sin palabras, sólo fútbol: reportaje sobre Ómar pérez

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‘SIN PALABRAS, SOLO FUTBOL’: UN REPORTAJE SOBRE OMAR PÉREZ Alguien dice: “Omar, descansa”. Otro le responde: “Si quiere jugar, pues que juegue” y, mientras tanto, Omar espera el balón, lo recibe, no se mueve mucho, advierte un hueco y hace el pase. El delantero corre, llega a la pelota, patea y erra. Omar no dice nada, es calmado, preciso. Espera a que el juego llegue a él y desde su posición lo alimenta. Alguien le dice a lo lejos: “Maestro, maestro, aquí”. Él levanta la cabeza, cambia de banda y surte a su compañero y así la jugada continúa. Omar Sebastián Pérez nació el 29 de marzo de 1981 en la ciudad argentina de Santiago del Estero. Allí conoció el futbol, jugando en las calles. Fue en el barrio donde empezó su carrera. Su primera camisa fue la del Club Atlético Güemes. “El club que me vio nacer y donde empecé a formarme como futbolista en el juego que me gusta, el juego bonito”, dice, recordando aquellos tiempos. Del equipo guarda gratos recuerdos y dos camisas que siempre lo acompañan. Una se la regaló un amigo, otra la conserva desde hace mucho tiempo. La primera no lo desampara en las noches. “Duermo con ella siempre”, afirma. La segunda la lleva en las fechas más difíciles. No la usó en la final del Torneo Apertura del año 2008 y su equipo, el Deportivo Independiente Medellín, perdió el campeonato con el América de Cali. En el 2009 no cometió el mismo error y su camisa estuvo en la celebración del título de la Copa Colombia de ese año, que supuso el primer campeonato que su equipo, el Independiente Santa Fe, ganaba en 34 años. El Club Atlético Güemes fue el que lo vio nacer pero otro equipo vería a Omar crecer y madurar: el Club Atlético Boca Juniors. “En Boca aprendí todo lo que soy como jugador, conocí gente que influyó positivamente en mi y deje amigos que aun visito cuando estoy en la Argentina”. Con la camisa xeneise debutó el 20 de febrero del año 2000 contra Racing de Avellaneda. Imagen tomada de: http://www.elespectador.com/deportes/futbolc olombiano/imagen-omar-perez-devolvio- alegria-santa-fe el 4 de octubre de 2010

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Reportaje sobre la vida de uno de los futbolístas más prolíficos del balompié colombiano.

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Page 1: Sin Palabras, Sólo Fútbol: Reportaje Sobre Ómar Pérez

‘SIN PALABRAS, SOLO FUTBOL’: UN REPORTAJE SOBRE OMAR PÉREZ

Alguien dice: “Omar, descansa”. Otro le responde: “Si quiere jugar, pues que juegue” y, mientras tanto, Omar espera el balón, lo recibe, no se mueve mucho, advierte un hueco y hace el pase. El delantero corre, llega a la pelota, patea y erra. Omar no dice nada, es calmado, preciso. Espera a que el juego llegue a él y desde su posición lo alimenta. Alguien le dice a lo lejos: “Maestro, maestro, aquí”. Él levanta la cabeza, cambia de banda y surte a su compañero y así la jugada continúa.

Omar Sebastián Pérez nació el 29 de marzo de 1981 en la ciudad argentina de Santiago del Estero. Allí conoció el futbol, jugando en las calles. Fue en el barrio donde empezó su carrera. Su primera camisa fue la del Club Atlético Güemes. “El club que me vio nacer y donde empecé a formarme como futbolista en el juego que me gusta, el juego bonito”, dice, recordando aquellos tiempos.

Del equipo guarda gratos recuerdos y dos camisas que siempre lo acompañan. Una se la regaló un amigo, otra la conserva desde hace mucho tiempo. La primera no lo desampara en las noches. “Duermo con ella siempre”, afirma. La segunda la lleva en las fechas más difíciles. No la usó en la final del Torneo Apertura del año 2008 y su equipo, el Deportivo Independiente Medellín, perdió el campeonato con el América de Cali. En el 2009 no cometió el mismo error y su camisa estuvo en la celebración del título de la Copa Colombia de ese año, que supuso el primer campeonato que su equipo, el Independiente Santa Fe, ganaba en 34 años.

El Club Atlético Güemes fue el que lo vio nacer pero otro equipo vería a Omar crecer y madurar: el Club Atlético Boca Juniors. “En Boca aprendí todo lo que soy como jugador, conocí gente que influyó positivamente en mi y deje amigos que aun visito cuando estoy en la Argentina”. Con la camisa xeneise debutó el 20 de febrero del año 2000 contra Racing de Avellaneda. Omar aprovechó la oportunidad. “Decían que iba a debutar una y otra vez pero nada pasaba, hasta que ese día lo hice y me sentí bien, con muchos nervios, pero bien”. El partido terminó igualado a un gol.

A pesar del buen debut, Omar nunca brilló en Boca. Tuvo buenas presentaciones pero no fue regular. A su bajo rendimiento se le sumó una lesión incurable en la rodilla: una artrosis que Omar describió en el 2003, en entrevista con el diario Olé, como “Millones de dolores dentro de la rodilla”. “Los médicos me dijeron que no es operable y la rodilla va a seguir siempre igual; no hay solución a mi problema”, afirmó en esa ocasión.

Imagen tomada de: http://www.elespectador.com/deportes/futbolcolombiano/imagen-omar-perez-devolvio-alegria-santa-fe el 4 de octubre de 2010

Page 2: Sin Palabras, Sólo Fútbol: Reportaje Sobre Ómar Pérez

En el 2003 Omar fue transferido a Banfield. En el Taladro jugó más minutos y marcó más goles. Ayudó a su equipo a entrar, por primera vez, a una competición internacional: la Nissan Sudamericana del año 2004 en la que, lastimosamente, no duraron mucho. “Se consiguió lo que se quería que era tener más futbol y aportar un poco más”, recuerda al respecto.

Del Taladro Omar pasó al Junior. “Era el momento, era el momento de explorar otros países y otro futbol”, afirma, recordando su llegada al club. A Barranquilla llegó sin pena ni gloria. Su fama lo precedía. El equipo tiburón no quiso firmar un contrato con él, en cambio, ofreció pagarle por cada partido que jugara y así irían viendo como se daban las cosas. “Lo más curioso fue que así terminé ganando más, ellos no querían hacerme un contrato pero eso no fue impedimento”, afirma. Poco a poco Omar se convirtió en ídolo. Las dudas sobre su rendimiento se iban desdibujando y el fantasma de su lesión se agotaba. “Esa lesión no me afecta para nada, a veces, en cambio, me anima a dar más de mi mismo y entregarlo todo en la cancha para que los técnicos se olviden de ella y yo pueda jugar sin presiones. Es como un aliciente para mí”, afirma cuando se le pregunta por el estado actual de su rodilla derecha.

En el Junior empezó con pie derecho. En el finalización del año 2004 marcó el gol que le permitió al equipo entrar al octogonal final. En ese torneo los tiburones se consagraron campeones, por quinta vez en su historia, tras vencer por penaltis (5-4) al Atlético Nacional en la ciudad de Medellín. Omar se convirtió en el símbolo de aquella hazaña. “A la gente le gustó mi juego y así se creó una bonita relación con la hinchada. Además había un buen plantel, unos buenos jugadores. Hicimos nuestro trabajo de la mejor manera consiguiendo el titulo”, recuerda.

En el 2005 Omar llegó, en calidad de préstamo, a Jaguares de Chiapas, allá

jugó apenas 3 partidos en casi 6 meses. “El técnico me dijo que no iba a jugar mucho y eso no me molestó, pensé que eso le pasa a cualquiera. Pero la situación en México fue bastante complicada, mi esposa estaba embarazada y pasamos muchas penurias”, recuerda Omar cuando se refiere a lo que según él fue “Uno de los momentos más molestos de su carrera”.

Imagen tomada de: http://www.futbolred.com/mustang/noticias/finalidafinalizacin08/omar-perez-confia-en-dar-la-vuelta-olimpica-en-el-pascual-guerrero/4726703 el 4 de octubre de 2010

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Al otro año volvió al Junior pero su rendimiento no fue el mismo y los tiburones no alargaron su contrato. De Barranquilla se trasladó para Cartagena. El técnico, Walter Aristizabal, armó un equipo, supuestamente, para ganar el campeonato, sin embargo, el Real Cartagena en vez de ir para arriba fue para abajo, bien abajo. Los pésimos resultados llevaron al equipo al descenso en el 2007. “Fue la peor decisión de mi carrera deportiva. Me dijeron que iban a traer varios refuerzos, que iban a pelear un titulo y me convencieron pero al final solo vinieron dos refuerzos y además se atrasaron varias veces en el pago, fue bastante malo”, afirma de su paso por el Real. “Sin embargo me esforcé por dar lo mejor de mí y, de hecho, uno de los mejores partidos que jugué fue contra el Independiente Medellín, ahí me vio el técnico y me contrataron”.

Omar llegó al poderoso en el 2008, el equipo, en esos momentos, era dirigido por Santiago Escobar y no pasaba por sus mejores momentos. Sin embargo, afirma Omar, “Lo hicimos bien llegando a las finales y respondiéndole a la gente a pesar de la crisis económica por la que pasaba el equipo”. Ese torneo lo perdieron con el América, sin embargo, el futbol mostrado fue bastante bueno. El Medellín siguió su proceso y llegó al título en el 2009, pero Omar ya no estaba en el equipo. “En el Medellín no quisieron alargarme el contrato y yo tenía que vivir de algo. Fue duro porque allí pasé buenos momentos pero sin dudarlo decidí firmar con el Santa Fe”.

Omar Pérez llegó en enero del 2009 al equipo cardenal. El técnico rojo de aquel entonces, el Bolillo Gómez, habló personalmente con el argentino para cerrar el traslado. “Yo estaba contento de que me fuera a dirigir el Bolillo, además la relación con los directivos y el mismo traspaso se hizo de una forma muy cercana, muy amistosa”, remite Omar al respecto. En la casa roja se hizo notar rápidamente, ayudó al equipo a conseguir su primer título en 34 años, y fue pieza clave en las últimas campañas del equipo que aunque no estuvieron plagadas de títulos sí se caracterizaron por una regularidad poco usual en el equipo. El mismo Omar sintió esa regularidad y esa estabilidad. “Yo me retiraría en este equipo si los directivos deciden darme un contrato más largo”, afirma. “En esta casa me he sentido bien, me han tratado muy bien”.

En varias ocasiones afirmó su deseo de nacionalizarse “No solo porque nos gusta este país sino también por comodidad”. Su segundo hijo nació aquí, a su esposa le gusta Bogotá -dice que se parece en algo a Buenos Aires- y el se siente a gusto aunque no deja de molestarle tener que viajar tanto en avión. Lo claro es que Omar se quedó.

Imagen tomada de: http://www.futbolred.com/postobon/noticias/tercerafase2009/en-el-estadio-el-campin-santa-fe-vencio-2-1-al-deportivo-pasto-y-avanzo-a-semifinales/6188007 el 4 de octubre de 2010

Page 4: Sin Palabras, Sólo Fútbol: Reportaje Sobre Ómar Pérez

Alguien grita: cocodrilos, panteras, micos y la gente a su alrededor empieza a correr y a empujarse entre sí. La mayoría ríe, juega desenfrenadamente. Omar está entre todos ellos y se le ve disfrutando con su sosiego característico. Se reúne con sus compañeros, Anchico le lanza un abrazo, Mario González otro. Luego va y descansa. Agustín Julio grita a lo lejos. Centurión ésta en el suelo, bajo las órdenes del médico y él solo mira, calmada y analíticamente. Uno no sabe si es cocodrilo, pantera o mico. Es un

espécimen extraño que mira y ausculta, que parece frio pero enloquece cuando mete un gol y se besa el tatuaje que lleva en el brazo derecho, donde tiene inscritas las iniciales de sus hermanos y padres.

Omar Pérez le tiene miedo a volar, le gusta la butifarra, chatea mucho y le rehúye a las entrevistas, es hincha de Boca Juniors, tiene dos hijos, está casado, vuelve cada vez que puede a Santiago del Estero, le dicen el Bocha, el Calvo y el Cocoliso. En el Junior le decían el soldado universal porque se la pasaba con hielo en los músculos. Omar Pérez es un tipo particular, no habla mucho, pero aprendió un lenguaje que pocos manejan, el de los pases milimétricos y las definiciones de pelota quieta. El no habla mucho, su futbol habla por él.

Juan Sebastián Jiménez

Imagen tomada de: http://www.santafecd.net/Prensa/Centro_de_Prensa/Blogs/%C2%BFQue_hay_que_hacer____pregunten_a_Omar_270-52977.htmlel 4 de octubre de 2010