sietema de cargo de mayordomia urbana portal

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Características generales del sistema de cargos de mayordomía urbana. Maria Ana Portal * no de los mecanismos culturales más interesantes en u este fin de milenio lo representa la práctica religiosa popular, católica. Dentro de ella, uno de los aspectos que más llama la atención por su complejidad y por la riqueza de sus elementos simbólicos es el denominado sistema de cargos o mayordomías. El estudio de este tipo de expresiones religiosas ha sido abordado tradicionalmente por la antropología me- xicana desde la perspectiva rural, en comunidades indí- genas. Sin embargo, es una manifestación cultural presente también en las ciudades de nuestro país, pero ha sido p t m atendida desde la perspectiva antropológica.' La tesis central, que guía estas líneas, es mostrar que las mayordomías urbanas no son reminiscencias de un pasado indígena, ni supervivencias arcaicas en vías de extinción. Son formas contemporáneas de apropiación de lo moderno. Esto nos lleva a comprenderlas de ma- nera diferente a las hasta ahora estudiadas en el ámbito rural e indígena; y consecuentemente a reflexionar sobre el problema metodológico y teórico que encierra el estudio de los procesos culturales de la ciudad. Para la antropología mexicana el tema y las características de lo ello he dividido el trabajo en tres partes: una en donde se expone, de manera sintética, cómo se ha abordado en * Profesora-investigadora en el Departamento de Antropología de la UAM4ztapalapa. IZTAPUA 39 -RO.JUN~CJ DE 19%. pp. 2542

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Pueblos originarios de la Ciudad de México

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  • Caractersticas generales del sistema de cargos de mayordoma urbana.

    Maria Ana Portal *

    no de los mecanismos culturales ms interesantes en u este fin de milenio lo representa la prctica religiosa popular, catlica. Dentro de ella, uno de los aspectos que ms llama la atencin por su complejidad y por la riqueza de sus elementos simblicos es el denominado sistema de cargos o mayordomas.

    El estudio de este tipo de expresiones religiosas ha sido abordado tradicionalmente por la antropologa me- xicana desde la perspectiva rural, en comunidades ind- genas. Sin embargo, es una manifestacin cultural presente tambin en las ciudades de nuestro pas, pero ha sido p t m atendida desde la perspectiva antropolgica.'

    L a tesis central, que gua estas lneas, es mostrar que las mayordomas urbanas no son reminiscencias de un pasado indgena, ni supervivencias arcaicas e n vas de extincin. Son formas contemporneas de apropiacin de lo moderno. Esto nos lleva a comprenderlas de ma- nera diferente a las hasta ahora estudiadas en el mbito rural e indgena; y consecuentemente a reflexionar sobre el problema metodolgico y terico que encierra el estudio de los procesos culturales de la ciudad. Para

    la antropologa mexicana e l tema y las caractersticas de lo

    ello he dividido el trabajo en tres partes: una en donde se expone, de manera sinttica, cmo se ha abordado en

    * Profesora-investigadora en el Departamento de Antropologa de la UAM4ztapalapa.

    I Z T A P U A 39 -RO.JUN~CJ DE 19%. pp. 2542

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    que se ha denominado como sistema de cargos; en la segunda se hace un breve recorrido histrico del origen de dicho sistema, esbozando la polmica que en torno a ello se ha gestado; y en la tercera, serealizaunareflexin q u e busca dar- le especificidad terica y metodo- lgica a lo q u e hemos denominado sistema de cargos urbano, r e i o - mando especficamente la delega- cin poltica d e Tlalpan, la ms grande del D.F.*

    1. El sistema de cargos en la investiga- cin antropolgica.

    El llamado sistema de cargos o muyor- domias no es un tema nuevo para la antropologa mexicana. Ya en la dca- da de los treinta, ocup el inters de importantes antroplogos que se abo- caron a su descripcin y anlisis entre comunidades indgenas del sudeste de Mxico y norte de Guatemala. En este primer momento, se logr establecer por primera vez su estructura general, y sus caractersticas bsicas. Investiga- ciones como las del Sol Tax (1937), Wagley (1949 ) o Bunzel (1952) se abocaron a esta tarea a travs de im- portantes trabajos etnogrficos.

    Con este primer encuadre, se logra- ron trabajos posteriores en donde el enfoque ya no era fundamentalmente descriptivo, sino interpretativo. Por ejemplo, los trabajos de Nash (1958) y

    de Wolf (1959) conciben al sistema de cargos como ... un mecanismo de defen- sa y proteccin de la comunidad ante la intrusin y explotacin exterior. En el aspecto econmico, tiene un erecto igualitario sobre la riqueza privada y constituye el canal ms aceptable para las distintas formas deldesempeo per- sonal; desde el punto de vista poltico, propicia una democracia de los po- bres, en la cual no se permite a ningn individuo o grupo monopolizar el po- der(Chance mylor, 1987:2).

    A mediados de la dcada de los sc- senta esta idea de regulador social y de proteccin contra el afuera co- mienzan a cuestionarse. En trabajos co- mo los de Marvin Harris se plantea que por el contrario, el sistema de cargos cs una forma de opresin a las comunida- des indgenas impuesta principalmcnte por los sacerdotes catlicos, y lejos de nivelar las diferencias al interior de la comunidad, representa un mecanismo de transferencia de recursos hacia el exterior principalmente hacia la iglesia y los comerciantes regionales. En una lnea similar de reflexin

    Frank Cancian (1965) busc demostrar - e n su clsico trabajo en Zinacantn, Chiapas- que no e5 un mecanismo ni- velador.como tal, aunque su tendencia simplique cierta nivelacin, pero sobrc todo, que es un mecanismo con cierta proclividad a estratificar a la poblacin y a legitimar esta diferenciacin, pues

  • CaracferzSticas generales del sistema de cargos de mayordoma urbana. 27

    los cargos importantes y adems costo- sos son ocupados siempre por los pode- rosos y ricos d e las comunidades, mientras que los cargos menores se deja a los pobres. (Chancemylor, 1987).

    En dcadas ms recientes, el inters en la investigacin de los sistemas de cargos se ha dirigido hacia las condicio- nes externas del proceso. Hay un acuer- do general d e que es indispensable considerar tanto la historia econmica como la economa poltica regional. Dentro de este marco, encontramos al- gunas investigaciones cuyo nfasis est en tratar de explicar nuevamente los mecanismos internos de las comunida- des. Para autores como Aguirre Beltrn (1967) o James Dow (1977) ... los gas- tos del cargo ritual preservan un siste- ma d e rec iprocidad econmica y redistribucin dentro de la comunidad (ChanceTylor, 19873).

    Losresultadosdetodasestas~vestiga- ciones han servido de inspiracin para que, desdediversmenfoques,secontine con la bsqueda de una explicacin sobre procesos religiosos y sociales semejantes cn otras regiones del pas. Con el tiempo, el mbito de anlisis sobre las mayordo- mas ampli las barreras geogrficas en tomo al sureste del pas, y se realizaron investigaciones similares en los estados de Morelos, Hidalgo, Micboacn y Sonora, etctera; siempre con la mirada puesta en comunidades indias ysin arribar a Conclu- siones contundentes sobre l a cuestin.

    Ahora bien, basta hoy, cuando se utiliza el concepto sistema de cargos pareciera que se est hablando de un sistema homogneo, mediante el cual una comunidad se organiza para establecer los parmetros sociales, a travs de los cuales se relacionan con las fuerzas sagradas.

    Sin embargo, esto no es as. Al revi- sar la bibliografa sobre el tema, encon- tramos una gran variedad en lo que se describecomo sistemadecargos: distin- tos niveles de complejidad en su estruc- tura, diferentes tipos de cargos que varan y matizan el tipo de jerarqua, variadas formas de normatividad que inciden en la estructura de las comuni- dades, etctera. Tambin se observa, como sealamos antes, una gran diver- sidad de enfoques tericos.

    Ms all de la extensa bibliografa sobre el tema y la diversidad de posicio- nes -desde luego no siempre coincider.- tes-, encontramos algunos elementos constantes y generalizables que nos permiten delimitar a grandes rasgos, lo que se ha definido como sistema de car- gos para el caso indgena-rural:

    1. Es unainstitucincvicoreligima altamente jerarquizada, con tendencia a fungir como mecanismo de integra- cin de las comunidades indias en la medida en que rene a los pobladores de una comunidad en torno a la reali- zacin de rituales.

  • 28 Muna Anti Poriui

    Procenin de penitentes duranle la Semana Santa 1 axco, Guerrero Foto Ricardo Mara anbay

  • ~

    Caractersticas generales del sistema de cargos de mayordoma urbana. 29

    2. Es una prctica social vincula- da a la Iglesia Catlica, pero que conserva una estructura paralela, permeada por una cosmovisin ari- cestral prehispnica.

    3. E n muchos casos se encuentra la relacin entre los cargos religiosos y los cargos cvicos que implican de- cisiones poltico-administrativas so- bre las comunidades. Es decir, implica la construccin de relacio- nes de poder.

    4. A travs del sistema de cargos no slo se organiza la vida festiva de la comunidad sino tambin se nor- ma io social, se califica a sus miem- bros y se gestan mecanismos d e inclusin-exclusin. Es decir, marca fronteras d e pertenencia.

    5. Los cargos se estructuran de forma jerarquizada y piramidal, pero vara la manera en que se nombran cada cargo, las funciones centrales que cumplen y el prestigio que se le otorga a cada uno d e ellos. Esto de- pende del grupo tnico y la ctimurii- dad de la que se trate. Sin embargo, en todos los casos se encuentra una constante: el cargo de mayordomo.

    6. Es un mecanismo que incide e n la estructura econmica d e la comunidad.

    7. Finalmente, el sistema d e car- gos es ocupado por adultos varones d e una comunidad indgena, y el trnsito por sus diversos nivcles :IC-

    rrquicos est determinado por una rigurosa normatividad social que asegura grados de prestigio entre sus participantes. Es decir, marca las formas de actuacin individual.

    2. Los antecedentes del sistema de cargos.

    Una vez definidos algunas de las carac- tersticas bsicas de lo que se ha llama- do sistema de cargos resulta interesante ubicar la polmica en torno a cules son los orgenes de dicha organizacin cvi- co-religiosa.

    Mucha tinta ha corrido en torno al sistema de cargos en la Nueva Espana, y diversas hiptesis an quedan sin re- solver. Para algunos autores como Evon Vogt (1%6), la jerarqua cvica-religiosa conocida como sistema de cargos es an- tcrior a la poca colonial. Este planiea- miento se sustenta e n la hiptesis relativa a que los mayas del periodo Cl- sico, d e las tierras bajas, probablemente tuvieran un sistema rotativo similar al que hoy conocemos en Zinacantn. Es- ta hiptesis fue aceptada por otros au- tores como Coe (1965), Henderson (1981) y Price (1974), entre otros.

    En cambio, para otros autores esto es un fenmeno tpicamente colonial. Por ejemplo, Pedro Carrasco (1961), aun cuando reconoce que en el mundo nhuatl cxista una jerarqua escaiona- da, muy similar i la existente en la

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    30 Marla Ana Poria1

    organizacin municipal de la Europa del siglo XVI, considera al sistema de cargos como... un producto del inicio de la poca Colonial con probables ra- ces p r e h i s p n i c a s (Car ra sco , 1961:491-492). Esta idea tambin 2s compartida por otros autores como Cireenberg (1981).

    En donde encontramos mayores coincidencias entre los autores, es con respecto a que es un fenmeno genera- lizado en todo Mesoamrica, el cual se consolid durante el periodo Colonial. Tambin hay cierto consenso en torno a que dicha consolidacin se vincul con las cofradas, que la Iglesia Catlica instituy como apoyo al proceso de evangelizacin a su llegada a la Nueva EFpaa.

    Sin embargo, a pesar de este punto de acuerdo, autores como Chance y Tylor (1987) o Manuel Jimnez (1991) han ampliado esta idea, proponiendo que a pesar d e su franco desarrollo du- rante el periodo Colonial, es hasta des- pus de la Independencia cuando se desarrolla en el sentido que lo conoce- mos hoy. Jimnez, como veremos ms adelante plantea que es hasta despus de la Revolucin de 1910, cuando este proceso se retoma y comienza su con- solidacin.

    a t a propuesta resulta sumamente interesante, ya que nos abre otras posi- bilidades analticas, pues implica que su desarrollo se inserta en los procesos

    sociales y econmicos del siglo XIX, obligndonos a pensarlos desde oira perspectiva. Sobre ello profundiLare- mos en el inciso tres.

    Ahora bien, ms all de la polmica intelectual, es necesario sealar aqu algunos elementos importantes en tor- no al contexto histrico en el que sur- gen los sistemas de cargos. Estos, como sealamos antes, se vinculan directa- mente con las cofradias.

    Las cofradas cn Europa datan de por lo menos el siglo I, y se consolidan durante el siglo XI como resultado del espritu religioso-caritativo surgido de las guerras santas. Despus de una serie de transformaciones y mutaciones, es hacia fines del siglo XVI cuando se le consider como una institucin bsica de la prevencin social espaola, adqui- riendo entonces un carcter ms insti- tucional. En el norte de Europa las cofradas lograron su consolidacin en la medida que estaban asociadas a los gremios, para honrar a un santo, prolc- ger a los obreros de un mismo oficio y estrechar los lazos internos de unin mediante la celebracin de fiestas y banquetes.

    Para el siglo XVI en Europa haba diferentes tipos de cofradas:

    a) La cofrada sacramental o sim- plemente religiosa, agrupaba a per- sonas de posiciones desahogadas, con el fin de rendir culto a un santo

  • Caractersticas generales del sistema de cargos de mayordoma urbana. 31

    y sin fines de previsin. b) Las cofradas de naturales que

    agrupaban a los forasteros de una misma regin o territorio, tenan co- mo fin ayudar a los coterrneos me- nesterosos.

    c) Las cofradas de extranjeros. d) Las cofradas religioso-benfi-

    e) Las cofradas gremiales. r) Las cofradas o hermandades

    de socorro (Seplveda, 197420).

    El poder que adquirieron las cofra- das en Europa, especialmente debido a la fuerza gremial, las llev a enfrenta- mientos con el gobierno. E n Espaa, por ejemplo, los Reyes Catlicos, para limitarlas, las sometieron a reglamenta- ciones estrictas. En 1552, Carlos V, or- den deshacer las cofradas de oficiales, pero nunca logr suprimirlas.

    E n la Nueva Espaa, en sus prime- ras formas las cofradas o asociaciones, se distinguieron a partir de tres objeti- vos: las religiosas o sacramentales que tenan como objetivo apoyar a los sa- cerdotes y misioneros en la propaga- cin del culto al Santsmo y para la organizacin de procesiones y actos so- lemnes. Las cofradas religiosas-benfi- cas, que se ocupaban adems de la proteccin y cuidado de los enfermos y desvalidos; y finalmente las cofradas gre- miales, que eran sociedades o asociacio- nes civiles de socorro y ayuda mutua.

    Cas.

    constitudas a la sombra de la iglesia y compuestas por artesanos de un mismo oficio aglutinados en torno a la figura de un santo patrono. Estas al parecer, no tuvieron tanto peso como en Euro- pa, posiblemente por e l temor existen- te entre las autoridades virreinales de que se desarrollasen en el mismo senti- do que aquellas. En todas ellas, los excedentes mone-

    tarios se destinaban a cubrir gastos de las numerosas fiestas religiosas que se realizaban al santo patrn de la cofra- da, al santo patrn del pueblo, al de los barrios, a los del Jueves Santo, al del Jueves de Corpus, al de la Ascencin, etctera, as como a la celebracin de peregrinaciones y festividades como el Carnaval, la Semana Santa, la Navidad, etctera. stas se componan generai- mente de un rector que muchas veces era el cura de la parroquia, un mayor- domo, doce diputados y un nmero va- riable de miembros (Seplveda, 1974).

    Este tipo de organizaciones se fueron transformando, de tal suerte que para el siglo mii haban das tipos bsicos de cofradas en la Nueva Espaa: las oficiales o eclesisticas, que constituan hermanda- des y asociaciones de miembros de la pa- rroquia; y las no-oficiales, las cuales no eran propiamente cofradas, ya que den- vaban sus ingresos de las tierras agrcolas duectamente y no de la cooperacin de sus miembros. Estas ltimas son las que se han denominado cofradas de indios.

  • 32 Mara Ana Portal

    Este proceso marca, desde el origen, dos tipos bsicos de organizacin: una de tipo gremial, vinculada a los artesa- nos y a trabajadores de la manufactura; y otra relacionada ms con el mbito agrcola e indgena. En este contexto, aparentemente,

    podramos pensar que para el caso ur- bano las cofradas ms importantes se- ran ias gremiales. Sin embargo, esto no is as; el proceso histrico de expansin de la urbe -iniciado ms claramente durante el Porfiriato y consolidado du- rante la dcada de los treinta del pre- sente siglo- dio pie a una paulatina incorporacin de los pueblos antes agrcolas. Paralelamente a ello, los gre- mios y las organizaciones fabriles, ai sufrir profundas transformaciones en los modos de produccin, vieron mod- ficados los ejes de sus estructuras orga- nizacionales y pasaron a organizaciones corporativas ms complejas, como son los sindicatos.

    E n este sentido, lo que hoy conoce- mos como sistema de cargos o mayor- domas entre los pueblos incorporados a la urbe, surge de un proceso comuni- tario posiblemente ms vinculado a io que se llam cofradn de indios que a ias organizaciones abriles. Con ello quie- ro decir que para el caso estudiado, dado que eran zonas campesinas que fueron incorporadas de manera franca a la ciudad durante el presente siglo. la estructura desde donde se construye la

    organizacin religiosa, tiene que ver ms con procesos relacionados con la tierra que con formas organizativas in- dustriales, aun cuando actualmente la mayora de la poblacin no sea conside- rada como campesina.

    3. Reflexiones generales en torno al denominado sistema de cargos urbano.

    En la actualidad, ydebido precisamente al tipo de desarrollo urbano/industrial de Mxico, estos dos mbitos, ruralhr- bano, aparentemente opuestos, no pueden ser considerados, por lo menos no de manera absoluta, como polos dis- tantes de una misma realidad, ya que cada vez es menos tajante esta separa- cin. En este sentido coincidimos con

    Nstor Garca Canclini cuando seala que:

    Muchos estudios urbanos, reconocen abora como el agente emn6mico ms dinmico no a la industriazau6n, sino a los mismas pruresos de informacin y de tipo fuiandero. Este cam- bio est llevando a reconceptualizar las fun- ciones de las grandes ciudades. En la medida en que lo caracterlsticu de la economa pre- sente, no es tanto el pasaje de la agricultura a la industria y de sta a LCB servicios, sino de la interaccidn constante entre agricultura, in- dustria y servicios, en base a procesos de informacin (tanto en la tecnologa como en lagesti6nycnmercializan6n) lasgrandesciu- dades son el nudo en donde se realizan estos movimientos. En una ecnnoma intensamen- te transnacionalizada, las principies reas

  • Caractersticas generales del sistema de cargos de mayordomia urbana. 33

    metropolitanas son losescenarios que conec- tan entre sa las economas de diversas socie-. dades (Garca Canclini, 1994P.26).

    Ahora bien, cmo se da esta inter-. conexin en la ciudad de Mxico?, a travs de qu mecanismos?

    Uno de los aspectos que ms nos llam la atencin, durante el trabajo dt: campo en la zona sur del D.F., fue l a fuerte presencia del sistema de cargos en toda la regin.

    Aqu surge necesariamente la pre- gunta de por qu afirmo, primero, que se puede hablar d e un sistema de cargos urbano si se observa que la mayor presencia de ste se da en zo- nas consideradas tradicionalmente como agrcolas, y segundo, con todos estos antecedentes coloniales, e inclu- sive prehispnicos, cmo puedo plan- tear que dicho sistema es producto de un proceso moderno de construccin y apropiacin de la realidad contempori- nea?, qu se conserva y qu se trans- f o r m a p a r a p o d e r s u s t e n t a r l a afirmacin anterior?

    An cuando el sistema de cargos u[- bano conserva formas particulares de religiosidad y de organizacin social y mantiene algunos elementos constituti- vos bsicos de la colonia: todo esto se construye y recrea a partir de una for- ma moderna de pensamiento y en fun- cin d e la incorporacin d e estos pueblos y comunidades a los procesos de desarrollo urbano.

    En este sentido, coincido con Ma- nuel Jimnez (1991) cuando afirmaque es a principios del siglo xX, despus de la Revolucin de 1910, cuando estas prcticas festivas y toda su estructura organizativa, adquirieron la dimensin socio cultural que conocemos hoy.

    La Revolucin de 1910 implic, pa- ra la ciudad de Mxico, un reordena- miento no solo poltico y econmico, sino tambien demogrfico. La mayora de los pueblos de lo que hoy abarca las delegaciones de Tlalpan, Contreras, Cuajimalpa, Xochimilco y Milpa Alta, se vieron abandonados (por casi diez aos) debido a las batallas que en la zona se libraron entre los ejrcitos en conflicto. Los pobladores migraron ha- cia la ciudad o hacia otros pueblos (tan- to de Morelos, el Estado de Mxico como de Puebla) trayendo consigo nue- vas experiencias acumuladas durante sus aos de exilio. Posteriormente estas comunidades fueron repobladas, una vez concluida la guerra. Dicho repobla- miento se dio bajo nuevas condiciones sociales, entre otras el cambio en las formas de pensamiento que traa consi- go el naciente capitalismo.

    De esta manera, una vez recupera- das las propiedades y reorganizadas las comunidades en trminos productivos, (proceso que debi tardar varios aos), comenz la reconstruccin de las tradi- ciones y de las prcticas colectivas que apuntaban a reconstruir la identidad

    5

  • grupal. Pero esta identidad ya estaba atravesada por nuevas formas de con-. cebir el mundo, y posiblemente. en mu- chos casos. por una mirada claramente urbana.

    El proceso fuc paulatino pero inin- terrumpido; se abrieron nuevos accesos (el ms importante fue la carretcra le- deral Mxico-Cuernavaca), se dotaron a las comunidades con servicios como luz elctrica, agua potable, drenaje, es- cuelas y centros d e salud. El transporte sc moderniz y los viajes al centrci de Tlalpan y a la ciudad, comenzaron a Iormar parte de la vida cotidiana. El paisaje campirano se h e transforman- do en uno mucho ms urbano; los espa- cios d e cultivo se conviriieron c n valiosos terrenos para la urbanizacin que requera la expansiva ciudad. Todo esto, inserto cn un proceso d e cnverga- dura nacional (e internacional) que Fa- voreci el abandono d c la actividad agrcola corn medio de subsistencia principal, y condujo a una creciente in- corporacin al trabajo industrial y al sector de los servicios.

    En este contexto s donde se zimemz e1 sistema de cargos como lo conacemm hoy: con las recuerdos del u>rno era an- tcs de los vieja, y con las necgaladg: K& cides y Im nuevus mnoc%a~tm dc lrrs entonces @~s, desarroilndose un tipo decomtniccin sirnblicaaciualizada, pero fundamentada en toda unavisindel mun do ancestral.

    Imccsin del silencio cn San Luis Imisi, S.i,.l I%!o Maria dci Rosario Ochoa.

  • CaracterZrticas generales del sistema de cargos de mayordoma urbana. 35

    El sistema d e cargos surge enton- ces, como la mayor parte de los fen- menos culturales urbanos, e n este cruce o entretejido de lo local y lo nacional, de lo moderno y lo tradicio- nal, del pasado y e l presente. Lo que Nstor Garca Canclini ha definido como hibridacin.

    El sistema de cargos urbano es una construccin simblica actual, en la cual, desde lo contemporneo, se or- ganizan los saberes y los significados de antao y no a la inversa, es decir, no s e trata d e una vieja reminiscencia agraria que s e ha tenido que transfor- mar y adecuar sobre la marcha de los procesos de urbanizacin. En e s e nuevosistema d e cargos

    -especficamente urbano- se mantii- vieron elementos de la estructura CCI- l o n i a l q u e f o r m a b a p a r t e d e la memoria del pueblo, pero se organi- zaron dichos elementos desde una ex- periencia totalmente distinta: desde la naciente urbe moderna.

    Todo este proceso dio entonces una fisonoma diferente a las mayor- domas desarrolladas en la ciudad, frente a aquellas recreadas en comu- nidades indgends rurales.

    Me p a r e c e importante sealar aqu, a manera de sntesis, algunas de las implicaciones que tiene el sistema de cargos urbano, ysus diferencia fren- te a los sistemas de cargos indgenas hasta ahora estudiados. En trminos

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    generales se puede decir que:

    1. A diferencia de lo que ocurre con los sistemas de cargos indgenas, en donde generalmente se estructu- ran cuatro o ms niveles jerrqui- cos, en el sistema de cargos urbano encontramos -salvo algunas excep- ciones como San Miguel Topilejo en Tlalpan, en donde hay un mayor n- mero de cargos- slo dos cargos que se ejercen en ciclos anuales: los fi- calesy los mayordontos. Jerrquica- mente el cargo de fiscal tiene un lugar principal y se dedican al man- tenimiento y arreglo de la iglesia. E l nmero de fiscales es generalmente limitado, aunque vara de un pueblo a otro. Los mayordomos en cambio, representan un nmero variable y muy amplio de participantes dedica- dos a la organizacin de la fiesta patronal, de algunas fiestassecunda- rias (como Corpus Cristi, Semana Santa, entre otros) y de las peregri- naciones a santuarios como Chalma, Amecameca, etctera. Hay mayor- domas que cuentan hasta con cin- cuenta part ic ipantes ; o t ras s e constituyen por uno o dos miem- bros.

    2. Hay tantas mayordomas como eventos conforman la fiesta patro- nal: mayordomas de cirios, de ador- no, de portada interior, de portada exterior; de vestido, de msica, de

  • ~

    3 h Mana Ana Portul

    salva. de promesas y peregrinacici- nes, de danzas, de castillos, de jari- peo, etctera. Generalmente hay un mayordomo principal y de 15 a 30 mayordomos que apoyan su labor. El nmero vara d e comunidad a cci- munidad y de una actividad a otra. Por ejemplo, en San Andrs Totot.. tepec, Tlalpan, una de las mayordo- mas ms numerosas es la d e los castillos (con aproximadamente SO miembros), pues es una de las activi- dades ms costosas de todas las fies- tas. En cambio, la de cirios o la de adorno se realiza por grupos meno res de personas. Cada comunidad determina las caractersticas de las mayordomas, pero generalmente sc puede observar que tendencialmen- te se busca incorporar a un mayor nmero de miembros, no limitando formalmente al nmero de partici- pantes en cada actividad.

    3. Estos cargos son complemen- tados por asociaciones y otras for- mas d e agrupaciones pblicas y privadas que posibilitan una amplia participacin de los pobladores. Es- ta aparente sencillez en su estructu.. racin no lo hace ms simple. Su complejidad radica justamente en las mltiples y diversas formas que asume cada uno d e estos rangos y l a manera en que el conjunto de los habitantes participa en l.

    4. Las restricciones y requisitos para quienes puedan ocupar un car- go. se rigen por criterios distintos. En el caso indgena es necesario es- calar por la estructura piramidal has- ta que, despus de muchos aos, se llega a ocupar el cargo de mayor jerarqua. Para entonces se es gene- ralmente un anciano sabio. En ci caso urbano, al no conservar tan es- trictamente la estructura piramidal, los cargos fcilmente pueden ser ocupados por jvenes y mujeres. Particularmente en los cargos de mayordomo, la tendencia es a que las mujeres participen ya no como apoyo al marido, al padre o al Iicr- mano, sino como responsablc di- rec ta . T a m p o c o e n c o n t r a m o s requisitos excesivos para ocupar un cargo. Slo e n algunas comunidades se exigen que sean casados (esto cs particularmente importante para ocupar el cargo d e fiscal, y en algu- nas mayordomas, como, por ejem- po, en San Pedro Atocpan y Villa cn Milpa Alta). Tampoco hay una exigencia clara de que se deben ocu- par los cargos de manera sucesiva hasta alcanzar el puesto d e mayor jerarqua. As lo que para las comu- nidades indgenas lleva toda una vi- da de servicio, sacrificio y entrega, e implica UWA tajante diferenciacin sexual, cn los cargos urbanos estc proceso es relativamente ms senci-

  • Caracteristicas generales del sistema de cargos de mayordoma urbana. 37

    Ilo y por lo tanto el prestigio no se relaciona directamente con l a edad, sino con la capacidad de sacar ade- lante el evento d e manera satisfac- toria, tanto para la comunidad como para el santo. El sistema d e cargos se conforma entonces como una estructura ms democrtica, en el sentido d e que est abierto a todos los miembros d e la colectivi- dad; a diferencia d e lo observado en los grupos indgenas e n donde s e da un verdadero monopolio d e cargos entre un grupo -muchas ve- ces hegemnico y muy reducido- d e las comunidades.

    5. Los requisitos para ocupar un puesto son menos rgidos en la urbe. Un miembro de la comunidad que econmicamente puede hacer fren- te al evento, generalmente es acep- tado. El ingreso temprano d e los jvenes al sistema productivo, as como el de las mujeres, favorece. es- ta incorporacin. En este sentido, representa un mecanismo de incor- poracin d e cambios estructurales en nuestra sociedad.

    6. La forma de financiamiento de lafiesta(a1 igualqueenmuchasmnas rurales) pas del mbito individual al d e participacin amplia, en donde el aporte del producto agncola est da- do d e manera indirecta, slo e n la medida en que ste se convierta en un apoyo al ingreso familiar, dejan-

    do libre un cierto excedente mone- tario proveniente del salario (en la regin d e los pueblos del sur, en los ltimos cuarenta aos el sector agrcola ha disminuido de manera relevante. En promedio no ms del 2% de la poblacin se dedica a esta actividad. La mayor parte de la po- blacin trabaja en el comercio, en la prestacin d e servicios, son profe- sionistas, empleados, maestros nor- malistas, etctera).

    7. En la mayora de los casos es- tn totalmente separados el mbito cvico del religioso. Es decir, que a diferencia de los casos indgenas, en donde generalmente vemos que los cargos religiosos implican la toma de decisiones sobre aspectos diversos de la vida comunitaria, cn el caso urbano, una persona que ocupa un cargo normalmente no tiene vnculo alguno con las decisiones polticas que toma la delegacin sobre la co- munidad (slo hemos encontrado dos excepciones en donde el sistema de cargos sc integra a la estructura delegacional: Sto. Toms Ajusco, Tlalpan y San Antonio Tecomitl, Milpa Alta).

    8. Este proceso, al igual que su- cede en muchas regiones agrarias del pas, se refrenda gracias a que cada pueblo d e la regin est orga- nizado con parmetros similares, identificables y compatibles, con lo

  • 38 Mana Ana Poria1

    cual establecen una relacin de reci- procidad con los otros santos me- diante promesas y peregrinaciones. Cada fiesta que se realiza a un santo patrn implica e l compromiso de los otros santos, y de sus comunidades, de participar en la celebracin. Con ello se genera un fluido de relacio- nes sociales en donde el parentesco consanguneo y simblico se conso- lida. Esto marca regiones de recipro- cidad que trascienden las fronteras delegacionales. Sin embargo, hasta el momento no hemos encontrado vn- culo directo entre Tialpan y Milpa Alta. Sin embargo, entre Tlalpan y Xochimilco o entre Milpa Alta y Xochimilco hay correspondencias.

    9. Los mayordomos y fiscales llevan un minucioso registro de quines cooperan y con cunto, cuestin que se hace del conoci- miento pblico durante la ceremo- nia de cambio d e poderes. De esta manera, representan una suerte de vigas de la pertenencia, ya que son los que pueden en un momento dado definir quin pertenece al pueblo y quin no. E l sistema de cargo, representa entonces un me- canismo de inclusin-exclusin, mediante e l cual s e marcan las fronteras d e pertenencia. Hay casos cspecialmentc dramticos -como el de San Antonio Tecomitl- en donde de &a participacin depende el de-

    recho de ser enterrado en el pan- ten del pueblo.

    Por todo lo anterior, la prctica reli- giosa popular urbana representa uno de los ejes privilegiados a partir del cual se recrea la identidad social urbana, y como vemos mantiene una serie de ca- ractersticas propias distinguibles de las que se gestan en el mbito rural.

    Es a travs de esta estructura social de participacin festiva como se garan- tiza, por un lado, una normatividad re- frendada anualmente, y por otro, una participacin continua de un nmero muy amplio de pobladores.

    El sistema de cargos, garantiza y iegi- timaunprocecomedianteelcuaihayuna transmisin de saberes y de prcticas tra- dicionales de generacin en generacin. Pero es una transmisin que adquiere un sentido desde el hoy; desde el ser comer- ciante, chofer de la ruta, maestro norma- lista, empleado de oficina, etctera. A mi parecer, los mecanismos con-

    cretos que hacen esto posible son: la recreacin de un mito de origen, la delimitacin d e un territorio simblico y la construccin de un fundamento sagrado, objetivado e n el santo patrn, desde donde no slo se establecen los vnculos entre hombre y divinidades, sino tambin se organiza la red d e re- laciones sociales. Estos mecanismos representan el fundamento del siste- ma d e cargos en general .

  • Caractenslicas generales del sistcma de caqos de mayordomia urbana. 39

    1 Procesin del silencio en San Luis Potosi S.L.P Foto Mara del Rosario Ochoa

    4. A manera de conclusin.

    Para concluir quisiera proponer algu- nas consideraciones metodolgicas con respecto al anlisis del sistema de car- gos urbano. Considero que su estudio debc pasar por los siguientes planos:

    1. El plano histrico: la historia re- presenta el hilo conductor quc nos per- mi te expl icar y c o m p r e n d e r , l a compleja red de relaciones y de signifi- cados en las que se tejen los fcnmenos culturales contemporneos. Las trans- formaciones culturales, la interaccin entre las culturas, la construccin d e 1 , ~ propio, tienen una direccionalidad par- ticular que el anlisis diacrnico ncNs

    devela casi mgicamente. Sin el anlisis histrico, la modernidad se nos escapa. D e allla forma de concretar el concep- to de hibridacin (en los trminos plan- teados por Garca Canclini) nos lo da la historia. En este contexto, la hibridacin es

    para mi un fenmeno concreto, palpa- ble, determinado histricamente. No se trata de una simple sumatoria d e ele- mentos gestados en diferentes momen- tos histricos o d e reminiscencias del pasado, es la fusin real entre pasado y presente a partir de lo cual se construye la modernidad.

    2. El plano de la cosmovisin. El anlisis de lo religioso implica necesa-

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    riamente abordar e l aspecto de las creencias, de la concepcin mtica del mundo. Este punto requiere de una construccin terica particular ya que hasta hoy, cuando se habla de cosmovi- sn se piensa en sistemas cerrados, ge- neralmente prehispnicos, que guan la accin de los individuos de una etnia. Hoy debemos pensar y dar respuestas concretas al problema de cmo se cons- truyen las cosmovisiones actualmente y en particular, en la urbe. Es decir, resulta urgente empezar a construir una historia espectica de nuestras mentalidades.

    3. El plano de lo social. Nos lleva necesariamente a las formas concretas de organizacin de una comunidad, no slo al interior, sino a partir de las redes sociales que cstablece a nivel regional. Este plano compromete la incorpora- cin del cambio social y e l conflicto cmo elementos centrales de la cons- truccin de referentes identitas.

    4. El plano ritual. Es decir, el anli- sis dc ese momento especial, u1 que entran en juego los planos anteriores en un tiempo y espacio predeterminado y rcconocido socialmente, que nos per- mite -como observadores externos- re- gistrar eventos condensados o no diluidos por la vida cotidiana.

    La distincin entre las culturas se da precisamente, a partir de la forma es- pcckica en que se construyen y articu- lan estos cuatro planos conformando. as un lugar simblico particular, edifi-

    cado histricamente, desde donde la di- ferencia tiene sentido.

    NOTAS

    1 Esopblemmte4edebalinte&hitMoque le ha otcrgddo iaanttu@gaa laaiak5n mka y agraria. Sinembargo, alebrine carn~~~deestu- dio mmo !a antmp&j$a urbana, nos enerntra- rncs am fen6unemr anm &esCe, que tiene, en mi ~ , u n p o m b n e n t a i enlarmsvuceibn de la i d e n W smal de !a urbe.

    2 r;iret?m&aqupopuestasehiodamaiiaiel trabjodecampreaik&enkdeicgachesde Tlalpan y Mp Alta,enngueado mn referencias de Xccbmikc durante tas ~IW de 1969 a 199h, m o p u t e d e l p a / e n o d e n d e n ~ - n a d o S ~ ~ a d e c e ~ ~ ~ d u ~ a ~ ~ InrpueblosdelsurdelaciudaddeM~a>, elcual s e d e s a r r u l l a a c t u a e n e l ~ p ~ e n t o d e Animpbgia de la Universidad Autnoma Me- iropotana, Undad iztapaiapa

    Por ejemplo, en las uxnunidades zinacaoteas que deraibe (iincian, aprecen 55 cargos en cuatro nKe1e.s y cuatrc tips de pemal amilk hay dcs alaUes nejus, cuatlo regidores, cuatro alfreces, VeinWis mayadornos y ocho mayor- d o m < s r n ~ . E n M r o r ~ a F a r e c e n e l c a r g o de fiscal, de topile, de mleaotes, etclera. Eii de&, que cada sktema de cargos mantiene una atruuura jerrquica diferente: el anstante en 1oim es el cargo del majadano. ( h n o por ejcrnpio: ia estuctura en torno de un ~ d m w que nanMba la fiesta, !a elecc6n anual, el umhol nanciero sobre sus rniembm (enete~el~njunu>delpueMo), unanorma- tiviciad &cay Smalsotxe los panicipantq meca- ni?am.de indus6nyaLclu&ndesusmiembr

  • Curactedvticus generales del sktema de cargos de mayordomia urbana. 41

    Estas formas de pensamiento, enamadas en el liberalism emnmim y en el ptk%m, per. meamn p a pxn las mncepaaies del mundo y m n euo, las pr- de los indniducs. Habra que reaXdar que este periodo amcidi: ~el~nismoymnunproyedodedesarrollri mial y de mcdemizau6n e indusiaracii muy esFecirlm.

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