simbolismo usos y costumbres

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NUESTRO MANDIL Hace mas de 3000 años, en las iniciaciones Esenias, Griegas y Egipcias se ha utilizado el Mandil blanco de una u otra forma y ha pasado de la Masonería Operativa donde se utilizaba durante la construcción de edificios, monumentos, templos y demás construcciones de arte en materia de arquitectura a la Especulativa debido a la importancia de su simbolismo (PERSEVERANCIA, CONSTANCIA y FIRMEZA). Las leyes por las cuales se rige la creación, son las mismas leyes que deben influenciar el diseño de la venerada prenda. "Como es arriba es abajo" Hacia 1717, cuando se fundó la Primera Gr Log en Inglaterra, el color del mandil de los MM (Que era el único artículo conocido de la vestimenta masónica de aquel entonces) era blanco de piel de ovejo o cordero, sin ningún adorno, incluso para las GG DD y OO respalda esta afirmación el hecho que existe una pintura del primer GM Anthony Sayer vistiendo un mandil blanco como la investidura de su cargo. A LGDGADU Gran Logia Regular Multiritualistica de Venezuela ANTIGUA Y HONORABLE FRATERNIDAD DE MASONES LIBRES Y ACEPTADOS Miembro del Alto Consejo Masónico Madre del Mundo y de la Confederación de Grandes Logias Regulares del Mundo SIT LUX ET LUX FUIT

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NUESTRO MANDIL

Hace mas de 3000 años, en las iniciaciones Esenias, Griegas y Egipcias se ha

utilizado el Mandil blanco de una u otra forma y ha pasado de la Masonería Operativa

donde se utilizaba durante la construcción de edificios, monumentos, templos y demás

construcciones de arte en materia de arquitectura a la Especulativa debido a la importancia

de su simbolismo (PERSEVERANCIA, CONSTANCIA y FIRMEZA).

Las leyes por las cuales se rige la creación, son las mismas leyes que deben

influenciar el diseño de la venerada prenda. "Como es arriba es abajo"

Hacia 1717, cuando se fundó la Primera Gr Log en Inglaterra, el color del

mandil de los MM (Que era el único artículo conocido de la vestimenta masónica de

aquel entonces) era blanco de piel de ovejo o cordero, sin ningún adorno, incluso para las

GG DD y OO respalda esta afirmación el hecho que existe una pintura del primer

GMAnthony Sayer vistiendo un mandil blanco como la investidura de su cargo.

A LGDGADU

Gran Logia Regular

Multiritualistica de Venezuela

ANTIGUA Y HONORABLE FRATERNIDAD DE MASONES

LIBRES Y ACEPTADOS

Miembro del Alto Consejo Masónico Madre del Mundo y de la

Confederación de Grandes Logias Regulares del Mundo

SIT LUX ET LUX FUIT

En consecuencia los mandiles originales, copiados de la usanza operativa, eran de

cuero duro, el color blanco (como es natural) sufría los cambios propios al trabajo. Era un

accesorio que pendía del cuello hacia el frente del cuerpo y llegaba hasta más abajo de las

rodillas. Durante el tránsito hacia lo especulativo, el mandil redujo su tamaño, cubriendo al

aprendiz desde la mitad superior del pecho, hasta las rodillas. Se determinó también

representar la pureza del iniciado con el color blanco, usando la piel del cordero para

resaltar esta condición.

Sin embargo, la Gran Logia de Londres comienza a interesarse en la instauración

del sistema de oficios en las logias cabinas a partir del 24 de junio de 1727, que es cuando

decide, por primera vez, que el Maestro y los Vigilantes de todas las logias particulares

deberán llevar las joyas que representan a la masonería colgados a una cinta blanca.

El 17 de marzo de 1731, es cuando precisa que se reservarán los delantales de cuero

bordados con seda blanca para el Venerable Maestro y los Vigilantes, mientras que los de

color y los collares serán para los Grandes Oficiales que portaran como tal el color azul,

aunque no precisa la naturaleza de este color.

De estos hechos podemos concluir que el color original de la gala masónica era el

blanco, color que denota pureza, inocencia e iniciación; y que la utilización del azul es

producto de la Masonería Especulativa (pese a que los operarios de construcción civil en la

actualidad usan cascos azules). El porqué se empezó a utilizar este color encuentra

diferentes teorías y alegorías. La principal es una alegoría al color del firmamento

considerado en muchas culturas (por una cuestión de sincronicidad) como un símbolo de

espiritualidad, verdad, sinceridad, fidelidad e incluso nobleza; como la utilizada por los

hebreos ordenados a bordar sus mantos con bandas de color azul (tchelet o tekhelet) como

un recordatorio de la Ley de Dios. La concepción generalizada en la actualidad es que el

azul es un color propio de los Tres Grados Simbólicos de la Francmasonería, en especial

del MM (considerado exclusivo del MM puesto que, tanto el AM como el

C utilizan mandiles íntegramente blancos, solo les diferencia la posición de la solapa

o baveta).

Es entonces el azul, el color que identifica a nuestra Orden; sin embargo existen

diferentes tonos y matices para el mismo. Una ordenanza para la confección de mandiles

del siglo XVIII menciona que los mandiles deberán ser de cuero blanco, adornados con

seda Azul Charretera. Se hace referencia a la más noble Orden de la Charretera, la que se

distinguía por una liga azul que pendía del cuello otorgada a los caballeros por sus servicios

a la corona inglesa. Se cree que este azul era en un comienzo azul claro, en el matiz

conocido como Azul Cambridge (como el que se utiliza en las LL en Inglaterra), y que se

cambió por uno más oscuro, Azul Oxford. El azul claro, en su alegoría al firmamento, se

asemeja al pálido cielo característico de la región nórdica, en contraposición al azul

brillante del cielo del Mediterráneo Sur al que hacían referencia los hebreos.

De todos los grados regularmente establecidos en los diferentes Ritos de nuestra

orden, los tres primeros corresponden a la masonería azul, que se refiere directamente a las

Log Simb de San Juan, así es llamada por ese color a relacionarse con la espiritualidad,

al orden, a la tolerancia, a la lealtad y a la honestidad, virtudes a ser desarrolladas, en lo

más íntimo de los iniciados en el avance ascendente por la Escala de Jacob.

Considerándolo el color del despertar de la espiritualidad, el azul, es el único capaz

de producir calma, tranquilidad, ternura, afectuosidad, paz y seguridad. Favoreciendo las

actividades intelectuales y disponiendo el ánimo de los hombres a la meditación.

Algunos consideran que el color azul es símbolo de la profundidad. Expresa

armonía, amistad, fidelidad, serenidad, sosiego… y posee la virtud de crear la ilusión óptica

de retroceder. Es asociado con el cielo, el mar y el aire. En conclusión es el símbolo de la

eternidad de Dios y de la inmortalidad humana.

Así como los colores despiertan respuestas emocionales específicas en las personas,

también dentro de la Masonería son utilizados según las órdenes y los grados:

Azul o Grados Simbólicos

Roja o Grados Capitulares

Negra o Grados Filosóficos

Blanca o Grados Administrativos

LAS DOS COLUMNAS DE ENTRADA A NUESTROS TEMPLOS

PUNTO DEL SOL NACIENTE

ESTE

NORTE SUR

JAQUIN BOAZ

OCCIDENTE

Todo Templo masónico tradicional se sostiene en dos columnas, Jy B,

precisamente que simbolizan las columnas que fueron colocadas en el pórtico del Templo

de Salomón. J ubicada a la derecha con respecto al Oriente y B colocada a la izquierda.

La información, aunque en su mayor parte es coincidente, se basa en dos fuentes

distintas: la bíblica e histórica sobre las columnas del Templo del Rey Salomón y la

masónica basada en escritos de miembros de la Masonería. Mi intención es ir entretejiendo

a ambas para tener una visión más completa.

Las Columnas de nuestros templos tienen sus raíces en las del Templo del Rey

Salomón y la tradición Templaría, en cuyos templos también se erigían pares de columnas

marcadas con las letras J y B.

Empecemos por la información bíblica. Cuando los hebreos volvieron a la tierra

prometida, el rey David comenzó a construir el Templo de Jerusalem, el Templum Domini

(El Templo del Señor). Tras la muerte del rey David, su hijo el rey Salomón, prosiguió la

construcción del Templo en el Monte Moriah.

En la obra, Salomón contó con la ayuda de un amigo de su padre David, el rey

Hiram de Tiro, Fenicia, en el siglo XI A.N.E., quien aportó una cantidad de material

considerable para el edificio. El rey Hiram de Tiro por último, le envió a Salomón un artista

en quien moraba el espíritu de la Sabiduría. Hijo de una mujer de la tribu Neftalí, su

nombre también era Hiram (vida eterna) Abif, (padre mío), Hiram Abif (Padre Hiram) era

un maestro masón, y según la Biblia era “lleno de sabiduría, de entendimiento y de

conocimiento para hacer toda suerte de obras de bronce; y vino al rey Salomón, y fue quien

hizo para él toda su obra”. (I Reyes, 7, 14). La leyenda dice que los tres, el rey Salomón, el

rey Hiram e Hiram Abif eran maestros masones.

Y sobre la evolución de la obra, la Biblia nos dice:

“Hiram Abiff fundió dos columnas de bronce. Tenía cada una dieciocho codos de

alto (8,10 metros), y un hilo de doce codos (5,40 mts.) era el que podía rodear cada una de

las columnas. No eran macizas, sino huecas; el grueso de sus paredes era de cuatro dedos.

Fundió capiteles de bronce para encima de las columnas; de cinco codos (2,25 mts) de

altura uno y de cinco codos de altura el otro... Erigió primero la columna de la derecha y le

dio el nombre de Jaquín, y luego la columna de la izquierda y le dio el nombre Boaz. Como

remate de las columnas había una especie de lirio. Así fue acabada la obra de las

columnas”. (I Reyes 7, 15-22). Según el Antiguo Testamento, tras esto, Hiram Abif preparó

más decoración del Templo, fundiendo las obras en una explanada cercana al Jordán. Las

columnas también fueron decoradas con cadenas y dos hileras de 200 granadas.

Se ha supuesto que Salomón, al erigir estos pilares, tenía referencias del pilar de la

nube y del pilar del fuego que iban delante de los israelitas en el desierto, y el de la derecha

o sur representaba el pilar de la nube, y el de la izquierda o norte, el del fuego. Salomón no

los erigió como simples adornos del Templo, sino como conmemoración de las reiteradas

promesas de Dios de soporte a su pueblo de Israel.

Las columnas masónicas que conocemos son muchos menores en tamaño, aunque

proporcionales. Y con respecto al espacio hueco dentro de las columnas de algunos templos

masónicos, aparentemente en ciertas épocas fue usado como repositorio de rollos

constitucionales y diversos documentos. Con respecto a las granadas, que también podemos

ver en nuestros templos, con la exuberancia de sus semillas simbolizan abundancia y

fertilidad. En el caso de las columnas del templo de nuestra logia, hay una serie de granadas

rodeando la base de las esferas. Esta fruta tenía asociaciones místicas en la antigüedad. Para

la masonería denota esa abundancia que es el fruto de una utilización sabia de los dones que

recibimos. Y que teniendo en la mira el progreso de la humanidad, intentaremos elevar el

nivel de nuestra vida moral y social, y la de quienes nos rodean.

Con respecto al texto bíblico leído, hay varios puntos a notar. Uno es que en aquella

época era costumbre determinar los puntos cardinales parándose mirando hacia el punto del

sol naciente y saber que el sur estaba hacia la derecha y el norte hacia la izquierda, por lo

que sur y derecha eran sinónimos, al igual que norte e izquierda.

Cualquiera que pretenda el ingreso al Templo Masónico y por ende conocer la

Tradición de la Orden, debe hacerlo necesariamente a través de estas 2 columnas. Es decir,

las columnas J y B, ambas constituyen el vehículo indispensable para ingresar en los

misterios de la Masonería. Justamente, en la iniciación masónica, el neófito debe pasar por

estas 2 columnas, lo cual representa una resurrección o renacimiento; el hombre viejo, lleno

de prejuicios, apegos y egos, desaparece, dando paso a un hombre renacido en otro estado

de conciencia; al menos en forma aparente al comienzo, mientras los trabajos del Iniciado

empiezan a transmutar su conciencia para el perfeccionamiento de la obra.

Entonces, las columnas son símbolo de rectitud, de equilibrio, de fuerza y de

sustento, el sustento o soporte de una estructura y su fundamento. En ese sentido, pueden

verse como los pilares en donde se asienta y se apoya la obra, representando de esa forma

las bases del conocimiento de la tradición masónica.

Se dice que toda la sabiduría antigua fue escrita en dos grandes columnas, las que

después del diluvio se extraviaron y no fueron encontradas sino hasta después de que se

dispersaron las aguas, cuando Sem, hijo de Noe las halló. En la misma forma en que se ha

transmitido de manera ininterrumpida la Tradición, estas columnas llegaron a parar a

Hermes y Pitágoras, quienes se encargaron de preservar los conocimientos sagrados por

medio de la enseñanza de sus principios. De esta forma, las columnas Jy B representan,

la primera, los conocimientos herméticos que serán necesarios para que todo masón pueda

ir desbastando las impurezas de la piedra bruta en procura de su pulimento y de la búsqueda

de la perfección de la obra; y la segunda, los elementos aritméticos y geométricos del

simbolismo constructivo, de manera que sea posible la construcción del Templo interior, de

la Jerusalem Celeste en el corazón del masón.

Las columnas del Templo simbolizan también las piernas de la Madre Logia por la

que son paridos sus hijos, Madre que ha quedado viuda, no siendo casualidad que los

masones se denominen los “Hijos de la Viuda”.

A este respecto es importante referirse al escultor de las columnas del Templo de

Jerusalem, Hiram. Hiram era hijo de una viuda, tal y como lo testimonian las escrituras,

pero además era un maestro, que conocía no solo los oficios del artesano, sino que era

recipiendario y transmisor a su vez de toda la sabiduría antediluviana, justamente la misma

sabiduría grabada en aquellas dos columnas que Sem recuperó luego de que se dispersaran

las aguas. Por ello, Hiram, iniciado en los misterios, plasmó los principios de la Tradición

Unánime en las dos columnas de bronce que se ubicaron a la entrada del Templo de

Salomón. Estas columnas, que como ya dijimos son símbolo de equilibrio (con Sabiduría)

fueron talladas y hermosamente adornadas (con Belleza) y su diseño y estructura permitía

sostener la totalidad y plenitud del Templo (con Fuerza). Estas energías configuran los Tres

Principios de la Masonería.

Ahora, respecto a las dimensiones de las columnas del Templo de Salomón, éstas

medían casi nueve metros de alto, número que refleja la idea de ciclo, como rueda eterna de

la enseñanza sagrada, y que a su vez es el hilo conductor con el origen primordial.

Matemáticamente el número 9 es el cubo del 3 y como tal contiene en esencia y

potencia la trinidad de principios. El diámetro de las columnas era de seis metros, el cual

fue medido con un hilo de esa misma longitud, hilo que no es otro que aquel hilo conductor

al que recién hemos hecho referencia. Este hilo representa a su vez la conexión con el

origen como hilo invisible que une lo de arriba con lo de abajo, que permite al Iniciado

conectarse con la Unidad y que guarda enorme relación con la plomada, que a su vez es

símbolo de equilibrio. El número seis es asimismo una reiteración del número tres, no

pudiendo omitir la presencia constante del ternario en la simbología masónica,

principalmente en el rito del Grado de Apr no es de extrañar, tampoco, que los capiteles

de la columnas masónicas sean de tres gradas.

Las columnas han sido coronadas con granadas, parcialmente abiertas de cuyo

interior emergen las semillas que simbolizan y encarnan todas las posibilidades de

realización del hombre universal, posibilidades que antes de la Iniciación se encontraban

cubiertas por la cáscara, impidiendo esa realización.

Por otra parte, las columnas del Templo masónico aluden también a los dos

solsticios, significando éstos los límites del sol en su recorrido, norte-sur, invierno-verano.

Cuentan los antiguos mitos que los observadores de los astros o astrónomos se situaban en

un lugar sagrado previamente fundado como Centro y observaban el sol en su recorrido

durante el año, señalando con dos pilares o menhires los puntos extremos en que se

proyectaba la luz solar, tanto en el invierno como en el verano. Ese espacio entre los postes

era el que marcaba el comienzo y final de las estaciones y las fechas que indicaban el

comienzo de la siembre, así como en las que se realizaban las celebraciones solsticiales. Al

mismo tiempo esos pilotes ayudaban a definir los puntos medios relacionados con los

equinoccios de primavera y de otoño.

Finalmente, no podríamos dejar de referirnos a otra relación de las columnas del

templo, con Juan Bautista y con Juan Evangelista; el primero emparentado con el Solsticio

de Verano y el segundo con el Solsticio de Invierno. Precisamente el Solsticio de Verano lo

tendríamos que localizar en la columna de B y relacionarlo con energías descendentes en

el ciclo anual. Contrariamente, el Solsticio de Invierno correspondería a la columna de J

y estaría relacionado con todas aquellas ideas y energías ascendentes propias de la única vía

que nos ha sido trazada, en la que por otra parte las primeras en efecto no están excluidas.

La explicación o el sentido simbólico de las dos columnas "hay que buscarla en el

orden de las referencias cósmicas, en correspondencia con la antiquísima observación ritual

del sol a lo largo del año. El observador se situaba en el centro del lugar sagrado, de cara al

Este, es decir de cara al sol naciente (...) Seguía los desplazamientos progresivos de las

salidas del sol en el horizonte, entre los dos límites extremos alcanzados por los solsticios

de Verano e Invierno.

Las columnas Jakin y Boaz no eran entonces simples elementos decorativos, sino

que con ellas se establecía un enmarque espacio-temporal indicado por las distintas

posiciones del astro solar, posiciones que determinan el esquema simbólico universal de la

cruz cuaternaria, pues al señalarse los solsticios de Invierno y de Verano (correspondientes

al eje Norte-Sur) se obtenía también la situación de los equinoccios de Primavera y Otoño

(correspondientes a su vez al eje Este-Oeste).

Es interesante mencionar además que en el siglo 18, ambos vigilantes se ubicaban al

occidente, de frente al oriente, cercanos a cada una de las columnas que les corresponden

hasta hoy y que se asocian a los dos primeros grados.

Algo más que podemos anotar con respecto a este texto es que parece que era

costumbre en esos pueblos darle nombres a objetos sagrados. En el libro de Éxodo dice: “Y

Moisés edificó un altar y llamó su nombre Jehovanisi”, que en hebreo antiguo significa “las

vestiduras sagradas de Dios”.

Esto nos está diciendo que estas columnas deben haber sido objetos de sacramentos

sagrados en relación con los nombres que se usaban para denominarlas.

En el caso de las columnas, el nombre Jaquín está formado por “Jah” que es una

forma acortada de Jehová o Yahvé y “aichin” que significa “establece”, por lo que el

significado de Jaquín sería “El establece” o “Será establecido”. Y da idea de firmeza.

Por otra parte, Boaz está formado por “Bo” que significa “en El” y “Az”,

“fortaleza”, o sea “en El está la fuerza”.

Otra teoría, y siguiendo con la información bíblica, dice que cada una de estas

palabras es la primera de una inscripción que entera decía: “Que el Señor establezca

(Jaquín) el trono de David y su reino para siempre y entonces en la fortaleza (Boaz) del

Señor se regocijará el rey”. Esta teoría, aunque es lógica e interesante y quizá haya sido el

espíritu de las palabras, no es la impresión que dan los textos bíblicos que simplemente

citan los nombres de las columnas como si hubieran sido nombres personales. Lo cual da

lugar a otra teoría que dice que realmente eran nombres de personas. Jaquin era el nombre

del asistente del Sumo Sacerdote que oficiaba en la dedicación del templo y se asocia con

Salomón y Boaz era el del bisabuelo del rey David y obviamente se asocia con David.

Después de la destrucción del primer templo, como se interpretaba que las columnas

simbolizaban el apoyo divino al establecimiento de la dinastía davidiana, en la

reconstrucción no se les dio importancia.

Lo encontrado en las fuentes masónicas me llevó a la suposición personal que como

Hiram era considerado el primer maestro masón haya tenido motivos esotéricos para elegir

esas palabras. Como por ejemplo aludir a que las columnas sean un símbolo de fortaleza y

firmeza e inclusive protección, como veremos más adelante.

También encontré en varios tratados, especialmente escritos por Maestros masones

norteamericanos, una clara referencia a la estrecha vinculación entre los últimos caballeros

templarios refugiados en Escocia y la constitución de la primera logia masónica moderna

en Londres en 1717. Y la posibilidad de que, por ese motivo, los templos masónicos

modernos sigan la tradición templaría de erigir esas columnas en sus templos con las letras

J y B, como es el caso, entre otros, de la famosa capilla de Rosslyn en Escocia.

El otro motivo es que haya habido la voluntad desde esa época de honrar a Jacques

De Molay, el último maestre templario y el más famoso, considerado mártir y caballero

sagrado (en hebreo Kadosch) por templarios y masones. Las iniciales del nombre en latín

de Jacques de Molay: Jacobus Burgundius Molay son J B y M.

Parece haber un paralelo entre el Arquitecto y el Caballero De Molay, al igual que

Hiram Abif en la Leyenda, encarna los principios masónicos de lealtad, amistad, heroísmo

y valor. Vemos un paralelo con la Leyenda de Hiram, en la que 3 rufianes (Jubela, Jubelo y

Jubelum) lo matan por no querer revelar los secretos de Maestro Masón incluyendo la Gran

palabra Masónica, el nombre de Dios. Los rufianes en el caso de De Molay, fueron el rey

de Francia, Felipe el Hermoso, Guillermo de Nogaret y el Papa Clemente. Felipe, con la

anuencia de Clemente, mandó arrestar a Jacques de Molay en 1307 y torturarlo, y

finalmente lo condenó a morir en la hoguera el 18 de marzo de 1314 sin que, al igual que

Hiram Abif en la leyenda, jamás revelara los secretos de la Orden. En algunas fuentes, se

propone la idea que la Leyenda de Hiram se refiera realmente a Jacques de Molay.

Otro dato es que la Biblia también habla de coronaciones junto a las columnas. En

el segundo libro de Reyes se describe una de tales coronaciones y dice: “Junto a la

columna, conforme a la costumbre”.

Y en el “Catéchisme des Francs-Maçons” de 1744 se menciona que Jaquín es la

columna donde los aprendices reciben su salario. Dice:

Pregunta: Cuál es el significado de Jakhin?

Respuesta: Es el nombre de una de las dos columnas de bronce que estaba en el Pórtico

del Templo de Salomón donde los Aprendices se reunían para recibir su

salario.”

Un último dato, antes de llegar a las conclusiones, es que en las épocas modernas se

agregaron sobre las columnas de algunas logias esferas sobre las que se dibujaron globos

celestes y terráqueos sin ninguna relación aparente con raíces antiguas. Si bien el

simbolismo de representar las dualidades del cielo y la tierra, el espíritu y la materia en el

portal de ingreso parece ser muy significativo. El globo terráqueo debe de ir en la columna

J porque los aprendices están todavía muy pegados a la tierra y en la columna B el

globo celeste porque los compañeros ya comienzan su vida espiritual. Aún cuando se

invocan las energías y estas se toman del globo celeste para ser llevadas a la tierra, para

que estas energías puedan entrar en la logia y circuambular en la misma es necesario la

presencia del maestro de ceremonias sentado al lado de la columna J para halarlas y que

esta penetren la logia, giren y lleguen a la tierra. De no estar sentado el maestro de

ceremonias en ese lugar la energía pasa del globo celeste al globo terráqueo sin pasar entre

nosotros.

En conclusión, como dijimos antes, las columnas no tienen valor estructural al estar

erigidas libremente en la mayoría de los casos y ciertamente en el caso de las que estaban

delante de la entrada del templo de Salomón puesto que no sostenían ninguna estructura.

Tampoco nos parece de gran relevancia su aspecto meramente ornamental o su

posible uso como repositorios de documentos.

Así que el mayor énfasis lo pondríamos sobre el valor simbólico e inspiracional.

Nos resulta obvio que las columnas constituyen un portal muy firmemente establecido y

fuerte que claramente separa el mundo profano de la cámara interior en la que los masones

realizamos nuestros trabajos lejos de “la indiscreción de los profanos”.

También son importantes, como en las coronaciones de antaño, en el momento de la

iniciación, porque ha habido un ingreso o crecimiento masónico que indica que uno está

pronto para un renacimiento espiritual y por lo tanto debe pasar entre columnas ingresando

a un nuevo nivel de conciencia, con la comprensión de que lo que necesita es el firme

control que una de las columnas representa y la fuerza representada por la otra, sabiendo

que control sin fuerza es tan fútil como fuerza sin control.

El candidato avanza con fuerza y poder, pero guiado por la sabiduría y el control. Se

eleva por el poder que está en él, pero llega por la sabiduría de su corazón. Desde este

punto de vista, parece irrelevante si las columnas miden 8,10 metros o si tienen globos,

tazones o lotos encima. Sí es cierto que los pares de columnas, obeliscos o esfinges eran

comunes en la antigüedad y representaban la dualidad, las fuerzas gemelas en toda la

creación, guardianes del templo, portales simbólicos, una conexión entre el cielo y la tierra.

Entonces parece que la lección está allí, en las columnas mismas, el significado del

símbolo a ser leído, comprendido e incorporado, que las columnas representan

silenciosamente.

La verdad que nos enseñan, tan valiosas hoy como cuando fueron erigidas en los

primeros templos, de la necesidad de establecerse sobre un firme cimiento y a través de la

fuerza para emerger victoriosamente de todas las luchas de la vida.

Para terminar, el iniciado en la antigüedad veía el espíritu de Dios en el obelisco o

columna.

El iniciado masónico moderno puede ver en las dos columnas el portal de la senda a

hollar por todos los hombres durante su existencia terrena, los medios por los cuales puede

viajar un poco más lejos, un poco más alto hacia la cámara secreta de la vida en la que mora

la presencia invisible, la voz del silencio, la luz que ilumina el sendero y la sabiduría.

LAS DOS COLUMNAS

JACHIN BOAZ

SUR NORTE

Las dos columnas que se encuentran al occidente y a la entrada del Templo de la

Sabiduría son el símbolo del aspecto dual de toda nuestra experiencia en el mundo objetivo

o reino de la sensación.

La primera, representada por la letra J (Yod), fue la primera letra del alfabeto

cabalístico. De ella surgen todas las demás letras y es como una llama o una pequeña

semilla. En referencia a la unidad expresada en la multiplicidad su valor no es uno sino 10

(las diez esferas del árbol sephirótico.) recorre el templo por el Norte desde la piedra bruta

hasta la luna del Oriente con sus 7 estrellas. Es el Ying oriental: lo femenino, la noche, la

humedad, lo frío, lo pasivo, el silencio, la sombra, la siniestra y los números impares.

La Columna del Norte representa el lado izquierdo, negativo o pasivo del hombre,

cuya respiración es también pasiva en la fosa nasal izquierda, en tanto que el lado derecho,

tanto como la respiración de la fosa nasal derecha, es positivo.

La segunda, representada por la letra B (Beth), es la segunda letra del alfabeto

cabalístico. Significa Casa, y representa a nuestro cuerpo ya establecido y fortalecido. Su

valor numérico es el dos recorre el templo por el mediodía desde la piedra cúbica hasta el

sol del Oriente. Es el Yang oriental: lo masculino, el día, lo seco, el calor, lo activo, la

elocuencia, la luz, la diestra y los números pares.

La manifestación dual de un mismo principio, no es sino dos expresiones distintas

de la misma cosa en su origen. Por ejemplo el frío (azul) y el calor (rojo), son dos aspectos

de la temperatura.

J B

La Intuición-El sentimiento La Razón-El Conocimiento

Isis – Afrodita – Venus Osiris – Ares - Marte

El impulso emocional La precisión científica

El mundo material El mundo intelectual

El negro, la sombra y el azul El blanco, la luz y el rojo

El azufre y la Plomada La Sal y el Nivel

Las dos Columnas son emblema de los miembros de la Fraternidad, verdaderas

columnas espirituales que sostienen con su esfuerzo y entusiasmo la Orden.

Son Remedo de aquellas otras, monumentales, que adornaron el pórtico del Templo

de Salomón y que, según la versión más aceptada, tenían unas dimensiones de dieciocho

codos de altura, cinco de capitel, doce de circunferencia y cuatro pulgadas de espesor en el

bronce de que estaban construidas. El fuste de esas Columnas era hueco y en él se

guardaban los instrumentos de trabajo y el importe del salario con que se hacía pago por sus

labores a Aprendices y Compañeros.

La columna asignada al Aprendiz Masón es la del Norte, que lleva estampada en el

fuste, en la cara que mira a Oriente, la letra “J”, inicial de la Palabra Sagrada del Grado.

Ateniéndonos a la interpretación más remota, la Columna “J” su nombre que

libremente se traduce: “El Establece” –por lo que la Masonería Moderna la tiene como

símbolo del Compromiso.

Esta Columna sólo recibe la débil claridad que emana de la región del Norte, como

débil también debe ser la primera luz que ilumine el conocimiento del aprendiz, para que en

lugar de ofuscarse con la cegadora claridad de un conocimiento desmedido, que no está en

aptitud de adquirir, vaya asimilando lenta, pero constantemente las enseñanzas de su Grado.

Aunque no todos los Templos completan su decoración con las Doce Columnas, que

de manera equidistante deben estar colocadas en las paredes Norte y Sur de la Logia, desde

un punto de vista rigurosamente simbólico deben existir; y damos la explicación de su

significado para conocimiento de los Masones que, no habiéndolas visto en sus propios

Talleres, desconocen su simbolismo.

Esas Doce Columnas –que, por lo común, y para dar mayor capacidad al local, se

hacen figurar como medias columnas adosadas a las paredes- complementan las Dos de la

entrada del Templo, corresponden, cada una, a los Doce Signos del Zodíaco y son

representación de los Doce Meses del año. Emblema, por tanto, de la Unidad del Tiempo,

simbolizan, en conjunto, la Perennidad de la Francmasonería, que a través de todas las

épocas y de todos los tiempos se sostiene inconmovible e indestructible.

Representan no sólo a la Astronomía, sino también a la Arquitectura, pues que doce

son los órdenes de Columnas que ella clasifica, o sean, los cinco primitivos –Dórico,

Jónico, Corintio, Toscano y Compuesto- más los siete admitidos con posterioridad: Ático,

Gótico, Rostral, Abalaustrado. Aislado, Embebido y Salomónico.

EL SOMBRERO EN LA MASONERÍA

El sombrero es una prenda con copa y ala que cubre la cabeza. Es una pieza unisex,

la utilizan tanto hombres como mujeres como defensa contra el frío o el sol y también como

adorno; en algunos casos puede indicar diferencias sociales y en este caso varía según la

dignidad y por razones ritualísticas.

El verdadero sombrero nació en el siglo XIV y adquirió gran popularidad en toda

Europa, aunque sus formas variaron de un país a otro. El traje renacentista halló en el

sombrero su complemento más suntuoso; los materiales preferidos fueron el terciopelo o el

paño, adornados con plumas, cintas y piedras preciosas; mientras tanto, el pueblo seguía

llevando capucha y después adoptó un sombrero de forma redonda. Al imponerse la moda

de la peluca en el siglo XVII, el sombrero se hizo muy ancho y se adornó con encajes y

plumas de forma semejante en los caballeros y en las damas.

Uno de los enseres más misteriosos introducidos en el atuendo masónico es el

sombrero. Sobre él existe poca o casi nula información en la literatura de los tres grados de

la masonería Universal. En la doctrina masónica de Ap se dice casi unánimemente que el

atuendo masónico consta de mandil y guantes blancos; en la correspondiente al 3er grado,

se habla de la banda (en algunos ritos como el francés moderno su uso es opcional). Pero en

ningún caso se habla expresamente del sombrero. El sombrero ha sido de uso común entre

los constructores desde la más remota antigüedad, al igual que el mandil y los guantes; el

primero para protegerse de los elementos y los segundos para cubrirse de las rajuelas de la

cantera.

No obstante, si esto fuera así, quienes debieran usarlos serían entonces

principalmente los AAp y CComp, que son quienes están en la mina y en la cantera, en

lugar de los maestros, que dirigen el trabajo o bien todos sin excepción; aunque al ser

investidos estos últimos como maestros de obra se le otorgaba el sombrero como símbolo

de su jerarquía, pero como sabemos, hoy dia esto no sucede así. Por supuesto que todas

estas prendas tienen un sentido esotérico y ritual, propio del oficio. Para ejercer y ser

partícipe del Arte, son necesarios las herramientas e instrumentos y la personalidad

profesional que se presume haber adquirido. Es difícil imaginar a un mago sin el sombrero

cónico y su túnica, a un abogado sin su toga y su birrete, a un médico sin su bata blanca, a

un sacerdote sin su sotana y su mitra, a un militar sin uniforme, etc.

Desde el punto de vista hermético, durante las ceremonias ritualísticas, en

prácticamente todas las religiones, por lo regular quien las oficia, la alta jerarquía

eclesiástica o los participantes en general, mantienen cubierta su cabeza, en particular la

coronilla. Y es que la cabeza es receptáculo de la fuerza vital, de la mente, la inteligencia,

la sabiduría, el alma, la razón y la coronilla el asiento del Chakra Supremo.

La Corona de los soberanos no era un mero elemento decorativo. El metal o metales

de base, la combinación de piedras preciosas y/o semi preciosas, el mismo procedimiento

de forjado, era producto de un concienzudo trabajo astrológico, alquímico y mágico,

tendiente a potenciar las facultades y minimizar las debilidades de quien debiera ser su

único portador, tal como se hace aun en la actualidad con el anillo de un nuevo papa o con

el sombrero del mago.

Desde 1774, los masones de Lyon Francia, pertenecientes a la Estricta Observancia

Templaría comenzaron una lucha por una reforma en la institución; desde ese entonces

Willermoz comprendió que tenía frente a sí dos herramientas que podrían complementarse

y convertirse en un sistema masónico dotado de una profunda riqueza iniciática –la de los

Caballeros Masones Élus Cohen del Universo- y de una estructura poderosa y eficaz pero,

hasta el momento, carente de espíritu: La Estricta Observancia.

Finalmente en el mes de noviembre de 1778, se convoca a una asamblea en la

ciudad de Lyón en la que se propone y aprueba la llamada Reforma de Lyón; alli se erige

una nueva Orden Masónica Rectificada que se conocerá como Régimen Escocés

Rectificado y su alter ego la Orden de los Caballeros Bienhechores de la Ciudad Santa,

liderizados por Jean-Baptiste Willermoz, Saint Martín y de un selecto grupo de hermanos

masones de Estrasburgo, entre los que se destacan Jean y Bernard de Turkheim y Rodolphe

de Saltzmann.

Es a partir de ese momento que se comienza a usar obligatoriamente el sombrero en

una Logia. Sus rituales de 1775 y 1776 dan constancia de ello. En 1789, el Rito alemán de

Schroeder, impregnado también de la Estricta Observancia Templaría, impuso el uso del

sombrero, que es retirado al candidato antes de su recepción, para serle devuelto en cierto

momento de la Ceremonia. En otros lugares, como en la región de Bristol, el día de la

colocación de una piedra de fundación o de la consagración de un nuevo Templo, todos los

hermanos deben portar el sombrero.

De la misma manera, durante los días en que se celebran las reuniones provinciales,

todos los HH deben cubrirse con él, tanto para entrar en Logia como para salir de ella.

Cabe reiterar que en ningún ritual ni libro de doctrina masónica disponible en

español, se hace referencia a esta costumbre y su forma correcta de practicarla, en

consecuencia su uso no es de carácter obligatorio en ningún Rito.

La información que se tiene de él proviene de referencias aisladas de documentos en

inglés y francés y de lo que se ha preservado (o tergiversado) de boca a oído. Al respecto,

encontramos una breve referencia en una obra en Francés del H Christian Guige: “El uso

del sombrero masónico es una reminiscencia de las costumbres masónicas del siglo XVIII”.

Constituye un elemento de "nobleza" y de calidad, pues solo los reyes, los príncipes, los

miembros de la corte, los titulares de un cargo importante, usaban el sombrero.

No tenemos ni existe ninguna ley escrita que requiera o exija que el Maestro o el

Venerable Maestro deba permanecer cubierto todo el tiempo, el uso del sombrero es una

vieja costumbre traída a la institución masónica durante el siglo XVI, desde entonces es

generalmente reconocido como un símbolo de su cargo y se hizo íntegramente una parte

del sistema del simbolismo masónico como todo.

El sombrero fue copiado en algunos Ritos como un emblema de la autoridad del

Venerable, una marca de distinción de la importancia de su cargo, un visible y conspicuo

signo de su posición como el oficial titular que preside la Logia, pero no es de uso

obligatorio en nuestros Ritos.

En el Rito Escocés Rectificado, el sombrero se hizo por costumbre parte de la

vestimenta masónica, junto con el mandil, los guantes y la espada. No tener su sombrero (o

su espada) equivale a querer entrar en Logia sin mandil o sin guantes.

Desde el grado de Aprendiz, todos los hermanos traen su sombrero, pero solo los

maestros pueden cubrirse con él durante los trabajos.

En la biblia también se dice lo siguiente, el pueblo hebreo entra en el templo con la

cabeza cubierta, de allí la Kipá que por tradición se usa o que puede ser sustituida por un

sombrero, en la antigüedad no todos podían usar sombreros sin embargo tejían un gorro que

también con alguna modificación lo usan los musulmanes, pero en sus rezos, los judíos

llevan un manto y que este manto debe tener al menos un hilo azul para ser válido y generar

la conexión divina, de hecho cuando muere el judío lo entierran solo con una mortaja y si es

hombre le envuelven en su manto.

Cuando los sabios rogaban, se cubrían la cabeza. Era frecuente de verlos cubrirse

por sus talites (mantón de oración) para rogar. Simbolizaban por este acto el hecho de estar

bajo la cubierta de la Ley y así bajo la protección y en la presencia del Eterno…

Con la cabeza cubierta, para muchos de cultura influenciada por la griega, es una

falta de respeto, por eso las personas que usan gorra o sombrero, al sentarse en la mesa para

comer se lo quitan, se descubren la cabeza, lo mismo cuando un caballero saluda a una

dama, es usual ver que se descubre la cabeza como una señal de respeto, pero en la cultura

hebrea bíblica es todo lo contrario, cubriéndose la cabeza es que se demuestra respeto a una

autoridad que está por sobre nosotros, descubrirse o permanecer con la cabeza descubierta

en una falta de respeto.

Cualquier libro de historia nos puede confirmar el hecho que desde el tiempo antes

de Moisés hasta el tiempo de Yeshua, el cubrirse la cabeza era parte de la cultura hebrea,

como señal de reverencia hacia Dios, aún libros cristianos que se han escrito para narrar

como era la vida en Jerusalén en el tiempo del Mesías confirman tal hecho

Cuando perteneces a una comunidad o una institución donde todos se visten del

mismo modo, la única manera de sobresalir es que uno sea original, no su ropa. A la gente

que nos rodea le llamará la atención nuestro carácter, el modo de tratar a los demás, el

lenguaje, el valor de nuestro espíritu, el clamor de nuestro corazón, los sacrificios, la

calidad de nuestras relaciones y la sinceridad de nuestros argumentos. Uno no puede

esconderse detrás de una individualidad basada en el corte de pelo y la moda, debes ser un

sujeto "REAL".

POSICION DE LAS DIGNIDADES Y LOS OFICIALES EN LOGIA

Durante una Tenida cada Q H tiene que ocupar una determinada ubicación en el

Templo, que está definida, ya sea por el cargo que ocupa en la Oficialidad o por el Grado

Masónico que posee. El Simbolismo Masónico hace frecuentemente alusión a esto y

expresa: "La Columna de Maestro", "La Columna Norte", "La Columna del Sur", etc.

Además lo relaciona, fuertemente, con los importantes conceptos de "Rayos Solares" y

"Luz". No ubicarse en el Templo en el lugar que le corresponde significa negar una gran

fuente de simbolismo, y por esta acción, emitir ondas que están en desarmonía con el

espíritu masónico.

El número de dignidades y oficiales (cada uno lleva un collar con una "joya", que es

el símbolo asociado con sus funciones) varía según los Ritos practicados en la

Francmasonería. Sin embargo, existe en toda una terna fundamental: el Venerable Maestro,

el Primer Vigilante y el Segundo Vigilante.

En el Rito Antiguo y Aceptado o llamado también Escocés Antiguo y Aceptado hay 10

oficios:

-Venerable Maestro

-Primer Vigilante

-Segundo Vigilante

-Orador

-Secretario

-Tesorero

-Hospitalario

-Experto

-Maestro de Ceremonias

-Guarda Templo.

En el Rito Escocés Rectificado y en el Rito de Memphis hay ocho oficios:

-Venerable Maestro

-Primer Vigilante

-Segundo Vigilante

-Secretario

-Orador

-Tesorero

-Maestro de Ceremonias

-Limosnero (que equivale al Hospitalario de los demás Ritos).

En el Rito Emulación o Reconciliación hay nueve oficios obligatorios y, además,

siete oficios "tradicionales" no obligatorios para el funcionamiento de la Logia.

Además, existe un oficial que no está inscrito en ninguna de las dos listas pero que

juega un papel importante: el de Past-Master (Pasado Maestro) inmediato, es decir, el

predecesor del Venerable Maestro que está en ejercicio. El Past-Master inmediato toma

asiento a la izquierda del Venerable titular y lo apoya con sus consejos.

La lista de los oficios obligatorios es la siguiente:

-Venerable Maestro

-Primer Vigilante

-Segundo Vigilante

-Tesorero

-Secretario

-Primer Diácono

-Segundo Diácono

-Guarda Templo

-Tejador exterior

Los oficios no obligatorios para el desarrollo de las ceremonias, pero que por lo general son

provistos, son:

-Hospitalario

-Limosnero (distinto del Hospitalario, su papel se limita a realizar las cuestaciones)

-Director de Ceremonias

-Diputado Director de Ceremonias

-Organista

-Diputado Secretario

-Maestro de banquetes.

En este Rito no existe la figura del Orador.

Tres oficios son característicos del Rito Emulación: los dos Diáconos, que portan un

bastón y guían todos los desplazamientos previstos en las ceremonias y llevan los mensajes;

y el Tejador "exterior" que está sentado fuera del Templo, ante la puerta y que encarna al

"guardián del umbral".

TRONO, DESPACHO O ARA DEL VENERABLE

LECTURA RECOMENDADA PARA ENTENDER MEJOR EL ORIGEN DE LA

POSICION DE LAS DIGNIDADES Y OFICIALES EN LOGIA

LAS DIEZ SEFIROT

Una sefirá (pl. "Sefirot ") es un canal de energía Divina o fuerza de vida. Se

describen en la literatura cabalística un total de 11 sefirot, pero siendo que dos de ellas

(keter y daat), representan diferentes dimensiones de una misma fuerza, la tradición habla

generalmente de sólo 10.

Las sefirot representan secuencialmente las distintas etapas del proceso creativo, por

medio del cual Di-s generó desde el mismo núcleo de Su ser infinito la progresión de

reinos, los cuales culminan en nuestro universo físico finito. Como grupo coexistente, las

sefirot constituyen los componentes interactivos de una única estructura metafísica o

espiritual, cuya expresión "génetica" puede ser reconocida en todos los niveles, y dentro de

todos los aspectos de la Creación.

Subyacente al aspecto puramente estructural-funcional de la sefirá, hay una fuerza

motivacional oculta, que es mejor entendida a través de su comparación con algunos

estados psico-espirituales del alma humana. La forma en que el jasidismo expone las

sefirot, consiste básicamente en la articulación de estos estados, y la exploración del rol que

ellos juegan en el servicio del hombre a Di-s en este mundo.

Son emanaciones de Dios y simbolizan diez aspectos distintos del Creador,

constituidos por diez círculos que revelan la multiplicidad de lo Uno, de su divinidad.

Cada una de estas sefiroth tiene una cara oculta y otra visible. Es receptiva con respecto a la

anterior y activa en relación a la siguiente. la cara visible es identificada con el rol que

juega en el proceso de la Creación; la cara oculta es identificada con la fuerza motivadora

que inspira su actividad.

En toda sefirah puede verse un Arbol Sefirótico completo, y en cada sefirah de este

Arbol otro más, y así hasta lo infinitamente pequeño. Y viceversa.

Las sefiroth representan las distintas etapas del proceso creativo, por medio del cual

Dios generó desde el mismo núcleo de su ser infinito la progresión de reinos, los cuales

culminan en nuestro universo físico finito.

El diagrama de las sefirot es El Árbol de la Vida, un sistema de relaciones

intersimbólicas místicas que, para el ser humano, tienen la función de abrir el acceso a las

capacidades escondidas de la psique. En definitiva, es un sistema de teosofía práctica. Estos

círculos son las diez sefirot sagradas y las líneas que los conectan entre sí representan los

senderos, cuyo número es el de 22.

LA ESTRELLA DE DAVID

El simbolismo esotérico es muy rico en conocimientos milenarios. Los talismanes,

amuletos, jeroglíficos, simbología astrológica y mágica, encierran un poder y misterio que

debe conocerse.

En la actualidad lo identificamos irremediablemente con el pueblo judío, pero el

símbolo de la estrella de seis puntas o hexagrama es en realidad un emblema universal que

posee unos orígenes remotos y ha sido utilizado con fines diversos por numerosas culturas:

de talismán protector hasta símbolo alquímico o mero elemento decorativo, ha sido

utilizado por el judaísmo, el islam, el cristianismo e incluso el hinduismo.

Durante siglos, antes de que se popularizara como “Estrella de David” o Magen

David (Escudo de David), este emblema era conocido como Sello de Salomón (Khatam

Suleiman para los musulmanes y Jatam Sholomo para los judíos).

El significado de la estrella de David.

Esta estrella de seis puntas no es la estrella que comúnmente se dibuja, ya que la

otra es de cinco puntas. Si seguimos el dibujo de la misma, encontramos que tiene 12

puntas, las cuales se forman en los 6 triángulos que lo componen. Esto representa las doce

tribus del pueblo judío, los hijos de Jacob, el Patriarca. Todos ellas encierran un espacio, el

cual representa la forma en que acampaban los Hijos de Israel en el desierto. En el centro

estaba el Santuario con los Levitas y Sacerdotes.

A su alrededor las doce tribus en cuatro grupos de tres. Se encontraban en la

siguiente disposición demostrada en la imagen de arriba.

Está compuesto por dos grandes triángulos. Uno con su vértice hacia arriba, y el

otro con el vértice hacia abajo.

Esto nos indica la posibilidad del ser humano de subir la pirámide de la vida,

teniendo como meta el Cielo, o sea los valores espirituales.

Pero la otra pirámide hacia abajo nos dice, que de no querer elevarse y sólo

ocuparse de cuestiones materiales y mundanas, se bajará espiritualmente.

La Estrella o Escudo de David significa el número siete: es decir, los seis puntos

más el centro.

Según los estudiosos, el signo del hexagrama posee un significado similar al del

ying y el yang, como representación de los opuestos, así como de nexo entre el cielo y la

tierra o plasmación ideográfica de la sabiduría sobrehumana.

Sin embargo, el uso más conocido fue siempre el de su carácter protector y mágico,

sin que estuviera vinculado a ninguna religión en concreto.

Así, en la Edad Media era habitual encontrar amuletos y talismanes que reproducían el

Sello de Salomón, generalmente con la estrella inscrita en un círculo y acompañada de

varios puntos.

Se creía que estos dibujos mágicos protegían a su portador del influjo de

demonios y espíritus maléficos, o simplemente de la mala suerte.

También era frecuente grabar el Sello en los marcos o dinteles de la puerta de

entrada a las viviendas o en los escalones de las escaleras, con ese mismo carácter protector

frente a los espíritus o ante posibles incendios.

El prestigioso experto en cábala Gershom Scholem estudió a fondo la simbología

del Sello de Salomón y su función mágico-protectora en el islam y el judaísmo, además de

rastrear sus orígenes.

La identificación más antigua que se conoce de este símbolo con el publo judío data

del siglo XIV, cuando los judíos de la ciudad de Praga lo usaron como signo de identidad.

Sin embargo, no sería hasta finales del siglo XIX, con los movimientos nacionalistas

judíos, cuando adquiriría el sentido actual.

A pesar de este detalle, sí se conocen representaciones del Sello de carácter judío en

épocas más antiguas, como algunos libros hebreos realizados en España en el siglo XIII.

Pero el uso mágico o esotérico de este símbolo no termina aquí.

Tuvo también una gran importancia en la práctica y la iconografía alquímica, siendo

representado en numerosos trabajos sobre la Gran Obra como emblema del fuego y el

agua.

La masonería también cuenta entre sus símbolos con el hexagrama, que aparece

plasmado en motivos decorativos de las logias, así como en objetos y obras de arte de cariz

masónico.

Además, es frecuente encontrar también el Sello de Salomón en numerosas

construcciones cristianas medievales, como elemento decorativo o como símbolo de la

sabiduría divina.

Un magnífico ejemplo lo encontramos en la fachada de la catedral de Burgos, en la

que se ven varias representaciones del símbolo, tanto en el rosetón principal como en

relieves escultóricos.

Otro ejemplo lo encontramos también en una de las fachadas de la catedral de

Valencia.

Y, de forma paralela, fue también un motivo ornamental y sagrado representado de

forma recurrente en el arte islámico, donde encontramos obras bellísimas de gran

refinamiento.

El sello mágico de Salomón

Este símbolo mágico está compuesto de dos triángulos equiláteros entrelazados,

formando una estrella de seis puntas (hexagrama) que refleja el orden cósmico, los cielos,

el movimiento de las estrellas en sus esferas propias, y el flujo perpetuo que se establece

entre el cielo y la tierra, entre los elementos aire y fuego.

Su origen es muy antiguo, según cuenta la leyenda lo recibió del Cielo el Rey

Salomón para otorgarle sabiduría y conocimiento.

Su uso nos da la sabiduría necesaria para alcanzar nuestra meta y nos protege

facilitando la armonía de los elementos opuestos.

DECORACION DEL TEMPLO

El Templo es el lugar en donde se desarrollan los trabajos masónicos y se reúne la

Logia, manifestación del Logos o Palabra que vive en cada uno de sus miembros y

encuentra en su conjunto una expresión armónica Muy completa.

Etimológicamente, la palabra templo se relaciona con el sánscrito tamas,

“oscuridad”, de donde viene también el latín tenebrae “tinieblas”.

Significa, por lo tanto, lugar oscuro, por consiguiente “oculto”. Esto nos dice cómo

todos los templos debieron de ser, en un principio, antes que todo, lugares de recogimiento

y silencio; siempre caracterizados interiormente por esa oscuridad más o menos completa

que favorece la concentración del pensamiento y su elevación hacia lo trascendente, hacia

lo que hay de menos conocido y misterioso.

Todos los templos antiguos, las catedrales, ermitas y mezquitas, cualquiera que

fuese el uso al que estaban destinados, presentaban esta común característica de estar bien

orientados o sea, mirando a Oriente, el cual coincide con el Este, muchas veces con una

exactitud asombrosa.

El Templo Masónico –alegoría del Universo- es un cuadrilátero extendido. Su

longitud es de Oriente a Occidente, es decir “en la dirección de la luz”. Su anchura es del

Norte al Sur (desde la potencialidad latente a la plenitud de lo manifestado), y su altura del

Cenit al Nadir. Esto quiere decir que prácticamente no tiene límites y abarca todo el

Universo, en el cual se extiende la actividad del Principio Constructivo, que siempre obra

en la dirección de la luz, como puede observarse en toda la naturaleza.

La decoración del templo está ordenada como el universo, es decir, cada detalle,

cada símbolo y cada alegoría contiene una explicación específica y clara de lo que

representa, de tal suerte que es analizada desde todos los puntos de vista.

Su decoración especial obedece a la práctica de un sistema de enseñanza Simbólica

y adaptada a las exigencias de un Ceremonial que, en lo fundamental, es universal.

Es evidente que el principal centro emisor de ondas, el Templo, no vibrará con

sentimiento masónico si no está decorado como corresponde al Simbolismo Masónico. Por

muy bonito, o de gran importancia histórica profana que sea el motivo de la decoración, si

no corresponde al Simbolismo Masónico no debe encontrarse en el templo. Debemos

recordar, además, que la principal lección de Simbolismo Masónico para el grado de

Aprendiz, es interpretar los diversos elementos que decoran un Templo; así que intercalar

en él un elemento profano o distorsionar el simbolismo masónico es entorpecerle el

aprendizaje del Simbolismo creándole confusión mental.

Su configuración es rectangular, con las paredes tapizadas o pintadas de Azul. El

color azul representa, generalmente, la Sabiduría siendo emblema de amistad, fidelidad y

de la Perfección Infinita de Dios. Es el color semejante al cielo cuando está sereno. Dicho

color se halla clasificado como el segundo entre los colores primitivos básicos. Es el color

del zafiro y simboliza la dureza del acero, la piedad, la templanza, la dulzura y la

magnanimidad.

En el Oriente encontramos el trono o despacho del Maestro de la Logia, antes de

llegar a este conjunto se pueden encontrar tres escalones más altos que el resto del Oriente.

Sobre el dosel que cubre el trono o despacho, figura el símbolo de la Escuadra, emblema de

la Veneratura. Sobre él, reposan: La Biblia o VLS, la Espada, la Escuadra y el

Compás. No se debe colocar ningún instrumento sobre el Libro Abierto de la Ley Sagrada.

La Carta Constitutiva o Patente debe encontrarse de manera visible y permanente al frente

del trono.

Frente al Ara o despacho igualmente debe existir un reclinatorio o cojines azules

para la toma del juramento, durante la Tenida de Iniciación o Instalación.

En el Occidente, frente a la columna del Sur, donde se encuentra el sitial del Primer

Vigilante debe estar el símbolo del Nivel, emblema de la Segunda Dignidad del Taller.

Paralelo a éste y frente a la columna del Norte, está el estrado del Segundo

Vigilante, debe estar el símbolo de la Plomada atributo de su jerarquía.

Es costumbre colocar al lado de los estrados de las tres dignidades, sobre pedestales

de regular tamaño, las estatuas de Minerva, Hércules y Venus.

Dos columnas elévense a la entrada de Occidente, una escalinata de tres peldaños

las antecede, cuyos ornamentos, orden arquitectónico y dimensiones explicaremos al tratar

detalladamente su simbolismo. En la Columna del Norte está grabada la letra “J”, y en la

del Sur la letra “B”, esto es conocido como la Doble Inversión Moderna, al pie de ambas

Columnas, por los lados Norte y Sur respectivamente, deben reposar la Piedra Bruta y la

Piedra Cúbica.

En el espacio comprendido entre las Columnas y el estrado de Oriente colócase el

Tapiz del Grado o Plancha de Trazar, iluminada por Tres Luces, en tres columnatas

colocadas en escuadra, no existe en masonería Ara o Altares en este espacio.

Cuando nos referimos al Cuadro o Tapiz de la Logia, necesariamente nos

trasladamos a los inicios de la Masonería Especulativa para recordar lo que una publicación

del año 1727 nos refiere sobre la costumbre de los hermanos de entonces, de hacer trazos o

dibujos sobre el piso, fáciles de borrar, para demarcar sus logias con variaciones acordes

con el grado en que estaban trabajando. Este sistema por sus múltiples inconvenientes, fue

reemplazado con el tiempo, por telas pintadas que eran colocadas sobre el piso e incluso

sobre las paredes.

Ese cuadro es el símbolo de nuestro cuerpo y representa gráficamente, para ayudar a

su comprensión los misterios que en nosotros encierran. El cuadro representa:

1. Los siete escalones del templo y el pavimento de mosaico.

2. Las dos columnas de la Orden con el monograma de su nombre, J y B. Y entre ellas,

a la altura de los capiteles, un compás abierto con las puntas hacia arriba.

3. Sobre la columna “J” la plomada y, sobre la columna “B” el nivel. La plomada

simboliza el progreso individual, de abajo hacia arriba, y el nivel la línea recta,

ininterrumpida entre los dos infinitos, o sea que los pensamientos, aspiraciones y

acciones del ser humano deben modelarse como ella, en sentido opuesto a la

gravedad de las tendencias inferiores.

4. A la izquierda de la columna “J” la piedra tosca, bruta, símbolo del cuerpo material

del hombre que no adquirió conocimiento alguno; a la derecha de la columna “B” la

piedra cúbico-piramidal o puntiaguda que representa al hombre perfecto o a aquel

que se afana en la perfección de si mismo. Entre ambas columnas se halla la puerta

del Templo.

5. Al pié del cuadro, una piedra de escribir (losa) y, en la parte superior, una escuadra

en cuyo centro están la imagen del Sol a la derecha y de la Luna, en cuarto

creciente, a la izquierda.

6. Tres Ventanas que dan, una al Occidente, otra al Oriente y la tercera al Sur. En otras

Logias el templo no tiene ventanas: así se representa el hecho de que no recibe la

luz del exterior sino del interior.

7. Al fondo el cielo tachonado de estrellas Todo cuadro está adornado en su alrededor

por el cordón establecido en los rituales.

El techo de la Logia semeja la Bóveda Celeste tachonada de estrellas, donde se

advierten el Sol naciente y la Luna, así como las Doce Constelaciones Zodiacales. De la

parte de Oriente brotan rayos luminosos, cuya intensidad debe ir gradualmente

disminuyendo hasta figurar el firmamento de Occidente un cielo ligeramente nublado

donde campea la Luna.

Un Cordón anudado a trechos o Cadena rodea el recinto de la Logia a 33 Cms. de

distancia desde el techo y el piso, debe ser ajedrezado de mosaicos cuadrados,

alternativamente Blancos y Negros.

En las paredes del Norte y del Sur encontramos doce columnas, seis de cada lado y

de manera paralela, encima de cada una se colocarán de manera secuencial los signos

zodiacales.

Toda esta decoración, tiene la principal misión de impresionar los sentidos del

neófito desde su ingreso al Templo Masónico. La instrucción de su Maestro Guía será de

vital importancia para el poder comprender esos símbolos y alegorías; fortaleciendo las

bases de su formación llegando a comprender la honda lección moral que encierran.

VALLE Y ORIENTE

VALLE de (Vallde...): En los catecismos del siglo XVII, se dice que la logias estaban

ubicadas en los más altos cerros y los más bajos valles del mundo, o en el Valle de

Jeosofat…; el termino valle fue anteriormente usado en las logias simbólicas francesas y

todavía se usa en algunos grados del Rito Escocés para denominar los lados norte y sur de

la logia, en general viene a ser el conjunto de lugares (ciudad, villas, etc) situados bajo una

misma jurisdicción, es decir, se refiere a la ciudad en la que está localizada y efectúa sus

trabajos una Logia.

Así tenemos, que para los escritos masónicos de una Gran Logia, data de la

siguiente manera: Or de Venezuela, Vall de Caracas; Or de Chile Vall de Santiago;

Or de Ecuador, Vall de Quito; Or de Bolivia, Vall de La Paz; Ordel Perú,

Vall de Lima.

Las Logias establecidas en el mismo país, datan, entre sí, de la siguiente manera:

Vall de Caracas; Vallde Maracay; Vall de Maerida; Vall de Zaraza; Vall de San

Cristobal; Vall de Barcelona……….

En esto reina una gran confusión entre los Francmasones, porque no sabiendo

distinguir las diferencias esenciales que encierran las voces Oriente y Valle, las usan

indistintamente sin apercibirse del error en que incurren.

ORIENTE de (Orde): Término que se usa para designar un País o Estado en que está

asentado el Gran Oriente y tiene bajo su jurisdicción a varias Logias en su territorio. Es el

nombre que se da a los Estados o Naciones donde se establece la Masonería. También se

denomina al lugar que ocupa el Venerable Maestro.