AQUIFUEGRANADA

La huida del Gral. salvadoreño Ramón DeUoso,que se encargaba de c.ubrir el camino del lago y delmuelle, hizo que los filibusteros reconcentrados enla iglesia de Guadalupe. su último refugio, lograranllegar al mueUe y e m bar o a r s e fácilmente. Pero.antes Benningsen mandó clavar una lanza sobre ]aPlataforma del Fuertecito con una garra de cuerode res (según Rache) o con un pedazo de papel (se­gún el parte oficial del Gral. Martínez) que decíaesta frase lacónica y lapidaria:AQm FUE GRANADA.

La ciudad que por ese entonces era prácticaw

mente la capital de Centroamérioa, como iba a serloen realidad dentro de los planes de WaJker, fue arra·sada por las llamas vengativas de los filibusteros'con todo su valar histórico de sJg~os mantenido des­de su fundación en 1524, siendo como se sabe lamás antigua de Tierra Firme de Aniérlca.

Los filibusteros inmediatamente se alejaron atodo remo. El Gral. Martinez cuenta en sil parte dela batalla muy efusivamente: "El jefe de los vánda­los, el bucanero WiUiam Walker, de cuya audacia seha dicho tanto, no tuvo valor para saltar a tierra.Quedó en el vapor Y mandó a los torpes e infelicesqué lo siguen que expusiesen )a vida por sus locose infames pr~yectos".,

TESTIMONIO DE WALKER"En cuanto a la justicia de ese ac­

tOJ pocos podrán discutirla, porque loshabitantes de aquella ciudad de~ía_n

vidas y haciendas a los americanosque est.aban al servicio· de Nicaraguadel modo 1l1ás criminal espiando ysin embargo se unieron a los enemi­gos que batallan por expulsar deCentro América a sus protectores. Sir­vieron a los enemigos de Nicaraguadel modo más criminal espiándolos ylos americanos que de.fendieron susintereses o informando de todo movi­miento a los Aliados. Conforme lasleyes de la guerra, la ciudad habíaperdido el derecho de- .existir, y laconvenienoia de destruirla era eviden·te como la justicia de la medida. Estadestrucción envalentonó a los leone­ses, amigos de los americanos, a lavez que fué par~ lo~ legitimis~as ungolpe del cual DO se han repuestonuncaJJ ••• .

uLa destrucción de Granada fuepor lo tanto un gran paso hacia ladestrucción del partido legitimista, yasí consiguieron los americanos deNicaragua poner fuera de oombate asu enemigo acérrimo y tena~".

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No sólo el fuego desvastó a la ciudad; el cólera también causó estragos en sus habitantes. Soldadosheridos y enfen,nos diezma~o~ por la peste llenaron varios hospitales improvisados y desprovistos de los máselementales me~ios ele asistencia.

El Hospital de Granada, contiguo a ia iglesia San Ju::m de Dios -que no pudo ser reconstruirla despuésdel incendio- es el que se ve arrib~ Como puede complobarse por la puerta y las ventanas idén~ioas queen ambas fotografías se observan. Tal fue el resultado del acto vandálico de los filibusteros, sólo comparable• los de los pirat.s del siglo XVII.

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