siendoparaélunaauténticaciudad-talismán octaviopaz ycatalunya

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6 Cultura|s La Vanguardia Miércoles, 2 julio 2014 ESCRITURAS ALFONSO ALEGRE HEITZMANN Hay pocos momentos tan emocio- nantes en una biografía como aquellos que ya no guarda la me- moria de nadie y que, de pronto, nos sorprenden. El 18 de julio de 1937, se reseñaba en este periódi- co un mitin antifascista internacio- nal de apoyo a la causa republica- na, en un centro cultural barcelo- nés. He aquí, súbita, la imagen: “El poeta mexicano Octavio Paz dio lectura a un poema escrito en los momentos más críticos de nuestra lucha cuando los voceros fascistas engañaban a todo el mun- do diciendo que las tropas llama- das nacionalistas habían entrado en Madrid. Dicho poema, admira- blemente versificado, se titula: ‘No pasarán’”. En distintas ocasiones, Octavio Paz declaró su profunda vincula- ción con Barcelona y la cultura catalana. Hay, sin embargo, un amplio paréntesis en su vida en el que esa relación se rompe. Se trata de los años que van desde el final de la Guerra Civil hasta mediados de los años sesenta. Sin duda la causa de ese vacío se deba al hecho de que Paz, que vivió el dra- ma de la Guerra Civil como pro- pio, se sintió siempre unido al exi- lio que sufrieron tantos intelectua- les españoles transterrados y que, acogidos en 1939 por el Gobierno mexicano de Lázaro Cárdenas, ayudaron a abrir una nueva etapa en la historia de la cultura mexica- na. Octavio Paz había llegado a Barcelona el 2 de julio de 1937, pa- ra asistir al II Congreso Internacio- nal de Escritores en Defensa de la Cultura que se iba a celebrar en Va- lencia. La emoción del documento citado se convierte en admiración cuando sabemos que ese poema se había publicado casi un año antes en México, cuando Paz contaba tan sólo veintidós años, en un pe- queño folleto con un epígrafe de Éli Faure que reza: “España es la realidad y la conciencia del mun- do”. La edición, de 3.500 ejempla- res, “fue cedida al Frente Popular Español en prenda de simpatía y adhesión para el pueblo de Espa- ña, en la lucha desigual y heroica que actualmente sostiene”. En Valencia, Paz asiste al con- greso como uno de los representan- tes de México. Allí conoce a gran parte de los intelectuales que se agrupaba en torno a la revista Ho- ra de España, en la que colabo- raron, entre otros, Antonio Ma- chado, José Moreno Villa, Rafael Alberti, José Bergamín, Luis Cer- nuda, Carles Riba, Antonio Sán- chez Barbudo, Emilio Prados, Ma- nuel Altolaguirre, Juan Gil-Albert, Ramón Gaya, María Zambrano y el propio Paz. Recién llegado a México, y reco- giendo el testigo de la revista espa- ñola, Paz dirige Taller (1938-1941), cuyo consejo de redacción estaba compuesto por mexicanos y espa- ñoles, algo que se repite en otras revistas tan relevantes en la cultu- ra mexicana de esos mismos años como, Romance, Letras de México, El hijo pródigo o Cuadernos ameri- canos. Por otra parte, la obra de poetas catalanes tan importantes como Jo- sep Carner, Agustí Bartra, o Ra- mon Xirau no se entendería sin te- ner en cuenta su estrecha vincula- ción con México y su cultura. Paz apreció siempre a Carner, que pu- blicó en México en 1940 una de sus obras fundamentales Nabí. Bar- tra ya había publicado durante la Guerra Civil, pero es en México donde crece verdaderamente co- mo poeta y traductor, y donde fun- da su revista literaria Lletres. Caso distinto, y en muchos sentidos ex- cepcional, es el de Ramon Xirau, fi- gura clave de la literatura mexica- na contemporánea que ha escrito toda su obra poética en catalán, y cuya amistad y relación intelectual con Paz fue larga y fecunda. Otro de los artífices esenciales de la cul- tura mexicana contemporánea, y cuya relación con Paz encuentra pocos paralelos, es el pintor me- xicano Vicente Rojo. Nacido en Barcelona en 1932, es uno de los artistas plásticos que participó más activamente en las aventuras editoriales y poéticas de Octavio Paz. De esa colaboración nacieron: Discos visuales (México, 1968), y Escrituras Recuperación El gran poeta mexicano (1914-1998) llegó a la Barcelona en guerra de 1937. Acabaría siendo para él una auténtica ciudad-talismán Octavio Paz y Catalunya “La Vanguardia” reseña en julio de 1937 su participación en un mitín antifascista internacional LAS NOVEDADES El centenario del nacimiento de Octavio Paz viene acompañado por la reciente reedición de la Obra Poética del premio Nobel (Galaxia Gutenberg), la antología ‘El fuego de cada día’ (Seix Barral), la publicación de conferencias inéditas ‘Itinerario poético’ (Siruela), además de ‘Una introducción a Octavio Paz’ de Alberto Ruy Sánchez, ‘Octavio Paz en la deriva de la modernidad’ de Jacques Lafaye y ‘Octavio Paz cuenta de sí’ de Julio Hubard (los tres en Fondo de Cultura Económica). Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores ha publicado sus Obras Completas en ocho tomos EXPOSICIÓN Escritura indeleble del incendio. Octa- vio Paz y Catalunya se abrirá en en el Consulado general de México en Barcelona. En ella se mostrarán cartas inéditas, libros singulares y otros objetos procedentes de diversos archivos que dan cuenta de la intensa relación que Octavio Paz mantuvo con artistas como Tàpies, Miró o Brossa, escritores como Castellet, Gimferrer, Palau i Fabre y editores como Hans Meinke y Nicanor Vélez. Los comisarios son Aurelio Major (coordinador del programa del centenario de Paz en España) y Berenice Pardo. PATROCINADO POR

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6Cultura|sLa

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Miércoles,2

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ITURAS

ALFONSO ALEGRE HEITZMANNHaypocosmomentos tan emocio-nantes en una biografía comoaquellos que ya no guarda la me-moria de nadie y que, de pronto,nos sorprenden. El 18 de julio de1937, se reseñaba en este periódi-counmitin antifascista internacio-nal de apoyo a la causa republica-na, en un centro cultural barcelo-nés. He aquí, súbita, la imagen:“El poeta mexicano Octavio Pazdio lectura a un poema escrito enlos momentos más críticos denuestra lucha cuando los vocerosfascistas engañabana todo elmun-do diciendo que las tropas llama-das nacionalistas habían entradoenMadrid. Dicho poema, admira-blemente versificado, se titula:‘No pasarán’”.En distintas ocasiones, Octavio

Paz declaró su profunda vincula-ción con Barcelona y la culturacatalana. Hay, sin embargo, unamplio paréntesis en su vida en elque esa relación se rompe. Se tratade los años que van desde el finalde la Guerra Civil hasta mediadosde los años sesenta. Sin duda lacausa de ese vacío se deba alhechode quePaz, que vivió el dra-ma de la Guerra Civil como pro-pio, se sintió siempre unido al exi-lio que sufrieron tantos intelectua-les españoles transterrados y que,acogidos en 1939 por el Gobiernomexicano de Lázaro Cárdenas,ayudaron a abrir una nueva etapaen la historia de la culturamexica-na. Octavio Paz había llegado aBarcelona el 2 de julio de 1937, pa-ra asistir al IICongreso Internacio-nal de Escritores en Defensa de laCulturaque se ibaa celebrar enVa-lencia. La emoción del documentocitado se convierte en admiracióncuando sabemos que ese poema sehabía publicado casi un año antesen México, cuando Paz contabatan sólo veintidós años, en un pe-queño folleto con un epígrafe deÉli Faure que reza: “España es larealidad y la conciencia del mun-do”. La edición, de 3.500 ejempla-res, “fue cedida al Frente PopularEspañol en prenda de simpatía yadhesión para el pueblo de Espa-ña, en la lucha desigual y heroicaque actualmente sostiene”.En Valencia, Paz asiste al con-

greso comounode los representan-tes de México. Allí conoce a gran

parte de los intelectuales que seagrupaba en torno a la revistaHo-ra de España, en la que colabo-raron, entre otros, Antonio Ma-chado, José Moreno Villa, RafaelAlberti, José Bergamín, Luis Cer-nuda, Carles Riba, Antonio Sán-chez Barbudo, Emilio Prados, Ma-nuel Altolaguirre, Juan Gil-Albert,RamónGaya,MaríaZambrano y elpropio Paz.Recién llegado aMéxico, y reco-

giendo el testigo de la revista espa-ñola, Paz dirige Taller (1938-1941),cuyo consejo de redacción estabacompuesto por mexicanos y espa-ñoles, algo que se repite en otrasrevistas tan relevantes en la cultu-ra mexicana de esos mismos añoscomo, Romance, Letras de México,El hijo pródigo o Cuadernos ameri-canos.Por otra parte, la obra de poetas

catalanes tan importantes comoJo-sep Carner, Agustí Bartra, o Ra-monXirau no se entendería sin te-ner en cuenta su estrecha vincula-ción con México y su cultura. Pazapreció siempre a Carner, que pu-blicó en México en 1940 una de

susobras fundamentalesNabí. Bar-tra ya había publicado durante laGuerra Civil, pero es en Méxicodonde crece verdaderamente co-mo poeta y traductor, y donde fun-da su revista literaria Lletres. Casodistinto, y en muchos sentidos ex-cepcional, es el deRamonXirau, fi-gura clave de la literatura mexica-na contemporánea que ha escritotoda su obra poética en catalán, ycuya amistad y relación intelectualcon Paz fue larga y fecunda. Otrode los artífices esenciales de la cul-tura mexicana contemporánea, ycuya relación con Paz encuentrapocos paralelos, es el pintor me-xicano Vicente Rojo. Nacido enBarcelona en 1932, es uno de losartistas plásticos que participómás activamente en las aventuraseditoriales y poéticas de OctavioPaz. De esa colaboración nacieron:Discos visuales (México, 1968), y

Escrituras RecuperaciónEl granpoetamexicano (1914-1998)

llegó a laBarcelona enguerrade 1937.Acabaríasiendopara él una auténtica ciudad-talismán

OctavioPazyCatalunya

“La Vanguardia”reseña en julio de 1937su participación enun mitín antifascistainternacional

LAS NOVEDADESEl centenario delnacimiento deOctavio Paz vieneacompañado por lareciente reediciónde la Obra Poéticadel premio Nobel(GalaxiaGutenberg), laantología ‘El fuegode cada día’ (SeixBarral), lapublicación deconferenciasinéditas ‘Itinerariopoético’ (Siruela),además de ‘Unaintroducción aOctavio Paz’ deAlberto RuySánchez, ‘OctavioPaz en la derivade la modernidad’de Jacques Lafayey ‘Octavio Pazcuenta de sí’ deJulio Hubard (lostres en Fondo deCultura Económica).GalaxiaGutenberg/Círculode Lectores hapublicado sus ObrasCompletasen ocho tomos

EXPOSICIÓNEscritura indelebledel incendio. Octa-vio Paz y Catalunyase abrirá en en elConsulado generalde México enBarcelona.En ella semostrarán cartasinéditas, librossingulares y otrosobjetos procedentesde diversos archivosque dan cuenta dela intensa relaciónque Octavio Pazmantuvo conartistas comoTàpies, Miró oBrossa, escritorescomo Castellet,Gimferrer, Palau iFabre y editorescomo Hans Meinkey Nicanor Vélez. Loscomisarios sonAurelio Major(coordinador delprograma delcentenario de Pazen España) yBerenice Pardo.PATROCINADO POR

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Brillan como monedas las hojas del otoñoen el penúltimo peldaño de la escaleraque lleva al mar de polvo o de ceniza.Llegan de un cielo muy lejano, encendidaspor la pasión de eternidad, las palabrasde Octavio Paz esculpidasahora en mi corazón: abrela mano, coge esta riqueza,corta los frutos, come la vida,tiéndete al pie del árbol, bebe el agua.Y el agua está podrida. El tiempoestá vacío. Los recuerdos se extinguenen la cueva. Arrastra el vientolas sombras de la vida. Gimeel silencio en la laguna. Sí: el cieloes otro abismo más alto. Los peldañosse pierden en la bruma.Las hojas del otoño, como monedaso palabras, permanecen ajenasal dolor, reposan en la luz. Sí:ver duele. Y la ausencia duele.La mano del poetaque encendía palabras en la nochepara recobrar la ignoranciabuscan temblorosas la llaveque brilla ciegamenteen un mar de ceniza. Ya nada queda,sólo andrajos y comida y soporbajo el mediodía impío como cacique de oro.Brillan las palabrascomo día estériles en la escaleradel tiempoy sí, el viento del mardelira en voz alta por las azoteas.

J.A. MASOLIVER RÓDENAS

Marcel Duchamp o el castillo de lapureza (México, 1968).En 1969 se edita en Barcelona la

antología poética La centena(1935-1968), el segundo librodeOc-tavio Paz publicado en España; elprimero, editado en Valencia, ha-bía aparecido en 1937, con el títulodeBajo tu clara sombra y otros poe-mas sobre España. Pero el “reen-cuentro”paulatinodel poetamexi-cano con nuestro país se había ini-ciado en 1961. Ese año, Paz –quehabía conocido a Carlos Barral através de Max Aub– acude a Ma-llorca para formar parte del juradodel Prix International des Édi-teurs, invitado por el editor cata-lán. En Mallorca, Paz tambiéntuvo la oportunidad de conocer aJaime Gil de Biedma y a Jaime Sa-linas y entablar una amistad dura-dera con ellos.En cierta ocasión Paz afirmó

que cada vez que los españoleshan recibido las revolucionespoé-ticas deEuropaha sidonodirecta-mente sino a través de América:“Primero tuvo que ir RubénDaríoa contarles lo que pasaba en elmundo.YdespuésVicenteHuido-bro”. En el congreso de Mallorca,se da cuenta de que está asistien-do de nuevo a un proceso similar.A Paz le decepciona el poco cono-cimiento que los escritores espa-ñoles tenían de la literatura hispa-noamericana, y así se lo comenta aJaime García Terrés, en carta fe-chada en París el 23 de mayo de1961: “Encontré que en España(hasta donde pude darme cuenta)ignoran casi totalmente la literatu-ra hispanoamericana”. Al mismotiempo, se alegra de que los úni-cos tres nombres hispánicos teni-dos en cuenta para el premio fue-sen americanos: Borges, Carpen-

tier yRulfo. “Paramí, la importan-cia de todo esto reside en que losespañolesquizás empezaránades-cubrir la existencia de la literatu-ra hispanoamericana”. Estas pala-bras resultan premonitorias pues,al cabo de poco tiempo, estallaríaenBarcelona el boomde la novelahispanoamericana.Hayotromomento de esa estan-

cia en Mallorca especialmenterevelador. Me refiero al contactoque Paz establece con CristóbalSerra, un escritor singular y excén-trico respecto a la cultura españoladel momento. Sobre él escribe, en1961, el texto “Unermitaño: Cristó-bal Serra”. El encuentro tuvo ade-más una consecuencia inesperaday fundamental en su relación conla literatura catalana. Serra fue elprimero en hablarle a Octavio PazdePereGimferrer, que entonces te-nía veintiún años y acababa de pu-

La última vez que hablé por teléfono conOctavio Paz lo encontré muy abatido. Meriñó porque no iba a visitarle en mis viajesa México y me dijo que había dejado deescribir. Apenas despedirme de él penséque debía escribir un poema de homenajeen el que trazara su ciclo vital, del poetahedonista y la conciencia del paso del tiem-po. Hice un recorrido por toda su poesía yelegí los versos que mejor podían reflejarsu trayectoria humana y poética y los fuitejiendo en un poema que escribí para quelo leyera y apreciara la deuda que teníacon él. Pero no pudo ser. El poema apare-ció al día siguiente de su muerte en Lajornada de México y más tarde en el núme-ro de homenaje de la revista –su revista–Vuelta. Con él se cierra mi Poesía reuniday tuve ocasión de leerlo en uno de los actosorganizados en Madrid con motivo delcentenario de su nacimiento. J.A.M.R.

Carner, Bartra, Xirau,Vicente Rojo oGimferrer sonnombres claves en sutrayectoria intelecctual

Palabras fundidas

El poeta vino a Barcelona en 1992 para asistir alCongreso de Literatura Iberoamericana. En la foto,en un acto de la fundación Van der Rohe J. VALLS / EFE

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ITURAS RevisióndeunaobraUnautor en rotación

Depoeta agranprosistaJUAN MALPARTIDAOctavioPaz (1914-1998) logró reali-zar a lo largo de una laboriosa vidauna obra unitaria dentro de la plu-ralidad. Poeta, crítico (literario yplástico), biógrafo, traductor, pen-sador, politólogo… su producciónpodría parecer dispersa si ademástenemos en cuenta que le interesa-ron el budismo, la antropología yla ciencia, especialmente la física yla biología. Pero esta pluralidad es-tuvomarcada por una pasión regi-da por la analogía, por la idea delmundo como correspondencia.Paz fue, por un lado, un pitagórico:hayproporción ynúmero enel uni-verso. En cierto sentido, fue plató-nico, no porque creyera en elmun-do de las Ideas sino porque aceptó,de manera muy libre, la noción dela cadenadel ser: unmundodema-yores omenos intensidades en rela-ción a la presencia. No presenciadel Ser, como en su maestro Hei-degger, sino de la vastedad de lootro. Heidegger rectificado porMachado. Para Paz la poesía fue lacasa de la presencia. Poeta por en-cima de todo, y de los más altos,Paz, heredero de la Ilustración y altiempodel romanticismo, contem-poráneo tardío del surrealismo,creyó que la poesía debía encarnaren la Historia. Por un lado, fue undefensor hasta sus últimos días dela crítica, en el sentido que le dioKant: demoledorade los dogmatis-

mos de la metafísica; por el otro,de la crítica de la crítica, que se tor-na afirmación. Desde muy jovenquiso mirar la realidad de frente,lo que une y el hueco, el ser y lanada, la comunión y la soledad(Juan de la Cruz y Quevedo, Ma-llarmé y Breton). La poesía es ima-gen y ritmo y estos no son, pensabaPaz, sino analogías del ritmo uni-versal. La poesía, más allá de suscontenidos, dice siempre sí a unarealidad heterogénea. Todo poe-

ma, signifique esto o lo otro es unactode contemplacióndeuna reali-dad no verbal que, gracias al poe-ma, logramos percibir, por un ins-tante, en su plenitud vacía.Paz no sólo ha sido uno de los

mayores poetas del siglo XX, sinouno de sus mejores prosistas.Obras como El arco y la lira, Con-junciones y Disyunciones, Sor Jua-na Inés de la Cruz o las trampas dela fe o La llama doble, además depertenecer a lo mejor de nuestracrítica literaria y de la reflexión in-telectual, forman parte de algo quelas trasciende y que, por momen-

blicarArde elmar. En carta de 17de abril de 1966, Paz escribe: “Gra-cias por haberme hablado de Gim-ferrer. Leí su libro y me encantó.Un verdadero poeta. sus mejorespoemas revelan una nueva actitudde arte en la poesía. Escribí a Gim-ferrer para agradecerle el envío deun pequeño pero viviente libro”.La relación epistolar y de amistadque entonces se inicia entre Paz yGimferrer durará hasta la muertedel poeta mexicano y es de excep-cional relevancia. A partir de en-tonces, el acercamiento deOctavioPaz a la cultura catalana y a la ciu-dad de Barcelona fue siempre enaumento; a lo largo de su vida y enlasdistintas visitas a laCiudadCon-dal ahondará vínculos de amistady colaboración con Antoni Tàpies,Joan Brossa, Josep Palau i Fabre yJosep Maria Castellet; así comocon otros escritores y artistas másjóvenes comoAndrés Sánchez Ro-bayna o Frederic Amat. Por otrolado, el vínculo editorial que du-

rante esos años se crea entre Paz yBarcelona, con la publicación dealgunas de sus obras en Seix Ba-rral, culminará con la edición desus obras completas al cuidado delescritor colombianoy catalánNica-nor Vélez en Galaxia Gutenberg.En una carta a Pere Gimferrer,

fechada en julio de 1974, al re-greso de un viaje a nuestra ciudad,Octavio y Marie-José Paz escri-ben unas líneas que bien puedenservir de colofón: “Barcelona sehaconvertido en una suerte deciudad-talismán: cada vez que nossentimos tristes o desesperadospensamos que tal vez podríamosescapar hacia Barcelona”. |

La carta adjunta y manuscrita sirve de precedente al libro de artista que Tàpies yPaz hicieron juntos (Galería Maeght, 1978) FUNDACIÓ TÀPIES

Lectura delpoeta en elparaninfo de laUniversidad deBarcelona en elaño 1982FOTO: GUILLERMINA

PUIG / ARCHIVO

La poesía es imageny ritmo y estos son,pensaba el mexicano,analogías del ritmouniversal

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A Paz le decepciona elpoco conocimiento quelos escritores españolestenían de la literaturahispanoamericana

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ITURAStos, nos hace frotarnos los ojos: la

belleza. Pocos han escrito y pensa-docon tal aciertode imágenes y ca-pacidad sintética. Un pensador ve-loz, que reúne, con cien brazos ycien ojos, realidades múltiples enuna rotación de disyunciones yconjunciones bajo el signo de la lu-cidez.Paznació enmediode laRevolu-

ción mexicana, estuvo en nuestropaís, con su primera mujer, ElenaGarro, en 1937, apoyandoa laRepú-blica. Pasó los últimos años de laSegunda Guerra Mundial en Esta-dos Unidos, y nada más terminaresta, se instaló en París, donde en-tró en contacto (a veces asistidopor lo que podríamos denominarafinidades conflictivas), con losexistencialistas, surrealistas y elnuevopensamiento antropológico.Dialogó conSartre, peroPaz yaha-bía estudiado aHusserl y aHeideg-ger y su existencialismo le parecióun solipsismo. Además, vio prontoque Sartre no amaba la poesía ni,en realidad, la literatura, siendo él,afirma Paz, sobre todo un literato.Estuvo cerca de Camus, con quientuvo amistad y complicidad, y, es-pecialmente, de Breton, ese magoanalogista. Antropólogos, comoMarcel Mauss, o ensayistas comoBataille, Raymond Aron, Castoria-dis, Cioran y Kostas Papaioanou,alimentaron sus inquietudes.Dos estancias, a comienzos de

los cincuenta, en India y Japón, leabrieron las puertas a Oriente. Pe-ro es a partir de 1962, cuando seinstaló en Delhi (allí conoce a sumujer, Marie-José) como embaja-dor de su país, cuando fructifica sudiálogo de occidental mexicanocon la ladera Este. En los siguien-tes diez años, Paz se convierte enun espacio dinamizador. Asistidopor una cultura literaria inmensa yun saber sintético de la filosofía,ajeno a pedanterías universitariaso narcisistas, Paz se adentra en elbudismo (y lee el hinduismo desdela crítica budista), mira a Occiden-te desde la ladera oriental (Mallar-mé, Marcel Duchamp, el estructu-ralismo de Levi-Strauss) y escribeun puñado de libros de reflexión ypoemas que lo convierten en unode los grandes interlocutores ycreadores de su tiempo. Por esaépoca entra en contacto con Espa-ña de nuevo, vía Barcelona: PereGimferrer, Carlos Barral, JaimeGil de Biedma y otros. Posterior-mente, ya en la democracia, Pazamplía su relación a Madrid. Sesentía bien en España, entre otrascosasporque toda su familiamater-na era española (de Cádiz), aun-que, afirmaba, no era un país quelehiciera pensar.EnEspaña fuead-mirado y a veces denostado porparte de garbanceros un poco cas-posos. Su obra, lentamente, fue pe-netrando en el mundo de los másjóvenes, y sin duda son ellos losque reinventarán aPaz, un escritorcuya riqueza, como dijo Marc Fu-maroli recientemente, todavía es-tá, en gran parte, por descubrir. |

JuanArnauLejosde ofrecer verdades y sistemas rígidos, la verdaderanaturalezadel pensamiento apunta a lomóvil y tambiénal juego.Hemosdevolver auna reflexiónque tenga la ligerezade los viajes

Filosofía enmovimiento

IVAN PINTOR IRANZO“Los filósofos no son personajesconsagrados a la búsqueda de ver-dades eternas. La filosofía es unadisciplina muymodesta. ¿Cómo seenfrenta el filósofo al problema dela libertad, por ejemplo? No se tra-ta de preguntarse si somos libres ono, si existe dios o no, sino queaquello que la filosofía busca esuna pregunta de otro orden: ¿Quésignifica ser libre?Eso es loqueha-ce la filosofía, determinar cuál es elhorizonte implícito de entendi-miento”. En una de sus más cele-bradas intervenciones,miles de ve-ces compartida enYouTube, el filó-sofo Slavoj Zizek formula, desdesupropia camay con actitudburlo-na, la cuestión fundamental que supensamiento comparte con elMa-nual de filosofía portátilde JuanAr-nau (Valencia, 1968): la filosofía,como la vida, no tiene ningún otropropósito que el de ser vivida.Lejosde ofrecer verdadesy siste-

mas inamovibles, la verdadera na-turaleza de la filosofía es el movi-miento, cada uno de los rinconesdel día a día. Si, como ha señaladoItalo Calvino, escribir es sustraerpeso a la vida, hacerla más livianaparapoder narrarla, Arnauha con-seguido convertir la historia de lafilosofía occidental enun espléndi-do relato de viajes, desde el pensa-miento salvaje de Lévi-Strauss enel sigloXXhasta las colinas deÉfe-so enAsiaMenor. Con ungesto ar-queológico que acaba por hacercontemporáneos a Nietzsche, He-

gel yNovalis conEmpédocles, Pla-tón yAristóteles en unmismoban-quete, Arnau sortea además conrigor cualquier tentaciónde oscuri-dad erudita.La erudición, esa “forma apara-

tosa denopensar” a la que se refe-ría Macedonio Fernández, se veatajada enManual de filosofía por-tátil por secuencias que, con unacadencia cinematográfica, llevana Wittgenstein desde las trinche-ras en las que redactó elTractatushasta la costa de Galway, dondedisfrutaba amaestrando aves; aNietzsche desde el sol de Sorren-to hasta el estallido final de su de-mencia abrazado a un caballo enTurín, y a Sócrates hasta el um-bral de la pena capital. Fue la acu-sación de desoír a los dioses deAtenas y corromper a la juventudcon sus ideas lo que le puso frenteal vaso de cicuta.Acaso la vida póstuma de todo

pensador consiste en corromper,en transmitir su visión del mundo,en hacerse, como quería Nietz-sche, intempestivo a su tiempo ycontemporáneoa su futuro.Lapre-gunta que atraviesaManual de filo-sofía portátil no es tanto qué pien-sa nuestra época sobre Nietzschesino la contraria: ¿qué pensaríaNietzsche acerca de nosotros?¿Contra qué se revelaría? Si en laapertura de Ecce homo proclama-ba “con este libro empiezami cam-paña contra lamoral” para rompercontra un presente que juzgaba enlas peores manos, es necesario ad-

vertir que, a lo largo de la historia,los grandes nombres del pensa-miento han orientado todas susreflexiones hacia un objetivo cru-cial: el futuro.

Con nuestra fe en el futuro se-cuestrada por la crisis contemporá-nea, volver a las fuentes del pen-samiento con la ligereza del cami-nante debería servir para dar formaal porvenir a partir de una críticadel presente. Que la filosofía no essólo una diagnosis sino el soporteantropológico de todas las demásdisciplinas y de nuestro horizontesocial, del futuro, es algo que con-viene recordar en un momento enque las humanidades son desterra-das de la educación y en la uni-versidad se ven, cada vez más,sometidas al usar y tirar del paperacadémico y la burocracia.El Manual de filosofía portátil

de Arnau constituye una invita-ción al viaje bajo un signo que, enliteratura, insistió en subrayarVila-Matas en suHistoria abrevia-da de la literatura portátil: la leve-dad. Aquello que mejor puedecaracterizar la idea de una filoso-fía portátil no es sólo la ligerezadel pensar, sino también la ironíay el juego. Si, como ha señaladoSlavoj Zizek con respecto al cine,las imágenes nonos dan lo quede-seamos sino que nos enseñan có-mo desear, el alcance y el vuelodel pensar, su diligencia y su jue-godebendarnos, también, lamedi-da de la existencia, la posibilidadde rescatar nuestro futuro. |

Juan ArnauJORDI ROVIRALTA

Juan ArnauManual defilosofía portátil

EDICIONESATALANTA576 PÁGINAS27,50 EUROS