significado de los movimientos comunita rios actuales

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Significado de los movimientos comunita- rios actuales cara al futuro Hace unos alios en G., ciudad deI Norte de Europa, surgi6 el deseo, en buena parte necesidad, de crear unas celebraciones litûrgicas que ha- blaran mas el idioma de la juventud. Pero pronto atrajo también a los mayores. Fue des de el principio un gesto ecuménico: las distintas iglesias de aquella ciudad se unieron para la creaci6n de esta liturgia "alternativa". El culto se celebraba al principio de una manera rotativa en templos de distintas iglesias cristianas, mas adelante tuvo un lugar fijo no sacral. Se intentaba celebrarlo mas de acuerdo con la mentalidad actual, mas enraizado en la cultura actual. Unos estabas muy preocupados por los problemas de justicia y paz, por llegar a un compromiso real, activo en 10 social y poHtico tanto en el propio ambiente coma cara al Hamado tercer mundo. Otros acentuaban mas la necesidad de redescubrir un lenguaje nuevo para la vivencia reli- giosa dei hombre de hoy y de alH. Los distintos grupos que se iban for- mando, asi coma las celebraciones litûrgicas, unas veces resaltaban mas un aspecto, otras el otro. Tenia importancia el hecho de que a toda esta gente la unieran lazos personales, la organizacion, las estructuras; la ins- titucion no la debian de tener apenas; era un estar caminando improvi- sando. Las relaciones con las respectivas instituciones eclesiales respondian a esta manera de ser y de concebir las cosas. Los catolicos intentaron siem- pre mantener el dialogo con su obispo, desde una gran independencia, cos a que se logr6 a pesar de que habia distintos puntos de vista y un en- contrarse mas alla de 10 oficialmente admitido, por ejemplo, en cuestion de convivencia ecuménica. Si bien se habia empezado en un nûcleo pequefio, el nûmero de miem- bros fue creciendo mucho, llegando a varios miles, en cosa de pocos afios. Se hizo necesaria entonces, segûn unos, una organizacion minima, un

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Significado de los movimientos comunita­rios actuales cara al futuro

Hace unos alios en G., ciudad deI Norte de Europa, surgi6 el deseo, en buena parte necesidad, de crear unas celebraciones litûrgicas que ha­blaran mas el idioma de la juventud. Pero pronto atrajo también a los mayores. Fue des de el principio un gesto ecuménico: las distintas iglesias de aquella ciudad se unieron para la creaci6n de esta liturgia "alternativa".

El culto se celebraba al principio de una manera rotativa en templos de distintas iglesias cristianas, mas adelante tuvo un lugar fijo no sacral. Se intentaba celebrarlo mas de acuerdo con la mentalidad actual, mas enraizado en la cultura actual.

Unos estabas muy preocupados por los problemas de justicia y paz, por llegar a un compromiso real, activo en 10 social y poHtico tanto en el propio ambiente coma cara al Hamado tercer mundo. Otros acentuaban mas la necesidad de redescubrir un lenguaje nuevo para la vivencia reli­giosa dei hombre de hoy y de alH. Los distintos grupos que se iban for­mando, asi coma las celebraciones litûrgicas, unas veces resaltaban mas un aspecto, otras el otro. Tenia importancia el hecho de que a toda esta gente la unieran lazos personales, la organizacion, las estructuras; la ins­titucion no la debian de tener apenas; era un estar caminando improvi­sando.

Las relaciones con las respectivas instituciones eclesiales respondian a esta manera de ser y de concebir las cosas. Los catolicos intentaron siem­pre mantener el dialogo con su obispo, desde una gran independencia, cos a que se logr6 a pesar de que habia distintos puntos de vista y un en­contrarse mas alla de 10 oficialmente admitido, por ejemplo, en cuestion de convivencia ecuménica.

Si bien se habia empezado en un nûcleo pequefio, el nûmero de miem­bros fue creciendo mucho, llegando a varios miles, en cosa de pocos afios. Se hizo necesaria entonces, segûn unos, una organizacion minima, un

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equipo coordinador que también pudiera orientar. Otros se oponlan ro­tundamente a ello.

Los problemas fueron surgiendo en tomo a este punto, pero también en otros sentidos. Con el tiempo, ni los pastores ni tampoco los laicos que hubieran querido tuvieron la posibilidad de orientar de alguna manera la liturgia; ésta dependla cada vez mas de un grupo que se habia ido im­poniendo y que aeentuaba cada vez mas unilateralmente el aspecto de la acci6n, el compromiso activo, sin a la vez; cuidar la reflexi6n en profun­didad, los aspectos -como diria la teologia dionislaca de nuestros anos­lûdicos y gratuitos de adoraci6n y trascendencia, que otras muchas per­sonas estaban ansiando poder cultivar precisamente alli.

Después de va rios anos de experiencias valiosas, por fin las tensiones llevaron a que la "city-liturgia" de jar a de existir como tal, si bien el im­pulso que dio probablemente seguira actuando a través de las personas y pequenos nûcleos que en su ambiente cuajaron.

lSera ésta la suerte que hayan de correr muchos de los movimientos comunitarios actuales? El haber comenzado con este ejemplo pudiera sugerirlo, pero veamos un poco mas despacio 10 que esta sucediendo (1), intentando comprender el trasfondo de estos acontecimientos (II). Ello posiblemente ayudara a calibrar mejor su valor e importancia cara al fu­turo (III).

Estamos presenciando un "resurgimiento comunitario" 1 que se ma­nifiesta de muchas maneras y a distintos niveles: local, coincidiendo a me­nudo con el parroquial (A), congregacional (B), 0 como movimiento ecle­sial en sentido univers al (C).

A. NIVEL LOCAL

Sucede, por ejemplo, que en una zona determinada de una ciudad, algunos cristianos quisieran participar de un modo responsable en una pa­rroquia, pero que ésta no demuestra ningun interés en su colaboraci6n 0 la quiera integrar de una forma paternalista. De un modo natural esto lleva a que estas personas se reûnan entre SI y comieneen a haeer 10 que en el am­bito de la parroquia no les fue posible: reflexionar sobre su fe, vivirla en conexi6n estrecha con su vida y comprometerse en la sociedad, importan­dole poco las cuestiones dogmaticas, celebrarla juntos con algun saeerdote que les apoya 0 que incluso les estimu16 a reunirse asî. Estos se sitûan en estas comunidades coma hermano entre hermanos.

1 Cfr. M. USEROS, Cristianos en comunidad, Sfgueme, Salamanca, 1970.

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Unas veces habra buen contacto con la parroquia, otras no. Aigunas veces la iniciativa partira de la misma parroquia 0 ésta surgira, si es nue­va, sobre la base de alguna comunidad que ya se reunia asi. ,

Hay comunidades que surgen de una manera interparroquial, sin estar territorialmente inscritas en el ambito de una parroquia determinada, pero se acogen a 10 mejor a una iglesia universitaria 0 les une algun interés 0

alguna funci6n comun en la sociedad. Se caracterizan por ser grupos reIativamente pequenos, 10 cual hace

posible que existan relaciones personales entre sus miembros que partici­pan de una forma activa y responsable en la vida comunitaria. La parro­quia es considerada a menudo comunidad de comunidades en los casos en que existen buenas relaciones y entendimiento mutuo.

En general se habla de ellas denominandolas "comunidades de base": "un grupo cristiano que, partiendo de su iniciativa 0 por arientaci6n de otros, coordinados por el servicio de la jerarquia, empiezan a vivir a nivel intenso de iglesia, realizando en la practica la uni6n visible (entre si y con los demas cristianos), la acci6n misionera, el profundizar su fe, la expre­si6n liturgica 0 cultural y se comprometen con la realidad para transfor­maria con eI fermento deI evangelio" 2.

El cristiano miembro de una comunidad cristiana de este estilo es un nuevo tipo "que hay que entender con relaci6n al cristiano masa. M. Gamo describe asi. .. este nuevo tipo: con una fe consciente y progresivamente adulta, desinfantilizaci6n y conocimiento mayor de la Biblia, desreligiosi­zaci6n y cristianizaci6n a la vez de su fe, sentido permanente de conver­si6n; con una actitud de responsabilidad creciente ante el hoy y eI ma­nana de la iglesia; con un aterrizaje cada vez mas realista en los problemas humanos (compromiso temporal, critica de 10 que hay y conciencia crea­dora).

Ademas, se aspira a una vida comunitaria, en la que cuenten mas las opciones personales y en cuya dinamica participen todos, cada uno segun su propio don y posibilidades ...

Se aspira, par fin, a un nuevo tipo de presencia de los cristianos tanto en la iglesia como en la sociedad. Del gesto individual se pasa al gesto colectivo. Y asi proliferan las declaraciones en momentos de emergencia" 3,

Existen también comunidades cristianas, que en cuanto a sus aspira­ciones comunitarias se parecen mucho a las anteriormente descritas, pero que se centran mas en un redescubrimiento de la dimensi6n religiosa au­téntica y tiene mucho menos peso a niveI de comunidad la asunci6n de compromisos socio-pollticos. Son igualmente una alternativa frente a la parroquia tradicional. Asi aparece todo un abanico de posibilidades en

2 J. A. VELA, citado por M. USEROS, op. cit. p. 155. 3 Op. cit., PP. 165·166.

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cuanto al compromiso en la sociedad, coma tal comunidad 0 coma miem­bros individuales de comunidades sensibilizadoras, liberadoras, en cuanto al redescubrimiento de la dimensi6n contemplativa, de profundidad en la vida cristiana y a la distinta acentuaci6n de cada uno de los dos aspectos; todo ello muy condicionado por el estamento social al que se pertenece.

B. NIVEL CONGREGACIONAL

Es curioso constatar que algo muy amllogo estâ ocurriendo en las con­gregaciones religiosas que en su origen surgieron ya coma pequefia iglesia en la Iglesia. Cosa que de otra forma y en otro sentido ciertamente tam­bién pretendia ser la parroquia. Pues bien, también en las con gregaci on es se advierte claramente esta tendencia a los grupos pequefios, a las frater­nidades misioneras. Las comunidades mâs recientes estân ya estructura­das asi, p. ej.: Hermanitas y Hermanitos del P. Foucauld, Verbum Dei (de origen mallorquin), comunidad de Betania (Paises Bajos) ... 0 si no 10

estân por entero, tienen sus pequefias fraternidades ademâs de una comu­nidad central de tipo mâs bien monacal y mayor: Taizé, p. ej., las Diaco­nisas de Reuilly después de su renovaci6n, algunas hermanas de Grand­champ (reformada), la comunidad de Selbitz en la Alta Franconia (lute­rana), etc.

Las congregaciones mâs antiguas ven desarrollarse en su sena una clara tendencia en esta direcci6n que se expresa en una reagrupaci6n per­sonalizada en pequefios grupos que emigran de los grandes conventos, de las comunidades de gran numero de miembros y marchan a algun piso 0

chabola para insertarse en la vida de la demâs gente.

En el grupo pequefio buscan las siguientes ventajas: el que "no se presente coma un poder 0 instituto, sino coma un fermento de testimonio evangélico; crea unas condiciones buenas para formar una comunidad de amor donde la obediencia es colaboraci6n fraterna, la pobreza corn partir con los hermanos, la virginidad convivir en amor; el grupo pequefio ofre­ce mâs posibilidades al desarrollo de la persona y posibilita una mayor provisionalidad y movilidad. Les permite "insertarse en la vida corriente, a encarnarse, sobre todo en los ambientes mâs necesitados. Esto lleva con­sigo el evitar cualquier forma en el vestir, en el horario, etc., que resulte artificial y extrafio, levantando barreras. En gran parte tiene que ver con una necesidad de conectar con las corrientes de nuestro tiempo y con estar cerca de los acontecimientos para poder aportar una visi6n critica y profé­tica en el sena de la sociedad actual.

Muy relacionado con 10 anterior, estâ una inquietud por los problemas sociopollticos y el vibrar ante los grandes problemas que tiene planteados el mundo en que vivimos. De alli surge un compromiso de presencia, no

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tanto por tal 0 cual obra apost6lica, coma por la forma de vida. El trabajo que se elige puede ser entonces cualquiera. Lo que caracteriza al grupo es su forma de vivir, no un trabajo determinado, una "obra".

En las pequefias comunidades se crean un as estructuras muy distintas respecto a la autoridad, tendiendo a una fraternidad democratica, donde se toman las decisiones colegialmente. De parte de la autoridad central deI instituto, se espera confianza y libertad, siendo importante una buena co­municaci6n. Estos grupos normalmente sienten la necesidad de revisar sus experiencias de vida y confrontarlas con el evangelio. Por otro lado, si la comprensi6n deI evangelio no parte de la vida, de la experiencia, se acepta dificilmente. De igual manera debe llevar a un compromiso concreto. Casi todos los grupos sienten necesidad de reflexionar muy desde la raiz y des­cubrir 10 nuevo caminando, viviéndolo. Se va borrando la oposici6n entre vida activa y contemplativa, alli donde se Ilega a una reflexi6n profunda" 4.

Aunque en general -seglin encuestas hechas- los grupos desean se­guir su camino en contacto con sus congregaciones respectivas, la actitud de éstas ante las pequefias comunidades es muy diversa. Por una parte, porque éstas ultimas difieren entre si. El planteamiento de unas es mucho menos radical que el de otras, tratândose en el fondo de la vida tradicio­nal trasplantada a un piso y una comunidad pequefia. Otras en cambio emprenden caminos mucho mâs inexplorados intentando re-crear la vida religiosa en nuestro tiempo desde unos presupuestos nuevos. Estas ultimas, naturalmente, crean mâs fâcilmente tensiones. Por otra parte depende de la flexibilidad de los institutos a que pertenecen, en una medida muy gran­de. El resultado es que un as veces se las tolera, sin apoyarlas, en general, y sin que influyan mucho en el resto, otras veces las pequefias comunida­des llegan a ser un fermento de renovaci6n en el instituto, pero también puede suce der, y ocurre bastante, que los superiores las consideren incom­patibles y las excluyan. En este ultimo casa estas comunidades se plante an el seguir por el camino entrevisto aun desligândose de su concregaci6n. La experiencia demuestra que ello dificulta enormemente el caminar sin desfallecer.

Existen evidentes analogias en las relaciones pequefia comunidad-con­gregaci6n y comunidad de base-parroquia y en 10 que mueve a las peque­fias comunidades de religiosos y a las comunidades de base. Es muy fre­cu ente ver que miembros de las primeras se integren en las segundas 0 in­cluso sean sus promotores. Alguna congregaci6n, coma p. ej. la comunidad de Betania, estâ concebida coma comunidad que a través de pequefias fraternidades es promotora de comunidades, generalmente en ambientes mâs bien alejados de la Iglesia.

4 A. SCHLÜTER, Formas de comunicaci6n en el interior de los Institutos Religiosos, Ponencia en la III Semana Nacional de Reflexi6n para Religiosos y Religiosas, Madrid, 1974.

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C. NIVEL ECLESIAL

Los movimientos anteriores todos tienen que ver de una u otra manera con la renovaciôn de la Iglesia, con conversiôn a una vida mas evangélica. Pero admas de vuelta al evangelio, rasgo comun en todos e11os, se trata de una vuelta desde una situaciôn histôrica nueva, desde presupuestos hu­manos distintos, 10 cual hace que no sôlo se trate de vuelta, sino de re-des­cubrimiento y re-creaciôn, al mismo tiempo.

A nivel de Iglesia en sentido amplio, universal también se perciben unas evoluciones de rasgos muy parecidos y "lenguaje" analogo, conecta­do a menudo directamente con los movimientos anteriores.

Tuvo su gran momento la Acciôn Catôlica anos atras, coma organiza­ciôn perfectamente estructurada y jerarquizada. Hoy en dia, en cambio, atrae mucho menos. El hecho esta a11i y se puede constatar facilmente, aunque las interpretaciones del mismo varien, asi coma las soluciones que se proponen cara al futuro.

En la pastoral juveni1llama la atenciôn, desde hace anos, que el lugar de las organizaciones y asociaciones juveniles masivas, creadas por lideres, 10 van ocupando en gran parte los clubs y grupos mas 0 menos provisio­nales y espontaneos, surgidos de la base 0 en tomo a nucleos cercanos a ella. Los grandes movimientos nacidos en la Iglesia de hoy, los que atraen a multitudes, tienen unos rasgos muy distintos de los de antes.

Existen movimientos, de origen no tan reciente precisamente, que han pasado por una transformaciôn, en que se compruebe este cambio. Por ejemplo, estan a11i las "comunidades de vida cristiana", con sus varias ramas, surgidas en las congregaciones marianas. No todas ni en todos los paises en igual medida han logrado el cambio, pero muchas si. El mismo nombre, en comparaciôn con el anterior, es significativo: comunidades en lugar de congregaciones, cristianas en lugar de marianas, con un acento en "vida". Han pasado a ser ahora pequenos nucleos, formando comunida­res personalizadas y comprometidas desde su fe en el mundo, cuyos pro­tagonistas 10 son los mismos miembros, donde antes tenia mucho mas peso el sacerdota 0 la monja.

Durante un encuentro ecuménico organizado por el centro UNO en Roma, en junio del 1965, Chiara Lubich, que esta en el origen deI movi­miento de los jocolares, Obra de Maria, describiô su espiritualidad coma "social, comunitaria, colectiva" 5, en oposiciôn a otras que pueden ser vividas individualmente y pone coma ejemplo la espiritualidad de la pobre­za de S. Francisco de Asis, la deI pequeno camino de Sta. Teresita deI Nino Jesus, la de la oraciôn y contemplaciôn de Sta. Teresa de Avila.

5 CH. LUBICH, Nuestra Esperanza, en Ciudad Nueva, 1966, n. 3-4, p_ 6.

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Para Ch. Lubich y todos los focolarinos la Iglesia es ante todo "comuni­dad, es el amor" 6. Son centrales para ellos frases deI evangelio coma las siguientes: "Amaos los unos a los otros, coma Y 0 os he amado. En esto conoceran que sois mis discîpulos" y "Lo que hiciste al mas pequerro, a mî me 10 hiciste"; "Sed todos una misma cosa, coma tû, Padre, en mî y yo en ti; que ellos también 10 sean en nosotros, para que el mundo crea ... "; "Donde dos 0 tres estan reunidos en mî nombre, yo estoy en medio de ellos"; "Padre nuestro ... venga a nosotros tu Reino".

Ch. Lubich decîa en la misma ocasi6n: "En la actualidad, el mundo no necesita tanto que se piense y que se razone. Lo que verdaderamente precisa es de numerosos cristianos que vivan a Jesûs ... para que comu­niquen la vida" 7. "No tendemos tanto a estudiar el evangelio coma a vi­virlo. Porque no hemos nacido a nuestro Movimiento para hacer teologîa ... Hemos nacido a este movimiento para vivir a Cristo, para que Cristo esté en medio de nosotros" 8

Este movimiento naci6 en Italia, en Trento, hacia el final de la guerra deI 39, en media de los horrores de los bombardeos. Se ha extendido por un centenar de paîses coma bajo el soplo deI Espiritu Santo. Se fundan pequerros hogares masculinos 0 femeninos, ho gares fraternales denomina­dos focolares, donde se vive 10 mas intensamente posible el ruego de Cristo: Padre, que todos sean uno. Los focolarinos y focolarinas, miembros de estos hogares, estan reconocidos coma instituto secular. Alrededor de ellos los "voluntarios": casados, solteros, sacerdotes ... En los encuentros de verano, las Mariapolis, de marcado caracter ecuménico, se reûnen cientos y hasta miles de personas todos los arros en distintos lugares de varios paî­ses: un reportaje de la "Croix du Midi" hablaba en 1965 de 1.400 reuni­dos en Watten, 400 en Solsona,800 en Mallone, 1.800 en Assisi, 2.000 en Merano, 700 en Sicilia, etc. 9.

Estos encuentros tienen un caracter bien distinto de 10 que fueron las grandes concentraciones juveniles de la primera mitad de este siglo. Diri­gidos "desde arriba", no les suele ir el nombre de encuentros, sino mas bien el de movimientos de masas, demostraciones al aire libre, de progra­mas polîticos (el socialismo), de testimonios de fe en el ambito de las igle­sias. A principios de siglo el Ejército de Salvaci6n desfilaba por las calles en muchas ciudades deI mundo, cantando himnos con acomparramiento de trompetas. Es también cuando el movimiento scout de Baden-Powell se expande por el mundo y Mgr. Cardijn organiza la JOC. Es el tiempo de los movimientos centrados en torno a lîderes carismaticos que inspiran a sus seguidores. Algunos de ellos han ido evolucionando con el tiempo.

6 Id., p. 12. 7 Id., p. 11. 8 Id., p. 10. 9 La ciudad donde todos se aman, en Ciudad Nueva, 1966, n. 3-4, p. 34.

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Asi por ejemplo, el movimiento juvenil deI Graal. N ace entre las dos guerras mundiales en Holanda 10. Organizaba juegos religiosos en estadios y polideportivos y demostraciones testimoniales por las caTIes. En buena medida se entremezclaba una actitud triunfalista de unos cristianos recién salidos deI ghetto. En aque110s anos se proclamô a Jesucristo Rey de la Tierra y éste coma muchos otros movimientos juveniles le 11evaban coma tal en sus estandartes, porque no faltaban las banderas y los uniformes multicolores.

El movimiento deI Graal encierra, sin embargo, ya entonces e1ementos muy "modernos". Las "mujeres de Nazareth", fundadas inmediatamente después de las de Betania 11 por el mismo sacerdote, J. van Ginneken S. J., en los anos 20, formaban y forman el "nucleo" deI Graal. Todo se basaba en la formaciôn de pequenos nucleos de gente entregada, pequenas células que iban a ejercer su influencia evangelizadora a la manera de la levadura que fermenta la masa. Se trataba y se trata principalmente de una irradia­ciôn de fuerza espiritual en medio deI mundo a través de una encarnaciôn y dedicaciôn a los problemas sociales de la joven obrera. Esto fue algo nuevo en la Iglesia de entonces, asi mismo el haber afirmado coma uno de los primeros y haber confiado de hecho una gran responsabilidad a los laicos, acentuando especialmente el pape1 de la mujer a realizar en la tarea de la extensiôn deI Reino de Dios.

El Graal hoy dia ya no organiza las manifestaciones juveniles de anta­no en polideportivos ni por las ca11es, pero sigue siendo una fuerza vital, p. ej., en Inglaterra y especialmente en Estados Unidos, sostenido por pequenos nucleos de personas entregadas, coma un matiz marcadamente ecuménico que le viene de sus mismos origenes.

Una nueva experiencia de ser Iglesia, la estân teniendo en estos ulti­mos allOS los miles y miles de jôvenes de todo el mundo que 11egan a Taizé para preparar y ultimamente inaugural' el "concilio de los jôvenes". 40.000 fueron los a11i reunidos deI 30 de agosto a 1 de septiembre ultimo, seglin nos cuentan en muchas lenguas periodistas de todo el mundo. Nada de organizaciôn, de documentos al estilo de 10 que suelen ser normalmente asambleas. En lugar de e1lo: oraciôn comun y testimonios personales de cualquier parte deI mundo, diâlogo en pequenos grupos para ahondar en e110 y re1acionarlo con las situaciones en el propio ambiente; vuelta a sus lugares de origen para seguirlo comunicando y viviendo en pequenas cé­lulas.

El nucleo inspirador y acogedor de este profundo y amplio aconteci­miento 10 forma el monasterio ecuménico e interconfesional de los monjes de Taizé, con su prior, el hermano Roger Schutz.

la Cfr.The GraU Review, 1965, n. 2, y Mosaic (notes and news from the Grail), prlmavera 1967. 11 Cfr. este artlculo mas arriba, p. 3.

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De entre los mensajes de Pascua, que desde 1970 han ido preparando este Concilio, se pueden entresacar algunos parrafos muy significativos: "Bemos intentado comprender de verdad las ideas de jovènes de cinco con­tinentes. Nos hemos percatado que muchos estan buscando a Dios. A la vez quieren decididamente entregarse cada vez mas al servicio deI hom­bre. Se trata de todo 0 nada. Si entienden a Cristo es sobre todo coma Vida. Si entienden a la Iglesia es coma fuerza crea dora" (Pascua 1970).

El hermano R. Schutz les anunciaba en la misma fecha la Alegre Nueva: "Cristo Resucitado viene a animar una fiesta en 10 mas intimo del hombre.

Nos prepara una primavera en la Iglesia, una Iglesia que ya no dis­pone de medios de poder, dispuesta a compartir con todos un lugar de comunion visible para la humanidad entera.

Nos dara la fantasia y el valor suficientes para emprender un camino de reconciliacion.

Nos preparara para saber entregar nuestra vida a fin de que el hom­bre ya no sea mas victima deI hombre" 12.

En la Pascua de 1973 el tema central fue: lucha y contemplacion para llegar a ser hombres de comunion.

Los textos fueron preparados cada ano con un equipo intercontinental y sirvieron de tema de meditacion durante todo el ano a las células reparti­das por todo el mundo.

En diversos reportajes 13 se senalaban algunos rasgos importantes de Taizé: el escuchar de verdad a los jovenes, apertura ecuménica a todos, pobreza de medios (ser fermento) y ausencia de soluciones prefabricadas, la provisionalidad deI estar en camino en contra de todo doctrinarismo, exigencia de compromisos enraizados en la contemplacion.

Muy significativo dentro de los movimientos que se forman a base de comunidades pequerras es el amplio movimiento pentecostal. Cuenta con mas de 10 millones de miembros al cabo de sus 70 primeros anos de existencia. Primero surgio el pentecostalismo denominacional. Fue en Kansas, en la escuela bfulica de Betel. "Elide enero de 1901, una estu­diante estaba orando durante las primeras horas de la noche. Ella experi­mento la paz y el gozo de Cristo y comenzo a alabar a Dios en lenguas. Dentro de pocos dias la cornu nid ad entera habia recibido el bautismo en el Espfritu Santo y asi nacio el movimiento pentecostal moderno" 14. A partir de 1960 este movimiento, llamado entonces neopentecostal, penetra en las iglesias anglicanas, presbiteriana y otras en USA, sin dar lugar a iglesias

12 Basistexte zur Vorbereitung des Konzils der Jugend, en Una Sancta, 1974, n. 2, p. 98; cfr. A. PELAYO, La esperanza joven de Taizé, en Vida Nueva, n. 947, pp. 23-33.

13 Cfr. editorial Vida Nueva, n. 946. 14 K. D. RANAGHAN, Pentecostales Cat61icos, Logos International, Plainfiell, USA, 1969, p. 220.

1969, p. 220.

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nuevas separadas como al principio, y de la misma manera, en 1967, co­mienza a entrar en la Iglesia Cat6lica Romana, donde se le prefiere llamar "movimiento de renovaci6n carismatica". Es pues un movimiento funda­mentalmente ecuménico.

Cobra en él mucha importancia y realismo el sacerdocio de los fieles: el laico verdaderamente se sabe templo deI Espiritu Santo, bautizado en él, habiendo recibido frutos y dones carismaticos, para el bien de todos, para la comunidad. La renovaci6n de la oraci6n es vivida en comunidad, se hace en voz alta, espontaneamente. Es oraci6n sobre todo de adoraci6n y acci6n de gracias mas que de petici6n y puede llevar hasta la glosolalia. En un seminario internacional deI Instituto Ecuménico de Estrasburgo, ce­lebrado en septiembre de 1973 15, se habl6 deI valor interpelante deI movi­miento pentecostal en la Iglesia de hoy.

Esta Iglesia nuestra que se resiente también de sintomas de enferme­dad de la cultura occidental, racionalizadora y funcionalista, sobrevalora­dora de los aspectos organizativos y técnicos y olvidada de la "psique" (en el sentido de C. G. Jung) humana. En Estrasburgo algunos participantes insistieron en que la auténtica experiencia carismatica debla de llevar siempre al servicio de los hermanos, pudiéndose tratar de un compromiso social poHtico 0 de otro tipo, tomado por la comunidad 0 individualmente.

W. Hollenweger, predicador pentecostal durante muchos afios, sefiala­ba aSI mismo algunos aspectos teol6gicos interpelantes deI pentecostalismo. El hacer teologia en los movimientos pentecostales es "una cultura oral, que se yale deI genero descriptivo en lugar de la definici6n, deI baile en lugar de la tesis, deI canto en lugar deI dogma, de la historia y de la para­bola en lugar dellibro doctrinal, deI testimonio en lugar de la summa theo­logica, etc. El que objete a eIlo que de esta forma es imposible hacer teolo­gla seria, tendra que demostrar que la Biblia no es un libro teol6gico" 16.

II

Hemos ido recordando algunos de los movimientos actuales mas vivos, que en realidad son como la parte superior de un iceberg que tiene una base mucho mayor (p. ej. cabria hablar de los hippies, de la "contracultu­ra", etc.) y que emerge de un mar inmenso (nuestro momento hist6rico­cultural).

Cada uno de estos movimientos es como una puerta que conduce a hombres de hoy a Cristo. Se trata de puertas bien distintas, cada una tiene su estilo, sus acentos, y se mereceria se la contemplara a ella sola deteni­damente. Pero aqui la limitaci6n se impone. ASI y todo nos hemos dete-

IS tJkumenisches Seminar über charismarische Bewegungen aIs Frage an die Kirche heute, en Una Sancta, 1974, pp. 94-96.

16 Re/erat HoUenweger, en Una Sancta, 1974, p_ 96.

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nido bastante en ellos, para que puedan resaltar los parecidos y analogias existentes entre eHos. Vamos a subrayarlas algo en esta parte. Las cons­tantes que asi aparezcan nos ayudarân a descubrir el porqué y a vislum­brar la importancia que estos movimiento puedan tener cara al futuro, si son 0 no eslab6n al futuro y si van 0 no a seguir existiendo en el futuro.

Tanto en las comunidades de base como en las pequerras comunidades de religiosos y en los movimientos mâs amplios que atraviesan la Iglesia se percibe una tendencia comun a encontrarse en grupos pequerros que brinden a cada una de las personas que 10 componen la posibilidad de des­cubrir su tarea y vocaci6n por SI misma, activamente, desde una conciencia de responsabilidad creadora, de la que se cree no poder dimitir en otro; de recibir el testimonio de vida deI otro, como punto de referencia y Pala­bra para la vida propia; no siendo este otro una individualidad nad a mâs, sino una comunidad, que con el conjunto de sus testimonios marca una direcci6n a seguir, paso a paso y caminando en 10 provisional; la pequerra comunidad brinda el espacio de libertad necesario para la busqueda deI ca­mino; responde a la necesidad de acogida y comprensi6n; posibilita una participaci6n plena de todos y cada uno y el encuentro de personas que se ven por 10 demâs inmersas forzosamente en una sociedad del anonimato y de imposici6n de criterios consumistas y de efectividad racionalizada y técnica, terriblemente alienantes. El pequerro grupo es lugar de relaciones mutuas, en que cada unD da y cada unD recibe respondiendo a una con­ciencia de justicia entre personas. Aporta la seguridad necesaria, no en cuanto a conocimiento previo deI camino a recorrer, sino en cuanto a acti­tud de esperanza, mientras se camina. Responde a la necesidad de relacio­nes ajectivas vivas y no s610 intelectuales, a la necesidad de una fe vivida y no s610 sabida, una fe ql1e Heva a la lucha y al compromiso por el otm y esto des de raices profundas de la persona, desde la reflexi6n y el silen­cio, la contemplaci6n. "La comunidad no es solamente ellugar en el que el hombre deja de estar oprimido: se convierte en el lugar desde el que el hombre se compromete en la lucha polltica contra todas las opresio­nes" 17. Superando limites geogrâficos y barreras doctrinales entre los hom­bres, es decir, de una forma ecuménica y universal. Y por el camino humil­de de la encarnaci6n y de la levadura que tiene que fermentar.

En el trasfondo de todo eHo estâ una conciencia muy acentuada de estar en camino hacia horizontes desconocidos, por caminos que hay que descubrir y hacer andando sin que haya persona que los pueda conocer de antemano; el maestro y consejero que todo 10 sabe ya no existe para este hombre. Esta convicci6n profunda y vital se acentua por la conciencia que se tiene de vivir un momento hist6rico que se caracteriza por un cam­bio muy radical.

17 Estudio no publicado de la «comisi6n de estudio)) de las Comunidades de Vida Cris­tianas de Europa, 1972, p. 11.

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También se percibe una conciencia agudizada de los val ores de la persona humana. Vivimos la era de la declaracion de los derechos huma­nos, pero a la vez un momento historico en que la persona humana se siente amenazada como quiza nunc a y viviendo opresiones muy fuertes en 10 social y politico, a través de estructuras percibidas como encarnaciones deI mal. El hombre actual se siente mas creador (p. ej. en la técnica), pero a la ve humanamente mutilado y vacio, muchas veces.

Cada dia el hombre se convierte mas en el actor y creador de su des­tina y deI de la tierra. Esto influye en su manera de ser, en todos los te­rrenos. Piénsese, p. ej., en la pedagogia de Pablo Freire.

A la vez se da cuenta que puede y esta perdiendo otras posibilidades humanas, su "psique" 0 "alma" en el sentido de C. G. Jung, un saber profundo, mas reeeptivo, y 10 busca en el silencio, la meditacion (oriental muchas veces), la contemplacion. La teologia ultimamente y después de haber pasado por la "muerte de Dios", redescubre la "Seducci6n deI Espi­ritu" y el nacimiento de un nuevo hombre religioso 18.

Pero, de una manera dis tinta y nueva, porque se trata también deI hombre que, habiendo tomado conscienciaa de su individualidad, comien­za ahora a descubrir la unicidad de la conciencia humana (Hegel), una conciencia social, colectiva. Descubre que esta conciencia comun se ma­nifiesta a través de personas que viven en profundidad, que se comunican desde el silencio. Al mismo tiempo le ayuda a descubrir las raiees es truc­turales de las opresiones.

El hombre de nuestra cultura urbana se encuentra cada vez mas con el hombre y sus obras y menos con el resto de la creacion. El hombre es el mas eercano, el resto apenas le conoee por contacto directo. El hombre se convierte en el lugar por exeelencia deI encuentro con Dios, el hombre que es templo del Espiritu Santo.

Quiza sea por esto por 10 que el Pentecostalismo, entre otras razones, descubra al Espiritu Santo con tanta fuerza como Realidad Viva por ex­eelencia. Quiza la cultura urbana y una sensibilidad especial desde la "con­ciencia social" empujen al descubrimiento de esta dimension cristiana, como nunca antes.

Es el mismo Espiritu quien habla en todos, sin neeesidad de que el pue­blo se convierta antes en aristocracia, ni el obrero en burgués, 0 la mujer en varon, 0 el laico en sacerdote, 0 el joven en adulto. A través de todos habla el Espiritu Santo sin haeer diferencia de personas (Gal. 3,28; 1 Cor. 12, 11-13). Esto se convierte en una realidad mucho mas acuciante desde una toma de conciencia nueva de la dignidad de la persona humana y de su igualdad fundamental.

Nada se entiende de todos estos movimientos ni de muchos otros pa-

18 Cfr. H. Cox, The Seduction of the Spirit, Simon and Schuster, New York, 1973.

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recidos con los que juntos forman un iceberg enorme, sino se les considera sumergidos en el mar inmenso de una sociedad injusta y alienada, cuyas influencias no se paran a la puerta de la Iglesia y que apelan a la gente de buena voluntad, dispuesta a una lucha por la justicia y al redescubri­miento de valores espirituales; tanto en la sociedad en general coma en la Iglesia en especial.

III

Todo movimiento que va en esta linea es significativo para el futuro, porque es una especie de fuego que quema los elementos 0 gérmenes de muerte de nuestra situaci6n actual. Pero seguramente no todos sobrevivi­nin a un tiempo mas 0 menos corto. En tiempos de S. Francisco de Asis hubo muchos movimientos de pobreza, pero unD nada mas ha vivido conservando cierta importancia, hasta nuestros dias.

l,Por qué? Es coma si se tratara de fuertes corrientes que surgen en determinadas épocas hist6ricas, coma respuesta a un desafio deI momento y de la sociedad. Indudablemente al futuro se pasa a caballo de eIlas, pero también es verdad que encuentran escollos a su paso, encierran sus posi­bles "défauts de la qualité", que a unos lleva a anquilosarse y perderse en exageraciones 0 sectarismos, a otros a desvirtuarse y morir por inanici6n o agotamiento.

Quien quiera evitar a toda costa tensiones peligra en este sentido. Indu­dablemente de momento seria mas c6modo para cantidad de comunidades de base, por ejemplo, cortar la comunicaci6n con -digamos la parroquia tradicional 0 la jerarquia correspondiente- 0 para el grupo pequeno de religiosos desentenderse de su congregaci6n 0 para los pentecostales no tener que vérselas mas con sectores de la Iglesia que representan acentua­damente estructuras y dogmas, sobre todo cuando estos sectores se mues­tran intransigentes e incomprensivos. Sin embargo, la historia crea demues­tra que peligra el futuro y el peso deI mensaje al caer en la tentaci6n de la huida de tensiones, 0 al imposibilitar seguir en contacto la parte pode­rosa".

Pudiera ser que el integrar estas tensiones ayudara a descubrir posibles unilateralidad. Senal ésta de no estar dando plenamente en el clavo, de una sensibilidad poco afinada para las necesidades deI hombre actual en esta sociedad y momento hist6rico. Po ca sensibilidad en el fondo por 10 que es el hombre y relacionado con ello por 10 que es exigencia evangélica, trans­mitida a veces por conducto de 10 mas despistantes.

En el ejemplo de la comunidad que vimos al principio de este articu-10, apareda otro problema: el funcionamiento democratico, que de una u otra manera también aparece en todos los demas grupos y movimientos, puede desvirtuarse y convertirse en democratismo. En este momento des-

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aparece el ambito de libertad -tan esencial y constitutivo de esta comu­nidad y se cae en manos deI grupo mas fuerte. Hace faIta realmente algo que posibilite la escucha sincera de todos, la capacidad de detectar y dis­cernir des de una profunda e Intima libertad personal. No es casualidad que se esté redescubriendo en estos anos el gran valor del discernimiento co­munitario de S. Ignacio de Loyola.

Roger Schutz, la comunidad de Taizé, cara al concilio de los j6venes, asume de alguna manera esta tarea, con espfritu de servicio, al decir: "Re­gularmente iremos subrayando 10 esencial de las aportaciones de todos los continentes" (Pascuas 1973) 19.

En todo éxodo hace falta esté la columna de fuego, la nube, guiando y que el pueblo la sepa ver, ayudado por un Moisés, individu al 0 comunita­rio. En nuestro tiempo seguramente preponderantemente comunitario.

Parece ser que la experiencia demuestra que movimientos que se desa­rrollan en torno a algun nucleo 0 nucleos (focolares, Graal, Taizé, equipos centrales, autoridades servidoras) tienen ventaja en este sentido y se les facilita la tare a, no se dispersan ni se desvirtuan tan facilmente. Ahora bien, siempre que sea un nucleo a su estiIo, es decir, que responda plenamente a y nazca de los anhelos mismos de estos movimientos y no sean residuos de una mentalidad y objetivos de otro tiempo, con 10 que facilmente esta­rfan orientados a algo muy distinto como puede ser la preocupaci6n uni­lateral y preponderante de conservar val ores vividos de un modo que co­rresponde a un hombre y un momento hist6rico distinto y pasado.

Con ello queda profundamente cuestionada la forma de ejercer autori­dad la Iglesia y la sociedad en general.

Creo sobre todo que estos movimientos estan construyendo el futuro porque y en la medida que parten de la vida misma, al estilo deI pueblo hebreo, segun nos 10 cuenta la Biblia, detectando en ella el Espiritu de Dios, quien es por encima de toda teorfa y libros el que en definitiva cons­truye y crea Futuro.

ANA MARIA SCHLÜTER RODÉS

Betania

19 Basistexte zur Vorbereitung des Konzils der Jugend, op. ctt. p. 101.