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Aunque todos los Organismos Internaciona- les alertan sobre la obesidad y el seden- tarismo como la epidemia del siglo XXI, es cierto que los cambios en los estilos de vida no son fáciles de introducir ni de mantener. Tanto una dieta equilibrada como el ejerci- cio físico adecuado son dos de los pilares básicos para una vida saludable. La vida sedentaria de la sociedad occi- dental, las nuevas tecnologías, los pla- tos precocinados, nos ha hecho olvidar la importancia de la actividad física. Por otra parte, las modas, como el ”running” nos empuja a “correr como locos” y al final hay que prestar atención médica a algunas personas durante o después de la carrera por una mala prescripción de la actividad física. La pregunta es: ¿por qué no cambiamos si sabemos lo importante que es? Muchas variables entran en juego, metas inalcanza- bles, motivaciones y creencias personales y culturales, mensajes de los profesionales contradictorios y sobre todo mucha confu- sión en las recomendaciones. Todos los años proliferan múltiples dietas, cada una más absurda que la anterior, que la gente sigue y por supuesto fracasa. Durante estos últimos 2 años, todas las Guías de Práctica Clínica dedican cada vez un capítulo mayor con recomendaciones sobre un estilo de vida cardiosaludable, pero ¿conseguimos que las personas las sigan? ¿Las seguimos los profesionales sanitarios? Para motivar a la personas, tenemos que conocer su realidad, las experiencias an- teriores, identificar sus barreras, alentar al cambio y acompañar durante los mis- mos, animando y ayudando a conseguir los objetivos fijados. Es importante explicar que cualquier peque- ño cambio en el estilo de vida disminuye el riesgo de sufrir un evento cardiovascular y ¿cuáles son esos pequeños cambios? Estos cambios se basan en la dieta, la prác- tica de ejercicio físico y el cese del consu- mo de tabaco y alcohol. Cundo se indica a una persona la realiza- ción de ejercicio físico lo que intentamos es aumentar su capacidad cardiorrespiratoria y disminuir su riesgo cardiovascular, pero so- bre todo que se sienta mejor, que viva más años y en las mejores condiciones de salud. Tiene un efecto positivo sobre la hiperten- sión, la DM2, la obesidad, el SM, el LDLc y HDLc a cualquier edad. El ejercicio físico y una dieta saludable van de la mano. La práctica de ejercicio físico disminuye la mortalidad cardiovascular y la mortalidad por cualquier causa, por tanto, debe de estar integrada en la forma de vida de las personas, debe de formar parte de su día a día. Para ello, se recomienda realizar 30 minutos de actividad física moderada aeróbica diaria o 20 minutos de intensidad vigorosa 3 veces por semana, combinando distintos tipos de ejercicio físico según el día, siempre acoplado al estado físico de la persona y el tipo de actividad que le gusta. La evidencia científica nos indica que siem- pre es más beneficioso realizar ejercicio físico que los riesgos que puede conllevar el mismo. Algo tan simple como realizar 10.000 pasos al día, desde que la persona se levanta hasta que se acuesta es cardio- saludable. Por tanto: siempre será mejor algo de ejercicio que nada y mejor más que menos. Figura 1. Nº 8 PÓNGALE LA ETIQUETA A LA DISLIPEMIA ATEROGÉNICA Si sabemos que pequeñas modificaciones en nuestro estilo de vida son beneficiosas: ¿Por qué nos cuesta tanto? Dr. Teresa Mantilla Morato Especialista en Medicina de Familia y Comunitaria. Centro Salud Prosperidad (Madrid). Figura 1. Beneficial effects of any physical activity on coronary heart disease. Coronary events are less frequent among those who exercise. In a study of 5.159 men, aged 40 to 49 years, followed for an average of almost 19 years, the age-adjusted coronary heart disease event rate per 1.000 person-years is low in those who perform any physical activity compared to inactive subjects. Data from: Wannamethee SG, Shaper AG, Alberti KG. Arch Intern Med 2000; 160:2108. 14 12 10 8 6 4 2 0 Event rate per 1.000 persons, years Phisical activity Inactive Occasional Light Moderate Moderately vigorous / vigorous

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Page 1: Si sabemos que pequeñas modificaciones en …Asociaciones de veci-nos, de pacientes, profesionales sanitarios deben promover iniciativas para cambiar las políticas de los gobiernos

Aunque todos los Organismos Internaciona-les alertan sobre la obesidad y el seden-tarismo como la epidemia del siglo XXI, es cierto que los cambios en los estilos de vida no son fáciles de introducir ni de mantener. Tanto una dieta equilibrada como el ejerci-cio físico adecuado son dos de los pilares básicos para una vida saludable.

La vida sedentaria de la sociedad occi-dental, las nuevas tecnologías, los pla-tos precocinados, nos ha hecho olvidar la importancia de la actividad física. Por otra parte, las modas, como el ”running” nos empuja a “correr como locos” y al final hay que prestar atención médica a algunas personas durante o después de la carrera por una mala prescripción de la actividad física.

La pregunta es: ¿por qué no cambiamos si sabemos lo importante que es? Muchas variables entran en juego, metas inalcanza-bles, motivaciones y creencias personales y culturales, mensajes de los profesionales contradictorios y sobre todo mucha confu-sión en las recomendaciones.

Todos los años proliferan múltiples dietas, cada una más absurda que la anterior, que la gente sigue y por supuesto fracasa.

Durante estos últimos 2 años, todas las Guías de Práctica Clínica dedican cada vez un capítulo mayor con recomendaciones sobre un estilo de vida cardiosaludable, pero ¿conseguimos que las personas las sigan? ¿Las seguimos los profesionales sanitarios?

Para motivar a la personas, tenemos que conocer su realidad, las experiencias an-teriores, identificar sus barreras, alentar al cambio y acompañar durante los mis-mos, animando y ayudando a conseguir los objetivos fijados.

Es importante explicar que cualquier peque-ño cambio en el estilo de vida disminuye el riesgo de sufrir un evento cardiovascular y ¿cuáles son esos pequeños cambios?

Estos cambios se basan en la dieta, la prác-tica de ejercicio físico y el cese del consu-mo de tabaco y alcohol.

Cundo se indica a una persona la realiza-ción de ejercicio físico lo que intentamos es aumentar su capacidad cardiorrespiratoria y disminuir su riesgo cardiovascular, pero so-bre todo que se sienta mejor, que viva más años y en las mejores condiciones de salud. Tiene un efecto positivo sobre la hiperten-sión, la DM2, la obesidad, el SM, el LDLc y HDLc a cualquier edad.

El ejercicio físico y una dieta saludable van de la mano. La práctica de ejercicio físico disminuye la mortalidad cardiovascular y la mortalidad por cualquier causa, por tanto, debe de estar integrada en la forma de vida de las personas, debe de formar parte de su día a día. Para ello, se recomienda realizar 30 minutos de actividad física moderada aeróbica diaria o 20 minutos de intensidad vigorosa 3 veces por semana, combinando distintos tipos de ejercicio físico según el día, siempre acoplado al estado físico de la persona y el tipo de actividad que le gusta.

La evidencia científica nos indica que siem-pre es más beneficioso realizar ejercicio físico que los riesgos que puede conllevar

el mismo. Algo tan simple como realizar 10.000 pasos al día, desde que la persona se levanta hasta que se acuesta es cardio-saludable. Por tanto: siempre será mejor algo de ejercicio que nada y mejor más que menos. Figura 1.

Nº 8 PÓNGALE LA ETIQUETA A LA DISLIPEMIA ATEROGÉNICA

Si sabemos que pequeñas modificaciones en nuestro estilo de vida son beneficiosas:¿Por qué nos cuesta tanto?

Dr. Teresa Mantilla MoratoEspecialista en Medicina de Familia y Comunitaria. Centro Salud Prosperidad (Madrid).

Figura 1. Beneficial effects of any physical activity on coronary heart disease.

Coronary events are less frequent among those who exercise. In a study of 5.159 men, aged 40 to 49 years, followed for an average of almost 19 years, the age-adjusted coronary heart disease event rate per 1.000 person-years is low in those who perform any physical activity compared to inactive subjects. Data from: Wannamethee SG, Shaper AG, Alberti KG. Arch Intern Med 2000; 160:2108.

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Con respecto a la dieta, son múltiples los estudios que demuestran la reducción de riesgo cardiovascular al realizar una die-ta cardiosaludable, recordemos el estudio PREDIMED. Adaptar la dieta a las necesi-dades calóricas y las preferencias de las personas con un aumento del consumo de aceite de oliva virgen extra, frutos secos, cereales, legumbres, pescado, frutas y verduras con menor ingesta de carne, sal y bebidas azucaradas disminuyen los niveles de LDL y PA .

Es verdad que los Gobiernos y la legislación tienen que ayudarnos con prohibición de las grasa “trans”, diminución del azúcar y sal junto con unas etiquetas claras y fáciles de entender por el consumidor. Mejorar la educación en los colegios, en casa, con un consumo de alimentos de forma respon-sable ayudará a los niños a elegir alimen-tos saludables y disminuir el sobrepeso y obesidad que padecemos en la actualidad que debería constituir uno de los problemas prioritarios en Salud Publica. Comemos más que lo que gastamos, por ello la reco-mendación que hacia el Profesor Grande Covián, “comer de todo en plato de postre” sigue vigente.

El consumo de tabaco es otro de los pro-blemas no resueltos. La normativa sobre el tabaco ha sido un paso importante pero no suficiente, ya que el número de adoles-centes que fuman sigue siendo elevado. Por ello, aumentar los impuestos sobre el tabaco, advertir de no usar los cigarrillos electróni-cos, evitar la publicidad y la promoción de eventos públicos por industrias del tabaco ayudará a disminuir y erradicar el consumo. La intervención breve, clara y sencilla es la de mayor coste-efectividad.

También la polución en el ambiente influye en el estilo de vida. Asociaciones de veci-nos, de pacientes, profesionales sanitarios deben promover iniciativas para cambiar las políticas de los gobiernos en este cam-po. Un deseo sería una Unión Europea libre de humo en el 2030.

En resumen, sentir los beneficios cuando se realizan pequeños cambios en el estilo de vida es el primer paso para mantenerlo.

Mayor agilidad, menor peso, mejor control de la PA y perfil lipídico junto con un mayor bienestar físico y mental.

Todos los profesionales sanitarios tienen una responsabilidad con las personas para promover un estilo de vida saludable y so-bre todo deben de ser junto con los padres, familiares y profesores un ejemplo para los niños y adolescentes de cómo vivir una vida cardiosaludable. Tabla 1.

Tabla I. Modificaciones estilo de vida.

Tabaco

Obesidad

Ejercicio físico Clasea Nivelb

Dieta saludable

Para adultos sanos de todas las edades, se recomienda realizar al menos 150 min/semana de AF aeróbica de intensidad moderada o 75 min/ semana de AF aeróbica intensa o una combinación equivalente

I A

Características de la dieta saludable:• Que los ácidos grasos saturados representen menos del 10% del total del aporte energético

mediante la sustitución por ácidos grasos poliinsaturados.• Ácidos grasos insaturados trans: que sea lo mínimo posible, preferiblemente sin ingesta

procedente de comida procesada, y que menos del 1% del total del aporte energético sea de origen natural.

• < 5 g de sal al día.• 30-45 g de fibra al día, preferiblemente de productos integrales.• ≥ 200 g de fruta al día (2-3 unidades).• ≥ 200 g de verdura al día.• Pescado 1-2 veces a la semana, una de ellas con pescado azul.• 30 g de nueces no saladas al día.• El consumo de bebidas alcohólicas debe limitarse a 2 vasos al día (20 g de alcohol/día) para los

varones y 1 vaso al día (10 g de alcohol/día) para las mujeres.• Se debe desaconsejar el consumo de refrescos azucarados y bebidas alcohólicas.

Se recomienda identificar a los fumadores y proporcionarles asesoramiento repetido sobre la necesidad de dejar de fumar, con ofrecimientos de ayuda mediante seguimiento de apoyo, terapias de sustitución de nicotina, vareniclina y bupropión por separado o en combinación

I A

Se recomienda que las personas con un peso saludablec mantengan su peso. Se recomienda que las personas con sobrepeso y obesas alcancen un peso saludable (o aspiren a una reducción de peso) para disminuir la PA, la dislipemia y el riesgo de DM2 y, de esta forma, mejorar su perfil de riesgo CV

I A

Se recomienda el abandono de todas las formas de consumo de tabaco o productos a base de hierbas, ya que es una causa importante e independiente de ECV

I B

Se recomienda evitar el tabaquismo pasivo I B

Para que los adultos sanos consigan beneficios adicionales, se recomienda un aumento gradual hasta 300 min/semana de AF aeróbica de intensidad moderada o hasta 150 min/semana de AF aeróbica intensa o una combinación equivalente

I A

Se recomienda evaluaciones regulares y asesoramiento de la AF para promover la participación y, cuando sea necesario, apoyar un aumento de la AF con el paso del tiempoc

I B

Fuente: Rev Esp Cardiol. 2016;69(10):939.e1-e87.

Nº 8 PÓNGALE LA ETIQUETA A LA DISLIPEMIA ATEROGÉNICA

BibliografíaAbellan J, Sainz de Baranda P, Ortin E. Guía para la Prescripción de Ejercicio Físi-co en Pacientes con Riesgo Cardiovascular. Sociedad Española de Hipertensión. Liga española para la lucha contra la Hipertensión Arterial. 2ª edición Madrid. Industrias graficas Librecom SL; 2016.

2013 AHA/ACC Guideline on lifestyle Management to Reduce Cardio-vascular risk: a report of the American College of Cardiology/American Heart Association Task Force on Practice Guidelines. Circulation 2014; 24; 129(25 Suppl 2):S76-99.

Guía ESC 2016 sobre prevención de la enfermedad cardiovascular en la prácti-ca clínica. Sexto Grupo de Trabajo Conjunto de la Sociedad Europea de Cardio-logía y otras Sociedades sobre Prevención de Enfermedad Cardiovascular en la Practica Clínica. Rev Esp Cardiol. 2016;69(10):939.e1-e87.

a: Clase de recomendación, b: Nivel de evidencia, c: Dosis de AF total semanal.