solo soy un vaso

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Sí, tan solo soy un común y ordinario vaso de café. ¿Qué si dónde estoy? Apunto de morir y al parecer no hay nada que pueda hacer al respecto. ¿Qué si cómo llegué aquí? Todo empezó hace algunos meses en la fábrica en la que fui creado... -¡Pablo! Trae el siguiente cargamento!. En ese momento, el sonido era tan estruendoso que inundaba mis pensamientos, podía escuchar cientos de voces y máquinas. Podía ver personas usando todos un monótono uniforme gris, había cajas por montones y por la ventana, podía observar filas y filas de camiones de carga. Unos minutos después, mis pensamientos repentinamente interrumpidos por dos trabajadores. Uno de ellos era algo robusto, carecía de cabello pues estaba cerca de los 60 años. Su compañero, era todo lo

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Page 1: Solo soy un vaso

Sí, tan solo soy un común y ordinario vaso de

café. ¿Qué si dónde estoy? Apunto de morir y

al parecer no hay nada que pueda hacer al

respecto. ¿Qué si cómo llegué aquí? Todo

empezó hace algunos meses en la fábrica en

la que fui creado...

-¡Pablo! Trae el siguiente cargamento!.

En ese momento, el sonido era tan

estruendoso que inundaba mis

pensamientos, podía escuchar cientos de

voces y máquinas. Podía ver personas

usando todos un monótono uniforme gris,

había cajas por montones y por la ventana,

podía observar filas y filas de camiones de

carga. Unos minutos después, mis

pensamientos repentinamente interrumpidos

por dos trabajadores. Uno de ellos era algo

robusto, carecía de cabello pues estaba cerca

de los 60 años. Su compañero, era todo lo

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contrario a él. Era bastante alto y delgado,

además era joven, entre los 25 y 30 años

diría yo; este muchacho, por lo que pude

escuchar era nuevo en la fábrica. Mientras

empacaban a los demás vasos, sostenían una

conversación que sonaba más o menos así:

-¡Hey! ¿Francisco?- Preguntó el joven a su

compañero, pues no hacía ni diez segundos

que había leído su nombre en su

identificación.

-¿Si?- Respondió Francisco con una mirada

arrasada por lágrimas.

-¿Podrías ayudarme con unas cajas por

favor?- Respondió con un poco de

preocupación acerca del tono que había

usado su compañero. Por cierto, el nombre

del joven era John.

Así, John fue ganando la confianza de

Page 3: Solo soy un vaso

Francisco, hasta que tomó valor para

preguntarle que había pasado. Francisco se

resistía a contestar al principio, pero después

de un rato de silencio, lo rompió con una fría

respuesta.

-Hoy es 2 se mayo...- dijo con una voz

temblorosa y antes de continuar, torció la

cara y siguió empacando vasos. El silencio

arrasaba con la poca alegría que había en

ese oscuro sótano. Me quedé observando a

Francisco un momento, noté unas cuantas

lágrimas recorrer sus mejillas y se formaron

algunas arrugas en su frente. Mi mente, por

más que lo intentara, no conseguía entender

este complicado sentimiento que invadía al

pobre. Por el otro lado, John miraba de reojo

a Francisco con una mirada de desesperación

deseoso de una respuesta.

-Hoy... hoy es 2 de mayo- Respondió

Page 4: Solo soy un vaso

seguido de un suspiro, mientras tomaba un

pequeño broche con figura de pelota de

béisbol de su camisa. Tomó asiento y

comenzó a platicar.

-Era un lindo sábado por la mañana, mi

esposa y yo, después de pensarlo un tiempo,

decidimos adoptar un niño, pues ella siempre

quiso ser madre. Llegamos al orfanato a las

doce am en punto, como olvidarlo. Salimos

de ahí alrededor de las dos de la tarde, la

diferencia era que llevábamos con nosotros

un niño de tres años. Dos años después, en

su cumpleaños, mi esposa y yo queríamos

llevar a nuestro hijo a un día de campo...-

Cuando mencionó lo del día de campo, se le

hizo un nudo en la garganta, como si no

pudiera seguir hablando. Sus ojos inspiraban

tristeza. Le echó una mirada más al botón de

su camisa antes mencionado, suspiro y

continúo su historia...

Page 5: Solo soy un vaso

-Era ya hora de partir, todo estaba decidido,

menos los aperitivos que aún no estaban

listos. Decidí buscar unos viejos libros sobre

cocina que eran de mi padre para ver que

preparaba, mientras mi esposa y mi hijo se

adelantaban a la colina donde iríamos.

Busqué todos los ingredientes y terminé la

comida con todo y postre. Puse todo en una

canasta y me dirigí a donde se suponía que

estarían mi esposa y mi hijo. Entré al auto,

prendí el estéreo mientras conducía feliz y

entusiasmado de ver a mi hijo correr y jugar.

Al llegar... al llegar, no había nadie... los

esperé dos horas pues tal vez habían parado

en una tienda antes de llegar a la colina... no

fue así.. -

A este punto, a Francisco se le estaba

haciendo imposible hablar; varias lágrimas

recorrieron su angustiada cara mientras

continuaba mirando aquel raro botón. Podía

Page 6: Solo soy un vaso

notar como las arrugas de su frente se

hacían cada vez más profundas, sin

embargo, continuó...

- Regresé a la casa lo más rápido que pude,

tal vez habían olvidado algo, la verdad no me

importaba, a estas alturas nada me costaba

intentar. Al llegar a mi casa intenté mantener

la calma y grité sus nombres en busca de su

respuesta. Lo hice varias veces en todos los

tonos que pude... de nada sirvió. Llamé más

de cincuenta veces a su celular, pero nada

pasaba. Me hinqué en la sala de mi casa a

imaginar alternativas de dónde podían

estar... tal vez se equivocaron de colina y su

celular se les perdió, no se, en ese momento

hasta las más estúpidas ideas eran reales

para mí. Horas después, un sonido parecía

haber arreglado toda mi vida... era el

teléfono. Corrí lo más rápido que pude hacía

el teléfono, empujé todo lo que estaba a mi

Page 7: Solo soy un vaso

paso, tomé el teléfono sin siquiera ver quien

era.

- ¡Hola amor! ¡¿Dónde estuviste?! - dije

entusiasmado, pero... no respondió quien yo

esperaba...

- ¿Hablo con Francisco Pérez? Dijo una voz

de mujer.

- Si, ¿qué pasó? - dije asustado.

- Lo sentimos señor, pero es necesario que

venga a la Cruz Roja lo más pronto posible;

su esposa e hijo sufrieron un gran accidente

automovilístico-

- Al escuchar ésto tomé las llaves del auto y

conduje al hospital... al llegar era demasiado

tarde... los cirujanos me veían con una

mirada que no me dejó esperanzas.

- Me senté en una silla al lado de ambos a

llorar, cuando llegó una enfermera y me

entregó la caja azul en la que venía el regalo

Page 8: Solo soy un vaso

de mi hijo. Lo tomé y lo abrí con mucho

cuidado. Dentro de él encontré un botón con

forma de pelota de béisbol que le pertenecía

a mi hijo. Antes de retirarse la enfermera me

dijo que antes de morir me habían dejado un

mensaje... “te amamos” -

Después de esto, Francisco estaba

destrozado; no podía decir ni una palabra

más. John lo observaba con una mirada de

extrema tristeza, pero no encontraba nada

que pudiera decir sin lastimar los

sentimientos de Francisco, así que mejor

permaneció callado. ¡Claro! Ahora muchas

cosas tenían sentido.

Sin más que decir, Francisco tomó su

chaqueta negra y su sombrero de la silla en

la que estaba sentado, se dio la vuelta, le

intentó regalar una sonrisa a John y dijo: lo

siento mucho John, pero yo ya no puedo

seguir por hoy. ¡Buena suerte!

Page 9: Solo soy un vaso

Podría sonar como que lo dijo con mucha

alegría, sin embargo, su rostro demostraba

tristeza y por la forma en que se alejaba,

parecía no tener fuerzas para moverse. Yo

sólo podía observar a John impactado, dejó

caer sus brazos y miró fijamente a Francisco

sin decir una sola palabra, en eso vi una

mano acercarse lentamente hacía mi... si, era

la temblorosa mano de John; me tomó con

mucha fuerza, como si se estuviera

desquitando conmigo. En fin, me tomó y me

metió en una caja vieja de cartón junto a los

demás vasos. En el camino podía escuchar

los pasos y voces de tantas personas. Voces

agudas como voces graves y la mayoría

graciosas. Pero una en especial me llamó la

atención. Era la más grave e intimidante que

había escuchado en el tiempo que llevaba en

la fábrica. Al oírla, John soltó la caja en la

que yo estaba. No podía comprender nada.

Page 10: Solo soy un vaso

Máquinas y personas infestaban el lugar con

horrorosos ruidos... pero la voz de este

sujeto, hacía que hasta el más valiente

callara. Al terminar de hablar, John recogió la

caja y continuó caminando.

Minutos después, una luz se filtraba por las

ranuras de la caja y los ruidos de las

máquinas habían cesado. Habíamos salido de

la fábrica. John dejó la caja de nuevo y se

sentó a su lado; era muy relajante escuchar

por fin algo de silencio, y por lo que las

ranuras de aquella vieja caja me dejaban ver,

estábamos en una especie de parque, debajo

de un árbol y lo único que podía escuchar

eran los suspiros que repetidamente daba

John. Pasaron minutos para que John se

quedara dormido, recargado en el viejo árbol

que nos daba sombra y un aire de paz y

tranquilidad. Más tardé, unas cuantas horas

después, la escuché de nuevo; si era la voz

Page 11: Solo soy un vaso

grave. Había destruido nuestro mundo de

paz y tranquilidad. Eché un vistazo por las

ranuras de la caja y vi al portador de aquella

estruendosa voz. Era un señor robusto y alto.

Usaba un traje gris, sombrero y botas de

piel. En el momento que vi su mirada, me dí

cuenta que a los demás les inspiraba temor.

Esa misma mirada con la que intimidaba a

John mientras golpeaba una y otra vez la

suela de sus grandes botas contra el pasto y

fumaba su cigarrillo. Si, era temible el

aspecto de aquel señor, que no le quitaba ni

un segundo la mirada a John. Minutos

después, el hombre de la grave voz dijo,

mientras le daba unas palmaditas en la

espalda a John:

-Está bien John, no pasa nada, sólo que esta

noche te tocará cuidar la fábrica para que

recuperes las horas que le dedicaste a tu

relajante sueño. Podrías empezar por

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empacar los vasos que se embarcarán el día

de mañana, ordenar las cajas, subirlas a los

camiones, limpiar la fábrica... y por la fábrica

me refiero a TODA la fábrica y por último,

etiqueta unos vasos más. Con eso debería

bastar para que no descanses en toda la

noche y si a la mañana no está listo,

considérate sin empleo. ¿Está bien?-

Podía ver como se alejaba riéndose

maniáticamente del pobre de John que no

sabía ni como reaccionar; pues por más

cruel, mal pagado o monótono que fuese, el

necesitaba el empleo para mantener a sus

hermanos, hermanas e hijos. Así que, tomó

la caja en la que estaba yo y se adentro en la

fábrica. A medida que John caminaba, más

lágrimas de él llegaban a la caja. Era

devastador ver a John en esas condiciones.

Y, para mi suerte, todos en esa fábrica

portaban la misma cara. Se escuchaban

Page 13: Solo soy un vaso

ruidos en toda la fábrica, podía ver ratas

correr y un desastre total que John tendría

que limpiar. Todo se veía tan oscuro desde

donde estaba; la fábrica era un lugar

aterrador en la noche. John era el único en la

fábrica y puesto que era una importante

empresa, no se podían dar el lujo de apagar

las máquinas en la noche. Pasaron dos, tres,

seis horas y John no había limpiado ni la

mitad, estaba agotado, hasta que no pudo

más y se desmayo. A pesar de que lo había

conocido hace no más de dos días, ya me

preocupaba por él. La imagen que me estaba

dejando ese momento era espantosa... tirado

en el suelo rodeado de cajas y ratas a las 4

de la mañana. En eso, las puertas de la

fábrica se abrieron dejando el paso libre a un

hombre de alta edad. Podía escuchar el

sonido de sus suelas golpear una y otra vez

el hueco piso de ese feo lugar. Se acercó a

Page 14: Solo soy un vaso

John, lo tomó de los brazos y lo sentó en una

silla. Solo podía preguntarme qué estaba

haciendo. Mi pequeña mente no podía

comprender esta sensación que había en la

fábrica. Pasados unos minutos, lo dejó solo

en la silla, tomó la escoba y comenzó a

recoger la basura, pero... ¿quién era este

hombre?

Pasaron otras tres horas de arduo trabajo por

parte de este hombre. Se veía como sus pies

apenas y se podían mover. Sus manos

estaban muy lastimadas, con trabajo y podía

sostener la escoba pero la fábrica estaba

limpia. El piso brillaba, las cajas estaban en

sus camiones y John había despertado ya.

Estaba confundido, sus ojos apenas y se

podían abrir, pero seguía sin saber quien era

este hombre, hasta que algo de su camiseta

reflejó la luz solar dando un impresionante

brillo, era un botón de béisbol... Sí, era

Page 15: Solo soy un vaso

Francisco quien había salvado el trabajo de

John. Increíble que un hombre de su edad

pudiese hacer todo eso en tres horas, por

otro lado John por fin comenzaba a unir las

piezas de este rompecabezas mental, pero

faltaba algo; una caja en especifico no había

sido puesta en una de esas máquinas con

ruedas... la caja en la que yo estaba.

No era muy grande, habíamos unos treinta

vasos, pero ninguno de ellos parecía muy

agradable. En fin, eramos la única caja en el

sótano, pero al parecer nadie sabía de

nuestra existencia pues llevábamos días ahí.

Todos los días entraban John y Francisco,

trabajaban ahí un rato, platicaban, a veces

hasta comían, pero nunca nos veían. Algo

tenía que hacer en estos días así que me

puse a observar las emociones que tenían

John y Francisco y las anotaba en un pedazo

de papel que había en la caja, así podría

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entender todo esto más fácil.

Pasaron meses para que por fin nos vieran.

Francisco se acercó lentamente... parecía

preocupado. Tomó la caja y caminó

despacio... débil. Sus manos estaban

temblorosas y por la manera en la que se

movía la caja, me dí cuenta de que estaba

cojeando demasiado y que se comenzaba a

sofocar... algo andaba mal. Pasamos toda la

fabrica así, hasta que llegamos al camión de

carga. Se abrió la puerta trasera que era de

aluminio, por su apariencia podía determinar

que era un camión bastante viejo. Al entrar,

todo estaba muy oscuro, la única luz que

podía ver era la de la ventana que daba hacia

la cabina donde estaba el conductor. Había

unos cuantos pedazos de tela, o, al menos

eso creía hasta que le salieron patas y se fue

corriendo. Había unas botellas de soda, una

caja roja que parecía ser de herramientas y

Page 17: Solo soy un vaso

una silla vieja y rota. Me asome por la

pequeña ventana para ver si había alguien, y

si, un señor robusto, joven y por lo que veía

estaba molesto. tenía una gorra azul, una

camisa de leñador y un pantalón desgastado.

Había muchos vasos de café, bolsas de

frituras y en el asiento de al lado había

muchos de esos trapos con patas. También

había media hamburguesa y un pedazo de

burrito.

Unos minutos después encendió el camión.

Conforme me alejaba de la fábrica, podía ver

una sustancia saliendo de la fábrica,

pero...¿que era? Lo primero que pensé es

que parecía solo tierra, pero yo estaba

seguro de que no era eso, esto... esto tenía

que ser algo mas. Al esparcirse en el cielo,

las nubes comenzaban a asimilar su color, al

pasar cerca de las aves, estas mareadas

criaturas caían en un espiral de desilusión

Page 18: Solo soy un vaso

hacia el piso. Era triste ver que algo que

parecía simple tierra ocasionara tanto daño.

Pero esta “tierra” no dejaba de salir de la

fabrica, cada vez el cielo se ponía mas gris y

según lo que me habían dicho esto no era

nada normal. Podía ver también pilas y pilas

de basura salir de la fabrica. Entre plásticos,

papel, cartón y otros deshechos podían

formar cantidades alarmantes de basura

dirigirse al basurero. Según había escuchado,

la basura se podía separar y así mismo

reciclarse. No dejaba de impresionarme tal

lugar, a los trabajadores se les hacia tan

simple tirar la basura en los pocos árboles

que quedaban cerca de la fábrica.

En fin, fueron horas y horas de viaje, horas

de un triste panorama recorrer la opaca

ventana de aquel camión de carga. Había un

sentimiento dentro de mi, algo que no

lograba entender... A pesar de que yo sabia

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que estaba en este mundo para un sólo fin y

por un tiempo no prolongado, sentía una

preocupación en mi interior: se me iba el aire

penando en aquellas tristes imágenes que en

mi mente quedaron grabadas. En una curva,

rodé lejos de la ventana me acomodé en la

caja de herramientas... podía escuchar

cientos de carros pasar por mi lado. En eso,

una piedra se estrello en una ventana,

haciendo un pequeño agujero en ella y pego

a mi lado. Estaba viendo aquella pequeña,

gris, deforme piedra cuando veo que algo de

esa “tierra” logro entrar por el orificio de la

ventana... después de eso todo estaba

borroso, me sentía mareado y confundido...

en este estado no podía pensar con claridad.

Al recobrar mi conciencia, el camión se haba

detenido y no estaban la mitad de las otras

cajas. Desesperado por saber qué estaba

pasando, comencé a buscar a aquel

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hombrecillo que manejaba el camión, pero el

ya no estaba. En ese mismo instante, la

puerta trasera del camión se abrió, la luz de

la mañana me cegó completamente... no

podía ver nada. Escuche una risa, una grave

risa aproximarse a mi. Me tomó con ambas

manos, me acercó a él, me miro por unos

segundos y me puso junto a los demás en

una de esas viejas cajas de cartón. Se sentó

al lado de la caja a contar unas monedas de

su bolsillo. Moneda que contaba, suspiro que

soltaba. Cada moneda agregaba una arruga

de preocupación en su frente hasta formar

una cara de desesperación... tristeza. Cerró

ambos ojos, guardo de nuevo sus monedas y

golpeo la camioneta dos o tres veces. Pero...

sus ojos, sus ojos me dieron a entender todo

sin que lo dijera, tenía una mirada profunda y

asustada. Unas cuantas lágrimas

descendieron de sus ojos directas al suelo,

Page 21: Solo soy un vaso

lanzo una botella al piso con furia y tomó la

caja en la que yo estaba. En el camino

comencé a observar donde estaba, había un

brillante cartel arriba de lo que parecía ser

una tienda anunciando café y había mucha

gente esperando para entrar, carros y carros

en el estacionamiento. Al entrar, había unas

cuantas mesas de colores vistosos, sillas

blancas y negras, lamparas por todos lados y

tapetes con extrañas figuras y texturas.

Ahora que lo pensaba, esa tierra tenía que

ser algo muy malo para que matara aves y

volviera algo tan lindo como el cielo azul en

algo tan triste como la oscuridad y desilusión

de un cielo gris. Además de que me hizo

perder la conciencia. No podía ser algo lindo

pero, ¿porque continuaban carros y fabricas

produciéndolo?, ¿que acaso no se daban

cuenta de lo que estaban haciendo?

Hasta el momento no había descubierto

Page 22: Solo soy un vaso

porque esto me afectaba tanto, pero si, era

muy triste ver cosas así. Mientras

reflexionaba lo anterior, nos adentrábamos

en la cocina del café. Nos puso en una vieja

mesa de plástico y se paro a su lado como si

estuviera esperando a alguien. Minutos

después, llegó una joven vestida con una

blusa roja y un pantalón blanco, tenía la

mirada clásica de fastidio y la risa fingida

mientras mascaba chicle.

-Ya era hora, te estabas tardando mucho.-

exclamó la muchacha en un tono de

superioridad.

-Si, si, perdón es que hubo un contratiempo

en la carretera...- dijo el conductor del

camión asustado, mirando al suelo mientras

metía sus manos a los bolsillos. La joven

tomó unas monedas de la caja registradora,

soltó una risa y se las dio al conductor. Este

las tomó y se fue retirando lentamente del

Page 23: Solo soy un vaso

café

Minutos después, llegó otra muchacha, un

tanto más joven. Misma ropa, diferente

cabello y actitud. Sonrió hacia su amiga y se

llevo unos cuantos vasos. Pasaron horas y ya

solo quedábamos cinco vasos en la caja, pero

el lugar ya había cerrado. Nos pusieron

debajo de unas mesas junto a otras cajas...

todo estaba oscuro. Podía escuchar

aturdidores gritos afuera de la tienda, era

horrible recordar la desilusión de que soy

solo un vaso de café y aparentemente no soy

de mucha utilidad por acá; que por más que

lo intentase no sería capaz de moverme, salir

de esa caja donde los miedos son encerrados

junto a mis peores pesadillas... que por más

que lo deseara, no me crecerían un par de

piernas... y... tampoco podría tener una

familia al igual que Francisco. Todos estos

pensamientos me enredaron en tristeza e ira.

Page 24: Solo soy un vaso

Tras pasar las largas horas de aquel 6 de

agosto, terminé por dormirme, no aguantaba

más la presión de los ruidos de la ciudad que

encerraban por completo mi mente e

intentaban desesperadamente borrar

cualquier buen recuerdo que en mi mente

quedara. Estos ruidos no eran como nada

que hubiera escuchado antes, eran tan

profundos que podía sentir como entraban a

mi ser cada vez que respiraba, recorrían mi

cuerpo como un escalofrío, hasta que

llegaron a mi mente y no pude mas. Abrí mis

ojos y estaba en un cuarto blanco, tan largo

como yo podía ver, no había ni una sola alma

y mis pensamientos rebotaban en sus

amplias paredes constantemente...

confundiéndome mas aún; mi aliento se

escapaba repetidamente, me sentía débil,

pero... podía moverme. Increíblemente

estaba corriendo, no recordaba haber sido

Page 25: Solo soy un vaso

tan feliz. Corrí a través del cuarto, tomé unos

botes de pintura que se encontraban en el

piso y comencé a lanzarlos contra lo que yo

creía que era la pared... el fin del cuarto.

Pero la pintura... cayó y cayó y cuando se me

ocurrió mirar al piso... no había tal. De

repente toda la felicidad cayó a un pozo

junto a mi. Desesperado por una salida, grité

lo más fuerte que pude pero por más que

traté, ni un ruido pude pronunciar. Comencé

a golpear las paredes esperando que estas se

rompiesen y me regalaran mi libertad. Tras

horas de golpear y golpear, cien lágrimas y

yo había derramado en el pozo de aquella

habitación sin fondo. Veinte gotas de sangre

de mis puños el piso habían adornado pero,

al fin, los viejos ladrillos habían cedido. Al

final del camino, había una luz brillante, un

lago con las mas bellas flores que había

visto, árboles de todos tipos y tamaños

Page 26: Solo soy un vaso

pero... había un pequeño en el fondo que,

después de mirarme unos segundos, sonrió y

poco a poco fue reconstruyendo los muros

del pozo. Trate con todas mis fuerzas de

correr, pero pies ya no tenía. Traté de ayuda

pedir, pero solo la gente del lago se despedía

y continuaba gritándome que ya me tocaría

mi descanso. Cada ladrillo que ponía me

hacía sentir más impotente de no poder huir.

Hasta que se me ocurrió pedirle al niño que

simplemente dejara de construir la barrera

que tanto había tardado en romper. Al

plantearle mi pregunta, me miró sonriente y

exclamó algo que me dejó totalmente

asustado...

-¿Tu eres de la fábrica donde trabaja mi

papá, verdad?.-

Al decir esto me congelé y todos mis

pensamientos se bloquearon. ¿Su padre?

¿quien será? Preguntas que yo mismo me

Page 27: Solo soy un vaso

repetía hasta que vi algo en su gorra, llevaba

el mismo broche que Francisco. Era aquella

pelota de béisbol hecha botón. Para cuando

reaccioné, la pared estaba terminada y el

niño de mi vista había desaparecido. Mientras

pensaba como salir, me dí cuenta de algo...

las paredes se estaban haciendo más y más

compactas, se acercaban a mi con cada

suspiro. Vasos y vasos me caían de lo que

parecía ser mi “arriba”. Bolsas, botellas,

cáscaras de plátano, entre otras cosas,

comenzaban a sofocarme. Se me hacía cada

vez más pesado mantener abiertos mis ojos

hasta que luz ya no pude ver. Me desperté de

aquel terrible sueño atemorizado. Mi mente

nunca más quedó en blanco después de ese

día; tenía mucho en que pensar. ¿Qué era

ese lugar?, ¿por qué nadie quería que me

quedara?, ¿acaso hice algo malo?... y la

pregunta que más me impactaba, ¿por qué el

Page 28: Solo soy un vaso

hijo de Francisco me encerraba en aquel

pozo? Mire hacia abajo y, como sospeché, no

tenía piernas ni brazos... esto solo reafirmaba

aún más el hecho de que ese sueño no era

más que eso. Voltee a mis lados y no había

ningún vaso aparte de mi en la caja, no tardo

mucho para que la muchacha de negros risos

me tomara y me pusiera junto a la cafetera,

en una montaña de réplicas de mí

acompañados de tapas, popotes, sobrecitos

de azúcar entre otras cosas. Sabia que no

estaría ahí por mucho tiempo así que

aproveche para continuar mi libro de

emociones que me ayudaría a recordar la

manera de interpretar las expresiones de los

humanos. Mientras esperaba algún suceso

importante que plasmar en mi libro, vi un

pequeño cable salir de la bolsa izquierda del

pantalón de la muchacha y recorrer por su

cuerpo hasta llegar a sus oídos y producir

Page 29: Solo soy un vaso

una clase de ritmo. Al llegar su compañera

exclamó:

-¿Anette?, ¿estás ahí?- dijo en tono de broma

seguido de una carcajada. La muchacha, que

ahora sabía que se llamaba Anette, no prestó

ni el más mínimo interés por su compañera;

en cambio comenzó a cantar al ritmo de su

aparato a todo volumen. Su compañera,

insultada, se retiro de la habitación con tanta

furia que retumbaban las ventanas, incluso

dejó caer unos cuantos papeles al sucio suelo

de aquella peculiar cafetería. La tensión

envolvía el lugar y yo continuaba sin

comprender tantas cosas al mismo tiempo.

Pero mi estadía en este lugar se había

prolongado. Cada vez menos personas pasan

las puertas del local deseosas de un café Se

me acababan las ideas de qué hacer. El

tiempo pasaba y yo seguía formando parte

de la montaña de vasos. Solo podía escuchar

Page 30: Solo soy un vaso

la música de Anette muy levemente. El olor

del café ya me tenía mareado y el calor era

insufrible. Ya había contado los mosaicos del

piso y techo, todas las cajas que en ese

cuarto podía ver y algunos pedazos de

basura que había tirados en el piso.

Después de varias horas, Anette me tomó

suavemente y me puso debajo de la cafetera.

Acercó lentamente la mano al botón rojo que

decía “café expreso” y lo presionó con ira

mientras tarareaba la tonada que salía del

aparato que traía en su pantalón. Un líquido

muy caliente y de color marrón cayó en mi

interior. Anette me tomó y me puso

cuidadosamente en una charola azul, la cual

contenía un par de galletas con chispas de

chocolate, unos cuantos pedazos de papel, y

varios sobrecitos de azúcar. Caminó

lentamente, temblando del miedo que tenía a

que el vaso (yo) derramase su café, hacia el

Page 31: Solo soy un vaso

espacio donde estaban las mesas. Se dirigía

a la esquina, la única mesa cerca de la mesa

cerca de la puerta. En ella había un señor

usando una computadora compacta, estaba

usando un aparato como el de Anette pero

un poco mas grande que llegaba a su oído

por medio de un largo cable. Tenía traje

elegante, zapatos negros y brillantes, gafas

de sol y un pequeño portafolio le hacía

compañía en esa pequeña mesa. Al llegar a

la mesa, Anette me dejó a lado de la

computadora del señor y se retiro sin decir

una palabra. El señor era tan misterioso,

atemorizante... lo veía y podía sentir un aire

de miedo. Retiró sus gafas y las puso al lado

de su computadora. Sus ojos podían decir

mucho, las ojeras y la manera en la que

estaba muy atento a todo me indicaba que

era un señor ocupado. En sus bolsillos, las

plumas de tinta dominaban, de todos colores

Page 32: Solo soy un vaso

y tamaños había. A continuación, una

pequeña libreta de notas que parecía ser

muy costosa. Abrió un pequeño sobre de

azúcar y lo vació en mi interior, me agitó

repetidas veces con una pequeña cuchara,

me agarró con cuidado y tomó el primer

trago. Trago a trago me fui agotando. Cada

gota que tomaba este señor, abría más sus

ojos y cada vez tomaba más rápido el café.

Aún me quedaba medio vaso y el señor ya

estaba recogiendo todo. Lo guardó en su

maletín y salió de la cafetería conmigo en

manos. Caminamos por la calle, estaba más

que repleta, carros, perros, personas,

edificios... de todo en cantidades muy

grandes, pero todos y cada uno de los

individuos traía un aparato como el del señor.

Mujeres, hombres, niños y niñas... este

aparato no distinguía sexo ni edad.... todos

lo usaban. Distintos colores y tamaños,

Page 33: Solo soy un vaso

figuras y texturas. Inclusive las personas de

los autos traían uno. Podía ver como muchos

de mis amigos descansaban bajo la suela de

alguien en la calle. Había pasado el tiempo y

solo quedaba un trago en mí, el café estaba

frío y el señor parecía ya no querer más.

Llegamos a un subterráneo donde había el

triple de gente en la mitad del espacio. Había

unos cuantos sentados en un pedazo de

cartón. Con su ropa rota y maltratada pedían

algo... no estoy seguro de que pero pedían

que lo depositaran en vasos como yo. El

señor que me traía en manos corrió a toda

velocidad a una pequeña cabina, se acercó y

tomó un pequeño pedazo de papel amarillo.

Formó una fila junto a otros varios individuos

detrás de una máquina roja parecida a una

caja. La fila parecía ser eterna, avanzaba

demasiado lento y el olor del lugar lo hacía

más insoportable. Habían pasado tan solo

Page 34: Solo soy un vaso

unos minutos y se sentía como si hubiesen

pasado horas. Insectos, entre ellos moscas,

abejas, escarabajos, cucarachas y algunos

más que no lograba reconocer volaban

Alrededor de mí. Era asquerosa la limpieza

de ese lugar. El ruido de la gente era tan

molesto, fuerte... mil voces retumbaban

aquel pequeño lugar. Los sonidos torturaban

mi mente, cuando, de la nada, caí. Comencé

a caer de una gran altura desde donde todo

se veía borroso, complicado... los colores de

todo en ese lugar estaban invertidos y

aclarados. Veía como nadie notaba mi

caída... claro, era solo un vaso de café

¿porque debería importarles?

Al llegar al piso, me quedé atrapado en una

alcantarilla de metal. Intentaba salir pero mis

esfuerzos fueron en vano. Debajo de mí, el

agua comenzaba a elevar su nivel cada vez

más. No faltaba mucho para que el agua me

Page 35: Solo soy un vaso

llevase con ella y probablemente me

remojara y eventualmente me deshiciera.

Vi mi corta vida de vaso pasar por mis ojos

en tan solo tres pequeños segundos. Tome

un profundo suspiro y dí un ultimo vistazo a

toda la gente y... ¿era él? ¿él de nuevo? Si,

era el pequeño hijo de Francisco. No sabia

porque lo veía pero ahí estaba y sin duda

alguna era él. Se dio media vuelta y detuvo

fijamente su mirada en mí. Era tan que

notable que era a mí a quien veía. Todos

estaban corriendo pero él... él solo me veía

desde el fondo. Después de varios minutos

de intercambiar miradas, se fue acercando

lentamente y de por donde caminaba la

gente simplemente se detenía y se hacía a

un lado cediéndole el paso al pequeño.

Cuando por fin llego a mí y me vio de cerca,

me tomó con sus pequeñas y frías manos,

me obsequió una sonrisa y exclamó:

Page 36: Solo soy un vaso

-¡Jaja! Pequeño amiguito, te dije que aun

no.-

Mis músculos no reaccionaban más, no podía

siquiera pensar claramente. Me quede viendo

al pequeño esperando a que dijera algo...

pero nunca paso. Me tomó y me puso lejos

de todas las personas, se dio la media vuelta,

quito la pared como si fuese papel tapiz y se

adentro en ella. Al parpadear, seguía en

manos de este raro señor, las paredes

estaban completas y no había alcantarilla

alguna. Cada uno de estos “episodios” era

parte de una gran escalera hacia la locura y

cada vez que tenía uno, daba paso al

siguiente escalón. No entiendo que tenía él

que ver en mi vida, es decir, no lo conocí...

Francisco no me conoció, yo nunca lo

vi,entonces ¿qué hace en mis sueños?

La fila parecía no avanzar aún, de hecho,

creo que cada vez quedábamos más y más

Page 37: Solo soy un vaso

atrás en la fila. El reloj avanzaba lento... MUY

lento y yo, como de costumbre ya estaba

muriendo de aburrimiento. Miré a mi

alrededor... había gente de todos tipos,

tamaños, inclusive países. Al fondo del lugar,

había unas cajas de metal tan largas como el

ancho del lugar, tenían unas cuantas puertas,

ventanas y en la parte inferior, unas cuantas

ruedas sostenían aquella gran máquina.

Se abrieron las puertas y un pequeño

hombre salto de ellas. Portaba un traje de

gala, zapatos negros muy elegantes, un

pequeño sombrero y una sonrisa del tamaño

de su cara. Puso sus manos detrás de su

espalda y sacó un pequeño cartel con un

circulo verde dibujado en él. Entonces, la

caja roja detrás de la que estábamos, se

quitó del camino. La gente comenzó a correr

hacia la máquina con ruedas sin ver a quién

pisaban o incluso golpeaban. Se

Page 38: Solo soy un vaso

amontonaron cientos de personas en la

puerta de la máquina; empujando y

gruñendo se hicieron paso al interior de la

máquina Y ahí vamos nosotros. Sin ninguna

prisa, caminó lentamente y entró a la

máquina En el interior, unas cuantas sillas

estaban pegadas a los costados y unos tubos

estaban adheridos al techo. Gomas de

mascar adornaban tristemente ventanas de

esa máquina, agujeros en las sillas y basuras

en el piso. Conforme la gente iba entrando,

iba tomando un lugar y aunque las sillas no

fueran suficientes, la gente quedaba parada

sujetándose a los tubos del techo. Este señor

que me sujetaba, tomó asiento enseguida de

una bella muchacha leyendo el periódico y de

un señor alto y delgado que estuvo todo el

viaje mirando a la gente hacia abajo... casi

de reojo pero a fin de cuentas mirándolos...

analizando cada pequeño movimiento. De

Page 39: Solo soy un vaso

vez en cuando ponía su mano sobre su frente

y entrecerraba los ojos.

En frente de nosotros un pequeño niño de

unos seis años disfrutaba un diminuto

pedazo de pan, sin embargo, él no estaba

ingiriéndolo solo, estaba compartiéndolo con

otros cuantos niños más pequeños... sin

compañía alguna aparte de ellos mismos. Del

otro lado, una señora regañaba a su hija con

todo el volumen que le permitía su voz,

mientras que la niña solo añadía unas

cuantas lágrimas al frío suelo y almacenaba

una mirada en este complejo mundo. Muchas

personas de la máquina fijaron sus miradas

en aquel triste evento, algunos incluso tiraron

todo lo que en sus manos cargaban. Al

terminar su regaño, la niña, triste, se sentó

en las sillas rotas de la máquina a llorar en

silencio; mientras que el niño que llevaba

aun en las manos la porción de pan que le

Page 40: Solo soy un vaso

había quedado después de repartirla entre

los demás niños se acercó a la pequeña y le

ofreció su pedazo de pan.

-Gracias...- exclamó la niña después de

limpiar las lágrimas de sus azules ojos y dar

la primer mordida al pan.

La madre, cubierta de enojo, corrió hacia su

hija y de un manotazo le quito lo que le

quedaba de pan, lo tiro al suelo y lo destruyo

con la zuela de aquellos costosos zapatos. La

tomó del brazo y se la llevo del otro lado del

vagón. Sólo se podía ver como la niña se

resentía mientras pasaba un pedazo de su

bufanda por sus ojos secando las lágrimas.

Por el otro lado, el pequeño se sintió tan

ofendido que se dio media vuelta y cruzo sus

brazos. Sólo podía sentirme mal al respecto

mientras miraba cuidadosamente... era la

peor guerra de la que había escuchado

hablar solo que yo la estaba viendo en vivo.

Page 41: Solo soy un vaso

En eso, la máquina se detuvo. Las puertas se

abrieron y la gente se acumuló en la puerta

al igual que lo había hecho al entrar. Algunos

desesperados, algunos enojados y otros

cuantos, -como el señor que me sujetaba-

esperaron a que toda la gente bajara para

salir con calma. Ya fuera de la máquina,

tomó unas escaleras había la calle, sacó unas

pequeñas piezas de metal y las introdujo en

un pequeño carro, abrió su puerta y se metió

en el. Una vez dentro, me puso en el asiento

de enseguida.

El viaje fue corto, me tomó y se bajo del

auto. Estábamos enfrente e una hermosa

casa, con hermosas flores y colores. Al entrar

podía sentir la presión de la actitud de todas

las personas ahí viviendo. Por lo que pude

ver, había una cómoda sala, con una

pequeña chimenea y tenía un retrato encima

con la foto del señor que me sostenía. Había

Page 42: Solo soy un vaso

un sillón color vino un tanto grande junto a

unos periódicos del día. Una mesa de madera

fina con un recuadro de cristal le daba vida a

la casa. Me puso en la mesa, tomó su

periódico y se sentó en la gran silla. Podía

ver su cara, que según mi pequeño libro de

emociones era de preocupación. Se quitó sus

lentes oscuros y se notaban algunas ojeras.

Quince minutos aproximadamente pasaron

desde que tomó el periódico. En eso, bajo de

las escaleras un niño vestido con un pantalón

corto color rojo y una camiseta de manga

corta con una pelota de plástico en manos.

Saltando alegremente se acercó al señor y

exclamó:

-Papa ¿vamos al parque a jugar unos

minutos? Hace mucho que no jugamos

juntos...- dijo mientras ofrecía su pequeña

pelota al que ahora sabía era su padre. Un

profundo suspiro el señor tomó, dobló

Page 43: Solo soy un vaso

lentamente el periódico cuatro veces, lo puso

sobre la mesa y dijo:

-Hijo... creí que ya habíamos hablado sobre

esto...- dijo con un tono de decepción y una

mirada fría que fácil podía ser distraída, era

más bien una mirada nerviosa. Por el otro

lado, el niño abrió sus ojos como si acabase

de ver un fantasma, sus manos comenzaban

a sudar y sus piernas estaban temblando.

Agacho la cabeza y se dedico a escuchar...

-Papa... es una persona ocupada hijo, tiene

documentos que crear, llamadas que atender,

personas a quien pagar pues trabajan para

papi, entre otras cosas y no tiene tiempo

para desperdiciar con un tonto juego con su

hijo. Así que, ¿porque no dejas tranquilo a

papi y te vas a jugar con tus amiguitos?- dijo

desvergonzado, tomó sus gafas y unos

segundos antes de ponérselas, vio a su hijo y

le dijo con un tono atemorizante... hasta a mí

Page 44: Solo soy un vaso

me dio miedo y no iba dirigido a mí.

-¿Que esperas hijo? Ándate a jugar con tu

pelota. Papa tiene que trabajar.

Para mí que esto no era nada normal, pues

era obvio que los padres debían atender a

sus hijos por más trabajo que tuvieran. Se

que el dinero es importante y necesita

trabajar para darles de comer a su familia

pero su hijo es un humano... tiene

sentimientos también. Además, el lo dijo con

tanta frialdad... lo dijo tan fuerte que el

pequeño no sabía ni como reaccionar. Una

lágrima recorrió su pequeña y redonda cara,

dejó la pelota caer al suelo y salió por la

puerta principal.

Pasaron horas y su padre de la ausencia de

su hijo no se había dado cuenta siendo que

era media noche.

El trabajo de este señor no cesaba,

documento tras documento, horas de teclear

Page 45: Solo soy un vaso

en su computadora y su aparato que siempre

llevaba al oído no paraba de sonar. Pero, era

su hijo el que estaba en algún lugar afuera y

parecía que para el no tenía mucha

importancia la localización de su hijo.

En eso, alguien entro por la puerta principal.

Era una señora con un traje elegante

también, con zapatos de tacón alto y un

maletín negro. Llegó y puso su maletín en el

suelo, sacó unos papeles, una pluma y se

puso a escribir.

Dieron las cuatro de la mañana y ellos

continuaban escribiendo mientras su hijo

podría estar en cualquier lugar.

En un movimiento mal hecho, la madre

accidentalmente pateó la pelota y su mirada

cambio súbitamente. No era la misma mirada

de estrés, sino una un tanto alegre

acompañada de unas dos, tal vez tres

lágrimas que en este instante eran de

Page 46: Solo soy un vaso

alegría, pero esta mirada en cinco segundos

se fue...

-Amor... ¿donde está Alex?- exclamó

lentamente la madre.

-¿Alex? ¿Quien es él?- dijo mientras seguía

tecleando y escribiendo en largos papeles.

-Alex... Alex es tu hijo, el pequeño de cinco

años... ¿lo recuerdas?- dijo bastante enojada.

-¡Ah! Si claro, salió a jugar con sus

amiguitos- exclamó con gran alegría como si

todos sus problemas estuviesen resueltos.

-Pero, son las cuatro de la mañana ¡¿DONDE

ESTÁ?!- grito al borde del llanto. Tiró todos

sus papeles y salió corriendo de la casa

mientras que a su esposo seguía sin

importarle.

Entro asustada pues no había encontrado a

su hijo, pero ahí estaba él... en su cuarto...

dormido.

Probablemente entró por la puerta trasera, o

Page 47: Solo soy un vaso

tal vez entró por la ventana pero el punto es

que ahí estaba.

En el piso de su cuarto había unos cuantos

muñecos hechos con cosas que el encontró:

El sombrero de papá, los lentes de mama y

unos cuantos cojines (por lo que podía ver

eran de la sala) le habían dado una tarde de

diversión.

Ambos padres se sentían terrible por lo

hecho y la poca atención que recibía el

pequeño y acordaron que el día siguiente lo

llevarían al cine, tal vez al parque y cosas de

esa naturaleza.

Al despertar el pequeño, sus padres lo

cargaron hasta el comedor, dónde podría

degustar deliciosos platillos. Todos se

sentaron en familia a comer el desayuno y

parecía que ahora todos estaban felices. En

eso, el pequeño rompió el silencio con

simples palabras que tuvieron gran impacto

Page 48: Solo soy un vaso

en los padres:

-Mami, papi... yo se que son personas

ocupadas y tienen cosas que hacer, no se

preocupen por mí.- Dijo sonriendo. Sus

padres al escuchar esto sonrieron y

abrazaron al pequeño. Era una escena tan

linda la que yo estaba viendo, cuando un

canino enorme y gordo se acercó a toda

velocidad a mí. Me tomó con su hocico y me

llevó al patio trasero. Había un gran árbol y

debajo de éste una linda casita. El perro

entro en ésta y me puso junto a otros

cuantos platos y vasos, cartones y papeles

entre otras cosas que desconocía, que pudo

haber encontrado por ahí. Entre la saliva, la

oscuridad y todas las cosas que había ahí,

estaba casi ciego; sólo podía escuchar al

perro ladrar cuando pasaba el camión de la

basura por las mañanas y en las noches

cuando los gatos saltaban de techo en techo.

Page 49: Solo soy un vaso

Algunas mañanas también podía escuchar las

risas del pequeño Alex fuera de la casa del

perro. Cada día la basura aumentaba en esa

diminuta casa, pero ¿porque la juntaba?

Paso el tiempo y la casita todas las mañanas

era vaciada en bolsas negras, y yo... yo

siempre quedaba en la casita por culpa de

una goma de mascar que logro adherirme al

fondo de la misma. Huesos, croquetas, hojas

de arboles e insectos llegaban a la casa

todos los días Diferente tamaños, colores,

olores y aveces hasta sabores... no quiero

hablar de eso. Hasta que un día, Alex entro a

la casita del canino riéndose y... me vio. Me

tomó rápidamente, me acercó a su cara y...

todo desapareció Todo se veía borroso, la

casa se caía en pedacitos, el pasto se

marchitaba a gran velocidad, los ruidos de la

ciudad y las aves del árbol cesaron hasta que

por fin, todo, completamente todo

Page 50: Solo soy un vaso

desapareció. De nuevo, y como yo ya lo

esperaba, ahí estaba él. Sinceramente me

comenzaba a cansar de estos sueños con

ilusiones pero sin realidades. Además, nunca

me quedaba muy claro el propósito de estos

sueños, es decir, según lo que había notado

se detenía el tiempo, aparecía este niño y me

decía que aún no... no tiene ningún sentido.

En fin, misma historia, pero ahora el niño no

estaba conmigo, sino viéndome desde una

pequeña ventana. Voltee a mis lados y me

encontraba en un edificio de

aproximadamente unos veinte pisos de alto.

Alrededor todo estaba destruido, pero, al

asomarme por la ventana, abajo en el piso

todo estaba peor. Había una gran ranura en

el piso que dividía todo lo que yo podía ver

en dos. Había humo de varios colores por

todo el lugar, sin embargo, no había persona

alguna ... al menos no viva. Todo se veía tan

Page 51: Solo soy un vaso

triste y caótico En ese momento, solo

deseaba despertar.

Voltee a ver al pequeño que constantemente

formaba parte e invadía mis sueños y... ya no

estaba. En eso, el edificio en el que el estaba

comenzó a desvanecerse piso por piso

comenzando por la primera planta. Cuando

pude ver ¡aja! ahí estaba el niño y puesto a

la desesperación y tristeza que me

ocasionaban estos episodios le grité con

todas mis fuerzas lo siguiente:

-¡Hey! Por favor, acaba con estos sueños tan

deprimentes, desearía soñar cosas hermosas

como se supone que sea ¡¿PORQUE NO ME

DEJAS SOÑAR?!.-

-¡¿TE DIGO CUANDO?!- Me gritó de forma

burlesca en respuesta a mi petición, a lo que

yo respondí dominado por la ira.

-¡SI! DIME, TE ESCUCHO...-

-¡CUANDO DEJES DE IMAGINARME, AMIGO!-

Page 52: Solo soy un vaso

me respondió

No me lo podía creer, ¿cómo que yo lo

imaginaba? ¿o sea que mi imaginación me

salvó la vida en aquel subterráneo?

Entonces pensé, esta es mi imaginación, yo

controlo esto... así que imaginé que tenía

piernas, brazos y manos. Me pare en la

esquina del cuarto, tomé un profundo suspiro

y salí corriendo hacia la ventana, salté sobre

los viejos escritorios que ahí había y me

disparé contra la ventana. Conforme caía,

gritos y gritos se escuchaban cada vez más

fuerte; todo lo que quedaba detrás de mí se

derrumbaba poco a poco y cuando llegué al

piso... abrí los ojos y Alex aún me tenía en

manos. Complicado... ¿no? Lo sé, pero al

parecer no puedo hacer nada al respecto. En

fin, al mirarme, Alex dejó salir una pequeña e

inocente risa, me despego la goma de

mascar y me colocó lentamente en la barda

Page 53: Solo soy un vaso

de su casa y se fue corriendo. Y bien... ahí

estaba yo, un vaso de cartoncillo en una alta

barda de concreto sólido. Pero ahora el saber

de que tenía el poder de controlar mis

sueños no me dejaba dormir, tantas cosas

que podría hacer. Es decir, era un mundo en

el que yo era el rey y, mis deseos eran

órdenes. Podría cambiar de escenario de un

lindo bosque a una soleada playa.

Eran infinitas las opciones y combinaciones

de colores, olores. La noche se me fue

sonriendo, pensando en ese maravillo lugar,

pero todo terminó cuando me cayó en cuenta

'si yo me imaginaba todo lo de mis sueños,

¿por qué me imaginaba caos y desastre?'

Esta pregunta me envolvió en un frío aire y

malos pensamientos que en ese momento

parecían la respuesta.

Desde la barda nada interesante se podía

hacer, de hecho, no podía apreciar olores,

Page 54: Solo soy un vaso

caras, sentimientos, expresiones, colores,

palabras... ¡nada!

Todo era extremadamente monótono, era un

día interminable a diario, tanto así que podía

escribir detalladamente todo lo que pasaba

cada día.

9:00 am, un señor gordo entra a la tienda de

enfrente, tarda alrededor de dos minutos con

treinta o treinta y cinco segundos solo los

días que aún no terminaba de despertar.

Salía de la tienda con un café en manos, una

caja de cigarrillos y el periódico. Tomaba tres

tragos de café cada minuto. Se lo terminaba

aproximadamente a las 9:07 am Se sentaba

en la esquina derecha de la segunda banca

del parque a leer su periódico. Tardaba

alrededor de diez minutos en terminarlo.

Después una muchacha de preparatoria

pasaba con su hermanita de unos nueve

años. Cruzaban la calle por la acera izquierda

Page 55: Solo soy un vaso

y todos los días revisaba su mochila y sacaba

su almuerzo (el de su hermanita) para

asegurarse de que lo trajese completo.

Peinaba su cabello color negro azabache seis

veces y tiraba una goma de mascar enfrente

del segundo bote de basura. Abrochaba las

agujetas de su hermana después de haber

dado siete pasos desde el punto del chicle.

A las 10:00 am pasaba un autobús de

pasajeros color gris con algunas franjas

rojas. De éste se bajaba siempre una señora

de alta edad, tenía alrededor de sesenta y

cinco años. Su cabello café y corto siempre

cubría con un gorro rosa. Unas cuantas

perlas su arrugado cuello adornaban. Un

pequeño perro todo el espacio de su bolsa

ocupaba y siempre que bajaba del camión

exclamaba:

-¡Gracias por el viaje guapo!-

El señor solo sonreía unos cuantos segundos,

Page 56: Solo soy un vaso

jalaba la punta de su gorra en manera de

agradecimiento.

Al cerrar las puertas del camión, una nube

negra era lo único que quedaba detrás;

media hora después pasaba el mismo camión

pero esta vez gente no había dentro, sólo el

conductor.

Tres jóvenes rondaban el parque a eso de las

11:45 am, daban seis vueltas caminando

mientras comían unas papas fritas. Como en

la cuarta vuelta, la bolsa de frituras se “caía”

accidentalmente y siempre era causa de

gracia para los tres muchachos. Dependiendo

del clima, el aire eventualmente se llevaba la

bolsa de frituras lejos del parque, a veces

quedaba encima, en la capa de algunos

árboles de la zona.

Minutos después, un carro rojo, pequeño y

tal vez un poco viejo pasaba por la calle. En

él, un señor corto de estatura pasaba la calle

Page 57: Solo soy un vaso

con su brazo saliendo por la ventanilla del

auto. En su mano llevaba un cigarrillo que

dejaba caer en el calle variando en el lugar.

Detrás de el un perro raza labrador corría

alegremente persiguiendo el automóvil.

De 3:00 pm a 4:00 pm personas diferentes

recorrían la acera. Cada uno a su diferente

velocidad, diferentes humos y color de ropa.

Pero algo que los distinguía es que algunos

pasaban abriendo camino entre la multitud

como si nadie estuviese ahí mientras que

otros esperaban pacientes a que el camino se

desocupara.

De 4:00 pm a 8:00 pm un niño salía siempre

a jugar con su pelota. Se colocaba frente a la

pared y lanzaba su amarilla y redonda pelota

contra ella. Cuando ésta rebotaba, salía un

niño de atrás de la pared y lo perseguía

hasta que finalmente lo atrapaba... era genial

ver que alguien sí se divertía.

Page 58: Solo soy un vaso

De 8:50 pm a 11:00 pm la verdad todo

estaba muy tranquilo, las tiendas

comenzaban a cerrar, las casas apagaban sus

luces y cerraban sus ventanas. A esta hora

los carros disminuían poco a poco y

finalmente cesaban a las 4:00 am para

comenzar de nuevo una hora después.

Yo llevaba ya diez días, veinte horas con

treinta y dos minutos en esta barda (si se

está aburrido uno tiende a contar cada

minuto esperando a que el tiempo pase más

rápido y así saber a que hora pasó algo

interesante). ¡Ah! Como el día cinco a las

3:02 pm... un gato uso la acera contraria a la

que solía usar a diario. Se que no es

interesante pero ya había visto lo mismo

durante diez días, monótono y aburrido.

Ya de noche, mis ojos no podían mantenerse

abiertos pero yo seguía esperando a que algo

interesante pasara, hasta que vi una silueta

Page 59: Solo soy un vaso

familiar acercase a mí (raro siendo que eran

las 11:03 pm de la noche). Pero creo que

hubiese preferido que se quedara lejos de

mí. Era él... pero al menos era mi

oportunidad perfecta para probar mi teoría

de que yo pudiese controlar mi sueños.

-¡Cariño, la cena esta servida!-

Esas fueron las primeras palabras que

escuche. Abrí los ojos y estaba en un gran

cuarto en el que había una cama

matrimonial, un espejo, un pequeño ropero y

una mesa de madera. Arriba de la cama, en

la pared, colgaba una foto mía y de lo que

parecía ser mi esposa e hijos.

Al bajar, cuatro pequeños estaban sentados

en el comedor. Fue una noche fantástica. Al

terminar la cena, fuimos a la sala a jugar

unos cuantos juegos de mesa acompañados

de risas y unos cuantos helados.

No recordaba que mi felicidad durase tanto

Page 60: Solo soy un vaso

desde que fui creado. Lástima que así mismo

sabía que era tan solo un sueño más, que no

era eterno y mucho menos real. Pero bueno,

habría de disfrutarlo lo más posible hasta que

mi mente decidiera que era hora de

despertar y volver a mi monótona vida.

La casa en la que estaba era humilde pero

linda. Una chimenea acobijaba el sofá con su

cálido aliento. Conté siete focos que

iluminaban la bella casa además de fotos y

más fotos que adornaban las coloridas

paredes. Un pequeño cachorro llenaba de

sonrisas a mis hijos y a todos los presentes.

Pero como lo esperaba era uno de esos

sueños en los que en la mejor parte

despiertas.

Abrí los ojos un poco enojado, pues era el

mejor sueño que había vivido en un largo

tiempo y me llevé la sorpresa de que ya no

estaba en la barda, sino en el hocico de un

Page 61: Solo soy un vaso

felino. Un gato doméstico para ser exactos.

Claro estaba que no había manera en la que

yo pudiera salir de esa situación por mi

cuenta así que preferí esperar a ver a donde

me llevaba.

De primero su hocico no olía precisamente a

rosas, más bien como que estuvo hurgando

en la basura.

Llegamos a un callejón oscuro después de

minutos de correr, saltar y más correr en el

hocico de un gato. Me colocó sobre otras

cajas de cartón y bolsas de plástico, saltó

dentro de uno de los basureros y se dedicó a

buscar comida. Después de algunos minutos

logró conseguir un pedazo de carne fría, el

corazón de una manzana, el esqueleto de un

pescado, la pierna de un pollo con todo y

salsa y un envase de pudín de chocolate.

Mientras el se comía todos esos desechos de

la basura yo observaba donde estaba e

Page 62: Solo soy un vaso

intentaba orientarme.

Eran las siete de la mañana, el sol sale por el

este, entonces el norte debe estar... a quien

engaño... aún si supiera a donde ir no hay

manera posible en este mundo de ni siquiera

pensar en que un vaso común y corriente

como yo pudiera salir de ahí sin ayuda, así

que me resigné a esperar a que el gato

hiciera su buena obra del día y me dejara ir.

Pasó un día y cada vez que el gato salía a

buscar comida se escuchaban sus tristes

llantos. A muchas personas no le agradaban

los gatos pero él estaba intentando

sobrevivir. No le estaba haciendo daño a

nadie pero a la gente parecía no importarle

que estaba hambriento, lo veían simplemente

como si fuese una repugnante plaga. Todos

los días un señor llegaba al callejón a hacerle

compañía a el gato. Le daba comida, lo

acariciaba e incluso aveces se sentaba con el

Page 63: Solo soy un vaso

en el basurero. Cada día le llevaba un

pequeño trapo de diferente color cada uno.

Al cabo de una semana había formado una

pequeña casita formada con cajas, trapos,

botellas unos cuantos cojines de seda que

había encontrado en el basurero la semana

pasada junto a unas pequeñas sillas de

colores, según este señor le contó al peludo

felino.

Tras algunos días de arduo trabajo la casa de

ese gato era un completo palacio hecho e

cosas que nadie más quería, pero este señor

las reparó hasta formar su castillo. Al tiempo

los demás gatos comenzaron a ir a esa

maravillosa “casa” y a todos este señor un

acogedor hogar les creaba.

Ese callejón paso de ser tenebroso y oscuro a

ser el perfecto residencial para gatos pero

parecía que a la gente le desagradaba la

idea.

Page 64: Solo soy un vaso

Al lado del callejón estaba una vieja

carnicería. Sus paredes alguna vez fueron

completamente blancas, con algunas letras y

dibujos pero eso quedo en el pasado. La

gente rayaba esas paredes como si fueran

papel sustituyendo la pluma por pinturas en

aerosol. Mientras que a tan solo tres casas

de ahí vivía el que parecía ser el dueño de la

tienda. Día tras día entraba a su tienda, la

limpiaba un poco, ponía música de los años

veinte, se sentaba en una silla mecedora y

procedía a esperar algún cliente. Lastima que

estos rumbos no eran precisamente los más

visitados, de hecho eran algo peligrosos. La

gente que vivía aquí no esta acostumbrada a

visitas, por lo tanto no conocían a nadie que

no viviese ahí, era... era como su propio

mundo y cuando venía alguien de afuera no

eran exactamente bienvenidos.

En fin, volviendo al tema, nunca vi a nadie

Page 65: Solo soy un vaso

entrar a esa vieja tienda (además del dueño,

claro esta) y esto cada vez más depresión le

causaba al dueño. Entraba con una radiante

sonrisa y salía con una cara larga y con un

gran peso de decepción que causaba ver

como día a día su negocio decaía. Cada vez

que salía y dejaba la basura que se generaba

en su negocio enfrente de la tienda para que

por la mañana el camión de la basura se lo

llevase, veía el vecindario de gatos o “la

mansión felina” como le había puesto el

creador y se llenaba de ira. Varias veces

destruyo la mansión felina pero este señor

encontraba apasionante el hecho de construir

cosas con basura así que parecía no

importarle mucho. Hasta que un día el

carnicero se hartó de tener que escuchar a

todos esos gatos mientras esperaba clientes,

así que se sentó en el callejón y espero

ansioso al creador de sus pesadillas.

Page 66: Solo soy un vaso

A media noche, el señor apareció como de

costumbre.

-¡Hey! Gatitos, gatitos ¡Gatitos!- exclamó el

señor después de una sana risa

-¿Con que son tus mascotas?- dijo el

carnicero mientras salía de las sombras.

-¡Claro! Ellos requieren de mis cuidados,

necesitan comida, agua, amor y sobre todo

compa...- Antes de terminar su oración sobre

los cuidados de un gatito, el cruel carnicero

interrumpió repentinamente con su grave

voz.

-Mira muchacho, a mí no me interesa en lo

absoluto todo lo que necesiten tus pulgosos

gatos, solo quiero que te los lleves, que los

saques de aquí. Si escucho el maullido de

alguno de tus gatos de nuevo ¡creo que me

volveré loco!- Dijo mientras jalaba de su

cabello.

-Lo siento señor... pero no tengo a donde

Page 67: Solo soy un vaso

llevarlos...- dijo el pobre señor.

-¿Y tu casa?- Dijo muy molesto el carnicero a

lo que el señor contesto algo que me partió

el corazón en cuatro.

-Yo.. yo no tengo casa... ellos son todo lo

que tengo.- Dijo mientras abrazaba a cada

uno de los gatos.

-¿Y porque debería importarme?- Respondió

de la manera más grosera y maniática que

existe.

-Bueno, si, ¿y si tu fueras uno de ellos y no

tuvieras hogar? ¿y si cada día tuvieras que

arriesgarte en un millón de maneras

diferentes para poder conseguir algo de

comida para ti y todos esos que viven

contigo? ¿y para terminar el día con una

sonrisa en la cara llegara un carnicero y te

sacara de lo que parece ser tu único hogar?

¡¿SERIA DIVERTIDO?!-

Mientras el carnicero no sabía como

Page 68: Solo soy un vaso

reaccionar, tomó la mansión con todo y sus

gatos en ella, la subió a varios carritos de

supermercado, la ató con una soga, acomodó

su sombrero y antes de retirarse añadió:

-¿Huh? Suena lindo ¿verdad? Creo que mis

gatos ya sufren demasiado como para que

llegue alguien a decirles que salgan de su

único hogar y llamarlos pulgosos. Así que con

su permiso señor, Bob, sus servidor se retira

con sus amados gatos a buscar un lugar

donde la gente tenga espacio para

nosotros...-

El carnicero no sabía ni que hacer;

literalmente, se quedó de rodillas con la boca

abierta, pero después de todo, supongo que

obtuvo lo que quería; tal vez un poco

dramático y no de la mejor manera, pero lo

logró.

-Bien, ahora ¿que se supone que hiciera? Se

llevaron mi compañía, me he quedado

Page 69: Solo soy un vaso

completamente solo en plena oscuridad... he

estado peor, creo que mejor intentaré

dormir.- Me repetía a mí mismo una y otra

vez, esperando que en una de esas, cayera

profundamente dormido y no supiera nada

más de ese terrible y aburrido día.

Tal vez al despertar todo sea mejor, después

de todo, será un nuevo día...

Por más que lo intentara no lograría dormir.

¿Que será de mí al amanecer? ¿cuanto

tiempo me queda?...¿quien soy?.

Esas preguntas bastaron para mantenerme

despierto toda la noche. Es decir, soy solo un

vaso de café, ¿porque nadie me tiró a la

basura? Me hubiese evitado tantas cosas

extrañas que me han pasado, tal vez ni si

quiera debí salir de la fabrica...

7:00 am y no dormí ni dos minutos, pensar

en los otros caminos de mi vida que pudiese

haber seguido y saber a donde van me

Page 70: Solo soy un vaso

intrigaba cada vez más. ¿Que tal si en lugar

de ser un ridículo vaso desechable, hubiese

sido un ridículo plato?

Cuando me dí cuenta, habían pasado tres

horas ya y yo creía que habían sido tan solo

diez minutos.

En vista de que el tiempo se me estaba

yendo demasiado rápido, decidí aprovecharlo

en algo productivo. En lugar de solo

desperdiciarlo en pensar lo que pude o no

haber sido, creo que había otros temas que

pensar con más prioridad... ¿qué sé? como

por ejemplo: ¿cómo saldré de aquí?

Así que comencé a observar a mis

alrededores en busca de factores que

pudiesen ayudarme a llevar a cabo mi

maravilloso escape. Debía estudiar los

patrones de movimiento de cada minúscula

cosa que se moviera a mis alrededores. Tras

estudiarlo por algunos días, pude notar que

Page 71: Solo soy un vaso

todas mañanas aproximadamente a las cinco

en punto de la mañana un señor entra al

callejón y junta las bolsas de basura que hay

ahí. Esas bolsas parecían ser mi boleto de

salida, pero no había contemplado un

minúsculo detalle...¿cómo se supone que

llegara ahí si no puedo caminar?...

La sonrisa que había tardado muchos días de

intenso pensamiento en construir se borró

inmediatamente con esa última insignificante

pregunta y entendí que no podría salir de ahí

hasta que alguien decidiera sacarme.

Media hora después, como lo había

planeado, el señor que recogía la basura me

vio, me tomó con ambas manos y me lanzó

al camión de basura donde pase por unas

largas cuchillas que afortunadamente no me

cortaron. Supongo que porque soy

demasiado pequeño. En fin, ahí había de

todo en grandes cantidades. Algunas

Page 72: Solo soy un vaso

cáscaras de plátano y unos cuantos

corazones de manzana adornaban los tristes

pedazos que quedaban de una vieja bicicleta.

Unos cuantos pedazos de electrónicos como

televisores, computadoras, grabadoras entre

otros cuantos rellenaban el viejo camión

Cada que el camión paraba, la comida de

ayer volaba desde el exterior al interior del

camión a formar parte de esa gran pasta de

basura picada.

Tras un par de paradas ya había quedado en

el fondo del camión, aplastado por un carrito

infantil de esos que funcionan a base de

baterías, de color rosa, adornado con algunas

pequeñas flores, o al menos eso parecían los

pequeños restos que había sobre mí y podía

alcanzar a ver.

A mi lado cuarenta y cinco prendas logre

contar. Entre ellas treinta y dos eran blancas,

ocho eran negras y cinco de colores

Page 73: Solo soy un vaso

diferentes como el naranja pico de pato o

verde primavera. Cincuenta y seis bolsas de

tela entraron al camión (las conté antes de

que las hicieran picadillo)

Desde el interior del camión podía escuchar

como la gente se gritaba entre si majaderías

y siempre incluían las palabras “fíjate por

dónde vas”. También podía escuchar muchos

rechinidos de las llantas de los autos como

cuando frenan bruscamente y se derrapan.

-*¡BANG!* ¡apúrate!- una y otra vez sonaba

la corneta de los automóviles en coro, ya

hasta parecía música Siempre seguían un

patrón de tristes sonidos y palabras groseras

entre conductores... en eso me distraje

completamente, pues el camión había parado

de la nada y se escuchaba como se abrían

las puertas del piloto y el copiloto...

escuchaba sus pisadas fuertes acercarse

hacia mí y una que otra risa malvada.

Page 74: Solo soy un vaso

-¿Aquí está bien? ¿no es muy obvio?-

exclamó uno de ellos.

-Cállate y ayúdame a tirar esta basura antes

de que alguien más nos vea...¿que esperas?

¿acaso no escuchaste? ¡ayúdame!- contesto

el otro señor.

Esto no sonaba nada bien. Después de esa

pequeña discusión las puertas del camión se

comenzaron a abrir, o al menos eso podía

escuchar. Y en eso empecé a caer

lentamente Creí que era mi fin, pero al fin y

al cabo yo ya me había resignado a que en

este mundo solo servía como recipiente,

simple y desechable.

Conforme iba cayendo, mi vida pasaba por

enfrente de mí... tres segundos fueron el

resumen de todo lo que alcance a vivir, pero

en eso caía en uno de los pedazos del carrito

que me aplastaba.

-Bien, no fue tan difícil...- decía uno de los

Page 75: Solo soy un vaso

hombres mientras subía de nuevo al camión

Pero ¿me estaba moviendo o los árboles

estaban caminando? Porque definitivamente

ese árbol no estaba ahí hace unos

segundos...

Pase varias horas de ese día pensando en

eso hasta que algo me dijo la razón por la

que no sabía la respuesta. Era porque no

había usado bien mis sentidos, miré hacia a

mis lados y estaba en lo que parecía ser, o lo

que alguna vez fue un río, porque más bien

parecía ser un basurero de agua.

Era impactante ver ésto, el agua había

perdido si armonioso color azul para ser

remplazado por un horrendo café. Este río en

lugar de eso parecía más bien un plato de

estofado gigante, pero en lugar de verduras

y carne la basura sazonaba el agua. Los

pocos peces que había estaban más que

muertos. Pude ver a lo largo de mi viaje

Page 76: Solo soy un vaso

como un pequeño oso y su madre venían a

tomar agua del río pero, tomaron dos o tres

tragos y ambos cayeron al mismo tiempo al

frío suelo del bosque que rodeaba la ciudad.

El agua recorría el panorama lentamente y

pude ver como estos hermosos osos sufrían

después de haber bebido del agua del río...

supongo que esto era algo parecido a cuando

la “tierra” mato a unas cuantas aves solo por

el hecho de haber inhalado el aire.

Es decir, un ser vivo necesita alimentos, agua

y aire, según lo que escuche y si tomar agua

los mata sin piedad, y respirar el aire los

mata periódicamente ¿Qué iba a ser de todos

esos seres que dependen de esto? ¡Sí!,

incluyendo humanos. Tal vez no se den

cuenta pero a largo plazo podría perjudicar

su salud tal y como lo hizo en los osos.

Al fondo en el bosque, podía ver dos o tres

señores. Cada uno tenía una camiseta de

Page 77: Solo soy un vaso

cuadros roja y un oberol color piel. Unos

zapatos negros parecidos a unas botas y

unos calcetines bastante graciosos.

Atrás de ellos había un camión de carga con

docenas de troncos de madera, unas cuantas

hachas en ella y dos o tres trapos

desgastados.

Se podía escuchar como golpeaban una y

otra vez esas horrendas hachas a los pobres

arboles hasta derribarlos. Una vez en el suelo

le quitaban las hojas y las raíces, las dejaban

tiradas en el bosque, tomaban el puro tronco

y los ponían en los camiones.

El proceso anterior cientos de veces fue

repetido. Conforme iba avanzando el río

podía ver todo lo que habían hecho antes de

llegar a donde estaban. El bosque no tenía

más árboles solo uno o dos habían

sobrevivido a esa oleada de destrucción. En

los árboles que quedaban, los animales se

Page 78: Solo soy un vaso

peleaban por vivir en los pocos hogares que

habían ahí. En sus caras podía ver la

desesperación de que la comida comenzaba

a escasear pues muchos de los ahí presentes

se alimentaban de frutos o raíces Ya era

demasiado triste ver eso, cuando llego un

camión (excavadora) junto a otros carros de

construcción al bosque. Yo pensé que solo

iban a pasar por ahí, estaba mal pero no

tanto como lo que iban a hacer...

Cada minuto llegaban más y más camiones

iguales a la escena. Llegaron unos más

pequeños y empezaron a tirar una mezcla

gris, como una pasta con unas cuantas

piedras en ella. Detrás de ellos llegaron unos

carros que tenían en su techo cientos de

varillas. En tan solo una hora habían

construido la estructura de lo que parecía ser

un supermercado. Pasó de ser un hermoso

bosque a uno de millones de supermercados

Page 79: Solo soy un vaso

que existen Alrededor de todo el avanzado

mundo. ¿Porque deberían destruir algo tan

lindo... solo para cumplir un capricho

comercial?

Miles de personas estaban trabajando en esa

terrible estructura mientras yo solo podía ver

desde lejos.

El río pasaba estremadamente lento, en tan

solo tres horas seguía viendo al osito y la

madre... supongo que tanta basura no

dejaba que el agua fluyera bien.

El aroma de la pasta gris de la que estaba

hecha la estructura se podía oler desde

kilómetros atrás. Era muy fuerte el olor, tanto

que me comenzaba a doler la cabeza. Pero a

lo lejos... ¿era él? Poco a poco se acercaba

hacia mí. Desde lejos se podía notar que iba

hacia mí... sus ojos en mí estaban clavados.

Una vez que estaba cerca pude comprobar

que en efecto, era él... el hijo de Francisco

Page 80: Solo soy un vaso

que continuaba saliendo en mis sueños. Y ni

siquiera sé su nombre, creo que sería hora

de averiguarlo.

-Este... se que nos hemos visto muchas

veces pero... ¿cómo te llamas?- dije con un

poco de vergüenza pues creo que es lo

primero que debí decir, aunque no me

culpo... supongo que cualquiera hubiese

hecho lo mismo.

-Mi nombre es algo raro y preferiría

mantenerlo en secreto pero puedes llamarme

como gustes.- dijo mientras sonreía

alegremente. No es la respuesta que

esperaba pero bueno, al menos se que le

puedo decir de cualquier manera sin que se

moleste...

-Esta bien niño, ¿donde estamos?- pregunté

asustado al ver que estábamos suspendidos

en el aire.

-¿Ahora mismo? A punto de caer, pero

Page 81: Solo soy un vaso

primero quiero que sepas como se ven las

calles de la ciudad.- dijo mientras bajaba un

poco su mirada, se veía desesperado.

Al llegar a las calles, era como si fuésemos

invisibles, al parecer nadie notaba nuestra

presencia. Es decir en mí es normal pero creo

que las personas reaccionarían distinto si

vieran a un niño flotar.

Podía ver las calles llenas de vasos, botellas,

bolsas, papeles y otras cosas adornando la

calle. Pero algo me llamaba la atención en

especifico... la mirada de la gente. Gente de

todas las edades portaban esa peculiar cara

que tanto me llamaba la atención. Fijé mi

vista en la basura de la calle y podía ver que

permanencía ahí... simplemente nadie tenía

la voluntad de levantarla. Voltee a ver la cara

de las personas y era una combinación entre

felicidad y “no lo vi” o “no es mio”. Algunas

tenían una cara de “como si me importase...”

Page 82: Solo soy un vaso

Ignoraban por completo el hecho de que día

a día se agregaba una capa de basura a las

calles por las que caminaban. Esa escena era

triste... como dicen por ahí: estaban cavando

su propia tumba. Si sabían que estaba

contaminando todo lo que necesitan para

vivir, ¿porque seguir contaminando? Algún

día el planeta cederá y no será habitado de

nuevo, ¿que pasará con la gente?

Después de algunas horas de observar la

ciudad, trataba y trataba de comprender lo

que estaba pasando, sin embargo no había

nada que entender... estaban cometiendo un

error que pronto lamentarían. Decidí bajar e

intentar caminar un poco ya que era mi

sueño y podía controlarlo ¿NO?

Así que bajé a la calle y caminé unos minutos

mientras observaba la reacción de la gente.

Cerré los ojos y cuando los abrí el tiempo se

había detenido, nadie estaba hablando ni

Page 83: Solo soy un vaso

mucho menos caminando. El silencio era

abrumados, un tanto siniestro y a la vez algo

triste pero por fin paz, algo que en este

mundo se escucha pocas veces. Camine por

las calles sin pensar a donde me llevaría pero

al ver a mi frente vi mi camino entre la

gente... me dirigía a un hospital. Me asomé

por la ventana y vaya sorpresa que me llevé;

sentía que una lágrima brotaría en cualquier

momento, mi corazón (por así llamarlo) se

aceleraba rápidamente. Por la ventana pude

ver a John sentado en una silla volteando a

ver una camilla. Entré por la ventana y pude

ver a Francisco postrado en la cama, el

electrocardiograma así se había detenido y

John estaba al borde del llanto. En eso, una

ráfaga de viento entró por la puerta y me tiró

de la ventana, estaba paralizado... tanto que

no alcance a reaccionar. Era una caída lenta y

parecía que tendría un final desastroso,

Page 84: Solo soy un vaso

Cuando estaba a punto de caer y estrellarme

contra el frío piso... este se empezó a

desmoronar. Al caer era como un gran túnel

de tierra, una que otra raíz salía formando un

complicado lugar.

Mientras caía no podía sacarme la imagen de

Francisco postrado en una camilla del

hospital de mi débil y común mente. Al caer

abrí los ojos y estaba de nuevo en aquel

sucio río. Estaba tan impactado por lo del

hospital que cuando me dí cuenta había

llegado a una orilla, que curiosamente iba a

dar a la ciudad de nuevo. En este punto

parecía no importarme en lo absoluto lo que

me pasaría, si un perro me lamía o un pájaro

me picoteaba en busca de algún gusano ya

no importaría. Solo estaba esperando el

momento en que alguien me tirara de una

buena vez. En eso, una imagen iluminó la

escena de gente como seres irresponsables.

Page 85: Solo soy un vaso

Una pequeña niña a lo lejos estaba

recogiendo vasos, botellas, platos y cosas de

esa naturaleza para después meterlos en una

bolsa negra. Ella portaba un hermoso vestido

azul con unos cuantos puntos blancos,

botones y un listón en la cintura. Por como

veía diría que tenía entre cinco y seis años.

Era lindo ver que alguien hacía ésto. En eso,

lo que espere miles de minutos paso. Corría

hacia mí mientras reía sanamente girando

sus pequeños brazos. No dudé ni un segundo

en mirar mi libro de gestos y sentimientos...

esa cara nunca la había visto desde que

estuve en esta ciudad... era como alegre. Sus

mejillas se sonrojaban constantemente. Me

tomó con ambas manos y me puso en la

bolsa. Solo podía sentir como corría y podía

solamente su linda risa escuchar.

-¡JAJA, Eli! ¿que traes ahí pequeña?- exclamó

una voz adulta... sonaba como si fuera su

Page 86: Solo soy un vaso

familiar.

-¡Hola mami! Son solo cositas que me

encontré por ahí... jijiji- Dijo la pequeña que

al parecer se llamaba Eli. Entramos a la casa,

me puso en el suelo junto a la demás basura

y se sentó a comer.

10:00 am seguíamos en la sala hasta que

alguien nos tomó. Se abrieron unas

puertas... sonido inconfundible. Segundos

después se escucharon varios ladridos, le

calculo que ahí había mínimo cinco perros.

Nos puso en una parte un poco elevada del

nivel de suelo, tal vez era una lavadora o

algo así. Permanecimos ahí quietecitos, horas

en las que los perros no dejaban de ladrar.

Creo que estaban entrenados para ladrar a

coro, era una melodía alterante.

-Mami...- se escucho dentro de la casa, era

Eli.

-Mande pequeña.- respondió alegremente su

Page 87: Solo soy un vaso

madre.

-¿Dónde has puesto la bolsa negra que

estaba en la sala? -pregunto Eli.

-Están sobre la secadora nena- Le dijo la

mamá mientras se alejaba un poco. Podía

escuchar como se acercaban los pequeños

pero rápidos pasos de Eli. Nos tomó con sus

pequeñas manitas y , se dirigió al bote de

basura, nos abrió y exclamó.

-A ver si hay algo lindo por aquí...-

Mientras nos iba vaciando en el bote de

basura, se fijaba en todo lo que caía hasta

que me vió. En ese momento bajó la bolsa

negra y la puso en el piso del patio. Me miró,

me agarró con ambas manos y me separó

del resto. Minutos después la bolsa había

acabado en la basura a excepción de mí y

otros dos vasos. También había unos cuantos

popotes, dos o tres servilletas y unas cuantas

placas de plástico. Se escuchó la puerta y su

Page 88: Solo soy un vaso

risa mezcladas segundos después. Llegamos

a unas grandes escaleras con un lindo

barandal de metal para sujetarse al subir o

bajar. Caminó poco atrás de las escaleras y

respiró profundo, se lanzó a toda velocidad a

las escaleras y las subió saltando escalón por

escalón.

-Uno, noventa y ocho, veinticuatro, treinta y

seis...- contaba la pequeña a medida que

subía. Tarareaba canción tras canción. Eran

hermosas canciones... mejores que todo lo

que había escuchado desde la fábrica juntos.

Al llegar a la planta alta pude notar como el

pasillo se ramificaba en dos complicados

caminos. El de la derecha parecía de una

princesa, el tapiz rosado le daba un toque

elegante y la alfombra roja parecía crecer de

la imaginación de Eli. Por el otro lado el

camino era un poco más serio. En lugar de

un tapiz rosado y alegre, las paredes estaba

Page 89: Solo soy un vaso

tapizadas con muchas fotos distintas pero en

todas salían sólo dos personas. Un hombre

alto y de buen aspecto acompañado de una

linda dama. Mientras el sujeto de ese

divertido corredor era un lindo diseño de

mosaicos azules y verdes ... un poco alocado.

En fin, Eli tomó el camino rosa, coloco una

pequeña corona dorada de plástico sobre su

cabeza y se puso unas zapatillas plateadas,

también de plástico en sus pequeños pies

mientras recorría el pasillo con gran estilo.

Al terminar el pasillo, nos encontrábamos en

un cuarto que parecía habían sacado de un

cuento de hadas. Todo era de color rosa...

literal. Había una linda cama con una linda

cobija rosa con unos cuantos adornos color

rosa y otros cuantos color rosa más claro. No

puso en el suelo, que por cierto estaba

alfombrado en su totalidad (de color rosa) y

se sentó junto a nosotros con una pequeña

Page 90: Solo soy un vaso

caja de zapatos. Al abrirla, en su interior

había tijeras, cinta, marcadores, pegamento,

diamantina y otras cosas del estilo. A partir

de ahí no recuerdo nada más por el

momento. Lo ultimo que vi fueron sus

manitas con un marcador negro acercarse a

mí simple personas. D... después de eso todo

esta borroso. Esta vez no vi al pequeño niño

a la hora de soñar... solo me veía a mí

corriendo dentro de una masa de caos.

Decidí cortar ese sueño lo más antes posible

pues creo que el final había marcado mi vida

permanentemente. Nada que comience así

podía terminar feliz. Pero por más que lo

intentaba el sueño seguía. En el fondo, una

voz me llamaba... decía mi nombre una y

otra vez en un tono de desesperación... como

pidiendo ayuda mientras yo sólo podía

pensar en correr. Cada vez menos personas

corrían en las calles. Cada minuto que

Page 91: Solo soy un vaso

pasaba desaparecía alguien. Cuando todos

habían desaparecido (menos yo) los

automóviles, edificios, botes de basura e

incluso algunos juegos de los solitarios

parques comenzaban a desvanecerse.

Cuanto pude ver... no había nada más. Una

maniaca risa inundaba el lugar a medida que

se hacía cada vez más y más fuerte yo me

asustaba más...

-JA...JA...JA...JA- se escuchaba una y otra

vez. El sonido me tenía más que harto.

Cuando dejó de tener ese tono de risa y

empezó a reemplazarlo por un sonido como

un grito...

Pasaron minutos de llantos y gritos en el

lugar... era triste no saber de donde o porque

mencionaba mi nombre con tanta frecuencia.

-Uhm... creo que están listos.-

De la nada aquella macabra voz cambio por

la de Eli. Abrí mis ojos y me estaba viendo

Page 92: Solo soy un vaso

fijamente. Nos tomó a todos y nos puso

frente a un espejo para ver algo que no me

esperaba. Eli me había restaurado

completamente... el río, la fábrica, el perro,

el gato y todo eso me había dejado bastante

maltratado pero ahora estaba completamente

nuevo. Y por si fuera poco, Eli me había

puesto brazos y piernas hechos de popotes y

pedacitos de plastilina. También había

pegado en la parte inferior de mí, un par de

ojos y había dibujado una linda sonrisa...

cosa que nunca pensé tener. Literal... mi

sueño hecho realidad. Al ver a mis costados,

otros dos vasos también tenían brazos, pies y

caras. Detrás de nosotros había una pequeña

casita hecha con una caja de cartón. Ya

eramos sus juguetes.

Horas pasaron y nosotros solo nos

dejábamos manipular para que ella inventara

miles de historias. En varias yo era un super

Page 93: Solo soy un vaso

héroe... salvaba al mundo al lado de mi

familia...

Todo era risa tras risa, nunca me había

sentido útil pero esto estaba a punto de

cambiar por completo...

Las risas de Eli se interrumpieron por los

gritos desesperados de su madre, le indicaba

que tomara su mochila y que bajara lo más

rápido posible. También le dijo que se pusiera

ropa muy gruesa pero que bajara pronto...

Eli nos tomó y nos metió en su mochila. Se

puso una chamarra, una gorra, botas de hule

y bajo a la estancia donde se encontraban

sus padres.

Esto estaba mal, yo lo podía detectar pero Eli

era demasiado inocente para notarlo. Su

madre corrió hacia Eli y disfrazando el

problema que desconocía le dijo.

-Eli vamos a jugar un divertido juego, pero

tienes que seguir mis instrucciones

Page 94: Solo soy un vaso

cuidadosamente ¿va?- Dijo su madre con la

sonrisa más fingida que había visto, pero su

estrategia le había funcionado para engañar

a la pequeña Eli... no a mí.

-Ok mami, te escucho.- Dijo Eli deseosa de

jugar.

-Cuando yo de la señal, correremos al auto.

El primero que llegue habrá ganado el primer

desafío mientras que el ultimo perderá dos

puntos.-

Su voz no terminaba de convencerme... esto

estaba muy mal... pero ¡¿QUÉ?!

Su padre solo podía disimular su juego

también mientras cargaba unas cuantas

bolsas de tela cubiertas con capas y capas de

plástico

La madre dio la señal y como lo había

planeado los tres corrieron al auto. Eli seguía

ansiosa, pues siendo la más joven también

fue la más rápida. Sus padres comenzaban a

Page 95: Solo soy un vaso

desesperarse pues no podrían fingir por

mucho tiempo. Papi llevaba menos dos

puntos y Eli iba a la delantera. Para no

alterarla, encendieron el reproductor de

música así ningún ruido podía entrar al carro

y su madre añadió que no se debía mirar por

las ventanas... eso ya estaba MUY mal...

En las calles todos estaban dejando sus

cosas... todos estaban corriendo tomando lo

que podían incluyendo mascotas, hijos y

cosas de esa naturaleza. Las calles estaban

repletas de carros.

Mientras Eli solo sonreía pues continuaba

pensado que había ganado el primer desafío

El juego de su madre estaba saliendo como

ella lo deseaba pero no bastaba para hacerla

feliz... seguía preocupada.

En eso, la mamá volteó a ver a Eli,

cambiando totalmente su mirada por una de

felicidad y entusiasmo.

Page 96: Solo soy un vaso

-Muy bien nena, viene el segundo reto. Ves el

edificio grande... GRANDE de por haya?

(apunto al edificio)-

-Si mama, ¿que tengo que hacer? Lo que sea

puedo, se que ganaré...- Pregunto Eli

sonriendo.

-Bajaremos del carro y entraremos a él, pero

no se vale mirar a los lados o hacia el cielo,

tienes que ir mirando al piso delante tuyo

solamente, si no es trampa ¿de acuerdo?-

Eli solo asintió con su pequeña cabeza.

Segundos después, su madre grito “ahora”.

Vaya juego el que estaban jugando...

Eli bajo del auto y tomó la mano de sus

padres y miró fijamente la puerta por la que

habrían de entrar, pues no quería ser

descalificada. Pero las palabras “no se vale

mirar a los lados o hacia el cielo” me

alteraban más y más. Decidí ver por mí

mismo lo que la madre de Eli le estaba

Page 97: Solo soy un vaso

escondiendo a la pequeña... algo que

lamentaría haber visto.

Al ver, había gente sufriendo en el suelo de

las calles... estaban casi muertos... gritos y

gritos de agonía dominaban ahí pero Eli

parecía estar tan concentrada que no los

notó. Al parecer su competitividad estaba a

favor de su madre para hacer esto funcionar.

Ahora veo porque le había dicho que no lo

viera, pero creo que era necesario saber la

gravedad de la situación. Aún no lograba

entender qué estaba pasando, pero seguro

era muy peligroso.

Al entrar al edificio, además de la familia solo

había cinco o seis personas más. Mientras

que en la puerta había gente agonizando

golpeando una y otra vez la puerta pidiendo

que los dejaran pasar.

-Llévate a la pequeña, Mildred, no queremos

asustarla...- Le susurro un alto señor a la

Page 98: Solo soy un vaso

madre de Eli. Ella al escuchar esto se llevó a

su hija a otra habitación.. pero Eli dejó ahí su

mochila, dejando que yo escuchara un poco

más de lo que estaba pasando.

-Señores, tenemos una hora antes de que se

desate por completo la lluvia de ácido. Si

esto les parece grave, estará MUCHO peor en

una hora... este edificio podrá protegernos

pero necesitamos que todos cooperen.

Primero que nada, ¿alguno de ustedes fue

tocado por la lluvia? De ser así recibirán

atención inmediata, aquí mi compañero es

paramédico.- Dijo el que parecía ser el líder

mientras que todos los demás negaron con

su cabeza.

El líder dividió el grupo en tres equipos de

dos integrantes cada uno, incluyendo al

padre de Eli.

-Equipo uno, cierren ventanas y puertas,

séllenlas con lo que encuentren. Equipo dos

Page 99: Solo soy un vaso

busquen todas las máquinas de comida que

haya y rómpanlas, tomen todo lo comestible

que este lejos de las paredes, puertas y

ventanas... no sabemos cuanto estaremos

aquí. Equipo tres, busquen escritorios,

papeleo, muebles, lo que sea y métanlos en

aquella oficina. Es en la que cabemos todos y

más alejada de las orillas, creo que ahí

estaremos seguros más que en cualquier

otra.-

Parecia ser algo mucho más grave de lo que

pensaba. Antes de que me diera cuenta,

estábamos en la espalda de Eli.

-Hija, el penúltimo desafío y mucho más fácil

que los demás: quédate aquí y no sigas a

mami...- exclamó la madre mientras señalaba

la oficina donde deberían meter los

escritorios y todo eso. Segundos después

comenzó a correr hacia las ventanas

cerrándolas una por una.

Page 100: Solo soy un vaso

Pero Eli no escucharía a su madre... no esta

vez...

Lo podía ver en sus ojos, ella quería ayudar,

así que corrió hacia las ventanas del otro

lado. Cerró una, cerró dos, cerró tres y la

cuarta... fue la desastrosa. La mochila se le

atoró en la ventana y yo salí volando. Eli sacó

sus pequeñas manos por la ventana

intentando alcanzarme y en efecto lo hizo...

pero eso... ¿era lo que yo pensaba?... ¿eso

que esta a punto de caer es eso?... era una

gota. Una gota de lluvia ácida que iba directo

a su cabello. En el fondo pude escuchar a su

madre gritar su nombre llorando. Cuando Eli

volteo hacia arriba, la gota ya iba a sus

ojos... era todo mi culpa. Si tan solo me

hubiese dejado caer... si me hubiese dejado

en su casa o es más... en el suelo... no

estaríamos en esta situación No podía mirar

como la unica persona que me había querido

Page 101: Solo soy un vaso

y había dado todo lo que siempre anhelé,

sufrir hasta la muerte.

Dos, tres... cuarenta y siete lágrimas de mis

ojos cayeron, pero no terminaría así. En eso,

todo el sonido se detuvo. Abrí mis ojos y se

había detenido el tiempo.

-Está bien, está bien... no pude verte llorar

un segundo más, bueno de hecho TU no

pudiste verte llorar un segundo más. En fin,

tranquilo que a ella no le pasara nada, por

ahora.- exclamó el niño.

-¡QUIERO SALI DE AQUI! ¡PORFAVOR! - grité

con todas mis fuerzas llorando.

-¿Y? ¿Yo que puedo hacer? ¿Que me crees

super héroe o que onda? Soy tan solo un

producto de tu imaginación Pero sabes... tu

mente puede hacer más de lo que piensas.-

Esto no me ayudaba de nada, o al menos eso

creía

Solo podía pensar que esto no sería eterno,

Page 102: Solo soy un vaso

tarde o temprano el tiempo habría de seguir.

Eli moriría y yo solo podría ver a sus padres

sufrir... todo por mi culpa. Solo deseaba

volver antes de que la humanidad pisara la

Tierra. Tal vez así el planeta sería como

debería.Tal vez... solo tal vez de esta manera

el aire y el agua podrían continuar siendo

seguros y lo más importante. ¡Tal vez así, ELI

NO DEBERIA MORIR! Yo no existiría y nada

de esto hubiese pasado.

-Seguro que quieres eso?- decía una voz

grave en el fondo escondido entre las

sombras. Sin pensarlo dos segundos dije que

si. En eso, salió de las sobras y... era yo...

estaba parado enfrente de un espejo

hablando conmigo mismo. De repente, pude

ver como regresaba el tiempo...

¿Porque tenía que terminar así? ¿porque yo?

Ahora en mi mente, me sentía como un

asesino pero creo que el mundo estará mejor

Page 103: Solo soy un vaso

así. Y si, cuando termine el viaje yo habré

muerto. Aquí empecé y aquí terminaré. Viví

una larga vida y vi muchas cosas que hubiera

preferido no ver. A pesar de gente como Eli,

no la habría visto sufrir si alguien me hubiera

tirado a la basura. Estuve tan cerca tantas

veces... ¿y nadie fue capaz de hacerlo?

Pero no hay nada que hacer, ya no hay

marcha atrás. Y lo único que espero es que

cuando la historia vuelva a comenzar, los

humanos cuiden mejor lo que hacen... nadie

merece vivir lo que yo viví.