sketch los sordos 4 personajes
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libreto sencillo de la obra los sordes, es de mi adaptacionTRANSCRIPT
Municipio Autónomo de San GermánOficina de Arte y Cultura
Escuela Municipal de Bellas Artes
Clase: Teatro Básico Janfra D’ Armas - Maestro
Sketch: Los SordosGermán Berdiales
(Adaptación: Janfra D’ Armas)
PERSONAJES:
El visitante...................................................................................................... El vendedor……………………........................................................................ La esposa........................................................................................................ La hija………………………………………………………………………………..
(La acción se desarrolla en un pequeño puesto de jugos y frutas frente a una calle poco concurrida).
El visitante (apareciendo a espaldas del vendedor): ¡Eh, buenos días!... ¡Buenos días! (como el vendedor no le atiende) ¡Ni que fuera sordo como yo! (le toca un hombro) ¡Oiga!
El vendedor: ¡Hola! ¿Qué tal? ¿Qué desea?
El visitante: Usted, que ha de conocer estas calles...
El vendedor: Sí, señor, Rudecindo Valle, para servirle.
El visitante: Hágame el favor de hablar más alto, porque soy bastante sordo.
El vendedor: ¡Si no grita más no podré entenderle porque me operaron los oídos!
El visitante: ¿Podría indicarme dónde queda la estancia "Los Leones"?
El vendedor: ¡Claro que tenemos el mejor jugo de melones! Es que son muy buenos; le mandaré traer un vasito para que lo pruebe.
El visitante: ¿Nueve? ¿Nueve qué? ¿Nueve calles? ¿Tanto? ¡No puede ser!
El vendedor: (Por la esposa que aparece en este momento en la puerta de la tienda) Sí, ésa es mi mujer (a la esposa). -Oye, tráele a este hombre un vasito de jugo de melones, para que diga si le gusta.
La esposa: ¡Ajá, muy bien! ¿Así que este caballero quiere conocer a nuestra hija? Tanto gusto, señor. En seguida se la presentaremos. (Gritando hacia el interior de la casa)-¡Mariquita!... ¡Mariquita!... Esa nena es más sorda que yo, todavía... Un momentito, siéntese... (Se introduce en la casa).
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Escuela Municipal de Bellas Artes
El visitante: ¿De modo que usted dice que la estancia "Los Leones" queda a nueve calles de aquí?
El vendedor: -Sí, señor; deja lo pruebe. Nuestro jugo de melones lo vendemos siempre aquí... (aparece la esposa con la hija)
La esposa: -No grites, hombre; aquí está Mariquita. (a su hija) -Bueno, hija, aquí tienes a tu futuro pretendiente...
La hija: -¡Ay, mama! ¿Cuántas veces quiere que te diga que no me duelen los dientes ni nada?
La esposa: ¿Que no tiene nada? ¿Y tú qué sabes? A lo mejor resulta que es rentista y nos deja gratis este local.
La hija: ¡Mamá, por favor! ¿Para qué quiero un dentista si no me duele la boca?
La esposa: - Ya sabes que tu madre pocas veces se equivoca: ha de ser rentista, estoy segura.
El vendedor: - ¿Y el jugo de melones, mujer?
La esposa: - Es lo que yo le digo: Que en algún momento alguien la va a querer. ¿Por qué te pones así, hija?
El vendedor: Pero, si no le traes ninguno, ¿cómo pretendes que no pida?
La esposa: Es que tú ya sabes cómo es esta niña; ella quiere salirse siempre con la suya. (al visitante). Esta es mi hija, se llama Mariquita.
El visitante: ¿Cómo cerquita, si su esposo me ha dicho que faltan nueve calles?
La esposa: (al visitante) ¿Qué dice este hombre de las cafres?
El vendedor: Sí, ya se está haciendo tarde. No tendrá rentan por aquí una habitación, aunque sea chiquita.
La hija: - Si señor, todavía soy señorita.
El visitante:- No sé ni siquiera si es bueno el camino.
La hija: ¡Ah, no señor, yo no pretendo que usted sea adivino; me he limitado a hacerle saber que a la fecha sigo soltera!...
El visitante: ¡Ah!, ya entiendo: ¿llegando a la bodega, sigo hacia la derecha? ¿Y de ahí, a "Los Leones"?
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Escuela Municipal de Bellas Artes
El vendedor: ¡Ah, también tengo jugos de otros sabores, le aseguro que son buenos! Y puedo venderle todos los que quiera...
El visitante: Sí, ya me dijo la señorita: de la bodega a la derecha.
La esposa: Yo no digo que usted ya quiera llevarse a la chica, pero convendría que fijara fecha...
El visitante: (desapareciendo) No gracias, ya la señorita me dijo que era por la derecha. Hasta la próxima, y perdonen la molestia.
La esposa: ¡Oiga, oiga! ¡Más bestia será usted, atrevido!
El vendedor: ¿Qué? ¡Tiene razón!, ¿o iba a esperar hasta mañana a que le trajeras el jugo de melones?
La esposa: ¿Cómo quieres que no me enoje? Jamás consentiré que nuestra hija se relacione con semejante gente.
La hija: Déjalo que se vaya mamá; si total aquí a nadie le duelen los dientes...
El vendedor: No es que te lo reproche, pero el señor hubiera comprado al menos cuatro...
La hija:- ¡Ay, qué bueno eres, papá! ¿Oyes, mamá? Papá dice que esta noche nos llevará al teatro a ver las comedias.
La esposa: ¡Cierto es!, ya me había olvidado de que tenía que lavarle las medias. ¿Sabes dónde dejé la lana azul?
La hija: ¡No me digas! ¿También vamos a comer yogurt? ¡Ay, qué contenta estoy madre mía! (abraza a su madre)
La esposa: -Es lo que le digo siempre a tu padre; ¡que Dios nos conserve esta armonía!, porque el día que no nos entendamos, esta casa será una agonía...
Fin
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