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SOBRE ARIES Y OFICIOS '/ '/ ' ,/ / ~I ,'
(LO CREATIVO EN POESIA Y PSICOANALISIS)
arriesgo mi vida en él.
Vincent van Gogh (2)
El arte, querido Vincent, ea un
maravilloso artefacto, lleno de
oxigeno que nos permite respirar,
un fascinante pretexto para no
morir ... antes de tiempo.
Simón Kargieman (1)
Me he interrogado en diversas oportunidades por las conjuncio
nea y divergencias de doa oficios o artes: la poesia y el
psicoanálisis. Mucho antes de interesarme por este último, ya
eacribia poeaia. Al cabo de no pocos affoa, tomaba parte del
oficio de poeta (3) y del arte de la interpretación (4), con
pleno derecho, o a la inversa, si se quiere, el oficio de
analista y el arte poético. Lo que no puedo ya soslayar es que
ambos convergen en mi experiencia, y es a esa' singularidad que
debo estas reflexiones, alejadas de la intención de propiciar
una convergencia que sugiera consecuencias para loa lectores.
En varios poemas ( 5) de escritura 're'cieríte ;· re6onocia que no
solamente ae trataba de poemas aceptables a mi parecer (6), sino
que además me sorprendian -al volver a leerlos con una mirada
ajena-, puesto que podia encontrar en ellos la formulación de
cuestiones medulares respecto del psicoanálisis, que en esos
3
momentos pensaba con no pocas dificultades. Es más, creía
suponer que decía cosas de un modo incisivo, Y con una precisión
que me asombraba: mis ideas se adelantaban a mi pensar.
Dos o tres lineas podían decir lo que varias páginas de escri
tos propios o ajenos no terminaban de decir, y ea por ello que
en diversas exposiciones y seminarios me han ayudado y supongo
también a mis oyentes, a desplegar un pensamiento. Varios
autores me acompañaron eficazmente.
No pocos psicoanalistas dimos señales de cansancio y fastidio
ante textos de remanida sintaxis y léxico recocido, que en su
uso desgastaban su filo, en el desván de recitados y palabras
blandas. La astucia de nuevas combinaciones metafóricas podia
erigirlas en un saber constituido, cuando no en un lugar por
demás transitado. Complejos problemas se podían aventar con el
mandoble de una frase de dudosa eficacia, cuando no se
enroscaban a una cuestión de poder, disputa institucional (7) o
de respeto a los venerables. Es precisamente allí donde no pocos
poetas han pasado sus vidas intentando dilucidar esos problemas
e interrogantes, siendo su obra inconclusa señal del fracaso de
decirlos del todo, pero sin duda, indice de su producción.
Hay no pocos ejemplos de una excelente prosa en los escritos
analíticos, tanto clásicos como actuales. Vale mencionar las
piezas de impecable factura que produjo Freud mismo; pero
también la extensa literatura de variedad de autores y escuelas,
muestrario de repetición de estilo, textos secos que quitan el
aire (8) y tienen sus marcas de asua: en un atiborrado bosque
conceptual, una excesiva liviandad: la simulación de rigurosidad
y la marcial implacabilidad de los guardianes de la verdad.
Sobre todas las cosas, un indicio: el aburrimiento. Pero habrá
que decirlo, de ello tampoco áe salvan los poetas.
4
FREUDE
Hace un par de años conclui un análisis inusualmente breve,
cuatro sesiones, de una mujer que habia llegado a mi muy
perturbada. Una intervención analitica produce un notable efecto
en un proceso de duelo melancólico. En el apogeo de su padeci
miento, marido, hijas, nietos, ya nadie podia soportar eu estado
y sue quejas, y
cultura psi, me
pacientes durante
y escritor, luego
última sesión que
aburrido para mi.
¿por qué no?
por eso, esta paciente, lejana al campo de la
pregunta si no me caneaba de escuchar a mie
tantas horas al dia. Otro paciente, escribano
de un análisis de seis años, me dijo en la
tenia la sensación de haber sido un paciente
También en este caso contesto que no. Pero,
El año pasado, una joven fotógrafa decidió que era tiempo de
terminar su análisis y tiene razón. Me dice de su alegria por lo
que había sucedido durante el psicoanálisis, y por los pasos que
habia podido dar en su vida. Le manifesté que me habia dado
gusto trabajar con ella, ll que la terminación renovaba mis
deseos de analizar. Momentos de una rara emoción.
He aquí un ramillete de preguntas. ¿Se cansa, se aburre un
psicoanalista? Si se le preguntara: "Hombre, ¿qué tal esa vida?
¿La pasas bien en tu consultorio?" Presuntas de escasa aparición
en los diálogos entre analistas. Tenían que venir los pacientes
para arrojarlaa aobre el tapete. Empecemos a dar las cartaa.
Se auele eecuchar respecto del analista, no tanto lo que de
rutina implica y requiere para la ocasión de un acto relativo a
un decir verdadero. Hay que admitir que ésto es necesario en
cualquier práctica productiva. Más frecuente es que se refiera
sobre cierta dimensión de malestar relativa a las dificultades
5
que implica la abstención de entrar en el campo de las demandas
del paciente y la exigencia de una escucha desapasionada; de la
sensación de no ir a ninguna parte, etc. Creo que hay un regis
tro de hechos muy habituales de los cuales escasamente se habla,
y parecieran no tener carta de ciudadanía en el vocabulario psi.
Me refiero al título de esta sección, Palabra que me suena con
cierto impacto, aunque no con extrañeza en labios de un analista
que en determinada ocasión, veinte años atrás, se pregunta:
¿Cuál es la alegria que encontramos en lo que constituye nuestro
trabajo? (10).
Estas líneas han de navegar en las aguas intermedias a dos
puntos de vista. Por un lado no habré de tratar de conjugar las
estructuras propias del discurso psicoanalítico con las del
lenguaje poético, como lo hace lúcidamente Luce Badoux (11); ni
tampoco
de las
ción en
podré acompañar las ideas de Bárbara Low (12) respecto
"compensaciones" del analista, comparables a la sublima
la creación artística. Aguas intermedias, en que puede
navegar la palabra alegria en la propuesta de una idea: la de
goce creativo.
Empezaré diciendo que:
"EL AUTOR DEBERIA MORIRSE" (13)
Frase, o sentencia, que tiene más de un sentido, por lo que
no lo haremos morir al autor "antes de tiempo". Umberto Eco
apunta a que el
del que el autor
camino del texto es el diálogo con el lector,
está excluido. No son pocos los que así lo
consideran, y con justicia: la obra no se completa sino es en
relación con el público. (Modo de decir que no es posible su
totalización). Requiere interiormente de un acto de recreación.
6
El escrito, o la obra en general, caidos del autor, separados de
él y reducidos al máximo en su especularidad, no pueden tener
otro acceso que el brindado por un nuevo acto creativo. Obra
reescrita en su lectura, en que el lector hace mundo, se fuerza
en el futuro, asegura una serie. Obra en circulación, que no
pasa a ser de uno más que del otro, puesto que no siendo de
ninguno, crea en el acto de su lectura al sujeto de la expe
riencia ( 14).
Lo creativo implica sumar el nombre propio a la serie, lo que
ilumina un orden de diferencia: algo ya no será lo mismo.
Aceptar las consecuencias de ello, habitualmente disimuladas por
los golpes de éxito o los rebotes de mala fortuna, implican una
herida narcisista. Por un lado, el nombre del autor ya no le
pertenece, puesto que se alista en la sucesión de términos. Es
el sujeto que, inscripto, ya no es el mismo: también se podrá
leer a sí mismo como un otro, ajeno, escindido de su obra. A la
vez, la obra no será sino defectuosa para representar plenamente
al sujeto, ya que nunca está del todo ahi, ni captura totalmente
al mundo.
Roberto Juarroz en su libro "Poesia y Realidad", dice estas
ideas en un solo trazo:
y
"El poeta crea el poema y se crea otra vez en él".
"La única manera de recibir una creación ee crearla de
nuevo".
La escritura del poema no es 'úrla ext?l'é61ón 'dél poeta sino que
es el poeta mismo, o en la interpretación analítica no se
expresa el analista sino que es el analista: momento de
coalescencia
de pensar
y fusión, pero a la vez de pérdida. La dificultad
estas ideas ee que no se dejan representar
7
intuitivamente, o al menos su intuición ea poco precisa, puesto
que plantean, no sólo un efecto paradojal sino, además,
recursivo sobre las mismas. Lo insoportable del acto es tal
dimensión de riesgo en lo relativo a la fusión, y de pérdida en
cuanto a la separación. Operaciones coetáneas que implican una
producción de sujeto, y consecuentemente el "soy el que soy" de
lo idéntico, queda fuera de la experiencia. Más bien, es el
trabajo de revocación de esta frase que está en la base del acto
mismo. Trabajo que implica la pérdida de la obra, su caida del
cuerpo en el acto de su construcción, más allá de que su
reconocimiento en el campo de la cultura permitan anclar la obra
al autor.
La curiosa figura de la banda de Moebius, afamada más por
Escher que por Lacan, obliga al surcar un lado, a pasar al otro
que es el mismo lado. Es a este efecto que me llevan las lineas
que vengo de escribir, donde al hablar del poeta, ¿acaso no
hablo del analista? Es por ello que no querria acarrear sobre
mis hombros el error de suponer al paciente como obra del
psicoanalista, sino tan sólo, en todo caso, su interpretación,
un decir que en manos del paciente no podrá sino ser recreado.
Ciertamente, palabras que ya no le pertenecen, y que en el
camino de una cura analitica implica la caída del analista: la
destitución de ese lugar privilegiado por la "transferencia".
( 15).
EL (l.RTE DE LA INTERfRETACION
Yo no sé lo que toco
la nota sabe cuál vendrá después.
John Coltrane. (Saxofonista) (16)
hombre atraviesa el
como prueba de que
ll.
Paraiso en un suefto, y le dieran una flor
habia estado alli, y si al despertar
encontrara esa flor en su mano, ... ¿entonces qué?"
¿ENTONCES QUJll?
El psicoanalista habla, hace
poesia cuando llega. Es poco
frecuente, pero es arte."
Jacques Lacan (27)
En el acto analítico, la escucha del analista agrega en la
interpretación una palabra más al discurso del paciente,
asegurando asi el imposible de decirlo todo, descompletando el
universo del discurso en cada ocasión, recreando la teoria en
cada vuelta. Una en más que produce un efecto subjetivo, e
interroga por la causa: puesto que falta la palabra absoluta,
falta el objeto que sacia, o porque falta el objeto que colma,
hay palabras. Estas ideas me permitieron entender una oscura
frase de Freud, a la que le di incontables vueltas a través de
los aftas. Hablando de la condición mínima en la formación de un
psicoanalista, insistía en que en su análisis personal tuviera
una "experiencia de convicción de la existencia del
inconsciente" (28). No se trata en si de una singular, sino que
al abrirse la serie, asegura la sucesión, un decir por venir.
Poniendo así en perspectiva el limite del acto analítico,
acotando lo numerable en la infinitud del deseo. Porque no todo
es posible, algo lo es en el perfil de lo imposible. Se trata de
una experiencia singular.
Ese acto, de escritura del poema, de interpretación analítica,
10
oomo no hay quien sostenga esa palabra ábsoluta, lanza al sujeto
a una dimensión en gue la cosa, el objeto, no se agota, impone
el orden de lo simbólico el limite tendido hacia la infinitud.
(23)
Lo creativo supone el trabajo que·pone en relación lo posible
y lo imposible, orden de desencuentro y paradoja, que reclama de
una subversión de todo saber constituido, de los lugares comunes
del buen pensar. No hay modo de decir que sepulte todos les
decires (aunque tantos esfuerzos se hacen en esa dirección),
modo tal vez banal de afirmar que no hay universo del discurso.
El decir lo engendra y no lo agota, cada paso lo expande e
implica un recorrido singular, y una producción de diferencia.
Paul Klee decia que "el arte es hacer visible lo no visible"
(24), lo que no lo supone como un territorio a conquistar,
estructurado y ordenado, sino que es el mismo
engendra. Errar en este punto ha producido y
acto que lo
lo seguirá
haciendo, lineas de vasallaje a, y adoración de aquellos a los
gue se supone visionarios. Hacer visible lo no visible se deja
oir en la propuesta freudiana de hacer conscisnte lo
inconsciente: experiencia gue. no. se oago.ta, puesto que el deseo
inconsciente, insiste. (25)
Posible e imposible, finito e infinito, decible e indecible,
diversos pares
singularmente
hoy habré de
modo ejemplar:
que convocan dispares contextos conceptuales,
en el psicoanálisis y en la lógica simbólica (que
ahorrarles), encuentran en un poema de Juarroz un
"que reúne en un ramo sin lazo
el aroma del ser
y la fragancia de la nada" (26)
Borges hablaba de esto en una conferencia de 1945: "Si un
8
Siempre he leido en esta frase de Coltrane, sonando sobre el
fondo de sus improvisaciones jazzisticas, un saber poco
soportable, pues en su esencia obliga a no comprenderlo en el
momento en que uno cree saber de qué se trata. Esto no seria tan
inquietante si no fuera que también podemos escuchar de ésto a
algunos poetas que consideran que escriben de lo que no saben, o
más bien, de un saber que desconocen. Dulce e insoportable
esquizia, en que Samuel Becket "zapa" con Coltrane: "Todo
ocurria entre la mano y la página" (17).
Que los poetas digan más acá o más allá de lo que creen saber
no debiera extrañar,
Jacques Lacan decia
que dice, sobre lo
Con eso no llevaría
pues es lo que impresiona de la poesía.
que "el poeta puede escribir sin saber lo
que resta al final de todo discurso" (18).
tanto la mirada de los analistas a la
poesía, sino a un fenómeno que hace a la posibilidad de un
psicoanálisis: no sólo el paciente dice más de lo que sabe que
está diciendo, sino que además la escucha analítica, que se
supone inconsciente (y en este sentido no racional, dogmática o
anticipable en aras del saber común), permite que al
interpretar, el analista diga más de lo que sabe. Lo olvidado
del decir del paciente, en su memoria inconsciente retorna en la
ocasión puntual de la interpretación. La sugerencia freudiana a
los psicoanalistas de mantener "una mente abierta", "libre de
presuposicones", "dejándose sorprender en cada oportunidad",
cobra particular significación puesto que lo novedoso, lo
creativo es lo que signa la experiencia.
S. Karsieman lo dice refiriéndose al poema: " ... si uno es el
primer sorprendido, aparte de ser su primer lector." (19) Lo
cual, evidentemente, no implica que poeta o analista no supieran
lo que están haciendo. Su saber depende precisamente de una
9
disposición a dar lugar a un pensamiento inconsciente, a una
idea gue circula, al movimiento en el cual comienza a asomarse.
Ni estampida ni puro espontaneísmo, analista y poeta trabajan la
idea antes de escribirla como poema, o de interpretar. De la
ocurrencia a su formulación o escritura hay un lapso, hay una
ocasión, hay una conclusión. La idea gue ronda al poeta hasta
que la escribe Y se la "saca de encima". La interpretación que
concluye con un movimiento de apego en la trama transferencial
en que se sostiene el par asociación libre (20) del paciente/
escucha inconsciente del analista, en su punto máximo, opera a
la vez, como corte, para que de inmediato se relance el trabajo.
Acto creativo, escaso y puntual, en que enlazo al poeta y
psicoanalista.
La relación
circulación
transferencial
Pero habrá que sefíalar al menos una diferencia.
con el poema concluye con su escritura y su
por el mundo, mientras que la relación
se continúa en la cura psicoanalítica (21). Creo
entrever allí un motivo que lleva a los analistas a agruparse en
instituciones, sostener diálogos sobre su práctica, escribir con
asiduidad.
LO IHPOSIB[,E
el espacio de lo imposible,
que a veces parece el espacio
de lo indecible ... "
R. Juarroz (22)
Preocupación sin duda en la historia de la cultura, pero en
especial, cometido en el que la poesía y el psicoanálisis se
hallan comprometidos. Que algo no pueda decirse totalmente, así
12
en su carácter de pura diferencia implica una dimensión de goce
muy puntual, que comienza y concluye en ese mismo acto. Momento
del que un poeta dice como de "exaltación febril", ocasión
singular, fugaz, irrepetible, difícilmente transmisible, "un
punto de vacío efímero, que no implica angustia, tampoco carece
de perplejidad, lejos de la observación de una obra conclusa,
más bien la caída de la misma" (29). Instante que se puede
llamar de alegría, y que me animo a denominar
GOCE CREATIVQ
La poesía es el intento de decir
lo indecible, el uso más extremo
y arriesgado del lenguaje.
R. Juarroz (30)
El sentido de la vida, el único
posible, el imposible ...
Araño esa palabra justo cuando
cae al precipicio.
S. Kargieman (31)
El orden de la repetición se abre en tanto no puede agotarse
la experiencia. Es en ese movimiento de insistencia desiderativa
en que algo se va produciendo, volver a analizar, escribir otro
poema, se construye un estilo como resto de la operación. Poeta
o psicoanalista son ese estilo en el acto repetitivo, en el
sostenido deseo, pasión de producir, en el "impulso de seguir la
narración" (Juarroz), en el "tender indomado siempre hacia
adelante" (32)
-··········· - -·-·----·-<·--------
13
Deseo no ahogado por la conclusión, no absorbido por el reco
nooimiento o la exaltación naroiaista, sino máa bien instado a
seguir buscando,
posible. Algo de
con el papel en
buscando,
tocado".
en otra obra que, anticipada, nunca se sabe si
la obra fracasa en este emprender nuevamente
blanco, o como dice Coltrane: "No aé lo que
pero sé que ea algo que todavía no ha sido
Deseo del poeta, que nada tiene que ver con sus deseos de
serlo, de trascender o ser apreciado (lo que no excluye ni anula
la dimensión de acto poético como tal). Deseo del analista, que
tampoco reside en su deseo de serlo, o de ser reconocido, sino
en su deseo de analizar, sostenido por una dimensión interior a
la praxis misma. Lo que permite soportar estos lugares, de
pérdlda y riesgo, de soledad, es la implioaoión exacta del deseo
del analista, y del deseo del poeta con el goce creativo.
Alegría liada al "hallazgo de la palabra que me faltaba, que
requiere de mí una palabra más" (33).
Modo extenso de decir, que no está todo dicho.
JUAN TAUSK
* * *
14
N O T A S
Este es un escrito liviano, o al menos la mano gue lo trazó.
Me interesa que un lector que no produzca en psicoanálisis o
poesia, se sienta cómodo para pensar conmigo. Sin embargo hay
conceptos con su propio peso específico, y no me desentiendo de
ellos. Me acompaña una idea del Talmud Jerusalmi, citado por
Georse Haddad en "El hijo ilegitimo, Fuentes talmúdicas del
Psicoanálisis", (La Semana Pub. Co. 1985, Jerusalem).
"Un hombre debe estudiar siempre, incluso si olvida
aquello que lee, incluso si no comprende."
(1) Simón Kargieman. Libro de Homenajes. Diálogos con V.van Gogh
IIIº y IVº período, Edic. Mane de Obra. 1985, Bs.As. pág. 55
(2) Vincent van Gogh. Cartas a Theo. Ed. Goncourt. 1980, Bs.As.
(3) Término que propone Cesare Pavesa en el Oficio del Poeta.
Bruguera. 1980, Barcelona.
(4) Con esta frase comienzo a plantear el problema hace unos
aftas. Freud refería a los primeros tiempos del Psicoanálisis
como arte de la interpretación, y más tardíamente como análi
sis de las resistencias. En "Análisis· terminable e interminll.
ble", dice respecto de la formación del analista, que se trg.
ta de aprender un arte particular.
(5) Como "Nombre del Padre" o "Miseria de la locura", aún inédi
tos. (Esta última se ha publicado en Peyché, N• 32, 1989.)
(6) Los poetas son frecuentemente implaoables criticas de sus
escritos. Método que no haria mal a otros modos de escritura
(7) Enfermiza pasión de separar discursos científicos del discu~
so del poder, suponiendo que la estratificación de los dis
cursos podría cancelar el dolor de las paradojas. J. Lacan,
15
propone con la negación a la remisión Permanente del meta
lenguaje, sumergirse en las fisuras topológicas, que anuda
das alrededor del concepto de infinito, sellan lo imposible
con lo posible.
(8) Porque justamente no "cortan el aliento".
(9) Vocablo alemán: alegria. "Freude, SchBner GBtterfunken ... ",
palabras iniciales del coral de la Novena Sinfonia, de la
"Oda a la alegria", de F. Schiller.
En "El Nabab", de Alphonse Daudet, un pobre tenedor de li
bros realiza una gran proeza en favor de un sran personaje,
que toma la mano de Monaieur Jocelyn y dice: "Tú eres mi
salvador. Te debo mi vida. ¿Qué puedo hacer por ti?" Freud,
en la "Psicopatolosia de la vida cotidiana" ( St. Edi t. Vol.
VI, pág. 149) relata que se equivocó al evocar el nombre:
se trataba de Monsieur Joyeuse, "forma femenina de Joyeux,
única forma de traducir mi nombre, Freud, al francés".
(10) J. Lacan, en "Psicosis Infantil", M. Mannoni y otros, Nueva
Visión. Buenos Aires.
(11) Luce Badoux, "El inconsciente freudiano y las estructuras
formales de la poesía". En "Estructuralismo y psicoanáli
sis". Louis Althusser y otro. Nueva Visión 1971. Bs.As.
(12) Bárbara Low. International Journal of Psychoanalysis. 1935.
Referido por Granoff en el Seminario sobre la angustia de
J. Lacan, 1963
( 13) "'Allí está el texto que produce sus propios efectos de sen
tido. Independientemente de mi voluntad ... El autor debería
morirse después de haber escrito su obra para allanarle el
camino al texto". Umberto Eco. Apostillas a "El nombre de
la rosa".Edic. Lumen,1985. Barcelona.
(14) "Si las páginas de este libro consienten algún verso feliz,
16
perdóneme el lector la descortesía de haberlo usurpado yo,
previamente. Nuestras nadas poco difieren; es trivial y
fortuita la circunstancia de que seas tú el lector de es-
tos ejercicios, y yo su redactor". Fervor de Buenos Aires
(1923) de J.L. Eorges. Obras Completas. Círculo de Lecto-
res. Emecé. Tº I, pág. 14. España. 1984.
(15) Concepto freudiano que define la especificidad de la rela-
ción analista-paciente, en sus diversas inflexiones: (sim-
bólica, fantasmática, etc.) Admita el lector "no iniciado"
que no lo fatigue con mayores precisiones.
(16) John Coltrane en "More lasting than bronze". Tapa de disco.
RCA.
(17) Samuel Becket. Entrevista de Charles Julliet en Rev. Fin de
Siglo, Nº 12. pág. 28. 1988.
(18) Jacques Lacen, Seminario de la Lógica del Fantasma. Lo que
resta es lo que denominó objeto "a". Escuetamente refiere a
la falta de objeto, y al objeto como causa del deseo.
(19) S. Kargieman. Poesía; resplandor o latido. Empresa poética
Nº 2, Año 2, 1985. Buenos Aires.
(20) Se solicita al paciente, al comienzo del tratamiento, que
diga todo lo que se le ocurra, tarea nada fácil para los
mismos.
(21) Parecieran presentarse no pocas dificultades a los paico-
analistas cuando se trata de concluir los análisis que
conducen.
(22) R. Juarroz. Poesía y realidad. Academia Argentina de Le-
tras. 1987. Buenos Airee.
(23) En la perpetua carrera de Aquiles Y la Tortuga, Borgee
ofrece una liviana entrada. "es mediante la sola palabra
infinito, palabra (y después concepto) de zozobra que hemos
17
engendrado con temeridad, y que una vez consentida en un
pensamiento, estalla y mata". "Hay un concepto que es el
corruptor y el desatinador de los otros. No hablo del mal,
cuyo limitado imperio es la ética, hablo del infinito".
Después vienen Kantor, Frege, Russell, Gl:ldel. ..
(24) Paul Klee. Teoria del arte moderno. Edic. Galdén. 1979.
Buenos Aires.
(25) Juan David Nassio. En "La Voz y la Interpretación" (Nueva
Visión), Buenos Aires), desarrolla atractivamente estas
ideas. "El inconsciente es imposible de decir del todo,
mientras que es con un decir una vez dicho que se constitu
ye como lugar de lo imposible."
(26) R. Juarroz. Op. cit. pág. 375. y J.L. Borges, "Siete No
ches". Biblioteca Actual, 1978. Buenos Aires.
(27) J. Lacan. "Momento de concluir". Seminario no editado.
(28) S. Freud "Análisis terminable e interminable". Tomo 23,
Obras Completas, Amorrortu. Buenos Aires.
(29) J. Tausk, en "Entre todo y. nada. La clinica y los psicoana
listas" (1988) Publicado en Revista Psyché Nº 32, 1989,
Buenos Aires.
(30) R. Juarroz. Op. cit. pág. 388.
(31) S. Kargieman. Post-scriptum. Empresa Poética Nº 7. Año 4,
pág. 7. Buenos Aires.
(32) Palabras de Mefistófeles en el "Fausto", citadas por Freud
en "Más allá del principio del placer". O.C. Amorrortu.
(33) J .. Tausk. Presentación de Empresa Poética Nº 8, Junio 1988.
* * *