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SOLUCIONES MEDIOAMBIENTALES PARA LAS PLANTAS DE TRATAMIENTO DE ÁRIDOS VÍA HÚMEDA II JORNADAS IBEROAMERICANAS DE MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN La Habana, CUBA Abril 2002 Juan Luis Bouso Aragonés Eral, Equipos y Procesos, S. A. Madrid, España [email protected]

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SOLUCIONES MEDIOAMBIENTALES

PARA LAS PLANTAS DE

TRATAMIENTO DE ÁRIDOS VÍA HÚMEDA

II JORNADAS IBEROAMERICANAS DE MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN

La Habana, CUBA

Abril 2002

Juan Luis Bouso Aragonés Eral, Equipos y Procesos, S. A.

Madrid, España [email protected]

SOLUCIONES MEDIOAMBIENTALES PARA LAS PLANTAS DE

TRATAMIENTO DE ÁRIDOS VÍA HÚMEDA

II JORNADAS IBEROAMERICANAS DE MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN

La Habana, CUBA

Abril 2002

ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN 2. TRATAMIENTO DE ARENAS 3. CLARIFICACIÓN DE AGUAS 4. FILTRACIÓN DE LODOS

5. BIBLIOGRAFÍA

Juan Luis Bouso Aragonés Eral, Equipos y Procesos, S. A.

Madrid, España [email protected]

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1. INTRODUCCIÓN

El mundo de los minerales industriales o no metálicos, en el que incluimos los áridos para la construcción, es bastante peculiar y distinto del de los metálicos. La principal diferencia, salvo excepciones puntuales, viene marcada por la capacidad de tratamiento de las plantas productivas, que mientras en los no metálicos, suele oscilar entre 25 t/h y 500 t/h con un valor medio de 200 t/h, en la minería metálica lo hace entre 200 t/h y 4.000 t/h con un valor medio sobre las 1.000 t/h. Otra diferencia importante viene de la naturaleza y génesis de los minerales tratados en cada caso, y consiguientemente de la de los estériles sólidos producidos, que mientras en la minería metálica consisten en partículas de roca triturada, conteniendo elementos metálicos, en el caso de los minerales industriales y áridos, son básicamente arcillas y limos, de características completamente distintas, absolutamente inertes. Por último, una tercera distinción de no menor importancia, viene del diseño de las instalaciones de tratamiento, condicionadas por el tipo de mercado y las inversiones acordes al mismo, así como por el número y capacitación de los operadores, y el significado en estas plantas del mantenimiento preventivo, en las que una parada imprevista no tiene la misma repercusión económica que en la minería metálica. La mayoría de este tipo de explotaciones son de carácter familiar o pertenecientes a pequeños grupos industriales, lo que hoy conocemos como PYMES, mucho más expuestas a la presión de las autoridades ambientales, que no pueden poner, como escudo, grandes masas laborales que al ver en peligro su supervivencia puedan generar conflictos sociales. En definitiva, son empresas vulnerables que no gozan de algunos privilegios, como sus hermanas mayores de la minería metálica, y por tanto más “inclinadas” voluntaria o involuntariamente a dar un tratamiento integral a sus efluentes.

En las explotaciones de áridos, la emisión de efluentes está cada vez más restringida, y se priman las actividades en que los residuos son producidos en fase sólida, gracias a etapas finales de clarificación y filtración. Como reconocimiento a este tipo de actuaciones, se creó recientemente en Europa un premio anual de restauración de explotaciones, Fig. 1. Existen además, en ciertos países europeos, ayudas de la administración para empresas que propongan planes de tratamiento integral de estériles, con aportaciones a fondo perdido y financiamiento a medio y largo plazo, que facilitan este tipo de soluciones ambientales. La industria minera incluye hoy día la protección al medio ambiente como uno de sus principales objetivos, y es de esperar que en un futuro cercano, una vez extraídos los elementos útiles, los estériles se depositen definitivamente en el mismo lugar de donde

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salieron, gracias a un nuevo tipo de plantas que bien podríamos llamar Ecológicas. En esta utopía, la extracción de minerales, absolutamente legítima y necesaria para la sociedad, provocará un mínimo daño a la naturaleza. Sueño con un día donde, al jugar todos con la misma baraja, las presas de residuos sólo existan en los libros de historia, y es que ya lo dijo el pintor Francisco Goya, cuando dormimos “El sueño de la razón produce monstruos”, Fig. 2. 2. TRATAMIENTO DE ARENAS

La filosofía del tratamiento ecológico, y las necesarias soluciones medioambientales en las plantas de tratamiento vía húmeda de áridos, deben aportarse en las primeras etapas del lavado de áridos gruesos, mediante un aporte racional del agua, que en muchos casos podría ser reciclada de etapas posteriores, y por supuesto fundamentalmente en el proceso de lavado de arenas, minimizando la perdida de partículas de granulometría admitida por la normativa vigente, mediante el empleo de la tecnología y equipos adecuados. Dentro de los áridos es quizás el árido fino o arena el más importante por ser el que mayor volumen ocupa tanto en hormigones hidráulicos, como en mezclas asfálticas, morteros, y prefabricados de todo tipo, siendo además su rango granulométrico el más amplio. Por este motivo las arenas requieren ser procesadas con cuidado, precisándose en ocasiones, especialmente cuando van a ser empleadas en la fabricación de hormigones de alta resistencia o responsabilidad, una clasificación interna en al menos dos fracciones para ajustar su huso granulométrico a las necesidades de la aplicación. En la nueva normativa europea, se denomina finos a la fracción granulométrica inferior al tamaño 0,063 mm existente en un árido. El contenido de finos en la arena se fija en 6 % para áridos redondeados y triturados no calizos, y 10–15 % para áridos triturados dependiendo del ámbito de aplicación. Este valor se fijaba hasta hace pocos años en un 5 % de pasantes por el tamaño 0,074 mm (200 mallas), en la mayoría de los países. Esto es de enorme interés, y debe tenerse muy en cuenta en el diseño y proyecto de las plantas de lavado de arenas por su enorme repercusión en el tratamiento de las aguas de lavado, por cuanto simplifica el proceso y disminuye el tamaño de los equipos necesarios, especialmente los relativos al filtrado de lodos. La necesidad de recuperar las partículas finas superiores a 63 micras, posibilitada por las nuevas normas, obliga prácticamente al empleo de hidrociclones en las nuevas instalaciones de lavado arenas. Igualmente el empleo de hidrociclones para recuperar las arenas finas perdidas por lavadores convencionales todavía existentes, resulta pues imprescindible cuando además de cumplir con las especificaciones legales, se desee alcanzar el mayor aprovechamiento posible, simplificando y reduciendo al mismo tiempo los costos de las etapas finales de tratamiento de aguas. 2.1 Lavado de arenas Varios son los equipos empleados en el lavado de arenas pero en la práctica se reducen a cuatro: Tornillos, Norias, Elutriadores (híbridos noria-tornillo) e Hidrociclones. Hoy en día, prácticamente el único equipo empleado en plantas de nueva construcción, es el Hidrociclón, por lo que solo vamos a hacer referencia a éste último, tal y como se aplica industrialmente, formando plantas de hidrociclonado.

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Una planta de hidrociclonado, consiste básicamente en una cuba receptora, provista de una bomba centrífuga, especialmente diseñada para el bombeo de pulpas con sólidos en suspensión, la cual alimenta al hidrociclón que efectúa el lavado, descargando sobre un escurridor que realiza la función de desaguado antes de su almacenamiento definitivo, Fig. 3. Los hidrociclones empleados en estas etapas, dados los elevados tonelajes a tratar, suelen ser de gran diámetro con tamaños comprendidos entre 325 mm y 1.000 mm. Estas plantas compactas, además de su bajo costo de inversión y de operación, presentan la ventaja añadida de su sencillez y flexibilidad de operación, Fig. 4.

2.2 Clasificación de arenas La clasificación de arenas en vía húmeda se realiza básicamente con dos tipos de equipos: Cribas especiales e Hidroclasificadores. El principio de clasificación de las cribas es por tamaño, mientras que en los hidroclasificadores es por peso. Las cribas más empleadas son de tipo estático bien con perfil lineal o curvo, cribas vibrantes horizontales con vibración lineal de alta frecuencia, y cribas centrifugas. Los hidroclasificadores pueden ser de dos tipos; unicelulares y multicelulares. Los primeros de corriente vertical ascendente, solamente pueden realizar un corte dando dos productos, grueso y fino, Fig. 5. Los multicelulares de corriente transversal, con numero de celdas entre 8 y 12 realizan tantos cortes como celdas tienen, aunque son empleados generalmente para obtener uno o dos productos con granulometría muy exacta, mediante mezcla de las diferentes fracciones que estos equipos producen, Fig. 6.

Una instalación de clasificación y lavado de arenas resulta, hoy día, bastante compacta, gracias al empleo de estas cribas especiales, hidroclasificadores e hidrociclones, Fig. 7. 2.3 Recuperación de arenas finas El empleo de volúmenes elevados de agua, en el lavado mediante Tornillos y Norias, necesarios por otro lado para conseguir un efecto de lavado adecuado, provoca pérdidas en sus reboses de fracciones valiosas de arena, tanto por lo que éstas representan en tonelaje como por lo que su aportación a las arenas lavadas significa en mejora de

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calidad de las mismas (incremento del contenido de finos). Este problema se ha magnificado con la llegada de la nueva normativa que fija el tamaño de los finos a eliminar en 0,063 mm, lo que posibilita la recuperación de las partículas superiores a dicho tamaño.

La recuperación de las arenas finas en suspensión en las aguas residuales de lavado, resulta interesante en primer lugar por el motivo apuntado anteriormente, en segundo porque facilita y simplifica el proceso de clarificación posterior, y en tercero porque reducirá significativamente la etapa de filtración de lodos, o su vertido a balsas. El único equipo empleado para recuperación de arenas finas por su simplicidad, facilidad de empleo y alta eficiencia, es el Hidrociclón, Fig. 8. En ocasiones cuando el contenido de arcillas en las arenas es elevado o su naturaleza no es favorable (coloración, etc.) los hidrociclones recuperando finos pueden realizar una doble función, empleándose como etapa previa de lavado, al mismo tiempo que tratan las aguas de rebose de la segunda etapa de lavado con Tornillo o Noria. Además la incorporación del Hidrociclón posibilita la instalación de una etapa de escurrido, pues el filtrado del escurridor puede ser reciclado al hidrociclón, evitando así las perdidas de partículas sólida, Fig. 9.

2.4 Escurrido de arenas Los hidrociclones suelen descargar generalmente sobre un filtro vibrante, equipo conocido en el sector como escurridor, el cual gracias a su vibración de alta frecuencia y baja amplitud y a las mallas de fisuras con que va equipado, permite obtener la arena lavada con una reducida humedad, fácilmente manejable y apilable, Fig. 10. El escurrido mejora además la calidad de las arenas, ya que durante el proceso de lavado, las arcillas se "disuelven" en el agua, de tal modo que el agua retenida en los áridos después del lavado, como humedad residual, contiene arcillas, que una vez producida la evaporación del agua durante el almacenamiento, quedan recubriendo las partículas de arenas, empeorando su aspecto. Esto que en principio es un simple problema "cosmético" puede llegar a ser causa de disminución del equivalente de arena

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cuando la naturaleza y contenido de la arcilla provoca que esta se mantenga en estado coloidal en el agua. Debe notarse que el empleo de escurridores solo es posible, cuando el lavado se realiza con hidrociclones, o bien son empleados estos para recuperar las arenas finas perdidas en el rebose de tornillos y norias. El filtrado de los escurridores, además de agua, contiene partículas finas que atraviesan la malla filtrante, por lo cual y a fin de no perderlas, dicho filtrado es reciclado a la cuba de recepción y desde allí al hidrociclón, que las recupera descargándolas nuevamente sobre el escurridor, Fig. 11. Se genera así un circuito cerrado en el que finalmente las partículas finas van quedando atrapadas en la “torta” producida por el escurridor, la cual actúa como un filtro que retiene los finos siendo posible, de este modo, filtrar productos con granulometrías tan finas como 30 micras, con escurridores provistos de mallas con luces entre 0’3 mm y 0’8 mm, Fig. 12.

2.5 Producción de arenas ultrafinas Las aguas residuales generadas en las etapas de lavado de arenas contienen sólidos en suspensión, con un tamaño máximo de partículas que en ocasiones llega hasta las 150 micras. Las partículas con granulometrías entre 30 micras y 150 micras, que en adelante denominaremos “arenas ultrafinas”, pueden, en multitud de ocasiones, tener un valor económico de obtenerse limpias, es decir, exentas de las fracciones más finas, arcillas y limos. La posibilidad de mercado de dicha fracción granulométrica, además de representar un valor económico añadido al tratamiento, trae como ventaja adicional el simplificar las etapas de clarificación y filtración de estos efluentes. Recuperar esta fracción ultrafina, significa reducir la masa sólida en el efluente, es decir disminuir su concentración de sólidos, lo cual se traduce, generalmente, en una reducción del tamaño de los equipos de clarificación y preparación de floculante, y lo que es más importante de los equipos de filtrado.

Las plantas compactas de hidrociclonado son el equipo ideal para realizar este trabajo. Dado el tamaño de corte requerido, en el entorno de las 30 micras, en este tipo de trabajo suelen emplearse hidrociclones con diámetros entre 100 mm y 325 mm, de

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capacidad relativamente baja, por lo cual es necesario emplear baterías con un número variable entre 2 y 8 unidades, dependiendo del caudal a tratar y el diámetro del hidrociclón seleccionado, Fig. 13. A menudo, al momento de invertir en este tipo de plantas, se plantea la duda de su rentabilidad frente a la inevitable inversión en filtración. Está absolutamente demostrado que su costo es muchísimo menor que el que se requeriría posteriormente en la fase de filtrado, con el agravante de que en ese caso no se dispondría de otro producto comercializable, lo que, además de mejorar la rentabilidad global de la instalación, contribuiría a reducir el volumen final de residuos, simplificando los problemas de vertido y el impacto ambiental de la explotación.

3. CLARIFICACIÓN DE AGUAS

A menos de disponer de grandes superficies de clarificación y de los permisos necesarios para la "mala" utilización de las mismas, Fig. 14, el proceso de clarificación seguido actualmente es el de sedimentación forzada con clarificadores, mediante el empleo de agentes químicos, generalmente orgánicos, conocidos como floculantes. El empleo de clarificadores posibilita la obtención instantánea de agua de elevada calidad que puede ser evacuada cumpliendo cualquier especificación medioambiental. Obviamente si el agua clarificada obtenida es de calidad suficiente como para ser evacuada a las cuencas fluviales, con mayor razón podría ser reciclada a la propia planta de lavado. Este es el objetivo primordial del tratamiento de los efluentes del lavado de áridos; la consecución de un circuito cerrado sin efluentes, reduciendo al mínimo el consumo de agua fresca, Fig. 15.

Los tanques clarificadores-espesadores de Alto Rendimiento recogen los últimos desarrollos en la sedimentación forzada, con un diseño derivado del tanque convencional, pero teniendo en cuenta los espectaculares avances habidos en instrumentación y control, y el empleo de los floculantes de última generación, que son los que realmente han permitido su desarrollo, Fig. 16. Básicamente estos clarificadores son, en cuanto a su diseño mecánico, como un tanque convencional con la principal diferencia de que la alimentación se realiza por el fondo del tanque, al contrario que los convencionales, los cuales se alimentan por la zona superior. La pulpa de alimentación, que ya entra al tanque parcialmente floculada, se introduce a través del lecho fluido (sólido) creado en el fondo del tanque, forzándose la mezcla íntima de las partículas sólidas con el floculante, y multiplicándose así el efecto del mismo, Fig. 17. A diferencia de los tanques convencionales, en los de Alto Rendimiento no existe más que una interfase lecho fluido-líquido clarificado, y es la regulación de ese nivel de interfase lo que permite su funcionamiento automático.

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Las aguas clarificadas, en su trayectoria hacia la superficie superior, deben atravesar el lecho fluido, actuando el mismo como un filtro que retiene las partículas sólidas, de modo que se obtiene un agua de rebose de extrema claridad. El efecto de filtrado del lecho fluido es más elevado cuanto mayor es la altura del mismo, quedando ésta limitada por la altura del tanque y por el par de giro del accionamiento del sistema de rastras de extracción de lodos.

La naturaleza arcillosa y plástica de los sólidos espesados, y su peculiar reología una vez sedimentados en el fondo del tanque, ha conducido a un diseño especifico de los clarificadores empleados en esta actividad. Un sistema de control múltiple cubre las diferentes situaciones que se presentan en los Clarificadores de Alto Rendimiento con estos sólidos arcillosos:

- Un primer lazo controla el par de accionamiento del sistema de rastras, mediante un sensor de par, electrónico de última generación, el cual con los valores detectados, actúa sobre el sistema de extracción de lodos manteniendo el nivel de la interfase dentro de los límites soportados por el conjunto de accionamiento, dando además una señal de alarma por par máximo.

- Un segundo bucle controla el nivel de la interfase mediante un flotador que se desplaza sobre una rampa continua de contactos eléctricos, o bien mediante un emisor-receptor de ultrasonidos o infrarrojos. Los niveles mínimo y máximo de la interfase actúan automáticamente sobre el sistema de extracción, Fig. 18.

- En ocasiones también se controla la operación mediante células de carga que miden la presión sobre el fondo del tanque, dando un valor directamente proporcional al nivel de la interfase, interactuando igualmente sobre el sistema de extracción de lodos. Todos estos dispositivos, junto con los que controlan el sistema de extracción de lodos, bomba centrífuga con velocidad variable y válvulas automáticas, se integran en el armario de control y mando del Clarificador, decidiéndose caso por caso, y en ocasiones alternativamente, cual de los dispositivos se utiliza como control prioritario, Fig. 19.

Cualquiera de los sistemas adoptados, bien el nivel de la interfase o el par de accionamiento, manda una señal proporcional a su altura actuando sobre el sistema de

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extracción de lodos, bien sea bomba de evacuación o válvula de descarga, Fig. 20, de modo que la extracción de lodos se trata de mantener continua y uniforme en concentración de sólidos a lo largo del tiempo, lo que permite reducir las perdidas de aguas con el lodo, al mismo tiempo que se consigue un lodo con una altísima concentración de sólidos en torno al 40-55% en peso, lo que significa una simplificación del sistema de filtración posterior, Fig. 21.

También puede controlarse la calidad del agua de rebose mediante dispositivos que miden la turbiedad del agua clarificada (turbidímetros) actuando, en función de los valores de turbiedad detectada, sobre la dosificación de floculante, optimizando así el consumo de éste, y paralelamente sobre el sistema de evacuación de lodos, para disminuir el nivel del lecho fluido, mejorando la calidad del agua clarificada de un modo prioritario a la concentración de los lodos, Fig. 22 . 4. FILTRACIÓN DE LODOS

En el proceso de clarificación, además de obtener agua clarificada lista para su reutilización o su vertido inocuo, se obtiene simultáneamente la fracción sólida en forma de pulpa espesa. Los lodos obtenidos, pueden ser eventualmente enviados a tranques, mediante transporte por camión o bombeo, Fig. 23, y preferiblemente a una etapa final de filtración. En caso de enviarse a balsas, una vez secos pueden eventualmente ser extraídos y transportados con camiones hasta el lugar final de vertido, para su empleo como material de relleno, preparación de explotaciones agrícolas, etc. El “relleno” con lodos secos de zonas ya explotadas del yacimiento, cantera o gravera, Fig. 24, presenta la gran ventaja de disminuir el impacto ambiental de la explotación, pero en ese caso sería una mejor solución ir desde un comienzo a un proceso global de tratamiento de efluentes incluyendo una etapa final de filtración.

En un futuro, no muy lejano, es previsible que la legislación mundial exija el tratamiento global de dichos lodos a fin de convertirlos en una fase realmente sólida que simplifique su vertido, con lo cual las actuales balsas de clarificación o de relleno de lodos

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desaparecerán, evitando los desastres ambientales hasta ahora producidos y manteniendo la naturaleza lo más cercana a su situación original, previa a la explotación. Dada la naturaleza arcillosa de las partículas sólidas contenidas en los efluentes del lavado de áridos, así como su muy fina granulometría, el único equipo de filtración, eficaz y económico es el filtro prensa.

Un Filtro Prensa, está compuesto por varias placas filtrantes, variables en tamaño y número en función del tonelaje de lodos a filtrar, colocadas paralelamente en horizontal o vertical, formando un paquete filtrante, sobre un bastidor común, Fig. 25. Las placas son de sección generalmente cuadrada, con una cavidad interior de profundidad variable, de modo que entre cada dos placas se forma una cámara en la cual se colocan las telas filtrantes. La alimentación se realiza simultáneamente a todas las cámaras, a través de un agujero central, a presión, lo que provoca la filtración del agua a través de las telas, la cual es recogida por unos micro canales labrados en la superficie interna de la placa, y conducida al exterior. Alcanzada la presión necesaria concluye el proceso de llenado, y se interrumpe la alimentación, procediéndose a la apertura del paquete filtrante, cayendo las "tortas" formadas. Una vez vaciado el filtro se vuelve a cerrar el paquete filtrante y comienza de nuevo el ciclo de llenado, dando lugar a una operación discontinua: llenado a presión, apertura, descarga y cierre. La duración del ciclo puede oscilar entre 10 min y 60 min, dependiendo de la dificultad de filtración del lodo y del tipo de filtro y numero de cámaras del mismo, Fig. 26. La filtración de estas arcillas presenta dos grandes problemas: por un lado, la dificultad de filtración, que en ocasiones llega a imposibilitarla, siendo imprescindible recurrir a la aportación de un reactivo como la cal y, por otro lado, la pegajosidad de las “tortas” que impide su descarga natural, Fig. 27, precisándose la ayuda de un operador.

En el caso de los Filtros Prensa de última generación, estos van provistos de dispositivos que aseguran la descarga, bien mediante sacudida de las placas, o mediante movimiento de las telas, y están totalmente automatizados. La operación del filtro prensa, es decir el ciclo de filtrado, es controlada a través de un pequeño PLC, fácilmente programable, lo que permite ajustar la filtración a las necesidades de la

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instalación, tanto en lo que se refiere a la capacidad y ritmo de producción, como a la naturaleza de los lodos, Fig. 28. Se han desarrollado nuevos medios filtrantes, tanto placas en polipropileno como telas en fibras sintéticas tratadas, que permiten alcanzar una mayor capacidad de filtración por unidad de superficie y, sobre todo, una mayor facilidad en el despegue de las tortas formadas, lo cual además repercute en un menor mantenimiento de las telas filtrantes, al permanecer estas limpias mayor tiempo, manteniendo por tanto constante su permeabilidad y consecuentemente su capacidad de filtración.

La mecánica del filtro, se ha dirigido al diseño y construcción de equipos de ciclo corto, en los que la apertura de todo el paquete filtrante se efectúa simultáneamente, en una sola maniobra, Fig. 29. Todas las placas están unidas entre sí, y la apertura se realiza al unísono, a modo de acordeón, Fig. 30. Una vez abierto el filtro, un mecanismo provoca unas sacudidas en las placas para asegurar la descarga de todas las tortas, en el supuesto de que alguna se hubiese podido quedar pegada, Fig. 31, e inmediatamente después se produce el cierre de todas las placas, igualmente de una sola vez, Fig. 32.

La fase de llenado (filtración) se controla mediante un lazo de control que adecua el caudal aportado por la bomba que alimenta el filtro a la presión de filtración, a fin de acortar al máximo el tiempo de llenado. La bomba, generalmente centrífuga, varia su velocidad continua y progresivamente, en función de la presión, empezando el llenado a caudal máximo y presión mínima (filtro vacío), y llegando al final a condiciones de caudal mínimo y presión máxima (filtro lleno. Todos estos avances han supuesto poder lograr ciclos totales “llenado-apertura-descarga-cierre”, incluso inferiores a 10 minutos, lo que supone que con filtros de superficie y volumen relativamente pequeña, puedan alcanzarse capacidades de filtración muy elevadas, lo cual es a menudo el caso en instalaciones de filtración de lodos procedentes del lavado de áridos. Con estos filtros, específicamente desarrollados y adaptados al tratamiento de efluentes con sólidos de naturaleza arcillosa, como los producidos en el tratamiento de áridos, se logra una operación totalmente automática, sencilla, de alta capacidad y relativo bajo costo, Fig. 33.

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Con nuevas tecnologías y nuevas ideas podremos conservar la naturaleza, al menos en su actual estado, e inclusive recuperar daños reversibles. En algún lugar, de cuyo nombre no logro acordarme, leí un día esta frase:

"Dios perdona siempre, el hombre lo hace a veces, la Naturaleza nunca"

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BIBLIOGRAFÍA

El hidrociclón y sus aplicaciones contra la contaminación de las cuencas hidrográficas Bouso Aragonés, J. L. Rocas y Minerales, Junio 1973 Madrid, España Equipos de tratamiento por vía húmeda Bouso Aragonés, J. L. Rocas y Minerales, Mayo/Junio 1981 Madrid, España Lavado y Clasificación hidráulica Bouso Aragonés, J. L. Canteras y Explotaciones, Marzo 1983 Madrid, España El consumo de agua en el lavado de áridos y minerales Bouso Aragonés, J. L. Canteras y Explotaciones, Mayo 1984 Madrid, España Pulpas, mezclas sólido-líquido Bouso Aragonés, J. L. Canteras y Explotaciones, Marzo 1987 Madrid, España Eficiencia de clasificación Bouso Aragonés, J. L. Canteras y Explotaciones, Enero 1994 Madrid, España Tratamiento de aguas y recuperación de finos Bouso Aragonés, J. L. I Jornadas técnicas de áridos ANEFA, Febrero 1994 Madrid, España Nuevos desarrollos en el tratamiento de arenas por vía húmeda Bouso aragonés, J. L. II Jornadas técnicas de áridos, ANEFA, Abril 1996 Madrid, España Tratamiento de aguas residuales Bouso Aragonés, J. L. Minería Chilena, Marzo/Abril 1997 Santiago, Chile El hidrociclón, lo que siempre quiso saber y no encontró en los libros Bouso aragonés, J. L. Americas Mining, Mayo/Junio/Julio/Agosto 1998 Miami, Estados Unidos de América Calculo de la superficie de cribado Bouso Aragonés, J. L. Rocas y Minerales, Junio 1999 El consumo de agua en el lavado de áridos Bouso Aragonés, J. L. Canteras y explotaciones, Febrero 2000 Simple o doble lavado, esa es la pregunta Bouso Aragonés, J. L. Canteras y Explotaciones, Mayo 2001 Madrid, España La filtración de lodos y el impacto ambiental Bouso Aragonés, J. L. Minería Chilena, Junio 2001 Santiago, Chile

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ÍNDICE DE FIGURAS

Figura 1: Cantera restaurada en Madrid, premio europeo de restauración ambiental

Figura 2: “El sueño de la razón produce monstruos”, lámina 43 del libro “Los Caprichos” de Francisco Goya

Figura 3: Esquema de planta de hidrociclonado

Figura 4: Planta compacta de hidrociclonado

Figura 5: Hidroclasificador unicelular o de corriente ascendente

Figura 6: Hidroclasificador multicelular o de corriente transversal

Figura 7: Instalación de clasificación y lavado de arenas

Figura 8: Recuperación de finos de rebose de noria, mediante planta de hidrociclonado

Figura 9: Esquema de doble lavado de arenas con recuperación de finos mediante hidrociclonado

Figura 10: Escurridor vibrante, detalle de torta

Figura 11: Esquema de circuito de hidrociclonado con recirculación del filtrado del escurridor

Figura 12: Escurrido de arenas ultrafinas, detalle de la torta

Figura 13: Planta de hidrociclonado para recuperación de arenas ultrafinas

Figura 14: Balsa de efluentes de planta de lavado de áridos

Figura 15: Planta de tratamiento con clarificación de aguas en circuito cerrado

Figura 16: Clarificador de Alto Rendimiento

Figura 17: Esquema de Clarificador de Alto Rendimiento

Figura 18: Sistema de control de nivel de interfase por flotador

Figura 19: Armario de control de un Clarificador de Alto rendimiento

Figura 20: Sistema automático de extracción de lodos con bomba centrífuga

Figura 21: Descarga de lodos espesos de un tanque clarificador

Figura 22: Detalle de Turbidímetro

Figura 23: Transporte de lodos espesados, mediante camión cisterna

Figura 24: Descarga de lodos espesados sobre una zona ya explotada

Figura 25: Filtro Prensa automático

Figura 26: Esquema funcional de un filtro Prensa

Figura 27: Descarga de filtro asistida por operador

Figura 28: PLC para el control de un Filtro Prensa

Figura 29: Filtro Prensa de apertura simultanea, totalmente abierto

Figura 30: Filtro Prensa de apertura simultanea, abriendo

Figura 31: Sistema de sacudidas de tortas

Figura 32: Filtro Prensa de apertura simultanea, cerrando

Figura 33: Instalación global de Hidrociclonado, Clarificador y Filtro-Prensa

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