solo para hombres

166

Upload: abcprostata

Post on 18-Jun-2015

691 views

Category:

Documents


25 download

DESCRIPTION

El libro de Antonio César Morere que revela como venció al cáncer de próstata y enseña a prevenir las enfermedades prostáticas que amenazan a la mitad de los hombres mayores de 50 años en todo el mundo.

TRANSCRIPT

Page 1: Solo Para Hombres
Page 2: Solo Para Hombres
Page 3: Solo Para Hombres

3

¡Gracias, Hermenegildo Sábat!

Page 4: Solo Para Hombres
Page 5: Solo Para Hombres

5

Prólogo

He sido invitado por el autor a prologaresta obra en mi carácter de médico y con esa óptica he llegado a sus contenidos.

Diré que primero me pareció lapresentación de una historia clínica conabundantes detalles; luego comprobé que la misma excedía esa catalogación y que con el correr de los capítulos se iba diseñando un mensaje de esperanza y optimismo.

La técnica sanitarista lo colocaría como un brillante trabajo de Educación para la Salud, dirigido a la prevención de la enfermedad.Pero considero que encuadrar este ameno relato dentro de las pautas exclusivamente profesionales, sería asumir una posición de crítico tecnócrata y no la de un lector que se ha deleitado con las descripciones de cadauna de las situaciones que el autor vivió y escribió.

Es justamente este aspecto sobre el que quiero hacer el análisis como médico.

Toda persona que, por las circunstanciasde la vida, debe llegar a asumir el rol depaciente, lo hace en primer lugar con

Page 6: Solo Para Hombres

temores y reservas sobre lo quemisteriosamente le depara el destino, con la ansiedad y la pretensión de salir sinsecuelas de la escena; con el deseo deolvidar rápidamente todos los detallestraumáticos y reducirlos a simplesproblemas existenciales, fugaces yanecdóticos con un final feliz.

Pero cuando la dimensión de la situaciónes tan grande, con el dramatismo de lapalabra cáncer se oscurece toda la trama del argumento. Esa tremenda realidadestremece la escena, borra toda fantasía y ya el rol a representar es tan difícil yangustiante que muchos pacientes loasemejan a un crudo diálogo con la muerte misma del que resulta difícil retenerdetalles.

En este contexto, el autor ha mantenido la serenidad y se ha desbloqueado de sustemores, ha podido conservar la objetividad en sus vivencias volcándolas en un relato muy bien estructurado. La secuencia de los capítulos generan en el lector la necesidad de continuar sin pausa avanzando en latrama.

El escritor no sólo muestra cómo logrósuperar su crisis personal, sino que también su interés (y aquí aflora su profesión deperiodista) lo llevó a bucear en los áridos

Page 7: Solo Para Hombres

7

caminos de diagnósticos, estudiosepidemiológicos y tratamientos médicos. Así nos regala en el epílogo una serie derecomendaciones y consejos de prevención, con la sana pretensión de suplir la falta de campañas masivas para esta patología que, como otras, está olvidada en las políticassanitarias nacionales e internacionales.

Ante lo ameno de este relato, que señala la fuerza de espíritu del autor para superar los reveses y la loable intención de transmitirun mensaje de esperanza a los potenciales pacientes, me inclino a recomendar lalectura y utilización de este libro comoreferente sobre la patología prostática.

Dr. Enrique David CasirolaMédico

Nació en La Plata el 29 de noviembre de 1931. Casado. Tres hijos.Obtuvo su título de doctor en medicina, en la Universidad Nacional de La Plata, el 6 de febrero de 1960.Ejerció la medicina rural durante 13 años, a partir de 1961, en Buena Esperanza, capital del departamento de Gobernador Dupuy, en el sur de la provincia de San Luis.Fue director del Policlínico Regional de San Luis, en la ciudad capital y ejerció cargos de

Page 8: Solo Para Hombres

conducción en el área de Salud Pública de esa provincia.Retornado a La Plata, desde 1983 ocupócargos jerárquicos en la Dirección deMedicina Asistencial del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires.Especializado en tocoginecología durante 30 años, posee, además, los siguientes títulos de postgrado: Administración y Organización Hospitalaria (Universidad Nacional delLitoral), Diplomado en Salud Pública(Universidad Nacional de Buenos Aires),Médico Laboral (Escuela de Sanidad,Ministerio de Salud de la provincia deBuenos Aires).

Page 9: Solo Para Hombres

9

Dedicatoria

A Mary, mi esposa, quien como ennuestros 36 años de casados, supoinfundirme alegría y confianza durante miinternación hospitalaria -lo mismo que mishijos María José, mi nieta Ayelén, Francisco Javier y su novia Sonia Amato - operado de cáncer de próstata.

Al doctor Jorge Malaspina, el urólogocirujano quien no sólo me operó sino que me atendió con una dedicación y calidadhumana que no abundan en los hospitales (ni fuera de ellos).

Page 10: Solo Para Hombres
Page 11: Solo Para Hombres

11

Medio siglo después

Hace medio siglo que escribo todos losdías. Millares de carillas salieron de mi máquina de escribir y, desde hace algunos años, de mi computadora. Si fuera posible reunir todo ese materialalcanzaría para editar varios libros. Pero no escribí ninguno. O, mejor dicho, escribí uno, el primero, que es este. Todo lo que escribí durante medio sigloestuvo dedicado a un solo tema: la política. Monotemático, dirán algunos; aburrido,pensarán otros, suponiendo que hay temas más atractivos, o divertidos, que la política. No me faltaron amigos que durante mucho tiempo me alentaron a escribir un libro.Sobre política, por supuesto. Esos amigos eran políticos, naturalmente. Uno de los que más insistió fue MiguelUnamuno. Todo un personaje. Historiador,diputado, embajador, ministro. Y peronista. Cuando se convenció que no me pondría a escribir un libro, pretendió que publicara una suerte de antología recopilando mis notasaparecidas en Clarín durante los 23 añosque trabajé en ese diario como jefe dePolítica.

Page 12: Solo Para Hombres

No lo creí necesario. Considero que la nota periodística es importante –o no- pero ese día, el día en que aparece. Hay periodistas que editaron libros coleccionando yreproduciendo sus propias notas. Yo notengo la vanidad de creer que a alguien le pueda interesar leer hoy lo que escribí hace 10 o 20 años. Con que lo hayan leídoentonces me considero satisfecho. Por lo demás, si no escribí un libro no fue por falta de materia prima. No me faltanpersonajes, ni argumentos, ni anécdotas;tampoco me falta imaginación. Mi carencia es el tiempo. Si paso buena parte del día y de la noche escribiendo periodísticamente,¿que tiempo podría dedicar a escribir unlibro?. Y si dejo de escribirperiodísticamente, ¿cómo podría pagar laalimentación, indumentaria, vivienda,paseos, míos y de mi familia?. Es mi medio de vida, de manera que cuanto más notas redacte, mejor viviré... aunque no siempre ocurra así. ¿Que pasó, entonces, que me hayadeterminado a escribir este libro?. Pues algo que me golpeó fuerte. Los periodistasestamos acostumbrados a escribir sobre lo que les pasa a los demás. No trabajamos de protagonistas, sino de testigos y relatores. Pero cuando algo nos ocurre a nosotros, nos vemos precisados a abandonar la cómoda posición de observadores. Pasamos a serparte de la realidad.

Page 13: Solo Para Hombres

13

Cuando una dolorosa realidad golpea a las personas, estas pueden reaccionar dedistinta manera. A veces dramáticamente.Lo mismo le puede ocurrir al periodista. Pero este tiene una ventaja: también puedereaccionar escribiendo; ser el cronista de su propia realidad, alegre o dramática, como lo fue de tantos otros hechos que le eranajenos. El acontecer político no es el tema delrelato que iré desgranando en las siguientes páginas. Pero para satisfacer, aunque seamínimamente, a quienes me alentaron aescribir un libro sobre cuestiones políticas,he incluido algunas referencias tomadas de mi anecdotario político y periodístico. Creo que, de paso, ayudará a que la lectura no resulte demasiado tediosa. He escrito un libro. Modesto, pequeño,pero libro al fin. Es un avance en el rastro que todo hombre debe dejar comotestimonio de su vida, según el proverbio árabe: no sólo tuve un hijo, sino tres y he plantado no uno, sino varios árboles. Actualizando el proverbio diría que me falta donar un órgano. No será la próstata.

Page 14: Solo Para Hombres
Page 15: Solo Para Hombres

15

Con la angustia dibujada en el rostro

Boris, 62 años, es un periodistaacreditado en la Casa de Gobiernobonaerense, en la ciudad de La Pata, donde me desempeñé durante 8 años comodirector de Prensa, entre 1991 y 1999,acompañando la gestión del entoncesgobernador Eduardo Duhalde. Jodón, alegre, viajero infatigable, a Borisjamás se lo veía preocupado. Cuando nos cruzamos en un pasillo de la Gobernación yo sabía que me había estado buscando desde el día anterior, pero ignoraba el motivo.- ¿Te puedo ir a ver ahora?, me preguntó. El gesto y la voz revelaban un inocultableestado de angustia desconocido en él. Se lo notaba urgido por mantener ese encuentro conmigo pero, ¿para que?. Era obvio que se trataba de algo personal, que nada teníaque ver con nuestro trabajo.- En cinco minutos subo a la oficina. Teespero, respondí.Llegó puntualmente. Estaba ansioso por

exponer el problema que lo aquejaba: leiban a practicar una biopsia pues veníasufriendo ciertos trastornos urinarios que el médico, luego de realizar algunos estudios, interpretó que podrían ser síntomas de un

Page 16: Solo Para Hombres

cáncer de próstata. Esa presunción lo había angustiado tanto como yo lo había advertido en el fugaz encuentro del pasillo. Borisrazonaba así: - Si el ex presidente francés FrançoisMitterrand y el famoso actor Telly Savalas, con todos los medios de que disponían,murieron de cáncer de próstata, ¿que queda para mi?. Yo había retornado al trabajo luego de una operación de cáncer de próstata y Borisquería saberlo todo y buscar consejo: por qué razón me había salvado, si la biopsiaera dolorosa, si el resultado era confiable, si había sufrido mucho después de laoperación, si conocía la existencia de otras terapias no quirúrgicas... Aún no sabía si lo suyo era cáncer, pero ya estaba buscando respuestas que le dieran tranquilidad yesperanza. Se las brindé en un diálogo que nos llevó casi una hora. Me quedé muy satisfechoporque observé que había desaparecido de su rostro aquel rictus angustioso. Debí haber sido muy convincente, con esa convicciónque sólo da la propia experiencia.Cuando Boris se fue quedé pensando y me

interrogué a mi mismo: ¿Por qué Boris va a ser el único que aproveche mi experiencia en la lucha contra el cáncer de próstata?. Esa experiencia personal, ¿no puede servir para prevenir, salvar vidas y aliviar dolores, acercándola a muchos otros?. Estoy seguro

Page 17: Solo Para Hombres

17

que sí. Y con esa seguridad me puse aescribir este libro.

Page 18: Solo Para Hombres
Page 19: Solo Para Hombres

19

En defensa propia

La próstata, a contrapelo de su nombre femenino, es una glándula estrictamentevaronil. Es propiedad privada del hombre pero,como el hombre mismo, no tendría razón de ser ni justificaría su existencia si sóloacompañara al hombre en soledad: la mujer forma parte de esta historia. La misión de la próstata es servir a lafunción masculina que alimenta la relacióncon la mujer. Sexo, eyaculación, espermatozoides,reproducción, son vocablos de uso corriente en el lenguaje prostático. Es, entonces, una glándula dispensadorade placer y alentadora del amor, siaceptamos que el amor es componenteinseparable del sexo y que este es laherramienta que Dios brindó al hombre y a la mujer para garantizar la reproducción.Con semejantes méritos a cuesta, la

próstata debería ser honrada públicamente y consagrada como fiel exponente de lavirilidad. Se lo merece, mientras cumplacabalmente su papel. Pero no siempreocurre así: la mitad de los hombres mayores de 50 años son traicionados por la famosa glándula. Al llegar a esa edad, millones de

Page 20: Solo Para Hombres

hombres comienzan a cargar con unapróstata que, en lugar de conducirlos por el apetecible camino del placer, se transforma en una fuente de padecimientos. Yo pertenezco a esa mitad de la población masculina del planeta traicionada por lapróstata desde cuando, a los 63 años,asomaron los síntomas de una prostatitis, pero dos años después ingresé a la sombría galería –menos numerosa pero mássiniestra- poblada por uno de cada oncehombres, generalmente mayores de 65años, que padecen cáncer de próstata. Se estima que en nuestro país cada año mueren 3.000 hombres como consecuencia del cáncer de próstata. Durante 1995 fueron hospitalizados en Estados Unidos 187.000 hombres afectados por ese mal. Un tercio de ellos murió. Es la segunda causa de lamuerte por cáncer, luego del cáncer depulmón. En Venezuela son diagnosticados 7 casos diarios de esa enfermedad (*). Pese a los avances de la ciencia, lasperspectivas de fin de siglo no son, porcierto, alentadoras. Se advierte un paulatino descenso en la edad de los enfermos y un consecuente aumento de los casos que, en el 2.000, podrían superar en un 30 porciento o más los registrados a principio de la década. (Nota del autor: este libro fue escrito en 1999. Aún no se conocen las estadísticas de los añossiguientes).

Page 21: Solo Para Hombres

21

Pero no se debe pensar que contraer esta enfermedad equivale a una inevitablesentencia de muerte. Yo estoy aquí paracontarlo, procurando guiar a miscongéneres, a partir de mi propiaexperiencia, por el camino que los conduzca hacia “la otra mitad” de la población mundial masculina que transita el segundo mediosiglo de vida sin padecimientos prostáticos, o disipando temores si la próstata ya los ha traicionado. Sin negar que cada caso es distinto, me pregunto: si con la ayuda de Dios y ladedicación de los médicos he derrotado alcáncer de próstata, ¿por qué no podránhacerlo otros que lo estén sufriendo o,mejor aún, evitar que aparezca y losamargue?. Hombres del mundo: en defensa propiaintentemos, juntos, vencer a nuestroenemigo.

(*) Estos y otros datos estadísticos figuran enInternet. Quien tenga acceso a la red con sóloseleccionar un buscador y pedir datos de próstatalos obtendrá en abundancia.

Page 22: Solo Para Hombres
Page 23: Solo Para Hombres

23

Señal de alarma

Junio de 1996. Hace algunos meses que vengo experimentando una molestia urinaria caracterizada por dificultad en la micción.Dicho de otro modo, sentía ganas de orinar pero no me resultaba fácil hacerlo,especialmente al comenzar. Finalmenteaparecía un chorrito tan finito que dabalástima. Además, era frecuente tener quelevantarme a orinar, hasta tres o cuatroveces cada noche, Con estos síntomas llegué al consultorio del doctor Jorge Malaspina, jefe del servicio de urología del hospital Italiano de La Plata. Las paredes mostraban coloridas láminascon ilustraciones de próstatas, cómo se las veía al ser afectadas por determinadasdolencias, y textos explicativos sobre lossíntomas de cada enfermedad prostática.Que mejor oportunidad para irfamiliarizándome con mis propios males. El aprendizaje fue rápido. Tanto, que al llegar el doctor Malaspina pude decirle:- Doctor, le he ahorrado un trabajo.Mientras lo esperaba, con la ayuda de estas láminas pude hacer mi propio diagnóstico: sufro de prostatitis. El doctor Malaspina tomó en serio midiagnóstico pero, además, quiso hacer el

Page 24: Solo Para Hombres

suyo, comenzando por practicar un “tacto rectal” que, más allá que pueda prestarse a alguna humorada, no provoca dolor nisensación desagradable. Se trata, previacolocación de guantes descartables decirujano, de introducir un dedo en el recto, llegar a la próstata y palparla. Este “tacto” le brinda al especialista mucha información,pudiendo determinar en el acto si laglándula está inflamada, si aumentó sutamaño normal y hasta recoge indicios sobre la posible presencia del enemigo mástemible: el cáncer. El diagnóstico preliminar confirmó el queyo había imaginado luego de leer lasláminas que adornaban las paredes delconsultorio: era prostatitis. El “tacto” había revelado que la próstata estaba aumentada de tamaño pero –una a favor- no mostraba evidencias de haber sido atacada por elcáncer. De todas maneras el doctorMalaspina indicó una ecografía para mayor seguridad, que no hizo sino confirmar todas sus presunciones, ofreciendo precisión encuanto al agrandamiento de la glándula,cuyo volumen y peso –37 gramos- eran casi el doble del volumen y peso normales. Inicié el tratamiento con Blavin(terazosina) de 5 miligramos y el resultado fue tan rápido como asombroso: antes de la primera semana habían desaparecido lasdificultades urinarias.

Page 25: Solo Para Hombres

25

Alerta rojo

Mayo de 1998. Como las molestiasurinarias no volvieron a presentarse y, por supuesto, no deseaba que se repitieran, creí conveniente seguir tomando el medicamento que me diera tan buenos resultados. Así lo hice por mi cuenta durante casi dos años: no pensé más en la próstata y olvidé aldoctor Malaspina. Este fue un error. Ungrave error en el que ningún hombrerespetuoso de su propia salud debería caer. Habían pasado 23 meses desde aquellaprimera consulta al urólogo cuandoacompañé a mi esposa al hospital Italiano de La Plata. Mientras ella aguardaba seratendida por su médico, tuve una felizaunque tardía ocurrencia: visitar al doctorMalaspina. Excelente fisonomista y médicoasombrosamente memorioso, pese altiempo transcurrido el urólogo me recordaba y, más importante aún, recordabaperfectamente mi caso clínico. - “Pensé que había cambiado de urólogo”,me dijo sin disimular una sonrisa, comopara que no me sintiera mal por mi demora.- “De ninguna manera”, respondí, creyendo que así quedaba mejor, pero no.

Page 26: Solo Para Hombres

- “Hubiera preferido que durante todos estos meses continuara el tratamiento con otroespecialista. No debió dejar pasar tantotiempo sin controlarse”. Y tenía razón. Mucha razón. Se trataba entonces de recuperar el tiempo perdido. Comenzó el doctor Malaspina por practicar un nuevo “tacto”, que no revelóuna situación más preocupante que en laanterior consulta. Pero era necesarioprofundizar el diagnóstico, que permitieradescubrir –o descartar- eventualessorpresas que, lamentablemente, se iban a producir. Una nueva ecografía vésico-prostáticadeterminó que la próstata había seguidoaumentando de tamaño, alcanzando un peso de 48 gramos, sensiblemente mayor quehace dos años. Ahora sí, peso y tamaño duplicaban holgadamente los valoresnormales. La hipertrofia había adquirido un desarrollo alarmante y requería unarespuesta inmediata. Hoy a nadie asusta la prostatitis ehipertrofia. Menos al doctor Malaspina. Para combatir el mal cuenta el médico con unarsenal de eficaces medicamentos queevitan, como ocurría en otros tiempos, la necesidad imperiosa de aplicar la soluciónquirúrgica. Pero antes de pensar enremedios para esas dolencias era necesario descubrir si no se había emboscado en la próstata un enemigo mucho más temible,

Page 27: Solo Para Hombres

27

cuyo solo nombre hace estremecer: elcáncer. El primer paso fue un análisis de sangrepara determinar el PSA, sigla inglesa delantígeno prostático específico. Si un hombre mayor de 50 años se precia de ser responsable, pretende seguir siendo útil muchos años más, aprecia su salud,ama a su familia, en fin, prefiere el trabajo y la diversión antes que consumir su vida en un hospital, ese hombre no debe olvidar de hacer, cada año, su análisis de PSA, cuyo resultado permite alejar, o afianzar, lasospecha de que el cáncer ha llegado a la próstata. Tardíamente, dos años después de aquel primer indicio de que algo no estabafuncionando bien, llegué al laboratorio para recibir el inofensivo pinchazo que tantasvidas puede salvar y evitar tan seriostrastornos. La demora en someterme a ese análisis iba a tener su precio. Sus resultados fueron, por cierto, alarmantes: frente a un valor normal de hasta 4,5, el valor hallado era de 20,9 (nanogramos por mililitro desangre).

Page 28: Solo Para Hombres
Page 29: Solo Para Hombres

29

Argentina!... Argentina!...

Un valor tan elevado de PSA de 20,9 si bien indica el grado avanzado de la

dolencia prostática -consecuencia de mipropia indolencia y descuido durante estosdos años- no necesariamente revela laexistencia del cáncer, pero torna imperioso -y urgente- determinar si tan indeseablevisitante ya se ha instalado. La respuesta la iba a dar la práctica habitual en estos casos: una biopsia. Y ese fue el camino indicadopor el doctor Malaspina. Acudí al Centro de Imágenes Médicas(CIMED) de La Plata, donde me instruyeron acerca de como debía prepararme el día de la práctica. Se trataba, básicamente, detomar un antibiótico y aplicarme una enema dos horas antes de realizar la biopsia,prevista para las 11,30. Luego, observarreposo 24 horas y, durante ese lapso, no conducir automóviles. He nacido y vivo en la Capital Federal. Más exactamente, trabajaba entonces en LaPlata durante el día y regresaba a mi hogar capitalino, durante las noches, a dormirjunto a mi esposa Mary, entre otrasprácticas nocturnas como, por ejemplo,cenar. Este ritmo de actividad explica porqué buscaba atención médica en institutos

Page 30: Solo Para Hombres

platenses. También explica por qué la noche anterior Mary y yo nos quedamos a dormir en el platense hotel Corregidor: eraimposible aplicarme una enema en Buenos Aires, abordar velozmente la autopista,llegar sin sobresaltos a La Plata ypresentarme en el CIMED a la horaseñalada, previo paso por algún baño. No es fácil disimular que es lo quesospecha el médico cuando indica unabiopsia. Sin embargo, ni Mary ni yo lohabíamos tomado dramáticamente, o por lo menos así lo aparentamos. Era evidente que ambos tratábamos de evitar que la angustia se instalara entre nosotros. Así es como viajamos a La Plata con cierto espírituexcursionista. Yo trabajé normalmente hasta las últimas horas de la tarde, luego nosencontramos con mi esposa y salimos apasear por el centro de la ciudad antes de retornar al Corregidor. Es un hotelconfortable, teníamos una hermosa vistahacia la plaza San Martín y el televisorservía para distraer nuestros pensamientos. Había sido una buena decisión venir a pasar la noche aquí. Así, casi alegremente, arribamos a lamañana del día señalado. Mi desayuno fue sumamente frugal, sólo líquido, como lohabían indicado en el CIMED. Allí llegamos a la hora indicada. Era una mañana muyespecial y el turno que me habían asignado coincidía con el acontecimiento que

Page 31: Solo Para Hombres

31

virtualmente paralizaba al país y que no era, precisamente, la punción que iban apracticar en mi próstata: lo que ocurría ese mediodía, en Francia, era nada menos que la selección argentina de fútbol enfrentaba a Croacia. Al presentarme en la recepción del CIMED se me ocurrió una humorada. Le dije a la señorita que me estaba atendiendo:- ¿El médico no se distraerá mirando elpartido mientras realiza la punción, y yosufriré las consecuencias?. La recepcionista no interpretó que setrataba de un chiste, consideró que yoestaba realmente preocupado y trató detranquilizarme:- No señor, no se preocupe, en esa sala no hay televisor. Con esa respuesta no sólo sepultó mispretensiones de humorista –nada peor lepuede ocurrir a un humorista que no leentiendan los chistes- sino también miexpectativa de ver el partido durante labiopsia. En el instituto no podía faltar, por cierto, un televisor que alimentara la pasióngenerada por el mundial de fútbol. Estabaubicado en una suerte de salita de espera colmada de médicos huérfanos de pacientes,ausentes porque habían elegido el partido en lugar de la consulta. Yo tampoco estaría

Page 32: Solo Para Hombres

allí de haber sabido, cuando me asignaron el turno, que ese horario coincidiría con tantrascendental acontecimiento, pues unabiopsia puede esperar, pero un partidomundial de fútbol no. Mary y yo habíamos logrado un lugar en la salita de espera frente al televisor ycomenzábamos a disfrutar las imágenes del partido, cuando una enfermera me anunció que había llegado el momento de abandonar la fantasía importada desde Francia yafrontar una realidad más cercana y menos gratificante: el doctor Poggio me esperaba para punzarme. Luego de tranquilizarme acerca de loinofensivo de la práctica, el médico me dió unas pocas indicaciones, comenzó su trabajo y, apenas terminó de hacer la primera de seis punciones en mi sufrida próstata, nos invadió el inconfundible grito de !Goool! ...procedente de la salita de espera donde los médicos, lo mismo que mi mujer, festejaban la primera conquista argentina, que iba aser la única, pero suficiente para alcanzar la victoria. Pineda se había convertido en elídolo de ese mediodía. Supongo que eldoctor Poggio habrá estado tentado desumarse a los médicos que disfrutaban elpartido y ver el replay del gol, pero pudo más su profesionalidad y se quedó frente a este otro televisor que sólo mostraba mipróstata a la que siguió cortándoleminúsculos pedacitos.

Page 33: Solo Para Hombres

33

El doctor Malaspina había indicado unabiopsia “utilizando técnica de sextantes, con guía ecográfica endorectal”. ¿Como setraduce esto desde la posición del paciente?. Tendido sobre una camilla, el paciente –queen este caso era yo- siente que el médico, con un aparato que le ha introducido en el recto, le va cortando pedacitos de próstata mientras sigue el proceso a través delmonitor de una computadora. Pese a ello, esta práctica no es dolorosa, no ocasiona siquiera molestias y termina antes de lo que podría imaginarse. El doctor Poggio no me había engañado cuando me aseguró quenada debía temer. Concluidas las punciones, el médico meindicó que permaneciera un rato en elinstituto, descansando y reponiéndome no se de que. ¿Que mejor lugar para descansar que la salita donde podía ver el partido?. Y allí me instalé, junto a Mary y a los médicos transfigurados en hinchas. Una solícitaenfermera me convidó un café y retornó al rato para informarme que ya podíaretirarme y volver en una semana pararetirar el resultado. ¿Como podía pensar que me iría antes que finalizara el partido?. Y llegó el final. Todos aplaudieron –aplaudimos- la victoria argentina.Cumpliendo la recomendación médica, Mary tomó el volante del coche y yo ocupé el

Page 34: Solo Para Hombres

cómodo lugar del acompañante. Cuandocirculábamos por la céntrica calle 7, unabulliciosa manifestación avanzaba en sentido contrario. Esta vez no era una de lashabituales marchas de protesta. Se trataba de una manifestación jubilosa agitandodecenas de banderas argentinas. Es que el fútbol, nuevamente, operaba el milagro de hacer prevalecer la alegría. A todos noshacía sentir ganadores.“Argentina!... Argentina!...”, era el grito de

los manifestantes platenses. Tandesbordante alegría se iba a repetir, másestridente aún, cuando derrotamos a losingleses. !Nada menos que a los ingleses!... Pero los holandeses sepultaron luego lailusión argentina. En apenas 90 minutos, el técnico Pasarela se transformó de héroe en villano. Los jugadores caían de suspedestales y dejaban de ser los ídolos de ayer. Como en la guerra y en otrasmanifestaciones del quehacer humano, no hay piedad para los vencidos.Toda esta filosofía de barrio, ¿tiene algo

que ver con la amenaza de un cáncer de próstata?. Si: por unos momentos, aquella alegría futbolera eclipsó todo atisbo detemor acerca de un posible resultadoadverso de la biopsia, aunque esteresultado, por lo menos en lo personal, sería mucho más grave y dramático que elregistrado en la cancha cuando Argentinafue eliminada. Luego, si no hay piedad para

Page 35: Solo Para Hombres

35

los vencidos, aún cuando hayan sidonuestros ídolos, tampoco tengamos piedad para derrotar a nuestro enemigoemboscado, el cáncer, pues armas yvoluntad no nos habrán de faltar.

Page 36: Solo Para Hombres
Page 37: Solo Para Hombres

37

Una siniestra noticia

Un hermoso día soleado, el sabrosodesayuno que nos sirvieron en el hotel y el hecho de que no se hubiera presentadocomplicación ni molestia alguna comoconsecuencia de la punción, contribuyeron a crear un clima festivo que nos alejó todapreocupación acerca del resultado de labiopsia, que conoceríamos en siete dias.Mary tomó el volante del coche, abordó la autopista y finalmente llegamos a casa. No fue una semana de angustiosa espera. La expectativa por el resultado parecía no alterar para nada nuestra vida. Mary había logrado convencerse –o lo aparentaba muy bien- que la biopsia era como una suerte de formalidad para descartar la presencia delcáncer. Yo alentaba esa hipótesis para no desanimarla, pero sin convicción alguna:había aprendido que tener 20,9 de PSAsignificaba no ya que el cáncer merodeaba a mi alrededor, sino que lo más probable era que ya se hubiera instalado. Y llegó el día de confirmar mis sospechas.No conozco a la doctora Marta Jones. Talvez no llegue a conocerla jamás. Pero fue ella quien, con su firma, me comunicó una de las noticias más siniestras que hayarecibido en toda mi vida. La doctora Jones

Page 38: Solo Para Hombres

es la patóloga que examinó las muestrastomadas por el doctor Poggio aquel día en que “le ganamos” a Croacia. En apenas dos líneas sintetizó el resultado: “Infiltración por adenocarcinoma grados 1 + 1, concompromiso del 40 % del parénquimaprostático. No se observa compromisocapsular”. Se me habían presentado dos problemas: combatir el cáncer, para lo que contaría con la ayuda de Dios y del doctor Malaspina y comunicar el resultado de la biopsia a miesposa, para lo que no contaba con ayuda alguna. Debería decírselo de la forma quecreyera más conveniente según mi propiaimaginación. Y como nada se me ocurrió,gané tiempo diciéndole que llevaría elresultado al doctor Malaspina, ocultando lo que ya estaba claro en el informe: se había detectado cáncer. Cuando estuvimos frente a frente, en su consultorio del hospital Italiano de La Plata, y luego de leer el resultado de la biopsia, el urólogo trató de ser algo elusivo:- Bueno... de aquí surge que se detectaron algunas células atípicas. Tal vez sea un defecto o un méritoprofesional, pero en tantos años deperiodismo –estoy orillando el medio siglo desde mis comienzos en este apasionante oficio- jamás me gustaron las medias tintas, como tampoco utilicé, jamás, el condicional: nada de “habría” o “sería”. Si podía

Page 39: Solo Para Hombres

39

confirmar una noticia, la publicaba enafirmativo. De lo contrario, me la guardaba. Automáticamente apliqué ese criterio. Yo lo sabía, pero quería que el médico me lodijera sin vueltas y lo alenté a definirseclaramente:- Células atípicas quiere decir célulascancerosas, ¿verdad?.- Diríamos que sí. Aliviado de la carga que debe soportar el médico cada vez que se encuentra frente a un paciente con cáncer y debecomunicárselo, el doctor Malespina procuró relativizar la gravedad del mensaje quehabía enviado la biopsia. Me explicó que el “grado 1 + 1” constituía la manifestaciónmenos agresiva del mal, pues la escala era de 1 a 5. Otro dato alentador era que no se había observado compromiso capsular. Esto significa que, al estar intacta la cápsula que envuelve la próstata, debía inferirse que elcáncer no había escapado de ese envoltorio e invadido el resto de mi organismo. Era alentador, pero resultaba insuficientepara satisfacer una batería de interrogantes que fui desgranando: ¿cual es el tratamiento mas aconsejable?, ¿existen posibilidadesciertas de curación?, ¿cuanto tiempollevará?, ¿pueden haberse producidometástasis?.

Page 40: Solo Para Hombres

El doctor Malaspina procuró satisfacertodas mis inquietudes. Según su opinión, lo mejor era operar, extirpando la próstata(prostatectomía). Mientras tanto, loimportante era detener el posible avance del cáncer, con dos medicamentos: unainyección, Lupron Depot (acetato deleuprolida 7,5 mg.) de origen japonés yenvasada aquí por Abbott y unoscomprimidos, Asoflut (flutamida 250 mg.), de laboratorios Raffo. La inyección me laaplicaría una vez cada mes y loscomprimidos los tomaría cada doce horas. Claro que para alcanzar la curación por la vía quirúrgica era preciso que las célulascancerosas no se hubieran diseminado pues, de haberse producido metástasis, extirpar la próstata no resolvería el problema ya que el cáncer estaría también atacando otrosórganos. Una tomografía y un centellograma óseo darían la crucial respuesta,determinando si el invasor, además de lapróstata, se había instalado en otros tejidos o huesos.

Page 41: Solo Para Hombres

41

Una carrera contra reloj

Es fácil imaginar cuales serían mispensamientos al salir del consultorio.Comenzaba a disputar una carrera contrareloj para evitar la propagación del mal,cuya etapa inicial era aplicarme cuantoantes la primera inyección y tomar loscomprimidos, cada doce horas. Esos remedios, caros, eran provistos sincargo por mi mutual, pero se requeríarealizar previamente un trámite deautorización. Claro que si se trataba dedetener el cáncer no era cuestión de perdertiempo haciendo trámites y decidí comprar de inmediato los medicamentos sacando el dinero de mi bolsillo: 754 pesos la inyección y 88 pesos los comprimidos, valoresequivalentes a dólares por imperio de la leyde convertibilidad que imperaba entonces.Pero aún así demoré tres días enconseguirlos porque no son de esosremedios que el farmacéutico tiene siempre en los estantes, sino que debe pedirlos cada vez, y no siempre los encuentra enseguida. En tanto, yo debía disimular mi ansiedadporque todavía no quería revelar laverdadera naturaleza del mal y ese apuro me delataría. No era fácil comportarme con naturalidad, pero lo logré.

Page 42: Solo Para Hombres

Aplicarme la inyección y comenzar a tomar los comprimidos me dio cierta tranquilidad pues esos remedios impedirían lapropagación del cáncer... siempre que no se hubiere propagado ya. Iba camino dedespejar esa duda, que marcaba la sutilfrontera entre la vida y la muerte. Larespuesta la darían dos prácticas indicadas por el doctor Malaspina: una tomografíacomputada y un centellograma óseo. Estos resultados no se obtienen en el acto, pues las imágenes deben ser interpretadas por el especialista, así que la incertidumbre seprolongaría todavía unos días más, luego de realizadas esas prácticas. Creo que a Mary ya no le debía explicar que es lo que buscaba el médico con todos esos elementos de diagnóstico. La biopsiaera demasiado evidente como para necesitar algún otro tipo de aclaración. Así que lecomenté a mi esposa que la tomografía y el centellograma indicarían si era necesario, o no, practicar la intervención quirúrgica. No le aclaré el sentido de esos estudios: sirevelaban metástasis sería inútil operar lapróstata Los resultados fueron satisfactorios: elcáncer no se había diseminado. Enconsecuencia, al estar localizado únicamente en la próstata había llegado el momento de operar para extirpar el mal de raíz, junto con la próstata, por supuesto. Y también

Page 43: Solo Para Hombres

43

había llegado el momento de sincerar con mi esposa cual era la situación real. Resultaba un tanto incongruente decirleque debía operarme pues la tomografía y el centellograma habían dado bien, así quetuve que explicarle lo que ella sospechaba pero se negaba a admitir: la biopsia había dado mal. Empleé todos los datos positivos de que disponía: al no haber metástasis la cirugía permitiría erradicar definitivamenteel mal; prácticamente no había riesgoquirúrgico, según el cirujano; elrestablecimiento iba a ser breve. En fin,empleé todos los argumentos posibles para evitar que Mary sufriera un impactonegativo que le tirara el ánimo por el suelo. Y creo que lo logré.

Page 44: Solo Para Hombres
Page 45: Solo Para Hombres

45

De la mano de Dios

Nadie debe suponer que inevitablementeva a morir, menos aún que va a morirpronto, porque haya contraído cáncer de próstata. La ciencia médica tiene un vasto arsenal destinado a combatir el mal y con armas particularmente efectivas. Como en toda enfermedad, la prevención es el mejor recurso y eso no hay queolvidarlo. Pero no hay que desesperar sidescubrimos el mal cuando ya se hadeclarado. Además de la ciencia médica, es la mano de Dios, o el destino, el quemarcará esa sutil e inescrutable fronteraentre la vida y la muerte. Nadie –ni el más saludable- tiene asegurada la vida. Nadie –ni el más enfermo- va a morir el día antes. Recuerdo aquí un episodio de mianecdotario como cronista parlamentario del legendario y desaparecido diario Crítica,cuando un hombre estuvo a punto de cruzar aquella frontera, por su propia voluntad,pero pudo más la voluntad de Dios, o eldestino, si alguien así lo prefiere. Se había producido una crisis en la relación del entonces presidente Arturo Frondizi(1958/1962, mandato quebrado por ungolpe militar de los tantos que hemospadecido) con su vicepresidente, Alejandro

Page 46: Solo Para Hombres

Gómez. El Senado se había reunido paradecapitar a Gómez, quien finalmenterenunció para evitar su separacióncompulsiva del cargo. Al día siguiente lo visité en sudepartamento de la avenida del Libertador, con vista al hipódromo de Palermo. Merecibió en cama, abatido por la tensiónsoportada durante la angustiosa jornada que había protagonizado el día anterior.Recuerdo que esa fue la jornada másprolongada de toda mi carrera periodística: llegué al Senado a las 9 de la mañana y salí, rumbo a la redacción de Crítica –a pocas cuadras del Congreso, en avenida de Mayo 1333- a la misma hora del día siguiente.Valía el esfuerzo de esa vigilia de 24 horas ininterrumpidas porque se trataba de lanoticia que llevaría el título catástrofe de esa edición. No esperaba encontrar a Gómez acostado, pero allí estaba, tendido en la cama. Mesenté a su lado y el ex vicepresidente relató la anécdota que, aunque se trataba de un hallazgo periodístico, me abstuve depublicar hasta el día de hoy, transcurridos 40 años. Este fue su relato: “Me sentía traicionado por los senadores. Con muchos de ellos habíamos compartido 30 o más años de militancia política en el radicalismo y ahora se habían confabulado en mi contra apelando a una infame

Page 47: Solo Para Hombres

47

acusación” (el cargo era que Gómezintentaba un golpe de Estado para derrocar a Frondizi y asumir la Presidencia de laNación). “Era tan grande mi decepción queconsideré que mi vida ya no tenía razón de ser, y decidí suicidarme. Tomé una pistola que guardaba en mi escritorio (de laPresidencia del Senado) y fui al baño con la firme decisión de pegarme un tiro. Saqué la pistola que había guardado en un bolsillo y, no se por qué, me miré al espejo, pero no veía mi rostro, sino parecía ver el de lossenadores que me estaban traicionando. “De pronto escuché fuertes golpes en lapuerta del baño. Eran tan insistentes que guardé la pistola y me asomé. Allí estaba el periodista González O`Donnel”(corresponsal de la agencia cubana Prensa Latina, recién instalada en Buenos Airesluego del triunfo de la revoluciónencabezada por Fidel Castro). “El periodista me dijo que debíacomunicarme algo muy importante. Si hoy (era el día siguiente) me preguntaran queera eso tan importante, ni me acuerdo. Pero lo cierto es que salí del baño y acompañé a González O´Donnel hasta mi despacho,donde seguimos conversando. No volví atener ese impulso de quitarme la vida”.

Page 48: Solo Para Hombres

Aquel día González O´Donnel había llegado al despacho de Gómez, donde el secretario le pidió que esperara pues el todavíavicepresidente de la Nación estaba en elbaño. Pero el periodista hizo algo realmenteinsólito: en lugar de esperar fue a golpear la puerta del baño. Por apenas unos segundos se perdió la primicia del suicidio, pero –sinsaberlo- le salvó la vida a Alejandro Gómez. ¿No estuvo allí la mano de Dios, o deldestino?. Gómez sigue disfrutando de la vida y,alejado del pueblo santafesino de Beravebú que alumbró su juventud, habita hasta hoy el departamento de la avenida delLibertador, desde cuyos balcones es posible ver las carreras del hipódromo de Palermo.

Page 49: Solo Para Hombres

49

Siempre, buscar otra opinión

Tenía confianza en el doctor Malaspina,pero siempre es recomendable buscar otra opinión autorizada antes de someterse auna cirugía de esta magnitud, y así lo hice. Acudí, junto con Mary, al consultorio deldoctor Carlos Arturo Bas, un especialista de primer nivel del hospital Alemán, llevandolos resultados de todos los estudios: biopsia, análisis de PSA, tomografía y centellograma, que examinó cuidadosamente. Apreció que el doctor Malaspina estabatransitando por el buen camino y comentó que existía una terapia no quirúrgica,relativamente nueva y que estaba dandobuenos resultados: la braquiterapia. Dicho en términos sencillos, consistía en “sembrar” la próstata con “semillitas” radiactivas que destruían las células cancerosas. Presentaba un riesgo, que relativizó, pues podrían dañar células sanas. Advirtió que, además de los riesgospropios de toda operación, la cirugía podía tener secuelas como, por ejemplo,incontinencia e impotencia sexual. Metranquilizó respecto del carácter incipientedel mal representado por aquel “1 + 1” y aseguró que yo estaba totalmente protegido por la inyección que me habían aplicado. La

Page 50: Solo Para Hombres

única discrepancia manifiesta con el doctor Malaspina fue que mientras este queríaoperar de inmediato, el doctor Bas sostuvo que la intervención podía esperar pues micaso no planteaba urgencia alguna. Si el doctor Bas hubiere sido máscontundente en reprobar la soluciónquirúrgica, tal vez no me hubiere sometido a la operación y me habría aplicado las“semillitas” radiactivas. Pero no lo fue ycomo yo ya quería dar un corte definitivo a la situación, tratándose de un corte lo mejor sería el bisturí. La siguiente visita al consultorio del doctor Malaspina fue para comunicarle que habíadecidido someterme a la operación. Meindicó las prácticas habituales de riesgoquirúrgico –cuyos resultados fueronsatisfactorios- y respondió mis dos últimos interrogantes previos a la intervención,referidos a aquellas dos posibles secuelas de la cirugía prostática mencionadas por eldoctor Bas y que, desde entonces, habían quedado zumbando a mi alrededor:incontinencia e impotencia. La respuesta del urólogo generaba confianza, pero sin ofrecer demasiadas garantías:- Hace 35 años que opero próstata y jamás he tenido un caso de incontinencia oimpotencia. Espero que este no sea elprimero.

Page 51: Solo Para Hombres

51

Sin rodeos: tengo cáncer

Había llegado el momento de anunciar en mi trabajo la naturaleza del mal y lainminencia de la operación. En esos días se había formado un equipo, conducido por el secretario de ComunicaciónSocial, Carlos Ben, cuya misión era dar un nuevo impulso a la difusión de los resultados de la gestión del gobernador EduardoDuhalde. Se trataba, paralelamente, decontribuir a su posicionamiento comocandidato presidencial. A ese equipo yo lo había bautizado,agregando una pizca de humor, como “lospensadores”. En el armario-archivo de mioficina había abierto una carpeta conalgunas ideas volcadas en esas reuniones y que, precisamente, llevaba como etiquetaidentificatoria “los pensadores”. Sólo en vísperas de mi internación dejé de trabajar. Hasta ese día había seguidocumpliendo mi tarea con toda naturalidad. No trataba de ocultar mi dolencia, perotampoco intentaba pregonarla a los cuatro vientos. Ben era mi jefe. Sabía que me habíanpracticado una biopsia pero ignoraba losresultados. Ambos participábamos de unareunión de “los pensadores”. De pronto

Page 52: Solo Para Hombres

llamó mi celular y salí al pasillo para atender pues dentro de la sala la aislación dificultaba la comunicación. Casi enseguida tambiénsalió Ben urgido por otro llamado telefónico. Esperé que terminara de hablar y allímismo, sin rodeos, le hice el anuncio:- La biopsia me dio mal. Tengo cáncer ydebo operarme. Se me ocurre que no es fácil saber quedecir ante un anuncio semejante. Ben tratóde infundirme cierta dosis de confianza:- El cáncer de próstata ya dejó de sercrítico. Tiene solución. Te vas a poner bien.

Page 53: Solo Para Hombres

53

Quirófano, estación terminal

Junto con Mary arribamos esa mañana al hospital Italiano de La Plata y tras completar los trámites burocráticos nos alojaron enuna habitación. Allí llegó el anestesista ycompletó con algunas preguntas los datos de los exámenes preoperatorios. Mi estado general era satisfactorio salvo en dosaspectos: diabetes y obesidad. Son dos enemigos del cirujano y, más aún, del paciente, por el riesgo que agregan acualquier operación. Para ayudar amantener la salud y un buen nivel de calidad de vida -máxime cuando los años comienzan a pesar- resulta muy importante controlar la glucemia y evitar el sobrepeso. Esto no es ninguna novedad, lo sabemos todos, pero con frecuencia recién reparamos en elproblema cuando debemos afrontar unasituación crítica y allí descubrimos cuándescuidados hemos sido con nosotrosmismos. Poco antes de las 4 de la tarde uncamillero me vino a buscar. Nos besamos con Mary, nuestras manos se entrelazaron con fuerza. No era un momento fácil, pero ambos lo afrontamos con fe, con confianza y esto ayuda mucho. Pasajero de una camilla rodante, recorrí pasillos, subí a un ascensor

Page 54: Solo Para Hombres

y arribé a la estación terminal: el quirófano. Allí me esperaban el cirujano, su ayudante, el anestesista, la instrumentista y un par de enfermeras. No conozco sus nombres, salvo Malaspina; ni siquiera llegué a ver la cara de algunos de ellos y probablemente nuncallegaré a conocerlos. ¿No es extraño queesto ocurra con gente que ha tenido mi vida en sus manos?. La anestesia fue peridural, es decir, unainyección aplicada sobre la columnavertebral. Es una inyección que carga conuna mala fama pero yo, en realidad, ni la sentí. Esta anestesia permite que el paciente conserve toda su lucidez, hablar, escuchar lo que dicen los médicos a su alrededor,observar los aparatos que miden los signos vitales, ver la hora.... Así pude verificar que a las cuatro en punto Malaspina practicó la primera incisión. He confesado ya que llegué al quirófano con unos cuantos kilos de más. Mi pesosuperaba los 80.- ¿Como te vás a arreglar con esta panza?,preguntó sonriente el ayudante al cirujano. Sin esperar la respuesta del doctor

Malaspina, como propietario de la panzaaludida incursioné en la charla: - ¿No podrían hacerme, de paso, unalipoaspiración?.- No por el mismo precio, respondióMalaspina.

Page 55: Solo Para Hombres

55

Todos estaban de buen humor y yo no podía desentonar. No había pasado media hora desde elcomienzo de la operación cuando tuve lacerteza de que había terminado. Losmovimientos del brazo del cirujano nodejaban lugar a dudas: estaba cosiendo.

Page 56: Solo Para Hombres
Page 57: Solo Para Hombres

57

Mi próstata, un trofeo

El doctor Malaspina tenía ahora en susmanos el trofeo que acababa de obtener: había colocado mi próstata sobre una gasa y me la mostró, al tiempo que metranquilizaba acerca de los resultados de la operación. Esta había sido exitosa, sin que se hubiere presentado complicación alguna y nada debía temer. Con asombrosa habilidad y desafiando mis 80 y tantos kilos, dos enfermeras mecolocaron en la camilla rodante en que había llegado y me llevaron a la sala derecuperación. Aquí otra enfermera seempeñaba en que moviera las piernas.Cuando trataba de hacerlo, era como siintentara levantar dos columnas de plomo agregadas a mi cuerpo como nuevasextremidades. De pronto descubrí que, través del enorme ventanal que permite ver la sala derecuperación desde el pasillo, me estabansaludando Mary, mi hijo Francisco Javier y los esposos Graciela y Mario Pociello, dos cultores del paddle, como nosotros, conquienes compartimos raquetazos en elCentro Galicia de Olivos. Respondí a lossaludos levantando el brazo derecho –en el izquierdo ya me habían colocado el suero- y

Page 58: Solo Para Hombres

tratando de sonreír. Tal vez no debiera ser mi principal preocupación en este precisomomento pero, al ver a los Pociello, no pude dejar de preguntarme: ¿Cuando podréempuñar nuevamente la raqueta y regresar a las canchas?. No se prolongó más de una hora mipermanencia en la sala de recuperación.Siempre a bordo de la camilla rodante llegué a mi nuevo hospedaje, la sala deinternación. Ya estaba allí el doctorMalaspina quien, ante mi esposa, hijo ypaddelistas, estaba exhibiendo mi próstata,ahora colocada en una coqueta bandejita.Fue entonces cuando deslizó un curiosocomentario: la apariencia de la glándula no era, precisamente, la que suelen presentar aquellas que están atacadas por cáncer. Acostado boca arriba, con el suerocanalizado en mi brazo y una sonda queevacuaba la orina hacia una bolsa deplástico, me dispuse a pasar mi primeranoche de internación. Debía beber muchaagua para ayudar a purificar la orinaenrojecida por sangre. Beber mucha agua –no menos de dos litros cada día- es muy importante para eliminar los restos desangre, que iban a provocar la situacióncrítica que sufriría a partir de esa primera noche y durante tres días: algunos coágulos, por su tamaño, no eran arrastrados a través de la sonda hacia el recipiente y causaban una obturación. Con cada obturación sufría

Page 59: Solo Para Hombres

59

un doloroso espasmo que me arrancabafuertes quejidos. Mi esposa sufría también por mis dolores, sorprendida a la vezporque, en 36 años de casados, jamás me había escuchado un quejido. Es que nuncahabía sufrido un dolor así, pese a que junto con el suero pasaban calmantes yantibióticos. Afortunadamente esos espasmos no sepresentaban a cada rato, aunque si varias veces al día y, por supuesto, también denoche. El médico acudía dos o tres veces por día para realizar lo que el llamaba“trabajo de plomería”, es decir, cuidar que la “cañería” se mantuviera desobstruída yevitar así los dolorosos espasmos. Mary siempre estaba a mi lado. También dormía en la salita donde yo estabainternado. Bueno, dormir es una manera de decir: controlaba que no faltara suero, que no desbordara la bolsa de drenaje... En fin, se ocupaba de todo aquello que lasenfermeras no pueden atenderpermanentemente y, sobre todo, mebrindaba el afecto que ayuda a sobrellevar los dolores mejor que la más eficazmedicina. En esos días la compañía de mi esposa fue mi mejor sostén. Descifrábamos juntoscrucigramas, compartíamos los noticiosostelevisivos, comentábamos las alternativas

Page 60: Solo Para Hombres

del postoperatorio, cambiábamos opiniones sobre médicos y enfermeras, me ayudaba a las horas de comer, procuraba que mesintiera cómodo... La jornada de Mary comenzaba a las 6 de la mañana. Ya estaba levantada cuando, a esa hora, llegaban las enfermeras parahigienizarme y controlar presión arterial,temperatura y glucemia. A las 7 asistía amisa en la capilla del hospital y regresaba para desayunar juntos. Venía con el diario y alguna medialuna de contrabando quecompraba en el bar del hospital. Tambiénalmorzábamos y cenábamos juntos. Ellaencargaba su comida en el bar y la iba a buscar cuando se aproximaba por el pasillo el carrito que distribuía los alimentos a los enfermos.

Page 61: Solo Para Hombres

61

A solas con el cura y mis pecados

Siempre se las veía recorriendo los pasillos y las salas del hospital, interesándose en la evolución del estado de los enfermos einfundiéndoles ánimo; supervisando la labor de las enfermeras y la elaboración de lacomida destinada a los internados ysecundando a los médicos aquellas que,además de ser monjas, tenían título deenfermeras. Son las Hermanas Canossianas Hijas de la Caridad-Siervas de los Pobres,una congregación fundada en Italia. En 1808, en Verona, la ciudadinmortalizada por William Shakespeare con el relato de un romance que aún perdura400 años después, el de Romeo y Julieta,fundó Magdalena de Canossia –luegocanonizada por la Iglesia- el Instituto de las Hijas de la Caridad, asignándole la misión de asistir a las personas que padecensufrimientos y que, por cierto, siguenexistiendo como hace 190 años. A partir de ese Instituto surgió lacongregación canossiana que hoy cuentacon alrededor de 4.000 monjas en todo el mundo, incluyendo al hospital Italiano de La Plata. Dos de ellas, que me visitabandiariamente, me regalaron un libro, la

Page 62: Solo Para Hombres

biografía de Josefina Bakhita, una esclava africana, nacida en Sudán en 1869, quienluego de sufrir en carne propia las másatroces violaciones a los derechos humanos –como se diría hoy- ingresó a lacongregación y fue beatificada por el Papa Juan Pablo II en 1992. En una de aquellas visitas una de lasmonjas, la hermana Susana, me anuncióque, al día siguiente, me traería lacomunión.- Pero hermana –le contesté- hace varios años que no confieso. ¿Como voy a tomar la Comunión?.- Mañana, entonces, puedo traerle al cura para confesarlo. ¿Que le parece?, respondió la religiosa. Acepté. ¿Que otra cosa podía hacer?. Así fue como, al día siguiente, el padre Walter estaba junto a mi cama. En ese momento me visitaban mi hijo, la novia y sus padres, quienes habían viajado desde su provincia,Misiones. La monja les pidió a todos que se retiraran de la habitación y quedé a solascon el cura y mis pecados. Resultó ser un cura muy simpático,profundo conocedor de su oficio. No esposible recordar todas las faltas cometidas en años, pero algunas salieron a relucir. Rió de buena gana cuando, tras impartir laabsolución y requerir el propósito de norepetir los pecados, le dije:

Page 63: Solo Para Hombres

63

- ¿Como piensa que puedo cometer algún pecado en la situación en que meencuentro?. Y era cierto. Tendido en la cama, con una sonda que penetraba el miembro y llegaba a la vejiga, clavada en el brazo la aguja por donde pasaba el suero, desprovisto de lapróstata, con una fístula que impedía lacicatrización, mis posibilidades de pecar se habían reducido drásticamente.Por supuesto que a la mañana siguiente,

bien temprano, la hermana estaba en mihabitación administrándome la Comunión.

Page 64: Solo Para Hombres
Page 65: Solo Para Hombres

65

No me faltaban alegrías

La orina iba perdiendo paulatinamente su inquietante coloración rojiza. Era un indicio alentador, pues ello indicaba que los restos de sangre estaban desapareciendo,evacuados por la sonda. Fue un gran alivio advertir que había retornado el tradicionalcolor ámbar. No quedaba en la orina vestigio alguno de sangre y ya no se formaríannuevos coágulos. Los espasmos y el dolor que me habían atacado durante tres días se habían ido para no volver. Aún dentro de mi situación, fue una gran alegría. Es que las alegrías dependen de nuestras propiascircunstancias, de la actitud con queafrontamos los problemas que se nospresentan, de nuestras esperanzas yexpectativas. Alegraban mi internación las visitas de mi hija María José con su hija –nuestra única nieta- Ayelén. La niña, hoy de 10 años,había nacido en tierra mapuche, en SanMartín de los Andes. ¡ Como no iba aalegrarme si hasta su nombre, en lenguamapuche, significa alegría!. Otro motivo de alegría fue cuando elmédico decidió que ya no era necesario que mi único alimento fuera el suero y dispuso que almorzara y cenara la comida preparada

Page 66: Solo Para Hombres

en el hospital. Cuando hablamos de comidade hospital no pensamos, por cierto, en el arte gastronómico de el Gato Dumas. Sin embargo, ¡ que sabrosos fueron aquellosprimeros bocados!... No soy amante de la sopa ni del pollo y ese fue el primer menú que me alcanzaron a la cama y queresultó... ¡ delicioso!... A partir de esa cena, cada vez queescuchaba rodar por el pasillo de la sala el carrito en el que traían la comida, se meocurría que estaba por deleitarme con elmás apetitoso manjar. Y era cierto porque, en materia gastronómica, como en todos los órdenes de la vida, nuestras exigenciasdependen de las circunstancias que nosrodean. Si sabemos enriquecernos consituaciones como esta, seguramenteaprenderemos a abrir nuevos einsospechados caminos por donde transitan la alegría y la felicidad, aún en medio de la adversidad. Claro que, como también suele ocurrir, la alegría no era completa. El dolor habíadesaparecido pero mi estado no eraprecisamente envidiable. Se había producido una fístula que impedía el cierre de un puntode la sutura. Para facilitar la cicatrizacióndebía permanecer en cama, quieto, con un vendaje sobre la sutura y una faja que la cubría. Antibióticos y antisépticos localestrataban de combatir ese foco infeccioso.

Page 67: Solo Para Hombres

67

Pero la cicatrización no llegaba. Lasupuración de la fístula se había convertido en un problema crítico. Varias veces al día el médico, Mary y yo palpábamosobsesivamente las gasas que cubrían eserebelde punto de sutura con la esperanza de que estuvieran secas, pero no. Y mientras persistiera la infección y continuara lasupuración debía resignarme a seguirinternado y con la sonda colocada. Ello provocaba una agobiante sensación de inutilidad y dependencia. Haber dejado detrabajar, alejado del club y de la raqueta y estar allí, obligado a hacerlo todo sinmoverme de la cama, requería una buena dosis de paciencia para sobrellevarsemejante situación. Para ello contaba con el cariñoso apoyo de Mary, infundiéndome optimismo a cada momento, sin dejar que cayera mi ánimo.

Page 68: Solo Para Hombres
Page 69: Solo Para Hombres

69

¡Jaque mate!

Claro que, aún en esa situación, tenía mis diversiones. Una de ellas era el ajedrez. No soy un jugador calificado, jamás leí un libro de teoría, pero me apasiona. Mi hijoFrancisco Javier en una de sus visitas me hizo un regalo: un juego de ajedrez de dobleuso, computarizado y manual. Un enfermero descubrió el tablero y me desafió. A partir de entonces, con frecuencia, al terminar su turno venía a jugar alguna partida. Pero no me acostumbré a jugar contra lacomputadora, pues me resultaba aburrido. No concibo una partida de ajedrez sin unrival enfrente. Otra de mis diversiones era la televisión. Abierta, porque el hospital no estabaabonado a ningún cable. Jamás había tenido tanto tiempo libre para ver televisión y, en consecuencia, jamás había tenido unaoportunidad así que me permitieracomprobar personalmente la pobreza de la programación. Sólo pude tolerar losinformativos, programas políticos y alguna película. Me hubiera gustado dedicar buena parte de ese tiempo libre a la lectura, pero nolograba concentrarme. Mis lecturas no iban más allá del diario y algunas revistas,

Page 70: Solo Para Hombres

especialmente aquellas que suelen publicarnotas sobre astronomía, mi vocaciónfrustrada, aunque no me arrepiento dehaber dedicado mi vida al periodismo. Meapasionan los grandes enigmasastronómicos, conocer el origen del universo y su colapso final. Me gustaría pertenecer a este mundo el día más trascendente para la humanidad: cuando se descubra vidaextraterrestre, pero dudo que pueda llegar a celebrar ese acontecimiento. Permanecer en cama día tras día no sólo es molesto, sino también peligroso por las posibles complicaciones circulatorias ypulmonares que suelen sobrevenir. En esto hay que ser muy cuidadoso. El cirujanohabía convocado a dos especialistas paraque siguieran la evolución de mi estado y controlaran las funciones respiratoria ycirculatoria y la glucemia. Esta se mantuvo en niveles en general aceptables. En cuanto al eventual riesgocardiopulmonar, para neutralizarlo meenseñaron a practicar dos ejercicios, biensencillos por cierto, pues debía hacerlos sin abandonar la cama. Uno de ellos estabadestinado a que los pulmones no olvidaran su trabajo. Para ello, cada hora inspiraba y expiraba profundamente diez veces. Con el otro ejercicio activaba la circulación,moviendo los pies y flexionando ligeramente las piernas, también diez veces cada hora.

Page 71: Solo Para Hombres

71

Tal vez estos ejercicios no sean los más apropiados para alcanzar un altorendimiento deportivo, pero me ayudaronmucho porque, además de neutralizar elriesgo de complicaciones, eran un verdadero entretenimiento.

Page 72: Solo Para Hombres
Page 73: Solo Para Hombres

73

Un gran avance: podía levantarme

En ese marco, la determinación queanunció el doctor Malaspina desató unaexplosión de júbilo: ¡ me retiraban elsuero!... No sólo se trataba de un claroindicio de mejoría sino que, al quedarliberado de la permanente aplicación desuero que limitaba mis movimientos, podía lograr la mayor conquista desde el primerdía de mi internación: ¡ podía levantarme!... Poder levantarme era una verdaderabendición. Pude descubrir en toda sumagnitud lo importante que es, y revalorizar ese hecho cotidiano, repetidomecánicamente cada mañana cuandosaltamos de la cama, a veces hasta de mal humor cuando, en realidad, deberíamosmalhumorarnos, y mucho, de no poderhacerlo. Poder levantarme significaba retornar alejercicio de prácticas cotidianas tan sencillas que sólo reparamos en ellas cuando nosvemos imposibilitados de realizarlas. Enesos casos ¡ cuanto varían nuestrasexpectativas y aspiraciones!... Ya no se trata de salir de vacaciones, viajar, comprar unautomóvil, remodelar la vivienda, sino dealcanzar logros más modestos y

Page 74: Solo Para Hombres

aparentemente triviales como –en mi caso-llegar al inodoro por mis propios medios,afeitarme e higienizarme sin ayuda de lasenfermeras, almorzar y cenar sentado a la mesa, asomarme a la ventana... La calle donde está ubicado el hospitalItaliano es escasamente atractiva, cuyosedificios no constituyen, por cierto, unalarde arquitectónico. Sin embargo, cuando dejé la cama y, por primera vez, asomé a laventana, descubrí el paisaje más encantador que jamás se hubiera presentado ante mivista. Era el mismo de siempre pero, depronto, había adquirido una atracciónespecial, tal vez porque nunca habíadeseado tanto acercarme a una ventana y mirar hacia la calle. Pero la coronación de estas pequeñasgrandes satisfacciones llegaría exactamente al cumplirse la cuarta semana deinternación. Recordemos que aquella fístula que se negaba a cicatrizar era la causante de la demora en salir del hospital y se había convertido en una obsesión para el doctor Malaspina y, por supuesto, también para mi. Pasaban los días -y las semanas- y por culpa de esa infección debía continuar con lasonda que evacuaba la orina y limitaba mis movimientos pues, si bien podía realizarpequeñas caminatas dentro de la habitación, no podía separarme de la bolsa donde lavejiga desagotaba la orina a través de lasonda.

Page 75: Solo Para Hombres

75

En realidad, ya estaba en condiciones de abandonar el hospital, pero con la sondapuesta y su inseparable bolsa de plástico, si bien esta podía ser reemplazada por otra de menor tamaño, atada a una pierna, parafacilitar los movimientos. Pese a las ganas que tenía de retornar a nuestro hogar, no quería hacerlo portando la sonda y labolsita, no sólo por una cuestión de imagensino porque, al alejarme 70 kilómetros delhospital platense, no sería sencillo ir enbusca de auxilio si se presentaba algunacomplicación.

Page 76: Solo Para Hombres
Page 77: Solo Para Hombres

77

¡Soy un hombre libre!..

Con el correr de la cuarta semana deinternación avanzó notablemente la curación de la fístula. Cada día drenaba menos y al cumplirse exactamente los 28 días, lasgasas aparecieron secas: ¡ había terminado el proceso de cicatrización!... Esa mañana el doctor Malaspina hizo el anuncio que tanfervientemente había estado esperandodurante tantos días:- Voy a retirar la sonda y hoy mismo volverá a casa. Y así lo hizo. Apenas sentí un tirón, breve, seco, y el médico ya tenía la sonda en sus manos. La enfermera la tomó y arrojó altacho de los desperdicios. El reinado de la sonda había terminado. ¡ Yo era un hombre libre!... En ese momento todos -el doctor Malaspina, la enfermera, Mary y yo-experimentamos una jubilosa sensación de triunfo. No sería exagerado afirmar que allí había comenzado una nueva etapa de mivida. De inmediato comencé a ejercer la libertad que había obtenido. Me vestí por primeravez en un mes y, luciendo indumentariadeportiva, salí a recorrer el pasilloacompañado por Mary. Mucho disfruté deeste mi primer paseo. Monjas y enfermeras

Page 78: Solo Para Hombres

me saludaban alegremente. Me sentía débilpero... ¡ estaba caminando!... Nunca imaginé la satisfacción que es capaz de producir un paseo por los despojadospasillos de un hospital.

Page 79: Solo Para Hombres

79

Se aleja un fantasma

Mi situación había mejoradosensiblemente, pero aún persistía unaamenaza que, de concretarse, desbarataría la alegría que experimentaba al culminar mi internación. Se trataba de aquella temidasecuela de una operación de próstata: laincontinencia. En muy poco tiempo más –talvez en pocos minutos- sabría si mi vejiga había olvidado, o no, cumplir cabalmente su función, luego de cuatro semanas de totalinactividad. El doctor Malaspina me había dicho que no me preocupara si, en los primeros días, se presentaba la incontinencia, pues ello eranormal luego de un uso prolongado de lasonda, hasta que la vejiga retomara suritmo normal y se normalizara la micción.Por las dudas, me había colocado un apósito femenino absorbente cedido previsoramente por mi esposa. Tras el paseo por los pasillos retornamos a la habitación para preparar el equipaje. No podíamos dejar de asociar esta tarea con el recuerdo de otra similar, repetida en cada viaje cuando nos preparábamos para dejar el hotel. Recordamos nuestros últimosviajes, a Jamaica, La Habana, Varadero,Acapulco, Cancún, Punta Cana, Miami,

Page 80: Solo Para Hombres

Madrid, Las Palmas, Fátima, Galicia, la tierra de Mary... pero ahora no estábamos enninguno de esos lugares sino en el hospital Italiano de La Plata, y no precisamente en viaje de placer. El recuerdo de esos díasfelices nos animó: ¡ los repetiremos!... Ya teníamos decidido no retornar deinmediato a casa. Era mi deseo regresarcuando estuviera algo más fortalecido. A la vez, estando en La Plata podía buscarrápidamente ayuda en el hospital en caso de que la necesitara. Así es que habíamosreservado habitación en el hotel Corregidor, el mismo donde nos alojamos cuando me practicaron la biopsia cuya revelación dioorigen a esta aventura platense. Mi hijoFrancisco Javier ya había llegado al hospital con su auto para trasladarnos al hotel. Antes de partir palpé el apósito y... ¡ estaba seco!... Pasé al baño y oriné normalmente. ¡ No se había presentado la temidaincontinencia!... Ese fantasma que tanto me había atormentado ya no rondaba a mialrededor. Poco más de una hora después que la sonda había sido retirada, la vejiga respondió satisfactoriamente, demostrando recordar cabalmente el cumplimiento de su misión. Por precaución seguí usando losapósitos algunos días, hasta que comprobé que no eran necesarios. Ya en el auto, me resultaba muy extraño –y alentador- estar circulando por las calles platenses en un soleado mediodía de fines

Page 81: Solo Para Hombres

81

de agosto, con una temperatura agradable para esta época del año. Nuestra primera visita fue al santuario de Nuestra Señora de la Victoria, donde se venera la milagrosaimagen de María Rosa Mística, cultoprofundamente arraigado no sólo en LaPlata sino también en muchas otrasciudades. Es muy frecuente la llegada aquí de fervorosas peregrinaciones de las másdiversas procedencias, particularmentenumerosas los días 13 de cada mes. Quienquiera conocer los milagros de la RosaMística, como la llaman los fieles, no tiene más que acercarse al santuario un día 13 y hablar con los peregrinos. Nosotros bajamos a rezar, a pedir y dar gracias, que buenas razones teníamos para ello. Mis movimientos no tenían, por cierto, la agilidad de un felino. No es fácil retomar el ritmo luego de casi un mes en cama. Trepar los 8 escalones de la entrada del hotelCorregidor resultó una prueba de fuego.Jamás imaginé que subir apenas 8 escalones requiriera semejante esfuerzo. Para colmo, tan prolongada inmovilidad había agudizado un proceso de artrosis en ambos tobillos y el dolor se hacía sentir a cada paso. ¡ Pero estaba caminando!... Mary y yo nos instalamos en unahabitación del octavo piso, frente a la plaza San Martín. Fue allí donde experimenté una

Page 82: Solo Para Hombres

de mis mayores satisfacciones: ¡ bañarmebajo la ducha!... Hacía un mes que mihigiene dependía de una palangana y unaesponja. Y de las enfermeras, mientrasestaba en cama. Es admirable la destreza que desarrollan para manejar a losenfermos, darlos vuelta como si fuerantortillas aunque estén excedidos de peso,como en mi caso. En cuanto pudelevantarme, y con la ayuda de Mary, dejé de necesitar el auxilio de las enfermeras para higienizarme, pero siempre a purapalangana y esponja. Por eso aprecié tanto aquella primera ducha en el hotel Corregidor y sigo revalorizando cada día esa sencillapráctica higiénica. Quien no lo haya podido hacer durante un mes comprenderá el valor de una buena ducha. El paisaje lucía notablemente mejoradorespecto del que se presentaba frente alhospital Italiano. He transitado con mucha frecuencia por la plaza San Martín, peronunca la había observado desde la altura de un octavo piso, como lo hacía ahora.También resultaba más acogedor el ámbito interior. La habitación del hotel era mucho más confortable que la que había dejado en el hospital y que a esas horas seguramente estaría ya ocupada por otro paciente quecomenzaría a repetir una experiencia similar a la mía.

Page 83: Solo Para Hombres

83

¡Chau, pucho!...

En cuanto oscureció salimos a caminar.Pasamos frente a la Casa de Gobierno,donde desde hacía un mes se las arreglaban sin mi presencia. Afortunadamente nadie es imprescindible, aunque todos seamosnecesarios. Cruzamos la plaza San Martín, llegamos a la calle 7 y nos sentamos atomar un café en la confitería París, una de las más tradicionales de esta ciudad. Jamás iba a esa confitería porque yo, fumadorempedernido, no toleraba que estuvieraprohibido fumar en todo el ámbito delespacioso salón. Agresivos carteles,anunciando esa prohibición, estabancolocados en las puertas y en cada una de las mesas. Los fumadores no eranbienvenidos aquí donde no tenían reservado ni un mísero rincón y, como me sentíadiscriminado, sencillamente jamásconcurría. Pero durante el mes deinternación no fumé –obviamente en loshospitales no se fuma- y al recuperar lalibertad no sentí deseo alguno de encender un cigarrillo. En pocos días desapareció la dificultad que frecuentemente sufría al respirar. Devolví amis pulmones su capacidad purificadoraenviándoles oxígeno, en lugar de humo,

Page 84: Solo Para Hombres

nicotina y alquitrán. Había iniciadoexitosamente el camino para dejardefinitivamente esa mala costumbre, pero claudiqué al retornar al trabajo, dondecomencé a fumar, moderadamente. Midivorcio con el tabaco no fue total yabsoluto, pero hoy puedo controlarlo.Recuerdo que antes de la internación,cuando durante la noche descubría que no tenía cigarrillos, no demoraba un minuto en salir a comprarlos, a cualquier hora. Eso ya no ocurre. Por el contrario, no he vuelto a fumar en mi hogar, ni en ningún otro ámbito que no sea la oficina. Es decir, paso todos los fines de semana sin fumar y me heliberado de la compulsión que me obligaba a estar siempre acompañado por un paquete de cigarrillos (o dos). Sigo fumando, escierto, pero lo hago cuando yo quiero y no cuando el cigarrillo me obliga a encenderlo. No será lo ideal, pero es un buen comienzo para todo aquel que esté dispuesto a no seguir castigando sus pulmones y sucorazón. Si logra controlar el deseo defumar e imponer su voluntad en lugar derendirse ante el primer pucho, habráavanzado mucho y podrá disfrutarplenamente de otras satisfacciones que no se hacen humo, como el sexo, los deportes, la salud, la vida. Aquella no fue nuestra única visita a laconfitería París, donde ya no me sentíadiscriminado ni agredido por la prohibición,

Page 85: Solo Para Hombres

85

pues ahora no me afectaba. Nuestrospaseos eran breves, limitados por el dolor causado por la artrosis en los tobillos, que no era obstáculo para descubrir los encantos de esta pequeña porción de la ciudad,alrededor de la plaza San Martín, que tantas veces transité sin disfrutar, apremiado por el trajín del trabajo cotidiano. Es muy distinto cruzar la plaza apurando el paso y mirando el reloj, que sentarse plácidamente en unbanco al borde de los canteros floridos, en una mañana soleada, leyendo el diario odescifrando crucigramas junto con Mary y, a la vez, observando a otras personas quecruzan la plaza con paso apurado, mirando el reloj.Al día siguiente, junto con Mary visitamos

al padre Walter en la parroquia de SanPonciano, una de las iglesias mástradicionales de la ciudad de La Plata. Lellevamos un donativo para la obra deCáritas. El padre Walter se alegró mucho por mivisita. Mi alegría fue mayor aún porquehabía podido llegar caminando a la iglesia de San Ponciano liberado, aunque todavíaparcialmente, de las calamidades que había estado sufriendo durante las últimassemanas. Tenía motivos suficientes para dar gracias a Dios. La fe siempre es una buena

Page 86: Solo Para Hombres

compañía cuando se trata de superar untrance difícil. Antes de operarme había acudido alsantuario de Fátima donde hice la promesa de una donación. Otras personas seacordaron de mi salud en sus oraciones,además de mi familia. Mary, unacolaboradora del obispado Mercedes-Luján,hizo una oración en esa diócesis pidiendo que Jesús operara con las manos delcirujano.

Page 87: Solo Para Hombres

87

¿Ha ocurrido un milagro?

Estas manifestaciones de fe determinaron que mi esposa, que es una mujer de fe,atribuyera a un milagro un aspectomisterioso de mi enfermedad. Se trata de los resultados de las biopsias practicadasantes y después de la intervenciónquirúrgica. La primera no dejaba lugar adudas: reveló inequívocamente cáncer depróstata, nada menos que con compromiso del 40% del parénquima prostático. Esteresultado es el que determinó a aplicarcuanto antes el remedio quirúrgico. En cambio, cuando el doctor Malaspinaenvió la próstata extirpada al laboratorio del hospital Italiano, el estudioanatomopatológico reveló “múltiples focos de necrosis y postatitis aguda”, pero nohallaron células cancerosas: “No se observó neoplasia atípica”, señaló el resultado deesta nueva biopsia, con la firma del doctor Horacio Pianzola. ¿Donde estaban las células cancerosasdescubiertas en el laboratorio del CIMED,uno de los más calificados de la ciudad de La Plata?. ¿Habían desaparecidomisteriosamente sin dejar rastros?. El doctor Malaspina quiso develar elmisterio. Hizo hacer una nueva biopsia, que

Page 88: Solo Para Hombres

arrojó idéntico resultado, sin rastros decáncer, y realizó una averiguación en elCIMED, donde le garantizaron que no sehabía registrado error alguno, ni en cuanto al paciente, ni respecto de la exactitud delresultado. Le aclararon que aquelcompromiso del 40 % no se referíaglobalmente a la glándula sino a la pequeña muestra extraída. Quedaron flotando tres hipótesis. Una es que, pese a la afirmación del CIMED, sehaya deslizado un error en la primerabiopsia. No se podría conjeturar un error en la segunda, pues sus resultados fueronconfirmados por un nuevo estudio. Otra hipótesis, a la que suscribe el doctor Malaspina, interpreta que existieron células cancerosas, pero fueron las únicas aquellas que aparecieron en el estudio del CIMED. Es decir, fue extraído en la biopsia el únicotejido canceroso que había en la próstata. ¿Puede ocurrir una casualidad semejante?. La tercera hipótesis, a la que adhiere miesposa, tiene que ver con la fe: el cáncer desapareció, no misteriosamente, sinomilagrosamente. Como lo había hecho antes de operarme, pero enarbolando ahora el resultado de la nueva biopsia, acudí al consultorio deldoctor Carlos Arturo Bas quien, exultante, sostuvo que era "el mejor resultado" que podía haber obtenido. Me acompañaba Mary y fue ella quien disparó la pregunta:

Page 89: Solo Para Hombres

89

- ¿Habrá sido necesaria la operación, siendo que ahora no aparecen células cancerosas?. Fue entonces cuando, respondiendo a ese interrogante, el especialista formuló unacuarta hipótesis: cuando, previo a laintervención quirúrgica, se administranmedicamentos como el Lupron Depot o elAsoflut -prescriptos en su momento por el doctor Malaspina- el tratamiento puedeprovocar la remisión total del mal, es decir, la desaparición de las células cancerosas.Máxime cuando, como en mi caso, eldesarrollo de la enfermedad era incipiente. Ello explicaría la diferencia entre losresultados de la primera y de la segundabiopsia. Yo no tengo elementos que me permitan inclinarme razonablemente por alguna deestas hipótesis. Pero puedo brindar unconsejo a quienes una biopsia les depara la desagradable sorpresa de un cáncer depróstata: hacer una nueva biopsia antes de decidir la operación.

Page 90: Solo Para Hombres
Page 91: Solo Para Hombres

91

De vuelta a casa...¡ vivo!

Mi estado físico no era, precisamente, el de un atleta entrenado para correr unmaratón, pero había mejoradosensiblemente, al punto que decidimosvolver a casa. Ya no había razón parapermanecer en La Plata. Desayunamos, pagamos la cuenta delhotel, Mary empuñó el volante e hicimosnuestro último recorrido por las callesplatenses rumbo a la autopista. Había pasado más de un mes desde que salimos de casa dispuestos a emprenderesta gran aventura quirúrgica en el hospital Italiano. Resultaba emocionante estereencuentro con el paisaje doméstico. Laausencia, aunque sea relativamente breve, permite revalorizar lo cotidiano, aquello en lo que ya no reparamos por ser demasiado conocido. Se comprende mejor así la nostalgia dequienes, por cualquier circunstancia, sufren un prolongado desarraigo: exiliados,refugiados, inmigrantes... Ninguno de esosera mi caso, pero sentí la incomparablealegría de estar nuevamente en mi hogarluego de un mes de ausencia... ¡ y haberregresado vivo!.

Page 92: Solo Para Hombres

Junto con Mary iniciamos brevescaminatas, que se iban extendiendo cadadía. Yo llevaba una faja por indicación delmédico, para evitar que algún esfuerzoinvoluntario pudiera dañar la sutura. Nodebía tratar de levantar objetos pesados y, por algún tiempo, no haría ejerciciosviolentos ni conduciría el automóvil. Mary se había convertido en enfermera amateur,diestra en fajarme con la tensión justa,cambiar los apósitos y aplicar polvoscicatrizantes, prácticas que continuábamospor precaución. Es muy importante para elrestablecimiento físico y beneficioso paramejorar el estado anímico realizar algún tipo de actividad, como las caminatas. Infundeoptimismo comprobar que es posible alargar cada día los recorridos y que el esfuerzo requerido es menor al recuperar fuerzaspaulatinamente. Se debe cuidar no caer en los extremos: no exigirse más de lo que el cuerpo permite, pero tampoco dejarse estar,desanimado por una situación que, en todo momento, debe considerarse pasajera. En esos días me enteré que Mario Pociello, el amigo paddelista que junto con su esposa había estado con nosotros el día de laoperación, acababa de sufrir su propiaintervención quirúrgica, afectado depancreatitis. Había sido llevado de urgencia al Policlínico Bancario y, pocas horasdespués, ingresaba al quirófano.

Page 93: Solo Para Hombres

93

Aquella tarde, cuando lo saludé a travésdel vidrio desde la sala de recuperación del hospital Italiano, no podría haber pensado siquiera que, poco tiempo después, nuestra situación se invertiría, cosa que suele ocurrir en todos los órdenes de la vida, dondeaquello que poseemos –salud, bienesmateriales, felicidad- suele ser efímero.Afortunadamente, también el dolor, laenfermedad, suelen ser pasajeros. Ahora éramos Mary y yo quienes acudimos a visitar al amigo internado. Todavía fajado, me animé a conducir el coche. Fue laprimera vez que lo hice luego de laoperación. No resultaba imprudente pueshabía pasado más de un mes desde que salí del quirófano. Por supuesto que no sufrímolestia ni complicación alguna y ello meanimó a emprender mi segundo raid como conductor, esta vez rumbo al santuario de Fátima, de la avenida Mariano Acosta 2979. Fue el 13 de setiembre, pues los días 13 de cada mes se rinde culto a la Virgen.Asistimos a misa en acción de gracias por mi restablecimiento y cumplimos la promesa de entregar un donativo, que sirvió parafinanciar un trabajo de carpintería: labiblioteca del colegio parroquial. El santuario está ubicado en un barriohumilde y la iglesia y el colegio cumplen una importante misión social, asistiendo a las

Page 94: Solo Para Hombres

familias de menores recursos y brindando no sólo educación sino también alimentación a los niños. Mucha gente hace llegar suayuda. Obras como esta generan unacorriente solidaria más fuerte que elegoísmo que parece ser una característica de nuestro tiempo.

Page 95: Solo Para Hombres

95

Regreso al trabajo

Finalmente, llegó el momento de retornaral trabajo. Fue mi ausencia más prolongada -incluyendo los períodos de vacaciones-desde que, en diciembre de 1991, llegué a La Plata para trabajar como director dePrensa, convocado por el entoncesgobernador electo Eduardo Duhalde. Estafue mi primera experiencia laboral en elsector público luego de tantos años de labor periodística en medios privados. Ahora, al finalizar luego de dos períodos de gobierno –Duhalde fue reelecto en 1995,cuando el pueblo bonaerense le confirió un nuevo mandato, hasta fines de 1999- laconsidero una experiencia enriquecedora,pero que no reemplaza la pasión queenciende el ejercicio del periodismopracticado en un diario –que es mi fuerte- o en cualquier otro medio. El periodismo es, además de apasionante, un oficio altamente competitivo, ya se lo practique en una empresa privada odesarrollando una labor de prensa en algún organismo estatal. El periodista actúa en un ámbito donde muy fuertes interesesgravitan y ejercen presiones de distintanaturaleza.

Page 96: Solo Para Hombres

En ese marco, podría decirse que son poco aconsejables las ausencias demasiadoprolongadas. En estos tiempos –y no sólo en el periodismo- un puesto de trabajo es algo particularmente codiciado. Sin embargo, no era este un tema que me preocuparademasiado. Con hijos que siemprenecesitarán una ayuda pero ya no dependen exclusivamente del apoyo económico de los padres, la jubilación y la viviendaaseguradas y algunos ahorros, podíaimaginar el tramo final de mi vida sinmayores sobresaltos económicos. Además, si la prolongada ausencia hubiera debilitado mi posición laboral y fortalecido a algún eventual reemplazante, seguramente no me faltaría alguna changuita que,además de arrimarme algunos pesitos, me mantuviera activo. De todas maneras, tengo el propósito de jubilarme. Cuando hice este comentario a mi vecino, el médico doctor Bochi, desaprobó la idea. Dijo que el trabajo ayuda a mantener la salud física y mental y no se lo debe abandonar, mientras sepueda. (Nota del autor: me jubilé a fines de 1999. A partir de entonces me dedico al periodismo digital editando Parlamenta, www.parlamenta.com.ar). Pero mi situación en la Gobernación nohabía variado. A mi regreso volví a ocupar mi puesto de trabajo y todos parecíanalegrarse. Retorné al ritmo habitual, quecomienza con el cotidiano viaje a La Plata, a 70 kilómetros de mi casa. El hecho decontar con coche oficial y chofer disimula,

Page 97: Solo Para Hombres

97

por cierto, el hecho de tener quedesplazarme diariamente 140 kilómetrospara ir a trabajar (y volver). Sin embargo, suelen ocurrir imponderables capaces de modificar, más allá de nuestra voluntad, no sólo las situaciones laborales, sino también las que involucran otrosaspectos de la vida del hombre, incluyendo el quehacer político. En este caso se había registrado, durante mi ausencia, laformación de un nuevo equipo político y de difusión, al margen de la estructura degobierno, encargado de la campañapresidencial del gobernador, quien asomaba como firme aspirante a instalarse en la CasaRosada. Pero no fue así. Fernando de la Rúa resultó electo presidente de la Nación,dándose luego la curiosa circunstancia deque, jaqueado por la crisis desatada en elpaís, renunció...¡ y fue sucedido porDuhalde! quien, de pronto, pordeterminación de la Asamblea Legislativa,llegó a la meta que las urnas le habíanimpedido alcanzar y pudo sentarse en elsillón de Rivadavia. La creación de aquel equipo actuaba como una divisoria de aguas, para no mezclar lo institucional con lo proselitista. En estostiempos en que la lucha política seenardece, como habitualmente ocurrecuando se aproxima una elección

Page 98: Solo Para Hombres

presidencial, deben cuidarse todos losdetalles como, por ejemplo, que no pueda sospecharse siquiera que los funcionarios,que son pagados con el dinero de todo elpueblo, estén al servicio de una campañaproselitista, este caso la de Duhalde. Y he aquí que uno de aquellosimponderables vino a modificarimprevistamente mi situación laboral. Elsecretario de Comunicación Social, CarlosBen, pasó a integrar el nuevo equipopolítico, renunció a su cargo y fuereemplazado por el diputado provincialDaniel Chicho Basile, quien dejó su bancapara ocupar la Secretaría que había quedado vacante. Como se estila en estos casos,todos los directores del área deComunicación Social presentamos nuestras renuncias. Nadie habría imaginado que,coincidentemente con la finalización del año 1998, todos seríamos renunciantes. PeroBasile decidió emprender su gestiónacompañado por varios de los funcionarios que habíamos renunciado, quienescontinuamos en nuestros cargos hasta lafinalización del período gubernativo, el 10 de diciembre de 1999.

Page 99: Solo Para Hombres

99

"Se me ha dispersao la hacienda"

El flamante secretario de ComunicaciónSocial asumió ante una enfervorizadaconcurrencia que colmó el Salón Rojo de la Gobernación y lo ovacionó cuando prestójuramento ante el gobernador Duhalde. Entre todos los presentes uno llamóespecialmente la atención: el dirigenteradical porteño Enrique Coti Nosiglia, quien fuera ministro del Interior durante lapresidencia de Alfonsín, y cuya trayectoria política estuvo siempre rodeada por un halo de misterio, atribuyéndosele un manejo del poder detrás del trono. No faltaron las más disparatadas especulaciones sobre esapresencia, pero ocurre -y aquí está laexplicación- que Basile y Nosiglia comparten una pasión que suele neutralizar lasrivalidades y afinidades generadas por lasluchas políticas: el fútbol. En este caso,ambos están identificados con los coloresazul y oro. La estrecha afinidad que los une parte de la común militancia en el club de sus amores: Boca Juniors. Las ceremonias de asunción no gozan de mi predilección. Trato de eludirlas. No megustan los amontonamientos. Tampoco lahipocresía que suele asomar en ellas. Pero a

Page 100: Solo Para Hombres

muchas debí asistir como periodista. Si latrayectoria de los hombres que desempeñan funciones públicas suele sufrir tremendosaltibajos, las ceremonias de asunciónforman parte del barómetro que registraascensos y descensos. Constituyen un rito donde mucha genterodea al nuevo funcionario, pugnando poracercársele y apabullarlo con aplausos,felicitaciones y buenos augurios que, enalgunos casos, son sinceros. En cambio,cuando el funcionario se va, suele hacerlo en soledad. Y si se va porque ha caído en desgracia, la estampida alcanza hasta losamigos que, en realidad, nunca lo fueron. Esto no es nuevo. Ocurre desde lostiempos de Cristo. Siempre habrá millaresen el momento del reparto, dispuestos asaborear panes y peces en abundancia, que se borrarán en el momento de la crucifixión. Desde entonces actitudes así se hanrepetido por millares en todo el mundo através de los siglos. La Argentina no podía ser una excepción. Corría la tumultuosadécada de los 70 cuando Deolindo FelipeBittel asumió la conducción del ConsejoNacional Justicialista. A Perón le había dadoel cuero para retornar al país pero esecuero, curtido en tantas tempestadespolíticas, estaba ya debilitado. Murió, losucedió Isabelita y sobrevinieron tiemposdifíciles para la República.

Page 101: Solo Para Hombres

101

Bittel, en cada uno de sus frecuentesviajes a Buenos Aires, se alojaba en elmodesto hotel Castelli, del barrio del Once, que en esas ocasiones se convertía en una romería. Decenas de dirigentes políticos yperiodistas lo entrevistaban cada mañana en el bar del hotel, que se transformaba en un verdadero pandemonium. En la noche del 23 de marzo de 1976 se había reunido la Multipartidaria, con Bittel,Ricardo Balbín y dirigentes de prácticamente todo el espectro político nacional. Trataban de buscar una salida que evitara el golpe de Estado, cuya inminencia conocían hasta los chicos del colegio. Fue entonces cuandoBalbín pretendió infundir confianza conaquella frase de Almafuerte: "Todo enfermo incurable tiene cura cinco minutos antes de la muerte", frase poética y esperanzada,pero de escaso rigor científico y dudosaaplicación al ámbito político. Esa noche concerté un encuentro con Bittel para el día siguiente, pues debía seguir de cerca el resultado de las gestionesemprendidas por la Multipartidaria. Pero ese día, 24 de marzo de 1976, estalló el golpe. El enfermo incurable, en este caso lademocracia, no había tenido cura. Habíamuerto. Realmente no pensaba encontrar a Bittel en el hotel pero, por las dudas, acudí a la

Page 102: Solo Para Hombres

cita a la hora señalada. Y allí estaba, en el bar, ocupando la mesita de siempre, delante de un pocillo de café vacío, pero solo,conmovedoramente solitario. El bar estaba tan vacío como ese pocillo de café que Bittel había bebido mientras me esperaba. Me recibió con una frase que procurabadisimular, con humor, el éxodo total,absoluto, de políticos y periodistas: - Se me ha dispersao la hacienda. Era ahora un pastor sin rebaño. Habíadejado de ser noticia. Otros personajes,predominantemente uniformados, ocupaban las primeras planas. Nuevos funcionariosrepetían el rito de las ceremonias deasunción, donde mucha gente pugnaba por acercárseles y apabullarlos con aplausos,felicitaciones y buenos augurios. Finalmente, ellos también debieron irsetras la resurrección de la democracia,mientras Bittel volvía a estar rodeado por quienes le brindaban aplausos, felicitaciones y buenos augurios, al jurar como legislador. La historia, ¿siempre se repite?.

Page 103: Solo Para Hombres

103

Agonía y muerte de Crítica

En realidad, no sólo yo sino todoperiodista está acostumbrado a los cesesabruptos en su trabajo, ya sea por despido, por cierre de empresas o, en casos másafortunados, por recibir la oferta de untrabajo mejor remunerado. Yo he pasado por todos los casos y referiré dos, ocurridos en Crítica y en Clarín. Hace ya casi medio siglo trabajaba como cronista político del diario católico El Pueblo,ya desaparecido, y tuve la oportunidad de mejorar mi situación salarial, profesional ysentimental incorporándome como cronista político y parlamentario al legendario diario Crítica, que marcó todo una época en elperiodismo argentino. Digo tambiénsentimental porque en ese diario conocí a Mary, mi novia de entonces y esposa desde hace 36 años. En Crítica sufrí el cierre de la empresa,ocurrida en 1962, sin llegar a cobrar un sólo centavo de indemnización. ¿Por qué cerróun diario con tan enorme caudal de lectores que alcanzó tiradas nunca superadas en su época, ni durante muchos años después?. Tiene su explicación. El diario de NatalioBotana tenía su fuerte en los sectorespopulares, con un estilo considerado

Page 104: Solo Para Hombres

sensacionalista, que ofrecía abundanteinformación turfística, policial y deportiva y las noticias políticas más estridentes. Durante la presidencia del general Perón el gobierno compró el diario. Cuando Perón fue derrocado, en 1955, los herederos deBotana intentaron recuperarlo judicialmente, argumentando que se había tratado de una compra extorsiva, pero fracasaron en elintento. El gobierno de la llamada revolución libertadora lo entregó a un líder radicalporteño, el doctor Santiago Nudelman, quien asumió la dirección. Para ello fue simulada la formación de una cooperativa delpersonal pero, en realidad, el traspaso deldiario a manos de Nudelman se trató, podría decirse, de un premio al antiperonismo del dirigente radical y a su fidelidad a losobjetivos de la revolución triunfante. Desde la dirección del diario, Nudelmanmodificó radicalmente la concepción, elestilo y el contenido del diario. Dejó de ser un diario sensacionalista y se transformó en un diario serio. Incorporó noticias sociales y páginas culturales. Pero los lectorestradicionales de Crítica no se sintieronidentificados y dejaron de comprarlo. Yaquellos lectores que Nudelman trataba de captar tenían otros diarios que interpretabanmejor sus gustos e intereses. El resultado fue que Crítica se fue quedando sin lectores y, consecuentemente, sin avisadores.

Page 105: Solo Para Hombres

105

En aquellos tiempos el radicalismo se había dividido entre Intransigentes (la UCRI,encabezada por Arturo Frondizi) y del Pueblo(la UCRP, liderada por Ricardo Balbín). Pese a que Nudelman militaba en el radicalismo del Pueblo, el gobierno de Frondizi, instalado en 1958, le brindó oxígeno para que eldiario pudiera sobrevivir y esto ocurrió hasta 1962, cuando Frondizi fue derrocado y,consecuentemente, desprovisto de esamáscara de oxígeno, Crítica sufrió la asfixia financiera que lo condujo a la muerte. Hubo algunos intentos de reflotarlo, pero todos fracasaron. Tuvo más suerte Héctor Ricardo García quien, con ese fino olfato quelo caracteriza, salió a ocupar el espaciovacante que había dejado Crítica fundando Crónica en 1963, iniciativa coronada por el éxito que aún perdura. No sólo siguióaquella línea tradicional del diariodesaparecido, sino que imitó el logo y llevó a trabajar a Crónica a quien había sidosecretario general de redacción y almamater de Crítica, Juan Carlos Petrone. Finalmente el Estado tomó posesión de los bienes de Pampa, la empresa editora deCrítica y así fue como dependencias de la Policía Federal ocuparon el majestuosoedificio de la avenida de Mayo 1333. De su frente fue sacado el mármol donde se había esculpido la frase de Sócrates que era el

Page 106: Solo Para Hombres

lema del diario: "Dios me puso sobrevuestra ciudad como un tábano sobre unnoble caballo para picarlo y tenerlodespierto".

Page 107: Solo Para Hombres

107

Jugando al tenis con Menem

En Clarín fui despedido luego de 23 años de trabajo como jefe de la sección Política, donde había llegado de la mano de Osvaldo Bayer, gran compañero, anarquistaromántico, pluma brillante, autor de "Losvengadores de la Patagonia trágica", llevada al cine con el título de "La Patagoniarebelde". En realidad no se trató, formalmente, de un despido, sino de una renuncia forzadapor la empresa a cambio de unaindemnización en el marco de una purgaque afectó a casi todos los secretarios de redacción y jefes de sección, entre ellos los máximos responsables de la redacción,Marcos Cytrinblum y Joaquín Morales Solá. ¿A que obedeció esa purga?. No lo se, ni nunca se me ocurrió tratar de averiguarlo, pero tengo mi hipótesis, que podríacomenzar a desgranar con una anécdota de 1989, cuando transitaba el último tramo de mi trabajo en el diario. Carlos Menem estaba en La Rioja. Acababa de ser electo presidente de la Nación pero aún no había asumido. Hacia allí viajamos,en un pequeño avión, el brigadier AndrésAntonietti, entonces comandante de Material

Page 108: Solo Para Hombres

de la Fuerza Aérea; su gran amigo Alfredo Roque Corvalán, abogado y ex aviadormilitar, pero más especializado eninteligencia que en vuelos de combate, y yo. Durante el vuelo se registró un risueñoepisodio. Corvalán experimentó unairreprimible necesidad de orinar y en elavioncito no había baño. - No podés orinar en el piso. Estamosvolando sobre Córdoba. Bajaremos en Pajas Blancas (el aeropuerto cordobés) para que vayas al baño, lo consoló el brigadier. Cruzamos caminando la pista, llegamos al edificio de la estación aérea, que estabadesierta, y allí nos interceptó un cabo de la Fuerza Aérea.- Soy el brigadier Antonietti, se presentó el aviador, quien no vestía uniforme sino jeany zapatillas. El cabo lo miró con expresión incrédula y ni siquiera lo saludó.- ¿Donde está el oficial de servicio?,preguntó, imperativo, el brigadier.- No se, señor, respondió algo turbado elsuboficial quien, tal vez por el tono de voz, advirtió entonces que se trataba, realmente, de un superior.- Vaya a buscarlo, conminó Antonietti. El cabo ahora sí saludó y salió corriendo en busca del oficial pero, entre tanto, Corvalán había retornado del baño y regresamos alavión. Ignoro si el cabo habrá encontrado al oficial de servicio y referido el extraño

Page 109: Solo Para Hombres

109

episodio que, para ellos, habrá resultadoabsolutamente incomprensible. En La Rioja Menem nos invitó a jugar altenis y a cenar en la residencia delgobernador, que él ocupara hasta pocotiempo antes. - Yo voy a jugar con este chango, dijoMenem, señalando a un joven, desconocido para nosotros, a quien ni siquiera presentó. Antonietti y yo formamos la pareja rival. Nos vapulearon. Luego nos enteramos que elchango era un profesor de tenis riojano que entrenaba al presidente electo desde queera gobernador. En la residencia había otros dos visitantes, el Muñeco Mateyko y Carlos Spadone, quien estaba gestionando tierras para cultivarkiwis, fruta cuyo consumo, en esa época, era mayoritariamente abastecida por laimportación. Pero de la comida sóloparticipamos Antonietti, Corvalán, yo y -todavía no se divisaba la tempestad en elhorizonte matrimonial- la señora Zulema. En esa cena Menem le ofreció al brigadier el cargo que este aceptó gustoso: jefe de la Casa Militar. Jamás le planteó Antoniettiaspiración alguna de comandar la FuerzaAérea. Esta sospecha, infundada por cierto, parecía haberse instalado en el pensamiento del entonces titular del arma, brigadierCrespo quien, atribuyendo a esa visita de

Page 110: Solo Para Hombres

Antonietti carácter político, de un plumazo lo pasó a disponibilidad apenas regresó a lasede del comando. Una vez que Menemasumió la Presidencia normalizó la situación de revista de su amigo y cumplió la promesa de designarlo jefe de la Casa Militar. La cena riojana también deparó un postrepara Corvalán. Esa noche Menem le entregó una carta nominándolo su enlace personal con la SIDE (Secretaría de Inteligencia delEstado), organismo en ese momento a cargo del radical Facundo Suárez (recuérdese que todavía Raúl Alfonsín ejercía la Presidencia). Esa oficiosa nominación fue seguida de un anuncio: Menem le confió que aún no había decidido, entre Corvalán y el Tata Yofre,quien sería el futuro titular de la SIDE.Finalmente se decidió por este último, pero Corvalán tuvo su premio, designado en la embajada argentina en el Uruguay. Allívolvería a unir su destino al de Antonietti, quien luego sería designado titular de esarepresentación diplomática. Pues bien, en el momento de ingresar a la residencia oficial riojana se había producido un encuentro: salía de allí el gerente general de Clarín, Héctor Magnetto. Nos saludamos al paso. Luego le pregunté a Menem cualhabía sido el motivo de esa visita. Sin darle mayor importancia, respondió:- Está tratando de establecer contactosvinculados con canal 13. Ocurre que Clarín aspira a quedarse con el canal (que

Page 111: Solo Para Hombres

111

administraba el Estado e iba a serprivatizado). Es obvio que aquellos contactos resultaron exitosos porque, finalmente, Clarín accedió a la adjudicación y propiedad del canal 13. De aquí parte mi hipótesis acerca de los motivos de aquella purga que había barrido prácticamente a toda la plana mayor de la redacción del diario. Magnetto, siendo un joven contador, había llegado a Clarín de la mano de RogelioFrigerio, cuando este tenía una poderosainfluencia en el diario. Manejó las cuentas de la empresa e hizo una rápida y exitosacarrera, que lo llevó a los cargos de mayor responsabilidad en Arte Gráfico EditorialArgentino (AGEA), la empresa editora y en Papel Prensa, la industria papeleraperteneciente también al Grupo Clarín, queluego seguiría creciendo. Cuando sobrevino la crisis en la relación de la directora, Ernestina Herrera de Noble, con el frigerismo, Magnetto logró sobrevivir,pese a que esa crisis determinó elalejamiento de la empresa a todos aquellos identificados políticamente con eldesarrollismo, entre ellos dos periodistasque luego formarían parte del elencoministerial de Menem: Oscar Camilión (jefe de redacción, cuya baja se atribuyó también a otros motivos, más domésticos que

Page 112: Solo Para Hombres

políticos, según relata Jorge Asís en su libro "El diario de la Argentina") y Antonio Salonia (secretario de redacción en el área deEducación, luego ministro de ese ramo). Sin embargo, pese al poder que habíaadquirido Magnetto en el manejoeconómico, administrativo y financiero de la empresa, la redacción seguía siendo unfeudo impenetrable controlado por Marcos Cytrinblum. Cuando Magnetto logróabrochar el negocio de canal 13 eincorporarlo al Grupo Clarín, obtuvo la cuota de poder que le faltaba para ejercer elcontrol total de las empresas, incluyendopor supuesto la redacción del diario. Y allífue -según mi personal hipótesis- cuando se desencadenó el operativo escoba que barrióde la redacción a todos los periodistasamigos o profesionalmente solidarios conCytrinblum.

Page 113: Solo Para Hombres

113

A 33.000 pies de altura

Salgo del baño y me encuentro con eldoctor Malaspina.- ¿Se da cuenta como me he recuperado?. ¡ Ya puedo orinar sin ayuda de la sonda!. El médico ríe. Ahora podemos reír yrecordar con humor aquellos días quesufrimos en el hospital Italiano. Digosufrimos porque, si bien no con la misma intensidad que yo, el cirujano también había sufrido aquellas complicaciones queretardaron mi restablecimiento. Que ahora estaba restablecido quedabademostrado por el cambio de escenario.Este encuentro no ocurrió en el hospital.Habían pasado más de tres meses desde la operación y ahora nos encontrábamos a33.000 pies de altura, sobrevolando elocéano Atlántico, en un avión de Air Plus, procedente de Tenerife, en las islasCanarias. Se me había ocurrido que sería saludable, después de lo que pasamos a raíz de mienfermedad, tomarnos un descanso, aunque fuera de apenas una semana. Mary preparólas valijas y acordamos viajar a Tenerife. En mi última visita al doctor Malaspinahabía surgido una nueva complicación, una micosis peneana, nada grave pero molesta.

Page 114: Solo Para Hombres

Durante la consulta surgió la conversacióndel viaje y así comprobamos la coincidencia:viajaríamos en la misma fecha y en elmismo vuelo, aunque nos alojaríamos endistintos hoteles. El había organizado elviaje junto con otros cuatro médicosplatenses y sus respectivas mujeres. Ellos habían alquilado una combi yrecorrido la isla. Nosotros recorrimosTenerife en un tour. Esta modalidad tiene la ventaja de evitar la molestia de conducir y contar con la ayuda de un guía que orienta y brinda información. La desventaja es que el programa y el itinerario lo determina laagencia de viajes y no el viajero. Por supuesto que, paisaje más o menos, vimos lo mismo. Pero nosotros hicimos otra excursión a un lugar que ellos no habíanvisitado: la isla Lanzarote. Así que le conté algo de lo que provoca mayor impacto en esa isla: los volcanes. Suman un centenar. Ninguno está en actividad. La últimaerupción ocurrió en 1824 pero, en el siglo anterior, se registraron erupciones durante 7 años. Aldeas enteras fueron sepultadascon todos sus pobladores. Casi toda la isla quedó cubierta por un manto de lava, que por supuesto persiste, de hasta un metro de espesor, que le da al suelo de Lanzarote esa especial coloración oscura. No hay nueva erupciones, aunque muchos temen que se repitan. Un observatoriomonitorea permanentemente el suelo,

Page 115: Solo Para Hombres

115

procurando descubrir actividad volcánica con el propósito de alertar a la población antes que sea demasiado tarde. No hayerupciones pero el fuego sigue anidando en las entrañas de los volcanes y no faltanquienes están muy gustosos con ello. Por ejemplo, los propietarios del restaurante El Diablo, construido sobre un volcán, enTimanfaya. La parrilla de este restaurante es la más insólita que pueda imaginarse. Esta enorme parrilla, de alrededor de 5 metros dediámetro, corona un cráter del volcán yemplea como combustible el fuego volcánico que envía tanto calor a la superficie que,sobre esa parrilla, un pollo se cocina enapenas 15 minutos. A pocos metros deprofundidad la temperatura se eleva a 600 grados centígrados. A los comensales, que acuden en grannúmero a saborear carnes, sardinas y pollos asados al calor del volcán, parece nopreocuparles la posibilidad de que seproduzca una erupción. Se los ve tranquilos y confiados y se divierten arrojando sobre un pequeño pozo ramitas que arden en elacto, incineradas por el calor del suelo.Timanfaya fue un verdadero infierno durante las erupciones ocurridas hace casi 300 años. De allí que el artista canario César Manrique haya diseñado una figura del diablo como

Page 116: Solo Para Hombres

símbolo del Parque Nacional Timanfaya, que ya no es un infierno sino un paraísovolcánico que sirve de atractivo turístico,cuyas montañas recorrimos con Marymontados en un dromedario. Fue esta lafoto más celebrada entre un centenar deellas que tomamos en las Canarias. Es curioso advertir como las tragediasvolcánicas del pasado fueron convertidas,por la imaginación de los empresarios delturismo, en atractivos que impulsan elinterés del viajero por visitar la isla. Porejemplo, los Jameos del Agua, unainsondable caverna de 7 kilómetros delongitud que se interna mil metros en elmar, trae el agua salada a una profunda e inmensa cueva donde forma un lagoartificial y allí viven unos extraños cangrejos ciegos, especie única en el mundo, segúnlos lugareños. Pues bien, en esa oscuracaverna -románticamente ambientada amedia luz- fueron construidas dosconfiterías, dos pistas de baile y una piscina. Allí disfrutan los turistas, ajenos a lasterribles convulsiones que sufrió la isla hace 4.000 años, que es la edad estimada de la caverna, según los expertos. Pero ahora no estábamos en la caverna, sino en un pasillo del avión, conversandocon el doctor Malaspina, no ya sobre lasalternativas de aquella operación, sinocontándole estas maravillas volcánicas.

Page 117: Solo Para Hombres

117

Rematé el relato con una alegre evocación de las penurias pasadas:- En aquellos días del hospital Italiano,¿quien hubiera imaginado que, poco tiempo después, estaríamos compartiendo un vuelo a Tenerife?.- No es la primera vez que la realidadsupera a la imaginación.

Page 118: Solo Para Hombres
Page 119: Solo Para Hombres

119

La carta ganadora

Ahora cambia el escenario. El nuevoencuentro con el urólogo es en el hospitalItaliano. Era necesario comprobar que elmal había sido vencido y aquí estaba yo, en el consultorio del doctor Malaspina,mostrando la carta ganadora: el resultado del nuevo análisis destinado a determinar el valor del antígeno prostático específico. Se recordará que, antes de la operación, se había elevado en forma alarmante,alcanzando un valor de 20,9, síntomaevidente de que algo estaba funcionandomuy mal, pues el valor normal, para loshombres de mi edad, es de hasta 4,5. Cuatro meses después, aquel amenazante índice se había reducido a !1,5!... Tanabrupta como salvadora caída tenía una sólo lectura: ¡ el cáncer había sido derrotado!... Sin embargo, el médico prefirió actuar con precaución y dispuso completar seis meses de tratamiento con la inyección mensual de Luprón Depot y los comprimidos de Asoflut cada doce horas. Este era el resultado más importante yalentador de esta nueva visita al hospital.Pero también había mejorado sensiblementede aquella otra dolencia menor: la micosis peneana, que había sido tratada con

Page 120: Solo Para Hombres

antimicóticos y lavados con agua oxigenada. El médico opinó que eran dos las causas que la habían provocado: la abrumadoraingestión de antibióticos y una rebeldeglucemia que se negaba a ceder. Obvio sería señalar la importancia de los antibióticos, salvadores de tantas vidasirremediablemente perdidas en el pasado,antes de su incorporación al arsenalterapéutico. Pero administrados encantidades industriales, como ocurre endeterminados casos -el mío, por ejemplo-los antibióticos determinan la aparición deestas micosis. Ello se agudiza con la diabetes, que estoy logrando controlar laboriosamente, con lainestimable ayuda de un médico platenseque hace honor a su profesión, el doctor Alberto del Papa. Sigo escapando a la dependencia de la insulina,mediante un adecuado régimen alimentario,caminatas y la administración de la máxima dosisde dos medicamentos: Euglucon (glimenclamida, 5miligramos, tres comprimidos por día) y D.B.I.ap(metformina, 850 miligramos, dos comprimidospor día). Para controlar diariamente el nivel deglucemia compré un aparatito que analiza, ensegundos, el nivel de glucemia. Además de facilitarese importante control, brinda una emoción cadamañana: la alegría de comprobar que ha descendido o la contrariedad que provoca advertir que, pese a todos los esfuerzos, se ha elevado.

Page 121: Solo Para Hombres

121

Cuatro meses de abstinencia

La micosis no es molesta, porqueafortunadamente no provoca dolor, ni ardor, ni picazón. Pero la precaución de noprovocar contagio había determinado que no intentara reanudar la actividad sexual. A mis años podría decirse que no es fundamental, pero una alegría de vez en cuandoreconforta el espíritu. La abstinencia sexual llevaba ya más de cuatro meses. Primero como obviaconsecuencia de la operación y laconvalecencia y, luego, a raíz de estamicosis, lo cierto es que durante esteperíodo el sexo desapareció de mi vida, y ya comenzaba a impacientarme. No sólo portener vedada la satisfacción de la relaciónsexual, mi mujer y yo, sino porque estaba ávido por experimentar si había sufrido,como consecuencia de la operación, lasecuela de la impotencia. Ya he referido anteriormente que lassecuelas más temidas de una operación de próstata son la incontinencia urinaria y laimpotencia. Rápidamente había podidocomprobar, estando aún internado en elhospital Italiano, que la incontinencia no se había presentado en absoluto. Pero no había

Page 122: Solo Para Hombres

tenido la oportunidad de hacer similarcomprobación respecto de la impotencia. La potencia sexual del hombre, lo mismo que la calidad del semen y la producción de varias hormonas masculinas, estánfuertemente influenciadas por lascondiciones de salud de la próstata. De allí que muchos hombres que han contraídoalguna enfermedad prostática teman queesa dolencia los conduzca a la pérdida de su virilidad. Ese temor se agiganta frente a una operación, especialmente si se trata decáncer de próstata, que por si mismo yaprovoca espanto. Ocurre que sobre la superficie de lapróstata se encuentran las fibras nerviosas necesarias para una erección normal. Siresultan dañadas sobreviene la impotencia. Pero hoy la técnica quirúrgica, añadida a la maestría de un cirujano experimentado,permiten preservar aquellas fibras demanera que sigan cumpliendo su función sin contratiempos y el paciente recobra, rápida o más tardíamente, su potencia sexual. Pero esto no es así en el 100 por ciento de los casos y yo ignoraba todavía cual sería el resultado de mi caso en particular. Lasestadísticas pueden ser muy alentadorashasta que llega el momento de comprobar en que bando de los porcentuales seencuentra uno. Recuerdo aquellas palabras del doctor Malaspina cuando trató de disipar mis temores: "Hace 35 años que opero

Page 123: Solo Para Hombres

123

próstata y jamás he tenido un caso deincontinencia o impotencia. Espero que este no sea el primero". Por cierto que no fue el primer caso de incontinencia. Faltaba ahora hacer la segunda comprobación. Esta iba a llegar durante las vacaciones. Fueron sólo quince días en Punta del Este, pero suficientes para aliviar las tensionesacumuladas. Pude comprobar cuansaludable es la tranquilidad y el descanso,pues hasta parecía haber desaparecido ladiabetes. Cuando la glucemia descendió avalores normales llegué a creer que fallaba el aparatito con el que medía el nivel deazúcar en sangre y acudí a un centroespecializado, en Maldonado. Allí verificaron que el registro era correcto. Debí reducir la dosis de medicamentos,reemplazados por la más gratificante terapiade las caminatas junto al mar, sol, playa, natación y comida sana, alejado de laspreocupaciones cotidianas. Todo ello conformaba el marco ideal para hacer la comprobación pendiente, respecto de aquella posible secuela que tantopreocupa a todo hombre que debesometerse a una operación de próstata: la impotencia. Debo confesar que yo sufría el mismotemor. Tanto, que aguardaba con ansiedad, pero a la vez temía la llegada de ese

Page 124: Solo Para Hombres

momento crítico en que sabría si habíaquedado impotente o no. Ese día regresamos al hotel pasado elmediodía, luego de haber disfrutado junto con Mary una mañana de playa y nosdispusimos a ducharnos. ¡ Había llegado elmomento!... El amor lo pone cada pareja, así que me referiré al sexo, que es la causadeterminante del temor masculino en todo paciente operado de próstata. Pude comprobar entonces que la operación había sido impecable y no había dejado la preocupante secuela. Se produjo la erección y mi mujer alcanzó plenamente el orgasmo. Pero en esto quiero ser muy claro: al haber desaparecido la fuente del semen no hubo eyaculación. No me sorprendió porque elmédico ya lo había advertido. Mi experiencia indica categóricamente que, tras una operación así y con similarresultado, nadie quedará privado del placer sexual. No será con la misma intensidad,pero podrá disfrutarlo con su pareja... yestará vivo, que es lo realmente importante. Tan importante como el amor, que siempre habrá de prevalecer más allá de laeyaculación, o aún de la impotencia.

Page 125: Solo Para Hombres

125

El silencio, ¿es salud?

Buenos Aires es una ciudad bulliciosa. Ytambién ruidosa. El bullicio puede interpretarse como unaexteriorización de alegría. Tal vez molestará a algunos, es cierto, pero la mayoría de los porteños formamos una comunidad que no se caracteriza, precisamente, por sersilenciosa. El ruido no es inofensivo, como el bullicio. Agrede. Todo aquel que haya caminado por nuestras calles, especialmente en el centro de la ciudad, lo sabe muy bien por habersoportado esa agresión. El ruido invade no sólo los lugarespúblicos, sino también los privados. No en vano imponen horarios de silencio todos los reglamentos de consorcios que rigen la vida de los microcosmos urbanos que son losedificios de departamentos. Hace algunos años las autoridadesmunicipales -aún no se había creado elgobierno de la ciudad autónoma-emprendieron una campaña destinada aerradicar los ruidos molestos. Medido en decibeles, el resultado de esacampaña no fue exitoso, porque la ciudad siguió -y sigue- tan ruidosa como siempre,pero acuñó un slogan que constituyó todo

Page 126: Solo Para Hombres

un hallazgo publicitario: "El silencio essalud". La gente no dejó de hacer ruido, perorepetía la frase hasta el cansancio. Quedó tan incorporada al vocabulario porteño que aún hoy no faltan quienes la siguenrepitiendo. Además de ingeniosa, la frase está avalada por un sólido fundamento científico y, ensentido figurado, se le encontraron múltiples aplicaciones, muy distantes del propósitoque inspiró su creación. Por ejemplo, se la emplea para advertir el riesgo de hablar en determinadas circunstancias o ventilarcuestiones sobre las que sería mejor callar. Esa advertencia parece estar dirigida, entre otros destinatarios, a las enfermedades de la próstata, incluido el cáncer. Notas periodísticas, programas radiales,entrevistas televisivas y una copiosapublicidad oficial, ofrecen un abundantemenú de divulgación popular acerca dedeterminadas enfermedades, sus síntomas, las formas de prevenirlas, donde acudir en busca de orientación, campañas devacunación y opiniones de médicosespecialistas. El SIDA, obviamente, es la enfermedadque mayor presencia tiene en todos losmedios de comunicación. No sólo losmédicos que tratan ese mal sino también los pacientes que lo sufren tienenpermanentemente cámaras y micrófonos a

Page 127: Solo Para Hombres

127

su disposición. Hay otras dolencias quetambién concentran el interés periodístico y las pautas publicitarias de los gobiernos de la Nación y de las provincias. El sarampión, el dengue, el cólera, el cáncer de mama son algunas de ellas. Lo mismo ocurre con las campañas de lucha contra las adicciones. El entonces jefe de gobierno porteño,Fernando de la Rúa, apareció en laspantallas de televisión personificando unacampaña que aconsejaba a las mujeres no omitir el papanicolau para prevenir el cáncer de útero, recomendación que durante años no dejó de formular Tita Merello. Ese esfuerzo de divulgación para prevenir ciertas enfermedades es realmenteponderable. La educación para la salud, laprevención, es lo que permite mejorar lacalidad de vida de los pueblos. Que hayabuenos hospitales está muy bien, peromejor aún evitar que se produzca lasuperpoblación hospitalaria creando unaconciencia colectiva acerca del cuidado de la salud. Siempre será mejor prevenir quecurar. Lamentablemente, las enfermedades de la próstata no gozan de las preferencias de los medios y están huérfanas de campañaspreventivas. Es un tema cubierto por unpesado manto de silencio cuando, enrealidad, debería provocar sostenidas

Page 128: Solo Para Hombres

campañas destinadas a alertar a lapoblación masculina por la masiva incidencia que esas dolencias tienen, como que -nadamás ni nada menos- constituyen unaamenaza sobre la mitad de los hombresmayores de 50 años, en nuestro país y en todo el mundo. ¿Que otras enfermedades se encuentran tan extendidas?. Sólo en casos aislados, tal vez cuando se realiza un descubrimiento de laboratorio o se ensaya una nueva terapia, algún medio se ocupa del tema. Ese profundo silencio es lo que pudo haber determinado que hasta los propios pacientes se muestren reacios a hablar de su enfermedad, como si se tratara de algo que se debe ocultar. Sin embargo, con sólo tener presente que hoy la mitad de los hombres mayores de 50 años están predestinados a sufrir trastornos prostáticos, los ministerios de Salud, loslaboratorios, las asociaciones médicas y, por supuesto, los medios de difusión por propia iniciativa, deberían promover campañasmasivas de divulgación. Sería muysaludable, pues la ignorancia es la mejoraliada de las enfermedades y la peorenemiga de salud. ¿Esto lo entiende la Sociedad Argentina de Urología?. Debe suponerse que si, perotengo mis serias dudas. Veamos. Guiado por el propósito de enriquecer este libro condatos estadísticos y consejos prácticos de la institución médica que debería ser

Page 129: Solo Para Hombres

129

vanguardia en la lucha contra lasenfermedades de la próstata, acudí aaquella Sociedad donde, junto con unejemplar de los originales del libro -aún no figuraba este fragmento, naturalmente-entregué una nota dirigida a su presidente, el doctor I.M.Davidson. Tiempo después llamé por teléfono y, muy amablemente, me indicaron que mi solicitud había sido girada al doctor Montes de Oca, por su carácter de responsable delSubcomité de Oncología. Me indicaron que lo llamara por teléfono a su consultorio,4815-4197/8, pues él sería el encargado de suministrarme los datos requeridos. Así lo hice, en dos oportunidades. En laprimera, la secretaria señaló que reunir lainformación solicitada llevaría tiempo, contra mi ilusa suposición de que esos datosestarían almacenados al día en unacomputadora. El resultado de mi segundo llamado fue todavía más decepcionante.Esta vez la secretaria fue más tajante: dijo que el doctor Montes de Oca no meatendería y que dejara mi número deteléfono para avisarme cuando tuvieran los datos. Si esperara ese llamado paraterminar el libro, aún estaría inconcluso. Semejante actitud contribuye a explicar el silencio que cubre a este tipo deenfermedades, la ausencia de campañas

Page 130: Solo Para Hombres

preventivas y cuán indefensos y expuestosestamos los hombres mayores, huérfanos del apoyo que deberían brindar quienes son responsables calificados de la lucha contra el mal.

Page 131: Solo Para Hombres

131

Al llegar a los 50...

A falta de masivas campañas dedivulgación, todo hombre mayor de 50 años queda prácticamente librado a su propiainiciativa si trata de obtener orientación en la búsqueda de caminos destinados a evitar que la próstata lo traicione. Sin embargo, luego de los festejos delmedio siglo de vida, apagar las velitas ycantar el happy birthday, sería muy útil que formulara una serie de interrogantes, cuyas respuestas mucho lo ayudarán a vivirplacenteramente y sin sobresaltos elsiguiente medio siglo. Pero, ¿a quien preguntar?, ¿donde obtener esas respuestas?. El médico urólogo serásiempre la mejor fuente de información. Lo encontrará en los servicios de urología de todos los hospitales públicos y sanatoriosprivados. También, desde luego, en suconsultorio particular. Mientras decide acudir a la consulta aquíestán algunas de las preguntas que deberíaformular, y también encontrará lasrespuestas. Le servirán de orientaciónmientras reserva su turno con elespecialista.

Page 132: Solo Para Hombres

- ¿Que causas son las que provocan el cáncer y otras enfermedades de lapróstata?.- En los más reconocidos centros mundialesde investigación se siguen estudiando losmales prostáticos para determinar conprecisión sus causas, pero los investigadores aún no lograron descubrirlas. Entre las posibles causas se han mencionado las siguientes:- Alimentación inadecuada, abundante engrasas y factores irritantes, como el café y los condimentos picantes (el dietista podrá brindar una orientación precisa).- La drogadicción y el alcoholismo.- Ciertas enfermedades no tratadasadecuadamente, como las afeccionesvenéreas o de las vías urinarias.- Una descontrolada práctica sexual y lamasturbación.- El estreñimiento continuado.- La práctica inmoderada de algunosdeportes, como el levantamiento de pesas, la equitación y, en general, aquellosdeportes que provocan una alta tensiónabdominal. En sentido inverso, elsedentarismo o ausencia de una actividadfísica normal (un médico deportólogo será el más indicado para orientar en este sentido).- El uso de prendas de vestir o cinturones muy ceñidos. Cabe aclarar que el orden de estaenumeración no indica necesariamente el

Page 133: Solo Para Hombres

133

grado de importancia de cada factorpresuntamente determinante del cáncer yotras enfermedades de la próstata. Además, se debe tener en cuenta un factor global: como mundialmente es cada vezmayor la expectativa de vida,consecuentemente aumentan lasprobabilidades de contraer enfermedadesprostáticas, pues estas atacanpreferentemente a los hombres mayores.

- Al margen de esas posibles causas,estas enfermedades ¿son hereditarias?.- No con precisión matemática, pero losmédicos consideran un factor de riesgo, que aumenta las probabilidades de que lascontraiga, aquel cuyo padre o hermanospadezcan o hayan padecido este tipo dedolencias.

- ¿Cuales son los síntomas que delatan una dolencia prostática?.- Es necesario insistir en que ningún hombre debería aguardar los síntomas para acudir a la consulta médica, máxime teniendo encuenta que el cáncer de próstata no produce síntomas en su fase inicial. Como siempre, es mejor prevenir que curar. Los síntomas de la hiperplasia prostática benigna (agrandamiento del tejido de lapróstata), la prostatitis (inflamación de la

Page 134: Solo Para Hombres

próstata por una infección bacteriana) y elcáncer de próstata (presencia de un tumor maligno o células cancerosas en el tejido prostático) son bastante similares. Lasmolestias que experimente al orinarconstituyen el síntoma más evidente. Sitiene dificultades para iniciar la micción ygoteo al finalizar o si se ve precisado aorinar con frecuencia, incluso de noche, es indicador de que debe concurrir deinmediato al urólogo. Otros síntomas mas delicados, porque podrían indicar lapresencia del cáncer, son dolor o sensación de quemazón al orinar y sangre en la orina.

- ¿Cual es el método de prevención más efectivo?.- El mejor camino para prevenir estasenfermedades, que afectan a la mitad de los hombres mayores de 50 años, es larealización de un control anual, consistente en el examen digital de la próstata o tactorectal . Este le permite al médico obtener indicios muy precisos sobre el estado de la próstata y cuenta con tres herramientaspara confirmar su diagnóstico: la realización de una ecografía, un análisis de sangre para determinar el nivel del antígeno prostático específico (PSA) y una flujometría, paramedir la fuerza y el calibre del chorromiccional.La consulta al médico y la visita allaboratorio no demandarán más de dos

Page 135: Solo Para Hombres

135

horas cada año, incluyendo una esperarazonable, y pueden evitar muchos años de padecimientos.

- ¿Cuales son los niveles normales dePSA?.- La presencia de PSA se mide ennonagramos por mililitro de sangre. Esosniveles varían según la edad. Generalmente se aceptan como normales los siguientesvalores: entre 50 y 59 años, 3,5; de 60 a 69, 4,5 y de 70 a 79, 6,5.

- Un índice más elevado de PSA, ¿indica necesariamente la existencia decáncer?.- No. Hay otras dolencias prostáticas, decarácter benigno, que producen unaelevación de los niveles de antígeno.

- En tal caso, ¿como saber si la dolencia es benigna o cancerosa?.- El médico indicará una biopsia. Estapráctica es la que, en definitiva, determinará con precisión si existen células cancerosas.

- Las enfermedades benignas de lapróstata, ¿requieren cirugía?.- Los médicos prácticamente ya han dejado de lado la cirugía de próstata para tratardolencias que no sean cancerosas. Cuentan

Page 136: Solo Para Hombres

para ello con medicamentos muy efectivos. Para la hiperplasia benigna existenmedicamentos que detienen la hipertrofia o aumentan la capacidad de evacuación de la vejiga y la prostatitis es tratada conantibióticos.Otros procedimientos son empleados por los médicos naturistas. Las llamadas terapiasalternativas en general no son aceptadaspor los urólogos que practican medicinaalopática.

- Y si se ha detectado cáncer, ¿cual es el mejor tratamiento?.- El tratamiento depende de cada caso y sólo el médico podrá brindar la orientación precisa. Básicamente existen dosalternativas: la extirpación quirúrgica de lapróstata (prostatectomía radical) y laradioterapia en su aplicación tradicional, de rayo externo, cuya última innovación es la braquiterapia o implantación de semillasradiactivas, que cumplen la misma misiónpero dentro de la glándula. En casos avanzados existen tratamientospaliativos, como la administración deantiandrógenos o la terapia hormonal.

- Esos tratamientos, ¿dejan secuelas no deseadas?.- La cirugía y la radioterapia puedenprovocar incontinencia urinaria o inhibir laerección peneana (la impotencia sexual tan

Page 137: Solo Para Hombres

137

temida por los hombres). Los avances de la medicina determinan que estos casos sepresenten con menos frecuencia y afecten a un porcentaje cada vez menor de pacientes. Además, estas secuelas suelen sertemporarias y pocas veces permanentes.

- Cuando se trata de casos avanzados de cáncer, ¿sobreviene inevitablemente la muerte?.- Depende del grado de avance del mal.Podría asegurarse que si el cáncer no afectó la cápsula prostática, es decir, si se hamantenido dentro de la glándula, laposibilidad de curación es total. La gravedad se presenta cuando se han producidometástasis, afectando a otros órganos,tejidos, huesos o ganglios.

- ¿Como saberlo?.- Con una tomografía axial computada y un centellograma óseo el médico sabrá si elcáncer se ha extendido más allá de lapróstata.

Page 138: Solo Para Hombres
Page 139: Solo Para Hombres

139

Final con humor

Se encuentran dos amigos -uno de ellos operado de cáncer depróstata- y dialogan:

- Te veo muy bien. ¿Ya te hasrecuperado totalmente?.- Si, pero mi mujer me abandonó.- ¿Por qué?. ¿Acaso sobrevino lasecuela de la impotencia y ella no lo pudo soportar?.- No. Para nada. Se fue con micirujano cuando se enteró lo quecobraba por cada operación.

Page 140: Solo Para Hombres
Page 141: Solo Para Hombres

141

Apéndice

Con el propósito de enriquecer elcontenido de este libro consultamos lavaliosa opinión de un distinguidoespecialista argentino, el Dr. CarlosAlberto Nolazco, jefe de consultoriosexternos de Urología del hospital deClínicas “General San Martín”, el hospitalescuela de la Universidad Nacional deBuenos Aires, reportaje incluido en esteApéndice.

También se incluye una breve referenciaa las enfermedades urinarias cuyossíntomas, en algunos casos, el pacientepuede confundir con las de origenprostático.

Quienes deseen compartir la experiencia personal del autor o buscar consejo u

orientación para prevenir o combatir las dolencias prostáticas pueden enviar sus consultas a través de Internet. En este Apéndice encontrarán como hacerlo.

Page 142: Solo Para Hombres
Page 143: Solo Para Hombres

143

Millones de hombres amenazados de muerte

Apenas iniciado el año 2001 moría unafigura emblemática del teatro y la televisión: Darío Víttori. Había enfermado de cáncer de próstata, el mal que también llevó a latumba a otro famoso actor, Telly Savalas y al ex presidente francés François Mitterrand. Esta referencia no indica que el mal ataca sólo a los famosos: la mitad de los hombres mayores de 50 años en todo el mundopadecen o padecerán alguna dolenciaprostática y, muchos de ellos, cáncer. ¿Es esta una condena inevitable para millonesde hombres?. De ninguna manera. Es una amenaza pero se la puede prevenireficazmente. Lo explica en el siguiente reportaje el Dr. Carlos Alberto Nolazco, un distinguidoespecialista argentino, jefe de consultoriosexternos de Urología del hospital escuela“General San Martín” (Hospital de Clínicas) de la Universidad Nacional de Buenos Aires.

Olvidada por los medios, ausente de lascampañas sanitarias preventivas, lejos de la notoriedad alcanzada por sus hermanosfamosos como el cáncer de mama, el SIDA, el dengue o el cólera, la próstata -y los

Page 144: Solo Para Hombres

males que la amenazan- ha comenzado a revertir su condición de cenicientadiscriminada y silenciosa. Fue la estrella de la Semana de la Próstata,realizada en el hospital escuela “General San Martín”. Entonces sí tuvo prensa y unacompañamiento masivo. Durante esa semana fueron atendidos2711 hombres mayores de 50 años. Como consecuencia de los resultados de losanálisis de PSA se dispuso realizar biopsias a un número de pacientes entre 500 y 600. En tanto, cien pacientes siguierontratamiento urológico por HBP (hiperplasiabenigna de próstata). Para el resto que no presentó síntomaalguno, mas todos aquellos que acudan por primera vez, la consigna es repetiranualmente el mismo tipo de examen pues está previsto realizar cada año la Semana de la Próstata. Fue coordinador de la Semana de laPróstata el Dr. Carlos Alberto Nolazco. Con él dialogamos:

- La masiva afluencia registrada se debió, seguramente, a la promoción que se hizo de la Semana de la Próstata, pues de otramanera tal vez no habría habido unarespuesta así procurando prevenir los males prostáticos.- Puede decirse que últimamente hay unamayor conciencia respecto de la prevención.

Page 145: Solo Para Hombres

145

De todas maneras fue grande la ayuda de los medios de comunicación que realizaron una campaña tanto en los medios gráficos como radiales y televisivos.Esto llegó a la comunidad y es importante destacar que aquellos pacientes aquejados por la situación económica, que no tienen una cobertura de prepagas u obras sociales porque son desocupados, pudieron realizar las consultas y exámenes sin desembolso alguno, pues durante la Semana de laPróstata la consulta médica y todos losexámenes fueron gratuitos, lo mismo quelos que se siguen practicando hasta llegar al diagnóstico final.

- Pero ahora, ¿cuan onerosa es la atención en los consultorios externos?.- El hospital de Clínicas es un hospitaluniversitario y, desde algunos años, es uno de los hospitales llamados de autogestión.Esto es que el paciente debe abonar unarancel bajo por la consulta y luego losestudios para llegar a un diagnóstico están arancelados. De todas maneras, cuando la situación económica del paciente no lepermite afrontar esos gastos, interviene un servicio de asistencia social a través del cual se le brinda atención gratuita.

Page 146: Solo Para Hombres

- ¿Como aprecia Ud. los adelantos científicos en materia de patologías prostáticas que se registran en la Argentina en relación conotros países, incluyendo Estados Unidos?.- Sin ser soberbios, podemos decir queestamos a la par de los adelantosmundiales, tanto para el diagnóstico como para el tratamiento en cada una de las áreas de la urología.Si bien la investigación en países del primermundo, como Estados Unidos, está masavanzada y ellos muchas veces descubren estos adelantos nosotros, gracias a loscongresos, a las publicaciones, revistasmédicas y cursos que podemos llegar ahacer en el exterior, nos ponemos al tanto permanentemente de los progresosregistrados.Con respecto al diagnóstico del cáncer depróstata últimamente ha habido un granadelanto a partir del descubrimiento delPSA, que es el antígeno prostáticoespecífico, cuyo nivel en sangre y junto con el tacto rectal y muchas veces la ecografíatransrectal, nos permiten llegar a unadetección precoz del cáncer.En cuanto a tratamientos han aparecidoalgunos nuevos. Podemos hablar de unapuesta a punto de la prostatectomía radical, que si bien tiene muchos años ha resurgido porque se ha mejorado la técnica paracurar, en la mayoría de los casos, el cáncer de próstata.

Page 147: Solo Para Hombres

147

Luego tenemos el tratamiento radiante, que ha tenido dos sistemas nuevos. Uno es la radioterapia tridimensional conformada, que es una radioterapia muy puntual sobre lapróstata y que no tiene tantos problemas como el acelerador lineal y se considera que puede ser, en muchos casos, curativa. Últimamente ha aparecido, y en nuestro país ya la estamos realizando, la braquiterapiaque es la implantación en la zona alrededor de la próstata de semillas radiactivas, unprocedimiento que no necesita internación. El paciente a las 24 o 48 horas estátrabajando, y también se considera untratamiento tipo curativo. La implantación se realiza con un equipo multifuncionalcompuesto por un urólogo, un ecografista y un radioterapeuta que es el que señala los lugares donde se colocan las semillas. Enmuy poco tiempo -lo doy como primicia- lo vamos a tener en nuestro hospital.

- La braquiterapia ¿es un tratamientocostoso?.- Como pasa con la mayoría de los nuevos descubrimientos, como pasó con latomografía computada y la computación, al principio los tratamientos pueden resultaronerosos. Aquí lo que resulta más costoso es la importación de las semillas.

Page 148: Solo Para Hombres

- ¿Existen tratamientos de los llamadosnaturistas o alternativos para combatir elcáncer y las otras enfermedadesprostáticas?.- Aparte de las terapias que he mencionado está el tratamiento farmacológico, conmedicación, sobre todo medicación deantiandrógenos, que puede ser de por vida o alternada y que ofrece buenos resultados.Respecto de las terapias alternativas, no hay ninguna que pueda llegar a ser curativa. Lo importante es que el paciente que tiene un cáncer de próstata o cualquiera otraenfermedad no sólo urológica, estéarmónico con su vida, que no tenga hábitos como, por ejemplo, el cigarrillo, el alcohol, también el stress, pues pueden disminuir las defensas del cuerpo y evitar que la curación sea efectiva.Toda terapia que esté en el camino debrindar una armonía tanto sicológica como física al paciente es bienvenida por elmédico y nos ayuda a nosotros porque, en un terreno fértil como puede ser un paciente que esté bien, que no esté estresado nitenga malos hábitos, las terapias quenosotros podamos realizar van a ser mas efectivas.

- Se dice que la mitad de los hombresmayores de 50 años padecen o contraerán alguna enfermedad prostática y algunoscáncer.

Page 149: Solo Para Hombres

149

- En nuestro país no tenemos todavía una estadística de cuantos pacientes puedenllegar a tener algún problema prostático yjustamente estamos esperando con mucha ansiedad los resultados de los estudios de la Semana de la Próstata, donde vamos apoder apreciar cual es la realidad. En esasemana también hemos interrogado a loshombres mayores de 50 años acerca de un estado llamado la andropausia, haciéndolepreguntas acerca de su salud sexual, esdecir, como son sus erecciones, como es su eyaculación, como está su líbido o deseo sexual. Entonces vamos a tener, además de una estadística de las enfermedadesprostáticas en hombres mayores de 50años, una estadística sobre la salud sexual en estos pacientes en el siglo XXI y ennuestro país.

- Uno de los temores con que el hombrellega a la cirugía prostática es el de laincontinencia e impotencia. ¿Estas secuelas son frecuentes?.- Como he dicho antes se ha mejoradomuchísimo la técnica para evitarlas, peromuchas veces la incontinencia no depende de la técnica ni del cirujano, sino del tumor, en qué estructuras nerviosas estáenglobado. Entonces, si bien la técnica haido mejorando con el correr del tiempo y ya

Page 150: Solo Para Hombres

son mínimos los casos en que puede haber una incontinencia urinaria, todavía hay unpequeño porcentaje de posibilidades de que pueda llegar a suceder.Con respecto a la impotencia sexual,también ha mejorado la técnica que trata de conservar los nervios erectores y todo elpaquete que tiene que ver con la funcióneréctil, pero como con la incontinenciapueden ocurrir algunos casos, que llamamos disfunción sexual eréctil.Respecto de las dos posibilidades tenemos distintos métodos para poder llegar asolucionar estos problemas si llegan asuceder.

- Al hombre mayor de 50 años que llega a la consulta y lo encuentra sano ¿qué leaconseja para que no llegue a enfermarse en el futuro?.- Al hombre que llega al consultorio se le realiza una revisación prostática: el examen digital vulgarmente conocido como tactorectal, un análisis de PSA, una ecografía y una flujometría que es un estudio que serealiza para medir la fuerza y el calibre del chorro miccional.Si los resultados de estos estudios sonnormales se le va a decir al paciente que evite las comidas demasiado picantes, losexcesos de alcohol y de café y que en eltérmino de un año vuelva a la consulta.

Page 151: Solo Para Hombres

151

Aún cuando los estudios sean normales,pero si el paciente refiere que se levantamuchas veces de noche a orinar o lo hace muy seguido durante el día, habrá querealizar otros estudios para ver donde está el problema.

Page 152: Solo Para Hombres
Page 153: Solo Para Hombres

153

Enfermedades del sistema urinario

AVERÍAS EN “EL DESAGÜE”

Los trastornos del aparato urinario, cuyossíntomas, en algunos casos, pueden serconfundidos con los de origen prostático,tienen unas connotaciones sociales ypsicológicas muy importantes. Los afectados tienden a ocultar su problema y aconsiderarlo "achaques normales" de laedad. Sin embargo, son patologías quedeben ser revisadas por el especialista pues son muchas las medidas que se puedentomar para mejorar la calidad de vida de los afectados.

¿Qué es la orina?

Al comer y al beber, el cuerpo absorbelíquidos, por medio del intestino. Los riñones filtran y eliminan los desperdicios de estos líquidos y producen la orina, que estransportada a una bolsa formada pormúsculos llamada vejiga, a través de unos tubos conocidos como uréteres.

Page 154: Solo Para Hombres

La orina sale de la vejiga a través de untubo llamado uretra. Al miccionar, se relaja el esfínter de la uretra y aprieta losmúsculos de la vejiga. El esfínter de lauretra es un grupo de músculos que secontraen para guardar la orina y se relajan para dejarla salir.

Infecciones del tracto urinario

La cistitis es la inflamación, a causa de una infección, de la pared de la vejiga urinaria. Si los gérmenes se instalan en la vejiga o en tracto urinario, se multiplican e invaden los tejidos provocando infecciones. En funcióndel punto anatómico en el que seencuentren los gérmenes, se habla deinfecciones bajas: uretritis en la uretra,cistitis en la vejiga, prostatitis en lapróstata, o de infecciones altas cuandollegan a los riñones, en este caso sedenominan pielonefritis.

Las infecciones del tracto urinario son, junto con las infecciones respiratorias, losprocesos infecciosos más frecuentes. Lafrecuencia y las molestias o síntomas deestas infecciones van variando a lo largo de la vida de la persona, en función del sexo y de la edad.

En la edad escolar el uno por ciento de los niños sufrirá una infección de este tipo, son

Page 155: Solo Para Hombres

155

30 veces más frecuentes en las niñas (se estima que el cinco por ciento de las niñas sufrirá uno o más episodios en los añosescolares).

Después de la pubertad y a lo largo de la edad adulta las infecciones urinarias sonmucho más frecuentes en las mujeres, se calcula que entre el 10% y el 20% de las mujeres sufrirán una infección urinaria enalgún momento de su vida.

Este tipo de infecciones son más frecuentes en las mujeres porque la uretra femenina, opunto de salida de la orina al exterior, se encuentra próximo a zonas con unaimportante población de gérmenes como la vagina y las proximidades de la zona anal.

A partir de los 65 años las infecciones urinarias se presentan por igual en

varones y en mujeres, y a estas edades muchas infecciones pasan sin producir

molestias o síntomas, curándose muchas veces por sí solas.

Page 156: Solo Para Hombres
Page 157: Solo Para Hombres

157

Un sitio abierto a la esperanza

www.abcprostata.com.ar

El hecho de escribir un libro puede tener distintas motivaciones más allá deresponder al impulso de una vocaciónliteraria. Para el escritor profesional puedeser el fruto de su inspiración y creatividad, o sencillamente responder al “encargo” de una editorial en busca de un nuevo títuloexitoso. En otros casos, ser expresión deldeseo de exponer ideas políticas, sociales, culturales o científicas. Los imprescindibleslibros de texto son producto del trabajo de autores ligados a la enseñanza. No faltanquienes impactados por un hecho ocircunstancia que los ha conmovido quieren dejar estampado su testimonio.“Sólo para hombres” cabría en esta última

definición, pero hay más: fue inspirado por el propósito de alertar a los hombres sobre los males prostáticos, aconsejarles comoprevenirlos o llevarles un mensaje deesperanza y orientación en caso de quehayan contraído alguna de esas dolencias, especialmente si se trata del cáncer. A partir de las estadísticas según las cuales millones de hombres están amenazados por

Page 158: Solo Para Hombres

las enfermedades de la próstata y la mitad de la población masculina mundial contraerá alguna de ellas, advertí que el alcance dellibro era limitado: no resultabamaterialmente posible hacerlo conocer ydistribuirlo en todo el mundo. Es decir,millones de hombres no llegarían a leerlo, ni a conocer siquiera su existencia. Si pretendía multiplicar el alcance del libro debía hallar otro recurso. Y ese recurso fue Internet. Así nacieron esta edición digital de “Solo para hombres” y el sitiowww.abcprostata.com.ar, único en elmundo de habla hispana de estascaracterísticas. Con ese sitio me propuse tres objetivos: el ya mencionado de multiplicar el alcance del libro; luego, posibilitar algo que el libro no brinda: un diálogo que facilite las consultas personales, que respondo individualmente, a partir de mi propia experiencia comopaciente operado de cáncer de próstata,procurando disipar dudas y temores; y,finalmente, que ese servicio seaabsolutamente gratuito, sin compromiso de compra, y sin otro interés que ayudar aquienes pasen por una situación como laque he sufrido y superado totalmente con la ayuda de Dios y de los médicos. En todos los casos junto con el mensaje personal envío copia del capítulo titulado “Alllegar a los 50”, que responde a laspreguntas mas frecuentes que suelen

Page 159: Solo Para Hombres

159

formular quienes padecen una dolenciaprostática o buscan prevenirla. No trato de reemplazar al médico sino todo lo contrario: alentar la consulta temprana al urólogo para evitar que otros pasen por la dolorosaexperiencia que me tocó vivir. Desde la apertura del sitio vengocontestando centenares de mensajesprocedentes de todo el mundo de hablahispana. Algunos verdaderamenteconmovedores, enviados por pacientes ymuchos de ellos por hijos o esposas -cuyospadres o esposos han sido atacados por el mal- que salieron en busca de ayuda einformación navegando por Internet y lahallaron en nuestro sitio. Este fue concebido pensando en quienes no pueden acceder al libro pero, por supuesto, aquellos que loposeen también pueden hacer sus consultas enviando sus mensajes por Internet. Mi mayor satisfacción es comprobar que el tiempo y el esfuerzo dedicado a este servicio no ha sido en vano cada vez que recibo un mensaje de agradecimiento testimoniando que a alguien -a quien seguramente jamás conoceré personalmente- le ha resultado útil el aporte de mi experiencia para disipardudas, aventar temores y afrontar el malcon fe y optimismo. Quienes busquen consejo u orientación no deben dudar en escribir y recibirán la

Page 160: Solo Para Hombres

respuesta personalizada en el e-mail quehayan consignado. Sólo es necesario visitar el sitio www.abcprostata.com.ar, explicar el caso con todos sus detalles, puntualizarcuales son los aspectos que mas lepreocupan y mencionar el país deresidencia.

El autor.

Page 161: Solo Para Hombres

161

El autor

Antonio César Morere nació el 6 deoctubre de 1932 en el barrio porteño dePalermo, en la ciudad de Buenos Aires. Está casado con María López Hortas, tienen dos hijos, Francisco Javier y María José y una nieta, Ayelén.En su juventud abandonó los estudios debellas artes para abrazar el periodismo,especializándose en política nacional. Iniciósu carrera en los diarios “El Pueblo” y ellegendario “Crítica”, que lo tuvo como elmás joven cronista parlamentario de aquella época.Realizó las primeras transmisiones radialesdesde el Congreso Nacional, para las radios Porteña y Colonia (de Uruguay).Durante 23 años integró la redacción de“Clarín”, como jefe de Política y,simultáneamente, fue columnista de lasagencias United Press y Noticias Argentinas y colaborador de las revistas “Qué”,“Somos” y “Redacción”.Cubrió episodios memorables, como lostriunfos y derrocamientos de los presidentes Arturo Frondizi y Arturo Illia, así como elregreso del general Perón. Siguió lasalternativas de la fractura del radicalismo(UCRP y UCRI) y de las nominaciones y

Page 162: Solo Para Hombres

campañas de las fórmulas justicialistasPerón-Isabel, Luder-Bittel y Menem-Duhalde.En el extranjero entrevistó a destacadaspersonalidades: Willy Brandt, FelipeGonzález, Eduardo Frei, Eduardo VíctorHaedo, Rafael Caldera, Rodrigo Borja yLeonel Brizola, entre otros. Cubrió congresos internacionales de la Unión MundialDemócrata Cristiana, OrganizaciónDemócrata Cristiana de América,Internacional Socialista y Congreso Mundialpor la Paz, en Caracas, Aruba, SantoDomingo, Paris, Madrid, Grenada y Moscú. Integró las conducciones gremiales delSindicato Argentino de Prensa y de laAsociación de Periodistas, entidades hoyfusionadas en la UTPBA (Unión deTrabajadores de Prensa de Buenos Aires).Convocado por el gobernador EduardoDuhalde en 1991, aceptó su primer –yúnico- cargo público, en la provincia deBuenos Aires, como director de Prensa, que desempeñó durante 8 años, hasta lafinalización del mandato de Duhalde, endiciembre de 1999.A partir de su propia experiencia escribió el presente libro destinado a prevenir el cáncer de próstata y demostrar que es curable. Es un libro único en la Argentina y el primeroen el mundo de estas características escrito en español. Además, desde su sitio enInternet (www.abcprostata.com.ar), de

Page 163: Solo Para Hombres

163

acceso libre y gratuito, responde a quienes, desde todo el mundo de habla hispana, lo consultan en busca de consejo u orientación, que brinda desinteresadamente.Actualmente está dedicado al periodismodigital. Es director del portal Parlamenta(www.parlamenta.com.ar) con información y comentarios políticos e institucionales, yasesor periodístico de Infonews(http://www.infonews.info/), de información tecnológica y empresarial.

Page 164: Solo Para Hombres

Índice

Prólogo............................................5Dedicatoria.......................................9Medio siglo después.........................11Con la angustia dibujada en el rostro..15En defensa propia............................19

Señal de alarma.................. ............23Alerta rojo......................................25Argentina!... Argentina!....................29Una siniestra noticia.........................37Una carrera contra reloj....................38De la mano de Dios..........................45Siempre, buscar otra opinión.............49Sin rodeos: tengo cáncer..................51Quirófano, estación terminal..............53Mi próstata, un trofeo.......................57A solas con el cura y mis pecados.......61No me faltaban alegrías....................65¡ Jaque mate!...................................69Un gran avance: podía levantarme.....73¡ Soy un hombre libre!......................77Se aleja un fantasma.......................79¡ Chau, pucho!.................................83¿Ha ocurrido un milagro?..................87De vuelta a casa, ¡ vivo!....................91Regreso al trabajo...........................95“Se me ha dispersao la hacienda”......99Agonía y muerte de Crítica..............103Jugando al tenis con Menem............107

Page 165: Solo Para Hombres

165

A 33.000 pies de altura...................113La carta ganadora..........................119Cuatro meses de abstinencia............121El silencio, ¿es salud?.....................125Al llegar a los 50............................131Final con humor.............................139Apéndice.......................................141

Reportaje al Dr. Carlos A.Nolazco.....143Averías en “el desagüe”...................153Un sitio abierto a la esperanza.........157El autor.........................................161

Page 166: Solo Para Hombres

Operado de cáncer de próstata a los 63 años, el periodista AntonioCésar Morere no se conformó con celebrar su restablecimiento:quiso que suexperiencia resultaraútil para que otroshombres supierancomo prevenir esaenfermedad, o comocombatirla, si ya los

había atacado. Ese es el sentido delpresente libro.El autor señala un camino de esperanza: el cáncer de próstata, en determinadascircunstancias, es curable. Para llegar a las conclusiones que expone en “Sólo parahombres” realizó múltiples averiguaciones y consultó laopinión de destacados especialistas. Así es como aborda no sólo el cáncer sino el resto de las dolencias prostáticas.Morere completa su aporte con un sitio en Internet, www.acbprostata.com.ar, desdedonde brinda, desinteresadamente, consejo y orientación a partir de su propiaexperiencia.