silencio, no otra cosa

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SILENCIO, NO OTRA COSA 4 de mayo La morte è silenzio, nient’altro. Así empieza la carta de Roberto. Carta por decir algo: cuatro líneas garrapateadas con su letra de alambre de púas en un papel ma doblado. Voy a pegar la carta acá, para conservarla. Presiento que es la última, que no va a haber más. Como siempre que me escribe, Roberto me produce este regusto de melancolía y distancia. Pesaro, 13 abril 2014 Cara Flavia La morte è silenzio. Nient’altro. Silenzio delle voci tacciate. Ma la scrittura è custode della memoria. Roberto.

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SILENCIO, NO OTRA COSA

4 de mayoLa morte silenzio, nientaltro. As empieza la carta de Roberto. Carta por decir algo: cuatro lneas garrapateadas con su letra de alambre de pas en un papel ma doblado.

Voy a pegar la carta ac, para conservarla. Presiento que es la ltima, que no va a haber ms. Como siempre que me escribe, Roberto me produce este regusto de melancola y distancia.Pesaro, 13 abril 2014

Cara FlaviaLa morte silenzio. Nientaltro.

Silenzio delle voci tacciate.Ma la scrittura custode della memoria.

Roberto.

Manda, tambin, unos cuadernos. No s qu sean. En las tapas est escrito: Mara. Tienen manchas de grasa, orejas, desgarros. 5 de mayo

La zia Mara. Cunto hace que no pensaba en la zia Mara. Es rara la memoria. Guarda todo, detrs apenas de una pelcula muy leve, pero aun as lo conserva. Lo conserva intacto. Y el recuerdo de la zia Mara me volvi a la cabeza, de golpe, como un baldazo, con el paquete que mand Roberto. La muerte es silencio. As empieza la carta. La muerte es silencio, no otra cosa. Algo pasa. Maana temprano llamo al to por telfono.

6 de mayoTodo el da trat de comunicarme con Roberto. No hay caso. Mail a Silvia.

6 de mayo Roberto tiene una papa en el pulmn. No hay nada que hacer. Adems est la diabetes. Puta madre. Roberto, el nico to que todava me queda.

7 de mayo Media tarde leyendo el diario de Mara. Es raro enterarse de cosas que creemos nuestras, por boca de otros. Por ejemplo, saber de pap, tan callado siempre. Cosas de cuando era chico. Tan duro, l. Yo, que siempre cre que no tuvo infancia. Saber que tena un perrito que se llamaba Gato. Que robaba la mermelada de la despensa. Que era celoso de Roberto, pero ms, mucho ms de Gardino. Que tuvo una novia, a los quince: Anna. Pap, que nunca en su vida lo escuch decir ni una palabra de aquella poca, que jams quiso hablar de la guerra.8 de mayoEra una viejita adorable la zia Mara. Bajita, tutta storta, con su rodete de pelo gris perla y el delantal a flores. Pap nos haba llevado aquel verano a conocer a la nonna Isotta, que ya estaba muy enferma. A m no me gustaba en lo ms mnimo aquella nonna, me asustaba su boca torcida, con esa baba que le caa todo el tiempo por el costado y su mano de garra, doblada para adentro. Qu s yo. Pobre nonna, tambin, estaba muriendo. Pero yo no quera ni entrar a la habitacin, con ese olor a remedio, aquel Sagrado Corazn que penda sobre la cama, con su llaga sangrante; y la escupidera, que yo haca esfuerzos por no mirar. En cuanto poda me iba a buscar refugio a la cocina, donde la zia siempre estaba haciendo algo, con la ventana abierta de par en par. El gato esperaba en el vano, quin sabe qu cosa. Mara se limpiaba las manos en el delantal y me daba un beso en la frente. Ciao, fanciulla, me deca. Mail de Silvia. A Roberto le pusieron una mochila de oxgeno. A la nocheFue la zia Mara la que me ense las primeras palabras en italiano, aquel verano. Pap, que recuerde, siempre habl en castellano. No tena amigos italianos, ac. No tena amigos, la verdad, pap. Solo jefes y empleados. Nadie puede creer cuando cuento que pap pidi la nacionalidad argentina y nunca nos lo dijo, que lo supimos recin cuando muri; que se hizo argentino dos aos despus de llegado, y renunci a la nacionalidad italiana, a la pensin de guerra y a la indemnizacin. Mara tena en los cajones de la cocina hojas, lpices de colores, papel carbnico. Para m era como algo mgico, el papel carbnico de la zia Mara. Yo dibujaba lo que sea y ella iba diciendo, uccello, albero, sole, fiori. O sino, mientras tombamos la leche, zucchero, latte, burro. Y yo me rea de la sola idea de untar un pedazo de pan, con un burro

Mara ests donde ests, quiero que sepas que me gano la vida traduciendo, que cada tanto agarro el lpiz as, como lo agarrabas vos, entre el dedo mayor y el ndice, aunque a m no me falta ningn dedo de la mano, y que yo tambin escribo un diario.

10 de mayoFui al kiosco y me compr un Torpedo de frutilla. Me pareci asqueroso. Hay cosas que tienen que quedar en la dimensin del recuerdo. Anoche, antes de dormirme me vinieron a la cabeza estas palabras: ghiaccioli, gelati.

Pap nos llevaba cada maana caminando por la playa hasta la casa de la nonna. Yo escuchaba a los heladeros y repeta ghiaccioli, gelati, ghiaccioli, gelati hasta que mam se hartaba y, para que me quedara un rato callada, me compraba uno. 11 de mayo

A la zia le diverta que yo dijera la palabra ochenta y ocho. Se mataba de la risa con ese sonido. Ese verano debo haber dicho ochenta y ocho, unas mil trescientas veces. En cambio pap dijo mil trescientas veces la palabra cretini. Cada vez que pasbamos por el puente derrumbado y las ruinas de la casa vieja, se sentaba sobre los cimientos, mirando todas esas piedras amontonadas, los hierros retorcidos y despus de un rato deca: cretini. Y despus, mientras se pona en marcha, cretini. Mam me miraba y yo entenda que no tena que preguntar nada. Y as, repitiendo cretini, cretini, caminbamos los pocos metros que quedaban hasta la casa nueva de la nonna. Parece que Roberto pas mejor la noche. Maana lo llamo para hablar unas palabras con l. Silvia dice que el invierno fue muy crudo. Mucha nieve. Hay miedo por algn alud.12 de mayoHabl con Roberto unos minutos. La voz apenas si se le oye en el telfono. Le agradec los diarios de Mara. Le dije que tambin yo escribo un diario. Se emocion. Me pidi que le mande una carta todos los das. Que se la mande por correo. Va area. Nada de mails, que a l le gusta ver mi letra. Y que no lo llame por telfono, porque se cansa. Mi manca il fiato, dijo. Quiere que le traduzca el diario que me mand. No dijo por qu. Lloraba cuando nos despedimos.

13 de mayoEmpec a traducir el diario de Mara pero de a ratos corto y sigo adelante con la lectura. De ella me acuerdo tantas cosas. Por la calle todos la saludaban, era muy querida. buongiorno signorina maestra. Le decan. Yo creo, sin embargo, que a ella ese Signorina le dola en el alma. Lo creo ahora y no s por qu. Me parece recordar, o tal vez sea una trampa de la memoria, que algo en la cara se le contraa, apenas, cuando la gente le deca as, Signorina.Primera carta a Roberto. Le prometo que voy a ir a visitarlo en julio. Los dos sabemos que no es verdad, que no voy a ir, que va a ser demasiado tarde. Dice Silvia que empezaron ayer con la morfina.Cuando se va la generacin que nos precede, quedamos en la lnea de fuego, cara a cara con la muerte, dice la zia Mara en el primer cuaderno, a propsito de la muerte de su madre. 20 de mayo.

Mara se lamenta en su diario por la locura de MIno. Me acuerdo perfecto de Mino. Me daba terror. Lo habr visto, ese verano, si y no, diez veces. Hablaba solo, babeaba y escupa. Mam deca que haba quedado loco por los bastonate. Los bastonate que le daban los fascistas, cuando lo agarraban haciendo de las suyas. No deca mam cules eran de las suyas. Solo deca bastonate y aceite de ricino; mam deca, los fascistas te agarraban y te hacan tomar el ricino hasta que cagaras aceite;21 de mayo

Qu habr sido del povero Mino. Nadie lo quera. Pasaba das enteros sin hablar y de pronto abra la boca y dirigindose a cualquiera empezaba a decir: ti ricordi quando tu, Eugenio, (o Roberto, o Gardino, o quien fuera) quando tu, con quella camiccia nera los hombres empezaban a toser, las mujeres recordaban la leche en el fuego, la plancha enchufada y vena la zia Mara y se lo llevaba despacito.Tuve que ir hasta la librera del sordo para conseguir los sobres va area. Compr como treinta. Pas por el correo. Mand tres cartas juntas. Dicen que en dos das a ms tardar, llegan.

24 de mayoPensar que pap tena apenas un ao ms que Francisco cuando le lleg la leva militar. Roberto, 19. A Enrico, le lleg en el 40. Gardino nunca se present, cuando cumpli los 18, ya Italia se haba rendido.

Tengo problemas para la traduccin. La zia, no s por qu, empez a usar casi todo el tiempo el dialecto. Si tuviera ms tiempo ira a la asociacin marchiggiana. Habr que inventar algo. google.

25 de mayo Pobre nonna: El nonno Emilio, y cuatro hijos a la guerra. Y los dos hermanos, y los tres sobrinos. Las mujeres, mi dios. Las mujeres. Nunca haba pensado en eso. Cmo se hace para aceptar algo as. Y despus, el campo de refugiados. Las tiendas de campaa. Bajo la nieve. El racionamiento. Un zapato por un jabn, por un pedazo ms de pan. Yo ni loca. Que me maten primero. Eran otras pocas, supongo. La nonna estara acostumbrada. Su padre haba sido coronel en la primera guerra No s. Mi amiga Vernica siempre canta Les llagrimes nun ganes batallas. Ser as. No quiero imaginar si nos pasara esto ac, hoy.

Creo que a Marchiggiani allestero le puede interesar el diario de la zia. 26 de mayo Tristeza. Intoxicada de tristeza. No tengo ganas de nada ms. No pueden las palabras concentrar tanta crueldad, tanto infierno. Para qu querr Roberto que traduzca el diario de la ta Mara. No entiendo. Tengo los ojos reventados. Por el esfuerzo pero tambin por la tristeza. Nicolito me pregunta hoy a la salida de la escuela si llor.Fotos. Me encuentro idntica a la zia Agnese. Pap en traje de fajina. El cigarrillo al costado de la boca. Los cuatro hermanos y el to cura. La nonna Isotta. La casa vieja, vista desde el puente.

Internaron a Roberto para una puncin de pleura. Con eso va a estar mejor un tiempo, dicen. No lo creo. No lo creo para nada. Yo esto lo vi con mam. La cosa con Roberto, va rpido.30 de mayoTraduzco lo que puedo, a pedazos. Quiero terminar lo antes posible. Le mand una copia a Roberto de lo que tengo hasta ahora, por mail, Silvia se lo imprime. Que vea que hago lo que me pide. Darle una alegra. Pero est todo entreverado. Faltan muchas hojas. Tal vez un cuaderno completo, o dos. Las fechas no coinciden. Se habr perdido. Quemado. Una pena, una pena. Terrible, terrible todo. Tengo que parar, lograr un poco de respiro. Es tan fuerte; tan, tan fuerte. Pap nunca habl de nada de esto. la gente quera saber de la guerra, en las reuniones le preguntaban siempre, por las batallas, por el hambre, como a un perrito se le pide que haga las piruetas, como a un chico se lo entusiasma a que cuente chistes verdes. Pap se callaba. Y despacito, se levantaba de la mesa.Francisco lleg del colegio con cara de perro, no fui a la reunin para el viaje de egresados. Tiene razn. Todo el da ac, traduciendo. Me olvid por completo. No hay ni una leche. Ni fruta. Ya no les queda ropa interior limpia. Ma, si. Que cocine mongo.5 de junio.

Consulado. Tres partidas y un contrato para traducir y legalizar. Como siempre, lo quieren para ayer. No puedo. Esta semana, no. Que se busquen a otra.

El tercer cuaderno est ilegible. La letra de la ta est cambiada, acostada para la derecha, llena de tachaduras. Por momentos tengo que llenar los vacos.6 de junio

Entre las tachaduras, los raspones y las manchas, todo el da para traducir esto:

28 Agosto 1944 cerca de medianoche. Tirados a medias en las camas deshechas, con el eco montono de las canciones de los alemanes el estruendo siniestro de caones provenientes del sur. Los silbidos agudos rompan el aire trrido de agosto e iban a morir al valle del Foglia. Ese fuego que iba creciendo hasta llegar a abrazar todo el cielo.

Nadie hablaba pero cada uno de nosotros comprenda que el frente de guerra estaba ac.la oscuridad era profunda, los silbidos de los proyectiles cada vez ms frecuentes y el susurro de los soldados alemanes entre las caas, cada vez ms terribledescargar sobre el Foglia, donde fue instalada la Lnea Gtica, sus armas de muerte. alemanes que exigan... Tenan hambre y sueo. Devoraban al paso y se tiraban en nuestras camas, por turnosuna convulsin infernal, precedida de explosiones terrorficas nos lanz en todas direcciones. silencio total y prolongado, roto solamente por algn dbil lamento

Esperaba la muerte, y encontrarme con Dios. Senta el cuello, la espalda, mojarse con la sangre caliente que manaba de mi cabeza slvenme, estoy viva.

Mi hermana, con un brazo roto colgando, llegu al portn donde estaba tirado el cuerpo sin vida de Pina, el pobre Marronchini, decapitado. soldados polacos.17 de junio

El novio de la zia muri en el frente ruso. Se llamaba Piero, era de Ancona. Tena veintiocho aos. A pesar de la foto ajada, se puede ver que era buenmozo.

18 de junioMail de Silvia. Roberto con respirador. No le dan ms que tres o cuatro das. Yo igual le voy a despachar las cartas. Le voy a seguir despachando cada da una. Silvia me prometi que se las va a leer. Me contaron que a la gente, aunque est en coma, hay que hablarle.