sobre el mueble y la cohabitaciÓn de actividades

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42 SOBRE EL MUEBLE Y LA COHABITACIÓN DE ACTIVIDADES 43 EL MUEBLE COMO ESTRUCTURADOR DEL ESPACIO EN LA VIVIENDA MODERNA SOBRE EL MUEBLE Y LA COHABITACIÓN DE ACTIVIDADES 2 SOBRE EL MUEBLE Y LA COHABITACIÓN DE ACTIVIDADES De entre las distintas posibilidades que la fusión entre muros y muebles permitieron a los arquitectos modernos, la de reunir varias actividades en una misma unidad espacial es quizá la que mejor demuestra el papel esen- cial que jugó el mueble en la estructuración del espacio doméstico, pero el proceso de re-unir varios espacios fue lento y en la arquitectura moderna comienza entre espacios interiores. Uno de los primeros dispositivos que permitió estas re-uniones fueron las puertas en vidrio batientes que inte- graban varios salones, el salón con el hall-vestíbulo por ejemplo, o el salón con el comedor, permitiendo de esta manera grandes recepciones sociales. Como lo señalan Monique Eleb y Anne Debarre en su libro L´Invention de l´Habitation moderne “[…] esas puertas constituyen ellas solas las sepa- raciones entre los espacios de la recepción. Abiertas, ellas permiten que se defina un inmenso espacio en U fluido, sin frontera entre el comedor, los salones y la gran sala […]” 34 ejemplo este que muestra bien que este nuevo dispositivo rompe con las prácticas de la vivienda burguesa del siglo XIX que propendía por separar drásticamente todos los espacios. Pero no sólo hubo puertas en vidrio, también aparecen los biombos 35 que separa- 34 Monique Eleb y Anne Debarre, “Ouverture et articulation des espaces” en: Op cit. pp.119- 137 35 El biombo es un conjunto de pantallas —varios paneles unidos,— que se doblan, son usa- dos para separar interiores y espacios privados dentro de un mismo espacio. La palabra biombo proviene del japonés Byōbu – Byō “protección”+ bu“viento”. El término significa, en Durante el siglo XIX, en las casa burguesas, se usaban biombos que permitían a un espacio ser usado de distintas maneras sin mezclar las actividades. Felix Vallotton Interior con pareja y biombo. 1903

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42SOBRE EL MUEBLE Y LA COHABITACIÓN DE ACTIVIDADES

43EL MUEBLE COMO ESTRUCTURADOR DEL ESPACIO EN LA VIVIENDA MODERNASOBRE EL MUEBLE Y LA COHABITACIÓN DE ACTIVIDADES

2 SOBRE EL MUEBLE Y LA COHABITACIÓN DE

ACTIVIDADES

De entre las distintas posibilidades que la fusión entre muros y muebles permitieron a los arquitectos modernos, la de reunir varias actividades en una misma unidad espacial es quizá la que mejor demuestra el papel esen-cial que jugó el mueble en la estructuración del espacio doméstico, pero el proceso de re-unir varios espacios fue lento y en la arquitectura moderna comienza entre espacios interiores. Uno de los primeros dispositivos que permitió estas re-uniones fueron las puertas en vidrio batientes que inte-graban varios salones, el salón con el hall-vestíbulo por ejemplo, o el salón con el comedor, permitiendo de esta manera grandes recepciones sociales. Como lo señalan Monique Eleb y Anne Debarre en su libro L´Invention de l´Habitation moderne “[…] esas puertas constituyen ellas solas las sepa-raciones entre los espacios de la recepción. Abiertas, ellas permiten que se defina un inmenso espacio en U fluido, sin frontera entre el comedor, los salones y la gran sala […]”34 ejemplo este que muestra bien que este nuevo dispositivo rompe con las prácticas de la vivienda burguesa del siglo XIX que propendía por separar drásticamente todos los espacios. Pero no sólo hubo puertas en vidrio, también aparecen los biombos35 que separa-

34 Monique Eleb y Anne Debarre, “Ouverture et articulation des espaces” en: Op cit. pp.119-137

35 El biombo es un conjunto de pantallas —varios paneles unidos,— que se doblan, son usa-dos para separar interiores y espacios privados dentro de un mismo espacio. La palabra biombo proviene del japonés Byōbu – Byō “protección”+ bu“viento”. El término significa, en

Durante el siglo XIX, en las casa burguesas, se usaban biombos que permitían a un espacio ser usado de distintas maneras sin mezclar las actividades.

Felix Vallotton Interior con pareja y biombo.

1903

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44SOBRE EL MUEBLE Y LA COHABITACIÓN DE ACTIVIDADES

ban varias actividades en un mismo espacio interior y que con el tiempo devinieron elementos arquitectónicos en la medida que se transformaron en paneles corredizos o plegadizos sin ningún tipo de trasparencia, permitiendo así transformar los espacios y las actividades que albergaba temporalmente.

La construcción en acero o concreto permitió igualmente tener luces grandes y contener varias actividades con sus muebles específicos en un sólo espacio. Cocinar, comer y socializar sería un ejemplo de esta situación donde un mismo espacio contiene las tres actividades diferenciadas por los muebles de la cocina, el comedor y el salón. Situación ésta que se ve reforzada por las restricciones en área en la vivienda para las clases más desfavorecidas ya que ese afán por optimizar el espacio llevará a los arqui-tectos desde finales del siglo XIX a proponer que varias actividades convi-van en un mismo espacio. Aunque fue en las viviendas burguesas donde se dio el primer acercamiento entre estos espacios, fueron los inmuebles para obreros los que empezaron a experimentar con las cohabitaciones de acti-vidades, estas primeras propuestas de cohabitación exploraban una nueva manera de organización espacial, por ejemplo el hecho de no tener servicio doméstico hizo que estas tipologías no sólo acercaran los espacios de coci-na y comedor sino que los fusionaran en uno solo, entre otras razones para aumentar la eficiencia de recorridos.

Son de nuevo Eleb y Debarre quienes muestran que a finales del siglo XIX y principios del XX, particularmente en París, la vivienda sufrió grandes cambios espaciales gracias, entre otros, a modos de vida emer-gentes y nuevas técnicas que permitían dispositivos de confort inéditos como los electrodomésticos, que en este caso propiciaron un acercamiento paulatino de los espacios asociados al acto de comer (cocina y comedor) y a estos con el salón.

En la vivienda económica, dos dispositivos vecinos se vuelven co-rrientes: el del comedor con la cocina en una habitación o ese de la cocina integrada al comedor, sin separación. La inspiración del salón común es evidente. En esos pequeños apartamentos sin salón es en estos espacios donde se está y donde tienen lugar la mayoría de las

sentido figurado, la “pantallas de protección contra el viento” que se refiere a que el propó-sito original del biombo era evitar que el viento soplara dentro de las habitaciones. a Europa llegan los primeros biombos en el siglo XVII, procedentes de la China a través de la India. Recurso electrónico: http://es.wikipedia.org/wiki/Biombo

actividades. […]36

[…]. Cuatro muebles con funciones muy diferenciadas complementan el equipamiento: Un gran casillero contiene la campana, la barra de cacerolas y la barra para colgar las escobas de manera que después de las comidas la cocina pueda tomar el aspecto de una habitación co-rriente, […] Estas habitaciones estaban organizadas para que después de las comidas su función de cocina se ocultara para dar paso a la de sala común, lugar de reunión de la familia.[…]37

Una vez se unen algunos espacios interiores, se continua con la integración de estos con el exterior, ejemplo de ello son los balcones con las alcobas o salones comedor, las terrazas con zonas sociales, los patios o jardines con alcobas y salones, (donde el clima lo permite) a través de las puertas vidrieras corredizas, que adquieren cada vez mayores dimensiones, mesas empotradas o adosadas a los alféizares que permiten tener comedo-res auxiliares, bancos y muretes que instauran poco a poco el ideal de vida al aire libre, hasta llegar extremos, cómo en algunas casas californianas, donde cada espacio tiene prolongaciones directas con el exterior.

Pero no solo aparece esta integración de espacios contiguos que antes estaban separados por muros, sino que igualmente se tiende a buscar una integración entre dos niveles. La doble altura en el salón se vuelve un emblema de toda casa moderna y aunque es claro que muchas viviendas no proponen ésta estrategia, no deja de ser un ejemplo muy evidente de la búsqueda de integración visual y espacial, en todo estos casos es llamativo el hecho de que son muebles, a veces fijos y otras no tanto, los que posibili-tan estas cohabitaciones, muebles que dotaron al espacio doméstico de un nivel de flexibilidad espacial y temporal inédito hasta la modernidad.

Además, el hecho de hacer convivir actividades en un mismo espacio implica que la dimensión temporal debe entrar en juego, en este sentido estas cohabitaciones parecen haber ocurrido de dos maneras: Simultáneas y Sucesivas. Ambas serán revisadas a partir de proyectos específicos como la casa Schröder de Gerrit Rietveld; la Unidad de Habitación de Marsella, las casas de Stuttgart y el Inmueble Wanner de Le Corbusier, proyectos que plantean de manera drástica estas posibilidades de convivencia de activida-

36 Idem, “La coception de la salle à manger” en: ibidem, ,p 11537 Idem, “L´equipement de la cuisine” en: ibidem, p 128

Interior de una cocina comedor, calle d´Amiral-Roussin, Arquitecto: A. Labussière, 1907, foundation Groupe des Maisons Ouvrières.

[...] Los miembros de la fundación estudian muy detallada-mente la organización de la cocina para facilitar el tra-bajo del ama de casa y permitir el uso múltiple de esta pieza: una vez el menaje está hecho, los dispositivos adoptados permiten ordenar todos los utensiliios de la cocina sin permanecer visibles.

Monique Eleb y Anne Debarre, Op cit p. 125

Relación interior y exterior a través de mesas adosadas.Arriba: el paisaje del lago Leman visto desde el interior de

la Petit Maison de Le CorbusierAbajo: Alféizar y mesa del segundo piso de la casa

Schröder de Gerrit Rietveld

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des en la arquitectura moderna y analizados desde su distribución espacial y temporal se tratarán de develar los modos de vida que pretendían sopor-tar, los rituales domésticos que proponían y finalmente el papel que jugaron los muebles en la definición de esos espacios.

COHABITACIONES SIMULTÁNEASSobre el acercamiento de espacios

Proximidades en la misma planta

La simultaneidad implica que dos o más situaciones ocurran al mismo tiempo y eso pasó con en la modernidad con algunos espacios domésticos que gracias a algunos muebles lograron re-unir varias actividades que antes se desarrollaban en espacios independientes.

La primera cohabitación implicó la desaparición paulatina de algunos muros interiores re-uniendo así actividades que antes de la modernidad hubiera sido impensable suponerlas juntas, en parte esto se logra gracias a las técnicas constructivas que despojaron al muro de su función portante, lo que finalmente redundó en que éste fuera tratado como un mueble, el muro ya no dividía los espacios sino que era el punto de contacto entre ellos.

Además, cambios sociales (como la abolición de la esclavitud) y cien-tíficos (como la preocupación por hallar la cura de enfermedades como la tuberculosis y el cólera) hicieron que estos espacios empezaran a cambiar tanto en la ubicación dentro de la estructura espacial de la casa como en la definición de los dispositivos y las actividades que albergaban.

Una cohabitación muy generalizada en la modernidad fue la del salón-comedor, no sólo cuando ambas actividades compartían el mismo es-pacio, como en la Unidad de Habitación de Marsella, sino cuando incluso se llegaron a integrar en un sólo mueble, como en la mesa de la casa Schröder de Rietveld.

A partir de esta cohabitación inicial se dieron otras que paulatina-mente fueron caracterizando el espacio de la vivienda moderna hasta el punto de difícilmente diferenciar los límites entre un espacio y otro; así, la re-unión del salón y el comedor posibilitó también la del mismo comedor con la cocina y esta con dormitorios y finalmente los dormitorios entre sí; Incluso se hizo difícil diferenciar entre actividades al interior y al exterior de la misma

vivienda hasta llegar en algunos casos ha hacer reversibilidades paradóji-cas del adentro y el afuera como en la casa experimental en Muuratsalo de Alvar Aalto, donde la chimenea, objeto propio del interior, se encuentra en el exterior. Todo esto ocurrió gracias a muros que se vuelven puertas corre-dizas, puertas plegables, mesas fijas, objetos que distorsionaron la idea común de límite y lo presentaron como un continuo, donde el adentro y el afuera se mezclan hasta no diferenciarse uno del otro.

Salón-comedor-cocina

La casa Schröder de Gerrit Thomas Rietveld propone en su primer nivel una cohabitación de actividades del tipo: cocina-comedor-salón, donde la cocina y el comedor se unen, se elimina el salón como espacio indepen-diente y es la mesa del comedor la que termina haciendo las veces de lugar de reunión social en el primer piso.

Así, este espacio funciona más como cocina con comedor auxiliar y esto se hace evidente cuando se miran los numerosos muebles empotra-dos que funcionan como soporte de utensilios y electrodomésticos, prácti-camente en todas las paredes se encuentran objetos relacionados con la actividad de cocinar: ollas, teteras, platos, tazas y casi ninguno relacionado a la reunión social en un salón, el único soporte de las actividades de salón comedor es la mesa de cuatro puestos diseñada por el mismo Rietveld, que gracias a ésta múltiple posibilidad funcional goza de un rol protagónico en este espacio.

Inicialmente llama la atención su posición general en el espacio en el lado más cercano al acceso, desde donde se percibe medio oculta, en segundo lugar resalta su posición relativa al resto de los muebles: adosada a una pared como todos los demás, éstas posiciones pueden dar cuenta de la importancia que este mueble tenía para Rietveld, ubicarla cerca al acceso podría simplemente ser una situación funcional y adosarla a una pared pue-de tener que ver con la manera en que Rietveld y particularmente la señora Schröder entendían la jerarquía familiar.

En la casas burguesas del siglo XIX la mesa del comedor ubicada en el centro del espacio reafirmaba los valores jerárquicos de la familia, por lo general el padre se ubicaba en la cabecera más importante, Pero la posición de la mesa en la cocina de la casa Schröder responde a otra lógica, igual-dad de los miembros de la familia y el ritual de la comida más informal, la

Fotos de la cocina -comedor salónde la casa schröder, arriba el muro de la estufa y las ollas abajo la mesa diseñada por el arquitecto.

Chimenea de la casa Experimental en Muuratsa-lo de Alvar Aalto, vista desde el interior.

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cabecera está contra el muro que posee una ventana que da a la calle, no hay silla en ella, por lo tanto la familia se sienta siempre a los lados, permi-tiendo de esta manera dominar el paisaje que asoma por la ventana.

En el segundo piso ocurre una situación similar en la posición de la mesa, habrá que revisar la verdadera función de la mesa de arriba, que tiene que ver más con el estudio de los niños que con consumir alimentos, para entender que esta posición coincidente no se repite sólo por situacio-nes pragmáticas sino también poéticas: Ambas mesas yuxtapuestas a la ventana justo debajo del alféizar logran una percepción continua del espa-cio entre adentro y afuera -tema que se retomará más adelante-, la mesa, ubicada así, parece más bien una extensión del mismo sillar porque no fragmenta el espacio.

A pesar de la similitud en la disposición de esta segunda mesa, en el piso superior conviven otros espacios, abriéndose a una nueva integración estudio-salón que plantea otras maneras de relacionar los espacios y por lo tanto otros muebles que se estudiarán más adelante.

Entonces, como en los inmuebles parisinos de principios del siglo XX en la cocina-comedor-salón de la casa Schröder no había muebles de salón, simplemente se abolía este espacio y tanto la mesa de este espacio como la de arriba cumplían ambas funciones, la cohabitación es también una espa-cie de unión en un mueble: la mesa.

Un proyecto posterior llevaría esta relación a otro nivel, sin abolir el espacio del salón propone una distribución que sería el modelo para este espacio común incluso hasta hoy, La Unidad de Habitación de Marsella di-señada por Le Corbusier entre 1946 y 1952 donde el arquitecto cifra toda su reflexión de la vivienda en esta unión de tres actividades. Aquí, además del carácter de lugar común, este espacio implica una organización familiar, el salón-comedor-cocina es el lugar donde la familia se integra y se reconoce como célula de la sociedad, no es gratuito que Le Corbusier llamara a cada apartamento “Célula habitacional”, el hecho central de la Unidad de Habita-ción es la unión de la familia que ocurre en éste salón común.

Para le Corbusier, la unidad habitacional no fue un simple edificio de apartamentos, más bien fue un arquetipo arquitectónico que permitió todas las posibilidades de habitación y que suplió todas las necesidades del individuo urbanizado que vive en él, desde las más íntimas hasta las más públicas.

Comparación entre las ubicación de las mesas con respecto a las ventanas, casa Schröder. Cocina comedor salón de la casa Schröder, arriba desde

el acceso, abajo, desde el muro de la estufa hacia la ventana.

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La gran variedad de tipologías de células nace del estudio del hom-bre que habita la ciudad, resumido en un esquema que muestra los distin-tos momentos de la vida del hombre y el tipo de espacio específico para cada uno, desde la soltería, pasando por el matrimonio, la vida familiar con hijos, hasta la viudez, donde el espacio vuelve a ser similar al del soltero, la Unidad de Habitación es también un resumen arquitectónico del paso por la vida.

La cohabitación Cocina-Comedor-Salón, sólo ocurre en las tipologías familiares y esto cobra sentido cuando se entiende que para le Corbusier la salle comune representa el espacio de la familia, partiendo del hogar -la hoguera, el fuego- como hecho fundamental que ha reunido a la familia a través de la historia de la civilización, Le Corbusier propone que la vivienda familiar debe estructurarse espacialmente desde el hecho de preparar y consumir los alimentos, La ubicación de la cocina burguesa, en el sótano o en la parte posterior de la casa respondía a situaciones sociales particu-lares, donde los empleados domésticos debían ocultarse lo más posible del espacio de la reunión social, en la modernidad, la falta de empleadas domésticas hizo que la madre volviera a tomar el rol de ama de casa y en consecuencia, la organización espacial burguesa -con la cocina lejos- ocul-taría a la madre, además las pocas horas de reunión familiar serían alrede-dor de la comida y si se oculta a la madre en un sótano esta reunión sería imposible.

[...]. Determina así que la forma de vida ha cambiado, la ruptura sobre la que se había instaurado la vivienda burguesa debe desaparecer de lo contrario los pocos momentos que el grupo se puede reunir, porque la mujer también trabaja por fuera, excluiría a uno de los miembros: la mujer. “La sociedad moderna -dice Le Corbusier- debe considerar los métodos de agrupación de la familia y, por este hecho, evocar las de-finiciones fundamentales: la hoguera, el hogar, la cocina, el salón son una y misma cosa y es ahí que se tiene el grupo familiar.[...] Entonces sobre el entrelazamiento indisoluble salón-comedor-cocina se instaura una nueva organización de la vivienda, “El salón es una cocina y vice-versa: la cocina es un salón”[...] 38

Entonces La Cocina-Comedor-Salón es primero un dispositivo de

38 Cristina Vélez, Unidad de Habitación de Marsella, sin publicar.

Sala común con familia comiendo, Unidad habitacional de Marsella.

Estudio sobre “El hombre urbanizado” en el paso por la vida y las necesidades de espacio de cada estado, desde la soltería hasta la viudéz.

Le Corbusier.

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control para que la madre pueda dirigir su hogar -mientras realiza sus tareas domésticas, los niños juegan en el salón común siempre a la vista- y des-pués es un dispositivo de visibilidad -la madre no está oculta en una cocina lejana y oscura mientras su familia espera en el comedor, ella está ahí detrás de la barra-, para esto Le Corbusier confió el diseño del equipamiento interior de las células de habitación a su antigua socia Charlotte Perriand, quien en la cocina desarrollaría una propuesta que permitía esta doble vía control - visibilidad.

Las medidas del mueble de cocina que propone Perriand “[...]están pensadas en función de los gestos y operaciones del ama de casa,[...]”39 es este además uno de los primero ejercicios de aplicación del Modulor para proporcionar los objetos y espacios a las medidas del cuerpo. La cocina de la Unidad de Habitación de Marsella:

[...]Está concebida para aliviar las tareas domesticas y mejorar el destino de la mujer, optimizando el tiempo de trabajo y haciendo una integración que permite que el grupo familiar se mantenga reunido [...] Su diseño se estructura a partir de cinco etapas que ellos consideran como funciones en la cocina: preparar los alimentos, cocinar, servir los platos, lavar, arreglar la vajilla y conservar los alimentos.[...].40

El resultado fue una cocina-barra de 4.8 m2 41 compuesta por tres cuerpos en forma de “U” con todos los equipamientos eléctricos, gabinetes y superficies necesarios para que cocinar fuera una actividad eficiente, el mueble que relaciona es una especie de barra que en la parte superior tiene un par de gabinetes a la altura de los hombros que permitían que la madre se relacionara con su familia o invitados sin quedar oculta, en la superficie útil de la barra hay una especie de pasa-platos que se abre a través de puertas deslizables y los guardaderos abajo sirven a la cocina y al comedor de manera específica.

Esta cohabitación se logra principalmente por la relación que logra la cocina con el comedor, el salón y finalmente con la terraza a través de un mueble, cuando Le Corbusier invitó a participar a Charlotte Perriand en el

39 L´Homme et L´Architecture números 11,12,13,14, Unité d´Habitation a Marseille. Paris, Édi-tions.André Tournon,1947

40 Cristina Vélez, Op Cit.41 Al parecer La cocina es tan pequeña porque inicialmente Le Corbusier había concebido

una cocina comunitaria y esta sería solamente un apoyo.

Planta y corte de la sala común, Unidad de Habitación de Marsella, nótese el dibujo icónico de las actividades que se desarrollarían en el espacio.

En: L´HOMME ET L´ARCHITECTURE, 11,12,13,14, pp. 80 - 81

Modelo final de la cocina de la Uni-dad Habitacional de Marsella de Charlotte Perriand. 1947

Planta y alzado de la primera propuesta para la cocina de la Unidad Habita-cional de Marsella, desde el principio se remarcó la importancia de re-lacionar a la madre con el resto de la familia a través de la barra. Charlotte Perriand. 1947

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proyecto le dijo:[…] Yo no te necesito sólo para que hagas un esfuerzo creativo e in-ventivo, simplemente haz una intervención totalmente natural y propia a tu condición de mujer y de artista. […]42

Así, La Cocina-Comedor-Salón de la Unidad de Habitación, el cora-zón de la célula, el espacio donde la mujer reivindica su papel en la socie-dad como albacea de los valores familiares y como educadora principal en la vida de sus hijos.

Este carácter y este nivel de relación entre el espacio y el modo de vida particular, evidenciado en la cohabitación simultánea de actividades, se da a través de muebles, objetos cruciales para entender la manera en que la arquitectura moderna resumió rituales y modos de vida en sus espacios.

Interior-Exterior

Otro tipo de cohabitación simultánea de actividades ocurrió en la modernidad, y esta vez se dio en umbrales, a saber, la re-unión entre interiores y exteriores. Para ello los arquitectos se sirvieron igualmente de la desaparición de algunos muros que fueron remplazados por grandes ven-tanales, logrando la integración total con el uso de las puertas corredizas o plegables, la continuidad de pisos, la continuidad en la cubierta, entre otros, es decir las fachadas de los proyectos adquieren espesor y generan unos espacios intermedios o umbrales, verdaderos dispositivos arquitectónicos que acompañan a los que ya se han mencionado mas arriba (cocina come-dor salón)

Muchos dispositivos arquitectónicos sirvieron a esta relación: las ven-tanas corridas, los ventanales vidriados, las terrazas jardín, los jardines de invierno entre otros y muchos de estos se valieron de muebles para cualifi-car esta relación.

Un buen ejemplo de esto es de nuevo la Unidad de Habitación de Marsella, donde la terraza-balcón entabla una relación directa con salón-comedor-cocina a través de unos muebles, lo que permite a todo este piso estar en contacto directo con la naturaleza casi sin obstrucción. El primer mueble sirve de límite, el piso se levanta a manera de murete entre el salón y el balcón para alojar la calefacción generando un asiento, además que

42 Jacques Barsac, Charlotte Perriand, Un Art D’habiter 1903 1959,”Unite d´Habitation de Marseille”, Paris, Norma Éditions, 2005, p. 292

El salón común de la Unidad Habitacional de Marsella permitía a la familia tener una relación con la naturale-za a través de la terraza.

los dibujos proponen la vista que se tiene desde la cocina hacia la terraza y como la luz baña todo el espacio y las fotos muestran los muebles que posibilitan la cohabita-ción y su relación con las actividades.

Dibujos de Roger Aujames, Arri-ba fotomontaje de L´Homme et L´Architecture.

Muebles en la relación interior exterior de la Unidad e Ha-bitación de Marsella,

Arriba: Detalle del murete que relaciona con el salón y que sirve de asiento y armario además de proteger la calefacción

Abajo: El antepecho a manera de mesa empotrada.

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sirve de soporte para la puerta plegadiza y provee un espacio para guardar; el segundo es el antepecho del balcón que se desdobla y se vuelve mesa creando un nicho de luz debajo a través del calado que funciona finalmente como una especie de ventilador incorporado al muro.

En la modernidad el balcón-terraza modifica considerablemente sus dimensiones y éste no sirve sólo para mirar hacia el exterior, sino que en sí mismo puede albergar algunas actividades o servir de prolongación de actividades en espacios interiores. Aunque esta no es una relación inédita antes de la modernidad si tuvo implicaciones y motivaciones distintas a las pre-modernas, entre las que estaban: Higienizar el espacio proveyendo de amplias iluminaciones y ventilaciones o cultivar el cuerpo y el espíritu en te-rrazas donde se podían practicar algunos ejercicios y permitiendo relaciones visuales y táctiles con la naturaleza.

Uno de los proyectos que inaugura esta reflexión es la casa que dise-ñara Le Corbusier para sus padres en 1924, la Petit Maison. En el recorrido por la casa un espacio llama poderosamente la atención, el salón de verano, un patio que se dispone entre la casa y el paisaje del lago, pero al llegar allí un muro bloquea la mirada, apenas se ven por encima las lejanas montañas de los Alpes, ciertamente sería un recorrido decepcionante si no fuera por un mueble que se apoya justo debajo de la única abertura del grueso muro: la mesa empotrada, yuxtapuesta justo debajo del sillar de la ventana cua-drada que enmarca una porción paisaje, la mesa no se apoya simplemente sobre este muro, continúa verticalmente a manera de muro más delgado en la parte inferior de la ventana enmarcando la vista lejana y construyendo el alféizar.

Pero más que un lugar para tomar té, lo que este espacio compuesto por muebles crea, es la experiencia de construir con la mirada un paisaje que inicia en la arquitectura y termina en la naturaleza, así, al recortar la na-turaleza con la ventana, esta se vuelve paisaje y entonces el hombre puede contemplarla; además al adosarse la mesa al muro, la ventana cobra una nueva dimensión, es como si del muro saliera una protuberancia haciendo que el comer y contemplar el paisaje sean una misma actividad, una expe-riencia estética del espacio.

Este es un mecanismo recurrente en toda la obra de Le Corbusier, en otros proyectos como el pabellón de L´Esprit Nouveau en París y la Villa Savoya en Poissy, ocurren situaciones similares, en las terrazas jardín se disponen mesas cuya materialidad es la misma que la de la arquitectura,

Esquema de la planta y foto del salón de varano de la Pe-tit Maison, Le Corbusier, Vevey , Suiza, 1924.

Relación interior y exterior a través de mesas adosadas.Arriba: Mesas empotradas de las terrazas de la Villa Savo-

ye y el Pabellón de L´esprit Nouveau.Abajo: Mesa del salón del Pabellón de L´Esprit Nouveau,

con las pinturas de Leger y Le Corbusier.

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en concreto, empotradas y yuxtapuestas a un vano que enmarca el paisaje lejano.

Pero, esta reflexión sobre la construcción del paisaje con la mirada no ocurría solamente en las terrazas, en el interior del pabellón de L´Esprit No-veau la mesa del salón se dispone igual que en la Petite Maison pero yux-tapuesta a un muro ciego del que cuelga una pintura que opera como una ventana, aquí la mirada se fuga no a un paisaje natural sino a uno artificial, La Nature Morte de L’Esprit Nouveau del mismo Le Corbusier, un paisaje compuesto por objetos tipo como botellas y vasos sobre un fondo plano y neutro. Si se compara la fotos con la que Le Corbusier publicó su pabellón y la del salón de verano de la Petite Maison se notará una gran similitud, a partir de los objetos que se encuentran sobre ambas mesas, libros tazas, cenicero, pipa, florero vasijas se puede deducir que ambos salones están dispuestos a las mismas actividades, la contemplación activa y el cultivo del espíritu.

En Rietveld hay una conciencia Similar, en las mesas de la casa Schröder (que se vieron más arriba) la disposición relativa a los alféizares tiene un efecto parecido a la de Le Corbusier, una especie de continuidad entre interior y exterior a través de las superficies verticales de las ventanas y horizontales de los alféizares y mesas. Aunque seguramente esta dis-posición tiene que ver también con la optimización del espacio mientras el mueble no se está usando, es remarcable el hecho que no todos los arqui-tectos modernos tenían esta actitud frente a este mueble, Adolf Loos o Mies por ejemplo preferían la disposición central de la mesa.

Proximidades entre diferentes niveles

Otra simultaneidad de actividades ocurrió cuando los arquitectos aplicaron a la vivienda la doble altura en algunos espacios particulares, per-mitiendo que espacios privados, como las habitaciones, se relacionaran con espacios de sociabilidad como el salón. Pero aún en la modernidad entre estos espacios y actividades, hasta entonces antagónicos, no había una relación directa, más bien lo que ocurre es una especie de mediación por parte de dispositivos como bibliotecas, páneles móviles, mesas empotradas, asientos, en fin, muebles que permitieron que estas cohabitaciones ocurrie-ran indirectamente.

Relación interior y exterior a través de mesas adosadas.Arriba: el paisaje del lago Leman visto desde el interior de

la Petite Maison de Le CorbusierAbajo: Alféizar y mesa del segundo piso de la casa Schrö-

der de Gerrit Rietveld

Ubicación de las mesas con respecto a las ventanas, casa Schröder, Gerrit Rietveld, 1924

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El salón a doble altura como dispositivo unificador en la vivienda apareció en el siglo XIX con los talleres de artista que se ubicaban en los últimos pisos de los inmuebles parisinos y se convirtió, en el siglo XX, en un emblema de la casa moderna a partir de proyectos que planteaban esta unificación de niveles como solución a situaciones prácticas como la ilumi-nación y ventilación de toda la casa desde una sola ventana; situaciones de jerarquía espacial, dándole importancia suprema al espacio que poseía la doble altura -que por lo general era el espacio social de la casa-, lo que además lo convertía casi siempre en el espacio organizador y orientador de los demás; e incluso situaciones perceptuales del espacio:

El espacio cubista, el que contiene el movimiento como cuarta di-mensión, la visión simultánea, superpuesta y duplicada se relaciona directamente con la visión múltiple, que permite el espacio vertical, el espacio de varias alturas, que mira sobre un mismo punto y que permi-te visiones diagonales, miradas cruzadas.[...]43

Inicialmente esta cohabitación vertical se dio entre espacios cuyos usos no entraban en conflicto como el salón abajo y el estudio arriba, caso tal de villa La Roche-Jeannerett de Le Corbusier, donde el antepecho sirve de estantería a los libros, o las casas de Stuttgart del mismo arquitecto, don-de la parte superior del antepecho funciona como un alféizar y se convierte en la mesa, incluso mezclas de estas dos como en la casa en Garches donde el antepecho es estantería de libros y alféizar al tiempo, además de pedestal que finalmente sirve para disponer una escultura.

Más compleja fue la situación donde el mueble debió mediar entre es-pacios cuyos usos parecen contradictorios, en el pabellón de L´Esprit Nou-veau o la Unidad de Habitación de Marsella el salón soporta la doble altura, pero arriba hay un dormitorio. En el pabellón de 1925 la relación es franca, apenas el antepecho -y en éste un pedestal como en Garches- media entre ambos espacios. En cambio, 25 años más tarde, en la célula tipo familiar de la Unidad de Habitación de Marsella el mueble es más complejo y funciona como otro espacio, tiene mesa para cambiar pañales (table à langer), cajo-

43 Nicolás Maruri González de Mendoza, La Cabina de la máquina, Evolución del espacio vertical en los proyectos domésticos de Le Corbusier , Tesis Doctoral dirigida por Alberto Campo Baeza, Universidad Politécnica de Madrid, 2006, p 25. Recurso electrónico: http://oa.upm.es/340/1/NICOLAS_MARURI_GONZALEZ_DE_MENDOZA.pdf

[...]No hay ningún lugar perdido en el espacio de la célula y los rincones aparentemente residuales son hábilmente explotados por la puesta en es-cena de gadgets que le confieren una función precisa a cada elemento, tal es el caso del espa-cio que queda libre en la gran habitación entre el tabique, la caja de la escalera y el guardarropa de la escalera, equipado de un parasol en ma-dera con persianas verticales. Perriand concibe un mueble de forma cúbica compuesto por entre-paños dobles y un plano de trabajo previsto de una escotilla que da acceso a un inmenso cajón, todos estos elementos funcionales ensamblan y constituyen la mesa de cambio de pañales.[...]

Jacques Sbriglio, Le Corbusier, L´Unite d´Habitation de Marseille, Marseille, Éditions Parenthèses, 1992, p 82

Arriba: Estudio sobre el salón en la casa La Roche-Jeanneret.

Medio: Budoir y estudio sobre el salón de la casa en Wessenhoffsiedlung de Stuttgart.

Abajo: Corredor sobre el salón de la casa en Garches

62SOBRE EL MUEBLE Y LA COHABITACIÓN DE ACTIVIDADES

63EL MUEBLE COMO ESTRUCTURADOR DEL ESPACIO EN LA VIVIENDA MODERNASOBRE EL MUEBLE Y LA COHABITACIÓN DE ACTIVIDADES

nes y nichos para guardar, estantería y persianas para ventilación, diseñado por Charlotte Perriand, inicialmente estaba planteado como mueble-espacio para la organización de la casa por parte de la madre y con el tiempo se fue convirtiendo en otra sala dentro de la habitación de los padres.

Otro proyecto que plantea esta relación a través de muebles es la casa de vidrio de Pierre Chareau, entre el salón a doble altura en el segun-do piso y las habitaciones en el tercero, el antepecho se presenta como bi-blioteca, que además de plantear cierto nivel de transparencia, que posibilita la entrada de luz a los corredores de acceso a los dormitorios desde el gran muro de vidrio de la fachada principal, añade algunos dispositivos corredi-zos que permiten controlar el nivel de privacidad entre ambos espacios.

Pero no fue el antepecho en único elemento arquitectónico que fue tratado como mueble en las cohabitaciones verticales entre espacios, las escaleras tuvieron una atención especial por parte de Chareau y Le Corbu-sier en sus proyectos, la casa de vidrio por ejemplo plantea varias maneras de entender las escaleras como objetos en la estructura espacial, entre la habitación principal y el estudio privado hay un escalera oculta que sale del cielo raso y que evidencia el nivel de privacidad que el doctor Dalsace requería en este espacio particular, hasta el punto de eliminar no sólo la conexión visual sino también la física entre ambos espacios a través de un dispositivo mecánico, un mueble que deviene arquitectura. Otro caso es la

Biblioteca entre el piso de habitaciones y el vació de la doble altura en la casa de vidrio de Pierre Chareau Escaleras de la casa de vidrio de Pierre Chareau.

65EL MUEBLE COMO ESTRUCTURADOR DEL ESPACIO EN LA VIVIENDA MODERNA

64SOBRE EL MUEBLE Y LA COHABITACIÓN DE ACTIVIDADES

Escaleras en Le Corbusier.Abajo: Pabellón de L´Esprit NouveauDerecha: Casa Citrohan

escalera móvil ubicada en la gran biblioteca en el salón a doble altura, que gracias a rodachinas puede desplazarse y así encontrar libros que por la altura de su posición no pueden ser alcanzados.

En algunos proyectos de Le Corbusier las escaleras tienen un trata-miento especial y aunque no tiene un nivel de independencia tan alto como en Pierre Chareau si plantean una inquietud sobre la objetualidad de que se dotaba a estos elementos arquitectónicos, la escalera del pabellón de L´Esprit Nouveau es un dispositivo casi independiente gracias al contraste de su materialidad, el mismo Le Corbusier la comparaba con una escalera de barco que como en Chareau podría desaparecer temporalmente y permi-tir algún uso del espacio en su ausencia. Las escaleras de la casas Citrohan plantean otra cuestión que tiene que ver con la conexión visual que se logra al separar la escalera tanto formal como estructuralmente del resto de la casa, convirtiéndola en un objeto independiente de la estructura espacial aunque fijo.

Escalera metálica entre el segundo nivel y el pent house en la casa VDL de Richard Neutra,1966, California, USA.

Otro ejemplo que muestra la manera en que fue entendida la relación vertical entre espacios a través de escaleras en la modernidad es la casa VDL II de Richard Neutra donde unas placas -que sirven al pasamanos en el vacío de la escalera- pivotan para cerrar el vacío e impedir el acceso a la zona más privada de la casa en el tercer piso, este tipo de situacio-nes muestra como la actividad del espacio se apoya en los muebles para desplegarse en el espacio, quizá porque en últimas son estos los elementos más cercanos al cuerpo de los habitantes y por ende los que median la rela-ción entre el hombre y la arquitectura que habita.

66SOBRE EL MUEBLE Y LA COHABITACIÓN DE ACTIVIDADES

67EL MUEBLE COMO ESTRUCTURADOR DEL ESPACIO EN LA VIVIENDA MODERNASOBRE EL MUEBLE Y LA COHABITACIÓN DE ACTIVIDADES

“LA JOURNÉE SOLAIRE DE 24 HEURES RYTHME L`ACTIVITE DES HOMMES.”

Un sol se levanta, ¡un sol vuelve a levantarse! He aquí las dos líneas de medida que cadencian las actividades de los humanos. Dentro del intervalo de esta medida, un ritmo de tres tiempos: trabajo, espacimiento, reposo [...]

Le Corbusier y Fraçoise de Pierrefeu, La casa del Hom-bre. p 48.

COHABITACIONES SUCESIVAS Sobre la metamórfosis de los espacios

La influencia de los muebles en las cohabitaciones del espacio moderno no se redujo sólo a la simultaneidad, otras como socializar-dormir debieron compartir el mismo espacio físico pero no podían ocurrir al mismo tiempo por cuestiones prácticas, higiénicas y de habitabilidad.

Este tipo de cohabitación podría rastrearse hasta la arquitectura tra-dicional japonesa, donde los espacios de día servían a actividades sociales, mientras que en la noche servían como dormitorios, esto gracias a que los muebles eran fáciles de mover, los asientos eran cojines o pequeños tatami (tapetes de papel de arroz) mientras que las camas eran esterillas que se enrollaban y guardaban durante el día, además los interiores espaciosos y abiertos de día se cerraban de noche gracias a puertas fusuma y shoji 44co-rredizas que conformaban las habitaciones individuales.45

A esta posibilidad de cambio en el tiempo, que se llamó en la moder-nidad flexibilidad espacial, se deben las distintas posibilidades de uso de un mismo espacio, teniendo en cuenta dos aspectos, los modos de vida y las temporalidades de esos modos de vida, en últimas las actividades que se desarrollan es este espacio.

Una de las tareas más importantes de la arquitectura moderna fue entender su tiempo, pero no sólo como época sino también como tempora-lidad, el hombre moderno en todas las escalas: individual, familiar, social, cultural, tenía nuevos ritmos, su vida cotidiana estaba organizada por los tiempos de la producción industrial y los arquitectos debían plasmarlos

44 Tabique móvil formado por una armadura de listones de cuadrículas apretadas, sobre la que se pega un papel blanco espeso que deja pasar la luz, pero no la vista. Los shòji eran hasta hace poco el único cerramiento de la casa japonesa. Por la noche, les añaden otros tabiques (amado), también corredizos. Hoy en día, los shòji suelen estar precedidos, o incluso sustituidos por puertas acristaladas. Tomado de: Junichiro Tanizaki, El elogio de la sombra, p 2 recurso electrónico: http://www.ddooss.org/libros/Junichiro_Tanizaki.pdf

45 Aunque no se pretende estudiar aquí la relación que pudo tener la arquitectura moderna europea con la tradicional japonesa si fue evidente que muchos de los arquitectos moder-nos tuvieron una atracción fuerte hacia la manera de entender el espacio en Japón, en particular Frank Lloyd Wright, en Estados Unidos, tuvo una fuerte influencia nipona a partir de la exposición universal de Chicago en 1893, otros arquitectos como Le Corbusier o Ri-chard Neutra manifestaron su admiración hacia esta arquitectura y en parte eso se nota en algunos de sus proyectos.

68SOBRE EL MUEBLE Y LA COHABITACIÓN DE ACTIVIDADES

69EL MUEBLE COMO ESTRUCTURADOR DEL ESPACIO EN LA VIVIENDA MODERNASOBRE EL MUEBLE Y LA COHABITACIÓN DE ACTIVIDADES

Transformación interior del segundo nivel de la casa Schrö-der de Gerrit Rietveld.

“« Todo el piso superior es como un único y enorme es-pacio en el que el mobiliario, a excepción de las sillas, está exactamente dispuesto (es decir, incorporado a la estructura) los armarios, los sofás-cama y las mesas están dispuestos como los edificios de una ciudad, de suerte que hay zonas para el movimiento y el uso que se asemajan a calles y plazas.»

Ed. Lissitzky

espacialmente a todos los niveles posibles, ciudades, fábricas, oficinas y casas modernas, en fin toda la escala del hábitat humano.

La organización de la vida obrera alrededor de los tiempos de las fá-bricas permitió que la vivienda también buscara ese ritmo, la flexibilidad del espacio moderno tiene una estrecha relación con la modulación del tiempo de ese espacio, las actividades diferenciadas por horas o ciclos diarios (el día y la noche) según el número de habitantes de la casa a distintas horas del día y las distintas actividades que estos desarrollaban allí.

Algunos proyectos modernos articularon esta relación de manera tan paradójica como práctica. Paradójica porque propusieron, entre otras, que estados del habitar aparentemente contradictorios, a saber, lo público y lo privado o el día y la noche, se junten en un mismo espacio; y práctica porque permitió que espacios reducidos, a precios reducidos, albergaran grandes familias con cualidades espaciales semejantes de casas más gran-des. Situaciones que, como se verá, se lograron conciliar a partir de algunos muebles.

Algunos dispositivos marcaron las distintas posibilidades que los muebles podrían brindar para flexibilizar en el tiempo el espacio moderno y dos tipos de metamorfosis fueron usadas por los arquitectos para lograr esta situación: por desplazamiento y por plegamiento, cada una asociada a muebles que dieron forma a espacios domésticos en superficies reducidas.

Los muebles corredizosMetamorfosis por desplazamiento

De nuevo la casa Schröder expone las posibilidades que los muebles dan a este respecto. En el segundo nivel Rietveld propone un espacio que en el día unifica las estancias, un espacio abierto tanto hacia el exterior como entre los lugares que lo componen al interior, este gran salón posibilita jugar, estudiar, recibir visitas y comer (de día) y dormir (de noche) esta dife-renciación programática se logra descorriendo una serie de paneles ocultos en los muros, preparando las camas (que en el día habían sido sofás) y sa-cando de cajones empotrados todas las ropas necesarias para disponerse a la noche, todos estos dispositivos en últimas posibilitan a cada miembro de la familia aislarse en la noche en su propio rincón íntimo.

En la casa Schröder, Las actividades se suceden a través del despla-zamiento de muebles, modificando así la compartimentación de la casa a

70SOBRE EL MUEBLE Y LA COHABITACIÓN DE ACTIVIDADES

71EL MUEBLE COMO ESTRUCTURADOR DEL ESPACIO EN LA VIVIENDA MODERNASOBRE EL MUEBLE Y LA COHABITACIÓN DE ACTIVIDADES

Transformación interior del segundo nivel de la casa Schröder de Gerrit Rietveld. (Desde el comedor)

partir de de la creación de espacios independientes en la noche, que en el día habían estado integrados, pero conservando en esencia casi todas las actividades.

Estos muebles fueron adosados a los muros perimetrales de la casa, lo que permite que cuando los paneles corredizos están ocultos la percep-ción del espacio es global, esta disposición da a las camas la posibilidad de funcionar como sofás en el día, al tener como respaldo los muros, por ejemplo una de las camas puede funcionar tranquilamente como sillón en la sala de música o cama de día para leer o contemplar el paisaje.

Pero la modificación mas significativa es que el piso, en el día, es un continuo espacial, un espacio total que tiene un pivote central en la escalera y en la noche se subdivide en cinco espacios: tres habitaciones, un baño y el comedor que permanece sin alteraciones excepto por ser la posible alco-ba de huéspedes, gracias al catre que se encuentra adosado a la escalera, alrededor de la cual se dispone la circulación entre los distintos espacios nocturnos y el primer nivel.

Quizá el panel corredizo sea el mueble más importante en esta casa por tener la capacidad de modificar el espacio y adaptarlo a sus distintas temporalidades, son estos paneles guardados en los muros, los que literal-mente transforman un espacio con cualidades diurnas a otro con cualidades nocturnas.

Pero, los paneles de la casa Schröder, como muebles de movimiento restringido, no se ocultan por completo, el mecanismo queda exhibido a partir de las líneas de color que dibujan los canales de recorrido en el techo y el piso evidenciando así el funcionamiento de los muebles divisorios, que según su longitud y disposición están compuestos por dos y hasta tres paneles paralelos, cada uno con su propio canal de recorrido (seguramente para optimizar el espacio del casillero que los guarda de día) cada panel tiene varios cuerpos de un metro de ancho (1.00 m.) cada uno. Además en las divisiones de las habitaciones los paneles son de dos tipos, los más cercanos a los muros son corredizos pero los últimos cuerpos siempre son plegadizos, permitiendo así que este funcione como puerta del dormitorio.

Otros muebles esenciales para esta cohabitación, los sofá-camas, son curiosamente estáticos, aunque se esperaría que la condición temporal del espacio permitiera que los muebles cambiaran de lugar, en el caso de las camas de la casa Schröder esto no ocurre, excepto por la doble con-dición funcional que les permite ser usados de día como sofá y de noche

72SOBRE EL MUEBLE Y LA COHABITACIÓN DE ACTIVIDADES

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Camas en los salones de Rietveld.Arriba: casa Brandt 1938-1938, en Petten HolandaAbajo: Casas en Hilera en Erasmuslaan, en Utrecht,

Holanda, 1929-1930

Camas de la casa Schröder en madera pintada de negro y colchones blancos, abajo aparece la mesita de desayuno diseñada por el arquitecto.

como cama, gracias a unas superficies plegadas de día cuando son sofá permiten sentarse en la colchoneta sin problemas, en la noche se doblan para que la cama contenga al durmiente, quedando como un cajón poco profundo, además las dimensiones a medio camino entre ambos (75 cm.), no logran caracterizar del todo su función final, (son más grandes que un sofá y más pequeñas que una cama) el color negro o blanco con que fueron pintadas y el tapizado blanco de las colchonetas las convierte en el mue-ble más discreto de la casa y hace suponer que su presencia en el campo espacial pareciera inicialmente un requerimiento meramente funcional y que Rietveld dedicó sólo lo necesario a estas para que fueran los más eficientes posible.

De cualquier forma, una de las condiciones más importantes en el mobiliario de Rietveld es su extrema franqueza con la función, al arquitecto no le interesa ocultar las camas (como si lo haría Le Corbusier), más bien, trata de simplificar la carga de sentido que culturalmente tiene la cama como objeto meramente nocturno, al incluirla dentro del conjunto espacial de la casa procura que la cama no funcione sólo como tal, sino también como sofá sin tener que disfrazarla. Esta situación se nota mejor en las casas en hilera que construyera más tarde justo al frente de la casa Schröder, en Erasmuslaan, el único espacio de la planta baja se divide en la noche con muros corredizos y justo en el salón hay una cama, franca, que no preten-de ser otra cosa más que la evidencia de la función de ese espacio en la noche.

“Habitar implica una acción”,46 se podrá suponer que estas palabras pronunciadas por Rietveld en los años 1940´s resumen las intenciones espaciales que su arquitectura demostró. Sentarse frente a una mesa debe entenderse como una actividad tan intensa como el ejercicio físico; mirar, comer, hablar, leer… son actividades que en la modernidad dejan de ser pasivas.

[…]Mi casa no será en principio un lugar para el descanso, sino un lugar donde pueda redescubrirme a mí mismo, donde el flujo de im-presiones pasivas no pueda entrar y donde, al menos, pueda conver-tirme en alguien verdaderamente activo al hacer aquellas cosas que nacen sólo del libre albedrío y que pueden y tienen que captar mi total

46 Marijke Kuper, “Las casas de Rietveld” en: 2G nº 39-40, Gerrit Th. Rietveld, Casas, Barce-lona, Editorial Gustavo Gili,p.36

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Cada habitación que resulta al descorrer los paneles puede ser independiente, incluso en los muros útiles hay lavabos que proveen a cada miembro de la familia un rincón privado para la higiene.

Cada panel corre por su propio riel, lo que resulta en el colorido rayado discontinuo del techo.

atención[…]47

La acción aquí se refiere a una actitud, a un ritual, a una manera de habitar que nada tiene que ver con la pasividad burguesa decimonónica, para Rietveld el espacio es una continuidad en movimiento, la arquitectura se va transformando y en esa transformación es donde radica la posibilidad de habitarlo.

Todos los muebles de la casa invitan a esa acción, los muros úti-les guardan la noche en su interior que debe ser desplegada en forma de paneles, de ropas, de cajones, la secuencia de actividades está claramente determinada, correr – plegar – tender – vestir y al día siguiente la secuencia opuesta. Pero esta actividad física que promulga la casa, que obliga con sus secuencias, está dirigida a sus habitantes principales, los niños, son ellos quienes caracterizan este espacio colorido e iluminado, dinámico y flexible, son los niños quienes están aprendiendo los valores modernos de la vida a través del espacio de su vida cotidiana, esta es la labor pedagógica que la arquitectura de la casa Schröder pretende, enseñar a vivir de manera moderna a los hijos de una madre de mente abierta.

47 Gerrit Th. Rietveld, “Arquitectura”, en: ibidem, p 270

76SOBRE EL MUEBLE Y LA COHABITACIÓN DE ACTIVIDADES

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“Disco de la jornada solar de hoy. Sector blanco= sueño; Sector negro= tiempo dedicado al transporte;Sector rayado= el trabajo;Sector punteado= esparcimiento;

Y casi la mitad del sector del trabajo está es-terilizada, dado que representa el precio del desorden de las ciudades y los campos.”

“Jornada solar armoniosa como consecuencia de las reformas urbanísticas. Todos los días, la vida en un equilibrio placentero según sea respetada o escarnecida, los hombres conocerán la vida dentro de la armonía o la vida sin alegría.”

Le Corbusier también hizo un aporte importante a la sucesión de acti-vidades en el tiempo a través de muebles, los muros y camas tranformables fueron importantes particularmente en los proyectos de vivienda colectiva, Le corbusier atribuye a estos muebles cualidades que permitían al espacio reducido de las viviendas de obreros tener la calidad de casas mucho más grandes y costosas, como un gran salón para la vida social y en familia, es-pacio iluminado y ventilado generosamente, habitaciones individuales para cada miembro de la familia, entre otras.

La manera para lograr este cometido fue clasificando las actividades cotidianas en su temporalidad, en el libro La casa del Hombre, Le Corbusier diría:

Un sol se levanta, ¡un sol vuelve a levantarse! He aquí las dos líneas de medida que cadencian las actividades de los humanos. Dentro del intervalo de esta medida, un ritmo de tres tiempos: trabajo, esparci-miento, reposo. Tiempos aproximadamente equivalentes entre sí[...]. Trabajo, es decir, energía consumida, en un amplio flujo ininterrumpi-do, en beneficio del mundo exterior.Esparcimientos, es decir, energía consumida según un régimen ordi-nario más débil y regulable a voluntad, en beneficio de la familia, de la amistad, de la sociedad y del civismo, como igualmente en beneficio de uno mismo: cultivo de la actividad física, artística e intelectual.Reposo, abarcando en él las comidas, es decir, recuperación de la energía consumida durante los otros dos tiempos.[...]Únicamente el ciclo de veinticuatro horas y la radiación solar pue-den enseñarnos como debemos construir.[...]48

Refiriéndose a unos esquemas con los que trataría de evidenciar los problemas de vivir en una ciudad industrial donde las actividades y los tiem-pos se superponen desordenadamente.

A partir de éste análisis aparecen propuestas como los muros y camas corredizos y plegadizos en las casas de Stuttgart, Inmuebles Wan-ner, Casas Loucheur y en la Unidad de Habitación de Marsella. Aunque aparecen en la Petite maison49 es en las casas en hilera de Stuttgart donde

48 Le Corbusier y François de Pierrefeu, La casa del Hombre, Editorial Poseidón, Barcelo-na,1979, pp 48,52.

49 Entre la sala-comedor y la sala de desayuno hay un muro oculto tras el casillero que sirve de ropero y se debe des-correr y des-plegar para lograr la división, permitiendo que el es-pacio del pequeño comedor, donde además hay una cama adosada al muro lateral que se corre a manera de tarima para duplicar la posibilidad de alojamiento y un lavabo oculto tras

78SOBRE EL MUEBLE Y LA COHABITACIÓN DE ACTIVIDADES

79EL MUEBLE COMO ESTRUCTURADOR DEL ESPACIO EN LA VIVIENDA MODERNASOBRE EL MUEBLE Y LA COHABITACIÓN DE ACTIVIDADES

Transformación interior del segundo nivel de las casa Weissenhoffsiedlung en Stuttgart, Le Cor-busier, 1927

Camas de de las casas de Weissenhoffsiedlung de Stutt-gart, Abajo: La cama saliendo del casillero

se experimenta con estos dispositivos como transformadores radicales del espacio de la vivienda moderna, aquí el muro opuesto al ventanal corrido está cerrado y tiene adosados dos muros útiles que ocultan los dispositivos que permiten a este espacio transformarse: Paneles y camas corredizas. Los paneles eran de madera y parecían más puertas que muros que col-gaban del cielo en canales por las que corría un rodillo, de esta manera el piso quedaba libre de obstáculos. Las camas en cambio eran metálicas y se ocultan de día en el cajón bajo del casillero para en la noche deslizarlas tras pivotar hacia arriba la puerta que las esconde.

Los muebles que se adosan al muro Metamorfosis por plegamiento.

Fruto de la propuesta de Stuttgart, como el mismo Le Corbusier lo afirma,50 entre 1928 y 1929 desarrolló un proyecto no construido que modula las actividades y sus espacios en el tiempo de manera drástica a través de estos dispositivos: El Immueble Locatif Wanner, ubicado en Ginebra Suiza, es un edificio de 7 plantas, con cuatro apartamentos por piso en dos tipos, con áreas similares (60 m2) pero distinta distribución espacial.

Los planos aparecen en una página de las Obras Completas de Le Corbusier y Pierre Jeanneret,51 organizados así: dos plantas de gran tamaño (una por cada tipo) Arriba y abajo de la página, entre ellas una sección que resalta la relación vertical de los tipos, una fachada, una planta de distribu-ción de los tipos y finalmente un párrafo que describe el proyecto.

Lo más llamativo de esta página es el particular dibujo de las plantas: Aunque cada una pareciera mostrar apartamentos distintos a lado y lado del edificio, tras una revisión más detallada se ve que son el mismo a pesar de sus diferencias. En la parte inferior del plano hay tres palabras, en el centro PLAN (plano) bajo los apartamento de la izquierda DE NUIT (noche) y bajo los de la derecha DE JOUR (día). Así lo que representan estas plantas es la transformación que sufre cada apartamento según la hora, a partir de una serie de dispositivos móviles, plegables y corredizos, modulando así las acti-

el muro opuesto, se pueda dividir esporádicamente para alojar amigos.50 “Cette etude est la suite des maisons faites a Stuttgart.” en: Le Corbusier et Pierre Jeanne-

ret, Ouvre Complete, 1910-1929, Zurich, Birkhauser Publishers, 1995 Pag 18451 Idem

80SOBRE EL MUEBLE Y LA COHABITACIÓN DE ACTIVIDADES

81EL MUEBLE COMO ESTRUCTURADOR DEL ESPACIO EN LA VIVIENDA MODERNASOBRE EL MUEBLE Y LA COHABITACIÓN DE ACTIVIDADES

Página de la obras completas de Le Corbusier y Pierre Jeanneret donde aparece el Inmueble Wanner.

Arriba: Coche cama: Roomette de Pullman, 1937. Hay en su interior una combinación de muebles que el pasajero puede mover. La cama, que desciende sobre resortes, absorbe todo el espacio del suelo. Paredes y tapizado ocultan armarios, lavabo y servicio de aseo

Abajo: Imitación y convertibilidad: Armario cama, 1859. Una de tantas variaciones, pero posee “las ventajas combinadas de un secreter, un armario guardarropa y servicios de aseo.”

Sigfrieg Giedion, La Mecanización Toma el Mando, pp 443-444

vidades que el espacio soportará. En ambos el gran salón abierto permite relacionar los servicios (coci-

na y baños) y un jardín elevado a doble altura durante el día; mientras que en la noche de los muros y pisos emergen camas, las mesas se pliegan o esconden y una serie de paneles plegadizos, ocultos de manera sutil en pe-queños espacios de los casilleros, dividen este gran salón en tres o cuatro espacios más pequeños (según el tipo) que sirven como dormitorios.

En el tipo B (arriba en la página) el corazón del espacio es un gran casillero central dividido por un muro que serpentea rectangularmente guar-dando las camas en una especie de piso-mueble, sobre ellas se dispone de un pasillo donde otro muro serpentín más pequeño sirve los guardaderos, además las camas son casilleros que permiten guardar enseres personales dentro.

Aunque el casillero central se mantiene en el tipo A -abajo en la pá-gina-, este no guarda las camas a nivel de piso, por lo tanto el pasillo de los guardaderos no es elevado, además se disponen los muros que guardan las camas y los muros plegadizos de manera perpendicular al gran salón, como en Stuttgart, aparece así otra manera de guardar las camas, ya no bajo el piso-mueble, sino plegándola dentro del mismo muro, solución que ya había sido explorada en el siglo XIX en Estados Unidos -sin mucho éxito- y utili-zada de manera generalizada en las literas de barcos y trenes a principios del siglo XX. En el texto que acompaña la página de las Obras Completas donde se muestra el Immueble Locatif Wanner se puede ver la relación entre estos apartamentos y los coche-cama:

[…] La gran sala se obtiene, por el eclipse de las paredes que se despliegan en la noche y que se usan para construir el apartamento en forma de coche cama[…] en la noche todo lo relacionado con el valor está disponible, oculto, bajo el pasillo elevado[…]52

La consecuencia construida más importante de estas cohabitaciones sucesivas fueron los cuartos de niños en las Unidades de Habitación que se inauguraron con la de Marsella, donde un muro corredizo divide el espacio y las camas están plegadas en los muros, permitiendo su doble funcionalidad

52 […]la grande salle est obtenue, par le eclipse de parois volantes qui ne sont employees qiue de nuit pour faire de l`appartament une façon de sleeping-car.[…] de nuit, tout ce qui concerne la courage-se trouve à disposition, caché au-dessous du couloir élevé. En: Idem.

82SOBRE EL MUEBLE Y LA COHABITACIÓN DE ACTIVIDADES

83EL MUEBLE COMO ESTRUCTURADOR DEL ESPACIO EN LA VIVIENDA MODERNASOBRE EL MUEBLE Y LA COHABITACIÓN DE ACTIVIDADES

Secuencia de transformación de las unidades tipo B del inmueble Wanner,

Página anterior: izquierda: Vistas aéreas; derecha: Vistas interiores.

Abajo: Planta con los dispositivos transformadores del espacio resaltados.

84SOBRE EL MUEBLE Y LA COHABITACIÓN DE ACTIVIDADES

85EL MUEBLE COMO ESTRUCTURADOR DEL ESPACIO EN LA VIVIENDA MODERNASOBRE EL MUEBLE Y LA COHABITACIÓN DE ACTIVIDADES

Secuencia de transformación de las unidades tipo A del inmueble Wanner,

Página anterior: izquierda: Vistas aéreas; derecha: Vistas interiores.

Abajo: Planta con los dispositivos transformadores del espacio resaltados.

86SOBRE EL MUEBLE Y LA COHABITACIÓN DE ACTIVIDADES

87EL MUEBLE COMO ESTRUCTURADOR DEL ESPACIO EN LA VIVIENDA MODERNASOBRE EL MUEBLE Y LA COHABITACIÓN DE ACTIVIDADES

Muro que divide la zona de juegos de los niños en dos habitaciones en la noche. Fotografía y planta.

Página siguiente:Secuencia de despliegue de las camas en la habitación

de los niños en la Unidad habitacional de Rezé, Fran-cia, Le Corbusier.

diurna y nocturna.Vale la pena mencionar que para Le Corbusier era necesaria la divi-

sión en la alcoba de los niños, no solo por cuestiones prácticas de optimiza-ción del espacio, como si lo son las camas plegadas, sino también por cues-tiones higiénicas y morales, ya que la promiscuidad familiar era, entre otros, uno de los problemas que encontraba cuando analizaba la manera en que vivían las familias obreras en una sola pieza o incluso en una sola cama:

Sólo en París. [...]. Hay diez mil familias de cuatro personas o más que viven metidas en una sóla habitación.[...]. De ahí que en todas las ca-sas reine la esterilidad, la promiscuidad, las taras: cada cinco minutos muere un francés de tuberculosis[...]53

[...], ésta pieza debe ser afectada a unos niños del mismo sexo; hemos reconocido que la cohabitación de dos sexos trae problemas delica-dos, ella está igualmente destinada para los padres y, aquí también, unos problemas matizados se encuentran resaltados poniendo en juego las cuestiones de contigüidad, de promiscuidad, etc.[...]54

En estos proyectos el usuario ideal fue siempre la familia, la cantidad de camas es suficiente para que las tipologías soporten una pareja con cuatro hijos en un mínimo de metros cuadrados, pero la casa en Le Corbu-sier no se podría concebir como un espacio único que aloja indistintamente a todos los miembros familiares, si el pilar de la sociedad es la familia el pilar de la familia es el individuo y estos proyectos también propician la privacidad, de día la casa es el gran salón que representa y aloja los valo-res colectivos y familiares, mientras que la noche es para la individualidad, para los rituales propios e íntimos que se encuentran plegados dentro de los pisos y muros.

[...]La libertad primero individual debe ser garantizada por un recinto, un vaso, un contenedor que no es otra cosa que la ALCOBA.[...]55

Entonces, Las cohabitaciones de actividades en la arquitectura mo-derna no fueron solamente la consecuencia espacial a un problema práctico

53 Idem, La Casa del Hombre, Op.cit, p.16 54 Idem, L´Unite d´Habitation de Marseille, Paris, ed. Le Point, 1950, p.1555 Idem.

89EL MUEBLE COMO ESTRUCTURADOR DEL ESPACIO EN LA VIVIENDA MODERNA

88SOBRE EL MUEBLE Y LA COHABITACIÓN DE ACTIVIDADES

Los niños en la arquitectura de Gerrit Rietveld y Le Cor-busier

Izquierda: Una de las hijas de Truus Schröder -Schrader jugando frente a la casa, en la calle Priins Hendriklaan en Utrecht, Holanda. Foto de 1925.

Derecha: fotomontaje de la terraza de una de la unidades de la Unidad de Habitación de Marsella, con un niño jugando en ella.

de proporciones y área, más bien fueron exploraciones espaciales de nue-vas maneras de habitar ligadas a modos de vida emergentes -como los de los obreros-, nuevas temporalidades, tecnologías constructivas y maneras de entender la salud y el bienestar humano.

Además fueron dispositivos pedagógicos donde la familia y en espe-cial los niños son llevados de la mano hacia el buen vivir, el espacio de las casas: Schröder, la Unidad de Habitación de Marsella, las de Stuttgart y el Inmueble Wanner enseña a vivir con los valores de higiene, eficiencia, unión familiar y social que promulga la realidad histórica de la época. Finalmente estas cohabitaciones sólo pudieron ser posibles gracias a casilleros, pane-les corredizos y plegadizos, mesas, camas, en fin, muebles que cualificaron, definieron y estructuraron estos espacios domésticos modernos.