrático. Debe ser asegurada con una adecuada verificación de tareas y rendición de cuentas.

Art. 54. Será sancionado disciplinariamente el militante que cometa las siguientes faltas:

a) Violación de la Línea General, del Estatuto y Reglamentos;

b) Trabajo divisionista y fraccionalista en el seno del Partido;

c) Actos de traición a la clase obrera, a las masas populares y al Partido; delación, infidencia o colaboración con el enemigo de clase;

d) Degeneración ideológica, política y moral; aferrarse a cargos partidarios, públicos o tareas asignadas en provecho personal o de grupo;

e) Acusaciones calumniosas, difusión de éstas, práctica de chismografía y liberalismo, actitudes de cualquier índole que dañen el prestigio del Partido o tiendan a desmoralizar sus filas o poner en peligro la seguridad de sus miembros;

f) Irregularidades en el manejo de fondos y bienes del Partido, de las organizaciones de la clase obrera, del pueblo, y en la gestión en los órganos de gobierno local, regional y nacional.

g) Aventurerismo, provocación, degradación de clase (lumpen);

h) Fomentar relaciones horizontales entre organismos y militantes;

i) Incumplimiento de las responsabilidades de dirección y de tareas de militante;

j) Propiciar el arribismo caudillista y el culto al personalismo.

(Extractos del Estatuto de nuestro Partido, VIII C.N.)

De este modo, se ha configurado un espíritu de fracción, una doble dirección, con una actitud de doble faz.

Para nuestro Comité Regional, la problemática del Partido, regional y nacional, su estudio a fondo y las soluciones, que demandan procesos de educación y lucha ideológica, reajustes, etc., sólo pueden promoverse en y desde

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el Partido, para afirmar su política y autoridad.

9. NUESTRA CONCEPCIÓN DEL PAPEL DE LAS MASAS Y NUESTRA RELACIÓN CON ELLAS.

La misión del Partido es dirigir, conducir, orientar. Para ello tiene que saber ser dirigente, en todo instante.

Las masas populares, por experiencia propia intuyen. Nuestro deber es generar conciencia de clase y política. Los puntos de vista que suelen circular son parte de las ideas que fomenta interesadamente el sistema, suelen ser expresiones de sentido común y criterios que conscientemente o no, podemos sembrar, nosotros y otros.

Las masas van a participar desde su experiencia y comprensión. Estemos presentes o no. Pero, estando allí, tenemos el deber de informar, explicar, orientar, con responsabilidad y confiando en que nuestra relación con las masa, tejida en el tiempo, y nuestros argumentos puedan ser considerados.

Callar, distorsionar, eludir; o, alentar, propiciar e inducir a decisiones a sabiendas que no son acertadas y no corresponden a las decisiones asumidas, con el argumento de que las masas quieren, piden, es un acto de renuncia a nuestro rol dirigente y de manipulación del sentir e intereses de las gentes.

En el caso de quienes se han colocado al margen del Partido, han estimulado, insistentemente, la percepción electoral sobre el candidato Goyo, tomando como referencia, de manera subjetiva y unilateral, los resultados de Cajamarca y una visión voluntarista de la realidad.

10. ACUMULACIÓN DE FUERZAS, LIDERAZGO Y MASAS

Respecto a la acumulación de fuerzas, liderazgo y comunicación con las masas, también existen dos visiones y prácticas.

Para nuestro Partido, la acumulación es integral, desde nuestra propuesta y rol, tomando siempre en consideración el servir a las masas. Es un proceso. Para quienes disienten y desacatan, es articulación de variopintas

fuerzas, sin más interés que un beneficio inmediato, utilitario.

Para nuestro Partido, el liderazgo es fruto de la autoridad moral y política del colectivo, al servicio del proyecto y en correspondencia con las determinaciones partidarias. Para quienes disienten y desacatan, el líder (caudillo) está por sobre las normas, la estructura, la institucionalidad. Claro está, por sobre las masas.

Para nuestro Partido, la comunicación con las masas toma en cuenta su aspiración y busca cualificarlas. Sabe escuchar y encausar. Para los otros, la comunicación es unidireccional, impositiva. En el fondo, les asigna un rol seguidista, de acompañantes y respaldo al líder, y a éste, el papel de pensar por ellas y en su nombre, hacer lo que le plazca, sin principios y pragmáticamente.

11. NUESTROS VALORES Y EL PRAGMATISMO NEOLIBERAL

Tenemos que reconocer que no salimos de la derrota ideológica frente al neoliberalismo, aun cuando no estamos como en los inicios de la misma. El impacto de la ofensiva ideológica y cultural del neoliberalismo se ha introducido dentro del Partido. Por ello no es de extrañar el fetichismo electoral, la ilusión de la candidatura propia, por sobretodo; que convoca alianzas de todo tipo, y se solaza con el conteo de votos.

Junto con esta percepción subjetiva de la realidad, se asumen valores propios del capitalismo: el individualismo, el caudillismo y el pragmatismo, totalmente opuestos al colectivismo, al partidismo, la lealtad. Así como se pretende eludir con artificios distractores, la responsabilidad de esclarecer situaciones relativas a la gestión.

Para los comunistas, los principios y valores son irrenunciables. En el Partido y en las masas. Representan la práctica concreta y demostración del hombre nuevo que debemos encarnar los militantes. De ahí, la gran atención que debemos prestar a la formación integral, al ejercicio sano y oportuno de la crítica y autocrítica.

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12. CAUSAS QUE EXPLICAN LAS ACTITUDES PRAGMÁTICAS ELECTORERAS Y ANTIPARTIDO

Los puntos de vista y actitudes de quienes se han colocado, por voluntad propia, al margen del Partido, especialmente Goyo, tienen como causa la deficiente asimilación de la teoría marxista leninista y de las políticas del Partido, en condiciones de mayor agudización de la ofensiva integral del modelo y sistema, de crisis del estado neoliberal y elementos de descomposición social.

Es la evidencia que en asuntos de ideología, cultura, programa, no podemos hacer ninguna concesión y las omisiones o debilidades en la formación, nos pasan factura, tarde o temprano.

A ello hay que sumar la falta de lucha ideológica y de ideas para enfrentar esta ofensiva graneada del capitalismo y su impacto en el quehacer partidario.

También han intervenido factores como el recortado número de cuadros para las necesidades de la región y la solidez de sus convicciones y compromiso. Más si gran parte de ellos y de los dirigentes políticos y de masas, se diluyeron en las esferas del gobierno, absorbidos por la dinámica administrativa.

La desvinculación política de las masas, se gesta cuando vamos dejando de ser alternativa, dirección política, para asumir el papel de funcionarios, de hacedores de obras sin promover su educación, organización y protagonismo consciente. Un lógico efecto ha sido el burocratismo, el asistencialismo cuando no, actitudes de soberbia, maltrato y confrontación. De ello, existen no pocos ejemplos.

Otro factor ha sido la insuficiente vigilancia revolucionaria, el ejercicio firme de la crítica y autocrítica, en el Partido de la región y con las masas. Enfrentar y sobreponerse a la actitud de pequeña aldea, de encierro, de autonomismo.

La situación ha devenido en indisciplina y fraccionalismo, en desacato y subversión consciente de las orientaciones y decisiones del Partido, agregado a un clima de desinformación, confusión y sostenido propósito de minar y desautorizar la autoridad del Comité Central.

Finalmente, debemos señalar la intervención tardía de la Dirección Nacional para encarar la defensa de la unidad e institucionalidad partidaria en la región y para desarrollar el necesario esclarecimiento en el conjunto del Partido. Porque los primeros indicios de estas concepciones y prácticas se remontan desde antes de 2010.

13. EL MÉTODO PARA ENCARAR LA ACTITUD DISIDENTE EN LA REGIÓN Y EL PAÍS

Estamos ante una situación complicada y con diversos elementos. El escenario, los temas en cuestión, diversos protagonistas, las implicancias de corto y mediano plazo, etc. demandan respuestas, cohesión y mayor ligazón con las masas.

Por ello, se impone la reflexión madura, objetiva, de proceso; donde la flexibilidad de tratamiento descansa sobre la firmeza de principios y la visualización de una oportunidad para renovarnos.

La condición fundamental para ello es defender la unidad del Partido, su política, principios, institucionalidad y cerrar filas en torno al Comité Central.

El método es informar, explicar, educar. Escuchar y diferenciar las actitudes. Dejar a un lado las adjetivaciones y canalizar por las instancias y ámbitos partidarios el tratamiento de las contradicciones. El centro es el quehacer político del Partido.

Cuestionar y enfrentar las prácticas liberales, de corrillo, la mentira, privilegiando la relación y pertenencia partidista por sobre el amiguismo, el descontento y frustraciones. El tratamiento partidario interno debe diferir del que debemos desarrollar para con la periferia y las masas.

La lucha política integral, nacional, local o sectorial, la forja de nuestra propia fuerza y el prepararnos para el próximo escenario político así como, llevar adelante el proceso de reordenamiento, devienen en las principales preocupaciones. No podemos detenernos ni quienes se han autoexcluido constituyen blanco o tema central.

La preocupación del Partido por convertir el proceso de acumulación del trabajo político en la región, en una nueva

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etapa, con proyección estratégica, se tradujo en los Lineamientos para la construcción de Bases Políticas. Determinación integral, hoy debilitada y pospuesta merced a los erróneos puntos de vista y la labor espontaneísta, burocrática y aventurera que se desplegó.

La decisión de intervenir y reordenar integralmente el CR “M.F.” es correcta, se basa en principios, normas y en nuestra responsabilidad para con las masas de la región. Tiene el respaldo total de la estructura partidaria del país y la expectativa y plena disposición en las bases de la propia jurisdicción del CRMF.

La movilización ideológica y el accionar político, en nuevas condiciones, debe permitir la recuperación del Partido y el restablecimiento de la vinculación política más estrecha con el conjunto del pueblo.

Hacia delante, estaremos ante casos diversos. Los mentores y operadores, los que consciente y sistemáticamente han venido actuando, dentro y fuera de su región, en la estructura y aprovechando de la amistad y del uso impune de las redes, abonando hacia su propio proyecto, se han colocado al otro lado del terreno partidario.

A la fecha, para encubrir su propio camino, hablan de unidad mientras ocultan sus planes y avasallan las expectativas de la gente.

Con la periferia, con los compañeros del frente político y con los integrantes del movimiento social, nos toca esclarecer, desde su experiencia y nuestra trayectoria, demostrar la validez de los principios y la necesidad del Partido, unido e institucionalizado y el papel protagónico de las masas y sus organizaciones.

Ampliar el radio de educación, aprender mutuamente, recuperar lo más sano de la militancia y el movimiento; fortalecer la disposición de quienes sinceramente se autocritican, rectifican y reintegran a nuestro Partido y juntos avanzar, será el método de tratamiento.

Con la misma persistencia que iniciamos el trabajo de construcción partidaria en la década del 70, con miras a una nueva etapa y siempre asumiendo los intereses concretos e históricos del pueblo

de Cajamarca, nuestro Partido superará este escollo en su camino.

Desde nuestra región y Comité Regional “César Vallejo Mendoza” valoramos los esfuerzos del Partido para abrir un espacio y posicionarse en el norte del país, particularmente en Cajamarca. Nadie puede negar que los últimos años hemos contribuido, como uno de los centros de coordinación, trabajo y formación en el Partido y la juventud, cumpliendo los acuerdos del Comité Central. Se ha participado en eventos políticos, populares y de lucha, en diversos lugares, dentro y fuera de Cajamarca y nuestra región; realizado intensa labor de propaganda y agitación, invitando a dirigentes y personalidades del ámbito del CRMF. Nuestros documentos y eventos congresales, siempre han tomado como referencia nuestro rol en el contexto macroregional norte y las prioridades. Por ello, tenemos toda la autoridad para defender la unidad e institucionalidad partidaria.

No obstante, también somos partícipes de las debilidades y derrotas, como el no haber logrado, con la fuerza, magnitud y celeridad del caso, la recolección de firmas para inscribir nacionalmente el MAS. De otro lado, aún batallamos por gestar el Gran Salto en nuestro quehacer, en una región altamente compleja.

14. UN PROBLEMA, UNA OPORTUNIDAD

Por reflexión y principios, por experiencia propia y de nuestro pueblo en la región, la situación generada, nos encuentra con la madurez para determinar los ejes de evaluación y toma de posiciones.

Luego de la crisis de mediados del 80, en más de tres décadas, hemos instalado la cultura del debate, propuesta y compromiso ante los problemas de índole ideológico político y organizativos y sus correspondientes soluciones, con la mente siempre en nuestra misión, en la unidad y cohesión, en el respeto a los principios y normas y en la consideración que merecen los trabajadores y nuestro pueblo. La resultante ha sido un ambiente de estabilidad en la dirección, de regularidad en el trabajo, de apertura y entusiasmo en

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el desempeño de los militantes y organismos.

Nos falta crecer en profundidad y extensión, traducir nuestra presencia en organización e influencia, promover nuevos cuadros y líderes y construir un espacio amplio de izquierda, antineoliberal, progresista y por cambios patrióticos y democráticos verdaderos, para el país y la región. En esa dirección marcha nuestra apuesta a forjar el Partido Revolucionario de Masas y por ello mismo, nuestra inflexible atención a los asuntos de principio, a los valores y al respeto a la institucionalidad partidaria y a las masas.

Contribuir a encarar y superar la situación generada, desde nuestra región significará cerrar filas en torno a nuestro Programa, Estatuto, Políticas y acuerdos y al Comité Central. Aprenderemos de las causas y condiciones que han propiciado estas concepciones y prácticas para esforzarnos en resolverlas a través de la formación, la lucha ideológica, la vigilancia revolucionaria y redoblado trabajo político de propuesta y organización. Nos volcaremos a las bases, a las masas y a la acción política, centrando nuestra atención en la perspectiva. Pero, al mismo tiempo, emplazamos y rechazamos toda la labor entrista, disociadora y de confusión, en el Partido y en las masas, que vienen generando los que se han puesto al margen de PATRIA ROJA. Los mecanismos y el sistema de control y disciplina, garantizan nuestra institucionalidad.

El centro de nuestra atención no está en lo que ellos hagan o dejen de hacer. Partiendo de la realidad, viendo el conjunto y las tendencias; por respeto a nuestras propias convicciones e historia así como también, a los trabajadores y pueblo de la región, avanzaremos en la implementación de las orientaciones y tareas definidas por nuestro Comité Central y el Comité Regional “César Vallejo Mendoza”.

(Del Documento Central a la Conferencia

Regional del Comité Regional “César

Vallejo”, efectuada en Junio 2016)

Resolución General

1. Asumimos plena e integralmente nuestra condición de comunistas, entendida como un proyecto de vida al servicio del pueblo, expresado en nuestro Programa y propuestas, en nuestro rol de conducción política, con una práctica ética y cultural coherentes, organizados como un sistema y trabajando en el seno de las masas, alentando su protagonismo histórico, para la forja del poder popular y la construcción del socialismo. Nuestra ideología marxista leninista orienta nuestro accionar, en permanente lucha contra el pensamiento y valores decadentes del sistema capitalista. José Carlos Mariátegui, fundador de nuestro Partido, representa el modelo a seguir. En tanto débil nuestra formación comunista integral y la vinculación política con las masas, se generan condiciones para desviaciones y actitudes reñidas con la naturaleza y misión del Partido. A lo largo de nuestra historia, nunca hemos dejado de batallar, sembrando ideas, cosechando victorias y también derrotas, pugnando siempre por avanzar.

2. Con la orientación de cerrar un ciclo y abrir otro, nuevo y superior, en el quehacer del Partido, manifestamos nuestra profunda autocrítica, para reconocer limitaciones y problemas; pero, al mismo tiempo, señalamos nuestra determinación a rectificar y renovarnos, teniendo en el horizonte complejo de la realidad nacional y mundial, de nuestras propias convicciones y a la necesidad de estar a la altura de ser el Partido que requiere nuestro pueblo, las razones objetivas para desarrollar el proceso de reordenamiento integral, que compromete todas las esferas del trabajo partidario. Para nuestro Comité Regional “César Vallejo” se convierte en una nueva oportunidad para avanzar en el gran salto hacia convertirnos en alternativa y forjarnos como Partido Revolucionario de Masas. La cultura partidista regional, labrada en décadas es nuestro principal soporte: la institucionalidad, la

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reflexión y persuasión como método para abordar nuestras tareas y problemas, la estabilidad de la dirección y colocarse al frente de las actividades, la unidad partidista en base a los principios, nuestro aporte al esfuerzo nacional del Partido, el método de la planificación y concentración de fuerzas, la búsqueda de respuestas y relación con las masas, la permanente comunicación a la sociedad y nuestra autoridad moral y de trabajo en el conjunto de fuerzas del campo popular. Todo ello incidirá en el cumplimiento de la decisión estratégica del reordenamiento, en cualificar y crecer, en mayor trabajo político de masas y en los preparativos para nuestros próximos IX Congreso Nacional y VIII Congreso Regional.

3. La izquierda en el Perú tiene un recorrido significativo que aún no se expresa en fuerza organizada, articulada y con implante de masas. En realidad es un sentimiento, una esperanza, que en la base social genera expectativa por su unidad, propuesta y presencia en todo orden de cosas. La falta de madurez para aprovechar la oportunidad, unirse y proyectarse como un referente, tiene consecuencias prácticas dentro de las organizaciones, en la hegemonía y en su real presencia en las masas. La votación de Veronika represente una posibilidad, una potencialidad, que puede diluirse y perderse, por sus propios errores y si no trabajamos la refundación y unidad de las izquierdas. Volcarse al tejido social, construir Partido y liderazgos, saber incorporar a vastos cotangentes requiere enarbolar propuestas, como la nueva Constitución. Para nuestra región, la tarea es proseguir fortaleciendo el espacio unitario, con mayor impacto en el tejido social, en los trabajadores urbanos y rurales, juventud, profesionales, en los distritos y barrios.

4. Nuestro Partido en la región, es la síntesis de la experiencia acumulada de casi medio siglo. Somos parte de la historia de lucha del pueblo liberteño. Hemos aprendido que es el Partido quien da rumbo y sostenibilidad al movimiento; pero si es débil su orientación, presencia y trabajo, las

masas por más acción radical que promuevan, puede ser reabsorbido por el sistema. Hemos aprendido a entender que son diversos los escenarios de la lucha de clases y que nuestra responsabilidad es intervenir con enfoque de triple acumulación, tomando como centro el prepararnos, junto con las masas para gobernar. Hace algunos años, analizando la realidad regional, señalamos que se insinuaba, más tarde se concretó, un vacío político en la región: el APRA dejaba de ser fuerza hegemónica e ingresábamos a una etapa de realineamiento de fuerzas, de disputa y bases para posicionamientos. Hoy, podemos decir que el vacío político es un fenómeno integral, con diversos elementos interrelacionados y con diferente peso y dinámica. La presencia política electoral de APP, importante pero sin llegar a consolidarse, la asunción de caudillos y fuerzas locales, surgidas solo para elecciones, revelan lo complejo y transicional de este proceso. Requerimos profundizar en el estudio de la realidad económica social y cultural de la región para discernir las clases sociales, fracciones de clase y su representación política, entre otros. Sin embargo, hoy de cara a los resultados electorales de primera y segunda vuelta, con arraigo del fujimorismo, en una tendencia que viene de atrás y la evidencia de un factor que tiene peso determinante: lo ideológico y cultural, podemos señalar que se ha fortalecido la hegemonía neoliberal en la región, el culto al pragmatismo, al asistencialismo, alimentado, primero por el APRA, luego por el gobierno de Alberto Fujimori y continuado por Acuña. Por ende, podríamos asumir que el vacío político, en lo ideológico está cubierto por el neoliberalismo, con tendencia a reforzarse y en lo político, el peligro de copamiento por el neofujimorismo. Son estas las condiciones en que actuaremos como Partido, izquierda y fuerza social, los próximos años. Pero, no podemos incurrir en el error de hacerlo fuera del tejido social y sin comunicar nuestras propuestas, sin levantar liderazgos y peor aún, sin

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construir Partido, moviéndonos en la coyuntura y con métodos conservadores.

5. A partir de la propia experiencia de nuestro Comité Regional, estamos persuadidos que los problemas generados por algunos camaradas de la región Cajamarca, que tiene como principal referente a Gregorio Santos, manifiestan la débil identidad comunista, para con nuestra ideología, principios, valores, disciplina e institucionalidad partidaria, así como una manera de entender la relación con las masas y el ejercicio de gobierno. Algunas conclusiones: a) la dirección nacional tiene gran responsabilidad al no haber hecho seguimiento y llamado de atención oportunos. La vigilancia revolucionaria es un deber y tarea de todos; b) el pragmatismo, el individualismo y el caudillismo, la indisciplina y doble dirección expresan la pérdida del espíritu partidista y violación consciente y sistemática de los principios; d) el fraccionalismo, sustentado en la confusión, medias verdades, ocultamiento de las orientaciones y prensa partidaria, ha sido el método fundamental para contraponerse a las decisiones y tareas del Partido; e) la distorsión de la relación del Partido con las masas y su utilización ha resentido vínculos y autoridad del Partido, labrado en décadas; f) el movimientismo y el masismo en las organizaciones en desmedro de la orientación y participación consciente, de la organización; g) ahora mismo, prosigue el doble mensaje al tiempo que son los hechos que revelan que se continúa con un proyecto propio, que no corresponde al Partido. Nuestro Comité Regional siempre se ha caracterizado por acatar las decisiones congresales y de las instancias de dirección. Ello nos da autoridad para emplazar, criticar y derrotar al pragmatismo, fraccional electorero, que viene socavando la unidad e institucionalidad del Partido, respaldando al Comité Central en las decisiones adoptadas para esta

situación. La crisis que se vive, será uperada. Por experiencia directa sabemos que será la educación, el trabajo organizado, la relación con las masas, la crítica y autocrítica, la observancia de los principios y la disciplina y el reordenamiento partidario, los procesos que definirán campos.

6. Nuestra Conferencia Regional, en el contexto de apertura de un nuevo periodo político y del reordenamiento partidario, marca un hito, un punto de quiebre en nuestro desarrollo histórico. Primero, porque afirmamos nuestra concepción de revolución y socialismo, de partido dirigente, principista, unido y en proceso de cualificación y crecimiento, el papel de las masas como sujetos y hacedores del cambio. Segundo, porque ratificamos militantemente nuestra identidad comunista y pertenencia al Partido Comunista del Perú patria roja, en torno a su Línea Programa Estatutos, acuerdos de su Comité Central elegido en el VIII Congreso Nacional; y tercero, porque, confiando en las masas y las condiciones para enarbolar una propuesta unitaria de transformación para la región, tenemos la voluntad de rectificar, renovar y avanzar, superando debilidades y problemas. Nuestro compromiso es persistir en el estudio, trabajo y lucha. Nuestro llamado es a la dirección nacional, a los organismos partidarios, dirigentes, cuadros y militantes de todo el país, especialmente a nuestra Juventud Comunista “... Hermanos, hay mucho por hacer” (César Vallejo).

Norte del Perú, 12 de Junio de 2016.

COMITÉ REGIONAL “CESAR VALLEJO MENDOZA”

(*) El Documento de la Conferencia Regional, tiene seis capítulos. En la presente versión, reproducimos dos de ellos, además de la Presentación al mismo, redactada por el camarada Alberto Moreno Rojas, Presidente del Partido y la Resolución General aprobada en el evento. Asimismo, se ha colocado títulos a los diversos ítems de los capítulos consignados. De Junio a la fecha, acaecieron situaciones que debemos considerar.