Viena:Sinfonía imperial

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Texto y fotos: Carlos M. Martín

Viena se asienta sobre una encru-cijada de caminos que condu-cen al Este y al Oeste de Europa.

Esta estratégica situación geográficano fue ajena a la decisión de la dinastíaHabsburgo de establecer allí una sedecapitalina para un imperio que domi-nó buena parte del Viejo Continentedurante más de medio milenio. Aquelpasado imperial ha dejado huella en elamueblamiento arquitectónico de unaciudad que conserva un conjunto mo-numental asombroso, distinguido porel sello de su proverbial elegancia.

La capital internacional de la Músi-ca no se ha encerrado, sin embargo, enel ensimismamiento de su gloriosopasado imperial y del academicismoartístico. Importantes movimientosculturales, de cariz rupturista y provo-cador, han conferido a Viena el aire deuna ciudad vital y capaz de expresarnuevos lenguajes de comunicaciónartística y cultural.

Viena imperial: HofburgNo resulta necesario en esta ciudadrecorrer largos trayectos para degustaruna fabulosa oferta de atractivos his-tóricos, culturales y artísticos. El visi-tante que decida apurar a concienciala constelación de muestras de la ele-gancia arquitectónica y sus artes decompañía que se agrupan en torno alPalacio Imperial –Hofburg– (***) severá inmerso en un universo inagota-ble de fastuosos edificios, asombrosasestancias y una interminable reuniónde muestras artísticas con nombradíainternacional. La actual configuraciónde este fastuoso complejo imperial ennada recuerda al modesto castillo eri-gido en el siglo XIII donde originaria-mente la dinastía imperial asentó suresidencia. Se han necesitado siglos deciclópeas obras para edificar este por-tento arquitectónico que ocupa más deveinte hectáreas en pleno corazón de laciudad y reúne motivos de interés tanextraordinarios como los Apartamen-tos Reales (***), el Museo de Sisí (*)

–recientemente inaugurado paraexhibir efectos personales de la empe-ratriz consorte de Francisco José–, doscapillas, más de una veintena de colec-ciones de resonancia internacional,asombrosas salas de exposiciones yhasta una Escuela de Equitación. Lapreocupación por la cultura de ladinastía Habsburgo se pone de mani-fiesto en la Biblioteca Nacional de Aus-tria (**), catalogada como la bibliotecabarroca más grande de Europa, quefue edificada con amplia luz y remata-da con espectacular cúpula en una delas estancias laterales del palacioimperial durante el siglo XVIII paraorganizar un fondo bibliográfico quecomprende más de dos centenares demiles de volúmenes. La Cámara delTesoro (***) exhibe un repertorio demuestras que está considerado comoel más importante del mundo en sugénero, por reunir muestras extraordi-narias como la corona del Sacro Impe-rio Romano –de finales del primermilenio– o la del emperador austríaco,

Izquierda Museo de Historia Natural; arriba Teatro Nacional.

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así como riquísimos tesoros –como elde la Orden del Toisón de Oro–, y unacolección de valiosos objetos coleccio-nados por la dinastía Habsburgo.Todas estas piezas unen a su incalcula-ble valor material la condición deemblemas de la historia imperial de laEuropa medieval y moderna. Los caba-llos lipizanos sorprenden al visitantecon sus impecables cabriolas y pirue-tas en un ambiente de máxima ele-gancia. La Escuela Española de Equita-ción (***) ha mantenido una inmutabletradición, enraizada en los años delRenacimiento, que exalta los valoresmás puros del arte ecuestre al modode la más vieja escuela. El núcleo pala-ciego Hofburg se ha resistido a conver-tirse en un mudo e inerte testigo de lahistoria. Además de albergar la resi-dencia oficial del Presidente de laRepública, el Palacio Imperial presta asu Centro de Congresos nada menosque 35 salas que acogen más de 250eventos anuales en un ambiente deelegancia exquisita. Mantiene de estemodo una extraordinaria actividad,que unida al permanente trasiego devisitantes de los museos aledaños con-vierten a este complejo del corazónvienés en un hormiguero de vitalidaddesbordada.

Vocación museísticaLa incomparable riqueza artística queha acumulado Viena durante siglos depreponderancia política y de relevan-cia cultural encuentra reflejo en unaextraordinaria proliferación de muse-os. El de Bellas Artes (***) exhibe lasimportantes colecciones de la familiaimperial, y entre sus fondos se cuentanmotivos tan interesantes como la másamplia muestra pictórica del mundode Brueghel, y espléndidos cuadros deDurero, Rubens, Rembrandt, Tiziano,Vermeer o Velázquez. También exhibeinteresantes colecciones de obras dearte atesoradas por los Habsburgo ymuestras relativas a civilizaciones de laAntigüedad, entre las que descolla ladedicada a Egipto. El Museo de HistoriaNatural (**), réplica arquitectónica delde Bellas Artes, agrupa alrededor deveinte millones de objetos –algunosverdaderamente fascinantes– relativosa la Naturaleza, por la que la dinastía

Habsburgo se sintió verdaderamenteatraída. No debe el amante de la cultu-ra dejar de visitar el Barrio de los Muse-os (***), también situado en las inme-diaciones del Palacio Imperial. Estáconsiderado como uno de los recintosculturales más grandes del mundo–extiende su planta sobre una superfi-cie de sesenta hectáreas–, y la riquezade sus muestras corre pareja con suamplitud arquitectónica, que agrupaun soberbio conjunto de Museos,como el de Arte Moderno (**), el Leo-pold (**), el de Instrumentos MusicalesAntiguos (**), el Centro de Arquitecturade Viena (*) o el pabellón Kunsthalle (*).Sin abandonar el Palacio Imperial

podremos visitar el Museo de Éfeso (**),donde se recogen multitud de piezasque viajaron desde Turquía y otros ves-tigios interesantísimos de la cultura dela Antigüedad. El Albertina (***) se aloja,también, en el palacio residencial delos Habsburgo. Ofrece una excepcionalcolección de pintura. Se acostumbran acitar para ejemplificar esta afirmaciónalgunas obras maestras de Cézanne,Durero, Picasso o Klimt. Para comple-tar el repaso a los museos y coleccionesvieneses se debe hacer referencia alMuseo Austríaco del Cine, el de Teatro,el de los Lipizanos –que recoge motivosrelativos a la historia de los caballos dela Escuela Española de Equitación–, el

Parlamento.

Ópera.

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Catedralicio y algunos dedicados atemas tan peculiares como el Esperan-to, además de una larga relación reve-ladora de la afición coleccionista de lacapital austríaca.

Prater, nostalgia vienesaHay una imagen ligada al nombre deViena por encima de cualquier otra. Setrata de la Noria Gigante que retrató elinmortal referente cinematográfico«El Tercer Hombre». La construcción

del símbolo de la nostalgia vienesa fueproyectada por un ingeniero británico,llamado Walter Basset, a finales delsiglo XIX, con motivo de la celebraciónde una Exposición Universal. Resultódañada en la Segunda Guerra Mun-dial, y la ciudad entendió que debíareconstruir uno de sus más universa-les símbolos. El Prater oficia como Par-que de Atracciones de Viena, tras lareconversión de un antiguo coto decaza de Maximiliano II en el centro de

ocio capitalino. De aquella funcióncinegética queda el Pabellón de Cazaque reconstruyó José II, aunque ahorasu finalidad ha derivado hacia la hos-telería. El Parque alberga también unPlanetario y un Museo del Prater.

Viena y la MúsicaViena es una ciudad que exalta todoslos sentidos, una urbe para ser «vista yoída». La arquitectura interior de pala-cios y templos parece dispuesta paraprovocar el mejor vuelo de los acordesmusicales. Todos los recovecos queevocan su rica historia aparecen vin-culados a la música. La capital delDanubio se ha erigido en referentemundial de las mejores esencias clási-cas de este arte. Baste constatar que lafuerza atractiva de su capitalidadmusical internacional favoreció larelación de Viena con genios de la tallade Beethoven, Brahms, Bruckner,Haynd, Mozart, Strauss –padre e hijo–,o Mahler, cuyos nombres ha anudadola Historia a esta ciudad. Los celebérri-mos Niños Cantores de Viena y miem-bros del coro y orquesta de la Óperadel Estado amenizan la misa domini-cal de la capilla del Palacio Imperial.En la Iglesia de los Agustinos, escena-rio histórico de desposorios imperia-les, resuenan, durante la celebración

Noria del Prater.

Escena urbana en el centro de Viena.

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de algunas misas solemnes, los acor-des de piezas compuestas por Mozart,Schubert –que dirigió aquí su Misa enFa Mayor– y Haydn. Aunque la famacomo escenario musical vienés porexcelencia recae sobre su célebre Ópe-ra (***) –los vieneses presumen de queno existe una sola estrella internacio-nal de la música que no haya expresa-do su virtuosismo en la Ópera del Esta-do de Viena, en cuya temporada serepresentan más de 300 actuaciones–,hay en la ciudad más de una docena deespléndidas Salas de Conciertos, entrelas que descolla la fantástica Musikve-rein (***), en cuya Sala Dorada se esce-nifican los célebres conciertos con quecada Año Nuevo la Orquesta Filarmó-nica local despierta a media humani-dad del sopor producido por los exce-sos de las celebraciones de Nochevieja.Konzerthaus (**) constituye una alter-nativa interesante para escuchar a losNiños Cantores de Viena.

La ciudad vitalLa recurrente referencia, ya algo mani-da, al sincretismo y a la pugna entre el

glorioso pasado y el pujante presentecon el que se nos presentan algunasciudades de la vieja Europa aparece enViena plenamente justificada. Losreclamos publicitarios que intentan

atraer al turista nos hablarán de unaciudad que ha conservado su prestigiocomo uno de los grandes centros cul-turales de Europa, combinando ellegado de una historia milenaria pla-gada de efemérides gloriosas con unadecidida apertura al dinamismo de lamodernidad. No falta razón en estaafirmación. La capital de la Música Clá-sica es también una ciudad rejuveneci-da, que busca con entusiasmo encara-marse a las tendencias y a losambientes modernos, para generaruna atmósfera de ciudad intemporaldonde todos puedan encontrar sulugar. Cuenta la ciudad con la impaga-ble ayuda de la urbanidad de sus habi-tantes, modelo de disciplina en elcumplimiento de las obligaciones cívi-cas. Resulta muy recomendable tomarcontacto con la ciudad mediante unpausado paseo por Ringstrasse, aveni-da que encinta el casco antiguo vienésy encierra las notas más acusadas de lapersonalidad de esta impecable ciu-dad. A ella se abren multitud de pala-cios cuya elegancia tiene poco queenvidiar a los que erigiera la nobleza

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Arriba Iglesia de San Carlos Borromeo, debajo edificio del ayuntamiento.

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local antes de que Francisco José orde-nara la creación de esta arteria urbanaen el siglo XIX. Pero la nueva Vienamuestra otra cara más desenfadada.No en vano esta ciudad fue la cuna deun movimiento artístico que vino adinamitar el academicismo clásico. Ungrupo de artistas comandados por Gus-tav Klimt expresó su ruptura con laAcademia creando el movimiento cul-tural denominado Sezession, que tienediversos reflejos arquitectónicos en laciudad. El edificio que lleva el nombrede este movimiento (**) se erigió ensede del Art Nouveau vienés, y desdefinales del XIX reclama la atención delvisitante con una nada convencionalcúpula dorada. La nueva cultura arqui-tectónica dejó otras muestras intere-santes en edificios de uso popular enla ciudad, como los pabellones de lasparadas del tranvía o la provocadoracasa Loos-Haus en la plaza Michaeler-platz, que suscitó encendida polémicapor su edificación frente a una de lasalas del palacio Hofburg. Otro nombreestrechamente vinculado a la capaci-dad de ruptura con el clasicismo esté-tico es el del pintor Hundertwasser,quien a partir de una vieja fábrica demuebles compuso una muestra arqui-tectónica muy expresiva de un modode concebir el arte que conmocionómuchos cimientos estéticos conven-cionales sobre los que se asientan con-cepciones arquitectónicas tan nota-bles como los edificios delAyuntamiento (***) o del Parlamento(***). Viena no sólo renueva su ternosino también su propio modo deentender el ocio. La noche ha recupe-rado protagonismo en la capital aus-tríaca, que ha descubierto la compati-bilidad del escenario de sus callesmedievales con la expresión de sunueva vitalidad ciudadana. ■

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>Un autobús regular enla-za el aeropuerto con elcentro de la ciudad. Suhorario es muy amplio, yabarca desde las 5.30 dela mañana hasta media-noche.

>No se deje impresionarpor la Catedral de SanEsteban. Ascienda por suescalera de más de tres-cientos peldaños paraencaramarse a la atalayade la Steffl. Viena se ren-dirá a sus pies, y tendrá lasensación de dominar aesta maravillosa ciudad.Puede disfrutarse de unavisita guiada de la cate-dral de lunes a sábadoentre las 10.30 y las 15 h.,y los domingos y festivos alas 15 h. También se orga-nizan visitas guiadas ves-pertinas hasta la atalaya,entre los meses de junio yseptiembre, a las 19 horasde los sábados.

>La vista desde el oteade-ro de la catedral vienesano es la única posibilidadde contemplar la ciudad avista de pájaro. Se diceque no se ha visitado Vie-na hasta que no se hasubido a su celebérrima

Noria del Prater. Ofrece,en su punto álgido, unaesplendorosa vista de laciudad desde casi 65metros de altura.

>Cualquier itinerario vie-nés que seleccione estarájalonado por visitas aMuseos. Puede disponerde una guía mensual –gra-tuita– en la que se deta-llan los acontecimientosculturales programados enla ciudad. Se dispensa enlas oficinas de informaciónturística y en el Ayunta-miento.

>Existen visitas guiadas alos establos de la EscuelaEspañola de Equitación.Aunque los espectáculos

sólo se celebran losdomingos –resulta compli-cado obtener entradas-, sepuede acudir a los ensayosmatutinos que se desarro-llan el resto de la semana,si bien se echará de menosel realce de la uniformi-dad de gala de los jinetes.

>La misa dominical en queintervienen los Niños Can-tores de Viena se celebra alas 9.15 horas en los mesesde enero a junio y de sep-tiembre a diciembre, ade-más del día de Navidad.Una interesante alternati-va para escuchar a losNiños Cantores de Vienaes la que brinda el concier-to que se celebra los vier-nes de mayo, junio, sep-tiembre y octubre a las15.30 horas en Konzer-thaus.

>Resulta recomendable,para quien tenga previstoutilizar frecuentementelos transportes públicos,solicitar en el hotel o enlas oficinas de turismo latarjeta Viena Card. Ade-más de viajar en condicio-nes económicas ventajosasle reportará el beneficiode obtener descuentos enmás de dos centenares decentros de atracción turís-tica, como museos, teatrose incluso establecimientosde hostelería. La tarjeta sesuministra con una guíagratuita en la que encon-trará todo tipo de instruc-ciones para sacar el máxi-mo rendimiento a suViena Card.

>Si busca un rincón car-gado de colorido y vitali-dad acérquese al merca-do Naschmarkt. Allí sevende fruta, verdura, car-ne y pescado, en unambiente multirracialexpresivo de la nuevavitalidad vienesa. Muycerca, el vecino barrioFreihaus-Viertel nos sitúaante otra de las realida-des vivas de la ciudad, enun ambiente donde sehace palpable la atmósfe-ra estudiantil.

MUY PRÁCTICO

1. Palacio Imperial –Hofburg– (***):Apartamentos Reales (***)Cámara del Tesoro (***)Escuela Española de Equitación (***)Biblioteca Nacional de Austria (**)Museo de Éfeso (**)Museo Sisí (*)

2. Albertina (***)3. Barrio de los Museos

–MuseumQuarter– (***)4. Opera del Estado (***)5. Museo de Bellas Artes

–Kunsthistorisches Museum– (***)6. Museo de Historia Natural (**)7. Parlamento (***)8. Ayuntamniento (***)9. Catedral de San Esteban (***)10. Prater (***)

Cúpula del edificio Sezession.

Leyenda: (*) interesante, (**) muy interesante, (***) imprescindible

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