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Soledad Graglia

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SUBJETIVIDAD Y TRANSFORMACIN: Lo que ocurre no es un error!!

Licenciada Mara Soledad Graglia

La maravillosa frase del filosofo viens Ludwig Wittegenstein, el mundo es lo que ocurre y lo peor sera considerar que lo que ocurre es un error impresiona como todo un desafo a nuestro pensamiento y nuestro despliegue profesional.

Pero nos asomemos a lo que pasa:

Una mam relata que su beb de apenas pasados los seis meses se queda jugando con la tablet un buen rato. Agrega que parece muy compenetrado en lo que aparece en la pantalla que son imgenes de intensos colores y notas musicales que suenan en consonancia de cmo el teclea los botoncitos del aparato.

La escena bien podra hacernos jugar con el parafraseo los bebs vienen con el pan bajo el brazo en cambio; los nios vienen con la pantalla bajo el brazo. (Eso sin contar, que an dentro de la panza, en varias ocasiones fue captado por algunas de ellas y que gracias al avance tecnolgico se pudo divisar hasta el ms ntimo e nfimo detalle de su anatoma y fisiologa).

Nos asomemos nuevamente:

Valentn tiene 5 aos y descubre con alegra que se le sali el diente que esperaba ansioso que se desprenda de su boca. El Ratn Prez pasar esta noche cuando duerma a llevarse el preciado trofeo y dejar a cambio algunas monedas (la experiencia clnica y domstica demuestra que los chicos se sienten mucho ms atrados por una buena cantidad de monedas que por importantes billetes). Mami cmo va a hacer el R.P. para saber que es a m al que se me cay el diente?...Ah ya s!! (Acaba de crear imaginativamente la teora que viene al caso) el RP tiene una tablet donde estn todos los chicos del mundo y al que se le cae un diente se prende una luz roja que dice Valentn.

La imaginacin de Valentn y los/las de su edad, no slo construye teoras sobre la sexualidad, sino tambin sobre el mundo que les toco habitar. En l los enigmas son muchos y las pantallas (otra vez las pantallas) forman parte de la caja de herramientas con la que cuentan hoy.

Ultima escena:

Eugenia de 13, se toma una foto con su celular y la publica en Instagram. Al cabo de un rato dice mira cuantos me gusta tengo ya. La reaccin del receptor de lo dicho es de perplejidad primero y despus de sentencia: Qu narcisista!.

Considerando la complejidad del asunto y los efectos an incalculables del mismo, la categora de anlisis que conocemos como Narcisismo es por lo menos insuficiente a la hora de comprender este movimiento.

La profusin de las pantallas es un hecho. La vida cotidiana en la actualidad se trama, tambin, con ellas, desde ellas y a travs de ellas, segn el caso.

Por lo tanto considerar estos nuevos fenmenos exclusivamente cmo de potencial patologizacin, o de ataque a la imaginacin y la creatividad propia del nio o de exacerbado narcisismo o de grave exposicin del yo configuran una inapropiada y reduccionista manera de considerarlos.

El conjunto de mutaciones que estamos viviendo son de una novedad radical. Al decir de Sibilia (2013) un desplazamiento en los mecanismos de construccin de subjetividad, que todava se est delineando pero que ya empieza a dar sus primeros frutos, y que implicar enormes consecuencias al redefinir lo que significa ser humanos {Las comillas son mas}.

En la era digital que habitamos, los modos de relacionarnos con la realidad que conocamos estn mutando, a la vez que se constituyen nuevos escenarios de vinculacin.

Esta era digital erosiona los modos de relacionarnos con la realidad que conocamos y moviliza nuevos escenarios de vinculacin, cada vez ms habitados por nuestros nios y jvenes. Se impone as el derecho de darle a esta digitalidad un estatuto de realidad y ya no uno de oposicin o adicin a la realidad que definimos clsicamente.

La realidad virtual es un tiempo espacio particular, que define modos de relacin subjetivos y que hace estallar las categoras de anlisis que usbamos para pensar la realidad material o la realidad psquica. Tal es el caso de los conceptos de presencia y ausencia que nos resultan altamente insuficientes a la hora de hacer pensable la virtualidad.

Wikipedia es claro al respecto: Lavirtualidadestablece una nueva forma de relacin entre el uso de las coordenadas de espacio y de tiempo, supera las barreras espaciotemporales y configura un entorno en el que la informacin y la comunicacin se nos muestran accesibles desde perspectivas hasta ahora desconocidas al menos en cuanto a su volumen y posibilidades. La realidad virtual permite la generacin de entornos de interaccin que separen {o ms bien que se separan de} la necesidad de compartir el espacio-tiempo, facilitando en este caso nuevos contextos de intercambio y comunicacin. (Los corchetes son mos). (http://es.wikipedia.org/wiki/Realidad_virtual. Consultado el 16/05/15).

Es interesante ver cmo resultan variables independientes la necesidad de compartir y de estar {fsicamente y emocionalmente}, con esta nueva lgica de la interconexin.

Jonathan Steuer (1992) define a la RV como un tipo particular de experiencia, mediada por diferentes usos de hardwares y dispositivos tecnolgicos digitales.

No nos sorprender descubrirnos evocando la primera experiencia de satisfaccin; la experiencia del estadio del espejo; la experiencia del destete; entre otras tantas.

Es este mismo autor, pionero en ediciones en lnea, quien propone las categoras de presencia y telepresencia para comprender la dinmica de interaccin de la RV. Definiendo Presencia como la percepcin natural de un ambiente y telepresencia como la percepcin mediada por un medio de comunicacin.

No con pocos mritos, la telepresencia del mundo, trama la vida cotidiana de los nios configurando novedosos escenarios de socializacin (Cmo dice Cristina) que promueven, a fuerza de realidad, modos de construccin de la subjetividad en transformacin permanente.

Una de los hechos que ya nadie discute es que la forma de ver el mundo, de habitarlo, de relacionarnos con nuestros semejantes y an ms la forma de sentir y la de pensar ese mundo y esas relaciones, estn transformndose. Atencin al tiempo verbal: transformndose. Devienen transformaciones que nos enfrentan a terrenos heterogneos y fluidos, yuxtapuestos que hacen poner los pelos de punta a los que extraan la subjetividad institucional que promova despliegues subjetivos lineales y ascendentes.

Tal como sabemos, la subjetividad es una construccin siempre social en la que intervienen mltiples factores. Polticos, econmicos, culturales, histricos y hasta geogrficos, entendiendo como geogrfico no slo el relieve y el clima, sino todo aquello que el (hombre) sujeto hace con y en el territorio.

En el territorio en el que nos movemos, el territorio en el que la infancia que nos convoca adviene y deviene se encienden las luces de la globalizacin, la interconexin, la instantaneidad y la simultaneidad, y lo que sucede no es un error!!!!

La realidad que estamos describiendo desborda las barreras espaciales (adentro/afuera; pblico/privado) y temporales (pasado/presente; ayer/maana) configurando entornos en los que la comunicacin y la interaccin, por lo tanto los vnculos, se nos muestran desde perspectivas desconocidas en cuanto a su volumen y posibilidades, separando y transformando la necesidad de estar, compartir, mirarse, ser mirado.

Para comprender y tolerar mejor las limitaciones y perplejidades a las que asistimos conviene contextualizarlas y observarlas desde una postura epistemolgica especfica, plena de incertidumbres y lagunas pero que se propone considerar y discutir los cambios en la produccin de la subjetividad en la infancia (la adolescencia, la clnica o la educacin) a la luz de una perspectiva de anlisis que considere esas transformaciones en el interior del campo cultural y social.

Partiendo de las explicitaciones sobre las condiciones de transformacin, la tablet del bebe del inicio o la tablet del ratn perez de Valentn o la cantidad de me gusta que aparecen en la pantalla de Eugenia, configuran una situacin a ser pensada, de la cual no me parece viable la salida crtica y clasificatoria de que es un error! O que es una patologa de la poca! O qu todos los nios, nativos digitales, son potenciales autistas!

Una de las claves para pensar esta situacin es tratar de comprender bajo qu condiciones se construye. Se configura experiencia?, De qu tipo de experiencia se trata?, hay constitucin de sujeto en ella?. Si hay experiencia hay sujeto. La situacin se configura en una experiencia si hay all un individuo, deviniendo sujeto, que est implicado en la situacin y se siente interpelado por ella. Lo que implica que en el transcurrir de esa situacin hay sentimientos y pensamientos involucrados, a la vez que se adquirir habilidades para algo.

Nos hemos acostumbrados y a veces adormecido frente a la idea del beb cuya experiencia de satisfaccin y crecimiento est representado por el chupete. O bien con la representacin del nio que apela al pensamiento mgico para poder transcurrir y no sucumbir el perodo de latencia. Y cmo no suponer, casi matemticamente, las vicisitudes de Eugenia y sus contemporneos en pleno duelo por los padres y el cuerpo de la infancia.

Hoy hay tambin otras historias que acontecen y precisan ser pensadas y teorizadas, cmo hizo Freud con cada una de las ideas que postul, resultado de su clnica y de la poca en la que estaba inmerso.

La experiencia de estar ante una pantalla hoy nos es constitutivasomos habituales espectadores de pantallas (Corea, 2011). Configurando la subjetividad del espectador y del usuario. Configuraciones que resultan de la interface entre los distintos soportes territoriales donde se mueve el sujeto, uno de ellos, ste: el de la pantalla. En l el espectador no asocia, ni interpreta, sino que conecta directamente con el estmulo y opera con l. El pensamiento conectivo no opera por representaciones, no precisa de ellas. La realidad audiovisual y multimedia en la que cada vez ms se desarrollan nuestras vidas y la de nuestros nios y adolescentes no cesa de emitir mltiples estmulos sensoriales hacia todos lados, cuyo tiempo de existencia est mediado por la fugacidad y la velocidad y por lo tanto por la obsolescencia. (Radio.. PERISCOPE: no graba, slo emite. Existe slo 24 hs)

La lgica asociativa, donde la representacin, la memoria, la concentracin son su esencia y configuraron el soporte territorial propio de los suelos institucionales, no han desaparecido. S han dejado de ser centro de la escena y de los escenarios de construccin de subjetividad para compartir protagonismo (y a veces ocupar un papel secundario o de reparto) con estas otras condiciones de subjetividad que estamos describiendo. No pocas veces, por malformacin profesional o por dificultades ticas, el rbol no nos ha dejado ver el bosque.

Ocurre que las categoras de modelos explicativos totalizadores nos dejan indemnes de la responsabilidad de pensar, la infancia en este caso, en contextos de altsima incertidumbre.

Paradjicamente mientras ms se nos manifiesta en toda diversidad el bosque, porque desarrollamos ms y mejores tecnologas para ello; ms conjuramos su complejidad a travs de la proliferacin y la pregnancia de modelos clasificatorios y descriptivos que enumeran y agrupan sntomas, provocando excesivos sobrediagnsticos y etiquetamientos desubjetivantes que impregnan la vida cotidiana de los nios y adolescentes, asegurando fracasos escolares y afectivos difciles de aliviar y reparar a mediano y largo plazo. En estas condiciones tambin se configuran espectadores y usuarios cuyas experiencias nos evocan el traumatismo. Subordinando las caractersticas propias de la infancia, en las que tenemos que incluir las transformaciones que venimos planteando a una rigidizacin de las conductas y las emociones.

A todas luces los conflictos en la subjetividad y las problemticas propias de las condiciones actuales de subjetivacin no se reducen a la existencia e insistencia de nuevos escenarios psicosociales propios de la interconexin y la fluidez; sino que estn ligados e impregnados de los posicionamientos ticos e ideolgicos de quienes trabajamos da a da con ellos y en ellos.

Nos resulta imposible soslayar que las transformaciones que devienen del orden de lo cultural y social son altamente complejas y novedosas y que los paradigmas epistemolgicos del equilibrio, la simplicidad y la biologizacin nos son obsoletos. En ellos se busca poner orden en el universo, perseguir el desorden en pos de excluirlo o bien disciplinarlo. Bajo la irrefrenable tendencia, como dice Rodulfo, de psicopatologizar, medicalizar o idealizar un estado anterior. Rezan as algunos de los profesionales del campo de la infancia, que pregonan una indiscriminacin generalizada, una intensificacin del autismo, o una existencia sin ley, un fin de la historia del sujeto en vez de arriesgarse a pensar que el hombre (nio o adulto) siempre es capaz de escribir nuevas historias, con el conflicto pulsional y vincular a cuestas.

Muchas gracias!!