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SOCIEDAD Y CULTURA EN LOS BAÑOS DE ALANGE A TRAVÉS DE LA
PRENSA DE LA ÉPOCA
SOCIETY AND CULTURE IN THE BATHS ALANGE THROUGH TIME PRESS
Juan Diego Carmona Barrero
Asociación Histórica de Almendralejo
José Ángel Calero Carretero
Asociación Histórica de Almendralejo
RESUMEN: Con la presente comunicación se pretende dar a conocer el ambiente social y
cultural que, en tiempos de Carolina Coronado, reinaba en un lugar que ella frecuentó en su juventud,
los Baños de Alange. La prensa nacional da testimonio, a través de los ecos de sociedad que se
publicaron durante la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, de cómo los
balnearios se ponen de moda como punto de encuentro para miembros de la alta sociedad y aristocracia
nacional, convirtiéndose así en la época dorada del termalismo en España. A raíz de la afluencia de
personajes de renombre, algunos edificios termales como el de Alange se dieron a conocer, proyectando
su nombre más allá de las fronteras de nuestro país.
Palabras clave: Alange, balneario, sociedad, cultura, prensa.
SUMMARY: In the present communication is to raise awareness of the social and cultural
environment in times of Carolina Coronado, prevailed in a place she frequented in her youth, the Baths
of Alange. The national press bears witness, through the echoes of society that were published during the
second half of the nineteenth century and first decades of the twentieth century, as spas become
fashionable as a meeting point for members of high society and national aristocracy, becoming the
golden age of spas in Spain. Following the influx of well-known characters, some buildings like Alange
springs were released, projecting its name beyond the borders of our country.
Keywords: Alange, spa, society, culture, media.
212
ACTAS DE LAS III JORNADAS DE ALMENDRALEJO Y TIERRA DE BARROS
(18-19 de noviembre de 2011)
Almendralejo, Asociación Histórica de Almendralejo, 2012, pp. 211-224.
213
1. El panorama del termalismo en la Europa del siglo XIX.
El termalismo tiene una primera etapa de desarrollo y esplendor que comienza
en la segunda mitad del s. XVIII después de los estudios realizados en la Europa central
por especialistas como Sigmund Hahn195
o su hijo Johann Hahn196
en los que se
defienden las aplicaciones hidroterápicas tanto a nivel preventivo como terapéutico. Se
trata de una época en la que se desarrolla y avanza a un nivel más científico que social.
El interés de los centros termales recae sobre los médicos, que son quienes recomiendan
donde hay que acudir y que tratamientos se deben realizar.
Esta circunstancia continuará durante la primera mitad del siglo XIX, otros
reconocidos autores dentro del mundo de la hidroterapia fueron Vinzenz Priessnitz197
o
Sebastian Kneipp198
. Con ellos se desarrollaron técnicas de aplicación de las aguas con
diferentes sistemas que regulaban la cantidad, la fuerza y el tiempo de aplicación. En
parte sus trabajos eran herederos de lo que en el siglo anterior había publicado Johann
Hahn. La fama de los tratamientos propuestos por estos autores llegó a todas las clases
sociales, si bien en algunos casos hubo grupos de médicos que estaban en contra de
estos tratamientos199
.
El uso de las estaciones termales en el final del siglo XVIII y comienzos del XIX
como remedio terapéutico desencadenará un efecto llamada a quienes acuden a estos
lugares buscando los placeres del descanso ocasionados en buena parte por la existencia
de unas estructuras de acogida, por la disponibilidad del tiempo libre y por las
posibilidades de relaciones sociales que estas podían proporcionar200
. Surge por lo tanto
un pseudoturismo de placer que acude a los balnearios a buscar una cura no tan física
como pudiera parecer, sino más cercana a la condición social del hombre y a sus
aspectos relacionales.
195 Este médico empleó y difundió la terapia con agua fría tras comprobar que su hijo Gottfried se curaba
de un tifus con un tratamiento de este tipo.
196 Siguiendo las enseñanzas de su padre publicó un libro titulado ―Enseñanzas sobre la fuerza y los
efectos del agua fresca en los cuerpos de las personas‖ en 1738.
197 Llegó a crear un balneario en Gräfenberg, donde desarrollo la mayor parte de sus trabajos en
hidroterapia. Para profundizar en el personaje véase: METCALFE, R. ―Life of Vincent Priessnitz.
Founder of Hydropathy.‖ Londres, 1898.
198 Su principal obra fue: ―Método de Hidroterapia o Mi cura de agua.‖ Trad. Castellano por Francisco
García Ayuso. Barcelona, 1898.
199 En parte este rechazo por parte de algunos médicos podía considerarse lógico, pues tanto Priessnitz
como Breuil carecían de titulación universitaria, siendo el primero ganadero y el segundo religioso.
200 JARRASSE, D. ―La importancia del termalismo en el nacimiento y desarrollo del turismo en la
Europa del siglo XIX.‖ En Historia Contemporánea, nº 25, 2002. Pág. 34.
214
Si bien se discute sobre los diversos orígenes del turismo termal y algunos
autores predican su nacimiento en el siglo XVII en la famosa estación termal de Bath201
,
no se pueden dejar a un lado la competencia que surge en el continente, principalmente
en la zona de los Pirineos y en Renania. En un principio el turista busca lo pintoresco,
aquel paisaje que le acerca a regiones un tanto olvidadas en las que el consumidor de las
aguas entra en contacto con la naturaleza de una manera casi ritual que convierte el acto
del baño o la ingesta en una comunión con la madre tierra. Es una visión propia de
románticos que irá perdiendo su sagrada esencia a favor de encuentros entre
individuos202
.
Cabe destacar la preponderancia que adquieren como lugar de encuentros de
miembros de la alta sociedad las tradicionalmente conocidas como ―villes d´eaux‖ que
como consecuencia de la afluencia de personajes importantes se produce un efecto
llamada en aquellas clases afines. En ocasiones en torno al establecimiento termal se
celebran acontecimientos sociales que reafirman esa atracción de público selecto203
.
Como decíamos anteriormente, a partir de mediados del siglo XIX, se pierde la visión
romántica del balneario para girar hacia la visión lúdica.
Proliferaron a partir de esta época los casinos y lugares para gastar dentro del
mismo balneario, lo que convierte a estos en espacios de divertimento y ocio por encima
de la salud. A modo de ejemplo citamos el famosísimo centro termal de Baden-Baden,
que Napoleón III y Eugenia de Montijo pusieron de moda como lugar de veraneo. A el
acudían lo más granado de la aristocracia centroeuropea así como muchos artistas que
buscaban la manera de darse a conocer entre la alta sociedad. A modo de ejemplos
citamos la presencia de Otto v. Bismarck en 1858 que acudió a las carreras que se
celebraban cerca del balneario, o la coincidencia en el ―Hotel d´Angleterre‖ de tres
emperadores: Francisco José de Austria, el Zar Alejandro de Rusia y Napoleón III204
. La
afluencia de turistas en Baden Baden en 1870 era de unos 56.000 frente a tan solo 6.000
agüistas205
.
201 BOYER, M. ―L´invention du tourisme. Origene et développement du tourisme dans le Sud-Est de la
France du XVIIIe siècle au Second Empire.‖ Tesis de geografía, Universidad de Lyon, Lyon, 1996. Pág.
33.
202 JARRASSE, D. Op. Cit. Pág. 38.
203 Las ciudades termales alemanas ofrecían distintas actividades: Caza en Homburg, carreras y teatro en
Baden-Baden, festival de música en Wiesbaden, etc.
204 SANNER, B. ―Baden-Baden a famous thermal spa with a long history.‖ GHC Bulletin, 2000. Pp. 16-
22.
205 JARRASSE, D. Op. Cit. Pág. 35.
215
2. El termalismo en España
En España, el panorama no es muy diferente, como en tantos otros aspectos se
copian los modelos que llegan de más allá de los Pirineos. Como dice Sánchez Ferré206
:
―El agüista y el usuario del balneario son individuos profundamente sociales que
necesitan ocupar el día y la noche, alimentarse, vestirse, trasladarse y divertirse.‖ Por
lo tanto aparecen unos elementos no higienistas que justifican la visita a un balneario,
no ya con el fin de curarse, sino con el de relacionarse, ocultando así posibles
debilidades de la persona. El paciente deja de serlo y se convierte en turista.
Durante el siglo XVIII e inicios del XIX ya se constató la presencia de
miembros de la realeza en balnearios españoles207
. Este es el caso de Fernando VII del
que se sabe que estuvo en los balnearios de Arnedillo, Sacedón y Solán de Cabras208
. El
respaldo que este monarca proporciona al termalismo español con la creación del
Cuerpo de Médicos Directores en 1816 y el Reglamento de Baños en 1817209
supone un
acicate para muchos balnearios que se encontraban en un estado de semiabandono,
utilizándose solo por bañistas de un entorno próximo. Sirve como ejemplo las obras que
se acometen en el de Alange para la restauración y ampliación de los baños en 1822210
.
Llegados a este punto nos vamos a encontrar con que existen en la península dos
tipos de balnearios. Los pequeños, en los que se desarrollaba un termalismo de
proximidad y los grandes, en los que los usuarios se desplazaban grandes distancias.
Con la modernización de algunos balnearios y la dotación de nuevas instalaciones,
algunas de las pequeñas estaciones termales comenzaron a tener una afluencia mixta, en
la que el origen del bañista guardaba cierta relación con la clase social. Lógicamente,
mientras que individuos de clases sociales altas pueden desplazarse desde cualquier
punto de la península, otros con menos posibilidades económicas solo pueden hacerlo a
los más próximos.
3. Visiones de la prensa decimonónica
A lo largo del siglo XIX, se acometió desde distintas perspectivas la publicación
en la prensa del movimiento de personajes reconocidos por sus títulos aristocráticos o
206 SÁNCHEZ FERRÉ, J. ―Historia de los balnearios en España. Arquitectura, patrimonio, sociedad.‖
En Panorama actual de las Aguas Minerales y Minero-medicinales en España. Madrid, 2000. Pág. 215.
207 ROSA, Mª CARMEN y MOSSO, Mª ÁNGELES. Historia de las aguas mineromedicinales de
España. Observatorio Medioambiente. nº 7. Madrid, 2004. Pág. 128.
208 Ibídem. Pág. 127.
209 RODRÍGUEZ SÁNCHEZ, J. A. ―Institucionalización de la Hidrología Médica en España.‖ Balnea,
nº 1. Madrid, 2006. Pág. 27.
210 CARMONA BARRERO, J. D. ―Aqvae. Análisis del desarrollo histórico arquitectónico de Alange y
sus baños romanos. Almendralejo, 1999.
216
cargos. La politización de los medios o su pronunciamiento hacia una u otra vertiente
política marcaba la manera de narrar la noticia o el lugar que se destinaba en el
periódico para ella. Los ecos de sociedad recogían de manera favorable todas las
maniobras de acercamiento, estancia o abandono de estos individuos en las estaciones
termales.
La presencia de aristócratas, políticos y otros prohombres en balnearios eran
noticias habituales en la prensa. Estas noticias proporcionan una interesante información
en cuanto a cargos ocupados por estos personajes, acompañantes e incluso motivos del
viaje, así como fechas en las que se realizaban estos desplazamientos y tiempo de
estancia en el balneario. Además de estas reseñas, no debemos dejar de analizar las
noticias que proporciona la prensa que se sitúa en la parte contraria a los partidarios de
los balnearios. Casi siempre coincidía la crítica con motivos políticos, siendo pocas las
menciones críticas por disparidad de tipo científico o incredulidad en cuanto a los
resultados que prometía el uso de las aguas.
Dentro de los diferentes estilos periodísticos, el más satírico, crítico y mordaz es
sin duda el humorístico. Se recurren a todo tipo de fórmulas para hacer críticas sobre los
establecimientos termales. Exponemos a continuación algunos ejemplos con distinto
nivel crítico con el fin de ilustrar los reflejos del mundo balneario en una prensa que no
siempre estaba a favor de estos. El semanario hispano-americano de literatura y arte
―Pluma y Lápiz‖, en su sección de miscelánea, incluía una viñeta en la que una paciente
conversaba con el doctor; debajo el texto que acompañaba a la viñeta decía:
―Doctor: deseo salir hoy mismo para un balneario y vengo a consultarle.
¿Sobre qué enfermedad?‖ Preguntaba el doctor.
―Quisiera saber que enfermedad se necesita para ir a Santa Águeda.‖211
El balneario de Santa Águeda en Mondragón estuvo muy de moda entre la
aristocracia madrileña, probablemente por ser punto de veraneo del presidente Cánovas
del Castillo, siendo en este el lugar donde fue trágicamente asesinado. En referencia a
este luctuoso acontecimiento, encontramos alguna referencia en la prensa que no deja de
asombrarnos por la forma de exponer la noticia. Así ―El Noticiero‖ de Ciudadela
transcribe el siguiente telegrama tras el asesinato:
El asesino del señor Cánovas del Castillo continua tranquilísimo.
En la salida del balneario el cadáver del Sr. Cánovas, su señora viuda fue acometida de
un fuerte síncope.212
211 Pluma y Lápiz: Semanario hispano-americano de literatura y arte. 04/05/1902.
217
Sin duda, parece mayor la preocupación por el estado del asesino que por el de
la viuda.
Un humor más liviano es el que critica el comportamiento de los bañistas en los
balnearios. Es habitual encontrar viñetas en las que se recogen aspectos de la vida del
agüista (fig. 1) narrándose de forma caricaturesca. Las críticas recaen principalmente
sobre la ociosidad y las costumbres en los establecimientos termales. En otra línea, el
recurso del balneario sirve de soporte a críticas políticas por parte de la prensa tal y
como podemos encontrar en algunos anuncios de balnearios ficticios que en los que se
dispensan servicios contras ciertos ideales (fig.2).
4. Cultura y sociedad en el Balneario de Alange en el siglo XIX
El balneario ha servido como fuente de inspiración a muchos autores, bien
proporcionando un lugar desde el cual escribir o bien por situar en estos espacios y su
entorno algunas elaboradas tramas. Jarrasse213
menciona incluso la existencia de un
género, el viaje a las aguas, del que ya en el siglo XVI hay referencias y que suponen
verdaderas guías turísticas que recorren Centroeuropa de balneario en balneario.
De otra parte, y coincidiendo con la edad de oro de la novela romántica surgen
las ―novelas de balneario‖. A un lugar donde se acude en busca de salud, se acude
buscando la inspiración y la convivencia con el concepto romántico de enfermedad. La
estancia en el balneario proporciona relaciones con gentes enfermas que guardan
historias dignas de escribirse. Son historias sobre la decadencia del ser humano víctima
de la enfermedad en las que los autores ven la decadencia de la sociedad214
.
St. Ronan´s Well (1823) de Walter Scott o El jugador (1866) de Fedor
Dostoievski, son títulos de reconocidos autores del siglo XIX que reflejan en sus obras
aspectos de la vida balnearia. En el caso de Dostoievski era conocida su ludopatía y sus
largas estancias en Baden-Baden a cuyo casino era asiduo. Es por lo tanto la literatura
de balneario en muchos casos un fiel reflejo de lo que acontecía.
En España también quedan reflejos de la literatura de balneario, a modo de
ejemplo Un viaje de novios (1881) que escribió en Vichy Emilia Pardo Bazán.
Curiosamente allí coincidió con otro autor, Victor Hugo, sobre el que más adelante
haremos referencia.
212
El Noticiero. Ciudadela, 11/08/1897 213
JARRASSE, D. Op. Cit. Pág. 36. 214
VARO ZAFRA, J. ―Novelas de balneario‖. En el Adelantado de indiana. Rev. Elec.
http://www.depauw.edu/learn/adelantado/issue5_6/varo.html
218
En el caso de Alange nos encontramos con varios autores que la utilizan como
fuente de inspiración. En un primer lugar tenemos a José María Blanco White que
utiliza el castillo de Alange para ambientar parte de una novela, a la cual se atribuye su
autoría215
, Vargas. A tale of Spain (1822). En ella se describe el promontorio sobre el
que se eleva el castillo donde transcurre una pequeña parte de la trama. No encontramos
menciones al balneario ni al manantial, pero si se menciona la figura de un monje
ermitaño que cura y da alivio a los enfermos que se acercan. Desconocemos si Blanco
White llegó a estar en Alange, si bien las descripciones de la orografía del entorno del
castillo son bastante aproximadas a la realidad.
Otra referencia literaria es la que hace Victor Hugo en su poema La Légende de
la Nonne (1828)216
, en el que sitúa como el lugar de origen de doña Padilla del Flor en
Alange.
Venez, vous dont l‘œil étincelle,
Pour entendre une histoire encor,
Approchez: je vous dirai celle
De doña Padilla del Flor.
Elle était d‘Alanje, où s‘entassent
Les collines et les halliers.
Enfants, voici des bœufs qui passent,
Cachez vos rouges tabliers!
Creemos que el conocimiento que tuvo Victor Hugo sobre Alange, pudo deberse
a algún recuerdo de su infancia, cuando su familia estuvo desplazada por distintos
lugares de la Península durante la Guerra de la Independencia debido al puesto militar
de su padre, el general del Imperio Joseph Léopold Sigisbert Hugo.
Mariano José de Larra, también dedicó algunas líneas de su afilada pluma al
balneario de Alange y alabó la calidad de sus aguas. En Impresiones de un viaje. Última
ojeada sobre Extremadura. Despedida a la Patria217
, realiza una breve descripción del
pueblo que considera pintoresco por su ubicación y escribe lo siguiente sobre las
termas:
Uno de los puntos que antes de mi partida se ofrecieron a mi vista fue Alange,
pueblecillo situado a la falda de una colina y en una posición sumamente pintoresca;
215
BENITEZ, R. ―Vargas, novela española de Blanco White‖. Anales de Literatura Española, 11. 1995,
pp.89-106 216
HUGO, V. Œuvres complètes: Odes et Ballades. Essais et Poésies diverses. Les Orientales,
Ollendorf, 1912, 24. pp. 352-358 217
LARRA, M. J. ―Impresiones de un viaje. Última ojeada sobre Extremadura. Despedida a la patria.‖
Rev. Mensajero, nº 141. 19/07/1835.
219
esta villa, que dista pocas leguas de Mérida, posee una antigüedad sumamente curiosa:
un baño romano de forma circular y enteramente subterráneo, cuya agua nace allí
mismo, y que se mantiene en el propio estado en que debía de estar en tiempo de los
procónsules; recibe su luz de arriba, y los habitantes, no menos instruidos en
arqueología que los meridenses, le llaman también el baño de los moros. (Véase nuestro
artículo sobre antigüedades de Mérida.)
La colocación de este baño hace presumir que los romanos debieron de conocer las
virtudes de las aguas termales de Alange. En el día son todavía muy recomendadas, y
hace pocos años se ha construido en el centro de un vergel espesísimo de naranjos, a la
entrada de la población, una casa de baños, donde los enfermos o las personas que se
bañan por gusto, pueden permanecer alojados y asistidos decentemente durante la
temporada. El agua sale caliente, pero no se nota en su sabor, ni en su color, ninguna
diferencia esencial del agua común. Los naturales me refirieron una de sus primeras
virtudes populares. Los arroyos y pequeñas charcas que se forman en el país de las
aguas llovedizas, crían infinitas sanguijuelas, las cuales se introducen muchas veces en
la boca de las caballerías y las desangran; en tales casos parece que con sólo llevar el
animal, acometido mal su grado del régimen brusista, al manantial termal y hacerle
beber del agua, los bichos sanguinarios sueltan la presa y dejan libre al paciente. En una
nación donde hay tanta sanguijuela, que como la de Horacio no se separa de su empleo,
nisi plena cruoris, no parece inútil la publicación de este sencillo modo de hacerles
soltar la presa. Sólo es de temer que no haya en todo Alange agua bastante para
empezar.
No debemos olvidar en este repertorio de autores que tuvieron Alange presente
en sus escritos a una poetisa, Carolina Coronado, que pasó algunos días de su juventud
entre los muros de las antiguas termas y de los que brotó un hermoso poema que
firmaba en 1844 en el Balneario de Alange218
.
Y tú, ¿quién eres de la noche errante
aparición que pasas silenciosa,
cruzando los espacios ondulantes
tras los vapores de la nube acuosa?
Negra la tierra, triste el firmamento,
ciegos mis ojos sin tu luz estaban,
y suspirando entre el oscuro viento
tenebrosos espíritus vagaban.
yo te aguardaba, y cuando vi tus rojos
perfiles asomar con lenta calma,
como tu rayo descendió a mis ojos,
218 CORONADO, CAROLINA. ―Poesias de la Señorita Carolina Coronado‖. Tip. del Semanario
Pintoresco y de La Ilustración, a cargo de D.G. Alhambra, 1852. Pág. 39-40
220
tierna alegría descendió a mi alma.
¿Y a mis ruegos acudes perezosa
cuando amoroso el corazón te ansía?
Ven a mí, suave luz, nocturna, hermosa
hija del cielo, ven: ¡por qué tardía
Podemos pues afirmar que escritores entre otros artistas, se prodigaron por los
balnearios del siglo XIX y que ellos mismos se encargaron de difundir con sus obras la
vida en estos establecimientos. La presencia de estos personajes de la cultura tuvo su
reflejo en la prensa que se hizo eco de los desplazamientos y las estancias.
5. El Balneario de Alange a través de la prensa del siglo XIX.
La prensa nacional del final del siglo XIX, recogió noticias relacionadas con las
obras de reformas y ampliación del balneario. Tal es el caso de la ―declaración de
utilidad pública de las obras de ensanche y mejoramiento de los Baños de Alange, de la
propiedad de D. Abdón Berbén Blanco.”219
De un entorno más cercano, la prensa
regional pregonaba en 1894 la concurrencia del balneario (fig. 3) entre las que
destacaban ―dos bellas y distinguidas señoritas, sobrinas del exministro Sr.
Canalejas‖220
.
Personajes del mundo de la política tampoco faltaron, el Sr. Hoces Losada,
director de la Sociedad Económica cordobesa, jefe del partido liberal dinástico de la
provincia221
(fig. 4). Vicente Barrantes, director de instrucción pública y cronista de
Extremadura junto con el señor Cortijo Valdés, exdiputado a cortes222
(fig. 5). Algunos
altos cargos del gobierno central también tuvieron ocasión de veranear en Alange. El Sr.
Romero Ortiz, fundador del periódico satírico de literatura y costumbres Santiago y a
ellos, editor de la revista el Porvenir, Ministro de Ultramar durante los gabinetes de
Zabala y Sagasta y destacado masón, era objeto de continuas referencias en sus
salidas223
, desplazamientos, estancias y regresos desde la capital hasta los baños de
Alange.
Estos y otros muchos personajes pertenecientes a la aristocracia pasaron días de
ocio y recreo en el balneario de Alange en las últimas décadas del siglo XIX y las
primeras del XX. Época en la que el establecimiento se anunciaba en la prensa junto con
los más reconocidos de la península (fig 6). Los estallidos de revueltas campesinas y
219 La Correspondencia de España. Diario Universal de Noticias. Madrid, 20/02/1874.
220 El Monitor Extremeño. 22/07/1894.
221 Diario de Cordoba. 27/11/1895.
222 La Correspondencia de España. Diario Universal de Noticias. Madrid, 26/08/1874.
223 La Correspondencia de España. Diario Universal de Noticias. Madrid, 02/04/1875.
221
obreras que llegaron después, convirtieron a los balnearios en objetivos de estas
movilizaciones, con lo que el turismo termal de las élites sociales cayó en desgracia
desapareciendo a favor de otros nuevos destinos. Esta circunstancia hizo muchos
balnearios cerraran y se arruinaran, en el caso de Alange, un turismo más humilde, que
realmente necesitaba de las aguas para encontrar la salud consiguió mantenerlo en
funcionamiento hasta tiempos mejores.
Fig. 1.- Tira cómica sobre la vida en el balneario. (Madrid cómico, 19xx)
222
Fig. 2. Sátira política con recurso de balneario.
Fig. 3. El Monitor Extremeño. 22/07/1894.
223
Fig. 4. Diario de Córdoba. 27/11/1895.
Fig. 5. La Correspondencia de España. Diario Universal de Noticias. Madrid, 26/08/1874.
224
Fig. 6. La Época. Últimos telegramas y noticias de la tarde. 28/06/1906