sistemas de manejo del suelo en olivar de andalucia edafo/partes volumen 8-1/pag… · des de agua,...

24
75 SISTEMAS DE MANEJO DEL SUELO EN OLIVAR DE ANDALUCIA M. PASTOR, J. CASTRO, M. D. HUMANES y J. MUÑOZ C.I.F.A “Alameda del Obispo”. Córdoba. Consejería de Agricultura y Pesca. Junta de Andalucía. Conferencia del V Congreso Nacional de Suelos (Baeza, 2000) EDAFOLOGIA, Vol. 8, pp. 75-98, 2001 1.- CONSIDERACIONES SOBRE LAS TÉCNICAS DE MANEJO DEL SUELO EN OLIVAR. En la mayoría de las zonas olivareras mediterráneas la lluvia es el único aporte hídrico para el olivar, siendo el agua el factor limitante de la producción de este cultivo. La distribución anual de la pluviometría es mar- cadamente estacional, con un periodo muy seco (junio-septiembre), y un período lluvio- so, otoño-invierno, en el que en el año medio se produce el 70 % de la pluviometría total anual. Esta época lluviosa además está carac- terizada por las bajas temperaturas y una escasa actividad vegetativa del olivo, por lo que el consumo de agua en transpiración es reducido. Durante buena parte de la primave- ra y en verano los olivos satisfacen sus nece- sidades hídricas a costa de las reservas de agua almacenadas en el suelo durante la esta- ción lluviosa, siendo muy importante alma- cenar en el terreno la mayor cantidad posible de las precipitaciones de lluvia. Pero ello no es suficiente, es necesario además conservar el agua almacenada, reduciendo las pérdidas por evaporación desde el suelo, y limitar el consumo por las malas hierbas, que en deter- minados momentos puede ser importante (Pastor, 1989a). En la optimización del uso del agua juega un papel importantísimo el sistema de cultivo utilizado. La erosión del suelo por el agua es uno de los problemas más importantes de la olivi- cultura española. El olivar es uno de los cul- tivos en los que las pérdidas de suelo son mayores, muy superiores a las observadas en cultivos de cereal/girasol o en zonas de pasti- zal o matorral. Según estimaciones de López- Cuervo (1990), más de 80 toneladas de suelo por hectárea se pierden anualmente en los cultivos leñosos en Andalucía, pérdidas que son aún mayores en los suelos de olivar con fuertes pendientes (Laguna, 1989). Diversos factores intrínsecos hacen que el problema de la erosión sea consustancial con el olivar: cultivo en suelos en pendiente; climatología de tipo mediterráneo, alternán- dose periodos de sequía con lluvias de gran intensidad en un corto período de tiempo; suelos arcillosos con baja velocidad de infil- tración, con una marcada hidrofobia en el momento en que se producen las primeras lluvias otoñales; y escasa cobertura del suelo por el cultivo. La erosión es consustancial con la agri- cultura, y en especial con la agricultura medi- terránea, por lo que la lucha contra las perdi-

Upload: others

Post on 11-May-2020

3 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

75

SISTEMAS DE MANEJO DEL SUELO EN OLIVAR DE ANDALUCIA

M. PASTOR, J. CASTRO, M. D. HUMANES y J. MUÑOZ

C.I.F.A “Alameda del Obispo”. Córdoba.Consejería de Agricultura y Pesca. Junta de Andalucía.

Conferencia del V Congreso Nacional de Suelos (Baeza, 2000)

EDAFOLOGIA, Vol. 8, pp. 75-98, 2001

1.- CONSIDERACIONES SOBRE LASTÉCNICAS DE MANEJO DEL SUELOEN OLIVAR.

En la mayoría de las zonas olivarerasmediterráneas la lluvia es el único aportehídrico para el olivar, siendo el agua el factorlimitante de la producción de este cultivo. Ladistribución anual de la pluviometría es mar-cadamente estacional, con un periodo muyseco (junio-septiembre), y un período lluvio-so, otoño-invierno, en el que en el año mediose produce el 70 % de la pluviometría totalanual. Esta época lluviosa además está carac-terizada por las bajas temperaturas y unaescasa actividad vegetativa del olivo, por loque el consumo de agua en transpiración esreducido. Durante buena parte de la primave-ra y en verano los olivos satisfacen sus nece-sidades hídricas a costa de las reservas deagua almacenadas en el suelo durante la esta-ción lluviosa, siendo muy importante alma-cenar en el terreno la mayor cantidad posiblede las precipitaciones de lluvia. Pero ello noes suficiente, es necesario además conservarel agua almacenada, reduciendo las pérdidaspor evaporación desde el suelo, y limitar elconsumo por las malas hierbas, que en deter-minados momentos puede ser importante

(Pastor, 1989a). En la optimización del usodel agua juega un papel importantísimo elsistema de cultivo utilizado.

La erosión del suelo por el agua es unode los problemas más importantes de la olivi-cultura española. El olivar es uno de los cul-tivos en los que las pérdidas de suelo sonmayores, muy superiores a las observadas encultivos de cereal/girasol o en zonas de pasti-zal o matorral. Según estimaciones de López-Cuervo (1990), más de 80 toneladas de suelopor hectárea se pierden anualmente en loscultivos leñosos en Andalucía, pérdidas queson aún mayores en los suelos de olivar confuertes pendientes (Laguna, 1989).

Diversos factores intrínsecos hacen queel problema de la erosión sea consustancialcon el olivar: cultivo en suelos en pendiente;climatología de tipo mediterráneo, alternán-dose periodos de sequía con lluvias de granintensidad en un corto período de tiempo;suelos arcillosos con baja velocidad de infil-tración, con una marcada hidrofobia en elmomento en que se producen las primeraslluvias otoñales; y escasa cobertura del suelopor el cultivo.

La erosión es consustancial con la agri-cultura, y en especial con la agricultura medi-terránea, por lo que la lucha contra las perdi-

das de suelo es a priori difícil. Sin embargo,la adopción de determinadas prácticas de cul-tivo puede reducir globalmente la erosión anivel parcela, e incluso a nivel de la cuencahidrográfica si la adopción de estas prácticasse hiciese de forma colectiva y coordinada.

Prácticas agrícolas, como el laboreo, haninfluido decisivamente en la aceleración delproceso erosivo. Debemos ser conscientes de

que el laboreo no es una forma natural demantenimiento de un suelo en un olivar, yaque al desagregar las partículas y al destruirla cubierta natural, es el sistema de cultivoque genera las mayores pérdidas de suelo.Sistemas alternativos como el no-laboreo,mínimo laboreo o el cultivo con cubiertavegetal pueden contribuir a reducir global-mente las pérdidas de suelo.

PASTOR, M., et al76

ENSAYO 1 ENSAYO 2Años Laboreo No-Laboreo NL / L Laboreo No-Laboreo NL / L

1979 36,5 48,7 +331980 23,4 18,6 -211981 28,3 38,9 +371982 59,6 65,1 + 91983 25 29,9 +201984 47,9 54,1 +13 50,9 47,7 -61985 22 19,8 -10 35,9 44,5 +241986 37,3 47,3 +27 47,5 46,4 -21987 61,1 69,1 +13 55,9 57,1 +21988 31,3 32,1 + 3 22,6 17,4 -231989 17,8 34,4 +93 6,4 6 -51990 53,2 55,6 + 5 61 66,8 +101991 24,9 36,6 +47 27,5 25,9 -61992 31,3 32,5 + 4 29,6 24,7 -171993 2,3 13,2 +474 0 0 01994 9,4 40,7 +333 10,4 28,8 +1771995 0 0 0 0 0 01996 37,7 57,9 +54 45,9 52,4 +141997 41,9 54,9 +31 44,3 48,4 +101998 55,2 72,5 +31 42,1 42,6 +1

1989 a 83 34,6 40,2 +161984 a 88 39,9 44,5 +12 42,6 42,6 01989 a 93 25,9 34,5 +33 24,9 24,7 -11994 a 98 28,8 45,2 +57 28,5 34,4 +21

MEDIA 32,3 41,1 +27 32 33,9 +6

TABLA 1: Producciones de aceitunas obtenidas en dos ensayos a largo plazo de sistemas decultivo en olivar con tratamientos de Laboreo (L) y No-laboreo (NL). Finca El Guijarrillo(Santaella, Córdoba).Se muestran igualmente los aumentos (+) o pérdidas (-) de producciónobservados en NL con respecto a L.

A la hora de elegir un sistema de cultivodeberíamos conocer las características de laexplotación en su conjunto, aplicando a cadaparcela, o incluso a cada subparcela, la técni-ca más adecuada a sus características.

En los últimos años mucho se ha discuti-do sobre cual es el sistema más idóneo de cul-tivo para el olivar, existiendo ardientes defen-sores de los sistemas sin laboreo del suelo,mientras que otros agricultores han defendidoa ultranza el laboreo. En el estado actual deconocimientos no nos atrevemos a dar a nin-guno de ellos totalmente la razón.

Son muy ilustrativos los datos de dosensayos realizados durante veinte años enuna explotación de la localidad de Santaellaen la provincia de Córdoba. En esta fincaexiste un olivar adulto con una superficie deunas 60 has, aparentemente homogéneo y quevegeta en un suelo arcilloso calizo, relativa-mente llano, en el que en 1978 se inició unprimer ensayo de sistemas de cultivo en elque se compararon las producciones obteni-das en laboreo tradicional y en no-laboreo(NL) con control de las malas hierbas conherbicidas. En la Tabla 1 (Ensayo 1) se pre-sentan las producciones obtenidas en esteensayo, así como el aumento o pérdidas deproducción observada en NL con respecto alcultivo tradicional (valores negativos signifi-can pérdidas de producción en NL). En dichatabla vemos como en el Ensayo 1 en la granmayoría de los años, y desde el comienzo delensayo, las producciones en NL superaron alas obtenidas en el olivar labrado, lo que legí-timamente nos llevaría a recomendar estapráctica de cultivo en dicha explotación.

Conocidos estos datos por el propietariode la finca, este nos manifestó sus reservaspara extrapolar estos excelentes resultados alresto de su explotación, de la que presumíaser un buen conocedor. Ante esta opinión, enel año 1983 se planteó un nuevo ensayo condiseño similar al anterior, distante tan solounos 300 metros, en un suelo más arcilloso ycon una ligera pendiente (3-4 %). Los resul-

tados obtenidos en este segundo ensayomuestran como en los 10 primeros años no seobtuvo en NL aumento de producción, conperdida de cosecha en 6 de los 10 años (Tabla1 – Ensayo 2). La reducción de la velocidadde infiltración en NL, ocasionó una disminu-ción en las disponibilidades de agua en elsuelo para el cultivo (Pastor, 1991), siendoesta la principal causa de las pérdidas de pro-ducción observadas, habiéndose evaluado(Gómez Calero, 1998) que la escorrentía pro-ducida en NL fue un 30% superior a la pro-ducida en L. Este hecho legítimamente lleva-ría a poner en duda la conveniencia de lapráctica del NL en esta parcela. Sin embargo,a partir del comienzo del periodo de sequía,años 1993 a 1995, los resultados fueron total-mente diferentes, observándose en NL unasmayores producciones medias que en L(21%) con un espectacular aumento de cose-cha en 1994.

Este ejemplo muestra claramente lodifícil que es realizar generalizaciones sobrelas técnicas de cultivo más recomendablesen olivar, sin haber tenido en cuenta previa-mente la naturaleza de suelo, disponibilida-des de agua, topografía del terreno, cambiosque a largo plazo se producen en el suelo yen los árboles, etc. Por ello, nunca debería-mos hablar de un único sistema de cultivoválido para el olivar en general, ni siquierapara una determinada explotación, ni paratodos los años, sino que una vez bien cono-cidas las características de una determinadaexplotación (tipo de suelo, destino de la pro-ducción, pluviometría media, pluviometríadel año agrícola, etc.), nos inclinaremos pro-bablemente por varios de ellos, o por la uti-lización de sistemas mixtos, combinandodos o más de estos sistemas, debiéndose dis-cutir previamente sus ventajas e inconve-nientes, para posteriormente aplicarloscorrectamente.

El sistema de cultivo que utilicemos debecumplir, en principio, las exigencias siguien-tes:

SISTEMA DE MANEJO DEL SUELO EN OLIVAR DE ANDALUCÍA 77

PASTOR, M., et al78

a) Optimizar el aprovechamiento delagua de lluvia, principal factor limitante de laproducción del olivar.

b) Permitir al cultivo el aprovechamientointegral del suelo.

c) Conservar el suelo, defendiéndolo dela erosión.

d) Facilitar la realización de todas lasdemás prácticas de cultivo, en especial larecolección de frutos, cuyo coste debe serminimizado.

Como es natural, un sistema perfecto noexiste, por lo que a continuación vamos aintentar describir y discutir las posibles ven-tajas e inconvenientes de cada uno de los sis-temas de cultivo alternativos al laboreo. En laTabla 2 se presenta, de forma esquemática,diferentes propuestas de alternativas de culti-vo que podrían utilizarse en el cultivo del oli-var en secano.

Laboreo convencional

Con suelo No-laboreodesnudo

Laboreo Semilaboreoreducido Mínimo laboreo

Hojas y restos depoda triturados

Con cubierta PiedrasSISTEMAS inerte PajaDE CULTIVOEN OLIVAR Materias diversas

Sin manejoespecifico

Química conCon cobertura Malas hierbas Siega herbicidade suelo Mecánica

Pastoreo

Con cubiertavegetal viva Cereal Química

conherbicida

Planta cultivada Siega Mecánicacon crecimientocontrolado Leguminosa Pastoreomediante siega

TABLA 2: Esquema de las diferentes alternativas de cultivo que pueden emplearse en olivar.

2.- SISTEMAS DE CULTIVO EN OLIVAR.

2.1.- El laboreo.El laboreo es el sistema de cultivo más

ampliamente utilizado en olivicultura, hastael punto que se han considerado como sinó-nimos los términos labrador y agricultor, loque indica la gran importancia histórica dellaboreo en el conjunto de las técnicas de cul-tivo. El principal objetivo del agricultor cuan-do realiza las labores es aumentar las dispo-nibilidades de agua para el cultivo.

Son diversos los aperos de labranzaempleados por el olivarero. En la actualidadel de uso más frecuente en España es el culti-vador de brazos flexibles, empleado para rea-lizar las labores de invierno y primavera, ycuya misión es preparar el suelo para infiltrarel agua de lluvia invernal y eliminar las malashierbas cuando estas tienen un pequeño desa-rrollo. Esta labor se realiza con el terreno entempero y alcanza una profundidad entre 15-20 cm.

La grada de discos es empleada funda-mentalmente en primavera para eliminar lasmalas hierbas cuando estas alcanzan un cier-to desarrollo. La profundidad de esta laborvaría entre 15 y 25 cm. Este apero, al voltearel suelo, ocasiona grandes pérdidas de aguapor evaporación, especialmente cuando seutiliza en primavera, época en la que lademanda evaporativa es grande, dando lugartambién a la compactación del suelo en pro-fundidad, formando suelas de labor poco per-meables, lo que puede limitar la infiltracióndel agua en profundidad, aspectos ambos delos que no siempre es consciente el olivarero.

Finalmente, en verano, cuando la super-ficie del suelo está totalmente seca, se reali-zan frecuentes labores muy superficiales,empleando gradas de púas o rastras, cuyamisión, según el olivarero, es pulverizar elsuelo y tapar las grietas, intentando con elloromper la capilaridad y evitar así la evapora-ción de agua desde el suelo. No existen evi-dencias claras sobre la eficacia agronómica

de este tipo de labores, ya que la apertura degrietas tiene lugar cuando el suelo ya se hadesecado.

La última de las operaciones de cultivo,que se realiza a final del verano, es la prepa-ración del terreno para la recolección de laaceituna, utilizándose para ello un rulo com-pactador liso, siendo frecuente el empleo deun herbicida residual a dosis baja bajo la copade los olivos, normalmente simazina, preten-diéndose con ello mantener el suelo libre demalas hierbas hasta el final de la recolección,lo cual viene siendo ya habitual en cualquie-ra de los sistemas de cultivo empleados porlos olivareros andaluces.

En los últimos años se observa una claratendencia a reducir la profundidad y el núme-ro de labores, por lo que muchos agricultoresestán empleando el vibrocultivador comoúnico apero de labranza, apero que conside-ramos muy idóneo en gran parte de nuestrosolivares

2.2.- No-laboreo con suelo desnudo.Un sistema alternativo al laboreo aplica-

ble al cultivo de olivar es el denominado no-laboreo con suelo desnudo (NLD), sistema enel que se suprime totalmente el laboreo, eli-minando las malas hierbas mediante la apli-cación de herbicidas residuales en otoño y enpreemergencia, dejando el suelo libre devegetación adventicia durante todo el año.

Antes de iniciar la aplicación de esta téc-nica es necesario preparar correctamente elsuelo bajo la copa de los olivos, lo que facili-tará la recolección rentable de los frutos caí-dos al suelo de forma natural, que suele serfrecuente en algunas variedades y años.

El herbicida residual más empleado hasido simazina (2-3 kg/ha), que se aplica enotoño sobre la superficie del suelo, sin incor-porar con una labor. Simazina es un herbicidainhibidor de la fotosíntesis de amplio espec-tro, muy selectivo para los olivos adultos, yque a pesar de ciertos inconvenientes queplantea su uso, sigue siendo el herbicida más

SISTEMA DE MANEJO DEL SUELO EN OLIVAR DE ANDALUCÍA 79

eficaz y polivalente en olivar después de másde veinte años de empleo, y es el socio obli-gado de muchas de las nuevas moléculas quehan aparecido o aparecen en el mercado. Notiene acción de contacto sobre hierbas yaemergidos.

Diurón es otro de los herbicidas másrecomendados en olivar. También es muyselectivo para el cultivo, controlando lasmalas hierbas al inhibir su fotosíntesis, mos-trando una cierta acción de contacto sobremalas hierbas de pequeño desarrollo cuandose añade un mojante. Controla muchas de lasespecies que escapan a la acción de simazina,por lo que suele ser recomendable la mezclade estas dos materias activas.

Otros herbicidas persistentes autorizadosen España, tales como clortoluron, oxifluor-fen, terbutilazina, terbutrina, y tiazopir, entreotros, pueden ser empleados en olivar comoalternativa a simazina y/o diurón.

Es frecuente que el control de las malashierbas no sea total con alguno de los herbi-cidas anteriores, recomendándose en primerlugar el cambio de herbicida, y en segundolugar la mezcla de algunos de ellos, según eltipo de malas hierbas a controlar. Nuncadebería abordarse una mejora en el controlmediante un aumento de las dosis.

Como consecuencia del empleo reiteradode un determinado herbicida es frecuente queaparezcan rodales de especiestolerantes/resistentes a los anteriores herbici-das. Estas especies, si no son correctamentecontroladas, acaban invadiendo las parcelas(inversión de flora). Para evitar este proble-ma, es necesario realizar tratamientos herbi-cidas localizados. Como en la mayoría de loscasos se trata de especies perennes, recomen-damos la utilización de los herbicidas de tras-locación autorizados, tales como glifosato,sulfosato, glifosato + MCPA, o fluroxipir. Laelección de la materia activa y la dosis depen-derá de la especie a controlar y del desarrollode la misma en el momento de la aplicación(Saavedra y Pastor, 1994).

Hay que tener en cuenta que la eficaciade la técnica de NLD va a depender en granmedida de la eficacia en el control de lasmalas hierbas, debido a los problemas decompetencia por agua y nutrientes que estaspueden plantear.

Como alternativa a los herbicidas resi-duales puede recurrirse al empleo de herbici-das de contacto o traslocación realizando lostratamientos en postemergencia temprana.Podemos recomendar los siguientes herbici-das: aminotriazol, diquat + paraquat, fluroxi-pir, glifosato, glifosato + MCPA, glufosinatode amonio, sulfosato, o sus mezclas, a dosisque varían en función del tipo de malas hier-bas a controlar, o de su desarrollo en elmomento del tratamiento (Saavedra y Pastor,1994). Normalmente son necesarias variasaplicaciones para mantener el suelo totalmen-te limpio durante todo el año.

Con el empleo del NLD se consiguieronexcelentes resultados en el cultivo del olivaren Andalucía (Pastor y Guerrero, 1990), conmayores o similares cosechas que en laboreoconvencional en el 95 por 100 de los ensayos(Figura 1), con un aumento medio de produc-ción del 16 por 100 para el conjunto de los 88ensayos que durante varios años se realizaronbajo revisión oficial. Los años secos fueronlos más favorables al NLD, incluso en ensa-yos en los que durante años se venían obser-vando perdidas de producción en NLD (verTabla 1).

En parcelas en las que simultáneamentese da la circunstancia de existir una pronun-ciada pendiente y un suelo con marcada ten-dencia al sellado de su superficie, es en lasque NLD proporciona los peores resultados,debido a las pérdidas de agua de lluvia porescorrentía superficial, por lo que en estoscasos sería recomendable la aplicación deotros métodos de cultivo diferentes al NLD, ohacer modificaciones al sistema para captarla escorrentía producida.

PASTOR, M., et al80

SISTEMA DE MANEJO DEL SUELO EN OLIVAR DE ANDALUCÍA 81

2.3.- SemilaboreoSe trata de un sistema mixto L. conven-

cional - NLD, sistema consistente en aplicarherbicida residual en la línea de árboles, osolamente bajo la copa de los olivos, dejandoesta zona sin labrar, realizando el laboreoconvencional en el centro de las calles.Mediante el empleo de esta técnica se obtuvo,durante cuatro años en cuatro olivares de laprovincia de Jaén, un aumento medio de pro-ducción del 7 % con respecto al laboreo con-vencional (Hermoso y Morales, citados porPastor (1991). Esta técnica puede ser muyrecomendable en suelos con marcada tenden-cia a la formación de costra superficial, yaque en NLD se produce una fuerte reducciónde la infiltración,

2.4.- Mínimo laboreo.La técnica de mínimo laboreo (ML) es

bastante parecida al semilaboreo, con la dife-rencia de realizarse solamente una o doslabores muy superficiales (5 cm) durante el

año, cuya misión es romper la costra superfi-cial que limita la infiltración, aplicándoseherbicida a toda la superficie para poder man-tener la vegetación controlada durante todo elaño. Debe quedar claro que en este sistema elobjetivo del laboreo superficial no es contro-lar las malas hierbas, sino mejorar la infiltra-ción de agua en el suelo.

Las labores superficiales se realizaráncuando las pérdidas de agua como conse-cuencia del laboreo sean mínimas, y cuandoademás no dañemos el sistema radical delolivo, por lo que no es recomendable labrardurante la primavera. El mejor momento derealizar las labores sería a principio de vera-no, cuando la capa superficial está ya seca,siendo suficiente con esta única labor anual.Sin embargo, existen ciertos tipos de suelocuya superficie se endurece excesivamentetras su desecación, especialmente cuando lle-van varios meses sin ser labrada, por lo queen verano sería casi imposible el laboreo. Eneste caso deben realizarse dos labores muy

NL mayor L NL igual L NL menor L

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100%

85 9 6

AUMENTO MEDIO DE PRODUCCION EN NLEN EL CONJUNTO DE LOS 88 ENSAYOS = 16 %

FIGURA 1: Resumen de los resultados de los ensayos sobre técnicas de no-laboreo realizadaspor diferentes Organismos Oficiales en Andalucía. Cada uno de los ensayos a los que se hacereferencia se mantuvo en observación un mínimo de cuatro años. En la mayoría de los casos, latécnica de no-laboreo proporciona consistentes aumentos de producción con respecto al laboreoconvencional. El deficiente control de las malas hierbas y la reducción de la infiltración fueronlos causantes de las malas resultados obtenido en no-laboreo en cinco de los ensayos.

PASTOR, M., et al82

superficiales anuales, la primera de ellasdurante el invierno, labrando una segundavez en verano, lo que preparará el terrenopara recibir las lluvias otoñales.

Comparando el ML con técnicas de refe-rencia tales como el laboreo convencional yNLD se ha observado como la producciónmedia fue mayor que en laboreo, y equipara-ble a la obtenida en NLD.

En olivares que vegetan en suelos enpendiente y/o en los muy arcillosos, con mar-cada tendencia a la formación de costra, fueen las que el sistema de ML proporcionó losresultados más interesantes con relación aNLD.

2.5.- Sistemas de cultivo con cubierta.Desde el punto de vista del control de la

erosión y tratando de mejorar la infiltración yfertilidad del suelo, el cultivo con cubiertavegetal puede ser la solución más eficaz(Blevins, 1986). Sin embargo, el cultivo conuna cobertura viva puede presentar, pordiversos motivos, ciertas dificultades en uncultivo de secano como el olivar. Comovemos en el esquema presentado en la Tabla2, existen dos posibilidades para lograr lacobertura del suelo: las cubiertas inertes y lascubiertas vivas. Cualquier estrategia que per-mita de un modo económico cubrir el suelo,sin que se establezca competencia por el aguacon el olivo, siempre es recomendable. Acontinuación realizaremos un análisis dediversas estrategias, revisando cual es el posi-ble ámbito de aplicación de cada una de ellas.

2.5.1.- Cultivo con cubierta inerte.El cultivo con cubierta inerte (plásticos,

paja, mantas porosas sintéticas o de origenvegetal, restos vegetales, etc.) parece unautopía en plantaciones adultas, ya que sucoste, debido a la cantidad de material nece-saria para cubrir el suelo hace inviable su usoen las condiciones actuales.

Pensamos que solamente las hojas des-prendidas del propio cultivo y el material de

poda troceado y repartido mecánicamentesobre la superficie del terreno, que tienen unagran persistencia en el suelo, parecen viablesen olivicultura.

En suelos pedregosos, las piedras depequeño y mediano tamaño constituyen tam-bién una excelente cobertura. Como es natu-ral, en un cultivo con cobertura de piedras seimpone la aplicación de prácticas de NL.

2.5.2.- Cultivo con cubierta viva demalas hierbas durante el invierno.

Pensando fundamentalmente en la reso-lución de los problemas de la erosión y en lamejora de la infiltración, puede plantearse elempleo de cubiertas vegetales en el centro delas calles, manteniéndolas vivas hasta el finaldel invierno, momento en que debe realizarsela siega de la cubierta, lo que evitará que estasiga consumiendo agua.

Durante el invierno, el volumen de aguatranspirado por una cubierta de hierba puedeser equiparable a la evaporación directa deagua que se produce desde un suelo desnudode vegetación, que en esta época lluviosa semantiene húmedo un gran numero de días.Además, la presencia de la hierba aumenta lainfiltración, por lo que en un suelo concubierta vegetal puede haberse almacenadoen invierno una mayor cantidad de agua queen un suelo desnudo labrado, tal como vemosen la Figura 2, que muestra la distribución delagua en el perfil del suelo tras un período delluvias en tres sistemas de cultivo. Además,los restos vegetales secos reducen la veloci-dad de evaporación de agua desde el suelo,por lo que en primavera el olivo cultivadocon cubierta puede disponer de una mayorcantidad de agua para su consumo en transpi-ración, y por tanto para fabricar asimilados.

El empleo en invierno de cubiertas demalas hierbas segadas químicamente con her-bicidas (NLCI) proporcionó muy buenosresultados a largo plazo desde el punto devista de la producción del olivar (Pastor,1991), consiguiéndose un aumento de cose-

SISTEMA DE MANEJO DEL SUELO EN OLIVAR DE ANDALUCÍA 83

cha del 21 % con respecto al laboreo para elconjunto de los 10 ensayos realizados. Sinembargo, la producción en NLCI fue ligera-mente inferior a la del NLD.

La mayor dificultad que plantea el culti-vo con este tipo de cubierta viva de inviernoes el adecuado manejo de las malas hierbas,lo que podría plantear en muchos casos cier-tos problemas al agricultor. Entre ellos podrí-amos destacar la inversión de flora, comoconsecuencia de un uso incorrecto de losherbicidas o del inadecuado manejo de lacubierta (Pastor et al., 1986), y la competen-cia por el agua y nutrientes entre las malashierbas y el cultivo (Pastor, 1989a), bien porun poco eficaz sistema de siega, o por reali-zar la siega cuando la cubierta ya ha consu-mido una buena parte del agua del suelo(Castro, 1993).

En el año medio en la provincia deCórdoba debe segarse la cubierta durante la

tercera semana del mes de marzo, adelantan-do dicha fecha de siega en los años más secos(Pastor, 1989a). Se recomienda igualmenterealizar una aportación de nitrógeno comple-mentaria al abonado del olivar. Existen dife-rentes sistemas para la siega de la cubierta:

- Siega mecánica empleando segadorasconvencionales o desbrozadoras accionadaspor la t.d.f. del tractor, que en determinadoscasos pueden ocasionar ciertos problemas demanejo de tipo mecánico, especialmente enlos suelos pedregosos o en los que tienen unacierta pendiente.

- Siega química pulverizando herbicidasde contacto o traslocación sobre las malashierbas que constituyen la cubierta.

Se ha intentado utilizar sistemas de siegamecánica para el control de la transpiraciónde la cubierta vegetal. Sin embargo, los resul-tados han sido poco satisfactorios por lo queno nos atrevemos a recomendarlos en el oli-

0-15

15-30

30-45

45-60

140 160 180 200 220 240

Contenido de agua en suelo (l/m3)

L NL CC

Pro

fun

did

ad (

cm)

FIGURA 2: Después de un período de lluvias de 115 mm, la técnica de manejo de sueloempleando una cubierta viva de cereal segada químicamente con el herbicida glifosato amitad del mes de marzo (CC), permitió aumentar la cantidad de agua infiltrada a diferentesprofundidades del suelo con respecto a los sistemas de laboreo convencional (L) y no-labo-reo con suelo desnudo (NL). Ensayo realizado en Córdoba en un suelo de textura franco-arci-llo-arenosa. En el momento de la siega química (16/03/92), la infiltración en los tres sistemasde cultivo había sido muy similar. Observaciones 14/04/92

PASTOR, M., et al84

var de secano, ya que en unos casos debido alrebrote de la hierba, y en otros a la selecciónde la flora hacia especies de porte rastrero operennes, han ocasionado graves problemasde competencia por agua y nutrientes con elcultivo, lo que se traduce inevitablemente enimportantes reducciones en la producción delolivar (Civantos y Torres, 1981; Pastor.1991).

Muy ilustrativos son los resultados de unensayo a largo plazo planteado en 1975 en lalocalidad de Navas de San Juan en la provin-cia de Jaén (Figura 3), que muestran como elmanejo con siega mecánica ocasionó anual-mente y durante un período de 19 años unaspérdidas medias de cosecha del 69 % con res-pecto a la siega química con herbicida decontacto.

0

10

20

30

40

50

60

70

Pro

du

cció

n (

kg/o

livo

)

SIEGA QUÍMICA SIEGA MECÁNICA

1975

1976

1977

1978

1979

1980

1981

1982

1983

1984

1985

1986

1987

1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

FIGURA 3: Comparación de producciones de sistemas de manejo de suelo con cubiertas vege-tales vivas, segadas químicamente y mecánicamente. Finca Salido Bajo (Jaén). Los sistemasde siega química, muestran unas mayores producciones a lo largo de los años, ya que limitaneficazmente el consumo hídrico de las plantas de la cubierta.

Intentando facilitar el manejo de lacubierta proponemos el empleo de coberturasen las que predomine una única especie, ouna mezcla de especies de una única familia,lo que puede conseguirse, entre otras formas,haciendo evolucionar la flora naturalmediante el empleo de herbicidas. Por ejem-plo, aplicando en invierno herbicidas comoM.C.P.A., tribenuron o fluroxipir, que con-trolan únicamente las especies de hoja ancha,lo que hace evolucionar a corto plazo lavegetación natural hacia una cubierta de gra-míneas (Bromus spp., Hordeum murinum,Lolium rigidum, o Poa annua, etc), especies

muy olivareras, que además de ser muy efi-caces en la lucha contra la erosión, son fáci-les de segar mediante aplicaciones de herbi-cidas de postemergencia, como glifosato osulfosato, incluso a dosis muy bajas.

Una vez logrado el tipo de cubierta dese-ada, es fundamental el correcto manejo de lamisma, debiendo asegurarse anualmente queel banco de semillas presente en el suelo per-mita el establecimiento de dichas especies alaño siguiente. Para ello deben dejarse sinsegar determinadas zonas para la producciónde semillas, procurando que la competenciaque pueda establecerse con el olivo no com-

prometa su producción. Bandas estrechas enel centro de las calles es una solución ade-cuada. Las semillas así producidas debenesparcirse en verano por todo el terrenoempleando una rastra o una desbrozadora.

2.5.3.- Cultivo con cubierta viva de cere-al o veza.

Cuando utilizando los procedimientos yadescritos no logremos establecer la cubiertaadecuada, lo que es frecuente en suelos pocofértiles, probablemente habrá que recurrir a lasiembra de una especie vegetal de manejosencillo en las interlíneas del olivar. Para ellorecomendamos especies rústicas adaptadas alcultivo en secano, tales como cebadas(Hordeum vulgare) o vezas (Vicia sativa),cuyas semillas son fáciles de conseguir, tie-nen un bajo precio, son de ciclo otoño-invier-no, y su cultivo es muy bien conocido por losagricultores.

Durante varios años se han realizadoensayos con este tipo de cubiertas en la pro-vincia de Córdoba (Castro, 1993; Humanes yPastor, 1995), lo que nos ha permitido acep-tar técnicamente la viabilidad agronómica deeste sistema de cultivo.

La siembra debe realizarse en los prime-ros días del otoño, para que las semillas ger-minen con las primeras lluvias, de modo queen poco tiempo y antes de la llegada de losfríos invernales se consiga una buena cober-tura del terreno. La cubierta así obtenida debedejarse crecer sin otro tipo de cuidado espe-cial durante el periodo otoño-invierno.

Desde el punto de vista de persistencia delos restos vegetales sobre el terreno, aspectode gran importancia para el control de la ero-sión, el cereal parece más interesante que laleguminosa, ya que los restos de veza, quetienen una baja relación C/N, son rápidamen-te degradados por los microorganismos delsuelo (Van Huyssteen et al., 1984), por lo quela cantidad de residuos que quedarán sobre elterreno cuando se produzcan las primeras llu-vias otoñales será muy escasa, y en conse-

cuencia la protección del suelo puede resultarinsuficiente.

Una vez que hemos conseguido unabuena cobertura del suelo (un 70 % podría sersuficiente), debe realizarse la siega de lacubierta para evitar que continué consumien-do agua, eliminando así la competencia conel olivo.

En un año medio y para las condicionesclimáticas de Córdoba, la fecha idónea parala siega de la cubierta se sitúa también entorno a la tercera semana del mes de marzo,que en el caso del cereal correspondería feno-lógicamente al inicio del encañado (Castro,1993). Esta fecha también podría mantenersepara las cubiertas de veza, momento quefenológicamente parece coincidir con la apa-rición de las primeras flores (Humanes yPastor, 1995).

La siega puede realizarse mecánicamen-te, utilizando desbrozadoras, o químicamen-te, pulverizando herbicidas de traslocaciónsobre la cubierta (glifosato o sulfosato), locual permite dejar los restos vegetales unidosal suelo por sus propias raíces, lo que pareceaumentar la persistencia de los residuos sobreel terreno.

El cultivo con cubierta de cereal deman-da un abonado complementario a la fertiliza-ción normal del olivar. Podemos cifrar estasnecesidades en unas 50 kg/ha de nitrógeno(Van Huyssteen y Van Zyl, 1984), siendomuy importante esta práctica, ya que el blo-queo temporal de nitrógeno puede ocasionarproblemas de deficiencia para el cultivo alprincipio de la primavera, coincidiendo conun momento de grandes necesidades para elolivo. Una solución a este problema podríaser el empleo de leguminosas como cubierta.Una mezcla veza+cebada podría ser igual-mente interesante, sin embargo, su manejo esmás difícil ya que debido a la gran produc-ción de biomasa podrían consumirse grandescantidades de agua a lo largo de su ciclovegetativo.

Durante seis años se han realizado ensa-

SISTEMA DE MANEJO DEL SUELO EN OLIVAR DE ANDALUCÍA 85

PASTOR, M., et al86

yos en tres fincas de la provincia de Córdoba,en los que se ha estudiado el efecto de lacubierta de cereal sobre la producción del oli-var. Se ha demostrado (Figura 4) que cuandoel manejo de la cubierta es correcto en cuan-to a fecha de siembra, tipo de cubierta, ferti-lización y elección del momento idóneo ymodalidad de siega, la producción puede noverse afectada negativamente con respecto allaboreo tradicional o frente al NLD.

Con la finalidad de hacer viable el culti-vo con cubierta, es necesario igualmente faci-litar la recolección de las aceitunas, opera-ción que representa el coste de cultivo másimportante para el olivarero. Para ello, antesde iniciar la aplicación de esta técnica reco-

mendamos la preparación meticulosa de lazona bajo la copa de los olivos, alisándola,despedregándola y aplicando anualmente aprincipio de otoño, un herbicida residual.Para mantener esta zona libre de malas hier-bas.

Los problemas que la aplicación de estatécnica puede plantear al olivarero son lacompetencia por el agua con el olivo, si lasiega no es eficaz, y el peligro de incendioprovocado si en primavera y después de lasiega no se produjeran lluvias. Sin embargo,una vez que la paja se ha mojado se producenalteraciones microbianas que la hacen pococombustible.

Casillas 89-97 La Mina 89-96 Molina 85-9010

12

14

16

18

20

22

24

26

28

30

Pro

du

cció

n a

ceit

un

as (

kg/o

livo

)

L NL CC

FIGURA 4: El cultivo empleando una cubierta de cebada (CC) sembrada en el centro de lascalles, aplicando herbicidas bajo la copa, ha proporcionado resultados interesantes durantevarios años en tres olivares de secano de la provincia de Córdoba. A pesar de la presencia delcereal en las calles durante el periodo otoño-invierno, las producciones no se resintieron conrespecto a los olivares con suelo desnudo (L y NLD). El secreto es realizar la siega química dela cubierta a final de invierno, cuando se inicia el encañado de la cebada.

SISTEMA DE MANEJO DEL SUELO EN OLIVAR DE ANDALUCÍA 87

3.- FACTORES QUE DETERMINAN LAELECCIÓN DEL SISTEMA DE CULTIVO

Cuando se modifica el sistema habitualde cultivo, a corto y largo plazo se producencambios en el suelo, cambios que afectan asus propiedades físicas y químicas, a la sus-ceptibilidad a la erosión, a la productividadde los árboles y a los costes de cultivo. A con-tinuación haremos una rápida revisión de loscambios que previsiblemente pueden produ-cirse.

3.1- Cambios en las propiedades quí-micas del suelo

Hemos estudiado la influencia de los sis-temas de cultivo sobre algunas propiedadesquímicas del suelo (Castro, 1993; Muñoz,1998) tales como contenido en materia orgá-nica, nitrógeno orgánico, fósforo y potasioasimilables, pH y capacidad de intercambiocatiónico. Solamente el contenido en materiaorgánica y el de P asimilable se han visto sig-nificativamente afectados a largo plazo.

Después de 15 años de aplicación de latécnica de cultivo con cubierta vegetal se haobservado un aumento significativo en elcontenido de materia orgánica en la capa más

superficial del suelo (0-2 cm) en el centro delas calles de la plantación, con respecto a lossistemas de cultivo L y NLD, no habiéndoseobservándo diferencias entre sistemas de cul-tivo a mayores profundidades (Figura 5). Laaplicación de la técnica de NLD no ha provo-cado a largo plazo una reducción significati-va del contenido de M.O. con respecto al cul-tivo tradicional. Bajo la copa de los arboles seobserva un contenido en M.O. significativa-mente mayor que en el centro de la calle entodos los sistemas de cultivo, con unos valo-res mucho más altos en los sistemas sin labo-reo (NLD y cubierta), debido probablementea la acumulación de hojas de olivo en lasuperficie del suelo a lo largo de los años y asu parcial humificacion, a pesar de no incor-porarse en profundidad mediante labores.

En cuanto al P asimilable los mayoresvalores se observan en cultivo con cubiertavegetal en la capa más superficial (0-2 cm) yen el centro de la calle del olivar, debido pro-bablemente a la descomposición de los restosvegetales acumulados año tras año sobre elsuelo, y probablemente porque las plantas decobertura podrían bombear los nutrienteshasta la superficie. Bajo la copa de los olivos,

FIGURA 5: Contenidos en materia orgánica en el suelo en los tratamientos L (laboreo), NLD(no-laboreo con suelo desnudo) y CC (cultivo con cubierta vegetal) en los horizontes 0-2, 2-5,5-10, 10-15 cm de profundidad. La barra que aparece junto a las medidas muestra la mínimadiferencia significativa entre tratamientos para una misma localización y profundidad.

0-2

2-5

5-10

10-15

1,4 2 2,6 3,2 3,8

Materia Orgánica (%)

MDS/ L NLD CC

INTERLÍNEA0-2

2-5

5-10

10-15

1,4 2 2,6 3,2 3,8 4,4 5 5,6

Materia Orgánica (%)

BAJO COPA

L NLD CC

también en los sistemas sin laboreo (NLD ycubierta) se observaron en superficie (0-2cm) valores significativamente mayores queen laboreo. Para la capa 0-15 cm de profun-didad en el suelo cultivado sin laboreo es enel que se observaron los mayores contenidosde P bajo la copa de los árboles.

A pesar de haberse observado ciertasdiferencias en las propiedades químicas delsuelo como consecuencia de los diferentessistemas de cultivo aplicados, estas modifica-ciones no parecen haber repercutido de una

forma clara sobre el estado nutritivo de lasplantaciones de olivar, y aunque para algunode los nutrientes y años se han observadodiferencias significativas, tal como podemosobservar en la Tabla 3, estas diferencias noparecen ser relevantes, ya que al estar losvalores observados por encima de los valoresconsiderados como adecuados (Freeman etal., 1994), en principio no cabe esperar unarepercusión importante sobre la produccióndel olivar.

PASTOR, M., et al88

TABLA 3: Contenidos en nutrientes de la hoja de olivos sometidos a diferentes sistemas de cul-tivo L (laboreo), NLD (no-laboreo con suelo desnudo) y CC (cultivo con cubierta). Los valo-res de cada nutriente seguidos por letras diferentes muestran diferencias significativas. Se pre-sentan en el último renglón los niveles considerados como adecuados propuestos por FREE-MAN et al., (1994).

1996

Tratamientos N % P % K % Ca % Mg % Fe ppm Cu ppm Mn ppm Zn ppm B ppm

Laboreo 1,72 a 0,14 a 0,94 a 1,16 a 0,14 a 28 a 13 a 27 b 23 a 42 a

No-laboreo 1,75 a 0,13 a 0,99 a 1,36 a 0,15 a 26 a 12 a 28 a 21 a 44 a

Cubierta 1,69 a 0,12 b 0,93 a 1,17 a 0,13 a 26 a 14 a 24 c 21 a 37 a

1997

N % P % K % Ca % Mg % Fe ppm Cu ppm Mn ppm Zn ppm B ppm

Laboreo 1,46 b 0,10 a 0,71 a 1,49 a 0,15 a 34 a 70 a 30 a 21 a 35 a

No-laboreo 1,58 a 0,11 a 0,88 a 1,48 a 0,14 a 38 a 77 a 32 a 21 a 37 a

Cubierta 1,65 a 0,11 a 0,83 a 1,65 a 0,16 a 47 a 116 a 37 a 20 a 37 a

Nivel adecuado 1,5-2 > 0,08 > 0,8 >1 >0,1 —— >4 >20 >10 19-150

Nivel deficitario < 1,4 < 0,05 < 0,4 < 0,3 < 0,08 —- —- —- —- < 14

3.2- Cambios en las propiedades físi-cas del suelo

Se ha realizado igualmente el estudio alargo plazo de la influencia de los sistemas decultivo sobre algunas propiedades físicascomo la densidad aparente, porosidad, com-pactación (resistencia a la penetración), esta-bilidad de la superficie del suelo ante elimpacto de las gotas de agua de lluvia (sus-ceptibilidad primaria a la erosión), e infiltra-ción, determinando experimentalmente pará-

metros como la conductividad hidráulica ysorptividad, de gran importancia sobre elbalance de agua en el suelo.

En los sistemas de cultivo sin laboreo(NLD y cubierta), y especialmente en NLD,se observa una mayor compactación delsuelo en su superficie (Figura 6). Sin embar-go, tal como podemos ver en la mencionadafigura, es en laboreo y en profundidad, debi-do al paso de los aperos de labranza, dondese detecta la mayor compactación (suela de

labor), que a lo largo del tiempo y lentamen-te sera descompactado en el sistema de culti-vo con cubierta vegetal.

En laboreo la porosidad total y en espe-cial la macroporosidad, son significativamen-te mayores que en NLD y en cultivo concubierta, especialmente inmediatamente des-pués de realizarse las labores. Sin embargo, lamicroposidad es mayor en NLD y cultivo concubierta. Bajo la copa de los olivos se obser-va igualmente una mayor proporción de gran-des poros que en el centro de la calle paratodos los sistemas de cultivo estudiados.

La aplicación de técnicas de no-laboreo,tanto con suelo desnudo como con cubiertavegetal, aumenta la estabilidad de la superfi-cie del suelo a la desagregacion por el impac-to de las gotas de agua de lluvia, razón por laque un suelo no labrado es menos susceptiblea la erosión que uno labrado frecuentemente.

Utilizando un simulador de lluvia se hamedido la infiltración de agua en el suelo,detectándose en todos los sistemas de cultivouna tasa de infiltración bajo la copa de los oli-vos mucho mayor que en el centro de lascalle, explicable por las diferencias observa-das en la compactación, en la porosidad y enel contenido en materia orgánica en la capamás superficial del suelo.

En NLD en el centro de la calle, y debi-do a la compactación superficial y a la for-mación de la costra, se observa una reducciónsignificativa de la tasa de infiltración (Figura7), observándose igualmente como la utiliza-ción de la cobertura vegetal mejora la infil-tración en condiciones de no-laboreo(Figura.7). Debido al impacto de las gotas deagua de lluvia, que provoca la degradación dela capa más superficial, en los suelos labradospoco a poco se va reduciendo la tasa de infil-tración conforme se suceden los episodios delluvia, pudiéndose llegar después de variosaguaceros a una infiltración similar a laobservada en NL (Figura 8).

Los sistemas de manejo del suelo afectana la conductividad hidráulica (tasa de infiltra-ción para tiempos grandes) y a la sorptividad(capacidad de absorción capilar o de movi-miento del agua en el perfil) del suelo, obser-vándose valores significativamente menoresen condiciones de NLD que en L o en cultivocon cubierta, también explicable por las dife-rencias de compactación, porosidad y conte-nido de materia orgánica observadas en lasuperficie del suelo en los diferentes sistemasde cultivo (Tabla 4 y Figuras 5 y 6).

SISTEMA DE MANEJO DEL SUELO EN OLIVAR DE ANDALUCÍA 89

FIGURA 6: Resistencia a la penetración a lolargo del perfil del suelo en las produndida-des de 0-60 cm en los tratamientos L (labo-reo), NLD (no-laboreo con suelo desnudo) yCC (cultivo con cubierta vegetal) en el centrode la calle.

0

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

55

60

Pro

fun

did

ad (

cm)

0 0,5 1 1,5 2 2,5 3

Resistencia Penetración (MPa)

LNLDCC

INTERLINEA BAJO COPATRATAMIENTOS A (mm/h) S (mm/h 1/2 ) r2 A (mm/h) S (mm/h 1/2 ) r2

L antes labor 11,2 ab 14,0 a 0,99 26,4 a 15,9 a 0,99L después de labor 6 10-6 b 8,1 a 0,82 14,0 a 16,4 a 0,99L suela de labor 3,4 b 5,0 a 0,99 6,1 a 10,1 a 0,99NLD 2,1 b 1,7 a 0,99 3,4 a 5,9 a 0,99CC 21,2 a 12,5 a 0,99 34,0 a 28,7 a 0,99

PASTOR, M., et al90

aabab b

d

b

c

b

c

d

a

a

ab

ab

bc

c

b

c c

a

ab

b

c

cc

b

a

c

b

b

cb

aa

c

bd

d

a

abbc

c

a

b

c

c

baa

a

b

c

c

b

0 6 12 18 24 30 36 42 48 54 60

Tiempo (min)

0

20

40

60Infiltraci�n acumulada (mm)

L NLD CC

FIGURA 7: Curvas de infiltración acumulada para los tratamientos laboreo (L) no-laboreo(NLD) y cubierta vegetal de cebada (CC) en el centro de la calle. Curvas obtenidas con un infil-tometro de doble anillo.

TABLA 4: Valores de los ajustes al modelo de Philip (I = S t1/2 + A t; donde I = infiltraciónacumulada; S = sorptividad; A = conductividad y t = tiempo), según los tratamientos y locali-zación, de los ensayos con doble anillo. Se indica también el ajuste medio (r2) a los modelos.Las letras que siguen a los parámetros indican diferencias significativas entre tratamientos den-tro de la misma localización.

Los cambios en la conductividad térmicadel suelo debido a la aplicación del NL y alefecto pantalla de la cubierta vegetal, deter-minan igualmente cambios en el régimen tér-mico de la plantación en los diferentes siste-mas de cultivo (Pastor y Castro, 1996),observándose menores temperaturas noctur-nas y mayor riesgo de heladas en olivarescultivados con cubierta vegetal, mientras que

en NLD las temperaturas nocturnas son sig-nificativamente más altas, incluso mayoresque en un suelo labrado. Durante el día es enel cultivo con cubierta donde se observan lastemperaturas mayores. En zonas con grandesriesgos de heladas el cultivo con cubiertavegetal es comprometido, especialmente enlas zonas de valle.

3.3.- Balance de agua en el sueloEn la mayoría de los olivares de secano

las disponibilidades de agua para el cultivodependen fundamentalmente de la fracciónde agua de lluvia infiltrada y almacenada enel suelo, y de las cantidades de agua perdidaspor evaporación desde el suelo, cantidadesque en zonas áridas y cálidas como la nuestrason cuantiosas y nunca despreciables(Fischer y Turner, 1978).

Los sistemas de manejo del suelo modi-fican sustancialmente la infiltración y a laevaporación de agua desde el suelo. En losapartados anteriores hemos estudiado lasmodificaciones en las propiedades físicas delos suelos como consecuencia del cambio sis-tema de cultivo, lo que finalmente se traduci-rá en diferencias en las disponibilidades fina-les de agua. Esto tiene una gran importancia,ya que en zonas áridas y en cultivo de seca-no, pequeñas variaciones en las cantidades deagua disponibles para el cultivo pueden afec-tar significativamente a su crecimiento y pro-ducción.

El mejor reflejo de las disponibilidadesglobales de agua en el suelo es el crecimien-

to vegetativo y producción del cultivo medi-do en unas condiciones en las que la falta dehumedad es el principal factor limitante. Enestas condiciones es frecuente obtener res-puestas mejores en no-laboreo que en suelolabrado (Gras y Trocme, 1977; Zaragoza etal., 1990; Pastor, 1991). En un ensayo reali-zado en Mengíbar, los olivos cultivados enno-laboreo alcanzaron en el transcurso de losaños un mayor volumen de copa y mayor pro-ducción que los de la parcela labrada (Figura9), lo que evidencia unas mayores disponibi-lidades de agua en el suelo a lo largo del ciclovegetativo.

3.3.1.- Infiltración.Aunque el laboreo aumenta aparente y

momentáneamente la velocidad de infiltra-ción (Pastor, 1989b), mediciones de humedadrealizadas durante varios años en olivares quevegetan sobre diferentes tipos de suelo y pen-diente, muestran como a final del invierno enlos terrenos labrados no siempre se almacenamayor cantidad de agua que los que perma-necieron sin labrar durante varios años(Figura 10), no habiéndose observado dife-

SISTEMA DE MANEJO DEL SUELO EN OLIVAR DE ANDALUCÍA 91

FIGURA 8: Curvas de infiltración acumulada para tratamientos de no-laboreo con suelo des-nudo (NLD), cubierta de cebada (CC), laboreo (L) después de una (L1) o dos (L2) lluvias simu-ladas. Estas curvas se obtienen con un simulador de lluvia.

0 2 4 6 8 10 12 14 16

TIEMPO

0

10

20

30

40

50In

filt

raci

on

acu

mu

lad

a (m

m)

CC NLD L1 L2

rencias significativas entre laboreo y NLD.Tengamos en cuenta que no todas las lluviasproducen escorrentía, y que en NLD aumentala velocidad de infiltración una vez mojada lasuperficie del terreno (Pastor, 1989b; GómezCalero, 1998). Por otra parte, hemos vistocomo el impacto de las gotas de agua de lluviaalteran la superficie del suelo labrado, y tras sudesecación se forma la costra, lo que tambiénreduce drásticamente su velocidad de infiltra-ción de los suelos labrados en los siguienteseventos de lluvia (Figura 7), pudiéndose pro-ducir niveles de escorrentía superficial bastan-te similares a los observados en no-laboreo.

Por tanto, si en un sistema con laboreo quisié-ramos mantener permanentemente una altavelocidad de infiltración, habría que labrarinmediatamente después de cada episodio delluvia, lo que desde otros puntos de vista no eslo más recomendable. Una labor anual querompa la costra, realizada en el centro de lascalles, puede hacer aumentar la infiltraciónhasta niveles similares a los observados enlaboreo tradicional. La aportación de materiaorgánica en superficie cada cierto número deaños puede mejorar permanentemente la infil-tración en NLD en suelos con mala estructura(Aguilar et al., 1996).

PASTOR, M., et al92

0

10

20

30

40

50

60

70

Volu

men

de

cop

a (m

3/o

livo

)

NLD L

0

20

40

60

80

100

Pro

du

ccio

n (

kg/o

livo

)

NLD L

1976

1977

1978

1979

1980

1981

1982

1983

1984

1976

1977

1978

1979

1980

1981

1982

1983

1984

FIGURA 9: Evolución en el tiempo de la producción y del volumen de copa de los olivos enno-laboreo (NLD) y en laboreo (L). Finca Venta del Llano (Mengibar-Jaén). En el período detiempo considerado, los resultados obtenidos evidencian unas mayores disponibilidades deagua en el sistema sin laboreo.

Los aperos de labranza, especialmentelas vertederas y grada de discos dejan el suelosuperficialmente mullido y disgregado, teóri-camente en situación ideal para infiltrar elagua. Sin embargo, debajo de esta capa seencuentra la suela de labor compactada(Figura 6) que es aún menos permeable que lacostra, y que es la responsable de la reduc-ción de la infiltración en profundidad en losterrenos labrados (Pastor, 1989b).

Un modo eficaz de mejorar la infiltraciónpuede ser el empleo de cubiertas vegetalesvivas. En la Figura 2 vimos como una cubier-ta vegetal de gramíneas aumentó la cantidadde agua infiltrada a capas profundas despuésde un período de lluvias intensas, tanto conrespecto al NLD como con respecto al labo-reo. La cubierta, además de mejorar la estruc-tura del suelo, aumenta la retención del aguade escorrentía, estableciendo sus raíces cana-les preferenciales, factores que todos ellosconjuntamente contribuyen a aumentar lainfiltración.

3.3.2.- Evaporación de agua desde elsuelo.

Al laboreo continuado durante la esta-ción seca se ha atribuido tradicionalmente unimportante papel en la conservación del aguainfiltrada en el suelo, afirmándose que laslabores en seco, al romper la capilaridad ytapar las grietas, reducen la evaporación. Enesta afirmación se ha basado, durante muchosaños, la agricultura de zonas áridas. Muchosde los trabajos realizados en los últimos añosno parecen apoyar la anterior hipótesis(Giráldez et al., 1986; Pastor, 1991).

Cuando un suelo tiene el tempero sufi-ciente como para recibir una labor, las pérdi-das de agua debidas a la capilaridad ya se hanproducido. Solamente desde una capa desuelo con humedad a saturación se produceun movimiento ascendente del agua por capi-laridad.

En la Figura 11 podemos ver como unalabor de cultivador de 15 cm de profundidad,realizada en el mes de marzo, ocasionó

SISTEMA DE MANEJO DEL SUELO EN OLIVAR DE ANDALUCÍA 93

FIGURA 10: Contenido de agua en el suelo a final del invierno en Laboreo (L) y No-laboreo(NLD) en varios ensayos de manejo del suelo en olivar. Las pequeñas diferencias observadasentre L y NLD no resultaron ser significativas en ninguno de los ensayos o años estudiados

Contenido agua en suelo a final del invierno

Parcelas y años

0

50

100

150

200

250

300

350

400

mm

L NLD

Casillas Molina V.Llano MinaGuijarrillo

84 85 86 87 88 91 92 85 86 87 88 89 90 91 84 85 86 85 86 87 90 91

mayores pérdidas de agua por evaporaciónque las producidas en un terreno que no habíasido labrado en los últimos tres años. Endicha figura puede observarse como el labo-reo no solo ha afectado a la evaporacióndesde la capa más superficial, sino que laevaporación ha sido también mayor en lascapas más profundas del terreno. La presen-cia en NLD de la costra superficial pareceque, en este aspecto, es muy beneficiosa,observándose una notable reducción de lavelocidad de evaporación de agua con res-pecto al cultivo tradicional.

Es cierto que en algunos tipos de sueloexiste una marcada tendencia a la formaciónde grietas cuando se cultivan en régimen deno laboreo, pero también es cierto que estasgrietas se forman cuando el agua del suelo yase ha evaporado. En laboreo también se for-man estas grietas, y taparlas puede tener enmuchos casos una dudosa eficacia, además deun coste adicional.

Una forma eficaz de reducir la velocidadde evaporación de agua desde el suelo es man-tener restos vegetales secos sobre la superficie,

lo que permite que el cultivo con cubierta vege-tal bien controlada disponga de unas mayorescantidades de agua durante la primavera.

3.4.- La producción del olivar.Como ya se expuso anteriormente, en los

ensayos realizados por diversos OrganismosOficiales durante los últimos veinte años enAndalucía, en los que se ensayó la técnica deNL con suelo desnudo de malas hierbas, sepuso en evidencia que en un alto porcentajede las explotaciones esta técnica puede pro-porcionar aumentos de producción de ciertaimportancia con respecto al laboreo tradicio-nal. Sin embargo, en determinados tipos desuelo (Aguilar et al., 1995) y en algunos años,puede reducirse la producción media en NLD(Figura 1).

Los sistemas de laboreo reducido, tantoel semilaboreo como el mínimo laboreo, hanproporcionado igualmente aumentos de pro-ducción con respecto al laboreo convencional(Pastor, 1991), siendo estos sistemas de culti-vo muy empleados en Andalucía en la actua-lidad. En los suelos en que el NLD no ha pro-

PASTOR, M., et al94

FIGURA 11: Las labores primaverales pueden ocasionar importantes pérdidas de agua en elsuelo por evaporación. Aunque las pérdidas en superficie fueron mayores, la evaporación afec-tó también a las capas profundas del terreno. En los suelos en No-laboreo (NLD), las pérdidasde agua por evaporación fueron sensiblemente menores respecto a los suelos labrados (L), conlas consiguientes ventajas para el cultivo durante la primavera. El ensayo se realizó en LaRambla (Córdoba) en un suelo de textura franco-arcillo-limosa.

0-15

15-30

30-45

45-60

330 350 370 390 410 430

Contenido de agua en suelo (l/m3)

L NL NL L

LABOR

4/IV/86 14/III/86P

rofu

nd

idad

(cm

)

porcionado óptimos resultados, las prácticasde laboreo reducido pueden ser una buenaalternativa.

Nuestros ensayos han puesto igualmenteen evidencia que puede pensarse en el culti-vo con cubierta vegetal, incluso en secano yaños de baja pluviometría. Para que los resul-tados sean satisfactorios hay que realizar lasiega de la cubierta antes de que se establez-ca la competencia por el agua entre la plantade cobertura y el olivar, así como satisfacerlas necesidades conjuntas de nutrientes de lacubierta y el cultivo (Castro, 1993). Hemosvisto como el manejo con siega química pare-ce más sencillo y eficaz que la siega mecáni-ca en la mayoría de los casos, especialmenteen secano.

En los años secos los sistemas sin labo-reo (NLD y cubierta) o laboreo reducido(ML, semilaboreo) se muestran mucho máseficaces que los laboreos convencionales,recomendándose la supresión de las laboresprimaverales en los años de sequía

3.5.- La erosión.La erosión es el problema más importan-

te de la agricultura mediterránea. En olivaresen pendiente de la provincia de Córdoba seobservaron pérdidas anuales de suelo com-prendidas entre 60 y 105 t/ha y año (Laguna,1989).

El agua es el principal factor causante dela erosión en las regiones Mediterráneas, aun-que el viento, en determinadas zonas y sue-los, puede ser también un agente erosivo degran importancia.

Todas aquellas prácticas de cultivo quede algún modo eviten la desagregacion delsuelo, aumenten la infiltración y reduzcan lavelocidad del agua en su movimiento sobre elterreno, contribuirán sin duda en la conserva-ción del suelo.

Determinadas prácticas derivadas de laactividad agrícola, como el laboreo, haninfluido decisivamente sobre el deterioro denuestros suelos. Las labores, al desagregar el

suelo y destruir la cubierta natural, aceleran elproceso erosivo, mientras que los sistemas decultivo en los que se reduce la intensidad dellaboreo (NLD o el mínimo laboreo) puedencontribuir a reducir globalmente la erosión.

La mayoría de los autores que han estu-diado los problemas de la erosión, están deacuerdo en que cubrir el suelo con vegetaciónes el método más eficaz para combatirla(Phillips y Young, 1979; Blevins, 1986). Laacción de la cubierta es triple:

– reduce el número de impactos de lasgotas de agua de lluvia sobre la superficie delterreno (menor desagregacion);

– aumenta la estabilidad del suelo ante elimpacto de las gotas del agua de lluvia(menor carga de sedimentos);

– aumenta velocidad de infiltración(reducción de la escorrentía).

por lo que el cultivo con cubierta puedetener un gran interés en la olivicultura dezonas con especial riesgo erosivo.

En la Figura 12 presentamos datos depérdida de suelo en un ensayo de campo rea-lizado en la provincia de Córdoba empleandoun simulador de lluvia sobre parcelas en pen-diente sometidas a diversos sistemas de culti-vo. En dicha figura podemos observar comodespués de una lluvia de gran intensidad en elsuelo con cubierta vegetal se ha reducidoprácticamente a cero la erosión, mientras queen el terreno recientemente labrado las pérdi-das de suelo fueron muy grandes. En NLD laerosión fue mucho menor que en laboreo, yaque aunque la velocidad de infiltración esmenor, la resistencia del suelo a la desagrega-cion por el impacto de las gotas de lluvia esmucho mayor que en laboreo (Castro, 1993).

Con estos datos no pretendemos demos-trar que el NLD sea la mejor solución paraluchar contra la erosión, ya que en parcelasde gran superficie y en pendiente, la reduc-ción de la velocidad de infiltración da lugar,durante las tormentas, a grandes volúmenes

SISTEMA DE MANEJO DEL SUELO EN OLIVAR DE ANDALUCÍA 95

de escorrentía superficial, produciéndose conel tiempo cárcavas profundas en las zonas dedesagüe de la escorrentía.

3.6.- Los costes de cultivo.Los sistemas de manejo del suelo afectan

fundamentalmente a dos operaciones de cul-tivo: el control de las malas hierbas y la reco-lección de la aceituna, en especial cuando seproduce la caída natural de frutos al suelo trassu maduración.

Tanto en los sistemas de no-laboreo conherbicidas como en los de laboreo reducido ycon cubierta vegetal se necesita escasa canti-dad de maquinaria, reduciéndose de formaapreciable la potencia de los tractores a utili-zar, así como el número total de horas de trac-tor empleadas por hectárea. Como es natural,todo ello redunda en una reducción sensible delos costes de cultivo, resultando generalmentemás económicos los sistemas de labranza ceroy los de laboreo reducido que el laboreo con-vencional. El cultivo con cubierta vegetalpuede tener un coste similar al laboreo.

En el cultivo del olivo la compactación ylimpieza del suelo en el área bajo la copa delos árboles es muy importante para reducir almínimo los costes de recolección (Benavidesy Civantos, 1982), ya que en algunas varieda-des y en determinados años es frecuente lacaída de frutos al suelo tras su maduración.En muchos casos, si la cantidad de frutos caí-dos es pequeña y el suelo no está perfecta-mente preparado, es preferible dejar el frutosin recolectar. La recolección de las aceitunascaídas de forma natural en un suelo desnudo,compactado y libre de malas hierbas es la queresulta más barata con gran diferencia, ya quepermite el barrido de los frutos. A este tipo desuelo se llega tras la aplicación de la técnicade no-laboreo con herbicidas. Todo intento demecanización de la recolección de aceitunascaídas al suelo, como la mejora del rendi-miento de la mano de obra en la realizaciónde esta operación, pasa por la preparación ycompactación del terreno, lo que siempre esfactible en un suelo labrado, pero ello llevaconsigo un coste anual adicional.

PASTOR, M., et al96

FIGURA 12: Los sistemas de cultivo tienen una gran influencia sobre la erosión, siendo enlaboreo (L) el sistema en que las pérdidas de suelo fueron mayores. La presencia de la cubier-ta de cereal (CC) redujo la erosión de forma espectacular. En NLD se redujo también la ero-sión debido a la gran estabilidad de la capa superficial del suelo. Datos obtenidos en Córdobautilizando un simulador de lluvia.

L NLD CCSistema de cultivo

0

2

4

6

8

10

12

14

Ero

sió

n (

t /

ha)

REFERENCIAS

Aguilar, F., González, P., Pastor, M., 1996.Mejoras en la fertilidad del suelo de olivarcon la aplicación periódica de compost deresiduos sólidos urbanos. Comparacióncon el sistema de no-laboreo con suelodesnudo. OLIVAE, 64: 40-45.

Aguilar, J., Fernández, J., Fernández, E., deHaro, S., Marañes, A., Rodriguez, T.1995. El olivar Jiennense. Servicio dePublicaciones e Intercambio Científico.Colección Pérez de Maya. Universidadde Jaén. 42-50.

Benavides, J.M., Civantos, M., 1982.Influencia de los herbicidas en los costesde recolección de aceitunas. Agricultura,604: 874-876.

Blevins, R.L., 1986. Idoneidad del suelo parael laboreo nulo. En: Phillips y Phillips,Agricultura sin laboreo. Ed. BellaterraS.A. Barcelona. 44-68.

Castro, J., 1993. Control de la erosión en cul-tivos leñosos con cubiertas vegetalesvivas. Tesis Doctoral. Departamento deAgronomía. Universidad de Córdoba.

Civantos, L., Torres, J., 1981. Ensayos sobresistemas de mantenimiento del suelo enolivar. ITEA, 44: 38-43.

Fischer, R.A., Turner, N.C., 1978. Plant pro-ductivity in the arid and semiarid zones.Ann. Rev. Plant. Phisiol., 29: 277-317.

Freeman, M. Uriu, K. y Hartmann, H.T.1994. Diagnosing and correcting nutrientproblems. En: Ferguson, L., Sibbett, G.S.y Martin, G.C. Olive ProducctionManual. Universidad de California. Publ.3353:77-86.

Giráldez, J.V., González, P., Fereres, E.,Agüera, J., García, M., Gil, J., Insúa, F.,López, J., Martín, I., Puig, M., Sanz, J.,1986. Aprovechamiento del agua delsuelo en distintos sistemas de laboreo.Cinco años de experiencia en el Valle delGuadalquivir. Actas I Simposium SobreMínimo Laboreo en Cultivos Herbáceos.

Madrid. 11-31.Gomez Calero, Jose Alfonso 1998.

Modelización de los procesos de inter-ceptación de lluvia e infiltración en unolivar. Tesis doctoral. E.T.S. IngenierosAgrónomos y Montes. Universidad deCórdoba.

Gras, R., Trocme, S., 1977. Un essai d’entre-tien de sol en verger du pommiers.Annales Agronomiques, 28 (3): 227-259.

Humanes, M.D., Pastor, M., 1995.Comparación de los sistemas de siegaquímica y mecánica para el manejo decubiertas de veza (Vicia sativa, L.) en lasinterlíneas de los olivos. Congreso 1995de la Sociedad Española deMalherbología. Huesca. 235-238.

Laguna, A., 1989. Estudio cuantitativo de laerosión del suelo. Tesis Doctoral.Departamento de Agronomía.Universidad de Córdoba.

López-Cuervo, S., 1990R. La erosión en lossuelos agrícolas y forestales deAndalucía. Colección Congresos yJornadas Nº 17/1990. 11-16. Junta deAndalucía. Consejería de Agricultura yPesca.

Muñoz, J.A., 1998. Influencia de losSistemas de Cultivo sobre olivar y sobrealgunas propiedades fisicas y quimicasdel suelo. Tesis Master of Science enOlivicultura y Elaiotecnia. E.T.S.I.Agronomos y de Montes. Córdoba.

Pastor, M., 1989a. Influencia de las malashierbas sobre la evolución del contenidode agua en el suelo en olivar de secano.4º EWRS Mediterranean Symposium.Valencia. Tomo I.

Pastor, M., 1991. Estudio de diversos méto-dos de manejo del suelo alternativos allaboreo en el cultivo del olivo. Institutode Estudios Giennenses. DiputaciónProvincial de Jaén.

Pastor, M., Castro, J. 1996. Influencia de lastecnicas de cultivo sobre el microclima enplantaciones de olivar. ITEA, 92:283-286.

SISTEMA DE MANEJO DEL SUELO EN OLIVAR DE ANDALUCÍA 97

Pastor, M., Guerrero, A., 1990. Influence ofnon-tillage on olive grove production.Acta Horticulturae, 286: 283-286.

Pastor, M., Saavedra, M., Vega, V., 1986. Usode herbicidas en la formación de cubier-tas vegetales con crecimiento reducidoen olivar. ITEA, 65: 35-44.

Pastor, M.,1989b. Efecto del no-laboreo enolivar sobre la infiltración de agua en elsuelo. Investigación Agraria, Prod. yProt. Vegetales, 4 (2): 225-247.

Phillips, S.H., Young, 1979. Agricultura sinlaboreo. Labranza cero. EditorialHemisferio Sur, S.R.L., Montevideo, 52-53.

Saavedra, M., Pastor, M., 1994. La flora delolivar y el uso de herbicidas. Agricultura,746: 748-753.

Van Huyssteen, L., Van Zyl, J.L., 1984.Mulching in vineyard. Viticulture andOenologie, E.12.

Van Huyssteen, L., Van Zyl, J.L., Koen, A.P.,1984. L’influence des techniques d’en-tretien de cultures de couverture sur lesconditions du sol et sur le controle desmauvais herbes dans un vignoble deColombar a Dudkshoorn. Bulletin del’O.I.V., 645: 849-870.

Zaragoza, C., Aibar, J., Sopeña, J.M., 1990.Un ensayo de reducción del laboreo enviña. Resultados de la producción ensiete años. Actas de la Reunión 1990 dela Sociedad Española de Malherbología.79-85.

PASTOR, M., et al98