solemnidad de todos los santos, los ......sus siervos y todo el pueblo elegido. pedro en la cárcel...

40
Año XXVIII / Nº186 / Octubre - Noviembre 2020 / Comisión Episcopal de Liturgia / ECUADOR SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS SUFRAGIOS POR LOS DIFUNTOS PRESENTACIÓN DE LA VIRGEN SANTÍSIMA Jesucristo, Rey del universo: una gran esperanza |1| PÁG. SIG. PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Upload: others

Post on 13-Oct-2020

5 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

Año XXVIII / Nº186 / Octubre - Noviembre 2020 / Comisión Episcopal de Liturgia / ECUADOR

SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS,

LOS SUFRAGIOS POR LOS DIFUNTOS

PRESENTACIÓN DE LA VIRGEN SANTÍSIMA

Jesucristo, Rey del universo: una gran esperanza

|1|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 2: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

Índice

Revista de Liturgia y PastoralRevista bimestral de Liturgia para sacerdotes,religiosos y agentes de pastoral.Órgano oficial de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.AÑO XXVIII N° 186, Ciclo AOctubre - Noviembre 2020Edición:Comisión Episcopal de LiturgiaConferencia Episcopal EcuatorianaFotografías: Archivo CEE, ShutterstockCaricatura:FanoDiseño y diagramación:Ma. Fernanda MorenoImpresión: Imprenta Don Bosco, QuitoCorrespondecia y Suscripciones:Conferencia Episcopal EcuatorianaLibrería de la Conferencia Episcopal EcuatorianaApartado: 17-01-1081, QuitoAutorización: SENAC SPI 647Telfs.: (593-2) 222 3137 / 138 / 139, Ext.: 300 / 308E-mail: [email protected]ón anual por correo:Nacional 24 USD / Exterior - De acuerdo al país de destino

EDITORIAL 3

XXVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO A, 2020 6

XXVIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO A, 2020 8

XXIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO A, 2020 10

XXX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO A, 2020 12

TODOS LOS SANTOS DOMINGO 01 DE NOVIEMBRE DE 2020 CICLO A 14

XXXII DOMINGO DOMINGO 08 DE NOVIEMBRE DE 2020 CICLO A 16

XXXIII DOMINGO DOMINGO 15 DE NOVIEMBRE DE 2020 CICLO A 17

JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO DOMINGO 22 DE NOVIEMBRE DE 2020 CICLO A 19

I DOMINGO DE ADVIENTO CICLO B DOMINGO 29 DE NOVIEMBRE 21

SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, SIGNIFICADO DE “SANTO” 24

LOS SUFRAGIOS POR LOS DIFUNTOS 27

PRESENTACIÓN DE LA VIRGEN SANTÍSIMA 21 DE NOVIEMBRE 32

JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO: UNA GRAN ESPERANZA 35

|2|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 3: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

Queridos hermanos y hermanas:

La revista celebrar pretende ser una herramienta que nos ayude a reflexio-nar continuamente los misterios de la vida de Cristo y de una forma trans-cendental unirnos en las celebraciones del Cuerpo Místico de Cristo.

En este tiempo en que nuestra fe ha sido y sigue siendo probada, la Iglesia peregrina hacia la casa del Padre, en medio de incertidumbres y esperan-za, continúa en nombre de Jesucristo acompañando a su pueblo, haciendo

consciencia de nuestra vida temporal con la esperanza de los bienes futuros, porque ella se preocupa de la persona en toda su integridad.

Ejerce su vocación de evangelización con alegría porque Cristo es su Rey, y se prepara su advenimiento definitivo.

1. El Decreto Ad Gentes No 1, del Concilio Ecuménico Vaticano II acerca de la activi-dad misionera de la Iglesia, empieza así: “enviada por Dios a las gentes para ser el sacramento universal de la salvación”, la Iglesia, contestando a las exigencias más profundas de su catolicidad y a la orden especifica de su fundador (cf. Mc 16,15), se esfuerza de llevar el anuncio del Evangelio a todos los hombres. De hecho, los mismos Apóstoles, sobre los cuales la Iglesia fue fundada, siguiendo el ejemplo de Cristo predicaron la Palabra de la verdad y generaron las Iglesias. Estas expre-siones, la Iglesia universal quiso entregarlas no sólo a aquellos que, en respuesta a una vocación específica, se consagran al Señor, sino a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Cada uno de nosotros puede y debe ser misionero en cuanto también muy cerca de nosotros, muchas veces Jesús no es conocido, mejor dicho, no es más conocido en cuanto olvidado. El mes de octubre, tradi-cionalmente dedicado a la oración para las misiones y al rezo del santo Rosario, nos estimule a reflexionar sobre este tema constitutivo en la misión de la Iglesia.

EDITORIAL

|3|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 4: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

2. El 2 de octubre se celebra la memoria de los santos Ángeles custodios: en la his-toria de la salvación, Dios confía a los Ángeles la tarea de proteger los Patriarcas, sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus Ángeles ven siempre el rostro del Padre que está en los cielos (Mt 18,10). Esta celebración ha sido introducida en el calendario romano en 1615.

3. El 7 de octubre la liturgia celebra la memoria de la beata Virgen María del Rosario: es una memoria mariana de origen devocional que se relaciona con la victoria de Lepanto (1571), que detuvo la gran expansión del imperio Otomano. San Pio V atribuyó aquel histórico acontecimiento a la oración que el pueblo cristiano había dirigido a la Virgen en la forma del Santo Rosario.

4. El 1 de noviembre se celebra la solemnidad de todos los Santos: aquellos que han sido reconocidos como tales por la Iglesia. Y lo son también tantos otros, tal vez anónimos, que han vivido con radicalidad los ideales del Evangelio. ¿Cuáles son estos ideales? La liturgia responde a esta pregunta al ofrecer a nuestra conside-ración la página evangélica de las bienaventuranzas. Esa página no es tanto un programa de vida cuanto una revelación. No nos dice como han de comportarse los Santos, sino que nos descubre quienes y como son los Santos. Los famosos y los desconocidos. Los que pertenecen a nuestra Iglesia y todos aquellos que han seguido la guía del Espíritu, que sopla donde quiere.

5. El 2 de noviembre se celebra la conmemoración de los fieles difuntos: la expe-riencia de la fe en momentos difíciles como la muerte, se hace especialmente lla-mativa en este día en que recordamos a nuestros hermanos difuntos. En la carta a los Romanos 6,3–9, el Apóstol Pablo recuerda la vinculación entre la muerte y el bautismo. Al bajar a las aguas bautismales nos unimos a la muerte de Cristo y a la esperanza de su resurrección. No es extraño que en la liturgia del funeral se hagan presentes algunos ritos que nos recuerdan nuestro bautismo como el cirio pascual y la aspersión con el agua bendita. Evidentemente no se trata de magia, sino se quiere evidenciar aquello en lo que creemos. Y creemos que la muerte al pecado nos une a la victoria de Cristo sobre el mal y sobre la muerte. Con razón exclama san Pablo en Romanos 6,8–9: “si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con El; pues, sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él”.

6. Domingo 22 de noviembre es la solemnidad de Jesucristo Rey del Universo: al leer el evangelio que se proclama en esta fiesta nos sentimos motivados a examinar nuestro comportamiento diario. Pero este texto es sobre todo una reflexión so-bre Jesús, su identidad y su misión, como se ve por los títulos que se le atribuyen:

|4|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 5: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

Jesús es el Hijo del Hombre y el Hijo del Padre, cuya bendición y maldición pro-nuncia como una sentencia definitiva en el momento decisivo de la historia. Jesús es el Pastor, que conoce con tal profundidad a sus ovejas que puede separarlas justamente de acuerdo con la conducta que han observado. Jesús es el Rey y Señor, que administra justicia de acuerdo con las acciones y las omisiones de los que deberían haberlo reconocido, acogido y socorrido durante su vida.

7. Con el domingo 29 de noviembre empieza el tiempo de adviento, tiempo de es-pera. Con el primer domingo de adviento se abre el año litúrgico y la Iglesia hace memoria viva del amor infinito de Dios para los hombres: el Verbo está para en-carnarse en nuestra historia y asegurar definitivamente y por siempre la nueva Alianza entre cielo y tierra. Desde el latín “adventus”, “llegada”, adviento, en el sen-tido cristiano, indica el tiempo de espera de la natividad. En este tiempo, la Iglesia nos propone un camino espiritual para ir al encuentro con el Señor que llega. Un camino de espera vigilante y gozosa, de esperanza, de conversión, un camino que tendríamos que recorrer con las lámparas encendidas, con la misma sencillez de corazón de los pastores, los humildes, los sencillos y los disponibles.

Con la confianza en el Señor que “hará todas las cosas nuevas”, (Ap. 21, 5) y que la muerte, la enfermedad, el contagio, las estructuras humanas imperfectas y corruptas, no tienen la última palabra, dispongámonos con Santa María y todos los santos a seguir caminando.

|5|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 6: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

XXVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO A, 2020Parece ser que la parábola de hoy, bastante dura, está dirigida principalmente a los dirigentes religiosos del Pueblo de Israel, aquellos hombres cumplidores y fieles que, sin embargo, no dan los frutos apetecidos por el dueño de la viña y a los que éste envía sucesivos mensajeros para advertirles de su postura equivocada. Pero los mensajeros no tienen suerte. Son sistemáticamente rechazados o ignorados. En un supremo es-fuerzo, el dueño de la viña envía a su propio Hijo con la esperanza de que lo respetarán y lo oirán. Pero la ocasión les parece a los labradores pintiparada: hay que matar al hijo y quedarse con su herencia. Y tal como lo pensaron, lo hicieron. Y viene la apostilla de la parábola: la viña les será arrebatada a aquellos labradores contumaces para dársela a otros capaces de entender el mensaje del dueño y convertir el arrendamiento de la finca en frutos abundantes y deseables.

Aquellos jefes religiosos de Israel mataron efectivamente al Hijo. No podían soportarlo. Creyeron que así silenciarían para siempre aquella voz que les hacía sentirse profunda-mente incómodos, que les ponía delante de sus ojos los numerosos fallos de su sistema. Si conseguían callarlo, podrían de nue-vo vivir tranquilos, disfrutar de su privilegiada posición y continuar dominando religiosamente al pueblo sin qui-tarle ninguno de los pesados fardos con los que lo agobiaban. Pero se equivocaron.

Resultó que aquella voz quedó flotando en el am-biente y todavía no se ha callado. No se ha callado, pero no porque el hombre no siga esforzándose en silenciarla. Quizás una de las mayores preocu-paciones de nuestro mundo es volver a matar al Hijo, borrar de la faz de la tierra la imagen de Dios, intentar convencer al hombre de que él es el único y verdadero dios, dueño de su destino, fabricante de su propia vida, ser adulto y autónomo al que no se debe coartar con ninguna cortapisa. Uno de los mayores empe-ños de nuestro mundo, y concretamente de nuestro particular entorno nacional, es el de considerar desterrado a Dios de la vida.

Y cuando esto se ha conseguido, ¿qué se coloca en su lugar? Pues en su lugar se coloca al hombre como ser todopoderoso, capaz de producir la revolución técnica más espec-tacular que han conocido los siglos, una revolución que va a llevar inexorablemente al progreso y a la satisfacción general. En su lugar se coloca la política encarnada en unos líderes que lo saben todo y tienen en sus manos fórmulas mágicas para resolver los problemas que, curiosamente, tiene este mundo que estaba abocado irremediable-

|6|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 7: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

mente y al parecer a la felicidad. En su lugar se coloca el poder como realidad apetecible y perseguida, porque desde el poder, se dice, se pueden hacer muchas cosas en favor de los hombres. En su lugar se coloca el dinero, ese dios cruel que exige devotos incon-dicionales y que los encuentra a montones y ante cuyo altar se inmolan diariamente la justicia, la solidaridad y, no digamos, la caridad fraterna porque, naturalmente, con es-tos dioses lo de la fraternidad humana son músicas celestiales que dan risa. En su lugar se coloca el placer entendido como un absoluto al que hay que tender con independen-cia de quién caiga y cómo caiga.

Hemos matado al Hijo y nos encontramos con un mundo “liberado” en el que miles de hombres y mujeres mueren de hambre, miles de niños no alcanzarán la edad adulta porque otros miles de hombres que han nacido en países civilizados se permiten el lujo de no abdicar ni un milímetro de sus privilegiadas posiciones. Y es natural que lo hagan, porque si ellos son sus propios dioses no hay muchas razones válidas para que desciendan de su pedestal.

Hemos matado al Hijo y nos encontramos con miles de hombres y mujeres aniquilados por la droga, una realidad escalofriante ante la que los gobiernos se sienten impotentes porque detrás de la droga están millones y millones de dólares (que es la moneda que más impresiona) manejados por gente que, como tienen dinero, tienen poder y pasan indiferentes por encima del dolor y la muerte de los demás. Hemos matado al Hijo y nos encontramos con corrupción de menores, con mujeres explotadas, porque el placer no parece tener ya unos límites sensatos. Hemos matado al Hijo y nos encontramos con el auge de las echadoras de cartas, los astrólogos y los magos, a los que acude la gente que, por supuesto, no cree en Dios ni admite su Providencia, para ver cómo va a influir en ellos la conjunción de los astros.

Lamentable herencia la que está recogiendo el mundo que se afana en matar al Hijo. Espléndida podría ser si recuperáramos la herencia del Hijo, una herencia en la que hay un objetivo final: el hombre, su felicidad, su desarrollo pleno con todas sus posibilida-des espirituales y naturales. Claro está que en el panorama del mundo actual (que es mucho mejor, desde luego, que el de tiempos anteriores) hemos puesto nuestro grano de arena los cristianos, que tampoco hemos seguido muy fielmente que digamos las exigencias de ese Hijo al que se pretende erradicar de la faz de la tierra creyendo que así se hace un servicio a los hombres que viven en ella, si los cristianos intentásemos recuperar la figura de Jesús y nos empeñásemos en traducirla bien para nuestro mun-do, Si los cristianos intentáramos recuperar la figura de Jesús y nos empeñáramos en traducirla bien para nuestro mundo, es muy posible que los hombres pasen del deseo de la muerte de Dios al de inventarlo, en el caso de que no existiera.

|7|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 8: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

XXVIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO A, 2020

Hoy la mirada se dirige hacia el final de todo, al término hacia el cual se dirige la vida de los hombres: Dios quiere invitar a todos los hombres al banquete definitivo de su vida, quiere que todo el mundo pueda vivir su felicidad.

La primera lectura es una de las más conocidas y brillantes proclamaciones proféticas de esta plenitud de Dios: un banquete maravilloso en el que nadie quedará con hambre y al que es llamado todo el mundo; un encuentro de todos y cada uno de los hombres en una vida de la que desaparecerán las lágrimas y, sobre todo, desaparecerá la muer-te. El salmo, también muy conocido, juega con una ambigüedad: tanto parece que hable de la plenitud de la vida de Dios como de la experiencia, ya ahora, de la seguridad y la vida en el Señor; y es que las dos cosas van unidas.

El evangelio traslada todo esto al tema del nuevo pueblo de Dios inaugurado por Jesu-cristo.

El banquete no es un banquete genérico, sino “la boda de su hijo”. Y, a este banquete, los invitados iniciales, el pueblo de Israel, han escogido quedarse con lo que tenían (una manera de vivir religiosamente instalada, que no quería aceptar los riesgos del Evange-lio), y algunos incluso han llegado hasta el asesinato de los que les invitaban. Y entonces ha venido la llamada universal: se ha cumplido lo que anunciaba Isaías, el banquete se abre “a todos los pueblos”. San Pablo dirá que el Evangelio es precisamente esto: “Tam-bién los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la pro-mesa en Jesucristo, por el Evangelio” (Ef 3,6: segunda lectura de la Epifanía).

San Mateo, no obstante, añade a este anuncio de salvación universal un elemento que no se encuentra en los demás evangelistas: para participar en el banquete hay que lle-var vestido de fiesta (a la entrada lo facilitaban: el que no lo llevaba no era porque no pudiera, sino porque no quería). San Mateo quiere evitar, con este añadido, que nadie piense que, por el hecho de pertenecer al nuevo pueblo de Dios, a la Iglesia, ya se tiene todo asegurado: es necesario dar una respuesta personal, es necesario querer ponerse el vestido para participar en el banquete de bodas de un hijo de rey. Hay una manera de vivir que es la adecuada de los que son del Reino; y otra que compor-ta su exclusión.

|8|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 9: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

La doble parábola del banquete constituye un aviso para que la comunidad cristiana no rechace la invitación de Dios como hizo el antiguo Israel. Los primeros invitados eran gentes elegidas. Pero no respondieron adecuada-mente a la prueba de amistad que el rey les ofrecía. Más aún: manifestaron con violencia sus hostilidades hacia él.

Maltrataron e incluso mataron a quienes transmitían esta invitación en nombre del rey. Jerusalén es la que mata a los

profetas. Cabía esperar otra cosa bien distinta, pero la viña sólo dio uvas amargas.

A los invitados en segundo lugar no se les exige ninguna condición previa: son todos los que van por los caminos de la vida, sean buenos o malos. Jesús, ante la extrañeza de los fariseos, come con publicanos y pecadores. Los últimos son los primeros. Los gentiles ocupan ahora lugares de la mesa que estaban reservados a los hijos de Abrahán.

Pero en este punto comienza la segunda parábola. No es suficiente con acudir al ban-quete: es preciso también llevar el traje de fiesta, que el mismo rey proporciona.

Hay que estar a la altura de las circunstancias. Los discípulos han de revestirse de una vida que esté en consonancia con el llamamiento recibido. Vestíos de justicia y santidad. Actuad como Dios actúa. El modo de obrar externo de los seguidores de Jesús (positivo y atrayente como un vestido de fiesta) será lo primero que descubran quienes les con-templen, al igual que el traje es lo que más inmediatamente percibimos en los demás. Pablo explica en diversos lugares de sus escritos la metáfora del vestido (entre otros: Ef 6. 14 y Col 3. 12).

La invitación es a un banquete de bodas. También en eso puede haber equivocación por nuestra parte. Es curioso que vayamos predispuestos a participar en un triste y sopo-rífero funeral. A pesar de nuestra tendencia a lo cómodo, aceptamos con más facilidad a un asceta duro como Juan el Bautista que a un Jesús, a quien, al no distinguirse por sus penitencias, llamaban comilón y bebedor. Muchas veces, hasta las palabras “fiesta” o “alegría” parecen perder su capacidad explosiva cuando se pronuncian en nuestras misas. Sacrificio, resignación, mortificación, sufrimiento, cruz y muchos otros giros de similar significación luctuosa son desproporcionadamente frecuentes en la boca de los cristianos.

Ya va siendo hora de que le arranquemos a Satanás la usurpada prerrogativa de haber inventado y monopolizado el gozo y de habernos dejado a nosotros solamente los men-drugos de la renuncia, las cenizas de la cuaresma.

|9|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 10: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

Parafraseando la célebre frase de Bernanos, podemos decir que lo contrario de un cris-tiano es un cristiano triste. Y, sin embargo, nuestro talante parece manifestar que nos sentimos más oprimidos que queridos por Dios. Vivimos una boda con espíritu de en-tierro. No llevamos nuestro cristianismo con traje de fiesta, sino con ropa de trabajo. Preferimos la medida exacta del rácano comerciante al derroche festivo sin medida. Pese a las reiteradas exhortaciones de Pablo: “Estén siempre alegres en el Señor. Se los repito: estén alegres” (Flp. 4, 4,), nosotros preferimos decir: “alegría sí, pero hasta cierto punto”, o realizar una fundada exégesis que convierte el “alegres en el Señor” en aburri-miento puro y simple. Con esta funeraria vivencia interior no es extraño que nuestras eucaristías sean plomizas como un trabajo obligatorio y no deseado. Un ambiente así fomenta el alejamiento o el cristiano de cumplimiento mínimo.

La pérdida de la alegría en el cristiano puede tener el mismo sentido que la aparición del dolor respecto a la salud: es un aviso. Creemos que el signo más allá del cual no debe pasar la generosidad imprudente, es la alegría. Uno tiene que seguir dándose mientras el don no le entristezca, mientras su generosidad sea espontánea y dócil, mientras la paz siga siendo el tejido con que teje sus jornadas. La inquietud es la señal de la exageración. De la inquietud nace la desconfianza, el pecado, la muerte. No ir nunca más allá de la pro-pia alegría. La primera y la última palabra del cristianismo es, por consiguiente, la alegría.

Cantar o aplaudir no presuponen necesariamente que quien lo hace esté alegre. La alegría es algo que nace espontáneo al contacto sentido con otra realidad. Es como la voltereta que da Juan el Bautista en el vientre de su madre al escuchar la noticia de la encarnación de Jesús. Es algo que nace en lo profundo y da tono a lo exterior. Si nuestro talante externo se presenta como gris y plúmbeo, puede ser una señal de que es débil la raíz de nuestra fe.

¡Señor, ayúdanos a seguirte con traje de bodas! ¡Señor, aumenta nuestra fe!

XXIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO A, 2020

El núcleo del evangelio de hoy es la respuesta dada por Jesús a la insidiosa pregunta de los herodianos y los discípulos de los fariseos: «Dad al César lo que es el del César y a Dios lo que es de Dios». Unas palabras de Jesús usadas con mucha frecuencia y, al mismo tiempo, objeto de grandes polémicas sobre su sentido.

Lo primero a tener en cuenta es la contextura polémica en la que el evangelio de hoy se desarrolla. Los jefes religiosos judíos van ya a la desesperada, intentando comprometer a Jesús, buscando un motivo que les dé pie bien para desacreditarle ante el pueblo, bien para su ulterior detención, procesamiento y condena a muerte. Por eso van a plantearle

|10|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 11: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

a Jesús una cuestión muy espinosa: ¿pagamos o no pagamos tributo al César?, que es tanto como preguntarle ¿nos sometemos o no a la dominación de Roma? Esta vez, apa-rentemente, Jesús «está acogido»: si se muestra partidario de pagar el tributo, pierde el afecto del pueblo; si lo rechaza, se gana, con razón, la acusación de traidor a Roma y ya no habrá problemas para obtener del procurador romano una condena a muerte, por rebelión, para Jesús.

Pero la respuesta de Jesús va a desbaratar estos planes, porque va a desbordar a la pregunta; Jesús, preguntado por un tema (el César y sus impuestos), contesta con dos temas: el César por un lado y el Reino de Dios por otro.

¿Cómo valorar la respuesta? ¿Es en realidad una respuesta -concreta- a una pregunta bien concreta? No, en realidad lo que Jesús hace no es responder sino reprochar. Lo que Jesús contesta equivale a decir: vosotros os preocupáis por un problema secundario y pasáis por alto la obligación principal de otro «tributo»; dejad que el César sea César, pero no os olvidéis de que Dios es Dios.

Conviene aclarar, antes de seguir, que la primera parte de la respuesta de Jesús tiene no poco de respuesta «ad hominem».

Herodianos, fariseos o quienes fuesen los que pregun-taron, aceptaban que la moneda de Roma circulase en su país. Entonces como siempre, el derecho de acuñar moneda y ponerla en circulación se consideraba signo efi-caz de soberanía, y el ámbito de la validez obligatoria de su moneda suele coincidir con el del territorio sujeto al gobierno del so-berano. Aceptar en la vida cotidiana -y seguramente no sin avidez- la moneda de Roma era también una manera de reconocer con hechos: «no tenemos más rey que al César». (Jn. 19, 15). La respuesta ad hominem era lógica: pues os reconocéis súbditos, cumplid los deberes del súbdito. Si alguien quedaba comprometido ante la opinión popular eran ellos mismos.

La segunda parte de la respuesta de Jesús, dad a Dios lo que es de Dios, pues a él se debe todo y sólo a él la adoración y culto -lo que ataca el culto divino dado a los Césa-res, tema muy implicado con las efigies e inscripciones que de los mismos aparecían en la monedas en las que se hacían llamar divinos e hijos de la divinidad, no vivisecciona la conciencia del cristiano en dos servicios; sólo delimita el campo del servicio al César dentro de la universal y exclusiva perspectiva religiosa de un nunca interrumpido servi-cio a Dios en Santidad y justicia.

En esta perspectiva, ambas partes se equilibran recíprocamente. El primero desautoriza

|11|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 12: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

el teocratismo y el segundo desautoriza todo concepto del poder civil que suprima sus lí-mites; porque, como dice Tertuliano en su De idolatría: «Quid erit Dei, si omnia Caesaris»: si todo pertenece al César, ¿qué pertenecerá a Dios? La respuesta desautoriza, pues, toda usurpación por parte de «César» de los derechos de Dios, que son de por sí inalienables, y deja claro, si bien implícitamente, que cuando la autoridad humana rebasa la frontera de sus atribuciones, «es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres» (Hc 5, 29).

Hemos encauzado estas notas para la homilía por los difíciles derroteros del poder civil y sus límites: sin embargo, el evangelio de hoy no va dirigido sólo a quienes detentan este poder. Decíamos al principio que la respuesta de Jesús no es exactamente una res-puesta sino, más bien, un reproche: os preocupáis por problemas secundarios y pasáis por alto la obligación principal; no os olvidéis de que Dios es Dios.

¿Cuántos de entre nosotros, a pesar de estas palabras de Jesús, hemos pasado por alto las obligaciones principales para poner alma y vida en cuestiones secundarias? ¿Cuán-tas veces nos hemos preocupado, por ejemplo, de no olvidar nuestras «prácticas pia-dosas» y hemos ignorado a los pobres que mueren de hambre a la puerta de nuestra casa? ¿Cuántos ejemplos como éste podríamos poner? Jesús, que sabía bastante bien lo que era principal y lo que era secundario, dedicó su vida a lo principal, dedicó su vida al anuncio del Reino. Hoy todo está en nuestras manos y es bien fácil saber qué es lo esen-cial para nosotros, cristianos: anunciar el Reino de Dios; y puesto que el Reino de Dios es y se realiza en Jesús, si creemos en él no tenemos tarea más principal ni más urgente que anunciarlo. Si de verdad creemos en él no tenemos otra opción que anunciarlo.

XXX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO A, 2020

Amar al prójimo como a sí mismo (Mt 22, 34-40). Parece inútil insistir en esa respuesta de Jesús sobre los dos mandamientos funda-mentales: amor a Dios y amor al prójimo, dos mandamientos íntimamente unidos. Se imponen, no obstante, algunas obser-vaciones. Ambos mandamientos, bien conocidos de los judíos -Jesús, para responder, no tiene más que citar el Deuterono-mio (6, 5) y el Levítico (10, 18)- no constituyen para todos los judíos oyentes de Jesús el resumen de todos los mandamien-tos de la Ley. A eso se debe también la cuestión planteada a Jesús: «¿Cuál es -según tú- el mandamiento principal de la Ley?». La pregunta se plantea como una trampa; es una nueva tentativa para poner en dificultades a Jesús. San Mateo nos cuenta en varias ocasiones tales tentativas contra Jesús: ¿Con qué autoridad enseña Jesús en el Templo? (Mt 21, 23-37); «¿Es lícito pagar tributo al César o no?» (Mt 22, 15-22). ¿Hay

|12|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 13: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

una resurrección de los muertos? (Mt 22, 23-33). Y a continuación de su respuesta a esta pregunta, respuesta que maravilló a la gente, se le tiende la nueva trampa.

Todo lo que hay en la Escritura, en la Ley y en los Profetas, depende de estos dos man-damientos. Para san Mateo, ambos son iguales y no se puede practicar el uno sin el otro. Todos los demás dependen de estos dos. No será Jesús el único en afirmar ese lazo indestructible y necesario entre los dos mandamientos. San Juan escribirá: «Si algu-no dice: ‹Amo a Dios›, y aborrece a su hermano, es un mentiroso, pues quien no ama a su hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve» (1Jn 4,20). Es la afirmación del fundamento esencial de la vida cristiana, que no se puede vivir con autenticidad sin la observancia de esos dos mandamientos. También san Juan escribirá: se os reconoce-rá por esta señal: «si os tenéis amor los unos a los otros» (Jn 13, 35). La unidad entre el amor fraterno y el amor a Dios se recuerda con frecuencia en el Nuevo Testamento; es una de sus peculiaridades.

Amar al huérfano, a la viuda, al extranjero, al pobre (Ex 22, 20-26). El Antiguo Testamen-to se muestra severo en cuanto al amor al prójimo, y Dios se siente ofendido cuando hay falta de atención y de caridad para con aquél. Irrita especialmente a Dios la falta de caridad con los débiles. Y entre éstos, el emigrante, tanto más cuanto que Israel expe-rimentó la misma situación. La viuda y el huérfano son débiles; si se falta a la caridad con ellos, el Señor hará morir a espada a los culpables, dejando a sus mujeres viudas y a sus hijos huérfanos.

Hay que mostrarse compasivos con el hermano. El texto refiere cómo hay que actuar con él si hubiere que prestarle dinero. Se le prestará sin cargarle intereses y se le devol-verán lo más rápidamente posible las prendas que se le hubieran pedido.

Lo que llama la atención en este texto es la intervención de Dios en el momento en que el prójimo es perjudicado. El texto, sin afirmarlo, deja sobrentender que, al ocasionar un detrimento al prójimo, es Dios el alcanzado, por eso hace sentir su castigo.

El Nuevo Testamento sobrepuja evidentemente estos puntos de vista; para él, el próji-mo es el Señor mismo, y una vez cumplido el Misterio de Pascua, el mismo bautismo, la manducación de la misma eucaristía, todo lo que provoca, alimenta y hace progresar nuestra inserción en el Cuerpo de Cristo, motiva la caridad fraterna.

Por este motivo, sería incongruente preguntarse si la enseñanza del evangelio de este día puede todavía hoy tener importancia para nosotros. Por eso, reconociendo esta en-señanza como el fundamento necesario de nuestra vida cristiana, se puede ampliar la presentación de esta realidad.

El amor a Dios es y debe seguir siendo la preocupación del cristiano de hoy como del de siempre. Pero además sería necesario que el cristiano de hoy acepte el utilizar los mu-

|13|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 14: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

chos medios capaces de hacerle entrar más en el misterio de Dios, en su plan de salva-ción revelado en la Escritura. El cristiano debería entregarse más a la oración, utilizando preferentemente la oración común, en la que Dios mismo se declara presente. ¿No se exige también en esto un esfuerzo al cristiano en orden a una más fácil participación en la vida litúrgica, la cual, aun no siendo el instrumento exclusivo de su unión con Dios, no por ello deja de ser una de sus cimas? El amor al prójimo se presenta en nuestra ci-vilización contemporánea bajo formas más amplias. Investigación científica para el pro-greso del mundo, vida política, participación en obras sociales, son formas de servicio de amor al prójimo. Trabajar en el progreso de los valores culturales, pero también de los valores materiales para el bien humano de las personas, es una forma de amar; con mayor razón, todo cuanto se relaciona con el progreso espiritual de la humanidad. Por eso, sería inconcebible, en la cristiandad, una vida religiosa que pretendiera dedicarse al amor de Dios sin incluir en ello, bajo una u otra forma, el amor al prójimo, al menos en las intenciones de su oración y en sus preocupaciones.

Jamás se encarecerá suficientemente que el cristiano debe persuadirse de la importan-cia de estos dos mandamientos que están en la base de su vida. No tener esto presente, o tenerlo distraídamente, sería correr el riesgo de llevar una vida cultual sin autentici-dad, y ejercer una actividad sacramental fuera de su verdadero contexto.

TODOS LOS SANTOSDOMINGO 01 DE NOVIEMBRE DE 2020 CICLO A

Hoy día de todos los Santos, la Iglesia, consciente de la imposibi-

lidad de reconocerlos a todos, les rinde homenaje; y la Palabra que hoy se nos regala es el texto de las bienaventuranzas, las palabras que Jesús nos deja en el sermón del monte, y que reflejan el corazón de aquel que sigue a Jesús, que sigue sus huellas, que vive su vida, es un camino de felicidad, incluso en medio de la persecución, de las dificultades, porque Él,

nunca nos deja solos, porque Él siempre está con nosotros, dándonos vida, haciéndonos santos, felices y alegres.

Martin Descalzo, sacerdote español, en su obra, Vida y Miste-rio de Jesús de Nazaret, nos dice que las bienaventuranzas, son las

ocho locuras de Cristo y su mismo autorretrato.

Jesús define quien puede ser considerado bienaventurado, no son sólo promesas para esperar, son todo un programa de vida para reformar esta tierra; si por un día todos los

|14|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 15: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

hombres fuéramos pobres de espíritu, mansos de corazón, pacíficos, misericordiosos, limpios de corazón, podríamos traer el cielo a la tierra.

Es cierto que el Señor permite el mal en nuestras sociedades, la desorientación y las in-justicias, pero no podemos olvidar que si lo permite, es porque está seguro de obtener de todo ello un bien mayor, Él mismo Jesús nos da ese ejemplo, en rigor, ya que es el único ser humano que ha cumplido y vivido hasta el fondo las ocho bienaventuranzas.

Él fue el pobre. El pobre material y el pobre de espíritu. Nació pobre, fue reconocido y seguido por los pobres, vivió como un trabajador, murió desnudo y en sepulcro presta-do. Su pobreza santificó para siempre toda pobreza.

Él fue el manso. Los enfermos le buscaban, los pecadores se sentían perdonados sólo con verle. Consolaba a los que sufrían, perdonaba a los que le crucificaban. Sólo el de-monio y los hipócritas le temían. Era la misma mansedumbre, es decir: una fortaleza que se expresa dulcemente.

El conoció las lágrimas; pero no las malgastó en llantos inútiles. Lloró por Jerusalén, lloró después lágrimas de sangre en Getsemaní por los pecados de todos los hombres. Entendió mejor que nadie que alguien tenía que morir para que el Amor fuera amado.

Nadie como él tuvo hambre de la gloria de su Padre, se olvidaba incluso de su hambre material cuando experimentaba el hambre de esa otra comida que era la voluntad de su Padre. En la cruz gritaría de sed. Y no de agua o vinagre.

Fue el misericordioso, toda su vida fue un despliegue de misericordia; Él es el padre del hijo pródigo y el pastor angustiado por la oveja perdida, todos sus milagros brotan de la misericordia.

Su corazón era tan limpio que ni sus propios enemigos encontraban mancha en él, era la pureza y la verdad encarnadas, era el Camino, la Verdad y la Vida, por eso era verda-deramente Hijo de Dios.

Era la paz, pues vino a traer la paz a los hombres, a reparar la grieta que había entre la humanidad y Dios. Los ángeles gritaron «paz» cuando él nacía, y fue efectivamente paz para todos. Al despedirse dijo: «La paz os dejo, mi paz os doy» (Jn 17, 27).

Y murió en la cruz, fue perseguido por causa de la justicia y por la justicia inmolado. Era demasiado sincero, demasiado honesto para que sus contemporáneos pudieran sopor-tarle. Y, porque fue pobre, manso, limpio y misericordioso, y porque lloró y tuvo hambre de justicia, porque sembró la paz y fue perseguido, por todo ello, en él se inauguró el Reino de Dios, por eso, detrás de la cruz y la sangre, conoció…. la verdadera alegría.”

|15|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 16: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

XXXII DOMINGO DOMINGO 08 DE NOVIEMBRE DE 2020 CICLO A

Quedan pocas semanas para terminar el año Litúrgico actual, por ello el evangelista quiere, con esta parábola de las diez doncellas invitadas a la boda, cinco preparadas y cinco que fueron descuidadas, recordarnos que no podemos vivir inmersos en las pri-sas, en nuestras cosas, pensando siempre en el futuro y recordando cosas pasadas, si no que deberíamos caer en la cuenta de vivir y disfrutar el presente, pero siempre sin olvidar que debemos estar preparados porque en cualquier momento podemos volver a vivir en la unidad con nuestro Padre Dios.

Pero, ¿por qué se compara la partida hacia la plenitud con el banquete a una boda?, pre-cisamente por los detalles, la procesión nupcial, las lámparas, están organizados acorde a las costumbres de las bodas judías del tiempo de Jesús, para el occi-dente no es tan familiar la celebración de las bodas de esta for-ma, por tanto cuando celebramos una boda los novios están felices, contentos, porque a partir de ese momento com-partirán su vida y serán felices, por eso, precisamente, se elige esta semejanza, el novio es Jesús que nos marca el camino para llegar al banquete y este no es más que la unión con Dios

Al igual que las doncellas, debemos estar preparados, vivir como si hoy fuera nuestro último día, tener la ma-leta preparada con un equipaje ligero, pero nuestro co-razón y nuestras manos llenas de amor, porque el novio puede llegar en cualquier momento sin avisar para juntos ce-lebrar el banquete del Reino de los Cielos. Así que tenemos que estar atentos, alerta, vigilantes, pero sobre todo vivir cada día, cada momento, lleno de amor y de entrega generosa.

El novio se retrasa, no había una hora determinada para que llegara, en la espera, el sueño se apodera de las muchachas, sin embargo las lámparas siguen gastando aceite y se van apagando poco a poco. De repente, en medio de la noche, se oye el anuncio improviso: “¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!”. Todas ellas despiertan y em-piezan a preparar las lámparas que ya estaban casi al final, cinco de ellas, prudentes, tienen aceite para alimentar sus lámparas; las otras, necias, se quedan con las lámparas apagadas porque no tienen aceite; y mientras lo buscan, llega el Esposo y las vírgenes necias encuentran cerrada la puerta que introduce en la fiesta nupcial. Llaman con in-sistencia, pero ya es demasiado tarde; el Esposo responde: no las conozco.

|16|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 17: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

El Esposo es el Señor y el tiempo de espera de su llegada es el tiempo que Él nos da, a todos nosotros, con misericordia y paciencia, antes de su venida final; es un tiempo de vigilancia; tiempo en el que debemos tener encendidas las lámparas de la fe, de la espe-ranza y de la caridad; tiempo de tener abierto el corazón al bien, a la belleza y a la verdad; tiempo para vivir según Dios, pues no sabemos ni el día ni la hora del retorno de Cristo.

Lo que Jesús nos pide es que estemos preparados para un encuentro, bello, con Él, lo que significa saber y ver los signos de su presencia, tener viva nuestra fe, con la oración, con los Sacramentos, estar vigilantes para no adormecernos, para no olvidarnos de Dios.

La vida de los cristianos dormidos no es una vida feliz, el cristiano debe ser feliz, con la alegría de Jesús; ¡No nos durmamos!, “estén despiertos”: ésta invitación la encontramos muy a menudo en los Evangelios: no temer la llegada del Señor a nuestra vida; pero estar despiertos para poder darle la bienvenida cuando llegue.

Hagamos penitencia mientras vivimos en este mundo, somos, en efecto, como el barro en manos del artesano, de la misma manera que el alfarero puede componer de nuevo la vasija que está modelando, si le queda deforme o se le rompe, cuando todavía está en sus manos, pero, en cambio, le resulta imposible modificar su forma cuando la ha puesto ya en el horno, así también nosotros, mientras estamos en este mundo, tene-mos tiempo de hacer penitencia y debemos arrepentirnos con todo nuestro corazón de los pecados que hemos cometido mientras vivimos en nuestra carne mortal, a fin de ser salvados por el Señor; una vez que hayamos salido de este mundo, en la eternidad, ya no podremos confesar nuestras faltas ni hacer penitencia.

Si el Señor fuera a venir hoy, ¿Estamos preparados?; ¿me encontraría alerta? ¿Me cono-cería?, ¿Mantengo mi pequeña casa preparada? para encontrarme cara a cara con Dios.

XXXIII DOMINGODOMINGO 15 DE NOVIEMBRE DE 2020 CICLO A

La parábola de los talentos nos hace pensar en los dones y capacidades que nos rega-la Dios cuando nos crea en el silencioso vientre de nuestras madres, y lo primero que podemos y tenemos que decir es que Dios da talentos a todos según su capacidad. Nadie se queda afuera del amor de Dios que nos hace tener talentos que no sólo re-presentan las pertenencias materiales sino son también las cualidades que Dios nos ha dado a cada uno.

Vamos a reflexionar sobre las dos enseñanzas del evangelio de hoy, la primera alude al que recibió cinco monedas y a su compañero, que negoció con dos, cada uno debe

|17|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 18: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

producir al máximo según lo que ha recibido de su señor, por eso, en la parábola se felicita al que ha ganado dos talentos, porque ha obtenido unos frutos en proporción a lo que tenía.

Igualmente se aplica a nosotros, según las posibilidades reales de cada individuo, hay personas que tienen gran influencia sobre los demás, otras son muy serviciales, otras, en cambio, son capaces de entregarse con heroísmo al cuidado de personas enfermas, los hay con una profesión, con un trabajo, con unos estudios, con una responsabilidad concreta en la sociedad.

Pero puede darse el caso del tercer siervo del evangelio que no produjo nada con su talento, a Cristo le duele enor-

memente esa actitud; se encuentra ante alguien lla-mado a hacer un bien, aunque fuera pequeño, y

resulta que no ha hecho nada, eso es un pecado de omisión, que tanto daña al corazón de Cris-to, porque es una manifestación de pereza, dejadez, falta de interés y desprecio a quien le ha regalado el talento.

Los talentos no son un derecho, son un re-galo que nos hace Dios; generalmente un re-

galo se recibe para usarlo, ponerlo en acción, compartirlo, no lo recibimos para guardarlo sin

destapar y mantenerlo ajeno a mi vida. Esto fue lo que hizo aquel siervo del Evangelio, no se detu-

vo a valorar la confianza que le había dado su señor, ni lo valioso del único talento que poseía, ni lo mucho que

podía ganar con él; simplemente lo recibió y lo escondió, des-enterró y lo entregó.

Y lo lindo de la parábola es hacernos pensar que no es más quién más recibe, sino más bien aquel que es capaz de “trabajar” su talento, su capacidad, su don, su vida; no pode-mos ser mezquinos y pensar que Dios ama más a los que más talentos tienen o reciben; todo lo contrario, Dios ama a todos y lo que quiere es que aquello que recibimos, mu-cho o poco, pero es nuestro, lo hagamos dar fruto; y cuando decimos esto, hablamos en concreto de poner nuestra vida al servicio de una causa que valga la pena, una causa que no perezca en el tiempo, una causa que trascienda y vaya más allá de toda ideología y pensamiento, esta causa se llama el Reino de Dios anunciado e instaurado por Jesús.

|18|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 19: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

Esto no se refiere ni a dinero ni a posesiones, ni a prestigio, ni a poder; ¿Entonces a qué? ¿A cualidades intelectuales, físicas, culturales o raciales? Tampoco; ¿Entonces? ¿Qué o cómo se establece la diferencia entre el proceder de uno y otro? ¿De qué está hablando Jesús?, pues del uso adecuado, oportuno, prudente y efectivo de lo que hemos recibido en orden a Dios, en orden a la Misión que nos ha encomendado Cristo.

Esto es lo que importa, que nos hayamos empleado a fondo en la tarea de propagar la Buena Nueva entre nuestros hermanos, enseñando a amar a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos.

Analiza tu jornada. ¿Qué has hecho hoy? ¿Qué cualidades han dado su fruto? ¿Cuántas veces has dejado sin hacer lo que debías?

JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSODOMINGO 22 DE NOVIEMBRE DE 2020 CICLO A

Hemos llegado al final del año Litúrgico, como siempre celebra-mos la fiesta de Cristo Rey que nos recuerda que Jesús es parti-cipe en la creación y por ello se le considera Rey del universo. En este universo todos tenemos cabida porque los recursos son abundantes y suficientes para todos, pero una parte de la humanidad se deja llevar por el egoísmo y consume más de lo que debe, mientras la otra pasa hambre y otro tipo de necesidades vitales para poder vivir dignamente.

Cristo no es un rey con poder, sino un rey que se da, que ama, que acoge y que sólo desea que los que nos decimos seguidores de Él, seamos capaces de vivir generosamente compartiendo y amando a los más débiles y marginados. La me-jor forma de vivir cristianamente es practicar las Bienaventuranzas, ser servidores, amar al hermano generosamente y ser personas ecológicas que protegen y cuidan el entorno.

El «juicio final» es, en realidad, una descripción grandiosa del veredicto final sobre la historia humana; donde nuestros corazones serán expuestos ante el Señor para ver si fueron fríos o calientes, de piedra o de carne, cerrados o abiertos. Pero no es necesario esperar a ese día, porque una vida presente con un corazón enfriado es una vida triste, apagada, sin aliciente, sin alegría. No se trata de hacer el bien para sufrir y conseguir un pasaje para la vida eterna, sino de hacer el bien por convicción, sabiendo que todo el amor que damos lo recibimos ya en esta vida, el “ciento por uno”, aunque con creces en la eterna.

|19|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 20: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

Allí están gentes de todas las razas y pueblos, de todas las culturas y religiones, se va a escuchar la última palabra que lo esclarecerá todo; dos grupos van emergiendo de aquella muchedumbre, unos son llamados a recibir la bendición de Dios, los que se han acercado con compasión a los necesitados y han hecho por ellos lo que podían. Otros son invitados a apartarse porque han vivido indiferentes al sufrimiento de los demás.

Lo que va a decidir la suerte final no es la religión en la que uno ha vivido ni la fe que ha confesado; lo decisivo es vivir con compasión ayudando a quien sufre y necesita nuestra ayuda. Lo que se hace a gentes hambrientas, inmigrantes indefensos, enfermos, desva-lidos o encarcelados olvidados por todos, se le está haciendo al mismo Dios. La religión más agradable a Dios es la ayuda al que sufre.

Cristo, el día de hoy, nos viene a recordar que la esencia de su mensaje es la caridad no como mera filantropía, sino como verdadero amor a Dios que vive realmente en

mi prójimo; Jesús nos lo dice clarísimo “a mí me lo hicieron”, y además con ejemplos prácticos. Esta caridad brota naturalmente del amor a Dios.

Si amo a Dios no puedo dejar de amar a mi hermano.

Además de los actos externos, la caridad se aplica a la palabra; sí, este es uno de los campos más difíciles, pero también de los más hermosos; no basta conformarnos con no criticar a los demás, que ya sería bastante; hace falta hablar bien de mi prójimo, promover lo bueno y silenciar lo malo, forjar el hábito de la benedicencia; no hace falta inventarse virtudes y

cualidades donde no las hay, pero sí reconocer y hablar de las que tiene mi hermano.

En la escena evangélica no se pronuncian grandes palabras como «justicia», «solidaridad» o «democracia»; son cosas tan concretas como

«dar de comer», «vestir», «hospedar», «visitar», «acudir».

Jesús en los Evangelios nos habla mucho de la misericordia y de la caridad en las obras que realizamos… no son obras frías, hacerlas por hacer sino deben estar revestidas de un sentimiento cristiano que llamamos “amor”, por algo Santa Teresa de Calcuta solía decir: “lo que importa es cuánto amor ponemos en el trabajo realizado”, pues “cada obra de amor, llevada a cabo con el corazón, siempre logrará acercar a la gente a Dios”.

No es mera filantropía, la compasión nace cuando se sabe amar.

Este es el grito de Jesús a toda la humanidad: ocupaos de los que sufren, cuidad a los pequeños. En ninguna parte se construirá la vida tal como la quiere Dios si no es libe-rando a las gentes del sufrimiento. Ninguna religión será bendecida por él si no generan compasión hacia los últimos.

|20|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 21: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

I DOMINGO DE ADVIENTO CICLO BDOMINGO 29 DE NOVIEMBRE

El domingo pasado celebramos con regocijo la solemnidad de Cristo Rey, y con esta fiesta hemos cerrado el ciclo ordinario del año litúrgico. En el altar está ya instalada la corona en la que encenderemos la primera vela que nos anun-cia el Adviento, que en latín, adventus significa llegada; es el tiempo que va desde el día de Cristo Rey hasta la Navidad, y que nos prepara espiritualmente para celebrar con gozo y con óptimas disposiciones inte-riores el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo en la tierra, momento maravilloso de nuestra salvación.

En estas semanas previas a la Navidad, la Iglesia entera aguarda con júbilo la nueva llegada del Mesías, del Hijo de Dios, de nuestro Redentor, de nuestro hermano Jesús, hecho Hombre como nosotros y nacido para redimirnos. La virtud pro-pia y más característica de este período es la esperanza.

Y, mientras esperamos su venida gloriosa, el Señor nos recuerda que hemos de estar siempre alerta, “porque no sabemos a qué hora llegará el dueño de casa, si al atardecer, a medianoche, al canto del gallo o al amanecer”, nos dice en el Evangelio.

Vivir «alerta» es vivir atentos a la Palabra del Señor y ocupados en llevar adelante la mi-sión de Jesús: transformar esta vida. Es como una llamada a vivir en libertad, llenos de esperanza, trabajando por la construcción de su Reino. “Velar”, pues, es tener ojos para la luz, vivir con frutos de amor, de fe, de esperanza, cada uno en su tarea. Jesús nos pide eficiencia, responsabilidad, «calidad total»... Nos dice: «Sean perfectos como mi Padre celestial es perfecto»

Hace tres semanas, Jesús nos contaba la parábola de las diez vírgenes, invitándonos a la vigilancia. Y hoy nos vuelve a recordar la necesidad de velar para que, cuando llegue, nos encuentre despiertos y preparados para recibirlo con nuestro corazón puro, noble y generoso. Un poeta alemán del siglo XVIII decía: “Aunque Cristo naciera mil veces en Belén, si no nace en tu corazón, seguirías siendo un desgraciado”.

Se cuenta que un famoso artista pintó un bello cuadro. El día de la presentación al públi-co, asistieron las autoridades locales, fotógrafos, periodistas y una gran concurrencia de espectadores. Llegado el momento, se tiró el paño que cubría el cuadro. Un estallido de aplausos hizo retumbar el salón. Una impresionante figura de Jesús tocaba suavemente la puerta de una casa. Jesús parecía vivo. Con el oído junto a la puerta, pretendía oír

|21|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 22: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

si adentro de la casa alguien le respondía. Se pronunciaron discursos y elogios. Todos admiraban aquella preciosa obra de arte. Sin embargo, un observador muy curioso y perspicaz, encontró un fallo en el cuadro y se lo hizo notar a su autor: la puerta no tenía cerradura. Y fue a preguntar al artista, no sin cierta picardía: “Oiga, su puerta no tiene cerradura. ¿Cómo se hace para abrirla?”

“Así es, respondió el pintor; usted ha observado bien. Esa puerta no tiene cerradura porque representa el corazón del hombre. Sólo se abre por el lado de adentro”.

Si nosotros queremos que Cristo venga a nuestra alma y nazca en nosotros esta Navi-dad, tenemos que abrirle nuestra casa desde adentro. Él no obliga a nadie, contra su vo-luntad a que le abran, cada uno lo hace libremente. Él nos respeta siempre porque nos

ama, incluso aunque en nuestra indiferencia o negación nos hacemos daño a nosotros mismos. Es el misterio del amor de Dios y de la libertad hu-

mana. Si queremos que Dios nazca en nosotros, hemos de preparar nuestro nacimiento, nuestro “belén” interior. Y esto exige estar en

vela para que el pecado y los vicios del mundo no hagan presa de nuestra vida.

El Señor Jesús se ha donado y sigue donándose a nosotros, para llenarnos de toda la misericordia y la gracia del Padre. Somos nosotros, por tanto, los que podemos convertirnos en cierto sentido en jueces de nosotros mismos, auto condenándonos a

la exclusión de la comunión con Dios y con los hermanos, con la profunda soledad y tristeza que esto produce. No nos cansemos,

por tanto, de vigilar nuestros pensamientos y nuestras actitudes, para pregustar desde ahora el calor y el esplendor del rostro de Dios.

Lo importante es vivir el presente en comunión de amor con Él y no estar obse-sionado o preocupado por conocer cuándo será el final de los tiempos o el de la vida de cada uno. El Señor viene continuamente; hay que vigilar y discernir esos momentos es-peciales de la venida del Señor en el tiempo de salvación. Si nosotros nos encontramos con Él continuamente, no hay que temer el final de nuestra vida en la tierra.

Nuestro Dios es un Dios sorprendente, porque no es un Dios para un tiempo, sino para todo tiempo. Es el Dios-con-nosotros, que quiere estar dentro de nosotros.

Sorprendente, porque puede llegar a cualquier hora: al atardecer, a media noche, al canto del gallo o al amanecer.

Para el que confía y espera todos los momentos del día y de la noche son historia de salvación; el tiempo se convierte así en “sacramento” del encuentro con el Señor, por-que Él se presenta calladamente en el interior de cada uno, en los acontecimientos de la

|22|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 23: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

vida. Jesús ha venido para regalarnos la salvación total, hemos de abrirnos en confianza total a Él.

Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, antes bien lo entregó a la muerte por todos nosotros, ¿cómo no va a darnos gra-tuitamente todas las demás cosas juntamente con él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios, si Dios es el que salva? ¿Quién será el que condene, si Cristo Jesús ha muerto, más aún, ha resucitado y está a la derecha del Padre intercediendo por nosotros? ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿El sufrimiento, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro, la espada?... Pero Dios que nos ama, hará que salgamos airosos de todas estas pruebas. (Romanos 8, 31-39)

¡Cuántas veces estoy como dormido y no me doy cuenta de que el Señor está dentro de mí para ayudarme en todo momento! ¡Cuántas veces busco el consuelo en las criaturas, sin acordarme de que el Señor está en mí!

La fe me lleva a la confianza total de que el Señor está en mí y trabaja muchísimo más que yo por mi propia felicidad.

La esperanza es la virtud que el Adviento nos inspira, la que nos hace mirar con confian-za el presente, porque caminamos confiados hacia el futuro.

La esperanza me lleva a trabajar cada día en mi crecimiento con y en Dios. Vigilancia, esperanza, confianza, responsabilidad. Son las actitudes que la Palabra nos indica hoy. ¿Cómo estoy en estos aspectos?

|23|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 24: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS,SIGNIFICADO DE “SANTO”

La palabra santo o santidad, según la mentalidad semita del pueblo hebreo viene de la raíz: separado, cortar, o poner a parte, es decir separado o pues-to a parte de lo corrupto o profano. La santidad es un atributo de Dios, Él es el Santo de los santos, en Él no existe el mal. Cuando en las Sagradas Escrituras nos encontramos con la llamada a la santidad al pueblo de Israel, se afirma lo siguiente: “porque yo soy Yahveh, vuestro Dios; santificaos y

ser santos, pues yo soy Santo. No os haréis impuros... Pues yo soy Yahveh, el que os ha subido de la tierra de Egipto, para ser vuestro Dios. Sed, pues, santos porque yo soy Santo” (Lv 11,24-25).

Existen también otros textos bíblicos que nos ayudan a profundizar en el concepto de santidad. Por ejemplo el Deuteronomio dice: “Porque tú eres un pueblo consagrado a Yahveh tu Dios; Él te ha elegido a ti para que seas el pueblo de su propiedad personal entre todos los pueblos que hay sobre la haz de la tierra” (Dt 7.6). Se ve con claridad, en este texto, que es Dios el que se consagra un pueblo con su intervención, para llevarles a participar de su santidad. De ahí que la santidad no es una mera obra humana. Es la presencia de Dios en medio del pueblo que santifica, es fruto del obrar de Dios en favor de su pueblo. La vida en santidad para el pueblo de Israel consiste en permanecer fiel

|24|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 25: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

al Dios de la Alianza, a sus mandatos y normas que se le reveló en el Sinaí y que se fun-damentan en el: Amarás al señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas y a tu prójimo como a ti mismo (cf. Dt 6).

Por tanto, si la santidad consiste en la llamada a participar de la vida en Dios, entende-mos que esta llamada no excluye a nadie.

En el Nuevo Testamento se profundiza con más claridad: es el Don del Espíritu Santo que nos permite participar de la vida Divina, de la santidad de Dios. Este Espíritu Santo se nos comunica a través del sacramento del bautismo. Es el Espíritu Santo que nos permite participar de la filiación divina y a través del cual podemos llamar a Dios Abbá Padre y poner todo nuestra confianza en Él. Desde estos principios podemos entender y reflexionar la fiesta o solemnidad de todos los Santos

EL TESTIMONIO DESDE LA HISTORIA

Esta solemnidad en honor a todos los Santos conocidos y desconoci-dos se celebra el primero de Noviembre. Y según el Papa Urbano IV, con esta celebración se quiere compensar cualquier falta a las fiestas de los santos durante el año por parte de los fieles.

Desde el comienzo de la vida cristiana se acostumbró a cele-brar el aniversario de la muerte de un mártir, en el lugar del martirio.

A partir del siglo IV, las diócesis que estaban cercanas a la del mártir, comenzaron a intercambiar fiestas, se pasaban las reliquias, las repartían, y se unían a una fiesta en común, como está demostrado en la invitación de San Basilio de Cesarea (397) a los obispos de la provincia de Pontus. Frecuentemente los grupos de mártires morían el mismo día, lo cual condujo naturalmente a una celebración común. En la persecución de Diocleciano el número de mártires llegó a ser tan grande que no se podía separar un día para asignársele. Pero la Iglesia, sintiendo que cada már-tir debería ser venerado, señalo un día en común para todos. La primera muestra de ello se remonta a Antioquia en el domingo antes de Pentecostés. También se menciona lo de un día en común en el sermón de San Efrén el Sirio (373), y en la 74ta. Homilía de San Juan Crisóstomo (407).

Al principio, solo los mártires y San Juan Bautista eran honrados por un día especial. Otros santos se fueron asignando gradualmente, y se incrementó cuando el proceso regular de canonización fue establecido. En Occidente Bonifacio IV, 13 Mayo, 609, o 610, consagró el Panteón en Roma a la Santísima Virgen y a todos los mártires, dán-dole un aniversario. Gregorio III (731-741) consagró una capilla en la Basílica de San

|25|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 26: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

Pedro a todos los Santos y arregló el aniversario para el 1 de Noviembre. La Basílica de los Apóstoles que ya existía en Roma, ahora su dedicación seria recordada anualmente el 1 de Mayo. Gregorio IV (827-844) extendió la celebración del

1 de Noviembre a toda la Iglesia. La vigilia parece haber sido llevada a cabo antes que la misma fiesta. Y la octava fue adicio-

nada por Sixto IV (1471-84).

Es así como se fue configurando en la historia esta solemnidad de Todos los Santos; pero es también cierto que esta tradición ha ido cobrando diferentes mati-ces en las formas de celebrar, según las costumbres y culturas de los diferentes lugares donde se celebra esta fiesta.

CANONIZACIÓN DE LOS SANTOS

Entre esta gran multitud de personas que han alcanzado a participar de la santidad de Dios, provenientes de Israel y de toda nación, pueblo y lengua, los cuales revestidos de blancas túnicas y con palmas en las manos, alaban sin cesar al Cordero, forman ese majestuoso cortejo, integrado por todos cuantos acá en la tierra se deshicieron de los bienes caducos y fueron mansos, mortificados, misericordiosos, puros de corazón, pacíficos y perseguidos por causa de la justicia. Entre ellos están muchos de los nues-tros, parientes, amigos, miembros de nuestra familia, de nuestra parroquia. Hay unos santos que han sido «canonizados», o sea declarados oficialmente santos por el Sumo Pontífice, porque por su intercesión se han conseguido admirables milagros, y porque después de haber examinado minuciosamente sus escritos y de haber h e c h o una cuidadosa investigación e interrogatorio a los testigos que lo acompañaron en su vida, se ha llegado a la conclusión de que practicaron las virtudes en grado heroico.

TODOS SOMOS LLAMADOS A LA SANTIDAD

Celebrar la Solemnidad de Todos los Santos, no se reduce solo a datos históricos de recuerdo, recor-dando y conmemorando el testimonio de los santos en el pasado; sino que para nosotros se constituye en un verdadero memorial; es decir, somos convocados a celebrar esta fiesta del primero de Noviembre, en una tensión escatológica: evocando las maravillas que Dios rea-lizó en el pasado, en la historia de los hombres, para actualizarlo en el hoy de nuestras vidas, dejándonos involucrar por la acción salvífica de Dios, en-trando en el dinamismo de la historia de la salvación que está en el proyecto del Padre,

|26|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 27: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

que no quiere que nadie se condene, sino que participen de su Gloria, de su amor, de su filiación divina.

Por eso, cada vez que celebramos esta fiesta, se actualiza para todos este llamado a la santidad, a unirnos a los que forman la Iglesia triunfante: nos anima a desear esa feli-cidad eterna, que solo en Dios podemos encontrar. Dice San Agustín: “Nos has hecho, Señor, para Ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti”, eco de las palabras de San Pablo, quien nos dice que nadie puede imaginar las maravillas que Dios nos tiene reservadas. (Cfr. 1 Corintios 2, 9).

P. Francisco CalleArquidiócesis de Cuenca

LOS SUFRAGIOS POR LOS DIFUNTOS

La fe en la resurrección de los muertos

“El máximo enigma de la vida humana es la muerte”. Sin embargo, la fe en Cristo con-vierte este enigma en certeza de vida sin fin. Él proclamó que había sido enviado por el Padre “para que todo el que crea en Él no muera, sino que tenga la vida eterna” (Jn 3,16)

|27|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 28: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

y también: “Esta es la voluntad de mi Padre, que todo el que ve al Hijo y cree en Él tenga vida eterna; yo le resucitaré en el último día” (Jn 6,40). Por eso, en el Símbolo Niceno-Constantinopolitano la Iglesia profesa su fe en la vida eterna: “Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro”. Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia (DPPL) 248.

Apoyándose en la Palabra de Dios, la Iglesia cree y espera firmemente que “del mismo modo que Cristo ha re-sucitado verdaderamente de entre los muertos, y que vive para siempre, igualmente los justos después de su muerte vivirán para siempre con Cristo resucitado”.

La fe en la resurrección de los muertos, elemento esencial de la revelación cristiana, implica una visión particular del hecho in-eludible y misterioso que es la muerte. DPPL 249.

La muerte es el final de la etapa terrena de la vida, pero “no de nuestro ser”, pues el alma es inmortal. “Nuestras vidas están medidas por el tiempo, en el curso del cual cambiamos, envejecemos y como en todos los seres vivos de la tierra, al final aparece la muerte como terminación normal de la vida”; desde el punto de vista de la fe, la muer-te es también “el fin de la peregrinación terrena del hombre, del tiempo de gracia y de misericordia que Dios le ofrece para realizar su vida terrena según el designio divino y para decidir su último destino”.

Si por una parte la muerte corporal es algo natural, por otra parte se presenta como “castigo del pecado” (Rom 6,23). El Magisterio de la Iglesia, interpretando auténticamen-te las afirmaciones de la Sagrada Escritura (cfr. Gn 2,17; 3,3; 3,19; Sab 1,13; Rom 5,12; 6,23), “enseña que la muerte ha entrado en el mundo a causa del pecado del hombre”.

También Jesús, Hijo de Dios, “nacido de mujer, nacido bajo la Ley” (Gal 4,4) ha padecido la muerte, propia de la condición humana; y, a pesar de su angustia ante la misma (cfr. Mc 14,33-34; Heb 5,7-8), “la asumió en un acto de sometimiento total y libre a la voluntad del Padre. La obediencia de Jesús transformó la maldición de la muerte en bendición”.

|28|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 29: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

La muerte es el paso a la plenitud de la vida verdadera, por lo que la Iglesia, invirtiendo la lógica y las expectativas de este mundo, llama dies natalis al día de la muerte del cris-tiano, día de su nacimiento para el cielo, donde “no habrá más muerte, ni luto, ni llanto, ni preocupaciones, porque las cosas de antes han pasado” (Ap 21,4); es la prolongación, en un modo nuevo, del acontecimiento de la vida, porque como dice la Liturgia: “la vida de los que en ti creemos, Señor, no termina, se transforma; y al deshacerse nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo”.

Finalmente, la muerte del cristiano es un acontecimiento de gracia, que tiene en Cristo y por Cristo un valor y un significado positivo. Se apoya en la enseñanza de las Escrituras: “Para mí vivir es Cristo, y una ganancia el morir” (Fil 1,21); “Es doctrina segura: si mori-mos con Él, viviremos con Él” (2 Tim 2,11).

Según la fe de la Iglesia el “morir con Cris-to” comienza ya en el Bautismo: allí el discípulo del Señor ya está sacramen-talmente “muerto con Cristo”, para vivir una vida nueva; y si muere en la gracia de Dios, al muerte física ratifica este “morir con Cristo” y lo lleva a la consumación, incor-porándole plenamente y para siempre en Cristo Redentor.

La Iglesia, por otra parte, en su oración de sufragio por las al-mas de los difuntos, implora la vida eterna no sólo para los discípu-los de Cristo muertos en su paz, sino también para todos los difuntos, cuya fe sólo Dios ha conocido. DPPL 250.

Sentido de los sufragios

En la muerte, el justo se encuentra con Dios, que lo llama a sí para hacerle partícipe de la vida divina. Pero nadie puede ser recibido en la amistad e intimidad de Dios si antes no se ha purificado de las consecuencias personales de todas sus culpas. “La Iglesia llama Purgatorio a esta purificación final de los elegidos, que es completamente distinta del castigo de los condenados. La Iglesia ha formulado la doctrina de la fe relativa al Purga-torio sobre todo en los Concilios de Florencia y de Trento”.

|29|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 30: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

De aquí viene la piadosa costumbre de ofrecer sufragios por las almas del Purgatorio, que son una súplica insistente a Dios para que tenga misericordia de los fieles difuntos, los purifique con el fuego de su caridad y los introduzca en el Reino de la luz y de la vida.

Los sufragios son una expresión cultual de la fe en la Comunión de los Santos. Así, “la Iglesia que peregri-

na, desde los primeros tiempos del cristianismo tuvo perfecto conocimiento de esta comunión

de todo el Cuerpo Místico de Jesucristo, y así conservó con gran piedad el recuerdo de los difuntos, y ofreció sufragios por ellos, “por-que santo y saludable es el pensamiento de orar por los difuntos para que queden libres de sus pecados” (2 Mac 12,46)”. Es-tos sufragios son, en primer lugar, la ce-

lebración del sacrificio eucarístico, y des-pués, otras expresiones de piedad como

oraciones, limosnas, obras de misericordia e indulgencias aplicadas en favor de las almas de

los difuntos. DPPL 251.

Las exequias cristianas

En la Liturgia romana, como en otras liturgias latinas y orientales, son frecuentes y va-riados los sufragios por los difuntos.

Las exequias cristianas comprenden, según las tradiciones, tres momentos, aunque con frecuencia y debido a las condiciones de vida profundamente cambiadas, propias de las grandes áreas urbanas, se reducen a dos o a uno solo:

• La vigilia de oración en casa del difunto, según las circunstancias, o en otro lugar ade-cuado, donde parientes y amigos, fieles, se reúnen para elevar a Dios una oración de sufragio, escuchar las “palabras de vida eterna” y a la luz de éstas, superar las perspec-tivas de este mundo y dirigir el espíritu a las auténticas perspectivas de la fe en Cristo resucitado; para confortar a los familiares del difunto; para mostrar la solidaridad cris-tiana según las palabras del Apóstol: “llorad con los que lloran” (Rom 12,15).

• La celebración de la Eucaristía, que es absolutamente aconsejable, cuando sea po-sible. En ella, la comunidad eclesial escucha “la Palabra de Dios, que proclama el misterio pascual, alienta la esperanza de encontrarnos también un día en el reino de Dios, reaviva la piedad con los difuntos y exhorta a un testimonio de vida verdade-ramente cristiano”, y el que preside comenta la Palabra proclamada, conforme a las

|30|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 31: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

características de la homilía, “evitando la forma y el estilo del elogio fúnebre”. En la Eucaristía “La Iglesia expresa entonces su comunión eficaz con el difunto: ofreciendo al Padre, en el Espíritu Santo, el sacrificio de la muerte y resurrección de Cristo, pide que su hijo sea purificado de sus pecados y de sus consecuencias, y que sea admi-tido a la plenitud pascual de la mesa del Reino”. Una lectura profunda de la Misa de exequias, permite captar cómo la Liturgia ha hecho de la Eucaristía, el banquete escatológico, el verdadero refrigerium cristiano por el difunto.

• El rito de la despedida, el cortejo fúnebre y la sepultura: la despedida es el adiós (ad Deum) al difunto, “recomendación a Dios” por parte de la Iglesia, el “último saludo dirigido por la comunidad cristiana a un miembro suyo antes de que su cuerpo sea llevado a la sepultura”. En el cortejo fúnebre, la madre Iglesia, que ha llevado sacra-mentalmente en su seno al cristiano durante peregrinación terrena, acompaña el cuerpo del difunto al lugar de su descanso, en espera del día de la resurrección (cfr. 1 Cor 15,42-44). DPPL 252.

Cada uno de estos momentos de las exequias cristianas se debe realizar con dignidad y sentido religioso. Así, es preciso que: el cuerpo del difunto, que ha sido templo del Espí-ritu Santo, sea tratado con gran respeto; que la ornamentación fúnebre sea decorosa, ajena a toda forma de ostentación y despilfarro; los signos litúrgicos, como la cruz, el cirio pascual, el agua bendita y el incienso, se usen de manera apropiada. DPPL 253.

Separándose del sentido de la momificación, del embalsamamiento o de la cremación, en las que se esconde, quizá, la idea de que la muerte significa la destrucción total del hombre, la piedad cristiana ha asumido, como forma de sepultura de los fieles, la inhumación. Por una parte, recuerda la tierra de la cual ha sido sacado el hombre (cfr. Gn 2,6) y a la que aho-ra vuelve (cfr. Gn 3,19; Sir 17,1); por otra parte, evoca la sepultura de Cristo, grano de trigo que, caído en tierra, ha producido mucho fruto (cfr. Jn 12,24).

Sin embargo, en nuestros días, por el cambio en las condi-ciones del entorno y de la vida, está en vigor la praxis de quemar el cuerpo del difunto. Respecto a esta cuestión, la legislación eclesiástica dispone que: “A los que ha-yan elegido la cremación de su cadáver se les puede conceder el rito de las exequias cristianas, a no ser que su elección haya estado motivada por razones contrarias a la doctrina cristiana”. Respecto a esta opción, se debe exhortar a los fieles a no conservar en su casa las cenizas de los familiares, sino a darles la sepultura acostumbrada, hasta que Dios haga resur-gir de la tierra a aquellos que reposan allí y el mar restitu-ya a sus muertos (cfr. Ap 20,13). DPPL 254.

|31|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 32: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

PRESENTACIÓN DE LA VIRGEN SANTÍSIMA

21 DE NOVIEMBRE

Esta memoria litúrgica nace con la dedicación de la iglesia de Santa María la Nueva en Jerusalén, en el 543. Luego se extenderá a Oriente desde el siglo VI, y finalmente se comenzará a celebrar, primero en Aviñón y luego en la totalidad de la Iglesia, con los Papas Gregorio XI y Sixto V, en el siglo XIV, tomando la misma fecha que en Oriente, 21 de noviembre. (ACI Prensa, s.f.)

La memoria se encuentra inspirada en el apócrifo llamado Protoevangelio de Santiago, que datado en la segunda mitad del s. II, tiene como autor supuesto al apóstol Santiago el Me-nor. El autor es posiblemente un judío conver-so, pero que no vivía en Israel, pues las descripciones que ofrece no concuer-dan con las realidades geográficas presentes en Tierra Santa.

La obra se presenta con un carácter devocional y piado-so, centrada en la figura de María y en los primeros años de la vida de Jesús. El con-tenido, si bien en algunos pasajes puede adolecer de cierto aire doceta, sin embar-go, en general no presenta he-rejías, sino que, apoya la con-cepción y el parto de virginal, todo esto tomado de la piedad po-pular del tiempo de redacción. (López Sánchez, s.f.)

El Protoevangelio de San-tiago describe esta es-

|32|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 33: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

cena de la presentación, con María, una niña singular de 3 años de edad, en el capítulo VII de la obra.

Y, cuando la niña llegó a la edad de tres años, Joaquín dijo: Llamad a las hijas de los he-breos que estén sin mancilla, y que tome cada cual una lámpara, y que estas lámparas se enciendan, para que la niña no vuelva atrás, y para que su corazón no se fije en nada que esté fuera del templo del Señor. Y ellas hicieron lo que se les mandaba, hasta el momento en que subieron al templo del Señor. Y el Gran Sacerdote recibió a la niña, y, abrazándola, la bendijo, y exclamó: El Señor ha glorificado tu nombre en todas las ge-neraciones. Y en ti, hasta el último día, el Señor hará ver la redención por Él concedida a los hijos de Israel.

E hizo sentarse a la niña en la tercera grada del altar, y el Señor envió su gracia sobre ella, y ella danzó sobre sus pies y toda la casa de Israel la amó. (Protoevangelio de San-tiago, s.f.)

Dada la naturaleza de este escrito, no fue incluido dentro del canon bíblico, pero sus páginas han servido de inspiración a la liturgia, al arte y a la música sacras, sobre todo respecto a la persona de la Virgen María.

Son estos sentimientos los que inundan los textos propios de este día. La Liturgia de las Horas presenta dos himnos sobre esto. El de Oficio de Lectura hace una clara referencia a María en la plenitud de la gloria divina, en su labor de intercesora del género huma-no, como Sagrario de la Trinidad. Es por ello, que la lectura patrística, tomada de los sermones de San Agustín, presenta a María como la discípula por excelencia de Cristo,

|33|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 34: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

pero lo hace de tal manera, que no se vuelve un ser mítico e inalcanzable, sino que nos la acerca tanto, que la vida y el discipulado de María, nos anima a vivirlo también. “De ahí que María es dichosa también porque escuchó la palabra de Dios y la cumplió; llevó en su seno el cuerpo de Cristo, pero más aún guardó en su mente la verdad de Cristo” (San Agustín, Sermón 25).

El himno de laudes y vísperas, se ha partido en dos, de manera que hacen una descrip-ción de la niña María, y de lo que ella significaba ya para el plan de salvación.

La Oración colecta de la Misa de memoria, nos indica, por otro lado, que la presentación de María, supone para todos los cristianos, el continuo esfuerzo por reproducir en no-sotros la imagen de Cristo, que solo es posible por la gracia. Así mismo, es una indirecta referencia bautismal, puesto que nos recuerda que nosotros mismos fuimos presenta-dos en el templo para ser agregados a la familia de Dios.

Esta doble referencia nos dispone a reavivar nuestro propio camino discipular, teniendo presente que, como María, hemos sido presentados y consagrados al Señor, y como ella, hemos escuchado las palabras del Hijo amado del Padre, y como ella, hemos reci-bido el auxilio de la gracia para hacer carne en nuestra vida cotidiana, a esa Palabra de salvación. De tal forma, que, con ella, compartamos su mismo destino: vivir la felicidad sin límites de la Trinidad Santa.

P. Mauricio EspinosaVICARIATO APOSTÓLICO DE PUYO

Bibliografía

ACI Prensa. (s.f.). Recuperado el 12 de Agosto de 2020, de ACI Prensa: https://www.aci-prensa.com/santos/santo.php?id=610

Escrituras. (s.f.). Recuperado el 12 de Agosto de 2020, de Escrituras Web site: http://es-crituras.tripod.com/Textos/ProtEvSantiago.htm

López Sánchez, F. (s.f.). Hogar de la Madre. Recuperado el 12 de Agosto de 2020, de Hogar de la Madre: https://www.hogardelamadre.org/es/recursos/virgen-maria/pa-dres/8372-protoevangelio-santi

San Agustín. (2001). Sermón 25. En Liturgia de las Horas. Tomo IV (págs. 1528-1529). Bogotá: Conferencia Episcopal de Colombia.

|34|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 35: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

Jesucristo, Rey del universo: una gran esperanza

¡Qué bonito sería el mundo si verdaderamente reinara Jesucristo en la sociedad! No habría pobreza, no habría guerras, no habría corrupción, no habría injusticias. ¿Quién no ha soñado con un mundo mejor cuando experimenta impotente las fuerzas del mal? ¿Quién no se ha preguntado sobre su misión para que ese sueño de Dios se haga realidad? Por hecho de ser bautizados, los creyentes podemos adentrarnos en los sueños divinos, y en lo que la gracia puede operar en cada

uno de nosotros para que el reino de Cristo sea una realidad.

El contacto con los misterios de Cristo, revividos en el año litúrgico, nos ha llenado de esperanza. Asimismo, el año litúrgico termina con espe-ranza, no podía ser de otro modo. Esperanza en que los sueños de Dios son (y serán) una

realidad. Pues como dice el papa Francisco «la solemnidad de Jesucristo Rey del uni-verso, (…) se coloca al final del año litúr-gico y recuerda que la vida de la creación no avanza de forma aleatoria, sino que procede hacia una meta final: la mani-festación definitiva de Cristo, Señor de

la historia y de toda la creación. La con-clusión de la historia será su reino eterno»1.

Es la gran esperanza del Reino de Dios en su consumación final a la que todos esta-

mos convocados mediante la fide-lidad a nuestra vocación.

Por eso, los textos de la liturgia de los días que anteceden y siguen a la solemnidad tie-nen ese matiz escatológico

que inyecta esperanza en el cristiano. En concreto, en el año actual, año

1 PaPa Francisco, ángelus 25 de

noviembre de 2018

|35|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 36: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

par, las primeras lecturas de las ferias de las dos últimas semanas del año litúr-gico están tomadas del Apocalipsis, libro que «trata de alentar a los creyentes: más allá de toda apariencia, y aunque no vean aún los resultados, la victoria de Cristo ya se ha realizado y es definitiva. Esto es una orientación para afrontar los acontecimientos humanos con una actitud de fundamental confianza, que surge de la fe en el Resucitado, presente y activo en la historia»2. Que Jesucristo sea Rey del Universo nos recuerda que debemos vivir con esperanza, porque la historia tiene una dirección, un sentido de plenitud en Cristo, que es el centro y dominador de la historia, «el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Princi-pio y el Fin» (Ap 22, 12-13).

La eucología de la celebración de Jesucristo, Rey del universo subraya algunos rasgos del señorío de Cristo: el sentido cósmico de su realeza, el horizonte escatológico de su reinado, la petición de los dones de la paz y de la unidad. Y, más concretamente, el pre-facio hace la síntesis de su realeza: Cristo ha sido ungido como rey, se ha ofrecido como víctima en la cruz, ha sometido a sí todas las cosas, su reino es «eterno y universal, reino de verdad y de vida, de santidad y de gracia, de justicia, de amor y de paz».

En este año tan especial que hemos vivido, con todo lo que está significando la pande-mia del coronavirus y sus consecuencias, más que nunca necesitamos mirar al Rey del Universo, a Cristo, para no dejar que los problemas «nos roben la esperanza». Quizá la sabiduría de esta solemnidad es redescubrir que el Amor de Dios guía la historia, tam-bién en los días oscuros, que su omnipotencia puede sacar bien del mal. Ya nos los de-cía S. Pablo: «todas las cosas cooperan para el bien de los que aman a Dios» (Rm 8,28). ¡Verdaderamente solo en Cristo hay esperanza!

Un poco de historia: el surgir de la solemnidad.

Aunque, hay una afirmación explicita de Jesús ante Pilatos, «Yo soy rey» (Jn 18,37), habrá que esperar hasta el siglo XVII, para que germine poco a poco la devoción a la realeza de Cristo. Lo hará en el contexto del culto al Sagrado Corazón de Jesús y de las apariciones

2 san Juan Pablo ii, exhortación apostólica postsinodal EcclEsia in Europa, del 28 de Junio de 2003, n. 5

|36|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 37: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

que tuvo santa Margarita María de Alacoque desde 1673. En aquel: «Yo reinaré a pesar de mis enemigos y a pesar de todo», revelado a la santa, se ha intuido el triunfo de la devoción al Sagrado Corazón y a su reino espiritual de amor y misericordia. Más tarde, León XIII, en 1899, ante la llegada del nuevo siglo, con deseo de extender el espíritu misionero entre los fieles, consagra la humanidad al Sagrado Corazón, fomentando así la devoción al reinado universal de Cristo. Su sucesor, san Pío X, estableció que aquella consagración fuese renovada cada año en la fiesta del Sagrado Corazón, y, de acuerdo con el lema de su pontificado, «Instaurar todas las cosas en Cristo», contribuyó a forta-lecer en la Iglesia la convicción de la capitalidad de Jesús sobre la entera creación3.

Fue Pio XI quien, el 11 de diciembre de 1925, estableció la fiesta de Cristo Rey para que se celebrase el último domingo de octubre. Antes dedicó su primera encíclica, Ubi arcano, al tema de «la paz de Cristo en el reino de Cristo». Frente al avance de la secu-larización, quiso motivar a los católicos a reconocer en público que el mandatario de la Iglesia es Cristo Rey y que «su regia dignidad exige que la sociedad entera se ajuste a los mandamientos divinos y a los principios cristianos, ora al establecer las leyes, ora al administrar justicia, ora finalmente al formar las almas de los jóvenes en la sana doc-trina y en la rectitud de costumbres»4. El reino de Cristo, enseñaba Pío XI, había de ser instaurado ante todo en el corazón de las personas y en las familias, para serlo también en la sociedad. El reinado social de Cristo no es separable de su reinado espiritual.

3 Cfr. aranda, a. Edición histórico critica dE Es cristo quE pasa, rialP 2013, P. 897-902.

4 Pio Xi, carta Encíclica quas primas sobrE la FiEsta dE cristo rEy, 11 de diciembre de 1925, n. 33

|37|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 38: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

En 1970, tras el Concilio Vaticano II, la fiesta pasa al último domingo del año litúrgico y se llama solemnidad de Cristo Rey del Universo. De este modo se subraya su dimen-sión cósmica y escatológica. La Colecta de la solemnidad se modifica. Ya no pide, como hacía en el pasado, que «se conceda a todas las familias de los pueblos someterse a la dulce autoridad de Cristo», sino que «toda la creación, liberada de la esclavitud, le sirva y le glorifique sin cesar». Se pone más énfasis en el aspecto humano y espiritual de la soberanía de Cristo.

Reinar sirviendo: la esperanza de ser santos, de servir.

El Concilio Vaticano II recuerda la llamada universal a la santidad y a la misión (cfr. LG 11). La solemnidad de Cristo Rey del Universo, también nos habla de la santidad en la comunidad creyente. La santidad no es otra cosa que la perfección de la caridad en la familia, en el trabajo, en las circunstancias diarias; perfección en el amor con la que Cristo reina en las almas.

Son los fieles, en concreto sobre todo los fieles laicos, los que mediante la coherencia de su fe y dejando reinar a Cristo en sus vidas, alimentados en la oración y en los sacra-mentos, serán luz del mundo y sal de la tierra (Mt 5, 13-16). Entonces, como la levadura en medio de la masa (Mt 13, 33), trasformarán la sociedad entera, haciéndola más justa y humana. Por eso, «el interrogante importante que hay que hacerse en la solemnidad de Cristo Rey -afirma Cantalamessa- no es si reina o no en el mundo, sino si reina o no dentro de mí; no si su realeza está reconocida por los Estados y por los gobiernos, sino si es reconocida y vivida por mí. ¿Quién reina dentro de mí, quién fija los objetivos y es-tablece las prioridades: Cristo o algún otro?»5.

Pero como Cristo reina sirviendo, «si pretendemos que Cristo reine, -cito a san Josema-ría- hemos de ser coherentes: comenzar por entregarle nuestro corazón. (…) Si dejamos que Cristo reine en nuestra alma, no nos convertiremos en dominadores, seremos ser-vidores de todos los hombres. Servicio. ¡Cómo me gusta esta palabra! Servir a mi Rey y, por Él, a todos los que han sido redimidos con su sangre. ¡Si los cristianos supiésemos servir! (...) Sólo sirviendo podremos conocer y amar a Cristo, y darlo a conocer y lograr que otros más lo amen»6.

Reino y eternidad: al atardecer de la vida, seremos juzgados en el amor (S. Juan de la Cruz).

La gran esperanza del reino de Cristo es una realidad incipiente ya en la tierra cuando se deja que Cristo viva y reine en cada cristiano. A la vez, esa esperanza está llamada a la plenitud en el momento final. La liturgia nos lo recuerda al conectar la realidad del reino con la del juicio: el Evangelio de la solemnidad (año A), es el del juicio universal. La solemnidad de Cristo Rey

5 cantalamessa, r. en httPs://es.zenit.org/2007/11/23/Predicador-del-PaPa-es-cristo-rey-y-senor-de-mi-vida/

6 san Josemaría, Es cristo quE pasa nn. 181-182 en httPs://www.escrivaobras.org/book/es_cristo_que_Pasa-Punto-181.htm

|38|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 39: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

del Universo nos alegra con la esperanza en el amor infinito de Dios, pero a la vez nos ayuda a ordenar nuestra vida pensando en la eternidad según esa caridad concreta de dar de comer, de beber, hospedar, vestir, etc., pues «cuando lo hicieron con el más insignificante de mis her-manos, conmigo lo hicieron» (Mt 25, 40).

Dejar reinar a Cristo en la sociedad, hacer que el reine en nuestra vida, vivir de esperanza, ser santos, servir, no es otra cosa que entregarnos a Dios y a los demás por Dios. No solamente dar algo, sino darnos nosotros mismos. ¿Te diste? Es la única pregunta que al final de nuestra jornada deberíamos contestar: ¿Me he dado hoy del todo a Dios y a los demás? Si, a pesar de nuestros errores y límites, hemos procurado secundar la abundante gracia de Dios, podemos decir que el Reino de Cristo actúa en nosotros y, a través nuestro, en la sociedad.

P. Juan Romero

|39|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA

Page 40: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, LOS ......sus siervos y todo el pueblo elegido. Pedro en la cárcel ha sido liberado por su Án-gel. Jesús, a defensa de los pequeños dice que sus

El Rosario es la oración que

acompaña todo el tiempo mi

vida. Es también la oración de los sencillos y santos... Es la oración de mi

corazón

|40|PÁG. SIG.PÁG. ANT. IR A LA PORTADA